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miércoles, diciembre 05, 2012

Capitulo (37)



© MI MADRE Mónica.......... Capitulo (37)

‘‘Alteración Familiar.’’


Despues todo lo ocurrido aquella noche en casa, mi comodidad en la escuela se derrumbó, me daba pena ver a mis compañeros en el salón de clases. En ocaciones sentía que me observaban y se reían a mi espalda, me sentía más cohibido de la que por regularidad siempre lo había sido. Mi trato con Raúl y Daniel se empezó a distanciar, lo único bueno que había quedado de ese tan amargo día era que habíamos ganado una buena nota en la materia de ciencias, aunque por lo regular en esa hora era en la que me encontraba con el Mofo, que siempre que me veía no quitaba esa burlona sonrisa del rostro.

Yo por regularidad le rehuía, no quería ni toparme a ese aprovechado, además de que siempre andaba golpeando a alguien, tenía una fama de pelionero que ya era muy conocida por toda la escuela. Aunque desde esa noche con mi Madre, el Mofo ya no me buscaba para golpearme ni para quitarme el dinero del lunch, tan sólo se me quedaba viendo y dibujaba esa extraña sonrisa que no quitaba de su rostro. Como les decía me volví más cohibido, si antes tenía pocos amigos ahora con eso ya no tenía ninguno, me la pasaba en la escuela sólo, ahogado en mis propios pensamientos, empezé a meterme a la biblioteca o a los talleres de ciencia, no quería tener relación algúna con ninguno de mis compañeros, de momento pláticaba con algunos pero sólo era para intercambiar opiniones pero hasta ahí, cómo les decía no quería tener nada que ver con amistades.

Pero cómo dicen algunos, ‘‘dios los hace y ellos se juntan’’, de pronto conocí a un pequeño niño, este nuevo jovencito siempre estaba muy alerta y con una actitud un tanto a la defensiva. Tenía la particularidad de ser un poco igual a mi, bastante, diría, era muy serio demasiado diría yo, pero no he sido jamás discriminador, por lo tanto ese hecho no enlutaba ni opacaba la excelente relación que empezamos a tener los dos. Siempre que terminábamos las clases, me preguntaba cosas y me hablaba mucho de su Madre. Siempre me decía que tenía una Empresa de diseño, su Mamá era diseñadora de modas, manejando una boutique propia y con bastante demanda en una de las Colonias de la ciudad. Definitivamente no les iba tan mal, ya que se veía que ‘‘Iván’’ no carecía de nada que pudiera el desear.

Como les decía, él siempre pláticaba conmigo de su Madre, parecía quererla mucho, demasiado diría yo, me decía que su Padre se había divorciado de ella cuando él era muy pequeño y que sólo un par de veces lo había visto, por lo que su única familia era su Madre. La verdad a cómo se expresaba siempre de ella parecía ser que su Madre era muy guapa, a cómo la describia parecía tener una Mamá linda al igual que la mía. Con el paso de los días nos empezamos a juntar más, platicabamos todos los días, de cualquier cosa; un día sin querer logró ver una foto que yo siempre cargó de mi Madre en mi billetera, me dijo que era muy linda y muy joven, yo le empezé a contar mi historia ( bueno, sólo nuestra historia no creeran que todo ) y nos fuimos percatando de que eramos realmente muy parecidos. Me dijo que a la salida del colegio ella siempre iba por él y que le encantaría presentarmela, yo por mi parte le dije que si no tenía nada que perder, además él se notaba muy sincero.

Por desgracía ese día casi me dejaba el camión por lo que no pudo presentarmela, pero mientras iba en el camión escolar logré ver desde lejos que si tenía una Madre muy bella, era una mujer espectacular, no alcanzaba los cuarenta, me supuse que sería de la misma edad que Mamá, vestía un traje negro, con un tajo a cada lado, que mostraba unas piernas hermosas, torneadas. Se le veía un escote interesante resguardando pechos turgentes y para nada pequeños. A la distancia no pude definir sus rasgos, tan sólo ver la cabellera rubia, de pelo corto y liso que le quedaba hermosa. Un cutis blanco, un cuerpo contorneado por el vestido que le daba un aspecto de una hermosa hembra. Se le veía una mujer muy decente y recatada, sumamente alegre, integrada a su trabajo, definitivamente un encantó de mujer.

Por mi parte, en casa yo siempre estaba al tanto de lo que hacía Mamá, llegaba de la escuela y lo primero que hacía era quitarme el uniforme cómo todo niño, iba para mi habitación para cambiarme cuando me percaté de que la puerta de la recamara de mi Madre estaba abierta. La empezé a llamar pero no me contestaba, con cierto nerviosísmo pero con morbo me asomé por la ranura. La encontré de espaldas sacando prendas de un cajón. Llevaba una camiseta de tirantes y estaba en bragas, parecía las mismas bragas que llevaba aquella noche cuando se encontró al Mofo en el baño, a través de la fina tela se entreveía la raja de aquel delicioso trasero. Aunque se escuche mal ¡qué buena estaba!

Permanecí en silencio tan sólo observandola, se giró hacia mi lado y ahí me dí cuenta que traía sus audifonos, era por eso que no sabía que sucedía a su alrededor. Le observé el pecho y parte de la base de sus tetas asomaban por el lateral de la camiseta, los pezones empitonados quedaban señalado en la tela. Voltié a verle la entrepierna y me percaté de que su chochita se lograba ver a través de la muselina de las bragas, su fino hilo de vellos, sus pulidos labios vaginales, que se diferenciaban claramente. Apenas podía apartar la mirada de la entrepierna de mi Madre. Mi pene se hinchó en segundos, rápidamente caí en cuenta de lo mal que estaba haciendo, en lo que me estaba convirtiendo, salí de ahí y me fuí a mi recamara aunque claro no pude evitar hacerme una paja por lo que acababa de ver.

Como les decía había encontrado un amigo muy similar a mi que me la llevaba muy bien y nos la pasabamos todo el día juntos, estaba empesinado en que fuera a su casa y la verdad que no me hice mucho del rogar, ya que me dijo que también era adicto a los videojuegos y que tenía una gran colección, enseguida se lo comenté a Mamá la cuál me dio su autorización para ir esa misma tarde saliendo de la escuela, me dijo que ella pasaría más parte por mi ya que la casa de Iván se encontraba algo lejos. Asi que bastante emocionados Iván y yo estábamos muy anciosos para terminar las clase e ir a su casa.

Ya a la hora de salida estuvimos esperando a la Mamá de Iván que pasaría por nosotros, estábamos muy anciosos para llegar a su casa y empezar a jugar. En eso vimos cuando llegó su Mamá en su automovil blanco y sin perder tiempo nos subimos a él para dar marcha a su casa. Ya allí la pude observar más detalladamente. La verdad que la Madre de mi amigo era muy hermosa, definitivamente una mujer divina. Ojos verdes grandes, con labios gruesos y rojos, carita de ángel. Sus pechos tal cuál lo percibí, eran grandes, firmes y enfundados sólo en el traje, ¡no llevaba sostén!. No era alta, si a caso de 1.60 de estatura pero todo congeniaba en ella. En ese momento me obsesioné un poco con la Mamá de mi nuevo amigo. Pasaron unos segundos, e inmediatamente Iván la llamó y me la presentó:

-‘‘Mami, él es Pedrito ..’’

Ella con toda su gracia me sonrió a travez del espejo retrovisor y me dijo:

-‘‘¡Por fin conozco al famoso Pedrito! ’’. Me dijo viendome por un segundo mientras manejaba.

-‘‘Bueno, ..¡por fin conozco a la famosa Mamá de Iván! ’’. Le dije con gracia.

Ambos reímos y ella me dijo enseguida:

-‘‘¡Hola Pedrito!, ..yo soy Estefania, mucho gusto ’’.

-‘‘Mucho gusto Sra. Estefania, ..el gusto es mío ’’. Me presenté apropiadamente.

-‘‘Me dijo Iván que vives sólo con tu Mamá, Pedrito ’’.

-‘‘Si así es, ..mi Papá murio hace ya casi un año ’’.

-‘‘Que pena Pedrito, ..ya te lo recordé, lo siento ’’.

-‘‘No se preocupe, Sra Estefania, ..la verdad que me gusta recordarlo ’’.

-‘‘Tiene razón Iván, ..eres un niño muy bueno. ¡Para celebrar que vas a nuestra casa les voy a preparar hamburguesas! ’’.

-‘‘¡Muchas gracias Sra Estefania!, ..usted también es muy buena persona ’’.

-‘‘¡Yupiii!, ¡hamburguesas!, ..ya me muero de hambre ’’. Celebró Iván.

Seguimos charlando, conociendonos, cuando de pronto la Sra. Estefania detuvo su vehiculo en una de las gasolineras, nos preguntó si deseabamos algo mientras llegabamos a la casa, a lo cuál Iván le pidió un sándwich de pollo, yo por lo pronto no se me apetecía nada, tan sólo tenía ganas de ir al baño. La Señora se bajó del vehiculo y se dirigió hasta la ventanilla para pagar y conseguir las cosas que Iván le había encargado. Yo la verdad que ya no aguantaba y decidí ir al servicio mientras la Mamá de Iván terminaba de llenar el tanque y pagar en la tienda. Entré al servicio y traté de hacerlo rápido, la verdad que ya me andaba, me lavé mis manos y salí rumbo al vehiculo que nos esperaba Iván mientras su Madre esperaba haciendo fila para pagar.

Pasé junto a un par de tipos de unos ventitantos años que iban a llenar también, y aunque sólo fue una ligera impresión, parecía que estaba observando con detenimiento el cuerpo de la hermosa Mamá de mi compañero.

-‘‘¡Madre mía! ..¿ya viste tú?. Con una vieja de esas tengo para no salir en un mes de mi cuarto ¡je je je!..’’ Susurró el que estaba detrás de ella esperando mientras con su mirada veía cuando la Señora Estefania tomaba su turno hacía la ventanilla.

Me quedé paralizado de momento, estaba viviendo lo mismo que con mi Madre pero ahora con la Mamá de mi compañero, nuevamente me entró esa curiosidad por ver que era lo que pasaría y cómo se comportaría la Señora Estefania ante esa situación, porque era claro que ella había escuchado eso que le decían porque estaba muy cerca. Me quedé a unos metros observando y escuchando, cuando de pronto me percaté de que la Señora podía verlos a través del reflejo de la cristalera de la gasolinera. Ella veía cómo ambos sujetos la miraban de arriba a abajo sin quitarle la vista de encima. La noté un poco nerviosa, bueno, más bien se había alterado un poco, en el buen sentido de la palabra.

Por un momento creí ver a mi Madre en la Mamá de mi compañero, ella también era una mujer muy sensual y con muy buenas curvas, bueno, el resultado era obvio, llamativo. Seguí un rato más observando y me percaté de que a la Sra Estefania también le encantaba que la miraran, lo observé en sus ojos, así que aprovechó para darle a ese par de sin vergüenzas un buen movimiento de caderas al caminar, marcando bien su trasero atravéz de su ajustada falda y haciendo sonar bien sus tacones en el suelo al acercarse a la ventanilla.

Cuando llegó a la ventanilla tuvo que esperar a que el Señor que estaba dentro terminara de arreglar un papeleo, algo que se demoró un poco ya que lo estaba haciendo a mano, con los trámites que todo eso llevaba. Entre tanto los dos chicos que tenía situados atrás, ahora se colocaron cerca de ella haciendo la cola.

-‘‘¿Dios mío cómo está esto hoy eh? ..’’ Le dijo el tipo a su compañero.

La Señora Estefania encambio, mientras hacían comentarios de ese tipo, ella seguía en lo suyo, hasta que el Señor de adentro terminó de hacer el papeleo y se volteó hacía ella para servirle. Así la Mamá de Iván se subió en un pequeño escalón que había para quedar a la altura de la ventanilla.

-‘‘Hola buenas tardes ’’. Le dijo educadamente al sujeto.

-‘‘Buenas tardes, Señorita ..¿cuanto le hechamos? ’’.

-‘‘Yo le hecharía lo que quisiera ¡je je je!..’’ Dijo el tipo desde atrás provocando que la Señora Estefania tartamudearan.

-‘‘Lle, llenemelo todo, ..el automovil blanco por favor ’’. Le dijo señalándolo.

-‘‘Yo se lo llenó ahora mismo y no le cobraba nada ’’. Dijo el mismo sujeto provocando la risa de su compañero.

-‘‘Y también deme ..dos sándwich de pollo y…’’

-‘‘Pollo es lo que le daba yo ..y con papas ¡je je je!..’’ Volvió hablar el tipo de atrás pero ahora si pude notar que la Señora Estefania si lo había escuchado.

-‘‘Y ..deme una botella de agua, grande ’’. Terminó de decirle.

-‘‘Si seguro, ..con esa pinta le tiene que gustar todo lo grande ¡je je je!..’’ Ahora habló el otro sujeto, pensando que no estaba ella al pendiente de lo que le decían.

Mientras el expendedor marcaba en el ordenador la cantidad de gasolina a echar, la Señora Estefania se encontraba ya muy nerviosa, volteaba en repetidas ocaciones hacía el vehiculo, mientras esperaba que le trajera lo que había pedido.

-‘‘Toma linda, aquí tienes ’’. Le dijo el sujeto de adentro cuando le entregó todo.

-‘‘Y deme también un paquete de chicles ’’. Le dijo señalando un expositor que tenía él a su izquierda.

-‘‘¿De cuáles quieres, linda? ’’.

-‘‘A ver ..de aquellos rojos ’’.

Para señalarlos la Sra Estefania se tuvo que poner de puntillas, juntando sus piernas, ya que la altura de la cristalera no la dejaba indicárselo con claridad, lo que provocó que su falda se le subiera levemente, algo que hizó conscientemente y con motivos.

-‘‘¡Por diooss! ..’’ Exclamó uno de los dos en voz no muy baja, con claras intenciones de que ella lo escuchara. 

¡No lo podía creer!, la Mamá de mi amigo era muy parecida a mi Madre, por una extraña razón les gustaba que las observaran y las acosaran por sujetos desconocidos. La verdad que si se hubiera echado un poco más para delante seguramente los tipos hubiesen visto perfectamente el fin de sus piernas y el comienzo de lo que tanto deseaban contemplar. Enseguida pagó todo y se dirigió hacia el coche con la bolsa en la mano, no sin antes regalarles a esos dos la maravillosa imagen de su trasero respondiendo aún provocativo movimiento de piernas.

Yo estaba anonadado, no lo podía creer, perecía cómo si la Señora Estefania fuera cómo hermana de mi Mamá, tenían esa extraña reacción al sentirse observadas. Me quedé de momento ahogado en mis pensamientos cuando el pitido de la bocina del automovil me dijo que me estaba esperando.

-‘‘¡Pedrito!, ¿porque tardaste tanto? ..creíamos que te había pasado algo ’’.

-‘‘No, no es para tanto, ..lo que sucedió fue que me quedé encerrado porque la puerta no abría ’’. Le respondí lo primero que se me cruzó.

-‘‘Pues se hubieran bajado los dos, ..¿que tal si te hubieras quedado ahí encerrado? ’’. Nos dijo la Señora Estefania.

-‘‘¿Oie Mamá, porque estas tan colorada? ..’’ Le preguntó Iván al darse cuenta de su tono de color

-‘‘¡He!, este ..el calor, ¿no ves cómo esta el sol tan fuerte? ’’.

-‘‘¿Seguro, Mamá? ..’’ Le increpó Iván.

Para que les cuento todo lo que pláticamos en el recorrido, mejor me delanto un poco cuando llegamos a la casa. La casa de Iván tenía un gran jardín, en el living un amplio ventanal que daba a él, junto al living estaba el cuarto de su Madre con una ventana que también daba al jardín, el cuarto de mi amigo y la cocina que daba al living. La verdad que era muy bonita, no tan grande cómo la de nuestra pero era muy cálida y con un ambiente muy especial. Sin perder tiempo nos dirigimos a su recamara, la verdad que ya me moria por jugar sus videojuegos y él por jugar los mios que llevaba yo en mi mochila, su Madre se fue a preparar la comida y no supe de ella desde entonces.

Estuvimos jugando un buen rato, Iván tenía una buena colecion de juegos, yo estaba alucinado, me la podía pasar todo el día ahí jugando, estaba muy contento, había encontrado un muy buen amigo con mis mismas aficiones, lo que nunca me imaginé fuera que él también tuviera mis mismas perverciones.

-‘‘¿Porque no jugamos otro juego? ..’’ Le dije para cambiar de disco.

-‘‘Sl claro, ..estan en ese estante ’’. Me dijo Iván apuntandome hacía sus cajones.

Me dirigí hacía los cajones mientras Iván no quitaba los ojos sobre el juego que estaba puesto, la verdad que no fue mi intención pero sin querer abrí otro estante en el cuál me quedé de pierdra, dentro de esta había varias pantaletas y un par de fotografias instantaneas de la Señora Estefania dormida, se encontraba boca abajo con un camizón muy sexy algo subido por sobre sus muslos, que por cierto unos muslos carnosos y tersos. Enseguida empezé a tartamudear cuando volteando a ver a Iván este me estaba observando, de manera nerviosa se levantó y se dirigió a mi bastante nervioso.

-‘‘¡Te, te dije que el de arriba!, ..se, será mejor que te vayas Pedrito. No debiste hacer eso ’’. Me dijo cerrando el cajón rápidamente.

-‘‘¡Pe, perdón Iván!, ..me, me equivoqué. No, no era mi intención hacer eso ’’. Traté de disculparme al ver que le había afectado.

-‘‘Sólo te pido que no lo comentes por favor, ..haré lo que quieras, pero no lo comentes por favor ’’.

-‘‘No, no, ..no te preocupes. Yo, yo no se lo diré a nadie, comprendo que tú ..tu Mami es muy bonita. Te comprendo ’’.

-‘‘No, no me comprendes, ..mi, mi Mami, yo ..’’ Se quedó por un momento sin saber que decir, estaba muy apenado y se le empezaron a nublar los ojos.

-‘‘No te preocupes Iván, ..¿sabes? , yo también espio a la mía ’’. Le dije para que se sintiera mejor y supiera que él era muy parecido a mi.

-‘‘No, no es cierto, ..me lo dices sólo para engañarme ’’.

-‘‘No para nada, es más, ..¡mirá yo también lo hago! ’’. Le dije sacando mi celular y mostrandole un video de mi Madre desnudandose para cambiarse.

-‘‘¡No te creo!, ..¿es tu Mamá? ’’. Me preguntó sorprendido.

-‘‘Si, así es, ..se llama Mónica y es muy hermosa ’’.

-‘‘¡Vaya!, esta muy bien, ..¿y la espias seguido? ’’.

-‘‘En ocaciones, ..¡esta mañana la sorprendí vistiendose! ¡Todo un espectaculo! ’’.

-‘‘¡Waohh!! si que es linda, ..¡y además la grabas! ’’.

-‘‘Si, este video aún no lo he descargado a mi ordenador, ..tengo muchos ’’.

-‘‘¿Enserio?, ..¡no lo puedo creer! Mirá, yo también la espio cuando se baña ’’.

Se levantó y se acercó al muro de la pared. Sin habermelo imaginado movió uno de los cuadros que tenía colgados y aparecieron unos pequeños agujeros que daban precisamente a la regadera de su baño. ¡El infeliz espiaba a su Madre mientras se bañaba!, no lo podía creer, yo no era el único que tenía esas aficiones, por un momento me sentí bien, me sentí normal, al fin había encontrado otro amiguito que tuviera mis ‘‘mismos pasatiempos’’, no estaba sólo. En eso estábamos cuando escuchamos la voz de la Sra Estefania llamandonos para comer.

-‘‘¡Ricado, Pedrito!, ..vengan ya estoy colocando los platos ’’.

-‘‘¡Ya vamos Mamá!, ..ven, al rato seguimos pláticando ’’.

Nos dirigimos a la cocina dónde la Señora Estefania ya había preparado unas deliciosas hamburguesas y estaba a punto de servir, nos sentamos a la mesa mientras ella seguía andando de la cocina al comedor sirviendo los platos. Entre Iván y yo había ciertas miradas complices cada vez que su Mamá se movia o se agachaba preparando todas las cosas en la mesa, él sabía que yo de reojo la observaba pero no se molestaba al saber que yo era muy parecido a él, es más sin ningún pudor se acercó a mi oído y me dijo:

-‘‘¿Deseas ver algo interesante? ..’’

Yo sólo atiné a mover la cabeza en forma de afirmación, no sabía que intentaría Iván pero estaba muy ancioso en aberiguarlo.

-‘‘Ahorita que Mamá se ponga a ver el televisor. ..


Yo no sabía que intentaría Iván, pero algo en sus ojos me decía que no me iba a arrepentir. Asi qué esperamos que la Señora Estefania sirviera los platos y acercara todo para empezar a comer, la verdad que se miraban muy apetitosas, deliciosas, y yo, yo ya me estaba muriendo de hambre. Tomé una hamburguesa con sus respectivas papas y empezé a disfrutarlas, Iván y su Mamá ya habían hecho lo mismo. Mientras charlabamos un poco no dejaba de pensar que era lo que intentaría Iván, me tenía muy intrigado, en eso la Señora Estefania se puso de pie para encender el televisor, al parecer a esa hora siempre ella tenía la costumbre de ver su programa favorito, mientras comiamos Iván me dio un pequeño golpe con su codo haciendome voltear a su lado, luego inesperadamente dejó caer en el suelo su tenedor, volteandome a ver con una sonrisa extraña me sugirió que yo fuera el que me agachara a recogerlo.

Voltié rápidamente a ver a la Señora Estefania que seguía perdida viendo el televisor. Ella había quedado de frente a mi volteando a su espalda sin perder de vista al televisor, sin perder tiempo me incliné para levantarlo y al levantar la mirada, fue descomunal mi sorpresa al verla bajo la mesa, con las piernas ligeramente abiertas mostrando sus lindas pantaletas azules y esas hermosas piernas.

¡Waohh!! no lo podia creer, inmediatamente el pene se me puso de hierro, ya casi no pude seguir comiendo pues recordaba aquella entrepierna y esa chochita casi celestial. El infeliz había hecho todo aquello para que yo pudiera observar a su Madre abierta de piernas, al parecer eso él ya lo había hecho varía veces ya que lo tenía muy bien practicado. La verdad me sentia cómo leon enjaulado, quería ir al baño para desahogarme, todo lo que estaba viviendo era mucho para mi pobre cabecita.

-‘‘Sigan comiendo, ..yo tengo que darme una ducha rápida porque tengo que regresar a boutique a seguir trabajando. Te quedas en tu casa Pedrito ’’. Dijo la Señora levantandose a la cocina para llevar su plato.

-‘‘Muchas gracias, Sra Estefania ’’. La despedí.

Tan sólo al escuchar que su Mamá iba a ducharse, Iván volteó a verme con la misma sonrisa de hace un momento, no ocupaba decirme que era lo que pretendía para poder imaginarlo, cuando sin perder tiempo dejamos los platos y nos subimos a su recamara para disfrutar del espectaculo. ¡No lo podía creer!, estaba viviendo lo mismo que en casa pero ahora no era mi Madre la actriz principal, estaba a punto de ver a la Señora Estefania y eso me tenía a tope. Rápidamente movimos los cuadros para así cada quién por un agujero observar del explendido espectaculo que la Mamá de mi compañero estaba a punto de darnos.

Las primeras imágenes que observé atravéz del pequeño agujero que me había tocado fue a la Señora Estefania dirigiendose primeramente al espejo, mientras caminaba llevó la mano a su espalda para bajar el cierre de su vestido de verano, se despojó de él quedando sólo en esas pequeñas braguitas azules que me habían vuelto loco hace unos minutos. De momento sentí un calorcito recorrer todo mi cuerpo y una extraña sensacion en la punta de mi pene al sentirlo húmedecer, por un segundo me separé del agujero para poder observar a mi nuevo compañero de pervercion que seguía sin moverse al estar viendo a su propia Madre el estarse desnudando. Me volví a somar para lograr ver los firmes y turgentes pechos al desnudo, unos buenos pechos, grandes, de pezón con areola ancha y rosada. Enseguida introdujo sus pulgares en el elástico de su minúsculas pantaletas y las deslizó por sus caderas hasta quedar completamente desnuda. La visión da cuenta de la lozanía del cuerpo de bella Señora, se aprecia claramente el perfecto triangulo castaño que cubre su monte de venus, los detalles de sus rozados pezones y sus anchas areolas. La Señora Estefania toma una toalla y cubre su cuerpo anudándola sobre su pecho, se dirige al baño y prepara la regadera con agua caliente, se recoge su cabellera, se despoja de la toalla y se sumerge lentamente en el agua hasta que ésta lo cubre por completo.

-‘‘¡Ahhh! ¡Qué gusto! ’’. Logra sollosar mientras el agua cubre su cuerpo.

