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lunes, noviembre 16, 2015

Capitulo (53)


MI MADRE Mónica.......... Capitulo (53)

“Revolución Cubana.”


¡En casa por fin, después de aquella intensa semana en las alejadas cabañas de Canadá. El viaje había resultado provechoso y estaba satisfecho sobre los balances obtenidos, unos porque Mamá había vuelto a ser aquella mujer consiente y capaz de poner en su sitio aquel niñato fanfarrón cobarde y llorón de su Ahijado, y otros porque había logrado objetivos que jamás me hubiese atrevido imaginar (además de romper el primer culito de toda mi corta vida). Me dirigí directamente a mi habitación dejando las maletas sobre la cama, recogí las cortinas y abrí la ventana. Sentí como los rayos de sol inundaban mi sombría habitación. ¡Aah.. el sol, aunque no me desagradó mucho el clima de aquella zona, estar de nuevo en casa era mucho mejor..

- ¡Por fin en casa..- volví a repetir para mis adentros mientras respiraba profundamente la fresca brisa del atardecer.

Observaba el paisaje con cierto anhelo, como les he comentado tantas veces, vivíamos en una bonita urbanización privada, donde mi habitación al igual que la de mi Madre daba a la parte exterior trasera y desde allí se podía ver la piscina y la zona ajardinada. Pude observar que Doña Clarita ya andaba metiendo su canario dentro de la casa, es una mujer ya madura de avanzada edad, muy simpática y que siempre me regalaba galletas cuando me miraba en el jardín.

- Vaya, con Doña Clarita, ..espero que nunca pierda ese canario, lo cuida más que si fuera un hijo.- pensaba mientras la observaba.

Estaba cansado y hambriento, por lo que decidí darme una ducha rápida e ir a buscar algo a la cocina, en casa no había nada de alimento pues acabamos de llegar, pero algún aperitivo mientras Mamá preparaba algo había pensado. Como de costumbre mi armario quedaba cerca de la ventana, pues rebuscaba algo cómodo para ponerme después de la ducha. Mientras lo hacía tranquilamente, escuché el rechinar de la puerta de los vecinos y no sé qué me dio por voltear, voy viendo la figura de Don Paco que venía saliendo de su casa a fumarse un cigarrillo.

- Vaya, pensé que Doña Clarita no le dejaba hacerlo.- pensé.

Y es que en ocasiones les escuchaba renegar, para mí era muy curioso escucharlos discutir, Doña Clarita era un mujer muy dulce que poco o nada de ellos se escuchaba en la Colonia, era una pareja mayor que Vivian tranquilamente trabajando sus flores. Rápidamente sentí un fuerte escalofrío recorrerme mi pequeño esqueletito.. y es que el viejo tan solo al salir a su patio, volteo a la recamara de mi Madre, no sé si era ahora así su costumbre, o quizás una simple casualidad, o yo ya estaba volviéndome loco, pero ahora recordaba las obscenas miradas cargadas de fuerte de lujuria que le echaba el viejo cuando se la topaba y la forma en que de manera extraña se había brincado a nuestro jardín a robarse las bragas de mi Mamy.. como también les había contado, Don Paco era un hombre maduro, quizás ya rondaba los 60-65 años, una edad enigmática que se dibujaba a la cabeza de una gran familia.

Era un hombre retirado de la milicia. Su Esposa siempre decía que jubilación viene de júbilo, así es que estaba en una época de “tiempo libre”, donde podía dedicarse a sus hobbies, como la pesca, leer y atender solo a las flores. Siempre fue muy serio, quizás por ser militar. Ya tenía achaques propios de la edad, como el colesterol alto y algún problema de próstata, pero aun así era un hombre duro e inquebrantable. Tomaba medicamentos de por vida. También su físico había sufrido un ligero deterioro. Se le había encanecido el cabello, tenía ojeras y sus primeras arrugas en la cara, además de su problema en la rodilla que él asumía como las huellas de la batalla. Su mujer Doña Clarita era de su misma edad, se conocieron en una boda y se casaron en un par de meses de estarse acortejando. Ella salía de una relación estable que había durado casi veinte años y este estaba viudo y sin compromiso. A Doña Clarita le pareció un hombre entrañable, de buen ver, de buena posición económica, por lo que el pasado de ambos no supuso un problema para unirse en vida. Simplemente, se enamoró de él. Tenían hijos grandes que Vivian en otras ciudades y solo en navidad u otras ocasiones para celebrar los miraban. Eran felices, tenían una vida cómoda y se respetaban.

Pero como les contentaba, esa sensación extraña que presentía cuando algo iba a pasar, o cuando viejos con pensamientos morbosos así miraban a Mamá. Enseguida fui a encender mi ordenador y la cámara que mantenía en la recamara de mi Madre. ..


Al igual que yo, ella también terminaba de arreglar sus cosas. Estaba absolutamente ausente de lo que sucedía afuera, y por lo que podía ver en el monitor, ella también había optado por lo mismo, darse un baño rápido y ponerse algo ligero. Un vestido de verano clásico, muy ligero y fresco, aunque para su figura era sumamente erótico para aquellos que la vieran y no estuvieran tan acostumbrados como lo solía estar yo, eso ha sumado a sus fragancias aromáticas y embriagadoras como solían encerrarse en su recamara cada vez que se daba un ducha. Su pelo también olía maravillosamente. Lo tenía revuelto encima, brillante, natural, con ondas marcadas.

Su piel suave, sedosa y brillante, sin un solo vello era una maravilla. Cada vez que hacía un movimiento, le llegaba una ráfaga de aire al tener la ventana abierta. Y aunque su vestido fuese algo conservador, sus tremendas nalgas hacían que este quedara volando en la parte trasera.

Depositó con cuidado toda su ropa dentro de los cajones. Yo la observaba desde mi habitación, con mi corazón bombeando al máximo e imaginando que el viejo la miraba desde afuera. En primer lugar puso sus braguitas en su sitio, colocándolas bien, perfectamente alineadas y dobladas, separándolas por colores y tipos de tela, como solía a ser ella con todo, una perfeccionista en las cosas de la casa (miles de regaños me llevo al día por ser tan desordenado).

No se percataba de que tenía la ventana abierta y un espectador rogando para que se acercara. Pero ya saben cómo son todas las mujeres, ese sexto sentido que tienen solo ellas para presentir cuando alguien las está observando. Cayó en cuenta y miró bruscamente hacia el balcón, se sentía que estaba siendo observada y efectivamente así era, ahí estaba ese viejo que la deseaba más que un moribundo se aferra a los días. Se fue asomando ligeramente, desde el borde de la ventana, para ver que sus sospechas eran ciertas. Asomado desde abajo, vigilándola de la barandilla de su jardín, fumando un cigarrillo. Instintivamente se cubrió detrás de la cortina, asomando apenas el contorno de su cara. Podía ver como aquel hombre seguía mirando hacía su ventana, sin hacer apenas ningún gesto, allí seguía inmóvil mirando y con una ligera sonrisa pícara en los labios.

- ¡Que descarado!!! Ni disimula nada al espiarme.- dijo Mamá para ella sola.

Pero no sé qué le pasó, porque se quedó allí inmovilizada, mirando también, observando y memorizando cada contorno y detalle de su cuerpo. Se sorprendió ella misma devolviendo la sonrisa, que para mi asombro y sin dejar de mirarle a los ojos, se llevó una mano para acariciarse una pierna. Se quedó atenta a los lentos movimientos que hacía el viejo para fumar, y más cuando el muy cerdo se llevó una mano a los bajos para rascarse los güevos. Vio cómo se tallaba el paquete bajo su amplia barriga, al reposado movimiento de las pelotas. Créanmelo o no empezó a excitarse. Se mordió el labio. Con una mano sostenía la cortina y la otra se la metió dentro del vestido para acariciarse la vagina. Miró hacia su habitación sintiéndose observada. Se encontraba sola. De nuevo estiró el cuello centrándose en la figura del viejo. ¡Uhmm, cómo se lo rasca. Ella se enredaba con los dedos en el chocho. Le miraba darle las caladas al cigarro y seguramente Don Paco también notó algo, pues le vi saludarla con la mano. El viejo sonreía hacia la terraza de manera repentina y la pilló asomada.

Enseguida Mamá nerviosa, se alejó de la ventana y quedó de espalda hacía la pared acongojada. Pero enseguida recobró su lucidez, y ahora como mostrando molestia levantó los brazos lentamente para coger la cortina y cerrar la ventana. Lo más extraño que una vez libre de su mirada sintió como sus mejillas ardían del calor provocado por la tórrida situación. Seguidamente reía a carcajadas al reconocer el descaro del viejo por no aguantarse las ganas de verla y sin llegar a entender el porqué de su reacción, no era usual tal atrevimiento por parte de ese viejo hacía ella.

- Pero, ¿estoy loca? si está casado.. ¡Con Doña Clara. ¡Jijiji.. ¡Dios mío, me estoy trastornando! Ahora tendré que verlo todos los días, cuando me lo encuentre en el jardín, no podré ni mirarle a la cara, ¡Jijiji..

- ¡Por dios.- musitó para sí.- ¡Sigue ahí.

Dudaba si la había visto. Volvió a estirar el cuello y le vio. Seguía agarrándose los güevos con más ligereza y seguía mirando hacia la terraza. Sostuvieron la mirada un par de segundos y de nuevo Mamá se alejó. Se estaba metiendo en un lío, ahora el viejo ya sabía que al espiarla ella lo notaba.

Sonrió por la aventura morbosa que estaba viviendo a su edad. Qué pena. Pero el riesgo y la mirada del viejo avivaban su excitación. Dio un paso lateral y se irguió apoyándose contra la pared. Se inclinó lo justo para asomar sólo el ojo. Seguía mirando hacia ella. Le miró la barriga, la mano seguía sin quitarla de sus bajos. Seguro que la estaba viendo asomada. Empezó a tocarse de nuevo la vagina por encima de las bragas, masturbándose a la par que él. Le vio escupir, jalar la última bocanada de humo y tirarlo, para después con todo el descaro y como si fuera un perro marcando su territorio empezar a mear el lado de su cerco. Mamá sintió que el rostro le ardía, que la estaba marcando. La estaba mirando mientras meaba y ella le miraba a él, con una mano dentro de sus bragas, acariciándosela muy despacito.

Mamá apartó la cabeza y se separó de la pared, echándose aire en el rostro y tirándose en la cama. Era consciente de que había sido muy imprudente, lo que el viejo estaría pensando ahora mismo de ella, que le gustaba exhibirse y una perturbada. Qué vergüenza. Se arrepentía de haberse asomado, aunque pensaba que el viejo no se lo recriminaría por nada del mundo.

Se recostó en su cama, recogió los pies y dejó descansar las manos sobre su regazo. Con los ojos cerrados y la cara mirando al techo recordaba su cuerpo, ¿qué era lo que le atraía de ellos?, se pensaba. Nunca fue de las abdominales infinitas grabadas en aquellos vientres a base de inacabables horas en el gimnasio o, pechos depiladísimos, con fuertes brazos.. pero aquella manera de ser, la forma casi animal de marcar su territorio, su enorme verga colgando más allá de su barriga. Siente como su herida eterna empieza a supurar sobre sus bragas, como su piel se pone de gallina.

- No Mónica, que haces?, ..que es lo que piensas.- se volvía a decir y hacer la misma pregunta.

Respiró aliviada y lanzó las sandalias que ahora le estorbaban y de cualquier replanteamiento sobre su cabeza, se dejó caer sobre los cojines hasta quedarse estirada. Encendió el televisor pero no la vio. Su mente está repleta de aquel cuerpo sudoroso, velludo y grasoso.. Sus manos buscan cobijo y lo encuentran más abajo, entre sus piernas. Nada más metiendo una mano dentro de sus braguitas todos sus pensamientos se desvanecen y se convierten en aire al buscar más debajo. Con el vestido recogido por encima de la cintura y un bulto moviéndose dentro de sus bragas la recompensa es absoluta. Al llegar con su otra mano a sus portentosas tetas siente los dedos empapados entrando y saliendo de ese cojín resbaladizo que ha encontrado dentro de sus bragas. El primer jadeo sale del fondo de la garganta mezclándose con el ruido de la televisión en cualquier programa al azar. Una repentina subida llega al clítoris y vuelve a jadear con fuerza e insistencia.

Era por demás lógico que Mamá no podría pasar el resto de la tarde ni dormirse con el tremendo calentón que sentía.. así que se dispuso a hacerse un dedo. No sería la primera vez que lo hacía, ya recordaran la colección de juguetes que guardaba celosamente en una caja. Mamá solía regalarse placer en la soledad de su enorme recamara. No es que fuera lo más habitual, pero sí lo hacía de vez en cuando.

Se puso de pie y regreso a la pared que le había provocado todo esto. Apoyo la cara contra el muro. Siente la áspera pintura contra su mejilla. Sus manos van bajando. Empieza a tirar nuevamente del vestido hacia arriba, dejando a la vista sus gruesos muslos, su tremendo trasero y sus bragas de muselina metidas entre sus cachetes rosados. Con lentitud sacó más el trasero, lo justo para que el vestido descansara sobre él y no le estorbase. Separo las piernas y sus manos vuelven a esa parte que lo desea tanto. Pero al parecer estar de pie no era lo que buscaba. Entró al cuarto de baño y se vio reflejada en el espejo. Pudo observar sus mejillas sonrosadas y los pezones marcados a través de su vestido. Se vio guapa a sí misma y empezó a tocarse. Se levantó el vestido pero ahora del frente, descubriendo su mojado sexo. Se sentó sobre la taza del wáter y subió las piernas abriendo el compás para dejar su sexo expuesto y acercar su mano temblorosa.

Empezó a deslizar los dedos sobre sus húmedos labios vaginales, no tardó en dedicarse al clítoris. A medida que se tocaba, empezó a gemir ligeramente al paso que sus propias caricias iban en aumento. Ella sabía muy bien el ritmo que le convenía, era experta para conseguir el mayor placer posible. Cuando se introdujo uno de los dedos volvió a cerrar los ojos. No necesitaba mucho para alimentar la excitación después de lo pasado, al menos esta vez era fantasía.

Pero volvió a sorprenderse al volver a pensar, nada más al cerrar los ojos, quizás en otro de sus amantes. Sin embargo, no quiso que otros pensamientos nublaran este momento, le gustaba volver a pensar en cómo ese viejo la deseaba, en el momento al lado de Doña Clara, este estuviera pensando en ella. Volvió a recordar la imagen de su verga que parecía tenerla grabada a fuego en su subconsciente a pesar de haberla visto tan solo unos segundos y se descompensó en el ritmo. No era su intención, pero tras imaginar al viejo bajándose los pantalones y mostrándole su espléndida verga colgando entre las piernas mientras lanzaba su chorro de amarillentos de miados para marcar el territorio de su hembra se corrió gimiendo de placer mientras sus dedos no dejaban de introducirse con pasión en su propia raja.

Tras el intenso orgasmo se levantó de la taza con las piernas temblorosas y el pulso acelerado. Se acercó al grifo y se lavó la cara mientras se reprochaba esos pensamientos un tanto inadecuados. Por suerte, tras la corrida y una vez pasado el calentón, el viejo volvía a parecerle lo que era, un Señor serio y respetuoso, pero un Señor casado al fin y al cabo. Dio el asunto por zanjado.


Pues así es mis amigos, era bueno estar de nuevo en casa, con Mamá despertando la lujuria de todos los vecinos, que tenían la gran fortuna de levantarse temprano y verla correr para mantener su cuerpazo intacto, y es que verla con aquellas mayas ajustadas a su anatomía o con aquellos cortos shorts que se le metían entre las nalgas y porque no, regalarle a más de algún afortunado un pedazo de cachete que se le salía por debajo de la costura. Y es que como les he platicado tantas veces Mamá siempre hacía lo mismo, lo digo porque siempre la llevaba vigilada. Se levantaba antes de la siete, se dirigía presurosa a la calle para ganarle al poderoso sol de la mañana, con unos tennis muy cómodos de la marca de la palomita y unos shorts que si no eran del todo ajustado, su poderoso trasero así lo hacía, sus bien torneadas piernas y su rotundo y más firme prominente par de glúteos dejaban a cual más audaz conductor al filo de un accidente.

Mamá además un ajustado top, por lo que a veces se le podía ver su coqueto ombligo. Odiaba utilizar sostén mientras corría, pues siempre se quejaba que le dejaba más marcas de lo habitual al ir corriendo, así que sus hermosos y redondos pechos, aunque ocultos bajo la fina tela, atraían poderosamente la atención de cuantos viandantes masculinos se cruzaban con ella. Y más cuando se los veía rebotar, saltar y balancearse sin aparente razón con el vivo trote que llevaba. Sus erectos pezones, duros como piedras, debido al frescor de la mañana; parecían horadar la fina tela que los cubría como si deseasen escapar de ella. ¿Quién en su sano juicio sería capaz de ignorarlos?

Al ir en movimiento su larga cabellera rubia se alborotaba con la brisa matutina. Unos impresionantes ojos azules como el cielo que le acompañaba, una nariz fina algo respingona, y unos labios sensuales y carnosos completaban su bello rostro. En si todo en conjunto era sencillamente arrebatador, cualquier hombre diría que esa mujer era una hembra imponente. Mamá en ojos de los trabajadores asalariados era un auténtico monumento; para alguien más rústico, una mujer de primera, una auténtica potranca capaz de deslomar al más habido. En fin, sería imposible enumerar y desglosar la gran cantidad improperios y piropos que ella recibía a diario. Afortunadamente siempre cargaba su reproductor, de las cosas que se enteraría.

Total ese día no iba a ser tan común después de todo, y lo digo porque ya me estaba preparando para irme a la escuela cuando ese viejo, que ni quiero mencionar su nombre la alcanzó en la cera, aquí cerca de la casa donde Mamá ya venía caminando.

Se trataba ni más ni menos que de Don Mario, ese mal hablado Portero cincuentón, robusto, de gran estatura (más de 1.85 mts), con una espalda ancha, tez marrona y su cabello entrecano y ondulado, eso sí muy fuerte de brazos y piernas ( Pienso que en su juventud fue pescador o minero ya que su cuerpo se notaba bien dado, pero se fue desgastando al paso de su afición a la bebida, al exceso en el comer poco balanceado y el nada de ejercicio, aunque eso sí, nunca perdió el libido siendo ciertamente un semental, su gran verga y potencia como todos los hombres del caribe, Don Mario no podía dejar eso en conjunto.)

Para serles sinceros, yo no sé porque no lo corrían para que se largara de aquí de una vez y por todas, pues se la pasaba tan solo dormido en la caseta sin hacer más nada. Era un viejo pocas pulgas tirando para ogro, casi parecía un oso. La verdad que me preguntaba no todos los días, pero si la mayoría de las veces como era posible que ese tipo desaliñado que siempre vestía muy descuidado y con la misma ropa.. con un rostro que siempre lucía una barba de varios días, con dientes amarillos y que le faltaban, con unos ojos demasiado vivos para su edad que le causaban escalofríos cuando la miraba profundamente y unos labios gruesos… me preguntaba cómo era posible que ese hombre tan horrible pudiera haber encamado en más de 10 veces a Mamá y en dos de ellas convertirla en su mascota.. de recordarlo se me revolvía el estómago, que no pude evitar sentir un miedo al escuchar a mi Mamita exhalar casi gritar un gemido muy profundo ..un aayyyy que llegó hasta mis oídos que me encontraba del otro lado de la cerca de nuestra casa haciendo tiempo para que mi bus pasara.

- ¡He he he.. ¡Hola Güerita, te vi tan bonita y corriendo tan linda que no me pude aguantá a saludalte.

Pero Mamá parecía no escucharle y siguió avanzando.

- ¡Que, acaso no me ibas a saludá?..- dijo enérgicamente el viejo resonando su voz para que mi Mamy le prestara su atención.

- ¡Ah, hola Señor, ..ahora no tengo tiempo, voy de prisa.- el viejo con los ojos que se le salían del coraje pudo escuchar aquella dulce y encantadora voz que le ignoraba.

Don Mario pudo volver a sentir el aroma que destilaba mi Mamy al ir traspirando, ese olor a pulcra limpieza y embriagante feminidad que con lo caliente que era no pudo evitar rosarla con las manos por la cintura, comprobando nuevamente la suavidad de su piel. Pero Mamá le fue indiferente, siguió su camino regalándole “inocentemente” su sensual andar al viejo, el cual ya tenía la verga caliente desde que la vio; sin lugar a dudas la quería de nuevo, sea como sea y a toda costa.

- No te apures Mamacita, ..entiendo que estés enojaha por lo que pasó. Quiero pedilte que me peldones, ..actué impulsivamente aquella noche, no debí compoltalme de aquel modo. Pero veo que sigue tan linda como siempre.- Mamá se ponía nerviosa al sentir de nuevo cerca al viejo, claramente podía percibir que el viejo se la comía con la mirada.

Yo también lo notaba y hervía de cólera al sentirme impotente, ya no quería que ese viejo se le acercara, quería vengarme de ese Portero, alejar su mirada hambrienta lejos de mi linda Mamy. Afortunadamente mi Madre seguía en papel de ignorarlo, le avisaba que ya se iba, cosa que no fue del agrado de Don Mario que a una sola orden le dijo que le escuchara que solo le llevaría unos segundos. Mamá para no hacer mero escándalo en plena calle se detuvo, pero claramente se le notaba el enojo y la frustración en el rostro. Fue el mismo viejo quien la arrincono hasta una esquina, el Cubano pudo volver a percibir el delicioso aroma que desprendía el sedoso cabello de Mamá, sujetándola por su delgado brazo sintiendo lo terso de su piel.

Mamá sintió aquel escalofrió que sentía al ser acosada, esa tosca mano le recordaba los momentos que había pasado con él y las caricias que le habían hecho perder la cabeza. La mirada lasciva de Don Mario quien no dejaba de ver ese par de chichotas apretujadas bajo el top, que se balanceaban sobre la elástica tela, el viejo ya las imaginaba de nuevo desnudas con los pezones empitonados balanceándose frente a su rostro y este con la boca abierta queriéndolas atrapar. El muy cretino se metió la mano en un bolsillo sobándose el bulto que su verga ya mostraba. Afortunadamente Mamá se mostraba indiferente y hasta molesta de lo que le comentaba el viejo ese. Cuando sus miradas se cruzaron el viejo creyó que ella se había dado cuenta de lo que su mano hacia debajo sus pantalones, fueron unos segundos en donde el bello rostro de ojos celestes y rosados labios carnosos se volvieron a encontrar con el horrible y lujurioso rostro del Cubano, a lo cual ella mostrando simplemente educación le sonrió amablemente.

