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domingo, septiembre 16, 2012

Capitulo (33)



© MI MADRE Mónica.......... Capitulo (33)

‘‘Visitando a los Abuelos.’’


La situación en la casa estaba cada vez más peor, mi Madre había aceptado ser la ‘‘PERRA’’ de un viejo desgraciado cómo lo era Don Mario, el mal parido no satisfecho con venir a montarla a la cama de mi Padre todavía tenía el descaro de pedirle que fuera su mascota, y la muy tonta de mi Madre sin reparo alguno había aceptado. Yo cómo era normal estaba muy enojado por la actidud sumisa de mi Mami, ¿cómo era posible que ese viejo tan asqueroso la manejara a su voluntad? y la hiciera hacer cosas tan repuganantes cómo chuparle el culo y dejarse meter una manojo de llavez por la cola. La verdad que ya no sabía cómo deshacerme de ese viejo, además tenía el descaro de invitarme y decirme a que horas iba a venir a montarse a mi Madre. Por más que le buscaba el modo para chantajearlo y alejarlo de nuestras vidas no lo encontraba.

Pensé en chantajearlo con las vivas imagenes que había grabado de él, pero el desgraciado viejo había sido muy astuto en quitarme el video y era capaz de decirle a mi Madre lo que había estado haciendo dentro de su closet. Además si alguien lo supiera, el prestigio de mi Madre se desboronaría y el Apellido de mi Padre junto con el de ella, no iba ser fácil deshacerme de este viejo Portero. Si intentaba algo el desgraciado era capaz de enseñale las imagenes que había grabado con mi camara, dónde se encontraba ella en su primer encuentro con él. Todo se saldría de control y mi vida estaría arruinada, ahora que si, nadie me iba a salvar de que me enviaran a un internando en el extranjero.

Bajé a la cocina por la mañana, no estaba mi Madre, seguramente estaría corriendo. Tenía algo de hambre así que me dirigí al refrigerador, el día estaba muy soliado y tenía todo el fin de semana para pensar en algo. Iba a sacar un jugo de la nevera cuando en eso entró mi Madre bastante sofocada y muy colorada.

-‘‘¡Uff!.. Ya te levantaste mi amor, ..necesito que arregles el garage, desde que murio tu Padre hay cosas que quisiera deshacerme de ellas. Quizás las regale a un asilo o algún hospicio de la ciudad ’’.

-‘‘Bien Má, ..lo haré enseguida, ya que desayune. ¿Dónde andabas? ’’.

-‘‘¡Uff!.. Andaba corriendo mi amor, ..el día esta esplendoroso, ¿sabes? deberiamos salir algún lado ’’.

-‘‘Sería bueno ’’.

Estaba sentado en el pequeño comedor de la cocina cuando mi Madre pasó cerca de mi, abrió el refrigerador para prepararse su licuado cuando de inmediato me llegó un olor conocido, algo que se me hiso muy familiar. Voltié para todos para tratar de localizar de donde provenía ese extraño edor que me recordaba algo repugnante. El olor no era ni más ni menos que el de la mantequilla, yo conozco perfectamente ese olor por lo que había sucedido el día anterior, el cuál es inconfundible ya para mi olfato. Enseguida se me vinieron a la mente las palabras del viejo antes de salir de su cuarto el día de ayer. ‘‘Bien por lo pronto te buscaré una cola, pasa por ella a la caseta mañana, después veremos que más cosas se me ocurren. Te quiero ver agatas moviendo la colita para la próxima que regrese, así me esperaras cada vez que venga.’’ Me aterré de inmediato, la dejé que caminara delante de mí y alcancé a notar que se pasaba sus manos por su vestidito cómo alisándolo, pero sus manos la delataron por que se las llevo al centro de sus nalgas cómo asegurando que no se notara lo que traía guardado en su trasero.

Mamá traía puesto un short's falda muy ajustado el cuál en ocaciones lo usa para correr, es de color rosa y combina perfectamente con su top a juego de la misma marca de deportes. La verdad que con esa prenda se mira muy juvenil y dá la sensación de estar viendo a una sensual tenista. Con sus grandes piernas torneadas y su delicioso trasero que se dibuja perfectamente bajo la falda, más la cinta en su frente y su top ajustado no cabe duda que mi Mami no le pedía nada a Maria Sharapova, yo diría que con esas piernas y ese culazo estaba mucho mejor. Sin duda que mi Madre derrocha sensualidad y erotismo a dónde vaya. Pero en fin, les estaba pláticando que no estaba muy seguro de lo que me estaba imaginando, pero mientras anduvo por la cocina, no tardé mucho tiempo en observar que mi Mami nuevamente y con frecuencia pasaba su mano por sus nalgas, y se detenía en el centro de ellas, pensé que era tal vez por la tela que se le metía en el fondo de su raja, pero cuando sin querer y por olvido se sentó en una silla, fue cuando ella se comenzó a quejar y de inmediato se dio el levantón, por la cara que puso me imaginé de lo que se trataba, mi Madre se levantó de una con una mueca de dolor en su rostro, pero fue cuando ella volvió a tocarle el culo con la manos cómo buscando algo entre sus nalgas, fue ahí que me di cuenta que Mamá traía un dilatador insertado en la cola.

-‘‘¿Que pasa Mamá?, ..¿te duele algo? ’’. Le pregunté para ver cómo reaccionaba.

-‘‘Na, nada mi amor, ..recordé que tenía que hacer algo. Voy a mi recamara cariño ..no olvides lo del garage ’’.

Mi Madre me dejó en la cocina con una gran incognita, ¿que tipo de artilugio traía enterrado en la cola?, sin perder más tiempo me fui tras ella, tenía que saber con qué cosa el desgraciado de Don Mario había devuelto a mi Madre a la casa. La seguí, observandola mientras caminaba hacía su recamara, cómo les decía su faldita me impedia ver si se le notaba un abultamiento extraño en su trasero, sólo podía ver su andar y su postura bastante recta al ir subiendo las escaleras. Mi Madre se dirigió a su recamara y yo a la mia, de inmediato encendi mi monitor y corrí el programa para ver la camara que me mostraba su cuarto. Ya cuando estaba listo me dispuse a observarla, más por la tentación que por el morbo, enseguida ella se postró frente al espejo y se levantó el vestidito, ahí fue cuando pude observar el extraño objeto con el que había regresado mi Mami.

Se miró el trasero por unos instantes, se sonrrojo, una Señora de su clase dejandose llevar por los juegos de un viejo pervertido. El trasero de mi Madre dibujaba un bulto por debajo de sus short's, aún no sabía lo que traía porque todavía no se lo quitaba. Estuvo parada frente al espejo unos momentos, mirandose fijamente, observandose de cuerpo entero, quizás viendose las marcas de sus pesones que ya se dibujaban claramente por sobre el top. Yo lo sabía, ella ya estaba muy excitada, el desgraciado había logrado calentarla con sus pervertidos juegos. Mi Madre estaba ardiendo, sus mejillas la delataban, su respiracíón profunda y lo abultado que se le veían los senos al respirar. 

-‘‘¿Aque juegas Mónica?, ..¿que es lo que haces? ’’. Se repetía a si misma mi Madre frente al espejo.

Yo estaba muy ansioso para saber que era lo que guardaba debajo de su trasero, sin más se dirigio a su cama, ( caminando con pasitos chiquitos y curiosos ), ese resinto matrimonial que ya había vivido tantas cosas. Se volteó y fue a subirse a la cama, dónde poniéndose de rodillas y de espaldas a dónde yo la estaba grabando se bajó suavemente la tela de sus short's, que poco a poco fue bajando por sus piernas hasta que resbalando ajustadamente sobre las redondeces de sus glúteos. Finalmente descubrió ante mi atónita mirada ¡un plug!, que apretujado entre sus nalgas, parecía suplir de manera improvisada la falta de sus diminutos panties.

Yo apenas pude lanzar una profunda exhalación al contemplar la vista trasera de mi Madre con ese artilugio metido entre sus nalgas, era una maldito embonador color rojo con una especie de cola de caballo pegada a la parte lisa, con ese juguete mi Madre simulaba tener una cola. Tal y cómo había dicho el desgraciado, ¡le había conseguido una cola para que moviera ahora que fuera su Perra!. Lo que me faltaba, ver a mi Mami moviendo la cola cómo una mascota. La imagen de mi Madre con ese objeto me empalmo enseguida, me daba mucho morbo estar viendo esos cabellos largos colgando de entre sus muslos. Pero cuando se empinó sobre la cama y me ofreció la imagen de sus tremendas nalgas levantadas al aire y separando aún un poco más las piernas sobre el colchón, para dejar caer aquel plug que calló sobre el cobertor, totalmente empapado y cubierto con esa famosa sustancia de aspecto aceitoso y de color amarilloso, que de inmediato entendí que sería ni más ni menos que el muy eficiente lubricante de Don Mario, ‘‘Mantequilla’’.

El desgraciado viejo usaba ese lacteo para abrirles el culo a todas las mujeres de nuestra Colonia, era cómo su marca personal de abre culos, juré a mi mismo ya nunca más comer esa cosa.

-‘‘Oh por dios, que estoy haciendo ’’. Se preguntaba mi Madre a si misma muy abochornada.

Continuó diciéndose mi Madre, mientras que por su retaguardia pude percibir la aceitosa sustancia amarillosa desbordándose fuera de la hendidura de su trasero y embarrándose todavía un poco más sobre la parte interior de sus muslos. Presa absoluta ya de aquella lujuria y absorto ante el decadente espectáculo de ver a mi propia Madre, postrada sobre el mismo lecho que noche a noche compartía antes con mi Padre, ofreciendo ante mi ese indigno espectaculo cuyo fin era enardecer la perverción de aquel viejo, la contemplación de su glorioso trasero embarrado con las muestras del lubricante de aquel hombre que parecían ya estar secándose sobre su piel, mientras que todavía entre sus piernas algunos hilillos de esa cochina sustancias se escurrían fuera de su cuerpo hacia sus tobillos, ya fue demasiado para mi y cómo un poseso me empezé a masturbar sobre la cama y volteé para seguir viéndola sobre aquel colchón dónde un día antes con ese desgraciado se había revolcado.

De una manera compulsiva mi Madre empezó a rascarse el chocho llena de la lujuria que le daba al ver aquel improvisado tapón que había sido introducido en su orificio, supongo yo que más que por humillar a mi Madre, en realidad había tenido cómo finalidad la de contener durante el mayor tiempo la excitación de mi Madre para cuando él regresara, y aumentar así sus deseos de modo a tenerla desesperada e impaciente por su regreso. Ahi estábamos los Tapia, masturbandonos casi al mismo ritmo, mi Madre con aquel artilugio y yo viéndola a ella, era una escena demasiado morbosa para el que pudiera verla, Madre e hijo masturbandose casi al mismo ritmo y con el mayor impetu, pero el sonar de su teléfono nos sacó de nuestras impudicas sensaciones.

-‘‘Si, si ..¿diga? ’’.

Maldije el maldito momento en el que aquella persona se le ocurrió ese instante para hablar mientras que mi mano no paraba de moverse haciendome una de las mejores pajas de los últimoas días.

-‘‘¿Pe, pero esta bien? ..¿cuando ocurrio? ’’

Algo había alertado a mi Madre, tanto que hasta la calentura se le había quitado, al parecer era su Madre, mi abuelita que hablaba desde su pueblo. Lo extraño era que Mamá siempre les hablaba a ellos y no biseversa.

-‘‘¿Estás segura Mamá? ..¿y Cesy?, ¿ya le hablaron a ella? ’’.

Mis manos se detuvieron al mismo tiempo que mis chorros de lefa escurrian hacía el piso y yo totalmente exausto veía por el monitor que mi Madre se levantaba y colocaba su nueva colita en su cajón.

-‘‘Cla, claro que si Mamá ..saldremos enseguida ’’.

Mi Madre se acomodó su ropa y salió hacía mi cuarto cómo desesperada, yo a una velocidad de rayo me limpié y me subí los pantalones para evitar que me encontrara adormecido sintoma del cansancio.

-‘‘¡Pedrito, mi amor! ..rápido date una ducha cariño y junta algo de ropa en una maleta. Tu abuelito se puso mal y tenemos que salir de inmediato ’’.

-‘‘Pe, pero Mamá ..¿se encuentra bien? ’’. Volví a preguntar ya preocupado por la salud del abuelo.

-‘‘¡Esta en el hospital! ..rápido cariño, has lo que te digo miestras yo reservo los vuelos ’’.

La casa de los abuelos estaba a más de 800 km de nuestro hogar, lo que implicaba que tuvieramos que usar un avión para llegar. Enseguida me olvidé de todas mi perverciones y me dispuse hacer lo que decía mi Madre, tomé una maleta y metí un par de cambios, la verdad aún no sabía lo que sucedia pero al ver a mi Madre tan asustada yo creo que si se trataba de algo malo. En eso estaba apunto de meterme a la regadera cuando entró de nuevo mi Madre más alterada.

-‘‘¡Maldición! No habrá vuelos hasta el lunes ..la maldita compañia esta en quiebra y las otras están saturadas. Nos tendremos que ir en la camioneta, mi amor ’’.

-‘‘¡Pero Mamá! ..esta muy lejos ’’.

-‘‘Es la única salida cariño, ..tu abuelo esta muy enfermo y quizás esta vez sea la última vez que lo veamos ’’.

-‘‘¿Mi abuelo? ’’.

-‘‘Empieza a subir la maleta a la camioneta, mi amor ..iré a darme un baño y saldremos enseguida ’’.

Mi Mamá se fue a su habitación y yo agarré mi maleta para subirla, el viaje sería muy largo pero al menos serviría para distraerme de todo lo que nos estaba pasando. El maletero estaba ya a punto de reventar, pero aún quedaban unas cuantas cajas por meter y algunas cosas por llevar hasta la camioneta. El sol hacía un rato que había salido con fuerza, y el cielo aparecía de un suave azul claro que anticipaba un día ideal de verano. Despejado y caluroso. Lo mejor para un viaje por el medio de la nada.

Mamá me había obligado a llevar un puñado de cosas que antes fueron de mi Pade, que seguramente se las daría algún primo o algún pariente que los quisiera.

-‘‘Mete esto aquí ..eso allí y lo otro delante ’’. Mi Mami estaba muy nerviosa, que a pesar de no haber pasado nunca por el ejercito mandaba cómo el general más curtido.

-‘‘Voy, voy.. Pero aquí no cabe nada más ’’. Respondí con desgana mientras intentaba meter a presión una caja que llevaba escrita la palabra "Frágil" con rotulador.

-‘‘Como no va haber espacio ..¡con lo grande que es la camioneta! ’’.

-‘‘Es grande si ..pero no es un saco sin fondo. A este paso después no nos podremos ni meter nosotros ’’.

Le respondí bastante molesto, pero al verla enseguida me quedé mudo. Mi Madre estaba vestida de forma infartante… traía un pantalón deslavado de mezclilla con algunas partes rotas, parecía algo viejo y desgastado pero así era el estilo de esa prenda. La tela le quedaba cómo una calcomania, parecía una sola piel con la tela del pantalón que apretando palmo a palmo la piel de sus extremidades inferiores dibujaba fielmente las sinuosas formas de sus pantorrillas, muslos y caderas. El pantalón dibujaba perfectamente los labios inferiores de su chocho, uno un poco más hinchado que el otro. Una pequeña abertura entre sus piernas dejaban ver con perfecta claridad la intimidad de mi Progenitora. Con el pantalón a la cadera, y con sólo aproximadamente unos 10 centímetros entre su entrepierna y su cintura, mi Madre se miraba de infarto.

La blusa blanca de los Rollings stones que Mamá había elegido para ese día apenas le llegaba al ombligo, con cuatro botones al frente que terminaban en el nacimiento de sus pechos. Por debajo de esta mostraba un top del mismo color para evitar que sus nenas brincaran libremente. El último botón de la blusa no estaba cerrado permitiendo ver así el nacimiento de aquellos senos que, sugerentes y hermosos, exigían posar la mirada en cada uno de ellos, con su sexy lunar en una de sus tetas hacía que uno se recreára por segundos en cada una de esas blancas carnes que parecía desafiar eternamente la fuerza de gravedad, e imaginar en la cabeza de cada quién los viera, acariciándolos… tocándolos… besándolos…profanándolos. Con unos ligeros tirantes dejaban al descubierto sus hermosos brazos. Las zapatillas blancas que Mamá usaba terminaban, de manera deliciosa el cuadro que observaba. Levantando un poco más sus hermosas y turgentes nalgas, Mamá, se veía hermosa… deseable… demasiado buena… encamable…en pocas palabras: cogible.

-‘‘¿Por qué cierras? Aun faltan estas...’’ Me dijo.

Me giré lentamente, y le permití a mi Madre subir una maleta más, al hacerlo se inclinó hacía el interior del vehiculo para darme su mejor cara, su par de cachetes prominentes atrapados dentro de esa ajustada prenda, el pantalón le quedaba tan ajustado que parecía como si se fuera a descocer la tela por la forzada postura. Por más que intenté, no puede evitar y verle la raja que se le hacía entre medio de los cachetes de su trasero por lo retacada que traía la tela. Realmente no podía entender cómo mi Madre se metía en esas prendas tan ajustadas y pudiera andar tan agusto, su sexy pantalón a la cadera me dejó ver sus lindos agujeritos que se le hacen por encima de su cadera.

-‘‘Bien, listo ..creo que es todo, ahora si mi amor. Cierra la puerta de la casa mientras me estaciono al frente para irnos ’’.

Bueno creo que así iniciaba nuestro viaje, aunque la idea de recorrer tantos kilómetros por aquella carretera perdida no me entusiasmaba, lo cierto es que notaba en el estómago un leve cosquilleo de impaciencia. Esperé a que mi Madre se acomodara, y a continuación entré yo también en el asiento del copiloto. Con nuestras maletas pegadas a la ventanilla dimos marcha a nuestro recorrido, a mi Madre enseguida se le vino el sofocante calor que nos invadia, estábamos en pleno verano y parecía que estamos en un infierno. 

Antes de salir de la Colonia pasamos frente a esa pequeña caseta de vigilancía, que personalmente a mi se me retorcía la pansa de sólo verla, ese sucio cuartucho dónde apenas unas horas antes mi Madre había asistido ahí para salir con un artilugio atorado en la cola, esa caseta dónde debería de estar el vigilante en vez de andar tronando culos por toda la Colonia, ya saben de que hablo y a quién me refiero. Don Mario estaba sentado leyendo una de sus revistas, el desgraciado se le abrieron los ojos al ver la camioneta, Mamá bajó su vidrio para pedirle un par de cosas.

-‘‘Buenos días Gúerita, ..¿a dónde va tan deprisa? ’’. El desgraciado le hablaba respetosamente delante de mi, cómo si el muy infeliz me respetara mucho.

-‘‘Don Mario, tengo que salir de emergencia, ..por favor le encargo mi casa. Hechele sus vueltecitas ’’.

-‘‘Claro que si preciosa, ..la cuidaré cómo si fuera uste' ¡Je, je, je!.. Aproposito, ..¿todavía trae lo que le regalé? ’’. Le increpó el viejo riendose frente a mi.

El rostro de mi Madre se sonrojó de inmediato, no sabía que contestar, el desgraciado viejo la estaba poniendo en una situación muy bochornosa, el desgraciado Portero se regocijaba con el nerviosismo de mi Madre al no saber que contestar, y con su maldita sonrisa me miraba a los ojos saborenadose de su triunfal acto.

-‘‘¿He? ..este yo ..me, me lo podré cuando regrese. Adios, Don Mario ’’.

Mi Mami cerró su ventanilla y salio de la Colonia a toda prisa, su rostro estaba muy sonrrojado y se había quedado muy sería.

-‘‘¿Que fue lo que te dio Don Mario, Mamá? ’’. Con cierta malicia le pregunté a Mamá para ponerla a prueba.

-‘‘¿He? ..¿me dio? ¡Ah si!, me.. me dio ..un par de aretes, horribles por cierto. Jamás me los pondría ’’.

-‘‘¿Y Don Mario por que se toma esas libertades contigo Mamá?, ..pensé que lo odiabas ’’.

-‘‘¿Odiar?, ..odiar es una palabra muy mala mi amor. Además, el Señor resultó ser muy amable, ..nos arregla el jardín sin cobrarnos nada y además es muy atento con nosotros ’’.

Contigo es muy atentó Mamá, además eso de que no nos cobra nada por arreglarnos el jardín no estoy seguro, si el desgraciado se cobra con tu cuerpo Mamá, fue lo que pensé mientras Mamá dirigia la vista hacía el camino.

-‘‘Te pusiste muy colorada Mami ’’.

-‘‘¿Co, colorada? Lo que pasa es que.. es la calor, ..si esta maldita calor esta muy sofocante. Además, deja de pregunatrme cosas jovencito, ..no ves que voy manejando y voy pensando en tu Abuelo ’’.

Mi Madre había evadido todas mis indirectas, la dejé que se relajara y que pusiera toda su concentración en el camino, podía ser muy peligroso. Los primeros kilómetros de ruta lo cierto es que no estuvieron mal. El calor del día aún no era demasiado, y con las ventanillas abiertas entraba una brisa suave que parecía traer más oxigeno del normal. Tanto mi Madre cómo yo nos habíamos acostumbrado a estar pegados al asiento, y la música de la radio convertía aquel viaje en un auténtico paseo. Pero era sólo el principio.