Abre el agua a toda potencia y se mete toda debajo del chorro, cierra los ojos y levanta la cabeza, arquea su cuerpo hacia atrás para, que con toda la potencia el chorro masajeara su rostro, su cuello y sus pechos. Pasaban los minutos y sólo acertaba a hacer pequeños desplazamientos para que todo su cuerpo fuera gozando con aquel masaje tan relajante. Se enjabona varias veces la cabeza, al parecer le encantaba la espuma y el olor del champoo mentolado que hasta nosotros logramos percibir. Al caer sobre sus ojos le produce una sensación de frescura indescriptible. Y así sigue por unos momentos más.

Toma su esponja y empieza a recorrer lentamente su cuerpo, cuando creía que sólo iba a ser un simple baño me deja callado, comienza a acariciarse los pezones, hacía mucha espuma con el gel y daba pequeños circulitos, muy suaves. Sus pezones empiezan a reaccionar de inmediato, endurecindose a la vez que su mano baja a su entrepierna acorralando su sexo. Unas cuantas pasadas más con su esponja y su cuerpo empezó a entonarse; era, deprimente, ella sola, allí en la ducha anhelando a un hombre que la tocara, mientras que su pequeño y su calenturiento compañeros la veímos frotandonos las entrepierna.

Sin darme cuenta el liquido preseminal estaba ya atravezado mis pantaloncillos, pero aún así no dejo de observar. La Madre de mi compañerito sigue masajeando su cuerpo, generosamente sus pechos primero, luego su espalda, el abdomen... de pronto sin darse cuenta se sorprendió a si misma frotanse su vulva rítmicamente y pensando en algún hombre o quizás su Exmarido la estuviera tocando. Sin poder evitarlo se empezó a excitar, a ponerse cómo una moto. Se dejó resbalar, poco a poco, hasta que su cuerpo quedó tendido sobre el fondo de la bañera. El potente chorro de agua caía con fuerza desde arriba, y por la distancia se abría acariciándola casi por completo. Acomodó la postura, a la vez que abría las piernas, fue buscando el ángulo hasta que el agua golpeara directamente sobre su clítoris y sus labios vaginales, dándole un placer exquisito. Frotaba y frotaba con la esponja, y dejaba hacer al agua, constante, monótona, cálida. A cada momento, el placer era mayor, comenzaba a estremecerse de gusto, sus dos manos estaban ya ocupadas en su chochita, una delicadamente apoyaba la acción de la cascada sobre mi clítoris, la otra había comenzado a explorar su cueva que se inundaba por el nivel del agua que subía lentamente. 

La verdad que me tenía sorprendido la reacción que había tomado la Señora Estefania. Su cuerpo retorciéndose de placer, su mente adentrándose en una ensoñación de algún hombre, de alguien que la poseera pero que ahora se estaba excitando y poniéndose cachondísima. Seguía allí tumbada, el agua cayendo y ella trabajándose hasta el punto que empezaba a sentir las primeras contracciones anunciandole un gran orgasmo enminete.

-‘‘¡Waohh!! ¡tu Mami es fabulosa!, ..esta muy buena. ¿Y no tiene algún novio o alguien? ’’. Le pregunté a Iván ya hubiendo perdido la vergúenza y mostrándome cara a cara sin tapujos.

-‘‘Antes, tenía un novio más chico que ella, ..pero lo dejó porque el buscaba sólo la cama y mi Madre ocupa algo más ’’.

-‘‘Me imagino, ..¿osea que alguna vez tu lo viste?... con su novio ’’.

-‘‘Si la verdad que si, ..cuando ellos se iban a su recamara yo los espiaba atravez de la puerta. Ya que siempre la dejaban abierta ’’.

-‘‘¿Nunca trataste de grabarlos? ..’’

-‘‘No, nunca, ..mi celula tiene una camara no muy buena. Nunca lo intenté, ..¿porqué?, ¿tú con tu Mami si? ..’’

No ocupé decirle nada para que interpretara mi silencio, él sabía que yo era gual que él, nos excitaba de igual manera estar viendo todo, por alguna razón nos habíamos encontrado y empezabamos hacer una gran amistad. En los próximos días Iván no sólo me traía más fotos de su Madre si no que estaba empesinado en grabar a su Madre cómo yo lo hacía con la mia, es más, hasta se le había cruzado por la cabeza vender su colección de videojuegos para comprase una minicamara cómo la mía. Estaba tan empecimado que me rogaba que lo invitara a mi casa para mostrarle el gran arsenal de videos que tenía de mi Madre; la verdad que no me parecía mostrarsela ya que siempre fuí un poco muy especial con mis cosas y no me gustaba que nadie anduviera husmeando, pero cómo lo observé muy decidido además de que me lo pedía con tanto fervor no me quedó de otra que invitarlo un día a la casa, además sólo le mostraía unos cuántos y no todo mi arsenal.

Por mi parte en casa, mis fantasías calientes con la Mamá de mi compañero volvieron a mi cabeza durante mis ratos de masturbación, pero de manera distinta. Después del incidente con el tenedor, recordaba la perfecta imagen de su chochita haciendo el tambachito dentro de esas deliciosas bragas rosas cuando me hacía pajas teniéndola presente, recordaba su cuerpo en la regadera. Ahora, me imaginaba tocándola, cogiendo entre mis manos sus grandes pechos y estrujándolos, pellizcando con fuerza sus pezones y construyendo frases morbosas en que me pedía que continuara. Durante ese día, ese era mi único pensamiento hasta que me venía sobre un cacho de papel higiénico, lo que me preocupó porque temía obsesionarme con ella o solo con sus tetas, que me parecían fantásticas.

Pero en fin, la invitación estaba plantada, Iván vendría esta tarde cómo respuesta a todas sus plegarias; cuando veniamos en el camión escolar lo veía muy nervioso, por un momento logré pensar que ya estaba igual de obsesionado también con mi Madre sin conocerla, la verdad que tenía que tener cuidado, no sabía hasta dónde podía llegar Iván con su nueva obsesión.

-‘‘Oie Pedrito, ..¿tu Mami también tiene vibradores? ’’.

-‘‘¡Que! ..¡SThhhhh!! ¡guarda silencio!, alguien te puede escuchar ’’. Casi me hace sacar el refresco por mi nariz con su pregunta.

-‘‘Perdón, pero esque estoy muy emocionado, ..sabes, ayer soñé que tu Mami y mi Mami se encontraban solas en una recamara y...’’

-‘‘¡Ya estamos llegando!, ..bajemos ’’. Le interrumpí.

La verdad que este niño ya estaba asustandome, estaba tan obsesionado que en ocaciones llegaba a asustarme, no sabía hasta dónde podía llegar mi pequeño amigo con su morbosa afición y eso me estaba poniendo algo nervioso. Llegamos a la casa dónde Iván y yo nos bajamos del escolar, mi Madre se encontraba dentro haciendo limpieza, cuando nos vió entrar se limitó a saludarnos pero sin soltar uno de los cuadros de mi Padre que con esmero los estaba limpiando.

-‘‘Ya saliste mi amor, ..¿cómo te fue? ’’. Me preguntó Mamá sin quitar la vista a lo que estaba haciendo.

-‘‘Si, Má, ..mira, te presentó a un nuevo amigo. El es Iván ’’.

Mi Madre estaba limpiando el cuadro, cuando terminó subió a una silla para colocarlo haciendo que cuando estaba arriba nos mostrara su mejor cara, su tremendo trasero enfundado en un ajustadísimo jeans a la altura de nuestros rostros. La cara de mi compañerito era un poema, estaba petrificado, no podía creer que tuviera una Mamá tan espectacular que la suya, ahora se daba cuenta de que yo en realidad lo entendía y que nuestra vida era muy similar. Mi Madre estaba enfundada en un pantalón de mezclilla deslavado, tal parecía que se lo había untado a su cuerpo. Unas zapatillas negras que la hacían ver un poco más alta de lo que en realidad era. Una blusa negra que dibujaba sus perfectos senos, que sin ser tan enormes que la de Iván se levantaban erguidos desafiando la ley del tiempo. Alrededor de su cintura, la abrazaba fuertemente un cinturón de tela cuyos extremos colgaban a un lado de su pierna izquierda después de enredarse en un nudo perfectamente hecho por sus delicadas manos. Un juego de pulseras en su mano izquierda del mismo estilo que sus aretes y su collar que la hacía ver más bien dispuesta para una fiesta que el sólo hecho de estar limpiando la casa cómo cualquier Madre.

-‘‘¿Amiguito?, ..¿trajiste un amiguito mi amor? Dime, ¿ahí esta bien? ’’. Me preguntó mi Madre para darle el reacomodo al cuadro.

-‘‘Si, Má ..ahí esta derecho. Cómo te decía es un amiguito de la escuela que vino a jugar un rato conmigo ..¿verdad Iván? ’’.

-‘‘............................ ’’

-‘‘¿Verdad, Iván? ..’’ Le volví a preguntar para sacarlo del transe en el que se encontraba.

-‘‘¡He! ..este, si. M, mucho gusto Señora Tapia ’’.

-‘‘Mucho gusto, Iván, ..sientete cómo en tu casa. ¿Quieren que les prepare algo? ¿o van hacer algunas cosas? ’’. Preguntó Mamá bajando de la silla.

-‘‘No, Má, ..subiremos a mi cuarto. Después bajaremos a comer algo, no te preocupes. ¡Vamos Iván! ’’.

-‘‘....  ...... ...................... ’’ Pero Iván no se movia parecía estar ido viendo a mi Madre.

-‘‘¡Vamos, Iván! ..’’ Le volví a repetir pero ahora jalandolo del brazo.

-‘‘¡He! ..este, si. Mu, mucho gusto Señora Tapia ’’. Era lo unico que repetía.

Subimos a mi recamara mientras Iván seguía volteando atrás para seguir viéndola, parecía estar hipnotizado por la belleza escultural de mi Madre. Ya estando adentro le mostré mi verdadera colección de videojuegos, pero a él lo que le interesaba era la colección que tenía pero de mi Madre, por eso era que había venido desde tan lejos.

-‘‘¡Waohh!! ¿Y puedes observar todo desde aqui? ..’’

-‘‘¡SThhhhh!! Habla más bajito, ..casi todo. Mira, ..la recamara de Mamá, la cocina, el salón, el pasillo y el despacho de mi Padre ’’.

-‘‘¡No lo puedo creer!, ..¿y la espias todo el tiempo? ’’.

-‘‘Casi, ..la verdad que mucho de lo que he grabado es por casualidad, pero nunca falta alguna sorpresita que dé mi Madre ’’.

-‘‘Oie, ..la verdad que tu Mami esta buenísima, esta bien rica, ¿le viste el culo? ¡Lo tiene fenomenal! ’’.

-‘‘Si no te conociera estuviera enojado, ..pero la verdad que si, cómo mi Mami no hay dos ¡jejeje!..’’ Le dije algo sonrojado.

-‘‘Haber, haber, ..enseñame algunos videos de tu Mamá ’’.

La verdad que no tenía ninguna intención de que mi nuevo amiguito viera a mi Madre desnuda, pero cómo él me había enseñado la suya no tuve más que enseñarle uno dónde mi Madre se estaba bañando, no era algo demasiado sujerente como los otros que tenía, simplemente mi Madre en la regadera, porque si le enseñaba uno de los videos de mi Madre con sus chantajistas seguramente ahora si se volvería loco. En eso escuché cómo Mamá me gritaba desde abajo que le ayudara a mover un mueble, lo que inmediatamente dejé a Iván frente a mi ordenador con las instrucciones de que si entraba ella lo apagara de inmediato.

Bajé con el nerviosísmo de dejar a mi nuevo amiguito viendo la desnudez de mi Madre, la verdad que no era nada normal lo estaba haciendo, ya que mostrarle a tu compañero de clases tu Madre encuerada no era cualquier cosa, pero con lo que él me había mostrado de su Madre me había demostrado algo de confianza por lo que confié un poco en él y bajé ayudar a mi Madre. La verdad que Mamá me trajo de aqui para allá moviendo un puñado de cosas, ya saben cómo son las Mamás, que si ahí no, que más para allá, que si más arriba, que no mejor muevelo para allá. En fin cuando me dí cuenta ya habían pasado más de 20 minutos ¡e Iván allá arriba!, viendo las escenas candentes de mi Madre en la regadera. Cuando mi Mami por fin se decidió en colocar un bonito estante que había comprado para el salón, salí de inmediato para mi recamara a vigilar a mi compañero que se mantenía muy callado en mi habtitación. Cuando entré lo vi desorbitado, con la cara ida en el monitor.

-‘‘¡N, no lo puedo creer!, ..¿grabaste a tu Mamá siendo violada por esos tipos? ’’.

Iván sin querer había abierto el video de mi Madre y Beatriz siendo abusadas por el Tito y el Borre. Me entró un nerviosismo desmesurado, no sabía cómo reaccionar, mi nuevo compañerito estaba viendo las traumantes escenas de mi Madre siendo taladrada por el asqueroso Tito. Su rostro era un poema, Iván ni parpareaba, llegé de inmediato y le quité el video, no sabía cómo reaccionar, estaba furioso, algo confundido, era claro que mi Amigo había sobrepasado mi confianza, se había aprovechado y había visto las peores escenaas que pudiera yo enseñarle.

-‘‘P, pedrito ..¿son reales? ¿Grabaste a tu Madre cuando la violaban? ’’.

-‘‘Te pido que nunca le digas a nadie lo acabas de ver, ..ese es mi secreto y no me gustaría que nadie se enterara ’’.

-‘‘No, no, jamás lo diré, ..pero dime, ¿fue verdad todo eso? ’’.

-‘‘Si, fue verdad ’’.

-‘‘¡Noo! ..yo quiero hacer eso ’’. Me dijo contundente.

-‘‘¿Que? ..’’ Creí escuchar mal.

-‘‘¡Quiero hacer eso! ’’.

-‘‘¡Estás loco!, ..sabes lo que eso significa. Yo.. aquella vez fue casualidad yo no..’’

-‘‘Ayudame, Pedrito ..la quiero grabar ’’.

-‘‘¿A mi Madre? ’’. Le pregunté algo confundido.

-‘‘¡No!, a la mia, ..quiero grabar a mi Madre teniendo relaciones ’’.

-‘‘Pues comprate una camara, ..y tomale con sus novios ’’.

-‘‘Mi Madre no tiene novios, ..además la camara es muy cara, ella jamás me la compraría ¡Ayudame por favor, Pedrito! ..quiero grabar a mi Madre ’’.

-‘‘¡Estás loco, olvidalo! ..no sabes de lo que hablas ’’.

-‘‘¡Por favor Pedrito!, ..ayudame, haré lo que quieras pero por favor ayudame en esto ’’.

-‘‘Pero aunque pudiera, ..tu Mamá no tiene novio, es imposible. Solamente que... ’’ Se me ocurrió una descabechada idea.

-‘‘¡Qué!, ¿que Pedrito?, ...¿solamente qué..? Dime por favor, que se te ocurrió ’’.

-‘‘No olvidalo, es muy descabellado, ..es una locura ’’.

-‘‘¡Por favor, Pedrito! ..dimelo, lo que sea. Haré lo que sea para realizarlo ’’.

-‘‘Bueno, lo que pasa esque... un tipo me dió unas pastillas para seducir a las mujeres. Tan sólo sería darle una a tu Mamá con algún tipo y.... ’’ Le dije recordando las pastillas que había guardado de aquel desgraciado del Esteban y que guardaba celosamente entre mis cosas más secretas.

-‘‘¡Tú crees!, ..¿con esas pastillas que dices harían que mi Madre perdiera la cordura? ’’.

-‘‘Pues funcionó con Mamá, ..con tu Mamá también lo hará ’’.

-‘‘¡Perfecto!, ..sería perfecto, así tu y yo podríamos grabarla. ¡Sera perfecto! ’’.

-‘‘¿Pero con quién?, ..las pastillas funcionan pero faltaría con quién ..’’

-‘‘¡Eso dejamelo a mi!, ..buscaré a alguien en la Colonia, estoy seguro que habrá muchos que quieran con mi Mami ’’.

La verdad que Iván se había quedado muy entusiasmado, creo que estaba creando a un mountro, la verdad que no sabía hasta dónde podía llegar mi compañero con su nueva obsesión, pero muy pronto lo aberiguaría. Desde ese día empezé a ver a Iván muy entusiasmado, su plática en las horas de receso era de puro hablar del plan que llevaría acabo para hacer eso, me decía que si la pastilla la dormiría o la haría sentirse una perra caliente, la verdad que no sabía cómo reaccionaría su Madre si se la dieramos, pero de que se iba a sentir cachonda claro que lo haría, las dichas pastillas eran las que había usado aquel desgraciado de Esteban con mi Madre cuando la había drogado en la casa, era cuestion de darselas con alguna bebida para que la Señora Estefania se sintiera más candente y cometiera una locura.

.....

Un día estaba muy atento en el laboratorio de biología cuando Iván en voz baja me dijo:

-‘‘Lo tengo Pedrito, ..ya sé quién puede ayudarnos con nuestro plan ’’.

-‘‘¿De que me hablas? ..’’ Le pregunté sin dejar de voltear a dónde estaba mi profesor.

-‘‘De aquello que platicamos en tu cuarto ’’.

-‘‘Olvidalo, hombre ..es imposible. Ya olvidalo ’’.

-‘‘No, Pedrito, ..¿sabes?, ya se quién podría ayudarnos con nuestros planes ’’.

-‘‘¿Quien? ..’’ Le dije sin prestarle atención y escribiendo unos apuntes.

-‘‘Don Pancho, el rentero ’’.

-‘‘¿Don Pancho? ’’.

-‘‘Si hombre, ..el tipo que le renta la boutique a mi Mamá. Cada vez que la vé pasar se le salen los ojotes ’’.

-‘‘¿No es un viejo? ..’’

-‘‘Eso si, ..pero tan sólo el hecho de pensar que mi Madre se revuelque con ese viejo me pone a tope ’’.

-‘‘¿Estas seguro? ..’’

-‘‘¡Él es el ideal!, ..además, siempre esta babenado por ella ’’.

-‘‘Pero, ¿y tu Mamá le habla mucho? ’’.

-‘‘La verdad que no, ..siempre dice que es un viejo asqueroso ’’.

-‘‘Entonces, ..¿cómo le hariamos para juntarlos? ’’.

-‘‘Esta mañana escuché a Mamá hablar con él, ..al perecer las cosas en la boutique estan mal y Mamá le debe dos meses de renta ’’.

-‘‘¿Estás seguro que lo quieres hacer? ..’’ Le pregunté tratando de hacerle entender de que lo recapacitara.

-‘‘¡Tenemos que hacerlo, Pedrito! ..el viernes es nuestra única esperanza. El viejo irá este viernes para hablar con ella, ..¡será perfecto! ’’.

-‘‘Pero la pastilla sólo funcionará con tu Madre, ..¿cómo le haremos para convencer al viejo? ’’. Le pregunté un poco más intrigado.

-‘‘¡Pedrito, Iván!, ..pongan atención por favor ’’. El Maestro nos había cachado mientras hablabamos.

-‘‘Perdón Maestro ’’.

-‘‘En la salida hablamos, Pedrito ’’. Me volvió a comentar Iván.

La verdad que Iván se lo estaba tomando muy enserio, estaba empecinado en llevar acabo el plan, creo que había sido un terrible error mostrarle los videos y de lo que se podía hacer con una camara, estaba obsesionado con hacerlo y nadie le haría cambiar de plan. Ya en la salida nos volvimos a encontrar, me platicó que tenía que ser este viernes, que fueramos a la boutique de su Madre para planearlo todo, se miraba tan emocionado que me dejé llevar, además en esta ocasión no sería mi Madre la que estuviera de por medio. Llamé a Mamá para decirle que no llegaría temprano a casa ya que iria a la casa de Iván, lo que le parecío perfecto a Mamá ya que saldría con sus amigas, eso me dejaba la tarde libre y lo justo para elaborar todo nuestro plan.

Asi que salimos de la escuela e Iván hizo lo mismo que yo con su Mamá, le llamó para decirle que iria a mi casa para buscar unos apuntes, que la vería en la boutique pero después de un rato. Asi que para iniciar con nuestro plan primero tendríamos que convencer a Don Pancho o tratar de ilucionarlo para que fuera él el que empezara todo.

-‘‘Miralo Pedrito, ..ese es ’’. Me dijo Iván apuntando al otro lado de la calle.

-‘‘¿Ese viejo? ..’’ Dije yo incredulo.

Don Pancho era un hombre moreno, viejo cómo de 60 o 65 años, de 1.70 greñudo una cara horrible y una tremenda barriga que se le salía por debajo de la camisa colorida que llevaba. El sujeto comandaba una banda de comerciantes y algunos malvivientes integrada por otros 3 viejos cincuentones lujuriosos y viciosos. El viejo Pancho era dueño de varios locales comerciales que junto con la boutique de la Señora Estefania colindaban para darle a ese viejo un fuerte poderío en esa zona de la ciudad.

-‘‘Si, ese. Ya lo he estado vigilando, ..todas las tardes que Mamá regresa de comer es esperada por Don Pancho. El desgraciado se sienta ahí junto con los demás viejos para decirle todo tipo de vulgaridades, ..y cómo en esta Colonia él es el dueño, nadie se atreve a decirles algo ’’.

-‘‘¿Y quieres que el? ..’’

-‘‘Si, me da mucho morbo, ..además, él es el único que conosco que se atrevería hacer algo cómo lo que planeamos ’’.

-‘‘Se vé que es un tipo peligroso, ..¿no crees que pudiera lástimar a tu Mamá? ’’. 

-‘‘Pues si, la verdad que si, ..pero para eso estaremos nosotros vigilando, si sucede algo extraño llamaremos a la policia ’’.

La verdad que algo no me latía de ese sujeto, se miraba enseguida que era un tipo sin escrupulos capaz de cualquier cosa para obtener lo que deseaba. Nos acercamos hacia dónde estaba el sujeto, ese junto con los dos inseparables viejos que lo compañaban sentados en sus sillas viendo pasar el tiempo. Ibamos cruzando la calle cuando nos percatamos de que salía la Señora Estefania de la boutique y se dirigia a uno de los locales para comprar algo de comida, enseguida Iván y yo nos escabullimos entre unos botes de basura para que no nos viera cuando pasara, cuando lo hizo no pude dejar de apreciar lo linda que era.

Esta tarde se había colocado un vestido minifalda azul pastel ajustadísimo, tanto que marcaba todas sus curvas y que al no tener tirantes, sujetaba sus fantásticos pechos con dificultad. Era uno de esos vestidos que se puede recoger la minifalda hacia arriba y la parte superior hacia abajo, quedando la mujer que lo porta totalmente desnuda con el vestido en la cintura recogido totalmente cómo si de un cinturón se tratara. Llevaba unos zapatos con medio tacón del mismo color y el pelo recogido en una coleta. Estaba absolutamente espléndida. ( Tengo que reconocer que también la Mamá de mi amigo esta buena, que digo buena, buenísima ) La Señora Estefania se miraba radiante paralizando a todo a su alrededor, cuando se detuvo para observar unos bolsos de las vitrinas se giró lentamente sobre sus pies, para dejarnos ver su trasero. Su culo se veía realmente perfecto enfundado en esa minifalda tan ajustada. Mi pene enseguida se empezó a enderezar, ¡no lo podía creer! estaba en media calle y ya me estaba calentando.

Cuando pasó por un lado de los viejos no pudo evitar que los desgraciados lujuriosos pararan secamente de lo que estaban haciendo para poder observar con sumo detalle de las hermosas piernas blancas y ese tremendo trasero que se movia contonenadose alegremenete por la calle. El tal Don Pancho sonrió con ojos de depravado al verla.

-‘‘¡Te acompaño, mi reyna! ..digo para que no vaya tan sola ’’. La Señora Estefania le tenía mucho miedo al ver ese viejo horrible que la veía lujuriosamente y sin disimulo el escote de su vestido. 

-‘‘No gracias Don Pancho, ..sólo voy por algo de comer ’’. Contestó la Señora Estefania tratando de caminar apresuradamente.

Pero el viejo se le emparejaba y le decía:

-‘‘¡Que linda te ves ahora, Estefania! ..se ve tan buena que le haría un traje de saliva ’’.

La Señora Estefania se ponía roja de vergüenza y trataba de caminar más rápido para llegar a donde tomaba su alimento.

-‘‘Ándele Mamita, déjeme invitarla a comer, ..me encantaría verla mover esa boquita ’’.

La Señora Estefania abría muy grande sus bellos ojos verdes desconcertada al ver que el sujeto no se limitaba en su bocabulario ni en la manera de verla, lo volteaba a ver cómo tratando de decirle que se fuera, que la molestaba demasiado, y apenada caminaba más rápido con ese viejo pegado a ella diciéndole vulgaridades y media. Hasta que por fin el viejo de Don Pancho la dejó irse viendo cómo hipnotizado cómo ese fabuloso trasero cubierto apenas por la minifalda y ese par de hermosas piernas se perdían en la distancia, acercándose el otro viejo que se encontraba con él y que había presenciado todo para decirle:

-‘‘¡Que buena esta la pinche vieja!, ..¿verdad Pancho? ’’.