- Sr, amablemente le estoy pidiendo de favor que no vuelva a acercarse a mí, ni a mi familia, ..y mucho menos a mi casa.

- Que eh esa pendejaha de Señol, Güerita?, ..despue de todo lo que hemos pasaho juntos. Mamita yo te he extrañaho mucho. Siento mucho lo que hice Güerita, yo..

- ¡Que no me escuchó? .. le estoy pidiendo que no vuelva a dirigirme la palabra. Yo y usted ya no tenemos nada que hacer, no hay nada que decir. Ahora por favor déjeme, ando ocupada y no puedo perder el tiempo en cosas que no me interesan.

Aquellas palabras para el viejo fueron un acabos, se le endureció el rostro casi a punto de explotar en ese mismo lugar, toda esa farsa de ser buena gente y persona arrepentida no le quedaba en lo más mínimo, era una simple artimaña para volver a poseer aquel cuerpo frondoso y terso, además del ego que le representaba como macho poderse encamar de nuevo a la hermosa viuda de Tapia. Al viejo no le quedó de otra que cambiar rápidamente de plan, y fingiendo torpeza arrojó sus llaves al suelo con intención de poder tocar acercarse más a la indignada rubia. Debajo de ella pudo ver las dos hermosas piernas que tenía mi Madre, suaves y torneadas que terminaban en aquella estrecha cinturita. El viejo seguramente recordó enseguida, las tantas veces que se habían abierto para él, casi se vuelve loco de lujuria, pude ver en sus ojos la desesperación por poner sus toscas manos encima y acariciarlas.

- Así que ya no quiere sabel de mí, Güerita?.. despue de todo lo que pasamo.

- Si Sr, ..ahora de favor le pido que no vuelva a dirigirme la palabra nunca más. Si no, tendré que tomar otras alternativas.

El viejo tenía la cara convertida en ogro al estar siendo rechazado por mi querida Madre. Aunque seguramente ella también pensaba en las represalias que el viejo pudiera llevar, este tipo era rencoroso, además de tener amistades peligrosas (el tal Clavo por dar un ejemplo). La confesión de Mamá de alejarlo para siempre estaba muy bien, pero había que andar con cuidado con este tipo de personas, ahora desconfiaba sobre el supuesto cariño que le mostraba a ella.

- Replesalias dices?.. mira Güerita, a mí esas mamadas me saben mejol acá abajo. Complendo que ehtés enojaha conmigo, pielnuda, ..lo entiendo, por eso voy a dejá que pasen mejol unos días, para que lo pienses un poquito. Allí en la caseta estaré nalgona, espelandote mi amol, ..sé que telminaras extrañando esto que me cuelga entre las pielnas, y vendlas a mí, tu solita a pedilmelo.- Mamá pudo notar el rostro enfermizo que ponía el viejo al seguir hablando de su poderosa virilidad, y no se equivocaba este viejo era un gran amante, el semental alfa como se dice, de los más fieros pretendientes que mi Madre en la cama pudiera desear.

Aunque como les digo, Mamá se mostraba indiferente, es más, dibujo en su cara un gesto de repudio, al estar escuchando al Portero como se glorificaba de su asquerosa cosa, de cómo estaba seguro que ella volvería a caer en sus toscas manos a pesar de ser muy mayor y desagradable a su lado. El Cubano seguramente recordaba con entusiasmo las tantas veces que mi Madre lo había rechazado y despreciado, pero siempre había logrado domarla con sus caricias y palabrotas obscenas, ahora se reía por dentro porque veía la oportunidad de desquitarse quizás hasta de mí, quien era notablemente al que más odiaba.

- ¡P-pero como se atreve?.. ¡Es usted un viejo desagradable, ..jamás cambiará. Ahora con su permiso, no quiero que vuelva hablarme jamás.

- Dehcuida chichona, yo sabré esperá.. no serás la única que busque mi chorizo cubano. ¡He he.. Tu solita vendrá.. tu solita ¡He he he.. ya lo verá.

Mamá ya ni siquiera protestó, aquel viejo que hacía su papel de macho orgulloso que prácticamente la había tenido dominada como una autentica mascota para el placer, se regocijaba frente a su cara con la confianza de que sus palabras sería proféticas, Mamá aún se sentía sometía a sus prepotentes órdenes. Pero ese carácter y altives que le caracterizaba respondió, diciéndole que no era necesario su invitación, que estaba arrepentidísima de haberle conocido he abierto las puertas de su casa, que pobre de aquella que callera en sus enredos y engaños. Se dio la vuelta dejándolo con su estúpida sonrisa sarcástica en su horrible rostro. Yo preocupado por como el viejo se sentía tan seguro, (quizás él se lo veía en los ojos) Noté como mientras ella se alejaba el desgraciado la devoraba con los ojos, veía como el viejo prácticamente la desnudaba y le quitaba el shorts en su morbosa mente, la tomaba con sus desgarbadas y violentas manos y la despedazaba.

En el camino el viejo no dejaba de mirar el sensual andar de “su Güerita” quien a pesar de sentir las miradas lujuriosas del Cubano, ese andar provocativo era natural en ella, (o eso quiero pensar) No es que Mamá buscaba que la miraran, solo que así era ella y por eso le gustaba vestirse siempre sexy, consiente claro de lo que aquello le provocaba ante la andanada de perversos y manolargas abusadores. El viejo solo se quedó allí, como perro en carnicería, saboreándose con la vista puesta en ese blanco y prominente trasero del cual fue dueño, aquel par de nalgas duras de campeonato lo volvían loco, aun no podía creer como tan bello ejemplar de hembra se haya podido fijar en él, siendo este un viejo feo y sin educación, era lo que más le orgullecía como macho.

- Esta putica rica será mía de nuevo, ..cueste lo que me cueste.- se decía aún más el depravado viéndole los hermosos muslos.

El viejo se volvía a recrear e imaginar aquellas piernotas bellas y torneadas sobre sus hombros dándole a su vez unas buenas lamidas mientras profanaba con rabia su delicada vagina. Sacando su celular comenzó a hablar con lo que me supuse era otra mujer. Con total descaro le decía que andaba muy caliente y que si su Esposo se había marchado ya para retacarle toda la verga. La verdad que ya no me interesaba lo que hiciera, por mí que se cogiera a la mismita diosa atena, mientras no estuviera encima de mi Madre o lo que hiciera. Segundos después Mamá llegaba a casa, sudorosa y con el tez rosado que se le ponía al hacer un gran esfuerzo, se sentía un poco tranquila al haber puesto a ese viejo en su lugar, no soportaba la idea de volverle a permitir que se enredara en nuestras vidas, que gracias a dios ahora estaba segura y protegida en casa.

- ¡Ah.. Mi amor, sigues aquí? ..- dijo al momento de entrar y verme parado en la cerca.

- Si Mamá, está por pasar mi bus ..luego te veo Mamá, adiós.- y salí disparado hacía él, si no me dejaba.

- ¡Si mi amor, ..cuídate mucho mi vida. Te quiero.- me gritaba despidiéndome. ..


Así trascurrieron los días en nuestra Colonia, con Mamá rehuyéndole al viejo en cuanto le miraba, este solo se relamía los labios al verla pasar tan imponente, ya sea en las mañanas con sus ajustadas mallas o por las tardes más radiante que nunca cuando salía con sus amigas. Aunque no niego que ella en ocasiones le echara miraditas mientras se aseguraba que este no la viese, había que reconocer que el viejo había dejado una profunda huella dentro de ella (y no hablo de su poderoso tolete). Muchas noches, antes de acostarse, cuando se desvestía para ponerse su jueguito sensual de seda que usaba como pijama, se quedaba desnuda frente a su espejo. Contemplaba su cuello largo, sus pechos prominentes todavía erguidos, su vientre plano, su pubis con su bello dorado en nacimiento, sus piernas largas y su gran trasero.. pero ahora sin moretones, sin marcas, sin ser agarrados con fuerza por unas poderosas manos.

Después se metía bajo las sábanas e intentaba conciliar el sueño. En algunas ocasiones lo conseguía rápido, en otras tardaba más y se ponía a pensar, algunas veces en cosas triviales de su vida o de nuestra familia, de sus Padres.. otras veces soñaba despierta con aquellos machos sudorosos, pero esta vez no tenían rostro, solo un cuerpo desnudo, grande con brazos fuertes, tórax grande, abdomen abultado, gestos duros y con un grande y brillante tolete erecto dispuesto atravesarle.

Mamá tenía que admitir y yo también que lo que le faltaba para que su vida fuera plena, era una necesidad que debía considerar tan importante como cualquier otra, tan importante como el comer y dormir. Su corazón tenía una zona sin cubrir y su cuerpo un hueco sin llenar. Entonces sus manos empezaban a acariciar su cuello e iban descendiendo lentamente por su cuerpo, por sus grandes pechos, por su vientre perfecto, por encima de la seda hasta llegar al borde de su pijama, la cual desprendía rápidamente de sus muslos llevándola hacia arriba.

Tras llegar al abdomen, volvía a bajar despacio por su vientre cálido, imprimiendo en este sutiles roces. Ahí era cuando sus manos se convertían en las manos de aquel hombre sin rostro, y guiaban sus dedos hasta el elástico de sus bragas acariciando con las yemas su vientre, que rápidamente alteraban su respiración y se convertían en un maremoto de emociones excitantes que aumentaban según su otra mano dejaba al descubierto sus senos. En esos momentos, todo su cuerpo se estremecía al más sutil rose. Sentía como su clítoris palpitaba volviendo a la vida y como sus labios vaginales iban despertando a las riquísimas sensaciones que le producían los estremecimientos cual electricidad nacía de sus dactilares, los que al llegar a sus duros pezones, mandaban a través de ellos la corriente que la atravesaba desde el pecho hasta su sexo, haciendo fluir desde el interior de su vagina aquel líquido lubricante para no poder detenerse ni un momento e ir cada vez más aprisa.


Una vez lubricados y recubiertos, volvían a subir hasta su pecho donde rodeaba su areola con ellos, con el pulgar y el índice pellizcaba suavemente sus pezones concentrándose en las sensaciones que le producían y exquisito dolor que hacía patente su dureza. Entonces, aquel hombre tosco y sin rostro llevaba sus manos directamente a sus bragas sujetando el elástico. Sus caderas empezaban a tener un ligero movimiento en círculos, señal de que necesitaba ese orgasmo para calmar el deseo que le albergaba en sus noches y la tenía en excitación hasta saciarlo.


Aquel hombre en su cabeza tiraba del elástico superior de sus pantaletas y se zambullía en la tersa piel de su pubis, encamino descendente a sus labios vaginales, entre los cuales se encontraba una rajita a falta de atención por parte de una virilidad. Mamá notaba la humedad y el calor emanante de su intimidad. Su amante imaginario introducía delicadamente un dedo para comprobar el ardiente calor que provenía de ella. Al sentir la intrusión, sus caderas adquirían un movimiento más cadencioso a medida que el desconocido lo comprobaba. Su hueco prácticamente lleno. El pulgar era la pareja perfecta del clítoris y lo frotaba al ritmo que le imponían los dedos que penetraban su sexo. Mientras, con su otra mano, aquel extraño acariciaba su pecho y su vientre. La piel de Mamá ardía y levantaba el trasero de la cama sin dejar de mover las caderas para que el orgasmo tomara impulso y la hiciera vibrar hasta los mismitos huesos, para culminar en un gemido o exhalación que rompía en pedazos al estrellarse en su boca. Tras el orgasmo, su cuerpo se desvanecía entre las sabanas hasta la mañana siguiente.

.....

Pero eso solo sucedía en el interior de la recamara de mi Madre. Por fuera, el pequeño Pedrito siempre estaba alerta de cada movimiento del viejo, créanme que tenía un miedo atroz que un día de estos fuera hacerla cambiar de opinión con sus reiterados acosos. Aunque afortunadamente, con el pasado de los días fui viendo que poco a poco el Portero empezaba a tomar distancia de nuestra casa, ya no se quedaba parado frente a nuestra cera por horas, ni buscaba algún pretexto con la excusa de intercambiar algún tipo de palabra con Mamá y eso me tenía intrigado.

Uno de esos días me dirigía a mi distribuidora de video juegos preferida, con todo lo que me sucedía no estaba al tanto de lo nuevo para mí consola PS4, ahora que había un poco de calma en casa me podía dar el lujo de pasar algunos de ellos. Pero como ya saben, antes tenía que pasar por la caseta del viejo. Ese viejo desgraciado al que para salvo-guardar a mi Mamita de sus bajas intenciones, le había dejado una descarga de 18,000 voltios en la espalda, aunque claro que estaba consciente de que eso no lo mataría pues es una arma solo de autodefensa, ya que no daña a quien recibe la descarga de forma permanente, sino que simplemente le desequilibra el funcionamiento del cuerpo de forma momentánea. De esta manera que la descarga no es lo suficientemente intensa como para causar problemas significativos. Además de que este tipo era muy fuerte y robusto, simplemente lo incapacitó algunos segundos.

Yo la verdad ahora si le tenía un pavor terrible al viejo, sabía que buscaría la manera de vengarse de nosotros y más de mí por lo que le hice. Por lo que pasar solo completamente por su caseta me tenía muy asustado. Además, Don Mario desde que habíamos regresado aun no habíamos intercambiado palabra alguna, es más ni con la mirada, era por demás pensar que en cuanto me mirase su ira hacía mí terminaría por explotar.

Me pasé del otro la de la cera e intentando no hacer ruido con las pisadas caminé lo más rápido posible para salir del fraccionamiento. El viejo seguro se encontraría dormido o quizás leyendo sus cochinas revistas. Justo al intentar cruzar escuché voces dentro de la caseta, la voz rasposa de este y la sutil de una mujer. Enseguida recordé que este también llevaba una relación con nuestra vecina del frente. Me entró una necesidad de averiguar de quien se trataba, de quien era la voz de la mujer la cual estaba dentro.

Me acerqué a ver quién era, no me vieron y me escabullí hasta rodear. Por el hueco de la pared que había taladrado con anterioridad pude ver al viejo, Don Mario, de pie con los pantalones bajados hasta los tobillos y el nabo bien empalmado.

- ¡A vé pirujita, ..chúpala bien que tú sabe cómo hacelo. Tengo lo güevos calgados.

Una hermosa y nueva mujer estaba arrodillaba sobre el suelo chupando la verga como le ordenaba el perverso Portero. La verdad la imagen del viejo era un poco cómica. Un tipo casi sesentón, moreno con prominente barriga, camisa colorida y los pantalones marrones bajados hasta los tobillos. Sudando y resoplando mientras le hacía una mamada aquella extraña mujer.

- ¡Oh.. Vamo mi amol, ..que tú y yo sabemo que lo sabe hacé mejol.

La mujer no podía decir nada pues tenía la boca ocupada en otros menesteres.

- ¡Mmhh, mmmhhh.. gloh..

- ¡Oh, sii.. Qué gusto ahora. Ya vé como si sabe hacelo mejol?.. ¡Chúpame también las bolas, refréscalas con tu babita. Hoy estoy má caliente.

Hasta ese momento fue cuando pude nuevamente y con detenimiento la gran erección del viejo, aquella gruesa y asquerosa cosa que tantas pesadillas me había causado y tantos recuerdos me golpeaban en mi cabeza cual si fuera un marro, con bellos antihigiénicos, con muchas venas palpitando y protuberancias, eso sí, bastante grande y gorda que tantas veces había penetrado y conquistado el cuerpo de mi Mamy. Y que no importando lo asquerosa que fuera en ese momento a la mujer le parecía hermosa, que sin más la hizo pegarse al vientre de este para dejar libres sus sudorosos güevos. La mujer iba turnando de bola en bola acariciándoselos con los labios. El viejo sudaba como puerco, empezó a desabrochar su abrigo, manoseándola.

- ¿Te vestiste como te oldené?..- le pregunta. ..


La mujer deja su “quehacer” y se pone de pie, al hacerlo descubro de quien se trataba. ¡La Sra. Dávila!!.. Patricia de Dávila, casada felizmente con el Ingeniero en agricultura Miguel Dávila. Una pareja aparentemente feliz cuyos ambos actualmente habría pasado la cuarentena, aunque tengo que decir que ella no lo aparentaba en lo más mínimo. Medía aproximadamente 1.70 de estatura claro que con tacones lucia mucho más, y un cuerpo que había soportado perfectamente el paso de los años, ya que conservaban intactas sus curvas y sus encantos. Es de tez clara y su melena aunque antes era castaña ahora extrañamente la llevaba platinada, recuerdo haber escuchado o se decía que era una excelente bailarina mucho antes de formar su matrimonio, a eso su cuerpo macizo y definido. Realmente tengo que decir que la Sra. Dávila era otra mujer muy guapa de esta Colonia, sobre todo de cara, con unos rasgos Españoles e Italianos, cosa que ella sabía y le gustaba sacarse provecho. También recuerdo que tenía un hijo pequeño, el cual iba a la misma escuela que la mía solo que en segundo grado, puesto que a ella siempre la miraba en tacones y muy arreglada, a pesar de ser en las mañanas.. nadie iba a imaginar que ahora tuviera un rollete con el desgraciado Portero.

Pero lo que me dejó bastante escandalizado y hasta de pronto olvidarme de mi destino, fue que al descubrir su abrigo llevaba un juego de lencería de prestigiosa marca en tono rojo, constaba de un tipo body semitransparente en terminación en tanga de encajes y un escote en “V”.. ¡Pero qué V, prácticamente se abría hasta su ombligo, lo que provocaba aún más el tamaño de sus portentosos pechos y dejaba a la vista el profundo canal que los separaba, porque déjenme decirles que la Sr Dávila portaba dos muy buenas razones para no poder mirarla a los ojos. Sus bien trabajadas piernas de bailarina estaban enfundabas por un par de medias del mismo juego a toda la lencería, completaban su vestimenta unas enormes zapatillas de tacón de aguja que hacía que su trasero y sus pantorrillas lucieran fenomenal. Si su idea era causar una fuerte impresión al viejo lo estaba logrando, ya que el maldito aceleró su paja mientras la observaba.

No lo podía creer, venía bien arreglada y sensualmente exquisita solo para encontrarse con este asqueroso viejo. ¡Vamos, que tenía ese desgraciado que a las mujeres de esta colonia volvía tan locas?.. La Sra. Patricia no se notaba una mala mujer ni mucho menos, pero claro uno nunca termina de conocer a las personas, recuerdo siempre verla muy guapa llevar a su niño al parque de aquí a la vuelta, otras de la mano de su Esposo felizmente casada. De las cosas que se entera uno al salir a la calle.

- ¡Así me gusta Mamaita, ..elegante y sesy para tu nuevo macho, ¡Si hasta parece que vamo a tené nuestra luna de miel ¡He he he..- celebraba el viejo con los ojos desorbitados.

Inmediatamente el viejo le terminó de abrir el abrigo y lanzarlo por un lado. Destacó el provocativo conjunto rojo que estaba destinado ahora para él. Contrastaba muy bien con el color bronceado de su piel. Al sacarle el abrigo sus exquisitas tetas se balancearon, las que fueron acogidas y manoseadas por el asqueroso Cubano.

- Le gusta mi cabello?, ..lo teñí tal y como usted me lo pidió.

- Si Mamaita, ..¡si hasta parece una altista de esas putas que salen en la tele.

- Ay Don Mario, ..no sé si eso sea un halago ¡Ji ji ji..

- Claro que es un halago, pendeja ..ahora mismo te doy la caña que veniste a buscal ¡He he he..

- ¡P-pero Miguel, ..salió y no sé a qué hora vaya a regresar.

- No te preocupe Mamaita rica, el colnudo acaba de pasá, ..demolara pol lo menos un pal de horas.- le decía mientras se detenía a pellizcarle los pezones.

- ¡Aah.. Si mi Don, ..lo que usted mande.

- ¿Mamaita? ..

- ..¿Sí?

- Hay otra cosa má que quiero que hagas. ..

- Que mi amor, ..que quieres que te haga.

- ¿Alguna.. alguna ve te lo ha rasurado, ..te lo ha dejao peladito?..

- B-bueno si, hace mucho.. pero a Miguel no le gusta. Dice que sólo las putas se quitan los pelos de ahí. Solo quiere me los recorte.

- Y qué le vas a deci cuando te vea sin un solo pelo en la pepa.- preguntó el viejo.

- Q-quiere que me los depile? ..

- Lo harías pol mí?. ..

- S-sí, si usted quiere, podría hacerlo.

- Que le dirás? ..

- No lo sé, ..quizás que tuve una infección.

- Buena ecuza, ..también te ayudaría a escondé las malcas rojas que te dejo en la chocha siempre que te va. ¡He he he..

- ¡Ay Don Mario, que dice, ..¡Aah.. me pone la piel chinita.

- ¿Y si te dijera que ya no tuvieras relaciones con ese pija colta? ..

- Ya no tener relaciones con Miguel?. ..

- ¿Ha leído alguna ve algo sobre las relaciones de dominacióng y sumisióng? ..

- No, por supuesto que no. ¿Usted sí? ..

- ¡He he he.. Algo.- se sonrojó la Sra. Dávila.- Los Amo prohíben a sus hembras tené relaciones sesuales con cualquiera que ellos no autoricen. Nolmamente esto incluye las relaciones conyugales o de pareja.

- ¿Y usted me va a prohibir que tenga relaciones con Miguel? ..

- Eh muy probable, Mamaita, ..no me puedo dá el lujo de anda metiendo mi precioso garrote donde otro también.

La Sra. Dávila sintió un intenso escozor en la entrepierna. ¿Le excitaba que el viejo le ordenara no tener relaciones con su marido? Aunque claro era obvio, el viejo no podría enterarse de si la obedecía o no, ¿o sí?. ..

- La verdad es que Miguel y yo lo hacemos más bien poco.

El viejo dominador se quedó callado.

- Me gusta hacerlo con él.. solo es qué.. No sé.

- ¿Sí?. ..

- Bueno, lo que pasa es que.. desde que usted.. fue algo increíble.

La Sra. Patricia se sonrojó y bajó la mirada.

- Sí, lo fue?..- preguntó el viejo, quería ver el grado de dominio que tenía sobre ella.

- Nunca he gozado con Miguel ni la cuarta parte de lo que he gozado con usted Don..

- Mamaita. ..

- ¿Sí? ..

- Ven acá, ..¡te voy a da con ganas.

- A-aquí?. ..

- Y dónde má?, ..si quiere me espero hasta que se vaya Miguelito, ..una semana o do.

- ¡Noo, saldrá pasado mañana, ..regresará en dos o tres días.

- Y te vas a pode aguantal hasta pasaho mañana? ..

