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jueves, enero 06, 2011

Capitulo (3)


© MI MADRE Mónica.......... Capitulo (3)

“Mi extraña fascinación por ver a mi Madre.”


La tarde con mis tíos pasó entre pláticas y risas. Yo miraba a Mamá sentada sobre la cama de mi tía muy normal, lo que supuse que ya no se había vuelto a poner el consolador anal, puesto que durante todo el día era la primera vez que la miraba sentada, aunque un poquito de ladito ya que lo que había sucedido en la cocina con mi tío no era cualquier cosa. .. La tarde pasó entre las pláticas de las dos hermanas, ya saben que el bebé por aquí y el bebé por allá, toda la tarde hablando de bebés, yo la verdad ya estaba enfadadísimo, ya no hallaba la hora de marcharnos a casa. Ya casi anocheciendo Mamá llamó un taxi para regresar a la casa, « eso me dio más pistas de que Mamá no traía su juguetito » nos despedimos de mi tía Cesy, (yo con un poco de asco ya que al darme un beso recordé lo que había comido y rápidamente me limpie la mejilla). Mi tío seguía en la cocina limpiando todo el desastre que habían hecho, al pasar llamó a mi Madre, la cual me dijo que me adelantara hacía el taxi. Me esperé en la puerta de la entrada unos minutos, al salir mi Madre venía acomodándose la falda, me imagino que mi tío le pegó otra buena sobada de despedida, par de descarados.

Minutos más tarde nos encontrábamos cruzando la ciudad en el taxi, cuando en eso el teléfono de mi Madre empezó a sonar, por la cara que puso de espanto no me quedaba duda de que era Fernando que ya la estaba molestando. Por lo poco que podía escuchar se le oía muy enojado, preguntando que dónde estábamos. Mi Madre le dijo que en unos instantes llegaríamos a la casa, a lo que el desgraciado le respondió que él ya estaba esperándonos desde hace buen rato, también le preguntó sobre el regalo, lo cual mi Madre sonrojándose y bajando el tono de voz le respondió que lo traía, « ya se imaginaran de que hablaban verdad » Pero para todos aquellos que no hayan leído el relato Capitulo 2 pues ahí les va, resulta que este desgraciado la forzó a meterse un plug en el ano, y así forzarla a llevarlo incrustado durante todo el día, para cuando ella regrese a casa el desgraciado la enculara sin ningún problema, cosa que me tenía enfurecido y pensando, si esto iba a ser el resto de mi vida mejor que me mandaran lejos.

Minutos más tarde, al llegar a la casa ahí estaba el desgraciado, Fernando Montiel, recargado sobre el lujoso vehículo que mi Padre usaba para ir la oficina, el cuál según él ya le pertenecía, al igual que su mujer y su hijo por su puesto. Si mi Madre hubiera puesto más atención en lo que había firmado no estuviéramos pasando por esto, ahora no sólo le pertenecía todo nuestro poder de la Empresa, sino que también la voluntad y el cuerpo de mi Hermosa Madre. Que sólo al verlo de nuevo enseguida empezaba a tartamudear por el gran temor que había infligido en ella. Mi Mamy le había agarrado un miedo atroz, el desgraciado se aprovechaba de eso para moverla a su voluntad y antojo.

- ¡Te he estado esperando desde hace un puto rato!, ..¿dónde jodidos estabas?.- Le exigió bastante molesto.

Fue su modo de saludarla, haciendo que en el instante Mamá sintiera un vuelco en el corazón y su estómago encogerse. Al principio no le contestó, si por ella fuera caminaría sin hablarle y le cerraría la puerta en sus narices, ignorarlo por completo y hacer como si ni siquiera lo hubiera escuchado. Pero no podía hacer eso, no al menos de que encontrara un modo de quitarle el poder que por descuido le había entregado. Para cuando atino a responder, ya era muy tarde y Fernando se le había acercado sujetándola del brazo.

- ¡Pregunté que si a donde fuiste!

- ¡F-Fernando por dios, suéltame que me lástimas!, ..te comenté que iría con mi hermana.

- ¡Te dije que vendría en la noche! ..¡debiste regresar más temprano!- Le hablaba exaltado.

Este tipejo le gritaba a mi Madre cómo si ya fuera su Esposo o su dueño, eso me dio más coraje, encima el desgraciado se sentía ya el dueño de nosotros. Entramos a la casa y yo decidí desaparecer, que era lo que quería Fernando por supuesto, aunque no desaparecer por completo ya tenía yo mis planes.

- Voy a mi cuarto, Má ..si me necesitas me gritas ¿correcto?

- ¿No quieres que te sirva algo de cenar, mi amor?- Me detuvo.

- No Má, aun ando lleno, ..mejor aprovecho el tiempo para hacer mi tarea. Tengo bastante.- Concluí.

- Que bien mi amor, eres igualito a tu Padre ..estoy orgullosa de ti.- Me dijo con los ojos cristalinos a punto de salirle llanto.

- Claro que sí, ¡Je je!.. será igual que su Padre. Tienes que seguir con la Empresa que te dejó Rodolfo. Juntos llegaremos hasta lo más alto ¡Je je je!..

¿Juntos?, Imbécil, si por mi fuera ya te hubiera corrido desgraciado, pensé. Este infeliz creía que iba a seguir torturándonos toda la vida con sus chantajes y comprándonos con sus cochinos regalos, regalos que compraba con el mismo dinero de mi Padre y que ahora pertenecía a mi Madre. Sin responder me di la vuelta y me dispuse a dirigirme a mi cuarto, de todas maneras en estos momentos no podía hacer nada, ya que se quisiera quedarme a cuidar a mi Mamy el desgraciado encontraría la manera de sacarme de la jugada cómo lo había hecho las veces pasadas, además que si lo hacía enojar era capaz de lastimar más a mi Madre.

Subí un par de escalones cuando el desgraciado me volvió a detener:

- Dime Pedrito, ..¿te gustó tu regalo?.- Me preguntó el desgraciado con su sonrisa maliciosa que ponía cada vez que nos quería humillar.

- Si, gracias.- Le respondí tragándome el orgullo y apretando fuertemente mi nudillo para no gritarle lo que se merecía ese desgraciado.

Antes de subir a mi cuarto volteé a ver a mi Madre desde arriba, la cual estaba muy nerviosa y temerosa por lo que fuera hacer este desgraciado. Con los ojos brillosos casi en llanto me despidió con una tierna sonrisa, casi dándome a entender que lo que iba hacer lo hacía sólo por mí. Me dirigí hacía mi recamara “para dejarlos solos”, cómo la casa es muy grande yo tenía un sin fin de escondites muy buenos, en el fondo creo que me estaba haciendo adicto a espiar a mi Mamy al ser chantajeada por ese maldito. Aunque fuera yo el motivo del chantaje.

En un descuido de ellos me situé en uno de mis mejores escondites de la casa, por una rejilla de calefacción en la cual jugaba cuando era más niño, que me daba una amplia visión de toda la sala. La verdad ya tenía mucho tiempo que no me metía, temí en quedarme atorado, pero por lo delgado que era no me costó mucho esfuerzo. Ya en él y encontrando juguetes viejos que yo creí haber perdido hace mucho, me asomé por la rejilla que daba hacía el otro extremo, para observar cómo el desgraciado rápidamente se acercaba a ella.

- ¡Waoh!!.- Exclamo, clavando su mirada en ella y haciéndola sentir que con sus ojos le arrancaba toda la ropa hasta verla desnuda con su libidinosa vista, aquella misma que le hachaba cuando sin querer venía a traerle los papeles a mi Padre.

Luego repitió:

- ¡En verdad que Waoh!.- Repitió para llamar la atención de mi Madre.- De verdad que Rodolfo solo tiene cosas bonitas, ve nomás.

Mientras que una misteriosa y malévola sonrisa embozaba el desgraciado, Mamá sentía sus piernas temblar y un nudo en la garganta que parecía hacerse cada vez más grande, creo que hasta hacerle sentir dificultad para respirar. Mientras que Fernando seguía acercándose hacia dónde estaba ella parada, paralizada de miedo e incertidumbre. Cuando estuvo a su lado, este se pegó más ella quizás unos centímetros, pero de pronto extendiendo uno de sus brazos, señalo hacía un lado atrás de ella.

- De verdad son Cubanos?- Preguntó sorprendido, refiriéndose a una caja de habanos que le habían regalado a Papá hace mucho tiempo y que jamás abrió ya que él no solía fumar.

Mamá sintió que su sangre volvía a circular y que de pronto la presión que recaía sobre ella disminuía. Fernando traía intensiones nuevas y quizás nuevos juguitos pervertidos entre manos. Ella lo presentía, lo sabía. Contesto afirmativamente.

- De seguro jamás imaginó que serían para mí. ¡Je je je!..- Dijo abriendo la caja y sacando un habano.- Por cierto, que linda te ves ahora, ..aunque no con el atuendo apropiado.

Se acercó a ella paseando sus ojos por todas aquellas encantadores curvas de mi Mamy.

- Sabes Mónica, todo el día he estado pensando en ti, ..te imaginaba cómo el taponcito ese que te puse. Espero y lo traigas puesto, porque si no.- Dijo.

Allí estaba la amenaza latente, volvía a poner en evidencia el poder que tenía sobre nosotros, que viniendo de él podía ser considerada una advertencia y Mamá bien que lo sabía, temía lo peor. Por lo que temerosa respondió:

- ¡Eh!, este yo, ..me lo quité para subirme al taxi.

Fernando al escuchar que mi Madre lo había desobedecido se le subió la sangre hasta la cabeza, pero logró controlarse. Mi Mamy temió por ella, enserio que le había agarrado un pavor a este desgraciado.

- Yo no sé qué hacer contigo, Mónica, ..en verdad que he tratado de ser bueno contigo, pero tú haces todo lo posible para castigarte.

De repente y ante mi sorpresa el desgraciado le soltó un bofetón a mi Madre que la hizo tastabillar y caer, debió de romperle el labio porque un ligero hilo de sangre se podía notar entre ellos. Pero Mamá era de temple fuerte y carácter volátil que terminan de enardecerla. Enfurecida ella se le va encima a Fernando tratando de matarlo.

- ¿Quién te has creído cerdo igualado, como te atreves a golpearme?.- Le dice enfurecida.

Fernando sorprendido por la agresión baja la cabeza y Mamá saborea el triunfo de haber puesto de nueva cuenta a ese desgraciado en su sitio. Este lentamente levanta el rostro y la mira sonriendo. Pero con un rápido movimiento se acerca a ella y levantando su mano le coloca dos cachetadas tan fuertes que hacen que Mamá pierda el balance de nuevo y atontada terminé apoyada contra la pared. Siendo este de complexión más fuerte la agarra por los brazos y la presiona contra la pared.

- ¡Suelta.. suéltame, asqueroso!.

Fernando se le acerca al rostro y le dice:

- A mí ninguna pinche vieja riquilla hija de puta tiene derecho a golpearme ¿Entendiste?.- Tomándola por el cabello que se había recogido en una coleta, la hace caminar a la sala donde la tira boca abajo y ella sigue exigiendo desesperada.

- Cierra la puta boca, si no quieres que tu escuincle se entere y baje a ver qué está pasando. Esta noche te voy a dar una lección para que aprendas quien manda ¿Entendiste?

- ¡Espera Fernando!, ¿qué vas hacer? 

Diciendo esto, Fernando se saca un pañuelo de su bolsillo y haciéndolo bola espera el siguiente grito desesperado de mi Mamy para metérselo a la fuerza en la boca almorzándola y acabando con sus suplicios. Mamá amordazada y con mucho miedo suplica por lo que le vaya hacer ese infeliz. Por mi parte yo me asusto también y me dan ganas de gritar, de salir de mi escondite e ir a enfrentar a ese malnacido que pretende hacerle no sé qué cosas a mi Madre. Pero antes de hacerlo me doy cuenta que la toma de la cintura y forcejeando la coloca boca abajo sobre sus piernas para castigarla.

- ¡Yo no sé si te gusta que te trate mal, o te gusta el masoquismo Mónica!, ..pero de aquí en adelante cuando te de una orden quiero que lo hagas, ¡Maldita sorra!!

- Uhm!!, ..nogh!!.- Trataba de decir mi Madre boca abajo y con llanto en los ojos.

- Si yo te ordeno algo lo tienes que hacer, ..¡no me importan los putos pretextos!. Tienes que obedecerme, ¿está claro?

- Uhm!! aghh!!

- ¡Ahora veras maldita perra!, ..empínate y no te muevas. Ahora aprenderás como se le recrimina a las putas malcriadas.

Fernando como si fuera su Padre, le sube el vestido y sin querer descubre que Mamá no llevaba calzones. Ella con el gran temor de lo que le va hacer olvidó de pronto que sus intimas prendas se las había llevado un apestoso albañil en la central del metro. Y cuando recordó que no traía calzones rezó porque él no se enojara más. Fernando al constatar que estaba desnuda solo se inclinó hacía su trasero maltrecho he hizo un sonido para advertirle que le hacía falta algo.

- ¡Si serás Puta!, ..¡ni bragas traes!

La deja desnuda con las blancas nalgas aire que empieza a castigar con sonoras nalgadas que van poniendo un tinte carmesí en el blanco trasero de mi Mamy. El desgraciado castiga sin compasión el redondeado trasero de Mamá que solo atina a gemir con cada nuevo azote. A medida que la golpea su piel se tornan más y más roja. Cada nalgada la hace sentirse más expuesta y más humillada, mientras los dedos de la mano de este, que golpeando con la palma abierta, van dejando marcas rojas en sus nalgas expuestas. Fernando lentamente deja de nalguearla y descubre algo raro en el trasero de mi Mamy. Lentamente empieza por meterle un dedo y luego dos y hacerlos entrar y salir, a lo que mi Madre responde con nuevos gemidos tras la mordaza, pero a diferencia de los primeros gemidos estos son casi de placer, si no fuera por lo humillante de la situación. 

- ¡Pero que veo aquí!, ..si lo traes bien abierto ¡Je, je, je!.. Parece como si te hubieran culiado toda la tarde, maldita ramera. ..  “Cajum” - Dijo esperando algo de Mamá.

Entonces enseguida ella comprendió lo que el mal nacido quería decirle. Así que con sus mejillas sonrojadas dirigió sus manitas hacía sus cachetes para agarrarlos, y así cómo lo había hecho en la mañana en la cocina se abrió todas las nalgas para que Fernando pudiera observarle, el cual quedó observando por un rato su culito sin hacer ningún comentario.

El infeliz cómo si fuera un Doctor acercó su rostro al ano de mi Madre y con los dedos empezó a revisarlo. Si supiera que hace algunas unas horas mi tío Carlos se le adelantó y le estrenó la virginidad trasera de Mamá. Con los dedos empezó a auscultar el esfínter de mi Madre, que fácilmente podía meter dos dedos, a lo que no se le escapó ver una pequeña gota de lo que suponía ser el semen de mi tío de esta tarde, que se encontraba alojada en el interior de Mamá.

- ¡Maldita perra!, ..no me digas que te tronaron el culo, ¡Porque ahora si no la cuentas desgraciada!!- Le gritó sacándole la mordaza.

- ¡NO!!! ¿p-porque lo dices, Fernando?

- ¡Cómo que porqué!, ..¡traes el culo lleno de leche desgraciada!!

Mamá muy nerviosa y temblorosa lo negó, era claro que si el desgraciado este la descubría ahora si la pasaría muy mal. Rápidamente pensó en algo para salir del problema, le dijo que era crema que se había puesto para facilitar el rose del consolador. Fernando se quedó pensando, no quedó muy complacido con la respuesta de mi Madre, la cual deprisa y con el miedo de que Fernando la descubriera, llevo la iniciativa y empezó a sobarle la prominente papada a modo de caricia.

- E-está bien, Fernando, ..¿q-quieres eso?. Ahora lo vas a tener.

- Si Mónica es lo que más quiero, ..es con lo que siempre he soñado.

Un dedo de Fernando entra ahora sin resistencia en el dilatado ano de mi Madre, que increíblemente no se quejaba y solo sigue tirada encima de sus piernas como una niña regañada. Fernando lo aprovecha metiéndole dos dedos en la vagina y empieza a besar el rostro de mi Mamy que ya no para de gemir al sentir el bombeo de los expertos dedos de su atacante. Empieza besándola en los hombros y poco a poco va besando lentamente su cuello para después con la mano que le queda libre la desplaza a sus senos donde tomando sus pezones que están duros como rocas los presiona primero para luego estirarlos.

- ¿Estás lista para recibir este pedazo de carne?

Enseguida Mamá se incorpora y lo agarra de la mano tratando de llevarlo a su recamara, pero este le dice que no, que quiere partirle el culo en plena sala, además porqué yo me encontraba arriba y él no quería interrupciones. Rápidamente metió su mano por debajo de la falda tomándola de las nalgas y atrayéndola hacía él, le dio un beso metiéndole toda la lengua apretujándola contra su cuerpo. Mi Madre no se movía parecía una estatua, mientras este le sobaba sus pechos y el trasero a placer. Estuvo un buen rato masajeándole los pechos y apretando una y otra vez su prominente paquete contra su entrepierna. Mamá no hacía nada, parecía inmovilizada, se mantenía firme sintiendo las rugosas manos de Fernando por todo su cuerpo; El desgraciado apoyó una de sus manos sobre la parte superior de su muslo derecho, de a poco fue subiendo la falda hasta que pudo acariciarle la entrepierna, le acaricio con bravura; ella volteó un momento hacía abajo y vio los avilés movimientos por debajo de su falda. Fernando estaba sumamente excitado, su rostro era enfermizo, parecía un lunático, su arrugado rostro delataba un placer morboso.

Sin perder más tiempo subió el vestido hasta sacárselo por los hombros, quedando desnuda sólo con su delicado sostén de medias copas ya que las bragas las había perdido con el Greñas en aquel metro bus. Se retiró de ella y dándole un terrible jalón le arrancó el sostén por en medio, quedado colgado parte de ello entre sus pechos y los hombros. Mamá quedó prácticamente desnuda en medio de la sala, claramente se veía cómo todavía mostraba indicios de los terribles momentos que había pasado esta tarde, sus pechos seguían con ligeras zonas coloradas de los terribles apachurrones sufridos por el Greñas y mi tío, su entrepierna se notaba inflamada por tantos jugos segregados durante todo el día, sus blancas pompas ahora estaban al rojo vivo por tantas manos que las habían amasado durante el trayecto del día y la porriza de ahora en manos de este sádico. La pobre de mí Mamy estaba más calada que una puta de banqueta.

- E-espera Fernando, ..e-esto es no está bien.- Replicó ella haciendo un esfuerzo humano por sobreponerse.- Déjame arreglarme para ti, ..déjame ponerme algo más cómodo.- Le suplicó tratando de demorar lo que pronto acontecería.

- No Mónica así, así te ves más rica, encueradita, peladita solo para mí. Además, para que nos hacemos pendejos los dos, si bien qué quieres que te dé. Anda ven, ..te haré ver las estrellas Mamacita.- Y la jalaba del brazo.

- No Fernando por dios, ..espera mi amor, ..me tendrás, pero déjame arreglarme un poco para ti.

- Arreglarte, para qué?

- Si, déjame ponerme linda para ti, ..déjame complacerte como mereces.

- Te juro Mónica que soy capaz de dejar a mi familia solo por ti, ..si tú quieres serás ya la única mujer que tendré, de verdad te lo juro. Desde el primer momento en que te vi no perdía las esperanzas de estar así contigo antes de morir, ..por eso envidiaba tanto a Rodolfo y hasta quise ser como él.. dios, no sabes cuánto te deseo.. te deseo, te quiero Mónica.- Cambió ahora el modo de hablarle.

A Mamá le asusto, le impacto tal confesión, este desgraciado estaba enfermo, era como un psicópata fan, de esos que siguen a las estrellas de la televisión por todas partes. Con eso ahora Mamá no estaba asustada, estaba más que aterrada, si no le seguía el juego a este lunático era capaz de matarla y matarme a mí también, era el momento de pensar bien las cosas, ya no solo estaba su dignidad en juego, estaba vida de ambos en manos de lo que hiciera. Fernando era un auténtico enfermo mental y su obsesión ahora era mi Madre.

- E-está bien, Fernando siéntate, ..t-engo que asegurarme que Pedrito no bajara. Creo haber escuchado ruidos allá arriba.- (lo cual quizás era cierto, había hecho algo de ruido al quitar la rendija donde me hallaba).- susurró con su peculiar sensualidad, sonriéndole esperanzadora.

Todavía incrédulo, pero expectante por si se la jugaba, el asqueroso panzón se dejó caer sobre el sofá de la sala. Vio que Mamá caminaba como con miedo hacia la escalera apresurándose a levantar toda su ropa antes de subir. Mi Madre no se imaginaba que su pequeño hijo que tanto quería y que tantos sacrificios hacía por él, estaba agazapado en una rendija de ventilación observándolo todo desde hace un buen rato. Aunque se notaba el miedo, ella era consciente del peligro que estábamos pasando si no le obedecía, se alejó de él mirándolo provocativamente, aún albergaba en su consciente una forma de salir ganadora y bien librada de esta situación en la que estaba. Se mal colocó su vestido y se dirigió a las escaleras para ir a su recamara a arreglarse. Enseguida, y entrándome un pavor pues quedaría al descubierto y si Mamá en estos momentos subía, pues me encontraría a medio pasillo husmeando todo lo que ocurría. Afortunadamente para mí, una extraña curiosidad se apoderó de mi Madre que antes de subir los escalones se detuvo a preguntarle:

- ¿Te hago una pregunta, Fernando?,- Susurró ella mirándolo dubitativamente.

Sentado en la orilla de su flamante sala de 4 piezas, viendo como el ser más repugnante que ella conocía se preparaba para fumar esos carísimos habanos que su Esposo como adornos coleccionaba, para voltear a verla proyectándole una mirada cargada de sexo y que por anticipado ya saboreaba el delicioso platillo que tenía al enfrente por venir, con el que se daría el festín de su vida.

- Si, putita rica?,- Replicó intrigado el malnacido.

- No te da, aunque sea un poquito de remordimiento hacer esto, ..sabiendo que soy la Esposa de la persona que tanto admiraste.

- Rodolfo no tuvo la culpa de tener a un viejorrón como tú por Esposa, ..ni de no haberte culiado antes de morir. Ni yo tampoco por haber sido más listo que él, y tener para mi ahora a su flamante mujer tan buenota y caliente, solo para mí. Anda apúrate que me muerto por hacerte cosas ricas.- Explicó sonriendo el desgraciado.

- Hace un rato me dijiste que me amabas, ..¿te parece hacerle esto a la personas que amas?.- Musitó ella, empleando algo de psicología para ver cómo podía manipular a ese cerdo, tratando de sacarle un poquito de misericordia.

- Me parece que si quieres, ..siempre lo has deseado, además me calienta tu prepotencia y altives. Estoy seguro que por dentro de esa fachada de mujer altiva y arrogante esta una puta en potencia, una de lujo claro está, ..y ahora lo que necesitas es un hombre que te surta bien y bonito. Pero no te preocupes cariño, ese soy yo, siempre lo he sido y lo seré. Siempre te he esperado Mónica, ..yo seré tu verdadero tu hombre, tu macho, me tendrás todos los días aquí listo para cogerte.- Por más que Mamá intentara sacar un poco de remordimiento a ese hombre no dejaba de ser un asqueroso cerdo sin escrúpulos al fin y al cabo, y ya estando a punto de lograr su mayor sueño, pues nadie lo iba a detener.

- N-no puedo creer que me estés diciendo esto..- Agregó dándose la vuelta para subir las escaleras, con una expresión de asombro. No sorprendida porque ya anteriormente la había tratado así, sino porque le estaba prácticamente confesando un futuro sometimiento a ella.

Ufff.. Por poco y me encontraba mi Madre atorado a medio pasillo, afortunadamente se detuvo para dialogar. Inmediatamente me metí a mi recamara e hice como que estudiaba colocándome los audífonos, como si hubiera estado todo este tiempo ausente de lo que había estado pasando en la sala. Mamá entreabrió la puerta de mi cuarto y viéndome con ojos casi llorosos me dedico la más dulce de las miradas. Enseguida me quite los audífonos e intenté simular ingenuidad, la verdad que me costó trabajo ya que sentía un fuerte mudo en la garganta por lo que le estaba pasando. Mamá sin tratar de entrar, solo en la puerta trató de decirme:

- Mi amor, ..estás estudiando?

- Mamá, porque Fernando está aquí, ..y porque tiene que gritarte tanto?- Pregunté, tratando de que con mi pregunta Mamá tuviera una esperanzadora respuesta para cambiar nuestra vida.