-‘‘No se cómo le voy hacer, Checo, ..pero me tengo que coger a esa Puta ..ya no aguanto, todas las pinches noches me imagino cogiendola por todos lados. ¡Me tiene loco! ’’.

-‘‘Lo que más me calienta es la cara de nena inocente que tiene la muy Puta, ..que no da con el cuerpo de verdadera hembra que ya esta hecha ’’. Dijo el tal Checo, un viejo de 58 años, flaco, calvo y con una cara llena de cicatrices que le contestó dándose masajes en la verga.

-‘‘Si Checo, ..la Puta esta cómo para meterle la verga toda la vida. ¿Deberíamos hacer algo para cogernosla? ’’.

-‘‘Si lo sé, ..todos los de la banda estamos así cómo tu Pancho, ..pero ya tendremos una oportunidad y de verdad te digo no la desaprovecharemos ’’. Dijo el otro viejo desgraciado alejándose rumbo a la casa de empeño dónde se la pasaban todo el día emborrachandose y se dirigían cavilando en la tremenda Dama que los volvía locos.

Mientras tanto nosotros que no podíamos creer lo que habíamos visto y escuchado, permaneciamos en cubierto por esos botes de basura mientras veíamos a esos dos desgraciados dirigirse hacía su cochino negocio, que sólo era otra cosa más que un lugar del narco menudeo y que servia sólo para el lavado de dinero y otras tantas cosas que sabra dios que hacían ahí dentro.

-‘‘¡Ya escuchaste Iván!, ..ese tipo es muy peligroso. Será mejor que te olvides del plan y que busques a otro tipo ’’.

-‘‘No hombre, ..¿viste cómo se le quedó viendo a mi Mami? El desgraciado es perfecto para nuestros planes. Rápido, vayamos hablar con él ’’.

-‘‘¡Queé!, ..¿quieres ir hablar con ese matón? ¡Estás loco!, ..si con sólo verlo de lejos me dio miedo ’’.

-‘‘¡Vamos Pedrito!, no seas miedoso, ..lo disfrutaremos. Tenemos que convencer al viejo de que tiene una oportunidad con Mamá, para que sea él quién se le aviente y se sienta con esperanzas de hacerlo ’’.

Nos dirigimos con temor hacía el negocio del viejo, yo la verdad que tenía un mal presentimiento con todo esto, pero mi amigo Iván tenía un brillo especial en sus ojos, parecía estar obsesionado con todo esto, yo creo que había creado un mounstro. Nos dirigimos hacía el escalofriante negocio del viejo, era un lugar dónde se pagaba poco y se cobraba muchísimo, hacía que la gente se despojara de sus pocas pertenencias por escasos pocos billetes, de ahí había formado su imperio ese desgraciado.

Sólo al entrar daba una sensación de escalofrió, ahí había gente empeñando sus pocas pertenecias para salir de sus apuros, enseguida se nos dejó ir un tipo alto y gordo llamado el ‘‘Panda’’ seguramente por su parecido con esa famosa película de Disney.

-‘‘¡Que buscan chiquillos!, ..aqui no es lugar para jugar ’’. Nos dijo el enorme hombre deteniendonos el paso.

-‘‘Ve, venimos a buscar a Don Pancho ’’. Le dije yo terriblemente asustado.

-‘‘Para que quieren unos mocosos cómo ustedes hablar con el jefe ’’.

-‘‘Mi, mi Mamá me envió ’’. Dijo Iván asustado al igual que yo.

-‘‘Tu eres el hijo de la Mamacita Estefania, ..¿verdad? ’’.

-‘‘Si, si ..mi Mami me envió ’’.

-‘‘Porque no vino ella, ..nos hubiera encantado que viniera a saludarnos ¡jei, jei, jei!..’’

-‘‘¡Esta trabajando! ’’.

-‘‘Bien, va ..acompañenme, pero no toquen nada ’’.

Nos fuimos detrás del enorme Panda, el desgraciado apenas podía pasar por los marcos de las puertas. Nos llevó por una de las puertas traseras hasta un pasillo, en el fondo había una habitación con la puerta en rojo, apestaba a cigarro y a no sé que tantas cosas, el lugar era deprimente. El Panda tocó la puerta y enseguida se escuchó:

-‘‘¿Que pasa? ..’’ Se escuchó la voz del viejo del interior.

-‘‘Nada jefe, ..aqui unos chiquillos que le traen un recado de la Mamita Estefania ’’.

-‘‘Haber, hazlos pasar ’’.

El panda abrió la puerta mostrando una gran nube de humo y una enorme mesa redonda dónde estaban jugando cartas y bebiendo alcohol. Ahi se encontraba Don Pancho de frente y el Checo junto con otros 3 viejos a su alrededor. El cuartucho era mal oliente y se persivia una extraña sensación de miedo.

-‘‘Muy bien, chiquillos ..hablen rápido y no hagan perder el tiempo del jefe ’’.

Cuando entramos los sujetos ni se imutaron siguieron jugando cartas mientras escuchaban las anecdotas del viejo:

-‘‘Ya sabes, tal cómo dijiste, primero ella se resistió y hasta forcejeo un poco, para hacerse la interesante ..pero en cuestión de dos o tres minutos y algunos besos, ya la tenía con sus piernas bien abiertas dejándome dedearla un poco ¡Ja, ja, ja!.. Y aunque de pronto me trataba de detener y nuevamente me decía todas esas tonterías sobre que ella estaba casada y que no deberíamos estar haciendo eso, pero cuando ya después de manosearle y jugar con sus pelitos me fui a dónde notaba que estaba su hoyo ’’. Les contaba el viejo refiriendose sabrá dios a que mujer.

-‘‘¡Que barbaro Pancho!, ..no se te escapa ni tu familia ¡Je je je!..’’ Decía el viejo Checo riendose de las anecdotas de su amigo.

-‘‘No espera, ..estaba más empapada que una quinceañera en el autocinema ¡Ja, ja, ja!..’’ Dijo el viejo terminando todos en una gran carcajada.

-‘‘Oie, Pancho, ..aqui te buscan unos niños ’’. Dijo otro viejo notando nuestra presencia.

-‘‘¿Que quieren chamacos?, ..cómo se habrán dado cuenta aqui no es lugar para chiquillos ’’. Nos dijo el viejo tomandole un trago a su bebida.

-‘‘Mi, mi Mamá me mandó a decirle que lo espera ma, mañana para hablar sobre la renta ’’. Dijo Iván bastante nervioso.

-‘‘Eso ya lo sabía, ..habíamos quedado de hablar mañana. ¿Pero porque mandarme a su chiquillo para recordarmelo? ’’. Nos dijo prendiendo un abano para fumarlo.

Los tipos no tenían pinta de ser buenas personas, el tan Checo parecía un matón junto con los demás viejos que estaba a su alrededor. Estaban jugando cartas con apuestas muy fuertes, parecía ser la rutina diaría de esos delincuentes. Pero todos parecían estar al mando de Don Pancho, el amo y señor de toda esta Colonia, el desgraciado viejo parecía estar en todo negocio, tratado, robo, ultraje y hasta se sentía por arriba de la ley, el desgraciado hacía su propia justicia en su mundo, y eso no parecía alementrar a mi compañero.

-‘‘Mi, mi Mamá me mandó que le dijera que no se le vaya olvidar la cita ’’.

-‘‘¡Ja, ja, ja!.. ¿Cita? ’’.

-‘‘¡Ya lo vez, Pancho!, ..esa Mamasota cree que es una cita. Yo creo que deberías de aprovechar ¡Je je je!..’’ Dijo el viejo Checo soltando una carcajada.

-‘‘¡Ja, ja, ja!.. ¡Yo sabía que ella no era estupida!, ..sabía que tarde o temprano se daría cuenta de que yo soy el verdadero hombre para ella. ¡No se los dije!, ..tarde o temprano terminaría por darse cuenta. ¡Gracias chiquillo!, ..dile a tu Madre que me encantara verla mañana en la tarde ¿Lo raro fue que la acabo de ver hace un rato?, ..¿no me dijo nada? ’’.

-‘‘Lo, lo que pasa es que mi Mami es un poco timida, ..quizás usted la pone muy nerviosa. Quizas por eso fue que me mandó para avisarle ’’. Yo me quedé de piedra por lo que acaba de decir Iván, pero él con un codazo me hizo seguir la farza.

-‘‘¡Ja, ja, ja!.. ¿nerviosa? ¡Escucharon vagos!, ..Estefania se pone muy nerviosa conmigo. Quizas por eso me mira y corre ¡Ja, ja, ja!..’’

-‘‘¡Vas a tener que bañarte Pancho!, ..no creo que a esa Mamita le vaya gustar verte en la cita todo mugroso ¡Je je je!..’’ Le dijo el Checo provocandoles una fuerte carcajada a los demás jugadores.

-‘‘Si claro, ..¡y me tallaré con tu lengua si sigues hablando, Checo! ’’. Le dijo el viejo bastante molesto por su pasado comentario.

-‘‘Muy bien hijo, ..si es todo lo que viniste a decir, te pido que nos dejes sólos. Tengo una partida muy importante en estos momento ’’.

-‘‘E, es todo Don Pancho, ..me pidió mi Madre que le dijera que a las 7 pm. Que lo estara esperando muy anciosa ’’.

Yo voltié a ver a Iván con los ojos sorprendidos, creo que se estaba pasando ahora si mi compañero, estaba jugando con fuego y podía llegar a quemarse. Antes de que salieramos por la puerta el viejo volvió hablarnos:

-‘‘Oie, mocoso, ..¿cuáles flores son las preferidas de tu Madre? ’’.

-‘‘Cre, creo que los tulipanes Señor ’’.

-‘‘Muy bien, ..ahí estaré. Dile a tu Madre que por nada del mundo fallaré ¡Ja, ja, ja!..’’

Salimos de ese deprimente lugar, yo la verdad estaba muy nervioso, cualquiera de esos individuos tenían la vista muy pesada, parecían cómo psicopatas, asesinos sin escrupulos. La verdad que todo esto me estaba dando mucho miedo, creo que mi Amigo se estaba pasando y todo podría salirse de sus manos. Después de salir casi orinados de ese lugar nos dirigimos a la boutique de su Madre, ella estaba acomodando unas cajas en un pequeño almacen en la parte trasera del local, al vernos nos pidio que le ayudaramos.

-‘‘Oie, Má, ..me topé a Don Pancho en la calle y...’’

-‘‘¡Alejate de ese viejo! ..ya te dije que es muy peligroso y no me gusta que te le acerques ’’.

-‘‘Ya lo sé Má, ..lo que pasa es que me dijo que te dijera que va a venir mañana a las 7 para arreglar lo de la renta ’’.

-‘‘¡Mendigo viejo!, ..¿y que tiene que decirte a ti?. Ya le dije que nos veriamos aqui mismo para tratar de solucionar los de mis retasos de la renta ’’.

-‘‘¿Y le debes mucho, Má? ..’’

-‘‘Sólo son 2 meses mi amor, ..pero en cuanto termine de pagar a todos los provedores le daré su dinero. Sólo quiero hablar con él para decirle que me aguante una semana para pagarle todo mi amor. No te preocupes ’’.

-‘‘¿Va a venir para acá, Mamá? ’’.

-‘‘Si, lo cité aqui porque no me gusta hablar con él en su cochino lugar, ..junto con todos aquellos viejos. Me dan mucho miedo, ..prefiero que venga él para acá ’’.

-‘‘Bien Mamá, ..me dijo que estaría aqui a las 7 para cuando ya hallas cerrado ’’.

-‘‘Si, la verdad que me desagrada mucho hablar a solas con él, pero es mejor a ir a su cochino local ’’.

-‘‘Bien Mamá, ...ya nos vamos. Quedé en prestarle unas cosas a Pedrito, después nos vemos ’’.

-‘‘Bien Iván ..no anden mucho en la calle. Adios, Pedrito ’’.

-‘‘Adios, Señora Estefania ’’.

Bueno ahora sólo faltaban unos pequeños detalles cómo en que le ibamos a dar la pastilla y dónde nos meteriamos para observar, pero al parecer Iván ya había pensado en varias cosas ya que al salir me enseñó el juego de llaves del almacen del local, con ellas entrariamos al momento que en ellos estuvieran negociando.

-‘‘¡Bien Pedrito!, ..ya esta todo listo. Sólo faltaría darle la pastilla a Mamá y a disfrutar del espectaculo ’’.

-‘‘¿Como piensas darsela? ..’’

-‘‘Pues mi Mamá siempre carga su botella de agua, ..machacaré la pastilla y se la colocaré cuando vaya a comer a la casa. Mañana en la escuela me la das y yo me encargo de darsela, ..después en la tarde nos quedaremos de ver en el local de mi Mami para entrar ’’.

-‘‘¿Estas seguro de lo que vas hacer? ..ese tipo es muy peligroso ’’.

-‘‘Ya te dije que no te preocupes, ..por eso estaremos ahí para que nada suceda. Además, recuerda que Mamá estara drogada, lo disfrutará ’’.

-‘‘Bien, entonces mañana te daré la pastilla, ..ahora me voy porque mi Mamá ya debe de estar preocupada ’’.

Regresé a mi casa pero con algunas dudas, más bien muchas dudas, tenía un mal presentimiento de todo eso, creo que había algunos detalles en los que no había pensado. Durante el resto del día estuve bastante nervioso por lo que ibamos hacer, pero la verdad que me daba algo de morbo la situación, además esta vez no sería mi Mami la que sería acosada. La noche nos cayó de inmediato y mis ancias cada vez era mayores tanto que hasta mi Madre lo notó:

-‘‘¿Que te pasa mi amor?, ..te noto algo nervioso ’’.

-‘‘N, nada Mamá, lo que pasa esque ya vienen los examenes finales y... mañana me iré a dormir a la casa de Iván para terminar unas cosas ’’.

-‘‘¿Mañana?, ..¿y que te mandas sólo o qué jovencito? A mi no me has pedido permiso ’’.

-‘‘Mamá, ..te prometo muchos diesez en las proximas calificaciones ’’.

-‘‘Bien mi amor, ..pero lo que quiere ahora tu Madre es un buen abrazo y un buen beso de buenas noches ¡Muacckkk!! Me encanta que seas tan responsable ’’.

-‘‘¡No Mamá, basta!, ..ya me voy a dormir. Mañana tengo muchas cosas que hacer ’’.

Me fuí a dormir, pero antes preparé la camara con bastante carga, ya que el día de mañana tendría mucho trabajo, por primera ocación mi Madre no estaría involucrada en algo cómo eso. En seguida se me ocurrió algo, me prengunté que estaría siendo mi Madre en su recamara, tenía ya varios días que no la espiaba. Animado encendí la camara de su recamara para mostrarme que estaba en la ducha, apunto de salir. Sale del baño envuelta en la toalla, cuando se saca la toalla me hace un lindo espectáculo al secarse muy lentamente empezando desde su busto, lo hace con una paciencia, al parecer ahora siente un poco de calma al no tener ningún desgraciado que la acose. Con unos movimientos súper delicados se quita el exceso de agua de sus pechos, luego le toca secarse sus partes intimas, se le veía muy nítidamente, tenía apenas un triangulito de bellos muy finos.

Después que termina de secarse comienza a vestirse, se coloca una diminuta tanguita que hacia resaltar más ese tremendo trasero, enseguida se coloca el sostén sobre sus fabulosos pechos, los cuáles todavía no muestran ningún afecto a la gravedad, a pesar de su buen tamaño, después se coloca su fina pijama de seda color celeste que marcaba sus fabulosas caderas, dejando al descubierto su bien definido abdomen y ya para terminar su blusa ombliguera de esas sin mangas y pegadas al cuerpo quedando al aire su precioso obligo, enseñando un generoso escote que dejaba a la vista más de la mitad de esos tremendos senos. La verdad que aunque mi Madre cada vez me sorprendía con sus instintos de hembra ocultos todavía estaba orgullosa de lo bella que era, y ella misma se animaba a lucirlo, su maravilloso cuerpo con ese tipo de prendas que ya quisiera cualquier chiquilla lucirlas de esa manera, mi Madre tenía esa sensualidad de hembra madura con el cuerpo de una mujer de 25 años. Con ese maravilloso espectaculo y con mi mano en mi pene me empezé a quedar dormido, mañana teníamos algo planeado y se los aseguro que no se lo pueden perder....

.....

Al otro día por la mañana ya estaba más que listo, me había levantado más temprano que de costumbre, a las 7:15 para ser preciso, ya estaba con mi uniforme y mi mochila en mano esperando el camión escolar. Cuando llegué a la escuela lo primero que hice fue buscar a mi compañero para darle la pastilla, estaba al igual de nervioso que yo, incluso más, estaba apunto de drogar a su Madre para realizar una perverción, la verdad que yo no era nadie para decirlo, yo no hace mucho lo había hecho, pero en esta ocación tenía un pequeño presentimiento sobre esto.

Como lo habiamos planeado antes, al salir de la escuela fuimos derechito a la casa de Iván, su Madre estaba trabajando, ya lo teniamos planeado, Iván sabía que su Madre siempre antes de dirigirse a su trabajo después de comer se llevaba su recipiente de agua, así que sólo colocamos la pastillita pulverizada en el agua de su Madre y esperamos a que llegara ella. Si los calculos no nos fallaban su Madre casi siempre regresaba de su trabajo para ir a comer a las 3:30, lo que nos daba el tiempo perfecto para planearlo muy bien.

-‘‘Hola chicos, ..¿cómo van en sus tareas? ’’. Dijo la Señora Estefania a la hora de llegar.

-‘‘Bien, Mamá ’’.

-‘‘Hola, Señora Estefania ’’. La saludé yo muy cordial.

Como era normal, ella llegaba y preparaba el alimento para ella y para Iván, después se daba una ducha y salía para regresar a su trabajo, lo que ella ni se imaginaba era que ahora no sería igual, su pequeño hijito le había preparado una sorpresa. Cuando salió de su dormitorio, tomé conciencia del peligro que corría con aquel viejo cuando la viera. Llevaba un vestido blanco de fina tela que se adaptaba con delicadeza a cada una de las curvas de su cuerpo. Especialmente resaltaba sus caderas y su generoso busto, cuya forma se podía intuir fácilmente bajo la gasa que los cubría y que acababa anudándose en el cuello. La largura quedaba por encima de su rodillas, dejando mostrar únicamente el comienzo de sus torneados muslos. Todo eso lo remataba con sus incondicionales zapatos negros de altísimo tacón, un cinturón del mismo color, su bolso, un juego de collar y pendientes de perlas que seguramente su Esposo se los había regalado en una ocación. Dejandonos a Iván y a mí con la baba en la boca.

-‘‘Bien chicos, ..portense bien y no hagan travesuras. Ahi les dejé unos panecillos por si les da hambre después. Iván, ..regresaré un poco tarde mi amor, ya sabes que me quedaré hablando con Don Pancho. ¡Ay dios!, ojalá y acceda a darme unos días. Pedrito me dio mucho gusto verte, ..nos vemos más tarde ’’.

-‘‘Adios, Señora Estefania ’’.

Ya había abierto la puerta para marcharse cuando le dijo Iván:

-‘‘¡Mamá! ..tu agua ’’.

-‘‘¡Ah! gracias mi amor ¡Muackkk!! Nos vemos más tarde ’’. Se despidió.

La verdad que con sólo ver a la Mamá de Iván tan sensual se me puso cómo de fierro, ya me estaba muriendo para que llegara la hora de la cita, sabiamos que sería a las 7 de la tarde, cuando la oscura noche empezara a caer. Asi que con muchas ancias esperamos a que llegara la hora, mientras tanto porque no unas partiditas en los juegos de video, un Fifa 2012 y mis gunners para pasar la tarde. Como a eso de las 6:30 dejamos la casa, el local de su Madre estaba a media hora, el tiempo justo para llegar a verlo todo.

Pedimos un taxi y nos dirigimos al local, al llegar aún estaba abierto, pero la 2 trabajadoras que laboraban con ella ya se estaban marchando. Esperamos a que la Mamá de mi compañero se alistara para salir, cuando de repente vimos que llegaba muy contento el viejo de Don Pancho, el desgraciado traía una camisa azul y un pantalón negro, al parecer venía muy entusiasmado por la cita ya que hasta con un ramo de flores llevaba en la mano. De lo que no estábamos seguros era de los sintomas de la Señora Estefania, no sabíamos si ya estaba en brama, o si se había acabo el agua, es más, no teníamos la certeza si se la había tomado.

Tras correr a cruzar la calle y dirigirnos a la parte trasera del local, logramos llegar a la puerta trasera para lograr entrar al almacén, cruzamos entre las cajas y montones de tela hasta llegar a la puerta que separa el local con el almacén, desde ahí esperamos a que la Señora recibiera a Don Pancho para lograr escabullirnos entre las mesas y espiarlos de cerca.

-‘‘Muy amable, Don Francisco, ..pero no se hubiera molestado ’’. Un tanto extrañada le dijo la Señora al recibir las flores y darse cuenta que eran sus favoritas.

-‘‘No es ninguna molestia para una preciosura cómo usted, Estefania ’’.

-‘‘Don Franciso yo quería hablar con usted porque ...’’

-‘‘¡TShhhh! ..llamame Pancho, panchito cómo toda la gente. Pero no hablemos de eso, ..mejor tenga, lo traje para ponermos más comodos y pláticar mejor ’’.

El tipo le dio una botella de vino, la verdad que la Mamá de mi compañero si se miraba un poquito extraña, seguramente por los efectos de la droga que le habíamos suministrado, se miraba muy sonrrojada y con bastante calor, seguramente ya llevaba bastante tiempo caliente. Se sentaron en un sofá que tenían para los clientes, conversaron animadamente sin que nosotros pudieramos escuchar lo que decían, pero se le veía a la Señora animada, cómo si en realidad no aborreciera al tipo que tenía enfrente. Ella se levantó y preparó dos vasos, mientras el viejo se abría un poco la camisa y se ajustaba el cinturón, para continuar hablando. La Señora Estefania volvió a sentarse a su lado y brindaron chocando los vasos, después de refrescarse, siguieron platicando, lo que nos animó a salir casi arrastrándonos para no ser vistos, nos urgía saber lo que decían y sin correr demasiados riesgos, nos ubicamos lo más cerca que podíamos, dónde logramos escucharlos.

-‘‘¡Jijiji!.. La verdad que no me lo imaginaba tan divertido, Don Pancho ..y yo que lo creía un viejo amargado ’’. Le dijo un poco extraña, más deshinibida un tanto por la droga.

-‘‘Panchito Mamacita, Panchito ..además, tú siempre salías corriendo Mamacita. Ahora es que te veo tan animada ’’. El tipo al ver la actitud amable y sonriente de la Señora Estefania se lanzó a conquistarla.

-‘‘No sé, la verdad que no sé lo que me pasa ahora ..Panchito, ¡Jijiji!.. Hoy amanecí, un tanto... no sé cómo ’’. Era obvio, la droga ya llevaba bastante tiempo en su sangre, sus movimientos eran lentos y sensuales, además se le veía bastante deshinibida.

-‘‘Preparame otra copita, Mamita ..creo que esta noche será larga ¡Ja, ja, ja!..’’ Se relambía el desgraciado viendole en reiteradas ocasiones el escote.

-‘‘No lo creo, Panchito ..mi hijo me esta esperando ..’’ Dijo ella al tiempo de levantarse y dirigirse al mostrador dónde había dejado la botella.

-‘‘¡Dios!, pero que cuerpazo tienes, ..disculpa que te lo diga pero esas piernas son dos obras de arte. Estan hechas para ser admiradas y chupadas sin cesar ¡Ja, ja!..’’ Empezó a acercarse a ella, con esa mirada enferma que ponía.

-‘‘Hay que cosas dice, Don Pancho ..yo sólo le quería pedir si, lo de la renta ..’’ Trató de decir ella muy sonrojada por la actitud lancera del sujeto.

-‘‘A ver, date la vuelta, ..¡wow, vaya culazo! ’’. Dijo mientras se lo miraba cómo si se le fuera la vida en ello.

-‘‘Que cosas dice, Don Pancho ..yo sólo le quería pedir un plazo de ..’’ Pero el tipo parecía ignorarla en estos momentos.

-‘‘¡Es perfecto! ..grande, redondo, y duro ’’. Comentó al tiempo que le plantaba una fuerte palmada en el trasero. 

-‘‘¡Aaah!..’’ Gimió por el azote.

-‘‘Siempre te quise hacer eso, ..la verdad que si Reynita. ¡Estas muy buena cabrona! ’’.