Las horas empezaron a caer más y más lentas, toda vez que el sol parecía irradiar a cada momento un calor más pegajoso. La brisa antes fresca comenzó a tornarse cálida y bochornosa, haciendo que mi camiseta comenzase a pegárseme a la piel dónde las gotas de sudor cada vez aparecían con mayor frecuencia. 

Mi vista viajaba desde el retrovisor a mi lado derecho siguiendo al frente a la carretera donde parecía no terminar jamás, observando el ir y venir de las curvas, de los cambios de rasante, hasta que inevitablemente giraba la cabeza a mi izquierda para ver a mi Madre que sentaba tras el volante con las piernas semi-abiertas y la playerita ligeramente recogida hacía arriba para que el aire que entraba por la ventanilla llegara a refrescar las partes menos expuestas de su cuerpo. El aire acondicionado de la camioneta que parecía no funcionar y el sol penetraba por el parabrisas delantero amplificando su efecto. Era angustioso. Mi mente empezó a divagar, por el calor, por el ritmo hipnótico de la carretera, por el tirante caido de la playera de mi Madre que dejaba al aire parte de su sostén, que hacía su escote más visible, que anunciaba su pecho izquierdo como una hermosa duna ondulada, interminable, inaccesible en su trampa de arena. Empecé a divagar, a acordarme de como eso viejos se habían aprovechado de su cuerpo, entonces la voz dulce de mi Madre me sacó de mis cavitaciones:

-‘‘¡Por Dios!, que calor hace, ..¿no tienes calor mi amor? ’’. Exclamó mi Madre hechandose aire con la palma de su mano.

-‘‘¿Tu que crees, Mamá? ..esto parece un sauna ’’.

-‘‘Y esta calefacción parece hechar aire caliente en lugar de frio, ..ni modo, tendré que quitarme la playera ’’.

-‘‘¡Mamá! ..¿qué dices? ’’.

-‘‘Tranquilo mi amor, no pasa nada, ..la carretera esta sola y además llevó mi top ¡Jijiji!..’’

-‘‘Pe, pero bueno, ..¡tu sabes! ¡Quítatela tú si quieres! ’’.

-‘‘Si no te importa ...’’

-‘‘Pero Mamá, por dios, ¡qué dices!! ’’.

Yo asistía cómo espectador a la espera de ver cómo acababa. Aunque ya había mirado a mi Madre infinidad de ocaciones desnuda, la idea de que se quitara la camiseta en aquel cubículo tan estrecho comenzó a surtir un leve efecto en mi pene, que por fortuna estaba a bien sujetó dentro de mis pantaloncillos cortos vaqueros.

-‘‘¿Que pasa mi amor? ..te da pena ver a Mamá con poca ropa ¡Jijiji!.. Yo si que llevó algo debajo, ¿eh? ’’. Volvió a decirme mi Madre, con una leve sonrisa.

-‘‘¡Yo!, pero que más da, ..cómo vas a ir conduciendo por ahí en sujetador ’’.

Y acto seguido mi Madre soltó el volante, y llevó sus manos a la parte baja de su playera para agarrarla y sacársela no sin dificultad, por fortuna la camioneta no acabó en la cuneta de la carretera durante el crítico instante y pudo volver a tomar el volante, eso sí, ahora ya mucho más fresca. Sus grandes pechos, cubiertos por ese sujetador blanco ajustado, salieron entonces en todo su esplendor. Desde mi posición podía verlos desde la lateral en toda su redondez, y lo cierto es que me sorprendió lo bonitos y perfectos que eran, ya que por mi monitor no se miraban tan esplendidos cómo los estaba viendo ahora.

-‘‘Hay mi amor, si hace cómo cien kilómetros que no nos cruzamos con nadie ..además, esto no es un sujetador, bueno si pero no es cómo los otros ’’.

Tardé unos segundos en darme cuenta que se refería a mi, ya que en mi mente la imagen de mi Madre dejando caer la camiseta con movimientos ondulantes se llevaba toda mi atención.

-‘‘Además tu también te la puedes quitar, ..que seguro que estamos más frescos. Si no quieres terminar cómo un pollo de asar pues no lo hagas ¡Jijiji!..’’

-‘‘Bu, bueno ’’. Me atreví a decir.

No es que yo tuviera muchos problemas en andar por ahí sin camiseta normalmente, de hecho me pasaba casi todos los veranos sin ella incluso dentro de casa. Pero aquel apelotonamiento, aquella cercanía física con mi Madre me inquietaba por momentos y hacía que hasta quedarme con el torso al aire me produjera cierto nerviosismo. Mi Madre por su parte giró su cabeza por un instante, supongo que para ver si al final me unía al club de los frescos o continuaba viviendo en el infierno que nos asotaba, y cuando finalmente me estiré levemente arqueó una ceja para soltar mentalmente un ‘‘Ahí voy...’’ que hasta yo mismo percibí.

Desenrollé la camiseta con dificultad, toda vez que se me quedaba pegada al cuerpo y hacía el proceso de sacársela muy difícil. Por un momento incluso llegué a temer morir asfixiado, ya que la cabeza se me quedó en mala posición y no era capaz de quitarla por el agujero, pero por fortuna la cosa no llegó a más y acabé por desprenderme de la diabólica prenda. La tiré al suelo y volví a mirar hacia el lado, dónde mi mirada se cruzó con la de mi Madre mientras sonreía.

-‘‘Así esta mejor, ¿no? ’’.

-‘‘Si, más fresco ’’. Respondí yo también con un sonrisa.

El tiempo seguía pasando mientras atravesábamos la solitaria carretera. Pasaban muchos minutos sin que nos cruzaramnos con ningún coche, y cuando alguna vez lo hacíamos las bocinas comenzaban a sonar en cuanto los otros conductores veían a mi Madre, o más bien a sus dos amigas, tras el volante. El sol seguía calentando mientras el paisaje cada vez se iba volviendo más seco, más desértico. Cada vez menos vegetación, cada vez más piedras y arena.

En eso sin que nosotros nos imaginaramos, por detrás nuestro venía un camión de carga color rojo ferrari, tenía una gran aguila en el cofre y se veía la imagen de un robusto camionero con una gorra. Mamá trató de alejarse pero inmediatamente el tipo con su poderoso camión nos alcanzaba, mi Madre por un momento se puso nerviosa al ver tan cerca a tan potente maquina, hasta parecía que nos quería remolcar el infeliz. Para serles sinceros yo también estaba asustado, y no era para más si el desgraciado estaba a centimetros de nuestra camioneta de chocar. Mamá se miraba asustada, no paraba de mirar el retrovisor, yo con mucho miedo voltié para atrás para verle la cara, pero lo único que alcanzaba a ver era su mano que con una seña nos estaba saludando.

A los pocos kilometros pensó que ya era suficiente y nos arrebasó por un costado, no sin antes hecharnos su estrepitoso rugido de su maquina y el escandaloso pitido de su claxón. Mientras nos pasaba por un costado el desgraciado pudo deleitarse de la mejor vista de los senos de mi Madre, que por la altura de su camión seguramente no perdio detalle de ningún centimetro de esa piel en los pechos de aquella Señora. Ya cuando iba enfrente sólo pudimos observar la dentadura blanca del tipo y su singular señal para decirnos que estaba perfecto lo que había visto. Después piso el acelerador y se perdio de nuestra vista dejandonos a mi Madre y a mi respirar más tranquilos.

-‘‘Será mejor que me olvide de andar en sujetador ¡Jijiji!.. Podría ser peligroso ’’. Me dijo Mamá algo asustada.

-‘‘Yo creo que si, Má ¡Jajaja!..’’

Buen susto nos había sacado el loco camionero aquel, y no era para más, imaginense ustedes pasar horas y horas, quizás días en la carretera y llegar a ver un mujerón cómo lo era mi Madre manejando en la solitaria carretera cómo única prenda su sostén ajustado. Mamá ya no quiso seguir con su jueguito de excibicionista y decidió volverse a poner la playera, la verdad que si la había visto muy asustada. 

Nuestro recorrido siguió sin percanse, con el potente sol a nuestra cabeza, era casi el medio día y el hambre empezaba a querer revivir en nuestros cuerpos, por las prisas en las que habíamos salido a Mamá se le había olvidado hacer unos aperitivos para el camino, por lo que enseguida mis tripas me empezaron recordar.

-‘‘No te preocupes mi amor, ..debe de haber algún tipo de restaurant o de comida corrida por aqui cerca. En cuanto lo vea me detendré para comer algo ’’.

Pues así quedamos, lo malo fue que dónde andábamos no había ni rastro de alguna señal o algún tipo de anuncio que nos diera una esperanza. La carretera parecía hacerse más larga y el calor poco a poco nos aumentaba el ancia, sólo rocas y más tierra, y nuestra desesperación se hacía cada vez más grande.

180 km de carretera más y después de tanta espera, nuestros plegarias fueron escuchadas, a lo lejos pudimos observar una gasolinera de esas dónde paran los camioneros a comer. No había que ser muy inteligente para saber, ya que había cómo veinte camiones estacionados fuera y era la hora del almuerzo. Mamá se estación entre los camiones y rápidamente buscamos la puerta del local. Asi en el corto trayecto del estacionamiento hacia el restaurant, después de ver nuevamente a mi Mami lo bien que se le veía ese pantalón y ocasionado que se lo sacara constantemente de la cola, al retrasarme no más de cinco pasos del cadencioso contoneo de caderas de su andar, noté una de mis cintas de zapatos sueltas, lo que me demoró un poco en tratar por amarrarlas. Ahi estaba yo agachado amarrando las cintas de mis zapatos cuando me percaté del brillante color rojo de uno de los camiones. ¡No había dudas!, era el mismo camión que nos había metido un susto hace un par de horas antes, con nerviosísmo traté de alcanzar a Mamá para decirle pero ella ya había entrado.

Entró al comedor y sin mirar a nadie, cómo lo haría cualquier Señora de su estatus y de nivel social, al ir pasando ella cerca de las mesas que algunos restaurantes tenían dispuestas para su público y comensales en general sobre la banqueta, observé la forma en que los sucios y sudorosos camioneros todos volteaban a mirarla y clavar en ella sus más lujuriososas vistas, cómo si prefirieran tenerla servida a ella en sus platos en lugar de lo que cada uno estuviera comiendo al verla pasar. Y sintiendo ella más de cien ojos calamitosos encima de su cuerpo, mi bellísima Madre se presuró a buscar una mesa. Cuando de pronto de entre las mesas comencé a escuchar comentarios semejantes a ‘‘piernas, nalgas, tetas, culote, pechos, boquita y curvas’’, hasta que luego de entre las voces alcancé a oír la obscenidad que algunos de los concurrentes expresó al verla pasar cerca de la mesa que compartía con otros tipos bulgarmente vestidos con camisas cuadradas y/o de tirantes.

-‘‘¡Ve nada más esas nalgas! ... ¡Que culo se carga esa Cabrona, ..¿viene sola? ’’.

-‘‘No lo sé, pero no habrá manera de que me la sirvan o me las den para llevar ¡Je, je, je!.. Ese culo no se ve todos los días ’’.

-‘‘¿Culo? ¡vele las tetas!, las tiene enormes ¡Ja, ja, ja!.. Cómo para comermelas todo el día con calma allá en mi troca...’’

Yo al oír tan bajos y viles comentarios hacia la persona de mi Progenitora, me apresuré alcanzarla lo más pronto que pude para que se dieran cuenta de que aquella Señora de la que tanto hablaban con tan soez y vulgares modos, en realidad no iba sola. Aunque me preguntaba si acaso Mamá no los habría escuchado o prestado atención a lo que habían dicho de ella. Y si acaso había sido, ¿Habría sentido lo mismo o siquiera algo remotamente parecido a lo que ya había vivido tiempo atrás con aquellos cochinos albañiles, producido por sus desmedidas palabras?..

Mamá ocupó una mesa y pidio un par de refrescos o algo que sirviera para calmar el terrible calor que nos azotaba. Minutos después luego de aquellos angustiantes momentos vividos a unos cuántos metros de nuestra mesa, al principio y durante buena parte de lo que le duró su primer trago, Mamá se mantuvo tranquila y sumamente callada escuchando las cosas que hablaban entre sollosos de ella, que aparentemente habían decidido no conceder gran importancia a la presencia de mi Mami en la mesa, evitando tener gran intercambio de ideas con ella.

Mamá estaba muy ruborizada, no había duda que había escuchado esos soases y bulgares comentarios, estuvo todo el tiempo mirando hacia afuera en dirección de la camioneta, cómo quién lo vigila, dando la impresión de no prestar atención a nada ni nadie aún cuando por dentro sentía que moría, temblaba cómo una hoja y si mis calculos no me fallaban, y por todo lo que conocia ya a Mamá seguramente su entrepierna estaba mojaba cómo en sus mejores jornadas masturbadoras.

Enseguida y sacandonos de la tensión en la que nos encontrabamos, salió a recibirnos un camarero que era todo un personaje. La camisa por fuera, arrugada, y que no debía de tener más de 20 años, bastante delgado, tenía cortado el pelo al estilo militar, y una cara de chulito de las que más odio.

Antes de dirigirnos la mirada le echó un repaso de arriba abajo a mi Madre que nos hizo sentir incómodos de inmediato. Como ya les había dicho mi Mami se había puesto una playerita demasiado sugerente, de tirantes que le llegaba un palmo por encima del hombligo, de apenas 3 botones que dejaba apreciar la perfecta redondez de sus senos. En conjunto, mi Madre denotaba mucha sensualidad, pero por su porte y elegancia, hacía que todos los camioneros incluyendo el camarero se le escurrieran la baba y no trataran ni de disimular su acosante mirada.

-‘‘Buenas tarde, niño y…Señora ’’. Esto último lo dijo con un tono que hizo ruborizar más a mi Madre.

Antes de que dijéramos nada, el muy descarado tomó una servilleta y se la colocó a mi Madre encima de las piernas, y apoyando su otra mano muy abajo en su espalda, le dio la carta para que ordenaramos algo. Yo sólo le miré con desprecio pero no dije nada. Nos sentamos y vimos que la mesa aún no estaba ni servida, pero enseguida el tipo respondio:

-‘‘Enseguida les limpio la mesa ’’. Y tomando un trapo lleno de mugre se puso a limpiar la mesa, mientras no apartaba la mirada del escote de mi Madre.

Yo sólo estaba observando el local en el que nos habíamos metido, enseguida pude ver cómo a todos los traileros se les caía la baba con una Señora cómo lo era mi Madre. En la sala había muchos demás tipos, los cuáles no disimulaban un instante en mirar hacía nuestra mesa, hasta nos hacían sentir extraño, cómo si fueramos de otro planeta o parecía que nunca habían visto foraneos llegar a ese lugar.

-‘‘Ferderico, para servirles ..¿qué van a ordenar? ’’. Dijo sin apartar la vista de mi Madre, que con lo sonrrojada que estaba ni siquiera se atrevió a levantar la mirada.

Los dos tomamos la carta y la verdad es que no había mucho que elegir, así que fuimos por lo que parecía menos malo. Yo cómo tenía mucha hambre pedí un bistec con salsa barbacoa y mi Madre cómo siempre evitando las grasas, una ensalada mixta y un licuado natural. Tras tomar nota, el tipo se fue a la cocina, y desde la puerta sin importarle que pudieramos escucharlo le dijo a otro tipo que se encontraba dentro la buena hembra que había entrado a su local, haciendo que mi Madre se pusiera más roja aún y casi deseando que se la tragara la tierra.

Mi madre agachó aún más la vista, y yo para tranquilizarla un poco y quitar el ambiente tenso que había quedado hize un comentario sobre el pésimo servicio de ese local, y deseé comer rápido y salir de allí lo antes posible. Al cabo de unos breves instantes vino el camarero con nuestros platos, y al irlos poniendo sobre la mesa se le cayó un poco de la salsa barbacoa sobre mi Madre, justo encima de sus pechos. El muy desgraciado del camarero, ni corto ni perezoso, con su dedo se acercó y tocándola con descaro, le quitó la mancha de la salsa para meterse luego el dedo en la boca.

-‘‘¡Mmmhh!! Así si que sabe bien este estofado, ¡Jejeje!..’’ Dijo guiñándole un ojo. 

Mi Madre se moría del asco por haber sido tocada así por ese desgaciado, que encima se había metido el dedo en la boca para saborear la salsa que había caído encima de sus tetas, pero sólo sonrió cortésmente, muy a su estilo, con tal de no montar un escandalo. Tratamos de comer y ovidarnos de lo que había paso, de prontó y sin decirme nada mi Madre se quedó viendo hacía la ventana, no se movía, no hablaba, sólo miraba. Voltié para que ver que observaba, cuando vi apoyado en uno de los camiones, a un hombre de unos cuarenta y tantos, de aspecto sucio y muy robusto. No era gordo, pero tenía una espalda enorme, con unos brazos muy fuertes de acuerdo a su complexión fisica. Su camiseta blanca sin mangas agujereada estaba grisácea y sudorosa. Llevaba unos pantalones rotos que dejaban ver la mata de pelos que cubrían sus piernas. Tenía una cerveza en la mano izquierda y la otra sobre el camión viendonos, más bien viendo a mi Madre. Noté que la miraba de una forma asquerosamente excitante para ella. Me asusté un poco pero era una sensación nueva para mi.

No sé por qué me sentía así pero así estaba, cómo si todo el cuerpo me temblara, cómo si realmente esperara que ese tipo la tomara y la utilizara de la peor manera, yo se que hacía mal al sentir eso para mi Madre, pero con todas las cosas que había vivido ya no sabía en que me había convertido. Cuando miré detalladamente dónde estaba recargado un escalofrio me recorrio el cuerpo, estaba con un brazo sobre su camión, aquel troque rojo ferrari con la aguila en el cofre, el sucio camionero aquel no era ni más ni menos que el trailero que nos había acosado en la carretera, y que ahora desde el otro lado de la ventanilla no le quitaba un ojo de encima.

Yo traté de calmar mi nerviosísimo, sabía que en realidad no pasaba nada, era simplemente una Señora comiendo junto a su hijo, ¿que podía hacernos el tipo?, sólo mirarla y desearla con todas sus ganas, pero nada más, quizas despues matarse a pajas arriba de su cochino camión. Pero al parecer el tipo no pensaba lo mismo que yo, ya que de inmediato caminó hacía dentro del restaurant con dirección hacía dónde estábamos nosotros. Mi Madre con un nerviosísmo que ya no podía disimular comio de prisa, tratando de no voltear a ningún lado, yo lo segí con la mirada, venía decidido, con sus pantalones de trabajo y su musculosa que dejaba ver sus brazos formidables. Se acercó y sin pedir permiso se sentó en nuestra mesa y preguntó:

-‘‘Quizas yo podría ayudarles ’’.

-‘‘¿Di, disculpe? ’’.

-‘‘Nada Mamacita ..sé que tienen problemas con la calefacción de su camioneta. Si usted desea yo podría checarlo, ..le aseguro que será más ameno su viaje si lo consigo ’’.

-‘‘¿Co, cómo lo sabe? ..¿quién es usted?, ¿porque desea ayudarnos? ’’.

-‘‘Solo soy un simple chofer que desea ayudar a una bellisíma damicela con el problema de su auto. Y evitar así que un vehiculo choque al encontrar una bella mujer manejando en interiores ¡Je, je, je!.. Muy bella por cierto ’’.

Mi Madre se sonrrojo de inmediato, aúnque sabíamos que el tipo tenía razón, mi Madre no podía dejar que un desconocido se acercara a nosotros o pretendiera hacernos favores, estábamos en pleno desierto y no había ningún policia que pudiera auxiliarnos. Asi que bastante nerviosa y portandose cómo una Madre dispuesta a proteger a sus hijos le respondió en tono serío y cortante. 

-‘‘Muchas gracias, ..pero no necesitamos su ayuda. Falta poco para llegar a nuestro destino y ahí lo arreglaremos, ..le pido de favor que nos deje comer tranquilos ’’.

-‘‘¡Je, je, je!.. Tranquila Reynita, sólo quería ser amable, ..no todos los días nos topamos con mujeres cómo usted en la carretera ¡Je, je!.. Pero si cambian de parecer, ..estaré allá fuera tomandome una cervesa. El calor esta insoportable para ir manejando así, ..y más adelante se pone mucho peor ’’.

El tipo se alejó dejandonos bastante nerviosos, y no sólo él, ya que todos los tipos del restaurant nos miraban cómo si fueramos raros, aunque las miradas no era definitivamente para mi, estaban centradas en la belleza de mi Mami y hacía sus voluptosas curvas.

-‘‘Te, terminemos de comer mi amor, para largarnos de este lugar ..este sitio me pone muy nerviosa ’’.

Y la verdad que si estaba bastante nerviosa, ya que en repetidas ocaciones la miraba voltear a ver al sujeto del camión rojo, que no perdía detalle de sus movimientos. El desgraciado la seguía mirando desde su camión, tragandosela con la mirada, lo que hacía que mi Mami comiera torpemente sintiendo cómo la observaba. Ella cuando sentía su mirada penetrante sólo agachaba la cabeza y se apresuraba a comer su ensalada, yo la verdad tenía bastante hambre que terminé de inmediato. Cuando lo hicimos Mamá pidio la cuenta y pagó de inmediato, no sin antes recibir nuevamente el acoso del camarero y las docenas de miradas de lo hombres de ese lugar.