- L-lo que pasa mi vida, que desde que tu Padre ya no está, ..y-yo tengo que tratar asuntos de oficina con él. Y los problemas en las oficinas son grandes mi amor, ..y aunque parece que él siempre está enojado conmigo, no lo es. Por eso mi amor te pido que no vayas a bajar hasta que yo vuelva, ..voy a estar hablando un rato con él.. p-para solucionar las cosas que hay pendientes. Quédate aquí y no salgas cariño, ..yo vendré a verte cuando él se vaya. Si mi amor, ..¿harías eso por mí?- Me preguntó con la voz entre quebrada.

- Si Má, ..pero no deberías dejar que ese hombre te grite. ¡Es más, ..no deberías dejarlo entrar a la casa!- le imploré sacando mi coraje.

- Si mi amor, ..hablaré con él. Te quiero mucho mi vida.- Se despidió amargamente.

- Cuídate Má.- Me despedí yo también, sintiendo como cuando un niño se despide de su Padre tras ir a la guerra. Pues Mamá iría a la batalla, pero de cama con aquel cerdo asqueroso.

Una vez que Mamá cerró la puerta, esperé hasta escuchar que ella entrara a su recamara. Sabía que Mamá mientras se vistiera para agradar ese desgraciado estaría llorando, maldiciendo al destino por estar pasando por todo esto. Esperé unos minutos sin salir de mi cuarto cuidando de que cuando ella bajara para entonces irme a meter aquella rendija que de pequeño usaba como escondite secreto. Créanme que mi corazón bombeaba a mil por hora, sentía una extraña sensación que no me podía explicar, sentía como miedo y a la vez desesperación. Miedo a que pudieran verme y desesperación por saber que era lo que pasaría con Fernando allá abajo.


Pasaron unos 15 minutos en los que no escuchaba absolutamente nada, los nervios me carcomían, pero de pronto escuché la puerta de la habitación de Mamá al cerrar y sus altos tacones que caminaban por el pasillo con dirección allá abajo.

En cuanto estuve seguro que ya Mamá había bajado lo suficiente como para no poner verme, abrí con cuidado mi puerta y me escabullí por el pasillo. La rendija estaba abierta por lo que esta vez no lograría hacer ningún ruido. Cuando me adentré a ella y observé hacía el otro lado en dirección de la sala de abajo, me enteré por que Mamá se había mantenido en silencio esos 15 minutos.

Mi total atención se fijó en las transparencias que esas prendas negras cubrían el cuerpo de mi Mamy. ¡Maldición pero que era lo que pensaba ella?, ..no se habría vestido de esa manera para provocarle?, o si?... Sus portaligas, que más bien eran tiras que sujetaban sus medias; su brasier de igual trasparencia que el resto de sus ropas y sus pequeñas panties que no le cubrían absolutamente nada. El desgraciado Fernando casi se ahoga por el habano que estaba fumando; recuerdo alguna vez con mi Padre mientras yo caminaba en silencio por el pasillo en unas de las noches apenas logre escucharle, que le decía que se veía tan hermosa, que podía estar muy cansado, pero apenas lo sorprendía con esas prendas adornando su cuerpo, no aguantaba las ganas de hacerle el amor, me imagino que con ese tipo de prendas Mamá sorprendía a Papá cuando llegaba cansado de pues de trabajar.

Cuando me di cuenta, Mamá estaba frente Fernando que le admiraba casi babeante lo sensual que se veía; su pequeña cintura, abriéndose en unas preciosas caderas, daba el soporte a sus pequeños corales. Y cuando la observé por detrás; el conjunto de ese hilo perdiéndose entre sus voluminosas nalgas, con ese fino portaligas que rozando su trasero se unían a sus ligas a medio muslo, créanme que pese a que era mi Madre y se estaba mostrando a otro hombre que no era mi Padre, se veía increíble. Aquel brasier tipo bikini que juntaba sus gloriosos pechos generando una increíble vista de su canal y su sensual lunar en su seno izquierdo. Caminó hacia él mirando a los ojos, si realmente no conociera lo que pasaba y que estaba siendo chantajeada diría que se sentía sensual, que sentía como una hembra excitante, ..y que le gustaba.

- Te gusta?, ..lo compré para Rodolfo. Antes de que comenzara su enfermedad.

- Maldición Mónica, ..te ves rebuena.

Fernando quiso acercársele para abrazarla y besarla pero Mamá lo detuvo con la palma abierta. Se dirigió al pequeño bar donde Papá celebraba algún contrato con otro dueño y preparó dos copas.

- ¡Puta madre Mónica!, eres como esas viejas que solo se ve en las películas y revistas,.. eres tan hermosa.. sabes cómo realmente calentar a un hombre.. como provocarlo.. Siempre que ibas del brazo de Rodolfo te mirabas tan imponente, tan inalcanzable, pero en el fondo eres como toda mujer. Te encanta lucirte y que te vean, ..en sí, eres todo una puta, ¡Je je je!.. ¡pero de lujo!!

- ¡Ji ji ji!.. Fernando, pero que cosas dices.. estás hablando como si fuera una devoradora de hombres. Sabes que nunca lo he sido y nunca lo seré, ..si llego a aceptar es porque quiero que no nos perjudiques, ..entiende que solo lo hago por mi hijo, ..a mí hazme todo lo que te plazca pero a él no me le toques ni un pelo, entendido?

- Yo no le haré nunca nada siempre y cuando me obedezcas en todo, ..que no te das cuenta que estoy prendido de ti. Tal vez no quieras reconocerlo, pero ayer te convertiste en una verdadera hembra, ..o será que extrañas esto entre tus piernas?..- Exclamó el malnacido sarcásticamente a la vez que llevaba una de sus manos a su bulto totalmente erecto y grande.

- Me convertí o quieres que me transforme?- Musitó con una extraña cachondez la que nunca imaginé que mi Madre tendría, a la vez que se dirigía a entregarle la copa de licor mientras observaba ese henchido bulto que se figuraba en el pantalón de Fernando.

- Lo disfruté como no tienes idea, ..y con solo imaginar lo que enseguida te voy hacer, mira nomás como me pone. .. Déjame tenerte por la buena Mónica, ..yo puedo darte todo al igual que Rodolfo.- Le suplicó ansioso.

- Hay Fernando que cosas dices, eres como todos los hombres, primero prometen y después.. Ji ji ji.. Simplemente te excita la idea de tenerme.. de ser la Esposa de tu Jefe a la que tienes aquí.- Y casi se maldice por reconocer eso ante él. Que por extraño que pareciera, Mamá se estaba adueñando de la situación, al ver que Fernando tomaba una actitud más conciliadora.- Te agrada eso verdad, ..es simplemente eso.- Agregó estirando la mano y rozando ligeramente su abultado paquete.. lo palpó... lo sintió duro.. listo para ella.

Mamá no pudo evitar estremecerse, más sin embargo supo controlarse, había planeado jugar con Fernando, esa era la idea cuando le dijo que se vestiría para él. Enloquecerlo, quería volverlo loco hasta suplicar para que el aceptara y luego buscar una manera para recomponer todo esto. Si eso era lo que planeaba Mamá, aún albergaba cierta esperanza de salir de esto. Su mente racional aceptaba hacer cualquier cosa con tal de que ese ser tan miserable no estuviera a cargo de nuestras vidas. Sentándose en el sofá a su lado y mientras bebía, estiró su brazo tomando una buena porción de su envarada verga aun cubierta por su pantalón, la rodeó completamente haciendo que se cimbrara al sentir su delicada caricia con la mano. Creo que muy en el fondo y por más que se negara a sí misma, también le estaba gustando el jueguito ese de enloquecer a Fernando.

- Todo esto es para ti preciosa, ..anda, vamos ya. Quítate esas ropitas que aunque te ves muy mona, sabes que a mí me gustas más encueradita. .. Anda, bien que quieres putona.- Agregó el cerdo a la vez que colocaba una de sus manos en las bien torneadas piernas de mi Mamy, para así poco a poco ir acariciando mientras la subía, tratando de separarle sus carnosos muslos los cuales ella por instinto cerró al sentir la mano intrusa que quería llegar más allá de lo que tenía pensado permitirle.

- Y si me quieres tanto porque no me conquistas de otra manera?- Le preguntó soltando su inhiesto bulto para pegarle otro sorbo a la copa, dejándolo más caliente de cuando había llegado.

- Tienes unas piernas deliciosas, Mónica, ..ábrelas un poquito.- Le susurró totalmente extasiado, sin dejar de manosear los tersos muslos, esa fresca piel que lo enajenaba, que lo trastornaba.

- Te gustan mis piernas?, ..he vuelto hacer ejercicios.- Musitó como un suave gemido, provocativa, mientras volvía a colar su mano sobre su poderoso miembro, sintiendo su dureza, para luego comenzar a frotarlo lentamente en forma de caricia, de arriba abajo, para después apretándolo, como si quisiera ahorcarlo en cada movimiento de subida y bajada.

- Anda ven, abre las putas piernas, ..anda vamos ya, vamos hacerlo ¡Aah, ah!.- Y jadeaba como un cerdo.

-...N-no, Fernando, tranquilo ..las cosas se disfrutan más con calma. Además, si ya esperaste tanto tiempo, ..que más da un par de minutos mientras nos tomamos las copas y nos conocemos.- Replicó ella como queriendo retardar un poco más el momento para poder dominarlo.

- Conocernos?, pues si nos estamos conociendo ¡Je je je!..- Insistió este tratando nuevamente de introducir su mano, pero al encontrar resistencia.- Ándale que ya no soporto tenerla guardada. Mámamela, un poco.- Le pidió a la vez que la jalaba ligeramente del brazo, instándola a que hiciera lo de esta mañana.

- ¡E-espera Fernando!, ..siempre eres así?, Primero ponte cómodo, ..tenemos tiempo.

- Tiempo es lo que no tiene mi amigo por estar guardado, ..ya quiere sentir esas maravillas que hace tu boquita cuando lo consciente.- Le interrumpió tratando de convencerla.- Anda Mamacita, ya sabes chupar, ..¿qué esperas? ..

Diciendo esto, el muy cínico se quedó recostado esperando que Mamá tomara la iniciativa, realmente quería ver a Mamá cómo una puta entregándose cuando quisiera. A lo que ella ya no pudo retardarlo más, sabía que si no lo complacía un poco este infeliz podía enojarse y volverla a obligar a base de golpes. A sí que completamente resignada fue agarrando botón por botón y le fue quitando la camisa, hasta hacer aparecer de nuevo su tremenda barriga velluda. Ella primero se asqueo del enorme vientre que el sujeto tenía, nunca había visto un cuerpo de esas características, que además de estar muy velludo sudaba como cerdo. Este desgraciado no podía ser más asqueroso, su enorme barriga llena de pelos mostraba la mucha falta de ejercicio. Cómo les había contado en el relato anterior, este desgraciado era un hombre muy velludo, mostraba una gran cantidad de pelos en su pecho y en su espalda, pelos que le faltaban en su incipiente cabezota, ya que mostraba una terrible calvicie haciéndolo más asqueroso.

De pronto, yo no podía creer lo veía, mi Madre con su lengua recorrió los pezones peludos del regordete este, y se fue bajando por su barriga hasta llegar al pantalón, con una suave caricia rosó el tremendo bulto que ya pedía ser liberado, el desgraciado respirando jadeante dejó que mi Madre tomara la iniciativa.

- ¡Oh, ah!, Así Mónica, ¡Oohh!! Ya vez, que te cuesta sacar la puta que llevas dentro.- El cerdo ya jadeaba excitado.

Ella al escuchar la palabra puta sentía que se le partía el corazón, imaginaba que mi Padre la observaba desde el cielo y nuevamente se le nublaron los ojos. Empezó a quitarle el cinturón, abrió el cierre y metió su mano. No pudo evitar un sorpresivo susto al sentir de nuevo aquel pene gordo, largo y curvo, el mismo que la había abierto el día anterior. Sobo su pene un rato por dentro del pantalón haciendo que esa cosa creciera a su mejor tamaño. Un escalofrío le recorrió por la espalda, sabía que ese miembro era mucho más grueso que el de mi tío que le había hecho ver el cielo y las estrellas esta tarde, pero al contrario de aquel, este le podría causar mucho daño. Se puso colorada, por el solo hecho de pensar en eso. Mientras lo hacía, mirándolo a los ojos le preguntó:

- ¡Oh por diosss! ..¿todo esto pretendes meter por ahí?- Le preguntó en tono nervioso.

- ¡Todo Mónica!, ..no te va a quedar ni un pedacito fuera ¡Je, je, je!..

- ¡Uuy! ..pero me va a doler.

- Pues mámamelo bien Mamacita, ..déjamelo bien babeado para que te resbale y no te duela la colita. ¡Je je je!..

- ¡Hay! ..pero está muy gordo, me vas a partir.

- No Mamita, si ya te vi el culo y lo tienes bien dilatado, ..ni lo vas a sentir ¡Je, je!..

Mamá que aunque le hablaba de forma picara, en su rostro se notaba preocupación, estaba realmente preocupada que este infeliz la enculara. Le bajó el pantalón hasta las rodillas, lo que vi casi hace que me descubran, no aguantaba la risa, el infeliz traía calzones cómo los de tarzan, con rayas de tigre, mi Madre al igual que yo no pudo evitar sacar una ligera sonrisa, realmente se miraba muy cómico, tenía el cipote salido por un lado del calzón ya que Mamá se lo había estado masturbando.

- ¡QUE! ..¿de qué te ríes sorra? ..¡haber si te sigues riendo cuando te lo sambuta!!

De nada, dijo mi Madre quitando rápidamente su sonrisa, ese tipo de advertencias en estos momentos eran para ponerle cuidado. Siguió meneando con una mano el tronco de esa monstruosidad, no les miento la mano de mi Madre se miraba insignificante rodeando esa tranca, el desgraciado estaba bien dotado, nada que ver con su cuerpo de ermitaño.

Las respiraciones entrecortadas de ambos empezaron a adueñarse del silencio de la sala, el sonido “Chaka, chucks, choks” que hacía la mano de mi Madre frotando vigorosamente la gruesa virilidad de ese cochino cabrón hacían de ese momento algo caliente, créanme que si no fuera mi Madre la flamante rubia quien masturbaba a ese asqueroso ser sería un momento súper morboso, pero no, era aquella hermosa mujer que me había dado la vida quien soportando el asco y con temor de ser sodomizada, intentaba seguir impidiendo que aquella mano intentara profundizar más en lo más recóndito de sus mórbidos muslos, que a cada momento se cerraban más en un afán inútil de que Fernando tuviera acceso.

Debido a su posición, a como estaba sentada ella por momentos cambiaba de mano mirándolo como a pesar de estar haciendo lo mejor que podía, no notaba en él rasgos de que fuera a eyacular pronto, simplemente lo notaba bastante excitado pero sabía que tenía que aplicarse más a fondo si quería verlo retorcerse de placer. Este desgraciado tenía un gran aguante, si no más recuerdo, el día de ayer había mostrado su buen dote de macho, fueron más de 2 horas el suplicio que tuvo que soportar mi Madre encerrada con él en su habitación, que aunada a la mía observando por la ventana, este desgraciado pudo haberse llevado toda la noche si fuera porque llevaba prisa el día anterior.

Desafortunadamente para nosotros, y más para mi Madre, ella no era de palo y la naturaleza fogosa de su cuerpo estaba empezando a reclamar su derecho a las caricias. Veía a su peor enemigo subir y bajar la mano por sus bien torneadas piernas solo hasta donde ella se lo permitía, pero en un momento dado y a sabiendas de que este no tardaría en reclamar aquello, por lo que pensando que podría darle al menos un chance de hacer más candente el momento, de dejarlo avanzar un poco más y de paso porque no a disfrutar de aquéllas caricias. Entreabrió ligeramente las piernas de tal manera que cuando la atrevida mano de Fernando iba de subida, al no encontrar ningún obstáculo en su camino más que esas minúsculas pantaletas trasparentes, que al encontrarse con la tibia humedad que provenía de su entrepierna y, que poco a poco y aunque ella se negara a admitirlo iba emanando, mojando las paredes internas de sus carnosos muslos. A tal efecto, Fernando hizo bruscamente a un lado su braga, que por lo delgada y delicada que era, ya no serviría para volver a usar. Allá iban cientos de dlls, que me imagino que le habían costado esas minúsculas prendas.

- ¡Pero si ve, estás empapada Mamacita!.- Murmuró el desgraciado sonriendo triunfante.

El nerviosismo en mí empezó aumentar, trague saliva observando como mi santa Madre que aunque se negara a admitirlo, ese desgraciado le iba ganando terreno. Algo muy dentro de mí sabía que poco a poco ella iría cediendo ante sus caricias, lo mismo le había pasado con aquel sucio albañil, al igual que esta tarde con mi tío Carlos, su extraña naturaleza le haría perder el control como sucedió con ambos, sobre todo con mi tío en plena cocina mientras su hermana, mi tía Cesy alimentaba a su pequeño recién nacido. Ahora el momento de la verdad, de saber cómo controlarse y no volver a caer en las manos de este desgraciado.

Pero aunque yo pensaba y me carcomían las ansias de saber que era lo que iba a pasar, ella sin dejar de frotar aquel venoso y grueso miembro, solo lo miró con una carita de angustia, era claro que se preocupaba por las intenciones de ese desgraciado, pues la quería encular.. el peligro estaba ahí.. latente. Mi Madre trataba a toda costa de hacerlo terminar para evitar eso, pero estaba siendo una labor casi imposible de lograr.

- Aahhhh!!, Por dios..- Gimió al sentir los intrusos dedos de Fernando que ya una vez hecho de lado la empapada tela de su pequeñísima braga, se daba a la tarea de calentarla más moviendo sus dedos en el interior de su cálida vulva.

- ¡Maldición, pero si esto está hecho un caldo ya!- Exclamó jugueteando con los pliegues de sus sensibles labios vaginales, encontrando el delicado botón de su clítoris.

E increíble que pareciera era cierto, Mamá en cuanto sintió el rose de aquellos dedos intrusos entre sus pliegues y clítoris inmediatamente reaccionó como si hubiera recibido una descarga eléctrica, sensación que ni ella misma pudo reprimir ya que como un resorte se enderezó cerrando por instinto las piernas. Ella sabía perfectamente que si las cosas seguían así, tarde o temprano terminaría por ceder ante ese asqueroso como había hecho el día anterior. Mamá se estaba empapando nuevamente a pesar de todos los orgasmos recibidos durante el día.. y le dio miedo!. Se atemorizó por unos momentos, que aunque no quería delatarse sabía perfectamente lo que le podía pasar si esto se salía de control. La situación se le estaba yendo de las manos!. Dándose cuenta de esto, Fernando sonriendo socarronamente, esa maldita sonrisa que hacía cuando se siente ganador.

- Ven, ..chúpame un poquito, ..pónmela a tope para encularte.- Volvió a la carga incorporándose a la vez que la tomaba de la nuca instándola a que accediera.

- N-no.. espera Fernando, ..esto no está bien.- Susurró como suplicando que no le pidiera aquello, claro que este la notaba no muy convincente.

Yo estaba con el alma en un hilo, sabía que si ese cerdo no quitar el dedo del renglón pronto obtendría su cometido, simplemente con hacer un poco de presión tendría a mi Madre bajo su total dominio. Por lo que, mientras se recostaba prácticamente en el sofá la trajo consigo. Pronto Mamá se encontró con ese asqueroso y mal oliente hongo a centímetros de si, casi rosándole los rosados labios. Yo observaba a mi Mamy extraña, ya no se quejaba, estaba quieta observando ese glande palpitante, como tratando de ya no pensar en nada, en no hacerle caso a la razón, pero desgraciadamente los estímulos que su entrepierna había estado recibiendo, en un movimiento reflejo, casi como si lo hubiera hecho para no arrepentirse, abrió los labios para de uno solo bocado tratar de abarcar la asquerosa cabeza en su interior.

No lo podía creer.. era como si Mamá no hubiera podido reprimir el antojo que se le ofrecía ante sus ojos, que de un sólo golpe se introdujo ese grueso falo, venoso y duro dentro de su cavidad bucal que caliente lo albergó y saboreó durante unos segundos, dándole ligeras lengüeteadas, como sacándole brillo, succionando suave y fuerte a la vez, dejando que resbalase dentro de su boca y sintiendo cómo crecía más dentro de ella. Por extraño que pareciera era como si esa mezcla de dureza y suavidad de la verga de Fernando la cambiara, la pusiera a punto.. sentir crecer, aún más, ese tremendo trozo de carne y venas, caliente… ardiente… la hacían sentir una mujer dispuesta a todo, su cabeza giraba en un torbellino lleno de deseo y pasión. Finalmente, rodeó con su lengua la cabeza de tan tremendo manjar, y mirando al desgraciado lo tomó de ambas manos, diciéndole:

- Ahora esta puta va a chupártela cómo ninguna otra puta te lo ha hecho.

¡QUEEE!!!, Así me quedé con la cara dibujando un WHATS!!. P-pero en qué momento volví a perder a mi Mamy. Que haciéndose de lado su dorado cabello del cual Fernando también se encargó de ayudarle, que hasta con ternura se lo recogió para que no le estorbara, para así observar con sumo placer como su gruesa virilidad poco a poco iba desapareciendo dentro de esos aterciopelados labios. La visión que tenía era por demás perturbadora, las mejillas de mi Madre estaba completamente estiradas, que luego de dos o tres intentos por albergarlo dentro de sí, por fin logro acomodar toda esa cabezota de carne en una de ellas; el asqueroso hongo quedó perfectamente dibujado dentro de las mejillas de mi Madre, tanto que hasta parecía que se los iba a romper.

- ¡Eso es! ..¡Chúpamela sorra! ¡Oh, ooh!.- El desgraciado estaba que babeaba.

- ¡Aaahhhh!!...- Exhaló ella un suspiro al extraer el durísimo glande y poder tomar algo de aire.- Te voy a hacer la mamada de tu vida.

Yo estaba petrificado, jamás en mi vida había, ni pensaría escuchar a Mamá decir tales cosas, ella siempre fue para mí la viva imagen de la perfección y la rectitud, una mujer tan hermosa y glamurosa cómo ella no podía permitirse el descaro de decir tales palabras. No cabe duda de que Mamá ya no era la misma. Ella misma y sin que este la obligara se arrodilló delante él y empezó a lamer el glande, olvidándose por completo de la mala higiene de ese asqueroso y su inconfundible olor a marisco. Que abriendo la boca se metió todo lo que pudo en sus labios, lo demás lo tomaba con ambas manos para lograr estimular en su totalidad. Se entretuvo largamente con su lengua en la desnuda punta, ese hongo purpura de excitación del cual se desprendían no sé qué tantas cosas asquerosas. Sin prepucio ella tocaba directamente la carne que tanto la aterraba pero que parecía que esta vez la adoraba.

- ¡Ooohhh!!! ¡Me encanta cómo la mamas!!

- .. Ahg ..mihg tag..biegh ...¡Aaaahhhh!!! Y a mí me gusta verte gozar.- Le respondió sacándoselo de la boca.

- Deja de hablar y sigue mamando. ¡Ooohh!! .. Hoy estás solo para chuparme la verga. ¡PUTA!!

- .. Glagg… shiiasss… Ogh!

Pero antes de que pudiera seguir hablando, con la misma mano que sujetaba su cabello ejercía presión sobre la nuca para volver a introducirle el goteante glande ahora si de uno solo hasta que su boca llegó a la mitad del grueso tronco, y sin dejar de sostenerla del cabello la comenzó a guiar en fuertes acometidas las cuales tuvo que soportar mi Mamy apoyándose con las dos manos sobre el sofá una a cada lado de este para no salir lastimada, ya que dado la fuerza con la que la embestía sentía como esta le llegaba al principio de la garganta, obstaculizándole momentáneamente la entrada de aire.

Mamá se quedó unos segundos con ese tremendo falo hasta la mitad. Ella no paró de mirar a los ojos durante ese tiempo, cómo las pasadas ocasiones la había enseñado. Haciendo conexión entre ambos, viéndolos desde mi punto, se sentían unidos mediante su verga, ella adorándole el garrote, en cierta forma era su dios, el enganche para seguir existiendo. Se prometió que lo haría gozar cómo nunca. Primero uso una mano para sujetar y dirigir el pene, pero rápidamente el marrano la detuvo.

- ¡No uses las manos puta!, ..las verdaderas rameras sólo usan la boca. Quiero sólo que me la mames, que me la chupes. ..¡eso es! ¡Chúpala! ¡Traga zorra!!

-  Glagh!! Ugh- Palabras inteligibles que Mamá producía con su garganta obstruida por esa cosa.

