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domingo, julio 15, 2018

Capitulo (60)


MI MADRE Mónica.......... Capitulo (60)

“Confrontación.. mi realidad.”


Ya en la seguridad de su habitación, Mamá se despojó de lo que quedaba de aquellas prendas que la hacían lucir como una cualquiera. Le dolía el trasero, le ardía bastante, se miró al espejo poniéndose de puntitas y de espaldas, quería mirar cómo se veía su trasero después de ser enculada doblemente en el trascurso de un solo día. Pero por más que se ponía en distintas posiciones no lograba ver bien, así que tomó su celular, fue a su cama se colocó en posición a cuatro patas, y se tomó dos fotos de su trasero.

- ¡Ay dios que es esto m-me abrió me.. rompió ¿qué me hizo? me dejó abierta.- pensó asustada.

Llevó su mano al agujero para palparse y comprobar, su dedo de en medio cabía perfectamente bien, lo metió dando un pequeño saltito moviéndolo dentro, cuando lo saco lo miró y se dio cuenta que tenía todavía restos de semen y mantequilla.

- ¿Qué es esto mantequilla? con razón ya no me dolió tanto la segunda vez que me introdujo su pene.- pensaba ya más calmada y era verdad, disfrutó más la segunda vez, que fue tomada por el culo esta misma noche.

- ¡Aahh! ¿Qué me pasa? ¿Qué voy a hacer? ¿Estoy tan confundida? Pero.. creo que será lo mejor, y hacer lo que él quiera, o ponerle un alto a todo esto, no sé qué hacer.. Beatriz ojala y estuvieras aquí para guiarme y darme algún consejo.- se decía acostada totalmente desnuda sonrojada, por alguna razón no se quería tapar, no quería usar ropa pues sentía que todo le dolía, simplemente quería descansar y olvidar lo vivido este día.

Por fin estaba sola, por fin estaba en el reguardo de su hogar íntimamente sola, su mente y conciencia poco a poco se fueron despejando, las imágenes de aquella horrenda pocilga en donde aquel desconocido sujeto la había inducido para vestirse como las rameras y realizarle todo tipo de vejámenes a causa de sus propias sensaciones. También recordaba el puesto, donde la habían vestido como una vulgar, el baño en donde tuvo que hacer sus necesidades frente a ese degenerado que si no hubiese sido por que ya se encontraba satisfecho quizás que otras cosas le habría hecho a su cuerpo, y claro las intensas horas de sexo desenfrenado que había tenido el aquel pestilente colchón, sin mencionar que ella misma se había lubricado para él.

Sintiéndose aún muy sucia, se levanta y se dirige a su baño a darse una cálida ducha. Oigo el agua correr. Ella nunca cierra la puerta además de que sus puertas eran de cristal, así que sigilosamente la sigo con mis cámaras. Su cuerpo exquisito nuevamente había sido mancillado por otro ser asqueroso. Ver sus muslos, largos y torneados. Sus caderas perfectas. Su culo redondo, amplio y apetitoso.

Cuando camina de espaldas a mis cámaras, mis ojos no se apartan de sus nalgas, aun lleva las marcas de la batalla. Veo todo su cuerpo. Su cabello largo, rubio y rizado, mojado sobre su espalda al caerle el agua. Su cara preciosa. Sus pechos enromes. Grandes, blancos, coronadas por dos rosados pezones. Esta cubiertas de jabón. Todo su cuerpo estaba enjabonado.

Mamá se pasa las manos por su adorado cuerpo. Se está lavando, pero para mí es como si se estuviese acariciando. Sus pechos los recorre con sus palmas. Los levanta, los llena de jabón. Baja hasta su abdomen. Se entretiene en él. En sus caderas. Su mano derecha por la izquierda y la izquierda por la derecha. Es como si se abrazara a sí misma. Y eso hace que sus pechos se levanten aún más.

El correr del agua caliente por su cuerpo poco a poco la fue relajando, enjabonó su cuerpo con mucho cuidado, estuvo por lo menos 20 minutos bajo la regadera lavándose la vagina, quería borrar toda señal y vestigio de lo que pudo dejar aquel mugriento lugar y los restos de esperma al interior de su intimidad, y cuando según ella ya había terminado de inmacular su íntimo reducto y de todo el resto de su curvilínea anatomía, salió de la ducha.. se puso una de sus batas de dormir y sin alcanzar a pensar en nada el sueño terminó por vencerla, reclamaba las energías que por el efecto de este arduo día había hecho excederse y desbordarse desde todos los sentidos y sistemas vitales del venerable cuerpazo de nuestra bella protagonista.


El viejo renco que hora reinaba en mi casa, se despertó a la mañana siguiente con una agradable sensación en la verga. Al principio creyó que seguía soñando, pero las sensaciones en su cosa eran más que evidentes, alguien le estaba regalando una mamada sensacional.

Sentía una lengua recorriendo con deseo el tronco de su verga, jugueteando esporádicamente con su glande, para después retirarse dando paso a los labios que, rodeando suavemente, lo iban engullendo lentamente hasta acogerlo dentro de su cálido interior.

Su inesperado visitante iba acercando su cuerpo al suyo, apoyando los pechos sobre su prominente vientre, que podía sentir aquellos duros pezones rozándose contra su rugosa piel. Cuando el viejo al fin abrió los ojos descubrió a la dueña de la residencia, con la verga aún metida en su boca. Mamá se encontraba vestida con aquel atuendo de red tan exótico y sensual que por debajo solo una minúscula tanga con que cubría su intimidad y en la postura en la que estaba, a cuatro patas empinada mientras mamaba, le ofrecía una vista inmejorable de su trasero abierto, surcado por esa fina tira de tela que se hundía en él, clavándose entre aquellos firmes glúteos, para volver a aparecer bajo ellos, resaltando el paquetito que formaban los labios de su abultada hendidura.

Su delicada espalda, se perfilaba también el contorno de sus voluptuosos pechos aplastados sobre el cuerpo del lisiado, vibrando con cada movimiento. La imagen la completaban las elegantes facciones de su rostro y unos labios carnosos, entre los que mantenía atrapada la verga de ese viejo.

Cada vez que retiraba el miembro de su boca para volverlo a engullir otra vez, sus labios resbalaban a lo largo del tronco mostrando la forma en “O” al circundar la forma de aquel horrible falo.

- ¡Ya es mía,- pensaba el viejo mientras la miraba detenidamente.

Pronto el afortunado pervertido no pudo contenerse más y alargó una mano para empezar a sobarle el cabello. Ella sin embargo, en lugar de interrumpir su trabajo, empezó a chuparle la verga aún con mayor intensidad y se limitó a ladear ligeramente la cabeza para comprobar que “su amor” efectivamente había despertado.

El viejo había deslizado una mano entre los cabellos hacía los pechos que estaba empezando a sobar, descubriendo que sus pezones y su dureza había traspasado aquel atuendo completamente y saliendo por los pequeños orificios. Al percatarse de esto, presionó uno de ellos y con tres dedos en el pezón, empezó a jalarlos; al sentir el dolor, Mamá ahogó un gemido contra el miembro que estaba devorando, produciendo un obsceno sonido que resonó en toda la habitación de huéspedes mientras seguía chupando aquel tronco con renovado entusiasmo.

Ninguno de los dos pronunció una sola palabra, lo único que podía oírse en aquella habitación alejada eran los sonidos producidos por la intensa mamada que mi Madre le estaba realizando a su viejo, junto con los gemiditos que soltaba de vez en cuando ella cuando este tiraba de sus pezones para producirle escalofríos. Las repentinas arcadas que asaltaban a Mamá cada vez que sentía sus sensibles pezones tirados al máximo.

A estas perversas sinfonías pronto se unieron los jadeos del viejo, que no tardó mucho en descargar una gran cantidad de lechada en la boquita de mi Madre. Ella al recibir la intrusión en su boca, se sintió arrastrada hacia un poderoso escalofrío que crecía con cada una de las palpitaciones con que la verga de su viejo golpeaba su paladar.

- ¡Aah, B-buego guías, mi amogh,- dijo mientras se tragaba aquel agrio néctar.

Pero el viejo sin responder nada, tratando de regular su respiración, se concentró en el atuendo en cuerpo de pareja esclava y trató de lanzar en silencio una sugestión sobre su mente.

- Estas caliente, muy caliente.

Sus conclusiones se confirmaron al ver a la dueña de esa casa palpar su vagina, extrañada por su repentina humedad. E inmediatamente el renco se decidió a suplantarle una nueva sugestión.

- Tócate..

Y Mamá empezó a tocarse inmediatamente, convencida de que aquella idea había surgido de su propia mente. Se entretuvo acariciando con suavidad los labios externos de su rajita, paso previo indispensable a sus frecuentes masturbaciones.

Sin embargo el pervertido, desde el ángulo en que estaba no tenía una buena visión de los manejos de su esclava. Así que el viejo empezó a impacientarse y se dispuso a ordenarle:

- Párate y date la vuelta de cara a ese espejo.. y separa las piernas mientras te tocas. Estás muy caliente.

Así, al fin el viejo pudo tener una visión directa del chocho de mi Madre mientras se masturbaba. Su pubis blanco estaba cuidadosamente rasurado, dejando tan solo una estilizada línea que descendía de su vientre y llegaba a cubrir mínimamente los bordes de su rajita.

Mamá seguía tocándose suavemente, sin ninguna prisa. Acariciaba sus pechos sintiendo la malla aprisionarlos, mientras con su otra mano hurgaba delicadamente en las cercanías de su vagina, acariciando a ratos los alrededores de su clítoris. Bajo la ardua mirada del viejo, pues el simple hecho de tenerlo enfrente la afiebraba. Así que el renco también se deleitaba viendo al fin entusiasmado el triunfo de su obra.

- Tócate para mí, puta. No dejes de hacerlo.

De este modo el muy cabrón pretendía que ella estuviera siempre caliente, pues Mamá ya estaba bajo el dominio diario de su hipnosis. Y tan solo a través de su mirada podía controlarla a como quisiera. El viejo sostenía su flácido miembro en la mano regocijado a su poder de sumisión. Sin embargo esta vez no había ni siquiera tenido la necesidad de sugestionarla, pues desde que ella había despertado esta mañana de manera autómata había ido hasta la habitación de huéspedes en ese atuendo tan sensual y atrevido a atenderlo con la cálida mamada de buenos días.


El renco, no la interrumpió en ningún momento. Se le notaba calmado y sereno.

- Mónica, tengo algunas preguntas que hacerte.. pero no te detengas, síguete rascando la chocha de zorra y escucha. ¿Qué es lo que sientes al estar con un viejo como yo?

- U-usted no es un simple viejo, Don. P-pero me da morbo, no sé, ¡Aah..

- ¿Y con mi Compadre Poncho? Se sincera, Mónica. ¿Qué tal lo pasaste?- volvía indicándole.

- Me excito mucho. ¡Aah, p-pero soy consciente de que para él probablemente no soy más que otra guarra, y de que se aprovechó solo de mí. Pero yo me deje hacer conscientemente, y disfrute cada momento. Seguramente pensara que soy una vulgar cualquiera, pero me gusta cuando un hombre se divierte conmigo.

- ¿Te gusta?

- E-en esos momentos me siento muy mujer y muy sexual. Aunque yo estaba haciendo todo lo que me mandaba, si él se divierte, siento que soy el origen de su felicidad, y eso me hace sentir feliz. ¡Aah, y cuando me siento así, sé que haré cualquier cosa que me pidan para que continúe.

- ¿Me estás diciendo que te gusta rebajarte cuando alguien te lo pide?

- Síi, me gusta humillarme. Por raro que parezca, me hace sentir tan caliente. Si con ello consigo hacerle sentir feliz, más excitada me siento y más satisfecha estoy.

- ¿Por eso has venido a despertarme?

- Me gusta ser dominada, y obedecer todo lo que usted me ordene y complacerlo sii.

- Creo que ahí es donde encuentro tu problema.. en ser usada, en que cualquier parte de tu cuerpo sea tomado simplemente como un objeto para que cualquier hombre quede satisfecho.

- Sii, yo sé que esto no es normal, pero ya no me importa mucho, disfruto mucho. Me he aceptado tal y como soy, como una mujer que los hombres puedan usar como quieran y humillar en la forma que deseen.

- Mónica, creo que lo tuyo tiene un nombre. Eres una puta sumisa.

- Puede que tenga razón. Si, seguro la tiene. De hecho me está poniendo mal que me diga que lo soy.

- ¿Te calienta que te llamen puta?

- Sí.- dijo con un hilillo de voz, y bajando la mirada.

Su chochito estaba muy humedecido.

- ¿Te gusta que te traten como a una cualquiera?

- Síi.- contestó de nuevo, estaba a la vez avergonzada y excitada.

La excitaba de sobremanera que ese inmundo viejo le hablara de ese modo.

- Bien, dime entonces como te gustaría que fuera entre tú y yo.. nuestra relación.

Me di cuenta de que Mamá en ese momento deseaba declararle todo lo que sentía por él. En ese momento no le importaba que fuera un viejo horrible, ni el daño que le pudiera hacer al haberlo metido en nuestras vidas. Se sentía tan bien al tenerlo a su lado, y en el fondo no sabía que hacer ya sin él. Pensaba que si ese idiota se iba ella volvería a recaer, tenía que tratarlo mucho mejor, como un rey, dándole todo lo que este quisiera.

Quiso contarle todo, para que no tuviera ninguna duda de que lo adoraba y que por su parte nunca le pondría ninguna pega a cualquier cosa que le pidiera. También le gustaba mucho la idea de que fuera precisamente el quien la dominara y la denigrara si fuese preciso. Estaba muy excitada y con voz baja y casi tartamudeando le contestó:

- Ha-haría cualquier cosa que usted quisiera. Con que me lo dijera yo lo haría sin protestar, feliz y con una sonrisa. Cualquier cosa. Me vestiría como dijera, andaría como usted dijera y cuando quisiera, lo cuidaría, le daría todo lo que tengo, le obedecería en todo.. y le demostraría en todo momento que lo necesito. Como su hembra, y que estaría orgullosa de serlo.

Mamá estaba ardiendo de la emoción, por fin le había confesado lo que sentía por él. Estaba muy orgullosa de haber dado ese paso, y quería ir más lejos, que le quedara bien claro que quería someterse a él por completo. Por otro lado estaba yo, que si escuchaba esas palabras de viva voz, me escandalizaría y no sabría cómo iba a reaccionar ante esta nueva entrega. Sin embargo, ante esta declaración, el viejo se quedó de piedra, y ahora fue él quien bajo la voz.

- ¿Y yo que tendría que hacer para que hicieras eso?

- Solo le pediría que me utilice.. que me tratara como le diera la gana, y que siempre recordara que yo vivo para servirle.

Se ve que esa respuesta le gustó, porque se envalentono y quiso averiguar sus límites.

- ¿Y si me diera por venderte por ahí, de puta?

- E-estaría en todo su derecho de hacerlo. Solo tiene que decirlo.

- Y si no me importara que tu hijo se enterara.

- ¡Aah.. a mí no me importaría. Si no le gusta es su problema, que se aguante. Es la decisión de su Madre.

- Y si te entregara con cualquiera para que te jodieran.

- I-intentaría ser la mejor puta de su vida.. para que lo envidiaran y que usted estuvieras orgulloso de mi.

- Y si te pusiera a trabajar de puta, y me quedara con todo lo que ganaras, ¡Ja ja ja..

- Estaría contenta de servirle, y sería la mejor puta del mundo para ganar lo máximo posible para usted. Me encantaría que fuera mi chulo, y me emputecieras por ahí. Le prometo que no me quedaría nada para mí, todo el dinero que ganara se lo entregaría.

- ¿Te prostituirías para mí? Las putas corren mucho peligro, hay mucho degenerado suelto, ¡Ja ja..

- De todas formas lo haría, y sería mucho mejor hacerlo sabiendo que usted se aprovecha de ello.

- ¿Eso es lo que quieres?

- Yo solo quiero hacerme más y más puta para usted. ¡Aah.. Quiero consentirlo en todo y que abusen de mí como se les dé la gana.

- ¿Dejarías que unos desconocidos te trataran como a una miserable guarra? ¿Qué te jodan en cualquier lugar como a una vulgar ramera?

- Sí.. me gustaría.. en serio, que me trataran como a una vulgar puta. Ese es mi destino.. para que me usen lo que les de la maldita gana. ¡Ser maltratada.. manoseada, alquilarme cuando quisiera y en cualquier lugar donde me lleve..- su vagina estaba soltando flujo mientras hablaba, lo notaba resbalando por sus muslos.

- Espera aún, Puta.- le dijo él, sonriendo.

- ¡Aaah…

- ¿Y qué pasará con tu hijo? ¿Lo harías sin importar lo que él te dijera?

El hijo de puta la estaba poniendo más en mi contra, sabia su respuesta, conocía que yo estaba al tanto de sus movimientos y mis amenazas.. pero lo que no sabía ese renco de mierda era, hasta donde yo podría llegar con tal de salvar a mi Madre de sus malditas sugestiones. También sabía hasta donde llegaba el límite de su entrega, y tampoco era su reacción cuando yo su hijo la enfrentara.

Mamá se quedó pensando cómo decirlo, buscando una forma de expresar sus ideas sin llegar a una conclusión sobre ello, y tras unos segundos, le contestó:

- C-creo que es mejor que él lo sepa. Así todo sería más fácil. ¡Por favor déjeme a mí hacerlo.. es mi hijo y él debe de entender que es lo que desea su Madre, son mis fantasía, servirle, adorarle a su completa disposición.

Por la cara que puso el desgraciado, la idea no le disgusto en lo absoluto, así que quiso llevarla un poco más lejos.

- Podríamos traer los clientes aquí en tu casa, para que no andes chupando vergas en los callejones. Me encantaría que cuando te estén jodiendo y chilles.. y gimas como una loca.. tú le digas a tu hijo que es porque eres una cerda asquerosa. Luego a él le tocaría cobrar en la puerta, y así una y otra vez.. hasta que aprenda y se acostumbre a la nueva vida de su Madre.. ¡Ja ja ja..- y se reía el muy perverso.

- .. siii.

- Intentaré ayudarte en lo que pueda, ¡Ja ja ja.. pero, a cambio, tienes que mostrarme lo que guardas en secreto.. el verdadero interior de la nueva Mónica Tapia.

- Si, si, le enseñaré todo.

- Ya verás cómo haré de ti una putita de escándalo. ¡La mejor putona de esta ciudad!

- ¡Aaah.. ¡SI!

- ¡Pues vente, zorra asquerosa. Dale a esos dedos hasta que te mees toda.. llena el suelo con tus chorros, ¡Puta.. Deja salir todo lo que tienes en tu interior, lo que te hace ser la más guarra de todas.. ¡Vamos!

Bajo aquel conjunto de malsonantes ordenes, de medias verdades y fantasías bizarras, susurradas por los labios de un degenerado demonio de ojos negros, que la miraba fijamente a los ojos, Mamá se dejó ir completamente, arqueando su espalda y hundiendo sus dedos, hasta donde pudo, en su tórrida vagina. Fue como el disparo del inicio de una carrera. Todo su cuerpo se estremeció, en un único espasmo que crispó los dedos de sus pies, abrió su boca en un amortiguado grito, y lanzó sus caderas hacia delante, como queriendo catapultar su orgasmo.

Yo me quedé alelado, pues nunca había contemplado un orgasmo tan potente sin siquiera tocarla. En plena cresta del goce, mi Madre siguió moviendo sus dedos sobre el clítoris, con rapidez pero sin control, alargando el placer cuanto podía, hasta que su deseo enfermizo llegó con los últimos coletazos del orgasmo.

Mamá tensó todos los nervios de sus facciones, sin abrir los ojos, y su pelvis se movió como una serpiente atrapada, agitándose de un lado a otro. Un primer chorro de fluido mojó sus dedos que acariciaban su vagina. Su tembladera brotó más fuerte, a medida que el suelo se encharcaba. El renco sonrió. La flamante dueña de la residencia verdaderamente le había hecho caso, estaba soltando cuanto retenía dentro, y no solo se encharcó, sino también chorros lanzó hacía adelante, y puede que hasta el disfraz de buena Madre que mantenía como tapadera.

Una vez que ambos se tranquilizaron después de tan tremendo goce, Mamá sin perder su nueva actitud de puta entregada, sin más comenzó a tomar las acciones que le había declarado al renco, con el propósito de hacerle saber que todo lo que dijo no era producto únicamente del placer momentáneo, ¡Mi madre quería que el renco viera que estaba decidida.

- ¿Q-que pasará ahora mi Señor?

- No lo sé.. tú dímelo. Demuéstrame todo eso que me has dicho.

- B-bueno, es hora de decirle a mi hijito.. A nuestro hijo quien será el hombre de la casa a partir de ahora,- lo decía con una sonrisa de felicidad, como si estuviera orgullosa de haber cerrado un gran trato.

- Si buena idea zorrita.. hay que decirle de una vez por todas como van a ser las cosas de aquí en adelante. Pero sabes qué..- de pronto escuché unas palabras que además de hacerme enojar, me dejaron helado al imaginar las múltiples imágenes de lo que podía llegar a pasar, se me vinieron a la cabeza.

- ¿Q-qué ocurre mi Señor?- preguntaba mi Mamy con una cara de inocencia.