-‘‘Do, Don Pancho yo ..yo sólo quería hablar sobre la renta no ..’’

-‘‘Olvidate de esas pendejadas, Mamacita ..si tu quisieras el local sería tuyo. Es más, todo lo que tengo sería tuyo ..tú eres mejor que cualquier mujer o Puta con la que hubiera estado. No sólo estás más buena, sino que encima eres natural y se nota que te gusta calentar vergas, ..¿verdad que sí? ’’. Dijo enérgicamente.

Iván y yo estabamos estupefactos por lo que estaba pasando frente a nuestras narices, Iván ni parpadeaba al ver a su Madre un tanto desconocida. El viejo se abalanzó sobre ella y su cara, semejante a un psicopata sexual, se paseaba repartiendo indiscriminados lametones por las mejillas, la barbilla y el cuello de la Madre de Iván. Esta, cuando notó la lengua asquerosa sobre su piel, cerró los ojos con fuerza y giró la cabeza hacia el lado opuesto. Aún no entendía lo que le estaba pasando, cómo era posible que ella sucumbiera a las caricias de ese viejo asqueroso, ella quería retirarlo, salir corriendo pero su cuerpo se lo impedía, era cómo si su cuerpo no la obedeciera, si se resistiera a obedecer a su cerebro a su razón. Yo voltié a ver a Iván que permanecía inerte a lo que estaba viendo, aún no podía creer que su Madre sucumbiera a las caricias de ese viejo tan asqueroso, permanecía espectante a la lengua del viejo, del rastro espumoso y goteante que formaba la saliva del viejo en el cuerpo de su Madre.

Don Pancho no era hombre de atenciones, babeaba sin recato a la elegante mujer sin preocuparse ya por delicadezas, enajenado cómo estaba. No la acariciaba, ahora la estrujaba febril, saboreando el momento tanto tiempo postergado. Sus manos fueron directo las profundidades de su falda, palpó rápidamente por encima de sus pantaletas, pareciendo desechar su tacto. Ella, aún sin querer aceptar lo que pasaba y sin entender porque su cuerpo reaccionaba de esa manera, se arremangó la falda y separó las rodillas, dejando el camino libre para las vorazes manos de viejo. Dedidió cooperar, acabar cuanto antes, apagar ese ardiente deseo que la quemaba por dentro y la hacía perder la razón, después quizás volver a casa y analizar lo sucedido.

El viejo miró goloso las bien formadas piernas de su actual conquista, sin imaginar que su victima estaba siendo obligada por los instintos desconocidos de una droga, de un enervante suministrado por su propio hijo. Don Pancho tocó tembloroso la desnuda intimidad que se le ofrecía. Rebuscó entre el enmarañado vello púbico hasta encontrar la entrada del sexo de la Señora, en dónde hurgó sin ninguna consideración. Sus dedos más que toquetear, amasaban los labios vaginales y penetraban con ansia una y otra vez en el árido interior de la Madre de mi amigo, despreocupados ante las muecas de incomodidad y de gozo de ella.

La Señora Estefania lo miró a los ojos. Nunca imaginó estar sintiendo la mano de su rentero en sus muslos, y las sensaciones que ahora estaba sintiendo turbaban su cabeza. Sin saber reaccionar, se quedó petrificada, con la mirada atenta a esos dedos que la recorrían, mientras se penetraban más y más en su entrepierna. De repente, una nueva sensación invadió todo su cuerpo. Como una oleada de calor que le subía por dentro, hacía que unas pequeñas gotas comenzaran a aparecer entre sus labios vaginales. Poco tardó Don Pancho en llegar a sentir esas húmedades. Sus dedos asperos y gordos habían anclado los labios de la vagina de la Sr. Estefania bien abiertos, y con una sonrisa perversa observaba cómo las pequeñas gotas aparecían entre los labios de su hembra. Muy pronto estuvo tan mojada que los dedos de Don Pancho chapoteaban en la entrada de su sexo, hundiéndose y saliendo de dentro de ella, volviéndola loca de placer.

Los asperos dedos del viejo brillaban entre sus piernas mientras que la Sr. Estefania le sollosaba debilmente que se detuviera, sin imaginar que el causante de que su cuerpo reaccionara de esa manera fuera su propio hijo. Sencillamente no podía evitar la deliciosa y nueva sensación que crecía en su sexo y se extremecía sin saber qué hacer. El viejo se sonreía mientras la miraba debatirse entre el deseo desenfrenado y su intento por controlarse. Sacó la mano de su entrepierna y pasando el dedo por sobre sus muslos se deleitó con sus contracciones. Con paciencia y lentamente le fue mostrando el liquido brilloso y espeso que contenían sus dedos. La Madre de mi compañero miraba los suaves movimientos del hombre y retomaba su aliento respirando pausadamente sin perder de vista los dedos del viejo que ahora se acercaban a su rostro.

-‘‘Parece que algo ya se está cociendo aquí abajo. ¡Ja, ja, ja!..’’

El rostro de la Sr. Estefanía se sonrojó al ver lo que contenían esos dedos, el tipo se los acercó a la nariz para que ella pudiera percibir su propio aroma, no había dudas, ella estaba en celo y no entendía el porqué se encontraba así. El viejo volvió a sumejir sus dedos entre sus muslos, inmediatamente le hizo revivir todas las sensaciones por dentro. Otra vez la Señora luchaba por contener su deseo, pero esta vez le era mucho más difícil. La piel caliente de las manos de Don Pancho se acercaba a su pubis y ella deseaba que volviera a tocarla cómo hacia unos segundos. En cuanto la mano del viejo rozó su sexo, la Señora suspiró y gimió instintivamente. Oyéndose a si misma se daba vergüenza, en su propio negocio y siendo manoseada por un viejo degenerado que tanto odiaba, pero no podía evitarlo. 

Sus labios estaban tan húmedos que ya goteaban sobre la tela enrollada de sus pantaletas, y con el sólo apoyar los dedos entre sus labios hizo que la Señora arqueara la espalda y empujara su pubis hacia adelante. Totalmente descontrolada la Sra. Estefania empujaba sobre el dedo tratando de meterlo dentro de ella.

-‘‘¡Oh! ¡Ja, ja!.. ¿Te gusta mi dedito, Mamacita? ’’. Le preguntó el viejo al oído.

Las palabras del asqueroso viejo la habían excitado más aún. Jamás en su vida había experimentado tanto placer, y deseaba que continuara. Sin poder evitarlo la Sra. Estefania giró la cabeza mirándolo con ojos de deseo.

-‘‘¡Si! ..por favooor, ayúdame ’’. Murmuró la Señora.

Los ojos del viejo se iluminaron de repente y su dedo se metió hasta el fondo del sexo de la Señora que ahogó un grito de placer en su garganta. La otra mano de Don Pancho suavemente comenzó acariciar su abdomen y poco a poco fue desprendiendo los botones de la blusa de la Señora. Ella no podía ni deseaba en ese momento evitar que la siguieran desvistiendo. Luego el viejo deslizó la blusa por sus hombros hacia atrás, dejándola caer por sus hombros. Solo restaba su sostén blanco, pero cuando una navaja se abrió en manos del viejo el problema quedó resuelto. Suavemente Don Pancho deslizó la afilada hoja de la navaja por encima de la copa de su sostén jugando con la punta de la misma sobre las puntillas y presionando un poco de vez en cuanto para divertirse. Los ojos de la Señora sobre su propio cuerpo no perdían detalle de cada movimiento. Luego de jugar un rato subió la navaja a los hombros de la Señora y deslizando la hoja debajo de los breteles los cortó limpiamente y sin mucho esfuerzo.

Cómo les había descrito con anterioridad, pese a su madurez, los pechos de la Sra. Estefania eran abundantemente grandes. El sostén aún se mantenía por el estiramiento que le provocaban esas dos redondas prominencias de carne. Sin embargo, la hoja de la navaja seguía recorriendo el pecho de la Madre de mi compañero, que con los ojos abierto cómo platos no perdía detalle de cómo la navaja de ese viejo se deslizada bajo la unión de las copas del sostén y comenzaba a jalar hacia adelante cortando lentamente la tela hasta que se abrió al medio y el destrozado sostén cayó detrás de ella. La Señora miraba la escena con excitación y pánico a la vez, pero por más que quería reaccionar e imepdirlo su cuerpo no era capaz de reaccionar de ninguna forma. 

Luego de eso el viejo cerró la navaja guardándola en su bolsillo. Con la misma mano tomó la prenda y la arrojó cerca de dónde estábamos nosotros observando. La Señora sabía que ahora estaría obligada a vestirse sin ropa interior cuando terminara todo eso y eso la perturbaba un poco. La mano de Don Pancho recorría los pechos de la Señora acariciándolos suavemente y sintiendo la delicada textura de su piel. La Sr. Estefania, no podía evitar la tremenda excitación que esa mano sobre sus pechos le provocaba. En menos de un minuto sus pezones estaban duros cómo piedra y los dedos del viejo jugaban con ellos salvajemente, apretándolos suavemente al principio y bastante más fuerte luego, provocando algún que otro grito por parte de la Señora.

Excitado, Don Pancho quitó la mano del muslo de la Señora y abrió el cierre de su pantalón, mostrando ante ella su tremendo bulto y endurecido pene atrapado en su calzón. Luego tomó la cabeza de la Sra. Estefania y la inclinó hacia su pubis. Inmediatamente la Madre de mi compañero abrió los ojos y vio cómo su cabeza se acercaba a la imponente masa de carne y nervios que se escondía bajo los calzoncillos del viejo. La primera impresión fue de sorpresa. Nunca había visto un cosa así en su vida, y este delante de ella estaba erecto y duro, que le parecía enorme. La Señora Estefania, aunque trató de permanecer impasible, no pudo reprimir un gemido de aflicción que el viejo debió confundir con otra cosa. Sonriendo satisfecho, la zafó por la nuca y tironeó de ella ásperamente en dirección a su miembro.

-‘‘¡Oh! Vamos, Mamacita ..chupamela, quiero sentir tu dulce boquita ’’.

Pero la Señora Estefania no estaba segura de lo que estaba sucediendo tan rápido. Luchaba con su propio cuerpo, razón, intentado forzejear para mantener su dignidad cómo mujer y Madre de un hijo. Aunque por la droga que le habíamos suministrado sus sensaciones la traicionaban y su mente, divagaba entre la realidad y sus emociones.

-‘‘Vamos, ..sólo un poquito, chiquita ¡Oh! Sé que lo estás deseando ’’.

En un último acopio de fuerza y resistencia casi nula, ella tratado de liberarse de esos poderozos brazos, lanzó un manotazo que la soltó momentaneamente cómo presa ante la mirada dura y reprobadora de su agresor. La Señora tratando de rectificar su porte e imagen cómo mujer, se arregló tímidamente el pelo, pero asimilando que debía dar algo a cambio de su pequeño acto de rebeldía, aún con la mirada de gata en celo que le provocaban esas confusas y extrañas emociones, deslizó la mano por el pantalón hasta alcanzar primero el firme monte atrapado en su interior y finalmente, el calzón que lo mantenía en su lugar. Don Pancho, al sentir esa delicada mano acariciar su tremendo paquete miró al techo mansamente y exhaló para disfrutar en la mayor medida de las deliciosas caricias que esa hembra que tanto soñó ahora le estaba produciendo.

En una hábil maniobra, el viejo desabrochó el cinturón de su pantalón y agarró la mano de la Señora Estefania para dirigirla bajo su cochino calzón a su tremendo aparato, ella al sentir el primer contacto contra ese pedazo de carne hinchado que se negaba a mirar, dió un pequeño brinquito sintoma de la primera impresión, la Señora sintió con toda la palma de su mano esa caliente y dura superficie de carne palpitante, sintiendo cómo bombeaba sangre cómo si fuera un potente pistón a toda marcha, pero a pesar de la situación y de lo que significaba estarle agarrando la verga al viejo más desagradable de Colonia y en su propio negocio, la Señora por el momento pareció petrificada, ausente de ella misma, y ante la mirada espectante de mi compañero al ver a su Madre en esa situación, ahora la Señora no sólo lo mantenía sujeto a su mano si no que lo masturbaba en un delicado, lento y temeroso vaivén.

-‘‘¡Ooh!, así ricura, ..sientelo cómo lo tienes. Está así por ti, ¡Oh! ..palpita por tus caricias ¡Oohhh!! ’’. El viejo estaba en gloria con los ojos cerrados.

Ella ausente de si cómo estaba, podía escuchar la fuerte respiración de su casero y el nítido chapoteo del líquido que rebosaba de aquel duro e inflamado pedazo de carne. Pero de pronto, un extraño y repulsivo olor que había intoxicado de forma repentina todo el local y que de manera inmediata nos había llegado hasta nuestras fosas nasales. El rostro de la Madre de mi compañero empezó a cambiar, era claro que el inmundo viejo no llevaba una buena higiene personal, y que al momento de que ella con su delicada mano ante su anhelande juego de muñeca descapulló el glande, ese petrido olor que desprendia la punta de esa lanza era insoportable, ese olor a camarón deshidratado por semanas nos llegaba a la nariz cómo un nokout, dejandonos con esa sensación asfixiante y con las ganas de no probar bocado durante horas. 

Era claro que la Señora Estefania se había arrepentido por haber frotado ese nauseabundo cuero que cubria su glande y que ahora cómo un robot, sus caricias se volvieron monótonas y cadenciosas, mientras su ahora afinado oído captaba los primeros jadeos silbantes de Don Pancho.

-‘‘Para, Mamacita ..¡Oh!, ¡oh! vas a ser que me venga. Agachate un poco y besamelo un poquito ’’.

Ella se quedó pasmada por unos instantes, ese nauseabundo olor que le llegaba a su nariz era cómo para correr, era claro que por más drogada que estuviera era casi imposible llevarse ese petrido olor a la boca, pero el viejo al ver su paciente actitud y evidente rechazo la tomó de las nalgas sin dejar de besarla, hasta que de plano y cegada por el deseo que le producia en su cuerpo el enerbante, bajó sus manos y se dejó sentir para continuar con el cachondeo. Pensé a que nosotros casi nos arrepentiamos en haber metido a la Señora Estefania en esa desagradable situación, nos mantuvimos expectantes, mientras ellos seguían el lo suyo.

Como si la Señora estuviera fuera de su cuerpo, ausente, no se dio cuenta de que el viejo mañosamente empezó a tirar de ella hacía abajo de sus hombros, para que así, sin notarlo se fuera escurriendo y deslizándose hasta que su rostro quedó a la altura de la pretuberancia del viejo, dónde el desgraciado restregó toda su entrepierna sobre la preciosa cara mientras la tomándola del cabello.

-‘‘Anda, Mamacita ..¡Oh!, ¡oh! Chupamelo un poquito, ..anda, que lo estas queriendo ¡oh!, ¡oh! ’’. Resoplaba el viejo como un cerdo.

La Señora ausente y llevada por el deseo que le producia el enerbante, apartó con su antebrazo la cortina de carne que hasta ahora había cubierto el miembro del viejo, y entonces lo vio. Una ciclope culebra morena, perdida entre una selva apestosa de bellos risados, la saludó con ese reconosible edor. Asqueada hasta el extremo, se obligó a rodearla con sus finos dedos y a masajearla. Así estuvo un rato, trabajando cómo una autómata, sintiendo cómo se le humedecía los dedos y se engrandecía en su mano. Aunque ella en ningún momento levantó la mirada, era claro para la Sr. Estefania que el asqueroso viejo expresara en su rostro una gozosa cara de animal enfermo y que aunque ella no entendiera o no supiera cómo impedir que su cuerpo sintiera ese deseo casi animal jamás intentó o trató de safarse de la inmundicia que estaba a punto de realizar.

De pronto notó cómo esa verga nauceabunda, pegajosa al tacto, se endurecía y crecía hasta alcanzar el tamaño verdadero. Deseosa de no retrasar más lo inevitable, se inclinó hacia el maloliente objetivo a la par que comenzaba a sentir las primeras arcadas. A su pesar, observó las pretuberancias con mayor detenimiento, aún erecto, conservaba cierta rugosidad en su piel, pero eso no era ni por asomo lo peor. El capullo, ahora brillante y mojado, era una superficie surcada de manchas blanquecinas, siendo la principal fuente del inmundo olor. La Señora, incapaz de seguir con los ojos abiertos, y apoyándose en el brazo que aún apartaba la barriga del viejo, abrió la boca y engulló el tronco de carne.

-‘‘¡Oooohhhhh!! ..que rica boquita ’’.

Las arcadas que le producian eso, se acentuaba mientras sus labios resbalaban a lo largo del palo con un detestable chapoteo, dejando un rastro blanco que era barrido a la vuelta por sus labios. Si alguna vez la Señora lo había hecho con su Esposo o con algún novio de forma curiosa y juguetona, ahora con este viejo permanecía muerta en su lecho, frotando con desgana la parte baja del falo hasta casi llegar a la base. La Señora Estefania, no entendía cómo ella siendo una mujer bella y aseada, estuviera en esa situación desagradable con ese viejo mal oliente, ya que no hacía más que transmitirle ese detestable sabor agrio. Aunque su cuerpo ardia por dentro sin siquiera saber el porqué, jamás hubiera imaginado que fuera ser una experiencia tan desagradable cómo con la de este viejo. La pobre aunque ardiendo por dentro trabajaba sin pasión, sin alma siquiera, con la mente perdida en los escondidos refugios que todos tenemos. Divagó por paraísos perdidos hasta que la realidad fue volviendo sobre ella cómo una nebulosa. Acabó por darse cuenta de que lo que estaba haciendo y nada tenía que ver con una mamada. Porque su boca no actuaba cómo tal, no era más que una vagina que era penetrada una y otra vez. En realidad, no se dio cuenta el porqué o cómo, el viejo que ella tanto detestaba había conseguido su objetivo.

Don Pancho había querido poseerla desde el primer momento en que ella había llegado a la Colonia, y que por una manera extraña o bisarra que él jamás pudiera imaginar lo había conseguido, que gracias al hijo de esa bella mujer jamás hubiera podido estar gozando de eso, y aunque ella ya de manera involuntaria tratara de disfrutar le era casi imposible, ya que poco a poco ese edor y agrio de la sustancia que se le acumulaba en la coyontura de los labios le era cada vez más imposible. El amargo y putrefacto sabor empezaba a invadir todos sus sentidos y afectarla seriamente. La nariz comenzaba a picarle y los ojos a llenarse de lágrimas. 

La cantidad de líquido que segregada esa tranca era inmensa, y le llenaba repetidamente la garganta, haciéndola tragar a cada rato. Las arcadas creían a cada sorbo de aquella inmundicia, y las comisuras de sus labios pronto se llenaron de costras que burbujeaban. El supuesto rentero, henchido y animado, empujaba bruscamente ahora con su pelvis. La Sra. Estefania, a duras penas podía aguantar las salvajes acometidas, mientras los enrocijados pelos palmoteaban contra su rostro, y el desnudo capullo golpeteaba su campanilla. Medio asfixiada por la barra de carne y el bloqueo de su garganta, las nauseas y arcadas se transformaron en convulsiones. Don Pancho incrementó fieramente sus embestidas y empezó a resoplar cómo una res, lo que le indicó a la Señora que pronto llegaría su orgasmo, y que largos chorros le llenarían la boca.

-‘‘¡Ohhh! Asi Mamita que delicoso ¡Ohh! ’’. Blociferaba el viejo lleno de gozo.

-‘‘¡Norghh!, ¡norgh! ¡coff!, cof! ’’.

La gran comida, que cómo de costumbre había tomado esa tarde junto a nosotros debido a las contraciones de su garganta salió ruidosamente de su estrujado estómago, estrellándose contra el pene y los muslos de Don Pancho. Él, miraba incrédulo sus piernas plagadas de goteras en una expresión de cómica sorpresa que en cualquier otra ocasión haría doblarse de risa a cualquiera. Pero que ahora, si estaba doblada no era debido a las carcajadas, si no al asco y a la vergüenza, que se escurrían de su boca al suelo en irregulares y grumosos grumos de aquel pesaco y arroz que deliciosamente habíamos degustado esta tarde. Consiguió incorporarse a duras penas, y con ojos llorosos y mejillas ardientes, miró al viejo expectante e inquisitiva, mientras se pasaba un brazo manchado de vómito sobre sus ultrajados labios.

-‘‘¡Pe, pero que hiciste maldita, PERRA! Me has bañado de porquería ..¿pero que no sabes ni chupar una misera verga, desgraciada? Anda, apurate a limpiarme que tendrás que hacer más para lograr agradarme ahora maldita cerda ’’. Las palabras resonaron duras en la enrojecida Señora, pero los ojos de él eran fríos, duros, y parecían estar velados por un manto de rencor.

Pero nada comparable a la furia incontrolada que comenzaba a poseer a la Sra. Estefania. Las lágrimas que brotaban, nada tenían que ver con otra cosa que no fuera una cólera ciega. Crispó los dedos que minutos antes lo habían masturbado y lo señaló, amenazante.

-‘‘¡Pero quién se cree para hablarme así, viejo asqueroso! ¡Larguese maldito!, ..quién se ha creido. ¡Salga de mi negocio malnacido! ..mañana mismo le entregaré lo que le debo y me largaré de aqui. ¡No quiero volver a ver su jeta de cerdo jamás! ..lo que debería de hacer es darse un baño y lavase su cosa esa que tiene entre las piernas. ¡Es usted un cerdo asqueroso!, ..¡es repugnate!, es.. es.. es lo más asqueroso que he visto en mi vida ¡FUERA MALDITO!! ¡LARGUESE DE MI VISTA INMEDIATAMENTE!! ¡APESTA!! ’’.

La Sra. Estefania temblaba de pies a cabeza mientras gritaba, pero ahora ya era demasiado tarde para detenerse. No podía parar. No quería parar. Era cómo una presa que por fin se rompe de sus ataduras, de pronto toda aquella excitación que le invadía el cuerpo se convirtió en rencor, en una masa de agua contenida antes de precipitarse, en un torrente destructivo.

-‘‘¡Maldito asqueroso!, ..quién se ha creido. Apoco creía que una mujer cómo yo iba a entregarsele a un cerdo asqueroso y repugnante cómo usted ..mirese en un espejo. ¡ES USTED ASQUEROSO!! Le juro que si se vuelve a acercar a mi hijo o a mi lo refundiré en la carcel, ..¡yo no le tengo miedo a ninguno de ustedes desgraciados! A mí no me espanta ni usted ni la bola de malvivientes que tiene de secuaces, ..¡larguese de aqui antes de que lo refunda en la carcel por intento de violación desgraciado! ..’’

Don Pancho, limpiandose cómo pudo logró subirse el pantalón y acomodarse la camisa, pareció sopesar la posibilidad de responder, pero extrañamente optó por el camino del silencio, dejando que la airada Señora descargara toda su ira sin hacer nada por evitarlo, ni darse por aludido. Después salió por la puerta del local sin decir nada, en cambio la Sra. Estefania se llevó las manos al rostro y empezó a llorar, las cosas que habiamos planeado no nos habían resultado cómo nosotros queriamos, por nuestra estupida idea la Sra. Estefania no sólo se había hechado a un enemigo muy peligroso, si no que había perdido el local de su negocio y con él, el ingreso economico de su famila. Iván y yo nos quedamos en silencio, sabíamos perfectamente que la habíamos regado, sabíamos que por nuestra estupida perversión habíamos arruinado el negocio de la Sra. Estefania.

La pobre fue al baño para arreglarse, nosotros aprovechamos para salir, al hacerlo salimos con la cola entre las patas, nos sentiamos muy mal por haber causado todo aquello, jamás imaginamos lo que podía ocurrir por nuestro estúpido juego, ahora con que cara ibamos a ver a la Sra. Estefania. Mi amigo estaba debastado, se dio cuenta de lo que había hecho y se sentía muy mal. Regresamos a su casa muy serios, muy tristes por nuestra estupida acción, la verdad que nunca nos imaginamos que las cosas pudieran terminar así. Nos sentamos en la sala y encendimos el televisor, ninguno de los dos se atrevia a decir nada, cómo uno cómo el otro sabiamos bien que la habíamos regado y no teniamos cara para vernos. Asi estuvimos hasta cómo las 21:00 hrs. En eso escuchamos el cerrojo de la puerta abrir, no había dudas era la Sra. Estefania, la pobre venía devastada, claramente se miraba que había llorado bastante, tenía los ojos muy rojos y mostraba un semblante muy triste, que de imediato trató de cambiar al vernos pero era obvio su estado.

-‘‘Ho, hola, Mami .. ’’ La recibio Iván sintiendose culpable.

-‘‘Hola mi amor, hola Pedrito ..¿ya cenaron? ’’.

-‘‘No Mamá, pero no tenemos hambre, ..comimos en la calle. ¿Te sientes bien, Mamá? ’’.

-‘‘Sólo me duele la cabeza, mi amor ..voy a darme una ducha ’’.

