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miércoles, mayo 25, 2011

Capitulo (9)




© MI MADRE Mónica.......... Capitulo (09)

“Mi Madre vuelve a pagar por mis errores.”


Desperté el día siguiente creyendo que todo lo vivido el día anterior había sido un sueño, una horrible y desagradable pesadilla, miré el despertador y marcaba las 12:15 am había pasado medio día dormido, lo raro era que había un silencio en casa aun, y que Mamá no me hubiera dicho nada. Bajé hacía la cocina aun cansando, todo estaba muy tranquilo y ordenado, tenía mucha hambre, (después de las terribles pajas que me había hecho el día anterior mi cuerpo estaba bastante agotado).

Me preparé un cereal y me dispuse a desayunar como lo hacía todas las mañanas, el simple hecho de estar en la cocina y voltear hacía la sala las imágenes del día anterior se me volvían a la cabeza. Me preguntaba si todo habría sido un sueño, ¿me estaría volviendo loco? Miré al suelo y recordé las bragas de Mamá, busqué por todos lados pero no estaban ya, no había rastro de nada, todo estaba ordenado.. ¿Lo habré soñado todo?- pensaba. En eso estaba tratando de ordenar mi mente cuando bajó mi Madre.

Observé a Mamá venir andando camino abajo por las escaleras, se dirigía al parecer a la cocina donde yo me encontraba. Venia descalza con una simple playera a modo de vestido, me fije que iba palpándosela por delante mirándose su intimidad sin presenciar que yo estaba allí. Venia tarareando una melodía, nunca la había visto despertar tan tarde y así de entusiasta. Entonces me fije que en su andar había algo raro.. venía con las piernas ligeramente más abiertas de lo normal y pisando con cuidado. Me fijé entonces en sus muslos.. algunas marcas rojizas de tallones al ser de piel muy blanca, por suerte ella no se percatara de mi presencia así que me quedé mirando otro rato más y me fijé que tenía entre los dos muslos y su vagina toda la zona completamente enrojecida, entonces levantó la vista y me vio allí desayunando. 

Se sonrojó y se bajó la playera rápidamente.

- ¡Hola cariño, buenos días.- me dio un beso en la mejilla.- Dormiste mucho.- entonces con temor me preguntó.- ¿Nos oíste nada verdad?

- Si, Ma.. acabo de despertar.- le dije quitándome las lagañas de los ojos.- ¿Oír qué? ¿Tenía que haber oído algo?..

- N-nada cariño solo preguntaba. Te has de ver agotado mucho de tanto nadar, ¿verdad?..

En ese momento no sabía que decirle, no sabía si era mejor tratar de indagar, o dejarlo ahí olvidado como si hubiese sido una pesadilla simplemente, y que siguiera pensando que yo era una inocente paloma a todo esto que sucedía con ella, sabía que si la encaraba podía acabar todo o tal vez no, pero más seguro era que, al hacerme el despistado podía seguir observando sus descaros, y yo quería seguir viendo su cambio de estos últimos días, un show de lujo dicho sea de paso.

- Dormí muy bien toda la noche Mamá.

- Me parece muy bien mi amor.. es que Randy y yo nos tomamos algunas copas anoche y bailamos un poco. Estaba preocupada porque no te hubiésemos dejado dormir.- claramente mintiéndome de que estaba preocupada, si lo que recuerdo es que estaba feliz como una chiquilla de secundaria ante su príncipe azul.- Bueno voy a prepárame el desayuno.

No le tomé mucha atención tenía que reacomodar mi mente, en eso estaba cuando el sonido de la radio me sacó de mis pensamientos. Mi Madre cantaba y bailaba preparando su desayuno. No le había puesto atención pero había algo raro en su comportamiento, había amanecido muy contenta y con mucha energía. Estaba de espaldas a mí preparándose unos blanquillos, sus glúteos se movían al compás de la melodía de la radio.

Como les había mencionado andaba descalza y sólo traía una playera que decía club de golf, al que Papá pertenecía. Le llegaba por abajito de las nalgas, mostrando por completo sus hermosos muslos definidos; cuando Mamá estaba cortando unas naranjas para su jugo natural, me percaté que sus pechos sufrían ligeros vaivenes. ¡No traía sostén.. Eso no era muy común en ella siendo de busto algo grande. Colocando dos platillos y dos vasos con jugo sobre una bandeja, (la que usaba Papá cuando se sentía cansado o se había enfermado y no podía levantarse de cama), y después se dirigió a su habitación tarareando la melodía de la radio.

- Pedrito, estaré arriba ocupada.. si alguien llega dile de favor que no lo puedo atender. ¿Ok amorcito? ..

- Esta bien, Ma.

- Que bonito mi niño.. ¡MUACCKK!!- me dio un beso en la mejilla y se dirigió a su habitación cantando y contoneando su voluminoso trasero que se le figuraba tras esa ajustada playera.

Me quedé analizando y me di cuenta de que nunca había visto salir a Randy el día de ayer. ¡Oh por dios.. así que sin perder tiempo subí a mi cuarto para encender el monitor de la recamara de su habitación. ¡Lo primero que voy viendo es al fanfarrón ahijado de mi Madre totalmente desnudo en la cama matrimonial con su verga al costado del abdomen. El tipo estaba echándote en la cama de mis Padres.. dónde mi Papá y mi Mamá habían estado durante años, y dónde había pasado sus últimos días cómo casados. Me dio un tremendo coraje verlo ahí al desgraciado, se sentía el rey de la casa el infeliz.

Con el control remoto en la mano miraba un partido de la NFL. ¿Pero qué demonios pasaba con mi Madre? Como podía permitir eso, y cómo manchaba el recuerdo de mi Padre metiendo a su ahijado a su lecho matrimonial, a ese recinto que sólo al Sr. Tapia le pertenecía. En eso llega Mamá con la bandeja de comida y se la coloca en las piernas cómo si fuera el Sr de la casa, cosa que ni con mi Padre ni con conmigo hacía. Al inclinarse lo hizo sin flexionar las rodillas hacia delante, mirando hacia ese desgraciado.

Tenía la playera subida hasta la mitad de las nalgas, y sin bragas.. ¡La muy descarada no traía calzones.. había tenido el descaro de bajar conmigo a la cocina ¡Sin traer nada más que una playera.. por lo que su tremendo trasero quedaba expuesto a mis ojos, perplejo me quedé observando. Sin querer me pasé la mano por encima del paquete al verla sin bragas, desnuda de la cintura para abajo. Era un culo blanco de nalgas blandas y abombadas, una piel muy tersa y sonrojada, con una raja profunda donde le lograba distinguir con claridad el ano, ese orificio de un tono rosado con los esfínteres muy pequeños y señalados.

- Aquí tiene.. mi Amo ¡Ji ji ji..- le dijo en tono divertido.

Al tener que estar empinada hacia delante, se le lograba apreciar la ranura de su rajita en la entrepierna. ¡Joder, qué culo, qué sorpresa al verla así, qué buena estaba, por muy que fuera mi Madre. Mamá era una mujer muy atractiva a pesar de tener casi los 40 años. Me metí una mano dentro de mi pijama y me agarré la verga embelesado, tratando de enderezársela, concentrado en el culo de mi Madre, tratando de examinar el ano y los labios de su chochito que sobresalían de su entrepierna.

- Muévete.. no me dejas ver el televisor.- le soltó de manera déspota.

Ella todavía con el jueguito de ayer se reía cómo niña tonta, mientras el fanfarrón no perdía ningún detalle del juego ignorándola por completo. Mamá al sentirse rechazada se recostó a su lado y empezó a sobarle tiernamente el pecho cómo queriéndole demostrar que ahí estaba ella para lo que quisiera, pero Randy parecía no darse cuenta de nada, sólo estaba ido en el juego. Cuando hubo un corte para meter patrocinadores el tipo salió del trance y se dispuso a comer, ella contenta porque su “Amo” ahora si le prestaría atención, se dispuso a desayunar con él.

- ¿Y quién te dijo que esto era para ti?..- le cortó de inmediato.

- P-pero si yo preparé dos..

- Las perritas esclavas no comen con sus dueños.. ¡Para ti hay leche.. desayuno especial recién ordeñado de los güevos de tu amo. Anda, mete la cabeza debajo de la mesita.. ¡Anda que esperas..

- Randy, ¿es enserio?..- le preguntó algo incrédula.

- ¿Qué?, no vas a ser caso.. ahorita mismo me largo y no te joderé más. Creí que ibas a ser mi esclava pero me equivoque.. he sido un estúpido por haber venido. Eso me ganó yo por...

- ¡Espera, espera.. lo haré,- dijo mordiéndose el labio.- No te pongas así.. mi Amo.- le soltó tratando de agradarle.

- Pues tendrás que hacerlo muy bien porque me has hecho enojar.


Mamá le sonrió cuando se subía a la cama a cuatro patas, para darle un toque sensual al acto. Se acomodó entre sus piernas y se fijó en aquel cuerpo adolecente y bien formado, de un tono dorado, bastante atractivo para las apetencias sexuales de cualquier mujer, pero quería comportarse como una puta y sofocar el ardor que le calentaba la sangre.

- Acércate, quiero que me beses..

Mamá entró a cuatro patas pasando una rodilla al otro lado de su muslo. Luego se echó sobre su costado, con el chocho pegado al muslo, con sus pechos deformados contra el tórax duro y definido de su ahijado. Le morreó, sintió su lengua ágil dentro de su boca. Él le pasaba una mano por la espalda y con la izquierda le sujetaba la cabeza para besarla. Se besaban combatiendo con las lenguas, escupiéndose los jadeos.

No lo podía creer, la pesadilla volvía a iniciar. Mamá comenzó a contraer el culo levemente para rozar su chocho por la piel del muslo, como si tuviese una calentura que no pudiera calmar. Al mismo tiempo, su mano derecha la bajó desde su hombro hasta el lavadero del abdomen, percibiendo cada cuádriceps, pasando por su ombligo y bajando de nuevo hasta adentrarse bajo la mesita y agarrarle su cosa, esa gran verga que parecía goma dura, un tolete que comenzó a sacudir a la vez que le refregaba el chocho por el muslo y babeaba sobre su boca.

Se aventaron unos instantes envueltos en babosos besos, Mamá meneándose sobre el muslo como una completa sacada y acariciándole la verga, rozando sus grandes pechos por aquellos pectorales. Randy apartó la cara para mirarle. Ella lanzaba quejidos de placer, mirándolo desquiciada, con los labios entreabiertos. Mamá se puso a besarle por el cuello y poco a poco fue bajando hasta lamerle las tetillas, mordisqueando con los labios cada una de ellas, saboreando el amargor del sudor que le abrillantaba la piel.

No lo podía entender, ¿qué le había dado ese malnacido?, Mamá le lamía como deseosa, como una guarra, sin cesar las caricias a la verga ni los refregones del chocho sobre el muslo. Continuó bajando con la lengua fuera, dejando un rastro de saliva por el abdomen, arrastrando sus pechos y arañándole con los pezones a medida que se iba curvando. Se entretuvo a lamerle el ombligo, a meter su delicada lengua en forma de puntilla dentro, y continuó por el bajo vientre, ya muy cerca de la zona genital. 

Entonces volvió a colocarse a cuatro patas y dio unos pasos atrás hasta detenerse entre sus duras y definidas piernas. El tipo estaba manipulando a mi Madre a su antojo y ella tan estúpida que caía tan fácilmente. Se levantó de rodillas sobre la cama y empezó a moverse con la música de un comercial muy sensualmente cómo haciendo un striptease, subiendo la playera poco a poquito hasta despojarse de ella tirándola hacía un lado de la cama, quedando completamente desnuda ante su Amo, después se fue gateando hasta meterse debajo de esa pequeña mesita que mi Padre había comprado para desayunar ambos cuando no querían ni salir de la recamara, cuando éramos una familia feliz y mi Madre la mujer perfecta.

La muy guarra se metió cómo pudo debajo de esa pequeña mesita que apenas le cabía la cabeza, yo sólo podía ver las tremendas nalgas al desnudo mientras su cabeza se movía incómodamente bajo esa mesa chupándosela lo mejor que podía para compensarlo. Ahí estaba la imagen que me lastimaba en lo más profundo de mi alma.. el tipo comiéndose un trozo de tocino mientras mi Madre, su bella Madrina engullía su trozo de chorizo.

Le colocó la verga en posición vertical y se curvó hacia ella para chuparla, para succionarla, para mojársela por todos lados. El Jr no paraba de desayunar, como si no sintiera nada de lo que mi Madre le estaba haciendo. Con la derecha se la mantenía empinada y con la izquierda le acariciaba la pierna desde la rodilla hasta la ingle. A veces se comía la verga hasta vomitar babas sobre ella y otras veces se dedicaba a mojársela rodeándola con la lengua por ambos lados.

- ¿Te gusta tu desayuno, Perrita?- le preguntó.

- ¡Shiii! ..¡Glashhhiiiasshhh..- se escuchó bajo la mesita de manera grotesca.

- Ya ves cómo me preocupo de ti, perrita.. te estoy dando puras vitaminas ¡Ja ja..- decía el muy cabrón.- Termínalo todo y no demarres nada.

- ¡Shiii.. Aggmooo..- contestó mi Madre atragantándose con su verga.

No podía entender o comprender por qué Mamá reaccionaba de esa forma, ¿por qué le gustaba que la sobajaran de eso modo?, que la humillaran. Bajó un poco más la cabeza para chuparle los güevos. Le subió las bolas con ambas manos y acercó la boca para mordisquearlos, para comérselos, para bañarlos en saliva. Volvió a subir a la verga para mamarla subiendo y bajando la cabeza como podía. Otras veces se la sacudía sobre su lengua. El Jr observaba el partido.

- Qué buena mamada, perrita.- consiguió decir en cuanto quitaba los ojos del partido.

- ¡Uick.. ¿Te gusta?.. ¡Aah..- le preguntaba ella.

- Sí… Lo haces muy bien, mejor que una puta… ¡Ohhh…

- Tú dime cómo te gusta..

- Por qué no me sigues chupando y te callas para que me dejes escuchar el partido..- le decía de manera déspota.

- Si Amo.

- ¿Por qué mejor no quitamos la mesita?..- sugirió ella.

- Porque no te callas y me mamas los güevos, lo haces muy rico.

Mamá estuvo buen rato atragantándose de nabo mientras el muy cabrón comía y miraba un partido de football sintiéndose todo un rey. Cuando ella se detenía un poco por el incómodo espacio donde se mantenía mamando, Randy metía la mano por abajo de la mesa sujetándola de la cabeza para metérsela entera. Comenzaba a joderla bruscamente por la boca con la cabeza inmovilizada por la mano y el poco espacio que le daba la mesita. La pelvis chocaba contra su frente, impregnándola de sudor. Los güevos se balanceaban contra su barbilla. El glande llegaba a obstruirle la garganta y le provocaba arcadas.