- Bueno que.. decidí que, ¡Je je.. Eso se lo diré yo..- esto sin quitar su estúpida sonrisa pervertida de la cara.- Después de todo yo seré el que mande y ordene en esta casa.

- N-no lo sé, don.. él quizá prefiera recibir esta noticia de mí.. como ve él no le tiene mucha confianza, y no sé cómo vaya a tomar la noticia, eso solo lo hablaría conmigo.

- ¿Dijiste que harías lo que yo quisiera y mandara cierto putita?, ¿o acaso es que ya te arrepentiste?.. porque si es así entonces no vale la pena seguir con esto y perder más el tiempo contigo,- el desgraciado decía esto sabiendo que mi Madre no lo dejaría ir estando en este estado, ella no dejaría que las enormes cantidades de placer que su dueño le regalaba se fueran así nada más.

- ¡NOOO!.. E-está bien, está bien, le puede decir, pero.. Por favor dígame que se lo va a decir de una manera sutil mi Señor, Pedrito.. él quiso mucho a su Padre, y esta noticia le puede caer muy fuerte.

Mi madre aún estaba dispuesta a cuidarme un poco de la verdad, al menos eso podía indicarme que mi protectora Madre que una vez conocí seguía pensando en su hijo y no era únicamente una esclava sexual en las manos de ese viejo asqueroso.

- De eso nada putita, ese chiquillo ya está grande y ya debe saber las cosas tal y como son.. le vamos a decir a mi manera o me largo y no vuelves a saber de mí jamás.

- E-está bien como mi hombre diga.. lo único que quiero es complacerlo y tiene razón, ya está lo suficientemente grandecito para aceptar y debe acostumbrarse a saber quién manda a partir de ahora en la casa y que usted es el dueño de todo, esto.. incluyéndome a mí, su Madre.- decía ella para mi sorpresa.

No lo podía creer, finalmente mi Madre había sucumbido ante las perversiones de este maldito, las que tanto había temido y las cuales el muy canalla tanto me las había escupido en la cara. Ahora tenía que preocuparme por saber, ¿De qué manera me humillara el estúpido en esta ocasión?

La duda me estaba matando y todavía no estaba ocurriendo nada, no podía permitir que se saliera con la suya así nada más, tenía que sacarlo de nuestras vidas a como fuera, o este pervertido se quedaría en mi casa por siempre y realmente seria dueño de todo y si era capaz de mantener a mi tan bella Madre de esta forma, en el futuro sería capaz incluso de sacarme de la casa el desgraciado si así lo deseaba.

Al ver la cara de mi Madre un poco confusa pero obediente, el renco cambio su discurso.

- Bueno, está bien preciosa.. te propongo algo.

Mi Madre interesada abrió más sus ojos mientras veía los de él, porque definitivamente sabía que el renco diría algo sobre la conversación que quería que tuvieran conmigo.

- Mira, como te has portado muy bien esta mañana.. y esas mamadas estuvieron increíbles, además de que me estas demostrando que todo lo que dices es verdad, está bien.. le diremos los dos a “nuestro hijo” a la hora de la comida y así le plantearemos las cosas como son. Tú también puedes participar en la conversación claro está, total.. ¿ya vamos a ser una familia ahora, que no?

Decía el renco con su estúpida voz, incluso escuchar sus palabras me daban náuseas y sentía un vacío en mi estómago, hasta su voz era asquerosa y no podía entender como mi Madre no despertaba a todo lo que ese viejo le estaba haciendo, todo eso se lo decía acariciando su mejilla como si fueran amantes de hace ya muchos años.

- Si mi Señor.. mi amor, lo que tú digas y mandes, todo para tener a mi gran y ejemplar hombre feliz.

Mi mamá volvía aparecer como una chiquilla de colegio enamorada de un hombre maduro, y aunque esto ya lo había visto antes, realmente ninguno que la humillara tanto había podido llegar tan lejos, incluso con la amenaza de vivir bajo nuestro techo, incluso el asqueroso de aquel Cubano pudo llegar tan lejos en tan poco tiempo como este lisiado.

Pero la respuesta la tenía frente a mis narices, por supuesto que los demás no tenían la gran ventaja de tener a mi preciosa Madre bajo los efectos de la hipnosis, cosa por la cual de entrada yo sabía que mis esfuerzos por hacerla recapacitar serian en vano, pero aun así, tenía que intentarlo, de verdad me ponía de malas y casi que hacía vomitar pensando en ese viejo caminando de manera triunfal por la casa como si fuera parte de la familia y peor aún, imaginarlo revolcándose con mi Madre a la hora que se le diera en gana ya sin pudor ni recato, ni esconder su relación ante mí y antes todos nuestros propios conocidos, eso sería atroz, además de que este inmundo animal era capaz de ofrecerla como lo hizo con su Compadre o en aquel vagón solo por sus más bajas perversiones.

Mientras estaba en mis pensamientos la voz del viejo me sacó de ellos cuando escuche:

- Bien putita, es hora de que vayas y prepares algo rico y delicioso para celebrar en familia, ¡Je je.. Ya quiero hablar con tu.. con nuestro hijo, para aclararle y hacerle entender quién va a ser su nuevo Papá y el que va a llevar las riendas de este hogar desde ahora, le guste o no.

- Si es verdad, entre más rápido mejor.

Seguido a esto, mi Madre se levantó acomodándose un poco más la ropa, (Bueno si a ese atuendo de red se lo podía denominar como ropa) Por cierto, como iba ser que vestiría ella ahora, después de todo esos atuendos no eran propios para usar y andar por la casa, pero al ver su nueva actitud decidida, tanto quería mantener a su viejo feliz que hacía cosas que ella no notaba, pero por su expresión y su forma de caminar moviendo de más su trasero para él se notaba que todo eso era intencional, cosas como dejarse los bordes del escote suelto de un lado para que el viejo pudiera ver como resbalaba desde su hombro quedando solo a un movimiento de que se le saliera su gran, hermoso y bien formado pecho.

El viejo no hacía más que mirarla con descaro vanagloriándose por su logro obtenido de tener a esa hembra tan hermosa y exuberante en su total poder, una hembra que además de ser la más hermosa y elegante de todas, haría lo que le dijera sin poner un solo pero.. todo parecía estar mejorando para ese viejo asqueroso y él lo sabía.


Ver a Mamá trascurrir desde la habitación de huéspedes hasta la casa pasando por el jardín en ese atuendo tan revelador en plena mañana sin importarle que nuestros vecinos pudieran verla de esa manera tan obscena y peor aún a Don Paco que nada le faltaba para buscar un pretexto y tragársela con la mirada.. ahora encontrársela de esa forma por demás reveladora ni me imaginaba que podría pasar. Afortunadamente creo que ni él ni Doña Clarita se encontraban en casa, puesto que tenía semanas sin verles, seguramente habían salido de la ciudad a casa de sus hijos puesto que muchas veces lo hacían, afortunadamente para nosotros.

Su trasero contoneándose al caminar mientras cruzaba el jardín en ese atuendo no dejaba lugar a dudas. Y si las había, su rostro blanco con las mejillas ruborizadas me sacaba de ellas. Aquel atuendo de red sacado de una tienda de sexo en color negro, con sus zapatillas planas del mismo color, el escote de la vestimenta por los hombros redondo y que dejaban ver sus senos a la perfección dejando que sus pezones salieran de los orificios.. infarto para quien pudiera apreciarla esta mañana.

Se aproximó a la casa con sus brazos cruzados, sujetando entre ellos sus grandes pechos que se mecían a cada zancada al estar libres dentro de la red. La maravillosa presión que sus extremidades superiores ejercían contra sus pechos provocaba que estos resaltaran aún más por el atuendo. La cadencia de sus pasos y la tranquilidad con la que adoptaba su nueva imagen tenía un aire parsimonioso, casi místico. Su nueva actitud eclipsaba toda su elegancia que se le era reconocida de siempre, pero ni de esa forma tan descarada perdía su forma esa de muñeca de porcelana perfectamente esculpida por algún ser supremo.

Sin perder tiempo logré escuchar como los pasos de mi progenitora se acercaban escaleras arriba hacía mi habitación. Fue en ese momento que mi corazón comenzó a acelerarse, no sabía que me diría o que diría yo en respuesta, como dije, debía intentar convencerla de otra manera, lograr encontrar la forma de hacerla despertar, pero claro que antes debería fingir ingenuidad.

Sin tocar a la puerta cuando mi Madre abrió no tardó en decirme lo que quería y más que estar de una manera tímida o insegura por reacción. Llegó con su misma sonrisa la cual no podía creer que fuera causada por las perversiones y placer.

- Mi amor, en unos minutos estará el desayuno.. pero me gustaría que te apuraras a vestir, hay algo de lo que hablaremos este día.

Me dijo sin entrar completamente al cuarto, ya que estaba apoyada con la puerta entre abierta, posiblemente si pudiera verla del otro lado de la puerta ella tendría su hermoso trasero bien formado hacia arriba y desnudo en aquella vestimenta de red lista para provocar erecciones. Posiblemente en caso de que el renco pasara y la viera así, ella no perdería la oportunidad para provocarlo en cualquier momento, quizás someterla por detrás mientras ella hablaba conmigo.

- ¿D-de que Mamá?- respondí temeroso, pues ya sabía la absurda y grotesca noticia que me tenía preparada.

La sensación y aun las náuseas me hicieron tartamudear, no sé cómo respondería ante todo lo que estaba ocurriendo y como convencería a Mamá de la descabellada idea que ese cerdo le había metido en su cabeza.

- Mi amor, por eso te digo que te quites la pijama y bajes a desayunar lo antes posible, esto es importante.. pero debes saber que todo lo hago pensando en ti y por el bien de nuestra familia,- lo decía completamente convencida de ello.

- ¿P-pero que ocurre Mamá? Ya terminaste tu tratamiento, porque si es así déjame decirte que me alegra mucho, ese Señor, no sé qué tiene.. pero no me da confianza y no creo que sea bueno seguir teniéndolo aquí en casa por más tiempo.

Un intento desesperado mío por parecer inocente y que dicha inocencia convenciera a mi Madre de elegir a su hijo por encima de ese horrible viejo.

- Pues algo mi vida, de eso quería hablarte precisamente.. pero tenemos que esperar a la hora de la comida.

Sin quitar la sonrisa me decía esto mi Madre y sin dejarme decir más y completamente resignado tuve que observar y escuchar cómo se cerraba la puerta sin darme oportunidad a decir más.

No sabía con qué tipo de cosas perversas me saldría exactamente el renco, pero sabía que no perdería la oportunidad para humillarme aún más durante esa tan esperada noticia. Sin más, decidí cambiarme, mientras lo hacía estaba hundido en mis pensamientos, sin embargo, no sabía que pensar de todo el asunto, por más que intentaba en mi cabeza solamente se venían imágenes de los dos teniendo sexo desenfrenado por toda la casa y los gemidos de mi Madre retumbando por todos los sitios.

Haciéndome enojar de cierta manera una pequeña erección en mi pantalón comenzó a notarse justo mientras esperaba algunos minutos mientras me calmaba, para serles sinceros temblaba de miedo y de desesperación al momento de recibir aquella horrible noticia, esto hizo que me detuviera, una razón por el simple hecho de que no quería que me vieran así y dos por la frustración que me hacía sentir todo esto, ¿Cómo podía estar disfrutando de esas imágenes, aunque fuera lo más mínimo?

Una vez que ordené mis pensamientos e iba bajando por las escaleras hacía la cocina, obviamente después de que mi amigo se calmara, me tope primero con que el viejo ya estaba sentado esperando mi llegada y mi Mamy estaba preparando ya el desayuno, el cual olía bastante bien, en señal de que había preparado el justo platillo que a mi tanto me encantaba y que me preparaba cuando quería compensarme de algo. Ya solo faltaban unos cuantos minutos para que estuviera listo.

En silencio y sin saludar a ese desagradable personaje que nos acompañaba. Me acomodé la silla para ubicarme, quedando justo de frente al viejo, quien por cierto me estaba viendo con esa misma estúpida sonrisa a sabiendas de lo que estaba a punto de declararme, eso de cierta manera le causaba excitación al hijo de puta, sabía que podía hacer lo que quisiera y yo no podía hacer más que observarlo y tragarme la rabia que sentía a su persona. No pude contener mi coraje y aunque no le dije nada, yo lo estaba mirando con ganas de matarlo ahí mismo.

El viejo después de rascarse un poco la barbilla en señal de estarse impacientando comenzó a hablar más en señal de orden que otra cosa.

- ¿Cuánto le falta dulzura?, ya se tardó mucho la comida,- eso a mí me molesto, ¿Quién se creía para hablarle así a mi Madre y además exigiendo la comida sin el haber aportado nada a la casa?

En mi absurda fantasía, y cuando creí que mi Madre le diría algo por andar hablándole así y lo pondría en su lugar, sin temor alguno le contestó algo que me hizo saber que ya no podía hacer nada para evitar las cosas.

- Si mí.. ya está, solo deme unos minutos y en seguida atiendo a mis dos hombres.

Todo esto en un tono acelerado que denotaba las ganas de no hacer enojar a su hombre como ella le llamaba ahora.

- Pues más rápido mujer, hay que decirle a este niño la verdad ya para luego poder darte tu tan esperado tratamiento, ¡Je je je..- esto me hizo saber que el renco únicamente lo decía con el objetivo de demostrar quien tenía el poder ahora y claro obviamente hacerme enojar.

Una vez que mi Madre terminó aceleradamente, sin perder nada de tiempo, puso primero el plato para el renco como si quisiera cumplir con su papel de Esposa o amante perfecta, después de eso me lo dio a mí y luego puso el suyo justo al lado del renco ya que ella planeaba sentarse a lado de ese asqueroso ser que la tenía dominada.

Afortunadamente se había quitado ese atuendo que había portado esta mañana para ir a sorprenderle a su macho, no imaginaba cual sería mi reacción no solo por la noticia, si no verla así de frente ante mi totalmente desnuda, aunque sabía que si las cosas seguían por el mismo rumbo, pronto me llevaría esa tal sorpresa. Antes de que mi Madre se sentara, el renco le dijo:

- No mujer, siéntate aquí conmigo,- golpeando sus propias piernas con las palmas en señal de que ella debía sentarse en sus piernas,- Tú vas a alimentarme hoy mientras le decimos al niño lo que debe saber.

Mi madre viéndome directamente a la cara con esos brillantes ojos como si parte de ella aun estuviera resistiéndose a los efectos de la hipnosis, aun así, segundos después ella de una forma muy sexy y lenta se sentó sobre el renco pasando sus brazos por su ancho cuello en señal de cariño.

- ¡MAMA!?- dije en tono de sorpresa, al no comprender lo que estaba haciendo justo frente a mis narices,- ¿Que está pasando aquí, y ¿por qué te está tocando las piernas así?

- Pedrito mi amor..

Pero antes de que pudiera decir más, el renco le hizo una señal de que esperara a que él comenzara a hablar y así obedeció ella ante mi gran desesperación y sorpresa.

- Mira muchacho, vamos a ser muy claros contigo..- mientras hablaba yo podía ver como la mano que tenía libre pasaba de acariciar las piernas de mi Madre hasta subir a su cintura en donde acarició su estómago mientras que con la otra mano también la acariciaba, pero sosteniéndola de su delicada espalda.

Si antes tenía ganas de gritarle a ese desgraciado lisiado ahora tenía unas ganas inmensas de matarlo, de escupirle en la cara a todo pulmón que quitara sus sucias manos del cuerpo de mi Mamita.. ganas de decirle la verdad a ella de que todas esas ideas y las estupideces que le había implantado ese animal en la cabeza era producto de una hipnosis que ni siquiera lo sabía, que ese pervertido estaba utilizando para poder hacer de ella sus más oscuras fantasías.

Pero me contuve lo más que pude para saber hasta dónde podía llegar el renco al tener esta oportunidad. Además de que en este momento no podía pensar y mucho menos analizar cómo salvar a mi Madre de esto.

- Tu Mamá y yo nos hemos entendido demasiado.. y todo esto paso después de algunas sesiones sin darnos cuenta, ¡Jejeje..

Mientras decía esto y remarcaba la palabra sesiones, el renco lo hacía con la intención de que yo supiera a que se refería, pues el muy maldito tenía muy claro que yo lo sabía todo y le encantaba restregármelo en la cara y ver mi impotencia.

- Así que.. ¡Je je.. Lo que queríamos decir es que desde ahora yo seré tu nuevo Papá chiquillo.. te voy a enseñar a ser un hombre y no andar tras de tu Mamy como estabas acostumbrado. Como puedes ver varias cosas aquí van a cambiar y entre más pronto te acostumbres mejor, ¡Je je je..

- ¿¡Q-queee!?, ¡Está loco.. ¡Mamá por favor, dile a este vi.. Señor que no aceptaras eso.. a-además hace poco tiempo que lo conoces.. ¡U-usted no podrá tomar el lugar de mi Papá nunca, jamás lo aceptaré y tu Mamá si lo aceptas, yo.. yo..- aunque estaba enojado, y lo decía en un tono condescendiente con la esperanza de que ella se uniera a mí.

- ¡Pedrito Tapia, no seas así de irrespetuoso..- decía mi Mamá defendiendo al viejo que no paraba de tocarla como quería mientras seguíamos hablando.

Antes de que pudiera decir más, el viejo continúa hablando y en parte estaba agradecido porque sentía que venía una buena regañada por andar enfrentándolo de ese modo.

- Tranquila mi amor.. entiendo, puede que sea difícil para un niño aceptar al principio.- dicho esto el inmundo dirigió la vista hacia a mí y continua hablando en su mismo estúpido tono divertido,- Mira mocoso, yo sé que para ti es difícil aceptarlo ahora, pero realmente eso ya no importa, eres un niño ya grande y te aguantaras.. además, como te dije antes, tienes que aceptar las decisiones de tu Madre, ya es hora de que la dejes a ella ser feliz, ya está grandecita para decidir las cosas. Tu Padre ya no está ahora y tienes que hacerte la idea de que otro ocupe su lugar.

Mientras me lo decía apretujaba a Mamá contra su obesidad, tocándola un poco más bruscamente provocando que ella sonriera y se pegara más a él.

- Ahora es mía.. tú ya tuviste el tiempo de protegerla a tu manera, ahora es tiempo de que un hombre como yo haga feliz a tu Mamacita.. a mi manera, ¡Je je..

Al escuchar esto, yo estaba que ardía del enojo por dentro, más aun por meter el tema de mi Papá como si pensara relevarlo, mi Mamá quizá permita que mancharan el respetable nombre de mi Padre en su estado inconsciente, pero yo jamás se lo permitiría, y revente.

- ¡Eso mi Mamá no lo puede permitir.. u-usted no es, ni será parte de esta familia. ¡Dile Mamá por favor.. dile que nada de esto es verdad,- decía yo en tono enojado y poniéndome de pie al mismo tiempo que ponía mis manos fuertemente sobre la mesa soltando un golpe, en señal de que poco me faltaba para lanzarme a atacar ese asqueroso y repugnante invasor.

Pero sabía que por más que le gritara e hiciera mis berrinches, mis esfuerzos serían inútiles porque mi Madre más que ponerse contra la espada y la pared, y denotando que estaba comenzando a calentarse al ser manoseada por esas manos rasposas, mal cuidadas y frente a su hijo, ella puso una sonrisa pícara y cubriéndose un poco la boca con una mano mientras sonreía para su hombre me dijo:

- Pedrito, hijito.. eso que dice Don Paulino es verdad. Tú y yo tenemos que seguir adelante con tu papi o sin él, además este hombre que aquí ves me hace muy feliz, me ha tratado bien.. tú sabes en el estado en el que estaba, él me ha ayudado en todos los aspectos.

Y cuando creía que la escena no podía estar peor, mi Mamy agarra algo de comida con el tenedor y comienza a darle de comer al hombre que estaba haciendo lo que quería con nuestra familia, como si fueran grandes enamorados de colegio en el día 14 de Febrero.

- ¡P-pero Mamá, no puedes estar hablando en serio.. es un viejo, además, apenas lo conoces hace poco, y a ¿qué te refieres en todos los aspectos?

- .. Eh, bueno mi amor, en aspectos emocionales, claro.- esto lo dijo dudando entre decirme o no la verdad de esos dichosos aspectos de los que estábamos hablando, claro que a mí no me quedaba más que fingir que no sabía nada de esos temas.

- ¡Je je je.. Ya habrá otros aspectos que tocaremos tu Mamy y yo muchacho.. por el momento eso es todo, ya quedaste informado y no quiero que empieces con tu actitud infantil de querer cambiar las cosas. Tu Mamá ya decidió que quiere que yo esté a su lado y nadie le podrá impedir que así sea.

Me dio mucho asco ver a este hombre decirme eso mientras hablaba con la boca llena, me hacía preguntarme cómo es que mi Mamá podía aguantar esas cosas, aunque fuera bajo la influencia de hipnosis, me costaba creer que cualquiera podría aguantar tales grotescos detalles.


Mientras yo seguía intentando encontrar una salida a todo esto que estaba ocurriendo, ella intentó alcanzar su plato, sin embargo, fue detenida por el renco quien le ordeno:

- No mi amor.. tú vas a comer en tu cuarto, pero no te preocupes con todo lo que vas a comer se te quitara el hambre, ¡Je je je..

Cuando pensé que no se podían poder las cosas peor, mi Madre en tono de adolecente coqueta volteo abrazarlo.

- Ay mi amor.. ¿qué me voy a comer exactamente en nuestra habitación?