La Sra. Dávila no dijo nada, pero en ocasiones el silencio es tremendamente revelador y al viejo no le cabía la menor duda de que esa señora estaba tan deseosa y entregada como a él le gustaba tenerlas. La Sra. Patricia se acercó y este la puso contra el sucio escritorio. El viejo se colocó detrás y le apartó el hilo del tanga. Su verga estaba brillante por la saliva. Se la metió de un golpe en la vagina.

- ¡Uhmm..- gimió de dolor por la terrible intrusión.

- ¡Ooh.. ¡Pero que depeldicio, ..si tiene la chocha de una quinceañera. ¡Ooh.. Que calentito.. ¿Que tu maricóng no la pudo hacé ma grande?.. No impolta, yo me encalgare de eso.

El viejo asqueroso empezó un movimiento frenético, la Sra. Dávila no parecía estar disfrutando sino más bien por la cara que ponía daba pena. Parecía a punto de llorar. El viejo imprimía un ritmo frenético, no se preocupaba en lo más mínimo de dar placer a la Sra. Patricia, resoplaba como un toro encendido. Pero en unos segundos la sensual rubia dejaba escapar ligeros gemidos de placer, los cuales intentaba callar mordiéndose el labio, cosa que hacía ver más morbosa la situación. Y no era para más, ver a la preciosa Sra. Patricia de Dávila, con un cuerpazo de bailarina vestida simplemente en lencería, con sus enormes tetas puestas sobre el escritorio, sus nalgas duras a la merced de un viejo horrible, sucio, degenerado, contrastando terriblemente con la impecable suavidad de su piel.


El desgraciado viejo en un afán de lubricar más aquella pequeña entrada había sacado su duro tolete y había empezado a usar su rasposa lengua, la cual a pesar de ser muy asquerosa resultaba tremendamente placentera para la Señora pues debido en gran medida a la gran experiencia del viejo en esas labores.

- ¡Aah.. ¡Por dios, como me lo hace.. ¡Aahh.. ahh..- gemía y se retorcía la pobre Señora.

La lengua del viejo entraba y salía con una facilidad asombrosa, ayudada claro por las tocas manos del viejo, quienes se apoyaban en cada nalga de la ella para abrirlas al máximo. El viejo hijo de puta se estaba deleitando a otra víctima más de la Colonia, otro matrimonio más que corrompía y para su ego machista se sentía en la gloria. La vagina de la Sra. Dávila pronto se encontraba bastante húmeda y eso que el Portero tenía ya unos segundos que no la tocaba pues había cambiado de objetivo, estaba concentrado en el ano de la Señora. Cada vez era más difícil para la Sra. Patricia contener los gemidos, los cuales iban aumentando en volumen y empezaban a salir del pequeño cuarto.

- Aaahhh.. Ahh.- gemía la hermosa esposa del Ingeniero Dávila.- Que rico mi amor ¡Uhm.. No te detengas por diosss..

- ¿Te gusta putona?.- pregunto el viejo despegando su lengua y sus labios de ella.

- ¡Aahh.. ¡Siii.. sii.. si mi amor, me.. me gusta.. mucho.- decía entrecortadamente.

- Y eso que apena vamo empezando, ¡He he he.. Vas a ve qué rico vamo a sentí, pendeja.- para posteriormente volver a su labor de lubricar el ano.

Al viejo Cubano le encantaba darles de lengüetazos en el ano, para ver cómo se estremecían y se contraían frente a sus oscuros ojos, por eso lo hacía muy seguido y con cada una de sus presas. Y al parecer a la Sra Dávila también le encantaba, que conociendo a este desgraciado seguramente ya le había dado por el ano. El grotesco sonido de succión y fruición que hacía la boca del Cubano al degustar de aquel maravilloso culito me estremecía, puesto que ya lo había escuchado en tantas ocasiones dentro de mi casa, ese ¡Shurp, chucks.. que hacía la lengua y labios de ese degenerado al devorar aquel delicado esfínter hacía que mi pequeño corazón se empezase acelerar. Se apoyó en las macizas nalgas de la infiel Esposa y se levantó.

- ¡Muy bien putona, ..quiere cogé, pues vamos a cogé entonces. ..

El Cubano colocó su enorme tranca a milímetros del ano de su nueva amante, parecía que esta vez no habría rodeos, no habría más rosones, se la dejaría ir toda. Y allí estaba nuevamente yo, volvía a como al principio, observando al viejo Portero quien le bastaba dar un ligero empujón para estar dentro de otra bien portada Madre, otra mujer que muchos deseaban y muy pocos conseguirían. El rostro de esta tenía una mueca extraña, una mueca que solo se puede dar cuando la excitación esta al máximo, podía sentir el calor que generaba la punta de aquella reata en su ano, en gran parte porque el viejo le estiraba las nalgas hacia ambos lados para poder ver la entrada que se contraía.

Fue entonces que la Sra. Dávila sintió como la gruesa punta le presionaba el esfínter y se metía unos milímetros, ella se encontraba como anestesiada, no imaginaba lo que el cochino viejo estaba a punto de realizar, simplemente estaba a la espera de lo que ese horrible viejo hiciera su movimiento. Pronto esos milímetros comenzaban a convertirse en centímetros, cuando. ..

- ¡Aaah.. ¡Don.. q-que está haciendo allí?. ..- 

Al viejo no le quedó de otra que perder esos pocos milímetros que había ganado dentro de ella, la inesperada reacción de la mujer había hecho que el viejo sacara su verga del ano. Entonces sus miradas se cruzaron, la de ella era hermosa, con esos ojos marrón claro capaces de derretir a cualquiera, los de él eran horribles, rojos en excitación, como un demonio que haría cualquier cosa por poseerla.

- ¡Noo Don.. recuerde lo pasó la última vez, ..me lastimó tanto que no pude ocultarlo con Miguel. Aun piensa que tengo hemorroides.

El viejo lanzó una sonrisota a la mujer con esa boca de dientes amarillentos, con esa carcajada el Cubano se veía aún más aterrador. La infiel mujer fue bajando su mirada por la enorme panza, bajando hasta detenerse en la erecta tranca de su amante, sus ojos lo decían todo, en ese momento esa gran verga amenazante le parecía lo mejor del mundo, quería sentirla dentro, pero se resistía en hacerlo por donde el Cubano deseaba.

Don Mario rodeo la breve cintura de la Sra. Patricia, y la incito a voltearse, cosa que no fue ningún problema pues ella parecía una muñeca maleable, con la cual podría hacer lo que quisiera. Al momento de reincorporarse, la Sra. Dávila me brindó una vista espectacular de su cuerpo, poniendo especial atención en sus grandes y mamables senos, también vi esa pequeña vagina apenas cubierta de pelos castaños, no había la menor duda de que era otra mujer espectacular, más con esa lencería en rojo y sus zapatillas tan altas. 

- ¡Ha ha ha..- rio el viejo.- No cabe duda que tohos los Marihos de esta Colonia están bien pendejos, ..no saben atendé a sus Espocitas. Tan solo saben hacé dinero y trabajá como bobos, ..pero no impolta, pues para eso estamos los machos como yo ¡He he he.. para atendé a sus mujelcitas pol todos sus agujeros ¡He he he..- mientras con sus toscas manos fueron a parar a las protuberantes tetas a la vez que con su horrible boca besaba y lengüeteaba su cuello.

Al viejo le encantaba que sus amantes le adoraran como rey por encima de sus ingenuos Esposos, que le dijeran que era un gran amante todo poderoso, le encantaba sentirse un macho alfa, el gallo que canta en cualquier gallinero. La Sra. Patricia se estremecía a sus rudos toqueteos, sentía riquísimo en sus senos y en los pezones, las experimentadas manos del viejo ya sabían que la mujer disfrutaba de sobremanera en esa sensible parte de su cuerpo. Entonces, el Cubano sujetó a la hermosa Esposa de cada uno de los costados de su cabeza de manera que ambos quedaron de frente. Entonces dijo:

- ¡Mira Mamaita, si pol mi fuera aquí mismo te tronaría ese precioso culete que tienes, ..pero sabe?, aquí existe la posibilidá de que algún metiche nos eche a peldé nuestra fiestecica y entonce no podría hacelte disfrutá todo lo que te merece. Ademá creo que tiene razón, en un pal de días te va a quedá solita, ..me dará las llaves de tu casita para yo ilme a quedá alli.- dijo el viejo.

La Sra. Patricia dudo un momento, y lo único que atino a decir:

- ¡P-pero mi niño lo verá Don, ..y no, no quiero que se le vaya a salir decírselo a Miguel.

- ¡Lo pinches mocosos de aquí no hacen ma que estolbal, ..mira, complale algunas golosinas, un pal de jugueticos ahí, que se entretenga, ..mientras su Mamaita juega con su otro juguetón que veo que le encanta ¡He he he..

Y antes de que la infiel Madre pudiera agregar algo, Don Mario volvió atraerla hacia él y la beso, el beso fue largo, intenso, sus lenguas jugueteaban entre sí, a la Sra. Patricia le importaba poco el olor a cigarro y la mal higiene que desprendía el horrible viejo de su boca, estaba muy concentrada en disfrutar lo más que pudiera. Por el contrario el Portero disfrutaba del agradable olor de mujer, ese olor que desprendía excitación y limpieza. La Sra. Dávila sentía la fofa panza del viejo pegado a su vientre y un poco más abajo sentía la enorme tranca que se balanceaba entre sus muslos manchándola de babas seminales.

Mis ojos estaban fijos en aquellas enormes tetas que se restregaban contra los bofos pectorales del viejo, la sensación que debía sentir ese infeliz debía ser impresionante, me preguntaba cuántos hombres quisieran ser este viejo en este momento. Al igual que Mamá, la Sra. Dávila era también una mujer muy llamativa para los varones de esta Colonia, digamos que en nuestro fraccionamiento privado está compuesto por gente muy pudiente, lo que conlleva a ver muy a menudo a Esposas hermosas y sensuales, aunque.. (lo que sea de cada quien, Mamá se las llevaba a todas por su porte y elegancia, además de su carita de ángel).

Pero volviendo al tema. De repente al darse la vuelta y darme la espalda, observé algo que masajeaba las fofas y marronas nalgas del Cubano.. ¡Eran las delicadas manos de la Sra. Patricia, que habían bajado de la cadera del viejo hacia esa horrible zona de su anatomía. La muy descarada lentamente se volvía más atrevida, había empezado con pequeños gestos y palabras que no lograba escuchar, pero ahora era ella quien buscaba toquetear al viejo.

El Cubano no queriendo quedarse atrás hizo lo mismo, deslizo sus manos de la cintura de la mujer a sus duras nalgas, pero a diferencia de las suyas que eran fofas, velludas y horribles, las de la Sra. Dávila eran espectaculares, redondas y firmes, sobre todo duras pues recodaran que fue bailarina, seguro que también era amante del ejercicio. En eso veo como el muy cabrón estaba a punto de avanzar de nuevo hacia el ano de la mujer, pero no lo hizo, recorría la tersa piel de sus glúteos e incrustaba los dedos por la raja acariciándola. Entonces, separándose de la infiel Esposa se subió el pantalón y dijo:

- No cabe duda Mamaita que cuando se vaya el colnudo, ..te voy a dá la culiada de tu vida.- la Sra. Dávila no dijo nada solo se sonrojo.

Después recogió el vestido y otras cosas que se le habían caído y dijo:

- Ven, ..aún hay tiempo para montalte bien rico ante de que regrese a tu casica a atendé a tu Ehposo, ..excepto en la cama pol supuesto.- y soltó una gran carcajada.

El viejo la tomó de la breve cintura y juntos se acercaron al sillón que tenía allí para dormir, aquel sillón en el cual el viejo haría que la sensual Esposa disfrutara como nunca. Mientras tanto ella se encontraba con un mueble apestoso con olor a sudores y porque no decirlo a esperma, la caseta el viejo la mantenía horrible con botellas y latas por todos lados, yo no entendía como las personas de la Colonia no lo despedían, aunque tengo que decir que desde que llegó este infeliz no se habían robado nada en ninguna de las casas, (tan solo la virginidad anal de algunas y la vergüenza y el descaro de otras). El ambiente en ese cuartucho era infernal, parecía como si allí viviera un cerdo o malviviente sin hogar, era un lugar horrible.

Por otro lado envidiaba la suerte que tenía ese desgraciado viejo, la Sra. Dávila tenía un cuerpo muy hermoso, incluso en la situación en la que se encontraba ahora. Con sus sensuales medias que rosaban muy apenas sus duras nalgas, ese sostén de copa que por sí solo hacía el mínimo trabajo de mantenerlas cubiertas.

El viejo con los pantalones a las rodillas se dejó caer sobre el sillón con la sensual Madre encima fundiéndose en otro apasionado beso, que a diferencia de hace algunos momentos ahora parecían una pareja de Esposos que se amaban, bueno eso quitando a que él era un viejo horrible, gordo y fofo, sentado con los pantaloncillos en los tobillos, y ella una bella mujer de 42 años encima de él en sensual lencería besándolo apasionadamente.

El Cubano aprovechaba para manosear las nalgas de la Sra. Dávila a su antojo, en la posición en la que estaba le resultaba muy sencillo además de muy excitante, de vez en cuando aprovechaba para darle una sonora nalgada como tantas veces se lo vi hacérselo a mi Madre, cosa que a la infiel mujer le encantaba. La Sra. Patricia por su lado podía sentir la enorme excitación del viejo, la gran verga que sentía en su entrepierna se lo decía, la apuntalaba. Sus lenguas seguían fundiéndose, jugueteando, buscándose, adentrándose entre sus bocas lo más que podían, intercambiando saliva.

Por otro lado, pensé en retírame de mi escondite y regresar a mi destino, pues además ahora no se trataba de mi Madre la que estaba siendo manoseada por ese infeliz, y la vida de los Dávila pues simplemente me tenía sin cuidado, pero ver aquella escena tan morbosa y excitante me impedía quitar el ojo del pequeño agujero, y más cuando veía a la Sra. Dávila que abrazaba y casi rasguñaba la piel oscura del viejo, debido al enorme grado de excitación en el que se encontraba, y eso que lo bueno aun no empezaba según decía él. En cierto momento ella se separó del viejo, apoyando sus rodillas en cada uno de los costados de este, quedando prácticamente montada encima del Portero. El viejo quedó expectante esperando el siguiente movimiento de su amante, pareciera que la batuta del encuentro sexual lo estaba empezando a tomar ella pensaba yo, o quizás el viejo ya había despertado a la hembra que yacía en ella.

La Sra. Patricia se quedó por unos momentos así trepada sobre la barriga del viejo, estaba tan excitada que quizás no recordaba que pronto volvería su Esposo, quizás tampoco que había dejado a su pequeño hijo solo en casa, mientras que el viejo masajeaba sus torneadas piernas. La mujer llevó las manos a sus hombros para soltarse el brochete que cubría sus pechos, para comenzar a zafarse los delgados tirantes uno a uno, los cuales al terminar de zafarlos sus pechos cayeron cerca de la cara del viejo. El Portero se quedó sin habla, era verdad que ya había visto ese enorme par de tetas antes, pero eran impresionantes, la manera en que pequeñas gotas brillantes de sudor perlaban la piel, como subían y bajaban debido a lo exaltada que estaba su dueña, lo dejaban sin habla.

Ella se sonrojo un poco, me imagino que no era muy normal estárselas enseñando a un viejo cincuentón casi en las narices, y la reacción de este con los ojos desquiciados. Así mientras el Cubano estaba desorbitado con las tetas de su amante, ella jugueteaba con los canosos bellos que le salían al viejo del pecho, ahora era ella la que estaba expectante, esperando el movimiento de su amante. Reacción que no tardó mucho en llegar. Pues el Cubano aceptó gustoso la invitación de la infiel Madre y hábilmente comenzó a succionar de uno en uno esos tremendos chupones, puesto que la Sra. Patricia mostraba aureolas grandes con pezones muy empitonados. En ese pequeño cuartucho el degenerado Portero estaba tan gustoso, sin importarle que mis vecinos pasaran por el frente de la caseta y le encontraran con una de sus Esposas encima desnuda, tan solo le pitaban con sus claxon a la hora de pasar pensando que así el viejo estaría al tanto de sus salidas, sin imaginar en lo que estaba ocupado el muy infeliz.

La Sra. Dávila estaba en la gloria, la pestilente boca del Portero era muy hábil, le mamaba, le succionaba y hasta le mordía ávidamente esas enormes tetas carnosas. 

- ¡Aaaahh.. ¡Qué rico Don.. nadie me las ha comido así, ..siga, así favor. ¡Aaahh..- decía la infiel en tono de súplica.

Pero el viejo ni se molestó en contestarle, puesto que estaba más concentrado en devorarse el suculento banquete que la infiel Esposa le vino a traer. Por otro lado, las manos de la Sra. Patricia atraían la cabeza del viejo hacia sus suculentas tetas, enredando sus bien cuidadas manos entre los canosos ondulados cabellos del viejo, como queriendo que le diera más placer, placer que el viejo también estaba demostrando, pues su erecta que tenía de verga se paseaba entre medio de las blancas piernas deslizándose por su chochito y entre medio de sus nalgas buscando el caminito a gloria.

Continuaron en esa posición por algunos minutos, con el viejo succionando aquellas maravillosas tetas y sus manos subiendo y magreando las duras nalgas. Y para serles sincero yo también estaba muy caliente, y cómo no iba a estar caliente, si veía a otra guapa Madre casi desnuda en esa pequeña habitación, montada encima de ese horrible viejo, con sus enormes tetas al descubierto, vestida únicamente con un transparente body en rojo y medias del mismo color. Sentía que si me tocaba me vendría aquí mismo. De repente el viejo se separó e inhalo aire profundamente.

- ¡Que buena ehtas pendeja, ..no me canso de mamalte estas toronjas.- le decía mientras observaba su espesa baba y el tono en sangre en que le había dejado los pezones.

Don Mario dándose cuenta de eso volvió a hablar:

- ¡No mames pendeja, desde la primera ve que te vi, de la manita de tu Ehposo supe que serias mía.

- ¡Aaah.. si porque?..- respondía en tono meloso.

- Y todavía pregunta polqué?.. El muy baboso de Miguelito me pedía que fuera a dale vuelticas a su casita mientras se iba unos días a trabajá, ..sin imaginá que se lo pedía al tipo más garañon del mundo entero y tenía a una putica bien rica de mujé ¡He he..

- ¡Sii!!.. y me encanta ser su putita rica.

- Pero habé, ..esto pinches calzones de putica no me dejan actua, ..párate, te los voy a quitá.

La infiel Esposa obedeció sumisamente y se levantó, Don Mario entonces estiró las manos hasta las caderas de la mujer, para por un momento masajearle las rotundas piernas, después intentó deslizar la diminuta prenda a la vez que con su asquerosa lengua saboreaba la delicada piel de su abdomen. Pero el muy pendejo no sabía que era un body completo, por lo que solo tenía que soltar los botones que tenía por debajo de la braga, cosa que la infiel mujer en eso le ayudó. Ahora si la Sra. Patricia se encontraba sin prenda que la protegiera y a la merced del sucio camote que tenía ese entre las piernas.

- ¡Así te quería ve, ..completamente peladita y aquí en la caseta encerradita conmigo, putica.- dijo el viejo quien aún sentado disfrutaba del hermoso paisaje que la Sra. Dávila le ofrecía solo a él.

Estas palabras hacían que la Señora se sonrojara, se sentía prácticamente su puta como a él le gustaba y eso prácticamente aumentaba su excitación. Don Mario aun embobado con las redondeces de la mujer dijo:

- ¡Toma, llámale a tu Ehposo, ..quiero que hable con él mientras yo me devoro la conchita.- en esa posición su asquerosa boca quedaba muy cerca de la vagina de la mujer, lo que hizo que ella se estremeciera.

Y pensé que no lo haría, pues me parecía una idea por demás canalla y descabellada, pero este maldito pareciera que además de adueñarse de sus cuerpo lo hacía de su ser, que sin dejar de mirar los oscuros ojos del viejo levantó el móvil y le marcó al Sr Dávila. El viejo comenzó a acercar su rostro con destino a esa pequeña rendija, la mujer sabía lo que iba a suceder, y la espera a que le contestara su ingenuo Esposo aunque fuera de unos pocos segundos la mataba.

- M-Miguel? ..-dijo ella.

El viejo ya como un completo degenerado de lo excitado que significaba estarse comiendo la intimidad de lo que solo aquel hombre detrás de la llamada estaba destinado, rápida y desenfrenadamente succionó esa hermosa vagina. Chupaba y mordía, tragaba los exquisitos líquidos que la infiel y traicionera mujer comenzaba a desprender. El Cubano estaba enajenado, le encantaba la situación, humillar sin que este supiera a otro Esposo más. Las succiones eran capaces de escucharse hasta por el teléfono, el viejo hacía fuertes ruidos con los labios para así aumentar más el nerviosismo y la excitación de la Sra. Patricia.


- D-Donde estás?. ..-volvía a decir mientras se mordía el labio y observaba desde arriba como se perdía en viejo entre sus piernas desquiciado.

- ..... ...........- el pobre hombre mensolín platicaba con su Esposa sin imaginar el perverso jueguito que tenía ella tras la llamada.

- ¡Q-que ya vienes para acá?, ..nooo.. espera no. ¡Necesito que me traigas algo, sii.

Las poderosas piernas de la Sra. Patricia pronto comenzaron a flaquear debido en gran medida a la situación en la que se hallaba y en la habilidosa boca del viejo, pues aun este escuchando que el Sr Dávila venia ya de regreso no le importó en lo más mínimo, es más.. colocó rápidamente sus manos en las duras nalgas de su dueña, una para sostenerla y dos para empujar aún más su carota y así poder llevar su lengua más adentro.

- ¡Aahh.. N-necesito.. n-necesito carne.. si más carne, pero del corte blando que venden del otro lado de la ciudad. Si Miguel? ..por favor mi amor.

La muy descarada estaba enviando a su ingenuo Esposo del otro lado de la ciudad para así darle tiempo a ella de recibir “la otra carne” que ella en verdad a lloraba. Mientras que por debajo el viejo adoraba las duras nalgas de la mujer, que eran impresionantes, duras y voluminosas, no prominentes como las de Mamá pero si suaves y macizas como las de cualquier bailarina. El viejo aprovechaba para estrujarlas, sentirlas, palparlas y de vez en cuando rosaba uno que otro dedo en su no virginal ano.

- ¡Si mi amor, ..¡Aah.. Y-ya sé que está lejos Miguel, ..pero es la que uso para mi guiso y es la que más te gusta. Si?.. por favor Miguel

Continuaron algunos minutos en esa situación con la lengua de Don Mario entrando y saliendo mientras ella le daba instrucciones a su Esposo para hacer la compra. Por momentos la cabeza del viejo se retiraba para poder tomar aire, para posteriormente volver a disfrutar de ese exquisito manjar.