Si no empezaba a lamer, no podría quitarse esa molesta sensación de ahogo. Así que empezó a hacerlo. Fernando cerró los ojos, disfrutando del suave tacto de la lengua de mi Mamy. Que por fin después de unos angustiantes segundos este le dio más espacio, que pudo respirar un poco más. Mamá siguió lamiéndolo con interés, actitud extraña para una persona que siempre fue ajena a eso, de actitud sumisa. Después de segundos que parecían pasar lento. Este ordenó que la felación aumentara en velocidad. La intención era clara, deseaba verla convertida en una auténtica puta, en su ramera. Ella seguía hincada, con Fernando sentado frente a ella.


La situación en la sala de mi casa era cada instante más agobiante. Mamá estaba cada vez más sudorosa, los fluidos pre seminales de ese cerdo, la saliva de ella, todo parecía estarse mezclando cuando extraía esa cosa de su boca que sosteniéndolo únicamente con los labios se daba a la tarea de lengüetear, succionando todo lo ancho de la majestuosa cabeza, restregándosela en las mejillas cuando intentaba introducírsela de nuevo.

- ¡Aah!, .. Déjame agarrarla.. por favor... déjame hacértelo a mi manera.- Pidió ella.

Fernando le miró en silencio.

- Respira profundo...- ordenó.

Mamá sabía qué significaba eso. Penetración oral. Fernando sujetó la cabeza de mi Madre y empujó su cosa acomodándola en su garganta. El pene era tan grueso que ella empezó a soltar lágrimas de nauseas. El forcejeo continuó hasta que la garganta cedió un poco, entonces fue penetrada por más de la mitad de esa cosa. Créanme que el bulto apareció en la garganta de ella, aparentando casi el doble de su normal diámetro. El desgraciado cerró los ojos, disfrutando de la calidez y presión que la garganta de mi Madre le producía. Pero a partir de los 20 o 30 seg. Mamá empezó a golpearle en un desesperado intento de liberarse. Podía morir asfixiada si ese desgraciado no se dignaba a soltarla. Fernando por fin retiró su infernal cosa casi por completo, haciendo que una gruesa película de baba los uniera completo, pero el descansó no duró mucho tiempo, tan sólo para penetrar una vez más hasta el fondo de manera brusca. Mamá empezó a golpearlo con desesperación propia de sentir la muerte. Pero a este desgraciado parecía fascinarle el angustiante suplicio que reflejaban sus hermosos ojos azules al quedarse sin oxígeno. Que para aumentar su gozo, atrapó la cabeza de Mamá con las piernas, con la que la pobre no solo tuvo que batallar con esa tremenda cosa en su garganta, si no que la terrible pinza que ese desgraciado hacía sobre su cuello.

Aparentemente los roles habían cambiado, ya que de nueva cuenta Mamá había perdido el control sobre el provocativo juego que había empezado, adoptando la misma posición a la que había tenido al principio... es decir, ahora Fernando volvía aplicar su mal trato y su manera déspota con ella, nuevamente Mamá era la víctima.. y es que la excitación que estaba haciendo presa de este parecía no poder controlar, y lo demostraba con cada empujón que le daba a su venosa tranca ya que al hacerlo la apretaba como si quisiera sacársela por la nuca o llegársela al estómago. Al contrario de mi Madre que su intención era volver a respirar. Ya habían pasado más de 30 segundos sin el vital gas. Afortunadamente Fernando por fin sacó su pene, liberándola de la garganta y boca de mi Madre que inmediatamente se tiró al suelo sobre sus rodillas para empezar a toser con desaparición dando grandes bocanadas de aire. Tosió algo de baba en su intento de respirar, que cayó hacia el suelo. Fernando miraba el espectáculo con orgullo masculino.

- Un día de estos podrás tragártela entera, ya verás.- Susurró este, como si con eso no hubiera sido suficiente y amenazando con volverlo a intentar en futuras ocasiones.

Una vez que Mamá regularizó la respiración y secó sus lágrimas, sin decir nada más estiró su brazo para volver a sujetar esa verga, como si no hubiera pasado nada del suplicio que sufrió simplemente lo frotó vigorosamente como para aproximarle la venida, quería que este desgraciado terminara para que supuestamente no intentara lo que vino hacer, pero creo que inconscientemente no quería que eso pasara, esa sensación de escalofríos que le recorría la espalda sabiendo que en cualquier momento lograría ese objetivo, y aunque quería disimularlo, su respiración agitada así como el subibaja de sus prominentes senos que recibían pellizcos y manoseos de vez en cuando la delataban.

- ¿Q-que me haces?- susurró ella que dejándose llevar.

Fernando la sujetó de los brazos para levantarla y echársela encima, para besuquearle el cuello y mamarle los senos, lo que ella sin pensarlo abrió los brazos y las piernas para quedar sentada sobre las rodillas de este, sin dejar de mirarlo con ese brillo en los ojos que una mujer proyectan cuando desean ser poseída. Evidentemente que eso era lo que quería ese desgraciado, no iba a perder la oportunidad de encularla de una buena vez y para siempre, hacerla su puta como la mayoría de las veces le decía. Por lo que haciendo uso de todas sus artimañas sabía que pronto accedería, aunque si no tampoco se detendría, comenzó a mover los dedos de tal manera que Mamá tuvo que controlarse para no gritar, mirándolo totalmente excitada, con el rostro desdibujado que parecía suplicar, que denotaba angustia, soportaba los hábiles escarceos que la mano de ese desgraciado volvía a prodigarle en la vagina.

Aunque esta vez fue diferente. Mamá ahora se mantenía con los ojos entrecerrados y se mordía el labio inferior en un afán de apagar sus gemidos, los cuales sin poderlo evitar salían desde lo más recóndito de su ser. Un escalofrió me recorrió el cuerpo, veía que ella poco a poco estaba cediendo. Y Mamá también lo sabía, que aunque quería detener todo aquello una fuerza extraña en su interior no la dejaba, es más parecía que le gustaba, era como si se excitara el sentirse a punto de ser ultrajada. Por más que Mamá intentara evitar a toda costa el momento, ya lo deseaba, ya lo quería, pero su posición y su dignidad se lo impedía:

- F-Fernando.. n-no sigas, por favor... t-te lo suplico..- Gemía suplicante, sin dejar de estremecerse sintiendo aquellos gruesos dedos hurgar entre su empapada vagina.

Fernando complaciente veía acercarse el momento que tanto tiempo había esperado.. 8 años ni más ni menos, es decir cuando mi Padre le dio la oportunidad de trabajar en la Empresa, seguro que el muy patán ya le había puesto el ojo y la bragueta.

- Como chingados no, ven..- Susurró Fernando tomándola del brazo.

- Q-que..- Replicó ella un poco destanteada aunque por dentro he de decir que ya no era dueña de sus actos.

- Hazme una cubana, como la de ayer. Métetela entre las tetas.- Le ordenó a la vez que la instaba a que le pusiera sus dos pechos.

- Ohh!.. Fernando.- Exclamó Erika que sin dejar de mirarlo, pero con esa mirada ya pérdida por la excitación.

- Anda ya, ..quiero ver esos pinches melones atravesados por mi estaca. Y no que te quites el sostén, ..me pone a 100 pensar que fue para Rodolfo, eh.- Musitó, mirándola como si fuera su dueño ya, a la vez que la baja para que Mamá se situara de nuevo frente a él.

Y sosteniéndose sus dos prominentes pechos con las manos, Mamá acaparó el grueso miembro colocándolo entre ellas, abrazándolo, cobijándolo con la tibies de sus mamas. Lo que si me tenía un poco desconcertado y bastante furioso, es que Mamá ya no se comportara como aquella mujer de carácter fuerte y que en ocasiones hasta caía mal por su aparente superioridad sobre los demás, ahora simplemente le miraba sumisa, observando aquel rostro de satisfacción, que sonriendo socarronamente la veía dispuesta a iniciar por lo visto la segunda rusa de su vida.

- ..¡Ooh! .. Así, Mónica, ..ya ves que te cuesta?. Si por dentro llevas a una puta en potencia, ¡Je je!.. Pero de lujo, aclaró ¡Je je je!..

No se si era cierto lo que decía ese maldito, pero lo que estaban viendo mis ojos en plena sala de nuestra casa me destruía el corazón. Mi Madre hincada frente a ese asqueroso aborigen cubierto de pelo, casi desnuda si no fuera por esas prendas trasparentes que había decido ponerse para este momento, con una cara completamente desconocida que jamás imaginé que ella pudiera poner. Que bajando la vista hacía ese grueso pedazo de carne colocado por dentro de su exclusivo sostén en medio de sus blancos senos, para comenzar a frotarlo despacio, con suavidad, abrigándolo como no queriendo lastimar, que a pesar de la dureza que mostraban, su misma calidez los hacía suaves y confortables para ese desgraciado.

Como les había escrito al principio del relato, Mamá cuenta con dos portentosos pechos blancos que a pesar de la maternidad hasta ahora nunca han sufrido de la fuerza gravedad, y por supuesto que no son operados, siendo la envidia del grupo de amigas que frecuenta que aunque algunas lo niegan era por demás claro que ya habían pasado por el quirófano, por lo que Mamá siempre salían a relucir ante todas por su naturalidad y belleza, que mostrándolos con cualquier tipo de escotes siempre eran su mejor carta de presentación, y el mayor motivo para que los hombres no le quitaran los ojos de encima. Hablo de esto ya que a pesar del tamaño de la tripa de Fernando, por momentos parecía perderse entre esas majestuosas y perfectas protuberancias blancas. Y Mamá que empeñada en hacerlo acabar, ponía gran empeño para lograrlo, sosteniendo firmemente sus pechos apretaba ambos como tratando de asfixiar el henchido tolete que tenía atravesado entre ellos. Subiendo y bajando, exprimiéndolo, que aunque ella tratara de negarlo y disimularlo, ya respiraba ansiosa, gemía suavemente como no queriendo ser muy obvia. Por momentos subía la mirada, lo veía jadeando, sudando como cerdo y caliente como un perro.

- Ven... acuéstate, ha llegado el momento de montarte.- Exclamó de repente este, jalándola del brazo para levantarla.

- ¡N-no, no Fernando, espera!.- Replico ella intentando retrasarlo un poco más, pero Fernando la sacó de su letargo volviéndola por un instante a la realidad y darse cuenta que su peor enemigo estaba listo para sodomízala.

Por unos segundos sintió miedo, por más excitada que estaba no estaba completamente segura de lo que podía pasar, esa tremenda cosa larga y ancha era casi imposible que entrara en ella. Quiso oponerse más sin embargo Fernando ya se le estaba acabando la paciencia.

-... ¿Esperar que putona? ¡Ooh!, ..he?, que no te das cuenta como estoy.

Sin darle tiempo a reaccionar, la recostó sobre sillón y de inmediato incorporándose se montó sobre ella pasando sus piernas una a cada lado, aplastándola prácticamente con su robusto cuerpo, colocando de nuevo su asqueroso tolete y sus sudorosos güevos a la altura de sus pechos que ya se encontraban perlados de sudor y en otras cosas.

-... Ahh! Fernando, por dios que haces.- Gimió suavemente mientras sentía como el enorme glande se abría paso de nuevo por dentro de su sostén y entre sus pechos, deslizándose por el canal que las separaba.

- Esto Mónica es una puta cubana, ..aprende, para que después tu misma sea la que me complazcas.

El sudoroso aborigen ese, situándose cómodamente sobre ella empezó a moverse para adelante y hacía atrás como copulando sus senos, embarrando del propio sudor de sus asqueroso güevos todo el tórax de mi Mamy, que para su desgracia, su parte racional ya no trabajaba más, ahora era puro sentido, pura calentura. Afortunadamente para ella solo era eso, masturbarse con sus pechos, al final se sintió más tranquila, pero era obvio que solo con eso no quedaría satisfecho el desgraciado. Que para agradarle y que no buscara otra manera, Mamá colocó sus manos a cada lado de sus pechos encerrando hasta donde podía la magnitud de esa gruesa cosa, para luego iniciar un vaivén que en cada movimiento de avance, el reluciente glande casi le llegaba hasta la altura de los labios, los cuales y no sabiendo él por qué solo por inercia, abrió para prodigarle ligeras lamiditas cada que esta se acercaba. Y es que ahora Fernando era el que llevaba las riendas, desde mi punto de visión, parecía un jinete que bajo su cuerpo tenía a la más hermosa de las yeguas. Lo que si me intrigaba y asustaba de sobre manera era que mi Mamy simplemente le veía desde abajo, sin oponer más resistencia, como resignada a lo que viniera, respirando hondo, simplemente manteniendo sus enormes pechos juntos.

Y es que qué más podía hacer mi Mamy, en esa posición la pobre no podía hacer otra cosa, no podía ni moverse ya que el peso de ese cerdo sobre su delgada anatomía se lo impedía. Por momentos sus miradas se cruzaban, pero no se decían nada, ya solo se escuchaban gemidos y jadeos. El ambiente en la sala llevaba una carga sexual bastante alta, créanme que lo podía respirar desde arriba.

- ¡Puta madre, que ricos melones tienes puta!, ..¡Ooh!, no puede creer que Rodolfo nunca te haya hecho esto, eh.- Exclamó el desgraciado sonriendo socarronamente.

- No.. jamás hacía este tipo de cosas,- Susurró delicadamente, diciendo la verdad.

- ¡Je je je!.. Maestro en los negocios y pésimo para la cama, debía de suponerse. Pero no te preocupes Mamacita, ..yo te voy a enseñar de todo.

- ... ¡Ah!, por dios Fernando, ..apúrate a terminar.- Replicó un tanto ansiosa ella porque ya eyaculara..- ¡Aahhh!, que haces?- Volvió a gemir al sentir como ahora este le pasaba su asqueroso miembro por toda la superficie de su cara, embarrándola con todo lo que contenía, haciéndole saber quién manda.

- Terminar?, claro que voy a terminar putita, pero no sobre tus tetas, ..mala, putita mala ¡Je je je!..- Le decía golpeándole con su pesado tolete en las mejillas y en la boca.

Otra vez la estaba humillando a su antojo, rebajándola al grado o peor a la de una prostituta que soporta eso y más solo por dinero. Pero lo que más asombro me daba y un escalofrío me recorría el cuerpo, era ver que en esta ocasión Mamá no se sentía degradada como el día de ayer, ahora hasta parecía agradarle, hasta el grado de aparentar para evitar ser muy evidente. Seguía gimiendo suavemente, soportando los denigrantes golpes que ese cerdo le daba en el rostro con su pene. ¡Este maldito era maestro en las artes de humillar y degradar a una mujer!! Con paciencia y con un gozo que se le veía en la cara seguía repasando su asqueroso miembro sobre el rostro de mi Madre.

- ¡Aahhh, Fernando!..- Gimió un poco más fuerte al sentir como su lindo rostro de facciones perfectas se mancillaba en fluidos de babas y en otras cosas. Con fuerza le daban golpecitos, como si fuera una porra golpeando una mano, embadurnándola y humillándola a tal grado.- ¡Aaaaahh, para!.- Volvió a gemir a la vez que volteaba ligeramente la cara.

Era un espectáculo grotesco ver a ese horrible panzón cubierto de bello y sudoroso sobre mi Madre, espectáculo que por cierto yo, el pequeño hijo de esa hermosa mujer rubia, la cual era degradada de aquel modo, estaba presenciando desde una de las rendijas de ventilación del segundo piso, inerte, con el alma destrozada y aterrada. Mi Madre se revoloteaba sobre uno de los cojines de la sala, en la que prácticamente tenia sumida la cabeza, con los ojos cerrados y los labios semi abiertos emitiendo ligeros quejidos que denotaban su incomodidad al estar recibiendo esos "macanazos". Mamá volteaba hacía los lados el rostro en un afán de librarse de la seguidilla de golpes. El hijo de puta prácticamente le había bañado el rostro en fluidos pre seminales y babas, parte de su sedoso cabello se le venía a la cara pegándosele a la piel, haciéndola ver más denigrada.

Y cuando pensé que era lo peor, el muy cabrón se deslizó aún más para delante, quedándose prácticamente encima de la cara de mi Madre. Ella sintió como los asqueroso güevos le caían en la barbilla y sus asquerosos pelos le rozaban las mejillas y la boca. Momentáneamente Mamá levantó la cabeza saliendo de su letargo pero fue cosa de solo segundos, ya que de nueva cuenta sintió como sus labios eran separados.

- ¡Abre la boca y toma aire!- Dijo sujetándole la nariz y obstruyéndole los orificios nasales.

- No, pogh fag...

Maldito, en esa posición hasta podría asfixiar. Mamá estaba indefensa, con ese horrible oso sentado prácticamente sobre su cara. Fernando deseaba más, torturarla, comenzó a mover sus caderas entrando y saliendo a su voluntad. Mi Madre hacía el intento por soportar eso pero era demasiado. Por dentro ella intentaba acomodar toda esa masa de carne, pero obvio que era imposible. El viejo se regocijaba observando a su presa indefensa, ahogándose con su horrible hongo dentro de aquella boca. Mientras ahora era el panzón el que dirigía la mamada, se la estaba jodiendo por la boca literalmente. Cada vez empujaba más y más adentro. Entonces ante mis ojos, que se mantenían abiertos cómo platos, pude observar con detalle el momento cuando la pelvis de ese hijo de puta choco contra la nariz de mi Madre y entonces se la tragó entera. Una leve arcada hizo efecto en ella, sus ojos se voltearon poniéndose en blanco. Yo me asusté. Pero enseguida él se retiró. Mamá respiró profundamente dejando escapar unos hilillos de saliva.

- ¡COFFF!! ¡COFFF!!! ¡Aaarrgghh!! Es ..muy ..grande ¡COFFF!! ¡Por dios no!!

- ¡Vamos Mónica no vengas con eso!, ..eh recibido mejores mamadas en un callejón. Anda, abre bien la garganta, lograrás hacerlo.

Fernando la volvió meter entera y continuo la presión. Ahora buena parte de su miembro estaba alojada en la garganta de mi Madre. El desgraciado la sujetaba de la cabeza para que no se retirara. Mamá se sentía ahogada, pero lo que si me sorprendió fue cuando observé como ella bajaba con su mano para masturbarse. ¡Maldición a Mamá le estaba excitando ese trato, se sentía sucia, usada, pero algo muy profundo en ella se estaba excitando. Aquel infeliz estaba desesperando en ella un lado oscuro que no conocía, Mamá estaba conociendo la excitación atraves del sometimiento. Pude ver cómo sus jadeos llegaban al clímax, ver cómo su cuerpo empezaba a temblar en el orgasmo. Eran uno y estaban unidos por su boca, por su lengua, por su garganta y su estómago deseoso de recibir su esperma. Ella sabía que de esa forma no le daría tanto asco, porque la tenía metida muy adentro.

Mamá elevó su cabeza para que así su cuello junto con su garganta formara una línea recta con el esófago. Entonces se la metió aún más. Fernando sintió un golpe de excitación al percatarse de que ella se penetraba aún más adentro. La enorme cantidad de saliva facilitaba el deslizamiento así la penetración era intensa. El panzón retiraba su tranca y de una estocada lo volvía a meter hasta dentro, incluso arañado el esófago. ¡Jamás había visto una cosa tan salvaje, tan placentera, tan morbosa!!

- ¡Ooohhh!! ¿Quieres leche? Pues la vas a tener, ..prepárate que te voy a llenar la pansa de leche!!

Mamá sólo gorgoteaba de forma incomprensible, que podía hacer más, la verga le estaba llegado hasta lo más profundo. Fernando percibió la llegada de su orgasmo y su penetración paso a realizarla con fuerza. Apretó con fuerza e incrusto todo lo posible su tranca en el interior de mi Mamy. Entonces estalló y los chorros entraban directamente hasta dirigirse a su estómago. El desgraciado panzón cerró los ojos con fuerza llevándose por las sensaciones, su manguera manaba el líquido vital para ella. Él alimentaba con su verga a la hambrienta de mi Madre. Ella percibió el caliente líquido bajar por su tracto digestivo y lo sintió con asco, tanto que se le desfiguró el rostro. Aún con esa cosa metida hasta el fondo se miraron, él se lo agradeció, tal vez con eso Mamá se libraba de la brutal sodomizada. Esa mamada furiosa había sido tan buena que quizás el viejo quedara satisfecho. Él sintió la mamada más gloriosa de su vida. Su cuerpo se encorvaba al sentir los espasmos del placer. Al final Fernando retiró su tranca y al fin Mamá podía respirar de nuevo. Había restos de semen en su boca que ella de forma golosa saboreo. El infeliz estaba un poco exhausto de dar alimento a su nueva esclava. Pero estaba feliz. Fernando se derrumbó en el sofá respirando agitadamente sobre ella.

- ¡WAOOHH!! ¡Fue increíble!! ...cómo te tragaste mi leche. Me encanta cómo me la mamaste, yo sabía que eras una puta después de todo ¡Je, je, je!..

- ¡COFF!! ¡COF!! ¡Aah!! ¡Aahh!!- Mamá tosía y entre ellos grumos de lefa salían de su boca, este desgraciado le había violado prácticamente la boca.- ¡Aahhh, para ya!..- Jadeó limpiándose la boca, como pidiendo un poco de clemencia. Soportando el sabor agrio del asqueroso esperma que aun paladeaba.

- ¿Se te ha ido la sed Móniquita? ¡Je, je, je!..

Sobre sus rosados labios había resto de esa asquerosa sustancia, mancillándola, haciendo ver aún más patética su imagen. Fernando terminó fatigado a su lado, esperando reponerse para poder penetrarla. El asqueroso jadeaba como un perro y sudaba como un puerco, abría la boca tratando de regularizar su respiración, pero aun cansado como estaba no paraba de manosearla, se turnaba para pellizcarle los rosados pezones, les pasaba la mano por encima, alrededor, por toda la superficie de la tersa y empapada piel, no dejaba ni un milímetro sin tocar, sin olvidar que su horrible miembro lo tenía reposando sobre su barriga.

- Te gusto?- Preguntó una vez que pudo hablar.

Mamá sólo respondió con una leve sonrisa mientras trataba de quitarse el mal sabor con su copa, jamás imaginó que ella pudiera hacer eso, con Papá no hacía ese tipo de marranadas. Como se podrán imaginar mis Padres llevaban una vida muy placentera y amorosa, ellos jamás intentaron hacer ese tipo cosas en la cama, sólo una posición y tal vez algo de picardía con la sexy lencería de Mamá y no más, mis Padres siempre fueron muy religiosos y creían que el acto sólo era para liberar tensión o para procrear, no para hacer este tipo de perversiones.

- ¡AAAHH!! Mónica realmente chupas delicioso… ¡AAhhh!! ..prepárame otro trago mija, mientras me empalmo, después lograré encularte.

- ¿T-todavía traes ganas?

- Claro que si nalgona, ..¿a poco pensabas que ya me iba a ir? ¡Je je!.. Tu mamada ha sido buena pero tu culito va a ser mejor ¡JE, JE, JE!.. Ándale primor, prepárame un trago, ..luego te quiero ver ágatas nuevamente chupándome los güevos. Necesito ponerla bien dura, tu culito no se me va vivo ¡Je, je, je!..

Mamá a pesar de su gran esfuerzo no había logrado ganar nada. Tomó la copa y se levantó cómo pudo, se dirigió la pequeña barra que tenemos en la sala. La verdad que estar viendo a ese ser tan asqueroso desnudo en nuestra propia sala era perturbador para mí, era una cosa que no se podía imaginar. Mamá preparó un trago y regresó a la sala dónde estaba Fernando. Los azorados ojos del panzón se abrieron más. El cuadro no podía ser más excitante. Una hermosa rubia de 1.75, de cuerpo sinuoso de vientre plano, senos carnosos, de piernas y trasero trabajados, cabellos rubios y ojos azul claro, Mamá sin duda portaba una belleza nórdica, capaz de dejar sin voz a cualquier varón que la admirase.

Para ese horrible viejo, era un sueño hecho realidad, la fantasía que jamás se imaginó tener, Mamá además de tener un cuerpo de encantó es una mujer muy hermosa, su cabellera larga y lisa, perfectamente cuidada y retocada cada mes por estilistas de renombre; que enmarca un hermoso e impactante rostro felino de ojos claros azulados, nariz y pómulos armónicos con labios carnosos y sensuales. Todo en ella es perfecto, azumado a sus largas piernas, blancas y bonitas que se unen a ese trasero prominente y respingón, que se acopla casi melodiosamente a su espalda esbelta. Mi Mamá es una tentación para cualquiera y aún más ahora, que ya no cuenta con el respaldo y el respeto que le daba mi Padre, me cuesta creer ahora que todos los tipos a su alrededor ya no la vean inalcanzable, ahora simplemente la observan como un trozo de carne

Trozo que Fernando Montiel ya no esperaba para devorar. Sudoroso en nuestra propia sala veía como la flamante Esposa del Empresario Tapia regresaba semidesnuda hacía su lado, con los brazos doblados, sosteniendo en su mano el vaso de licor que levantaban un poco más sus perfectos senos, que ya de por sí estaban erguidos y apretujados por ese sostén recto de exquisita lencería. A cada paso que daba se bamboleaban obligando a mirarlos con un movimiento de cabeza cómo cuando decimos “sí”. Los ojos del viejo brincaban de su lugar a cada movimiento del cadencioso paso de mi Madre.