-‘‘Nosotros nos iremos a mi habitación, Mamá ..estamos muy cansados ’’.

-‘‘Bien, mi amor ..no se duerman muy tarde ’’.

Nos dirigimos a su cuarto cabisbajos, no teníamos ni ganas de jugar juegos de video, sabíamos perfectamente que la habíamos regado y nos sentiamos muy mal por ello. Iván se recostó en su cama y se quedó dormido sin decir nada, se sentia muy culpable por haber destruido el negocio de su Madre, sabía perfectamente que por su estupida idea su Madre tenía que desocupar el local y se quedaría sin trabajo. Yo me recosté sobre mi tendido y me quedé muy pensativo, muy en el fondo de mi también me sentia culpable por haberle permitido a mi compañero llegar tan lejos. Me quedé recostado un buen rato sin poderme dormir, las imagenes de la Sra, Estefania se me venian a la mente cómo fotografias, con sólo imaginarme las enorme tetas de la Señora chupandosela a ese desgraciado se me empezó a empalmar, encendí mi video camara para ver las imagenes capturadas bajo mis cobijas. Iván estaba tan dormido que empezaba a resollar fuertemente. Le puse Play a mi video y me puse a retomar nuestra sucia acción de esta tarde, me estaba empezando a empalmar fuertemente, cuando en eso empezé a escuchar pequeños ruidos cerca de la casa, pensé que era mi imaginación o quizás lo ronquidos de mi compañero que cada vez eran más fuertes.

Todo estaba muy silencio y oscuro, me levanté sin hacer ruido y salí de la habitación con sigilo, la habitación de la Sra. Estefanía estaba iluminada y se escuchaba el sonido de la regadera encendida, pensé que a lo mejor sería ella la que hacía los murmullos así que fui a la cocina por un vaso de agua. En eso estaba cuando empezé a escuchar pequeños murmullos fuera de la casa, de repente escuché cómo forzaban la puerta y la silueta de algo fuera de la casa. Me acerqué un poco pensando que quizás sería un vecino o algún animal haciendo ruidos pero no lograba mirar a nadie, de repente escucho que se abre la puerta de entrada, no lo podía creer, algún ladrón había entrado a la casa. Entre la oscuridad corrí a esconderme, quize avisarle a la Señora pero ya era demasiado tarde, el sujeto ya se encontraba dentro y empezaba a caminar hacía la habitación de la Sra. Estefania.

Entre la penumbra logré caminar por debajo de la mesa y ahí me quedé, estaba tan asustado que no sabía cómo reaccionar, ni que hacer, pensaba en Iván que estaba dormido, en su Madre que se estaba duchando, además el teléfono estaba tan lejos y mi celular lo había dejado dentro de la habitación de Iván, no podía hacer nada. Ante mis fuertes látidos de corazón empezé a ver cómo los pasos del sujeto se adentraban por el pasillo dentro de la casa y se dirigian hacía la habitación de la Señora. Me quedé sin moverme bajo la mesa camuflajeado por el gran mantel que la cubria, para mi suerte el mantel no era tan grueso y podía ver perfectamente lo que sucedía a mi alrededor. El sujeto caminó hacía la puerta de la habitación de la Señora y con una mano empujó levemente haciendo que se abriera sin hacer ruido, al parecer la Sra. Estefania seguía en la regadera ya que no se enteraba de nada.

Poco después, la Señora salía del baño envuelta en una toalla y sin nada abajo secándose el cabello con la mirada hacia el piso sin imaginarse lo que esta por suceder, volteó a verse en el gran espejo al mismo tiempo que la toalla caía al piso dejando su tremendo y escultural cuerpo completamente desnudo, de imediato, al subir la mirada dió un grito ahogado de horror y abriendo completamente sus bellos ojos verdes al notar en el reflejo del espejo la presencia del viejo de Don Pancho a sus espaldas, a escasos 2 metros de ella mirándola con una sonrisa pervertida, dejando ver una hilera de dientes amarillos y acariciándose la verga por encima del pantalón que ya tenía una tremenda erección.

-‘‘¡Hola, Chula!, ..que sabrosota te ves así desnuda. Creo que dejamos algo pendiente ¡Ja, ja!..’’ La Señora con sus manos trataba de taparse los senos y su intimidad ante la risa del viejo.

La Sra. Estefania sin voltearse viendo al viejo a través del espejo con voz asustada y roja de vergüenza por el repentino atrevimiento preguntó al viejo, viéndolo a traves del gran espejo:

-‘‘¿Pe, pero cómo entró?, ..¡cómo se atreve! ¿Que, que, desea desgraciado? ..¿que quiere? ’’. Dijo paralizada por la impresión.

El viejo acercándose a la asustada mujer acariciándose la verga se podía ver la tremenda empalmada por la delgada tela de su pantalón, sin quitar la vista de ese fabuloso trasero ya que la Señora seguía de espaldas a él, observaba sus grandes y bien proporcionadas caderas, carnosas y sin rastros de estrías ni celulitis, completamente limpias y deseables con gotitas de agua que resbalaban lentamente haciendo que la vista para el viejo ( y para mi, je je.. ) fuera tremendamente sensual.

-‘‘¡Que culo tan soberbio!, ..¡tienes un culazo descomunal! ’’. Decía el viejo viéndole las nalgotas y acercándose más lentamente a la asustada Señora.

Extasiado por sus tremendas redondeces, no titubeó al estar junto a ella, tomándola decididamente por detrás. La Señora Estefania no sabía cómo responder, se quedó petrificada sin saber cómo reaccionar. El tipo más peligroso de la Colonia se había metido a su casa en plena noche y estaba frente a ella ante su figura expuesta totalmente desnuda.

-‘‘Que lindo cuerpo tienes, mi amor, ..fue una pena no haber terminado lo que empezamos esta tarde ’’. Susurró desde atrás al oído mientras se acercaba a rosarla.

Al instante, la Señora sintió los velludos brazos del viejo que pasaban entre medio de los de ella y su cuerpo sudoroso se le pegaba por la espalda. La pobre completamente limpia, recien salida de la ducha tenía por encima de ella las axilas el viejo que olían a demonio, algo asqueroso mezcla de licor y sudor. A continuación bajó sus manos por su breve cintura sintiendo la suavidad desquiciante de esa tersa y calida piel, de nuevo comenzó a subir lentamente sus manos sucias llenas de callos y mugre por el abdomen de la Señora hasta llegar al gran premio, sus formidables y turbentes tetas. Las empezó acariciar desde su base recorriendo todo su contorno sintiendo su dureza y suavidad para después estrujar las dos al mismo tiempo.

El viejo, aprovenchado la inerte reacción de su victima apoyaba su verga durísima sobre las delicosas nalgas de la Señora y comenzó a puntearla, a repegar su tremendo bulto sobre la deliciosa curvatura y dureza de esos gluteos. El desgraciado sentía un cosquilleo desquiciante en la verga al sentir esas dos masas de carne sobre su embravecido glande, experimentaba una plácida sensación de esas ricas y duras nalgas que tallaba y tallaba su tranca moviendo su cadera con enérgico ímpetu. Lo hacía de tal manera que por momentos levantaba levemente ese tremendo trasero hasta que estas lograban atrapar la palpitante y excitada verga del viejo. La Sra. Estefania la sentía claramente porqué el viejo llevaba un pantalón muy delgado de vestir, que por su parte sentía a la perfección cómo ese apetitoso trasero lo trasportaba al cielo.

La Señora no decía nada, sólo cerraba los ojos y sus tetas subían y bajaban al ritmo de su respiración que comenzaba hacer más rápida, por el miedo que le producia la inesperada sorpresa y el degenerado sujeto que la tenía rodeada por sus brazos.

-‘‘¡Mmmh! Que buenas tetas tienes ’’. Comenzó a apretar los pechos con pasión.

Los amasaba fuertemente murmurándole al oído que estaban grandes y firmes, al mismo tiempo que empezó a puntear con más fuerza, rosandole todo su asqueroso bulto sobre sus desnudos glúteos. Sus manos le apretaban los pechos y su cuerpo le apretaba la cintura para conservar su bulto a la altura de las nalgas. La Señora comenzaba a sentirse inquieta por la morbosa situación, pensaba en ella y en su hijo, este desgraciado era capáz de cualquier cosa.

-‘‘No ..noo ..suélteme por favor ’’. Musitó la Sra. Estefania tratando de apartarse con sus finas y delicadas manos de las gordas manos del viejo que le masajeaba las tetas, pero el viejo le mordió una oreja diciéndole:

-‘‘Quieta, Mamacita, ..si no cooperas te mato a ti y a tu pequeño hijito. ¡TShhhh! Quedate quietecita, ..no hagas nada estúpido ’’. Sacando una navaja del bolsillo y poniéndosela al cuello a la Señora que sin más dejó de ofrecer resistencia por el miedo y dejó al viejo libre a sus anchas para que hiciera con ella lo que quisiera.

-‘‘Por favor ..nooo ’’. Sollosaba debilmente la Señoa sólo resistiéndose con su voz.

Este al darse cuenta de la sumisión de su victima arrecio en las caricias, la Sra. Estefanía temblaba, el viejo le lengüeteada la oreja con esa asquerosa boca llena de barbas con varias semanas sin rasurar. La Señora sentía escalofríos al mismo tiempo que no dejaban de estrujarle los pechos con ambas manos. Don Pancho palmó las enormes tetas de la Señora, que eran demasiado aún para sus toscas manos. Con una mano el viejo la agarraba cada una de sus tetas mientras con la otra exploraba todo el cuerpo de su victima, presionando su excitada y palpitante verga contra los glúteos de esta.

El viejo acariciaba su abdomen, sus callosas manos sentían la piel erizada mientras su experimentada lengua se introducía en su oreja haciendo círculos que la llenaban de escalofríos, para después subir sus manos y atrapar el hinchadísimo pezón y darle suaves masajes con los dedos, la Señora sólo cerraba sus ojos e inclinaba su cabeza hacia atrás. El viejo tomó una de las manos de la Señora y la dirigió a su palpitante verga, se lo tocaba y se lo apretaba suavemente sobre el pantalón sintiendo su dureza.

-‘‘Por favor no ..no Don Pancho, no por favor ..déjeme ..déjeme ’’. Decía la Señora incapaz de oponerse al viejo por el terror que le provocaba.

Su respiración se comenzó agitar, el viejo sentía cómo su piel se estremecía y se erizaba con el roce de sus dedos. Entonces Don Pancho le dio la vuelta dejandola de frente a él, quedaban casi a la misma altura por ser la Sra. Estefania de la misma altura que ese viejo una ventaja más al no tener que agacharse mucho para disfrutar de su cuerpo.

De pronto sin que yo me hubiera dado cuenta, entraron 3 tipos más en la casa, uno de ellos lo pude reconocer fácilmente entre la penumbra, se trataba del Panda, el enorme hombre que cuidaba el horrible negocio del viejo, se quedó en la puerta vigilando al exterior. Los otros dos entraron y se dirigieron dónde estaba su jefe. La Sra. Estefania al ver dos tipos más merodear por su casa se asustó mucho más, se separó del viejo dando un manotazo para tomar una bata y cubrir su desnudo cuerpo. Se empezó a poner histérica, intentó gritar y patalear, pero rápidamente el viejo le tapó la boca y la sujetó fuertemente haciendo imposible cualquier intento de ayuda. Apenas se le escuchaban unos pocos los gemidos y las patadas no lograban doblegar a su captor. Uno de los hombres se metió a la recamara a auxiliar a su jefe, a tratar de sujetarle las piernas, y mientras el otro buscaba no sé que cosas en una mochila que cargaba. En cuanto la doblegaron, uno de los hombres sacó de la mochila un rollo de cinta y con un pañuelo de su bolsillo la amordazó. 

Después, entre los dos la llevaron en peso hacia el medio del living de su propia casa, amordazada y esposada, la Sra. Estefania trataba de escapar corriendo, pero en cuanto pasaba a un lado de uno de ellos, la tomaba de los brazos y la arrojaba hacia atrás. Intentó también patearlos, pero también fallaba.

-‘‘Señora.. Mamacita.. no lo intentes, no hay escapatoria ’’. Le dijo uno de ellos.

-‘‘¡Mppphhhh!! ’’. Gritó ella detrás de la mordaza negando con la cabeza y abriendo los ojos aterrorizada.

-‘‘Si te hubieras portado bien con el jefe ¡Je je je!.. Pero te prometemos que te va a gustar ¡Je je je!..’’ Rió el otro.

Rápidamente pude reconocer su escalofriante risa, era el Checo, el horrible compiche de Don Pancho, el otro viejo que nunca se le separaba y que siempre le ayudaba hacer sus negocios. La Sra. Estefania estaba totalmente desconcertada y su adrenalina se había subido hasta las nubes. Pensaba en lo que le había dicho el viejo, en el sádico rostro de él mientras se lo contaba. Miraba a los hombres delante de ella, veía las sogas y las cosas que preparaban en sus manos, sus sensaciones eran de lo más extrañas. Su mente se negaba rotundamente a la situación. Deseaba huir de ahí cuanto antes, pensaba en su hijo, no sé si pensaba en mi también por estar en su casa pero se le veía muy asustada.

Los tres hombres se sentaron delante de ella. Podía verlos observar su cuerpo y dentro de su mente adivinaba las oscuras intenciones que tenían con ella. Cuando se hubo tranquilizado un rato y después de servirse un par de copas y recorrer la casa de ella, uno de ellos se paró delante de ella.

-‘‘Tú calladita, mi amor ..vas a pasar una noche inolvidable, Estefania ’’. Le dijo sonriéndole mientras le acariciaba el cabello.

-‘‘¡Jefe! ..el chiquillo duerme cómo un tronco ’’. Dijo un de los tipos al buscar entre las habitaciones.

-‘‘¡Quedate ahí!, ..si despierta ya sabes que hacer ’’.

-‘‘¡Mpphh!! ... ¡umpphh!! ’’. Trataba de suplicar la Señora bajo la mordaza.

Don Pancho de uno de sus bolsillos sacó el cuchillo plegable que abrió de inmediato frente a los asustados ojos de ella. Con delicadeza y cuidando de no lástimarla, se la pasaba por el cuello y por la mejilla. Lentamente fue bajando hasta sus hombros, y de un sólo tirón lebajó la bata por uno de sus hombros. La Sra. Estefania se asustó mucho más y su respiración se agitó muchísimo. Sin embargo, mirando a los ojos del viejo, sabía que no tenía intenciones de hacerle daño, de hecho, sabía las intenciones que tenía, y eso le provocaba una revolución de sensaciones en su vientre que comenzaba a confundirla.

Con la misma maestría con que había recorrido sus hombros, el viejo le recorrió el otro, comenzó acariciar y besar sus hombros. Ella giraba la cabeza tratando de estorbarle y de sacárselo de encima, pero no podía, estaba totalmente sometida. Poco a poco los besos fueron logrando aflojarla un poco, la pobre no tenía otra opción que someterse bajo la lengua asquerosa de ese viejo, que hacía sólo que cerrara los ojos. Cuando Don Pancho la vio un poco más calmada, nuevamente con el cuchillo en su mano, siguió con el siguiente paso. Tomando el nudo de la bata lo desató con fuerza desmedida provocando que la bata se abriera. Debajo de esa abertura se podía ver ya la figura de sus senos. Los demás hombres sonrieron por el espectaculo que estaban a punto de visualizar, ellos también deseaban a la Sra. Estefania, siempre que la miraban pasear por la calle los excitaba de sobre manera y ahora al verla en esa situación no pudieron evitar sobarse sus paquetes que ya se dibujan sobre sus pantalones. La Sra. Estefania respiraba entrecortada, sus ojos mirando a todos esos hombres que la miraban con lujuria animal, y no podía hacer nada por evitarlo.

-‘‘¡Hmmhh!.. chicos, tienen que probarla ..esta suavecita la Señora ¡Ja, ja, ja!.. Es un muñequita ’’. Se deleitaba el viejo apretando de vez en cuando los pechos de la Sra. Estefania.

Sin poder evitarlo, la Madre de mi compañero sintió cómo sus pezones se empezaban a endurecer tras los toqueteos de esas rudas manos. Se maldijo para adentro y rogó que ninguno de ellos se diera cuenta. Preocupada por eso, no vio al segundo viejo que se acercaba por su derecha y se ponía en cuclillas delante de ella.

-‘‘Linda Estefania, ..haber dejanos ver que es lo que tienes para nosotros ’’. Dijo sin ningún cuidado.

Con su huesuda mano se apoyó sobre la rodilla de ella. La Señora se sobresaltó e hizo lo imposible por tratar de sacar su mano de ahí. Los dedos del viejo acariciaban su pantorrilla y su rodilla con delicadeza. Ella se debatía entre las manos de uno y del otro, pero su mirada se fijaba preocupada en el borde de la falda de su vata. Intentaba por enésima vez cerrar sus piernas, pero sólo lograba que la cuerda que sostenía su rodilla y su muslo, se marcara aún más fuerte en su piel. Peligrosamente los dedos del viejo se deslizaban sobre su rodilla, acariciaban su atadura y ahora exploraban la suave piel de sus muslos.

-‘‘¡Hmmmff!! ..’’ Se quejó ella al sentir los dedos que subían por su muslo.

-‘‘¡Parece que le gusta, Checo! ..yo creo que siempre le ha gustado. Nose porque se hacía la estrecha ¡Je je je!..’’ Le dijo Don Pancho que seguía con sus manos sobre los pechos de ella.

-‘‘Si, se le nota, ..¿ pero cuál de los dos le gusta más? ’’. Bromeó respondiéndole.

-‘‘¿Que te gusta más, hermosa?, ..¿que te soben las tetas o que te manoseen los muslos? ’’. Le preguntó Don Pancho tomándola de la barbilla.

La Sra. Estefania cerró los ojos y bajó la cabeza sintiéndose derrotada y sabiendo que los dos jugaban con ella. Las manos del tal Checo  seguían avanzando por sus muslos y ya comenzaban a tocar el borde de su bata y seguía subiendo disfrutando de cada centimetro de su piel. Mientras tanto Don Pancho se divertía acariciándole los pezones por arriba de la bata hasta ponérselos duros cómo piedra.

-‘‘¿Te alistabas para nosotros linda? ..ya sabias que ibamos a llegar ¡Je je je!..’’ Dijo el horrible Checo.

-‘‘Si, yo creo que si ’’. Sonrió Don Pancho.

Los dos viejos desgraciados se estaban regocijando con el cuerpo de la Sra. Estefania, ella temblaba. Cuando Don Pancho y el Checo se sonrieron era claro que planeaban algo, su sonrisa malosa dibujaba algo en sus retorcidas mentes. La Señora los miró con cara de pánico. Luego de eso, cada uno de ellos tomó un extremo de la bata y comenzaron a dar fuertes tirones. El cuerpo de la Madre de mi compañero se sacudía de un lado al otro sin poder sostenerse, y la bata se iba abriendo lentamente, avanzando y mostrando cada vez el cuerpo de la Señora.

Desesperada por saber que en uno segundos quedaría completamente desnuda ante los 4 sujetos, la Sra. Estefania gemía y se retorcía en sus ataduras. Los muy degenerados no sólo jugaban con su temor, sino que también la querían dejar expuesta e indefensa ante sus propios ojos. Los otros dos tipos no participaban, sólo se reían sinistramente y la devoraban con sus miradas perversas y llenas de deseo. Las manos del Checo ahora acariciaban el muslo con más recorrido. Sus dedos recorrían sus suaves piernas desde la rodilla hasta adentro, cada vez más, cada vez más cerca de su sexo. La Señora miraba la mano y no podía evitar sentir las manos callosas estimulándola.

-‘‘Te va a gustar Mamacita ..ya vas a ver ’’. Le decía Don Pancho al oído desde atrás.

El Checo, desde adelante, acariciaba sus muslos en la parte más alta, muy cerca de su sexo, muy peligrosamente acercándose. Esta vez sus dedos no se detuvieron. Los primeros roces fueron cómo descargas eléctricas en el cuerpo de la indefenza Señora. Los desgraciados premeditadamente la estaban excitando. De repente sintió que su bata caia sobre su espalda, dejando su torso completamente desnudo. Sus dos pechos salieron nuevamente al aire. Firmes y atractivos, con sus pezones bien duros y erectos, mostraban a sus dos agresores que iban por el buen camino. Muy a pesar del deseo de la Señora, su cuerpo la estaba traicionando. Los muy desgraciados se iban a salir con la suya. Preocupada por sus pechos, no prestó atención a la navaja del Checo, que con delicadeza también, jugaba con el rizado pelo de su pubis.

La Señora se dio cuenta de lo que estaba intentando el Checo y sus ojos se abrieron de par en par mirando hacia su pubis. Las manos de Don Pancho ya manoseaban sus pechos y acariciaban sus pezones jugando con su dureza, entreteniéndose haciéndolos bailar entre sus dedos. De vez en cuando los apretaba un poquito. La Señora era atacada por dos flancos al mismo tiempo, la mano del Checo recorría su cintura y jugaba con el vello púbico que estiraba con su navaba haciéndole un poco de daño. De vez en cuando, algún dedo le rosaba la endidura de su vagina, acariciándola, jugando con su sexo sin penetrarla aún. La pobre sentía muchísima vergüenza de que le estuvieran tocando y jugando con esas zonas de su cuerpo, tan privadas para ella, pero para su desgracia se dio cuenta de que se estaba mojando y excitando cada vez más.

El desgraciado Checo, tomó un mechon de su rizado pelo y lo apretó entre la navaja y su dedo pulgar, con un fuerte tirón le arrancó unos cuántos pelos del pubis, provocando que la Señora se quejara y se revoloteara sobre la silla. Con el mechón de pelos entre sus dedos, el viejo sonreía pícaramente mientras observaba el enrojecido rostro de la pobre Señora. Luego de revisarlos y burlarse de ella varias veces, los tiró sobre el piso para seguir con su humillación. Ella nunca se había mostrado desnuda ante un desconocido que no fuera su Marido o quizás algún novio. Pero tampoco nunca había sentido en su cuerpo tanto temor y excitación al mismo tiempo, tanto calor que le corría por dentro. El peligro inevitablemente la estaba poniendo muy excitada.

El Checo se arrodilló delante de ella y con una misma sonrisa en el rostro comenzó a besarla. Primero en el cuello, luego los hombros, suavemente sus labios iban recorriendo toda la piel de ella. La respiración se le agitaba y sus ojos se ponían brillosos, no podía quitar la vista de él. Observaba nerviosa cómo ese desgradable viejo con su boca poco a poco besaba sus senos. Sus labios posándose sobre sus redondos pechos, haciéndola vibrar con cada contacto. En cuanto él sacó su lengua fuera y comenzó a lamerlos, ella abrió los ojos cómo desesperada. No podía evitar sentir la sensación de la caliente y áspera lengua que le recorría sus pechos. En cuanto la lengua tocó el pezón, ella se arqueó hacia atrás y sus ojos se apretaron. Todo su cuerpo inevitablemente hervía.

-‘‘Te gusta, ¿verdad? ..’’ Le dijo el viejo viéndola cómo se estremecía.

Ella se enrojeció nuevamente, llena de vergüenza, pero no pudo evitar admitir que era cierto. Miró a los tres hombres a su alrededor y se dio cuenta que la iban a violar. Harían con ella lo que se les antojara, y ella no podría hacer nada para evitarlo. Quizás, hasta no deseaba evitarlo, pensaba. La mano del Checo deslizándose por debajo de su cuerpo y acariciando su sexo la hizo volver a la realidad. Sus dedos estaban acariciando los labios de su vagina, y su cuerpo reaccionaba humedeciéndose sin control. Delicadamente la acariciaba y la iba abriendo. Su sexo destilaba jugos y sus piernas temblaban con las caricias.

De pronto el sujetó que se mantenía atento observando desde la habitación de Iván espetó:

-‘‘¡Jefe!, ..el chiquillo ya se despertó y al parecer pregunta por su Mamá ¡Ja ja!..’’

-‘‘¡Traelo estúpido!, ..no dejes que grite ’’.

-‘‘¡Hmmmff!! ... ¡Mmmhh!! ’’. Se revoloteaba la Señora evitando que sometieran a su hijo.

Enseguida vimos salir al sujeto de la recamara cargando a Iván que se revoloteaba tratando de entender que era lo que pasaba, lo tiraron en el suelo y entre ese extraño sujeto y el Panda lo sometieron rápidamente haciendo que mi pobre compañero no pudiera ni intentar nada por evitarlo.

-‘‘¡Escuchame bien escuincle!, ..si tú y tu Mamita quieres salir vivos, tendrán que hacer lo que nosotros les digamos. Quedate tranquilito y no hagas estupidezes ’’. Le dijo Don Pancho señalandolo con la navaja.