Salimos del local y nos dirigimos a la camioneta, sólo al abrir las puertas un tremendo calor invadia el interior del vehiculo, haciendo imposible subirnos a ella. El tipo seguía observandonos con una sonrisa burlona, sabía que tarde o temprano evidentemente necesitariamos de su ayuda. Mamá analizó las cosas, si seguíamos sin calefacción nos ibamos a hervir en la carretera, y cómo le había dicho el tipo, más adelante iba a estar mucho peor, decidió tragarse su orgullo y su nerviosismo para dirigirse él:

-‘‘¿E, esta seguro que podrá arreglarlo?...’’ Le habló mi Madre desde la camioneta.

El tipo se acomodó su gorra y se acercó, caminaba como un oso, más bien parecía un oso, estaba robusto y lleno de pelos, pelos que le salian de todas las partes de su mugroso cuerpo. Sin recato se acercó a la ventanilla de mi Madre y puso su brazo, un brazo poderoso que me recordó aquella vieja pelicula de Stalone cuando jugaba vencidas.

-‘‘Tranquilícese, primero presentémonos, ..mi nombre es Manuel, meño el meñoso ¡Je, je, je!.. y ¿el suyo princesa? ’’. El troquero estiro su mano tratando de que mi Madre le devolviera el saludo.

Era impresionante cómo al verla el hombre cambio su humor, si se hubiera tratado de un hombre probablemente ni le hubiera hecho caso, ni se hubiera molestado en preguntarle, quizas lo hubiera dejado que se friera en la carretera, pero no con mi Mami.

-‘‘Tiene razón, que mal educada soy ..mi nombre es Mónica ’’. Dijo Mamá llevándose las manos a la cara.

Y al igual que el troquero estrecho su mano en señal de presentación, a pesar de que el tipo no le daba buena impresión, ella no era prejuiciosa, pensaba que tal vez debajo de ese exterior se encontraba una buena persona.

-‘‘Bueno, ..ahora si vamos a hablar de lo que nos interesa. ¡Je, je, je!.. ¿Desde cuando esque anda caliente? ’’.

-‘‘¿Co, cómo? ...’’

El sujeto hablaba en tono sugerente que Mamá si alcanzó a entender, sin embargo estaba acostumbrada a esas actitudes de parte de hombres de todas las edades, por lo cuál no le dio importancia.

-‘‘Que desde cuando dejó de hechar aire frio, chula ’’.

-‘‘No, no sé, ..quizas hace un par de semanas, no, no estoy segura ’’.

-‘‘¡Ah!, las mujeres, ..solamente saben hecharle la llave y darles pa´l frente ’’.

-‘‘¿Cree que pueda arreglarlo? ’’.

-‘‘Ese tipo de fallas es muy común en estas zonas ..déjeme revisarlo, estoy seguro que encontraré el defecto ’’.

Mamá abrió la puerta de la camioneta y de una manera muy sensual ( sin proponérselo, así era ella ) bajó. El troquero tenía los ojos cómo platos al poder observar en total plenitud aquella espectacular hermbra. La veía de arriba hacia abajo, sus impactantes piernas ajustadas por ese jeans, su vientre plano resultado de mucho tiempo de gimnasio, su enorme trasero el cuál parecía querer romper el ajustadísimo pantalón de mezclilla con el que estaba cubierto, subiendo más arriba su mirada vio los impactantes cantaros de miel de la mujer que le pedía su ayuda, majestuosos, imponentes, completamente erguidos a pesar de su exagerado tamaño, en fin mi Mami era una mujer de concurso. La dulce, pero a la vez sexy voz de Mamá lo despertó de sus pensamientos.

-‘‘Por favor, oiga ..este calor esta insoportable ’’.

El troquero estaba que no se la creía, estaba algo indeciso, no sabía si el forro de hembra que tenía al frente estaba coqueteando con él o era su imaginación, en cualquier caso no quería dejar de verla.

-‘‘No se preocupe Monica, ..déjeme decirle que esta frente al mejor mecánico del rumbo ¡Je, je, je!..’’ Rio orgulloso mientras bajaba su mano para acomodarse su prominente paquete.

Fue la primera vez que un tipo desconocido la llamaba por su nombre, era claro que Mamá en otras circustancias jamás le hubiera pedido ayuda aun tipo como este.

-‘‘¿En serio? ’’. Preguntó Mamá con verdadera curiosidad.

Y es que así era ella cuando se sentía en confianza, curiosa, coqueta sin intención de serlo claro, alegre, divertida, la típica chica que siempre llama la atención ( y no sólo por su cuerpo, si no por ser una persona muy agradable y carismática cuando quería serlo ), aunque siempre se mostraba altiva y arrogante y al ser así algunas veces le acarreaba problemas, más de una vez había cacheteado a alguien por mal interpretar su actitud, pero esta vez por la situación en la que nos encontrabamos cambió su actitud para con esta persona.

-‘‘Haré lo que pueda, Güerita ..déjame revisar el motor de tu camioneta para saber que fue lo que se madreo ’’.

-‘‘Muchísimas gracias Sr. Manuel…’’ Dijo esto mostrando aquella sonrisa de dientes perfectos que enloquecían a cualquier hombre y que obviamente el troquero no fue la excepción.

-‘‘Sin cuidado chiquita, ..ahora súbete a la camioneta y enciende el aire cuando yo te diga ’’.

Mamá no estaba tan a acostumbrada a que un completo desconocido la llamaran de esa manera ( chiquita, Güerita, nena, chula etc.) pero que esta vez por su ofrecimiento de ayuda no le dió importancia y obedeció. Sentada en el asiento del conductor Mamá veía a mi lado cómo el troquero revisaba su motor, rogandole a dios que cuando le ordenara que encendiera la calefacción, si prendiera, cosa que desafortunadamente no ocurrió, maldecimos para nuestros adentros, ¿cómo era posible que una camioneta 2012 tuviera ese tipo de problemas?, aunque claro, ya que mi Padre no estaba quien la mandaba al servicio.

-‘‘Espere, ya se que es ’’. Dijo el troquero bajo el cofre.

-‘‘¿Enserio?, ..arreglelo por favor ’’. Y salió de camioneta pera ver lo que hacía

El tipo estuvo revisando la camioneta por varios minutos, aunque estaba concentrado en lo que hacía no perdía un momento para subir la mirada y poder observarla por uno segundos. Mamá aunque ya sabía que el tipo se la tragaba cada vez que podía, pero por la ayuda que nos estaba brindando lo dejó que se deleitara. Yo me encontraba en el interior de la camioneta con las ventanas y puertas abiertas, mientras que Mamá estaba afuera para ayudarle al tipo en lo que fuera a necesitar.

-‘‘No te preocupes mi amor, ..el Señor arreglará la calefacción y así podremos seguir adelante ’’.

-‘‘Que bien Mamá, ..porque esto esta que arde ’’.

El tipo tenía dos hipotesis, una sería el conducto del aire que se encontraba roto y la otra sería el gas que ya se le había agotado, para segurarse bien necesitaba meterse debajo de la camioneta para revisarlo detalladamente.

-‘‘Maldición, ..justo ahora ’’. Dijo Mamá en voz baja pero lo suficientemente claro cómo para que el troquero y yo pudieramos escucharla, a la vez que recargaba su cabeza en el cofre de la camioneta sintiendose perdida.

-‘‘Tranquilícese chula, ..cuénteme a ver a donde se dirige ’’. Dijo el troquero notando la pesadez de mi Madre.

-‘‘No es nada Señor, ..solo vamos a visitar a mis Padres. Mi Padre se encuentra enfermo ’’. Mamá embosó una triste sonrisa y sin mucha resistencia contó sus problemas al desconocido, por alguna extraña razón pensó que podía confiar en él.

-‘‘No se preocupe chula, ..Meño les ayudara a que tu y tu hermantito llegen a tiempo con su Papi ’’. 

Dijo esto con una sonrisa que dejaba ver su boca carente de higiene en los dientes, el trailero seguramente era todo un lobo de mar en los asuntos de mujeres, su larga vida en las carreteras levantando prostitutas o mujeres descarriladas que le pedían aventón, sabia cómo tratarlas, cómo alegrarlas, cómo seducirlas y estaba dispuesto a poner toda su experiencia en marcha con tal de llevarse a la cama a su nueva “amiga” ( aunque también era verdad que era la primera vez que intentaría seducir a alguien tan tremendamente buena cómo lo era mi Mami ).

-‘‘¡Jijiji!.. ¿oiste eso, mi amor?, ..el Señor cree que soy tu hermana? ’’.

El desgraciado empezaba a seducirla con estupideces como esas, aunque para serles sincero, decirle a mi Madre que parecía una jovencita la halagaba demasiado, tanto que empezé a ver cómo sus mejillas tomaban un cierto rubor claro. Mientras Mamá se reía por las ocurrencías de nuestro improvisado mecanico, el tipo desde abajo de la camioneta la mando llamar, a lo que mi Madre fue enseguida.

-‘‘Podría sostener esto, Güerita ..mientras yo lo aseguro con las pinzas ’’. Le dijo.

-‘‘Claro que si usted digame ¿cuál?, ..por cierto no soy su hermana, soy su Madre ¡Jijiji!..’’ Le respondió Mamá cómo buena ayudante de mecanica y teniendo un poco de más confianza al dialogar.

Mi Madre se apoyó sobre la camioneta mientras intentaba sujetar fuertemente un desarmador, yo me encontraba arriba del vehiculo cuando sin querer vi lo que pretendía el maldito. Sin que mi Madre se diera cuenta el desgraciado trailero la estaba viendo desde abajo. Mientras mi Mami sujetaba la herramienta pegada a la camioneta, el desgraciado se deleitaba desde abajo con el volado que hacía su playerita sobre sus tetas. ¡El pervertido trailero se estaba deleitando de las tetas de mi Mami y de la incrustada tela de sus jeans que se le metía en la raja!, mientras que ella muy amablemente le ayudaba sin percatarse de sus sucias intenciones. Yo estaba anonadado con las suscias intenciones del tipo, la tonta de Mami estaba ahí parada sin imaginarse que el tipo no perdia detalle de sus tetas por debajo de su playera.

-‘‘¿Ya?, así Señor, ..¿si lo estoy sujetando bien? ’’. Le decía la muy ingenua ( para no llamarla de otra forma ).

-‘‘Muy bien chula, ..la esta sujetando muy bien, no se mueva hasta que yo le diga ’’.

Yo estuve a punto de decirle a mi Mami de las sucias intenciones del tipo, pero me retracte, ya que si el tipo no nos ayudaba seguramente terminariamos cómo pollos asados en el camino, además no le hacía nada a mi Mami con mirar, así que dejé que el pervertido trailero se deleitara todo lo que quisiera mientras que arreglara al aire acondicionado de la camioneta ( una decisión de la que muy pronto me arrepentiera ). Pero para desgracia del tipo, Mamá también se dio cuenta de eso y sólo se le quedo viendo, se puso roja cómo tomate y muy sería le reclamó al tipo:

-‘‘¿Espero que con verme las piernas sea suficiente pago por lo que esta haciendo? ’’.

-‘‘¡Je, je, je!..Usted quedese ahí quietecita Mamacita, ..nadie lo va a notar, es más, habra un poquito más las piernas. Dejeme deleitarme un poquito por soportar el terrible calor que hace aqui abajo ¡Uff!.. ¡Je, je, je!..’’

Yo me quedé paralizado por las palabras del trailero, cómo se atrevía a decirle a mi Madre que abriera más las piernas para poder deleitarse mejor, pero lo que más me dejó impactado fue que Mamá roja cómo el troque del tipo hizo lo que le dijo. Mamá volteó a verme con la cara coloradísima y dibujando una sonrisa cómo para decirme que no ocurria nada y que todo esta bien, ¡disimuladamente empezó a abrir sus piernas!! Su rostro estaba desencajado, mi Madre empezó a sudar por el morbo que le daba que un tipo sucio y mal oliente estuviera deleitándose con sus tetas por debajo de ella. Yo estaba pasmado por lo que sucedia a escasos metros de mi, para mi suerte eso no duró mucho y el tipo salió de abajo de la camioneta.

-‘‘¡Je, je, je!.. Sostenle bien Gúerita, sólo me falta sujetar una valvula ’’.

-‘‘¿Solo una? ..hagalo de prisa por favor ’’.

El tipo aprovechando que mi Madre seguía sujetando el desarmador sin ningún pudor se repegó detrás de ella para ayudarle a sujetarlo, Mamá inmediatamente sintió toda la masculinidad del trailero sobre su trasero. El desgraciado repegó todo su cuerpo aplastando el delicado cuerpo de mi Mamita contra la camioneta. Mamá intentó retirase pero el tipo la tenía bien atrapada entre el vehiculo y él. Yo observé el rostro de mi Madre sorprendido al sentir los fuertes brazos del trailero abrazandola por los costados, y el tipo pues estaba en la gloria sintiendo esos glúteos frotandole la pelvis.

-‘‘¡Oiga!, ..¿pe, pero que hace? yo...’’

-‘‘¡TShhhh!! Sostengale bien Mamacita, ..ahora lo voy ajustar ¡Je, je!..’’

El desgraciado trailero se hacía el tonto en terminar el trabajo para seguir sintiendo toda la silueta de mi Mami. Ella se encontraba en un dilema, separarse de ahí y mandarlo a abrazar a su Madre o quedarse ahí sintiendo el bulto del tipo sobre su trasero para arreglar la camioneta y salir de ahí lo más rapido posible, pero lo que eligió no fue lo adecuado. Mamá cansada de sentir la masculinidad del tipo sobre su trasero se sacudió para salirse de los brasos del tipo y sin querer soltó la manguera que tenía sujeta, provocando que un chorro de aceite le bañara la playera.

-‘‘¡Oh por dios! ..¿y ahora cómo me limpio? ’’.

-‘‘¡Ups!, perdón chula ¡Je, je, je!.. Ya vez porque te decía que no te movieras ..no te preocupes mi amor, atrás del restaurant hay un baño, vete a limpiarte mientras yo lo sujeto bien ’’.

Mamá tenía toda la playera bañada en aceite y algunas gotitas sobre la cara, me pidió que le sacara otra playera y se dirigió hacía el baño de la parte posterior del restaurant bien enojada. Mientras el tipo seguía tratando de ajustar la manguera, yo estaba en espera de que terminara. Curiosamente sin la ayuda de mi Madre logró terminarlo rápido y de inmediato pude sentir el delicioso aire helado de la calefacción. El tipo sonriendome y limpiandose las manos con un trapo me advirtio que ya había terminado, después se dirigió a su camión para guardar sus herramientas. Ahi estaba yo, disfrutando de las caricias que el aire fresco cuando me percaté de algo extraño, el desgraciado trailero de manera disimulada se dirigió hacía la parte de los baños, enseguida se me vinieron todas aquellas imagenes de mi Madre siendo taladrada por los diferentes tipos, sin pensarlo un segundo más salí de la camioneta en busca de mi Madre, aunque sabía que nada podía ocurrir, algo me decía que fuera en busca de ella.

Cuando llegué a la parte trasera del restaurant me topé con los servicios, entré a la de los caballeros y me percaté que no había nadie dentro. Entré al baño para verificar si el trailero estaba pero no fue así. Algo me pasó por la cabeza que quizá se hubiera metido detrás de mi Madre en el servicio de mujeres, pero no quería entrar a comprobarlo porque no tenía pruebas de que el tipo estuviera dentro, así que no quería entrar y asustar a mi Madre o incomodar a otras mujeres que estuvieran ahí dentro.

Después de un momento de incertidumbre pude escuchar unos susurros. No sabía muy bien de dónde provenía hasta que me di cuenta de que provenían de una rejilla encima de los lavabos. Eché el cerrojo al servicio de los hombres y me subí a la encimera de los lavabos para asomarme. La sangre se me heló cuando vi que en el lavabo de las chicas estaban Mamá y ese aprovechado trailero. Las imágenes no eran muy nítidas pero eran lo suficientemente claras cómo para ver todo sin problemas. Me paré casi de puntitas para poder observar mejor y vi a mi Madre, y aunque no lo veía de todo claro, era evidente que el sujeto había entrado en lo que se supone que era el baño de las mujeres.

Mamá estaba apollada en la zona de los lavabos mirando al espejo de frente y detrás suyo el trailero se acercaba poco a poco hasta que se posicionó detrás de ella:

-‘‘¡Por dios! ..¿qué hace aquí? Esto es el baño de las mujeres ’’.

-‘‘Lo sé, ..sólo quería saber si se encontraba bien ’’. Le dijo el tipo sin detenerse hasta situarse cerca de ella.

-‘‘Si… oiga, escuche, ..lo, lo que ha pasado allá... lo, lo siento mucho ’’. Decía Mamá ya bastante nerviosa.

-‘‘¿Lo sientes?, ¿por qué? ..¿qué tiene de malo? ¿Acaso no te ha gustado? ’’. Le preguntó el tipo bastante seguro.

-‘‘No, yo… sí, no.. pe, pero.. mi hijo se podría asustar si no regreso y no quiero que…Oiga, ¿no deberías ir al baño de los hombres, o volver con sus amigos, o algo? ’’. Escuché preguntar a Mamá agobiada tratando de evitar el tema.

-‘‘Tranquila chula, ..tu niñito estarán bien. Es más, ahorita esta disfrutando del aire acondicionado ¡Je, je, je!.. La cuestión es si tú estarás bien si te quedas con las ganas de tenerla toda dentro ’’. Su voz se aproximaba cada vez más a dónde estaba mi Madre.

-‘‘¿Cómo? ’’. Respondió ella. Le había oído perfectamente pero no se lo podía creer.

-‘‘Me has oído perfectamente, Mamacita ’’. Le contesta el trailero con el humo de un cigarrillo flotando entre sus labios.

Sus ojos negros brillaban lasciva mientras le mantenía la mirada. En estos momento no existía nadie más. Sólo él y mi Madre. El tipo se detuvo hasta llegar a situarse detrás de ella, Mamá se quedó paralizada, nuevamente sintió el tremendo paquete contra su trasero. La altura era ideal ya que el tipo debería medir arriba del 1'80 así que su paquete quedaba perfectamente incrustado a la altura del trasero de mi Madre. Ella estaba inmóvil, ya en ese momento el tipo la sujetaba por la cintura. Ahí estaba ese desconocido, con sus gorra mugrosa, su pelo de macarra, su camiseta blanca sin mangas y los vaqueros rotos acariciando a mi Madre con paso decidido.

-‘‘¿Seguro que no quieres sentirla dentro? ’’.

-‘‘¡Oh dios! ... no otra vez ..dios ’’. Se repetia Mamá sintiendo toda la masculinidad de ese hombre pegada a su trasero.

-‘‘Tranquila, acéptalo ..no te quedes con las ganas ’’. Mamá empezó a respirar muy fuerte. Veía su pecho subir y bajar con fuerza.

La escena me resultaba bastante turbia. Mamá estaba con los brazos apoyados contra los lavabos mientras el tipo empezaba a besarle el cuello, agarraba las caderas de ella aprisonandolas contra su paquete. Me quedé paralizado esperando a que Mamá lo cortara, pero nada más se quedó inmovil. Echó la cabeza hacia atrás y cerrando los ojos constató que estaba dispuesta a lo que fuera. El tipo acedor de que ya tenía el control subió sus manotas en las tetas de Mamá, al mismo tiempo que la besaba que parecía que iba a partirle el cuello.

-‘‘¿Ah sí que? ..¿porque no te quedas así calladita y me dejas a mi hacerlo todo, Señora? Yo creo que eres una Putita, si una Putita muy caliente ’’. Recalcaba estas palabras. 

Sujetaba sus caderas con una mano y con la otra rudamente su cuerpo. Y seguía diciendo algo poseído:

-‘‘Yo conosco a las Putas en cuanto las huelo, ..y tu hueles a una zorrita muy caliente ’’.

El sucio trailero la tomó de los pechos, amasándolos con inesperada sabiduría. Y así le empezó a sacar los primeros gemidos. La acariciaba con fuerza y mesura, la llevaba al camino del placer del que para mi Señora Madre no había retorno. El cuerpo de mi Mami temblaba y le pedía entrega. La cosa empezó a calentarse. Él empezó a sobarle sus grandes tetas mientras le babeaba el cuello. Él era cómo un animal y le apretaba las tetas sin delicadeza alguna. Desde dónde yo estaba podía ver la lengua de ese cochino trailero babeandole todo el blanco cuello y cómo ella aceptaba su lengua mordiendose los labios mientras sus manos se aferraban al canto del lavabo permitiendola más, dejando que éste sobara sus tetas a placer. La mezcla de excitación, rabia y sometimiento por mi parte formaban el coctel perfecto para mantenerme paralizado, observando todo, sin perder detalle y sin voluntad por mi parte de hacer algo.

-‘‘En cuanto reconozcas lo que eres, una Puta, te echo de aquí, ..vamos Señora, quiero oírtelo decir ‘‘soy una Puta caliente, aunque voy de Señora’’ Vamos, dilo y te vas con tu niño a ver a Papá. Dilo y a tu casa, yo no te delataré más ’’.

Mamá estaba asustada. Se notaba. Pero a la vez había ese brillo especial en su mirada. Creo que nunca la había tratado así un desconocido, y su cara era una mezcla de susto, de odio hacia él, de orgullo, pero también de deseo. Decía ahora dócilmente:

-‘‘Por favor, déjame! ’’. Suplicaba debilmente.