Algunas babas escurrían por la comisura de sus labios y se le quedaban colgando de la barbilla. El muy cabrón le jodía la boca sin descanso, sin retirar la mano de la cabeza. En ocasiones, su cabeza golpeaba la mesita provocando que el desayuno botara. Mamá descendió su mano izquierda para sobarse el culo para después conducirla hasta su chocho para masturbarse.

- ¡Estás caliente, perra..

El miserable déspota frenó en seco dejándole la verga metida entera, con la frente pegada a su pelvis y los güevos apretujados en la barbilla. La mantuvo unos segundos y luego se la sacó de golpe. Un torrente de babas le resbaló por la barbilla goteándole todas las piernas, teniendo que escupir algunos salivazos. De la verga también se balanceaban algunos hilos de babas. Pero a pesar de eso ella seguía masturbándose. Fueron varios los minutos en los que Mamá tuvo que soportar aquella felación en tan estrecho espacio, de pronto el tipo empezó a jadear cómo toro de libia lo que me dijo que mi Madre estaba a punto de ordeñarlo.

Cuando ella salió debajo de esa mesita no lo podía creer, traía las mejillas infladas cómo Kiko, un actor cómico de chespirito, la muy guarra llevaba la basta sustancia espesa expulsada por los güevos de su ahijado. Abrió la boca para mostrarle al tipo (Amo) que traía todas sus vitaminas en la boca, como él se lo había dicho. Lo que después hizo este me pareció más desagradable.

- Colócalo aquí y tómatelo.. será un licuado bien nutritivo que deberás tomar todas tus mañanas ¡Ja, ja, ja..

Hizo que mi Madre vertiera en el vaso de jugo de naranja el semen que traía en las mejillas, y con una cuchara lo vatio de manera asquerosa hasta desaparecer los grumos de lefa con la naranja. La muy puerca sin rechazar tomó el vaso y de una se vertió todo ese líquido revuelto en el estómago, dejando embarrado sus labios y mejillas de dichos nutrientes. Yo al ver eso casi devuelvo el estómago, pero a Mamá al parecer le provocó un exquisito morbo tanto que con el dedo recolectaba los restos que habían quedado en su rostro, para llevárselos nuevamente a la boca.

- ¡Ooh, qué buena perrita eres.. Uff.. Necesito ir al baño.. me has dejado seco.

El Jr bajó de la cama y se inclinó para poner en la alfombra la mesita que había usado para desayunar. Mamá, sentada sobre sus talones en la mitad de su cama, pasándose el dorso de la mano por la boca para limpiarse, se fijó en su raja baboseada al verlo inclinado. Aún tenía gotas de saliva impregnadas en los muslos que rodeaban lo güevos que le relucían por las incesantes lamidas. Cómo la estaba pervirtiendo su ahijado. Allí estaba ella, una mujer recién enviudada, en la habitación de su cuarto tras haberle lamido todas las partes y haberse tragado toda su leche.

Caminó de rodillas y se sentó en el borde de la cama, juntó las piernas y echó los brazos hacia atrás, fijándose en el adolecente al que estaba satisfaciendo. El tipo caminó hacía al baño, con la verga dando tumbos por la flacidez, desde su posición le vio frente a la taza, orinando ya el baño era prácticamente de cristal. Mamá se irguió un poco sin despegar la vista de aquel cuerpazo tan macho. Randy terminó de orinar y se encaminó hacia donde ella estaba. De la verga aún mostraba residuos de babas que le había dejado. Se detuvo frente a ella y le levantó la cabeza colocándole la mano bajo la barbilla. Ella desplegó una mirada sumisa, con una ligera sonrisa en los labios.

- Lo haces muy bien, perrita-. ella amplió la sonrisa-. Estás cachonda, ¿verdad?..- le preguntó mirándola dominante y apretujándole las mejillas.

- Un poco sí..- le respondió ruborizada.

- Muy bien mi perrita.. ahora quiero que te frotes la vagina mientras se termina el juego. Quedan cerca de 10 min, quiero que te vengas antes de que el juego acabe.. si no, no hay más verga para ti, ¿entendiste? ..

Mamá haciéndole caso a su ahijado (Amo), se abrió de muslos frente a él para frotarse el chocho sin ningún pudor, mientras él se emocionaba con un par de jugadas de los Gigantes, era muy raro ver cómo habían llegado todo esto para éstos dos. Mi Madre abierta de piernas masturbándose frente a su ahijado mientras este veía un juego de football, hasta cómico podía resultar esto, pero no para mí, ya que la cerda que ofrecía su fruto tan descaradamente era mi Mamy.

Faltaban unos minutos para terminar el partido y ella con tal de que el chiquillo le diera más nabo se rascaba la vulva desesperadamente tratando de llegar al orgasmo, Randy parecía no inmutarse de lo que sucedía a su lado, seguía pendiente del cierre del partido. Su Madrina preocupada miraba el cronómetro del juego y su vagina, al sentir que no lo lograba se metió tres dedos para estimularse, estuvo dándose sola cómo una ninfómana, su respiración empezó a cambiar, sus mejillas se empezaron a enrojecer, un brillo de sudor salió de su frente.

- ¡Aaaahh.. ¡Ah.. ¡Ya viene ¡Aaaahhhh!!- se retorcía observándolo.

- Lo siento perrita, se acabó.. no lo lograste. Me tengo que ir.- dijo haciendo ademan de que se marchaba.

- ¡Queé.. No, por favor no te vallas.. no me dejes así. ¡Mira ya.. ¡Ya casii..

- Lo siento perrita, ..mi Madre ya ha de estar preocupada por mi ¡Chaoo..

- ¡Nooo, por favor Randy.. no me hagas esto ¡Amo.. ¡Amooo ¡Amitooo.. no me dejes así.- le imploraba.

Mi Madre desesperada le rogaba a ese niñato de mierda porque la montara. ¡No podía creerlo, pude notar hasta un par de lágrimas que cruzaron sus mejillas. ¡Que bajo había caído esta Sra. Tapia.

- Bueno, está bien.. te voy a complacer. Pero tú tendrás que compensármelo cuando vuelva, ¿ehhh? ..

- ¡Siií, si mi Amo. Aquí estará tu perrita para lo que tú quieras.- noté que sonreía agradecida.

- ¡Mmhh.. Está bien.. ponte a cuatro patas.

- ¡Queeé.. ¿me vas a dar por ahí otra vez?..

- Bueno, si no quieres me voy..

- ¿P-pero es qué?.. Ran.. Amo, me dejaste muy maltratada ayer. Aún me duele.

Que descaro, mi Madre le hablaba cómo una chiquilla en un tono casi aniñado, aquella mujer de actitud arrogante que ni volteaba a ver a los hombres, que se sentía superior a cualquier mujer, que con la sola mirada derretía a los seres de su sexo opuesto, ahora estaba domada, entregada al 100 por ciento ante este arrogante chiquillo, este desgraciado que la había engatusado con sus historias y por la manera ruin de tratarla.

- Me voy.. no tengo que estarte rogando.

- ¡No espera.. está bien, pero deja ponerme algo.

Corrió desnuda como desesperada y sacó de un cajón una crema para aplicarse en el recto, que al sentirla le dio un agradable alivio a su ya maltratado agujero. Se colocó a cuatro patas sobre la cama como este le había sugerido para entregarle nuevamente la cola a su verdugo, mientras él ya se enfilaba con su miembro dispuesto a sodomizarla.

- P-pero un ponte un poco de crema tu también.. por favor mi amo.- le suplicó.

Pero este hizo caso omiso de la advertencia, se colocó detrás de ella, la sujetó por la espalda y le obligó a arquearla para que levantara más la cola, obligándola casi hacer una U con la columna. Sus pechos se apretaron contra el colchón. Mamá extendió los brazos, algo asustada. Le mantuvo las nalgas elevadas, abiertas y su agujerito maltrecho expuesto.

Como si fuera una potra se monta encima de ella. La dejó con las nalgas elevadas, se agarró la verga por el glande, flexionó un poco las piernas y la dirigió hacia la rajita del culo. El maltrecho esfínter brillaba completamente tapizado de crema, realmente Mamá se había preparado para ser enculada. Introdujo el capullo entre las nalgas, rozándole el ano con la punta. Sonrió al darse cuenta de que el culo de su Madrina no mostraba mucha resistencia, todavía estaba dilatado de la tremenda enculada de ayer, pero lo que vendría a continuación no tenía nada que ver con lo de ayer en anoche. 


Ella frunció el entrecejo cuando empezó a hundírsela, agarrando las sábanas con fuerza. Le metió la verga entera en el culo, dilatándole dolorosamente el ano. Y comenzó a contraerse, extrayendo media verga y clavándosela entera, secamente, manteniéndose unos segundos con la verga dentro, inmóvil, como para disfrutar de la presión. El sudor de su frente goteaba en la espalda de mi Mamy. Aún la mantenía sujeta por la espalda para que mantuviera la curva y las nalgas elevadas. Continuó jodiendole el culo con lentitud.

- ¿Te gusta, perrita? ¿Te gusta cómo te enculo?..

- ¡Argh, si amo, jodeme ahí..

- ¡Puta..

Aceleró los embates de la cadera enculandola con más contundencia, sacándola casi hasta el glande y hundiéndola de golpe. Todo el cuerpo de Mamá convulsionaba al ritmo de las clavadas, con sus pechos aplastados encima del colchón. Mientras el Jr acezaba como perro, ella gemía de manera muy aguda.

- ¡Te gusta guarra.. dime cuanto te gusta que te clave..

- ¡Sí.. Argh, me estás rompiendo.. ¡AAAAhhhhhhhhhhhhh!!!!- el grito de mi Mamy fue desgarrador cuando el tipo se dejó caer encima de ella.

Los ojos de Mamá parecían que se le iban a salir de las órbitas. Se agarraba lo más fuerte que podía a la cama e intentaba coger grandes bocanadas de aire, le faltaba el aliento. Randy esperó un momento quieto para que ella se relajara, cuando está lo hizo, la agarró fuertemente del pelo y empezó a encularla cómo un animal, nunca había visto a nadie coger tan duro. A Mamá se le saltaban las lágrimas del dolor. Randy se reía mientras se burlaba de ella:

- ¿Qué te parece perrita?, ..¿te gusta así.. lo que te estoy haciendo? ..

- ¡Síii, sí, me gusta, me encanta que me la metas por la cola.- le respondía Mamá sin parar de gemir.

- ¡No me digas que no la querías así perrita.. ¡Uff!, ¡uf!! ..dime por dónde querías que te jodiera.- le dice metiéndole la lengua en la oreja.

- ¡Aaaahhh! ¡Ya lo sabes.. me lo haces tan bien ¡AYY!!- le contestó mi Madre ya desbocada.

-¡Pero dímelo.. no te hagas la estrecha ahora, zorra.- metiéndole un dedo en la boca.

- P-por el culoooo!!.. ¡Quería que me cogieras por el culo con todas tus fuerzas ¡Aah! ..c-cómo lo estás haciendo ¡ahhhiiiii!! .. ¡Que me hicieras gritar al metérmela de golpe.. ¡AAARRGGHHH!!! ..¡quería sentir tu grandiosa verga hinchándose en mi ano hasta!, ... ¡hasta reventar¡ ¡ARRGHH!!!

El infeliz arremetía violentamente al trasero de Mamá, que ya se mostraba rojizo de las violentas estocadas de cadera. De las greñas tenía sujetada a su Madrina mientras con la otra mano apretaba uno de los glúteos para abrirlos. Más de 15 minutos enculandola de esa manera sin parar, la cara de mi Madre pasaba de un dolor agudo a gozo en un instante. Si la penetración de ayer fue dolorosa.. lo de ahora por el culo no tenía nombre. Mamá con su cara desencajada era sacudida a cada estocazo de cadera de su ahijado. Noté cómo las nalgas estaban queriendo entrar en su culo siguiendo esa verga. Hace unos meses atrás algo así la hubiera matado, pero ya ahora con tanta enculada la tenía tan dada de sí, que cualquier verga no tarda en entrar y salir del todo.

Cuando se adaptó al tamaño de su ahijado empezó a moverse y enseguida empezó a disfrutar cómo loca de las duras embestidas que el Jr le estaba dando, hubo un momento que creí que le iba a sacar la verga por la boca de lo profundo que la enculaba. Entonces observé cómo Mamá fijó su vista en su mesilla de noche dónde había una foto de mi Padre que estaba mirando hacia ella, se sintió mal, le dio por pensar que la podía estar viendo allí en esa situación, ensartada cómo una brocheta por esa dura estaca. Intentó estirar el brazo izquierdo para tumbarla, entonces el Jr le tomó de los brazos tirando hacia atrás de ellos, impidiéndole llegar a la foto.

- ¡De eso nada putita mía.. deja que mi Padrino vea cómo la monta un verdadero macho a su mujer, lo mismo aprende a no dejarla sola ¡Ja, ja, ja..- la humillaba el muy maldito.

Su ahijado seguía con sus güevos repicando contra sus voluminosas nalgas y su verga abriendo aún más el esfínter una y otra vez. Luego el tipo golpeó con fuerza una nalga y luego la otra, en ocasiones le jodía la chocha con tres dedos extendidos y luego se los metía en la boca tirando hacía atrás cómo si mi Madre fuera un pez que había sido atrapado por el anzuelo. Ella disfruta el sabor de su chocho, era fuerte e intenso tanto cómo la fuerza de la enculada. La veía a gatas disfrutando, casi llorando de alegría al ser embutida de esa manera, la odie por dejarse poseer en esa misma cama con que Papá había compartido, me odie por estar viendo cómo se lo hacían, me odie por sentirme culpable, me odie por estar empalmado.

Los gritos de placer de mi Madre que hasta entonces eran intermitentes y coincidían con la entrada de esa verga en su culo; se convirtieron ahora en un grito continuado que solamente volvió a ser intermitente cómo un hipo cuando se corrió de forma convulsa y salvaje. El arrogante chiquillo jadeó como un loco dando varios acelerones, hasta que contrajo las nalgas y quedó inmóvil con la verga dentro, derramando otro torrente de leche caliente dentro del culo de su Madrina.

Bufó sin apenas respiración, con el sudor chorreándole por las sienes. Ella expulsaba la respiración por la boca. No pude dejar de mirar, mi pene se había puesto duro nuevamente, los quejidos de Mamá se me graban en el subconsciente, tal vez por el resto de mi vida, no lo pude evitar. Tomé mi pene y empecé a frotarlo hasta derramar chorros y chorros de leche, que fueron a parar hasta estrellarse en el monitor de mi computadora. Mamá seguía gimiendo, suplicando, implorándole que le diera más fuerte y por último le volvió a suplicar ya sin fuerzas.

Aquel caliente esperma empezó a salir a gran presión, bueno al menos en las primeras convulsiones de la eyaculación, pero con suficiente fuerza que inundó a fuertes ráfagas el intestino de mi Madre. Ella estaba cómo adormecida y su cuerpo bañado en sudor por fuera y lleno de esperma por dentro. Giró la cabeza y dirigió una mirada de gozo eterno hacia él. Randy cómo respuesta su mirada de macho.