Pero Iván estaba tan asustado que empezó a patalear para todos lados, por lo que le tuvieron que darle un tremendo golpe para calmarlo. Con Iván medio atarantado lo sentaron en otra silla y lo sujetaron fuertemente con un cinta de embalar gris, el pobre casi queda cómo una momia, lo embalaron desde los pies hasta la cabeza y le taparon la boca con un trapo sellandose con parche. Yo estaba aterrorizado viendolo todo, no podía creer lo que nos estaba pasando, rogé por no ser descubierto y en silencio me quedé observando que era lo que les tenían planeado. 

-‘‘Si te hubieras portado bien, Mamacita ..no me hubieras obligado hacer esto. Ahora tu pequeño hijito tendrá un espectaculo que nunca olvidará ¡Ja, ja, ja!..’’ La miró fríamente.

-‘‘¡Mmmhh!! ... ¡nommhh!! ’’. Se reboloteaba la pobre Señora.

-‘‘¡Escuchame bien, Pendeja! ..si tú y tu hijito quieren salir vivos de aqui, vas a tener que portarte muy bien con nosotros. Y cuando digo portarte muy bien ..¿ya sabes a que me refiero? ¡Ja, ja, ja!..’’ La amenazó el muy maldito.

La Sra. Estefanía bajó la cabeza, se dio cuenta que no tenía otra opción, su hijo estaba sometido y por la popularidad que tenía ese viejo ella sabía que era capaz de hacerlo, lloró en silencio y sollozó. 

-‘‘¡Párate! ’’. Le ordenó. 

Ella vaciló unos segundos, pero luego se incorporó ayudada lentamente, manteniendo la cabeza baja, se reacomodó nuevamente la bata y se mantuvo de pie a lo que le ordenara el viejo. Don Pancho se acercó a ella, y ató uno de los trozos de cuerda a una de sus muñecas, y luego hizo lo propio con la otra, mientras la pobre Señora seguía llorando con fuerza. Sin hacer caso de sus lamentos, la hizo girar, enfrentando el lecho, y la empujó, haciéndola caer sobre la mesa de centro de la sala. Luego, calmadamente, ató las cuerdas a la estructura metálica de la mesita, dejandola con muy poca posibilidad de movimiento. Luego, tomándose su tiempo y ante las sonrisas pervertidas de sus compañeros, la tomó por los muslos, y la arrastró, hasta dejar sus caderas apoyadas en el borde, lo que la obligaba a apoyar las rodillas en el suelo. Ató cuerdas en torno a sus rodillas, y las tensó, obligándola a separar un poco las piernas.

En eso estaban cuando Iván recuperó la conciencia, intentó tocarsela cabeza, pero no podía moverse. Sus manos y piernas no se movían y le costaba respirar. Poco a poco fue dándose cuenta de que estaba atado a una silla y que un trapo ocupaba su boca. Sus ojos se fueron aclarando, y horrorizado, fue consciente de la situación. La banda de Don Pancho había asaltado su casa. Volteó para todos lados tratandome de buscar pero sólo atinó a ver sólo su Madre. Cuando volvió en si y recobró la consciencia, vivió el peor momento de su vida. Al abrir los ojos, se encontró con su Madre amarrada a las patas de la mesillta. Se encontraba en una posición incomoda, con las manos amarradas a la mesa, vestida sólo con su bata de baño abierta, y con tres desgraciados sadicos a su alrededor.

Cuando abrió los ojos, casi de inmediato sintió otro golpe en su cabeza. Un manotazo le golpeo. Lo bastante fuerte para hacerlo sentir un buen dolor, y lo suficientemente suave para no hacerle desmayar de nuevo.

-‘‘¡Mira Zorra!, ..tu bastardo ha despertado. ¿Ves? ..colabora. O quizás cuando acabemos contigo él nunca más despierte ’’. Le dijo frente a ella, y le ordenó mirarle.

La Señora lloró en silencio, pero atinó a confirmar con su cabeza, sabía que esos desgraciados eran capaz de cumplir con sus amenazas, tenían una fama bien ganada en el barrio y ya tenía varias historias ganadas.

-‘‘¿Te gusta chico?, ..¿quieres ver que Mami más Puta tienes? ’’. Dijo el viejo voltenado hacía Iván.

Él negó con la cabeza. Y Don Pancho intensificando su fuerza con la cuerda, comenzó ahogar levemente a su Madre, mientras le volvía a preguntar:

-‘‘¿Y ahora? ..¿no te gusta más ahora? ’’.

Pero Iván volvió a negar con la cabeza. Y él respondió ahogándola con más fuerza y dando dos salvajes tirones de su pezón derecho que la hicieron gritar de dolor.

-‘‘¡Mmmhh!! ¡nommhh!! ’’.

-‘‘¡No grites, Puta! ’’. Dijo a la vez que le daba un sonoro bofetón en la cara que la hizo voltear el rostro.

-‘‘¡Ja, ja, ja!.. El chiquillo no se imagina del buen espectaculo que esta a punto de ver ¡Ja, ja, ja!..’’ Dijo el Checo a sus espaldas.

-‘‘¿Sigues sin querer saber lo Puta que es tu Madre? ’’.

El pobre entendiendo lo que sucedía ahora si asentió con la cabeza. Si de todas formas iban a abusar de su Madre, mejor no someterla a dolores innecesarios. Don Pancho la mantuvo de rodillas. Ella estaba sobre la mesa pero cara a él. A menos de medio metro.

-‘‘Si tan sólo te hubieras portado bien, Mamacita ..te hubiera tratado cómo una Reyna. ¡Ahora mirate! ..te vamos a coger frente a tu pequeño bastardo. Tu chiquillo va a ser testigo de cómo va a gozar su Madre ¡Ja, ja, ja!.. Y te aseguro que te va agustar ¡Ja, ja!..’’

El pobre Iván lloraba a boca jarro, se sentía fatal, por su maldita perverción estaban a punto de violar a su Madre esos asquerosos desgraciados. Con terror vio de cerca cómo el desgraciado Don Pancho se colocaba en la parte posterior de su Madre y alzaba la bata, ella trató de gritar que no, que por favor, que le daba vergüenza, pero por la mordaza que mantenía en la boca tapada le era imposible pedir clemencia.

-‘‘¿Sabes que es lo que más me encanta, Mamacita? ..ver cómo quedan unas nalgas preciosas cómo las tuyas cuando las azote con mi cinturón ¡Je je je!..’’

-‘‘¡Mmmhh!! ... ¡norgghh!! ’’.

La pobre gritó con toda su alma por no ser lástimada, este desgraciado sádico le iba a dar de cintarazos cómo si fuera una malcreada, se remoloteo sobre la pequeña mesilla mientras el desgraciado preparaba el cinturón, para luego azotar con fuerza su redondo trasero. 

‘‘¡Fhiiuuuumm!! ¡Zaz! ’’

-‘‘¡Noooommgghh!! ’’. Gritó de dolor, pero él no se detuvo. 

Tras una pausa de un par de segundos, le propinó el segundo golpe. Nuevo grito, y un:

‘‘¡Fhiiuuuumm!! ¡Zaz! ’’

-‘‘¡Mom mamor! ..¡mo me meme mámhhh ’’.

Gruesas ronchas de color rojo fuerte cruzaban de lado a lado su redondo y terso trasero. Yo estaba impactado por lo que estaba sucediendo, estaba aterrorizado por lo que estaba viviendo, jamás había visto tal cosa. El desgraciado le daba con todas sus ganas, cómo si le tuviera un enorme coraje. Extrañamente mi verga hacía presión dentro de mis pantalones, ¡no lo podía creer, me estaba empalmando viendo cómo azotaban y violaban a la Madre de mi compañero! Afortunadamente se detuvo, nuevamente, y se alejó un poco, para tener una mejor visión de su glúteos, absolutamente convertidas en rojo. Ella se revolvió sobre la mesita, y la bata le ocultó sus encantos.

Don Pancho dio la vuelta y se sentó cerca de ella. La hizo mirarlo:

-‘‘¿Sabes lo que más disfruto de todo esto? ..’’ Estiró la mano y le quitó la mordaza.

-‘‘¡Po, por favor Don Pancho! ..no, no me lástime. Yo, yo haré lo que usted quiera ..pero, pero llevese a mi hijo dónde no vea ’’.

Pero el tipo parecía no inmutarse con sus suplicas:

-‘‘Lo mejor de esto es imaginar cómo te van a quedar las nalgas después de que termine contigo, ..¿podría emplear la vara? Pero te voy a sacar sangre, y no te vas a poder sentar en varios días ’’. Le dijo.

-‘‘¡No!, no Don Pancho, ..no me pege más. Yo, yo haré lo que quiera, ..so, sólo llevese a mi hijo ’’.

Eso era lo que el desgraciado estaba esperando escuchar. Por fin la tenía dónde él quería. La empujó de lado, haciéndola levantar parte del torso, y le metió la mano debajo de su bata, agarrando con fuerza una de sus tetas. La masajeó, sin decir palabra por unos segundos, y jugó con el pezón, apretándolo con suavidad, y hundiéndolo en la masa mamaria, hasta que se endureció. La Señora gimió, pero estaba aterrada, mordiéndose los labios para no hacer enojar al viejo.

-‘‘¿Cualquier cosa? ..’’ Le preguntó.

No le contestó, pero escondió la cara contra la mesa. El viejo volvió a colocarse detrás de ella, con lentitud recorrió la cara posterior de uno de sus muslos, luego la del otro, y progresivamente abarcaba la cara interna, cada vez más cerca de su concha. Ella se revolvió, inquieta, pero no dejó escapar ningún sonido. Su respiración se hizo entrecortada, y su ritmo aumentó. Se podía sentir el fuerte latido de sus arterias del muslo contra los dedos. Deslizó sus dedos sobre su vulva una y otra vez, lentamente, y volvió a preguntar:

-‘‘¿Cualquier cosa? ..’’

Al no obtener respuesta, el viejo deslizó un dedo entre ambos labios mayores hacia adelante, buscando el clítoris. Sus muslos se pusieron rígidos, e intentó cerrarlos, pero las cuerdas se lo impidieron. Volvió a llorar, y la vi esconder la cara en la mesa y entre sus brazos. Todos se mantenían a su alrededor, observando sus reacciones, mientras el viejo continuaba masajeando su clítoris, lenta, muy lentamente, hasta que comenzó a efectuar movimientos convulsivos. Me pareció escucharla gemir, la pobre Sra. Estefanía no podía soportar el tremendo calor que la invadia por dentro. Eran sensaciones nuevas para ella, que no conocía ni remotamente.

-‘‘Que vista más linda, ..¡mira, escuincle! ¡Mira que conejo más precioso tiene tu Madre! ’’.

Le pasó de nuevo los dedos entre su raja, con una mano separó los labios, mientras con la otra introducía lentamente un dedo en su vagina. Sus muslos se apretaron convulsivamente, y en la medida que ese dedo jugaba con sus partes privadas, los tirones a las cuerdas que sujetaban sus piernas aumentaban. Pero lo que ella no esperaba, la tomó totalmente por sorpresa. De repente algo caliente hervía dentro de ella al sentir cómo hundía violentamente un dedo dentro de su sexo. Ella gimió y alzó el rostro sin poder evitar abrir los ojos cómo dos platos al frente. La estaban penetrando. El desgraciado viejo estaba disfrutando de esa humillación. Le separó los labios y los lamió, poco a poco siguio aumentando el ritmo de los dedos y la lengua la rosó en el interior de su agujero, mientras dejaba resbalar su saliva para humedecerla.

El otro viejo, el tal Checo le tomó su rostro con su mano, y la obligó a mirarlo. Le preguntó si le gustaba, y ella sólo se mordió los labios, nerviosamente. Profundamente y sin piedad, el grueso dedo de Don Pancho le abría su sexo, y sin mucha resistencia de parte de ella se hundía dentro de su ser. En un primer momento, lo que hizo instintivamente fue gritar y agitarse cómo desesperada. Deseaba gritar al mundo que la estaban violando, que ella no consentía esa penetración, que se quitara de adentro de ella.

-‘‘Mira la puta cómo lo disfruta ’’. Decía el Checo viendole el rostro a la pobre Señora.

La Señora Estefania se da cuenta de lo que estaba sintiendo, se estaba dejado llevar por las caricias sucias recibidas y esto la desconcierta, le estaba permitiendo que la violaran una y otra vez, y ella lo estaba consentido humedeciendose más y más. Siente rabia por haberse traicionado, por permitirse sentir placer... por estar colaborado. Instintivamente cierra sus muslo, trata de resistirse, pero el viejo la obliga abrirlos y a mantenerlos separados, ella obedeció por un momento, pero cuando lo volvió a sentir, casi inmediatamente juntó nuevamente los muslos, atrapando su mano con ellos. El viejo encorvó los dedos, entrando lentamente entre sus labios mayores, y luego deslizándolos sobre su clítoris. Gritó ahogadamente, y le pidió que no continuara, pero la humedad de su concha la contradecía.

Sin sacar la mano de su vulva, la volvía a hundir hasta el fondo de su sexo sin piedad. Luego de eso comenzó a retirarse lentamente. Ella cerraba los ojos y aplastaba su rostro contra la mesa tratando de no sentir nada. Pero era imposible. Su cuerpo húmedo por demás lubricaba deliciosamente ese movimiento haciéndole sentir cada centímetro de los dedos que la había penetrado. Sin poder evitarlo la Señora sintió cómo su cuerpo se le aflojaba todo y el ir y venir de esos gruesos y calludos dedos dentro de ella la alteraba y la ponía cada vez más fuera de control. Ella comenzaba a gemir nuevamente. Sus muslos se le aflojaban, su cuerpo entero hervía y deseaba que eso no se detuviera jamás.

-‘‘¡Ya esta aflojando, Jefe! ..¡es todo un Cabrón!. Usted si sabe cómo hacer chorrear a una Puta ’’. Le celebraba su compinche.

El sonido de esas palabras en sus oídos la puso alerta nuevamente. Todo su cuerpo se tensó y sus ojos se abrieron de par en par. Sin embargo, por más que le dolieran esas palabras, su cuerpo no tardó en responder nuevamente y su sexo volvió a desear que continuara. Don Pancho movía sus dedos con ritmo detrás de ella, sus embestidas movían todo el cuerpo de la Señora y su dedos chapoteaban a cada choque con las nalgas de ella. La estaba disfrutando, la saboreaba con cada arremetida, y ella lo sabía y lo deseaba. Creyó enloquecer, esos dedos hacían maravillas sobre su clítoris y las sensaciones pronto la hicieron perder la noción de que la estaban violando.

Delante de ella, el Checo se había acercado a ella lo suficiente cómo para besarle el rostro. Algunas lágrimas caían de sus ojos, pero sólo se podían escuchar sus gemidos.

-‘‘¡Disfrutalo, preciosa! ..vas a ver que te va a gustar. Y cuando todos te usemos ya no sabrás cuál de tus agujeros estara más grande ¡Ja ja!..’’ Le dijo el viejo besándole el cuello, incrementando aún más su miedo.

La Sra Estefania, atemorizada, asintió con la cabeza y dejó que las manos de Don Pancho siguieran trabajando en su chochita. En cuanto los sintió de nuevo inspiró con fuerza y apretó los dientes sintiendo una sensación que la dominaba por completo en manos de ese viejo. Don Pancho le acariciaba los labios, sus dedos pronto comenzaron a mojarse con la lubricación, los sacó de repente y se los llevó a la boca de ella.

-‘‘¡Chupalos cielo! ’’. Le pidió el viejo.

Entre gemido y gemido la Señora cerró sus labios alrededor de los dedos de Don Pancho y comenzó a chuparlos. Con la otra mano mientras tanto, él le acariciaba los pechos. Ella sintió que su cuerpo estaba a punto de estallar otra vez. Su respiración agitada, sus ojos húmedos de placer, todo indicaba que su orgasmo estaría muy cerca. Antes que se diera cuenta, el viejo se había subido a la mesa y sacaba sus dedos de su boca para empezarse a sacar su miembro. La Señora intentó resistirse un primer momento, pero en cuanto el viejo la tomó fuerte del cabello, a ella se le vino el pánico.

-‘‘¡Por favor no!, ..¡delante de mi hijo no! Dejen que se vaya, ..¡que no vea esto! ’’. Decía ella suplicando.

Pero el viejo parecía no escucharla, se separó de ella, y soltó sus pantalones, dejándolos caer sobre sus pies. Sacó sus zapatos, y luego sus pantalones. Se deshizo de ellos con movimientos bruscos. Rápidamente su camisa siguió al resto de la ropa. Ella miró de nuevo su tremendo bulto y cerró los ojos. No era especialmente superdotado, pero tenía un tamaño más que adecuado para sus fines, estaba algo más grande de lo que había estado esta tarde y ya lo tenía casi completamente duro. Apoyó su rodilla en la mesa, y descendió hasta situarse frente a ella, lo acercó a su cara, y se lo empezó a pasar por la nariz y los labios notando la pobre Señora su dureza y temperatura.

-‘‘¡Andale, Puta! ..que no es la primera vez que lo haces ¡Ja, ja!.. Recuerda que si nos haces una buena mamada nos iremos y te dejaremos a salvo y tranquila ’’.

Iván se retorcía atado a la silla sin poder hacer nada, y contemplando cómo ese asqueroso viejo iba a meterle la verga en la boca a su Madre delante de él, por fin se le concedía su perverción, ver a su Madre siendo abusada por varios hombres, aunque creo que de esa forma nunca se lo imaginó.

-‘‘¡Vamos, Puta!, ..que seguro que a tu edad no es la primera vez que lo haces. Ayuda al Jefe que tiene un trabajo que terminar ¡Je je je!..’’ Rieron todos.

Pero la Sra. Estefania seguía inmóvil y con los brazos amarrados junto a la mesa. El grito de su hijo al recibir una fuerte patada en la espalda la hizo reaccionar.

-‘‘¡No por favor!, ..no le hagan nada. ¡Esta bien!, ..lo haré ’’. Dijo resignada.

La Señora volteando a ver a su hijo y pidiendole perdón con la mirada por lo que estaba a punto de hacer, cerró los ojos y abrió la boca, ese pene olía inmundo, pero el olor en estos momentos era lo ultimo que le importaba. Lentamente introdujo poco a poco ese asqueroso pene en su boca, se lo succionaba cada vez más rápido pasando sus labios a todo lo largo de su pene, luego lo sacó de su boca y sujetando el capullo con sus labios se dedicó a pasar su lengua por todo el glande de arriba a abajo, por el ruido de otro cierre supuse que el otro desgraciado también se había sacado la verga y que se estaba masturbando, observando la mamada que le estaba haciendo a su Jefe. Iván se concentraba en no sentir nada, pero no podía evitar excitarse al ver la cara de su Madre, llena de lágrimas pero tan sensual, con esa verga entrando y saliendo de su boca, y la lengua restregándola toda.

La pobre seguía centrada en la mamada, quería hacérsela bien para que desaparecieran para siempre de su vida, se olvidó de su hijo que lo tenía cómo primer espectador, se bloqueó de todo, sabía que lo hacía para salvar sus vidas, cerró los ojos y trató de hacerle la mejor mamada que pudiera en su vida hacer, así que dejó de lamerle el pene y fue por su capullo, le empezó a dar besitos haciendo que sus labios rozaran lo más posible su capullo, eso seguramente a su Marido lo volviá loco y por lo que parecía al viejo también, ya que empezó a gemir con más fuerza. Fue abriendo más y más la boca introduciendo cada vez más hondo esa tranca hasta que su rostro topó con la barriga del viejo, tenía su pene en lo más profundo de su garganta. Entonces él con su mano libre ya que con la otra le agarraba las tetas, la tomó por la cabeza y comenzó a joderle la boca mientras ella con su lengua le acariciaba los testiculos lamiendolos suavemente, pronto se hincharon indicando que si iba a correr pero él diciendo un:

-‘‘Aún no, Preciosa ’’. Y sacó su verga de la boca.

Un gran chorretón de saliva resbaló por la comisura de sus labios, él con un movimiento de la cabeza le señalo a su compañero que ya se había pegado a ellos esperando que le hiciera lo mismo que a su jefe. La pobre Señora giró un poco la cabeza hacía él, quería sujetarsela con la mano, porque aunque ahora ya no tuviera opción a la duda, le tomaba al menos así un respiro, pero no pudo ser ya que su mano no acalzaba a sujetarla por las ataduras. El Checo tomandola por la cabeza se la clavó con fuerza, la pobre abrió la boca todo lo que pudo pero aquel pene era más gordo, no podía con él, la estaba asfixiando, la pobre se revoloteaba sobre la mesa tratando de escapar, crispaba sus manos soportando la tortura y sólo así la soltó.

Tosio unas cuantas veces y levantó la mirada, ahora podia ver aquel pene, se le abrieron los ojos de par en par, era una tremenda tranca de color marrón que además de ser larga era muy gruesa, el desgraciado Checo tenía la verga similar a la del desgraciado Fernando, era tremendamente gorda y las venas lo cubrian cómo enredaderas.

-‘‘Sueltale una mano, ..así, mientras te la mama me la puede estar jalando ¡Ja, ja, ja!..’’ Dijo Don Pancho soltano una de sus manos de los amarres de la mesa.

El Checo parecía querer volver al ataque pero colocandole su mano libre sobre su barriga lo detuvo, con la mano lo empezó a masturbar pasando su mano a todo lo largo de su enorme tranca, de vez en cuando le daba lametones con la lengua y alguno que otro mordisquito, mientras el Jefe impaciente por no recibir caricias le quitó la mano de la verga de su compañero la llevó hasta su tranca para que también le masturbara al mismo tiempo que ella seguía con la mamada a su compañero.

Pero enseguida no se conformo sólo con su mano y acercó su verga a la mejilla para que volviera a chuparsela, alli estaba la Madre de mi compañero, amarrada a la mesita de su sala desnuda delante de aquellos indeseables viejos haciendo sus mejores mamadas, cambiando de verga blanca a verga marrona, introduciendo al mismo tiempo ambos capullos en su boca sin dejar de succionar y chupar, saboreando aquellas dos trancas. La pobre descansaba algún instante para recuperar el aliento pero su única mano no paraba de masturbarles en ningún momento, deseando que se corrieran y desaparecieran.

En uno de los instantes de descanso de su boca, les acariciaba las trancas lentamente cuando Don Pancho miró primero a su compañero y luego a ella diciendo:

-‘‘¡Que bien la chupa!, ..no te dije ¡bufff!! Con lo buena que esta no veo la hora de que nos la chinguemos ’’.

La pobre se quedó helada, dejó de masturbarles y se apartó un poco de ellos para lograr ver sus miradas de lasciva y supo que no se iban a conformar sólo con esa mamada. Miró hacia la puerta y aunque ellos le cerraban el paso y estaba totalmente amarrada, vió una posibilidad de pasar y salir corriendo a toda prisa en cuanto la desataran. Y su deseo se cumplió, de inmediato la empezaron a soltar de la mesilla, primero se mostró dosil pero en cuanto sintió las piernas y su brazo libre, corrió hacía la puerta para tratar de pedir auxilio, incluso creí que lo había conseguido, logró pasar entre los viejos pero en ese momento uno de ellos ( el Panda ) la agarró de los cabellos y tiró fuertemente de ella, tanto que la hizo girar sobre si misma y caer de bruces al suelo.

Las palmas de sus manos y sus rodillas hiceron un sonoro ruido al chocar contra el suelo, entonces el enorme Panda pusó sus pies sobre sus manos sin aplastarlas pero con la presión suficiente para que no pudiera moverse a la vez que la mano que la había agarrado por el pelo mantenía su cara pegada al suelo.

Don Pancho se situó detrás de ella admirando su voluminoso trasero que había quedado totalmente expuesto.

-‘‘Asi que eres una Putita mala, ¿eh? ..’’ Le dijo tremendamente furioso.

Con el cinturón comenzó a azotarle el trasero, no tan fuerte cómo para dejarle morados pero si lo suficiente para enrojecer todo sus glúteos, y así estuvo un rato azotandole una y otra vez sin parar llamandola maldita Zorra cada dos azotes. Cuando paró, las lágrimas de la pobre Señora y de I ván caian de sus ojos.

-‘‘Yo no sé que es lo que realmente quieres Perra, ..uno quiere portarse bien contigo pero al parecer tienes la peculiaridad de hacerme enojar tan facilmente. ¡Sujetenla nuevamente a la mesa! ..ya no habrá más contemplaciones contigo, Puta ’’.

Entre los demás sujetos lograron volverla a someter, pero ahora no la amarraron si no que cada uno de esos la sujetaba fuerte de cada extremidad para así formar una cruz de ella sobre la mesa. La pobre lloró más, ahora si le había llegado la hora, no había marcha atrás, la iban a violar frente a su hijo y no había nadie que pudiera ayudarlos. Don Pancho que estaba desnudo era el primero, tenía totalmente sometida al amor de su vida y esta vez no lo iba a desaprovechar. Así pues, permaneció inmóvil con sus piernas abiertas al máximo y la esperanza de que todo acabara lo antes posible.