- Salúdame a Don Miguelito ¡He he he..- decía mientras volvía a retomar su arte lengüístico.

Solo se escuchaban los gemidos entrecortados de la infiel Esposa intentando no delatar su excitación atraves de su teléfono móvil. La Sra. Dávila quería decir algunas cuantas palabras pero lo que hacía su perverso amante en su intimidad se lo impedía, tenía su rostro hacia arriba, con sus hermosos ojos cafés clavados en el techo, sus carnosos labios estaban en rojo de las repetidas ocasiones que se los mordía sin poderlo evitar, además estaba demasiado ocupada con miles de sensaciones como para poder en charlarse con su ingenuo Esposo. Y mientras ella escuchaba las cosas que le decía su Esposo por el móvil, el viejo ruin y pervertido seguía disfrutando de esos orificios que solo estaría destinados para Sr Dávila. La Sra. Patricia perdió la noción del tiempo, ese asqueroso vegete lo hacía tan bien, tenía demasiada experiencia en esos asuntos, cuando de pronto.

- ¡AAAHH!!! UHMMM!!! ¡Se acaba.. ¡Si acabo..- exhalo ella, estaba teniendo un orgasmo en plena llamada de su Esposo.- MIGUELLL!!! SI ACABO... LA PILA MIGUEL!!

La mujer cortó la llamada y lanzó a un lado su móvil, inmediatamente se sujetó de las canosas greñas del viejo para soportar las desquiciantes sensaciones que subían desde su intimidad hasta golpear su cabeza. El viejo fue tragando gustoso los jugos que la sensual ex bailarina y Madre desprendía, estos eran abundantes. El cuerpo de ella casi se desvanece, tanto que me parecía ver que el viejo le estaba succionando el mismísimo ser atraves de la vagina. La Sra. Patricia casi se desploma, tanto que tuvo que doblarse hacía el frente y sostenerse de la espalda del viejo para evitar caerse, aun así hace un esfuerzo sobre humano para mantenerse en pie, lo contrario del viejo quien intenta succionar hasta la última gota de la miel que la apetitosa Madre desprendía.

Los líquidos vaginales iban disminuyendo en cantidad más no la excitación el Cubano. Finalmente y tras repetidos y largos espasmos de la bella mujer, el viejo lo logra, la enrojecida vagina ha terminado de desprender todos sus fluidos. El Cubano se hecha hacía atrás cuidando que la mujer no caiga desvanecida en el piso, la cual lentamente vuelve a desplomarse encima de él sobre el cochino sillón como al principio, con la diferencia ahora que queda tumbada con la cabeza descansando desguanzada en su hombro. La bella mujer termina agotada, pero el encuentro sexual estaba lejos de acabar. El Portero se queda allí recostado debajo de ella disfrutando del paisaje que las nalgas desnudas de su amante le ofrecían, mientras con su mano derecha acaricia su enorme verga lentamente esperando que su amante durmiente se repusiera.

Finalmente la Sra. Dávila tuvo descanso de todas las sensaciones que nublaban su buen juicio y comenzó a pensar en cómo se había atrevido hacer lo que hizo, y cómo era posible que ella, la hermosa Esposa del Ingeniero Dávila estuviese en ese horrible cuarto con olor a sudor y a otras cosas, siendo gozada por un vegete que podría ser su Padre y ella gozando como una vil piruja. Lo peor de todo no era que estuviera gozando en esos momentos, si no que ya tenía planeado meterlo en su propia casa cuando se fuera su Esposo, y lo más peor era que lo disfrutara como una reverenda trola. Pero aún tenía la oportunidad de marcharse y evitar que ese viejo horrible manchara más su dignidad como Esposa penetrándola, ..aunque esos pensamientos estaban lejos de realizarse y eso la confundía. Sin embargo aún estaba excitada, en menos medida pero aun lo estaba, y era consciente que en el momento que aquel horrible viejo del cual se encontraba montada hiciera algún movimiento, volvería a convertirse en su puta. Estaba distraída en esos pensamientos cuando. ...

¡SPLASHHH!!!.. Sintió una fuerte nalgada. El viejo le estaba queriendo decir con esa sonora nalgada que el tiempo se le acortaba, masajeando sus glúteos.

- ¡Vamo putica rica, ..Miguelito no tardará en llegá, y yo estoy que me muero por meté toda mi calne dura en tu jugosa panochita. ¡He he he..

La excitación de la Sra. Patricia rápidamente fue en aumento, pues el viejo empezaba a jugar con el juego de palabras que minutos antes había estado hablado con su Esposo, como la prendía escuchar esas palabras soeces referente a su matrimonio.

- Ahora es tu tulno de dalme placé a mí, ..pónmela bien dura para rellenalte tu cosita antes de que te vayas a casa.- dijo el viejo incitando a la mujer a levantarse.

La Sra. Dávila entendió sus palabras, y rápidamente se arrodilló frente a él para que su cabeza alcanzara esa tremenda estaca. La mujer hincada entre las rodillas del viejo sintió como este tomaba sus delicadas manos incitándola a que agarrara su gran falo.

- Vamo, con tus manitas que han de acaricia a tu Ehposo quiero que me la peles, ..y con tu boquita que has de besarlo quiero que me la chupe.- dijo el viejo.

Pero la mirada de la Sra. Patricia estaba como perdida, observando aquel majestuoso tolete que pronto se adentraría en lo más profundo de ella y, aunque sucio y con ese pestilente hedor que desprendía del glande en ese momento para ella era lo hermoso. Rápidamente comenzó a palparlo, jugueteando con él, sintiendo la dureza y las protuberancias de este, la excitación iba en aumento dentro de la infiel Madre, era como si le encantase escuchar cómo ese asqueroso viejo humillaba a su Esposo. El muy cabrón colocó las manos por detrás de su cabeza, sintiéndose como un rey triunfador después de una larga batalla, estaba tremendamente a gusto, con la mujer de otro hombre prostrada a sus pies acariciándole la verga. Su cosa hacia algún tiempo que había empezado desprender liquido pre seminal, lo cual claramente se notaba.

Las manos de la Sra. Dávila lentamente fueron volviendo a tomar confianza, las tímidas caricias del principio ya no lo eran más. Con una mano estrujaba fuertemente la verga, mientras con la otra pellizcaba los pegajosos güevos. Al viejo le parecía que la mujer lo estaba haciendo un tanto rudo, pues seguramente porque pronto regresaría su Esposo, pero eso lo hacía más excitante para el Cubano, el nerviosismo se le notaba, esos nervios aunados a la excitación de sentir toda esa carne dentro era muy notoria.

Las manos de la infiel subían y bajaban rápidamente, manchándose de manera inocua los dedos de babas seminales, pero aún faltaba otra cosa para agradarle y que el viejo le había procurado. Entonces y sin previo aviso vi como la guapa Sra. Dávila dirigía sus labios a aquel excitado miembro. La Señora abrió sus carnosos labios y de un solo bocado engulló por completo el oscuro glande, el sabor era una mezcla de orines y semen, pero ni eso provoco que ella fracasara en su intento de agradarle a su macho. Empezó a recorrer con su lengua por todo el largo y ancho del marrón tolete, sus delicadas manos masajeaban los rugosos güevos con la esperanza de excitarlo al máximo y que le diera lo que vino a buscar. El Portero tenía la mirada clavada en la cara de su nueva amante, se veía tremendamente erótica como ese rostro convertido en pura lujuria, me parecía incapaz de entender como ella siendo otra Esposa guapa y de buen cuerpo fuese capaz de estarle siendo infiel al Ing. Dávila mamando esa apestosa verga.

- ¡Ooh.. ¡Así mamoncita… sii sigue así ¡Oh.. Pónmela bien dura para dalte lo que te gusta.. y no le ande pidiendo buey que tiene de Ehposo.

La mujer escuchaba las leperantes frases de humillación para su Esposo pero ni aun así separaba la boca de la tranca del viejo, acomodaba su cabello para verle, pues debido al sube y baja de su cabeza se le caía por la cara y dificultaba mirarle a los ojos.

De momento soltaba para poder tomar aire, pero en esos momentos sus manos entraban en acción y sustituían el trabajo de estimularle. Los dos se sostenían la mirada, una era dulce y erótica, la otra era horrible y perversa, pero las dos tenían algo en común, las dos estaban hambrientas de sexo, del uno por el otro. Yo la verdad que estaba sorprendido, la Sra. Patricia en verdad era muy buena, si seguía haciéndolo así seguro que el viejo no resistiría por mucho tiempo más. Pero ella también se encontraba tremendamente caliente, pedía a gritos que el viejo la montara.

Los labios de la infiel Madre seguían con esa caricia obscena, cuando de pronto sin previo aviso, y tal como lo había previsto, el viejo no pudo soportarlo más y con sus manos obligó a la Sra. Dávila a separarse de su palpitante verga. El caliente Cubano se levantó y se sentó en su viejo escritorio, tomó el rostro de la mujer y la besó, la boca tenía su sabor a semen, señal inequívoca de que había hecho un buen trabajo. El beso no fue tan largo como el pasado, simplemente era para agradecerle y avecinar lo que estaba a punto de pasar. ..

- ¡Ya no aguanto má putica..- decía el Portero al momento de separar sus labios.- ¡Mira cómo me la tiene..- señalando su verga brillante y rodeada de poderosas venas palpitantes.- ¡Ponte a cuatro paticas, ..ahora verá lo que eh realmente un macho de veldá.

La mujer estaba como en trance. Quedó por unos segundos paralizada.

- ¿Quiere que te monte? ..

- ¿A-aquíííí?..- le preguntó ella sorprendida.

- Si, ahora. Ehtoy empalmaho. Serán cinco minuto.

- ¿P-pero y si viene alguien?.. ¿Y si nos encuentra Miguel? ..

- No que va.. podría cogelte con la cabeza fuera de la caseta y ese tontolín no se daría ni cuenta. Cerraré la puerla y dejaré la valla arriba para que pase quien quiera. Ehpera… pero ponte cómo te dije, ..ehperame como perrita ehperando su macho.

El viejo pervertido se acercó a la puerta y corrió el pequeño pasador. Después apretó el botón de la valla para que esta quedara arriba y nadie les pudiera interrumpir. La mujer aun no estaba totalmente segura de lo que haría pero enseguida su macho hizo su aparición tremendamente duro.

- He cerraho ya, ..ahora te voy a montá como una veldadera hembra, ..para que regrese satisfecha a tu casica y no tengas que pedile a tu Mariho más naha.

- ¿Y.. Y si se apresura Miguel.. y se da cuenta que no estoy en casa?, ¿Cómo explicare por qué no estoy cuidando de su hijo?- le preguntó la mujer.

- Pue le dirá la veldá, ..que fuiste a buscá la calne que a ti te gusta, polque la que te trae tu Mariho no te llena para naha. ¡Je je je.. Polque no voy a peldelme la opoltunidad de montalte como una puta. Sé que lo desea..

- ¡Ohhhhh… siiiii!..

- … Sé que etá empapada de deseo.

- ¡Sí, Donn!. .

- Sólo falta oílte pedí lo que tanto desea.

- Quiero su verga Don.. ¡Métamela hasta bien adentro.. ¡Quiero correrme con su cosota dentro de mí.. me ha puesto muy cachonda con sus tocamientos. Necesito ser usada por usteddd..- dijo alargando la última vocal.

- ¡He he he.. te daré una buena raciong de calne. Y te la comerá toda a buenos empujones. ¡Te haré gritá de placé, zorra!, ¡llorará de place!.

- ¡Ohhhhh… siiiii!..- gemía mientras su mano ya estaba acariciando su clítoris.

Ella misma se acercó al viejo y buscó su boca. Su beso intercambió de nuevo sus salivas. La Sra. Dávila estaba desbocada. Necesitada. Imploraba que la montara como a una yegua. Ese beso delator, ese beso que yo conocía muy bien, pues vi la misma reacción en ella que la de mi Madre cuando perdía por completo la cabeza. Las palabras insinuantes les gustaban, humillar al Ing. Dávila les llenaba de morbo. Y les provocaban excitación.

Fue ella misma la que se retiró de su lado dejando sus labios empapados con su saliva. Miró fijamente al viejo. Se fijó en su pene. Seguía duro y palpitante. Ligeramente curvado hacia la izquierda, listo y apunto para obsequiarle su coño al vejete. Ese mismo coño que a su dueño (su Esposo) estaría por negarle si así este quisiera.

La Sra. Dávila ya no dijo nada, dio media vuelta y se colocó en cuatro patas, pero a diferencia de antes en el sucio suelo, igual que como el viejo le había pedido. La vista que tenía el Portero era espectacular, allí estaba la hermosa Señora del Ing. Dávila, ofreciéndole el culo a plenitud, sin ningún tipo de pudor ni de vergüenza, expectante a que aquel viejo horrible la penetrara. La infiel Madre separó las piernas con tal de facilitar el trabajo para su macho, ella también estaba muy caliente, el sudor cubría todo su cuerpo, sus mejillas estaban del color de las brasas, sus bellos ojos marrones estaban entrecerrados esperando el tan allorado momento.


En cuatro patas esperando que aquel maldito viejo por fin la poseyera. Su respiración era agitada, su cuerpo bañado en sudor delataba el cansancio en el que se encontraba, pero eso la hacía verse más sensual. Don Mario tenía en sus toscas manos a otra sensual mujer, de las caderas tenía a otra esclava sexual, su verga a escasos centímetros de la raja, palpitaba por querer penetrar en esa prohibida cueva. Y ya no se la hizo desear. Guiado por sus manos, el enorme “chorizo cubano” (como él le denominaba) comenzó a entrar lentamente en la infiel Esposa. Bruscamente de un empujón metió más de la mitad de su gruesa cosa. La Sra. Dávila sintió dolor, berreó como una perra, el cual apago mordiéndose sus carnosos labios.

- ¡AAAHH!!, UHHMMMMM!!! AAHH!!- la mujer dejaba escapar tenues sonidos.

De otro empujón el viejo le dejó caer las 4 pulgadas restantes. ¡No lo podía creer, a solo dos empujones el vegete la había logrado introducir por completo su asqueroso miembro. Don Mario se quedó allí, esperando sin avanzar, observando como aquellas nalgas blancas y duras se devoraban por completo su carne, el viejo desde arriba podía apreciar el matorral de sus pelos negros pegados a los cachetes de la mujer. Las paredes de la vagina rápidamente se amoldaron a aquel sucio intruso, que a medida que el dolor disminuía, la Sra. Patricia comenzaba a sentir un inmenso placer, placer que está a punto de aumentar cuando el degenerado Portero comenzaba a moverse hacia atrás y adelante jodiéndola como a una perra en celo.

El viejo empezaba avanzar y retroceder rápidamente, en la pequeña habitación se empiezan a escuchar de nuevo los “¡PLOFF!! PLAFF!!, PLAFF!!” de los güevos del Cubano chocando con las duras nalgas de la infiel Madre. Que por su parte, recibía gustosa ahora las envestidas que le dan a su vagina. Levanta el rostro y muestra una sonrisa nunca antes mostrada en su cara, su vagina completamente húmeda comienza a desprender más sus jugos, haciendo los sonidos más grotescos, de chapoteos “¡SCUASH, SHOCKS, CUASH!!”. A pesar de todo aun no puedo creer lo que veo, ese maldito está penetrando a otra mujer, a otra Madre.. Definitivamente este desgraciado merecía desaparecer.

- ¡Ohh, oh.. ¿Te gusta putica?- pregunta el viejo sin disminuir las embestidas. “¡SHOCKS, CUASH, SCUASH!!”

- ¡Aaahh.. ¡Siii!!!, maldición me encanta Don.. Aah, siii.. ¡Por favor no pare, siga, siga.. Uhmm.. se siente delicioso.. ¡Aaah..

- Ere mi putica?..- le pregunta.

- ¡Siii.. ¡Sí que lo soy mi Don.. lo soy..

- Ya no te va a acostá má con Miguelito?..

- ¡Que se joda.. solo lo haré con usted ¡Uhmm...- responde totalmente sacada.

La piel de la Sra. Patricia tenía un brillo espectacular debido al sudor que llena su cuerpo. Al mismo tiempo, desde el pequeño agujero que me asoma completamente impactado por lo que sucedía, mi ira vuelve arder por ese viejo, no podía ser que este maldito Portero estuviera haciendo una revolución en nuestra Colonia y nadie le pusiera en su lugar, tenía unas ganas enormes de entrar y golpear hasta matar a ese imbécil. Entonces se me ocurre una idea, con la temblorosa mano debido al miedo y porque no decirlo a la excitación que nublaba mi cabeza, saqué de mi bolsillo el móvil, puse la cámara de video y le rogué a dios que a pesar de que ellos estaban tan entretenidos, esa cámara distinguiera a los 2 amantes atraves de la ventana que apenas lograba alcanzar.

Mi deseo fue escuchado, pues no solo graba a los amantes, si no también graba aquellos grotescos sonidos cargados de lujuria que de ese pequeño cuartucho nacen. Graba cuando la guapa Esposa del Ing. Dávila a cuatro patas le decía que le encantaba, que se sentía bien rico con su cosa tan grande, más que con cualquier hombre que ella hubiese estado. El viejo por su parte le respondía cosas mucho más vulgares y hasta humillantes para lo que significaba.. que está bien buena, que apretaba muy rico, que de ahora en adelante ya le impediría estar con el cornudo (con el Ing. Dávila) incluso los sonidos de las nalgadas y de cómo la iba a montar tan duro en su propia cama cuando su Esposo se marchara. Yo no podía dar crédito a lo que veía y escuchaba, como esa distinguida y guapa mujer se comportaba como la más grande de las putas.

A pesar del horrible hedor que salía del cuartucho atraves del agujero de cual veía, aun podía distinguir el exquisito aroma que la Sra. Patricia desprendía, eso claro que auto mezclado con el sudor que emanaba el viejo al aumentar la velocidad de la follada. Las nalgas de la mujer se movían de forma espectacular, vibraban al ritmo de la pelvis que las golpeteaba, al igual que sus grandes tetas. La infiel estaba transformada, experimentaba sensaciones que nunca había sentido en su vida, mucho mejor que cualquier amante que ella pudiera haberse encontrado, tenía que reconocer que el viejo era un Gurú del sexo, hacía que todas las mujeres berrearan por su enorme garrote grueso. La descarada mujer hacía atrás las nalgas impactando con la barriga bofa del viejo, queriendo que su macho llegase más adentro. Su vagina seguía segregando líquidos, el chapoteo era más intenso, no podía evitarlo se estaba acercando al cielo.

Pasaron así algunos minutos cuando de repente sin previo aviso el viejo se sale dejándola por consecuente al filo del orgasmo. La Sra. Dávila se quedó descolocada, intenta inútilmente contenerlo frotándose la vagina con su mano pero le insuficiente. El viejo a decidió cambiar de postura y se dejó caer sobre su cochino sillón desnudo, con su erecto miembro apuntando al techo aun en plenas condiciones, como si el maldito fuese apenas calentando. La Esposa y Madre no sabe que está sucediendo, aún estaba muy excitada y de repente se sintió vacía.

- Quiere má verga?.. - le decía burlonamente sacudiéndose el miembro.

La Sra. Dávila no responde nada pero basta con intercambiar miradas para que lograra entender. Su fue gateando y se acercó hasta el viejo frente a su tolete. Como una hambrienta comenzó a lamer ese miembro que tanto deseaba recubierto de sus propios fluidos. Don Mario gozaba con los lametones que la infiel mujer le daba, y cuando vio cómo se tragaba gran parte de su cosa casi se corre al instante.

- ¡Ehpera putica mamoncita, ehpera.. no quiero correhme aun. Se ve que te gusta chupá mucho mi chorizo cubano ¡He he he.. Miguelito debe de gozá mucho con tus mamadas ¡He he he..- el Portero la atrajo hacia el levantándola del suelo.

Lo más rápido que puede la Sra. Patricia se levanta y se coloca entre las piernas del caliente viejo, montándosele encima de nuevo, poniéndolo sus rotundos pechos justo en la cara al viejo. Su cabello rubio cae por su rostro de manera sensual, que se le pega ocasionado por el sudor que bañaba su cuerpo. El desgraciado Portero dirige su gruesa tranca al ano de la mujer.. ¡Joder, la iba a encular. Pero ella le indica con un gesto y con su mano donde estaba su entrada vaginal. Y rápidamente se lo introduce de nuevo dándose un terrible sentón.


Pasaron un breve instante así sin moverse, abrazados cual pareja refleja la pasión. El viejo espera a que nuevamente su hembra se acostumbre al tolete, mientras tanto observa esos apetitosos labios y los besa. Grotesca imagen se me refleja, aun no podía entender lo que ocurría en esta Colonia, mientras observo las toscas manos del viejo que comienzan a masajear las nalgas de la Sra. Dávila. Ella tiene los brazos a los lados de la cabeza del Portero. Don Mario como un degenerado y como también antes lo hacía con mi Madre, comienza a nalguear a la Sra. Dávila, ella siente esto y separa su boca a la de él, pero simplemente fue para lanzar un pequeño gemido, para después volver a besarlo pero ahora en el cuello.

- Ahora si Putica… me vas a cabalgá hasta que me exprima los güevos.. RAPIDO!!! Ante de que regresé tu Mariho.

La Sra. Patricia tampoco era ajena a los gemidos y estaba a punto de tener un nuevo orgasmo. Desde mi punto de posición observó su vagina entre las piernas del viejo, vertía sobre la base de la verga cantidades de sus fluidos que se almacenaban en los ásperos güevos del vejete.

- ¡Ahhh.. ahhh.. ¡Diooss.. Ahh.. Siiii sí.. ahhh Don Ma.. me gustaaa ¡Ahhh ahhh..

La Sra. Dávila comienza a subir y bajar lentamente pues en esta posición sentía un ligero ardor e incomodidad. Don Mario estira sus manos para comenzar a masajearle las tetas y juntarlas, para devorarse de un bocado ambos pezones. Ella miraba el techo con los ojos entrecerrados disfrutando de los tocamientos y de la punzante penetración. Bastaron unos 2 minutos para que la mujer acelerara cada vez más sus movimientos. El sonido de sus nalgas chocando con la barriga del viejo no se hicieron esperar, sentir esas manos ásperas apretando lo que podían de sus senos y pezones la enloquecían. El Cubano ya sin contemplaciones comienza a ese vaivén que la Sra. Patricia había estado esperando, sin dejar de morderle los pezones y estirarlos. Ella siente una mezcla de dolor con un placer infinito.