Mientras el trailero sujetaba con una de sus manos sus dos tetas, con la otra recorría bruscamente su cuerpo sobre la ropa. O tiraba de todo su pelo para poner su cabeza mirando hacia arriba y pasar mis labios por su cuello mientras decía ya susurrando:

-‘‘¡Vamos Señora!, ..sólo tienes que reconocer lo que eres y te abro la puerta para que te vayas con tu hijito a ser la Madre perfecta. ¿No quieres irte? ..te juro que en cuanto lo digas te vas. No quiero Putas reprimidas ’’.

Pero Mamá sólo acertaba a decir:

-‘‘Por favor, ..por favor, déjame ’’.

Pero la mano del sujeto ya había bajado y presionaba su entrepierna sobre la ropa guiando los movimientos que sin darse cuenta mi Mami empezaban a realizar con sus caderas. Su cuerpo la estaba traicionando y se estaba sometiendo a este nuevo desconocido. Su mente, su mente tenía que ser un lío imposible de comprender para ella. El tipo seguía. En poco tiempo sus caderas se movían frenéticas y la mano del tipo sujetaba su chochita caliente sobre el pantalón. Tenía los ojos cerrados y jadeaba. Se había entregado.

Mis sentimientos también eran encontrados. Por un lado sentía temor por ella, estabamos solos, en una carretera solitaria, en un sitio donde estabamos rodeados de puros tipos al igual que él, por otro lado me empezaba a cegar esa oscura sensación de excitación y deseo. La oportinidad estaba dada, solo faltaba que mi Madre diera el primer paso. Pero, aunque no había conseguido que de su boca salieran las palabras que él pedía, sí había conseguido lo que quería. Había bajado sus humos, su estatus de mujer altiva por encima de ese mugroso y de todos los demás.

El trailero, al ver que ella no se movia, no se rebajaba ante lo que él pedía se apartó suavemente y le dijo:

-‘‘¿Sabes que?, ..lo siento, lo siento mucho por haber llegado hasta aquí. Anda, vete. Te juro que no voy a seguirlos, ..y nunca más volveras a pasar algo parecido. Tú tampoco tendrías que estar aquí, ..no sé que haces en medio de un sitio como este… por favor, sal de aquí, vuelve a tu vida perfecta. Sigue con tu vida falsa sirviendo solo de adorno para el imbécil de tu Marido. Es tu vida, es algo tuyo que a mí no me incumbe ’’. Le tipo se había apartado de ella y, en un gesto cortés, dejaba libre su camino hacia la puerta.

¡Aaah! Exhalé para mis adentros, por fin mi Madre se libraría de un acoso y nos marcharíamos de aquí sin nungún percanse abusivo. Pero en ese momento, una nueva sorpresa me tenía reservada mi Mami. A pesar de que las palabras del tipo eran reposadas y sinceras, ella se quedó totalmente paralizada. El tipo al verla indesisa dijo una vez más, con algo más de firmeza indicando la puerta.

-‘‘¡Anda, sal!, ..ve con tu hijo y sigue siendo la Madre insatisfecha y frustrada ’’.

La verdad que no sabía que le estaba pasando a mi Madre por su cabeza, pero seguro que se sintió asustada, rechazada. Una vez más en su vida, me di cuenta de que su cuerpo había comenzado a temblar, se quedó por unos segundos seria solo viendolo a los ojos. Enseguida y dejandome sorprendido se acercó al enorme hombre para abrazarlo, para demostrarle que no quería ser aquella persona que él decía. Mi Madre se abalanzó sobre aquel desconocido restregandole todo su cuerpo, su carita en el pecho, sus delicadas manos recorrieron todo su torso para desgarrarle la sucia playera invitandolo a que la poseera. El tipo mostró una risotada de dientes amarillentos al ver como esa flamante hembra ardia en deseo por él. Una vez más estaba viendo a mi Madre perdida ante otro asqueroso sujeto, entregada a otro tipo que presionandola sacaba de ella esa mujer desconocida y ardiente que jamás imaginé en una mujer tan dulce y tan bella como lo era ella.

El cochino troquero no pronunciaba palabra alguna, solo sonreía viendola, observandola como ella sola lo buscaba. El cuerpo de mi orgullosa Señora Tapia pedía verga, fue ella sola la que bajó su mano para llevarla entre medio de las piernas del sujeto y colocarla dónde tantas veces antes había puesto los ojos. Tentó por unos instantes la dureza de la hombría del trailero y se humedeció tanto que pensó que no fuera de la excitación. Mientras él le tocaba los pechos ella palpaba su potente hombría que se dibujaba bajo su sucio pantalón. Tras un rato explorándose con una sensual danza de manos, el trailero soltó las tetas de Mamá para ponerla frente a él, sus alientos cochaban, su mirada era penetrante, llena de lujuria y deseo. El tipo la agarró del trasero para levantarla y sentarla sobre los lavabos, ( la trataba como una muñequita ). 

Se separó de su rostro un instante, lo justo que tardaba en levantarle la playera y sacársela, pero ésta vez la empezó a besar, a tragarsela con su asquerosa lengua sin higiene. La imagen me tenía perturbado, ¡mi orgullosa Madre se estaba besuqueando con un vulgar trailero en un cochino baño de un restaurant de paso!. Y no sólo eso, si no que además el tipo ya empezaba a tocar sus tetas por debajo de su top, lo cuál parecía excitar aún más a Mamá. Pero lo que de verdad excitó a mi Madre fue cuando la boca que tan expertamente la había estado besando bajó a sus pezones. Mamá empezaba a excitarse y su pezón duro lo delataba. El sujeto entonces quiso ir más lejos y a la vez que amasaba con una mano la teta que quedaba al aire, con la otra empezaba a bajar por su abdomen en dirección a su chocho.

-‘‘¡Ahhh!! Dios…¡Pero qué bien usas la lengua, Cabrón! No me extraña que luego te chinges a todas las viejas en tu camión. ¡Diooss! ’’. Decía Mamá usando el mismo vocabulario burlar con el que se dirigía él a ella, llena de placer mientras bajaba la vista de vez en cuando para ver a su amante juguetear con sus tetas.

A medida que el trailero iba bajando la mano vi perfectamente cómo la piel de mi Mami se erizaba. Le gustaba la idea de que un sujeto sucio y desconocido le pudiera tocar por todos lados. El sujeto alternaba expertamente entre una teta y otra, arrancando continuos resoplidos y gemidos de placer de la dueña de la camioneta que de manera muy suspicaz había arreglado y que ahora vivazmente se estaba cobrando. Hasta que los pezones de Mamá estaban brillantes en saliva y duros cómo la punta de un borrador. Se acercó a ella y le dijo:

-‘‘Putita, ..si te gusta tanto lo que te hace mi boca en tus tetas, espérate a ver lo que voy a hacer con tu chocho ¡Je, je, je!..’’ Y sin darle tiempo a responderle desabrochó el pantalón y empezó a besarla de nuevo.

El camionero luchaba por sacar esos pantalones tan apretados junto con las pantaletas de mi Madre, y ella colaboraba cómo podía moviendo sus piernas para facilitar la operación. Tras un ligero forcejeo consiguió deshacerse de las últimas prendas de Mamá y allí quedó ella, semidesnuda sólo con sus zapatillas blancas y sus pantaletas cacheteras blancas enredadas en sus rodillas, subida a un sucio lavabo y abierta de piernas mostrando su chocho bien rapado a un trailero que acababa de conocer no hace un par de horas.

El tipo le quitó el top dejando sus grandes tetas con los pezones rosados al aire. Debido al gran tamaño estas se miraban imponentes apuntando con sus duros pezones al cielo. Esta postura dejaba las tetas y el chocho de mi Mami perfectamente expuestos al trailero, que no dudó un instante en empezar a chupar los pezones a la vez que introducía el dedo pulgar en el sorrosado chocho de ella. Mamá se dejaba llevar completamente y su excitación llegaba a un punto bastante álgido. Estaba cachonda y quería que la penetraran ya.

-‘‘¡Oh dios!! oh dios…’’ Repetia mi Madre imaginando lo que el sucio camionero le haría sentir con esa boca experta en dar placer a las mujeres.

El primer contacto de la boca del sujeto con el chocho de Mamá fue suave. Durante los primeros segundos lo único que hizo Mamá fue sonreír y relamerse continuamente de placer. Pero en cuanto el desgraciado cambió la posición de su rostro, la sonrisa de Mamá se borró, y pequeños gemidos empezaron a escapar de su boca, cada vez más rápido, hasta que acabó apoyándose contra el espejo del lavabo, con una mano apoyando para mantener el equilibrio y la otra en la nuca del trailero, atrayéndolo a su chochita con fuerza.

-‘‘Venga ya, métemela ya ¡Ooohhhh!!! ¡Ah! ¡Ah! ¡Oh! ¡Aaahh…siiii… sigue así…ahhh Cabrón vaya forma de comerme…¡Diossss!! Eso haces con todas las mujeres que te encuentras en el camino… ¡Eres increíble! ’’ Le decía Mamá retorciéndose de gozo.

-‘‘No Mamacita, ..sola a Putas calientes cómo tú, que nomás les enseño mi palo y se humedecen de gusto ’’.

-‘‘¡Oh diosss!! Me encanta que me hablen asiiii!!, ..me pone muy cachonda ¡Uhmmm!! ’’.

Así estuvieron, ella al borde del éxtasis y él impasible pero cada vez más duro. Hasta que Mamá no pudo seguir y se deshizo de sus pantaletas. Fue él quién le dió el último jalón a su ropa interior para quedarse con ellas y restregarselas en la cara limpiandose el sudor de su rostro. El nerviosismo acumulado, la tensión y el miedo desembocaron en un primer orgasmo para mi Madre encima del lavabo. Mientras el camionero proseguía con su trabajo. Se desabrochó la bragueta, sin quitarse los pantalones. Y entonces ella pudo ver lo que el pantalón ya no podía albergar. Y esa visión le hizo mantener su cuerpo concentrado en lo que estaban haciendo. La comida de chocho duró unos minutos más, hasta que el trailero se levantó y se empezó a desabrochar el cinturón. 

Mamá entendió lo que se le venía, y haciendo gala de lo agradecida que era, se puso de rodillas y ella misma terminó de quitarle el cinturón y comenzar a bajarle los pantalones mirándole con cara traviesa a los ojos. Cuando la verga de trailero se liberó de los calzoncillos y del pantalón, salió disparada cómo un resorte y se puso firme, mirando hacia el techo, casi apuntando a la rejilla desde dónde estaba yo observando. La cara traviesa de Mamá cambió a una de agradable sorpresa, y no era para menos. Aunque los largos lienzos de la tela de su sucía y rasgada camiseta bajaban hacia los umbrosos muslos del trailero, colgando al centro rodeado en su raíz por algunos cuántos ensortijados vellos oscuros con forma de volutas de lana, surgió por primera vez ante ella el intimidantemente grueso, largo y profundamente venoso falo masculino que apesar de ser tan oscuro y desarrollado cómo su dueño, cubierto de irregulares protuberancias oscuras a casi todo lo largo de su ciclópea extensión. La visión que tenía mi Mami frente a ella era de los mejores falos que Mamá hubiera presenciado, debia de medir de 25 a 26 cms. además del terrible grosor. Pero Mamá ya impuesta a todo tipo de mascularidades lo unico que deseaba era tenerlo ya adentro, con bastante ansia y nerviosísmo casi le imploró:

-‘‘Por favor, no aguanto más... ¡jodeme!! ’’.

Se lo pidió varias veces con la voz entrecortada por la excitación que tenía. Estaba cómo una Perra en celo deseando que su macho la montara. Pero la actitud de él seguía siendo la de chulo dominante. Sabía que la tenía en el bote y podría hacer lo que quisiera con ella:

-‘‘No me seas una Puta ansiosa y déjame a mi disfrutar también ..llevas todo este rato cachonda pidiendo que alguien te monte pero ahora quiero que me pongas cachondo tu a mi. Así que hazme una mamada de esas que sólo una mujer tan elegante cómo tú, les hace a los tipos adinerados con los que seguramente te revuelcas cómo Perra en celo ’’.

-‘‘No, por favor, ..cogeme rápido que mi niño va a empezar a sospechar ’’. Imploraba.

-‘‘¡Cállate Puta y chúpamela! ..tu niño es un tontin y aunque te cogiera delante de sus narices no se daría ni cuenta ’’.

Aunque no me había gustado para nada la manera que ese cochino trailero se había referido a mi, logré contener la rabia e incomodidad que me producía estar viendo la morbosa escena, también pude distinguir que mi Mami para no ruborizarse tuvo que dominar su intención de quedarse mirando la prolongación de carne que aparecía entre las piernas del trailero. Como si su verga también hubiera estado haciendo gala a su portentoso dueño, igual que sus brazos, incluso desde dónde estaba podía apreciar la venosidad y aparente dureza de aquel aparato. No exageraría si dijera que aquello eran más de 26 cm de venas y nervios, si se puede definir así. Mamá tras admirarla un instante, se la metió en la boca de golpe, cómo si tuviera prisa por devolverle el favor. Desde luego que Mamá ya era una esperta para mamar una verga, porque veía la cara del sujeto con los ojos cerrados y la boca abierta con una sonrisa de gusto.

-‘‘¡Ooohhhh!! Venga Puta, ..a ver si eres capaz de ponermela más dura ’’. Y se movió para acomodarse.

Él se apoyó entonces contra el lavabo y ella se agachó a la altura de su cipote arrugado y negrozo. Era totalmente sumisa a las peticiones de su mecanico improvisado, y sin mediar palabra agarró la verga con la mano y empezó a menearla. Empezó acariciándola despacito, cómo dándole mininos. La trataba con delicadeza, cómo si fuera un gran tesoro que acabara de encontrar. Parecía que nunca había tenído una verga tan especial y que estuviera esperandola durante muchos años. Poco a poco asomó el capullo que permanecía oculto bajo la piel del cipote. El capullo brillaba por la humedad que se acumulaba y a mi parecer debería ser un poco desagradable. Pero eso no pareció importarle a mi Madre, que de buenas a primeras se la metió de un bocado cómo si de un buen trozo de buen filete se tratara. Comenzó a mamarsela a un ritmo elegante agarrando la base con la mano derecha. Parecía una Putita desesperada por agradar a su macho para que le siguiera dando verga.

-‘‘¡Ufff!!.. mirate, tu niño allá afuera disfrutando del aire que les arregle y tú con esa boquita…¡Oooohhh!! ..pocas he conocido que la mamen cómo tú…Venga Puta... chúpamela un poco más fuerte que si no, no se me levanta.. y si quieres que te monte se me tendrá que levantar, ¿no?... ¿porque tu quieres que te monte?.. ¿eh, Puta? ’’. Le decía el sujeto acariciando su cabeza cómo si fuera un Perro.

Se adivinó que Mamá dió un ‘‘sí’’.

-‘‘¿Que has dicho Zorra? ’’.

-‘‘Umhh, glii!!...’’ Se escuchó desde abajo.

Y siguió chupándosela a un ritmo más fuerte cómo había dicho y parecía que poco a poco se iba entornando más el falo de carne del trailero. Tras chuparla y chuparla, Mamá comenzó a bajar cada vez más por aquel vergón, ganando distancia cada vez que volvía a bajar.

‘‘¡Glogghh!! ¡uugghh!! ¡uuueeckkkk!!’’ Eran los sonidos que Mamá hacía mientras se atragantaba una y otra vez con aquella tripa a la que tanto placer pretendía dar.

Cuando Mamá creeyó llegar al límite, el desgraciado trailero la agarró fuertemente de los pelos de la nunca y empujó un poquito más provocandole arcadas a mi Madre, pero no la soltó. Ella trató de sacarse esa cosa de la boca hechandose hacía atrás, pero no podía, el desgraciado la tenía bien sujeta y empezó a tener más arcadas. Cuando el tipo sintió que ya era suficiente la soltó por fin, un montón de babas caían por la barbilla de mi Mami, la cuál ya tenía los ojos llorosos y la nariz muy roja. Pero a ella eso no pareció importarle, ya que parecía empeñada en darle placer a ese cochino trailero que tanto la había hecho disfrutar. Asi que volvió ahogarse ella misma con la verga del sujeto, y cuando volvió a bajar lo suficiente, éste la volvió agarrar de la nuca y le hundió la verga hasta el fondo de su garganta. En esta ocasión Mamá aguantó más tiempo hasta la primera arcada. La muy cerda ya ni trataba de zafarse. Se mantenía ahí, con la nuca agachada, y con una enorme verga desconocida en el fondo de su garganta, aguantando y yo diría que hasta disfrutando de las arcadas que le producía.

-‘‘¡Ooh! Creo que voy a empezar a joderte ya, ..te voy a coger esa boquita mamona que tienes, para cuando salgas de aqui, vayas a darle besitos de amor a tu niño que te espera allá afuera ’’. Le dijo con tono jocoso.

Entonces agarró la cabeza de mi Mami con las dos manos y comenzó a cogerla literalmente la boca de mi Madre. Lo hacía con violencia llegando a introducir la mayor parte de su verga dentro. Mi Madre no podía contener apenas las arcadas pero tampoco hacía intentos de parar a pesar de esa sensación de estar siendo violada por la boca. Empezaron a caerle lágrimas de los ojos por los esfuerzos que hacía para recibir los vergazos en su boca. Por un momento creí que se iba a axfisiar pero tras varias embestidas él dejo de forzarla. Sacó su ya enardecída verga de la boca chorreante de mi Mmai y le dedicó otro de sus insultantes comentarios:

-‘‘Seguro que en tu vida te habían jodido así la boca. El ricachón de tu Marido no sabe cómo tratar a una Puta cómo tú. Ahora prepárate que te voy a dar lo que llevas deseando desde que llegaste enseñando el culo a todo el restaurant ’’.

Cuando el trailero sacó su verga de la garganta de Mamá ésta hizo cómo un ‘‘Urrrggghhhh’’ mientras ríos de saliva resbalaban por su barbilla de nuevo para ir a caer sobre sus tetas. Pero a la Puta de Mamá le daba igual estar en una situación tan humillante. Tan sólo miraba con ojos vidriosos por las arcadas a su amante, en busca de su aprobación.

-‘‘¿Verdad que no se la chupas así a tu Maridito? ’’.

-‘‘¡Coff, coff!!.. ¡Aah! So, soy viuda ¡Ah! ¡ah! ..mi, mi Marido ..mi marido murio hace algunos meses ’’.

-‘‘¡Je, je, je!.. Pedazo de Zorra, con razón te chorrea el chocho por una verga natural ¡Uff, ufff!!.. Has estado maravillosa, tienes una boquita que ya muchas Putas quisieran ’’. Le felicitó a Mamá sonriendo.

Mi Madre sin prestarle atención a las humillantes palabras, parecía estar feliz por las felicitaciones recibidas cómo mamona, y yo paralizado ahí cómo me encontraba no podía creer que mi Madre fuera tan guarra, habían sido tantas las veces que la había observado que me parecía casi imposible que se comportara cada vez más cómo una cerda. Entonces el trailero la tomó del brazo y la levantó del suelo, para volver a subirla a los lavabos con una facilidad pasmosa, cómo si fuera una muñequita de trapo. Mamá se abrió de piernas para él y con cara de expectación le observó mientras tomaba con sus rudas manos a su mejor amigo y lo dirigía hacia su humeda cavidad. Con el sólo contacto de la punta de su cipote con la vagina de Mamá hizo que ella se mordiera los labios, estaba más que deseosa de sentir aquella cosa moustrosa dentro de ella.

-‘‘¿Estás que te quemas verdad, Cabrona? ¡Je, je, je!.. se te nota ’’.

Al ver la cara de golfa que estaba poniendo mi Madre, el trailero no la hizo esperar, y lentamente pero sin parar, fue introduciendo su terrible arma entre las piernas de ella.

-‘‘¡Ooohhh!!! Dioossss... ¡Que grande essss!!! ¡Uhmmm!! ’’. La cara de Mamá reflejaba un claro dolor, a pesar de que su chocho debía estar chorreando a cantaros, pero en sus ojos había una mirada que le indicaba al sujeto que le gustaba, que no parara. 

Éste también lo interpretó así, y continuó su mete saca en el chocho de Mamá lentamente, pero acelerando el ritmo en cada vaivén. No podía creer lo que ocurría nuevamente ante mi, a menos de un par de metros de mis ojos, tenía a la Zorra de mi Madre cómo ellos la llamaban, siendo penetrada por la verga de un cochino camionero que a penas unos minutos antes se había ofrecido ante nosotros para ayudarnos. Yo temblaba de la emoción, la excitación y el miedo, pero no despegué los ojos de la rejilla que para mi suerte estaba ahí para darme esa magnifica panoramica, en vivo y en directo, en primer plano, de las marranadas que hacía mi cerda Madre con aquel desconocido.

A escasos 2 metros percibía el estremecimiento de mi Madre con cada empuje del trailero, sentía los gemidos, veía los jugos de su vagina lubricar el tronco que la embestía y chorrear por los güevos mezclados con los propios líquidos preseminales de él. Fue entonces cuando percibí el olor que emanaba de su concha, ese olor animal, salado e inconfundible, que ya muchas veces había olfateado pero que hasta ahora le daba un nombre y una imagen de nada más que el aroma en brama de mi cerda Madre.

-‘‘¡Oooohhh!! ¡Diossss!! ¡Vaya verga! ..La siento enterita… en mi cuquita… ¡Ahhh!! ¡Eso es Cabrón!… no pareeeesssss!!! ’’. Le rogaba mi Madre apretando los dientes para que le diera más duro.