Llegó ante él y cómo si fuera su esposa o su sirvienta le entregó la bebida en la mano, después se hincó frente a sus piernas cómo estaba anteriormente. Mi Madre ya estaba muy sumisa y entregada, sin que el viejo le dijera nada se inclinó hacia su entrepierna para jugar con sus asquerosos güevos. No lo podía creer, que giró tan drástico había dado nuestra vida. Mientras que el desgraciado levantaba su vaso en señal de victoria a una foto que tenemos en la sala de mi Padre recibiendo el galardón del Empresario del año, Mamá abrió suavemente sus labios y sacando su lengua fue posándose en uno de esos güevos maduros que colgaban cual aguacates del árbol. Chupó suave, ella sabía que si lo hacía con intensidad corría el riesgo de lastimarlo. Primero uno, luego se fue al güevo izquierdo, en tanto su mano acariciaba suavemente la base de esa cosa caliente y blanda. Sus labios besaban suavemente esas bolsas peludas para luego succionaba con cierta dureza haciendo que el panzón volviera la cabeza hacia atrás y en un movimiento instintivo tomará con ambas manos la cabeza de mi Mamy, cómo para asegurarse que no se quitara de ahí. Ella suavemente quitó sus manos de su cabeza, tenía que lograr que él se calentara al máximo, pero al mismo tiempo tenía miedo de la terrible enculada que estaba próxima por suceder.

- ¡Ooohhh!! Es una delicia tus labios en mis güevos Mónica ¡Aaahhhhh!! Es delicioso.

- ¡Glass.. shhhiasshhh!!!- Respondió mi Madre agradecida por el cumplido con un güevo en la boca.

Realmente Mamá le estaba agarrando sabor a la verga de Fernando, porque esta vez se estaba luciendo, le estaba pegando una gran mamada, (como se dice vulgarmente)casi cómo una estrella porno, sólita sin que nadie le dijera se pasaba de un güevo a otro succionándolo, atrapándolo con delicadeza entre sus labios mientras tiraba de ellos. Para después y con asombro, tomaba esa terrible tranca desde la base para golpearse la cara, ¡Joder que era lo que estaba viendo!, ella misma de daba de golpes en la cara vilmente como lo había hecho ese desgraciado hace un par de minutos para humillarla. Después volvía a bajar a los güevos y se los metía de uno en uno en su delicada boca. Se la estaba chupando tan bien que casi hace que Fernando terminara de nueva cuenta, pero este rápidamente la detuvo ya que quería disfrutar de lo que venía diciendo desde hace mucho y lo que tanto a lloraba. Pero Mamá parecía que no la quería soltar, pues quería seguir chupando más, ahí supe el porqué de comportarse de esa manera. Mamá tenía pavor que este le metiera ese monstruo en la cola y prefería terminar con antes, en su boquita.

- Ya, ya Mónica, ..que quiero darte por el ojete que a eso he venido.

- ¡Por favor, Fernando!, ..no me vayas a lastimar, ¡es que la tienes bien gorda!- suplicó como angustia.

- ¡Je je je!.. Tarde o temprano te tenía que pasar.- Rio el viejo abrazándola para besarle el cuello, mordisqueárselo, empapárselo con su asquerosa baba, besarla por segunda vez en la boca, a lo cual Mamá sin percatarse de lo que hacía accedió respondiendo a ese baboso y prolongado beso, que por momentos hasta tenían que parar para tomar aire y después continuar comiéndose a besos.

- Fernando... p-por favor, t-ten cuidado, mira que soy muy delicada.- Susurró tratando de quitárselo de encima, y es que con solo imaginar que pronto sentiría esa tremenda cosa entrando en su trasero le entró una especie de pánico, de ansiedad, como de angustia. Y aunque había estado dilatándolo durante todo el día aún no se sentía lista para ser penetrarla y eso la llenó de temor.

- Te trataré como a una princesa. Acomódate sobre el sillón.

- P-para.. p-por favor... n-no.. Fernando.- seguía suplicando, pidiéndole que no lo hiciera.

Pero en un movimiento rápido y ágil el desgraciado la volteó para que adoptara la posición de "perrito" encima del sofá, a escasos centímetros de su venoso y carnoso miembro. Mamá estaba prácticamente desnuda sin poderse defender, y aunque sus insignificantes bragas que aunque antes no le cubrían en lo más mínimo, seguro que ahora mismo estaría deseándolas llevar puestas, ya que lo único que portaba como defensa en estos momento era su ya ultrajado sostén recto y sus medias aunadas a su portaligas de cordón inservibles que prácticamente no la cubría de nada a nada.

- Ya, ya ..voltéate y ponte ágatas.

Cuando Mamá le dio la espalda para ponerse como este la quería poseer, Fernando la sorprendió metiéndole un fuerte nalgadón que hizo que diera un pequeño grito de dolor y se empezara a sobar la parte afectada, “¡SPLASHHH!!!” Júrenlo que hasta a mí me dolió, ella simplemente se puso roja de coraje, pero más roja se encontraba su glúteo derecho como si fuera una braza. Soportando el terrible ardor y escozor que el fuerte golpe le había provocado, pero más aún su pisoteada dignidad, se acomodó en cuatro patas esperando lo que ese horrible viejo le fuera hacer. Volteó a ver a Fernando hacía atrás para ver cómo se perfilaba con ese terrible nabo, y con sus ojos suplicantes le trataba de decir que no fuera tan rudo, pero este le dio un empujón en la espalda empinándola aún más para ponerla con su trasero en popa y a su disposición. Así cómo se encontraba sus pechos quedaron apachurrados sobre el oscuro color del sofá de piel de su propia sala. Mamá abrió terriblemente los ojos a ver cómo Fernando se escupía en la punta de su manguera y se la dirigía a su entrada trasera. Con la verga en mano y afilada a su agujero le dijo:

- Así te quiero y no te muevas, ¡Je je je!.. Esto dolerá.

- ¡F-Fernando, ..despacito por favor!, no seas bruto. M-me vas a lastimar, aun no estoy lista.

- Cuando yo te diga que quiero, no me importa cuando estés lista... me vas a dar prioridad...- le dijo el maldito seriamente.

Sobó un poco su glúteo afectado y con la misma mano le abrió un cachete de la nalga. Debido a que se encontraba bastante dilatado, el ano de Mamá mostraba un color rosa intenso. Fernando escupió con precisión animal y la saliva cayó en la entrada trasera de mi Madre.

- ¿Quedó claro Mónica?- gruñó el desgraciado.

- Sí...- respondió ella, bajando la cabeza, dispuesta a recibir esa horrible cosa en su trasero, sumisamente.

- Ábrete las nalgas que ahí te va.

Mamá alargó sus brazos a sus dos cachetes y los separo lo más que pudo, su ano se encontraba muy dilatado, realmente mi tío se lo había floreado esta tarde, nunca pensó ella que en un solo día recibiría dos vergas en su precioso trasero. Fernando se inclinó y acomodó de tal forma que su pene hizo contacto con el ano de la que esa noche era su hembra. Presionó suavemente y el ano de apariencia tierna le dejó entrar con relativa facilidad. Del pene sólo se introdujo la cabeza. Fernando permaneció así unos segundos, produciendo que ese maltrecho aro que tanto soñó se amoldara para él.

- ¡HAYYY!! ¡FER!! ¡HAYY!! No entra… para ya ...no me entra.- suplicaba mi Mamy mientras aquella tranca permanecía quieta entre sus cachetes traseros.

- ¡Estate quieta no te muevas!, ..y cállate si no quieres que baje tu niño y encuentre al amigo de su Padre teniendo a cuatro patas a su Madre mientras la encula.

Mamá se paralizó por un instante, el terrible miedo a que la encularan le había hecho olvidar que su pequeño hijito de 12 años podía bajar de repente y encontrarla ahí, en medio de la sala siendo brutalmente sodomizada por el empleado de su Esposo. Volteó desesperada hacía arriba para ver mi cuarto, pero afortunadamente para ella este se encontraba cerrado, lo que no se imaginaba era que yo, su pequeño Pedrito ya tenía buen rato viendo ese espeluznante show que estaba siendo ella obligada a protagonizar, y que sin poderlo evitar o no sé qué sucedía mi pene estaba punto de reventar por lo que estaba viendo, en un día había visto más escenas en vivo que un director porno, ¡Y en todas ellas a mi Madre cómo protagonista!!

Al ver que yo tenía mi puerta cerrada se tranquilizó por esa parte, pero por otra su trasero estaba siendo terriblemente abierto por una monstruosa macana extremamente gorda. Cuando sintió que esa cosa cada vez entraba más, con su manita trató de detener su embate.

- No Fernando, por dios, ..no cabe.

Fernando volvió a sacar el glande pero solo para ensalivarlo. Se lo colocó en el orto y así parado cómo estaba fue hundiendo su estaca centímetro a centímetro en la cola de mi Madre. Su temor se hizo más grande.

- ¡Quieta quieta, quietaaa! ¡HAYYY!! Despacio… quieta… ¡quietaaahhh!!!

- ¡Maldición!, .. ya va entrando, tú no te muevas.

- ¡No, no, Fernando Arghh!! te digo que no entra Auuhh!!! ¡Por lo que más quiera por ahí no!.

Pero al desgraciado no le importaban los intentos desesperos de mi Mamy, es más, hizo que parara todavía más el trasero mientras la apretaba de la espalda, colocó su mástil en el agujero de mi Madre, que a pesar de estar dilatado todavía se veía pequeño incapaz de albergar esa tremenda cosa que se cargaba entre las piernas.


- ¡Aaaarrrggghhh aaaarrrgghhh!

- ¡Ya entró la cabeza aaarrggghhh! ¡Aquí tienes cabrona, justo en el culo!- le dijo mientras entraba más y más.

Mamá solo bajo la cabeza mordiendo los almohadines del sofá, soportando la intromisión que poco a poco le desfloraban el ano, dejándoselo más rojo y más adolorido.

- ¡No Fernando!, por piedad ..sácala me estás lastimando ¡HAAAA!!!- suplicó quitándose de su lado.

- ¡Maldición, Mónica!, ..ya estaba entrando. ¡Joder, uff!!, .. Ven, vamos a calentarte un poco para intentarlo nuevamente.

- No, Fernando, ..no voy a poder, mira que lo tengo muy estrecho.- susurró con miedo ante la obscena invitación.- Hagámoslo por enfrente como los seres humanos.- agregó sin dejar de sonreír nerviosa pero con un temor evidente por que no fuera a intentarlo de nuevo.

- ¡Que no, te lo he dicho!, ..a mi ningún culo me va a ser ver como estúpido. Anda trépate, ..te voy a calentar un poco para que se te afloje.

- ¿Tú crees?- replicó pensando en intentarlo nuevamente.

- Ya verás cómo te entra todo que hasta los güevos me vas a pedir ¡Je je je!..

- Fernando por dios, ..es muy grande, la tienes como un animal- inquirió ella acariciándose su trasero maltrecho, mientras lo observaba que se sentaba en el sillón todo sudado, dejando su mástil en todo lo alto, preparándose para empalarla nuevamente.

- Esto no hubiera pasado si hubieras hecho lo que te dije. Pero te encanta retarme, hacerme enojar.- exclamó el maldito como si hubiera sido un consejo, o algún modo de aprendizaje forzarla a llevar durante todo el día ese sucio artilugio sexual.

- Por dios Fernando, ponte a pensar, ..no puedo andar con esa cosa todo el día ahí, y fingiendo que no pasa nada, tengo una vida que seguir.. por dios, porque me haces esto.

- Pero por dentro te gusta.. no Mónica? .. Te excita pensar que te voy a coger.. que nadie te ha dado una cogida como la que te voy a dar.- aseveró decidido ..- mírame a los ojos, estás ansiosa por sentirlo dentro de ti.- agregó ansioso.- y yo estoy listo para llenarte de nuevo, no es verdad?- enseñándole los dedos totalmente mojados después de habérselos pasado por la entrepierna.

- Tú sabes porque lo hago.

- Tu boquita dirá mil cosas, pero tu cosita me dice otras ¡Je je je!.. Anda, trépate y date tus sentones, ..haz de cuenta que este es tu trono y tú eres la reina.- continuó  hablándole de la manera más soez.

- Y... ya no intentarás más por ahí? ¿te iras una vez que acabemos?.- musitó Mamá pero ahora acariciándole su prominente barriga, a la vez que bajando las manos acariciaba delicadamente los colgantes güevos seguramente empapados en sudor.

- ¡Oh Mónica!- exclamó por las suaves caricias.

No lo podía creer, Mamá volvía a ser cariñosa y comprensiva con ese asqueroso viejo, quizás pensando en convencerlo para no ser sodomizada, pero lo que si me dio escalofrío, fue cuando ella por su propia cuenta tomaba su espeluznante miembro hasta que este quedó pegado totalmente al estómago de Fernando. Para luego y sin forzarse a nada levantarse un poco para subirse y quedar prácticamente montada sobre aquella gruesa cosa. Fernando la miraba tragándosela en deseo, sintiendo la piel fresca y tersa de mí Mamy sobre la suya; lo que estaba viendo era algo casi irreal para mí, algo inimaginable. Mamá comenzó a moverse lentamente hacia adelante y hacia atrás frotándose contra ese cuerpo velludo y sudoroso, como copulando, pero sin penetración aun, simplemente sintiendo en su entrepierna el enhiesto miembro que se frotaba contra su rajita, afortunadamente para ella en esa posición estaba fuera de peligro ya que la estaba aplastando por así decirlo. Más sin embargo la sensación del grueso miembro y el frote contra su sensible intimidad, hicieron que por instinto, sin dejar de mirarlo con una extraña y vidriosa mirada, cosa que sin poder evitarlo la estaba empezando excitar cada vez más, demostrándolo en cada movimiento de avance y retroceso, ya que cada vez lo hacía con más fuerza.

- ¡Aahhh!, es tan grande.- exhalaba pequeños gemiditos sin dejar de parar de frotarse.

Créanme que esto que estaba viendo era algo irreal para mí. Mi hermosa Mamy moviéndose rítmicamente sentada sobre ese asqueroso viejo, mirándolo muy sensual, susurrando en forma de súplica. Intentando de nueva cuenta llevar las riendas de esta situación, pero Fernando estaba empecinado en su parte trasera, y algo muy dentro de ella lo sabía, que no había forma de escapar. El maldito no se iría sin obtener lo que durante muchos años tanto deseo, dispuesto a lo que sea solo por conseguirlo, es más.. en este punto ella misma pensaba lo mismo que todo esto de la fragante trampa del notario no había sido por otra cosa, solo por conseguirlo. Lo que ella jamás imaginó y de lo que estaba a punto de arrepentirse fue que mientras su tonto intento de enloquecerlo a modo de fricción su cuerpo empezara a traicionarla de nuevo. Sus pechos subiendo y bajando acompasadamente, así como su vidriosa mirada lo decían todo, Mamá estaba perdiendo esa batalla, aquello estaba siendo más fuerte, es más.. podría decir que hasta empezaba a desearlo.

- Ahh, Fernando, detente por favor.- gimió suavemente.

- ¡Pero si tu eres la que se está moviendo Mamacita!

- Aaahh!!- gimió al sentir como el duro y reluciente glande hacía contacto con su húmeda intimidad.

A mí me dio un pánico horrible, un escalofrío atroz, esas mismas reacciones fueron las que tuvo Mamá el día de ayer, las mismas con mi tío esta tarde e iguales a las del cochino albañil en el metro. Mamá estaba perdiendo la razón nuevamente, se estaba dejando llevar por la excitación. Fueron unos segundos en los que sus miradas se cruzaron, la de él era de deseo puro, de lascivia, de ansias por desbocarse sobre ese suculento cuerpo, el hermoso cuerpo de la Esposa de su difunto Jefe, de la mujer que siempre lo despreció y lo hacía de a menos. La de Mamá era una mezcla de nervios y excitación, se le notaba dispuesta. ¡Maldición Mamá había perdido!! Que simplemente con la mirada casi le pedía que la poseyera, que la llenara con ese mástil de carne y venas, que la llevara hasta lo más alto como la vez anterior. Y esto Fernando lo sabía. Por eso sin perder ni un segundo más:

- Aaahhhhh, FER.....!!!!- Se le cortó el suspiro mientras arqueaba la espalda sintiendo como esa cosa gorda y venosa se abría paso entre sus pliegues vaginales.

- ¡Tú lo pediste pendeja!

La tremenda estaca de ese hombre se fue deslizando con la facilidad que esa húmeda cavidad le daba para colocarse de un solo sentón hasta el fondo, llenándola por completo. Mamá le abrazó de los hombros e instintivamente abrió más las piernas. Fernando sonrió socarronamente, lo sabía, poco a poco la estaba haciendo suya y lo gozaría hasta la muerte.

-... ¡Oohhh mi dios!, que grande... Arghh!!- volvió a gemir abrazada a este.

Yo empecé a temblar, sabía que se venía un frenético mete-saca. No pudiendo evitar sentir un escalofrío que me recorrió el cuerpo pensando que nuevamente sería testigo de cómo mi Mamita se entregaba a otro hombre. En este momento Papá se estaría revolcando en su tumba saber que su mano derecha de su Empresa estaría a punto de copular como fiera salvaje a nada menos que con su flamante Esposa.

- Esto era lo que querías verdad putilla? ¡Ooh!

- S-siiiiiiiiiiiiiiii, Fer.. aahh!!- replicó suavemente Mamá con los ojos entrecerrados, ya sin importarle delatar su estado y que este se diera cuenta, moviéndose a su ritmo, instándolo a que comenzara a poseerla.

- Ya te está gustando mi reata verdad putita?.- agregó Fernando a la vez que comenzaba sus fuertes embestidas, que a pesar de su posición, aun estando él abajo de ella, demostraba su excesiva fuerza, levantándola, haciéndole sentir toda su potencia y deseo que sentía por ella.

- Aahhhh! Fernando, aahhhh!, siiiiiiii eso quiero!- gemía Mamá en cada fuerte embate.

En cada movimiento que hacía este con su pelvis enviaba a Mamá por los aires, la fuerza con que la penetraba a pesar de estar ella encima me sorprendía, el desgraciado a pesar del tamaño de su rechoncho cuerpo tenía mucha fuerza, una fuerza que en estos momentos usaba para volverla loca. Ni siquiera el baboso de mi tío se asemejaba a esto, simplemente era cierto lo que sospechaba, este tipo no solo tenía la apariencia de un gorila si no también su fuerza, y se lo estaba demostrando con creces. La había calentado hasta el máximo y ahora le estaba pegando una revolquiza tremenda. “¡PLAFF!!, PLOF!!, PLAFF!!” Se empezó a escuchar por toda la sala el estridente golpeteo de las carnes de mi Mamy contra su horrible pelvis.

- ¡Oh!, oh Eres una reina Mónica, ..eres la mejoor, ¡Oh!, oh, Me vuelves loco.- bramó el sudoroso atrayéndola hacia el para lamerle, los pechos.

- ¡Aahhh!, Sii, Auhh!! Me estas abriendo, Aah!, eh, es.. muy grande.- gimió Mamá sumiendo la cabeza entre el respaldo del sillón al sentir la babeante boca de Fernando que abriéndola lo más que podía se apoderaba alternadamente de sus sensibles pezones, succionándolos y mordiéndoles como si de un bebé se tratara.

Ya no había vuelta atrás, Mamá nuevamente había sucumbido, se había dejado llevar por la tremenda excitación que ese desgraciado volvía a despertar en ella. Mi Mamy sudorosa a horcajadas brincaba sobre ese miembro mientras que el cerdo ese ya le había sacado los senos por debajo del sostén y jugueteaba con ellos con la punta de su asquerosa lengua alrededor de los mismos, sensibilizándolos, haciendo uso de todas sus artimañas, logrando estimular todos sus puntos más sensibles, y cómo veía que ella se retorcía, no había la menor duda que la estaba llevando al mismísimo cielo.

Mamá gemía, golpeaba el respaldo del sillón, se retorcía en un afán de encontrar alivio.

- Ohh! aahhhh!, ¡Cabrón que bien lo haces!.. Uhm! ¡No pares!.- volvió a gemir pero ahora maldiciendo, con sus manos crispando el cojín del respaldo al sentir como de nueva cuenta Fernando aplicaba más fuerza en los brutales empellones, sin imaginar cómo su primogénito observaba en esos momentos impávido como su bien portada Madre, brincaba y brincaba sobre el hombre que estaba destruyendo a nuestra familia afianzado a su par de prominentes pechos.

- ¡Eso putita rica, ..brinca, cabálgame, demuestra cuanto deseas a tu nuevo macho!!..- exclamó deteniéndose momentáneamente pero sin salirse de ella.

El muy cabrón la estaba haciendo gozar como si fuera una jovencita quien recién descubre el placer del sexo, el muy desgraciado le había propinado un sin fin de fuertes y duros empellones dejándola con aviada, una exquisita picazón que ascendía desde su intimidad y le recorría por todo el cuerpo. Fernando sin duda era un maestro en los placeres de carne, un viejo de buena madera y bien conservado, amante de la buena comida, el gozo de la vida que se prodigaba a costillas de la Empresa, eso le permitía darse la vida de placeres y lujos, rodearse de gente con poder y frecuentar los mejores prostíbulos del país, para nadie era un secreto que despilfarraba casi todo lo que ganaba en putas de lujo, sabía gozar de la vida y en estos momentos se estaba disfrutando a mi Madre.

 - S-siiiiiii, ¡AAH!!! ¡Te deseo cabrón!! Arghh!- replicó Mamá que en el punto en el que se encontraba ya no era dueña de sus actos, simplemente estaba ansiosa por complacerlo.

Y sobre todo porque en esa posición le daba poder de maniobrar mejor, que increíblemente de plano se deshizo de lo que le quedaba de ropa, se arrancó el sostén y sus zapatillas lanzándolas para todos los lados, quedando en ese momento desnuda y ansiosa, que en seguida sentándose y flexionando sus piernas (toda esta maniobra la hizo sin salirse de la penetración en la que Fernando le tenía), quedó de nueva cuenta bien montada en su macho, mostrando tal su grado de excitación. La verdad que mi mente no lograba imaginar a mi Padre y a ella teniendo de ese modo intimidad, ni tampoco creo que mi Padre tuviera ese ímpetu, es más creo que Mamá jamás había tenido ese tipo de sexo igual que ahora. Estaba toda desnuda en nuestra sala, solo con su liguero y medias puestas, cabalgándolo como si de una vaquera se tratara,.. quizás pensando tontamente dejarlo agotado, pero era obvio que ese maldito así no se iba a cansar. Por lo pronto y con los ojos enajenados veía a mi linda Mamita iniciando un movimiento lento, despacito, como si estuviera saboreando esa enorme cosa, como si ya hubiera aceptado en su propia cabeza que lo quería solo para ella.

- Aaahhh!, Uhm!, ¡Dios mío, jamás había sentido esto!- exhaló un quejido al dejarse caer sentándose por completo sobre la enhiesta barra, para luego comenzar a moverse hacia atrás y hacia adelante, restregándose con fuerza mientras lo miraba seductora.- ¡Jódeme Cabrón!- Le pidió desesperada de que la hiciera vibrar como al principio.- ¡Aahhh!, por favor. ¡Cógeme como a una puta, maldito!.- Le gritó desesperada enterrando sus uñas en el peludo pecho de Fernando haciéndole ligeras marcas como pequeños surcos.

Pero el desgraciado le encantaba verla sufrir, suplicar. Extasiado solo la veía y se reía socarronamente, la sentía moverse en forma circular sobre su cochina verga, Mamá parecía querer deshacérsela, arrancársela y llevársela dentro. Se levantaba y se dejaba caer brutalmente, ..volvía a hacer círculos, quería volver a revivir la pasada excitación que ahora la frustraba. El viejo maldito hacía esfuerzos por no follarla, para no joderla de esa manera tan ruda que le caracterizaba (al menos no deseaba hacerlo todavía). Estaba gozando verla suplicar, su sueño era ya una realidad.

- Ah! ¡D-Dios!, ..siii!!, asii.. que rico. ¡Uhmm!!