- ¡M-Mamá ¿c-cómo que nuestra?, es habitación es tuya y de Papá solamente.. no me dirás que.. ¿también lo dejaras entrar?- ya mis esfuerzos eran más que inútiles por hacer reaccionar a Mamá a estas alturas, pero ¿Qué podía perder ya?

- Hijo ya hablamos de esto.. ahora seremos una familia los tres y punto,- dijo ya en señal de haberlo plantado todo.

- ¡Mamá por dios, tienes que recapacitar, y sí.. ¿qué van a decir tus amistades al verte con este Señor?, ¡Por favor despierta, este viejo solo te esta..

- Creo que ya fue suficiente de hacerte entender muchacho..- me interrumpió.- Y así como me ves de viejo, quien sabe si en una de esas y ahora que viviremos juntos tu Madre y yo tratamos de regalarte un hermanito, digo para que tengas con quien jugar ahora, y no te sientas tan solito, ¡Ja ja ja..- lo dijo con un tono molesto terminando una burla carcajada, y mirando a los ojos a mi Madre, quien por cierto no objetó absolutamente nada ante tal afirmación.

Yo también harto de tal situación no pude más, si me quedaba unos segundos más frente a ellos, no iba a poder resistir a lanzarme al ataque hacia ese desgraciado, pero seamos realistas, con mi pequeña altura y este físico lo único que iba a lograr si lo atacaba era que yo terminara en el suelo y aún más humillado, por tanto, me dispuse a irme no sin antes decirles muy enojado:

- ¡Esta bien, hagan lo que quieran los dos.. igual no me importa lo que pase,- aunque confieso que más que verme enojado me veía como un niño chiquito haciendo berrinches.

Dicho esto me eche a correr a mi cuarto y mi Madre por lo que había dicho me quiso detener.

- ¡Pedrito..- gritó sorprendida con el propósito de que me detuviera, pero cuando ella se iba a levantar, el viejo la detuvo y le dijo:

- No, déjalo.. tú te quedas aquí conmigo, deja que al niño que lo asimile, mientras tanto, tú y yo vamos a tratar nuestros ricos asuntos y tus terapias que tanta falta te hacen.

- Si mi amor, creo que será lo mejor.. tiene que aceptar lo que va a ser su Madre desde ahora. Tiene que entender y darse a la idea de vivir ya sin el recuerdo de su Padre.

- Bien, ahora dame un besito y relájate. Quiero que intentes algo conmigo. Vas a fijar tu atención en mi brazo derecho y voy a elevarlo lentamente arriba y abajo. Quiero que lo sigas mientras lo hago, quiero que te sientas tranquila, que tus ideas que traes ahora en mente las hagas realidad. Vas a seguir mi dedo arriba y abajo. Debes relajarte y aceptarlo, no importa lo que te digan o te quieran hacer entender, tú eres fuerte y nadie podrá debatirlo. ¿Entendido?

 - Sí,- dijo en voz baja. Estaba comenzando a sentir los pesados efectos de la hipnosis que le había implantado.

- Bueno, ahora mírame fijamente. Mi brazo se eleva lentamente y vuelve a bajar muy despacio. Vuelve a subir lentamente. Repite conmigo.

- Sube lentamente y vuelve a bajar muy despacio.

- Eso es. Se eleva lentamente y vuelve a bajar muy despacio. Sigue manteniendo la mirada fija en mis dedos. Concéntrate en mis dedos, como se elevan lentamente y vuelven a bajar muy despacio.

Pensé que el repulsivo viejo ya no necesitaba más sugestionarla, pero cuando ella los mira fijamente, comienza a sentir cansancio. Quiere mantener su vista en los dedos que se elevan y vuelven a bajar muy despacio, pero cada vez le resulta más y más pesado hacerlo.

- Te sientes muy tranquila, te estás durmiendo pero debes mantener tu vista fija en mis dedos, ¿Lo sientes, verdad?- la relajación provocada por la voz lenta, melódica del viejo estaban produciendo el efecto deseado en mi Madre.

Tenía muchas dificultades para mantenerse despierta.

- Lo sientes, ¿verdad? Sabes que solo yo puedo darte esta tranquilidad. Contéstame..

- Sí, me siento muy tranquila.

- Mira mis dedos, como se elevan lentamente y vuelven a bajar muy despacio, ¿Quieres que me aleje de ti y que ya no puedas sentir lo mismo?

- Noo.

- Pídeme que sea parte de tu vida ahora, puta.

- ¡Por favor, sea parte de mi vida ahora.

- Muy bien, si insistes, ¡Je je je.. Ahora cierra tus ojos, solo serás capaz de seguir oyendo mi voz. De hecho, en unos instantes vas a abrir tus ojos pero permanecerás dormida, ¿me has entendido?

- Sí, he entendido.

- Buena chica. Vas a hacer todo lo que te diga. Cada orden será obedecida al pie de la letra. ¿Entendido?

- Sí, al pie de la letra, entendido.

- Voy a hacerte una serie de preguntas y vas contestarlas todas. Voy a darte órdenes y tú las cumplirás todas. Ahora abre los ojos.

Mamá abrió los ojos con un semblante muy serio. Era capaz de ver y oír lo que pasaba a su alrededor, pero estaba sumida en un profundo trance. En toda su vida, ella era una mujer fuerte, segura y capaz de controlarlo todo, pero ahora, parecía solo una niñita indefensa bajo el yugo de un ser perverso.

Su mente estaba siendo abierta e iba a convertirse en la cosa que ella siempre había guardado en su mente: un juguete. Sólo que ahora iba a convertirse en el juguete de ese viejo pervertido. Una mujer impulsada por aflorar aquellos impulsos y necesidades sexuales ajenas. Una mujer cuyo único propósito en la vida era hacer sacar los deseos sexuales más ocultos.

- Bueno, aquí estamos ahora, tu cómoda y caliente. Dime, me estabas agarrando la verga frente a tu hijo, ¿no es cierto?

- No, no lo hacía.

- Dime, Sra Tapia, ¿Qué estabas haciendo entonces con tus dedos?

- Lo estaba rozando.

- Ya veo, rosándome la verga como una puta traviesa. Parece que tenemos aquí a una pervertida sexual. ¿No crees?

- Sí, Don Paulino.

- ¿Sí qué, Sra Tapia?

- Sí, soy una pervertida sexual, mi Señor.

- Mírame mientras contestas a mis preguntas, pervertida. Ahora. ¿Con qué estabas jugando, Sra Tapia?

- Estaba jugando con su.. con su entrepierna.

- No, estabas jugando con mi verga dura y caliente pervertida. Contesta, ¿con qué estabas jugando frente a tu hijo?

- E-estaba jugando con su.. dura y caliente verga Señor.

- Ósea que mientras yo hablaba con tu hijo, tú como puta pervertida me agarrabas la verga debajo de la mesa, ¿verdad que sí?

- Sí..

- Y seguro que estabas caliente y mojada de la chocha como una cerda mientras lo hacías.

- Sí. ..


- Adelante, pervertida, muéstramelo. Quiero que te quites esas bragas mojadas. Hazlo para mí, tu Señor que soy ahora.

- Sí mi Señor.- ella se desprendió de la prenda y la dejó sobre la mesa.

- Quiero que empieces a acariciarte, como la pervertida traviesa que eres. Necesitas frotarte la chocha, ¿no es cierto?

- ¡Oh, sí, necesito frotarme mí.. mi chocha mi Señor,- gimió Mamá.

Y así, sin pudor alguno que solo sus instintos Mamá abrió las piernas y elevó su vestido. Con un dedo comenzó a acariciarse su clítoris arriba y abajo, introduciendo ocasionalmente el corazón y el índice en su húmeda cavidad. Quería tener un orgasmo. Necesitaba otro nuevo orgasmo.

- Eso es, acarícialo para mí. Está tan húmedo y caliente como las zorras. Te encanta hacerlo, adoras meterte los dedos. Desde este momento vas a sentir que eres una puta pervertida. Vas a sentirlo con tanta frecuencia que vas a verte obligada a buscar algún lugar para hacerlo. ¿No es cierto pervertida?

- Sí, necesito meterme los dedos para calmarme,- dijo casi sollozando.

- ¿Y tú deseas calmarte verdad?

- Si, por favor mi Señor, necesito calmarme. ¡No quiero que se vaya, por favor..- Mamá se encontraba ya completamente rota.

- Muy bien Mónica, si así lo decides nunca lo haré. Sólo debes recordar que yo te brindo esa tranquilidad y deberás hacer todo lo que yo te diga para superar esa desagradable perversión tuya.

- Sí, mi Señor.

- Recuerda, eres una puta reprimida pervertida, ¿Verdad Sra Tapia?

- ¡Sí, solo soy una puta reprimida pervertida.. ¡Ahhh.. sííí.. ¡Mhmm..- seguía jugando con sus labios vaginales.

- Dime lo que eres. Di “yo, Mónica Tapia soy una puta reprimida pervertida”.

- Yo, Mónica Tapia, soy una puta reprimida pervertida, ¡Aaaah..

- Continúa acariciándote la chocha, pervertida.. acaricia tu caliente conejito vicioso para mí. ¿Te gusta estar agarrándome la verga en cada momento, verdad?

El asqueroso viejo se abrió el pantalón y se desprendió su flácida verga de los calzoncillos atorándoselos bajo los guevos, dejándoselo libre para Mamá. Se lo colocó frente a sus ojos.

- Sí, me encantan su verga mi Señor.

- Si, y a como veo te gusta más cuando está cerca tu hijo. Eres una puta, ¿no es cierto? Estás mostrándote siempre como la gran Madre, haciéndole ver a todo el mundo lo perfecta que eres, cuando en secreto, sólo eres una puta pervertida que está constantemente pensado en mí verga, ¿no es verdad, Sra Tapia?

El desgraciado sembraba estos pensamientos en la mente de Mamá. La estaba excitando y programando al mismo tiempo.

- Sí, soy una puta pervertida que frente a mi hijo solo pienso en su verga todo el tiempo.

- Sí, te gusta pensar en secreto con mi verga todo el tiempo. Y continuarás haciéndolo. De hecho no podrás quitártelo de la cabeza, y pensarás todo el día en acariciarte en todo momento a partir de ahora. ¿De acuerdo?

- Sí, pensaré en ello todo el día.

- Bien. Te sentirás una perra ninfómana desde ahora y me necesitarás. Me necesitarás mucho.. ¡Vaya, con mi mujer ahora, eres una puta reprimida.. ¡Realmente me necesitas, ¿no es cierto?

- Síi..

- Sí sientes esos deseos tan grandes, querrás que no me desaparte de tu vida nunca, ¿correcto?

- Sí, siento deseos de que nunca se aparte de mi vida mi Señor.

- Buena puta.. pues no lo haré, y no importa que te digan o lo que quieran, no puedes apartarte de mí jamás. Ahora voy a acercarme a ti y vas a besarme y a chuparme la verga. ¿Vas a ser una puta buena para mí? ¿verdad que vas a hacerlo, Soy tu hombre ahora?

- Sí, seré una puta muy buena y le chuparé la verga. Usted es mi hombre ahora.

El viejo se colocó frente a ella y la atrajo hacia su obesa anatomía. Mamá comenzó a besarlo y mordisquearlo ávidamente. Tomándola de la cabeza le dio un profundo beso introduciéndole profundamente su lengua en la boca. Ambas lenguas se tocaron y acabaron enroscándose la una en la otra.

- Nadie nos podrá separar, ¿entiendes zorra?

- No..

Bajó la mano y le metió dos dedos en su húmedo sexo y, sacándolos, los llevó a la boca de mi Madre metiéndolos y sacándolos una y otra vez. Cada vez que lo hacía le ordenaba a ella “¡Chúpalos..”, y Mamá los chupaba con placer. Saboreaba con entusiasmo el jugo de su propia intimidad que su Señor le ponía en la boca. Era como si estuviese deleitándose con una deliciosa paleta a punto de derretir.


Cada vez que colocaba los dedos en la boca de Mamá, se llevaba los de la otra mano a su verga. Decidió pasar entonces a morder arriba y abajo sus senos, su cuello y su mentón con la lengua de fuera. Mamá la agarró del pelo mientras la seguía acariciando. Sujetó a Mamá por la barbilla haciéndole mirar sus ojos. Mordisqueó sus labios con inesperada ternura, pasándole su asqueroso bigote de roedor por toda la boca.

El viejo le tomó una mano y la llevó debajo hacía sus guevos. Se había sacado la verga y Mamá se la agarró con fuerza, apretándosela.

- Mi amor. La tienes dura otra vez. ¿Qué.. hacemos?

- Uhmm, pues..

El pervertido pensó con rapidez. Había tantas cosas morbosas que tenía en mente.. ¿Qué hacer ahora? Miró como ella, con la otra mano, cortaba un pedazo de tarta y se la llevaba a la boca. Al viejo se le encendió una lucecita en la cabeza.

- ¿No crees que esa tarta está un poco seca? Seguro que con un poco de.. mi sabor estaría más que sabrosa.

Mamá rápidamente entendió a la primera las intenciones de ese cerdo. El renco estiró el brazo sin que ella se lo soltara. La verga quedó justo encima del plato de la tarta.

- ¿Quieres crema para tu tarta, pervertida?- le preguntó.

- ¡Sí, por favor

Mamá empezó a hacerle una buena paja, moviendo la mano a lo largo de la hinchada verga. La otra mano la llevó hasta los guevos y los amasó. El pervertido estaba encantado al ver como la encantadora dueña de la residencia se encontraba haciéndole una paja para aderezar el desayuno. Apuntaba la verga hacia la tarta. Desde arriba, miraba como ella lo masturbaba sabiamente.

- Ábrete la blusa, puta. Quiero verte las tetas de fuera.

Ella soltó un momento la verga para abrirse la blusa y el sujetador. Sus pechos saltaron, libres.

- ¡Wow, tienes los pezones muy duros, pervertida,- dijo admirado.

- Gracias,- contestó ella, agarrando la verga y reanudando la paja.

- ¡Oohh.. cabrona.. Eres una puta muy pervertida.

El viejo llevó una de sus manos a las preciosas tetas de mi Mamy. Notando los pezones duros. Estaban cálidas, suaves. Perfectas. Pensó en deleitarse jódiendole esas dos maravillosas tetas, meter su verga entre ellas y joderlas hasta llenárselas de leche. Pero la paja empezaba a dar sus frutos. De la punta de la verga empezó a salir líquido pre seminal que caía lentamente sobre la tarta de mi Madre.

- ¡Acelera, puta. Ordeña esa verga que está a punto de estallar para darte tu desayuno.

Mamá levantó la vista y le sonrió.

- Gracias por el desayuno mi amor.. Ahora venga, dame mi cremita.

Aceleró el ritmo, haciéndolo endiablado. El viejo renco gemía cada vez más fuerte, hasta que se empezó a poner tenso.

- ¡Ooh, Me vengo.. su puta madre.. me vengo.. ¡Aahggg..

Mamá sintió en la mano el primer latigazo de semen. Salió disparado de la punta de la verga, con tal fuerza, que la mayoría dio en la mesa, dejando atrás el plato. Ella bajó la verga, apuntando bien, y los siguientes disparos cayeron todos sobre la tarta, que en vez de frutillas parecían bañadas en yogurt. Yo no podía creer de las copiosas corridas de aquel obsceno animal. Un hilillo de semen quedó colgando entre la verga y la tarta.

- ¡Uhmm, que rico.- dijo al ver que la tarta había quedado bañada.

- Vamos zorra pervertida. Ahí tienes tu postre con crema, ¡Je je je..  A.. comer.

Con asco y pavor pude observar por la cámara de la cocina como mi Madre, cucharada a cucharada, se fue comiendo la nevada tarta. Se lo comió toda, masticando y saboreando la mezcla de fruta aclorada. Cuando terminó con la tarta, se acercó el plato a la boca y lamió los restos de semen que quedaban. El cerdo estaba fascinado.

- ¡Wow, que sucia pervertida ha sido.. ¡Je je je.. Y vas a ser más.

- ¡Aah.. Sí, ha sido muy morboso.. pero.. mi amor.. e-estoy ardiendo. Necesito.. venirme.

El viejo la miró sonriendo. ¿Que iría a hacer? Ya se había venido dos veces en el trascurso de la mañana. Miró su asquerosa vergacidad. No estaba dura del todo, pero casi.

- Sí.

Se aproximó agarrándola por el cabello de la nuca levantándole el rostro hacía el techo. Luego volvió a deslizar la lengua arriba y abajo por el cuello de mi Madre. Lo repitió varias veces e invitó a ella a que se agachara. “¡Límpiame por completo la verga, ahora” decía con total dominio. Cada roce cada palabra de ese animal provocaba en ella un gemido, y cada gemido producía que se doblegara más.

El viejo se sentó en una silla abriendo las piernas para darle espacio y ella obediente se colocó de rodillas sobre el suelo, envolviendo su cabeza con los pesados muslos de ese cerdo. El hijo de puta frotaba su cosa contra la cara de mi Mamy hasta que ésta comenzó a llenarse del sudor de sus guevos y los fluidos que habían quedado de la punta.

- Este es el lugar al que perteneces ahora.. entre mis piernas, puta.

El desgraciado apretó la cabeza de Mamá a sus bajos y ella quedó escondida debajo de su asquerosa barriga

- Chupa, quiero que lo dejes bien limpio, putilla. Chupa todos mis jugos y mírame mientras lo haces. Quiero que te sabores mi leche y que la adores a partir de ahora. No podrás hacer nada por evitarlo y muy dentro de ti sentirás la imperiosa necesidad de tragarlos y masturbarte cuando los tengas en la garganta. ¿Verdad que vas a disfrutar de mi lechita puta?

- Sí.. lo disfrutaré.- Mamá volvió a envolver los labios, lamiéndolo como si se tratara de una deliciosa golosina.

El viejo la observaba expectante a que fuese ella quien llevara la iniciativa, Mamá por su parte se hincó sobre el suelo de la cocina, plenamente convencida a realizar su misión, para ganarse el preciado cariño de su ahora Señor de la casa, con la mirada fija en la flácida tranca que tenía frente a su rostro.

El desgraciado ya poco o nada le importaba que yo pudiera verles, ya que cualquier momento yo podría bajar y sorprenderlos, y Mamá ni se diga, ahora la veía toda esa tranca desguanzada, siempre acostumbrada a mamarle y servirse en el anonimato, ahora ya era distinto, totalmente entregada a sus sensaciones, a aquella tranca poblada por gruesos bellos negros, gorda y pegajosa de semen.

Todo esto era mucho para la caliente Sra de la casa quien instintivamente se lanzó con una lujuriosa expresión en su bello rostro, para comenzar a lamer la verga en forma reiteradamente desesperada, hasta que de un solo golpe se lo engulló hasta lo más profundo de su boca, manteniéndose en esa posición durante unos segundos, en los que el feliz lisiado aprovechó para empujar más y adentrarse aún más en aquella gloriosa garganta que lo estaban llevando al verdadero gozo enfermizo.


La veía puesta a 4 patas, moviendo rápidamente su rubia y risada melena de atrás hacia adelante, como la real enajenada mental a la que se había convertido, mamándole la verga, ordeñándosela con sus labios, como una verdadera becerrita recién nacida, notaba en la punta de su tranca la entrada ya de la faringe de una desbocada Mónica Tapia.. pero la obscena y profunda mamada que le estaban dando continuaba, con movimientos de lengua a veces suaves y en otras ocasiones violentas e intensas, el renco llenado por el gozo se regocijaba al verla como se le iba la vida en aquella chupada de verga que le estaba dando su esclava.

- ¡Ohhh puta, como te tragas mi verga.. así, esto es lo que debes de hacer a diario, para que te acos.. tumbres al sabor de la verga, ¡Ooh, Para que tengas siempre en tu paladar el sabor de tu macho, ¡Oooh.. Chupa, así asiii..- exclamaba el renco, a la vez que dejaba que fuera ella quien hiciera todo el trabajo, como lo estimara conveniente y se acostumbrara.

- ¡Mhmm.. ¡Srrphh.. Srphsss,- era lo único que podía emitir la sugestionada Sra de la casa quien solo se aplicaba a chuparle a su mentor todo lo que le quedaba.

Mamá ya había perdido el sentido de su vida, era una simple muñeca manipulada por ese enfermo, con esa gorda cosa que mantenía alojada en su boca y que no podía dejar de succionarla aunque ella quisiera, sentía la imperiosa necesidad de siempre atenderle, a que su degenerado mentor estuviera contento de su actitud. La situación de sentirse la hembra fogosa que reinaba en su interior salía a flote sin tapujos, la hipnosis implantada la tenían en tal estado de calentura que ahora sí no estaba dispuesta a dejar pasar la oportunidad de serlo, había decidido a sacarlo todo, a reinar esa puta que llevaba consigo muy dentro.

Llevada por esos impulsos enfermizos, lentamente se la fue sacando de la boca, a la vez que sorbía todos los restos de líquidos seminales que bañaban el glande, dejándolo totalmente limpio, reluciente debido a la humedad de sus labios. Ella misma hizo que el viejo se recargara en el respaldo de la silla, para luego en forma inmediata se levantó para pasar una pierna por sobre la panza del renco para quedar a horcajadas sobre él pero sin metérsela, lanzándose a devorar su repulsiva boca como una verdadera posesa, mordiéndole los labios en desesperación, jugando con su lengua y él con la de ella.