- Uff.. off.. ¡Muévete Mamaita, ..no me deje toho el trabajo a mí. ¡Meneate como la pinches putas.

La infiel mujer obedece, comienza a dar pequeños brincos, esto hace que sus duras nalgas se muevan de forma espectacular. La irreconocible Sra. Dávila se encuentra tremendamente caliente, tanto que arquea la espalda para disfrutar del placer, esto hace que sus tetas se vean aún más grandes lo que el viejo aprovecha para seguir mamándolas. El hijo de puta parece un becerrón que ha perdido su pezón y la chupetea por todos lados, no quería ni imaginar las marcas que le dejaría, y la cantidad de razones y pretextos con los que le saldría a su ingenuo Esposo. La tranca del viejo llega a lugares tan profundos que ella no puede evitar decirlo.

- ¡Oh, Dios mío.. esta tan profundo, ..la ciento en el estómago.- dice esto con una cara mezcla de dolor y de placer.

El viejo regocijado por las palabras sorpresivas de su nueva amante, se cuesta en el sillón dejando de moverse, dejándole todo el trabajo para la Sra. Dávila. Los pequeños brincos que en un comienzo había estado haciendo, ahora se habían transformado en unos fuertes sentones, sentones que también iban acompañados de movimientos de cintura, lo que hacía que el Portero se lo pasara de maravilla.

- ¡Aaah.. ¡Ah.. Le gusta lo que le hago Don?.. ¡Aaah..- le preguntaba la hembra a su macho, con sus ojos entre cerrados, producto de la acalorado excitación en que se encontraba.

La Sra. Patricia estaba irreconocible, continuaba con los mismos graves y cadenciosos movimientos de caderas, exprimiéndosela hasta mas no poder, al tiempo que notaba como una verdadera puta profesional, que al viejo se le ponía más dura, por la que gradualmente fue acelerando aún más sus movimientos, por cada segundo que pasaba ambos amantes sentían que más placentera y gratificante era la follada. Don Mario también empujaba su pelvis hacia arriba para empalar aún más a la caliente Madre, a la vez que pensaba para el mismo, que ya tenía otra hembra para darle placer a un macho.

- ..¡Siiiii putica.. realmente te mueves ri.. coo! ¡Pol Dio.. ni…ñaaaa!!… como me absolbes la vel…gaaaa!!

- Sii?.. Así le gusta?.. le gusta com.. como me.. me muevooo?..- el Portero la sujeta de los cabellos hacía atrás, para que así arquee más la espalda, de manera que le fuese más sencillo devorarle las tetas.

- ¡Ooh.. Cla-claro que si Mamaita.. te mueve bieng.. ¡Ooh.. te mueve como una auténtica puta, ..pero, otro lo convelsamo, ¡Ooh.. Ahora sigue cabalgándome… Pu…taaa!!

- ¡AAAHHH!!! ¡Siii mi amorrr!!!.- pero el Cubano la calla casi instantáneamente, atrayéndola hacia él para besarla. Ella acepta gustosa el beso de lengua mientras con sus brazos rodea la cabeza de su amante.

La infiel Madre, ya más preocupada de su propio placer que el próximo regreso de su Esposo, inicio una acelerada cabalgada, con la única intención de dejar secos los güevos de su amante. Créanmelo que se meneaba con auténtica puta profesional, en ciertos momentos dudé que si en lugar de bailarina fuese una tabledance, ondulaba su cintura y arremetía, casi exprimía la verga que tan deliciosamente ella sola se estaba montando, para luego volver a una rítmica cabalgada que ya la estaban llevando hasta el mismísimo cielo.

El degenerado viejo sabía que ya no lograría aguantar mucho a ese ritmo, la Sra. Patricia era espectacular en la cama, y aprovechando que la acalorada mujer estaba concentrada sabrosamente en la cabalgata dueña de la situación, y como gran macho semental que le caracterizaba, se enderezó como pudo con ella encima trabajosamente, (ya que la Sra. Patricia se encontraba perdida en el mar de la lujuria que no podía dejar de menearse, cosa que al viejo le volvía loco). Una vez enderezado y cuando la mujer quiso reaccionar, el viejo la sujetó de las nalgas y se la clavó de una.. una y otra vez cual si fuera un simple objeto para perforar.

La Sra. Dávila no sabía muy bien lo que estaba pasando, simplemente se sentía como una muñeca de tela sin rumbo, el viejo estaba desquiciado intentando llegara a la culminación de su acalorado orgasmo, la levantaba con sus poderosos brazos y la dejaba caer sin misericordia sobre su poderoso ariete, ella simplemente se sujetaba de su cuello intentando de todos los modos soportar, afortunadamente el viejo ya se encontraba cansado y tremendamente excitado, no tardó mucho en explotar dentro de ella.

- OOHH!! ¡AHHH!! ME CORROOOO CABRONA OOOHH AHHHH!!!…- fueron los gritos de placer del viejo quien eyaculaba enormes cantidades de semen dentro de la mujer llenándole el útero.


La Sra. Dávila siente en su vagina la sensación del líquido espeso que comienza a desprender la verga del viejo, la cual comienza lentamente a perder tamaño. Los dos se quedaron en esa posición, de pie respirando agitados. La infiel mujer podía sentir dentro suyo el semen caliente del Cubano pero poco le importaban las consecuencias que eso le pudiera causar, en ese momento solo existía el placer de satisfacer a su macho y su cuerpo se sentía satisfecha del todo.

- ¡Oohh.. Mi Putica.. ¡Oh.. Que rico eh llenalte la pancita de leche.. ¡He he he.. pero no te preocupe que aún tengo má para dalte. ..

El Cubano la tomó de las nalgas y con movimientos de sube y baja comenzó a joderse a una excitada Sra. Dávila, quien empezó de nuevo con gemidos mordiéndole el hombro llena de excitación. Bastó con unos segundos para así ella sola fuese la quien hiciera los movimientos disfrutando del miembro en el que estaba empalada para regalarse un intenso orgasmo. Las toscas garras del viejo se agarraban fuerte de sus duras nalgas mientras sentía esa rasposa lengua recorrer desde su cuello hasta las redondeces de sus dos enormes tetas; se mordía los labios completamente encantada por lo que Don Mario le estaba haciendo sentir.

- Ve mi amol, ..que te dije pendeja? ..que ibas a gozá como nunca ¡He he he.. como gozas ahora cabrona ¡He he he..

La mujer escuchaba entre sus sensaciones de placer las inquisidoras palabras del Cubano aceptando con cierta culpa que todo lo que le decía era verdad. Los amantes tremendamente exhaustos siguieron con un beso intenso aun cuando la verga del viejo ya había perdido por completo su tamaño. Don Mario lentamente caminó hacía el mugroso sillón para recostar a la mujer y dando un último vistazo a su espectacular cuerpo, comenzó a vestirse. Y aunque ella se encontraba feliz en compañía de ese viejo y extremadamente cansada, no podía dejar de lado que pronto volvería su Esposo y que a su vez ella también necesitaba regresar a su hogar. No sé si ella aún seguía amando su Esposo, de lo que estaba seguro era que este maldito la tenía embrujada con su garrote.

- Dime mi amol, ..te arrepiente de ponele los cuelnotes a Miguelito cada ve que se va?.. mira lo que te estuviera peldiendo ¡He he he..- la Sra. Estefanía escuchaba sintiendo aun como el miembro del vejete seguía entrando y saliendo de su hendidura a pesar de ya no estar copulando, sentía punzar su vagina, la mostraba terriblemente colorada y no sé si irritada, de lo que si estaba seguro era que si el Sra. Dávila estuviera fuera estos hubiesen seguido copulando sin parar.

- ¡Vamo putica, contesta.. te arrepiente? ..

- ¡Ahhh.. no.. nooo..- de los dulces labios de la infiel mujer se escuchó como un susurro la aceptación, al desgraciado Portero aquella aceptación sin arrepentimiento lo excitaba más, le hacía sentirse más dueño de la mujer.

De repente vio su reloj y lo recordó todo, fue como si saliera de algún transe y comenzó a vestirse, notándole algo de rabia, de frustración, de coraje en el rostro. Si por ella fuera hubiera seguido ahí con él por mucho tiempo, de no ser porque él Sr Dávila muy ingenuo venía de regreso con el pretexto encargo que no significaba más que hacer el tiempo necesario para estos dos. Rápidamente buscó sus ropas, las cuales encontró tiradas en el suelo a excepción de sus bragas, que no recordaba donde lo había lanzado. Como pudo se vistió y se dispuso a salir de allí, antes de salir dio un último vistazo a su horrible amante. Yo la verdad no comprendía como pudo haber tenido sexo con alguien tan horrible, una pequeña sonrisa dibujó su bello rostro, ahora que el placer había desaparecido, comenzaba a brotar la culpa. Después se preocuparía por eso, y salió de allí. ..

Por mi parte yo también hice lo mismo, pero en todo mi recorrido hacía la tienda de videojuegos no podía dejar de pensar en cómo ese asqueroso vejete dominaba así a las mujeres, como era capaz de metérseles en la cabeza (y en su chochita) para dominarlas a tal grado, créanme que si no lo odiara tanto lo admiraría, ¡Hijo de puta era todo un semental..

.....

Una vez hecho mis compras, (Destiny, Assassin´s Creed IV y The Last of Us) unos juegos que les traía unas ganas enormes de echarles mis manos, decidí regresar a casa y pasarme unas largas horas frente al televisor para olvidarme de todo. Pero al hacerlo, un vehículo se detuvo unos segundos en la entrada del fraccionamiento, justo frente a la caseta del viejo. Aquella camioneta BMW X3 en color rojo que tanto conocía y que pertenecía a nuestros vecinos del frente, los Santillana.

Continué caminando pero sin dejar de quitarle un ojo a la camioneta y a lo que hacía adentro su conductora. Tal parecía que la Sra. Santillana entablaba una charla por teléfono, pero lo extraño de todo era que lo hacía con una sonrisa pícara, sonrisa que jamás le miraba en la cara ya que era una Señora muy seria y que además no se llevaba bien con mi Mamá ni con nadie. En eso observé que se abría la puerta la caseta y aparecía de nuevo el viejo, enseguida me escondí detrás de las ramas de un jardín y esperé allí hasta que el viejo se metiera o desapareciera, pude haber mandado todo a la mierda y seguir mi camino pero ya era muy tarde, pues el viejo me observaría y la verdad no quería reavivar el odio que tenía hacía mí en cuanto me mirase.

No había que ser un gran adivino para saber con quién sonreía la Sra. Santillana tan animada por el teléfono. Seguramente llevaban un jueguito estos dos. Cuando llegó a su altura la Sra. Mati se había quitado los lentes y su lengua jugueteaba maliciosa entre sus labios, mismamente como si estuviera imaginando lo que ustedes ya se imaginan (perdónenme la redundancia). Sonreía divertida ante esta nueva fase de jueguitos con Don Mario, aunque creo que el vegete no se notaba tan divertido. Lentamente se acercó a su ventanilla, con una rápida mirada se cercioró de que no hubiera algún vecino testigo que fuera a descubrir sus cochinas andadas con las Esposas de la Colonia y se inclinó, hasta poner se rostro a la altura del de ella.

- ¡Ere una perrita muuuuy mala..

- ¡Jijiji.. Lo sé.. pero le gusta, ¿no?

Pero el Portero decidió que aquello no iba a ninguna parte si no forzaba la situación, por lo que sin mediar palabra introdujo su cabeza por la ventanilla de la camioneta y comenzó a besarla como si quisiese devorarla. La Sra. Santillana no se resistió en absoluto, es más comenzó a corresponder ofreciendo más sus labios, dejando que la lengua del Cubano entrara lentamente pero ávidamente a la suya, que jugueteara con la suya e intercambiaran sustancias. Increíblemente la muy puta comenzó a acariciar la cara del viejo y a juguetear con sus dedos en la oreja y pelo, como si se tratase de su gran amor. El Cubano tampoco se quedó corto, pues no perdió la oportunidad de con su mano pasar de forma muy tenue, rozando apenas, sobre sus enormes tetas, lo que le arrancó un ahogado suspiro, señal de que la muy zorra estaba al menos tan excitada como él.

- Perrita, para ya ..me encantaría acaricia ahora mismo tus enolmes melones hasta dejaltelos colorahos, pero..

- Nada se lo impide ¡Jijiji..

- Es veldá.. .

- Ay Don.. ¡Aah.. de veras, tóqueme, lo estoy deseando.

La muy puta y sin importarle que alguien pudiera verles, levantó un poco su blusa con una mirada pícara y atrevida, mostrándole un sujetador de corales seguro que a juego con las bragas que llevaba abajo. Sus espectaculares tetas pugnaban por escapar de la insuficiente tela, pues como recordaran la Sra. Santillana no tiene mamas, tiene unas tremendas sandias de pecho, mientras unos pezones del tamaño de una galleta asomaban desafiantes punzando el tejido de la sufrida prenda.

El desgraciado viejo caliente rápidamente introdujo su mano dentro del sostén y amasó con descaro su ubre derecha, sopesándola, rodeando su pezón tirando de él para provocarle escalofríos.

- ¡Aah.. Don.. me estoy poniendo mal. Si sigue así no lo dejaré ir sin que acabe lo que ha empezado… Aahh.. sigue, sigue mi amor, ..hace mucho que no me tocas.

Pero desafortunadamente para los “tortolitos” un vecino dio dos toques seguidos de claxon, señal de advertencia, por lo que sin prisas no le tocó de otra al viejo que incorporarse y simular estarle dando indicaciones a la ocupante de la camioneta, momento en el que pasó cerca el vehículo con el Sra. Dávila dentro que le echaba las luces en señal de amistad, ajeno sin embargo de la verdadera naturaleza de la situación y de lo que anteriormente había ocurrido con su Esposa.

- Mamaita querida, debo marchalme, ..necesito trabajal.

- No, no, de eso nada, ..antes de irse quiero que me toque.

- ¡Pero si ya te he tocaho carajo, ..y hasta te he amasaho ehtos melones.

- Pues sí, pero yo quiero más..

- Bueno Mamaita pue tendrá que esperá ..he tenido mucho trabajo, y.. ando un poco cansaho.

- Cansado para esto? ..

La muy zorrota desabrochó su pantalón bajándolo un poco, lo suficiente para mostrarle sin el menor recato sus bragas, que por lo que alcanzaba averiguar en sus reacciones y me imaginaba dentro de la camioneta seguramente estarían empapadas.

- Ándele Don.. ande tóqueme, verá cómo estoy de calentita…

Que para el viejo caliente no le rogo mucho. No lo pensó ni un segundo y nuevamente se inclinó para poder acercar su tosca mano hasta el filo de las bragas. Sin más dilaciones, pues la situación se lo permitía, introdujo la mano dentro de la prenda y pudo comprobar que tenía la chocha totalmente empapada. La reacción de la “Santa” Sra. Santillana fue estremecerse y echar la cabeza hacía atrás, era por demás decirlo que si alguien pasase se daría cuenta de lo que sucedía de inmediato, afortunadamente para ellos la noche empezaba a caer y no había mucho rastro de personas deambulando. Don Mario no se detuvo solo a palpar, si no que deslizó los dedos hasta tocar sus abultados labios vaginales, los cuales pudo separar sin dificultad (dado su estado de humedad), introduciendo el dedo corazón entre ambos, lo que provocó que la Santurrona se arquease contra el asiento, separando un poco más los muslos, lo que definitivamente franqueó el acceso a su clítoris y al resto de su encharcada vulva.

- ¡Aaaahh, Doon.. ¡Qué gusto volver a tenerlo, ..siga tocándome por favor, me encanta mucho cómo lo hace.

- ¡Pero si ere una reverenda puta.. si está aldiendo y empapaha, podría meté toda mi mano y se me va sin batallá.

- ¡Sigua tocándome Don.. asíiiii, siii.. Métame los dedos… Aashhhh.. qué gusto, estoy ardiendo. Siga un poco más y me correré.

Pero al viejo no parecía agradarle que ella tomara el orden de la situación, claramente vi cómo endureció el rostro y le encajó los dedos hasta los nudillos.

- ¡Ooouuchh nooo. ¡No meta tanto los dedos dentro, nooooo, pare ya..

- ¿Qué ocurre, no te gusta? ..

- ¡Aaah Sii.. Me encanta, pero no meta más los dedos, siga acariciándome.. ¡Mhm Qué caliente que me tiene… ¡Vamos a dentro de su caseta ¿Quiere que se la chupe un poco para animarlo? ..

- ¡Nah, de eso naha.. Necesito trabajal.. consegui el dinero.. Ya se lo pediste al cornudo?..

- Estoy en eso mi amor, ..pero Fabián es muy avaro, necesito pensar en algo.

El viejo continuo masajeando el clítoris por espacio de dos o tres minutos mientras la convencía, como ya sabrán el Don Mario estaba hasta el tope de deudas, por lo que utilizaba sus andadas no solo para su insaciable placer, sino para sacarles dinero a sus presas las cuales las tenía dominadas, y que me digan a mi después de lo vivido con aquel maleante (el Clavo) que ni quiero ni mencionar. La Sra. Santillana comenzó a gemir y contonearse sobre su sillón, corriéndose sin reparo alguno con la tosca mano del Portero dentro del chocho y las tetas casi totalmente expuestas a quien pudiera pasar.

- Dale unas buenas mamahas como las que me pegas a mí y lo conseguirás, ..para eso te he entrenaho. Necesito ese dinero pendeja o no sé qué pueda pasal.

El viejo dejó la mano inmóvil sobre su vagina, notando cómo los fluidos continuaban saliendo del chocho, empapando las bragas y su mano. La Sra. Mati estaba relajada y satisfecha, recostada en el asiento, disfrutando los ecos de su orgasmo, cada vez más lejano pero aún placentero, con una sonrisa muy elocuente y sin que su rostro denotara el más mínimo rubor o arrepentimiento.

- .. Es muy difícil Don.. ¡Aah.. No pudo hacer eso, a él no le gusta ese tipo de cosas..

- ¡Pero que baboso, sí que es maricóng. ..pue yo no sé cómo le hagas pendeja, pero quiero ese dinero lo má rápido que puedas. La gente no puede espalme pol má tiempo Putica.

- Si, si, lo sé Don.. pero es que.. usted ya conoce a Fabián.. es.. es tan terco.

- ¡Pues me vale una mierda, ..róbaselo, despue se lo devolveremo. O te metere de puta para que me consiga ese dinero.

- Ay, qué cosas dice Don.. deme unos días Don.. no se enoje, se lo conseguiré, se lo prometo.

- ¡Pue mientras tanto ya no habrá nada de placé para ti, ..tendré que ve donde saca ese dinero. Apuesto que habrá más putas que paguen mis selvicios ¡He he he..

- ¡Queee.. está usted diciendo que se revolcara con otra para pagar? ...

- ¡Si, eso haré.. apuesto que hay otras má que me aprecien má que tú.

- ¡Si, pues seguro que ya la tiene, ..pues ya no me visita y siempre anda sin ganas. ¡Pero nomás me entero Don Mario.

- ¡Te entera y que pendeja?, ..que me vas a hacé? Me hará un escándalo monumental?.. o le dirás a tu Mariho maricóng para que me pegue? ¡Ehcuchame bien pendeja, ..consigue ese puto dinero o te meto de güila para sacalo.

El muy hijo de puta todavía se enojaba cuando no se lo daban, la verdad que hay que tener para soportar tanto cinismo. Después sin más se dirigió a su cochina caseta sin despedirse de ella, dejándola en un mar de dudas. ¡Joder, créanme que me daba una harto coraje observar como ese viejo asqueroso las manipulaba y las trataba como si fuesen sus putas y tuviesen que darle una cuota. Pues por mi parte y una vez ver cómo se alejaba la camioneta de la Sra. Santillana, salí de mi escondite y me dirigí a mi casa, además ya empezaba anochecer y Mamá se estaría preocupando.


Al otro día, y después de haberme pasado toda la mañana entera disfrutando de mis video juegos nuevos, sonó el timbre de la puerta. Eran cerca de las dos de la tarde y la casa estaba realmente muy tranquila, la verdad es que me molesté un poco pues me sacaron de mi total concentración. Al abrir me encontré con la amiga de Mamá. Betty es una mujer joven. Es blanca, delgada y de ojos negros. Siempre está sonriendo. Desde la primera vez que conoció a Mamá entablaron una muy buena amistad, tienen aparentemente los mismos gustos, la moda y la ropa, el que no las conocía diría que son hermanas. Le encantaba viajar y disfrutar de lo bueno de la vida, ejercía en lo que más le gustaba, ser modelo. Estaba comprometida con un tal David. Un joven empresario prometedor. Siempre que se encontraba en la ciudad nunca perdía la oportunidad de venir a casa a platicar con Mamá. La verdad que Betty era otra muñequita. Y también tenía un cuerpo… de modelo excepcional.

Con la puerta abierta la contemplé. Hermosa como siempre. Estaba radiante, con un vestido de tirantes en rojo muy corto que dejaba ver sus piernas perfectas. Sus exquisitos pechos aunque pequeños empujaban la tela dibujándolos a la perfección. Sus pezones manifestaban su jerarquía dentro de aquella delgada tela.

- ¡Hola Pedrito, ..vengo a platicar con tu Mamá.

- Hola.. mi Mamá debe de estar en su recamara.- dije.

Pero en eso Mamá bajó al recibidor portando en su cara una sonrisa inusual. De total alegría.

- ¡Betty!.- Exclamó.

- ¡Vengo a contarte unas cositas amiga, ..y que me platiques tooodo lo que hiciste en Canadá mala amiga. ¡Porque no me llevaste.. pero antes quiero enseñarte algo que te he traído de Miami.

- Mamá, estaré jugando en mi habitación, ..llámame si necesitan algo.- dije con cara de bobo mientras observaba que ni caso me hacían.

- ¡Claro.. Es un vestido que te he comprado. Quiero que te lo midas Moni.

- ¡Pues vamos a la recamara, ..pero nunca me dijiste que ibas a Miami, ..te hubiera encargado algo, ya sabes cómo me encantan los zapatos.- respondió Mamá sujetándola del brazo para abandonar la sala y encaminarse a las escaleras rumbo a su habitación.

La verdad que cuando Mamá se encontraba con Betty parecía por lo regular al reencuentro de un par de adolescentes, las dos se entendían muy bien y tenían los mismos gustos, yo en lo particular me aburría mucho cuando las dos se encontraban, ya que no me hacían ni al caso, se pasaban toda la tarde hablando de zapatos y de ropas, también de sus viajes y porque no decirlo de sus preguntillas sexuales, ahora recordaran el relato breve que Mamá le había contado con aquel chulete de Gimnasio, y ni qué decir de los comentarios que habían sacado del vecino Don Paco. Me apresuré a marcharme a mi recamara pues había dejado el juego en pausa. Tenía la costumbre de bajar de vez en cuando para tomar algunas botanas y bebidas para seguir jugando, ahora que Mamá y Betty estarían en la recamara me dejarían jugar tranquilo.