Mamá estaba irreconocible, simplemente había pasado a ser otra. De pronto sintió ligeros escalofríos que le recorrieron la espalda, como un pronto aviso de lo que estaba a punto de pasarle, por lo que sabiendo de lo que se trataba aceleró sus movimientos mientras sentía que todo su empapado cuerpo sufría de espasmos que como descargas eléctricas en pocos segundos la invadían.

- ¡Aaahhhh!! ...¡Aghhhh!, ¡Oh por dios, que delicioso!- volvió a gemir encajando con fuerza sus uñas dentro de ese fornido pecho cubierto de bello, en un afán de sentir alivio.

La serie de convulsiones volvían hacer presa de ella en ese momento, como a medio día, cuando sujetada de mi mano se corría en las escaleras del metro. Esas mismas sensaciones que le estaban impidiendo moverse en ese momento, después...visiblemente agotada esbozó una sonrisa dulce, como de agradecimiento. El orgasmo que acababa de experimentar la había dejado sin fuerza, todavía temblando. Fue en ese momento que Fernando volvió a actuar, la sujetó de la cintura dándole la vuelta de manera que quedara él arriba. Mamá había terminado tan cansada que no pudo evitar que este la manejara a su antojo. A que se colocara bocabajo, por un momento se atemorizó, sabía que intentaría penetrarla analmente, pero estaba demasiado débil como para oponerse. Con terror vi como ese desgraciado tomándola de las caderas se las levantaba para ponerla en posición a cuatro patas, con su trasero expuesto en su totalidad, con la cara sumida en la piel del sofá. Mamá estaba completamente a su merced, expuesta a lo que él quisiera hacer ahora, ya no podía poner resistencia, es más ... ¡N-no deseaba hacerlo! Increíblemente movía ligeramente sus carnosas nalgas como expectante. Se encontraba toda sudorosa y todo su cuerpo de un color rosado, parte de su cabello que se le venía a la cara y se le pegaba, le impedía ver con claridad lo que hacía ese desgraciado.

- ¡Aaahhh!, Oh por dios Fer...!- gimió al sentir la pegajosa lengua de Fernando estimular su todavía sensible intimidad.

Sin duda que ese cerdo era un maestro en las artes de la cama, le estaba echando el mejor polvo que jamás hubiera experimentado mi Mamy en su vida, en definitiva de todos los encuentros que pudiera haber tenido mi Madre sin duda este habría sido el mejor. Tenía que reconocer que Fernando era el mejor... P-pero que estaba diciendo?, como podía hablar bien de un tipo así, un desgraciado que de la manera más déspota y ruin estaba convirtiendo a mi Madre en su puta personal, y lo peor de todo que en nuestra propia casa, en plena sala donde tantos momentos hemos vivido. Y por si fuera poco intentaba sodomizarla con su tremendo garrote, que abriéndole con ambas manos los carnosos glúteos, este ser prácticamente sumía la cara entre estos, lamiendo como un perro de punta a punta por todo el canal que los dividía, llenando con su asquerosa saliva cada poro, cada centímetro de su fresca y delicada intimidad, jugueteando con la punta de su lengua por todo alrededor de su pequeño orificio anal, calentándola más. Pero lo que más horror me daba era que ella seguía moviendo las nalgas como impaciente, como si ya estuviera deseosa de ser ya penetrada por su reducido orificio. El desgraciado lo sabía, ese había sido su plan anterior, llevarla a que perdiera el control de sí misma y ya lo había logrado.

- ¡Hayy noo!!, .. ¡Argh! ¡Cabrón que bien lo haces!!- seguía gimiendo entre jadeos.

Mamá ya se encontraba perdida, dominada bajo la lujuria que la abrazaba, sentía la boca reseca, trataba inútilmente de pasar saliva pero la hábil lengua de Fernando estaba haciendo estragos su cosita, se paseaba por todos los rincones de su palpitante intimidad, “¡Shurps!, ¡Shocks!, Shurps!” Sorbiendo, chupando y lengüeteando por todo el canal, de momentos se apoderaba de sus sensibles labios vaginales succionándolos y estirándolos como queriendo arrancarlos.

- ¡Y-yaaa! ¡Ya p-por favor Fernando cógeme maldición!, ¡Aah! Maldición que bien lo haces! ¡Uhm!- suplicó Mamá mientras sacaba la cabeza del sillón con el rostro desdibujado.

Sin duda que Mamá guardaba esta nueva faceta de mujer ardiente muy dentro de sí que jamás imaginé que pudiera tener, para mi ella la perfecta imagen de elegancia y rectitud, es más nunca le había escuchado decir mala palabra o que su comportamiento sobrepasara su lado de esposa y Madre ejemplar, siempre pensé que si hubiera un calificativo de la Madre perfecta seria como ella, no habría comparación. Sin embargo ahora, desnuda en plena sala de nuestra residencia en posición de perrito con el contador de la empresa de su difunto esposo comiéndole cada centímetro de su entrepierna la tenía al borde de la locura, durante el resto del día Mamá había estado experimentando orgasmo sobre orgasmo que sentía que no aguantaría un segundo más sin que volviera a derramarse. En un momento dado volvió a tensar su cuerpo como preparándose para recibir otra desquiciante descarga eléctrica que la invadió por completo solo hace unos minutos convulsionándola de placer.

- ¡Aahhg!! ..aahhh ¡Oh, por dios!,  ..aahh! Diosito lindo ¡Uhm! p-por favor!- exclamó suplicante entre jadeos.

Con la frente perlada de sudor y el rostro desencajado soportaba las indecentes caricias que sus partes íntimas estaban siendo blanqueadas, mientras trataba de controlar los espasmos de placer que volvían a recorrer su cuerpo como si de fuertes escalofríos se trataran. Por su rostro y el reflejo de sus entrecerrados ojos me decía que ya se encontraba sin fuerzas, sus piernas le temblaban y sus manos casi no lograban soportar su tórax, que si no hubiera sido porque este la tenía bien agarrada de las caderas créanme que se hubiera desvanecido sobre el sillón. Pero lo más desagradable fue ver a ese cochino viejo todo sudoroso sacar la cara totalmente empapada por los flujos vaginales que en considerable cantidad había derramado mi Madre. Ella respiró por unos segundos tranquila hasta que este colocándose de rodillas detrás de ella sin soltarla de las caderas dirigió su cochina cosa de nueva cuenta en la entrada de su cavidad vaginal. Y sin misericordia. ..

- AAAAHH!!!, ¡Uhmm!, ¡Oh por dios!- gimió Mamá al sentir como sus sensibles labios vaginales de nueva cuenta se abrían para dar paso a la potente herramienta de ese desgraciado.

- ¡Así me gusta!, ¡Je je je!.. de una estocada hasta los güevos. Creo que poco a poco te estas amoldando mejor Móniquita.

Pero cuando Mamá pensó que se vendría de pronto aquel maremoto casi infernal de estocadas, este se quedó quieto, sin moverse ni un centímetro. Por lo que ansiosa de sentir todo aquello en un movimiento reflejo por si misma se empezó a mover hacia delante y hacía atrás sacándose y enterrándose más de la mitad de aquella portentosa carne. Créanme que si no hubiera estado ahí jamás lo hubiera creído, Mamá exhaló un suspiro como si se estuviera muriendo, pero siguió así, retrocediendo hasta albergar por completo todo el enhiesto miembro en su interior, brindándole a ese desgraciado y a su poderosa herramienta toda la calidez que necesitaban. Sin duda que Mamá estaba a la merced de ese maldito, y ahora se estaba jodiendo prácticamente ella sola. El maldito con su gruesa cosa y su manera de calentarla le hacía ver la luna y las estrellas. Pero por el cansancio y la innumerable cantidad de orgasmos que ella había tenido durante el resto del día sus fuerzas iban mermando, lo que hacía que su velocidad de ida y retroceso fuera cada vez más lento, por lo que Fernando soltándole un fuerte nalgadón quiso que Mamá despertara de sus cavitaciones “¡SPLASSHH!!”

- ¡ARGHHH!!- gritó a sentir la pesada mano estrellarse con sus rosadas carnes.

- ¡Muévete puta!, ¿o piensas que todo lo voy hacer yo?.. “¡SPLASH!!” ¡Toma!, “¡SPLASSHH!!” ¡Esto es lo que te gusta golfa!.- exclamó extasiado arremetiendo con varias furiosas nalgadas y embestidas, impulsándola fuertemente hacia adelante.

- ¡Arghh!.. aahhh.. ¡Ouchh!, No Fernando noo, ¡Uhmm!- gimió entre jadeos soportando los vigorosos embates y la manera ruda de tratarla.

El desgraciado volvía a ser el mismo sádico de antes, con su gruesa cosa entraba y salía despiadadamente sin control. Sus grandes güevos chocaban ruidosamente contra sus blandas carnes. “¡PLAFF!!, ¡PLOFF!!, ¡PLOFF!!” En cada embate casi se le subía encima como queriendo penetrarla más, movía la barriga y la pelvis circularmente como hondando, como queriendo llegar a lo más recóndito. Y prácticamente era lo que Mamá sentía en cada embestida, la pobre ya sin fuerza parecía una muñeca de plástico, sin voluntad. Por eso no pudo evitar aunque si soportar que aun cuando teniéndola totalmente empalada este se echó por completo encima de ella obligándola a recostarse totalmente. El cuerpo de ese cerdo la aplastaba por completo, la rosada figura de mi Madre prácticamente se encajaba dentro del sofá y se escondía debajo de este. Los dos cuerpos se encontraban pegados y sudorosos.

Créanme que estuve a punto de bajar y parar aquella masacre, porque eso era, ese maldito prácticamente estaba masacrando a mi Madre. Pero no tuve fuerzas para hacerlo, y no porque no hubiera querido, si no que mis brazos y piernas no me respondían, me temblaban, quizás sabiendo de antemano lo que se vendría, dentro mi algo me decía que ya nada la podría salvar de lo que se veía venir. Y más cuando observé que Fernando había sacado su temible verga de la dilatada vagina de mi Madre y ahora se aprestaba a introducirla por aquel pequeño conducto que pareciera empecinado en romper.

- ¡Ahh!, ..aahh despacio por favor- exhaló un gemido anticipado al sentir como este se despegaba ligeramente de ella pero solo para acomodar entre medio de sus nalgas su grueso tolete el cual literalmente le abrió los glúteos quedando la colorada cabeza en espera de ser nuevamente introducida por ese conducto.

Pero lo increíble fue que ahora era diferente, Mamá ya no se quejaba ni trataba de detenerlo, es más, parecía que deseaba ahora poder ser sodomizada por segunda vez en su vida, Fernando le había derrumbado las pocas barreras que le quedaban. Su primera vez, esta tarde había sido sensacional, mi tío Carlos le había demostrado que los orgasmos vía rectal eran igual o más intensos que los vaginales, pero no había grado de comparación entre un pene con otro, el de este aborigen era extremadamente gordo, como el brazo de un adulto, y no solo eso que mucho más rudo. Mamá todo eso lo sabía pero como como saben ya no tenía ni fuerzas y ni ganas de detenerlo.

- ¡Ahora si Mamacita, relájate para que no te duela, porque te lo voy a llegar hasta el fondo!.- le susurró al oído.

Algo que para nada la hizo sentir bien, si este maldito no tenía cuidado la podría dejar lisiada. Pero antes de que pudiera relajarse...

- AAAAAAAAHHHHHHH!!!! .......- su gritó se perdió de momento a la vez que sentía nuevamente todo el peso de ese gorila sobre ella mientras le dejaba ir por completo su gruesa cosa hasta alojarla totalmente en su interior.

No hubo piedad para mi Madre, centímetro a centímetro, Fernando enterró su estaca más de la mitad, mi Mamy tuvo que esconder el rostro en sillón para gritar. Cuando sintió la pesada pansa de ese desgraciado tocar su trasero pensó que ya todo había acabado, que lo había logrado y se levantó un poquito, pero este infeliz volvió a empujarla al sofá, presionando todo y su peso y la fuerza de su pelvis, fue ahí cuando se la dejó ir toda hasta el fondo.

- ¡Ooohhh!!! ¡Ya está!!, ..queda inaugurado el canal ¡Je, je, je!..

- .......... ¡AAGGGRRRHHHHH!!! ¡NOGHH!!!

- Ya, ya, ya está todo adentro, tranquila putita que viene lo mejor. ¡Je je je!..- le dijo completamente acostado sobre ella.

Mamá sentía un ardor en su ano insoportable, tanto que parecía quererse morir. Con una mano, Fernando la levanto de los cabellos mientras le decía no sé qué tantas vulgaridades al oído. El rictus de dolor y lágrimas que tenía Mamá lo decía todo. Cuando sintió que este comenzó a moverse lentamente, sentía que al sacar su cosa se traía con él los pliegues de su agujerito, para después volvérselos a acomodar con su herramienta. Yo no lo pude soportar, cerré los ojos negándome a lo que sucedía allá abajo. Mamá se había quedado sin habla, con una la cara pungida y la estaca esa enterrada hasta el fondo de su intestino. Los güevos de Fernando parecían que iban a explotar de lo apachurrados que se encontraban contra el trasero de mi Madre. Este infeliz se la dejó ahí un buen rato mientras que mi sagrada Madre trataba de agarrar aire, no se quería ni mover, se sentía atravesada por esa enorme riata.

Cuando Fernando empezó a sacar centímetro a centímetro la carne de su agujero, mi Madre terminó el grito que ahogo en la recién enculada.

- .......  ............ .....¡AAAAARRRGGGHHHH!!! ¡HAYY!! FER… NANDO…¡por piedad!! me arde sácala ¡por piedaarrgghhh!!

- ¡Sthhh!! .. Pero si ya pasó lo peor Móniquita, ..ahora viene lo bueno, a disfrutar desgraciada.

- ¡NO!, No ..ya no quiero… ¡HAYY!! ¡HAYY!!  ¡ES… TAN…  MUY…  GRAN… DE!!!- Mi Madre no tuvo más remedio que soltar su trasero y comenzar a gemir, el desgraciado empezaba a menearse hacia delante y hacía atrás limándole prácticamente el recto.- ¡Ooohhh diosss!!! ¡Diosss! .. ¡Me estás volviendo a abrir, me estás volviendo a destrozar, ¡diosssrrgggghhh!!

Yo estaba petrificado, bueno casi totalmente, pues había una parte de mi cuerpo que no paraba de moverse y de crecer, estaba sumamente excitado. Los chillidos de mi Madre se podían escuchar por toda la casa. El desgraciado la sujetó con fuerza por los cabellos y le pegó una embestida brutal, salvaje, clavándole su cosa nuevamente hasta los güevos.

- ¡Diosss!!! ... ¡Diosssss!! ...me estas abriendo para ...¡Para, diosss!!! .. ¡Noto cómo me lo estas desgarrando ¡cabrónnnn!!! ... ¡La tengo toda metida hasta las ¡entrañassssrrgggghhhhh!!!!

No hubo piedad para Mamá, toda esa barra salió hasta el glande para tomar aire y luego fue sumergida con toda agresividad sin piedad. Mamá sentía que realmente la partía, porque trataba de zafarse, pero este le tenía todo el peso encima. Luego de unos segundos que compadecidamente le brindó para que asimilara todo lo que le tenía adentro, la levanto por las nalgas mientras pasaba las manos por debajo de ella para apoderarse de sus pechos y usarlos como apoyo para seguir empalándola a su gusto, haciendo eco de las súplicas y gemidos por parte de ella de que parara. ...


Fueron muchos embates los que hizo Fernando hasta que el conducto ya no tuvo resistencia. El trasero de Mamá se había doblegado, permitiendo que esa tranca gorda y venosa se deslizara libremente. Cuando sacaba todo su leño del interior, su ano quedaba exageradamente abierto, podría mi mano entrar fácilmente ahí. El desgraciado abría las nalgas y escupía en su interior, la saliva se le iba y se depositaba en su interior del intestino como un hoyo negro en el espacio. Simplemente estaba aterrado, no podía creer que eso estuviera pasando en mi propia casa, y con mi Madre. El desgraciado volvía a embutir toda su horrible barra agarrando a Mamá de las caderas para brutalizar más las estocadas. Pensé que la mataría, que Mamá ya no sería la misma después de esto, que ya no podría ni caminar. Pero cuando enfoque mis ojos a su rostro me di cuenta de lo que ahora sucedía. Ella por alguna extraña razón había dejado de quejarse, se había quedado muda. En silencio aguantaba las brutales arremetidas de su agresor, que cuando la abrazaba la sujetaba de sus dos pechos y se las apretujaba sin perder el ritmo de la enculada. Debajo de todo su grasiento cuerpo la tenía sometida que a cada estocada la cabeza de mi Madre era sacudida hacía enfrente de forma violenta. Ella mantenía la boca abierta para tomar aire, lo cual Fernando aprovecho para meter su lengua desde atrás. Al sentirlo cerca de la boca, no tuvo más responder, enredaron sus lenguas en un sonoro beso apasionado. Mientras que este no paraba de sambutirle toda su estaca.

- ¡Aaarrggghh! ¡Hija de la chingada! ¡Que culo tienes tan bien cerrado!

Incluso el malnacido se había sujetado de sus hombros para tener mayor palanca, con lo cual hacía más fuerza para seguirla bombeando frenéticamente. Simplemente este era el día más horroroso de nuestras vidas, una pesadilla a la que no podíamos despertar. En no menos de medio día Mamá había sido sodomizada por dos hombres diferentes, y cuales tipejos, dos de los que ella siempre renegó y no quería ni saludar. Si un día alguien le hubieran dicho que terminaría así después de la muerte de su Esposo seguro que se le echa encima hasta matarlo a golpes. Esto era algo que no se podía ni imaginar. Pero estaba sucediendo. Y mientras estaba enfrascado en mis cavilaciones observé algo que me cortó los pensamientos y me hizo sudar frío. ¡Observaba como mi Mamá empujaba con fuerza su trasero para recibir aún más dentro si eso era posible!.. Simplemente no lo podía creer, ¡Mamá empezaba a disfrutar de eso!!. Ese asqueroso ser la había domado, la había conquistado y se la estaba culeando en toda la extensión de la palabra. Palabras que mi Madre empezaba a concordar ahora y eran congruentes con su cuerpo.

- ¡Así cabrona, muévete rico, ..ya ves que te dije que te iba a encantar!!

- ¡Siii Cabrón!, ..¡Ya me rajaste toda, soy tuya perro!!, haz lo que quieras.- La gruesa cosa de Fernando entraba y salía vigorosamente del trasero de mi Mamy y ella lo encontraba chocando con fuerza con sus glúteos.

- ¿No te dije pendeja?, ..¡serás para siempre mía y nunca te voy a dejar, ¡Je je je!..

- ¡Si cabrón!, pero por tu madre no saques eso y sigue dándome! ¡Arghh!!

De nuevo el estruendoso sonido de “¡PLAFF!!, ¡PLOFF!!, ¡PLOFF!!” que hacía su pelvis al golpearse contra las carnosas nalgas de mi Madre era lo único que se escuchaba en la sala. El aborigen ese estaba maravillado, era un momento inolvidable para él, algo que jamás imaginó tener.

- ¡Aahh!... ¡Siii! ahhhh.. ahhhh..- gemía ella soportando las acometidas de ese desgraciado que hasta cierto punto eran furiosas, como si se hubiera propuesto partirla en dos.

- ¿Esto era lo que necesitabas verdad pendeja?.- exclamó el muy canalla en un tono por demás dominador.

Palabras que hasta esta mañana la lastimaban, pero que ahora parecían agradarle. Por alguna extraña razón a Mamá le estaba gustando verse dominada, y este desgraciado lo estaba haciendo a la perfección. Sencillamente la estaba convirtiendo en su puta personal. Era cierto lo que le había dicho. Este aborigen peludo y sudoroso le estaba demostrando que aún no probaba nada. La extrema dureza y su poderoso rabo, le estaban haciendo ver la luna y las estrellas. Ya mi tío era un recuerdo lejano y vago, la realidad era ésta ahora. Fernando le estaba poniendo una culeada tremenda. Era aquí y ahora.

- ¡Uff, off! .. Que diría Rodolfo si te viera como te tengo, .. Ufff, ..Como tengo a la putita de su Esposa.- agregó totalmente extasiado.

- C-calla.. p-por dios.. ¡Argh!.- replicó con un gesto de desacuerdo, completamente incómoda al escucharle hablar así de mi Padre.

- Era un picha corta no es así?

- N-no me hagas decirlo ¡Aaah!!.. aahh

- ¡Dilo perra asquerosa, es un picha corta que no te llenaba!!

- ¡Siii maldición!!, no me llenaba como tú lo haces ¡Mhm!!

No podía creer lo escuchaba de la boca de mi Madre, mi corazón se partía en mil pedazos. Ella con el llanto en los ojos y mientras berreaba como una mujerzuela admitía todo lo que aquel cerdo le decía mientras le daba la cogida de su vida. Créanme que me dieron ganas gritar, salir y enfrentarme a esos dos que se burlaban así de mi Padre. Pero en un momento dado, Fernando tomó uno de los cojines del sofá y ante la sorpresa de mi Madre que aún no se recuperaba del todo del salvaje ataque, se salió de ella momentáneamente pero solo para colocarle el cojín bajo el vientre, de tal manera que levantara un poco más su trasero dejándola así en una posición más fácil de penetrar. Cuando observé lo colorado que Mamá tenía los glúteos y el tremendo abismo que había entre ellos me quedé helado. ¡Ese maldito la había floreado! Mamá se llevó las manos a su esfínter para frotarlo, ni ella se lo podía creer. Había que comprar suficientes pomadas desinflamantes para recuperarlo.

- ¡Aahhh, cabrón!!.- gritó lastimeramente al sentir como con una mano la enredaba en su sedoso cabello afianzándose para así tener un mejor control en el ritmo de sus clavadas y movimientos.

Y mientras la sostenía de aquella manera tan dominante, con la otra mano la colocó a la altura de su cintura. Para luego sentándose sobre ella a la altura de sus glúteos cerrar con sus rodillas las piernas de mi Madre que sin poder reaccionar solo lo dejaba hacer. Luego para su sorpresa lo sintió agarrarle las manos para pasarlas por su propia espalda. Dejándola en estado de sumisión, de tal manera que no pudiera hacer nada. Mamá simplemente no tenía manera de defenderse, de oponer resistencia, estaba en una completa merced de lo que le fuera hacer ese infeliz.

- N-no Fer... ¿q-que vas hacer?- preguntó con cierto esfuerzo al soportar el terrible jalón de cabellos y la manera tan incómoda como la tenía.

La imagen no podía ser más indigna para una Madre y dama de sociedad. Con el cuerpo visiblemente perlado en sudor, con el arco que hacía su vientre al tener las nalgas levantadas debido al cojín bajo su vientre. Un asqueroso viejo, sudado y peludo cual jinete disponía a cabalgar a esa escultural yegua que en este caso era ni más ni menos que la despampánate Mónica viuda de Tapia. Con una mano sosteniéndole fuertemente las manos que simulaban afianzarse al ir montando cual se apoyaba para no caer, y con la otra jalándole el dorado cabello simulando ser las riendas a la hora de cabalgar. A grado tal que ella gimiendo ligeramente soportaba el dolor que le producía tener la espalda arqueada debido a la fuerza con que ese obseso jinete la tenía sostenida del pelo, levantándole por consiguiente su hermoso rostro también completamente sudoroso.

- ¡Ahora si Móniquita, vas a aprender cómo se enculan a las pirujas mal portadas!!- El desgraciado acomodó como pudo su gruesa herramienta exactamente en el canal que dividía sus portentosos glúteos, y arrimándose más comenzó a empujar entre ellos a la altura donde se encontraba su ano.

- ¡N-no Fernando, ..no lo hagas así, m-me vas a lastimar!.- gimió al tiempo que apretaba los glúteos como reflejo de defensa.

Mamá no pudo evitar estremecerse al sentir como ese ancho glande empujaba hasta abrirle nuevamente las nalgas. “¡AAAHHHHH!!! CABRONN!! ”.. volvió a gritar cuando este logró colocarse dentro y antes que intentara defenderse Fernando hiso uso de todo su amarre impidiéndole cualquier movimiento que le permitiera defenderse. Mamá frunció el entrecejo que parecía sentir que un hierro candente prácticamente las partiría al colocarse por completo en su interior. Se veía temerosa y cerraba hasta donde podían los glúteos como si así pudiera salvarse del inevitable ataque.

- ¡Aahhh!!.. Por dios, d-despacioo!!- exclamó ella entre gemidos al sentir como el desgraciado inclinándose más sobre ella le dejaba ir en su interior más de la mitad de su cosa.- ¡Aarghh! NOO!!!- gritó sintiendo dolor y mucho calor al mismo tiempo.

- ¡Como que no!, Ufff!!, .. si lo tienes bien adentro.