Si no se tratara de mi Madre diría que era una auténtica mujerzuela o un prodigio erótico por la lascivia, lujuria y morbosidad en que ella se encargaba de llevar la situación. El desgraciado aprovechaba su posición para acariciarle las tetas, para sacárselas y lamérselas con desesperación, para chuparlas y mamarlas como si él fuera un sediento bebito de leche. En sus toscas manos sentía las suavidades de aquella piel tersa con olor a crema corporal, que desprendía sexo, olía a hembra en celo.

A cada movimiento que hacía con la cadera, se producía un leve contacto con la cosa, produciéndole unas placenteras y arrebatadoras sensaciones, ahora sí que Mamá tenía ganas de que la jodiera ahí mismo, sin importarle más nada ni que estuviera ahí en la cocina. ¡Ya no le importaba nada más que satisfacerse a sí misma y a él.

Mamá le tomó por las muñecas, mirándolo con una cara de puta pervertida y aun encaramada sobre su panza sudorosa, se llevó las manos a las nalgas para que se las apretujara, para que se las apretara y se las amasara con extrema rudeza, producto de la inmensa calentura que ya casi la consumían.

- ¿Quieres que te joda ramera, eh?.. quieres que te culeé aquí mismo sin importarte que tu hijo te escuche berrear como perra en celo.

- ¡Aaah siiii!, hágalo, por favor.. no me importa.- dijo, dándole a entender que ella estaba totalmente de acuerdo, al tiempo que tomaba su cosa de carne y se lo ubicaba acomodándoselo en la entrada de su rosada vagina, a la vez que cerraba sus ojos en señal de concentración para dejarse caer casi con brutalidad, penetrándose ella misma y dando un sonoro gemido de placer que retumbo por toda la casa.

- ¡Ahhg..

Miré asombrado, como el gran trasero de mi Mamy se movía adelante y atrás entre las piernas de ese viejo. Ahora ella era quien se lo estaba jodiendo a él, y por la cara que ponía, lo estaba gozando de verdad. El renco la mantenía agarrada por las nalgas mientras ella se remolineaba. Sus pechos libres bailaban al compás de los movimientos.

- ¡Ahg.. Uhm, necesito que me joda.. ¡Aah, Me voy a venir.. ¡Siga.. siga..

Gritando como una loca, Mamá arqueaba la espalda, echando el cuello hacia atrás y remoloneándose como una loca. Su chocha se apretaba y distendía alrededor de la verga que no dejó ni un instante de apretarla.

Mamá se la había desbocado y metido todo sin la ayuda de nadie, con unos movimientos de sube y baja, con movimientos circulatorios de cadera, sintiendo y deleitándose con las increíbles sensaciones que le provocaban el estar ensartándose en la tranca de el quien era ahora su viejo, quien yacía recostado y apaciblemente tranquilo a pesar de lo que le estaba dando Mamá, que por su parte y por la expresión de su cara se notaba que lo estaba disfrutando como una completa enajenada.

- ¡Aah cójame mi Señor.. ¡Hágalo por favor.. ¡Aaah..

Pero el viejo ni se inmutaba.. sin apartar los ojos de ella, sus ansías estaban saciadas de momento, pero Mamá completamente sacada se remoloneaba en su verga, buscando apaciguar su eterna insatisfacción.

- Vístete..- ordenó el viejo.

- ¿Q-que?..

- Como lo oyes, sólo cierra los ojos y escucha mi voz. Recordarás todas las sugerencias que te he hecho.. la necesidad de masturbarte cuando estás a solas pensando en cuanto adoras mi verga. Pensarás que eres una pervertida sexual y que sólo yo puedo ayudarte.

- Pe-pero.. sii..

- Ahora, tengo una nueva orden para ti. ¿Te gusta la idea de ir a la calle a mostrar lo pervertida que eres? De hecho deseas y necesitas hacerlo. La idea cada vez toma más fuerza en tu mente y no vas a posponerla por nada. ¿Qué es lo que tienes que hacer?

- Deseo ir con usted a mostrar lo pervertida que soy.

- Buena zorrilla.. Ahora quiero que te des un baño y te pongas lo demasiadamente puta que encuentres, te relajes y te sientas muy animada. Después en unas cuantas horas vendré para ir a la calle.. sentirás muchos anhelos a manifestar todas tus zorrerías a la calle. Recordarás repugnantes perversiones sexuales y comenzarás a calentarte. Tendrás la imperiosa necesidad de complacerme. ¿Has entendido?

- Sí, he entendido.

- Muy bien, ahora ve y relaje un poco. Yo voy a ir a mi vieja casa por unas cosas y buscar al cabrón de mi Compadre.. el muy hijo de puta seguramente andará por ahí mal gastándose mi plata, ¿entendido?- le sacó la verga despacito, brillante de jugos. Las abiertas piernas de mi Madre, su chocha y los muslos se notaban bien mojados.

- Sí.

- Eso es, mi pequeña mascota, ¡Je je je..


Mamá regresa a su habitación extremadamente caliente, intenta hacer lo que su mentor le ha dicho, relajarse. Lleva el escote y el brasier a medio caer, rebosan sus pechos grandes y sus desabrigados pezones, su bombacha húmeda como el interior de sus muslos blancos, que realzan más la forma de su monte venus, su cintura estrecha y sus caderas salientes, con un vientre plano. Su vestido ligero de verano, que maltrecho, como una sábana extendida termina delineando su pubis desértico de vellos.

Dibujando también la silueta de sus exquisitas lomas traseras, sostenidas por ese par de muslos fuertes que protegen la estrechez de su sexo que a pesar de tener sus casi 40 no han mermado la calidad de sus formas. Cierra rápidamente la puerta de su habitación y se dirige a su espejo. Se mira detenidamente, una cabellera en tonos dorados, larga y al final rizada dan un marco perfecto a un rostro de muñeca de porcelana, todo forma un cuadro armonioso, ojos azulados, piel blanca ligeramente rosada por su acalorado momento, como suele ser la tez de una mujer pelirroja.

La sangre ardiente de Mamá despierta su erotismo, siente deseos de tocarse a su antojo, seducirse, como si ella misma fuera ese amante insaciable a quien quisiera calentar. No quita la vista de su espejo, se acerca, extiende su lengua hacia él, dejando que la humedad de su aliento lo empañe, la mueve melosa disfrutando de una felación imaginaria, lengüeteando, lamiendo, dejando la huella de sus amplios deseos sobre la superficie de cristal. Sus manos recorren las formas de su silueta de violín, agarra sus pechos y los aprieta en él, buscando placer no obtenido y a pesar de solo sentir el frio del cristal, se estremece de ganas, acerca sus pechos desnudos y los pezones se impactan contra aquel vidrio con que se acaricia.

Era como si quisiera fundirse en él, unirse con la imagen sensual que el espejo le refleja y definitivamente se excita mirarse semidesnuda y en ese aparente estado de calentura. Bordea la ruta de sus pechos, los mira excitada, y con eso basta para que desvergonzadamente se pongan en punta. Maliciosa lame su dedo índice y aplica su cálida saliva para calmarlos, pero solo consigue que despierten aún más. Gira su cuerpo, observando el perfil de su exquisito trasero, regalándose un tierno mimo frotándose la parte más carnosa, que tiembla en aquella caricia morbosa.

Flexiona sus rodillas echando el cuerpo hacia atrás, dejando su trasero expuesto como una felina que se acomoda para aparear, mientras su angelical rostro se desfigura en gestos que simulan una exquisita penetración. Levanta una pierna hacia el taburete y vuelve la vista hacia el espejo, su cabello cubre su espalda y a la vez deja entrever la forma redondeada de sus caderas, y la rebosante carne de sus glúteos.

Se encuentra obscenamente excitada, su piel se enerva de ganas y se estremece como si tuviera la sensación de tener a un hombre a su lado. Con sus manos va procreando una escena imaginaria, simulando al hombre de su fantasía besándola debajo de su cintura, succionando aquel punto prohibido que la hace gemir como una puta desvergonzada que suplica por más.

Separa las piernas, agacha su rostro, el perfume que sale de entre sus muslo le excita más, es un aroma suave a hembra caliente, que se derrite al mínimo toque pero decide aguardar, esperar un poquito más hasta morirse de ganas. Llevada por esos impulsos acalorados, deja bajar sus braguitas húmedas hasta hacer aparecer su sexo, se acomoda de lado, haciendo que su cadera exagere más su forma curveada, con ansias de sentir más, extiende su pierna hacia arriba regalándose la visión lasciva de unas braguitas estiradas al máximo dejando la línea de su sexo completamente expuesto.

- ¡Ahhh..- Que placer le produce cuando con obscenidad tira de ellas enterrándoselas en la rajita, como si imaginara a un hombre, quizás a ese viejo lisiado y feo enterrando su lengua dentro de su sexo, buscando los adentros de su gruta de deseo e inevitablemente la gasita del encaje forma la manchita inconfundible de su humedad.

Mamá no puede controlarse más, necesita deshojarse.. se reincorpora y busca con desesperación debajo de su cama para sacar su colección de amplios juguetes sexuales que guarda con recelo. Rebusca aquel que en su mente acalorada sea el apropiado para calmar esas ansias que tanto la desbordan. Se había olvidado del consolador negro, aquel gigante de goma que asustaría a cualquier mujer con tan poco recato.

Sintió la curiosidad, el deseo insano por verlo y tocarlo detenidamente. Se detuvo unos instantes en el detallado de las venas. Sus manos se veían pequeñas y sus dedos apenas podían abarcarlo. Contrastaban sus manos blanquecinas con aquel color negro azabache del consolador.

Sintió curiosidad por saber cuánto media. Llevó ambas manos intentando medirlo para salir de dudas. ¡Dios mío!! Sus manitas podrían rodearlo si tuviera cuatro. Su cabeza comenzó a imaginar y a divagar acerca de cómo sería sentir a ese hombre imaginario con algo así. No pudo evitar salir de dudas. Se dirigió de nuevo al espejo y comenzó acariciarse con una mano mientras con la otra se refrotaba el consolador por los pechos.

Jugueteaba con sus pezones y su prepucio. Simulaba que le hacía una cubana y recordaba algunos momentos vividos. Cambia de posición sentándose en el suelo, extiende su torso hacia atrás, y con suaves caricias lo recorre por sus pechos, su abdomen, su vientre, flexiona sus piernas prodigándose más gozo. Desde los tobillos sube por la parte interna de sus muslos, hasta separar las ingles, abriéndose entera, sus ojos se clavan en aquellos labios sonrosados que escapando de su braga imploran por esa porra oscura rozándose entre ellos.

También trata de introducírselo en la boca y le resultó difícil, puesto que tiene la boca algo pequeña. Despierta su codicia de mirar su sexo desde otro enfoque, se pone a cuatro patas, sus muslos asemejan ser dos carnosas torres que en su centro tienen una gema incrustada, más bien dos que ansían ser profanadas por sus propios dedos, pero no, odiosamente sus pequeños dedos no podrían regalarle ese tan afamado deseo.. desesperada hace a un lado la braga, el líquido de su sexo resbala, y como ansiosa con su juguete en mano lo recorre calmando su imploriosa necesidad.


Estaba ya muy mojada cuando por fin aproximó el juguete a su clítoris. Se restriega una y otra vez el consolador concentrada en estimular sobre todo su clítoris. Los labios de su intimidad trataban de abarcarlo y era casi imposible.

Ya estaba ardiendo sin duda, sus caderas se agitaban, su sexo empapado hacía que resbale, la sangre se marca en sus mejillas más y más, y en su transpiración se puede notar la temperatura que reinaba en todo su cuerpo. Pasa la lengua por sus labios, la extiende para alcanzar aunque sea un milímetro de piel de uno de sus pechos, no alcanza, así que usa una mano y los levanta, así logra que su lengua roce sus botones y sus labios lo atrapen.

Luego de varios intentos, al fin hace que las paredes de su sexo se extiendan y pudo albergarlo. Al principio sólo pudo introducirse la punta. Pudo notar como sus paredes necesitaban más tiempo del habitual para dilatarse y poder envolver semejante pedazo de plástico.

Poco a poco podía sentir como se dilataban y hasta poder introducírselo un poco más. Siempre un poco más, hasta que poquito a poquito quedaba menos para introducirlo hasta la mitad. ¡Aah.. Qué placer pudo sentir, ya nada la frenaba, recibe de sí misma esa ofrenda de caricias que va desde suaves masajes hasta fuertes pellizcos a sus pezones, qué más da, si estaba como una hembra alebrestada.

Decide ir mucho más, meterse de golpe esos cuatro centímetros para intentar llegar al medio del tubo. A poco casi se desgarra ella misma las paredes vaginales. Sintió cierto dolor al principio, que enseguida se transformó en un placer indescriptible al sentirse llena, al sentirse ensanchada. Pudo notar la parte media de plástico que simulaba las venas embadurnadas en secreciones brillosas, señal inequívoca de que se lo había introducido hasta llegar a la mitad, increíble.

El placer era indescriptible en ese momento para mi Mamy. Además venía acompañado de cierto morbo en su sugestionada cabecita. Comenzó a moverlo dentro y fuera a un ritmo frenético. Como si quisiese simular el mismo ritmo de las penetraciones de aquel hombre en su mente mientras se masturbaba para ella misma.

Intenta abrirse más de piernas pero sus bragas se lo impiden, las retira de inmediato y con desesperación las percibe, aspira profundamente llenándose hasta el alma de su propio y singular olor a deseo carnal, socarrona, se la pasa por el cuello, por los pechos, por los muslos.. huele más que nunca a una zorrita.. una caliente y solitaria puta, que gime y se araña de ganas.

Se imagina a ese hombre de sus fantasías una y otra vez,  moviéndose igual de deprisa de estar encima de ella ensartándole con su verga. Enseguida le alcanzó un orgasmo bestial. Que la convulsionaba sobre la alfombra. Arqueaba su espalda de placer y sus gemidos debieron escucharse por todos los rincones de la casa si no fuera porque yo traía mis audífonos.

Cuando se recuperó, la imagen frente al espejo de su armario jamás lo olvidaría, de verse insertada por ese pedazo de plástico negro en su interior, y sus labios íntimos rosados secretando fluidos sin parar, que escurrían envolviendo el consolador hasta gotear empapando la alfombra. Se fijó en la fina tira de pelillos dorados que decoraban su pubis y pudo percatarse que desentonaban en la imagen, así que decidió rasurárselos en cuanto pudiera. ..


Se dio a estar más de dos horas encerrada en su baño, dándose una larga ducha en donde enjabonó y enjuagó su divino cuerpo varias veces seguidas, para que una vez tras secar sus perfectas curvas y sus cabellos proceder a aplicarse cremas y perfume en toda su figura. En su rostro, el maquillaje solo lo justo para hacer resaltar su genuino atractivo tal como solo ella lo sabía, para finalmente y como era su costumbre cuando tenía que salir a una reunión o comida importante, tomar sus cabellos completamente hacia atrás dejando su cara totalmente despejada, dándole esa imagen de mujer altiva de ejecutiva fuerte que tanto me encantaba.

Después se dio a escoger el vestuario que iba a usar para este día.. recordó que su ropa interior debía ser de la más minúscula que pudiera según las instrucciones del caliente viejo, por lo que rebuscando entre su inmenso closet se decidió por un diminuto conjunto color blanco el cual ni dudo para ajustárselo a su curvilíneo cuerpo.

La imagen de aquella flamante Madre volvía aparecer, hasta se me a figuró ver cuando ella se arreglaba animosa para ir a cenar con mi Padre, claro sin mencionar que por debajo de aquellas ropas de diseñador portaría aquellas sensuales pantis que apenas le lograba cubrir lo justo y lo necesario, su lencería era tan perfecta que a pesar de lo minúsculo que eran esas piezas de ropa estas mismas no dejaba ver ni siquiera un solo de sus finos bellitos dorados que adornaban su vagina, eso sumado también a que no iría a una reunión especial, si no que se reuniría con ese pervertido viejo a saber dónde la llevaría este día.

Finalmente y para terminar escogió un sobrio vestido en color crema de tirantes, bastante delgado y que marcaba a la perfección cada una de sus exquisitas curvas. Una vez que ya estuvo lista salió de su habitación de la forma más natural posible para ir a esperar a ese viejo desgraciado y sus bizarras fantasías.

Las horas fueron pasando con tremenda lentitud y el día comenzaba a dar sus primeras señales de terminarse. A mi Madre se le empezaba a notar la impaciencia pues el renco no daba señales de vida. Sus ansiedades suplantadas eran cada vez más insoportables, tanto que hasta la notaba más enojada con ello. Ni que decir de recurrentes miradas hacía la calle por la ventana, pues no soportaba el haberse arreglado tanto para que aquel desgraciado viejo no la viera.

Como consecuencia, la ansiedad y el enojo de mi Madre se mostraba notablemente a cada minuto, hasta el punto que creo que la falta de no tenerlo cerca también ya le estaba afectando. Para ella toda su vida personal había quedado de lado, sumando que Beatriz no se encontraba en la ciudad, o Betty que también se había ausentado por su trabajo en el modelaje, sus actividades rutinarias casi se había reducido al mínimo. Y esto, a mí, me estaba preocupando.

Él viejo le había prometido que quería salir a pasear con ella, así que como buena sumisa debía de esperarlo, porque ella solo buscaba y sentía la necesidad de agradarlo, ¿no se habría olvidado? Mamá se debatía ella misma, estaba desesperada por ver a ese desgraciado y se inventaba todo tipo de estupideces para justificar las ansias que sentía por el pervertido renco.

Pero su repentina ausencia dejaba a Mamá muy ansiosa y confusa; seguía sin entender porque no llegaba si se lo había prometido, como se sentía dominada ante esa tosca voz, sin querer se recostó en el sofá y se comenzó a tocar sus erguidos pezones, mientras que con una mano bajaba y acariciaba su vulva llegando hasta su sensible ranura.

Recordaba aquellos momentos vividos en aquel cuchitril, como aquel infeliz Poncho le había dado por el culo salvajemente mientras ella recostada en aquel pulgoso sofá le veía y gemía como loca sintiendo a su vez las rasposas manos de aquel Compadre traidor acariciando y estrujando sus pechos sin el mínimo recato de ser la hembra de su amigo, sin duda aquellas situaciones habían despertado en ella esas fantasías que reinaban en su cabeza de sentirse una mujerzuela y se había apoderado de la mujer lujuriosa que yacía escondida en ella.

Mamá sumergida en aquellos aberrantes pensamientos se retorcía sobre su sofá llevándose un dedo a la boca sintiendo el sabor que su cosita ya destilaba, producto de las morbosas y calientes sugestiones de su falso mentor. La mente de la Sra de la casa ya no se encontraba en su residencia, si no en aquella horrible vivienda apartada nuevamente con aquel sucio vendedor de fayuca recordando como la culeaba en frente a su drogado amigo y sintiendo sus ásperas manos por todo su cuerpo aclarando ser su dueño.. le hubiese gustado mucho que ese día el viejo hubiese estado despierto para verla, como la tenían y como se había comportado según ella lo creía.

Aun recordaba como la cabeza de esa gran verga que tenía aquel ingrato que suponía ser amigo se abría paso por su reducido conducto anal ayudado por aquella aceitosa lactosa; si no fuese porque Mamá ya estaba ligada al renco, si no ese el desgraciado vendedor ya la tuviera abruptamente vendiendo su cuerpo en alguna horrible esquina de aquellos inmundos callejones como se lo había mencionado antes de irse.


Esa misma noche después de haberse entregado completamente a sus impulsos y fantasías dentro de su habitación, junto aquellos pensamientos en su agobiante espera, al no tener a ese viejo para satisfacer sus necesidades (cosa que realmente me hacía enojar por el hecho de que mi Madre ya viera a ese repugnante sujeto como una necesidad para sentirse mujer) La noche llegó y obviamente tuve que bajar de mi habitación puesto que el hambre hacía estragos en mi estómago.

Al bajar me pude percatar claramente de su atuendo, recordé como dentro de esas elegantes prendas portaba aquella ropa interior tan pequeña pero de cierta manera elegante para la vista de cualquier deseoso que tuviera la suerte de llegar a verla así, con ese vestido elegante en color crema el cual por cierto estaba impecable y parecía de una tela muy fina además de suave.

El vestido era corto, aunque estaba algo pegado a su cuerpo no transparentaba mucho pero como todos sabemos, sus exuberantes curvas hacían que su atuendo se dibujara perfectamente a la tela, no cabe duda de que no dejaría mucho a la imaginación de los ojos de aquel cerdo y de cualquiera que la viera así y para poner más tentación a las cosas el escote del vestido en forma de V dejaba ver sus increíbles y bien formados pechos agregando que ella como siempre sabia lucir esas increíbles, suaves y bien formadas piernas, era toda una hembra que cualquier hombre mataría por tener en su cama.

Finalmente ya después de haber esperado hasta el cansancio aquel desgraciado que no nada señales de vida, sus ansias creo que habían disminuido, tanto que sus tacones de punta alta los cuales estaban sujetos por una pequeña tira alrededor de su tobillo (no es porque sea mi Mamy, pero realmente lucia como una diosa que nadie merecía tener) yacían en el suelo y ella dormitaba en el sofá por la espera.

Y cuando me decidía a hablar con ella, a los pocos segundos el teléfono comenzó a timbrar y al levantarlo tuvo una conversación con el viejo, ¿quién más iba a ser? Pensaba yo molesto ya que esa llamada me recordó que mi Mamá se había puesto así para ese animal.