Cuando hube tomado en la cocina lo necesario para estar cómodo mientras estaría jugando, al ir subiendo por las escaleras rumbo a mi habitación no pude evitar dirigir la mirada hacía la recamara de mi Madre ya que se encontraba ligeramente abierta y con risotadas de complicidad de ambas.

- ¡Sabes Moni, ..este verano prevén que hará mucho calor.

- Si, eso dicen en las noticias. Y mira que mi piel es muy delicada y siempre tengo que andarme cuidando de sol y de otras cosas.

- ¡Por eso no lo digo boba, ..ahora te enseñaré el vestido que te he comprado. Tengo dudas si te gustara.

- ¿Por qué? ¿No va conmigo o qué? ..

- Sí. Creo que te quedara estupendamente. Pero creo que es un poco escandaloso. Llamará mucho la atención, ..aunque tú con ese cuerpo ya estarás acostumbrada amiga ¡Jijiji..- dijo mofándose de la curvatura en las nalgas de mi Madre.- Ahora verás.

Después de decir eso y con las bolsas en la mano las vacía sobre la cama dejando caer un vestido en tonos muy llamativos. De tela algo ligera.

- ¡Ahí está.. para que lo luzcas este verano.- señala Betty muy satisfecha.

- Un poco transparente ¿no?- dice Mamá.

- ¡Claro, pues se usa para el calor tontita. Yo me he comprado otro y no me quitaban la mirada de encima ¡Ji ji ji..

- Pues tú que eres muy delgada, ..pero yo que tengo carne por doquier, no sé si me va entrar. Además, con Bea no hicimos más que comer en Canadá ¡Jiji..

- ¡Pues verás ahora cuando te lo pruebes..

Mamá un tanto dudosa pero divertida, se saca la playera por la cabeza y se queda sólo con su brassier puesto. Sus pechos voluminosos reclaman mi atención de inmediato.
Pero cuando empezaba a desabrocharse el cinturón para quitarse el pantalón, algo la detuvo.

- Que?.. qué pasa?..- le pregunta Betty.

- Se me olvidaba que no me puse pantys ¡Jijiji..

- ¡Ay Moni, y eso qué?.. no me dirás que tienes vergüenza conmigo?..

- ¡No claro que no, ..eso solo que..

- ¡Anda ya, ..quítatelo, no me van a asustar las telarañas que tengas allí, ¡Ji ji ji..

- ¡Tonta.. como se te ocurre decir eso.. ¡Jijiji..

Mamá introdujo los pulgares en los elásticos y bajó de una sola vez sus pantaloncitos blancos de felpa. Su chocho era prominente, tapizado por una hermosa y arreglada mata de bellos dorados que dejaba entrever los pliegues de su rajita. Enseguida sujeta el vestido y lo hace descender por su hermoso cuerpo blanco. Lo ajusta, lo estira y se mira en el espejo de su habitación. Mientras lo hacía, Betty no pudo sino reconocer que todo su voluptuoso cuerpo, con aquellos majestuosos senos que el escote del vestido ofrecía en buena parte a la mirada y el ajustado talle de la prenda que parecía estar hecho precisamente para ella, dejaba apreciar las formas y abruptos cortes de su angosto vientre hasta donde este desaparecía y daba paso a ver aquellas contundentes y majestuosas caderas que parecían estar a punto de reventar las costuras de aquella delicada tela, y que más se hacía notar con la exagerada curvatura de la tela al ajustarse sobre sus portentosos glúteos.

- ¿Qué tal me queda Betty?.. ¿me hace alguna arruga en las pompis?

- ¡Perfecto Moni, ..no te hace ninguna arruga. Sólo un pero.. pero ese ya le conoces, se te trasparenta todo amiga, ¡Ji ji ji..

- ¡Ya lo sé, ..ahora imagina si me lo pongo en la calle. ¡Me miraran los calzones.

- ¡Pero eso tiene fácil arreglo Moni, ..no uses y ya está, que veo que lo haces a menudo ¡Ji ji ji..

- ¡Cállate tonta.. lo que pasa es que el pantalón me quedaba tan ajustado que no me gusta que se me noten las costuras.

- Así, ajá.. o no será que ese viejo pervertido que tienes de vecino ya te ha dejado sin ellos ¡Jijiji..

- ¡Cállate, cómo crees, no.. qué asco. Deja me pongo a contra luz para ver que se trasluce.

- ¡Mónica, por dios, se te nota hasta la raja ¡Jijiji.. ¡Es demasiado transparente amiga. Tal vez si te pones unas bragas pequeñitas..

- Tú crees?, ..pues probaremos, creo que tengo unas así.- dice Mamá.

Después va y busca entre sus cajones todo tipo de braguitas, desde las más normales, pasando por las sensuales, hasta llegar a toparse con las más increíbles, que ustedes imaginarán a cuales me refiero. Observé su cambio rápidamente de semblante al extraer del cajón aquellas indecentes bragas que el Sr Montes de Oca le había regalado. No lo podía creer, pensé que Mamá las habría tirado después de aquel semejante acto de humillación, aquellas que como único fin era mostrar el dominio que tenía sobre ella. Mamá al sostenerla entre sus dedos se quedó unos segundos retraída, pensando, centrando su mirada en el pequeño collar de perlas que sin aun creerse en cómo se había atrevido a ponérselas, le recordaba aquel horrible viejo Esposo de su mejor amiga el cual la tenía entre sus manos y que había amenazado con verla a encontrar.

- Que pasa Moni?, ..te quedaste pensativa.- le preguntó Betty al notar que se había quedado callada dándole la espalda.

- ... N-nada Betty, ..no pasa nada, ..lo que pasa es que no recordaba donde las había dejado. Pero aquí están, estas servirán.


Mamá había sacado unas diminutas braguitas, costaba de una preciosa tanguita de muselina en tonos tenues. Que pese a tener una alta variedad de lencería estas eran muy sencillas, por delante era un pequeño triangulo de muselina que se amarraba con dos cintas elásticas a una delgada cinta que salía desde abajo del triángulo, pasaba entre sus glúteos y se amaraba con una coqueta argolla a las otras cintas. Que si uno la mirase por detrás apenas distinguiríamos la cinta de seda entre sus lindos y pomposos cachetes blancos.

Vuelve a mirarse en el espejo. Y cree que se ve mejor.

- ¿Y ahora qué te parece? ..

- Mm.. mejor. Pero aún se te ve todo Moni, ..quiero decir que se nota hasta la etiqueta de la tanga. Te pongas lo que te pongas se te notará amiga ¡Ji ji ji..

- Pues lo usaré solo cuando vaya a la playa.

- ¡No eso sí que no Moni, ..cada cuanto vas a la playa? Una, dos veces al año.

- Pues sí. ..

- No te lo compré para que lo tengas arrumbado en tu guarda ropa. .. ¡Ya sé, ágamos la prueba.

- A qué te refieres? ..

- Como a qué, ..date una vuelta por el jardín y veremos que ojos pela tu vecino cuando te vea. ¡Ji ji ji..

- ¡Estás loca.. me verá toda desnuda. Si de por si no deja de ver hacía acá.

- Enserio?, ..sigue espiándote.- le preguntó intrigada.

- ¡Todos los días se sienta en su cochina mecedora a fumar mirando hacia acá. ¡No sé qué pretende.

- Probablemente a mirar a su vecina en poca ropa. ¡Ji ji ji.. Que dices, jugamos con él?, ..lo complacemos un poco?.

- ¡Estás loca, no cómo crees, ..para que piense que lo ando incitando y después ande ahí.. agarrándose su cosa. ¡Noo, que asco.

- ¡Anda Mónica, siii, ..juguemos con él un poco. Como quedamos aquella vez.

- Y a ver, porque no lo haces tú?, ..te presto uno de mis bikinis y sales para ver que hace.

- ¡Porque ninguno de los que tienes me queda, ..estás muy...- he hizo mímicas con sus manos de los protuberantes pechos de mi Mamy.- Además la que lo vuelve loco eres tú Moni, ..a ti es a la que desea. Te prometo otro día venir con el bikini más indecoroso que tenga a mostrárselo.

- No te atreverías? ..

- ¡Hazlo y te juro que lo haré.- la incitó.

- Uff.. ¡Y nomás que no lo hagas mendiga.. mira que soy capaz de.. ¡Por dios.. es como si no llevara absolutamente nada. ¡No sé ni para que te hago caso.

- ¡Porque al final eres igual que yo, amiga, ..te gusta jugar con los hombres ¡Ji ji ji..

- ¡Para ti es muy fácil, ..eres modelo, la gente te mira en poca ropa. Para mí no.. no estoy acostumbrada a enseñar.

- Sí.. sí.. lo que tú digas, pero vamos a hacerlo.- dice su amiga ladeando la cabeza a ambos lados.

- Y tú que vas a hacer? ..- le pregunta Mamá a su amiga.

- ¡Pues verle desde aquí, obvio ..detrás de la cortina para ver que hace.

- Y voy a tener que ir yo sola y con esta ropa que me tiene casi desnuda?. ..

- Solo será por algunos minutos, ..tampoco tienes que ir a hablarle ni coquetear. Es más, ni le veas para que no te pongas nerviosa.

- Necesito una copa para darme valor. ¡Uff..

- ¡Si toma, y para mí también ¡Jijiji.. estoy emocionada.

- Anda ven, ahí en el servibar, ..aun no sé si podré hacerlo.

- Tranquila nada es que debe salir mal, ..tan solo es un simple juego entendido ¡Ji ji ji.. ya quiero ver la cara que pondrá.- decía Betty emocionada.

- Debo de estar loca por hacerte caso, ..¡Es que se me trasluce todo.- decía Mamá con una copa en la mano.

- Tranquila hace calor. Él pensara que te has vestido así porque te sientes acalorada ¡Ji ji ji.. ¡Ay Mónica, estamos locas.

- Tú qué.. ¡Yoo.. Estoy en mi casa.

- ¿Sabes Mónica? Tuve una fantasía, ..que al igual un hombre me miraba.. No sé, fue algo extraño, ..nunca me había pasado. Para mí es muy divertido ¡Ji ji ji... E incluso me toque.- y bajando la vos.- Estaba mojada ¡Ji ji ji..

- Que bueno que te divierta.- dijo Mamá irónicamente.

- ¡Vamos ya, ..me muero por ver la reacción del pervertido ¡Ji ji ji..

- ¡Pues fíjate si está ahí, ..quizás ya se metió.

- Espera. ..

Betty se dirigió sigilosamente a la ventana, la verdad parecían dos chiquillas quienes planean una travesura, y al notar su espera me decía que el viejo ya no estaba ahí como ellas creían. Suspiré aliviado, empezaba a sudar frio, de momento se me vinieron a la cabeza de mi Mamá mostrándose a ese viejo pervertido. Pero tras esperar en silencio por unos angustiantes 5 minutos, observé la sonrisa pícara de Betty como cuando hacía una travesura, finalmente le dijo a Mamá que era el momento, que se apurara. Por mi parte desaparecí por el pasillo rumbo a mi cuarto, aunque podía seguir lo que haría Mamá por la ventana, ya que la mía también daba hacía la piscina y la casa de del viejo.


Las ansias me comían, no podía creer lo que estaban tramando estas dos, de Mamá ya no podía sorprenderme más, pero de Betty?, que siempre me había parecido alegre y muy simpática e incapaz de cometer locuras como las de mi Mamy, no cabe duda que uno nunca acaba de conocer a las personas. En fin, me asomé por la ventana y efectivamente ahí estaba Don Paco, ocupado en acomodar el abono para sus flores, con su traje típico de jardinero.

En eso escuché la puerta de la cocina al cerrar, la puerta que daba al jardín y a la piscina. ¡Mamá lo iba a hacer, se iba mostrar como una vil calenturienta con ese atuendo tan insinuante. Primero abrió la puerta y miró ambos lados como para comprobar que no había nadie más que nuestro vecino pervertido, no fuera que estuviera la Sra. Clarita y la encontrase también con menudo atuendo, aunque estaba tranquila ya que en la mayoría del tiempo y a esa hora por lo general la Sra. Clarita se encuentra siempre en su florería.

Ya una vez investigado que no pudiera haber alguien más, se dirigió con pasos dudosos alrededor de la piscina, y por lo que era obvio, sus altas zapatillas se empezaron hacer notar al estrellarse contra el mosaico de los contornos de la piscina. Era por demás claro que el sonido de sus tacones alertarían las orejas del viejo, pero no, tal pareciere que estaba concentrado en trabajar que ni se inmutaba que su amada vecina se encontraba caminando hacia él con ese atuendo tan comprometedor que se le traslucía hasta el apellido. Mamá iba roja de vergüenza, es más, estaba seguro que no intentaba ni voltear hacía la casa del frente. Se metió a nuestro cuarto de lavado que queda pegado a la cera que separa ambos jardines. Ahí dentro no sé qué fue lo hizo, pues tardó un par de segundos, seguramente intentado regular su respiración y calmando el bochorno que sentía, quizás hasta de lavarse un poco el rostro e intentar borrar el rubor de sus mejillas que denotaba su nerviosismo. Su cabeza estaba llena de pena y de bochorno, es que así vestida, bueno tampoco es que le hubiesen puesto una pistola para hacer lo que estaba haciendo, ya empezaba a conocer a Mamá y sus extrañas formas de exhibirse ante ese viejo.

De repente salió y se dirigió de nuevo a la casa, con ese singular estilo de caminar y el sonido característico de sus tacones.. pensé que no ocurriría nada y que todo este alboroto había sido embalde, cuando salí de mis pensamientos hasta que oí un:

- ¡Buenas tardes Sra. Mónica. ..

Mamá se puso nerviosa y la verdad, hasta un poco asustada. Lentamente se fue dándose la vuelta hasta estar frente a él. El viejo no podía creer lo que se encontraba viendo. Ahí estaba su amada vecina, aquella rubia despampanante, increíblemente hermosa, con su larga melena dorada y ojos celestes, con sus mejillas acaloradas y una sonrisa tonta. Con su cuerpo que era el sueño de cualquier y objeto inalcanzable que cualquier hombre quisiera poseer. Con su 1.75 mts de altura y ese par de bellas piernas perfectamente torneadas, un abdomen plano y firme, sus pechos grandes perfectamente redondos y firmes, todo esto complementado por ese prominente culo bien formado.

- ¡Ho-hola, Don Paco ..perdone no le vi, ..no sé dónde traigo la cabeza.

El viejo se quedó callado pero sin quitarle los ojos de encima, Mamá se puso más roja de vergüenza, notaba como disimulando sus ojos que el viejo recorrían con los de él sus piernas, sus muslos, su entrepierna apenas tapada por ese sugerente vestido traslucido y como luego se centraban en sus pechos que destacaban aún más por el sujetador re alzador de pecho y por lo ceñido del atuendo. El viejo pudo haberse quedado todo el día allí, viéndola con descaro, hasta que Mamá sin más agregar que una apenas audible voz

- Nos vemos Don Paco. ..

A lo que el viejo correspondió con:

- Claro que sí.. preciosa.

No se giró para responderle pero no le cavia duda de que mientras se alejaba, le estaba mirando el culo con descaro, cuyas curvas quedaban expuestas por el ajustado vestido y el traslucido de la tela que no le tapaba nada. Caminó de la mejor forma que pudo; pero una vez alejada unos metros, de la forma que más le podría gustar. De pronto se sintió admirada; se sintió deseada por aquel hombre y sin darse cuenta le gustó mostrarse y decidió jugar, caminó sensualmente mientras sentía aquellas obscenas miradas que la quemaban.

Su tono delataba rastros de vergüenza, pero una extraña sonrisa se dibujaba en su rostro, caminó contoneándose con más descaro, es más lentamente, para darle al viejo la oportunidad de apreciar cada centímetro de su piel y grabarse en lo más profundo de su pervertido cerebro cada forma y costura de sus insinuante bragas. A Mamá le gustó verlo devorarle el escote con los ojos. Se paseó frente a él, en cada zancada sus prominentes glúteos vibraban, junto a los ojos de ese tipo que la miraba como un morboso. De pronto sintió que el vestido se le corría, se le subía por los muslos por la hechura de la tela. No hizo nada, siguió caminando y contoneándose hasta que llegó a la puerta.

Enseguida escuché risotadas y pasos rápidos subiendo por las escaleras, lo que me decía que Mamá había sido corriendo y riendo como una chiquilla quien recibe su primer beso de despedida en la puerta de su casa. Me apresuré a encender el monitor de la recamara de mi Madre pues quería ver su reacción a esto que se había atrevido hacer.

- ¡Por dios Betty.. te juro que yo no sé cómo me atreví. Viste sus ojos?. ..

- ¡Lo sé Moni.. estaba embobado.

- ¡Te juro que me temblaban las piernas Betty, ..jamás me había sentido tan nerviosa.

- ¡Tienes que volver a hacerlo, amiga ..es muy divertido.

- ¡Noo eso sí que no Betty. ¡Tú me lo prometiste y para la otra tú tendrás que hacerlo.

- Ay, es que no sé, me puse muy nerviosa y estado acá arriba, ..juro que me desmayo si hubiera estado allá.

- Pues yo no sé cómo le hagas, ..tú te le vas a mostrar.

- Y si lo hacemos las dos juntas?..

- Las dos?. ..

- ¡Si, me traigo mis bikinis y pasamos una tarde en la piscina, que te parece?.. Así ninguna de las dos se pondrá nerviosa y podremos calentar a ese viejo.

- Ya veremos, ..por lo pronto sírveme otra copa. Estoy acalorada.

- Pongo el aire acondicionado, si quieres….

- Si, es buena idea, ..aprovecho para quitarme esto antes de que me vea Pedrito, que diría de su Madre ¡Ji ji ji..

- ¡Pues nada..-y bajando la voz.- Que anda calentando al vecino ¡Jijiji..

- ¡Te escuché he.. además recuerda que lo hice por tu culpa.

Mamá se fue desprendiendo de sus ropas mientras caminaba. Se sacó el vestido por la cabeza quedándose en esas diminutas bragas. Sus pechos se balancean dentro del sujetador de un lado a otro mientras camina hacía su guardarropa. Betty observaba el cuerpo de su amiga y lo envidia. Y no era que ella tuviese un mal cuerpo ni mucho menos, siendo esta modelo, simplemente que Mamá era espectacular. Y más adulta que ella. Al llegar al cajón guardó el vestido mientras Betty servía más vino en las mismas copas.

- ¡Ey, ey.. ya es mucho Betty. No estas acostumbrada a tomar más de dos copas. ..

- Lo que pasa es que me puse tan nerviosa, además este vino está bueno. No me va a emborrachar ¿no? ..

- ¡Quien sabe.. Lo mismo se te sube a la cabeza y cuando venga David adelantan la luna de miel ¡Ji ji ji..

- Jijiji..- ríe Betty.

Las dos ríen como chiquillas. Betty tiene a cual mucho 26 años. Esta lleva unos meses comprometida. Vive con sus Padres en otro fraccionamiento de la ciudad. Sus Papás la cuidan como un tesoro. Es hija única. Consentida a más no poder, despertaba la envidia de Mamá en alguna ocasión, lo digo por su carrera como modelo, lo cual Mamá no pudo ser, quizás se veía ella misma cuando era joven. Sobre todo cuando le contaba sus experiencias y sus viajes como modelo.

- Betty, ¿cómo es que tú y David no?.. ¿no quieres? ..

- No, no.. David dice que hasta casarnos, ..me quiere respetar. Sus Padres así le han inculcado, por su religión.

- Pues ya no se ve eso ahora con los hombres..

- Es muy reservado.. jamás me besa en público, ..muy apenas me agarra de la mano. Además no le gusta hablar de esto.

- Comprendo.

- ¡Pero eso lo detesto, ..en ocasiones deseo que me toque. Y no te vayas a pensar que me obsesiona, ..solo que ahora solo piensa en el trabajo y poder comprar ese departamento que escogimos. Miro la parte positiva del caso. Mis Papás están felices con él y yo lo amo mucho. Sé que cuando nos casemos todo cambiara.

- Eso es verdad. Una vez instalados podrán tener la privacidad que buscan, como yo con Rodolfo. ¿Te he dicho alguna vez que no me toco hasta la semana de la luna de miel? ..

- No te creo, ..y eso porqué. ..

- La Empresa, lo absorbía mucho, ..pero después nos dimos unas vacaciones al caribe y creo que de ahí nació Pedrito ¡Ji ji ji.. Créeme no te desesperes después vendrá la recompensa.

- ¡Noo, hijos no.. mi carrera, te imaginas?. ..

- Algún día tendrás que tenerlos Betty, ..David te lo exigirá.

- ¡Vaya.. no lo había pensado. Sus Padres ya lo estarán planeando.

- Es obvio que empezaran a presionarte con eso, ..tú lo has dicho su religión.

- Por eso no se Mónica.. a veces quisiera no casarme, disfrutar que estoy soltera, conocer otras cosas, a otros hombres.

- Lo supongo. ¡Ji ji ji..

- Menos mal que te tengo a ti amiga.- dijo Betty.

- ¿A mí? ..

- ¡Claro boba!.- exclamó.

- ¿Cómo es eso? ..

- Ayúdame a experimentar, ..a conocer mi cuerpo.- confidenció la modelo.

- Conocerte?. ..

- Tú que haces ahora que no tienes a Rodolfo? ...

- Hacer que?..

- ¡Ay Moni, no te hagas, ..me refiero a como pasas tus noches acaloradas.

- ¡Ah! ..pues me toco.

- Solo te tocas?. ..

- Me compré un vibrador. Y también lo hago con la mano.

- Y.. como lo compraste?, ¿lo encargaste por internet?

- ¡Por supuesto boba.. no iba a pararme en una de esas tiendas de sexo y de cosas raras. Lo quieres ver? ..

- ¡Si.. supongo que sí.. me lo mostrarías?.. ¡Vaya conversación Moni!

Betty era una mujer no muy dada a los amplios conocimientos sexuales que tenía Mamá. Su relación se basaba en cosas normales como platicar e ir de compras. Yo diría que empezaban a tener una relación de amigas más íntimas y quien sabe a dónde esto les pudiera acarrear.

- ¿Quieres que te enseñe al pequeño Rodolfo? ¡Ji ji ji..

¡Tómala.. casi me voy para atrás, Mamá le había puesto el nombre de mi Padre a su querido consolador.

- ¿El pequeño Rodolfo? ..

- El vibrador. Lo llamo así tonta. Espera.