El muy cabrón retrocediendo unos centímetros fue para tomar impulso y ahora si dejarse caer con todo, penetrándola totalmente. “¡AAAHH!! NOOO!! ”.. Toda la pansa y pelvis quedaron totalmente pegadas a las carnosas nalgas de mi Mamy, arremetiendo con brutalidad. El mal nacido le había colocado en su interior toda la longitud de su gruesa cosota que la pobre no sabía ni dónde sentía más dolor, si al estar bien empalada por ese hijo de puta o por los terribles jalones de cabello que este le daba para arremeter.

- ¡Toma cabrona, acostúmbrate!!, ..porque desde ahora eres mi mujer!..- exclamó totalmente extasiado, comenzando un vigoroso mete saca.

Yo estaba aterrado, ese maldito la quería matar, retrocedía hasta la punta de su cosa para dejársela ir con fuerza, repegándose con todo en el maltrecho trasero de mi Mamy. Afortunadamente para ella el dilatado y los fluidos tanto de él como de ella hicieron que resbalara con increíble facilidad, evitando con ello que pudiera romperla, llegando hasta el fondo y saliendo con una facilidad pasmosa. Hasta que los pesados güevos chocaban furiosamente contra la parte baja de sus rosados glúteos.

- ¡Aahhh!.. Fer.. nando.. por piedaaddhh ¡Argh! p-por favor... d-despacioohh..- suplicó Mamá con los ojos llorosos, tanto que el rímel se le corría por las mejillas.

Pero eso al viejo le excitó sobremanera, por lo que sin hacer caso de sus súplicas arremetió con más fuerza. El cuerpo de mi Mamy se cimbraba en cada estocada. El malnacido ese estaba fuera de sí. ¡Estaba como enajenado! La jalaba terrible de los cabellos mientras la sometía con fuerza, como un vil animal sin importarle la hembra.

- ¡Así te quería agarrar pendeja!, ..¡Llora maldita piruja, ..¿creías que siempre ibas a estar por encima de mí ¡Pues mira cómo te tengo ahora, ..engulléndotela toda por el ano!. ¡Cogiendo como una vil puta!!- volvió a vociferar sin importarle seguirla lastimando.

El cerdo estaba gozando a más no poder y nada ni había nadie que pudiera detenerlo, estábamos en sus cochinas manos y a despensas de lo que quisiera hacer nosotros. Afortunadamente su vitalidad y las vigorosas embestidas comenzaron a bajar de ritmo, que aunque no deseaba venirse todavía, el esfuerzo que hacía estaba llegando al límite. Por lo que soltándole las manos lo cual Mamá agradeció infinitamente pudo colocarse sobre el sofá a manera de apoyarse, más sin embargo seguía con la cara levantada ya que este no la soltaba del cabello ni tampoco se salía de su cuerpo.

- ¡Arghh!, ¡P-para Fernando, para un tantito!... ¡Aarghh!, s-suéltame, por favor..- susurró suplicante esperando un poco de piedad de su parte.

El maldito accedió a darle gusto con una burlona sonrisa, a lo que al momento de soltarle el cabello Mamá se dejó caer con el rostro en el sillón totalmente agotada, sin fuerzas, casi desmallada.

- Ven levántate, ..todavía no terminamos ¡Je je je!..- exclamó dándole unas fuertes nalgadas al grado que se las dejó más rojizas.

Pero Mamá no se movía, parecía estar como dormida a lo que este desesperado, la agarró de la cintura levantándola en el aire, quedado con sus piernas bien abiertas y su trasero a su disposición para seguir masacrando. El maldito gorila la había levantado como si nada, como si de una simple muñequita se tratara, a pesar de todo el esfuerzo que había hecho con anterioridad. La mantuvo sosteniéndola así parado, para empezar a subirla y a dejarla caer, con lo que así retacarle más su cosa. Mi Madre despertó del breve momento de descanso, pero cuando lo hizo ya se encontraba subiendo y bajando, chocando como único punto de apoyo su culito contra esa horrible cosa. Tuvo ella que sostenerse del cuello de Fernando para no caer. Este tenía mucha fuerza aun, ya que levantaba con sus dos brazos para dejarla caer justo en su estaca bien erecta. Así con mi Madre empalada caminó hacía el gran espejo de la sala. Se colocó frente al él para que Mamá se viera cómo se encontraba. Ella volteó a verse con la cara toda desorbitada, despeinada y muy cansada.

La imagen que encontró era demás perturbadora. Una mujer blanca con las piernas bien abiertas siendo penetrada analmente en el aire por un tipo gordo lleno de vellos. Pensé que ver su reflejo así la destruiría, pero cuando me di cuenta la cara de mi Madre ya no era de dolor en absoluto, ¡Era de lujuria pura!! Increíblemente sacaba la lengua y se relamía los labios disfrutando. Claramente vi cómo con sus dos brazos agarrados del cuello de Fernando hacía fuerza para levantarse aún más y dejarse caer con más fuerza en toda esa tranca. La imagen debió de haber excitado aún más a mi Madre porque empezó su tembladera síntoma inequívoco de su llegada al éxtasis.

Realmente se miraba extraña la manera en la que la tenía, el cuerpo de mi Madre es muy blanco que contrasta con el cuerpo velludo de Fernando, hasta parecía que un gorila atravesaba a una mujer. Fernando se cansó de tenerla en brazos y así cómo la tenía caminó hasta el sillón dejándose caer con mi Madre aún en sus brazos. Haciendo que Mamá pegara otro grito pero ahora si fue estremecedor. “¡AAAAAHHHHHH!!! ”.. La verga de Fernando le llegó aún más lejos todavía quedando así sentados los dos sobre el sillón con mi Madre en su barriga.

- ¡Vamos te toca montarme!- y diciendo esto la tomó de los pechos y la atrajo a él de espaldas encima toda abierta de patas, para empezarla a bajar y subir. Mamá se apoyó en su panza para no caer, mientras el viejo la remataba con fuerza a la vez que le pellizcaba los pezones, haciendo más dolorosa la acción.

- ¡Siéntate puta, siéntate duro! ¡Ooohhh! ¡Así, justo en el culo aaarrgghhh! ...

Le sujetó con ambas manos el trasero para poder apreciar y manejar las penetraciones, se las abría de tal manera que yo podía ver claramente el ano dilatado de Mamá atravesado por esa descomunal tranca. Pero para esto, Mamá ya no se quejaba ni emitía sonidos dolor. Simplemente sola empezó a levantarse y a dejarse caer sobre esa cosa que la estaba partiendo en dos.

- .. Uff, of, ¡Así Mónica! ¡Ufff, ufff!!.. ¡Yo sabía que te terminaría gustando, ¡Je, je, je!.. ¡Así, tómalo hondo, duro!.. ¡Ufff, off!!!.. ¡Es tuyo!

- .. ¡Argh!! ¡AAH!!… ¡Me matas cabrón!! ¡Si, siiii!!.. ¡Mátame con tu enorme palo!!!

- .. ¡Uff!!.. De ahora en adelante serás mi puta personal, en todo momento. ..

- .. ¡Nogh!, AAH!! Siiii!!… ¡Soy una puta!! ¡AAHHH!!! ...¡Pero no te detengas!! ¡Argh! M-me está gustando. .. ¡AAhh!!

- ¡Aahh, aahh!!.. ¡Ábrete más las nalgas cerda! ..para que pueda metértelo más adentro.

- ¡Argh, Siii!, ¡Párteme cabrón, ábreme con tu palo! ¡AAHH!!! ¡AAAY!! ..Se mete delicioso ¡AY!!! ¡AAAAAH!!

- .. ¡Ufff,!!.. ¡Vete hacía la barra cerda! ..pégate a la pared y ábrete de nalgas. ¡Te quiero culear por toda la casa! ufff!!!..


Fernando se la sacó levantándose un poco, solo lo necesario para que pudiera voltearse, dejándole un gran vació entre las piernas. Mi Madre toda despeinada y sudorosa se puso de pie con su trasero todo estropeado, y cómo le dijo Fernando se pegó en la pared dónde se encontraban todos los reconocimientos que mi Padre había ganado en su prestigiosa carrera como empresario.

- ¡Nooo, por favor Fernando!, ..aquí no, no nos humille así. ¡Por favor te lo pido!, ..has lo que quieras conmigo ¡Pero no nos humilles así!!

Rogó mi Madre separándose de la pared.

- Solo por el placer de humillarlo a él, ¡Aahh!, Me voy a culear a su linda esposa en su propio muro de reconocimientos, ..que tantas veces presumía ¡Je, je, je, je!.. y tú no te vas a mover de ahí; porque eres una perra hambrienta de verga y mi verga te va a dar ahí mismo. ¡Anda ponte ahí que tengo mucha leche guardada para ti!, ..la voy a regar por todo el puto muro.

Mamá estaba toda extasiada, esta vez bañada en su propio sudor. No podía creer que aquel tipo que tanto ayudó mi Padre ahora lo insultara de esa forma tan desagradecida, hablaba de él como si le tuviera un grandísimo rencor, como si lo hubiera odiado de toda la vida, y no solo eso, si no que hablaba de ella como asegurando que Mamá no podría aguantar el deseo de obedecerlo. Quería humillar a Papá sodomizando a mi Madre en nuestro muro de recuerdos. Mamá lo vio a los ojos tratando de decirle algo, quizás decidiendo si sacarlo de la casa era lo más prudente. Pero se detuvo, él podría molestarse y violarla más crudamente ahí mismo, quizá era más bajo y entrado en años pero seguía siendo más fuerte que nosotros dos juntos. La idea la descolocó. Luego pensó en hacerle caso, darle el gusto a ese vejete de mierda; mostrarle que con tal de que siguiera abusando de ella ya no humillara más a su difunto esposo de la peor de las formas. Pero también se dio cuenta que le gustaba, le gustaba la idea de ser sumisa ante él y entregarle su cuerpo en el recinto de su querido esposo. Yo por un momento la odie, no podía creer que Mamá pensara en hacer tal cosa, pero estaba más excitado que en esos momentos no pensaba en la marchitada imagen de mi Padre.

Pero créanme que ya en estos momentos, mi Madre parecía una drogadicta afligida por falta de droga; necesitaba más verga que iría por ella sin importar las consecuencias. Ante mis ojos la vi recargar su mejilla sobre el cuadro dónde mi Padre era reconocido cómo el empresario del año y con sus manos se abrió las nalgas para que así nuevamente el desgraciado atinara en el centro, lo tenía muy abierto y floreado. Como gata en celo empezó a mover las caderas esperando la estocada de este que no se hizo esperar. Llegó por detrás y sin más le dejó ir toda la tranca que hizo que Mamá se pegara por completo a la pared. “UHHMMM!!!”

- ¡Tómala toda!!, ..no sabes cuántas ganas tenía de hacerte esto Mónica!!!

- Si, ..argh!! siiii… soy tuya… ¡AAAHH!! TUYAAAHH… pero no pares Cabrón, dame duro ¡ARRGGGHHH!!!

- ¡Mira, mira! Si Rodolfo te viera con el culo todo relleno pegada sobre la pared que tanto nos presumía… ¡Je, je, je!.. ha de estar revolcándose en su tumba.

- ¡Nooo!!! No digas eso ¡Aaah! ¡Me encanta!! me encanta… ¡AAHH!! ¡HAYYY!! ¡Mátame por diosss!! ..nunca pensé que me gustara tanto por la cola ¡AAAHH!! ¡HAYYY POR DIOSSS!!

Fernando estuvo arremetiendo contra ella pegados a la pared, esto hacía que mi Madre no parara de gemir y alabar ese pedazo de carne que la estaba partiendo. Así estuvieron unos minutos hasta que Fernando con gruñidos cómo los de un animal se empezó a correr abundantemente. ¡Por fin el viejo se corrió!!, Mamá por segunda vez en el día sintió la corrida de un hombre dentro de su recto. Se la retacaba hasta el fondo a cada chorro que le echaba. Esta vez no hubo placer para Mamá ni más orgasmos, solo fue el objeto de depósito para ese desgraciado, que la usaba para humillarnos rompiéndole su agujero. Mamá debió de sentir todo aquel semen en lo más profundo de su estómago, porque este le daba unas estocadas brutales que la empujaban a estrellarse contra el muro. Cuando Fernando terminó de tirar toda su leche se quedó con la estaca atravesando a Mamá. Los dos pegados a la pared se miraban sudorosos y prácticamente agotados. Fue así hasta que pasó la lujuria y el cipote de ese malnacido perdió su tamaño dentro de Mamá. Yo miraba la escena furioso, los dos pegados a la pared dónde se encontraban los trofeos familiares, dónde se encontraban hasta los míos de mis altas calificaciones escolares.

Cuando la verga perdió toda su fuerza, esta salió del culo de Mamá haciendo un “¡PLOFFF!!…” Y con él varios chorros de caliente leche que le había depositado. Mi Madre se puso las manos en la cola y trató de retenerlos, pero este le subió sus manos y se los pegó a la pared, haciendo que manchara los cuadros de mi Padre con su asqueroso semen. Tomó una copa de la barra y empezó a llenarla con la lefa que expulsaba ella de su trasero. Era tanta la leche que le había depositado, que la copa llegó a una cuarta parte de su totalidad, tomó unos hielos y les puso una aceituna cómo haciendo un Martini. Lo vatio con los dedos y se la dio a Mamá, que ella ya sin que le ordenara nada ya sabía lo que tenía que hacer. Me dio un asco tremendo que casi vómito, Mamá tomó la copa entre sus dedos y viéndolo a los ojos se la llevó a la boca. Se lo tomó de un trago y todavía se comió la aceituna cómo muestra de que le había encantado. Miró a Fernando y sacándole la lengua para que este pudiera ver que no había dejado ni rastro de nada. Fernando le dedicó una carcajada y una nalgada que se escuchó por toda la casa. .. “¡SPLASHHH!!!”

- ¡Eres fantástica Mónica!, ..que suerte de tener un mujerón como tú de putita. ¡Je je je!..- exclamó el hijo de perra agarrándola de las mejillas.- Cómo nos vamos a divertir de ahora en adelante ¡Je, je, je!.. ¡Eres un putón de lujo!

- Por qué? ¡Aah!.- preguntó sorprendida Mamá. Extrañamente se sentía relajada y muy bien, en definitiva ese hijo de la chingada la había hecho su mujer en toda la amplitud del concepto.

- Porque serás mi puta, verdad mi amor?

- Si mi Rey, ¡Aah! ..voy a ser tuya.- respondió aun entre pequeños jadeos por el pasado esfuerzo.

Fernando había tumbado la última barrera de su ser, la psicológica, ya no nomás le pertenecía su cuerpo, si no que ahora ya le pertenecía su mente. Fernando se vistió, dejando a Mamá desnuda en el pasillo relamiéndose el semen de sus labios, le dijo que volvería en unos días, porque tenía que salir al extranjero y que la dejaría descansar un par de días. Le dio otro cheque para que no tuviera problemas mientras él no estuviese, que más bien parecía que le estaba pagando a una puta por sus servicios que la manutención que estaba obligado hacer. Le dijo que llegaría pronto, que se relajara y que descansara (después de todo lo que le había hecho, sí que necesitaba un descanso) Pero lo que ahora si me tenía impactado fue verlos como si ya fueran una pareja feliz. Pude escuchar sus risas mientras se despedían mientras ese hijo de puta le daba las últimas magreadas para irse. Cuando me giré hacia Mamá, ella estaba mirándole a través del cristal de la puerta, y en su cara había una clara expresión de culpabilidad pero más de satisfacción por haberse quedado llena. Se arregló un poco el cabello y se frotó el trasero que lo sentía escocido, se dirigió hacia la cocina mientras se limpiaba la boca con el dorso de la mano.

Mamá se fue caminando extrañamente, y no era para más, si su trasero se había tragado tremendo falo de grandes dimensiones. Se dirigió a la nevera para tomar un par de hielos, pensé que se serviría una copa o algún jugo para quitarse ese extraño sabor de boca, pero lo que hizo me dejó perturbado. Tomó los cubitos de hielo y empezó a frotarlos alrededor de su esfínter, seguramente para desinflamarlo, me imagino que con la enculada de mi tío y más luego está se lo habían dejado al rojo vivo. Ella con mucho cuidado trataba de desinflamárselo, se revisaba el ano buscando algo de sangre pero el consolador que le había regalo Fernando había hecho muy bien su trabajo de dilatación, ya que su ano no había sufrido ningún tipo de desgarre, más inflamación.

Caminó de manera cómica hacía a las escaleras, por los pasos que daba me imagino que el ano le estaba pasando factura de las dos enculadas recibidas. Levantó con mucho cuidado sus prendas y se dirigió a su recamara, casi me descubre al subir, pero deprisa me metí a mi cuarto y me tiré sobre la cama cómo si nada hubiese pasado. Yo rápidamente me hice el dormido, porque sinceramente, no hubiera sabido cómo reaccionar o qué decir de haber hecho lo contrario. Casi me da un infarto cuando noté la mano de Mamá tocándome el hombro para despertarme. ..

- Mi amor, mi amor,. ..estás dormido? ..

- Q-que pasa Mamá, ..porque tanto ruidos?.- le pregunté fingiendo somnolencia.

- E-era que estábamos negociando sobre la manutención mi vida, ..pero no te apures que ya lo hemos arreglado. (Si Mamá y de qué forma pensé mientras me lo decía.) Tú sabes que desde ahora que tu Papá no está, él se hará cargo de nosotros.

Cuando voltee a verla me fijé que ya se había colocado una bata fingiendo que acababa de salirse de bañar, pero era obvio lo que había pasado, lo digo por el penetrante olor a sexo que emanaba, aún estaba sudorosa y tremendamente sonrojada, hasta parecía que había acabado un maratón. Aunque ella trataba de aparentar que no ocurría nada, era obvio que no se podía sentar ni agacharse de manera brusca. Así mientras ella me hablaba y me miraba con esos ojos tan bellos llenos de amor, yo observaba ciertas manchas pegajosas en su pelo y lo que alcanzaba a observar de su pecho. Habían pasado pocos minutos pero aún se le notaba algo pegajoso aunque ya seco en lugares de su piel. No tenía dudas de que era líquido pre seminal y a pesar de lo sucio que me parecía, se acercó a mí para despedirse con un beso en mi frente, de inmediato me llegó ese inconfundible olor fuerte. El olor de hombre y no el de ella que siempre le caracterizaba, lo que provocó que se viniera a la mente la verga de ese cerdo, el sabor que tendría y que hubo dejado en su boca.

- Ese hombre no me gusta Mamá, ..me da mucho miedo. Te mira muy feo.

- Mirarme feo?, ..ay mi amor, que cosas dices. Fernando parece ser malo, pero no lo es, ..por eso tu Padre lo dejó a cargo de nosotros. Ahora duerme cariño, ..descansa que ahora viene algo nuevo para nosotros.- me dijo mientras se dirigía a la puerta, lo que me dejaba pensando.

A cado paso que daba sentía aun palpitar y abrirse su ensanchando recto. Apuesto que aun podía notar la tensión de ese glande que le abrió prácticamente la cola hasta su límite, que si no hubiera sido por ese juguete, por la resbaladiza acción de la saliva y sus mismos fluidos, ahora mismo hubiera estado esperando la ambulancia para que atendieran a mi Mamy. Ella cerró la puerta de mi habitación y no supe más por el resto de la noche. Yo me quedé impactado por todo lo vivido, pero lo que más me sorprendió fue sentir mi pene a reventar nuevamente, así que con perdón de ustedes y sin perder más tiempo me hice una paja que me dejó de rodillas en mi cuarto.


A la mañana siguiente como me caracterizaba me levanté muy temprano y bajé a la cocina a desayunar. Aun sentía algo fuerte en la boca de mi estómago, después de que pasara todo aquel martirio, la rabia, el dolor y la impotencia acompañado de admiración y excitación de parte mía me tenían muy confundido, finalmente el día de ayer acabo y llego este, no había dormido casi nada debido al semejante espectáculo que habían ocasionado Fernando y mi Madre por toda la sala y el salón, con las justas había logrado dormir escasos 2 horas, pero la luz el sol entró por mi ventana y alumbro toda mi habitación logrando despertarme y volviéndome a la realidad, esta realidad que tenía que afrontar y aceptar no me quedaba otra opción por varias razones, tenía que aceptar y asumir el hecho, Fernando había logrado su objetivo, había enculado a mi Madre, la había follado toda la noche sin parar, peor aún, habían follado toda la noche, la había maltratado como nunca antes en su vida, se la había tirado prácticamente por toda la casa, y mi Madre había sido participe de aquel humillante suceso. No le importo su hijo, le intereso poco hacer el ridículo, y dejarse agraviar por miles de estupideces que ese viejo asqueroso había hablado de su Esposo. ¡Traicionero de mierda!, siempre se engrandeció con el nombre de mi Padre, no merecía ni trozo de ser amigo.

Estaba empezando a perder el juicio, por amor propio y orgullo creo que me correspondía hablar y enfrentar el problema junto a mi Madre. Ese viejo bastardo, judas de mierda, había llegado demasiado lejos, lo había planeado desde el principio, había manipulado a juzgados, empezado en la oficina con aquel sucio Licenciado. Luego con ese juego de miradas incomodas para presionarla a que firmara. Había conseguido que Mamá en afán de alejarse de su incomoda compañía terminara por cerrar con su firma aquellas clausulas como este quería, si siquiera imaginar que estaría vendiendo nuestras vidas. Y la muy tonta de mi Madre para no decir estúpida ni cuenta se dio que todo por su altivez y arrogancia, jamás se enteró que era un simple plan para apoderarse de todo lo que poseíamos. La había humillado en su propia habitación, la había forzado a desnudarse, le había obligado a hacerle la felación para luego hacer que se acostaran y así terminar poseyéndola de una y mil maneras.

Pero lo más extraño de todo era su nuevo comportamiento, como era posible que con tal descaro se atreviera a cruzar toda la ciudad con un juguete sexual incrustado en su trasero. Dejarse dominar por los agobiantes acercamientos de mi tío para así revolcarse como una loca en plena cocina de su propia hermana mientras esta daba de amantar a su recién nacido sobrino.. pero el miedo, un extraño morbo, la complicidad y la arrechura era mucho más que mi razón, creo que muy en el fondo de mí me gustaba ver a mi Madre sometida, quizás para observar hasta qué punto llegaba, que tanto seria su descaro y saber cómo era ella en realidad. Para mí Mamá era la imagen viva de la perfección, la Madre perfecta que siempre han manejado los medios televisivos, en las películas, la mujer hermosa y de carácter fuerte incapaz de ser manipulada por ningún hombre, capaz de hacer chiquitito a cualquiera que se le enfrentara. Pero ahora ya no sé qué veía, ya no comprendía lo que era ella.. esa perra cualquiera, esa vulgar, esa descarada, cualquier cosa pero había dejado de ser ella misma, mi Madre no era así, que rayos estaba pasando? Sin duda empecé a admirar a ese viejo desgraciado hijo de puta, había logrado sacar en mi Madre la mujer oscura que llevaba dentro, algo que jamás nadie había imaginado que ella pudiera tener.

Que tenía ese vejete bastardo, aparte de su buena tranca colgándole encima de sus sudorosos güevos, era un maestro en el sexo sin duda, lo estaba demostrando a pulso, solté un leve suspiro y negué con la cabeza, no dejaba de pensar en todo eso hasta que de repente!! Mamá no se había levantado. Pensé verla con su licuado como todos sus respectivos días pero no había ni rastro de ella, imaginé que no se podría ni levantar, ya sabrán por qué. .. Revisé en la cocina y sólo estaba la copa vacía dónde ella había bebido todo ese espeso yogurt del día anterior, cosa que hizo que de inmediato se me dieran ganas de devolver el estómago; también había semen seco en el piso y un tallón con los dedos en el cuadro de reconocimiento que mi Padre había ganado con su esfuerzo y su gran intelecto, cosa que rápidamente limpie por respeto a su memoria. Me senté a ver la tele un buen rato recordando lo ocurrido, pero Mamá no aparecía, lo que ahora si me asustó y corrí a su recamara para ver que ocurría.

Me acerqué a su puerta pero no lograba escuchar nada, lo que me suponía que aun dormía. La puerta no estaba en su totalidad cerrada si no simplemente emparejada, no quise tocar para no despertarla pues imaginó que aun mantendría secuelas de lo ocurrido el día anterior. Me asomé por la abertura de su puerta y la vi ahí en su gran cama matrimonial, estaba recién despertando, durante varios minutos estuvo tumbada boca arriba. Al principio notaba que había odio y tristeza en su mirada. Posteriormente se había quedado con la mente en blanco, pero después, casi cinco minutos más tarde, sentía la sequedad de sus lágrimas en su rostro que hacía rato que habían dejado de salir de aquellos preciosos ojos celestes. Se incorporó y se dirigió al baño. Al apoyarse en la cama para levantarse, notó dolor en sus nalgas y sobretodo en aquel agujero inexplorado que, hasta el día de ayer se había mantenido virgen e inocente, con el único propósito y fin de expulsar. Ahora recordaba cómo había sido usado por dos hombres y que este último se enfadó tanto con ella que jamás imaginó como una cosa de tal dimensiones pudiera entrar. En sus primeros pasos, el dolor se acrecentó. 