-‘‘Tranquila Viudita que no voy a parar… ¡me voy a joder tu cuquita cómo tu la nombras, hasta quedarme sin leche en mis güevos, ..te aseguro que no estrañaras a tu Marido por meses ¡Je, je, je!.. de la porrisa que te voy a meter. ¡Ufff, ufff!!.. No sabes las ganas que tenía de joderte desde que te vi las tetas en la carretera, es más, hasta me hice una paja en mi troca cuando iba manejando ’’. Le decía a mi Madre mientras el mete saca se fue convirtiendo en embestidas brutales sobre su chocho.

-‘‘¡Ahh si, si Cabrónnn!! ¡Pues ya me tienes! cogeme fuerte… métemela, hazme sentirla hasta el fondoooo ¡Arrrgghhh!! ’’. Le pedía mi Madre casi a gritos. 

Suerte que ya había poca gente en el restaurant y no había otras mujeres que ocuparan ese baño, porque si no habrían oído los berridos de mi Madre al pedir verga cómo una vulgar prostituta. No cabe duda que durante estos ultimos meses muchos eran los cambios que se habían producido en la personalidad de mi Madre, rápida pero progresivamente, casi sin apenas darme cuenta, mi concepto de la moral y del comportamiento de una mujer, sobre todo si era viuda, habían cambiado radicalmente. Todo esto produjo un importante e inconsciente cambio en mi, antes el deseo sexual me lo provocaba siempre sólo y exclusivamente, ahora, sólo lo hacía con las imagenes que mi Madre me arrojaba casi a diario, aunque no me daba cuenta, mi facinación por ver a mi Madre cada vez se apoderaba más de mi, sin saber hasta dónde esto pudiera acabar, antes se lo hechaba a los chantajes de esos desgraciados, pero ahora, viendola ahí, en ese sucio servicio, berriando cómo una Puta, no había duda que mi Mamá siempre había tenido esa mujer ardiente adentro y que ahora con esos mal olientes tipos le despertaban de manera salvaje esa extraña sensación de transformarla en esa Puta que sin importarle la hora el lugar o el sujeto se entregaba plenamente berriendo cómo una Perra en celo.

-‘‘¡Aarrggghhh! CABRÓN!!… vas a hacer que me corra ..¡Dios, esto es increíble!! ’’. Empezó a gritar mi Madre mientras se sujetaba al cuello de su semental y movía las caderas para que la verga del trailero golpeara con más fuerza en su chocho. Pero él, en vez de hacerla correrse, le sacó la verga del chocho y la volvió a bajar al suelo de rodillas.

-‘‘¿Quieres correrte, Puta? ¡Je, je, je!.. sabes qué, lo que yo quiero es correrme en tu carita de Puta bonita que tienes, ¿entiendes? ..te dejaré calientita para que te acuerdes de mi y quizás cuando te vuelva a hablar, porque me daras tu teléfono y dirección para volver a darte y así me recibiras bien calientita con esas nalgotas que te cargas y así poderte dar hasta el cansancio y llenarte el hueco que tu lindo Marido te dejó vacio ’’. Le dijo con un súbito cambio de actitud bastante violento. Pero en el estado actual de Mamá, eso parecía que lo único que hacía era ponerla más cachonda todavía.

-‘‘¡JODEME CABRÓN!!, NO VEZ COMO ESTOY!! ¡Ah!, ¡Ah! ¡No, no me puedes dejarme así!, ..estoy, estoy que ardo ’’. Le gritaba Mamá llena de rabia sexual.

-‘‘¡Callete Zorra o te sacó así encuerada para que mis demás amigos te llenen hasta por las orejas!, ..¡si ya te veía yo con cara de que te iban a gustar las vergas! ¡Ahora chúpamela hasta que te diga, Puta! ’’. Ordenó el trailero a mi Madre.

Mamá más que asustada por el aviso del trailero, ni corta ni perezosa se volvio a meter aquella verga en su boca y empezó a chuparla de nuevo, con el mismo ímpetu que hace unos minutos. Mientras con sus dos manos la iba pajeando, el trailero rugía de placer, agarrando el rubio cabello de Mamá para acompañarla en su mamada. No duró mucho esto último, y con todos los músculos de su enorme cuerpo en tensión, tiró del pelo de mi Madre para que esta sacara su verga de su boquita golosa, y con un último bufido se empezó a correr, si sobre su lindo rostro.

-‘‘¡Oooohhhhh!! ¡Arrgggghhhh!! ¡Toma Puta!, tragatelos todos ¡BRUARRRRR!!! ’’ Bufaba mientras se agarraba la verga y se la pajeaba acompañando la espectacular corrida que estaba echándole a mi Madre sobre el rostro.

Mamá sólo se limitaba a cerrar los ojos y la boca, mientras recibía toda esa espesa leche en su lindo rostro. Cuando el trailero terminó de correrse, Mamá tenía semen no sólo en su linda cara y en su sedoso pelo, sino que también en sus tetas y en todos los muslos. El Cabrón seguía agarrando el pelo de mi Mami mientras con la otra mano seguía tratando de exprimir lo que pudiera quedar de semen en sus enormes güevos. Cuando estuvo seguro de que ya había expulsado todo lo que tenía, acercó la punta de su hongo a los labios de mi Madre. Ella no podía abrir los ojos, un gran brumo de espesa lefa le impedia abrirlo, tampoco podía hablar ni respirar aire, ese cabron le había puesto un facial con el jugo de sus güevos.

-‘‘Haber Mamacita, se buena y límpiala bien, ¡Je, je!.. Quitame la lechita que queda ’’.

Pero Mamá se encontraba en ceguera temporal, así que tuvo que quitarse con los dedos esa humillante pasta que le llenaban los ojos, con sus manos arrojaba el semen que escurria de su rostro y con mucho trabajo logró abrir un ojo, pero sólo para encontarse con ese ciclope que esperaba con ansias para ser limpiado y acaraciado nuevamente por su delicado paladar. Mamá no terminaba de limpiarse cuando el infeliz trailero se la pegó a los labios para que ella abriera la boca y envolviera el prepucio con su boca. Asi mi Madre aún con ceguera empezó a limpiar la leche que quedaba. El sujeto se dejó limpiar la verga un rato más hasta que debió de tener la punta ya muy sensible, y soltando el pelo de mi Madre se subió los pantalones y le dijo:

-‘‘Bueno Señora ..has estado perfecta. Por cierto, dame todos tus datos, ..estoy seguro que después de esto querrás que te vuelva a ver, ¡Je, je, je!..’’ Le dijo tirándole una servilleta de papel para que se limpiara.

-‘‘Maldito, no puedes dejarme así ..¡estoy que ardo!! ’’. Le recriminó mi Madre llena de rabía sexual.

-‘‘Ni modo Mamita, yo ya eh terminado ¡Je, je, je!.. Ya vístete ya, que cómo te vea así tu hijo, ¿qué va a pensar el niño de su Mami? ¿Eh?, ¡Je, je, je!..’’

Mamá no respondió, sólo se quedó allí de rodillas, mientras se limpiaba cómo podía toda la leche que le había caído en la cara, especialmente en los ojos. Cuando el desgraciado trailero se terminó de abrochar el cinturón y se dirigió a la puerta, escuché la puerta cerrarse, pero mi Madre seguía inmóvil, con la cara de Puta llena de leche y con la mano pasándosela por la cara tratando de limpiarse la leche de ese trailero, pero sólo consiguiendo restregársela más. Yo me quedé allí, viendo a mi Madre desde la rejilla, desnuda, sudada, llena de leche por todo su cuerpo y con una rabía de impotencia y frustración por haberse quedado caliente.

Sin darme cuenta vi cómo alguien entraba al baño dónde yo me encontraba, enseguida me escondi en el compartimiento del servicio sin hacer ruido, pero cuando me entere por los resoplidos y carcajas que era el desgraciado trailero me asusté un poco. El desgraciado se había metido al servicio de los caballeros para lavarse la cara y recuperarse un poco, cuando se metio al otro compartimiento continuó al mío para orinar, enseguida salí de ahí sin hacer ruido, corrí hacía la camioneta todavía muy perturbado, estaba muy excitado y sorprendido con Mamá por sus extrañas reacciones, ahora cualquier tipo podía accesar a su cuerpo tan fácilmente, dónde había quedado aquella mujer ejemplo de perfección y la viva imagen de la Madre perfecta.

Me encontraba undido en mis pensamientos cuando una voz ronca y grave me sacó de ellos, era el maldito trailero nuevamente que se había acercado a la ventanilla del piloto con su gran sonrisa de victoria y humillación.

-‘‘Hola pequeñin, ..tu Mamita debe de estar en el baño todavía, no te asustes, enseguida esta contigo. Lo que pasa esque se embarró todita ¡Je, je, je!..’’

No me había percatado de su repulsivo acto, el desgraciado se estaba limpiando el sudor de su rostro con las pantaletas de mi Madre, era cómo una burla para nuestra familia y eso parecía regocijar al tipo.

-‘‘Oie pequeñin, ..le pedí a tu Mami algún recibo de teléfono que tuviera en la guantera. ¿Sería tan amable de darmelo? ’’.

-‘‘¿Recibo? ’’.

-‘‘Si, ..me dijo que tú me lo darias ’’.

Busqué en la guantera rogando a los dioses por no encontrar nada, pero Mamá era amante de guardar todos los papeles en la guantera, así en cuanto lo abrí, un manojo de papeles se vinieron hacía mis piernas. El tipo sonrió y se quedó con uno, yo la verdad estaba más asustado que no comprendí en ese momento la sucia artimaña del mañoso sujeto. Solo cuando el sucio trailero se dirigió a su troca para abrir la puerta y arrojar los panties de mi Madre sobre el tablero, se me vinieron sus sucias intenciones. El desgraciado se había llevado todos los datos de Mamá y la dirección de nuestra casa, sin darme cuenta le había abierto el camino para que el sucio trailero la volviera a buscar, me arrepenti ahí mismo pero cuando analizé las cosas ya era muy tarde, él me volteó a ver desde su camión y dijo:

-‘‘Esta rico el aire ¡Je, je, je!.. Las cosas que hace tu Mami por ti. Disfruta el aire chamaco, ..tu Mami ya lo pagó ¡Je, je, je!.. Luego nos vemos muchacho, ..portate bien y sigue exigiendole cosas a tu Mami ¡Je, je, je!..’’

Yo no estaba seguro de querer seguir escuchando las palabras humillantes del sujeto, una cosa era saber que Mamá había sido despojada por un extraño de sus prendas más intimas que ahora observaba allí sobre el tablero de su cochino camión en calidad de prueba indiscutible de la extraña naturaleza de mi Madre con aquel hombre y otra muy distinta era estar aguantando las palabras llagantes del desgraciado que se burlaba abiertamente por haberse metido entre los muslos de mi Madre. Asi que poniendo mi cara de enojado subí la ventanilla de mi lado para no seguir escuchandolo.

Ahi estaba yo, bastante enojado por la actitud superior del sujeto, que no bastó con chingarse a mi Madre en el cochino baño del restaurant, todavía el desgraciado se ponía hablarme de esa forma vil, bulgar y en doble sentido sin siquiera imaginar que yo lo había vivido todo. En eso veo salir desde la parte posterior de ese cochino lugar la maltratada figura de mi Mami que se dirigía hacía dónde yo estaba. Venía muy sonrrojada y se le notaba claramente la frustración que le habían dejado, tenía su pelo completamente mojado y su rostro ya sin maquillaje.

-‘‘Vamonos mi amor ..dejemos este cochino lugar. Hace un calor horrible ’’.

-‘‘¿Porque tardaste tanto Mami? ’’.

-‘‘¡Hay mi amor!, ..que no viste lo manchada que quedé por estarle ayudando a ese sujeto ’’. Me dijo bastante frustrada y de mala gana.

-‘‘Uyy, perdón Mamá ’’. Le respondi, al darme clara cuenta de su frustración sexual.

-‘‘Pe, perdón mi amor, ..lo que pasa esque este maldito calor y estar pensando en tu Abuelo me tienen muy estresada, abrochate el cinturón cariño, regresemos a la carretera ’’.

Cuando nos dirigíamos nuevamente hacía la carretera, Mamá pasó sin querer por el lado del camión del sujeto, lo cuál el desgraciado aprovechó para soltarle otro bulgar comentario:

-‘‘Adios Mamacita, ..pronto nos veremos nuevamente ¡Je, je!.. ¿Ahora si te entra aire en tu cosita? ’’.

Mamá quedó aturdida ante el inesperado y mañoso comentario proveniente del hombre con quién no obstante apenas de haber conocido unas cuantas horas atrás, debido a su inmenso deseo había pasado de ser un total desconocido hasta permitirle que se metiera en el cochino servicio dónde había aceptado prodigarle sus caricias más intimas de mujer y mostrarle todos los encantos que desde el día de su matrimonio hasta que empezaron los sintomas de la extraña enfermedad de mi Padre habían sido únicamente reservados para él.

Al escuchar esas bulgares palabras referidas hacía la perdida de sus pantaletas y hacía traer su parte más intima prácticamente al aire sólo cubiertas por su ajustado pantalón, sumamente sorprendida, el caracter de orgullosa y altanera de Mamá flaqueó y decidió voltear hacia otro lado a mirar el tráfico por su ventanilla mientras se sumía en sus pensamientos. Mamá quería gritarlo, estaba frustrada, ese degraciado no le había dado su tiempo para liberar toda su excitación, es más, el infeliz sólo la había aumentado, ella quería gritarlo, que las palabras brotaran de sus labios, que la liberaran de su carga y de su frustración.

Mientras que Mamá continuaba ensimismada y agitada entre el torbellino de queja, reclamo, excusas y remordimiento por el adulterio que había echado por la borda sus intenciones de permanecer fiel a su difunto Marido, el auto continuaba avanzando y se alejaba de aquel lugar dónde nuevamente había mancillado el recuerdo de mi Padre. Mamá se relajaba y difrutaba de esa frescura que el aire fresco que con su cuepo había pagado. Durante el viaje ya no hubo más palabras, sólo ese extraño edor que Mamá emanaba de su cuerpo tras haberse revolcado con aquel sucio hombre para poder pagar este refrescante aire que ahora nos envolvía y nos abrazaba.

La carretera volvió a mi cabeza. El paisaje había cambiado, el valle sea abría lleno de verdor y casi se olía el agua, su rumor brotar por todas partes. Mi Madre ya se había tranquilizado y suspiraba amodorrada.

-‘‘Hemos llegado, Mami ’’. Le dije entusiasmado por ver a mis Abuelos y primos.

-‘‘Ya casi mi amor, ..no te quites el cinturón ’’.

Tras 4 horas de carretera más, por fin habíamos llegamos a nuestro destino, ese pequeño pueblo de calles empedradas y de casas coloridas, lugar dónde mi Madre había pasado su niñes y las raices de su Familia, este lugar que apesar de que sólo un par de veces había visitado y que ya tenía varios años sin regresar, seguía siendo el mismo. Lugar tranquilo con gente amigable y sonriente que te recibia calidamente con apenas conocerte, así era el pequeño pueblo de mis Abuelos y que ya casi olvidaba. En un instante entramos en el pueblo. Las casas de piedra y adobe me parecieron más luminosas. Todo parecía sonreír. En el fondo, en una calle solitaría y llena de grandes arboles, ahí estaba las casa de mis Abuelos, era una casa en el pueblo grande, de unas ocho habitaciones con dos plantas, abajo la cocina comedor y un gran salón, arriba los dormitorios y baños. Al llegar a la casa de mi Madre aparcamos junto a la entrada. Dentro se oía una ligera algarabía. Se abrió la puerta y aparecieron mis Tíos, que pasaron cómo una exhalación para abrazarse a mi Madre que apenas había salido del vehiculo.

Como lo esperabamos nos recibieron con abrazos y besos, por un momento olvidamos la verdadera razón de nuestra visita. Junto a la Abuela estaba mi Tía Cesy, la cuál se nos había adelantado por avión, tambíen mi Tío Carlos, el cuál ya estaba tomandose unas cervesas con otro Tío, el Tío Lupe. La familia de Mamá es muy grande, ella tiene muchas primas y primos, las cuáles cuentan con un sin numero de hijos, que me canse de saludar a primos y primas, también de Tias que no perdían tiempo en jalar mis mejillas y sacudir mi cabello. Teníamos mucho sin visitarlos y la alegría por vernos se sentía en el ambiente. De la puerta apareció también mi Tía Olga con la que mi Madre se abrazó durante un largo rato. Quién la besó preguntándole por su vida y por cómo la pasabamos, sus dos temas preferidos.

-‘‘Bien Moni, me alegro que esten bien, ..¡pero mírate, si estás cada vez más delgada! ¿Pero comes algo en la ciudad, Prima? ’’.

-‘‘No creas he, ..lo cierto es que he subido un poco con las preocupaciones ’’.

-‘‘¡Serás exagerada! ’’.

Mi Tía Olga y mi Madre se reían cómplices, tenían una afinidad especial. A veces, pensaba que ellas se querías más que hermanas, quizas más que con mi Tía Cesy, siempre que se veían no se separaban jamás, parecían dos jovencitas sonrientes y alegres, no paraba de pláticar. La distancia con ellas no había cambiado sus sentimientos. Tras las imnumerables pláticas y los multiples bocadillos que habían hecho para nuestra visita, nos enteramos de que nuestro Abuelo materno estaba mejor en salud, había estado hospitalizado toda la noche pero que por su fortaleza y por su cercanía con el campo, estaba ya recuperado, aún estaba en cama, pero ya fuera de peligro.

Mamá estuvo tranquila y contenta por la rápida recuperación de su Padre, habíamos hecho un largo viaje pero había valido la pena, se miraba muy contenta y radiante, por el momento la veía tan feliz por estar de nuevo en su casa. Mamá por un momento se había olvidado de aquellos chantajes e imnumerables humillaciones, nuevamente la miraba sonreir cómo cuando estaba con mi Padre, esa mujer era la que me gustaba ver y no aquella desconocida que se había revolcado con aquel cochino trailero en aquel sucio baño de paso. Mamá esta radiante y más bella que nunca, hoy sus ojos azules brillaban más que el azul celeste del cielo en esta provincia, estaba contento por ella y más aún por ver a mi Abuelo completamente recuperado.

-‘‘¡Que bueno que han venido Mónica!, ..tu Prima Sandra esta por casarse mañana. Estará encantada de verlas después de tanto tiempo ’’. Le decía su Prima Olga.

-‘‘No sé Olga, ..la verdad que no hemos venido a divertirnos, mi Papá todavía esta delicado ’’.

-‘‘Ve mi amor, ..Ramón estará encantado de que vayas a la boda de tu Prima, recuerda que siempre fueron muy buenas amigas, ..además él ya esta bien. Es más, ..hoy hasta quería levantarse para ir a ordeñar las vacas ’’. Le decía la Abuela.

-‘‘Animate Mónica ..Papá ya esta mejor, además hay que aprovechar que ya estamos aqui, ..no siempre se casa una de nuestras Primas ’’. Le decía mi Tía Cesy animandola a la fiesta.

-‘‘No lo sé, ..además no traigo nada para la fiesta, yo...’’

-‘‘No te preocupes encontraremos algo adecuado para ti, ..con ese cuerpazo que te cargas Primita, estoy seguro que te encontraremos algo espectacular. Además, quién quite y conoscas a alguien por ahí que te quite el luto ¡Ji ji ji!..’’

-‘‘Ay que cosas dices, Olga ¡Jijiji!.. No sé te quita lo picara ’’.

Las cosas quedaron así entre las Primas, todas estaban muy contentas en ver nuevamente a Mamá, así mismo toda la familia estaba armando una gran fiesta y nosotros pues no quisimos ser menos y en menos de lo que canta un gallo cómo se dice aqui en la provincia Mamá ya tenía vestido y buscaba un traje para mi. Yo la verdad que ni tenía deseos de ir, estaba tan entusiasmado por todas las cosas que había en el rancho de mis Abuelos, tanto que no podía esperar para que amaneciera el dia siguiente y así poder jugar con todos mis Primos.

Andando por ahi, me di cuenta de que uno de mis Primos ‘‘Fernando’’ que hacía mucho tiempo que no lo veía preparaba maletas para irse. Nando era el típico chico revelde. Delgado y fuerte. Ni alto ni bajo, con ciertos tatuajes en sus brazos. La mayor parte de las veces sin afeitar. Con el pelo más largo de lo que quisiera cualquier Madre. Por lo que me pude enterar era musico de una pequeña banda de Rock, aunque no eran muy conocidos se destacaban por ir a diferentes pueblos a tocar. Nando, aunque no era el tipico chico atractivo, su forma y en la manera revelde de ser y siempre había tenido bastante éxito con las chicas. Lo digo porque siempre que lo veía llevaba una chica nueva para presentarse a su Madre, mi Tía Olga. Era un poco macarra, con una pequeña afición al hachís, o a la mota como le conocen en otros lugares, muchas veces metido en peleas, y siempre llevando alguna moto de dudosa procedencia… tenía cierto nombre y siempre salía con una u otra del pueblo.

Nando estaba en su habitación, un cuarto cerrado y lleno de posters de calaveras con un letrero de ‘‘Largate’’ al final del pasillo del que muy pocas veces había podido entrar. Mi Madre pasaba por ahi, cuando de pronto se giró y se dirigió a esa habitación.

-‘‘¿Dónde está Olga? ’’. Preguntó mi Madre impertinente cuando abrió la puerta de ese cuarto.