De repente sacó de un sólo tirón la verga ya flácida pero todavía enorme para su culo provocándole un latigazo de dolor. Separó las nalgas de Mamá y pudo observar cómo su esfínter mediante a espasmos musculares intentaba inútilmente cerrarse para recuperar su estado inicial.. ¡el desgraciado le había floreado el culo a vergazos.

Al retirarle la verga del culo, fluyó tanta leche que el ano parecía un manantial, llegando a gotear incluso en las sábanas. Randy se retiró de encima dejándose caer a su lado, muy fatigado por la postura.

Enseguida me levanté para alcanzar un pedazo de papel para limpiarme, cuando lo hice volteé a ver a la cámara, mi Madre se encontraba tirada sobre su cama con su culo hinchado y colorado, supurando lechada por montones, ella trata de tranquilizar su respiración. Lo mira a él cómo se ponía su ropa mirando a su presa totalmente desecha.

- ¡Que bárbara, Madrina.. me ha dejado seco ¡bbuuarrr!! Ese culo que tiene vale oro.. lo voy a extrañar ahora que me vaya. ¡Me voy perrita, te echaría cien polvos más, pero debo despedirme de mi Madre.. mi vuelo saldrá dentro de poco.

Sacó su celular y le dio un par de fotos al cuerpo destrozado de su Madrina y otras a su culo supurando lefa, con un beso en la mejilla y un cachetadón en la nalga izquierda se despidió de su perrita, que sin tener fuerza ni siquiera de decir palabra lo sintió cerrar la puerta. Yo sólo pude escuchar los pasos en las escaleras del Jr alejarse hacía la puerta de la entrada. Yo también estaba agotado y cómo estaba mi Madre, me quedé tirado sobre mi cama pensando en lo sucedido.

Mamá se incorporó como a los 10 minutos. Tremenda enculada le habían dado como despedida, le goteaba mucha leche del culo, de manera incesante, con alguna hilera por la cara interna de las muslos. Se fijó en que su puerta estuviera cerrada como si ahora le preocupara que yo hubiese escuchado. Miró hacía mi habitación comprobando que mi puerta se encontraba también cerrada, que en ese momento yo estaba igual de agotado que ella. Su ahijado le había reventado el culo y tendría que curárselo por varios días. Se puso la misma camiseta de mi Padre y trató de llegar a su baño dando tumbos.

Le costó llegar al lavabo, con todo el culo lleno de leche, una leche muy líquida con un goteo que no cesaba. Se pasó un trozo de papel higiénico por el culo, tratando de secarse, aunque no paraba de brotarle semen, una corrida impresionante que la había llenado todo el recto.

Se colocó agua en el rostro y se enjuagó la boca. La tenía seca y con mal sabor. Le había estado lamiendo la verga y los güevos durante mucho tiempo, había hecho cosas que avergonzarían a cualquier mujer y le habían jodido la boca salvajemente. No supe de Mamá por el resto de la mañana, había forzado su cuerpo al máximo, yo no quise ni molestarla cómo niño bueno. Ella sólo bajó una vez de su recamara pero sólo para tomar unos hielos de la nevera y llevárselos a su cuarto, este tipo la había dejado muerta. Prendí un par de vez el monitor de su cuarto para comprobar cómo seguía, pero sólo se dedicó a descansar y a esperar que su cuerpo y ciertas partes del mismo se le desinflamaran.

......

Se levantó sobre las seis de la tarde, absolutamente molida. La cabeza le daba vueltas debido al alcohol ingerido, aún tenía los brazos ligeramente agarrotados por haber estado fuertemente sujetando todo su cuerpo buen rato al estar a cuatro patas, sentía los pechos muy sensibles debido al tremendo trato recibido a manos (y boca) de su ahijado. Sobre las sabanas sentía una mezcla de flujos resecos que delataban la clase de actividades que se habían llevado a cabo en esa cama la noche anterior y parte de toda la mañana. Estaba seguro que si pasaba unas luces fluorescentes hubiera encontrado más manchas que en un motel de mala muerte.

Así pues, lo primero que hizo al levantarse, (un poco a trompicones y con un tremendo escozor en el ano), fue poner las sábanas en la lavadora. Ya no teníamos empleadas y ahora ella se hacía cargo de todo. Mientras tanto yo bajé a la cocina y calenté en el microondas unos pedazos de pizza que había dejado desde hace unos días y me puse a cenar (era demasiado tarde para comer) con una miniserie de fondo vi cuando bajó Mamá desde todo lo ocurrido.

La pobre apenas podía dar paso firme, era claro que la enculada le estaba pasando factura. Tenía el pelo revuelto y su rostro aún se mantenía colorado, me vio y sonrió ligeramente. Mientras tomaba su nutritivo licuado la llamó una de sus amigas para comentarle que tenían reunión en un café para charlar en su grupito de Señoras finas esta noche, que si quería ir. Cuando le iba a responder para confirmar un tremendo dolor en su trasero le recordó que sería imposible, tras unos momentos de dudando qué hacer, le dijo que no se encontraba muy bien y que prefería quedarse en casa porque una tremenda jaqueca la estaba matando.

Así que colgó y decidió aprovechar lo que quedaba del día para reponerse y recuperar fuerzas, ya que con el tremendo ajetreo de estas últimas 24 horas dudaba mucho que pudiera sentarse. Primero fue a darse un ducha a su bañera para borrar todo resquicio que pudiera quedar en su cuerpo y de paso acabar de relajarse con unas sales aromáticas que siempre compraba ella para mantener esa piel tan radiante y que la dejaban cómo nueva. Al salir del baño se sentía un poco más repuesta; limpia, perfumada y con su cuerpo más recuperado del ajetreo. Claro que sin olvidar su pomada para las irritaciones y los hielos para la hinchazón.


Pasaron un par de semanas desde aquella bestial enculada en manos de su ahijado y yo, cómo niño bueno nunca le pregunté a Mamá nada sobre Randy ni nada por el estilo, el tema había desaparecido, el Jr volvía a Canadá y mi Madre se dedicaba a sus cosas de mujer, a mantener su escultural cuerpo con ejercicio y comidas saludables, salía a correr por las mañanas en esos leggyns que dejaba a todos los vecinos empalmados. Creí volver a ver a la Mamá de siempre, la cariñosa, la tierna y pendiente de su familia cómo lo era antes. A mediados de semana Mamá llego de la calle con su pelo teñido de rubio nuevamente, había dejado de ser pelirroja y lo había cambiado para volver a ser la imponente rubia. Se veía fenomenal, creo que ese color le daba una apariencia de mujer más joven que a mí me encantaba.

Pasaron unos días sin que nada extraño ocurriera, (eso ya no era muy común en mi casa), hasta que llegué a casa con un aviso de mi escuela para Mamá. Ella se me quedó viendo pensando que seguramente había hecho otra de las mías, pero desde aquella ocasión con el Sr Vaez ya había aprendido la lección, jamás me dejaría llevar por mi lado oscuro, al menos fuera de la casa. En el aviso decía que tenía que presentarse en mi salón de clase para revisar mis calificaciones y asuntos relacionados conmigo, y no era que yo había bajado mis números, si no que era una simple junta de Padres para tener conocimiento de las actividades de sus hijos.

Ese día llevaba tiempo esperando a que Mamá se apurara, íbamos un poco tarde y no salía de su recamara, subí a mi habitación para encender el monitor y ver él porqué tanto su demora. Cuando la encendí aún estaba desnuda frente al espejo, se peinada su maravilloso cabello dorado, yo con las prisas y ella con calma se deleitaba frente al espejo, (ya saben cómo son las mujeres), hasta que decido por fin ponerse una tanguita rosada chiquita semitransparente, no había notado el chocho de Mamá pero este también se lo había cambiado de color, con el mismo color de su cabellera se había teñido su intimidad.

Aquella mata de bellos rojizos había cambiado en una pequeña línea de pelos rubios perfectamente recortados, con un pantalón rosado bien ajustado dando más volumen a su bien “tronada” retaguardia. Y para terminar el cuadro sus altos tacones negros y una camisa blanca ajustada, con un saco encima que casi no le cubría su tremendo trasero, que al colocársela se miró nuevamente al espejo. Su trasero marcaba una gran curva y levantaba el final de saco por los aires, estaba encantada cómo se miraba en el espejo, se veía en varios ángulos y sobresalía sin duda su tremenda cola, creo que demasiado, pero estaba muy linda.

Antes de salir, (por fin), tomó su perfume y se bañó con él, aplicando en sus muñecas, pecho y lo que me sorprendió que también se colocara entre medio de las piernas, que de manera juguetona soltó una pequeña risita. No creería que Mamá se estaba preparando nuevamente para ver al Sr Vaez, no sería capaz.

Salió de su habitación a gritos, cómo si yo hubiera sido el que me hubiese tardado. Subimos al coche para dar marcha. En él lueguito se encerró ese fino perfume que salía de todo su cuerpo y de entremedio de sus piernas que era en lo que más se había ocupado.

Como es normal, bueno ya para mí, mi Madre acaparó todas las miradas masculinas y algunas femeninas que la miraban con envidias y recelo, a su paso dejaba un escurridero de babas del sexo opuesto y al pasar un paradero de bultos con su trasero. Rápidamente volteé a ver el estacionamiento del Director, para mi tranquilidad su vehículo no estaba, seguro no estaría en la escuela. Ya más relajado guié a Mamá hasta mi salón de clases que ya la esperaba mi maestra para mostrarles mis altas calificaciones.

Ella estaba muy atenta a las indicaciones, escuchaba lo que mi maestra decía. Como sabía que nada podía ocurrir este día, dejé a Mamá que hablara con mi maestra y salí un poco a tomar aire, tenía un poco de nervios por si llegaba el Sr Vaez pero al parecer no estaba ni en la ciudad. En eso estaba cuando siento cómo alguien me jala del hombro.

- ¡Hey escuincle.. ven acá.

Era Tito el conserje, ese viejo de raza negra que me había descubierto observando a mis maestras en los baños. Pensé en soltarme y salir huyendo pero el viejo me tenía muy bien sujeto. Era muy delgado pero con bastante fuerza ya que se le podía notar las rayas de los músculos del cuerpo. Con fuertes jalones me llevó hasta el área de servicio, dónde guarda herramientas y su ropa. El cuarto desprendía un olor desagradable cómo su boca, al no asear sus dientes ya que le faltaban algunos, también pude notar tiradas en el suelo bastantes revistas para adultos, así como poster de viejas en bikini pegadas en las paredes; el tipo era muy desagradable y pervertido.

- ¡Óyeme escuincle.. ¿que ya no te acuerdas que me debes una?.- me dijo jalándome del cuello de mi camisa.

- ¡Suélteme.. y-yo a usted no le debo nada.- le respondí casi llorando.

- ¿Que tú no eres el escuincle caliente que sorprendí bien empalmado viendo cómo se chingaban a su Madre?- eso si me dolió.

- No, no sé de qué me habla S-Señor. ¡Suélteme por favor..- trataba de liberarme.

- ¡Ah no?!.. entonces dime, ¿quién es este? ..

Con terror miré el celular del tipo, me puso el video dónde mi Madre estaba siendo enculada por el Director Vaez en el escritorio. Con pánico escuchaba nuevamente los grotescos gemidos de mi Madre siendo atravesada por ese gigante. En eso sin cortar la escena se movía hacía un lado. ¡No lo pude creer, salía yo totalmente ido viendo por ventana. ¡Este asqueroso viejo me había grabado a mí también.. y todavía aún se miraba cómo bajaba la cámara hasta mostrar mi entrepierna empalmada.

- ¡No, no soy yo.. n-no sé de qué me habla.

- ¡Ah no.. entonces se lo enviaré a tu Madre. A ver qué piensa ella si en verdad eres tú.

Con mucho miedo vi cómo buscaba el número de Mamá para poder enviarle el video. Cuando vi el número, ¡en definitiva era el de Mamá!, este miserable cómo lo pudo haber conseguido.

- ¡Qué, te sorprende que tenga el número de tu Mamita.. yo limpio todas las oficinas de esta escuela, y ese día me dio mucho gusto el limpiar los fluidos que dejó tu Madre ¡Jajaja..- me dijo relamiéndose las encías.- No sabes cuanta información ahí en los archivos de esa oficina ¡Jajaja..- ahora lo entendía todo.

- ¡No por favor, no lo haga.. ¿q-que quiere?- le pregunté ya sintiéndome acorralado.

- Muy fácil chiquillo.. quiero lo que el desgraciado de Vaez obtuvo.. ¡A tu Madre, ¡Jejeje..- rió de manera perversa.

- ¡Olvídelo, mi Madre no.. ¿cómo?.. ¡No, ¿con usted?.. nunca. Ella jamás lo permitiría.

- No te preocupes chamaco, eso déjamelo a mí.. pensaré en algo. Tu sólo dime si estás dispuesto a cambiar a tu Madre por tu secreto de pervertido, ¡Jajaja.. Además, te daré algo más para que vengues a tu Madrecita.

- A-algo más.. ¿de qué me habla?

- Mira escuincle.. la otra vez escuché cómo Vaez hablaba con tu Madre por teléfono para chantajearla. ¡Quiere volvérsela a chingar.. no sé tú pero yo estuviera preocupado. Sé cómo deshacerme de él fácilmente.. pero a cambio sólo quiero jodermela una vez y ya. Te aseguro que después desapareceré de sus vidas para siempre.

- ¿Pero cómo me deshago del Director?..- pregunté intrigado, si este asqueroso tipo me ayudaba a vengarme del Director eso me interesaba.

- Tengo varios videos de Vaez cogiendo con las secretarias y Maestras.. si tú dieras a conocer uno de esos videítos en la Rectoría, seguro que no volverías a ver a Vaez pisar una escuela ¡Jajaja..

- ¿Pero tú?.. se ve que lo odias, ¿por qué no lo haces?

- Porque seguro me correrían al igual que a él.. y encontrar trabajo para alguien de mi edad esta difícil chiquillo. Pero con esto te desharías de dos problemas ¿qué te parece?..

La verdad no tenía muchas opciones.. además, le quitaría un problema a Mamá. Aunque dejarle mi Madre a un tipo asqueroso cómo este, me dejaba pensando.

- No lo pienses mucho escuincle.. o Mamita se enterará cómo se pajea su querido hijito ¡Jajaja.. Además de que no te extrañe que Vaez se eche una vueltecita por tu casa cuando estés dormido ¡Jajajaja..

Con solo imaginar a mi Mamita volviendo a ser violada por ese miserable ogro empecé a temblar, además olvidaba que yo estaba en ese video, no podía permitir que Mamá me descubriera que lo sabía, además de cómo estaba, le rompería para siempre el corazón. A sí que sin dudarlo le dije que sí, que me doblegaría a sus demandas.

- ¡Muy bien escuincle.. mañana te veré aquí en la hora de receso para darte indicaciones. No faltes, recuerda.- me dijo volviéndole a reproducir al video.