-‘‘No llores preciosa, ..en cuanto te la tenga todo adentro te vas a dar cuenta de que no es tan malo ¡Ja, ja!..’’

-‘‘¡Cogetela Pancho!, ..que la muy Puta sepa de lo que se estuvo perdiendo ’’. Le alentaba el Checo tirando de sus brazos.

La Sra. Estefania se mordió los labios, nerviosamente, sabía que su hora le había llegado, sería violada frente a su pequeño hijo y eso le desgarraba el alma, y tras unos pocos movimientos del viejo, su respuesta fue titiritear de miedo y una brillosa capa de sudor frio empapó su cuerpo. Don Pancho, situó el capullo a la entrada de su vagina y empujó suavemente. ‘‘¡Arrgghh!’’ Esa verga se deslizó con facilidad aunque sentía que ese apretado chocho cedía con lentitud. Observé la cara de la Señora. Tenía los ojos cerrados y se mordía los labios con impotencia. Su rostro se contraía, sus cejas se arqueaban. Luego gimió, y se puso a llorar ahogadamente. El viejo se retiró lentamente y comenzó a deslizar su verga sobre su clítoris, hasta que dejó de llorar y se mordió nuevamente los labios, gimiendo.

-‘‘¡Oh Esta muy rica, ..¿verdad que no se siente tan malo Mamacita? Espera que te la meta hasta los güevos ’’.

Otra vez comenzó a entrar en su chocho con suavidad, y esta vez ella no lloró. El viejo levantó sus muslos un poco más y proseguió su avance, pero encontró un poco más de resistencia, y ella se quejó de dolor. Se detuvo, retrocedió de nuevo y continuó avanzando, más lentamente aún. Se quejó y le pidió detenerse, pero este no le hizo caso y la penetró completamente. La Hermosa Señora dio un grito ahogado, y se puso nuevamente a llorar. Don Pancho disfrutaba cada momento, se detuvo, apretando sus caderas hacia su cuerpo, dejando reposar sus bolas contra sus glúteos. Iván contemplaba la escena atónito, veía la verga del viejo hundirse y salir del vientre de su Madre, cada vez más deprisa, con fuertes embestidas que le desgarraban el alma por dentro.

-‘‘¡Ooh!, Aprieta delicioso, ..siento como me succiona más hacía dentro ’’.

-‘‘Pues no la hagas esperar más Pancho, ..revientale el chocho a vergazos, ¿no? ¡Je, je, je!..’’

La Sra Estefania nada más al sentir esa barra de carne caliente abrirse paso en su interior sin ningún miramiento olvidó sus anteriores temores sobre un disfrute involuntario. Ladeó la cabeza mientras veía a su pequeño hijo amarrado sobre la silla, cerró los ojos para sofocar la humillación. Los tipos la soltaron, las piernas de ella colgaban ya inertes de la mesa, dentro de las cuáles se movía el bofo viejo embistiendo con sorprendente vigor. La voluminosa tripa martirizaba su cuerpo, las lágrimas que en principio silenciosas empezaban a brotar, pronto se convirtieron en apagados sollozos de miedo y pena, con todo su ser bamboleándose bajo el empuje del viejo.

-‘‘¡Oh!, ¡Uff!, que rica estas, ..te voy hacer ver las estrellas, Mamacita ¡Uff! Oh ’’.

Aparte de los gruñidos de gusto de Don Pancho y el crujir de la mesa eran los únicos sonidos que rompían el silencio reinante en la casa. Los grandes goterones de sudor que se desprendían de la frente del viejo, iban a parar sobre el cuerpo de ella, salpicando su abdomén y recorriendo por diferentes caminos su gruesa barriga, bañando vientre y pechos. La Señora, con la carne de gallina, hubiera rezado en silencio de mantener la fe, pero ya era tarde para creencias. Solo podía esperar y desear que la avalancha de acometidas acabara lo antes posible. Con los dientes apretados y las manos cubriendo su rostro, se sometió apáticamente mientras era zarandeada cómo una muñeca rota.

-‘‘¡Ufff!, ¡uff! ¡Aprietas delicioso!, ..ni parece que tuvieras un chiquillo ’’.

-‘‘¡Eso es Jefe! ..dele un hermano a este chiquillo. Veelo bien Mocoso, ..mi Jefe te dará un hermanito ¡Ja, ja, ja!..’’ Se cachondeaban sin escrúpulos los intrusos.

Iván al oírlo empezó agitarse en la silla, tanto que cayó al suelo con el forcejeo y la rabia.

-‘‘Miren al chiquillo ¡Ja ja!.. parece que también quiere cogerse a su Mami! ¡Ja, ja!.. Hijo, esta delicia no esta a tu alcance ..ya somos muchos aquí para satisfacerla, no te preocupes ¡Ja, ja, ja!..’’

El asqueroso tronco venoso alojado en su interior ardía y le quemaba, lastimando su delicado sexo sin duda falto de la adecuada costubre. Con su vagina encharcada empecinada en recibir al desagradable invasor y los enrojecidos pétalos de su flor, inflamados de goso, placenteramente estirados al máximo, la Señora se concentraba en abstraerse de su suplicio. El viejo, por el contrario, percibía cómo se adentraba más en su gruta que no consentida se encharcada, lo recibia gustoza sin importerle que la mente le dijera que no. La penetración estaba resultando más placentera de lo que si imaginaba, y encogió un tanto las piernas de la Señora para lograr una mayor profundidad en su cabalgada, provocando en esta, un agonizante gemido capaz de helar la sangre. El viejo llevado por el gozo y sin imaginarse que esa pobre Señora había sido drogada con anterioridad por su propio hijo, perdió el poco fuelle que le quedaba y enjuagándose el sudor de la cara con el dorso de una mano, apoyó los antebrazos en las temblorosas rodillas flexionadas de la Señora.

La pobre Madre permaneció en la misma posición que había adoptado. Su cuerpo desnudo y ahora resbaladizo y brillante, con un pequeño lago alargado de sudor entre sus pechos, tiritaba con la piel erizada y alerta. Sus dedos sobre los ojos, manteniéndolos ocultos, ahora estaban crispados, y las palmas en las mejillas cortaban de raíz cualquier evidencia de llanto y debilidad. Ahí estaba la pobre Señora, tumbada sobre su propia mesilla de su sala cómo vino al mundo, transpirando y abierta de piernas. Para salvar su vida y la de su hijo había tenido que ofrecer su honor. No se arrepentía de ello, y si volviera atrás en el tiempo haría lo mismo sin dilación. Pero, el estar así siendo abusada frente a su hijo eso la atormentaba demasiado, quizás más que los empellones del viejo contra su cuerpo… haría lo que fuera por él. Era su Madre y por lo tanto, tenía el deber de protegerlo sin importar cuál fuera el precio para ello. Así que se volteó para otro lado para no lograr verlo y se resó porque terminara pronto todo aquello.

Pero de manera extraña y sorprendiendonos a todos, algo se quebró en su mente cuando poco a poco, apartó las manos de sus ojos y los abrió súbitamente de par en par. Poseía una sonrisa extraña, y una miraba maliciosa y traviesa al perplejo del viejo que la contemplaba desde arriba. Aplastada por él, movió circularmente lo mejor que pudo sus caderas, acomodando la tranca en su interior. Como por arte de magia, los labios vaginales se relajaron lo suficiente para acoger a su violador, y Don Pancho sintió cómo se cerraron las piernas de la Señora en torno suyo, atrayendo su pelvis hacía ella con los fríos pies clavados en sus fofas nalgas. Enardecida ante la posibilidad de elegir por fin algo de su destino y salvar con ello a su hijo, metió el dedo índice ligeramente a su boca, y mordiéndolo de forma sensual, habló con el tono de una niña pequeña en una perfecta interpretación.

-‘‘¡Ah! ¿Asi que así era cómo me quería, Don Pancho?, ..¿llenarme toda con su lechita? ’’.

El viejo se quedó desconcertado, sólo acertó a asentir con la cabeza, incapaz de responder de palabra, ella volvió a preguntar:

-‘‘Le repito, ..¿así quería tenerme? ¿Abierta de piernas y toda para usted? ’’.

El viejo no podía creer lo que estaba escuchando, el miembro se le puso de fierro, balbuceó una entrecortada afirmación. La Sra. Estefania se había olvidado de su orgullo cómo mujer y sólo quedaba allí una Madre desesperada por salvar a su retoño, comportándose cómo una bulgar ramera. Sin creerse aún que alguna vez tuviera el valor de hacer algo semejante, y repudiándose a sí misma con los últimos resquicios de juicio, ahora era ella la que se movía ensartándose ese horrible pene, que se iba ensanchando y ocupando los más escondidos rincones de su vagina. 

-‘‘¡Uff! ¿Es, estas segura de lo que hablas, Mamacita? ..¿vas a ser una Putita buena y vas hacer todo lo que te diga? ’’.

Don Pancho, desenfrenado, parecía haberse restablecido por completo, y la embestía con renovada fuerza, a la vez que la Señora se tocaba los pezones y se esforzaba por seguir sonriendo y manteniéndole la mirada. Gemía con una falsa y exagerada pasión, pero el viejo solamente parecía centrado en su propio placer, ignorando por completo el fingido cambio en la persona de su victima por salvar sus vidas. Pero poco a poco, la Sra. Estefania fue percatándose de que otro sonido estaba apareciendo bajo sus falsos gemidos. En su entrepierna, lugar dónde se estaba realizando la violación, se estaba produciendo un ruidoso chapoteo. ¡Ella estaba mojadísima! Nunca en sus mejores años con su Esposo se había encontrado en ese estado, o era por la causa de las ganas que tenía de que él acabara y pudiera irse de su casa. Pero el caso es que se olvidó de la violación y de quién estaba entre sus piernas. Notando solamente las sensaciones que el falo producía cuando entraba y salía de ella, comenzó a sentir lo que menos había querido sentir hasta entonces.

Los gemidos bajaron de volumen y de intensidad, porque ya eran sinceros. No es que la Señora estuviera disfrutando de la experiencia cómo si hiciera el amor con el viejo, y no con un ser tan aborrecible cómo él. No se deleitaba de un cuerpo, ni del color ni de la textura de la piel que se pegaba contra ella. Ni mucho menos del sudor, que lejos estaba del aroma especiado de cualquier macho que pudiera ella desear, la asfixiaba con el espantoso olor de la suciedad. Simple y llanamente, estaba disfrutando de una verga en su vagina, que despertaba adormecidas sensaciones a la par que los entremezclados fluidos comenzaban a rebosar y a escaparse de su vagina. 

La Señora acabó por reír de pura histeria ante el horror de su gozo, y el viejo clavó sus gordas manos en los blancos pechos de la pobre mujer, amasándolos cómo desesperado. En los últimos momentos los empellones fueron extremadamente violentos, obligando a la Señora a sujetarse con las manos a la mesa para no salir disparada con el impulso. El cosquilleo del bajo vientre iba creciendo y una ola de pavor subió por su estómago, cuando reconoció los primeros síntomas del orgasmo se estremeció. Afortunadamente el viejo, con la cara colorada y cubierta en sudor, preguntó cómo pudo:

-‘‘¡Uff!, ¡uff! ..¿te agrado? ’’.

Esto la desconcentró lo suficiente para interrumpir, al menos momentáneamente, su inevitable clímax.

-‘‘¿Qué? ..’’ Inquirió ella confundida, sin poder pensar con claridad.

-‘‘Vamos, ¡habla! ¡Deprisa! ¡Oh! ¡ah! ¿te agrado cómo hombre? ’’.

Pero él no la dejaba en paz, la Señora estaba irritándose. Era increíble cómo a la hora de la verdad, a el viejo le daba por divagar sobre algo que ella jamás se le cruzó por la cabeza y que si alguna vez pensó casi la hizo vomitar.

-‘‘Dime, ¿a caso no sería buen Padre para tu hijo? ’’.

‘‘¡No, maldito viejo asqueroso! ¡acaba ya de una vez! ’’ Casi la escuché pensar al verle la mirada, diciéndose que el único motivo de que ella estuviera entregandosele era este, siendo abusada para salvarse a si misma y liberar a su hijo del tremendo espectaculo que soportaba. La mayor parte de ella lo aborrecía, sólo una maligna vocecita oculta en algún lugar apartado de su cabeza, le susurraba que lo que de verdad estaba necesitando era un hombre que la inundara, cómo desde hacía tanto tiempo nadie hacía. Maldiciéndose, ese pensamiento la llevó a las primeras cotas del orgasmo y la locura.

De repente la Señora no aguantó más. Su cuerpo comenzó a temblar, su cintura comenzó acompañar el acompasado movimiento del viejo en lo que su postura y el peso de su agresor se lo permitían, y un gemido agudo y profundo acompañó su primer orgasmo de esa noche. Totalmente fuera de sí, la Sra. Estefania se desesperaba sintiendo cómo la verga del viejo la hacia estallar y su cuerpo convulsionaba debajo de él. Con algunos segundos de diferencia, y estimulado por las contracciones del sexo de la Señora en su orgasmo, Don Pancho también estallaba dentro de ella tomándose de su cintura y hundiéndose dentro de ella mientras su miembro descargaba una y otra andanada de caliente y espeso esperma.

El rostro del viejo se transformó, convirtiéndose en una mascara grotesca de vileza. Su porcina apariencia dejó paso a un diablo, con una mueca retorcida de triunfo. El horrible pene del viejo se retorció cómo una culebra y comenzó a soltar el abundante cargamento, largamente almacenado en sus güevos.

-‘‘Va.. mos a dar.. le un herm.. anito ¡OOOHHH!! ’’.

La Señora, horrorizada por el futuro fruto de esta aberración, intentó reprimir su propio orgasmo. Pero el arrepentimiento llegó demasiado tarde. Las añoradas convulsiones de un miembro golpeando una y otra vez contra su aterciopelada cavidad, junto con el abundante y cremoso líquido que la llenaba, fueron demasiado para su maltrecha voluntad. Traspasó la última barrera y se dejó ir a la deriva, tensando cómo alambres cada músculo de su cuerpo, apretando con las piernas al viejo contra ella y corriéndose con furia y asco. En ese momento justo, la resistencia de la luchadora Madre dejó de existir, y fue entonces cuando comprendió que había sido derrotada. El desgraciado viejo por fin la había poseído. No porque la hubiera penetrado, ni porque hubiera derramado su leche en lo más hondo de ella, si no porque había destruido su voluntad y con ella su orgullo, dejándola a la altura de un trapo sobre el cuál se vierte el resultado de una masturbación.

El desgraciado viejo había vencido una vez más, con su palpitante falo enterrado aún en esa humeda cavidad y escupiendo los últimos restos de su corrida, él sonreía con una expresión compasiva mientras acariciaba los suaves contornos del cuerpo de la Señora, dedicando la misma atención a cada una de sus partes. Había abusado de la mayoría de las mujeres de sus acreedores y enemigos, pero no recordaba que ninguna de sus victimas hubiera mostrado tanta efusividad ni pasión. Satisfecho, se resistía a abandonar el cálido abrazo que lo envolvía. Al fin la había domado, y de tigresa la había convertido en una sumisa gatita.

-‘‘¡Oohh!, ¡Ah! ¡oh! ¡Has sido maravillosa! ..eres una gran hembra. Tu hijo puede estar orgullosa de ti ..tienes una hembra muy ardiente cómo Madre, hijo ¡Ja, ja, ja!..’’

Pero la Sra. Estefania ya no estaba allí para escucharlo. Se había esfumado en algún momento de la noche, barrida por el curso de los acontecimientos. Solo existía una mujer con la mirada vuelta hacia la nada. Finalmente, cuando los jugos de ambos se habían encontrado en su intima cavidad, y las convulsiones la sacudían cómo corrientes eléctricas, su mente había traspasado la última puerta. Todo lo que ahora quedaba era un ser vacío, perdido en la inmensidad de un mundo frío y oscuro, ajeno al calor del amor y del hogar que hasta entonces la habían protegido.

-‘‘¡Muy bien, Jefe!, ..usted si sabe montar a una Puta. La hizo chorrear y retorcese de placer, ..¡ahora denos chanse que estamos cómo burros en primavera ¡Je je je je!..’’

Don Pancho escuchó la voz hueca, sádica y llena de perverción que le ordenaba que se apartara. Él, que ya tenía lo que había deseado desde hacía largo tiempo, obedeció sin reparo. Cuando se salió de la Señora, esta reparó en el espeso semen que resbalaba e impregnaba sus adormecidos muslos, yendo a formar un pequeño charco en la mesa, mesa donde miles de veces había compartido vocado observando el televisor con su pequeño hijo, dejando su culo pringoso. No se molestó en tratar de cubrirse con horror miraba que el otro viejo ya se hacercaba con el mismo objetivo. Don Pancho caminó hasta el sofá para tomar un aire, en dónde unas gotas blanquecinas destacaban en el suelo.

-‘‘¡Ven aquí, zorrita!, ..ahora es mi turno ’’. Dijo el Checo acercandole su flacido miembro por el largo tiempo al estar esperando.

La Señora no podía hablar, estaba perpleja, su horrible pesadilla sólo acababa de empezar, con horror miraba cómo el otro viejo le iba acercando su grueso miembro nuevamente a la boca, con los ojos vidriosos volteó a ver a el único hombre que la podía salvar, pero esté sólo se limitó a dejarse caer en su comodó sofá aterciopelado manchandolo de su asqueroso sudor.  

-‘‘Ven a demostrarnos lo bien que la chupas ’’. Sin apenas tiempo para reaccionar, la Señora se vio arrastrada hacia la orilla de la mesilla y, de un fuerte empujón, fue lanzada contra el suelo. 

Cuando alzó la vista vio cómo el otro viejo se estaba masturbando para agarrar el moustroso volumen, luciendo en el rostro una mueca despiadada. Rápidamente, la tomó del pelo, la obligó a ponerse de rodillas y puso una enorme navaja en su cuello.

-‘‘¡Ni se te ocurra gritar, Puta! ’’. Sin darse cuenta verdaderamente de lo que la esperaba, la Señora se encontró nuevamente con una tranca tiesa y más enorme apretada contra sus labios. Era bastante mayor que la de su reciente ultraje.

El pobre Iván veía con terror cómo otro viejo desgraciado obligaba a su Madre a chuparle la verga, estaba destrozado, sus lágrimas se le habían secado en el rostro, ya no tenía más para seguir llorando, él sabía que tenía toda la culpa, sabía que si jugaba con fuego se podía quemar y ahora se estaba incendiando, no sólo había logrado que el viejo la poseyera si no ¡que estaba en primera fila para verlo! y no sólo eso, si no que había tres tipos más para ayudarle. El Panda que se mantenía a su espalda lo sostenía del cuello para que no se perdiera de nada de lo que sucedía, diciendole horribles cosas al oído seguramente dirigidas hacía la grotesca escena que seguía experimentando.

-‘‘¡Abre la boca, Zorra!, ..todavía tienes mucho que tragar ’’. Ella, terriblemente asustada, obedeció y entonces el Checo metió su gruesa tranca en su boca, tan profundo cómo podía.

-‘‘Ve cuanto va a tragar tu Mami, ..apuesto que no te lo imaginabas cuando fuiste ayer al local ¡Je, je!..’’

La Sra. Estefania con la boca casi desencajada, notaba cómo aquello la llenaba completamente, le producía arcadas. Las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos, mientras que el violador en turno, sin soltarla nunca del cabello, empezó a moverle la cabeza hacia delante y detrás, consiguiendo con cada movimiento que su tranca saliera a medias de la boca para volverse a introducir profundamente. El Panda y el otro sujeto que no conocía su nombre se reían de la escena y hacía todo tipo de comentarios insultantes que la pobre Señora, prácticamente ni escuchaba, asqueada y asustada cómo nunca lo había estado en toda su vida. 

Cualquiera que hubiera mirado por la ventana en ese momento, habría podido observar cómo una mujer de rostro hermoso y de tez blanca, de rodillas, le chupaba la verga a un viejo de tez trigreña y de aspecto desagradable. La única diferencia es que, mientras uno lo hacía con placer y parecía disfrutar bastante de la situación, la otra lloraba y gemía, obligada a una relación no consentida. En un momento dado, el Checo, que seguía penetrándola en la boca, demostró haber tenido una idea nueva para hacer más divertida aquella terrible noche.

-‘‘¡Oye, Pancho!, ..a ti te gusta que te laman los gúevos y estar viendo show en vivo, pero, ¿a qué nunca te han hecho las dos cosas a la vez? Pues hoy tienes la oportunidad ’’.

Ellos rieron la ocurrencia, y la Señora se vio de nuevo empujada contra la mesa, con violencia, dónde escupió la saliva que se le había acumulado en la garganta mientras estaba obligada a comerse esa tranca. Ella, humillada, se sentía especialmente indefensa sabiéndose allí completamente desnuda, con su trasero claro y respingón brillando a la poca luz por el perlado sudor de su cuerpo. Con los ojos inundados por las lágrimas, pudo ver cómo su hijo estaba de nuevo llorando. Esto le hizo llorar más desconsoladamente. Su hijo no perdía detalle cómo la violaban.

El Checo que era mucho más rudo que Don Pancho, enseguida se acomodó entre sus piernas impidiendole la posibilidad de cerrarlas, tenía los ojos de un pervertido, de un sadico violador, babeaba por la boca y bufaba cómo un toro en brama, su tranca estaba cómo el hierro y las venas que lo rodeaban casi se podían ver bombear cantidades de sangre hacía el glande. Como desesperado se escupió un fuerte sope de babas en el glande, apuntó hacía su colorada vagina y de un fuerte empujón el pene se introdujo unos milímetros dentro de ella. El segundo empujón más fuerte, ganó un par de centímetros más. Ella respiraba hondo tratando de relajar su cuerpo y abrir su sexo a lo inevitable. Lentamente su vagina fue cediendo en una dolorosa penetración que inundó su cara de lagrimas y gritos ahogados en las palmas de sus manos.

-‘‘¡Uhhhh! ..que estrecha eres, Puta. Ni parece que mi colega te acaba de montar ¡uff!, ¡uff! ...’’

El Checo seguía metiendo su grueso miembro dentro, pero por lo ancho que la tenía este no podía entrar de lleno, parecía que un obstáculo impedía su paso.

-‘‘Uy uy uy.. parece que esta frutita se quiere resistir ..¡Panda!, pasame la manteca del bolso ’’.

El enorme Panda rebuscó en la bolsa que traían los desgraciados, veían preparados para todo, traían mordazas, lazos, esposas, pasamontañas, todo lo necesario para hacer un atraco o esta horrible violación que estaban fraguando. De adentro del bolso sacaron un bote de lo que parecía algo cómo cebo de animal o manteca de puerco, era de colo marrón y se miraba muy espeso.

-‘‘Perdoname mi amor por dejarte esperando, ..no era mi intención comerme tu frutita en seco. Pero ahora con este lubricante se te va a ir toda ..ni la vas a sentir ¡Ja, ja, ja!..’’

-‘‘¡Noooooooooooo!!! ¡Toda nooo! ..me vas a desgarrar por dentro ’’. Gritó la pobre desde abajo de su aprisionada inmovilidad.

El desgraciado tomó un gran sope de esa horrible sustancia y lo repartió por su gruesa extremidad cómo si estuviera engrasando alguna pieza de maquinaria pesada, tomando un horrible color amarillento o cafesoso. La Señora lanzó un llanto cómo nunca había llorado y sintió con dolor cómo esa gorda tranca la penetraba rompiéndole la forma de su vagina para siempre. La pobre sintió cómo su cuerpo se llenaba con el inmenso miembro del Checo y crispó sus manos en desesperación de esa nueva y a la vez horrible experiencia. El ir y venir del falo del viejo dentro de ella le provocaba extrañas nuevas sensaciones que ella negaba en su mente. Los asquerosamente embarrados labios vaginales por esa horrible sustancia le ardían y las paredes de su vagina no se estiraban lo suficiente para evitar el dolor. Pero lo peor era que la punta del pene atropellaba lo más hondo de su sexo y, las manos y la boca del viejo jugueteaban con sus pechos. 

Pese a su dolor y a la negación de su mente, gracias a esa manteca espesa se fue lubricando, allí empezó a sentir que el falo ya no le raspaba y que su vagina se estiraba cómo un guante acariciando el intruso. Mas relajada comenzó a tratar de controlar su llanto y mirar a los ojos a su hijo, que sin poder creerlo no perdía detalle de cómo esa extremidad podía caber dentro de su ultrajada Madre.

Desde su posición veía con claridad cómo el pequeño y dulce cuerpo de su Mamá era el objeto de los deseos más bajos de esos seres. El ritmo iba creciendo y el Checo jadeaba más y más fuerte. De repente la Señora sintió algo que nunca en su vida había sentido antes y sus ojos se abrieron de par en par, sus manos se crisparon y su cabeza giraba enloquecida. Muy dentro de ella sentía fluir por segunda vez el caliente y pegajoso semen golpeando y mezclandose con la anterior corrida en las paredes de su vagina y poco a poco llenándola de su caliente fluir.