Observé a mi Madre andando por su habitación a pasos forzosos, se dirigía al parecer a su baño para ducharse. Llevaba una simple y fina camiseta blanca que le tapaba a modo de vestido, con si fuera un camisón. Me fije que iba levantándoselo por delante mirándose la entrepierna sin presenciar que yo estaba allí. Su cabello que siempre intentaba llevarlo impecable ya fuera que estuviera levantándose esta ves completamente alborotado, nunca la había visto despertar así de despeinada. Entonces me fije que en su andar había algo raro. Andaba con las piernas ligeramente más abiertas de lo normal y pisando con cuidado. Me fije entonces en sus blancas piernas con ligeras zonas rojas y moretones. Como llevaba la playera levantada observándose la entrepierna miré su vagina... Su pequeña ranura se mostraba aun colorada, lo que me excito de sobremanera y tuve una erección casi instantánea, que tuve que tapar rápidamente, por suerte ella no se percataba de mi presencia así que me quedé mirando a lo descarado otro segundos más, fijando mi atención su rajita  completamente enrojecida. Entonces levantó la vista y me vio allí de pie tras la puerta, se sonrojó y se bajó el camisón rápidamente. Vino hacia mí andando de esa manera tan rara mirando al suelo, claro gesto de vergüenza supongo que por los gemidos del día anterior.

- ¡M-mi vida, buenos días!.- me dio un beso en la mejilla abriéndome la puerta y dejándome entrar.- que tal dormiste?.-

- Hola Mamá buenos días, ..como no te vi abajo y la discusión que tuviste ayer te vine a buscar.

Entonces con temor me pregunto.

- No oíste nada verdad?

- ¿Oír qué? ¿tenía que haber oído algo acaso?

- N-nada cariño solo preguntaba. Además porqué dices que discutimos, ..Fernando y yo solo arreglamos los términos para manutención y eso es todo. No tienes de que preocuparte. Mamá arreglara todo de aquí en adelante.

En ese momento no sabía qué medidas tomar, no sabía si era mejor encararla de una buena vez, oh dejarlo ahí para ver hasta donde llegaba y que siguiera pensando que yo era una inocente paloma a todo esto, además entendía que si la encaraba en estos momento podía lastimarla más de lo que lo estaba haciendo Fernando, quizás ella tenía un plan como decía, quizás ella sola podría arreglar todo esto. Pero además existía otra razón que también impedía que yo la encarase y que más seguro era... que podía seguir deleitándome con los espectáculos, algo muy dentro de mí quería seguir viendo esos shows, un show perturbador que para muchos podría llegar a ser hasta enfermo.. observar gratis como mi fina y blanca Madre se revuelve en aquellas carnes de ese viejo panzón y sudoroso pero sobre todo bien dotado. Yo sin querer había caído en todo esto, lo había vivido y oído, pero algo más allá dentro de mí quería seguir viéndolos en vivo y en directo, y para ello no tenía que decir nada y continuar como hasta ahora. Fingiendo ingenuidad y dulzura.

- Bien Mamá te dejo para que te arregles y te espero abajo para desayunar.

- Me parece muy bien tesoro, ..pero te quiero decir otra cosa cariño. De aquí en adelante Fernando vendrá más seguido para estar al pendiente de nosotros, ..quizás escuches que discutimos y otras cosas, pero no quiero que te alteres que no pasa nada. Tu Mamita estará bien, ..solo metete a tu cuarto y no bajes hasta que él se vaya, entendido? Es que a él como que no le gustan los niños ¡Jijiji!..- claramente mintiéndome de que no oyera ni dijera nada. Mamá quedó más feliz.- Bueno voy al baño a arreglarme un poco.

Además del escozor que sentía en su desvirgado trasero con cada paso, comenzó a sentir una serie de dolores en el resto del cuerpo, dolores que no eran otra cosa que su cuerpo resentido por el pasado ajetreo, Mamá era una mujer que se ejercitaba todos los días pero el día anterior era como si hubiera participado en un pentatlón. Pasó  por mi lado dirigiéndose a su baño y un fuerte olor a sexo me caló en lo más profundo de mi nariz. Éste se unía a un olor que sin duda provenía de su pobre y dolorido trasero. Pero era obvio que aquello no era lo peor. Aún tenía un regusto en la boca tremendamente asqueroso. Por el cansancio, sus pensamientos que la atormentaban y todo el infierno vivido, no había tenido tiempo de enjuagarse la boca. Sentía de sobra el sabor asqueroso y difícilmente soportable que dejaba el esperma de viejo aun en su delicado paladar. Comprendía que aunque se limpiase los dientes como las personas normales no terminaría por borrarlo.

Ahora recordaba cómo le había chupado la verga a conciencia a ese sucio viejo hasta la campanilla. Se la había chupado directamente después de haberle taladrado el culo sin misericordia. Mamá era una mujer muy limpia, pero nadie se lava a fondo más de 20 centímetros hacia adentro. Casi sentía esa mezcla de sabores en el fondo de su garganta. Además, recordaba chuparle el culo con la lengua a Fernando, que tampoco era cualquier cosa. Lo primero que hizo fue lavarse los dientes a conciencia y usar enjuagues bucales una y otra vez. Le costó un par de dosis, pero se quitó ese sabor. Su cuello estaba enrojecido, aunque por suerte no parecía que fuese a quedar marcas.

- Que pasa mi amor?.- preguntó, ya que me había quedado parado viéndola sumido en mis pensamientos.

- N-nada Mamá, dúchate que veo que lo necesitas.

- Ja ja.. chistosito. ¡Jijiji!..

Me dirigí a la puerta pero algo me hizo volver a quedarme en ella. Mamá al mirarse en el espejo se puso de lado para verse el trasero. Ese par de cachetes tersos y blancos estaba ahora rojos. Tenía aun marcas en relieve de varios dedos e incluso alguna marca ya morada. Al tocarse le dolía, pero lo que más le preocupaba eran sus piernas y que eso duraría varios días, ella solía llevar shorts y vestidos algo cortos. Se fijó en un poquito de sangre reseca entre sus muslos. Era una cantidad muy pequeña, pero sin duda provenía de su trasero y además, andaba raro. Ahora recordaba cómo por un momento dejó de dolerle con la intensidad del principio de la enculada. Había experimentado un intenso placer que jamás imaginó que esa parte pudiera sentir, pero el dolor ahora era muy molesto.

En fin la dejé que se duchara, sin duda los rudos manoseos y las fuertes arremetidas que sufrió cuando Fernando se encontraba como enfurecido, pronto se borrarían con sus carísimas cremas o lo que sea que se untase. Lo único que no se le borraría tan pronto sería los trastornos sufridos dentro de su cabeza. Aunque esta vez, ya no observé cambios en su rostro. Esa mirada ya no parecía la de una angustiada Madre llorando y suplicándole a Fernando que se la follase para no alejarme. No iba a permitirle que me alejara de su lado. Era capaz de volverse su puta con tal de mantenerme a su lado.

- Espero que no vuelva ese cerdo en todo el fin de semana. Lo primero que tengo que hacer es prevenirme para cuando él llegue. Sí. Eso es esencial.- me decía.

Pasaron cerca de 2 horas hasta que bajó ella, sólo al verla se me vinieron a la mente las imágenes de todos sus orificios llenos con la tranca de Fernando. Me saludo con un beso en la mejilla, ya mantenía su color blanco natural y su pelo rubio aun húmedo por la resiente ducha. Llevaba una pijama y un top hasta el ombligo, no quise hacer ningún comentario pues ya no quería incomodarla y hacer que se olvidara un poco de aquel cerdo desgraciado. Sólo entró me hizo un rápido almuerzo, tomó su licuado rutinario y se volvió a subir a su recamara. Sólo al verla cómo se tomaba su licuado casi devuelvo, recordé cómo Fernando el día anterior había descargado sus güevos sobre este y lo había puesto sobre un tazón para que Mamá lo tragara. Se me hizo nudo el estómago que hasta perdí el apetito.

Cuando caminaba aún tenía un dolor en su trasero cada vez que daba un paso. Un escozor que le molestaba en cada avance. Sin duda, la cosa de ese cerdo le había hecho mucho daño en su tierno culito hasta entonces virgen. Al subir las escaleras para dirigirse a su habitación también notó las molestias de los moretones de sus nalgas.

- Maldito hijo de Puta me la había destrozado.- pensé enojado.


Pasaron un par de días y no había rastro de Fernando. Mi Madre había vuelto a su vida rutinaria. Se levantaba muy temprano para empezar el día con sus ejercicios y sus cremas, empezaba a olvidar todo lo vivido en los pasados recientes. Creí que ella había vuelto a ser la misma mujer dedicada a su familia y a su casa, no aquella mujer entregada e irreconocible que le pedía más a Fernando o a mi Tío. Pero una de esas noches algo sucedió que cambio el destino de mi vida.

- ¡Noooooo!!!,- fue el espantoso grito que vocifero Mamá y que me despertó.

Maldición, enseguida pensé que alguien se había metido y que ella estaba siendo atacada en su habitación. Me armé de valor y con mi bate de béisbol fui para averiguar que le pasaba a mi Madre. Tenía mucho miedo para que les voy a mentir, pero el simple hecho de pensar que era lo que le ocurría a mi Madre me valentonaba. Me acerqué por el pasillo hasta su habitación para percatarme que nada sucedía, es más, su puerta estaba cerrada y todas las luces seguían apagadas. Lentamente fui abriendo su puerta, si había alguien con ella quería sorprenderlo.

Mamá estaba toda sudada, simplemente había sido una pesadilla. Seguía dormida pero la respiración muy agitada. Como pude me acerqué un poco más para asegurarme que estuviese bien, ya que había gritado de una manera muy alterada. Fue en eso que me percaté de lo que realmente sucedía. Mamá tenía una mano en aquella parte de su cuerpo y me percaté que estaba completamente mojada. Mi corazón se aceleró al verla y la respiración de ella mucho más cuando por un leve contacto de su manita con su cosita exhaló llevándosela a los labios. Al parecer tenía mucho calor por lo que se había sacado el camisón para quedarse solo con sus rosadas pantaletas con encajes. Mamá seguiría durmiendo eso parecía, pero seguramente las vivas imágenes de Fernando fallándosela no le daban tregua. Con los ojos cerrados comenzó a sobarse su estómago, lentamente fue bajando sus manos hacia esa parte que aunque dormía sabía que si se tocaba le iban a hacer sentir bien. No sé qué realmente soñaba mi Madre pero tras unos acalorados roses y apretones contra sus piernas, Mamá se acariciaba pero con sus calzoncitos puestos.

Maldición no lo podía creer, estaba a un par de metros viendo como ella se masturbaba en la oscuridad de su alcoba. Mis pensamientos estaban puestos en el voluminoso cuerpo rosado de mi Mamita. Seguro que soñaba a Fernando aserruchándola con brutalidad, abofeteándola y enculandola, así iba alternando sus morbosos sueños para darse placer, ya que su cuerpo se lo exigía en esta acalorada noche. Yo no podía ni moverme, una porque tenía miedo que al hacerlo ella despertase, y otra porque lentamente ella fue metiendo su manita por debajo de sus pantaletas, que al tocar con sus dedos su pequeño botoncito la sensación que sintió en todo su cuerpo fue indescriptible. Sin siquiera desearlo ni pensarlo levantó sus caderas y llevó sus manos a sus pantaletas para deslizarlas hacia abajo y sacárselas. ¡Su puta Madre! Mamá quedó completamente desnuda frente a mí. La maratónica noche de sexo que se había pegado solo hace menos de 3 días no eran suficiente para calmar su ardiente cuerpo. Sentí unas tremendas ganas de masturbarme de la misma forma en que ella lo estaba haciendo.

Nuevamente bajó una de sus delicadas manos hacia su depilado pubis, casi se lo acariciaba mientras que con su otra mano rozaba las suavidades de sus muslos. Creo que esa exquisita combinación le proporcionaba un deleitoso cosquilleo en todo su exuberante cuerpo. Todas sus curvas disfrutaban de las caricias que se estaba auto proporcionando. Con suavidad y ligereza comenzó a rozar su clítoris desprovisto de vello alguno, sus dedos hacían más y más círculos mientras se retorcía y gemía débilmente. Mamá con sus carnosas piernas abiertas de par en par presionaba su manita con más fuerza a la vez que su excitación iba siendo cada vez mayor.

Yo estaba que no movía ni un pelo observando, veía como su dedo medio se abría paso entre sus carnes íntimas y se introducía en su rajita la cual observaba húmeda y caliente. Mamá sentía próximo el orgasmo pues su respiración así lo indicaba y el olor que emanaba su cuerpo era de una hembra ardiente. O quizás seguía soñando a Fernando montándola con las mismas fuerzas en que lo hacían los animales. Sentía tan rico en su rajita que no podía parar de tocarse, era una sensación insoportable, a la vez maravillosa y nueva para ella. (eso quiero imaginar) Sus dedos se resbalan de arriba abajo por sus jugosos labios vaginales y por su encharcada vagina. Yo la veía mojada y algo pegajosa. Se volvió a introducir un dedo muy suavemente y bien profundo dentro de su vagina, y cuando lo sacó me dejó perplejo. Estaba chorreante de sus propios jugos íntimos. Pero lo que hizo después me dejó helado. Temblorosamente se lo llevó a la boca. Quería probar. Una vez que se lo chupó regreso a su camino descendente a su vagina.

Joder, eso siempre veía que hacían las actrices porno en algunas de sus escenas que "sin querer me topaba por red" Que sabor tendría? Me preguntaba mientras sus dedos aceleraban la exquisita labor masturbadora. Créanme que la entrepierna de Mamá estaba hecha un charco de jugos vaginales en su cama. Nunca imaginé que Mamá fuera tan ardiente, siempre creí que ella era una mujer fría en la cama, lo digo por su carácter, Mamá siempre aparentó un carácter fuerte y jamás se dejaba callar por ninguna persona, de eso a que los demás que no la frecuentaban la catalogaran como altiva y arrogante. Pero ahora.. tirada, desnuda en su cama con sus piernas bien abiertas masturbándose mientras dormía. Pero lo sorprendente de todo fue cuando poco a poco fue sacando su fresca lengua imaginándose que algo lamía, (ya me imaginó que era lo que se imaginaba Mamá mientras lo hacía.) Su calentura era cada vez más y más fuerte. Ahora en su mente tenía la viva imagen Fernando montado en forma inversa encima de ella haciendo ambos un glorioso 69, imaginaba delante de sus ojos el tremendo ariete que en estos momentos tanto deseaba lamer. Imaginaba sus grandes güevos paseándose por su barbilla y mejillas.. esto fue mucho para la alterada e intespestuosa mente de mi curvilínea Madre que aún se masturbaba como energúmena, en consecuencia fue el cuerpo del viejo el que se adjudicó la erótica y exquisita masturbación que se mandó Mamá rememorando todo lo sucedido. Las imágenes del 69 entre ambos la calentaron de sobre manera hasta que su vagina explotó en una verdadera cascada de jugos que evidenciaban el divino gozo que sentía.

- ¡Ohhhh! Dios míooooo!!, Ferrr!!… Nooooo!!!,- exclamaba Mamá dedicándole su paja a ese cerdo, mientras su manita subía y bajaba rápidamente por su vagina totalmente encharcada de jugos vaginales. Sus caderas ondulaban frenéticamente imaginando que también Fernando se la estaba chupando a ella.

- ¡Ohhhhhh!! aaahh! aahh asiii, Mhmmm!… me corroooo Ferrr... nandooohh Mhmm... así! asii!! asiiii!! Arghhh!!!!.

Mamá casi se orina de placer. Subía y bajaba las caderas en todas direcciones sin despegar su mano de su encharcada vagina. Una oleada de eléctrico placer la invadían y le hacían abrir y cerrar sus piernas con desesperación, terminando con extraños movimientos de como si verdaderamente se estuviera electrocutando. Lentamente su cuerpo desnudo dejo de moverse, solo su agitada respiración daban claras muestras del inmenso placer que había experimentado, estaba cansada, tal como quedó toda despatarrada en su cama se quedó dormida. Y yo volví a la mía con un grado de insertumbre que no lograba entender.. porque, que era lo que había cambiado?

.....

Pero mientras los días pasaban en mi caso no podía sacar de mi mente las imágenes que tanto había presenciado, cada vez que la miraba cuando se agachaba o se sentaba, el cruce de sus piernas y el bamboleo de sus pechos al caminar, las escenas brutales, las penetradas de mi tío y de Fernando se me venían a la mente cómo si fuera una caja receptora. Ya no podía mirarla a ella cómo la santa y tierna Mamá que yo hace poco tenía, ahora la miraba cómo aquella hembra que pedía a gritos que la penetraran violentamente mientras dormía, cómo la puta que se dejaba montar por cualquiera que la manoseara y que lo disfrutaba de lo lindo.. eso hizo que hubiera un rotundo cambio dentro de mí. Ahora me dedicaba sólo a observarla, esa extraña sensación de querer verla más, querer verla nuevamente que la penetraran violentamente. Esa sensación en mi entrepierna, créanme que yo también tuve sueños en los que me excitaba ver a Mamá montando a desconocidos machos. En algunas ocasiones cuando mi Madre salía con sus amigas, yo iba y abría los cajones de su buró y sacaba todas sus braguitas sólo para verlas, pero lo pensaba y las volvía a guardar, no podía hacerle eso a ella, en que me estaba convirtiendo yo también? ..

Desde ese momento se me hizo una obsesión, tanto que quería estar en todo momento observando lo que hacía mi Mamy. Así que pensé.. como voy a poder vigilarla en todo momento sin que me sorprendiera?, si seguía escondiéndome dentro de aquella abertura del aire acondicionado tarde o temprano me atraparía, además que era bastante incómodo y lleno de polvo. De pronto una idea se me vino a la mente que me cambiaría el resto de mi vida. ¡Las cámaras de seguridad! Quité unas cuantas cámaras que intentó usar mi Padre para la seguridad de la casa, las cuáles nunca se logró ya que casi no se encontraba en casa. Había en algunas partes de la casa, sólo quedaban los monitores y las cámaras, pero leyendo el instructivo de las mismas, pude darme cuenta que eran cámaras de seguridad para video con Wi-Fi, panorámica y algunas con inclinación. La verdad que no pensé que eso pudiera estar en casa y que estuvieran de manera inútil. Algunas tenían visión nocturna infrarroja de hasta 26.2'; detección de sonido y movimiento; capacidad de rotación horizontal e inclinación; compatible con iPhone y iPad de Apple y ciertos dispositivos Android. Cosa que me servía bastante.

Así que tome un par de cámaras ya que los monitores no me servían, además que Mamá pronto notaría los diferentes monitores en mi habitación. Por lo que prefería programarlas a mi computadora portátil y ¡Zaz! que encienden. Se me vino una idea y una sonrisa con ella. Con una de estas en su habitación podría observar más detalladamente a Madre sin que ella se percatase. Así que no perdí tiempo y que me meto a su recamara. Busqué un lugar apropiado dónde colocar una cámara, un lugar dónde mi Madre no buscara y no pudiera encontrarla. Comencé por el baño, buscando un sitio perfecto… la verdad es que no era buen sitio para colocar una cámara ya que sería descubierto de inmediato, y además con el vapor y el agua seguro que no funcionaría. Después de analizar cada esquina, muro y lugares donde pudiera pasar desapercibido me dispuse a hacerlo donde ella dormía.

Me fije que en su cama y de cómo había algunas manchas, supongo que algún tipo de alimento que ella vendría a ingerirlo aquí a su habitación mientras veía televisión o leía. Pero cuando me acerque a la mancha pude respirar un fuerte olor a sudor. Quite las mantas y llevando mi vista al suelo pude ver un condón de color rosado tirado en el lateral de la cama y otro condón pero de color normal en la sabana. Dios que asco, pero que hacía un condón en la cama de mi Madre?… me agaché a tomar el condón del suelo con 2 dedos, estaba algo pegajoso por fuera pero limpio por dentro. Fui al baño y lo tire, observe que no tenía rastro de semen pero era obvio que había sido usado. Después me dirigí al condón de las sabanas el cual también estaba mojado y además había un manchón en las sabanas que claramente era corrida seca que se debió escapar del condón cuando fue echado. Lo tomé como el anterior, fui al baño y lo tire por el inodoro. Abrí el armario de mi Madre y quite unas sábanas limpias y las deje en una silla que había en el tocador de ella mientras las metía al pasadizo de la ropa sucia el cual daba al cuarto de lavado allá abajo.  Recogí el envoltorio de los preservativos y cuando me dispuse a quitar las sabanas se me volvió a encender la bobina. ¡Su closet!

Ese sería un lugar perfecto, además me percaté de las pequeñas puertitas superiores del closet dónde Mamá guarda unas cajas que pocas veces mueve y otras de mi Padre. La acomodé de tal manera que la cámara quedara tapada por las cajas. Cerré la puertita y lo bueno para mí es que estás tiene rejillas, así podría yo observar perfectamente mientras que la cámara pasaría desapercibida. Una vez cumplida mi misión estaba todo listo para cuando llegara mi Madre. No sin antes percatarme de algunos pelillos que saltaba a la vista en su cepillo y que no eran otra cosa que el vello púbico del viejo. Estaba claro que eran de él pues Mamá estaba completamente depilada además que era pelirroja… no sé porque me dio en agarrar uno y obsérvalo. Estaba volviéndome loco.. solté ese pelo y me fui a mi cuarto para encender mi computador y “guala” se miraba claramente toda la recamara de Mamá y parte de su baño, ya que el baño de mis Padres es completamente de vidrio, así que se puede observar perfectamente cuando uno se está bañando, el W.C. no, ese si está ligeramente cubierto por un vidrio color gris que sólo puede observarse la silueta.

No podía esperar a ver a mi Madre, la sensación era más grande que yo, ahora podría ver a Mamá sin el miedo de que me descubriera, así que me quedé esperando a que volviera. Ya cómo eso de las 6 de la tarde llegó, venía con algunas bolsas que me imagino que debió de ir con sus amigas a gastar dinero. Bajé para ayudarla con las bolsas, al verla no dudé en decirle lo linda que se veía.. se miraba muy elegante, traía un elegante vestido beige de una sola pieza con un cinturón negro, un sombrero de esos que usan las Señoras elegantes, sus lentejuelos oscuros y sus guantes blancos, toda una señora de la alta sociedad, (aunque por dentro yo ya sabía en que se había convertido). Me dio un par de video juegos que me había comprado y ella subió a su habitación. Yo pues, ya imaginarán.. salí disparado a mi habitación a encender mi nuevo pasatiempo.

Ya perfectamente ubicado en mi habitación y con la cámara encendida me dispuse a observar a la reina de mi casa con toda calma. Las imágenes mostraban a mi Mamy arreglándose frente al espejo, se miraba muy contenta, cómo una adolescente en su baile de graduación. Se dirigió a su cama tomando las bolsas y las empezó a vaciar sobre esta, en ellas se encontraba mucha lencería, algunas batitas y ligueros, pero lo que me sorprendió eran las braguitas y los sostenes. ¡Pero qué clase lencería se había comprado Mamá!! ¡Eran súper sexys!!. Mi Madre usaba ropa interior chica pero estás realmente que lo eran. Las extendió por toda su cama, se puso de pie para observarlas todas. La verdad que había comprado gran variedad, eran de distintos colores y todas muy diferentes. Mamá se empezó a quitar su elegante vestido, primero desabrochó el cinturón de su cintura, deslizó el cierre de su espalda hacía abajo, al desabrocharlo salió su fina lencería blanca de encaje con liguero del mismo tipo. Mi Madre es bellísima no le pide nada a las modelos de las revistas para caballeros. Se sentó sobre la cama y empezó a quitarse sus ligas de sus caderas para terminar con sus pantaletas y su sostén.

La enorme recamara de mis Padres cuenta con una gran cama en el centro y cerca de la ventana un gran espejo de cuerpo entero donde ella siempre se probaba sus atuendos. En un lado una puerta de cristal daba acceso a su lujoso baño con una gigantesca ducha. En el otro había un vestidor tan grande como mi habitación. Se dirigió al espejo y se miró totalmente desnuda. Yo ya la conocía así pero ahora toda mi atención estaba en cada parte de su cuerpo. Por lo que me pude percatar que mi Mamy se había depilado nuevamente la vagina, se había quitado todo su bello, dejándose la pelvis cómo una niña adolescente.