Mamá echó mano a su cajón del mueble de la cama.

- Está aquí.- dijo.

- ¿Lo guardas aquí?

- ¡Pues claro, ..no lo voy andar dejando por donde quiera, tengo hijo recuerdas. Y creo que lo guardé aquí. A ver…

Rebuscó en el cajón pero no lo encontraba. En cambio tropezó con su ya conocido buttplug. Si aquel pequeño embonador metálico adornado por un diamante que le habían regalado en sus pasados chantajes.

- Moni, que es eso?. ..

- Mira Betty.. ¿Quieres que te enseñe una cosa muy personal? ..

- ¿Qué es?..- preguntó Betty.

- Ahora verás. Pero me has de prometer que no le dirás nada a nadie.

- Yo soy una tumba amiga. Tú ya lo sabes.

Mamá tomó su querido embonador y lo sostuvo solo con la punta de sus uñas. Los ojos de incredulidad de Betty no podían ser de menos. Se sentó en la orilla de cama y lo observó con detenimiento.

- Esto Betty es, un embonador anal. ..

- A-anal? .. te refieres a que..

- Si, esto va por allá donde te estas imaginando. ..

- ¡Moni.. y como se te ocurrió hacer eso.

- Quieres que te cuente o no?. ..

- Si por favor, perdón amiga, ..ya me dejaste muy intrigada.

Mi Mamá la mira con atención y de vez en cuando sonríe. Su amiga también lo hace. Se muestra orgullosa.

- Sirve como estimulante y para dilatación.

- Y duele?..

- Al principio sí, obvio, ..pero una vez te acostumbras es fácil caminar.

- C-caminar?.. quieres decir que esto se lleva puesto.

- Si, cuando se pretender hacerlo por detrás, ..pero para la masturbación solo basta ponértelo cuando estás muy excitada.

- ¡Moni.. enséñame todo lo que sabes, ..no me quiero casar sin experimentar todo eso.

- Pues será después.. ya que necesito comprar algo en la calle. Vamos.. .

- ¡Júramelo que me enseñaras a usar cosas así, ..y me mostraras todos tus conocimientos.

- Ya veremos amiga, ..ya veremos. Vamos. ..


Aquella noche salí de casa aprovechando que Mamá había salido con Betty de compras, que por lo regular siempre hablaba antes de regresar para saber si se me antoja algo de la calle. Con mucho esfuerzo y decidido ya que por lo regular me cuesta mucho quitarme del televisor cuando me llevo videojuegos nuevos a casa. El vendedor me había comentado que si regresaba más tarde me conseguiría el nuevo Metal Gear que tanto estaba esperando. Estaba seguro de que si lograba obtenerlo, me pasaría hartas horas jugando olvidándome un poco de las cosas de Mamá (ya lo necesitaba).

Inmerso en mis pensamientos y a la proximidad de obtener el juego que más me increpaba, estaba a punto de salir del fraccionamiento, casi anochecía cuando llegue a las puertas del gran parque situado a la salida y donde Mamá solía de vez en cuando venir a correr para reafirmar sus torneadas piernas, además de incontables piropos que se llevaba mientras lo hacía.

La noche no estaba muy fría, yo diría que agradable, así que para hacer tiempo y ganarle a Mamá su regreso, decidí cruzar por el medio de este y así ganar un poco de tiempo. No sabía lo que ella se fuese llevar haciendo sus compras. Mamá se enojaba muchísimo cuando salía de noche y más cuando lo hacía solo para comprar videojuegos. Pero antes de que pudiera cruzar el parque caí en la cuenta de que en una banca cercana, se encontraba una chica hermosa que observaba su teléfono despreocupadamente. 

La miré unos segundos y ella seguía muy despreocupada observando su móvil, no sé si fue mi instinto o que era ella verdaderamente hermosa, paradójicamente, se me afiguró a Ashley con la barbilla afilada, la nariz pequeña, y unos ojos que aunque a oscuras se me figuraban a los de ella. Todo su rostro lo rodeaba su cabello de pelo rubio que le caía hasta la mitad de la espalda en un grueso trensado. Confieso que me quede embobado mirándola, y ella ensimismada en los recados de su teléfono. En eso levantó el rostro como si presintiera que alguien la estaba observando.. afortunadamente estaba a oscuras y había demasiados arboles como para que diera con mi mirada.

Fue ahí donde descubrí de quien se trataba, era Yuli, mi gran primer amor. Su hermosa carita de nariz fina miraba hacia las puertas del parque, supongo que estaba esperando a alguien. Vestía en su clásico uniforme del Cole. Una blusa blanca que le hacía destacar esos pechos de tamaño mediano y extremadamente firmes, con dos botones sueltos que mostraban el principio de su canalillo donde me hubiera gustado de verdad meter las narices en lugar de andar de fisgón. Y su falda a cuadros blancos y azules, bastante ajustada en la cintura y corta. Sentada como estaba, bien recostada en el respaldo de la banca metálica, con una pierna cruzada sobre la rodilla de la otra, sus muslos prácticamente perfectos, que terminaban en su ya conocido por mí culito respingón que, por lo poco que podía ver desde mi posición seguía exactamente igual desde la última vez que nos habíamos encontrado. Todo el conjunto se completaba con unas medias hasta las rodillas y unos zapatos de colegiala.

Pues así de embelesado estaba yo contemplando aquella linda mujercita que tanto me hacía suspirar, cuando de pronto una figura apareció detrás de mí. ¡Joder.. era su ya conocido por mí, su estúpido novio. Seguro que me habría visto mirando a su novia, y habría reparado en lo que estaba haciendo allí parado como tonto. Ahora si estaría en problemas y quizás Yuli terminaría reconociéndome.

Cuando estuvo a mi altura, me dirigió una fugaz mirada y continua su camino directamente hacia Yuli, con sus manos enfundadas en los bolsillos de su pantalón y un jersey del equipo de su escuela que le daba cierto aire fanfarronesco (recordándome a Randy cosa que no quería hacer). Yo respire aliviado pues ya me empezaba a imaginar la cantidad de pretextos que le diría para explicar mi posición allí a estas horas de la noche.

- ¡Perdona mi amor, no me percate de la hora.- escuche que le decía mientras se acercaba para darle un beso.- Se me ha pasado el tiempo echándome una cascarita con los chicos.

¡Me dio un coraje infernal.. Yuli estaba completamente sola en plena noche mientras este cabrón jugaba una cascarita con sus amigos. Que gilipollas, la verdad que envidiaba la suerte que tienes muchos, (bueno los más populares) ¡Joder!! Porque dios no me hizo carismático en lugar de inteligente.

- ¡Llevo rato esperándote Quique.. nunca piensas en mí, tan solo está esa pelota y tus amigos.- le estaba contestando ella en un tono de molestia pero con suave voz.- Ya estaba a punto de marcharme.

Como les platicaba este ser llamado Quique no era más que otro tipo tonto pero popular chico de Colegio, jugaba más o menos basquetbol pero eso no significaba quitarle lo lelo. Yo no sé qué le miraba Yuli (quizás por ser atractivo y bueno para los deportes) era un cabeza dura, que ganas no me quedaban de darle un escarmiento como se lo dado a Randy. Emputado (enojado) como un mono, decidí llegar a mi destino pues el tiempo de Mamá se me acortaba. Me introduje en el oscuro parque y comencé a forzar mis pasos en las penumbras en busca de llegar lo más rápido posible al local de videojuegos.

Bien o mal, aquella frustrante escena de mi gran amor pronto se me borró de la cabeza al llegar justo al local y descubrir que el tipo no mentía, realmente me lo había conseguido. Me entretuve un tiempo platicando con él, que a pesar de ser un adulto era un gran fanático de los videojuegos. De pronto, recordé que Mamá no tardaría en regresar y entonces si yo estaría en problemas, además de privarme de jugar este nuevo video juego. Unos minutos después, ya estaba de nuevo adentrándome en el parque lo que me hizo volver a recordar en esa pareja tan común pero tan diferente.

Antes de llegar a esa zona donde los había estado mirando, decidí buscar otro rumbo para no encontrármelos, la verdad me hacía sentir incomodo cada vez que les miraba juntos, una por celos y la otra por envidia, envidiaba tanto a ese tipo como lo odiaba, y más cuando en una ocasión en la escuela me había lanzado el balón asumiendo un descuido tirándome la charola de mi desayuno, lo que provoco que una gran más de estudiantes se rieran de mi persona. Pero en fin esa es otra historia..

Unos metros más adelante, en una especie de paseo sin salida, que eran franqueados por unos los frondosos setos, coronado por un único banco de madera y una pequeña farola que apenas lograba iluminar esa zona, estaba a punto de cruzar esa parte lo que me daría acceso más pronto a la salida del parque. Y cuando creí que por fin lo había logrado escuché el leve ruido de unos susurros que se acercaban por el camino. Levante un poco la cabeza y me quede de piedra al comprobar que frente a mí, mi musa a la cual había querido evitar que me mirase se cruzaba por mi única vía de acceso acompañada de su guaperas denominado como "Quique".

¡Joder!!.. ¿y ahora qué hago yo? se dirigían precisamente al punto donde yo pensaba cruzar. El camino no se desvía hacia ningún otro sitio. La incertidumbre y la sorpresa bloqueaba mis pensamientos y era incapaz de moverme. ¡Mierda!.. Seguro que vienen a la banca a buscar su "privacidad", y como me descubra de nuevo el futuro Stephen Curry (jugador estrella de basquetbol), ahora sí que me iba a montar su seguidilla de comentarios que solo lo hacía para ridiculizar y engrandecerse frente a Yuli.

Casi sin respirar para no hacer ruido, me acurruque tras los setos pensando que con suerte se darían un par de besos, unas manoseadas y se marcharían. Yuli de la mano de su "estrella" se dio la vuelta y apoyó la espalda en la farola, con el dolor en mi corazón observé como se agarraba con una mano el cuello de su novio y le soltaba un morreo de lengua de los que llegan hasta la campanilla. Yo me quede boquiabierto viendo como el gran amor de mi corazón se comportaba de esa manera tan desinhibida. El tal Quique aprovechando como su novia le favorecía, la arrinconó al pie de la farola donde pude distinguir aquel cuerpo juvenil más bien formado que he visto en mi vida. Las manos de aquel presumido acariciaban sensualmente la cintura que mientras le besaba, introducía sus dedos por entre el cabello de su novia.

Arrodillado casi en el suelo, escondido entre el follaje, "sin querer" me quedé lelo viendo la escena de los dos tortolitos, y no me refiero precisamente a sus bocas, las manos de aquel disque estrella del deporte acariciaba y apretaba el culo de la chica que a mí me robaba los sueños. Al mismo tiempo, y mientras ella seguía jugando con el pelo de su noviete entre sus dedos, este restregaba su paquete contra el pubis de mi amada y le pasaba lascivamente la lengua por el cuello. Las cosas cada vez se ponían más candentes y yo me empezaba a sentir casi como un completo estúpido allí escondido, torturándome con lo veía.


Sin querer apartar los ojos de aquellas dos siluetas bajo la luz de la farola, di un rápido vistazo a los alrededores. El parque estaba vacío y en silencio, lo que me decía que estos ya estarían más que enterados y aprovechaban el momento, aquel afortunado tarado no perdía el tiempo con su novia. Muy hábilmente, sin dejar de sóbrale el culo en toda su extensión, se las había ingeniado para desabrocharle más botones a la blusita blanca, y hasta había encontrado entre aquellas maravillosas tetas el cierre delantero de su precioso sujetador blanco. Yuli por su parte estaba más que excitada. Le agarraba la cabeza con las dos manos y la dirigía alternativamente de un pecho a otro, yo diría que dirigiéndolo precisamente a su pezón.

Como le estaría comiendo también las tetas que Yuli casi le arrancaba el pelo de la nuca para soportar la tremenda excitación, que a diferencia de aquel ni respingaba de nada por no dejar de mamar los exquisitos pezones y magrear aquel espléndido culito que apretaba con fuerza con sus manos ya que las había perdido por dentro de la pequeña falda colegiala. Claro que Yuli tampoco perdía el tiempo con las suyas. Entre el espacio que le dejaba su novio esta luchaba afanosamente por abrirse camino bajo el pantalón y por el gemido que emitió al conseguirlo, debía de gustarle mucho lo que estaba palpando dentro.

La escena se calentaba a cada segundo, ¡¡Joder!! Me sentía como un cornudo consentidor, viendo a mi amada entregarse a otro hombre. Pero mis pensamientos se cortaron de pronto cuando Yuli que ya debía de estar más caliente que Mamá cuando se topaba a nuestro vecino fisgón, empezó a deslizarse a lo largo de la farola hacía abajo, hasta quedarse en cuclillas frente su novio.

Mi corazón empezó a bombear más sangre como nunca, mis ojos no podían creer lo que veían. "Mi" Yuli estaba completamente desconocida para mí, agarró el pantalón y el slips de su novio y un solo tirón se los dejó a la altura de las rodillas. ¡Joder, no podía creer lo que estaba viviendo. La hermana de mi querido amigo Carlitos en cuclillas, se encontraba contemplando la verga que tenía ante los ojos, y cuando ya no podía sorprenderme más, decididamente se la metió en la boca y empezó a chupar como si no hubiese un mañana.

Créanme que estaba asombrado por lo que estaba viviendo ahora, prácticamente mi querida Yuli que antes se me figuraba casi un ángel, ahora se estaba convirtiendo prácticamente en una putilla desenfrenada, mamándose sin cesar a su estúpido novio en pleno parque donde aunque de noche alguien pudiera pasar. Aunque tengo que admitir sinceramente que la copia barata de "Stephen Curry" tenía una buena herramienta, cosa que mi ángel convertida en zorrita no se iba a conformar con metérsela tan solo en la boca. El feliz estúpido que me había quitado a la mujer de mi corazón se apoyaba con una mano en el poste de la farola mientras que con la otra agarraba la cabeza a su novia y la dirigía en sus movimientos de succión acompasadamente con las caderas. Y lo que realmente me tenía anonadado y extremadamente sorprendido fue que al bajar la mirada, pues la tenía fija en la cara de tonto que tenía el Quique ese, la nariz de Yuli en una de esas llegó a tocar el bajo vientre de su novio de tanto que se la metía en la boca.

Y si todo aquello era imposible de creer ya por mí, cuando bajé más la mirada hacía sus piernas en cuclillas me percaté que una de sus manos recogía su falda hasta la cintura para dejar ver sus piernas blancas, para luego bajarla un poco hasta llegar a su entrepierna, y sin dejar un solo instante de comerse aquella tripa, ¡comenzó a acariciarse por encima de las bragas completamente sacada. Así estuvieron unos minutos, y por los ahogados gemidos que Yuli emitía debido a tener en todo momento la boca retacada de carne, la muy putilla se estaban haciendo un buen trabajo dentro de su chocho mientras mamaba, ya que su mano se movía a velocidad de vértigo entre sus abiertas piernas y creo que al menos ya se había metido un par de sus dedos.

Pero las cosas no iban a seguir así por mucho tiempo, cosa que la copia barata de jugador de baloncesto debió de darse cuenta, que en si no cambiaba el ritmo en breves momentos iba a descargar todos sus güevos dentro de aquella boquita glotona. El supuesto Quique entonces, la detuvo sacando el miembro de aquella calidad cavidad para levantarla del brazo y conducirla rápidamente a la banca que había a escaso metro y medio de la farola.

- ¡No, ya Quique, ..no vamos a hacerlo aquí?..

- Y porque no?, no hay nadie.. ¡Vamos Yuli, no me vas a dejar caliente como siempre..- dijo en un tono ofendido.

- Tú sabes que te quiero Quique, ..pero quedamos en que solo te la chuparía y ya..

- ¡Joder Yuli, siempre sales con lo mismo, pensé que ya habías cambiado. ¡Ábrete de patas.

- ¡No Quique, no insistas. Además ya es tarde, y tú sabes por qué.. tengo que regresar.

- Bueno déjame comerte tu cosita, ..verás que rico vas a sentir.

Él Quique ni corto ni perezoso se arrodilló en el suelo, con el culo al aire hundió la cabeza entre las piernas de mí Yuli, que por el escalofrío que sufrió debió de sentir lametazos directos a diestro y siniestro por todo aquel chochito maravilloso que tenía. Mi sueño platónico, o Yuli, o como quiera que se llamara esta jovencita desconocida, aferró nuevamente la cabeza del presumido, y acompañándolo suavemente con movimientos de sus caderas, lo guiaba para que la lengua de su novio se deslizara lo máximo posible por entre sus labios vaginales, y a juzgar por cómo gemía, el desgraciado debía de saber muy bien lo que estaba haciendo.

Créanme que los dos estaban locos de lujuria. Podrían haber pasado una docena de personas en el parque y ponerse a mirar, y ellos no se habrían dado cuenta de nada. Yo incluso temía que los jadeos y gemidos que escapaban de la boca de Yuli fueran a alertar a alguien, incluso algún policía nocturno y entonces si se metería en problemas con su familia, (a pesar de todo lo que me dolía esto yo seguía preocupado por ella). Pero al ver que cuando el presumido este se separó unos instantes para jalar aire se me rompió el corazón, mi diosa se ofrecía descaradamente a su novio con las piernas totalmente abiertas, una en el suelo y la otra apoyada en el asiento, y sus manos sujetaban firmemente a un lado de su chocho las bragas, en lo que era una inequívoca invitación de lo mucho que le estaba gustando y lo bien que se lo estaba pasando.

Con la cara toda empapada con los flujos que salían de entre las piernas de Yuli, su novio se dedicaba ahora a masturbarla metiéndole un par de dedos dentro, mientras su boca continuaban jugueteando con sus pezones, que daban significativas muestras de estárselos pasando en grande. La verdad tengo que reconocer que este infeliz cabroncete que me había robado al amor de mi vida sabia manejar las manos y lengua, y antes de que ella llegara al inminente orgasmo que se avecinaba, se separó de ella y se sentó en el banco indicándole a ella que había llegado el momento de joderla.

- No, por favor…

- Vamos mi amor, tú quieres esto tanto como yo.

- Si, pero no.. ¡No Quique, ya es muy tarde y me tengo que ir.

- ¡Vamos Yuli, solo un poco, veras como te gusta. ..

Y seguían con la discusión del convencerla. El rostro de Yuli oscilaba entre el gusto del magreo de su novio y su decisión de que no se la jodiera ahí mismo. Pero de pronto y sin que yo tampoco darme cuenta una figura oscura y robusta apareció entre los arboles dándonos el gran susto de nuestras vidas.

- ¡Que jodidos pasa aquí?. ..

La cara de los dos era un poema.

- ¡U-usted. ..

- ¡Quien creías que era?.. ¡Que hace con mi sobrina desgraciaho. ..

- S-su sobrina?, ..¡no, no estábamos haciendo nada. ..

- A no?.. y entonce polque tienes los pantalones bajahos maricong, ..y polqué estas empalmaho?. ..

- ¡N-no, de verdad Señor, ..

Se trataba de ni más ni menos que mi peor pesadilla, y la de Yuli también. El maldito Portero había aparecido de la nada volviéndolos a sorprender. El desgraciado que la había sorprendido aquella misma vez cuando se había metido a la casa de los vecinos para nadar en la alberca, yo la verdad no sabía cómo le hacía este infeliz para reaparecerse en los lugares indicados. El novio de Yuli estaba aterrado y más porque este viejo le había mencionado que era su tío.

- ¡Oiga, como se atreve, ..usted no es nadie para. ..

- ¡Ahora mihmo vamo lo tres a hablá con tus Padres.

- ¡No, por favor, Señor ..s-se lo juro que no íbamos a ser nada, ..y-ya nos íbamos la verdad Yuli. Solo nos detuvimos a platicar.

- ¡A platicá desgraho, ..a eso le llama platicá. Su Padre te van a abri la cabeza, eso si no te denuncian pol abusa de chicas menores de edá.

El muy cobarde del Quique una vez que se subió los pantaloncillos, en un momento dado dio un bote y se precipito corriendo por cera hasta desaparecer. El Cubano hizo amago de agarrarlo pero sin demasiado interés. Simplemente se quedó observándolo sonriendo y lo vio atravesar el jardín como una bala, saltar una valla y perderse en la noche.

- Menudo maricong de mierda que tienes de novio.

- ¡Oiga que le sucede, ..quien es usted para decirnos algo.- le respondió Yuli bastante molesta.

El Cubano se acercó a ella. Yuli se acomodaba la falda y se tapaba los pechos.

- Bieng, iremo a habla con tus Padre.

- ¡Oiga no.. déjeme.. no le creerán! .. ¡Y si lo intenta diré que abusó de mí..

- Ah, claro, la buena niña no? ..

- ¡Si viejo asqueroso, ..diré que me llevó a la fuerza a esa casa e intentó meterme mano..

- Así que a esa vamo, he?. ..

- ¡Lo violaran en la cárcel por haber abusado de una menor de edad como yo.

- ¡He he he.. vamo, a vel chiquilla caliente, ..tú que me denuncia, y yo les pongo a todos el videito que te grabe, donde tu solita y sin la ayuda de nadie me estabas comiendo la verga con cara de gusto sin ser obligaha.

- ¡Eso no es cierto usted no tiene nada..

- Apoco creías que iba a ser tan pendejo para rompelte tu cosita sin antes aseguralme. ¡Ponme a prueba y te jodo la vida putilla desgraciada.

- ¡No me llame así, además eso no es cierto, solo lo dice para asustarme.

- ¡He he he.. la casa tiene cilcuito cerraho pendeja, ..cuando me fui me llevé el video y lo tengo gualdaho para cuando ando caliente me hago la puñeta.

Eso era mentira, lo que tenía era mi video que estúpidamente les grabé para después tenerme amaneatado.

- ¡Es usted asqueroso. ..

- Lo sé ¡He he.. pero a ti te encanta la verga, ..o cree que no me doy cuenta de cómo calientas a tohos los chiquillos con esas faldicas y tus pose de niñata caliente.

- ¡Eso no es cierto.

- Va, cuando estas con Papá y Mamá te compoltas como una princesita que no rompe un plato, ..pero nomá sales de tu casa y eres un putilla buscando pinga. ¡Crees que no te he espiaho? ..

- ¡Me ha estado espiando?.. es un ser repugnante.

- Y tú una putilla calienta güevos. Entonces qué, me va a denuncial?.. ¡He he..

- En verdad tiene ese video? .. p-pero aunque lo tenga de todas formas iría a parar a la cárcel. La tiene más de perder.

- Bueno si a eso agregamo estas foticas que te acabo de tomá con mi celulá, ..donde el maricong de tu noviecete te mete mano y casi te clava si no es que llego a salvalte. Quedaría como un salvadó con tus Padre antes de un violadó, no es así?.. .