Salí despavorido por el pasillo, cuando vi a mi Madre despedirse de mi maestra me dio mucha nostalgia, mientras ella se preocupaba por mí yo le daba una puñalada por la espalda, más bien le darían unas puñaladas pero por la cola.

- ¡Pedrito, ¿dónde estabas mi amor?.. estuvieron buscándote por toda la escuela.

- Perdón Mamá, estaba jugando.

- Ay los niños.. viven sin preocupaciones.- le decía mi Maestra para despedirnos.

Cuando nos dirigíamos a la salida pude voltear hacia atrás y ver a Tito que estaba con su mirada clavada en cada glúteo de mi Mamy, se encontraba saboreando lo que muy pronto estaría en sus manos, con una sonrisa y con una seña de que no olvidara de lo que habíamos hablado salimos de la escuela para dirigirnos a la casa. Yo la verdad tenía mucho miedo de lo que fuera a intentar ese pervertido, toda la tarde estuve inquieto pensando cómo me libraría de él también, y cuál sería su plan que pretendía para con ella. Mi Madre cómo siempre en su mundo, hablando de ropa y de tantas cosas que las mujeres hablan, mientras yo no dejaba de pensar en las intenciones de ese desgraciado.

..... 

Al otro día cómo me había ordenado, me presenté a la hora de receso en ese cuartucho tan desagradable bastante nervioso. Ahí estaba Tito sacando unas herramientas y tantas cosas que ahí guardaba. Al verme se entusiasmó mucho.

- ¿Ya andas aquí escuincle?.. mira, todo el día de ayer estuve pensando en nuestro plan y se me ocurrió uno muy bueno.- me dijo con ojos brillosos de deseo.

Yo la verdad lo único que quería era salir de ese desagradable lugar, ya que olía a sudor y a humedad, pero tenía que afrontar mis problemas, además con esto ayudaría a Mamá a deshacerse de ese desgraciado director como también a las Maestras y Secretarías que el tipo manoseaba sin escrúpulos. Eso fue lo que me motivo a seguir adelante.

- Pon atención chiquillo.. esté fin de semana tú me dejaras abierta una de las puertas de tu casa.- le escuchaba perplejo.- Yo entraré simulando un robo, no te preocupes no me robaré nada, pero si le haré algo a tu Madre ¡Jajaja.. Este, tú ya sabes.- me decía el pervertido con sus ojos casi amarillos.

- ¡Violaras a Mamá..- se me salieron las palabras sin querer.

- ¡Tshhh.. No te preocupes, no le hace daño.. sólo me echaré un polvo y saldré así cómo entré. ¿O se te ocurre otra mejor idea?

- ¿P-pero?.. ¿y si Mamá se entera de que eres tú?

- No te preocupes, llevaré este pasamontañas.- me dijo mostrándome una capucha para invierno.- Ella ni se enterará de quién soy, ¡Jejeje..

- ¿P-pero y yo que hago?..- le pregunté, ya que no entendía que era lo que yo tenía que hacer después.

- Tú sólo pon un pretexto.. quédate en la casa de un amigo no sé yo. Ahí ingéniatelas cómo quieras.. lo único es que no te olvides de dejarme la puerta abierta.- me dijo el pervertido.

Salí del cuartucho más dudoso que cómo entré, el infeliz iba a violar a mi Madre y quería que yo le ayudara, pero también pensaba en que si no lo hacía este era capaz de mandarle el video a mi Madre y eso si la destruiría, además que si lo hacía le quitaría de encima al desgraciado Vaez. Por mi cabeza cruzaban un montón de dudas, pero no había nada que hacer, el infeliz de Tito me tenía en sus manos.

Así que se me ocurrió, que cómo le gustaban los chantajes yo también sabía chantajear, así que tomé mi tarjeta de ahorros y saqué toda la cantidad que tenía, cómo tenía algo de dinero ahorrado de todos mis domingos y algo que me había dado Papá, no reparé en gastos, me fui a una de esas tiendas de electrónicos y compré las tres mejores mini cámaras que había, eran inalámbricas con un emisor y un receptor que se conectaba a un vídeo con un adaptador a un puerto USB de un ordenador. Instalé más cámaras en el salón y otras más en la cocina, aproveché que Mamá salía con una de sus amigas para colocar otra en su cuarto, desde mi ordenador portátil podía meterme en mi closet y ver todo lo que ocurriría, así Tito no sospecharía que yo estaría en casa también ese día.

Estaba más que preparado, grabaría a Tito por todos los rincones de la casa, él no sabía que a mí también me gustaba eso de los videítos, así que pagaría con la misma moneda, si el desgraciado más adelante quería chantajearme, ahora yo se lo devolvería, además con ese video de la violación que pretendía seguro iría a la cárcel, eso me ayudó a no atormentarme tanto y a seguir con todo lo planeado.

Antes del fin de semana tenía que planear con quién quedarme sin levantar sospechas, así que le llamé a un amigo fingiendo que Mamá saldría de urgencia y yo me quedaría sólo, no tuvo ningún problema en invitarme a su casa, y lo mejor era que vivían a unas cuadras de la mía y que Mamá no tenía ningún contacto con ellos, así que era la cuartada perfecta para mis atrevidos planes. A mi Madre sólo le dije que teníamos un proyecto para fin de cursos y que era necesario trabajar día y noche para lograrlo. Todito se lo creyó, además estaba tan contenta por mis calificaciones y no tenía ni idea de mis perversiones.

Ahora lo único que faltaría era la puerta, ya que Mamá al quedarse sola seguro cerraría todo muy bien para su propia seguridad, pero recordé que en el cuarto de huésped que nadie usa existe una ventana que no sirve, que nunca se cierra, mi Padre trató de arreglarla pero cuando cayó en su enfermedad se olvidó y a nadie se le volvió a ocurrir arreglarla. Sólo tendría que avisarle a Tito, así que el viernes lo puse al tanto de todo y que yo saldría esa tarde para volver hasta el otro día, el tipo ya estaba con baba en su boca, no podía aguantar hasta mañana, se le podía escuchar la lujuria en sus palabras y cómo no, si se montaría a la mujer más espectacular y hermosa sin equivocarme de toda la ciudad. El problema sería cómo durar tanto tiempo metido en un closet, eso sí sería un problema, pero bueno eso ya lo pensaría en el momento.


Llegó el tan esperado día, mi Madre me notaba muy nervioso, pero pensó que lo estaba porque me alejaría de ella, ya que nunca nos separábamos, y ya saben antes de marcharme me dio cómo 80 mil recomendaciones.

- Pedrito, ¿ya llevas todas tus cosas?

- ¡Mamá.. pero si sólo es un día.

- No te olvides de cepillar tus dientes y cualquier cosa llama inmediatamente.

- Si, Má..

Mi amigo ya esperaba para irnos, volteé hacía atrás y ahí estaba mi Mamy despidiéndonos, si supiera en realidad porque lo hacía. Me dio una terrible nostalgia verla tan linda despidiéndome a gritos cómo si me fuera a ir a otro país, me dio un remordimiento al saber que la entregaría a un asqueroso negro para que la violaran, pero ya no había marcha atrás, la moneda estaba en el aire.

Llegué a casa de mi amigo, una familia muy atenta y servicial conmigo, me hubiera encantado quedarme, ya que ahí vivía el amor de mi vida “Yuli”, pero yo tenía otros planes. Esperé un rato jugando para despistar un poco, hasta que sonó mi teléfono, era Tito que había grabado mi número.

- ¡Todo listo chiquillo.. ¿ya saliste de ahí?

- Si ya está, sólo espera que anochezca.

- Bien, mañana en la tarde regresaras a tu casa y te habrás librado de tus problemas, ¡Jajaja..- me decía el muy miserable.- Además, tendrás los videos para deshacerte de Vaez, ..tu Madre te lo va agradecer ¡Jaja.. Y no te asustes si la vez algo triste, ..digo por el susto que va a pasar ¡Jajaja..- lo aborrecía, pero me daban unas ansias por saber lo que pasaría.- Bueno espero y no le preguntes nada, para no incomodarla ¿verdad? ¡Jajaja..

- Por favor, no la vayas a lastimar.

- No que va, ..si lo va a gozar. Hasta estoy seguro que la encontraras con una sonrrisota ¡Jajaja!..- y se reía el muy cínico.

Mi plan, aunque perverso estaba trabajando a la perfección, le dije a mi amigo que Mamá se había regresado y no saldría, así que regresaría a mi casa, él trato de acompañarme pero le dije que ella me encontraría en la calle y que además sólo eran unas cuantas cuadras. Ya con la mochila en el hombro llena de víveres y provisiones para durar un buen encerrón me dirigí a casa, me aseguré de no ser visto, yo tenía llave así que entré por la puerta de atrás sin hacer ruido.

Al hacerlo me pareció extraño no había nadie, mi Madre no estaba en casa, así que me puse a reacomodar mis cámaras y adaptar mi closet por sí tendría que pasar mucho rato en ese lugar.

Cuando volteé a la ventana me di cuenta que ya había anochecido y mi Madre aún no regresaba, en eso escucho ruidos detrás de la casa, mi corazón se aceleró, era Tito que ya había empezado su plan. Corrí rápidamente y me escondí bajo la cama a esperar, en unos segundos podía escuchar los pasos del desgraciado por la casa, el tipo ya había entrado por la ventana.

Todo estaba apagado así que decidió buscar a Mamá, entró a todas las habitaciones revisando y al ver que no había nadie rápidamente me llamó enojado.

- ¡Óyeme escuincle.. tú Madre no esa en casa. En eso no quedamos.- me reclamaba el desgraciado como si yo fuera el culpable.

- N-no sé a dónde iría la verdad. Pero cuando ella sale con sus amigas no llega después de las 10.- respondí con voz baja bajo la cama tratando de que no supiera dónde estaba.

- ¡Pues más vale que aparezca escuincle.. porque si no, te vas a arrepentir.- me amenazó.

Yo me encontraba en mí recamara, bajo mi cama, muy atento a lo que hacía es desgraciado merodeando por la casa, cuando de pronto lo que escuché me dejó helado:

- ¡Pero qué demonios, Tito.. No sé porque me deje llevar por tus pendejadas, aquí no hay ninguna pinche vieja. Me has engañado.

- ¡Que no me digas por mi nombre maldición.. ahora tú serás el Borre y yo seré el Flaco.- le decía al otro.

- Pues será el sereno Flaco.. pero aquí no hay ninguna vieja que tronar. Mejor iré a buscar algo de valor y me largare enseguida, no quiero salir sin las manos vacías.

- Ya te dije que hablé con su chiquillo, me dijo que no duraba más de las 10 en la calle.

- ¿Y si las cosas se complican?, que tal si el escuincle te mintió y la puta esa llega con su Marido o su novio.

- Nah, ya te dije.. es viuda, vive sola y está bien rica la condenada. Además de que tiene mucha pasta.. ya verás.

- ¡Un chiquillo que te ayuda a darle caña a su Madre.. va, que desgraciado.- escuchaba sintiéndome más basura.

- No seas desesperado Borre, ..cuando veas a la vieja no te vas arrepentir. ¡Esta rebuena la muy puta.

- Pues más te vale ese.. porque traigo los güevos pesados de tanta leche ¡Jeje.. Revisaré el refrigerador a ver si la pinche vieja tiene algo bueno pa tragar.

Esté desgraciado no conforme con violarla había traído a un amigo para que le ayudara, me dio tanta rabia, estuve a punto de salir a decirle que se largaran que el trato se rompía, pero al escuchar los comentarios que hacían me dio mucho miedo. El tal Borre hablaba de cómo se las había visto en la cárcel, de cómo tronaba jotos ahí dentro y tantas obscenidades que tuve un pánico terrible. El infeliz era capaz de violarme a mí también.

Por lo que escuchaba habían abierto unas botellas y se encontraban bebiendo. En eso escucho que alguien sube hacía nuestras habitaciones, el pánico me dejo inmóvil, sentía latir mi corazón, cuando veo las sucias botas frente a mi casi me orino, no sabía quién era si el Tito o su amigo, sólo veía la pisadas que caminaban por mi habitación rebuscándolo todo. Revisó todo los rincones, abrió el closet y comprobó que no había nada, me supuse que eso haría por eso me escondí debajo de la cama. Ya habiendo revisado todo y seguro que no había nadie cerró la puerta, ¡Ufff!! la sangre volvió a circular por mi cuerpo. Ya habiendo revisado todo seguro que ya no entrarían más a mi habitación.

- ¡Joder, que puta es esta vieja.. ¡Mira Flaco..- gritaba el otro sujeto desde la habitación de Mamá.

- ¡Que.. ¿qué encontraste Borre?

- ¡Esta perra tiene muchos juguetitos, ¡Jejeje.. ¡Tenías razón.. cómo nos vamos a divertir ¡Jejeje..- rebuscaban en los cajones de Mamá.

- ¡Mira las bragas, son pequeñitas y trasparentes.. quién la viera tan refinada a la Señora ¡Jajaja..

- Todas son unas perras, pero para eso estamos tú y yo Flaco, ..para joderlas a reventar ¡Jejeje..

En eso escucho una camioneta apagarse en el garaje de la casa, pero lo raro que no era el ruido de nuestro vehículo, me quedé atento para escuchar lo que sucedería en unos momentos.

- ¡Joder Borre, ..creo que ya llegó la vieja. ¡Rápido, bajemos a esperarla.

Claramente escuché cómo abrían la puerta de la entrada y en definitiva era Mamá, pero al parecer no venía sola, por cómo hablaban me di cuenta de que venía con ¡Beatriz la Mamá de Randy.. al parecer venían de compras cómo siempre, eso me asustó mucho más, esto no estaba en mis planes.

- Que buena eres en acompañarme este día Beatriz, ..ya sabes que no me gusta andar sola.- reconocí la voz de mi Madre.

 - No agradezcas Mónica, además mi Marido no está y mi Randy ya se fue. Me quedé al igual que tú bien solita, además para que estamos las amigas si no para cuidarnos ¡Ji ji ji..

Esa palabras estarían aprueba en unos momentos, cuando al encender la luces del salón se encontraron con 2 tipos con pasamontañas parados en el pasillo. Los gritos de Mamá y Beatriz no se hicieron esperar. Sabiendo que ya empezaría todo salí de dónde me encontraba y me coloqué dentro del armario. Con mi laptop en mano me dispuse a usar lo que había comprado, pude comprobar que efectivamente podía controlar varias cámaras en la misma pantalla, este sistema era lo máximo, podía ver perfectamente la cocina, la sala, la recamara de Mamá y el baño, estaba alucinado, me sentía un agente secreto cómo en las películas, lástima que en esta película la víctima era mi Madre y su querida amiga.

Enfoqué la cámara hacía la sala dónde estaban todos, la cara de Mamá y de su amiga era de pánico total, temblaban de miedo. Los dos sujetos con su pasamontañas en la cabeza las amenazaban con un par de pistolas. A los sujetos los reconocí fácilmente, ya que Tito era inconfundible, su piel negra y sus músculos lo delataban, el otro tipo que no sabía su nombre era más bien robusto con algo de barriga, pero si se le notaba bastante fuerza, al parecer se la pasó levantando pesas en la cárcel ya que su espalda era muy ancha y sus antebrazos muy fuertes, esto lo hacía más atemorizante.