Me escabullí en una esquina para ver de que hablaban, afortuna mente la casa estaba en silencio, por lo que en ocasiones alcanza a escuchar lo que ese cerdo le decía.

- ¿Cómo está mi zorrita?,- decía el viejo en un tono pervertido.

- Mi amor, ¿dónde está? lo estuve esperando para acompañarle.

- .... ...... ..- luego no lograba escuchar lo que ese pervertido le contestaba.

- ¡Jijiji.. Ay qué cosas dice,- contestaba mi Mamá en tono de niña chiflada.

- Pregunte ¿cómo estas zorra? Y cuando yo hago una pregunta se responde,- contestaba el viejo ahora en tono más amenazante con el propósito de hacerle entender que el no andaba para juegos.

- ¡Jijiji.. no te enojes mi amor, estoy bien y lista para lo que quiera.

- Bien perrita, pero antes de que llegue quiero que hagas algo, ¡Je je..

- ¿Qué cosa?,- dijo en tono confundido y curioso.

- ¿Tu chiquillo ya se calmó?, me ha estado retando demasiado y creo que ya es hora de darle una buena lección, quiero que le demuestres que mi opinión ahí es la que cuenta y que le demuestres que yo tengo la última palabra de hoy en delante.

- ¿Y cómo hare eso?- expresaba mi Madre en un tono un tanto preocupado por las ideas que pudieran surgir de la retorcida cabeza de ese asqueroso.

- Esto es lo que harás mi amor..

Yo solamente escuchaba como mi Mamá se daba algunas risillas y diciendo cosas como,- ¡Ay mi vida que ocurrente eres,- la duda me estaba matando y mi corazón se aceleró en segundos ya que no sabía que cosas le había pedido ese malnacido a Mamá y aún más importante sí ella de verdad estaba pensando en caer ante los caprichos de ese animal.

Un momento después escuche a mi Mamy seguir riendo un poco para finalizar la llamada diciéndole:

- Esta bien, lo hare por usted, mi macho-, una vez que colgó la llamada sin perder tiempo yo enseguida me dirigí hacía las escaleras como si no supiera nada e ingenuamente estuviera bajando, en ese momento mi corazón que ya de por si estaba acelerado, ya sentía como se quería salir de mi pecho.

Una vez que ella me vio, con una voz que me demostraba fácilmente que estaba por hacer algo travieso me pregunto:

- Que bueno que bajas mi vida, ¿Qué haces?

- N-nada Mamy, bajé a buscar algo de comer, ¿por qué?- se lo dije de la forma más inocente que pude, esperando que cualquier cosa que le hubiera pedido ese viejo fuera descartada al escuchar a su pequeño hijo.

- ¿Qué te parece como luzco, mi amor?- me preguntó mientras ponía sus manos en la cintura y adaptaba una pose por demás sexy para lucir ese vestido.

- T-te ves muy bonita Mamá.. ¿Vas a salir?, aunque no me gusta para nada que lo hagas con ese viejo y te vea así, además..

Pero antes de que pudiera seguir hablando, ella sorprendiéndome dijo:

- ¿Sabías que cuando usaba este vestido para tu Papá, él se ponía algo, juguetón? ¡Jijiji..

- ¿A-a que te refieres Mamá?- seguía en mi tono inocente ya que me daba algo de nervios pensar a donde quería llegar mi hermosa Madre con tal conversación.

- ¡Jijiji.. A que tenía tiempo de no usar este vestido para alguien mi amor.. y siempre que él llegaba a casa y me veía usando este vestido era con seguridad que nos divertiríamos,- me sonrió de forma pervertida y como deseando que yo intuyera lo que me quería decir.

Yo aún solo mirándola con mi cara de confundido, aunque obviamente ya sabía que quería decirme con esas señales, opte por permanecer al margen de todo y hacerle pensar que no estaba entendiendo, lo que la llevó a ella a continuar hablando:

- A lo que me refiero mi amor es que estoy usando este vestido porque después de tanto tiempo quizá vuelva a divertirme así,- me lo decía denotando que ya quería que yo entendiera a lo que se refería.

- P-pero Mamá, con divertirte ¿te refieres a salir a algún lugar?

- No Pedrito, me refiero divertirme como cuando una pareja está sola.

- ¿A solas?.. c-como que a solas, ¿con quién?.. ¡Mamá, ¿qué hay de mi Papá?- realmente me sorprendí de que me lo dijera de frente y de esa forma, mi Mamá prácticamente me estaba diciendo que iba a tener sexo con alguien que no era mi Padre.

- Pedrito tu Papá ya no está y yo quiero a ese que tu llamas viejo.. tienes que hacerte la idea de que ahora él es el hombre de la casa por tanto puede hacer lo que él quiera con su mujer,- me decía ella en un tono de inconformidad hacia a mí.

- ¡P-pero Mamá tú me dijiste que únicamente, noo.. no serias capaz.. mi Papá.. ¿e-en que aspecto hablas?,- le preguntaba en un intento de que recapacitara todo lo que estaba por hacer o lo que ella me insinuaba que pasaría.

- Mi amor, tú ya estas grande y debes entender que así son las cosas.. además tranquilízate solamente lo puse como una posibilidad, no dije que pasaría.

- Mamá de verdad no quiero que hagas nada.. además no quiero que tengas un hijo de ese horrible viejo,- realmente no quería que mi Mamá continuara diciéndome eso, ya que entre más hablábamos más la veía convencida de no solo decirme sino demostrarme de alguna forma que todo eso que vociferaba era verdad.

- Pasara lo que tenga que pasar Pedrito, y hoy voy a salir con él.. entiende que me puse así para él, porque si quiero que ocurra algo físico entre él y yo. Aun así, si el no hace nada pues entonces no pasara nada hijo.. tampoco es fácil para mí,- parecía que mi Madre aun hacia el esfuerzo por luchar contra las órdenes del viejo y su hipnosis al no querer ser tan directa, pero realmente también estaba aquella flamante hembra y morbosa por el sexo.

Antes de que yo pudiera decir alguna otra cosa en un intento por detenerla, volviéndome a sorprender me dijo:

- ¿Y sabes qué?,- mi Madre de alguna manera y sin tanto problema desabrocho el sostén que tenía sacándolo por el escote de su vestido.

- ¡¿Mamá pero que haces?!

- Ay tranquilo mi amor, este vestido se puede usar así.. ¿a poco no te gusta presumir a tu Mami un poquito?

- ¡Mamá tienes que detenerte, solo mírate por favor.. estas provocando a un viejo que solo te quiere físicamente y por tu dinero seguro.

- Gracias por tu preocupación mi amor.. pero tu Mamá sabe cuidarse sola y tiene total control de la situación, yo decido hasta donde llega alguien conmigo.

- No lo parece últimamente,- lo dije en tono sarcástico y un poco desafiante (grave error mío)

- ¿Qué dijiste Pedro?- su tono de voz cambio a uno molesto y lo admito, algo aterrador por la seriedad.

- ¡No lo parece Mamá, hasta parece que solo haces lo que ese viejo te pide o más bien parece que el té controla a ti,- no sé por qué, aunque quería parar de decir esas cosas por miedo no me detuve.

- ¡Escúchame bien jovencito, a mí no me hablas en ese tono, ni me faltas al respeto de esa manera.. ya te dije que pasara lo que tenga que pasar y si yo quiero tener un hijo puedo tenerlo con quien a mí me plazca, si quiero usar este vestido para alguien puedo también hacerlo también, con quien yo desee y esta noche no pensaba llegar a nada, por ti.. pero pensándolo mejor ya es tiempo de desquitar el tiempo que tu Papá no ha estado y ya no quiero más comentarios al respecto Pedro Tapia.

- ¡Pues has lo que tú quieras Mamá, no me importa.. como ya dijiste tú te cuidas sola.

- ¡Así es.. así que te hago la cena y te vas a tu cuarto jovencito. Yo no sé a qué hora vendré ni lo que vaya hacer, entendido.

Sin darme tiempo a responder más y dejándome una cara de sorprendido por todo lo que mi Madre me estaba diciendo solamente la vi dirigirse hacia la cocina para prepararme algo, dejándome a mi pensando en la mujer que ahora era mi Madre gracias a ese estúpido viejo desgraciado, mi Mamá nunca se habría atrevido a decirme así de directo las cosas que planeaba hacer en el aspecto sexual. Ahora solo me quedaba esperar a saber si eso sería todo o no estaba ni cerca del límite de las cosas que podía llegarme a decir.


Estaba muy contenta, se la veía alegre, feliz a pesar de las aberrantes declaraciones que me había hecho, sabía que no era ella la que actuaba de esa forma, por lo consiguiente no estaba enfadado con ella, si no con ese viejo asqueroso que le media esa perversas sandeces en la cabeza para demostrarme que ahora él mandaba en mi casa y era capaz de poner a mi Madre en mi contra. Tenía que andar con mucho cuidado ahora, solo observar y no contradecirla en nada.

Fue sacando unas bandejas de la comida y las ordenaba muy prolijamente en la mesada de la cocina, mientras abría los placares buscando platos, vasos, cubiertos.

- Pedrito siéntate que yo me hago cargo.

- No,- le dije - te ayudo Mamá.

Mamá puso la mesa, yo la ayudé con los platos y la mesa quedó pronta. Se paró a mirar que faltaba y dijo:

- Está todo pronto, ah pero faltan los panecillos - y se fue a la cocina nuevamente.

Su trasero contoneándose al caminar no dejaba lugar a dudas a que seguía contenta e impaciente a que ese animal apareciera. Esa tela del vestido volátil, que cuando me daba la espalda y se inclinaba ligeramente este parecía ser atraído y absorbido por ese prominente par de glúteos hambrientos, sumado a esos zapatitos de tacón, el corte de su atuendo por los hombros con escote redondo y que dejaban ver su canalillo espectacular era su vestimenta de esta tarde para enloquecerlo.

Se aproximó a la mesa cargando la charola del pan, la maravillosa presión que sus extremidades superiores ejercían contra sus pechos provocaba que estos resaltaran aún más por el casi indiscreto escote. La cadencia de sus pasos y la tranquilidad con la que caminaba tenía un aire parsimonioso, casi místico. Su siempre presencia que eclipsaba a la de cualquier mujer, y decir eso cuando se arreglaba de ese modo podría hacerse pasar por una muñeca de porcelana perfectamente, es decir poco.

Una vez sentados aunque confieso que hasta el hambre se me había quitado por toda esa conversación que habíamos tenido, sumado al fuerte olor a mantequilla que impregnaban los panes, tenía que comer lento ya que sabía que si lo hacía de manera normal seguro vomitaría por las asquerosas imágenes en mi cabeza junto con las de ese viejo quedándose con mi ella y haciendo lo que quisiera por la casa como si él en verdad se mereciera ser dueño de todo por lo que mi Padre se había esforzado en obtener y mi Madre en mantener unido.

Mamá, aunque si estaba comiendo normal, se podía notar las ganas que tenia de ya mostrarse a su hombre, así como estaba vestida y con ese gran deseo que sentía por ser poseída de nuevo por su macho. No me quedaba más que poner la cara más inocente y el tono de ser el mejor hijo del mundo rogando a su Madre porque recapacitara una vez más, así que aprovechando ese último momento que tenía antes de que termináramos de cenar y ella me mandar a mi cuarto tal y como había dicho, me arme nuevamente de valor y le comenté:

- Mamá..

Pero justo cuando ella volteo a verme esperando a que le dijera algo, escuché como la puerta frontal se abría, pero no tuve que ver la figura que había aparecido para tener ese mal presentimiento, me bastó con escuchar como la puerta azotaba de manera violenta, cosa que no únicamente me impresiono a mí, sino a Mamá también. Al escuchar como el viejo se acercaba a donde nosotros estábamos, más me palpitaba el corazón ya que no podía evitar sentir que algo estaba por pasar, ese singular estilo para caminar, aunque eran pocos pasos a mí me parecieron eternos, hasta podría jurar que el tipo lo hacía apropósito para causar suspenso.

De pronto llegó y después de darme una leve mirada a mí como de desprecio, se le quedó viendo a mi Mamy con esa cara de pervertido, sin embargo, en eso ya no puedo culparlo puesto que ella se veía preciosísima como se los había descrito. Después de dar unos pasos y acercarse un poco más hacia donde estábamos, no me costó para nada oler su aliento alcohólico sin necesidad de que el hablara, clara señal de que estaba ebrio e intoxicado.

- ¡Mi amor, has llegado,- expresó ella con brillo en sus ojos, como si en realidad estuviera enamorada.

- ¡Ya llegué mi putita rica,- el viejo soltó ese comentario sin importarle absolutamente nada de que yo estuviera presente al dirigirse de ese modo con ella.

- ¡Oiga, al menos tenga respeto con mi Mamá.. a ella no se le debe hablar así,- le dije mirándolo realmente molesto.

- ¿Y qué esperabas mocoso? Mírala, esa ropita, con ese cuerpo de teibolera y yo drogado ¡Je je je.. las cosas son más fáciles que salgan así,- me respondió dejándome aún más preocupado ya que no bastaba con estar tomado, ahora también había llegado drogado, es decir, definitivamente no le importaba ya nada, si en estado normal era un asqueroso para expresarse, así como estaba ahorita, no pensaría dos veces antes de decir cualquier vulgaridad que se cruzara por la cabeza.

- ¡Pedrito, ¿ya vas a empezar?.. en qué quedamos, que tenías que respetar a Don Paulino..- me increpo de inmediato.

- P-pero Mamá..

- ¡Pero nada jovencito.. termina tu cena y te vas a tu cuarto.

- Déjalo mi amor, ya se ira acostumbrando ¡Je je..

Obviamente el hijo de puta se regocijaba de mi enojo y frustración, pues de inmediato la sujetó de la cintura y se trenzaron en un cachondo beso, mientras la atraía de las nalgas y se las apretaba sin dejar de besarla. A escasos pasos paralizado contemplaba la escena, y cuando terminaron de besarse, él la hizo girar sobre sí misma y dándole la vuelta para contemplarla toda; ella coqueta paró las nalgas para deleite de su amante, y la muy descarada se inclinó levemente apreciándose desde mi ubicación, la finísima tela del vestido que se le incrustaba entre las nalgas, causándole a su macho una enorme excitación y la premió dándole una suave nalgada.

- Ahora no perdamos más tiempo, vámonos a “nuestra” habitación, ¿o prefieres que te agarre aquí mismo?, ¡Je je je..

Si mi corazón ya estaba bombeando a mil por hora, después de escuchar eso, ya me temblaba todo el cuerpo de los nervios.

- Mi amor, estamos cenando apenas.. después de que Pedrito termine se ira a su cuarto y ya veremos que hacemos tu y yo, ¡Ji ji.. No comas ansias.- contestaba sonrojada mi Madre y con una clara mirada de que la situación ya la tenía también a ella deseosa de ser tomada.

El viejo tomó mi plato sin preguntarme nada y lo alejó de mí mientras decía:

- Él ya terminó y tú no ocupas cena putita.. ahorita te doy tu cena rica para que te la comas en la cama, ¡Je je..- el bulto del viejo se podía ya notar muy grande en señal de que ya estaba más que listo para encamarla.

- ¡Oiga, yo no he terminado..- dije enojado, no quería irme a mi cuarto ya que sabía lo que vendría si dejaba a mi Mamy sola con este animal, y ahora solo me quedaba retrasar lo más posible lo inevitable para que ocurriera.

Sin esperarlo el desgraciado me soltó una bofetada que sinceramente si me sacó una lagrima de lo fuerte y humillante que fue eso, ni siquiera era mi Madre quien me la había dado, eso me frustró y caí derrumbado tan pronto la sentí, solo una pequeña lagrima de impotencia antes así asimilé lo que pasaba. Lo único que pude hacer fue agarrarme con una mano mi mejilla y quedármele viendo a él y a mi Madre esperando que ella objetara algo.

- ¡Mira mocoso atolondrado.. ya me tienes hasta la madre con tus estupideces de niño bajo las faldas de su Madre. Esto es lo que va a pasar.. te vas a ir a tu habitación y te vas a distraer a ver con que estupidez encuentres sin estorbar, porque mientras tú estás en eso, tu Mamá y yo vamos a estar haciéndote un hermanito para que ya puedas dejarnos en paz y tengas cosas para hacer para cuidarlo.

Yo no podía articular más nada, quería lanzarme al estúpido para matarlo y golpearlo con tanto odio, pero mi cuerpo no me respondía, esa bofetada me había sorprendido de verdad y más me sorprendí y me frustre cuando mi Mamá dijo algo que me haría ya no estar seguro si quería llorar por el golpe o por tanta decepción.

- Pedrito obedece.. ve a tu cuarto y cierra la puerta. Esa actitud tuya no te va a llevar a nada bueno jovencito.- decía mi Mamá poniéndose de su lado, completamente sometida antes los deseos de ese estúpido.

El renco puso una sonrisa de oreja a oreja el desgraciado, sabiendo que ya tenía todo el control absoluto en la casa y de mi Madre, ahora si podía hacer lo que se le viniera en gana. Pero aun así a pesar de eso tenía la esperanza de Mamá lo entendiera.

- Mamá, no puedes estar hablando en serio.. te lo ruego por favor, no lo hagas,- lo decía con un nudo en la garganta y con miedo por las consecuencias de que esta vez ellos dos tuvieran sexo sin la mínima protección y el viejo lisiado cumpliera lo que tanto repetía.

- Mónica..- dijo él con intención de dar una orden que me dejara en claro que él era quien mandaba ya, y aun quería humillarnos todo lo que fuera posible.- Hoy vamos a hacer un hermanito para tu niño, así que nada de pastillas ni condones.. nada de nada, ¿me oíste?

- ¡Jijiji.. pero mi cielo que cosas dices, ¿no crees que deberíamos esperar un poco para llegar a eso?- parecía que mi Mamá aun intentaba inútilmente salir de todos esos deseos y sensaciones que el renco causaba en ella gracias a la estúpida hipnosis.

- ¡No, hoy te voy a coger hasta que estemos seguros de que quedas panzona, y no se diga más..- decía tajante el muy miserable como si en realidad tuviera un poder real sobre ella.

- Pues, probablemente tendría que sacar mi ropa de maternidad cuando quede embarazada de Pedrito, mi amor ¡Jijiji..- reía mientras ponía su dedo índice sobre sus labios en señal de estar recordando algo.

Para mí esto fue todo un golpe más a mi desgracia y seguía sin poder articular palabra alguna, ¿realmente mi Madre pensaba en concederle eso?, ¿de verdad ya no le importaba para nada hacer estos estúpidos juegos de niña enamorada sin tomar en cuenta toda consecuencia?

- Pues, no se diga más, ¡Je je.. es una clara señal de lo que debe pasar,- dijo el viejo aun con su estúpida sonrisa.- ¡Ya lárgate a tu cuarto mocoso, ¿o quieres que te de otra buena bofetada como te mereces? Yo no tengo problema alguno si eso quieres.

Sinceramente si me dio miedo el hecho de recibir otra de esas, puesto que la anterior aún la sentía punzante en mi mejilla, aunque me dolía más la pelea interna por responderle al viejo sus agresiones con todo mi coraje y mis deseos de matarlo. No pude evitar voltearme sin decir nada como si fuera un robot derrotado, e irme camino hacia a mi cuarto. Aun así, solo caminé hasta las escaleras hacia el segundo piso pero continúe escuchando lo que pasaba:

- ¡Ahora si mi culona rica.. veo que te preparaste para mí, aunque más parece que fueras a salir a una fiesta de ricos. Anda vete a cambiar, y a ponerte como a mí me gusta, con las nalgas pelonas y las tetas saltonas, ¡Je je je.. “¡SPLASHH” Esta noche vamos a procrear, y tengo tanta leche en los guevos como para llenarte un vaso.

- ¡Uy tanto así.. ¿pero pensé que íbamos a salir? A-además viene algo tomado, déjeme prepararle algo rápido.

- Nah, no te apures.. me eche unas cahuamas con mi Compadre. Fui a cobrarle al carbón, a mí no me va ver la cara de pendejo.

- Me platica mientras le preparo algo.

Mamá fue hasta los platos y buscó para servirle. Cuando los puso encima de la mesa para abrir la heladera en busca de no sé qué, el viejo fue por detrás de ella, la agarró por la cintura y le besó en el cuello. Mamá se dio vuelta, se quedó mirando y dijo:

- Don, viene muy bebido.. ¿Usted cene y yo le preparo la ducha, de acuerdo?

No terminó cuando este la abrazó por delante y le besó con vehemencia, casi con una fuerza inusitada. Su asquerosa lengua rozaba los labios cerrados de mi Madre, hasta que los abrió y entró en su boca. Un sabor pestilente a cerveza y tabaco la invadió. La besó encontrando su lengua dulce. Mamá al sentir aquella lengua, con la suya comenzó a moverse, respondía el beso, estaba pegada a ella y sus lenguas se entrelazaban en sus bocas.

Sus toscas manos acariciaban su espalda, se enroscaron a su espalda para no dejarla escapar. Acarició sus nalgas a placer y no opuso resistencia. Aquellas cerdas manos agarraron aquel culo deseado y soñado por muchos.

- ¿Por qué se las diste aquel carbón?- dijo.

- P-porque usted me dijo,- y la volvió a besar y ella abrió su boca nuevamente.