Desnuda, empezó a explorar entre la ropa que había adquirido. Aunque había varias prendar que no sabía para que había comprado, conjuntos que era ilógico que fueran para llevar ropa encima, la mayoría eran atrevidos. Tomó unas pequeñas braguitas y se las colocó. Al voltear de frente hacía dónde estaba la cámara me quedé pasmado. ¡Las braguitas que Mamá había escogido tenían una abertura al frente!!, se podría acezar a su coñito con ellas puestas. ¿Pero mi Madre para que quería ese tipo de pantaletas, o para quién las quería?, ¿A quién se las mostraría?, pero qué diablos le pasaba a mi Madre?.. no cabe duda que las enculadas que le dieron me la habían cambiado rotundamente.

Así frente al espejo empezó a modelarlas, se miraba de frente, se observaba el trasero, se agachó y se puso ágatas para ver cómo se miraba. Se empinaba con su trasero en popa haciendo que la abertura de sus bragas se abriera por completo mostrando todos los pliegues de su vagina. Con ellas permitía un muy fácil acceso a cualquier agresor. Volteó a verse y sonrió contenta por su atuendo, se sentía muy sensual, muy sexy, cómo la nueva hembra que ahora estaba despertando. Luego se empezó a colocar las demás, unas más sexys que otras, pantaletas transparentes, unas mallas que le llegaban a sus pechos de pura red, pero lo que más me impactó definitivamente fueron unos hilos que hacían la forma de ropa interior pero sólo eran hilos, formaban el triángulo del frente pero nada más, no había tela para cubrir nada, el sostén que también daba la forma de sostén pero este las tetas de mi Madre quedaban por fuera, ¿para qué demonios querría mi Madre esa lencería?, más bien pensaría que la compró en una boutique de sexo. Eso me dejaba muy preocupado, ¿cuál sería su propósito?, excitar a Fernando o... ¿para quién serian dedicadas esas prendas?.

Siguió probándose más provocativo conjuntos. Braguitas minúsculas que estilizaban sus caderas y marcaban su ya de por si prominente trasero, brasieres ajustados que potenciaban al extremo un gran escote, blusas de espalda descubierta que apenas eran un paño sobre su piel desnuda. Ante mi monitor presenciaba a una mujer distinta. Aparecía sugerente y sensual, como una recién casada intenta sorprender a su Esposo. Ella reía mientras su imaginación volaba, quizás fantaseando con aparecer así vestida en algún tipo de cena o reunión mientras los tipos la devoraban con la mirada. Les imaginaba masturbándose en sus casas pensando en ella, meneando sus enormes trancas hasta correrse en su honor a espaldas de sus Esposas. Aquello al parecer la excitó.

Con una mezcla de excitación, Mamá se tiró en su cama, en su recinto matrimonial, su mente era un caos, su corazón latía amenazando escapar, sus manos sudaban y cómo autómatas se dirigieron a su entrepierna. Los pezones los tenía durísimos, sus incipientes pezones que apuntaban al techo amenazantes. En su mente estoy seguro que revivía aquellas imágenes, ¿cuántas cosas le había pasado ya? ¿cuántas veces más iba a seguir siendo la puta de Fernando? No entendía muchas cosas… ¿qué pasaría más adelante? ¿Lo haría nuevamente? ..


Siguió tocándose… se pellizcó sus duros pezones, se tocó más abajo, curiosamente estaba húmeda… muy excitada. Siguió tocándose, y aunque no era la primera vez que lo hacía, (cosa que ya tenía comprobado) esta tarde todo ello tenía un sabor especial, un olor excitante, un aroma desbordantemente ardiente. Esta tarde era algo distinto, se volvió a tocar, se introdujo un dedo… “¡Mhm!”.. luego fueron dos… y ya no supe cuántos más, perdió la noción, sintió una oleada de calor que le golpeó en las sienes, la nuca, el rostro, cómo si se fuera a desmayar, y en ese torbellino de calentura, deseo intensamente con todas sus fuerzas, se encontraba demasiado excitada, deseaba vehementemente que mi Padre estuviera ahí, quién la acabara por poseerla, de ser salvajemente penetrada, de ser montada, de ser cabalgada, ardientemente domada, ese era el deseo que estaba cambiando su forma de vida, porque todo lo que había sucedido los últimos días la tenía terriblemente excitada. Mamá a sus 37 años había quedado imbuida de un deseo mezcla de pasión, de ardiente lujuria, y deseo, de un intenso deseo de ser poseída… de ser cogida… taladrada.

- ¡Aaahhh! ¡No lo soporto más, necesito! ¡Mhmm!..- decía Mamá sobándose sus senos, que estaban por fuera ya que ese tipo de lencería era de puros cordones.

Levantó su espalda y lanzó todo lo que había en su cama, todo aquello que le estorbase. sentía un calor insoportable que la avasallaba. Mamá respiraba con sus manos en su abdomen sintiendo que sus pechos retadores se movían con el respirar. No sabía qué hacer.

- Y si me toco un poquito ahora?, ..y si lo pruebo ya? ..no creo que sea malo, después de lo que ya hice ¡Ji ji ji!..- se dijo.

Poco a poco su mano derecha subió haciendo un caminito hasta llegar a su pezón rozándolo.

- ¡Mhmmm!.. ¡aaahhhh!..- se escuchó en la soledad de su cuarto.

Mamá se tomó el otro y comenzó a jugar con sus globos de carne. Los movía, los juntaba y los soltaba, como para verlos separarse. Se tomaba los pezones y los apretaba para después jalárselos y volverlos a soltar. Gotas de sudor comenzaron a perlar su frente, el ardor que sentía al pellizcárselos era delicioso, pero el calor no se sofocaba al contrario se acrecentaba con cada rose, toque o pellizco a sus montañas blandas. Inconscientemente sus dos manos comenzaron a bajar.. ahí se encontraba Mamá, la que hasta hace unos días era la Madre más dulce y perfecta que todos conocían, se preparaba para lo que seguro iba a ser el cambio a su nueva vida. Con las piernas apretaba su entrepierna, mientras seguía tocándose los senos, se movía de un lado para otro y lo que tenía que pasar paso, poco a poco fue abriendo sus piernas, mientras su mano bajaba alcanzando por fin su más grande deseo, que al contacto le hizo sentir un chispazo..

- ¡aaahhhhh! ¡aaahhh!- gimió muy leve, cuando sus dedos ingresaron en su rajita provocándole un placer intenso.

Sus dedos suaves entraban y salían de su rajita al ritmo que ella decía, sus piernas dobladas de las rodillas bien abiertas mostraban muy bien su intimidad que brillaba de jugos secretados. Mamá movía las caderas sin parar, dándose vuelta sobre las sabanas sin sacarse los dedos, mordía su almohada para no gritar tan fuerte y llegar a ser escuchada. Su rubio cabello ya estaba todo revuelto y se le pegaba a la cara. Levantó su trasero enterrando su cara en el colchón, para después comenzarlo a mover haciendo círculos metiendo y sacando más y más rápido. ..

Pero necesitaba más, así que se detuvo. Modelando esos finos hilos se puso de pie de nuevo. Estaba perlada en sudor, muy sonrojada, estaba ardiendo por dentro. Empezó a caminar por la habitación, realmente andaba desnuda, ya que los hilos no le tapaban absolutamente nada. Yo tenía mi pene a reventar, pensaba espiar Mamá pero no imaginaba que me llevara estos espectáculos.

La lencería era impresionante, fina y sugerente pero lo que más me sorprendió estaba en el otro bolso. Volvió a buscar entre este y lo que sacó me dejó con la boca abierta. ¡Un enorme consolador negro que debía de medir mínimo unas 12 pulgadas!!, era grueso cómo la muñeca de mi Madre y tenía la silueta perfecta de un pene africano. Era una imitación tan perfecta que parecía de verdad. Era gorda y rotunda. Al tenerla en las manos se le vinieron a la mente un montón de cosas, cosas que al parecer ya no se pudo reprimir. Nunca la había visto así, como una hembra cautivadora, poderosa y sexual. ¿Pero qué demonios le pasó a mi Madre?, ¡me la habían cambiado por una adicta al sexo y a las vergas grandes, ¡enormes!!

Lamió el consolador negro, dándose ante el espejo un increíble espectáculo (y ante su hijo que estaba incrédulo atravez del computador). Lo hizo recorrer su cuerpo, lo golpeé en su cara, lo dirigió entre sus piernas y empezó a rosarse. No se si Mamá ya había hecho algo como eso en anterioridad pero ahora estaba desconocida. Era como si aquel desgraciado viejo con su terrible rabo al momento de abrirla me la hubiera despertado. Intentó ahogar sus gemidos mientras se rosaba, bañando el juguete en sus fluidos.

Se recostó sobre la cama y empezó a pasarse esa manguera por los pechos. Se lo frotaba en los pezones haciendo que éstos reaccionaran y se pusieran más rectos todavía. Luego lo colocó en medio de sus dos tetas cómo haciendo una cubana. Aprisionó el aparato con sus dos montañas y lo frotaba entre ellas. ¡La cara de mi Madre era un poema, ..la de una autentica puta!!, ¡Una perra en celo!!. Levantó ese tremendo juguete y lo empezó a chupar.. mejor dicho a mamar como una aposenta. Se lo metía hasta la garganta abriendo al máximo sus labios hasta atragantarse. Luego deslizó el consolador hasta su entrepierna y al momento en el que el juguete tocó su rajita le salió un gemido entre sus labios que claramente lo pude escuchar hasta mi cuarto. Créanme que si no supiera que era lo que pasaba seguramente ya hubiera ido a tocar a su puerta.

Lo empezó a restregar por toda su raja completamente depilada. Sus labios de la vagina los tenía coloradísimos y ligeramente inflamados. Lo lamió y lo embadurnó bien con saliva para que quedara bien lubricado. ¡Joder se lo iba a meter!!.. Quedando toda su superficie de un color negro brillante y pulido cómo el azabache. Se frotó un buen rato la entrepierna turnando la boca y su vulva, su vulva y su boca, luego con sus dos manos tomó el tremendo aparato y se lo empezó a introducir muy lentamente haciendo que abriera la boca para jalar aire. Cuando iba a tres cuartas partes del aparato mi Madre empezó a convulsionarse en un tremendo orgasmo. De prisa aceleró las penetraciones cómo una vil ninfómana.

- ¡Mas, mas.. Cabrón dame más... así, fuerte no te detenga! ¡aaaahhhh!..- gemía Mamá, que ya tenía el juguete lleno de sus jugos, que corrían por sus muslos- ¡Aaaahhhhh! ¡Voy a terminar! ¡Dámelos cabrón dámelos! ¡dame tu semen!.- grito no importando si su hijo la escuchaba.

Mi Madre no tenía llenadera, se metió el tremendo pene negro hasta casi llegar a la mitad, sacándose más gemidos cómo una ninfómana. El pene tenía en la parte de atrás una especie de chupón para que este se pudiera pegar en superficies lisas, la cual mi Madre entendió a la perfección ya que fue y lo pegó en la pared del baño ligeramente a unos 40 centímetros del piso. ¡Joder que iba hacer. Con el rostro totalmente desencajado apoyó la ventosa de este en la pared del baño y quedó fuertemente fijado a la superficie. Se liberó de sus hilos y dispuesta a cogerse el pene de una forma grotesca, se colocó a cuatro patas para ponerse a la altura del brutal dildo. Se inclinó lentamente hasta colocarse verticalmente a la punta del plástico mientras se magreaba las tetas y pellizcaba sus pezones mirándose al espejo.

El consolador estaba colgado apuntando hacía mi Madre, la cual no tardó mucho en acercarse y agarrándola con su mano derecha buscó su gruta para dirigirlo a su vulva. Sintió el leve roce de la punta del pene sobre su clítoris, desplazando las caderas para sentir ese roce en toda la longitud de su vagina y preparar el camino a la penetración total. Situó la puntita de este justo en la entrada de su vagina y gateando hacía atrás lentamente comenzó a penetrarse por entero. Más de la mitad del aparato quedó incrustado en el interior de mi Madre. Se quedó ahí con eso en su interior mientras se le regulaba su respiración, y ya que su matriz se acomodó a su invasor se volvió loca, se metía esa cosa rápidamente echando su cuerpo hacía atrás y hacía delante. Yo estaba cómo loco con esas imágenes, mi Madre a cuatro patas enterrándose sola esa tranca negra, no lo pude soportar y me vine en tremendos chorros de leche que tiré al piso y otros se estrellaron la pantalla de mi laptop.

- ¡Mas, mas!.. ¡Más Cabrón jódeme más!.. así, fuerte ! ¡aaaahhhh!..- gemía Mamá, cuando el juguete llegaba hasta lo más profundo.

Su movimiento hacía el frente y hacía atrás iba alternándolo con otros más leves de subida para adecuar su ya dilatada cueva al grosor del negro juguete. Hasta que llegó al tope de su hendidura final, su chochito lo aprisionó cómo un guante alrededor de este quedando completamente llena y "tapada" por este. Las paredes de su vagina quedaron completamente estiradas y sin apenas moverse comenzó a tener un orgasmo brutal y tremendamente largo. Sus gritos, jadeos y el aroma de sus abundantes fluidos que destilaba su interior inundaron toda su habitación, estaba en un orgasmo casi permanente, era el armagedón del placer, la locura. Y precisamente esa locura era la que la hizo alternar las penetraciones en su chocho con otras mucho más leves y menos profundas en su ya también dilatado trasero.

Yo no creía lo que estaba viendo, y estaba seguro que ni ella lo que estaba haciendo. Lo cierto es que lo estaba haciendo y lo mejor de todo, ella disfrutando. Allí, sola en su recamara, completamente desnuda metiéndose un gigantesco consolador por la vagina mientras que con un dedo de picaba el culo. Uffff... ¡Esto era de lo más morboso!!. En estos momentos no me importaba nada, lo que verdaderamente me importaba en esos instantes era continuar con las imágenes que estaba viviendo, yo no podía creerlo, lo estaba viendo por el monitor, mi Madre se encontraba en un orgasmo constante y casi perpetuo que había conseguido. Las penetraciones alternadas en su vagina en toda la extensión del artilugio y en su culo con su dedo, se sucedían una tras otra en tanto sus gemidos era cada vez más evidente. Mi Madre no tenía llenadera, seguía con buen ritmo atravesándose sola esa tranca de plástico, de repente se detuvo. Se sacó con mucho cuidado la tranca y esta quedó colgada llena de los jugos de mi Madre. Se había venido estrepitosamente dejando el consolador brilloso en fluidos.

Se levantó con sus piernas temblorosas, le flaquearon, por un momento casi cae al piso por no soportar su propio cuerpo. Buscó en sus cajones, yo creí que esto ya había acabado y que mi Madre ya había quedado satisfecha, pero que equivocado estaba. Del cajón de sus braguitas sacó el hongo trasparente que Fernando la había forzado a usar durante todo el día. Lo lamió y con su mano se lo empezó a enterrar en su culito, batalló un poco ya que su trasero no lo tenía suficientemente dilatado pero cómo ya había entrado en ese lugar no había porque negarse otra vez.

- ..¡Ouchhh!! ¡Aaaahhh!!- expresó mi Mamy con su juguete nuevamente en su interior.

El aparato quedó nuevamente enterrado entre las nalgas de Mamá. Y caminando cómo una patita fue y se miró al espejo, con una sonrisa pícara se volteó a verse el trasero. Cómo era normal sus prominentes nalgas impedían verlo, así que se puso ágatas para aprecia la imagen que desprendía, la cuál era la de una ninfómana total. Mamá a cuatro patas con un tapón en su trasero. Desde ahí se fue gateando hasta que llegó a dónde estaba colgado el pene negro. Se dio la espalda y empezó a colocarlo nuevamente en su vagina, ya no hallaba que hacer mi Madre para calmar su calentura. ¡Quería meterse dos aparatos al mismo tiempo!!, ¡cómo simulando una doble penetración!! ¿Hasta dónde iba a llegar las calenturas de mi Madre?, ¿cuál será su límite?..

Dicho esto se enterró el segundo juguete en el interior de su cuerpo, ya sus gemidos pasaron a gritos que salía de su boca, empezó a moverse de atrás hacia delante sintiendo cómo nuevamente el terrible consolador la abría por dentro. Mi Madre no tenía llenadera, abrió más las piernas para que este le entrara aún más en su dilata vagina, su rostro era otro, ya no se parecía a mi Madre. ¡Era la de una puta gimiendo por más verga!!, Se empezó meter el aparato brutalmente hasta que en una de esas embestidas mi Madre hecho su cuerpo hacía atrás quedando sus par de nalgas pegada al vidrio del baño. La cara de mi Madre quedó paralizada por un momento, abrió la boca y pelo los ojos desmesuradamente. El dildo le había entrado más de la cuenta, pero no se la sacó, la dejó enterrada hasta el fondo provocándole un tremendo orgasmo que le sacudió todo el cuerpo. Con su mano martillaba el piso ya que la sensación que sentía la estaba matando. Era tanto el placer que experimentaba que sus ojos quedaron en blanco.

La penetración fue brutal, los orgasmos inconmensurables y sus múltiples corridas tan abundantes que pareciera en realidad que se estuviera meando… hasta que se desmayó. Sí, así es, se desmayó. Quedó desmadejada y rota por el placer que se estaba proporcionando.

Mi Madre perdió el conocimiento en su calentura, por un momento me preocupe, pero enseguida vi que seguía respirando. Tardó varios minutos en poderse mover, en poder reaccionar, quedó sin moverse un buen rato hasta que paso el éxtasis. Parte de la punta del aparato seguía incrustada en ella y el tapón seguía alojado en su ojete. Cuando logró moverse hizo lo suficiente para que el dildo azabache saliera de su dilatada vagina, quedando pegado sobre la pared escurriendo todos sus fluidos que tenía impregnados, y una pequeña línea de fluido conectaba la entrada a su intimidad con el tremendo aparato.

Mi Madre se quedó en el suelo boca abajo recuperándose, relajó un poco su cuerpo haciendo que el tapón que traía en su culo fuera expulsado cayendo a un costado “¡PLOFF!” El culo se le abría y se le cerraba extrañando al intruso. Yo estaba desorbitado viendo tremenda escena, nunca me imaginé que mi Madre me diera ese tipo de espectáculos. Me había hecho cómo tres pajas y todavía traía la tranca dura. Me quedé observando a mi Madre en el suelo con sus dos “amigos” por los lados. Mi Madre estaba perdida, definitivamente ya no era aquella linda y despampanante mujer que se había casado con mi Padre, aquella hermosa Señora que me esperaba en la puerta del colegio para recogerme. La linda y tierna Mamá que era mi orgullo y era la perfecta viva imagen de una linda esposa. Ahora ya no sabía a quién estaba viendo pero de lo que si estoy seguro era que no iba a ser la última vez que la vería de esa manera.

Después de un buen rato se recuperó, se postro frente al espejo y se revisó el ojete y su vulva. Sólo se dedicó una pequeña sonrisa de satisfacción para después guardar sus juguetitos en su cajón. Ya en noche yo ya me había recuperado de las tremendas pajas que me había hecho a su favor, así que bajé a cenar algo, necesitaba energía, mi Madre estaba en la cocina, muy chapeteada y radiante cómo si tuviera mucha vida.

- ¡Pedrito!!, ..¿pero que tanto haces en tu cuarto mi amor?. No has bajado en todo el día.

- Esss, estaba jugando los videos que me compraste Má, ..están muy divertidos.

- Ah, ..bueno, siéntate te voy a servir. No es bueno que estés todo el día encerrado jugando con tus juguetes mi vida, necesitas buscar otra manera de entretener. Hacer deporte.- (y mira quien me lo decía.)

- Si Mamá, ..sabes, Carlitos me invitó al cine, ..quizás vaya.

- Muy bien mi cielo, ..me gusta no verte deprimido.

Todavía no me sacaba de la cabeza las imágenes vividas, veía cómo Mamá preparaba los platos y no podía creer que fuera ella la que hubiera hecho todas aquellas marranadas. Mientras mi Madre me servía, no podía quitar de mi mente las escenas de los aparatos incrustados en su interior, sin que ella se diera cuenta le observaba su trasero, las abultadas curvas que hacía su trasero en ese vestido, de repente me llegaba la duda.. me quedaba pensado que aún cocinando mi Madre, tal vez traía uno de sus juguetes bien enterrado, sin querer me empecé nuevamente empalmar, realmente me estaba volviendo loco, quizás ella estaba en lo cierto necesitaba distraerme, pensar en otras cosas. Terminé de cenar y me fui nuevamente a mi cuarto, tenía que editar las imágenes y guardarlas en un archivo muy seguro, esas escenas valían oro para mí. Y volviéndolas a revivir no pude aguantar, me saqué el pene nuevamente, esto había sido demasiado y lo que empezaba a vivir iba a estar mucho, mucho mejor. ...


Continuara brevemente.............ATTE Pedrito Tapia.

© MI MADRE Mónica.......... Capitulo (4)
“El Jardinero.”
PD.... No se olviden de valorar el relato y escribir su recado para motivarme a contarles más... les mando un afectuoso saludo.... pedritapia08@hotmail.com

7 comentarios:

  1. los detalles estan logradisimos, consigues describir muy bien la acción, es talmente que uno puede imaginar la escena perfectamente, eres un maldito genio

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  2. PRIMERO.-
    Aclaro que esta semana solo soy un simple secretario. Jaja.
    !Aun NO lo terminamos!, solo opinaremos "lo que llevamos".

    OBSERVACIÓN.- Pese a que todos queremos ver a Mónica poseída, Aclara mi esposa que también “sentimos simpatía” con nuestra protagonista, jeje.
    Y mi señora encuentra muy divertidas (al punto que ¿sospecho de sus risas?) sus “PEQUEÑAS VICTORIAS”.
    1.- “ese tonto de Fernando, se le adelantaron, Tendrá su dinero, Pero ¡NO su virginidad! Anal”
    2.- “Y que se arregle y se vista, para que se la cojan, Así debe ser una mujer, antes muerta que perder el glamour”
    3.- “Y que ella se burlara que El infeliz traía calzones cómo los de tarzan”

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  3. SEGUNDO.-
    ¡Pero quien entiende a las mujeres!
    Yo quería leer este capítulo por:
    “La sodomizada” que le darían a Mónica.
    Pero a pesar que se tardó mucho para recibir esa escena “Espectacular”
    ¡NO me molesto! ya que todo el previo fue muy morboso.
    Te felicito.
    1.- Los AZOTES, fueron mis favoritos.
    2.- Que le GRITARA y le exigiera EXPLICACIONES, jaja como si fuera el esposo.
    3.- Y “el BRINDIS” de Fernando frente a la foto del difunto. Uuuuff! Eso fue GENIAL.
    4.- Sus dudas sobre ¿si le cabra? Eso es HOT!
    A- ¿todo esto pretendes meter por ahí?
    B- ¡Uuy! pero me va a doler
    C- pero está muy gordo, me vas a partir.
    Te quedo de 10.

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  4. TERCERO.-
    Y ahí el reclamo, de mi esposa:
    “!como aquí si te esperas!”
    (¿Yo con cara de ¿NO entender nada?)
    A mi si rápido, “me la quieres meter”
    Pero a esta, si te esperas con preliminares.
    Te gusta calentarla”
    ¿!Que!?
    “¡Estas CELOSA, de un personaje literario!”.

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  5. CUARTO.-
    A ver si mañana NO me corren del trabajo, pues me desvele hoy.
    Solo para poder leer el capítulo completo.
    (jaja, pero valió la pena)
    Solo poder leer esa descripción cuando la sodomizo,
    (INTERRUMPIMOS; para poder el sonido de 100 trompetas que anuncian:
    Los 3 Gloriosos momentos; de “LA CONQUISTA del TRASERO” de esa RUBIA exquisita)
    1.- Como: a “!una YEGUA!” con las manos sujetas a la espalda y jalándola de su RUBIO cabello.
    NO te miento cuando te dijo que al leerlo, el pene Me creció 2 pulgadas más, jaja.
    2.- Que Humillante sodomizarla en: la pared de los trofeos, ese es una “Locura”
    3.- Pero que Mónica lo confesara, al admitirle a Fernando:
    - “!nunca pensé que me gustara tanto por la cola!
    Eso Fue delicioso.

    P.D.1.- Dije 100 trompetas, debí haber dicho 1,000 eso y más se merece esas blancas nalgas.
    P.D.2.- Eso ultimo lo escribi ya sin le vigilante mirada de mi mujer.
    ¡Vivan las nalgas RUBIAS!

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