- ¡E-es mentira, ..usted no tiene nada.

- A no?, ..verá que buenas fotos hace mi celulá ¡He he he..

Ella le miró con cara de pánico, el desgraciado se puso a su lado y empezó a pasar el dedo por el teléfono.

- Aquí la putilla con cara de gusto ¡He he he.. Aquí el maricong agarrándote y chupándote las tetas, pol cierto, son preciosas.

Yuli estaba paralizada, por el terror que reflejaba en sus ojos me decía que todo era verdad, el desgraciado viejo antes de aparecer había estado escondido al igual que yo entre los setos.

- ¡Uy, aquí se la está chupando como si fuera una paleta ¡He he he..

Yuli no podía aceptar que este viejo tuviera esas pruebas.

- Ups! Pero mi Dio, ve la cara que pone cuando te mete los dedos. Al maricong le gusta agarralte las do tetas a la ve.

- .... - Yuli no hablaba ni hacía gesto, algo dentro de ella le avisaba lo que sucedería.

- ¡Uhm.. aquí te libraste por los pelos, casi te la clava.

Ella soltaba una lagrimita, pero el viejo la recogió con un dedo y asquerosamente se lo chupó.

- ¡Vamo, vamo.. no es para tanto, con esto y el videito será la estrella de tu colegio. Ahora en este tiempo, que dohos los chiquillos no hacen má que pasalse las fotos de un celulá a otro, la fama que vas a garrá..

- ¡No, por favor. ..

- ¡Si pol favo, ¡He he he.. Creo que tus días como monjita pronto se van a hacel realidá.. pero no te ponga triste, las monjitas putillas como tú reciben las visita de algunos saseldotes pelveltidos y menudas fiestecicas que hacen en los convento ¡He he..

- Que? Nooo!

Pero el viejo enseguida se puso entre sus piernas inmovilizándola y agarrándola del rostro para acercarse y decirle:

- ¡Tu querías mandalme a la cárcel puta descarriada, ..lo de contárselo a tu Papi no es una opción cómo puedes vé.

- ¡Por favor, pare.. que quieres de mí?

- Primero que pidas peldón por queré jodelme, putilla.

A la pobre no le quedó de otra que aceptar y rendir.

- Esta bien.. lo siento de verdad, no sabía qué hacer.

- Lo segundo baja los brazos.

Ella le miró desconcertada pero inmediatamente comprendió lo que quería, tampoco era que tuviera opción. Yo estaba al igual de aterrado que ella, me sentía impotente, una mísera cucaracha simplemente observando sin poder nada que hacer. Ella los bajó, allí estaban sus bonitas tetas, jóvenes y duras. El viejo contempla aquellos senos juveniles, firmes y lozanos, coronados por pezones rozados que se elevan desafiantes y de aspecto turgente. El Cubano con una expresión de triunfo en su cara, extiende sus asquerosas manos y cubre los pechos de mi Yuli, los aprieta a la vez que alaba su belleza y lozanía, mi indefensa amada deja al viejo más despreciable y desgraciado que conocía magrear sus pechos a voluntad y jugar con sus pezones, excitándolos hasta déjaselos duros.

- Así es como debería estal siempre, putilla.

- ¡Es un cerdo. ..-le dijo mirándolo con menosprecio.

Ella debió pensar que con magrearle los pechos bastaría. Pero el viejo tenía otras intenciones, empezó a bajar una mano para perderla dentro de su falda, ante su mirada incrédula empezó a sentir como esa mano hurgaba dentro de su falda buscando su intimida. Y yo por mi parte sentía mi corazón acelerar, nuevamente estaba ahí como un cobarde, escondido mientras mi amada estaba siendo ultrajada, observando cómo ese viejo asqueroso empezaba a pasar sus dedos por la raja con una mano y a masajearle una teta estrujándosela con la otra.

- Gracia.- le respondió el halago que significaba el llamarlo un cerdo.

- Pare por favor! ..- le pidió con un hilito de voz.

- Claro, ahora mihmo.

Pero en lugar de eso sujetó su clítoris entre los dedos y empezó a apretarlo suavemente. Yuli estiro la espalda poniéndose tensa y mirándolo fijamente.

- Que?.. ya no quiere que pare? ..

Ella solo le miraba con ojos vidriosos, abría la boca y la cerraba pero sin decir nada.

- ¡Ve.. esto es lo que el maricong de tu novio no encontraba ¡He he he..

- ¡Este ya no es mi novio, mi novio es otro.

- ¡He he he.. ya ve que si eres una putilla.. Tienes otro novio ya?..

- Si, otro chico de mi cole, ..este es mi ex, el que me llevó a la piscina aquella vez..

¡Joder, eso no sabía, no estaba enterado de que Yuli hubiese terminado con la estrella de baloncesto de pacotilla, y que además de que ya tuviera otro. Bueno, me había perdido de muchas cosas ahora en Canadá.

- Y donde está ahora el pobre cornudo? ..

- ¡No le llame así. ..

- Veras putilla, soy el segundo esta noche que te está metiendo los dedos, ..eso sin contá que antes estuvieras con el colnudo lo que nos harían tres, ..creo que le podemos llamar así sin problema. ..

- No, él no me toca. ..

- Peol todavía, además de colnudo, pendejo? ..

- ¡Nooo..

- ¡Como de que no.. ere una putilla malcreada, ..seguro que tu ehcuela ya sabe lo guarra que ere? ..

- ¡No soy una putilla, suélteme señor por favor, se lo suplico.

- Claro que lo ere niña, ere una chiquilla muy puta y muy guarra, ..te gusta calentá a todos los chiquillos y dejas que te sobe cualquiera. Casi te jode ese maricong, seguro que tu Papi me agradece que salvara tu chochín de ese pendejo.. ¡He he he..

- N-no se atreverá a decírselo..

- Esta chorreando por cierto putilla.

- N-no es verdad..

- A, no..

El viejo extrajo su mano mostrando un fluido brillante en la punta de sus dedos, lo que significaba que evidentemente Yuli estaba excitada. Con todo el asco y el repudio que significaba observó cómo el viejo se llevaba a la boca los dedos saboreando sus íntimos fluidos.

- ¡Uhmm.. ya no recoldaba este sabo. ¡Delicioso ..

- No haga eso por favor.

- Hacel que mi putilla?, ..tienes el chocho chorreando.- El Portero le metió dos dedos hasta el fondo.- Los pezones como piedras.- mientras le retorcía uno fuerte.- Me encantan tus teticas, caben pelfectamente en mi boca.- y de un bocado casi se traga su pecho.

- N-noo.. por favor d-déjeme.

El Cubano sacó los dedos de la vagina y deslizó uno hasta su ano acariciándolo suavemente. Yuli se quedó quieta mirándolo aterrada, pero el viejo introdujo la punta del dedo muy despacio, ella abrió los ojos como platos.

- Ve, como te gusta, ..apuesto que te frotas la chocha tohas las noches pensando en cómo te la metí por el culito.. veldá? putilla! Mi putilla!

- Noo!- dijo suspirando.

- Te han jodido de nueva cuenta el fundillo? ..

- Noo! ..

- Pero lo estas deseando ahora!

- Noo, me dolió mucho.. no quiero pensar en eso.. por favor..

- Mira abajo putilla.

El asqueroso viejo se había sacado la verga y la apoyaba entre sus piernas rosándole los muslos.

- Dios! No! Por favor! Es demasiado grande, me va a romper!

- ¡He he he.. No te rompiste la última ve.

No lo podía creer, el desgraciado viejo estaba a punto de volver a violar a mi Yuli y yo no podía hacer nada al respecto. Me quedé paralizado cuando observé como le puso en la entrada de la vagina su oscuro tolete y empujó un poco. Entrándole el glande. Ella boqueo como pez sin agua.

- N-no, haga eso por dioss.

- Te voy a jodé putilla, para que no ande calentando a nadie.- y empujó un poco más.

- ¡AAAHH!!!.

El viejo la agarró del cuello con una mano y con otra empezó a estrujarle los senos. Siguió empujando.

- ¡Tu primera pinga, mírame, ..quiero que recueldes quien te jodio la primera ve y quien te lo está haciendo otra ve. Cuando vuelvas a abri las pielnas a tus noviecitos me recoldaras, recoldaras quien te abrio y quien te rompió el culito.

Y empujaba más.

- Uhmm.. tu chochín se amolda pelfecto para mí, que delicia.

Ella le miraba con los ojos bien abiertos jadeando suavemente.

- No..-  dijo suave.

- ¡Claro que si putilla, claro que sii..

Y de un último empujón terminó de enterrársela.

- ¡Jodel, que gusto.. tu chochita parece un guante, uno hecho para mi pinga.

- ¡Aaahh..

- Estabas enchalcada putilla, ni siquiera te dolió.

- No! Uhmm..

El viejo empezó a meterla y sacarla a un ritmo acelerado. Yuli jadeaba con el rostro al cielo, con los ojos cerrados. Mientras el Portero jugaba con sus bonitas tetas mientras la violaba. De repente se detuvo.

- Y lo mejol de todo es que estas limpia y sana.

- ¡N-no lleva nada..

- Que niña más lista. ¡He he he..

- ¡Sáquela. ..

- No lo voy hacé, ..te voy a llená la chochita de leche.

- ¡Noo, me embarazará.

- Má bien te preñare, ¡He he he.. tengo un pal de días que no descargo, te voy a llená el chochín de leche.

- ¡Sáquela, noo.. se lo suplico.

- Me pregunto a quien le vas a echa la culpa.. a tu noviete pendejo que tiene, o al maricong que casi te folla.

- ¡No, por favor.

Pero al viejo conociéndole tanto le importaba poco sus suplicas. Siguió sacando y metiendo.

- Di todo lo que te diga y los echaré a fuera.

- Está bien.. p-pero por favor no lo haga..

- Claro.

- ¡Ooh.. Abre má las pielnas.- y siguió metiendo y sacando la verga de su vagina.- Uff.. of.. ¡Pídeme que te joda putilla..

- Qué? ..

- ¡Qué me pidas que te coja carajo..

- ¡Cógeme cabrón...

- ¡Má. ..

- ¡Cógeme duro cabrón. ..- jadeaba como una loca.

Yuli abrió la boca en todo lo que sus mandíbulas se lo permitían y mientras dejaba escapar un ahogado gemido, fue deslizando su cuerpo hacia abajo hasta que la dura herramienta del viejo se alojaba en lo más profundo de su ser, y mientras le restregaba al Portero las tetas por toda la cara, empezó a dar secos golpes de cadera acompañados de significativos gemidos de placer. 

- ¡Ooh.. Que puta ere. ..

- ¡Si lo soy.. te gusta eso viejo pervertido?.. ¡Jódeme duro.. ¡Vamos..

El afortunado viejo, chupaba, relamía y mordía los pezones de una desconocida Yuli que lo cabalgaba sin soltarle la cabeza, que iba pasando alternativamente de un seno a otro. Con sus manos libres, el viejo le agarraba fuertemente las nalgas y le sujetaba la falda a la altura de la cintura, propiciando así que mis ojos contemplaran la increíble montada en todo su esplendor.

- ¡Ooh, Sigue putilla ¡Ooh.. sigue..

Con todo el dolor de mi corazón estaba contemplando el terrible cambio que estaba dando Yuli al ser ultrajada. ¡Joder pareciera que era ella ahora la que se estaba montando al viejo, cosa que al Portero lo tenía totalmente excitado, que intentaba por seguirle el ritmo a la caliente "putilla" que tenía sobre el rabo. Créanme que si estos hubieran estado en una cama los vaivenes hubieran sido bestiales. A medida que pasaban los segundos mi Yuli me sorprendía cada vez más.

- Te moría de ganas eh?, putilla!!

- ¡Aah.. sii.. es usted un viejo cochino.

- ¡Ah, ahora la niña quiere verga. ..- le apretó los pezones y le clavó la tranca hasta el fondo. La sacó completamente y se la volvió a clavar, hasta levantarla prácticamente del suelo.- ¡Pero que guarra saliste. ..

- ¡Siii, lo soy, una putilla que se deja tocar por dos hombres en la misma noche. Yaa, es lo que quería oír no?..

- ¡Uhmm.. sii, exactamente. Me va a encantá ve a tu Papi mañana, cuando te lleve al Colegio protegiendo a su niña.

- Y que harás.. viejo pervertido? ¡Aaah.. reírte de mi Padre. ..

- Noo.. abriré mi celulá y pondré tus fotos frente a él, ..mirare las fotos mientras le saludo. Tú sabrá lo que estoy viendo y a medio metro de ti estara tu Papi sin imaginá lo putilla que se ha vuelto su hija.

- ¡Ahh.. pero que pervertido es. ..

- ¡He he he.. veré tu fotos frente a tu querido Papi.. con el maricong ese, metiendote los dedos mientras ponías cara de puta.

- ¡Noo.. ¡Que no soy puta..

- A no?..- el viejo paró de cogerla y la miro, a los 5 segundos increíblemente Yuli empezó a mover su culito.- ¡Ahora lo ve.. no puedes pará ¡He he he.. te encanta mi garrote Cubano.

- Siii, dame cabrón!- grito.

Ella culeaba buscando su verga, los dos sudaban. El pervertido viejo que ya se veía cansado debido al ímpetu con que Yuli le estaba forzando, empezó acariciar con su dedo corazón aquel pequeño rinconcito trasero, que de inmediato comenzó abrirse camino para incomodidad de la desbocada jovencita que no paraba de moverse. La gran cantidad de flujos que corrían por entre las piernas de ambos facilitaron rápidamente una lubricación anal. De pronto, Yuli resintiendo esa punta que se había paso en su trasero, bajo una mano para detenerle, el desgraciado viejo le quería enterrar un dedo mientras la jodía. Aquella débil resistencia que seguía sujetando la mano del viejo no fue suficiente, hasta que este consiguió que los nudillos chocaran con sus nalgas.

- ¡Uhmm.. noo..

La mano del viejo entraba y salía con violencia en su ya dilatado ano. Mientras ella aparentaba estar fresca como una lechuga después del rato que llevaba cabalgando al Portero, este empezaba a dar significativas muestras de agotamiento. Tenía la frente escurriendo a cantaros, mientras paseaba la lengua por los pechos de mi Yuli totalmente cegado de lujuria y sin saber exactamente donde chupar. Yo tenía las piernas entumecidas de estar tanto rato agazapado tras los setos, por no decir del dolor de mi pequeño pene dentro de mis ajustados pantaloncillos, que aunque no quisiese calentarme no lo podía evita, hace unos minutos la miraba como víctima, ahora eso había quedado atrás, empezaba a atormentarme debido a la calentura que me había producido el asistir como voyeur a esto.

- Me voy a vení putilla!

- ¡Siii..

- ¡Voy a hacelo dentro. ..

- Noo.. por dioss..

- Siii, ¡Ooh.. como jodidos no..

En un momento dado, tras un golpe seco del viejo contra la pelvis de mi Yuli, esta soltó un significativo alarido y se quedó totalmente quieta, con el rabo de aquel viejo que tanto odiaba incrustado en lo más profundo de su vagina y un dedo acomodado e inmóvil en su ano. No habían pronunciado una sola palabra, pero era evidente que el Portero acababa de tener un orgasmo prominente. Di dos empujones más y observé claramente como la leche subía por aquellas oscuras pelotas, Yuli por su parte, su chochita ardía, y cuando notó el hirviente semen que inundaba su interior empezó a correrse. No cerraba los ojos, le miraba mientras se corría.

Se quedaron quietos unos segundos. Hasta que el viejo sacó su gordo garrote despacio. Yuli dio un pequeño quejido, y cuando se sintió liberada de las manos y del tolete del viejo se desplomó en el suelo. Pero pronto le duró el descanso:

- ¡Límpiamela. ..

- Que? ..

- Que te metas mi pinga en la boca y me la limpies. ..

- ¡Es asqueroso. ..

- Me va a discutil?..

Yuli que estando en el suelo observó esa cosa a la altura de su cara. Se miraba asqueroso, una tripa gorda y marrona escurriendo fluidos de la punta, con sendas venas recorriéndolo a la ancho y largo, con protuberancias alrededor y una apeste a sexo que inundaba su nariz. Mi amada apoyó sus codos en las rodillas y acercó los labios al glande, estampándole pequeños besitos mientras él, manteniendo las manos en la cintura le observaba sonriendo. Al Portero le daban pequeños estremecimientos al sentir aquellos aterciopelados labios hundirse en la carne que le colgaba. Yuli probaba su piel estriada con sabor a semen y a sus propios fluidos. Se la estaba limpiando y ella continuaba besuqueándole mediante suaves besitos.

Créanme que esto estaba siendo otra pesadilla para mí, o más regresando esa pesadilla que nunca se fue de mi vida, con todo el dolor de mi corazón veía a mi amada arrodilla frente a ese asqueroso viejo limpiándole su cosa. El tronco de la verga le rozaba la nariz. Ella trataba de besárselo por todas partes, suavemente, marcándolos con minúsculas porciones de saliva, aspirando profundamente para olerlos, percibiendo su propio néctar por todo el tronco. Al pervertido viejo le resultaba morboso y le engrandecía el ego. Él se glorificaba concentrado en los besitos que recibían en la punta. Yuli apartó un poco la cara y sacó la lengua, arañándolo tímidamente con la punta, moviéndola de lado a lado por las estrías, intercambiando los fluidos por un fino rastro de saliva, humedeciéndole alguno de los pelillos rizados.

- ¡Ohhh, qué bien… créeme que si ya no fuera tan talde te volvía a montá.

El asqueroso se apretó el capullo y salieron las últimas gruesas y viscosas porciones de esperma, un semen muy blanquinoso que fue colgando de la punta. Yuli, con la mirada fija en el agujero de la uretra observaba ese fluido espeso. Se mantuvo quieta bajo la verga. Cuando vio que ya no brotaba más, sacó la punta de la lengua para desaparecer ese grumo.

- ¡Joder, que pasaha.. y yo que solo he saliho a comprá unos cigarros ¡He he he..- dijo el desgraciado.- Bueno putilla, con esto acaba tu vida de niña buena, ..notas el sabó de mi leche y de los jugos de tu chocha zorra.

- ¡Uhmm..

- ¡Contesta, pendeja.

Yuli se limpió los labios con el dorso de la mano.

- Si, lo noto. ¡Es asqueroso..

- Y te guhta eh! ..

- Noo.- dijo poniendo cara de repulsión y vergüenza.

- No?, claro que sí, ere una putica, mira que cara. .

- Bueno, y ahora que, me va a chantajear? ..

- Te gustaría? ..

- ¡Noo, creo que no.

- Acabaste? ..

- Que si acabé? ..

- ¡Si carajo, te viniste con mi garrote dentro y mi dedo en tu fundillo, ..apuesto que nunca lo habías probaho, veldá?. ..no claro que no, esos chiquillos maricones no saben hacé eso.

- Ya por favor, déjeme en paz. ..

- No te voy a chantajear putilla, ..pero tú veras, puedes volver con tu cornudo o con el marricong de antes. Eso sí, procura limpialte el chochín antes de llegá a tu casa, ¡He he he.. no vayas a manchá la alfombra ¡He he he..

A Yuli se le empezaba a precipitar el esperma de ese cerdo por los muslos corriendo por las piernas. La pobre sintió que el mundo se le venía encima, ese ser que más odiaba se había venido dentro de ella, sin algún tipo de protección.

- ¡Noo.. se ha venido dentro de mí..

- ¡Pue claro pendeja, que no lo había notado ¡He he.. Lo que pasa eh que te deje el chochín tan aporreaho que hasta lo tienes entumecido ¡Je je.. toma para que te compre la pastillica del siguiente día.

- ¡No puedo, ..soy menor de edad, no me la venderán. Tengo que ir con el consentimiento de mis Padres.

- Pásate pol la caseta cuando salga del colegio, ..te daré la pastillica de las 24 horas.

- Y las fotos se las quedara? ..

- Si, para vehlas frente a tu Padre ¡He he..

- ¡Cerdo ..

- ¡Puta.

El viejo se acomodó la barriga dentro de su cochino pantalón marrón y se marchó. Yuli se quedó allí, triste y en silencio sentada en la banca mientras observaba al ser más despreciable y vil que conocía perderse en la total oscuridad completamente satisfecho. Había caído nuevamente en sus manos, había dejado que la tocase y lo más peor, le había permitido que se viniera dentro de ella sin el más mínimo de los cuidados. El miedo y las dudas le atormentaban ahora, mañana tendría que volver a verlo y eso no lo podía evitar, sentía mucha rabia pues esta noche sin que ella pudiese hacer nada dormiría con el asqueroso esperma de ese ser dentro de su dulce intimidad. Durante unos minutos se arregló las ropas como pudo, pensando en lo sucedido, mantenía las manos entre sus piernas en señal de lo atormentada que se sentía. En parte me sentía triste por ella, había caído de nueva cuenta en las asquerosas manos de ese cerdo.

Se quedó sin movimientos por un momento, entonces miró a su alrededor. Había anochecido y sus Padres estarían preocupados. No había nadie en las calles. Cogió su móvil y observó la hora en él. Eran casi las diez de la noche y estaba sola. No pudo evitar echar una ojeada al símbolo de llamadas perdidas. Las miró. La mayoría de su Madre, pero también de su novio (el verdadero).

- ¡Niña. ¿Donde estás? ..- escuché la voz de su Madre tras la bocina del telefono.

- ¡V-voy para allá Mamá, ..estaba en casa de Clara. Ya casi llego.- y le colgo.

Ella comprendía en el gran aprieto que se había metido, ahora no solo el viejo tenía esas pruebas contundentes de su calentura si no que el Cubano era su unica salida para obtener esas pastillas, el muy cabrón había aliado ese plan para volver a verla y eso me asustaba. Seguro que volvería a acecharla. Tendría que pensar en algo, me aterraba la idea que siguiera ultrajandola. Por fin se decidió y se encaminó a su casa. En su cabeza un mar de dudas. Cuando ya había desaparecido de mi vista, me puse en pie con dificultad a causa del dolor que recorría mis rodillas. ¡Joder, ya era tarde y mi Madre me reprendería.. adios video juego nuevo. Mire hacia atrás y comprobé que no hubiera otro mirón más del cual no me hubiese dado cuenta. Sin embargo, aún quedaba un detalle que me llamó la atención. Yuli en verdad gozaría?. ..


Continuara brevemente.......... ATTE Pedrito Tapia

MI MADRE Mónica.......... Capitulo (54)
“Madres desenfrenadas.”
PD.... No se olviden de valorar el relato y escribir su recado para motivarme a contarles más... les mando un cordial saludo.... 
pedritapia08@hotmail.com