Sus manos se fueron de nuevo a su culo, la apretó contra su obesa humanidad más fuerte, ella no solo accedió sino que más se aferró. Puso sus dedos en el borde de la falda y fue poco a poco abriendo paso. Mamá no se despegaba de aquella boca a pesar de la apeste. Por un momento se apartaba de sus labios e iba a besar su cuello. Pero inmediatamente buscaba la boca y la besaba. Sus besos eran cada vez más candentes y fuertes, en cada besar había un sonar de la voz de mi Madre, como un gemido que la hacía hervir más y más.

- Me contó cómo te cogió, como te enculo en aquel sillón,- le dijo.- ¿Te gustó que te tratara como una puta?

- S-sii,- dijo entre dientes.

La llevó hasta la mesa, casi sin separarse, caminaban como atorados, a los tropezones, la recargó en el filo de la mesa y siguieron besándose. Hasta que llegó el momento, su mano derecha fue hacia el escote del vestido. La metió dentro y abrazó su pecho izquierdo que casi no entraba en su mano de lo grande que era.

Mamá suspiró y su lengua seguía ahora dentro de la boca de ese cerdo, era ella quien venía a él. “¡Aah..” Otro suspiro dio cuando sintió la presión en su pezón. Los tenía como roca, su dureza y su enorme tamaño. Se apartó de ella y le dijo:

- Me encanta que te comportes como una puta.. cuando me contó todo lo que te hizo se me puso como fierro.

- Lo sé.. ¿Tanto le gusta?

- Me calienta cuando te tocan.

Dicho esto Mamá se abrió el escote mostrándole aquellas tetazas en todo su potencial. El viejo se inclinó y puso su cabeza entre esas hermosas carnes. Ella le abrazó y este también. Sus dedos encontraron los listones de su escote y se los desprendió. Mamá hizo un gemido de sorpresa cuando sus tetas quedaron al aire desnudas a su merced. Eran dos melones de carne blanda hermosos, y sus pezones estaban tan duros y grandes como el dedo de un niño. Parados, enhiestos, rosados con puntitos en la aureola.

Su boca fue hacia ellos. Con sus labios los apretó picoteándole el cuello con su bigote de roedor. Con la lengua los mojó y con su otra mano tocaba el otro. Mientras su boca se comía un pezón, sus dedos aprisionaban el otro de una manera casi demencial. Mamá a esa altura gemía y jadeaba. La tenía a su merced, se dejaba llevar, era esa mujerzuela excitada y caliente.

- ¿Te las mamó así?

- Si, así me lo hizo mi amor..

- ¡Eres una puta.. una cerda que te gusta que te manoseen?

- ¡Mucho, mucho, tóqueme mi amor.. tócame toda, toda..- gemía solo gemía.


Se aferró a sus pezones de nuevo y se los chupaba, lamía besaba y succionaba, redondeaba con la lengua por la aureola. Con sus labios se los apretaba y estiraba hacia atrás, lo que la hacía gemir más y pedirle más. A esas alturas sus manos habían bajado hacía sus nalgas y caderas. Buscando el borde de las bragas, las encontró dentro del vestido, y fue tirando hacia abajo.

- ¿Qué haces mi amor, me quieres desnudar aquí?

- Claro que sí.. ¿qué tiene de malo que mi putita ande encueradita?

- Esta bien,- dijo,- pero con una condición. Que me hagas sentir como su Compadre.. que me trate como si fuera una perra, que no me deje respirar, necesito ese macho. ¿Entiende? Ese macho que me haga de todo, que me haga sentir lo que soy, esa una puta deseada. Por eso desde que se fue me masturbe pensando en ti.

Y era cierto, Mamá estaba totalmente enardecida desde esta tarde, caliente, entregada al placer y necesitada de ese viejo. Le frustraba que no lo tuviera cerca, por cómo se expresaba y de la forma en que estaba.

- Si puta.. te voy a tratar como te mereces, como la peor de las putas de callejón. Quiero que te conviertas en una de ellas, que te hagas hacerte de todo.

- ¡Eso quiero, que me hagas de todo.. lo que se te antoje, hazme sentir hembra, una perra, tu puta.. una yegua, hazme lo que se te antoje mi amor.

Le agarró de las piernas y se las abrió de golpe, dejándola despatarrada sobre la mesa, con tanta fuerza que tuvo que poner las manos hacía atrás para no caer sobre los platos de comida. Ella quedó un poco asombrada pero por su calentura le gustó que así la tratara. Le miraba la concha, esa rajita rosada cerrada, completamente depilada. Mamá le observaba y nada decía más que respirara profundamente.

- ¡Y esto??..- le increpó.

- Lo he llevado toda la tarde.. esperándote mi amor.

- ¡Que cerda eres.. ¿lo llevaste incrustado en la cola en todo momento? ¿Aquí, frente a tu hijo?

- Si, ¡Ji ji ji..

No lo pude creer, Mamá llevaba dentro de si uno de sus famosos embonadores anales.. y así con eso dentro de su recto se encontraba cenando conmigo. Un escalofrío de morbo me sacudió el cuerpo.. pero ni tiempo de reaccionar, el lisiado acercó su boca y sacó su lengua, aún arrodillado entre sus piernas, fue hacia su rajita y se la lamió. Quedó con la boca entreabierta cuando le lamió entre la raja depilada. Le rodeó de saliva la comisura de sus piernas, las piernas y de nuevo a la rajita hambrienta.

- ¡Aah, mi amor.. esto es lo que yo necesitaba,- le dijo.

Le abrió más las piernas y que grito pegó cuando sintió que aquella lengua hacía contacto con los labios internos de su chochita. En serio que a pesar de tanto uso aquella rajita no estaba tan abierta y era más bien pequeña. Utilizó sus dedos para abrirla y meter su lengua más dentro de ella, allí si vino la primera catarata de flujos.

- ¿P-pero a que huele?.. ¡te has cagado desgraciada.

- No, claro que noo.. e-es mantequilla.

- ¿Te has aflojado el culo con mantequilla? ¡Que cerda eres, ¡Je je je..

No lo podía creer, ósea el olor a mantequilla que me había llegado en la cena no era por los panecillos. ¡Mamá se había embadurnado el culo con mantequilla para penetrar el embonador. Definitivamente que las sugestiones y las situaciones en las que ese lisiado la metía la estaban perdiendo en calentura.

Mamá se estaba que ardía, las contracciones de su vagina eran monstruosas. Pegaba con sus manos a la mesa, eran golpes fuertes y su boca emitía gemidos profundos y prolongados. En aquel éxtasis de sexo y viendo la locura de la hembra le tiró del embonador del culo, pero se resistió, lo contrajo de tal forma que lo atrapó de nuevo al fondo.

- ¡Estás hirviendo puta,- le dijo.

- ¡Si, si estoy caliente mi amor.. tan caliente que me siento desmayar.

Terminó de decir esto que acabó recostada sobre los platos, con gritos y mucha lujuria, se movía con la pelvis de arriba hacia abajo, era casi incontrolable pero un momento creí que iba a lastimarse con la boca del viejo en su concha. Este tiraba del embonador y la penetraba, el dedo pulgar lo llevó a su concha y casi como una especie de candado con el dedo y el plug no se unían porque en medio quedaba su carne.

Esto la enloqueció más. Encontró su clítoris hinchado, hirviendo, lo removía con la lengua, se hinchó y sus contracciones fueron casi espasmos.

- Eres una putita muy cerda, verdad?

- ¡Si, soy una cualquiera..

- Harás lo que yo te ordene.. pídemelo sino te dejo de chupar la concha desgraciada.

- ¡Noo, no dejes de chuparla, me gusta que la chupe, por favor.

- Con la condición de que me des un hijo..

- Si, si te lo doy..

- Quien es tu macho?

- ¡Tú, usted es mi macho?

- ¿De quién eres perra, diloo?

- ¡Tuya mi amor.. soy tuya, hazme lo que quieras, por favor.. lo que quieras.

- ¿Y qué es lo que voy hacer contigo puta?

- ¡Hacerme una guarra, la peor de todas.. que me trates mal, que me digas insultos que me domines.

Ya era suya, la levantó de la mesa y le besó en la boca dándole dentro su saliva con sus jugos y mantequilla.

- ¡Serás la reyna de las putas, cogerás con quien yo te diga, con quien yo quiera y no te vas a negar.

Volvió a bajar a su concha a lamerla. Mamá comenzó a balbucear algo, pero en su calentura no se le entendía.

- ¿Que dices puta?

- Que sí.. quiero chuparlo.

- ¿Qué quieres chupar?

- Su pene.. quiero tenerlo en mi boca.

- ¿Mi pene?

- ¡Si, si por favor mi amor.

- Nada de pene.. tú quieres mi verga.

- ¡Si, si, tu verga mi amor.. quiero tocarla, degustarla, la necesito por favor.

Se levantó y agarró a Mamá del cabello.

- Me la vas a sacar.. te la vas a meter toda en la boca y no vas a decir nada.

- Sí mi amor, nada voy a decir.

- No me digas amor, dime macho.

- ¡Mmmm si mi macho, si soy tuya, me calienta que me domines.

Fue a la mesa y tomó un palillo de pan con centro de queso. Se paró frente a ella y se lo mostró.

- Decirme, ¿vas hacer todo lo que te diga, puta?

- Si mi macho, te lo juro..

Era una Mónica desconocida, le gustaba la perversión del maltrato y de sentirse dominada.

- Ahora te vas meter este palillo de pan y te vas a masturbar para mí.. a ver cómo te lo coges mientras me la mamas.

- ¿C-con eso?.

Lo puso en su rajita y comenzó a masturbarla, le hundía el palillo dentro de su vagina que estaba totalmente mojada, que emanaba sus líquidos ya en la madera de la mesa.

- ¿No te de vergüenza que yo te masturbe puta?

- No, no me da..

- Bueno ahora tu sola, es una orden.

- Sí, sí..

Le tomó las manos y se las puso en el palillo de pan en la puerta de su vagina. Mamá comenzó a masturbarse, en tanto el viejo se abría los pantalones y bajaba los calzoncillos. La verga la tenía hinchada, parada totalmente, y mientras se la pelaba, en su punta aparecían pequeñas gotas de semen.

- ¡Aah, que caliente me siento mi macho.

- ¡Cállate y métetelo para mí.

Dicho esto la besó en la boca y ella la abría a la vez que gemía. Le pasaba los labios por sus pezones. Cuando Mamá sintió su lengua dejó de tocarse la concha.

- ¿Quién te ordenó que dejes de picarte?

- Perdón mi macho, perdón.

Inmediatamente comenzó a masturbarse de nuevo y con más fuerza, la calentaba que la tratara así.

- Quieres que también te la chupe.

- ¡Si, si quiero que me chupe y también yo quiero hacerlo.

- Entonces no dejes de picarte y no sé qué quieres chupar.

- ¡Tu verga, estoy que no puedo más.

- Ahora te la vas a meter a fondo y yo te la voy a chupar con mi lengua.

Mientras decía esto le ponía la lengua en su raja al lado de sus dedos, al sentir esto, Mamá abría más sus labios vaginales para que la lengua rozara su clítoris, ella misma se daba placer y le entregaba su vagina a la boca. Se paró entre sus piernas. Acarició con su verga que estaba dura y muy parada. Se la frotó en la pelvis y ella dio un salto.

- ¿Qué te pasa puta?

- ¡Lo necesito ya mi macho.

- No, solo has lo que te digo, ¿está claro?

- Si, si

- ¿Si qué?

- ¡Si mi macho sí, pero acércala de nuevo por favor por favor.

La hizo agacharse sin sacarle el palillo del chocho. Se la pasó por los labios, ella abrió la boca y se la puso en ella.

- ¡Chúpame la verga perra.

- ¡Si, se la chupo.. que dura y grande, ¡Mhm.. que dura, me voy a acabar.

Sus manos comenzaron moverse más y más enterrándose la pieza de pan, mientras el cerdo le jodía la boca. Mamá emitió jadeo apretando las piernas y tuvo una tremendo escalofrió. Inmediatamente le sacó la verga babosa. Mamá quedó con la mirada fija a la verga que tenía al frente. Comienza a tocarla a tocarle con carió los guevos.

- ¿Esto es lo que querías?

- ¡Me encanta amor.. Que linda esa, que rica, dura y parada.

- Cállate y chúpame la verga.

- ¡Si si si mi macho.

Ella lamía el glande y se lo jugaba en la boca, gemía. Bajó la mano hacia la vagina para encontrarla latiendo, con un calor imponente y que, apenas sintió las manos se contrajo. El viejo la levantó por los brazos, la trajo hacia su boca. Comenzó a besarla, ahora metiéndole por completo la lengua. Ella se apretó a él e inmediatamente sus manos bajaron a su verga.

- Cómo te gusta tocarla puta.

- Mi macho, ¡Aah, es que me fascina.. estuve todo el día pensando en ella. ¡Por favor ahora sí métamela, se lo pido por favor, no me haga rogar más, por favor.- su rostro era un canto a las ganas de coger.

- Pues te voy a tratar como una perra, tal cual me pediste.

- ¡Si, si pero por favor cógeme, no aguanto más, siento como debilidad en mis piernas.

Esto le daba pie para hacer de ella lo que se le viniera en gana. Sin decirle más se fue hasta una de las sillas del comedor. Se sentó allí y con la verga mirando hacia el techo comenzó pelarla. Ella le miraba parada y con una cara de deseo increíble.

- ¡Don, por favor no puedo más.

- No soy tu Don..

- ¡N-no, perdón mi macho por favor.

- Arrodíllate..

- Si, si me arrodillo.

- Ahora ven gateando, pero sin que se te salga el pan del chocho.

Mamá comenzó a gatear, procurando que el palillo no se le cayera, arrastrándose como una perra con un pan enterrado en el chocho y el plug brillante adornando el punto rosado de su ano. Se acercó a él enseguida, quedó de rodillas entre sus piernas como le gustaba, y sin que este le dijera nada empezó a chuparle de nuevo. Le gustaba la verga ya era una adicta. Le miraba a los ojos, le pasó la mano por la nuca y la empezó a dirigir. Mientras se lo hacía le decía cosas y a ella le encantaba, se retorcía de placer.

Le abría las nalgas observando el plug enterrado, mirando de vicio como el panecillo de pan ondulaba enterrado en su vagina. La hizo girar y le besó ese culo divino, le lamió toda la raja de las nalgas. Volvía a girarla mientras le observaba como se la pelaba, embadurnándosela con las babas que ella misma le había impregnado.

- Ven..- le dijo,- siéntate en mi verga, puta.

- ¿Cómo?

La tomó de las piernas, la hizo venir hacia él abriéndose de piernas y quedando cada pierna a un lado de la silla.

- Así, ahora comienza a bajar.

Suavemente Mamá comenzó a bajar y cuando el panecillo toco la barriga del viejo hizo un saltito pero la sentó de golpe y se lo enterró todo, junto con toda su verga. Ese momento fue un instante de locura para mi Madre. Le dijo:

- ¿Ahora qué te parece puta, ya te sientes feliz?

- ¡Aah, me duele, sácame el palillo por favor.. me entró todo de golpe, me duele pero no quiero que pare por favor.

Mi propia Madre pese a ese dolor que dijo, empezó a subir y a bajar cogiendo ella sola. La silla crujía porque el movimiento de ambos cuerpos era demasiado. Sus pechos por fuera del escote se rozaban a los del viejo. Sus pezones estaban duros. Mamá solo gemía y se agarraba de la silla para subir y bajar más fuerte. Se estremeció cuando le empezó a nalguear el culo.

- ¡Pégueme, sí pégueme.. me encanta tener su verga adentro y que me azote. Déjame las nalgas rojas.

- El culo te lo voy a romper.. ese culito es mío.

- ¡Si, se lo doy.. cuando quiera me lo coge. Estoy lista.. lo preparé esta tarde para usted.

- Ahora te vas a quedar con mi leche dentro. Quiero que me des un hijo.. muchos hijos, serás la Madre de muchos hijos.. y todos sabrás lo puta que eres..

- ¡Aah.. ¿Qué cosas dice?.. lo de dejarme embarazada no puede pasar, ahora no.. porque necesitamos más tiempo y no sería justo para mi hijo,- esas palabras me aliviaron mucho, aunque ese alivio duro poco.

- ¿Quee?

El viejo se detuvo con cara de pocos amigos, provocando que mi Mamy se sintiera intimidada y arrepentida por haber dicho eso. Cuando el tipo la agarró fuertemente del cabello y comenzó a decirle:

- ¡Escúchame bien perra estúpida.. mi palabra es ley para ti, ahora eres mi mujer y si yo quiero dejarte panzona hoy, hoy lo será.- sin esperar respuesta comenzó a jalarla del cabello dirigiéndose a donde yo estaba, seguramente en dirección al cuarto de Mamá.


Mi Mami no hacía más que quejarse del dolor y avanzar junto con él, yo por mi parte corrí hacia a mi habitación para no ser visto, aunque me daban ganas ahora mismo de enfrentarlo abiertamente así mi Madre reaccionaría y se pondría de mi lado, tengo que aceptar que tuve muchísimo miedo.

- ¡Ay, por favor mi macho.. me lastima, hare lo que me diga, pero ya no me jales así.

El desgraciado viejo lisiado quien obviamente estaba bajo los efectos del alcohol y las drogas por haberse pasado toda la parte con su Compadre, con cara de neurótico y de maldad la llevaba de las greñas y jalones a donde se suponía ser el más sagrado resguardo que pudiera tener.. su habitación matrimonial.

- ¡Deje a mi Mamita en paz maldito viejo..- le encaré armándome de valor.

El viejo giró su cara hacia donde yo estaba para amenazarme en forma bestial:

- ¡Tu cállate bastardooo. ¡Y vete a otra parte donde no molestes.. y ni se te ocurra llamar a la policía o avisar a los vecinos porque ya sabes lo que ocurrirá a parte de molerte a palos. ¡Je je je..

- ¡Noo, P-pedrito mi amor.. haz lo que dice el Señor. Es solo un malentendido cariño.. p-pero ahorita lo vamos arreglar, metete a tu cuarto y no salgas, por favor cariño.

Y tras escuchar la estúpida respuesta de mi Madre y ver los endemoniados ojos de ese pervertido no me quedó de otra, con solo verle la cara de desquiciado supe que este no iba a soltar a mi Madre, así que otra vez me tuve que retirar intimidado ahora hacia el pasillo rumbo a mi cuarto en donde sin saber que hacer simplemente me puse a llorar por lo que estaba ocurriendo en el que se suponía que era nuestro hogar. Además sabía lo que ocurriría si es que intercedía por mi Madre, ella se le pondría a su lado tratando de negar lo evidente.

- Así es escuincle.. has lo que dice la puta de tu Madre.. porque óyelo bien, es una puta. ¿Anda pendejaa.. dile a tu hijo lo puerca y perra que eres.

- M-mi amor.. mi hijo no tiene que escuchar nada de esto. ¡Por favor vayamos a nuestra recamara para arreglarlo, si cariño. ¡Pedrito vete a tu cuarto, hijo.

- ¡Mamá por favor, tú no puedes ser así.. mira cómo te trata este viejo.- le dije con el alma despedazada.

Mientras Mamá me pedía con lágrimas en los ojos y desesperación que me retirara, me recreé por esos segundos observando sus fachas. Aquel vestido que esta tarde me había impactado por lo elegante y hermosa que se veía, ahora se encontraba todo maltrecho, su escote, aunque unos instantes había logrado acomodarse los pechos dentro, por los jalones y los malos tratos uno de ellos casi lo llevaba por fuera, eso sin mencionar que llevaba dentro el plug y el palillo de pan, apretaba y flexionaba las piernas para retenerlos mientras el inhumano cerdo no la soltaba.

- ¡Anda pútrida, platícale a tu nene como fue que te revolcó mi Compadre, mi querido amigo.

- ¡Ah, por favor mi amor, no me obligues a eso, yo no..- dijo ella sin comprender exactamente el alcance de sus palabras.

- Detállale, puta.. dile como te revolcaste con él apenas y me dormí..

- Tú.. usted fue quien.. quien me lo pidió.

- Pero lo gozaste, ¿no, perra?..

- Fue.. mucho, no creí..

- ¿No creíste, qué, hija de la gran verga?..

- No creí que fuera a pasar.. estaba algo ebria.. yo..

- ¿Y por donde te la metió, he zorraaa?..

- Por favor mi amor.. ya fue demasiado. Vayámonos a nuestra habitación si?-, balbuceaba intentando alejarlo de mí.

- ¡No, hasta que le digas a tu nene, que fue lo que hiciste desgraciada.

- ¡Me revolqueee, me acosté con él, yaaa.. ¡P-Pedrito perdóname mi amor. No era yo, no sé qué me pasó.

Se rió y la empujo más rumbo a las escaleras para llevársela.

- ¡Eso fue porque tu quisiste zorra.- le dijo.- Y tu pequeñín, vete ya a tu habitación, acabas de escuchar lo que en realidad es tu Madre, una zorra.. ¿Eso es lo que querías oír verdad?, pues ya está. Ahorita vamos hacer bebes, muchos bebes.. y a esta zorra ahorita mismo la pondré en su sitio.-, grito él zampándole una fuerte palmada en las nalgas.