Al abrir la puerta me di cuenta de lo que ahora había en su interior. Era la tipica habitación de un adolecente de 20 años, posters de bandas de rock, posters de mujeres en bikinni, revistas de autos y porque no, alguna que otra del conejito regadas por el suelo. Cuando mi Madre entró a la habitación, una nube de cigarro o de hierva flotaba en el ambiente. Dentro de la habitación estaba Nando y alguno de sus amigos, como les decía estaba arreglando las maletas para salir, seguramente para alguna de sus giras. En cuanto Mamá abrió la puerta, la mirada de Nando se centró en el cuerpazo de su Tía. Al muy cabrón se le iban los ojos. Él se hallaba ubicado sentado sobre su cama reacomodando su maleta en el suelo.

-‘‘¡Por dios aqui no se puede respirar! ’’. Dijo mi Madre refiriendose al humo.

-‘‘¡Tía Mónica!, ..no me imaginaba verla por aqui ’’.

-‘‘¡Nando, que grande estás ya! ’’. 

Mi Madre tenía ya tiempo sin verlo, al igual que yo, si la memoria no me fallaba ya hacía más de 4 años. Enseguida se le vino encima para abrazarla

-‘‘¿Y usted?, ..igualita de chula que siempre ¡Ja, ja!.. ¡Que barbara Tía!, ..el tiempo no pasa en usted ’’.

-‘‘Que cosas dices, Nando ¡Jijiji!.. Llegamos apenas un par de horas, ..andaba buscando a tu Mami ’’.

-‘‘¡Mmm!, ..mi Madre debe de andar por ahi. Nunca se la pasa aqui en la casa, ..seguramente con alguno de sus novios ’’.

-‘‘¡Jijiji!.. Como eres con tu Mami, ..pensé que andaría por aqui ’’.

-‘‘No la he visto Tía, ..desde hace algunos dias ¡Ja, ja, ja!..’’ Replicó Nando, haciendo patente su falta de frecuencía por la casa.

-‘‘Anda, es verdad, qué tonta, ..si me dijo que iba a conseguir un traje para Pedrito ’’. Dijo Mamá, palmeándose en la frente.

-‘‘Eso debe ser, Tía ’’.

-‘‘Bueno, da igual, ..la esperaré a que regrese. Perdón por la molestia chicos ’’.

-‘‘Claro que no es molestia, Tía ..pero creo que va a tardar mucho más. Mi Madre siempre que sale regresa muy tarde ’’. Dijo Nando a su Tía mostrando una sonrisa que iluminaría la noche más oscura.

-‘‘Es verdad, ..a tu Mamá se le va el dia en la plática ¡Jijiji!..’’

-‘‘Tiene usted una sonrisa preciosa, Tía ..ya entiendo porque es la Tía más hermosa que tengo ’’. Nando pensó que no tendría mejor oportunidad que esa para empezar sorrojar a su Tía, y procedió con el primer halago.

Mi Madre se ruborizó. Hacía mucho que no recibía un piropo tan amable, normalmente era un desgraciado desaforado el que la ‘‘obsequiaba’’ con algún comentario soez que la asqueaba claro está.

-‘‘¡Hay!, muchas gracias Nando, ..pero primero, tutéame, no me hables de usted que no soy vieja todavía ’’.

-‘‘Es cierto, no lo es ’’. Añadió Nando con la más pícara de sus sonrisas, centrandose más en su cuerpazo que en su edad.

-‘‘La verdad es que trato de cuidarme mucho, ..tu sabes, dietas y mucho ejercisio, claro está ’’. Dijo Mamá un tanto halagada de que su adolencente Sobrino le dije tales cosas.

Tras el comentario, Nando no pudo evitar bajar la vista de los azules ojos de su Tía a sus pechos, que se adivinaban redondos y llenos bajo la fina tela de poliéster de su camiseta. Y a Mamá no se le pasó inadvertido el movimiento de su Sobrino, y aunque su primera intención fue taparse los pechos y salir de ahi, dentro de ella nació nuevamente esa sensación que la había llevado a perder la cabeza con aquel sucio camionero unas horas antes.

-‘‘Yo diría que si no se hubiera casado estaría para presentarla a miss ¡Ja, ja!.. ¿O no Nova? ’’. Refiriendose a su amigo que seguia con la baba casi escurriendosele de la boca al ver tremendo mujerón.

-‘‘¡Carai, Nando! ¡No me habías dicho que estaba tan... chula! ’’. Saltó al escenario el tal Nova, chocando la mano de su amigo y observando con una sonrisa a la voluptuosa Tía de su amigo.

El tal Nova era el mejor amigo de Nando, de unos veintitres años, vago con los estudios y con un carácter muy agresivo similar al suyo, quizás por eso se llevaban tan bien. Físicamente, Nova no era un chico muy agraciado. Estaba gordo, muy relleno por todos lados, con piernas y brazos robustos, algo chaparrón, culo gordo, barrigón, tenía una panza muy blanduzca, con la piel muy blanca y velluda, y algo feo, con la cabeza redonda y pelada al rape. Eran amigos desde la infancia y ahora tocaban juntos.

-‘‘Tranquilo Nova, ..ella es Mónica, mi Tía. La Tía más hermosa de la tierra ¡Ja, ja!..’’ Dijo, señalándole a mi Madre, que no parecía haberse tomado a mal las multiples miradas de los dos adolecentes que parecían devorarla.

-‘‘¡Maldición, Nando!, ..¡no me has dicho que era tan tremendamente preciosa! ’’. Exclamó el otro tipo que parecía igual de aventado y lujurioso que su amigo.

-‘‘Muchas gracias chicos, ..son muy amables ’’.

-‘‘Solo decimos lo que vemos Tía ’’. Volvió agregar Nando.

-‘‘Muchas gracias, ..encantada de conocerte, Nova ’’. Le dijo extendiendole el brazo.

-‘‘¡El gusto es mio Sra. Mónica! ’’. Dijo el tal Nova, que en lugar de estenderle el brazo como correspondia se acercó a ella para estambarle dos besos en las mejillas que la obligaron agacharse un poco y a él a ponerse de puntillas por la diferencia de estatura.

-‘‘Bueno chicos, ..los dejo para que sigan haciendo sus cosas. Y ya no fumen tanto, ..eso les causara muchos daños ¡Jijiji!..’’

-‘‘Si usted nos dice que no fumemos, ..yo si lo hago Sr. Mónica ¡Jei, jei!..’’ Añadió con picardía el Nova girándose hacia mi Madre y guiñándole un ojo.

-‘‘Bueno chicos, ..los dejo solos ¡Chao! ’’.

-‘‘Muy bien, bonita, ..luego nos vemos ’’. Dijo Nando para despedirla.

En cuanto mi Madre se dio la vuelta para encaminarse al pasillo, los dos desgraciados se pusieron en el marco de la puerta para observarla. Sobrino y amigo la miraron mientras volvía a salir hacia el pasillo. La veían de espaldas, viendo como las voluptosas nalgas de la Tía se alejaban de ellos de manera cadenciosas, yendo de un lado a otro, apretujadas en ese ajustadísimo jeans que parecía querer explotar las costuras a cada paso que daba, cómo exhibiendo su culazo a los ojos de ellos dos.

-‘‘¡Está rebuena tu Tía!, ¿eh, Nando? ’’. Le escuché que decía el Nova antes de volver a cerrar la puerta.

-‘‘Sí, demasiado, ¡Ja, ja!.. esta reculona y tetona ’’. Sonrió Nando.

-‘‘¡Miraste cómo movia el culo la hija puta!, ..yo creo que sabía que la estabamos viendo ¡Jei, jei, jei!..’’

-‘‘¡Me tiene loco la muy Cabrona!, ..siempre me la jalaba pensando en ella ’’.

-‘‘¡Está rebuena!, ..¿los palos que le ha de hechar tu Tío no? ’’. Añadió el Nova tomando confianza.

-‘‘Está sola, ..su Esposo murio hace un par de años ’’.

-‘‘¡Uh!, no mames güey, ..¿todo eso se está desperdiciando? ’’.

-‘‘Pues no le conocido ningun otro pretendiente, ..yo me imagino ’’.

-‘‘¿No me digas que no le echabas un polvo a tu Tía? ’’.

-‘‘¡Me encantaría!, ..¿quien no? ¡Ja, ja, ja!.. Esas pinches nalgas las sueño todos los dias ¡Ja, ja!..’’ Subrayó.

-‘‘¡La muy Perra me puso como burro! ¡Jei, jei!..’’

-‘‘¡Ya apurate a recoger todo eso, que no tardan en pasar por nosotros! ’’. Dijo Nando apresurando las cosas para marcharse.

Los dejé ahi, rememorando en sus calenturientas mentes las nalgas y tetas de mi Madre, además ya se iban y no me ocasionarian más problemas. Sin más, me dirigí a la recamara principal de la casa. Entré seguido de Mamá, luego que ella se acercara al Abuelo, ambos se fundieron en un abrazo que me pareció que iba a durar eternamente. Mi Abuelo siempre quizo a mi Mami por encima de las demás, era la concentida de Papá, la hija ‘‘casi perfecta’’ su orgullo, su hija favorita. Cuenta la Abuela que cuando mi Madre se casó con mi Padre el Abuelo le lloró mucho, la quiere demasiado, y a mi ni se diga, enseguida me abrazó con sus brazos fuertes y curtidos de tanto trabajo, la verdad que yo tambien casi lloré cuando lo abrazé, tenía tantas ganas de verlo y me daba mucha alegría que ya se encontrara bien, que solo había sido un simple susto.

Tras la cena, Mamá y mis Tías se concentraron en la pláticar. Olga y mi Madre seguían conversando divertidas, repitiéndose las mil historias que se habían contado por teléfono durante el último año y que ahora, una delante de la otra parecían volverse reales. Los Tíos seguian tomando afuera y la mayoria de mis Primos asi como yo habíamos caído amodorrados. Mi Tía Cesy se levantó de repente.

-‘‘Me los voy a llevar arriba, ..les he preparado las camas a todos, pueden dormir juntos cómo la ultima vez que vinieron, en la habitación grande, junto a la de Mamá ’’.

-‘‘¿Te ayudo? ’’. Mamá hizo ademán de levantarse.

-‘‘No hace falta, Mónica ..no tardo nada. ¡Vamos, niños arriba, a dormir! ..y nada de juegos en la habitacion, ¿eh? ’’.

Lo cierto es que tras estar toda el dia en la carretera y todo aquel ajetreo con mis Primos, la pesadez en mi cuerpo se hizo más evidente, por lo que dejé que mi Tía Cesy nos llevara a la habitación que nos habían preparado, Mamá seguramente dormiria en la recamara que le perteneció durante su infancia, la cual se mantenía intacta por ordenes del Abuelo. Por lo que asi, mi Madre y mis Tías vieron desaparecer al grupo escaleras arriba y ellas se sirvieron otra taza de café. Ahora se respiraba un silencio agradable en la casa sin nosotros, aunque claro aqui arriba ya había empezado la pelea por disputarse las camas. Mi Tía nos colocó de manera estrategica en distintas habitaciones. Yo, junto a los Primos más pequeños, y los otros Primos de mi edad en otra habitación adjunto, a las niñas las había dejado en el cuarto de huspedes. Así separados parecía que finalmente nos había controlado. La verdad es que no es fácil dormir aquí con tanto niño.

.....

Al otro día, entre ayudarle a mis Tíos con la cosecha y corretear con mis Primos todas las vacas, la tarde se nos vino encima, por lo que los regaños de mi Mami por meterme a la ducha ya eran más que evidentes, la casa se transformó en un ir y venir de gente, entre que unos acarriaban los regalos otros se duchaban, y muchos ya estaban anciosos por ir a la fiesta. Yo por mi parte, cómo cualquier niño, buscaba la manera de reusarme de la fiesta pero ahí estaba Mamá para corretearme. Cuando llevaba mi toalla para dirigirme a la ducha, sin querer pasé por la recamara que antes y ahora le pertenecía a mi Madre, ahí estaban ellas tratando de acomodarse un vestido de noche que a Mamá le habían encontrado.

-‘‘¿Estás segura de que no se pasa un poco de la raya? ’’. Le preguntaba Mamá a su Prima Olga por el ajustado vestido que le había encontrado.

A lo que interrumpiendo la plática ella le contestó que estaba segura de que no, pero que si no, por lo menos dejaría a todos lo hombres babeando por toda la fiesta, por lo que unos instantes después Mamá salió del closet para colocarse frente al espejo para aparecer ante mis ojos luciendo un revelador vestido color azul oscuro que le llegaba hasta sus tobillos pero que en su lado izquierdo presentaba una abertura que se prolongaba desde el dobladillo hasta muy arriba de su pierna, dejando la mitad de su muslo a la vista con cada movimiento que ella hacía. Caminó frente al espejo para ver su reflejo de frente y después giró para mostrarnos su parte posterior, dejándome notar que éste era aún más ajustado que todos lo que tenía en casa. Incluso mostrando de encantadoramanera una tenue sombra y pliegue en la tela que revelaba la separación entre sus nalgas, resaltando de manera incitante el optimo contorno de su trasero en forma de pera.

-‘‘No, no estoy segura Olga, ..¿no me veo demasiada sujerente? ’’.

Cuando giró para mostrarle más detenidamente el frente de la prenda, noté que la tela era tan delgada y tan ajustada que definitivamente ponía de manifiesto cada rasgo de su vientre, hasta que desaparecía en la forma de sus amplios senos, que por la abultada pechonalidad que mi Mamá tenía, estos parecían apenas ser contenidos dentro del escote del vestido, aunque sin llegar al descaro claro está, pero eso si, no iba a poder evitar ser el centro de atención en la boba.

-‘‘¡WAOOOHH!! ’’. No pude contener mi expresión de sorpresa y excitación al verla tan sensualmente enfundada en aquel seductor vestido, y ella volteó a mirarme sorprendida de mi reacción mientras se encaminaba nuevamente hacía el espejo para mirarse en él.

-‘‘¿Verdad que tu Mami se ve muy linda Pedrito? ’’. Preguntó mi Tía Olga.

-‘‘Sss..siiii, muy linda, Mamá ’’.

Entonces ya parada frente a su reflejo, giró levemente su cuerpo de un lado al otro mientras arqueaba la espalda y levantaba sus hombros para proyectar al frente sus deliciosos pechos y observar así su perfil en el cristal cómo si lo que pretendiera hacer fuera exponerla ante la calificativa mirada de algún critico de modas y sin apartar la vista de su figura sólo dijo:

-‘‘Gracias mi amor, ..pero no te salvas de no ir a la fiesta. Metete a la ducha que se nos hace tarde, cariño ’’.

La respuesta casi me hace soltar la toalla y pese a mantener mi sonrisa y lograr conservar el pequeño permiso para seguir observando, de sorpresa observé cómo Mamá regresaba a la cama, estaba por pasar frente a mí, de pronto se detuvo para recoger su ropa y dándome la espalda se inclinó a recogerla de sobre la cama, entonces el efecto de la luz sobre su trasero ostentosamente expuesto ante mi morbosa mirada me permitió que al verla en tal posición sintiera un aguijonazo directo a mi entrepierna al darme cuenta de lo inapropiado que resultaría para mi en la fiesta que ella fuera a lucir esa prenda delante de los demás invitados en la boda, ya que por el reflejo del sol sobre la oscura prenda pude observar que la delicada tela del vestido no alcanzaba a ocultar el trazo de su ropa íntima, pues se apreciaban claramente las costuras de sus pantaletas, cualquiera en aquella fiesta que se lo propusiera no tendría el menos problema en adivinar el tipo de ropa interior que mi Mami usaría bajo su vestido.

Sin más, me metí a la ducha y me preparé para lo que se viniera. La boda se realizó en otra enorme casa de uno de los Tíos primos de mi Madre, era en un jardín enorme cubierto de una alfombra verde de pasto que le daba a la velada junto con los manteles largos y las grandes antorchas un ambiente de gala muy elegante y sofisticado. Todo marchaba de bien en popa, docenas de familiares que no conocía y otros que ya ni recordaba. Después de iniciada la boda y ya después de presentarnos ante los principales actores de esta gala nos acomodamos en nuestra respectiva mesa con mi Abuela y mi Tía Olga, la cuál ya no se nos separaba ni para ir al tocador. Todos se miraban felices y los novios pues no se cansaban de sonreir en la velada, todo estaba marchando perfecto y yo la verdad ya empezaba a aburrirme, estuve a punto de decirle a mi Madre que me llevara a la casa de mis Abuelos a dormir, cuando mi Tía Olga se levantó de la mesa para llevarse a mi Madre del brazo.

-‘‘¡Ven Mónica!, ..necesito que saludes a alguien ’’.

-‘‘¿Alguien? ..¿a quién?, ¿a dónde me llevas Olga? ’’.

Desde la mesa observaba cómo mi Madre y mi Tía se alejaban de nosotros, Mamá al ir caminando era imposible desapartar la mirada de sus tremendos glúteos que apretujados dentro de ese ajustado vestido parecían querer romper la costura del mismo. No sabía hacía dónde se dirigian ni mucho menos quién era la persona que con tanto ahinco mi Tía trataba de presentarle. Mi Tía llevandola casi arrastras de la mano a mi Madre, la llevó hasta dónde un tipo de rasgos marcados y fuertes se encontraba ahí para presentárselo, y yo mientras terminaba un refresco y movia la cabeza entre la gente para no perder detalle de que era lo que pasaba, observé cómo de inmediato una sonrisa se dibujo en el bronceado rostro del sujeto, a la que ella respondió también con un gesto simpático aunque algo nervioso.

De pronto, percibí o creí hacerlo, un dejo de galantería proviniendo de él, pero aunque Mamá actuaba de manera apropiada, ese nerviosismo que mostraba al jugar con su finos aretes de pedrería, me decía que de alguna manera una especie de coqueteo se daba entre los dos. Justo cuando ya iba a levantarme para seguirla y averiguar la identidad del sujeto, mi Abuela me pidio de manera amable que fuera por su abrigo al sentir la fresca tarde y el inicio de la velada que estaba a punto de abrigarnos. Y así que de manera amable me levanté de la mesa para dirigirme hacía el vehiculo dónde nosotros habíamos llegado. Pero de igual manera al ir caminando hacía las afueras del jardín no perdí detalle de aquel inesperado encuentro entre aquel sujeto y el extraño nerviosísmo de mi Madre.

Mientras caminaba hacía la salida seguía con la mirada lo que ellos hacían, mi Tía Olga se separó un instante de ellos para irles a conseguir unos tragos y luego tuvo que regresar a recibir a otro de los invitados mientras que el sujeto no quitaba esa extraña sonrisa y le pláticaba muy de cerca no se que tantas cosas a mi Mami. Cuando salíeron de mi rango de visión corrí lo más rápido que pude para traer el encargo de mi Abuela, nuevamente volvía a sentir latir mi corazón y esa extraña sensación me decía que esta fiesta no iba a estar tan aburrida cómo yo pensaba.

Cuando por fin logré apoderarme del encargo de la Abuela, corrí de nuevo a la mesa para encontarme a mi Madre y a mi Tía nuevamente sentadas, repuse un poco el aliento para percatarme de una ligera sonrisa que Mamá ya no quitó durante toda la velada. Tras el baile de apertura de los novios y la primera copa decidimos salir a bailar a la pequeña pista que montaron en el centro del jardín, abarrotada de gente bailando los primeros pasosdobles. Mientras trataba de bailar con mi Tía y Madre, no quitaba ojo al tipo que Mamá muy amablemente había estado platicando por un breve momento, que no había parado de soltar una copa tras otra durante el baile y no le quitaba el ojo a mi Madre por un instante. Yo no me fiaba un pelo de ese sujeto, que nos observaba desde el borde de la pista con actitud de chulo comentando cosas con otro amigote. Pude medio leer en sus labios que le comentaba las ganas que le tenía a mi Madre. Este último comentario lo acompañó agarrándose la verga con la mano y comprobé que verdaderamente tenía ganas de acosarla. Pero de repente vi a Mamá, tan dulce y buena conmigo que por un instante se me pasó la desconfianza. Sabía que ella estaba rodeada de amigos y parientes y no creía que fuera intentar alguna cosa. Entonces lo dejé pasar pensando que sólo quedaría en una más de las fantasías del tipo. Mamá se miraba tan agusto y contenta que no creía que pudiera ocurrir algo.

Seguíamos bailando cuando de repente empezó a sonar el gran éxito del verano y todo el mundo se echó a bailar a la pista. El espacio era demasiado reducido para toda la gente que pretendía bailar, por lo que estábamos todos apretados cómo sardinas. Nadie era capaz de dar ni un sólo paso y la gente se limitaba a mover los brazos y las caderas al ritmo de la tan famosa canción. Ante la avalancha de gente yo me había separado unos metros de Mamá y no alcanzaba a verla completamente. Cuando finalmente recuperé la visión del sitio dónde estaba mi Madre la sangre me hirvió al comprobar que el sujeto al que yo había estado vigilando se me había escurrido de mi vista y había conseguido posicionarse pegado a ella bailando al ritmo de la música. Ella al principio no se percató de que este sujeto estaba detrás suya, pero de repente él le susurró algo al oído y Mamá dio un respingo.