-‘‘¡Ohhhhh!!! ¡siiii!!! Eso... tomá Puta. Te vamos a llenar de hijos ¡OOOOHHHH!!! ’’.

El Checo sacó su grueso falo chorreando sus jugos mezclados con esa horrible sustancía de adentro de su sexo y la Señora sintió su ausencia cómo si lo necesitara dentro de ella. Poco a poco el semen se escurría por su vagina y se enredaba en su vello púbico hasta chorrear por su pierna. Sin embargo, pocos segundos después otro hombre tomaba su turno y le decía:

-‘‘Mi turno nena, ..aunque por lo que te acaban de sacar no creo que me sientas ¡Ja ja ja..’’ Dijo el nuevo en turno.

El sujeto era un tipo alto y robusto, rubio con el pelo muy cortito, parecía un militar ruso, vestido de negro cómo un delincuente robando un banco, jamás lo habia visto, es más, dudaría que hablara español. La Sra Estefania no podía moverse y ya comenzaba a ver cómo la situación era más grave de lo que pensaba. En pocos segundos el tercer pene estuvo en la puerta de su vagina y ayudado por la mezcla de semen y la manteca del Checo entró rápidamente dentro de su cuerpo. La atormentada Madre de mi amigo nuevamente volvió a sentir su cuerpo acomodarse al intruso pero esta vez la sensación era más suave, casi placentera. Cerrando los ojos se aisló, pensando seguramente al alguno de sus novios o de su Ex marido y se esforzó en concentrarse, en no dejarse llevar por su cuerpo y bloquear las nuevas sensaciones. 

El miembro en turno entraba y salía de su cuerpo con una lenta suavidad mientras que entre el Panda y él acariciaban sus pechos chupándolos, mordiendo sus pezones duros y besándola. De repente su cuerpo ya no respondió más a su mente y comenzó a contorsionarse y gemir sin poder evitarlo. Por segunda vez en la noche estaba al borde de un orgasmo. Su vagina comenzó a contraerse rítmicamente y sus ojos se desorbitaban.

-‘‘¡Esta puta esta acabando!, ..¡vamos Panda! ¡Dale masajeale en el clítoris! ¡ayudame! ’’. Le pidió a su compañero.

El Panda bajó su gorda mano y empezó a masajearle la entrepierna, ocacionando que la pobre Señora se retorciera, así comenzaron a manosearla a sobarle el clítoris y los pechos en un frenesí total mientras que los otros viejos descansaban deleitándose con el espectaculo. Sin poder evitarlo la Sra Estefania no estaba más en control de si misma.

-‘‘¡Ahhh! ¡ahhhh! no ..por favor ..no ¡ahhh! ¡siiiiii!!! ’’.

-‘‘Eso Putita ..¡gritá! Muestarle a tu hijo cuanto de gusta ’’.

-‘‘¡Aaahhh! Perdoname ..¡ahhh! mi amor... no puedo ..no puedo ¡AAAAAAHHHH!! ’’.

-‘‘¡Ahí voy! ¡Te voy a llenar, Perra! ¡OOHH!!! ¡Ahhhh!! ’’.

Otro torrente de semen inundó su sexo en gruesos borbotones que se le impregnaban dentro de su matriz. La pobre Señora sabía que a esa altura era casi seguro que estuviera embarazada de alguno de ellos. Bajando su cabeza sólo atinó a llorar y a gritar:

-‘‘¡Noooooo!! ..¡Me van a embarazar! ¡Hijos de Puta!! ’’.

Una carcajada por parte de ellos le indicó lo poco que les importaba ese tema. Miró a su alrededor y supo que esto había llegado aún más lejos. Ya nada podría repararlo.

-‘‘¡Por favor!! Déjenos ir.. no vamos a decirle a nadie ’’. Sollozaba tratando de que la dejaran.

-‘‘¡TShhhh!! Tranquila mi reyna, ..no llores. Verás que rico vas a sentir ’’. Le dijo Don Pancho acercandose a ella nuevamente.

Inmediatamente el sujeto militar sacó su pene de la vagina de la Señora para sorpresa de ella para darle nuevamente el turno a su jefe. Don Pancho se situó frente a ella y le dio la vuelta cómo si fuera un costal de patatas, tomandola de sus nalgas las abrió cómo un libro dejando expuesto el rosado arito de su culito.

-‘‘¡Noooooo!! ¡Por ahí no!!! ’’.

Ella sintió que le echaban nuevamente esa extraña manteca con el dedo, que le corría por entre sus nalgas hacia su ano. Realmente no se imaginaba lo que le haría. Metió su flacido pene en la vagina, mientras con uno de sus dedos, acariciaba el ano de la agotada Señora, metiéndoselo suavemente. De pronto la pobre sintió el pene completamente dentro de su vagina, y el dedo entero en su ano. Don Pancho sacó su dedo, y también su tranca de la vagina. Lo tomó con una mano y con la otra abrió las nalgas de la mujer. Sus intenciones eran claras. Ella se agitaba tratando de que desistiera, si se lo metía por allí la mataría. Pero en realidad nada le importaba. Puso la punta de su miembro a la entrada del ano de la Señora y empezó a empujar. 

-‘‘¡Jefe!, ..tenemos que irnos. Un vecino anda rondando medio misterioso ’’.

-‘‘Apagen las luces y recojan todo, ..ahora tu Mamacita. Dime dónde estan las llaves de tu auto ..daremos un paseo ’’.

-‘‘¡No! ’’.

Un sólo empujón de Don Pancho fue suficiente para que la Señora comenzara a gritar cómo condenada. Apenas había ingresado un par de centímetros en su recto y ella sentía que su cuerpo hervía y su ano le quemaba.

-‘‘¿Me vas a decir Puta? ..¿o seguimos? ’’.

-‘‘¡Ya por favor! ..que no le hes suficiente ’’. Respondió entre lagrimas.

Otra arremetida del viejo y la mitad del pene estaba dentro de ella. Una rara sensación de ardor le quemaba el recto pero no estaba dispuesta a rendirse.

-‘‘¡Anda Puta!, ..que aqui ya no podremos seguir con la fiesta ..sé buena, dime dónde estan ’’.

-‘‘¡Arrggghh!! ¡Sacamelo... por favor! Don Pancho ..Panchito ’’.

-‘‘¡Ahora si Panchito!, ..primero tienes que decirme dónde tienes las llaves ’’.

-‘‘¡No, ya por favor! ..¡Arrgghh! ¡Me duele mucho! ..me esta rompiendo ¡Arrghh! ’’.

El dolor era tremendo. Pero a él no le importaba. La pobre Señora estaba siendo sodomizada por primera vez en la vida, contra su voluntad, por un asqueroso maliante que quería llevarsela para seguir con la fiesta y delante de su hijo... La Sra Estefania quería gritar, sentía que se desgarraba, el ardor era tremendo. Don Pancho sin importarle su dolor y sus suplicas se agarró de las caderas y la atrajo hacia él. La pobre sentía por lo menos la mitad de ese duro pene dentro de su ano.

-‘‘¡Muevete Zorra! ’’. Le decía. Estaba realmente agitado. 

Empujó otro poco, y el ano cada vez se dilataba más. Con una de sus manos acariciaba sus senos, apretaba con fuerza sus pezones, el dolor era insoportable. Dio un empujón llegando a lo más profundo de su ano, que sintió el enorme miembro totalmente dentro. Era terrible. Tenía casi 18cm de carne dentro del ano. Todo lo que en ningún momento se imaginó que pudiera soportar, se lo estaban haciendo estos desgraciados. Con todo su miembro dentro, empezó a moverse. Lo metía y lo sacaba. 

-‘‘¡Este hueco si que aprieta! ..¡estaba virgen!, ¿verdad, Puta? ¡Uff! ¡uff! ..es tan ..estecho ¡Ufff!! ’’. Pasó sus piernas bajo de ella y la jaló encima de él, la pobre quedó sentada sobre su miembro. Luego la tomó de los senos y la hizo recostar sobre el.

La pobre no podía ni hablar, tenía la cara desencajada y su boca se mantenía abierta sin soltar algún sonido, Don Pancho continuó y todo su miembro entraba nuevamente en el apretado orto de la pobre Señora. Con ambas manos la tomó de la cintura y comenzó a cogerla por atrás mientras recuperaba el aliento y gritaba de dolor y pedía clemencia.

-‘‘¡Ya sé cómo nos lo vas a decir, Perra! ’’. Dijo el Checo.

Dando unos pasos al costados agarró de la cabeza a Iván y le levantó el rostro. El pobre dió un grito por el tremendo jalón.

-‘‘¡Nooo!! ¡A él no!! ’’.

-‘‘¡Habla ya!, ..o lo agarro a patadas hasta matarlo ’’.

-‘‘Es, esta bien ..estan en mi bolso. Tienen un llavero ’’. Se resignó a decir la Señora.

-‘‘Muy bien nena, ..ya vez que no era tan dificil. ¡Panda! ..buscalas ’’. Le ordenó el Checo.

-‘‘Bien, Estefania ..¡ahora vas a hacer algo más por haberte portado mal! ¿Si? ’’.

-‘‘¿Que más quieren, Malditos? ..¡ya me violaron!, ¡me embarazaron!, ¡me rompieron el orto!... no tengo nada más ’’.

-‘‘No, Mamacita ..yo no te mataría, vales más dinero viva que muerta. ¿no? ’’.

-‘‘¡Maldito seas viejo asqueroso!! ’’.

-‘‘Esa boquita es un problema, ..¡a ver Checo!, porque no le das algo para que entretenga la boca la Señora ’’.

De un sólo salto se le acercó el Checo y agarrándola de su pelo rubio le colocó nuevamente en la punta de sus labios su gruesa verga embarrada de no sé cuantas cosas.

-‘‘¡Ya sabes lo que tienes que hacer, Puta! ..si no quieres que tu hijito sufra ¿no? ’’. Le dijo el checo pasandole la verga por todo el rostro.

-‘‘¡Abre la boca , Puta!, ..o la quieres sentir hasta los güevos ’’. Le exigió Don Pancho.

La Señora se resistió abrir la boca, pero ante un fuerte empellon de las caderas del viejo sobre su maltratado culito abrió la boca y cerro los ojos.

-‘‘Vez, así Mamacita ..que te cuesta. Ahora sólo tienes que chupar cómo si fuera un helado ’’. Le dijo el Checo.

Aparte del desagradable sabor de la verga del Checo en la boca que ya le provocaba arcadas, la Señora ahora tenía que chupar si no quería que su hijo sufriera y el viejo que tenía atrás no le rompiera el culo de un fuerte estocazo. Con un esfuerzo de voluntad comenzó a chupar el sucio falo mientras el Checo le metía y sacaba el pene de su boca. Su culo ya no sentía dolor en la penetración, un par de minutos después sintió un caliente fluido que subía por su recto y enseguida supo que el viejo había acabado en su orto. Don Pancho dejó rápidamente el culo de la Señora para mostrarselos a todos, su pobre orto recién abierto goteaban aquella pegajosa y colorida mezcla de semen y manteca, la Sra. Estefania tenía una extraña sensación de no poder cerrar su esfínter, la habían desgarrado, estaba segura que jamás se volvería a cerrar. 

-‘‘¡Vaya Jefe! ..ya no va a batallar para cagar jei, jei, jei..’’ Se burlaba el Panda con su estupida risa de retrasado.

Dos minutos después el Checo le avisaba:

-‘‘¡Ahora si, Puta! ..nada de arcadas ..a chupar toda la lechita ’’.

La pobre Señora sabía que era lo que iba a suceder pero su mente no estaba dispuesta a recibir esa humillación. De reojo miró a Don Pancho pidiendole clemencia, pero este seguía al lado de su hijito. Resignada pensó que lo mejor era obedecer y rogar que esto acabara pronto. Sin que ella pudiera preverlo el Checo comenzó a eyacular en su boca una interminable cantidad de espeso y caliente semen. Su boca se inundaba del nauseabundo liquido y pronto comenzó a salir por su nariz y sus comisuras.

-‘‘¡Ohhh! sii.. eso.. llenate la boca de mi lechita ’’. Decía el Checo.

Cuando el Checo terminó de eyacular, quitó el pene de su boca. La Señora la sentía pegajosa, pastosa y con un fuerte sabor que le revolvía el estomago. De sólo pensar lo que tenía entre sus labios le provocaba nauseas. La pobre intentó escupir el liquido pero se dio cuenta que era demasiado espeso y pegajoso para deslizarse por sus labios.

-‘‘¡No, Puta! ..la lechita no se escupe. ¡Se traga! ’’. Le dijo el Checo con esos ojos de asesino.

Con toda la cara de asco la pobre Señora hizo su mejor esfuerzo y de a poco a poco pudo ir tragando el semen que tenía en su boca. Sin embargo el salado y agridulce sabor no se le iba más de la boca. Mientras tanto el desgraciado le acariciaba la garganta mientras tragaba. Ella se sentía doblemente humillada, no sólo por haber sido salvajemente violada sino por sentirse observada por esos sádicos desgraciados que gozaban de su deshonra.

-‘‘Eso es Putita, ..tragalo bien ..¿esta rico Estefania? ’’.

A un costado, el Panda había agarrado su bolso y le había dado vuelta sobre el piso. Su bolso fue rápidamente vaciado en el suelo, dejando caer las tarjetas de credito, sus costeticos, su celular, las llaves de su vehiculo. El Checo había encontrado sus documentos y la miraba:

-‘‘Estefania no sé que ..35 años ..bastante bien para 35 años la Puta ’’.

-‘‘¿Y las llaves? seguro que estas son ’’. Agregó Don Pancho.

-‘‘A ver Mamacita... decirme ¿nos llevamos a tu chiquillo? ’’. Le decía el Checo levantandole el rostro.

La pobre Señora inflamada de rabia le escupió en la cara. El Checo, enojado se limpió y tomándole el pezón derecho se lo retorció de tal manera hasta que ella sintió que casi se lo despegaba del pecho.

-‘‘¡Auuuuuu!! ’’. Se quejó por el terrible pellisco.

-‘‘Hasta ahora no te hemos hecho más que el favor de hacerte conocer lo que es el buen sexo, ..pero podemos ser muy malos ¿sabes? ’’.

La pobre gritaba y lloraba del dolor mientras veía que los tipos se preparaban para salir y llevarlos con ellos. No estaba dispuesta a ceder más aún si tuviera que sufrir.

-‘‘Esta bien, esta bien ..llevenme a dónde quieran pero a mi hijo no. A él dejenlo aqui ’’.

-‘‘¿Como vez Pancho? ’’.

-‘‘¡Esta bien!, ..vamos muchachos, envuélvanla con una cobija. La meteremos en su auto y nos vemos dónde ya saben ’’.

La Sra. Estefania sintió que su alma se venia al piso. Su pesadilla no había terminado, recién empezaba. Su dolorido cuerpo, atado, amordazado fuertemente fue puesto sobre una cobija y sacada en hombros por el enorme Panda, mientras giraba se mareaba todo y se oscurecía más y más. El horrible viejo se volteó a ver a Iván y con la misma frialdad de un asesino le dijo:

-‘‘¡Escucha muy bien escuincle!, ..nada de policias ni nada de nada. Nos divertiremos un par de días con tu Madre ..y tu calladito. Recuerda que aqui yo soy el Puto Amo. Tengo gente por todos lados, ..si escucho que una patrulla esta aqui, tu Mamita se muere. Asi que más te vale que te quedes calladito y esperes a su regreso ..si no soy capaz de egresar y ahora con el que nos vamos a divertir será contigo. Portate bien y volveras a ver a Mamá ..y no llores, le gustara todo lo que le vamos hacer ¡Ja, ja, ja!..’’

El viejo salió por la puerta sin importarle que lo dejaran atado, yo rápidamente salí de debajo de la mesa y me dirigí a desatarlo, el pobre ya no tenía lágrimas, había llorado todo ese rato, estaba destrozado, traumado, dudé en que pudiera hablar. Rápidamente le quité la mordaza y cómo pudo me expresó:

-‘‘Pe, Pedrito ..yo no ..mi, mi, mi Mami. Ve tras ellos ..no dejes que se la lleven. Si, siguelos busca a dónde van ’’.

-‘‘¿Pe, pero cómo?, ..ellos se van en tu vehiculo yo...’’

-‘‘¡No dejes que se vallan, Pedrito! ..siguelos, siguelos ¡Toma el dinero de mi Madre! ..busca un taxi pero no dejes que se la lleven ’’.

Salí de la casa y ví que los desgraciados salían en el vehiculo tranquilamente, pensé en muchas opciones, fuí por la bicicleta de Iván y los traté de seguir, por suerte ellos no querían levantar mucha sospecha y se fueron despació, las calles estaban vacias por la hora, así que no me tomó mucho tiempo lograr alcanzarlos. No me les acerqué mucho para no llegar a ser descubierto, así que me mantuve una cuadra antes para no levantar sospechas. La verdad que iba temblando, no se cómo no se me acabaron las fuerzas para seguir persiguiendolos, debió de ser por la adrenalina del momento pero no me fatigaba.

Llevaba más de media hora pedaleando sin parar, por suerte se detuvieron en semaforo lo que me dio tiempo de retomar el aliento, enseguida vi cómo un taxi aparecía en nuestro camino. Sin importarme, bajé de la bicicleta y la dejé tirada en la calle. Corrí hacía el taxi y entre recuperando mi aliento ’’.

-‘‘¡Po, por favor! ..siga ese vehiculo ’’.

-‘‘¿Que te pasa muchachito?, ¿te sucede algo? ’’.

-‘‘So, sólo siga ese vehiculo por favor ..no lo pierda de vista ’’. Le dije entregandole un billete de 50 dlls.

-‘‘Por ese dinero te llevo hasta el mismito infierno ¡Ja, ja, ja!.. Sujetate bien muchacho ’’. Me dijo el taxista riendo.

-‘‘Que no se enteren por favor ’’.

-‘‘No te preocupes, ..seré un fastasma ¡Ja, ja, ja!..’’

Los seguimos por casi media hora, salimos de la ciudad y se metieron a una calle de tierra por medio del bosque, yo la verdad que el corazón casi se me salía, era muy peligroso lo que estaba haciendo, estaba siguiendo a una banda de delincuentes violadores y sádicos. A unos cuántos kms de bosque nos percatamos de que detenían los vehiculo, en ese lugar había unos grandes almacenes de lo que parecía ser unas viejas fabricas de madera, aserraderos creo que así los llaman. Al parecer eran dónde fabricaban barrotes y vigas de madera con los arboles del bosque que taladraban.

A unos 500 metros de distancía más o menos detuve el taxi:

-‘‘Muchas gracias, Señor ..hasta aqui llego yo ’’.

-‘‘Si quieres te espero ..¿haber dime cómo vas a regresar? ’’.

-‘‘Esta bien, ..le pagaré más dinero pero que no lo vayan a descubrir. Regresaré enseguida ’’.

El taxista estaba feliz, podía ganar 100 dlls en tan corto viaje. El taxista movio su vehiculo y lo quitó del camino, después lo estacionó de tal manera que no se pudiera ver si ellos regresaban. Yo caminé entre los arboles hasta llegar a las fabricas. La verdad que me estaba cagando en mis pantaloncillos del miedo, estaba arriesgando mi vida por algo que no me correspondía. Llegé al almacen y me pegé a la pared buscando una ventana o algún agujero por dónde lograr ver, para mi suerte lo logré encontrar, una pequeña ventana pintada de negro en una de las laterales era magnifica para mi cometido, me bastó con rasguñar un poco para lograr quitar la pintura, desde ahí pude ver lo que sucedía ahí dentro.  

Ahi pude ver que abrieron la puerta trasera del vehiculo y la sacaron a rastras. Era un lugar amplio, pues no tenía habitaciones, toda ella era un enorme hueco. La Señora estaba encapuchada y seguramente estaba amordazada porque no lograba escucharla gritar, fue sentada en una silla, mientras los dos guaruras sujetaban a la Madre. De pronto, una silueta enorme irrumpió en la habitación, y se dirigió a Don Pancho:

-‘‘Dime, ..que me has traído hoy ’’.

-‘‘Te gustará. Una Mami con su hijo, ..es una Putita bien rica, malcogida y algo gritona ’’.

El tipo la miró de arriba a abajo. Les pidió que le quitaran la cobija, la pobre nuevamente quedó completamente desnuda ante ese misterioso sujeto. Despacio. Observando cada detalle. La verdad que me daba miedo mucho miedo ese sujeto, quizás más que Don Pancho. Debía de medir cerca del 1,90, con una espalda enorme, y una prominente tripa. Iba completamente vestido de negro, ocultando también su rostro bajo una máscara negra.

-‘‘¿Y el chiquillo? ’’.

-‘‘No lo trajimos, ..pero descuide. No dirá nada ..yo me encargaré ’’.

-‘‘Imagino que sabes cómo va esto ¿no? ’’. Dijo mirando a la pobre Madre. 

-‘‘Claro que si ..yo te traigo la carne y ustedes nos seguiran proporcionando la mercancía ’’.

-‘‘¿La quieres de vuelta? ’’.

-‘‘Claro, ..se lo prometí al chiquillo ’’.

-‘‘¿Estas seguro? ..no sé cómo irá a quedar. Mis clientes son muy...... especiales ’’.

-‘‘Aun así, ..es una promesa y yo tengo palabra. Bueno, negocios ..¿cuando llega la mercancia? ’’.

-‘‘Te la daremos junto con la Dama, ..así ya no darás más vueltas ’’.

-‘‘Correcto, ..bueno, tú Mamacita obedeces al Señor y tu chico no le pasa nada. Sino.. ya lo verás ’’. La amenazó Don Pancho.

La esposaron a la silla. Como unas horas atrás en casa, y los dos guaruras a su lado. Uno con la navaja y otro con una pistola. Ella no podía ver nada. Pero el miedo la consumía, pues si hacia algo, la golpearían y sabe dios que cosas más le harían. El tipo enorme daba vueltas alrededor de la Señora. Había pedido que le quitaran las esposas. Y ahora ella estaba de pie, frente a ella, con las manos en la nuca, y sus pezones aún erectos, mientras él la devoraba con la mirada, cada centímetro de su piel cómo si fuera ganado.

-‘‘¡Llevenla al cuarto!, ..pero no la lástimen. ¿Veo que ya se divirtieron? ’’.

-‘‘¡Je je je!.. Le quitamos lo remilgona ..ya no le dara problemas ’’.

-‘‘¡Bien! ..entonces te esperamos esta noche. Todo esta listo ’’.

-‘‘Perfecto no faltaré por nada del mundo ¡Ja ja ja!..’’ Celebró el desgraciado.

La verdad que no sabía cuáles eran las intenciones de ese despiadado sujeto con la Señora, de lo único que si estaba seguro era que no eran buenas. Después de unos minutos salieron el Panda y el otro sujeto de un pequeño cuarto que se encontraba en la esquina del almacen, al parecer era el lugar dónde la dejaría hasta iniciar con lo que pretendían. Los viejos subieron a su respectivo vehiculo y el tipo de aspecto militar se fue hacía el vehiculo de la Señora, creo que era todo, creo que estos desgraciados ya tenían las intenciones de traer a la Señora mucho antes de que irrumpieran en la casa de Iván, era claro que no era la primera vez que lo hacían, es más, estoy completamente seguro que no era la primer mujer que le conseguian. Sin más regresé al taxi, tenía que advertirle a Iván el lugar dónde se hallaba su Madre, decirle que estaba bien, que si lograba avisarle a la Policia seguramente lograrian rescatarla pero eso, eso es en otro Capitulo, quizas en 15 días. ...


Este relato fue ideado por mi gran amigo Ricardo, gran parte de las ideas fueron dibujadas por el, yo simplemente le dí el estilo Pedrito, espero que les haya gustado esta primera parte, sus agradecimientos dirijanselos a él, así como tambien agradecer a todos aquellos otros que me envian sus ideas. Por otro punto me escribieron que el relato pasado se parecía al del autor CasanovaMIX, yo solo les digo que en parte las ideas son mandadas por ustedes, si algunos relatos son similares a otros es mera coencidencía. Tenganme pasciencía si me retraso un poco, tengan encuenta que no soy escritor y no recibo nada a cambio por ello, simplemente soy una persona que disfruta como ustedes leeyendo y escribiendo, por lo que trato de hacerlo dentro de los 15 días, si no lo puedo cumplir es porque mi trabajo o mi vida me lo impide. Nuevamente muchas gracias por leerme y escribirme, nos vemos a la proxima, Saludos!!


Continuara brevemente.............ATTE Pedrito Tapia.

‘‘Alteración Familiar... Parte II.’’

PD.... No se olviden de valorar el relato y escribir su recado para motivarme a contarles más... les mando un cordial saludo.... 
pedritapia08@hotmail.com