Lo que dijo ella fue ininteligible, pero comprobé que ya todo estaba perdido. Y mientras ellos caminaban rumbo a la habitación de mis Padres para hacer tantas cosas que se le vinieran en gana a ese lisiado, yo seguía pasmado ante lo que había sucedido, nunca antes Mamá me había dicho abiertamente y mirándome a los ojos lo que sentía. Intenté reaccionar, protestar con algo más pero de mi boca no salían palabras, no tenía saliva en mi lengua para hablar, mis pies no se movían en absoluto solo observaba, a ese quien continuaba trasteando el trasero de mi Madre para que se apurara.

Y cuando reaccioné, vi que mi Madre, se me quedó viendo, mientras era llevaba cada arrastras hacía su cuarto siendo golpeada por las mejillas, y esa mirada triste, de impotencia jamás podré olvidarla..


Tan pronto me fue posible moverme me quedé viendo directo hacia a ellos, mi corazón seguía bombeando por lo inevitable y ya podía escuchar la puerta de la habitación de mi Padres cerrándose, pensé en salir corriendo a mi habitación para ir a mi computadora y no perderme nada de lo que pasara. Pero justo cuando creí que no podía sorprenderme más, el viejo y mi Madre al entrar al cuarto, ¡No cerraron la puerta!, la dejaron abierta, ya no les importaba nada.

Tan pronto entraron, el viejo lanza a Mamá a la cama de manera brusca haciendo que esta cayera boca abajo, pero instintivamente ella se voltea y se le queda viendo a los ojos con esa mirada que denotaba miedo y a la ves ganas de ser usada de la manera más corriente. La habitación que continuaba con la puerta completamente abierta, me muestra como ella rápidamente se deslizó hacia el respaldo quedando semi acostada y con sus dos muslos bien juntos y doblados como si estuviera protegiendo aquella parte de su cuerpo que nuevamente estaban prestos a usurpar.

El viejo la miraba con su ardiente y deseosa mirada fantaseando que hacer con ella, sus enrojecidos ojos prácticamente se la comían llamándole mucho la atención lo buena que se veía la dueña de la residencia con esas carísimas prendas todas maltrechas, con ese ajustado escote a la cual le hacían resaltar esas tremendas tetas que crecían y se encogían tras la profunda respiración, y aun calzando sus zapatillas con taco, prendas que había elegido precisamente para él, a sabiendas que con ellas puestas su figura se veía aún más imponente de lo que ya era, pero para este tipo de animales que solo pensaban en saciar sus más oscuras perversiones eso solo eran estorbo.

- ¡Ahora si pendeja, ahora si vamos a hacerte mujer de nuevo,- dijo el viejo sin perder tiempo y dejando caer sus pantalones dejando ver que ya la tenía más que lista para penetrarla.

La jala de las piernas dejándole la falda casi remangada, la toma por la cintura, le baja el escote de un golpe. Quedó con el torso al descubierto, sus pechos hermosos, redondos, divinos, esos muslos macizos, parecía de veinte en vez de casi cuarenta. Sus tetas saltaron, ahora las podía ver, por fuera del escote, las aureolas de los pezones preciosas rosadas. Comenzó a pellizcarle los pezones que a cada jalón y toque se endurecían más y más como piedras.

- ¡Ya verás desgraciada, vas a tener muchos hijos, que con esas tetas que te cargas vas a alimentar..

Le jaló la tanga hacia abajo. su conchita sin ningún bello en el pubis, depilada totalmente dejando los labios vaginales expuestos. Se arrodilló frente a ella, la toma por el culo y comienza a lamerle ese chochito hirviente. Mamá se estremece, sus manos le apretaban la cabeza, sus dedos se introducían por el cabello, verla como se contorsionaba, al sentir aquella lengua dentro de su concha lamiendo aquel clítoris que estaba por explotar, hinchado, tremendamente sensible.

- Mi amor, ¡Aah,- dijo con voz ahogada.

En ese momento un grito ahogado, acompañado de jugo que inundó la boca de ese desquiciado enfermo, llenó la habitación de un olor inmenso a hembra.

- ¿Te has chorreado desgraciada, ¡Je je je.. ¡Sácame el pantalón.

Ella aun con los espasmos se lanza hacia el para rápidamente comenzar a tirarle del cinturón, casi rompió el botón así como el cierre del pantalón y lo bajó junto con los calzoncillos de un golpe. La verga le saltó a la cara. No era un superdotado como su Compadre, era verga de hombre normal, con un grosor que es lo que más resaltaba.

La tomó entre sus manos y se la llevó a la boca.

- ¡Mhmm..- dijo,- gracias.- con voz de puta, de hembra caliente y deseosa de chuparse aquella cosa.

- ¿Te gusta verdad zorra?, ya no puedes vivir sin ella..- le preguntó mientras se la pasaba por los labios.

- ¡Siiii, mi macho,- pero cuando la iba a atrapar con su boca se alejó de ella.- Déjamela probar, por favor.

El viejo se peló el glande, había gotas de mi líquido pre seminal, ella lo notó pese a la poca luz. Sacó su lengua y la pasó por la punta y cuando entró en contacto con el jugo exclamó:

- ¡Qué rico mi amor, ¿Te la chupo bien? ¿Le gusta?

- Me encanta, te ves divina chupando mi verga, puta.

Diciendo eso más la chupaba, estaba prendida aquella verga. La tomó de la cara, la besó en la boca, jadeaba en cada beso, en cada toque.

- ¡Ooh, si así putita, sigue chupando así de rico estúpida, sácame el juguito,- decía el renco mientras ponía sus manos en la cabeza de mi Madre para darle ritmo, mientras elevaba el rostro al techo.

El renco lo disfrutaba tanto, y mientras tanto yo seguía impresionado por el hecho de que ellos tenían la puerta abierta y aun no estaba seguro de que estaba ocurriendo entre la calentura, mi Madre ni siquiera pensó en cerrarla o pensaba que yo no me había dirigido hacía mi cuarto.

- Estaba deseando tenerlo de nuevo, estoy caliente mi amor, no sabes cuánto, desde que te fuiste esta tarde, que no aguanto mis flujos.


Desde el pasillo se escuchaban sus chupadas, las succiones. Avalentonado me fui acercando, me asomé. Descubriendo a mi Madre arrodillada en el piso, con la verga de ese cerdo en la boca. Se había soltado el pelo, tenía las tetas al aire y sus pezones erectos. En eso la hizo levantar. Cuando se incorporó estaba casi desnuda, su concha totalmente depilada, logré verla en todo su esplendor entre las penumbras.

- ¿Vas hacer lo que yo diga, verdad?- le preguntó, y se tocaba la rajita con sus manos.

- Claro mi vida,- le contestó, mientras ese abalanzaba sobre ella.

Le abrió la boca con su lengua, comenzó a besarla como siempre, chuparla mientras las manos le abrían la raja de su concha que estaba muy mojada. Las gotas de su calentura llegaban a la palma de su mano.

Después de unos minutos de pasarse saliva, el asqueroso lanzó nuevamente a mi Mamá a la cama, esta vez cayendo boca arriba y él poniéndose rápidamente encima de ella. De inmediato se sacó la camisa, lanzándola al suelo sin importarle donde cayera, dejando ver su asqueroso cuerpo que por más que pensaba seguía sin entender como mi Madre podía sentirse atraída por un cuerpo así de mal cuidado y sucio.

El viejo parecía desquiciado, acariciando de manera ruda las piernas de mi Mamá, lambiéndole y besándole por todo su cuello, amasándole los pechos con rabia desesperación, observé en el suelo el palillo de pan, que con los rudos y malos tratos de los jalones se había desprendido del interior de mi Madre y había caído al suelo cubierto en fluidos.

La tendió a la cama, se metió entre aquellos carnosos muslos y cuando fue hasta su boca, se la clavó de un golpe, certero dejando caer toda su pesada corpulencia. Le clavó la verga hasta lo más profundo de su cuerpo. Sintió como las paredes se abrían a su paso. Pude ver entre las piernas de ese animal como su cosa entraba y quedaba aprisionada en aquella cavidad tierna, caliente, mojada y que se estremecía al instante.

- ¡AAHH!!

Comenzó a cogerla con mucha vehemencia, sambutiendo el estilizado cuerpo de mi Mamy dentro del colchón por el peso de ambos. Le besaba la boca y le metía su pestilente lengua, la cual siempre mantenía abierta. Abría y cerraba los ojos llevaba por ese deseo. Cuando salía toda de ella y entraba con fuerza, abría los ojos y gritaba. Mientras se mantenía dentro en un ir y venir, jadeaba, emitía pequeños soplidos.

- ¿Te gusta que te la suma toda puerca, he? ¿Así te lo hacía mi Compadre perra?

Mamá estaba muy agitada y deseosa, pero en una última pizca de sentido común la hizo poner sus manos sobre el pecho de ese animal como queriendo alejarlo débilmente, sabiendo que realmente este estaba decidido a preñarla, y de su boca salió algo que sinceramente por los nervios pensé que bastaría para detener al viejo:

- No mi amor.. espera, no debemos, la puerta está abierta y estamos yendo muy lejos con esta decisión,- dijo con lo último que le quedaba de cordura.

El viejo apartó la cara dejando de besarla, miró hacia la puerta, en tanto la jodía, la metía y sacaba pero mantenía la mirada hacía la puerta, como si lograra sentirme por la espalda.

- ¡Cállate zorra.. y ya deja salir a la peuta esa que llevas dentro, sabes que lo deseas y sabes bien que quieres que te deje panzona zorrita,- sin decir más y quitando la débil barrera que mi Mamá había puesto con sus manos, el renco hizo un movimiento lento hacia adelante para entrar más en su intimidad.


Ella ya no pudo resistir más y pasó de ser una barrera a un abrazo rodeándole por el cuello, jalándolo más hacia su cuerpo, encajándose más en la cama para que así este la penetrara más a fondo. Ella gemía y gritaba, se retorcía en la cama. Yo les veía pasmado, agazapado en pasillo. Veía su culo ancho y granoso, su henchida verga moviéndose hacía atrás y hacía delante, saliendo de la vagina inundada de mi Madre. Era una escena morbosa, aquellos guevos chocaban con el borde de la cama. Ella se contorsionaba, le decía cosas calientes, sucias, estaba tremendamente caliente.

- ¡Aaah, si mi amor, así.. sácame estás ganas ¡Uhm..

Al sentir el bombeo del gran y grueso intruso Mamá comenzó a gemir al ritmo de las estacadas que le daban. Mientras este seguía con su bombeo desquiciante sosteniéndole de las piernas en alto sudaba y resoplaba como toro. Mamá estaba en un éxtasis de placer y cada vez sus gemidos eran más y más fuertes:

- ¡Eso es puta.. déjate llevar por el placer, quiero que grites, quiero que todos incluso tu escuincle sepa lo puta que es su Madre.. su mamacita rica que ahora yo me estoy cogiendo, ¡Uff.. off,- esto fue otro detonante para ella, quien al escuchar eso, ya no pudo evitar gemir de tal modo que se escuchara un eco por la casa.

- ¡Aah, siii.. soy una puta.. su puta.. su cerda siiii..

Mi alma se despedazaba de nuevo, cuando mi cuerpo pronto me traicionaba de nuevo ya que, aunque estaba lleno de coraje y esa situación no la quería para nada, sentía como mi pene comenzaba a ponerse erecto por el morbo de la situación, además de que seguía viendo directamente en vivo y a todo color lo que ocurría sin poder ocultarme o moverme, aunque mi Mamá no estaba al tanto de que yo estaba ahí, quería pensar que cuando me viera ahí parado, se detendría.

- ¡Dime quien es tu dueño, puta.. ¡Dilooo..- decía el viejo con la intención misma que yo desde la soledad de mi habitación según creía les pudiera escuchar, mientras seguía con su impresionante ritmo penetrando a mi hermosa progenitora.

- ¡Tuuu.. tú, mi amor tuuu,- respondía entre gemidos y placer.

- ¡Dime lo que quieres maldita perra, dímelo,- ordenaba el viejo ya también excitado y suspirando con cada arremetida.

- ¡A ti, mi hombre, mi macho, ¡Argh.. mi dueño, quiero que me la metas, quiero que me la sigas metiendo y sacando a esa.. tu puta deseosa de tu rica, gran y jugosa verga, ¡Aahh.. Me muero mi amor, que rico se siente, ¡Mhm..- seguía gimiendo y rogando ella en ese estado.

- ¡Sigue puta. Dime todo lo que quiero escuchar.. dímelo o te la dejo de meter ya mismo.

- ¡Noo, Siii.. métamela toda, síguemela metiendo así de rico, ¡Mhm.. Siempre que quieras, mi amor..

- ¿Qué más cabrona?,- aceleraba el ritmo y de momentos se la dejaba clavada hasta que respondiera.

- ¡Aaah, Mi amor, quiero que me la metas y que te vacíes en mí.. quiero que me dejes en cinta. Quiero tener un hijo tuyo.. muchos, siii muchos niños.. y que no pares de metérmela sin importar nada. ¡Aaah, que rico, como me lo haces..

Por más que quisiera yo negarlo estaba todo empalmado escuchando todo eso, prácticamente porque estaba allí detrás de ellos que copulaban como animales sin ningún pudor. Mi Mamá se estaba entregando a su macho justo enfrente mío y gimiendo y gritando como una hembra embravecida sin importarle que pudiera escucharles lo que fuera.. de pronto el momento que tanto temí llegó y admito que sentí tanto morbo que pude sentir como algo de mi líquido manchaba mis calzoncillos sin si quiera haberme tocarlo, y aumentaba más por el hecho de que parte de mí, sabía que el viejo estaba consciente de que yo estaría escuchándoles, y por ello decía todas esas cosas tan horrorosas con tanto morbo.

- ¿Eso es lo que quieres pirujita?, Ufff.. ¿quieres que te llene la chochita con mis jugos?

Ahora se la cogía arrodillado entre sus piernas, se la sacaba y remetía con fuertes aplastones. Ella gritaba,- “Cójame, si así cójame. Este, le respondía que sí que la iba a coger toda, toda, como a todas las putas. Le estuvo dando así unos instantes, hasta que salió de esa posición, bajó de la cama y se sentó en el sofá individual que había ahí para leer.

Ella le miró extrañada, estaba empapada, su cara era de vicio y se notaba esas ansias extremas por seguir apareando. Le observó y dijo:

- ¿Que hace, siga por dios..- le respondió como frustrada, mientras la miraba.

Mamá se sentó al borde de la cama abriéndose de piernas. Le imploraba..

- ¡No sea malo, míreme como estoy, por culpa suya.. cógeme mi amor, cógeme.

- Ya estoy viejo para ese trajín.. ven acá. ¡Pero así no, vente ágatas como las perras. Ponte en 4 patas y chúpamela de nuevo perra.. quiero ver tu cuerpo levantado ese culo, mira que en un ratito más te lo voy a reventar. Y apúrate y hazme una buena mamada,- le solicitó mientras él se acomodaba de espaldas para disfrutar la nueva felación que le estaba solicitando.


Le pidió que fuera hasta él gateando y no dejara de mirarlo. Lo hizo. Mamá quien aún tenía esas ganas insanas de querer seguir culiado como pudo fue tomando la ubicación que le había solicitado, y una vez que ya estuvo en esa indecente y por demás humillante posición a 4 patas puesta en diagonal sobre el sofá para que el viejo la viera y tocara todo lo que quisiera, no bastó mucho tiempo para que el cerdo te aterrizara dos fuertes palmadas en las nalgas.

Aun así, Mamá se agarró con sus dos temblorosas manos a la peluda base de la erguida verga y se la metió en la boca para comenzar a chuparla y a lamerla con sus ojos cerrados, procurando no pensar en otra cosa que no fuera en hacerlo sentir como quería. La legítima dueña de la residencia se la mamaba bien concentrada y con sus rojos labios bien apretados, su cabeza que subía y bajaba rápidamente también hacía círculos de vez en cuando, chupando sin parar ni por un solo momento.

Se la mamaba como una verdadera desesperada, lamiendo todo lo que pudiera, moviéndole su lengua circularmente por el venoso tronco y el glande.

- ¡Oohh.. ¡Pero qué buena es para chupar la verga la dueña de esta casa.. Eso es.. ¡Ooh así.. así.. hasta el fondo ¡Ooh.. Arghhh..- gruñía y bufaba el asqueroso vejete ante la exquisita mamada de verga que le estaba dando,- ¡Esooo.. mama esta vergaaaa.. ¡Cométela todaaaa.. ¡Trágatela entera pinche putaa..

Mientras ella le mamaba, este le pasaba la mano por la raja y jugaba con el plug de su agujerito, se lo jalaba y lo sacaba. Ella, se pajeaba y hundía sus dedos dentro de su chocho, los sacaba embadurnados que le emanaba a borbotones y se los chupaba con la lengua. Comenzó a jadear.. Le preguntó que deseaba,- “su verga”,- le dijo.

- Voltéate y ábrete de nalgas..

Mamá extrañada se puso de rodillas y se dio vuelta para de espaldas mirando hacía su cama llevar sus manitas y abrirse todo lo que pudiera las nalgas. Pero mi casi “Padrastro” solo se la quedó mirando absorto, que soberbia e imponente se veía la bellísima pelirroja arrodillada en el suelo, con las comisuras de sus labios chorreándole restos de líquidos, sus colosales tetas y todo su cuerpo brillaban hipnóticos y sugestivamente, con sus manitas abriendo ese par de carnosos cachetes postrándole con total descaro su ano bloqueado por aquel artilugio.



- ¿Le gusta mi culo? ¿Me la va a poner por donde tengo mi juguete?- diciendo eso se abría y cerraba las nalgas, las rugosidades de su ano se estremecían.

- ¡Qué puta eres.. dándotela de muy fina y con un juguete taponeándote el culo embadurnado en mantequilla, ¡Je je je..

- ¡Sii muy puta.. y la mantequilla pues.. su Compadre me enseño. ¡Fui su puta que dejé que me acabara adentro..

Dicho esto comenzaba a gemir y mover las caderas en el suelo. No sé cómo el viejo aguantaba verla de esa manera, pero le gustaba su actitud, era tan morbosa la situación que lo enardecía, soportaba para poder seguir cogiéndose a aquella hembra, sacando a flote todo su ser, en la que él la había convertido.

- Sabes que te voy a encular, te voy a joder ese culo que te cargas tan duro, que hasta lumbre te va salir por la cola desgraciada.

Inmediatamente bajó a su raja y comenzó a lamérsela toda. Le chupaba las paredes de las nalgas, con sus dedos se las abría y pasaba la lengua por adentro. Le retiró el plug de un jalón, le rozaba con la lengua y a la vez le hacía círculos al rededor del esfínter. Lamía toda su raja desde el inicio de su vagina hasta el culo. Ella gemía y le decía:

- ¡Aah, por favor mi amor.. ¿Qué buscas, rómpeme ya..

- Que me supliques, puta. ¡Que me pidas y me ruegues que te reviente la cola..- mientras le metía un dedo en el culo y le decía,- Me gusta tu culo, está tiernito y durito.. a pesar de que mi Compadre te lo ha abierto.

- ¡Que cabrón es.. Cada vez me pone más puta.

- Si, serás cada vez más puta.. Ahora ven.. Tengo ganas de que te montes sobre mi verga tu solita y quiero que me la cabalgues tan duro como si se te fuera la vida en ello.

Mamá que otra vez se sentía un mero objeto sexual y eso le gustaba, así que con sus delicados y femeninos movimientos que ella hacía en forma natural, gateo la poca distancia que la separaba del viejo para después levantar uno de sus carnosos muslos pasándolo por sobre la panza del viejo hasta quedar montada sobre él y quedar con su verga justo entre sus nalgas.

- ¡Métetela tu solita perra.. quiero verte ensartándote tu solita para tener nuestros hijitos.- le ordenó el viejo.

Mamá quien puso atención que el viejo no quitaba el dedo del renglón en quererse procrear, sintió una comezón sin precedentes en la más recóndito de su vagina, los deseos por clavarse esa verga de su ya casi pareja la consumían, así que tomó ese bien parado mástil y muy decidida lo ubicó en la entrada de su íntima hendidura, para luego y casi en el acto cerrar sus ojos y dejarse caer de un solo envión.


Mamá otra vez estaba convertida en toda esa hembra brava ya que ella misma y sin esperar ordenes de nadie comenzó a mover sus caderas en forma acompasada para que la verga le entrara en su totalidad, y mientras esta más se enterraba en su cuerpo ella más iba tomando velocidad, todo esto ante un muy sorprendido Pedrito que observaba entre las sombras, que de pronto vio a su Madre quedarse totalmente paralizada con la verga enterrada en sus entrañas.

La dueña de la casa sentía esa verga perforándola hasta topar su útero, por lo que inclinó su cuerpo hacia adelante para sujetarse con el respaldo del sofá quedando cara a cara con la de ese cerdo, quedando con todas sus tetas pegadas y meciéndose exquisitamente sobre los sudados pectorales de su macho para que se las chupara a como se le viniera en gana.

Pero el viejo simplemente sonreía, veía y sentía a esa poderosa hembra a sus 37 años bien clavada a su verga en su totalidad. Y desde mi posición los miraba a ambos con sus cuerpos brillantes, en donde sin duda lo que más llamaba mi atención era la estrecha cintura de mi Madre que se ampliaba en la cadera para luego curvarse y convertirse en el opulento radio de su inmenso trasero bajando precitadamente para terminar en sus carnosos muslos abiertos.