No le tomé mucha importancia, ya que talvez sería un pariente lejano que yo no conocía, o algún amigo de la infancia que Mamá nuevamente encontraba. Confié en que mi Mamá se desharía de él pero ella siguió bailando cómo si nada. Es más, aumentó sus contoneos y empezó a bailar exageradamente sexy moviendo sus caderas en círculos. Lo malo fue que con la estrechez que había en la pequeña pista el suejto se había colocado tras mi Mami pegando su apretujado paquete contra el trasero de mi Madre y lo movía a ritmo restregandolo todo lo que podía. Lo que más me dejó perplejo fue ver que Mamá ni se inmutaba y le seguía el rollo a su repentino invitado, dejando que este se creciera al ver su aceptación. De repente el sujeto la tomó por las caderas a mi Mami y apretando todavía más su paquete contra su trasero comenzó a hacer movimientos de arriba hacia abajo. A estas alturas, el fino vestido que llevaba mi Madre debería estar metiendosele por la rajita de su trasero debido a la presión y el frotamiento que el desconocido le hacía. Yo veía perfectamente cómo a medida que ella apretaba sus nalgas contra el paquete del sujeto, Mamá se iba excitando. Sus mejillas se sonrojaron.

El final de la canción pareció sacar a Mamá de su éxtasis y abruptamente recuperó la compostura. La gente empezó a desaparecer de la pista de baile y Mamá se separó del sujeto que volvió al borde de la pista a comentar la jugada con su amigote que no paraba de soltar carcajadas. Mamá y mi Tía regresaron a la mesa carcajeandose felizmente, yo ya me había sentado y me encontraba algo confundido.

-‘‘Pedrito, mi amor, ..¿dónde te metiste? te perdiste lo mejor del baile ’’. Me recalcó mi Tía Olga hechandose aire con la mano sofocada.

-‘‘Tenía mucha sed y regresé por mi refresco, Tía ’’. Fue lo unico que pude comentar para no evidenciar mi enojo.

Yo estaba muy molesto por la actitud coqueta de mi Madre y la complicidad de mi Tía. Aunque ambos seguíamos entretenidos, poco después del cuarto de hora de haber bailado de manera coqueta y sensual con aquel desconocido que no paraba de mirarla a cada instante, Mamá me preguntó si me molestaría que ella se divirtiera un poco y aceptara la siguiente invitación a bailar, lo cuál ocurrió poco después y de inmediato aceptó la invitación dirigiéndose con su acompañante a la centro del salón. En ese instante aproveché para preguntarle a mi Tía la identidad de ese misterioso sujeto.

-‘‘Él es Pablo, Pedrito ..no te pongas celoso, tu Mami sólo se esta diviertiendo. Aunque te digo un secreto, ..él es el hermano del primer novio de tu Madre ’’.

Al escuchar eso, no pude evitar voltear y ver por mis propios ojos que para Mamá el bailar no era cosa de sólo moverse, sino que en realidad era cosa sería y en vez de ponerse a mirar al vació cómo muchas mujeres lo hacían, ella realmente dedicaba el baile para el gusto de la pareja con quién se movía, le miraba a los ojos y pronto comenzaba a moverse provocativamente, girando, meciéndose y sonriéndole de manera picara. Y con su buena figura y el sujerente vestido que portaba, era realmente toda una atracción de mirar para los demás hombres alrededor.

El sujeto de quién mi Tía hablaba y que con mi Madre en estos momentos bailaba era un hombre particularmente alto, bien vestido y de aspecto atlético, traía una camisa vaquera y nos jeans negros bien ajustados, el tipico vaquero galante de los anuncios de cigarros, lo poco que investigué de mi Tía era que él era el campeón de monta de toros del pueblo, el desgraciado era ginete de terribles toros, a eso su forma atletica y sus rasgos muy varoniles. Traía unas botas vaqueras y un cinturón de plata con una enorme cabeza de toro en la hevilla. El desgraciado la acaparo por más de tres canciones y justo cuando ya se disponía regresarla hasta nuestra mesa, al comenzar a escucharse las notas de otras canción que supongo que era muy popular para ella me volvio a decir:

-‘‘¡Mmm!! ¡Me encanta esa canción mi vida! ..¿puedo bailar con el Señor? ’’. Me preguntó.

Aunque en realidad no esperó por mi respuesta y antes de que yo pudiera decir una palabra completa, ella ya se encontraba con él cerca de la pista, comenzando moverse al ritmo alocado de la melodía. Esta vez mi Madre hizo cómo la primera vez que bailó con él y pronto se separó del vaquero, quedando de espaldas a él mientras que contoneaba su espectacular trasero y volteando a verlo por sobre su hombro, dirigía una incitante mirada que parecía una completa invitación a que él tomara acción y se precipitara a cerrar el espacio que separaba sus cuerpos. Rápidamente me percaté que en vez de ser ella la que accedía a la invitación, decididamente le jaló de nuevo hacia el centro de la pista de baile.

Desde la mesa observaba cómo por detrás de la figura del vaquero con su amplia espalda, cerca de 1.90 metros de altura que se movía detrás de mi Madre y que en ese justo momento caí en cuenta que prácticamente Mamá estaba ya rendida ante sus encantos, en menos de lo que me daba cuenta, ella ya se encontraba posesionada de su actitud de bailarina seductora, dedicándole miradas provocativas, mientras contoneaba sensualmente sus caderas al ritmo de la música, y de pronto volteando su cuerpo de espaldas a él sólo giró su cuello para mirarle mientras entreabría los labios y dirigiendo su mirada hacia el terrible paquete que su compañero de baile ya no podía seguir resguardando en sus apretados jeans y meneando sus caderas comenzó a mecer suavemente su trasero que enfundado en aquel vestido tan ajustado dibujaba. Yo no sé cómo mi Madre se ponía a bailar de ese modo tan sujerente con ese sujeto sin la minima de vergüenza a que su Madre o sus otros parientes la viera, o que los demás invitados empezaran a susurrar su manera tan poco decente de ofrecerse de esa manera a ese tipo, que parecía más que ser parte de un baile, un ofrecimiento de ella.

Pero al voltear para los lados, todos estaban más concentrados en observar la pareja de novios que con mucho amor bailaban al son de la musica que en observar aquella mujer que movía tan sensualmente las caderas ofreciendose descaradamente al sujeto que para pasar desapercibidos se habían aislado en una esquina de la pista dónde las luces pocas veces alumbraban. Y el tal Pablo, aceptando su iniciativa, llevo sus manos hasta acomodarlas en su cintura, apenas unos centímetros más arriba de la suave apariencia de sus glúteos que parecían estar por reventar la tela del vestido, y yo en cuanto vi aquello, sentí cómo mi corazón empezó a latir a mil por hora y la sangre por mis venas comenzaba a palpitar agitadamente.

Mamá no parecía en absoluto molestarse con el intimo contacto de las rudas manos del vaquero rosando tan cerca de sus áreas indecorosas, y en cambio ahora buscó con sus lindos ojos la mirada de aquel sujeto mientras de que sin objetar este la acercaba hacia su regazo. Por lo que yo podía ver desde mi sitio en aquella mesa y junto a la Abuela, cómo aquel desconocido si en esos momentos hubiera querido tener cualquier suerte con ella, a cómo Mamá lo miraba, el desgraciado ya se hubiera metido entre medio de sus piernas cómo lo había hecho aquel desagradable trailero. Cuando él finalmente acercó su cuerpo a su glorioso trasero y sin mayor problema comenzó a restregar la tela de su pantalón contra el ajustado vestido de ella, sin importarle que mi Abuela o sus docenas de familiares pudieran pensar o hablar cosas de su manera tan impudica de bailar.

Pero tal limite no apareció y no fue sino hasta casi el final de la canción cuando el compás de la música descendió hasta desencadenar en un ritmo lento y ellos dos se separaron nuevamente, cuando yo pude notar que el candente baile había surgido efecto en el pantalón del sujeto, que se apreciaba notoriamente el tremendo bulto ocasionado por el contacto tan intimo contra el trasero de mi Madre. Él inclinaba su cabeza, susurrando algo a los oídos de mi Madre y ella mirándose en sus ojos se sonrojaba y sonreía mientras que asentía complaciente a lo que fuera que el hombre aquel le dijera.

Cuando por fin la música terminó y ellos sin soltarse de las manos se dirigieron de nueva cuenta hasta dónde nosotros nos encontrabamos, pronto tomaron otro vaso de vino que algún mesero había reemplazado por los anteriores y justo cuando me disponía yo a decirle algo a mi Madre sobre lo inapropiado que me parecía que ella estuviera dejándose llevar de tal manera con ese desconocido para mi, pero al darme cuenta que estábamos frente a la Abuela y con algunos de mis Tíos allí observándolo todo ya no dije nada. Otra de nuestros parientes se acercó a mi para darme un beso y nuevamente despeinarme cómo le era la costumbre de todas mis Tías, e iniciar alguna conversación.

Tras apenas unos instantes de esta nueva plática, Mamá se acercó a mi Abuela y después de sonreír a nuestros familiares, se excusó diciendo que enseguida regresaba porque el tal Pablo quería pláticar con ella en una de las bancas alejadas del jardín. Cosa que después de darme un beso y decirme que no me moviera de ahí, sonreir de manera complice con mi Tía para salir caminando con ese vaquero cómo si fuera una chiquilla en uno de sus cortejos.

-‘‘¿No tardaremos mucho verdad, Pablo? ’’. Le preguntó de manera inocente Mamá cómo si no me hubiera dado cuenta de la terrible excitación que ya no soportaba en el pecho.

-‘‘Claro que no Móni, ..sólo platicaremos un segundo ’’.

Eso de ‘‘Móni’’ no me agrado en lo más mínimo, pero por fin escuchaba la voz gruesa y varonil del sujeto que pese a estar muy excitado y concentrado en no evidenciar su tremendo bulto ante nosotros, se mantenía sereno a sabiendas de que ya la tenía en sus manos.

-‘‘Mi vida, sólo iremos a ver unas cosas que quiere mostrarme el Señor ..no dejes a tu Abuela sola, ¿ok? ’’.

Y luego dejándome sin salida para objetar nada concluyo:

-‘‘¿Ustedes los acompañaran mientras, verdad? ’’. Les preguntó Mamá a mis Tíos.

-‘‘No te preocupes Mónica, tu vé a platicar, ..que tanta falta te hace ¡Ji, ji, ji!.. Nosotros cuidaremos de Mamá Silvia y de Pedrito, ..vé anda antes de que te arrepientas ’’. Le dijo de manera complice mi Tía Olga.

Me dio un beso en la mejilla y se encaminó hacia dónde el desgraciado vaquero la conducía, y yo sólo pude aceptar el quedarme allí siendo cortes con mi Abuela y mis demás parientes evitando hacer una escena aniñada que pudiera resultar embarazosa para Mamá y para los demás invitados de la mesa, y por supuesto que indígnante también para mi.

Entonces vi cómo Mamá era escoltada por aquel hombre de aspecto varonil a través del jardín y los invitados, hasta que llegaron a las bancas que conducían a la gran laguna dónde se prácticaba todo tipo de pesca. Mamá iba por delante seguida apenas unos tres o cuatro pasos detrás por el hombre. Mientras caminaban me era muy difícil concéntrame en lo que decían mis Tíos o en lo que sucedía en nuestra mesa, en tanto que contemplaba la desconcertante escena de ver a mi Mami caminando delante de aquel sujeto, meciendo sensualmente sus caderas que quedaban justo delante de los ojos de su acompañante, ocasionando con ello que el infeliz no perdiera detalle de los buches que hacía Mamá al caminar con sus prodigiosas masas de puro jamón rosado. El infeliz estaba en la gloria, su mirada quedaba fija en el contoneo que los altos tacones producían con su voluminoso trasero, incluso para añadir a mis mortificaciones un detalle aún más morboso, alcancé a ver cómo ella volteó a verlo y al percatarse de la manera tan libidinosa en la que aquel tipo la venía viendo, en vez de actuar con el recato propio de una Señora, le sonrío y tan sólo aminoro la marcha dejando que él se acercara más.

Y antes de perderse de mi vista, cómo si fuera la ceresa del pastel, el desgraciado aquel, después de voltear a ver que nadie los estuviera viendo, llevó una de sus rudas manos hacia las apetitosas nalgas de mi Madre y de manera por demás lasciva apretujo con ella la superficie de tela que cubría la abultada carne de sus glúteos. Por supuesto que lo único con lo que él no contaba fue con que el hijo de aquella hermosa Señora que estaba a punto de disfrutar, sin dar muestras de que tan consciente estaba de lo que entre ellos dos ocurría, fingía continuar platicando con mis Tías.

Los siguientes minutos se me hacían eternos, estaba tan desesperado por ir a ver que sucedía con ellos dos que sólo respondía cosas que me preguntaban sin saber en realidad de que se trataba, estaba muy nervioso, no sabía cómo escaparme de ahí para ir tras aquella pareja de tortolitos. En la mesa todos charlaban y se reían mientra yo con una sonrisa fingida trataba de demostrar mi atención, pero que por dentro era un mar de dudas y de desesperación. Pedi para ir al baño y me escabullí entre la gente, lo malo que el servicio estaba en dirección opuesta hacía dónde se había ido Mamá, por lo que tuve que fingir que entraba en el servicio para después salir y correr por detrás del escenario dónde el conjunto musical daba sus mejores notas. El trayecto era largo pero no me podía dar el lujo de perderme tal espectaculo.

Mi mente volaba, ya me imaginaba a mi Madre felizmente montada encima del vaquero. Corrí lo más rapido que pude entre los arboles que rodeaban todo el lugar, cuando me acerqué hacía las banca dónde los había perdido de vista me quedé más intigado, cuando llegé me di cuenta de mi Madre y su primer amor no estaban, los tortolitos aprovechando que nadie los veían habían decidido cambiar el escenario de su encuentro, voltié para todos lados y no vi rastros de mi Madre. Con una tristesa en los ojos y mi corazón bombeando a mil por hora decidí regresar a la mesa, el vaquero había sido muy astuto, la había engatuzado rápidamente para perderse con ella sabra dios dónde. Cuando regresaba hacía el bullismo logré percatarme de que una de las puertas de la casa estaba ligeramente abierta, no estaba seguro que ahí se hubieran metido, pero talvez era mi última esperanza de ver a mi Madre con uno de sus viejos reencuentros.

Entre sin hacer ruido, el pasillo estaba oscuro, esta zona era una de las laterales de la casa, con grandes ventanales que daba una perfecta panoramica de toda la hermosa laguna. Ya adentro no escuchaba nada, tan sólo los murmullos de la fiesta y el compaz del bals de los novios que estaba por iniciar. Por un segundo pensé en salir del lugar y regresar a la mesa, pero al adentrame un poco más logré dislumbrar dos siluetas en el fondo del salón. ¡No había duda!, eran ellos dos, mi corazón empezó a latir muy fuerte, tanto que hasta yo mismo lo podía escuchar. Me puse de rodillas y gatié muy despacio para lograr acercarme unos centimetros, me situé detras de un mueble y desde ahí saqué mi cabeza lo suficiente cómo para lograr ver.

Ya que mi vista se había acostumbrado a la oscuridad logré diferenciar la figura del vaquero, el cuál se encontraba detrás de ella, mientras que mi Madre con la cara desencajada sólo miraba la bella panoramica que le daba la laguna con una hermosa luna en todo su esplendor. Las manos del tal Pablo se tornaron incluso más agresivas que antes, por lo que y quizás en parte debido a que Mamá se había tomado varias copas de vino, poco fue lo que quiso o intentó hacer por detenerlo, cuando en eso vi cómo sus manos agiles intentaban desabrochárle la parte trasera del largo y ajustado vestido color oscuro que le daba una silueta de una bella sirena, para dejarlo caer a sus pies y hacerla salir del mismo antes de hacer una exclamación al ver el modo en que mi Mami iba vestida para aquella velada.

Entonces el vaquero, después de contemplarla por unos cuántos instantes y disfrutar de la hermosa vista de la retaguardia que súbitamente estaba casi del todo expuesta, incluso antes de sentir cómo aquellos dedos le soltaban el sujetador para poder quitárselo por completo, y dejarlo caer al piso, lugar dónde fue a parar sobre aquel montón de tela oscura que hasta hacía unos minutos había cubierto casi todo su bellisímo cuerpo, dejándola ahí parada en medio de aquel salón, vistiendo ya las más mínimas de sus prendas y zapatos de tacón alto.

Mamá se encontraba de espaldas a él, cuando se percató del gran espectáculo que sus tremendas nalgas podrían estarle ofreciendo, apenas cubiertas por aquella casi transparente tela de sus pantaletas, que según recordaba yo no haberla visto con ellas esta misma tarde al estarse arreglando para la fiesta. Pero que poco o más bien nada hacían por cubrirla ahora y no pretendían ser nada más que una última, aunque meramente simbólica línea de defensa, que sin duda alguna pronto también sería vencida por el sujeto para dejarla vestida únicamente con sus aretes y su collar de perlas que mi Madre siempre lucía para ese tipo de fiestas. Sin dejar a menos las zapatillas de aguja, medias y portaligas que en momento alguno hizo el menor intento por despojarse de ellas.

El tipo la hizo inclinarse sobre una mesa de cristal que había ahí en el salón, hasta quedar apoyada sobre su cubierta con los codos, y ofrecerle así la vista aún más impúdica de sus tremendos glúteos, cuya redondez comentó brevemente antes de llevar sus manos al elástico de las pantaletas y comenzar a bajárselas para descubrir finalmente toda la superficie de sus nalgas.

-‘‘¡WOAOUHH!! ¡Jamás pude olvidar tus nalgotas Mónica!, ..cuando te casaste sentí desepción, pero cuando Olga me dijo que habías regresado y que además habías enviudado no pude evitar mi emoción. Y ahora tenerte así, ..mira nada más que rica te vez con esos calzoncitos, son todo un descaro y se te ven todas las nalgotas ¡Mmhhh!! Con el matrimonio se te pusieron mejores ¡Jey, jey!..’’

Terminó de decir el vaquero antes de continuar deslizándolas por sus muslos, pasando por sus pantorrillas hasta hacerlas llegar a sus tobillos dónde las dejó caer para que llegaran a caer junto con las demás prendas que las aguardaban sobre la alfombra. Aunque en realidad, en vez de ello, las caprichosas prendas se enredaron en una de sus zapatillas, ocasionándole que trastabillara sobre sus tacones al intentar librarse de ellas y levantar uno de sus pies para zafarse de las mismas.

-‘‘¡A esto es a lo que le llamo yo un verdadero par de nalgas! ’’. Comentó el enloquecido vaquero al ver a mi Madre ya sin prenda intima que la cubriera.

-‘‘¡Aah! ..no me digas esas cosas que me pones cómo loca ’’.

-‘‘Perdoname mi amor pero parecen ancas de potranca fina ¡Jey, jey, jey!..’’

Se rió el vaquero. Y mi Madre se quedó allí con las pantaletas enrolladas en los pies mientras que le obsequiaba aquel par de carnes de su trasero para que las contemplara, incluso levantándolas un poco más para que las gozara mucho mejor.

-‘‘Ya había olvidado lo mucho que te gustaban mis pompis ’’. Le dijo Mamá en tono coqueto.

-‘‘¡Claro Móni!, ..nunca he conocido un culote cómo el tuyo. Y vieras que eh visto bastantes. ¡Estas riquísima!, ..viéndote así no pararía de montarte en un mes, te la clavaría de diario ¡Jey, jey!..’’

Le contestó el vaquero al mismo tiempo en que se escuchaba el cierre de su pantalón abriéndose por completo y Mamá cómo chiquita asustada, volteó su rostro para encontrarse por primera vez con el falo de su macho embravecido. Cuando el tal Pablo se dirigió hacía ella con su terrible falo en la mano para situarse entre sus piernas, Mamá que al no haberse librado por completo de sus pantaletas, apuraba la marcha para seguir intentando zafarse de la prenda, mientras que las estiraba hasta dónde el elástico se lo permitía. Sin embargo cuando él ya se situaba entre sus muslos, levantó uno de sus pies lo suficiente cómo para que la delicada prenda quedara debajo de una de sus botas y luego la bajó hasta pisar con ellas sus delicadas pantaletas.

-‘‘A ver ahora si, levanta las piernas y sácatelos ’’. Le ofreció el desgraciado cómo si fuera toda una galantería de su parte estar pisoteando la prenda intima de mi Madre para ayudarle a despojarse de ellas.

Mientras que Mamá por su parte, se limitó únicamente a conseguir liberar una de sus piernas de los huecos de la prenda y ya no hizo más intento por sacar la otro, dejando así que permaneciera enrollado alrededor de su tobillo. Entonces ella después de intentar mirar por última vez aquel enorme y venoso palo que su nuevo amante pronto probaría para clavar dentro de su ser, en actitud sumisa y expectante volteó hacia el frente su cabeza y se dispuso a dejarlo hacer de sus nalgas lo que quisiera.

-‘‘No sabes cuantas veces deseé tenerte así de nuevo, Mónica ..sabes, mi hermano nunca se pudo reponer de lo que hicimos. Siempre fuiste el amor de su vida, ..estuvo a punto de venir pero cuando se entero de que habías vuelto se reuso. Creo que sigue enamorado de ti, ..si se imaginara que nuevamente te tengo aqui conmigo. ¡Jey, jey!.. Ahora si se suicida el muy pendejo ¡Jey, jey!..’’