Yo estaba intrigado viendo las escenas, antes de que pudieran gritar algo, Tito que en éstos momentos era el Flaco se adelantó y sometió a Mamá por la espalda para someterla y taparle la boca, el Borre cómo así se había denominado, se dirigió a Beatriz y le dio un cachetazo diciéndole.

- ¡Ni lo intentes, zorra.. te callas o te callo a chingadazos.- gritaba uno de ellos.

Beatriz temblaba de miedo entre lágrimas sin saber qué hacer, estaba aterrada del miedo sin poderse mover. Luego de mirarlas fijamente mientras temblaban de miedo dijeron:

- ¡Si hacen todo lo que digamos, nada malo les va a pasar..- decía Tito llevando la situación.

- ¡Vaya Flaco, al parecer la casa no iba a estar sola cómo dijiste, mira nomás las linduras que nos trajo la corriente ¡Jejeje.. Pero si son unas muñequitas ¡Jejeje..- dijo eso tratando de levantar la falda de Beatriz.

- ¡Déjame desgraciado.. ¡No intentes ponerme una mano encima asqueroso.- respondía Beatriz llenándose de valor.

- Bien Señoras.. veníamos por dinero pero al no encontrarlo nos tendremos que cobrar con otras cositas. ¡Jajaja..- dijo el conserje.

- ¡P-por favor no, ..no nos hagan nada.- suplicaba Mamá aterrada.- E-en el cajón de mi cuarto hay una caja con mis joyas, se las pueden llevar, nosotras no los denunciaremos.- decía Mamá con lágrimas en los ojos.

- ¡Jejeje.. Si ya encontramos lo que había en su cajón Señora ¡Jeje.. Y no eran precisamente joyas ¡Jejeje..

Mi Madre recordó lo que ahí guardaba y se quedó callada completamente enrojecida.

- ¡Entonces que buscan desgraciados, ..porque no se van por dónde vinieron.- decía Beatriz ya enojada.

- ¡Pero que Señora tan grosera, ..mire nada más, tan bonita y diciendo esas palabrotas. ¿Que sí que buscamos?.. pues que no se da cuenta, ya lo encontramos ¡Jejeje.. Buscamos unos hoyitos para tronar ¡Jejeje..- decía el Borre tratando de levantar su falda a Beatriz.

- ¡Eso nunca, eso jamás desgraciados.. nunca tendrán nuestros cuerpos hijos de puta.- dijo Beatriz cubriendo sus pechos.

- ¡Jejeje.. Si no se los estamos pidiendo Señora.. ¡Los vamos a tomar.. ¡Jeje..

El terror recorrió el cuerpo de las dos mujeres, sabían que no tenían escapatoria, los tipos podrían torturarlas y nadie acudiría a su llamado. La zona donde vivimos es muy raro ver gente por la calle, además la casa es lo bastante grande como para disipar cualquier sonido de auxilio que pudieran realizar. Las dos lloraban sin saber a qué las sometería éstos tipos tan desagradables. Entonces el Flaco mientras tenía sujetado del brazo a Mamá le dijo al Borre:

- Vamos sujetando a estás ricuras con la cinta, ..para así pensar cómo nos vamos a divertir ¡Jajaja..

El Tito echo en el mueble a Mamá, con toda su fuerza entre lágrimas y con una mirada de súplica le dijo:

- ¡Por favor, llévense lo que quieran pero no nos hagan daño.- les dijo tratando de dialogar con ellos.

Pero el Borre eufórico y con voz socarrona le respondió:

- Si la que más va a gozar eres tú putita calienta rabos, ..vas a sentir lo es ser penetrada por todos tus agujeros a la vez ¡Jejeje..

Al escuchar eso Beatriz estalló en llanto, no quería que lastimaran a su amiga, el Borre giró su rostro diciéndole que dejara de llorar ya que a ella también le tocaría su turno. Dejó a Mamá en manos del Tito que no desaprovechaba de manosear a la linda anfitriona, sentándola en sus piernas para hacerle sentir a su hermoso trasero su abultado miembro que casi estaba haciendo ceder las costuras del pantalón que llevaba puesto por lo hinchado que lo tenía.

Con una mano sostenía las manos de mi Madre mientras con la otra apretaba sus senos y acariciaba con la lengua su cuello y nuca. Del mismo modo tenía aprisionada el Borre a Beatriz pero aprisionando sus pechos entre sus manos, a lo que Beatriz ya no se resistía después de oír la palabras del Borre.

- ¡S-suéltame desgraciado, no me toques..- Beatriz se resistía.

- ¿Sabes que amorcito?.. tienes unas piernas preciosas.- le decía mientras la recorría con sus manos.- ¡Y estos melones, como me voy a divertir, estás riquísima.

- ¡No me toques asqueroso.. te vas a repetir, mi marido es el Gobernador. ¡Te encerrara en la cárcel por el resto de tu vida desgraciado..

- ¡Mira preciosa.. la cárcel a mí no me asusta, y si tengo que pasar toda la vida tras los putos barrotes, al menos tronaré este culito que tienes mamacita ¡Jejeje..- le dijo el Borre tactandole el culo por arriba de la falda.

Beatriz se resistía a ser violada, con insultos y escupitajos no paraba de lanzarle al Borre, mientras que Mamá se mantenía sería y serena, se miraba aterrada, pero no hacía nada por liberarse o resistirse a los delincuentes. Mientras que a empujones y jalones amarraron a Beatriz a una silla y le colocaron una cinta para evitar sus gritos. Mamá sola caminó y se sentó para ser inmovilizada.

Las colocaron en medio de la sala una frente a otra, mientras que el Borre no paraba de ingerir las finas botellas que había en el bar. Tito estaba anonadado viendo a sus presas, jamás hubiera imaginado que obtendría a dos bellísimas mujeres por el precio de una. Rápidamente cerró las cortinas y todo para evitar cualquier intruso que pudiera rondar, tenían hasta el día de mañana para disfrutar de esas dos mujeres y nadie se los podía evitar. Así que con toda la calma empezó a decir:

- Muy bien mis reinas.. con cuál empezaremos primero, tú o tú. ¡Jajaja..- les apuntaba el asqueroso viejo.

- Porque no nos ponemos más a gusto Flaco.. que ellas nos hagan un bailecito ¡Jejeje..

Los tipos se empezaron a desnudar frente a Mamá y Beatriz, mientras que ellas ahogaban sus gritos con las cintas en su boca. Con horror miraban aquellos cuerpos asquerosos mientras estos les lanzaban sus harapos en la cara.

- ¡Jajaja.. Parece que a la esposa del Gobernador le gusto el olor de tu ropa Borre ¡Jajaja..

- ¡Jejeje.. Falta de confianza Seño.. aquí tiene, para que absorba el verdadero olor a macho ¡Jejeje..

El borre se quitó su trusa amarillenta y toda percudida, se la colocó a Beatriz en la cara a modo de mascara, y cómo ella tenía tapada la boca, su única manera de obtener aire era por los poros de su nariz, pero el miserable borre le sostuvo la cabeza con las manos mientras le ponía en la nariz esa trusa maloliente. El infeliz le acomodó la trusa cómo mascara dejando la parte delantera justo en su nariz, así que la pobre no tuvo más opción que aspirar todo el aroma de la prenda de su verdugo. Para humillarla aún más le amarró la prenda con la cinta evitando que está se le pudiera mover aun sacudiendo la cabeza.

La pobre Beatriz casi se desmaya al absorber ese aroma a rancio, sus ojos se voltearon poniéndose en blanco, síntoma de querer vomitar, pero sólo unas pequeñas lágrimas corrieron de sus mejillas, aguantando tan putrefacto hedor.

- ¡Jajaja.. Parece que si le ha gustado tu aroma Borre.. ¡Mira cómo lo absorbe.. ¡Jajaja..

No lo podía creer, se veía claramente cómo la tela se retiraba y se volvía a pegar sobre la nariz de Beatriz, tratando de agarrar aire. Mi Madre sólo miraba a su amiga en esa situación temiendo que ella fuera la próxima. Los tipos quedaron desnudos en la sala sin ningún pudor, el cuerpo del Tito era asqueroso, tenía marcados los huesos de las costillas y bastantes granos en su espalda, además de que tenía una verga muy oscura y algo rara, lo chistoso era que la tenía larga y chueca cómo bumerang, además de un color muy negro con la cabeza del glande toda morada.

El Borre por su parte era regordete con pelos en el pecho bastantes chinos, su tranca no era larga pero si muy gorda, con unas terribles venas que la cruzaban cómo un freeway. Era medio chaparón y recalbete, se miraban algo curioso, lástima que a Mamá y a su amiga nos les parecía así. Se tiraron en el sillón con sus piernas abiertas, cómo para que Mamá y Beatriz pudieran ver sus aparatos.

- ¿Con cuál de las dos empezamos Flaco? ¡Jejeje..- dijo el Borre apuntándoles con el dedo.

- Ya sabes cuál quiero Borre.. ¡Quiero a la dueña de la casa..- dijo el Tito mirando a mi Madre.- Mira rubiaaaaa!!!!,- le gritó el negro agitando su tranca a solo dos metros de donde estaban ellas inmovilizadas, mirando lo lujurioso de todo eso que estaba viviendo.

Mi Madre aunque asustada como estaba igual vio como ese viejo agitaba su asquerosa y larga verga oscura, toda llena de nudos de nervios y gruesas venas más oscuras que parecían estar llenas de sangre circulando por ellas debido a como pulsaban rápidamente. Por lo que en forma automática recordó lo que le había metido el Director Vaez hace un tiempo, pero esta otra era totalmente diferente, era un poco más larga y chueca, mientras se la seguía mirando tragando saliva y con los gemidos de asfixia de su amiga de fondo. Hasta que de pronto cayó en la realidad ya que al subir su vista para analizar al dueño de aquella asquerosidad vergal vio nuevamente al vejete de color tal como era, un viejo asqueroso que la miraba con una sonrisa despoblada de dientes, que al estar sin nada de ropa lo veía con su huesa menta recostada sobre su preciosa sala, al igual que su amigo y su prominente barriga, con unas gruesas piernas todas blancas.

Y es que de los dos no había a cual irle, eran verdaderamente asquerosos, pero que se gastaban unas tremendas trancas que se hacía imposible no mirárselas para estudiarlas una y otra vez llenas de terror.

- ¡Jejeje.. Me parece perfecto.. a mi déjame a esa tetona respingona. Ya verás cómo la dejo después de tronarle el hoyo, ..seguro que lo tiene más cerradito que un maricón virgen la condenada. Ya verás cómo se lo abro yo ¡Jejeje..

La pobre de Mamá y su amiga se remolineaban sobre sus asientos tratándose de liberar, pero los desgraciados las habían inmovilizado perfectamente haciendo imposible cualquier esperanza de liberación. Beatriz se sentía terrible, estaba completamente inmovilizada y con el calzón inmundo tapándole momentáneamente la nariz.

- Muy bien Señoras, tiene dos opciones.. dejarse hacer lo que pidamos sin resistirse o agarrarlas a la fuerza, cómo ustedes quieran. Ustedes eligen ¡Jejeje..- preguntó el Borre cómo si eso fuera una opción.

Yo miraba a Mamá inmóvil, analizando la situación, dándose cuenta que éstos tipos eran capaces de lastimarlas. Con todo el dolor de su corazón simplemente afirmó con la cabeza, en eso Beatriz empezó a moverse cómo loca al ver lo que le harían a su amiga sin resistirse. Tito dio un paso hacía Mamá y luego pasó sus manos a su cintura, mientras que ella respiraba fuerte levantando su pecho del pánico que tenía. Rogaba por un milagro mientras seguía amarrada, presa del pánico.

- Muy bien Señora, la desataré.. si intenta escapar o gritar, su amiga lo pagara todo ¿Esta entendido?- ella volvió afirmar con la cabeza.

Mamá estuvo de pie llorando en silencio, mientras el Tito le daba la vuelta inspeccionando todo su cuerpo, ella en ese momento iba vestida con una falda ejecutiva de algodón color negra, una chaqueta a juego que le achicaba la cintura, llevaba una blusa de manga larga de color beige con las botonaduras por abajo de los pechos, dejando ver la raya entre sus dos senos. La falda era corta a medio muslo, tremendamente ajustada dejando notar su voluminoso trasero.

Tito no se lo podía creer, se quedó observando la tremenda curva que hacían aquellas nalgas con la falda y sin más descaro apoyó su bulto ya evidente en el trasero de mi Mamy, haciendo que ella sintiera en sus nalgas toda su excitación. El maldito se estaba apoyando descaradamente con su cuerpo desnudo, le pasaba entre sus dos nalgas su tranca cómo cogiéndola por encima de la falda. Mientras le decía al oído: 

- Tienes un cuerpazo mamacita.. y sé que te gusta mostrarlo descaradamente. Deberías cuidarte, podría pasarte algo ¡Jajaja..

- P-por favor Señores, no nos hagan daño, tomen lo que quieran.. pero váyanse.

- Pero si acabamos de llegar mamacita, ..te aseguro que la pasaremos muy bien tu y yo.- la tomó de la cintura atrayéndola. Mamá no sabía qué hacer, sentía las manos de ese negro bajando hacia sus nalgas.

- No, no, no espere por favor, ..t-tenemos dinero.- ella intentaba separarse del conserje, sintiendo las manos sobre sus glúteos.

- ¡Mhmm.. Que suavecitas tienes las nalgas mamacita.. ven aquí, dame un besito.- le sujetó la cabeza haciendo que la girara y le dio un beso, Mamá cerró los labios y él le babeaba la boca queriéndoselos abrir.

- Nngghhh.. ¡Aahhh.. ¡Por favor, no me haga eso.- decía ya desesperada, el asqueroso negro comenzó a besarle el cuello, a sobarle y apretarle las nalgas.

- Claro que te hare esto y más, ..si se ve que eres una putita calentando a los machos todo el tiempo. Pero yo si soy un hombre y por ahora tú serás mi mujer.. así que ya no insistas que te deje porque no lo hare.

- ¡N-no, yo no soy ninguna puta.. n-no se quiénes son, nosotras no les hemos hecho nada.. por favor déjenos.- Mamá lo decía bajito, no quería asustar más a Beatriz que se revoloteaba totalmente amordazada.

- No te creo ricura, si eres una puta.. hemos vistos todos tus juguetitos que tienes en tu cuarto, ya debes saber lo que te espera y yo estoy muy caliente. Así que compórtate como lo que eres y muéveme el culo, ¡Jejejeje..- le dijo antes de meterle las manos por dentro de la falda.

Mamá sintió aquellas manazas tocándole la piel desnuda, tenía miedo no sabía qué hacer. Los tipos se reían descaradamente ante el miedo total de las dos señoras. Luego de estar así, sin saber que intentaría nuevamente le dijo al oído:

- Tienes un culo estupendo.. ¡Páralo más mamacita, muévemelo contra mi palo.