Opuesto a sus caderas, se veía esa estrecha cintura doblada que se deformaba al estar ella puesta casi en 4 patas y a horcajadas sobre aquella obesa humanidad, y todo esto sumándole a que cada vez que subía se lograba deslumbrar entre las piernas de ambos los suaves y rosados labios femeninos de su vagina, tallarse con los gruesos pelos negros de este, ya que en ese mismo momento la caliente dueña de la casa muy suavemente había empezado a mover sus caderas y cintura en forma circular haciendo presión hacia abajo sobre su verga como si realmente se la estuviera exprimiendo para volver a subir.

Y así, mientras que en la habitación principal de mi casa estaba ese viejo asqueroso que yo tanto odiaba y que tanto miedo me causaba, este disfrutaba por tan exquisitos movimientos de caderas y pélvicos que le asestaba la hermosa mujer a su verga, sentía que esta se la apretaba con su vagina, como si esa rajita estuviera succionándole para extraerle hasta la última gota de semen que deseaba lanzar para fecundar.

Una muy lujuriosa Mónica Tapia que en aquellos delirantes momentos otra vez estaba siendo presa de las más placenteras sensaciones provocadas por otra desafortunada recaída. Mamá fue aumentando el ritmo de sus meneos, ahora se sacaba la verga casi hasta un poco más de la mitad, para luego dejarse caer con brutalidad, su cintura se movía en forma frenética y sus nalgas se estrellaban de forma estrepitosa sacando ese conocido sonido de copular, “¡PLOFF, ¡PLAFF, ¡PLAFF!!..”

- ¡Argghh.. que rico culeas putaaa,- le decía el viejo a su ya hembra mientras le soltaba una fuerte nalgada “¡SPLASHH!!”

- ¡Argh, ¿Le gusta?, le gusta como se lo hago? ¡Mhm..- le consultaba siempre jadeando, mientras sus tetazas se movían nodularmente frente a la cara del excitado lisiado.

- ¡Si perraa.. ¡Así.. Menéate más fuerte.. ¡Ohhh.. me vas a romper los guevos con tus sentones.. “¡Slurrpsss.. ¡Slurpsss..”- era el sonido de su lengua al momento en que le chupaba y le apretaba las tetas con fuerzas,- ¡Eres toda una perra calientee,- le gritaba y se quejaba su casi pareja.

- ¡Aahhh.. ¡Mhmm.. Mi amooor.. que rico y delicioso hacerlo solo contigooo..- le dijo en el mismo momento en que se dejó caer completamente, comiéndose toda la extensión de esa verga para comenzar otra vez con un frenético movimiento pélvico de atrás hacia adelante, moviendo todo su cuerpo rápido.

Aquel rustico sofá individual, el cual yo solo recordaba ver la figura cuando mi Padre despertaba en las mañanas para leer y enterrarse de las noticias del día, ahora crujía como nunca, y todo producto de los feroces movimientos que hacia nuestra inigualable protagonista de esta historia. Hasta que de pronto e igual por el cansancio el esplendoroso y estilizado cuerpo blanco no dio más, toda su calentura y excitación acumulada por las morbosas situaciones vividas todo este día estaban a punto de expandirse por todo su cuerpo, y el viejo quien era consciente de lo que estaba por suceder nuevamente se daba a alentar a su hembra para que se moviera todo lo que quisiera:

- ¡Esooo.. ¡Culea, asii como las más putas.. ¡Ooh.. ¡Mueve más fuerte zorraa.. ¡Vente sobre mi verga putaaa,- le animaba el pervertido con cara de degenerado.

- ¡Ahhh.. siii, que rico.. Mi.. amooor.. ¡Ahhh.. Mhmm..- gemía ya escandalosamente Mamá.

- ¡Ohhh.. ¡Puta, que grandioso va a ser vivir para siempre juntos.. tú, alimentando a mis hijos con estas tetonas que tienes, cogiendo a diario hasta que ya no se me pare la vergaaa,- el viejo gritaba con un pecho agarrado en cada mano, para después seguir succionándoselos.

- ¡Argh, Siii.. Mi amorr siii.. Te los voy a dar, muchos.. muchos niños que yo alimentaré.. ¡Asii, chúpeme los p.. pechoss..

Yo que pasmado observaba la escena, no podía dejar de ver el rostro descongestionado de placer de mi Madre mientras se revoloteaba sobre aquel cuerpo obseso y viejo comiéndose esa verga una y otra vez. Y cuando pensé que ya el viejo estaba al límite y terminaría por consumir su batalla de apareamiento, en un arrebato de calentura se separó de las tetas de mi Madre que estaban llenas de marcas enrojecidas productos de los chupones y lametones que este le había hecho, la bajó violentamente de los cabellos obligándola a quedarse quieta, bien clavada a su verga para decirle:

- ¡Escúchame zorra.. Tú, desde mañana empiezas a buscar todos los papeles para casarnos. ¡Nos vamos a casar, yo voy a ser tu Marido, y todo lo dividiremos a la mitad, de todooo.. ¿te queda claroo!?

- ¡Siii,- le contestó la bella viuda de Industrias Tapia, abriendo su boca para besarle apasionadamente, no importándole que la tuvieran jalada de los cabellos.

Respuesta que casi enloqueció a ese desgraciado, que lo llevaron a empujar y desclavar con fuerzas a mi Mamá dejándola tirada a sus pies, para el rápidamente arrastrarla hacía la cama y ponerla el mismo en 4 patas con su brillante trasero apuntando hacia su verga.


- ¡Y para cerrar este pinche trato.. te la voy a meter por el culo, que sé que lo llevas esperando desgraciada..- le dijo al tiempo en que con sus dos manos tomaba ese par de carnosas y suculentas nalgas y descubrir su orificio rosado no sin antes mandarle un certero escupo y apuntar su dura verga con la sola intención de encularla.

- ¡Aah, Si mi amor, p-pero hazlo despacio, porque me duele.. ayer su Compadre.. no va a ser fácil.

- ¡Cállate, si has llevado el culo todo taponeado todo el día.. Además aquel me dijo que no batallo tanto al abrírtelo.. que hasta le pedías más desgraciada.. “¡SPLASHH!!”,- un duro y estridente palmazo fue dirigido de nueva cuenta a sus nalgas.

- ¡Aayy.. Si mi amor.. me lo prepare todo el día para ti, mi vida.. pero me duelee..

- ¡Ponme saliva en la verga. Porque te la voy a meter sin miramientos..

Cuando le dijo así, ella empezó a chuparla. Se dio cuenta de sus intenciones e inició una ensalivada. Tiraba saliva en el glande y luego con su lengua la expandía por todo el tronco.

- ¿Así mi amor?- preguntaba con voz y cara de puta en celo.

- ¡Sí, así puta.. te voy abrir la cola..

- ¡Aaah.. Me encanta que me diga esoo.

Se puso encima de ella, le abrió las nalgas con sus manos y vio su agujerito redondeado, abierto por sus dedos. Ensalivó su dedo y se lo retacó de un envión.

- ¡Ahhh amor.. despacito por favor.

- ¡Cállate zorra..

Puso el glande en aquel culo abierto e hizo que las paredes lo rodearan, cuando ella sintió eso se estremeció. A pesar de llevarlo previamente dilatado, aun así había diferencia en el diminuto orificio de mi Madre con la gruesa cabeza que el viejo pensaba enterrarle sin misericordia, y ella quien se mantenía atenta a esta situación mirando desde su posición y hacia atrás ya se preparaba mentalmente para aguantar el inminente empalamiento que el viejo le había sentenciado, el duro y colorado glande ya estaba ubicado a la entrada de su esfínter.

- Mi amor.. con cuidado, que me vas a romper.

- ¿La quieres sí o no por el culo puta?,- le consultó el viejo al percatarse que ella lo miraba con cara de viciosilla y respirando agitadamente por su boca.

- Si mi amorr.. ¡Métemela por el culoo,- le respondió la dueña de la casa con su respiración totalmente agitada.

El lisiado sin esperar más se acomodó la verga bien afianzada a las carnes de las nalgas para que no se resbalara en el momento en que el ejerciera presión, luego se agarró con ambas manos entre las caderas y la cintura, y ahora sin ningún tipo de especulación de una sola y dura estocada se la clavó en toda su extensión llegándole hasta los mismos intestinos del interior del cuerpo de la hermosa Madre, quedando ambos cuerpos completamente pegados en la típica posición de apareamiento de los perros.

Su grito se oyó por todos los sitios de la casa, que aunque yo estuviera alejado en mi habitación seguro escucharía. Sus manos comenzaron a aferrarse a los enredones cuando el viejo inició una cabalgada fuerte y ella empezó a tener como pequeñas convulsiones, que terminaron en una convulsión final.

Vi algo de viscoso fluido amarillento que corrió por sus muslos, que no era cosa que el lubricante aceitoso y luctuoso con el que ella se había embadurnado el ano. Y así empezó un furioso mete saca anal, con mi Madre puesta a 4 patas y con sus ojos fuertemente cerrados desfigurando el rostro por cada duro y feroz empujón que le daban por el culo.

La cabeza de la verga de ese cerdo entraba cada vez más fácil gracias a la mantequilla y al dildo previamente preparado, mientras que Mamá solo se daba a aguantar aquel fuerte dolor aunque delicioso que experimentaba nuevamente en interior de su espléndido trasero que le invadía todo el espacio de sus entrañas. La visión que tenía de aquella me daba la sensación como si su ano fuese en cualquier momento a estallar, debido a los duros y a la compresión en el interior de este.

Pero Mamá soportaba estoicamente y sabedora cuál era su papel de hembra en el acto para complacerle (oral, anal o vaginal), aunque eso no dejaba de lado que el enfebrecido animal la arremetía con sus desmesurados movimientos empujándosela a fondo, echando con fuerzas su cuerpo cuando empujaba su verga hacia adelante.

Le clavaba con furia animal su verga bien adentro de su ano, y Mamá que llevada por su calentura, se concentraba solamente en apretar su esfínter cuando la verga que la perforaba estaba totalmente enterrada entre sus intestinos. Eso ayudó a que poco a poco empezara a sentir delicioso, el placentero gusto poco a poco se iba centrando en lo más profundo de recto, y una vez que ya lo pudo amoldar ella comenzó a mover su cuerpo hacia atrás con más energías, el placer anal estaba haciendo estragos en su núbil anatomía y el renco se daba cuenta de ello, por lo que se daba a encularla de la forma más dura que podía, sudando a cantaros y bufando como toro en el ruedo.


Luego algo que jamás imaginé y que por estar absorto ante tal situación no fui capaz de prevenitar, el viejo sintió mi presencia entre las sombras, e hizo algo para recordarme nuevamente que ya todo incluyendo mi hermosa y deslumbrante Madre la cual antes era cariñosa e incapaz de hacer una escena como tal, ahora era su hembra, su zorra y puta dispuesta a hacer lo que le dijera:

- ¡Uff.. ¿Qué haría si tu niño nos estuviera viendo puta?,- comenzó a bombear nuevamente en señal de que efectivamente como había pensado su gran herramienta seguía erecta dentro de ella.

- ¡Ayy.. ¡Aah, ahora noo por favor, no me diga eso, ¡Uhmm.. Provoca que me ponga demasiado cachonda mi amooor,- nuevamente mi Madre comenzaba a soltar gemidos que sinceramente, aunque me molestaban también causaban excitación en mí.

- ¡Contéstame zorra, “¡SLAPSHH!!.. ¡Ahora..- le ordenaba el viejo perverso.

- ¡AAAHH.. Ya no me importa.. que sepa lo puta que es su Madre, ¡Ohh.. ¡Que se dé cuenta no me importa.. quiero que me siga haciendo sentir esto..

- Pues, concedido perra cachonda.. al parecer tenemos un espectador, ¡Je je je..- esto último lo dijo en tono de victoria, una victoria que estoy seguro el maldito infeliz disfrutaba mucho.

Mamá de pronto se paralizó, y haciendo esfuerzo logró voltear hacia atrás mirando entre la oscuridad la silueta de su hijo el cual estaba pasmado ante total escena.

- ¡NOOO... P-Pedritoo, noo.. mi amor.. vet a tu c-cuarto, Nooo..

- ¡Nooo.. de ninguna manera, quédate ahí mocoso.- dijo de forma tajante.

Con un hábil movimiento, el desgraciado agarrando a Mamá por la cintura la puso en 4 patas de tal forma que quedara viendo directamente hacia a mí, y ahora ya no estaba viendo la espalda del viejo, ahora estaba viendo directamente a mi Mamá con su cara desencajada de puta sometida.

Y así, por primera vez desde que cuento esta historia, me vi frente a esa mujer desconocida y embravecida copulando, nuestros ojos se encontraron, ya sin escondite ni cámaras, ella al verme directamente se notó asustada por ello y aunque estaba por decirme algo, con esos hermosos ojos que denotaban miedo estuvo por quitarse de las manos de ese animal e ir a abrazarme. Pero al maldito con esa perversa forma de querer demostrarme, sin perder tiempo apuntó nuevamente y dio un fuerte empujón metiéndosela toda de golpe, para comenzar con un ritmo frenético.

- ¡AAAAHH!!!! ¡NOOO.. ¡Por favor Doonn.. mi amor.. NOOOO!!- Fue lo único que salió de Mamá al sentirse nuevamente con esa gran en sus entrañas.

- ¡SI PUTA, CLARO QUE SIII.. ¡ASI, ¿VES A TU MAMI? ESTO ES LO QUE ELLA QUIERE.. ¡AAAH.. ESTAS BIEN PINCHE APRETADA PUTA!!- podía escuchar el sonido de los golpes de las carnes y el chapoteo, “¡PLOFF, ¡PLAFF, SKURSH, ¡PLOFF, ¡PLAFF!!”

Que era el mismo sonido que se escuchaba también al chocar los guevos del tipo contra el sexo de mi Mamita, en señal de que estaba metiéndose la hasta lo más profundo de sus entrañas.

Yo estaba de piedra, en qué momento se habían salido todo de control, como para que mi Mamá dejara que sucediera esto, odiaba la estúpida influencia de la hipnosis y odiaba a ese desgraciado maldito que había llegado a nuestras vidas y también me odiaba a mí por no poder evitar estar con una carpa de circo en mi entrepierna. El desgraciado ya nos tenía más que humillados a Mamá y a mí.

- ¡MIRA MOCOSO.. VES COMO YA SOMOS PAREJAA, ¡Je je je.. ¡Mira a tu Madre.. ve como le encanta mi vergaa. Ya es miaa.. y muy pronto nos vamos a casar. ¿Verdad mi amor?, ¡Je je je..

- NOOO!!, P-Pedrito cariñoo.. vete por favor. ¡NO MIRES, AAHHH!! ¡No mires esto por favorrr..

Y ella, a pesar de la aberrante situación de verse cara a cara con lo que más amaba, ya no fue capaz de tolerar en su cuerpo tanta satisfacción placentera, una indeterminada serie de escalofriantes estremecimientos de placer anal explotaron en forma aparatosa dentro de su cuerpo, recorriendo y desparramándose por todos los rincones de su esbelta anatomía, la hermosa Madre sentía ahora que se desintegraba, a la misma vez que sus hermosos ojos azulados que miraban tristemente a su querido retoño, se iban quedando en blanco al estar estos dándoseles vuelta debido a la tremenda calentura que estaba experimentando.

Y para colmo, su lengua roja también estaba afuera sin ella darse cuenta, hasta que cuando ya en su rostro se marcaba un rictus del placer más mundano y vicioso que se puedan imaginar, dejó salir de sus labios y de su estómago un gutural grito de satisfacción carnal.

- ¡AAAAHHH!!! Mi amooor.. que ricooohhh¡ ¡Mhmm.. ohhhh!,- Mamá no podía dejar de exclamar el placer que sentía mientras se estaba yendo cortada por el culo, mientras que su cuerpo era víctima de unos avasalladores espasmos de placer mientras me veía.


Para el viejo esto era lo máximo en sus satisfacciones, por lo que se dio a premiarla con las más salvaje y brutal de sus estocadas, intentando partirle el culo en dos pedazos en los momentos que ella seguía corriéndose una y otra vez hasta que el mismo se vio acabando junto con ella en el más intenso y caliente orgasmo que había tenido en toda su vida:

- ¡ESTO VA POR TI MOCOSOO!!..- exclamó sacándosela y cambiando de agujero.- ¡AHÍ TE VA UN NUEVO COMPAÑERO DE JUEGOS! ¡Je je je..- gritaba el viejo en señal de que ya estaba por vaciarse.

- ¡NOOO MI AMOORR, FRENTE A MI NIÑO NOOO!!

- ¡OOOH, TOMA ZORRA, TOMALOS TODOOOS!!- el enfermo mirándome con esa cara de perverso se vaciaba dentro de ella.

- ¡AAYYY MI AMOOOORRR!!- Mamá también estaba teniendo su orgasmo y estaba temblando de todo el cuerpo sin dejar de ensartarse ella sola una y otra vez mientras sentía como su macho le dejaba toda su leche dentro.

- ¡Ahora zorraaaaa..,- le gritaba el casi su Esposo con todas sus fuerzas y todo traspirado,- ¡Tomaaaa.. recibe a mis hijoooss. ¡Ahí tienes todo mi semennnnn.. ¡Argggggggghhhhh..

El viejo se venía como un enajenado en las mismas entrañas de la mujer que tanto amaba, fueron 6 abundantes descargas las que mi Mamá sintió recibir en el útero, hasta que cuando este ya estuvo totalmente detenido y sin nada más que expulsar fue cuando quedó echado sobre el todo mojado cuerpo de mi Madre que respiraba agitadamente y con una extraña cara de satisfacción y miedo.

No solo ellos, yo también estaba soltando mi semen sin siquiera haberme tocado. Este maldito había logrado darme tanto morbo que termine sin necesidad de ayudarme con mi mano, cosa que por suerte mi Madre no logro ver, ya que una vez que había sentido la última gota de su macho dentro de sí, se dejó caer sobre la cama con el pesado cuerpo de su macho encima, exhausta y a su pesar satisfecha.


Después de ver a mi Mamita ahí tirada y hecha añicos como una simple muñeca de plástico, él procedió a mirarme directamente con su estúpida sonrisa en señal de victoria, mientras le acariciaba el gran y rico trasero, finalmente unos segundos pasados él se puso de pie y se dirigió a la puerta aun sin quitar esa sonrisa, sin dejar de verme en todo momento para después cerrar lentamente la puerta.

- Se acabó el espectáculo mocoso, ¡Je je je.. “CLACK”- cerrando la puerta.

Y me quedé allí, solo en el pasillo oscuro, pasmado ante lo que había sucedido. El perverso comportamiento de ese animal ya influía negativamente en la relación de mi Madre y yo. Ya no podía más con la situación, ya no podía soportar aquellos abusos sexuales, aquella agresividad con la que la trataba, no podía seguir siendo parte de eso.

Lo tenía decidido, iba a denunciarle ante la policía o ante quien fuera, ya era hora de pararle los pies a un monstruo como lo era el lisiado. Por otro lado, Mamá trataba de ser comprensiva conmigo. A pesar de sus sugestiones tan manipulables, yo sabía que me quería por encima de cualquier cosa y como ella lo llevaba pensando a superar aquellos momentos tan traumático.

Esa noche me fui a dormir con esa pesada carga de conciencia, con las horrendas visiones de verla en esa bizarra realidad atrapada, llorando e imaginándola acostada con ese horrendo viejo sobre su cama, abrazados y ella diciéndole,- “Amor, me siento tan feliz, quiero que tengamos una familia, que seamos tan felices mientras estés aquí.” Abrazados el uno al otro de costado mientras se miraban, sacando la asquerosa lengua y pasándola por sus labios.

- ¿Me vas a coger de nuevo?- sin que este le contestara, como no queriendo romper ese momento. Ella seguiría hablando,- Porque me dijiste que nos vamos a casar, pero no me interesa más ser tu hembra, quiero ser tu puta, muy puta, como nunca lo fui.- Mis pensamientos me atormentaban, mi cabeza armaba escenas horrendas, la veía a ella dando le espalda, llevando su mano izquierda para sujetarle la verga, abriéndose el culo para empezar a pasárselo por la raja.

Me revoloteaba en mi cama, me tapaba la cabeza con mi almohada, y mis oídos al parecer también me engañaban, pronto comenzaba a oírla gemir, aunque al levantarme era simplemente nada.- ¡Ponérmela..- susurraba,- Dame de nuevo por el culo.. cógeme por atrás.. es todo tuyo mi amor.- Pero no eran más que mis pensamientos traumatizados, sin más me perdí en el sueño, un sueño oscuro, bizarro donde la figura de ese anciano aberrante gozando del cuerpo de mi Madre. Trepado encima de ella mientras le besaba por nuca, el cuello, le lamía las orejas.

Los dos gritando como perros en celo. A ella le escuchaba gritar y a gemir desde muy lejos, aunque poco a poco esos sonidos se hacían más fuertes, ver siluetas de sombras, donde su trasero se movía con desesperación, tanto que me parecía sentir en mi cama, de una forma que ya no soportaba más. Y para acabar esas horrendas palabras,- ¡Toma - diciéndole - aquí tienes mi lechada zorra, aquí tienes a mis hijos, te cogí como lo mereces. - ¡Mhm siii, siento tu lechita en mi útero, me quema tu leche hirviendo. Así dormí esa horrenda noche y no desperté hasta que el sol iluminaba mi cuarto. ...