La verdad que no sabía a lo que se refería ese sujeto con sus palabras, creo que tendría que indagar en el pasado de mi Madre, talvez ahi estaba el secreto de la naturaleza extraña de mi Madre. Por otra parte, ella que permanecía impaciente por el contacto, aunque apenas pasaron un par de segundos, a ella debieron de parecerle horas, cuando por fin sintió por primera vez el contacto de esa barra encendida contra su blanca piel que la luz de la luna la hacía ver más blanca, y las manos de aquel vaquero la hicieron retorcerse cuando tocaron sus glúteos temblorosos que ansiosos lo esperaban para sentir su palo deslizándose dentro de su ser.

Mi Madre se vía muy anciosa, pero el sujeto la estaba gozando palmo a palmo, parecía querer alargar más el momento. Ella no soportando ya casi tanta espera, sin voltear atrás, dejó clavada la mirada en la enorme ventana del salón, quizás rememorando estar de nuevo en ese lugar, mientras que llevando su mano hacia atrás para encontrar un poco más arriba la tupida maleza del pubis del sujeto, y tras unos instantes de buscarlo, finalmente sus dedos se cerraron alrededor de aquella enorme barra de venas palpitantes par intentar guiarlo más fácilmente dentro de ella.

-‘‘¡Oh por dios!, que grande eres mi amor ¡Ummhh! ..que rico, que rico ’’.

-‘‘¿Lo recuerdas? ¡Jey, jey, je!..’’ Comentó el vaquero al sentir los delgados dedos de mi Madre aprisionándolo por completo.

-‘‘Si Papi, ..lo recuerdo muy bien. Tu fuiste el primero ’’.

¡Le dijo mi Madre dandome la primicía de que mi Padre no había sido el primer hombre en su vida!, si no que antes de que Papá la llevara al altar, ¡mi Madre ya le había entregado la flor de su intimidad al sujetó que nuevamente se situaba entre medio de sus piernas!. Y que ahora anciosa por sentirlo nuevamente, lo jalaba hacia su centro de placer para que se acercara hasta que la punta de su ardiente falo empezó abrirse paso dentro de su cavidad que lo esperaba ya cubierta con sus propios jugos.

-‘‘¡OUUHHH!! Papi, ..me llenas por completo ¡Mmhh! ’’.

-‘‘¡Que bonitas manos tienes, Móni! ..pero lo que más me gusta es tu sortija de matrimonio que brilla deslumbrantemente alrededor de mi palo’’.

Le dijo el desgraciado para hacerme notar que mi Madre se había puesto esa argolla que no sólo servía para adornar sus delgados dedos, si no que era la prueba viviente del gran amor que le había tenido a mi Padre y que con orgullo lo cargaba para sentirse orgullosa de haber sido la Esposa del gran Empresario Rodolfo Tapia. Pero que ahora sólo servía para acrecentar el gran pecho del vaquero que se sentía el dueño de aquella espectacular hembra ahora que su Marido ya no se encontraba.

Al escuchar sus palabras, Mamá en vez de sentirse ofendida por las ofensivas palabras hacía su difunto Esposo, pareció que la encendió aún más y fue por ello que decidida a darle un espectáculo digno de que no la olvidara jamás, en vez de acabar de introducirlo dentro de su cuevita, lo apartó un poco para acariciarlo tiernamente con sus dedos y dejarlo que contemplara un poco más sobre su falo de macho, aquel anillo que simbolizaban su unión con otro hombre. A quién aparentemente ella debía su fiel fidelidad y respeto. Y aquien se suponía que tendría que reservar el placer que pronto le iba a obsequiar por segunda vez a este sujeto.

-‘‘¿Te gusta cómo se siente dentro de mi? ’’. Le preguntó mi Madre al tiempo en que dejaba que únicamente la moraba cabeza de su encendido falo, permaneciera cobijada dentro de los pliegues de su vágina.

-‘‘¡Ooohhh!!! ¡Ssii!! Ni parece que estuviste casada ..no esperaba que se sintiera tan calientito y apretadito ahí dentro ’’. Le terminó de decir su amante, refiriéndose a su temperatura y a su complejidad fisica al haber tenido un hijo.

Entonces el vaquero ya decidido e impaciente, decidió a ir por todas, acomodó sus manos sobre sus nalgas y la alzó un poco más para con un sólo empujón empalarse casi por completo alrededor de su verga, haciendo que de inmediato reaccionara mi Mami a morderse los labios para intentar acallar un agónico suspiro de placer que por poco y escapa por completo de su boca. Su antigüo amante se replegó un poco para acomodarse, antes de volver a la carga nuevamente y hacerla sentir deslizándose nuevamente dentro de ella.

Ahi estaba mi Madre, doblada hacía delante mientras el vaquero empujaba fuertemente con sus caderas, y ahí estaba yo, a escasos 2 metros de ellos dos escuchando los gemidos ahogados y casi olfateando los olores a sexo que inevitablemente ya empezaban a transpirar en el ambiente hasta llegar a mi nariz para que así nuevamente llegara ese olor inconfundible de mi Madre. Poco a poco fue hundiendo toda su verga dentro de la vagina de mi Mami, haciéndola sentir un inmenso placer que agitaba todos sus sentidos, y hacía parecer cómo si todo a su alrededor comenzara a dar vueltas dentro de un remolino de excitación sensual, y yo continuaba excitandome más al ver cómo mi Mami con sus caderas comenza a moverse para ir en busca de lo más que él pudiera ofrecerle para gozar.

-‘‘¡Ooohhh!!! ¡Ssii!! Esto es lo que necesita ¡Aaaahhh!! ’’. Decía Mamá sacando por fin su frustración sexual.

De pronto el tipo llevado por el deseo, de manera bastante brusca, alcanzando sus cabellos, dio un fuerte tirón para hacerla voltear hacia la enorme ventana que tenía de frente, y allí de pronto apareció frente a sus ojos su propia imagen de esa mujer ardiente de deseos que parada frente a una mesa de cristal, doblada por la cintura, montada sobre unos altísimos zapatos de tacón que alzaban toda su figura mientras que con las piernas totalmente estiradas se apartaba de la mesita para buscar encajarse contra un hombre que la penetraba brusca y ansiosamente por detrás.

-‘‘¡Ufff, ufff!!.. ¿ya viste cómo te miras? ’’. Le preguntó haciéndola reaccionar ante la imagen que sus propios cuerpos ofrecían en la ventana.

-‘‘¡Ah!, ¡Ah! ¡Ah! Si, si me veo ¡Ah! ¡Ah! ’’.

-‘‘Lo que diría el viejo Ramón si entrara y te viera ahora mismo. ¡Uff, uff!!.. Nunca nos quiso, jamás le llegamos a llenar el ojo, ..siempre quizo lo mejor para ti ¡Uff, uff!!.. Por eso te casaste con ese rico ..pero ahora, yo soy el que te esta montando ¡Uff, uff!!..’’

Le hizo él su morboso comentario mientras que ella en un pequeño instante de lucidez pudo ver sobre la ventana, el reflejo de sus nalgas siendo perforadas por el hermano ex novio, para luego mientras hacía la cabeza hacia atrás para no sentir tan fuerte el tirón de sus cabellos, encontrar sus tetas rosando en el cristal provocandole así más grado de excitación. En cuanto el vaquero la soltó de su abundante melena lo primero que hizo Mamá fue levantar por completo su pierna hasta que su rodilla quedó sobre el frio cristal de la mesa, para poder así ofrecerle al vaquero otra manera de montarla.

Sin embargo esto no fue posible ya que el desgraciado se aposicionaba fuertemente de sus caderas cómo si de un potro salvaje se tratara y jalandola hacía él, súbitamente cómo si de un fuerte torero se tratara, clavó en ella todo su falo que la sacudió por completo y la hizo sentirlo hasta el centro de su mismísimo ser, y la hizo casi clavar sus uñas sobre la madera del borde de la mesa, cómo si fuera cuestión de aferrarse a la pobre mesa para poner salvar su vida. En seguida la hizo bajar nuevamente la pierna para juntarla con la otra y quedar así con los muslos totalmente pegados, para ofrecerle aún más placer al friccionarse aún antes de recibirlo dentro, al rozar contra sus deliciosas nalgas que le ofrecían un ajustado paso a su vagina.

-‘‘¡Asiiii!!! ¡mi amoorrrr!! ¡Ah! ¡Ah! Montame cómo a tus toros ¡ARGGGGHHH!! ’’.

Lloriquió mi Madre cómo una bebé al sentirlo y sus piernas se cerraron aún más para aprisionarlo por completo dentro de si, sin duda alguna aquel vaquero era un hombre fuerte y vigoroso que sabía cómo complacer a las mujeres. Lamentablemente para mi, esa mujer que berreaba cómo una Puta era la mujer que me había dado la vida.

-‘‘¡Aaaayyyy!! ..¡así Papi! ..¡uuuyyyy!! ..¡me partes!! ..¡Pablo!! ...¡NO PAREESSS! ..¡NO, ME DÉJES!!! ’’.

-‘‘¡CALLATE MALDITA SORRA!! ..¡si apenas estoy empezando!! ..¡que rico es volver a tenerte así!! ..¡Ooohhh!!! ..¡dijiste que serías mia si te la metia!! ..¡ERES MIA MÓNICA!! ..¡Y me vas a esperar, escuchaste, me vas a esperar, porque estaras hambrienta por este hombre que te está montando!! ’’. Gritaba mientras la cogía.

-‘‘¡Si Pablo! ..¡AAHH!! ..te voy a esperar sumisa y complaciente ..¡dispuesta a todo!! ..voy a ser su yegua ..¡UUYYY!! ..La hija de Ramón ¡VA A SER SU POTRAAA!! ...¡AAAAHHHHH!!! ...¡AAAAAHHHHH!!! ’’ Estalló si primer orgasmo, fue largo e intenso, pero no la dejó satisfecha; la dejó cansada y más calmada pero no satisfecha, aún estaba hambrienta.

El portentoso vaquero se detuvo en seco, no se lo sacó, se quedó quieto parado detrás de ella. Pero Mamá no se demoró mucho en empezar a moverme en suave vaivén, ¡ahora era ella la que se estaba ensartando su falo!. Mamá podía sentir cómo sus nalgas se pegaban hacía el ingle del sujeto cuando su trasero se clavaba bajo su marcado abdomen. Ella se movía hacia la mesa sintiendo el roce de ese miembro dentro de ella, para luego volver a clavárselo y sentir su peluda piel en sus muslos y nalgas.

-‘‘¡Eso!, así mi potra ..comételo ..muéstrame que te gusta ..muéstrame que te encanta ’’. Decía el vaquero mientras acariciaba su espalda.

-‘‘¡Ah!, ¡Ah! Me encanta, ¡me encan.. aaaahhh!! ’’.

-‘‘¡Ahora más rápido! ..¡más rápido te dije!! ’’. Volvió a azotar sus pompas con sus rudas manos.

De pronto Mamá aceleró el ritmo de sus movimientos. ‘‘¡PLOFF!!, ¡PLAFF!!, ¡PLOFF!!’’ Él no se movía, era ella la que bajo el yugo de sus palmazos, devoraba su herramienta por entre sus piernas en un mete y saca frenético, cómo una yegua complaciendo a su jinete. Sabia que le encantaba mirarla dándole placer con su verga, sabia que gozaba mientras Mamá se dejaba golpear con tal de mantener su falo dentro de ella. El sentirse cómo su Puta; el escucharlo insultarla, e insultar a mi Padre, a mi Abuelo, la tenía descontrolada. Su único control se basaba en dejar que abusara de su cuerpo, con tal que siguiera gozándola, la mantenía sumisa ante él.

-‘‘¡Ya me vengo!, ¡Ooohh!! ..¿querías mis mocos, Mónica? ¡Pues ahí los tienes!, ..tooodos tuyos, ¡tómalos todos y regrésate a tu casa cargada, con mi semilla dentro, Putona! ’’. Y la insultaba.

Terminó de decir su amante cuando empezó a derramarse por completo dentro de su cavidad, sin siquiera haberle dado tiempo a Mamá para pedirle que le avisara antes de depositar su semilla allí adentro. Aunque Mamá, desde que le estaba ocurriendo toda esta trasformación de su ser y de su persona, Mamá siempre fue muy cuidadosa, y siempre se previno tomando pastillas, ya que después del terrible susto de la vez pasada con Fernando, no quería correr el riesgo de poder quedar embarazada. Pero este miserable sin apenas darle chance para reaccionar, la dejó caer nuevamente y terminó de vaciarse por completo con sendos disparos que fueron a quedar junto con su primera descarga, hasta hacerla sentir inundada por completo, y finalmente apartarse de ella en cuanto hubo terminado de venirse y sin más jalar la tela elástica de sus pantaletas que usó para limpiarse los restos de su impudica copula junto con las mieles de amor con las que ella había dejado cubierto todo su miembro.

-‘‘¡Ufff!!, ¡ufff!!.. ¡Eso estuvo fantástico!. ¡Que rico coges, Mónica!, ..me has secado los güevos ¡Ufff!!, ¡ufff!!.. Ahí te dejo mis mocos para que crescan en ti y te entretengas con ellos y pienses en mi cuando regreses a tu casa ’’. Fue su último comentario, antes de dejarse caer sobre un sillón que había ahí en el salón, sin siquiera molestarse en ayudarla a corregir la postura, dejándola ahí toda tirada sobre la mesa y con las pantaletas todas embarradas con su semen, mientras que más arriba, su pesada sustancia ya comenzaba amenazar con brotar fuera del interior de mi Mami y resbalar por sus muslos hacia el frio cristal de la mesa.

Yo estaba pasmado por la impudica escena, de pronto cuando reaccioné, me di cuenta que me sería muy difil salir de ahí, ya que el lugar estaba en silencio y fácilmente podía ser delatado, por lo que preferí quedarme en la penumbra hasta que tuviera una oportunidad de perderme entre las sombras. Mamá cómo pudo se levantó y con el mayor de los cuidados intentó volver a colocarse en su sitio sus manchadas pantaletas, procurando no untar con ellas sobre sus medias la viscosa sustancia con que aquel desgraciado las había dejado cubiertas, pero no así, pudiendo evitar cierta molestia al sentir los húmedos manchones pegarse contra la hinchada y sensible zona de su pubis y superficie de sus glúteos. Luego cuando yo creo que ya se hubo acostumbrado un poco a la sensación de aquel pegajoso liquido embarrándose sobre su piel y para no llamar la atención, usando únicamente la tenue luz que provenía del exterior, buscó su ropa para ponérmelas nuevamente, apenas percibiendo con la escasa iluminación que se infiltraba de la luna, que al parecer salvo por algún pisotón, después de todo su vestido no parecía estar demasiado arrugado o haber sufrido mucho maltrato.

Sin embrago le fue imposible localizar por ninguna parte el brassiere que completaba la combinación del juego de su ropa intima. Y sin más levantó primero una y luego la otra de sus piernas para volver acomodar sobre su maltratado cuerpo el vestido. Al terminar de subir la cremallera que corría por su espalda, se acercó a la ventana dónde momentos antes se había observado gozándose para intentar fijarse si había algo más que pudiera delatar algo de lo que había ocurrido entre aquel hombre y ella.

-‘‘¡Uff, uff!!.. Quiero verte de nuevo, ..quiero romperte ese culazo que tienes. Un trasero tan espectacular como el tuyo que se presume de serlo debe tener el culo bien abierto. Sé que tu Marido nunca te la ha metido por el culo así que yo debo poner remedio a eso, ..quiero ser el primero de nuevo. Quiero rompertelo. ¿Cuando te vas? ’’. Preguntó.

Mi Madre se quedó helada. Efectivamente, ya le habían abierto el culo en imnumerables ocasiones, y era evidente que su trasero despertaba la inquietud no sólo de él sino de casi todos los hombres que conocía, ahora todo indicaba que pronto tendría que afrontar esa posibilidad.

-‘‘¡Ah!, ¡ah! Ma, mañana o pasado mañana, ..no, no estoy segura ’’.

-‘‘¡No te vayas!, ..te invito a salir mañana ’’.

-‘‘Pablo no lo sé, ..no depende de mi ’’.

-‘‘¿De quien depende?, ..¿de tu Padre? Mónica por dios ya no eres aquella chiquilla que fue a buscarme a la casa ’’.

-‘‘Lo sé, ..pero piensa un poco por favor. Que les voy a decir, ..ya sabes que mi Padre no puede ni verte ’’.

-‘‘No te preocupes yo me encargo, ..solo quiero saber si lo deseas ’’.

-‘‘¿Qué? ’’.

-‘‘Salir conmigo mañana, ..quiero tenerte de nuevo. Estás más preciosa que antes, ..te quiero conmigo ’’.

-‘‘No lo sé, Pablo, ..no lo sé ’’.

-‘‘Piensalo, ..se lo comentaré a Olga ’’.

Cuando el tipo recuperó el aliento, trató de acomodar la mesita de cristal dónde mi Madre había mostrado sus dotes de potranca y que después de tanto ajetreo había ido a para fuera de su sitio, momento que aproveché para salir de entre las sombras para dirigirme en silencio por la puerta y perderme entre los arboles para así poder llegar a nuestra mesa, dónde mi Abuela y mi Tía seguian a carcajadas pláticando. 

Finalmente mientras me inventaba algo con que compesar mi largo retraso en el baño, después de algo así cómo 10 o 15 minutos máximo, les vi aparecer entre las bancas juntos para reunirse con la multitud nuevamente, y no se requería de grandes suposiciones para saber que sea lo que hubiera sucedido entre ellos dos, de pronto se había calmado y ya no había más flirteos, ni sonrisas seductoras, pero eso si, Mamá se tambaleaba ligeramente, insegura de dónde dar el siguiente paso, cómo si sus piernas estuvieran cansadas. Cuando llegaron cerca de nosotros, el vaquero se separó de ella y fue en busca de un trago al bar, mientras que ella se dirigió hacia nuestra mesa con algunos titubeos que para todos incluso yo mismo, podrían parecer ocasionados por el cansancio de tantas horas en tacones y la dificultad de caminar aquella pequeña franja de pasto antes de la explanada contigua a la pista de baile, que de momento parecía hacerle un tanto difícil levantar los pies.

Al momento que llegó junto a nosotros, nuevamente me besó en la mejilla y tras conversar un poco con mi Tía y mi Abuela, me pidió que le consiguiera algún otro trago que fuera muy refrescante, pues el trajín de la fiesta se sentía algo cansada y mareada, quizás debido al estupor producido por el alcohol.

-‘‘¿Me perdí de algo bueno? ¡Jijiji!..’’ Comentó ella en un tono picaro y sonrriente.

-‘‘Para nada primita, ..es más, creo que nosotros nos perdimos de algo ¡Ji, ji, ji!..’’ Le respondió mi Tía Olga en tono complice mientras tomaba su copa.

Cuando regresé con la bebida para Mamá, me senté a su lado y la observé mientras bebía su trago, se le notaba que respiraba profundamente, sus mejillas tenían un matiz sonrojado ( cómo era costumbre cuando se revolcaba con alguien ) y algunas gotas de humedad o transpiración se acumulaban en su frente, además de notarse un tanto turbada o nerviosa. Su cabello que hasta hace poco luciera inmaculadamente arreglado, ahora se notaba un tanto descuidado cómo si el aire o alguna agitación lo hubieran desacomodado de su sitio, así cómo también pude notar que al inclinarse para beber de su refresco, su busto lucia con algunas marcas aquí o allá, además de que la banda elástica de su sujetador que hasta antes de la fiesta había permanecido oculto, ahora de pronto me resultaba visible, y esto no era por otra causa más que pro o el simple hecho de que la parte trasera de su vestido se encontraba apenas abrochada y reacomodada en su sitio.

Pero lo que me resultaba más curioso en ese momento es que aún cuando la vi bailar de tan impropia manera con aquel sujeto que sin mayor consideración se exhibía delante de todos los invitados y luego la vi acompañarlo por aquellas alejadas bancas, para así perderse con él hacia la privacidad de la casa, lejos de dónde yo pudiera ver o saber que ocurría, aquella exaltación que yo sentía cuando la veía bailar con su antes desconocido para mi Pablo, mi corazón latía agitadamente recordando la manera tan morbosa e indecente en que aquel hombre había acariciado íntimamente su trasero, mis entrañas se convulsionaban presas de una extraña sensación. Y esque al verla ahí sentada a mi lado, con esa linda sorrisa que enmarcaba más aún sus lindos ojos azules, me parecía increíble que minutos antes hubiera estado en aquella posición tan expuesta, proclamandose cómo la Potranca para aquel vaquero que le daba de azotes sobre sus suculentos glúteos, cosa que ahora ya no le parecían tan satisfactorios, ya que la note quejarse levemente al tratar de mantener su postura de la gran Señora sentado sobre la silla. Pero de pronto al notar que internamente lejos de los prejuicios, mi propio cuerpo no me negaba que la candente escena, no importando de quién se tratara, me había causado una anticipada erección.

La noche pasó y la velada estuvo muy placentera, nosotros regresamos a casa para descansar, las cosas que habían sucedido esta noche me habían dejado de más transtornado, que antes de irme a la cama no pude evitar ir al baño a masturbarme, no sin antes ver a mi Madre correr al baño para sin temor a equivocarme sacarse esas empapadas pantaletas que cómo si fueran un trofeo se había llevado a su casa cómo recuerdo de su impudico reencuentro con su extraño pasado...


Continuara brevemente.............ATTE Pedrito Tapia

‘‘El tal Pablo ..rememorando su Pasado.’’

PD.... No se olviden de valorar el relato y colocar sus sugerencias para motivarme a contarles más. Les mando un cordial saludo.... 
pedritapia08@hotmail.com