- ¡Nooo, por favor ya basta.. ¡D-déjenos.. llévense lo que quieran.. no los denunciaremos, pero por favor no nos hagan nada.- le imploraba.

- Si Flaco, enséñale a esa pendeja puta quien eres, ..cógetela rico que después voy yo.

Desparramado y totalmente desnudo en nuestra sala estaba ese regordete, observando como su amigo de pie besuqueaba y manoseaba a la flamante rubia, la cara de desesperación de su amigo lo excitaba, y quería que ya lo tomara para que siguiera su turno. Yo estaba arrepentisimo de haber hecho ese maldito trato con ese viejo miserable, pero ya era demasiado tarde, ya no podía hacer nada, si hacía cualquier ruido me podrían descubrir, es más culparme ante mi Madre por ser su cómplice.


En plena sala de nuestra residencia, mi Madre sentía en su cuerpo las manos huesudas del conserje, que estaba detrás tocándola, manoseándola, ella solo tenía aquellas manos por todos lados pero no se movía, estaba paralizada por la situación. El Tito le lamia la oreja dejándosela toda babeada, a ella le daba asco, cerraba las piernas con fuerza impidiendo que le metiera los dedos entre sus muslos. Sentía como eran sobadas con brusquedad sus carnosas piernas. La lengua del negro lamia constantemente su cuello, ella ladeaba al mismo tiempo la cabeza sintiendo repulsión, quería que parara, que la dejara en paz, pero su pasividad solo le daba carta abierta a su captor, para hacer y tocar todo lo que quisiera.

Tito le apretó fuertemente el cuello amenazándole:

- ¡Hazlo o te mato a tú y a tu amiguita a trompadas.

El Borre se puso de pie. Mamá con muchísimo miedo veía cómo le quitaban el asqueroso calzón de la cara a Beatriz. El rostro de su amiga estaba colorado, con lágrimas secas de tanto llorar, su maquillaje estaba destrozado, su cabello todo alborotado. En unos cuántos minutos éstos desgraciados habían cambiado a una mujer bellísima cómo Beatriz en un desastre.

Mamá sintiéndose que no podía hacer nada, totalmente humillada comenzó a menear su trasero cómo se lo había ordenado el sujeto, el tolete del negro empezó a tomar dimensiones con los roces de aquellas nalgas, ella temblaba mientras seguía haciendo lo que el maldito sujeto le pedía, con horror sentía cómo ese glande tomaba tamaño en su trasero, a lo que Tito le comentaba:

- ¡Que precioso culo tiene Señora.. grande, redondo y paradito. Le tengo que decir que es muy excitante vérselo mover por las calles ¡Jajaja.. ¡Es una delicia.

- ¡Carai Flaco, tenías razón.. ¡esa vieja tiene un culo de infarto. Con sólo vérselo mira cómo me la puso a mí también ¡Jejeje..

El miedo se apoderó aún más de Mamá, que no sabía qué hacer, los tipos empezaban a empalmarse, con terror miraba cómo el Borre empezaba a pelársela a solo unos centímetros de su amiga, mientras sentía cómo la manguera del Tito tomaba su verdadero tamaño en su trasero.

Mientras seguía admirando la hermosa cola de Mamá, el Borre se acercaba a Beatriz con su verga amenazante.

- ¡Para ti también ahí mamacita.. mira lo que te va a tocar ¡Jejeje..- el tipo le meneaba la verga casi en la cara.

- ¡Mmmhh.. ¡Nohm.. ¡Mmmhh..- trataba de suplicar Beatriz con la boca amordazada.

Beatriz se retorcía tratando de zafarse de la silla, no iba a permitir que la tocaran, iba a poner toda resistencia hasta dónde pudiera. El Borre acercó su terrible tranca a escasos centímetros de su rostro, ella miraba con ojos de terror la tremenda cabeza purpura amenazante. Ya viéndola casi rozar su rostro apretó los ojos cómo si con eso la hiciera desaparecer, pero el canijo Borre se la empezó a restregar por toda la cara, haciendo que el maquillaje y las lágrimas se le mezclaran por todo el rostro.

- Bien tetona.. te voy a quitar la cinta de la boca para que me la chupes un ratito. ¡Pero pobre de ti que grites desgraciada.. ¿lo has entendido?

La pobre Beatriz se sacudía cómo loca al pensar en lo que ese tipo la iba a obligar hacer. Cuando le quitó la cinta de la boca las reacciones de Beatriz no se hicieron esperar.

- ¡NNNOOO!!! ¡Estás loco.. jamás voy a hacer eso! ¡Eres asqueroso, repúgnate.. me das asc...

¡SPLASSHH!! Una tremenda cachetada sacudió la cabeza de Beatriz aturdiéndola por unos segundos, el Borre le volvió a poner la cinta de nuevo en la boca, y bastante enojado dijo:

- No has aprendido nada, pendeja.. ¡Pero me corto un güevo a que te hago que me ruegues para chupármela.

- ¡Jajaja.. Creo que te salió respondona la yegua Borre ¡Jajaja..

- ¡Y tú qué esperas?.. ¡Encuera ya esa pinche culona que me muero por montarla. ¡Esta puta la dejaremos para más tarde.. a ver si para entonces ya deja de hacerse la remilgosa.

 - ¿Ya oíste mamacita?.. ¿o también ocupas de las carisias de mi compañero? ¡Jajaja..- le dijo el Tito a mi Madre que permanecía inmóvil sintiendo la tranca rosando su voluminoso trasero.- Quítate tus ropitas, ..anda mi amor quítatelas, no me hagas enojar a mí también.- le decía en el oído.

Mamá solo serraba los ojos pensando en que tal vez se detendría, pero eso estaba lejos de suceder. Entonces se dio vuelta, no quería que el viejo le siguiera babeando la cara, unas pocas lagrimas caían y ella se reacomodó la falda con las manos, no podía creer que estaba en esta situación.

- ¡Que te las quites chingada madre.- dijo el conserje levantando un poco la voz y tomando el canto de la falda para elevarla. Mamá se escandalizó acurrucándose, al sentir que pronto estaría desnuda frente a esos tipos, debía defenderse pero no sabía cómo.

A unos cuantos metros, Beatriz miraba claramente, veía como su mejor amiga intentaba inútilmente protegerse, intentando alejarse de ese viejo horrible y negro que seguía en su labor de manosear e intentar desnudarla lo más pronto posible. Tito entonces, logró meter su mano entre sus piernas, ella se encogió para evitar la intrusión, no quería que la tocara ahí, tomaba la mano de él con sus manos y la trataba de jalar con tal de liberarse, solo forcejeaban en medio de la sala.

Pero el miserable del conserje, le pellizco un muslo con toda su fuerza, Mamá para no gritar se tapó la boca retirando las manos de sus muslos, el viejo aprovechó para meter toda su mano entre las piernas tocando así su vagina, con aquellos pequeños vellitos.

- Pensaba que las putas como tú no tenían pelos en la chocha, ..pero me equivoqué, seguro que te hiciste figuritas ¡Jejejeje..- dijo el viejo. Mamá reaccionó pero ya era muy tarde, la huesuda mano ya jugaba con su vagina acariciándola, ella arqueó la espalda al sentir por primera vez aquellas caricias forzadas.

- ¡Nooo por favor, no me toque ahí.. por favor, les damos lo que quieran, solo váyanse.- decía Mamá, que ya comenzaba a sentir un calor que emanaba de su cuerpo, el cual no entendía por qué lo sentía, si le estaban haciendo todo eso en contra de su voluntad.

- Claro que me darás lo que quiero mamasota, ..tu eres bien puta y ya se cómo comprobarlo.- le tapó la boca con una de sus manos, mientras que la otra se abría paso en la rajita de mi Madre.

- ¡Mmgghh, mmgghhh..- Mamá se retorció de dolor, los dedos de ese viejo entraron, arrebatándole su intimidad de una manera que ninguna mujer quisiera, sin placer, con una persona que no tenía que ser. Lagrimas salieron de sus ojos, Mamá aflojo el cuerpo estaba shockeada.

- ¡Espera Flaco.. tengo una mejor idea. Apuesto que estas putas llevan un juego de lencería bien rico como las de las revistas. Que nos baile, que se encuere como si estuviéramos en un cabaret ¡Je je je..

- Sii..- dijo Tito enloquecido, sacando los dedos del interior de Mamá para chupárselos.- Quiero que tu solita nos muestres la lencería que llevas usando hoy.. pero hazlo de forma especial. Hoy es un día especial ¿no? Modélanos, las viejas ricas como tu siempre saben modelar.

Algo mareada por el shock de la violación, Mamá sintió resquemor por lo que le pedían esos desgraciados. Sin embargo, sabía que si lo hacía como se lo pedían podía evitar que la lastimaran con tales magreos y que le arrancaran la ropa.

- E-está bien.. p-pero déjame tomarme un trago por favor y ya no lastimen a mi amiga.- pidió Mamá, pensando que quizás con el alcohol le daría valor para lo que haría.

- Pero por supuesto que si mamasita.. tenga, métanse un trago y sáquese con glamur esa ropita ¡Jajajaja..- replicó el negro llevándole la botella.

El tipo le dio la botella, Mamá no sabía qué hacer con ella, pensaba que le iban a dar en un vaso. Tito al ver la pasividad se la quitó de la mano y la levantó llevándosela a la boca. Un chorretón de coñac le dejó caer en la boca que escurrió por su barbilla y la hizo toser.

Después de beber tremendo trago ingerido Mamá se sintió arrebatada, la hermosa Sra de la casa sintió el efecto del alcohol de inmediato entremezclándose con las sensaciones que empezaba a experimentar al sentirse exhibía y dominada para esos dos desgraciados. Lo que en un principio era rabia y vergüenza se empezaba a transformar en un sentimiento de bajeza, que ya sea por el bienestar de ella y su amiga terminaba por aceptarlo. Por supuesto, Mamá sabía que debía mostrarse como una mujer reservada y como la gran Señora que era, pero poco a poco empezaba sentir cosas que jamás había sentido. La contradicción entre la mujer decente y la situación empezaba a acentuarse de tal manera que producía pensamientos oscuros y sensaciones extrañas en ella.

Mamá al ver que los tipos empezaban a impacientarse solita empezó a desabrochar su chaqueta tirándola al suelo, para mostrar sus tremendos pechos apretujados en la delgada tela de su blusa. Sin quererlo, un morboso deseo y una silenciosa lujuria empezaban a nacer de aquella extraña situación. Mientras desabrochaba su camisa y la falda no podía evitar notar la presencia de aquellos hombres desnudos que parecían dominar su destino.

Los dos no le quitaban el ojo. Una parte de ella estaba molesta con la situación, pero la parte, quizás su lado oscuro se sentía admirada y deseada.

- ¡Ya pues, encuérate de una puta vez por todas mamacita que ya me muero por encajarte la verga.. mira como la tengo por culpa tuya!- al mismo tiempo que el Tito le decía lo anterior se sobaba el tolete que lo tenía bien parado, este hasta se encorvaba mostrando unas gruesas venas que lo surcaban.

Mamá se la veía incluso más gruesa y oscura que hace unos minutos, lo que la hizo temblar con solo pensar que esa cosa la penetraría. Extrañamente sintió como su vagina comenzaba a contraerse sin que lo pudiera evitar. Así que valentonada otra vez con las falacias de que lo hacía para salvarse, y sumándole también a que si los calentaba lo suficiente quizás con eso quedarían satisfechos. Se animó entonces para ponerse de perfil hacia ellos para luego con sus dos manitas tomar el cierre de su falda y liberarla de sus grandes caderas, para luego ir bajándola lentamente hasta finalmente dejarla caer sobre sus pies.

- ¡Mghff.. Mgh..- se revoloteaba de terror Beatriz al observar lo que estaba obligada su amiga.

- ¡Cállate pinche puta..- le gritó el gordo.- ¡Tú vas a seguir después desgraciada..

Los inmundos viejos estaban que eyaculaban, si bien ya le habían metido mano otra cosa era verla en tal lencería. Con los ojos ya enrojecidos, y con sus fosas nasales resoplando como toros embravecidos, los dos miserables viejos fueron testigos de la desnudes de aquella diosa asustada, estando ellos sentados solo a un par de metros de donde se encontraba el exquisito ejemplar de hembra que ya pensaban poseer, mirándole cada curva que poseía. Aquellas redondeces de sus nalgotas bien paraditas, aquellos perfectos pechos redondos y duros como se los habían sentido cuando la sometieron y sobre todo aquella mística parte de su bajo vientre en donde escasamente se le transparentaban unos bellitos dorados que se divisaban por la fina lencería.


Cuando la atractiva dueña de la casa estaba simplemente con la blusa abierta y sólo en lencería, un juego sensual color negro y corales en azul que quizás había comprado o mando pedir del extranjero, Tito levantó una mano.

- Quédate así mamacita, así me pones más burro ¡Jajaja..

- ¡Vaya Flaco.. esta puta sí que sabe vestir.. ve nomás esas telitas. ¿O ya nos estabas esperando desgraciada? ¡Jejeje..- dijo el Borre mofándose del pánico de mi Madre.

Mamá se sentía expuesta y avergonzada, pero también sabía que si no lo hacía esos animales lo harían y la sometería con sus malos tratos. Ella veía la situación como una acción desesperada. Los desgraciados ya empezaban a pelársela lentamente y ella los observaba, quería calentarlos al máximo para que así quedaran satisfechos y quizás ambas se librarían. Lo que no entendía Mamá era que esa jugada era como una navaja de dos filos, y que además los dos desgraciados tenían pensado irse hasta el otro día, que lo único que estaba provocando era que las violaran con más calentura.

La hermosa rubia dejó su falda sobre sus pies y quedó de pié en el gran salón, como el principal espectáculo. Tito la observaba con intensidad y deseo contenido. La mujer que le obsesionaba estaba ante él enfundada en un conjunto de lencería muy sensual. La escasa tela exaltaba sus grandes senos firmes, las escuetas braguitas sus armoniosas caderas. La cintura estrecha y el abdomen plano parecían enlazar de manera perfecta el tronco con la pelvis oculta tras la pataleta elegante y sensual. Sus piernas eran dos monumentos, dos pilares que encumbraban aquella hermosa mujer.

- ¡Bruuaaaa.. ¡Que bruta.. te dije Borre que no te ibas arrepentir ¡Jajaja..

- ¡Puta madre.. te amo Flaco. Sin mariconadas ¡Je je je..

- Date vuelta mamasota..- le pidió el Tito.

Mamá con vergüenza y un calor inesperado giró su cuerpo. Aquel trasero era perfecto que sobresalía de los cantos de la blusa. Los se quedaron sin habla.

- C-camina.- ordenó con voz profunda el negro, luego de tragar saliva.

Mamá se demoró en seguir aquella orden. Se encontraba un poco confusa, agitada. Una parte le decía que debería sentir vergüenza de lo que hacía, pero otra parte se sentía excitada. Mientras empezaba a dar los primeros pasos por la sala, sintió que sus pezones se le endurecían y una extraña sensación recorría su vagina. Los viejos no lo pudieron evitar y casi eyaculan en sus manos. Quería joderla de ya, pero también sabían que tenían muchísimo tiempo para disfrutarla.

Mamá caminaba por el gran salón con los delicados hombros hacia atrás, muy derecha como siempre lo hacía. Las elegantes facciones de su bello rostro se mantenían en alto, pero la mirada rehuía a los ojos de aquellos dos. Decidió detenerse cuando sintió que ya había hecho demasiado y cruzó sus manos intentando inútilmente cubrir sus transparencias.

- Muy bien Señora, venga para acá.. acérquese un poquito, déjenos verla bien.- entonces, levantó la miraba para observarlos.

Los ojos de Mamá mostraron miedo, pero lejos de sentir pánico o intentar huir ahora que se encontraba liberada permaneció de pie frente a ellos.

- ¿Que no escuchaste a mi amigo?.. ¡Que vengas para acá puta.- le gritó el Borre que era más violento.

Ella parecía como paralizada quizás por estar viendo el movimiento de sus manos sobre sus penes. Al ver que nuevamente empezaban a ponerse violentos de un momento caminó hacía ellos quedando a escaso un metro de ambos. No pudo evitar echar una miradita a sus miembros, estaban muy excitados. Vio al negro levantarse con la mano en su cosa oscura. Era una verga muy larga, pero de dimensiones más humildes que el sexo de mi Director. Estaba paralizada y no se movió ni un milímetro mientras el negro volvía a poner sus manos sobre su cuerpo casi desnudo.

No pudo evitar que se le salieran unas lágrimas cuando la tocaron.

- Así quédate mamasota.. déjame verte bien.

Estuvo unos segundos observando de cerca su tersa piel, que sólo era cubierta por esa fina blusa, que por mucho le llegaba a media cadera, mostrando ante sus ojos ese par de rosados y suculentos cachetes tersos que se tragaban sin ninguna dificultad la delgada tira de tela de sus pantaletas.

- ¡Uyy, Señora.. ¿porque usa esos calzoncitos tan chiquitos teniendo estas nalgotas? No me deja admirarlos bien.. ¡Déjeme hacer esto..

En un movimiento inesperado, tomó de las nalgas a Mamá agarrándola por sorpresa, que por el fuerte tirón, ella sólo trataba de agarrar el equilibrio para no caerse. Inmediatamente noto presión en sus bragas y convertidas en una tanga por las maniobras de su captor. Con la punta de un dedo le rozaba la línea que dibujaba la tela entre sus nalgas. Toda la piel se le puso de gallina. Aquellas huesudas manos fueron rápidas y abrieron sus cachetes lo justo para descubrir la profunda línea que las separan, definen y se cuelan dentro, tan adentro.

- ¡Mira Borre.. ¡hay más tela aquí dentro. ¡Jajaja..

Con los cachetes abiertos los tipos tenían una visión perfecta de la tirita de tela bien enterrada entre esas dos carnes, ese pequeño listoncito que no cubría absolutamente nada dejando ver debajo ella, las rosadas líneas de su esfínter.

- ¡Jajaja.. ¡Pero vaya.. mira Borre lo que me encontré tan escondidito.- le dijo al otro manteniendo aquellas carnes abiertas.


- ¡WAOOO!! ¡Siempre quise verle el culo a una señora tan fina como ellas.. ¡Es perfecto, chiquito y apretadito, tal y cómo lo había imaginado.. rosadito y sin ningún pinche pelo. ¡Y además seguro que está perfumado.. ¿ya le oliste Flaco?

- Mhmm..- dijo inclinándose y metiéndole casi en la raja su nariz achatada.- ¡Siii.. Huele delicioso.. ¡Déjame probarlo.- dijo eso inclinándose hasta aquellos cachetes.

- ¡NOOOOO.. ¡NOOOO.. No haga eso, no me toque maldito degenerado.- y le soltó dos cachetadas, que por poco hicieron para que la soltaran. Esas sí que le dolieron al viejo y usando su fuerza la aplastó contra su cuerpo, dejando sus brazos contra su pecho.

- ¡AAAHHH cabroncita.. me saliste respondona como la chichona.. pero vas a ver, te voy a domar pendeja rejega.- acercó su cara a la de ella, que rápidamente Mamá movió hacía un lado evitando que ese repugnante la besara, lo que aprovechó para poder chuparle el cuello.

- ¡Aléjate asqueroso, no lo soporto.- decía que soportaba el olor de aquella sucia boca de días sin lavar, de esa baba que dejaban sus lengüeteadas, podía sentir también como los dientes amarillos, le mordían el cuello con cariño.

- ¡QUE ALGUIEN NOS AYUDEEEEE¡- gritaba Mamá, sin respuesta.- NOOO!!

- ¡Si puta grita, pide auxilio al cabo que nadie vendrá ayudarlas.. Te daré un placer que nunca has sentido.

El miserable negro la acomodó doblada hacía adelante como si fuera una niña a quien le fuera dar azotes y con su mano libre le subió la blusa, tomándola de las nalgas solo cubiertas por esas minúsculas pantaletas. Mamá ahora si se sintió indefensa. Con un movimiento más puso su dedo largo entre sus glúteos, que al sentir el dedo invasor, ella sintió una descarga como de electricidad en todo el cuerpo, y empezó el toqueteo. El conserje movía su dedo por encima de la braguita de Mamá como rascándole el ano. Mamá como niña desesperada empezó a patalear, pero sin poder zafarse o impedirlo.

Beatriz asustada veía como su mejor amiga estaba siendo ultrajada por aquel viejo de color que no parara de rascarle la cola. Aunque sus gritos cada vez eran más débiles, el viejo no la soltaba, se dio cuenta de eso y sonrió, sabía que la rubia no duraría mucho en entregarse al placer.

- ¡Señor por favor.. suélteme y-yo se queee.. usted, usted.. es bueno y no quiere hacerme nada.. Nooohh-. decía Mamá asustada y algo inquieta.

- ¡Delicioso.. tu fundillo te huele delicioso.. y te equivocas mamasota. He querido tenerte así desde la primera vez que te vi. ¡Mhmm es mejor de lo que espere.- le hizo el calzón hacía un lado dejando su tierno arito expuesto.

Mamá no podía creer lo que escuchaba, ese viejo pervertido ya la venía siguiendo desde antes, lo que decía que esto no era un simple robo y que no se librarían tan fácilmente. El conserje seguía jugando con sus dedos en el surco de sus nalgas, lo que provocaba que sin poder evitarlo su intimidad comenzara a lubricarse. Ella se seguía retorciendo entre su cuerpo y aquellos brazos, tratando zafarse y de no sentir placer.

- ¡YAAAAA DEJEMEEEE POR FAVORRRRR!!- pedía Mamá inútilmente, ya que el muy cerdo la escuchaba pero no dejaba de jugar con su rajita, que ya sentía que le pertenecía.

- ¡Te lo diré una vez más pendeja.. vas a ser mía quieras o no.

Mamá luchaba con todas sus fuerzas, para no entregarse a ese ser que se aprovechaba de ella y jugaba con su cuerpo, de sus ojos salían lágrimas de desesperación por estar en esa situación y sentirse tan desprotegida. Ella era en los brazos de ese viejo como una muñeca que trataba de zafarse de su abusador, pero le era inútil el viejo era muy fuerte, nunca podría salir ilesa de esa situación.

- ¡Señor, por favor no ya no me haga eso, por lo que más quiera no.

Mamá suplicaba como una pequeña que no pide ser reprendida, tratando de que el viejo se apiadara de ella y la soltara, pero lo que no sabía era que cuando un hombre está caliente, es difícil hacerlo cambiar de opinión y el negro este estaba muy caliente, quería jodérsela después de ver lo de con Vaez, tenía unas ganas enormes de encularla como aquel que odiaba, pero no a la fuerza quería que ella lo pidiera, esa era su fantasía hacer que ella pidiera a gritos su verga.

- ¡AAAAAGGGGGHHHH ¡NOOOO.. ¡No haga eso dioooooossss.- fue demasiado tarde, Mamá reaccionó protestando, pero el viejo ya tenía su boca entre sus nalgas, sendas mamadas le metía entre ellas alcanzando sus partes íntimas.

Mamá trataba de cerrar las nalgas, pero con muy poca fuerza a comparación de las dos manazas huesudas que las abrían. El viejo metía su cara alcanzado su rajita haciendo que ella se retorciera más y más. Ella ya estaba completamente sudada, jamás imaginó estar en esta situación tan cruel y a la vez junto a su amiga corriendo alto peligro, sus fuerzas eran muy pocas pero seguía luchando, por nada del mundo terminaría violada por ese tipo tan asqueroso. Ahora pensaba que era mejor que la tomara a la fuerza a que lo correspondiera y se revolcara con él.

- Ya no te hagas la mojigata mamasota.. sé que te gusta, no te resistas más.- le decía el viejo sintiéndose triunfante.

- ¡NOOOO, NO LO HARE.. ¡Con ustedes nunca, me dan asco malditos.- les decía Mamá, que sentía como su rajita se llenaba de fluidos que de inmediato eran absorbidos por la boca de su captor.

El Borre ya estaba harto, quería que su amigo la sometiera desde ya, que ellas mismas les pidieran sus vergas. Y tomando nuevamente su pistola apuntó hacía la cabeza de Beatriz. Lo que inmediatamente volvió a paralizar de terror a Mamá que dejó de revolotearse.

- ¡Te estás tranquila o vas a tener que juntar la cabeza de esta puta del suelo.- le amenazó.

- ¡No, por favor..- sus fuerzas desaparecieron al ver a su amiga siendo apuntada por ese cañón, de sus ojos brotaban lágrimas de desesperación al sentir que no podía más con eso, y el pensar que ellas se pudieran acostar con tan viles sujetos la aterraba.- M-me quedaré.- terminó por aceptar.

Y mientras Mamá permanecía aterrada mirando al Borre con la pistola, el Tito le seguía acariciando el clítoris y los pezones que estaban duros y erectos, lo hacía en ese preciso momento para que ella sintiera gozo que trataba de negar diciendo que las dejaran. Mamá no sabía qué hacer, por un lado tenía a su amiga llorando de impotencia y terror, pero por otro lograba escuchar de su intimidad sonidos de fricción y fluidos que empezaban a escurrir de sus intimidades aunque ella se negara. Su rostro lo movía de un lado para otro como tratando de no sentir placer, mirando al violento sujeto a los ojos que las amenazaba. De su rajita corrían hilitos de saliva que eran producidos y succionados una y otra vez por la boca de ese negro, chupando y lamiendo todo de ella.

- ¡Así así mamacita.. quédate quietecita.- le susurraba el negro mientras se hincaba entre sus piernas.- Tú solita me dirás cuando quieras ser mía.

Mamá no podía más, era demasiado para dos mujeres que siempre estuvieron protegidas y que tenían todo en la vida. Eso sin agregar que poco a poco empezaba a luchar contra ese placer que empezaba a nacer desde su interior, no quería ser la mujer de esos viejos cochinos, que en ese momento uno le acariciaba los senos desde abajo y empezaba a chupar su vagina.

Comenzó a recordar cuando en situaciones semejantes otros desgraciados habían disfrutado de sus partes, estos recuerdos hicieron que el placer que empezaba a nacer se extendiera como una hoguera rápidamente desde los pies a su cabeza.

- ¡Uuhm, estás chorreando mamasota.- en ese segundo dejó de lado el pánico que sentía en sí misma y tuvo un dejo de avergüenza.

Y para demostrar lo que le dice el viejo usa sus dedos para pasárselos por la rajita y se los pasó por la nariz. Mamá capta enseguida la naturaleza del olor que lo impregnan esos huesudos dedos negros y se apena. 

- Te huele a pescadito, eh?- ella no contesta, cosa que él aprovecha para meterle el dedo en la boca.

Su dedo no dura mucho dentro de su boca ya que, para humillarla y hacerle saber que aunque más se resista su cuerpo reacciona al de una mujer fogosa. Para voltearla de ruda manera abrirle las nalgas y poder llegar con su lengua donde necesita. Mamá apretó las quijadas al sentir sus nalgas separándose otra vez bajo aquellas manazas y su lengua rozando la parte interna. Y cuando llega al fondo.- ¡Ooh,- exclama el maldito, su lengua juega con el sorprendido ano sin darle tregua, marinándolo y obligándole a abrirse lengüetazo tras lengüetazo.


Para ese inmundo conserje era un manjar, Mamá siempre ha sido previsora e higiénica lo que corresponde en la limpieza genital, porque ese desgraciado se la estaba comiendo hasta el tuétano, desde ahí detrás hincado en suelo con su rasposa lengua que, junto a que ella ahora se encontraba dócil permitía que todo lo que salía de sus inmundos labios acabasen por completo dentro de aquel tierno ojete. Pronto empecé a darme cuenta de que aquella saliva iba acumulándose y cayendo por entre las piernas de mi Mamy, que al notar como aquellas mejillas rasposas por la barba de días, estaban luchando contra sus nalgas por quererse adentrar, en una batalla perdida desde el inicio.

- ¿Ves que no te cuesta nada ramera?,- le decía el Borre a Mamá bajando la pistola de la cabeza de Beatriz.- Así, quietecita y no las vamos a lastimar. No hay porque verme enojado, ¿o no Flaco?..- le pregunta a su amigo.

- No, ¡Shurps..- contestaba aquel entre las nalgas de mi Madre.- ¡Esh delichiocho echto.. ¡Shurpss..

Con unos lametones eternos y continuos con su lengua convertida en una pala que recogía todo aquel afrodisiaco aroma del trasero de mi Madre sin ningún tipo de reparo, la abre con fuerza con sus manos, tensando y deformando aquel rosado agujerito hasta hacerle olvidar su forma original y, poco a poco, abarcando más y más. Ella se inclina un poco para lograr mantener el equilibrio, levantando si querer más el trasero, lo que le permitió más a ese inmundo llegar más adentro, hasta la parte inferior de su chocho.

Mamá aprieta los parpados y los dientes intentando no sentir, pero en ese momento empieza un intercambio de fluidos entre sus dos huecos creando un coctel explosivo, inexorablemente creado para volverla loca. Cada vez que el viejo ese le roza el chocho un doloroso calor se acumula en el fondo de su vagina, como si fuese una cantidad de presión a la espera de poder ser liberada y explotar.. y cada lametón hace que esa presión se acumule más y más. De repente la gira y, agarrándola de la cintura, la estampó contra la pared.

El desgraciado casi gruñe demostrando su grado de excitación. Le levanta la pierna derecha y le posa la parte posterior de la rodilla sobre su hombro, la pantorrilla de mi Mamy en su espalda y su rajita que por los tratos y los lametones ya se encuentra colorada y a centímetros nuevamente de sus labios. La blusa cae cubriendo la cabeza de ese negro que se ha convertido en un bulto y que se mueve bajo la tela. Se mueve de delante a atrás, de derecha a izquierda, y las caderas de mi Madre la siguen en un ritmo creciente y con una finalidad clara: placer, sensaciones y más calor.

Empieza abriendo su rajita con toques suaves de su lengua, resiguiéndola lentamente en toda longitud. Sus muestras lingüísticas van tomando frutos, empieza a catar todo ese jugo calentito, dulce y abundante que fluye de aquella rajita. Me imagino la cara de ese inmundo negro ahí abajo, con los ojos cerrados y extasiado por aquellos aromas y sabores concentrado en darle placer.

Mamá levanta la mirada con un dejo de rabia y frustración, a pesar de estar amenazada se da cuenta que el miserable lo hace muy bien. Sin importar su vergüenza le agarra su cabeza y la empotra entre sus piernas, marcándole claramente lo que necesita. El Borre no se da cuenta de esa acción, pues está más preocupado observando por las ventanas asegurándose de que todo vaya en orden mientras su amigo disfruta, pronto llegaría su turno.

Mamá empieza con un sutil vaivén lento y suave que va acelerando hasta que, literalmente, restregarse ella misma contra aquella lengua que la esta devorando. El negro se limita a sacar su endurecida lengua y dejarse llevar haciéndole disfrutar de ese buen y auto "mete-saca". Al presionar hasta el fondo mueve su cabeza de lado a lado con rapidez rozando con su nariz el clítoris. Cada vez que lo hace las piernas de mi Mamy flaquean y tiene que afianzarse contra la pared mientras un sudor frio empezar a perlarse en su rostro. Y cuando la saca, vuelve a iniciar ese recorrido que poco a poco empieza a enloquecerla.

Y así, sin separarse de la pared, es como Mamá inicia aquel viaje entre las estrellas, volando entre luces infinitas lanzada a velocidad de luz por ese mecanismo que tiene entre las piernas. Y es que a pesar de la situación y del miedo que esos seres le causaban, ese maldito había ido enciendo ese desquiciante ardor de hembra en brama. Sujeta y manteniendo la cara de su captor bien hundida sin importarle si pueda respirar o no, mientras se viene inevitablemente sobre su lengua, derramándose en la cara de quien pronto la violaría.

El Borre quedó absorto al igual que yo al observar como esa hembra imponente y altiva se convulsiona mientras ese asqueroso negro va tragando y succionando ese néctar de placer, y necesidad que explota de aquella tierna rajita.

Cuando Mamá logró abrir los ojos, el negro estaba de pie ante ella, con su cara brillante de su propia corrida. Su tobillo descansa aun en los hombros de ese hombre que tanto odia pero que un mar de placer le ha regalado. Ella paralizada por la vergüenza no reaccionaba. El asqueroso la sujeta de los cabellos y el cuello mientras acerca su horrible boca. Mete la lengua en su boca aun aturdida para poder limpiar lo que logra percibir como su propia venida. Mamá deja que el asqueroso Tito ya hiciera lo quisiera con ella, la lengua del conserje, ávida de placer, recorrió el interior de aquella dulce boquita.

Mientras hacia aquel reconocimiento bucal, este comenzó a sobarle de nuevo la espalda y la fue bajando hasta apoderarse de aquellas imponentes nalgas. La atrajo más hacia si para que sintiera su bultote contra su rajita ahora sensible, mientras apretaba sus preciosos cachetes con las dos manos sintiendo su dureza y suavidad. Su lengua experta fue bajando desde los labios hacía la barbilla, recorrió el cuello bajando a sus hinchados pezones, que se erizaron cuando aquel viejo los comenzó a morder cómo desesperado por encima del sostén, consiguiendo que mi Madre se quejara y tuviera más escalofríos que hicieron que por un momento llegara a pensar que empezaba a disfrutarlos.

- ¡Puta madre Flaco, la has domado.- celebra el gordo.- ¡Pinche vieja se ha chorreado en tu boca la muy cerda.

- ¡Y no sabes lo delicioso que fue.. esta mamasota no se viene se mea, por poco y me ahoga, ¡Jajaja.. ¿Pero sabes qué Borre?.. siempre quise hacer esto cuando estoy en el metro o veo a una mujer tan buena meneando la cola por la calle.

El tipo se paró y abriendo nuevamente los cachetes de Mamá colocó su tranca negra y larga aprisionándola entre esas dos carnes. Los blancos glúteos de Mamá mantenían perfectamente agarrada la verga de ese pervertido, que parecía un guante que estaba hecha para esa tranca. Mientras apoyaba su miembro con más fuerza, decía: 

- ¡Uyyy.. ¡Mueve la cola mamasota.. menéalo cómo a los hombres nos gusta vértelo menear por las calles.

- ¡Espera Flaco.. creo que la nalgona ocupa un poco de música ¡Jejeje..

El Borre se dirigió al equipo de sonido de la sala y buscando una buena canción empezaron aplaudirle dando ánimos a ella para que se moviera. Yo seguía intrigado ante tal petición, mi Madre movería su trasero al ritmo de Shakira con una tranca negra atrapada entre sus nalgas.


Ella se mantenía inerte, sin decir nada, con su rostro volteando al piso de la vergüenza. Pero al verla detalladamente pude notar que sus mejillas se encontraban coloradas.. ¡Eso me asustó. ¿Qué pasaría con ella después del obligado orgasmo?

Mis temores pronto se hicieron claros, Mamá paró lo más que pudo la cola y la empezó a mover suavemente de lado a lado mientras le hacía una placentera paja al Tito con sus dos nalgotas. De pronto el negro aparto su largo rabo de la cola, se paró junto a ella, apoyó su mano sobre su trasero y empezó a estrujarle cada una de sus pompas. Mamá creyó ser suficiente con el baile y dejó de mover las caderas. Pero el sujeto pronto dijo: 

- ¿Qué pasa?.. ¡No he dicho que pares pendeja, sigue meneando el puto culo. ¡Cabrona..

“¡SPLASHHH!!” El primer golpe violento fue dirigido a su cachete derecho, dejándole una marca roja de un par de dedos en el glúteo, que al instante de sentir el latigazo Mamá deprisa volvió a retomar el ritmo de la melodía que siguió contoneando, mientras que ese disfrutaba apretándolo, estrujándolo y sobándolo a más no poder. Luego el Borre incitado por el dominio y la supremacía de su amigo se acercó incorporándose a la fiesta, sus manos la rodearon hasta atrapar aquellos pechos, ella no hizo nada, permanecía en su afán de seguir agradando. Mientras que el sujeto decía a viva voz:

- ¡Que buenas tetas tienes pendeja, ..apenas logro abarcarlas con las putas manos. ¿Ya viste Flaco?.. ¡Pinches melonzones.

Le apretaba los pechos con énfasis, los amasaba fuertemente por encima del brassier murmurándole al oído:

- ¡Que buenas tetas tienes pendeja.. ¡Mira Flaco.. son enormes y están bien durotas.- le contaba al otro mientras se los amasaba.

- Déjenme por favor..- suplicaba.

La noche comenzó, los sujetos se estaban dando un festín con mi Madre en medio del salón, la estaban ultrajando, humillando completamente, sabiendo que tenían toda la noche para disfrutarlas. Todas las puertas y ventanas estaban cerradas, de modo de que nadie escucharía ni vería nada, en otras palabras en esos momentos ellas sabían que estaban absolutamente impotentes ante estos dos desgraciados, a no ser que las salvara un milagro eran suyas para gozarlas a voluntad.

Al sentirse impotentes eso hacía sentirse más pequeñas a las indefensas mujeres, que veían cómo estos dos seres asquerosos y ruines las usarían para sus más oscuras perversiones.

De pronto el maldito Borre la tomó del pelo bruscamente, tirándolo hacía atrás le dijo a la cara:

- ¡Haber culona.. que te parece si vas chupándonosla a los dos, ¿te gustaría?- lo que nuevamente provocó el pánico en mi Madre.

- ¡Mmnnooomm.. ¡Nooomm..- trataba de gritar y suplicar Beatriz bajo la cinta.

- ¡Tu cállate pendeja..- le gritó a Beatriz que la miraba revoloteándose sobre la silla.- ¡Ahorita voy contigo hija de la chingada.

- Venga Señora.. ¿o a poco me va a decir que no se la chupaba a su Marido?- le susurra el conserje desde su oreja.

- Por favor.. no me hagan hacer eso.- decía Mamá implorando con tristeza. 

- ¡Vamos nalgona.. agáchese y habrá su boquita que le va a encantar..- gritaba el Borre con los ojos llenos de excitación.

- No por favor.. eso no.- se negaba Mamá.

- Borre.. fíjate si encuentras algo en la cocina para escarmentar a las Señoras ¡Jajaja..- le indicó el negro.

Las dos temblaban. Vieron al Borre ir hasta la cocina y comenzar a revolver cajones de cubiertos y abrir armarios. Cuando vino de regreso, mi estómago se hizo nudo y el pánico se apoderó de ellas dos. Delante de sus ojos les mostró una espátula de plástico. Mamá negaba con la cabeza.

- No.. por favoooor.- rogaba.

- Van a aprender a obedecer mamasitas..- le dijo el Tito que la sujetaba.- Que les cuesta dejarse hacer.. se vio que si lo disfrutaste mamasota.

Frente de ella, a un costado de donde su amiga se revoloteaba intentando soltarse estaba el Borre, cuando comenzaba a darle golpes planos de espátula en los muslos. Beatriz sintió los golpes y comenzó a dar pequeños gritos y saltos con cada uno. Mamá comenzó a contenerse cuando notaba que la piel en los muslos de su amiga empezaba a tornarse en un color rojo. Sus lágrimas rodaban continuamente por sus mejillas.

- ¡Ya bastaaa.. se las voy a chupaaar.- lloró.

- Dale cinco o seis más, para que aprendan...- indicó el Tito.

- ¡Noooo..- se lamentó Mamá.- ¡Ya déjenla por dios.

Con sus ojos enrojecidos de tanto llorar, Beatriz aguantó los azotes restantes que dejaron varias marcas enrojecidas en sus muslos y piernas. Cuando por fin terminaron, sus manos se desesperaban por querer calmar las zonas azotadas, pero nada podía hacer más que removerse en la silla, mirando a los ojos a mi Madre pidiéndole su ayuda. Mamá se fue poniendo de rodillas a la altura de sus penes. Su boca estaba aún cerrada, sus ojos suplicantes de que no la obligaran a hacer eso de lo que tanto se avergonzaba. Pero la verga del Tito, a solo unos centímetros de su boca no parecía querer irse. De hecho, se acercaba cada vez más a sus labios.

- ¡Mnnoom.. ¡Nooogh..- gritaba Beatriz llorando bajo la cinta.

Entonces, el Borre cansado ya de la actitud de Beatriz tiró de su pelo hacía atrás y le dio otro palmada en la mejilla que la hizo callar, fue tan fuerte el golpe que hizo que su cabeza se zarandeara aumentando el temor de mi Mamá.

Desesperado y furioso se sacó el pasamontañas y volvió amenazarla, pero esta vez con una navaja que tenía.

- ¡Que haces estúpido.. vuélvetela a poner, idiota..- le gritó el Tito preocupado por la identidad de su amigo.

- ¡Me vale que me vean ya estas putas.. además, si una de ustedes me delata, regresaré y violaré a sus hijas o a sus Madres no me importa. ¡Ahora tu culona, que chingados esperas para empezar a mamar.- le ordenó enojado.

La verdad nunca pensé que esto llegaría hasta estos extremos, el Borre estaba fuera de control y ya ni el Tito lo podía controlar. Si el maldito conserje me hubiera dicho que traería a este desgraciado jamás hubiera aceptado. Si llamaba a la policía este desgraciado era capaz de matarlas, mis posibilidades eran nulas, el sujeto tenía cara de demonio me daba miedo, estaba totalmente aterrado. ¿Cómo pude permitir que esto sucediera?, que se saliera de control, justo cuando creí que ya todo iba a cambiar y que seriamos una familia feliz, otro desgraciado se cruzó en nuestras vidas.


- ¿Qué esperas mamasota?.. a mamar, que para eso tienes esa linda boquita. ¿O la quieres a las malas cómo tu amiguita? ¡Mírala se ha quedado bien silencita la desgraciada.- se reía el Tito.

Con una sonrisa perversa el asqueroso conserje corrió la piel de su verga y dejó a la vista el amoratado glande. Un olor nauseabundo rancio y a pescado nublaron los poros en la nariz de mi Madre, que cerró los ojos de impotencia y asco por lo que estaría obligada hacer. Y así, tomándola de los dorados cabellos con una mano, con la otra sujetó su verga y se la arrastró por los labios de manera asquerosa, dejando impregnados en ellos es babilla hedionda y pegajosa. Una mirada profunda y violenta le indicó que no tenía otra alternativa. 

Mamá miró con horror como esa negra y larga serpiente se envaraba vibrantemente hacia sus labios y pulsaba en forma agitada dejando salir de su punta unas gotas de líquidos transparentes y aceitosos, su mente en forma neurótica le indicaba que en pocos minutos iba a estar fácilmente comiéndose por la boca esa cosa negra de casi 20 centímetros de largo por lo menos 5 en grosor. Si bien ella misma la había sentido en sus nalgas y ahora el tenerla tan cerca y rosando sus labios la hicieron caer en cuenta del porque el asqueroso se la había estado rozando tan desvergonzadamente, la situación era obvia, el desgraciado estaba bien dotado.

- Ande Señito, a mamar.. sabemos que te gustan las vergas negras, pues tienes una de plástico en tu cajón. Ahora es toda para ti.. ¡Trágatela.

Mi Madre haciendo su último esfuerzo y sacando fuerza de flaqueza le gritó con violencia y seguridad:

- ¡Estás loco degenerado.. ¡Jamás.. ¡Nunca una mujer cómo yo te va hacer algo como eso.. ¡Eres asqueroso y además repugnante, yo..

El desgraciado negro rápidamente con violencia agarró su mano y la puso sobre su miembro. Mamá pudo sentir en su mano lo caliente que estaba, las palpitaciones de esa tranca. Tito cómo queriéndole enseñar hacer una paja, empezó a dirigir la mano de mi Madre hacía arriba y abajo. La tomó por los hombros y la hizo bajar al suelo, por más que ella puso resistencia terminó arrodillada cómo él quería. Su manita blanca subía y bajaba de aquel enorme miembro. Mi Madre estaba justo frente aquel miembro torcido, la situación era muy morbosa y bastante asquerosa. Ella nunca habría podido imaginar estar en una situación como tal.

Tito le tomó la mandíbula y le obligó abrir la boca, Mamá cómo pudo ante su violencia lo hizo. Temerosa entreabrió su boca sintiendo como el glande se hundía en ella a medida que le dejaba paso. Con los ojos cerrados y una lágrima que cruzaba su mejilla fue sintiendo como el tronco grueso y oscuro de ese pestilente viejo se deslizaba dentro de su boca hasta que ya no cupo más.

Con el glande tocando su garganta abrió los ojos y miró delante de ella que aún quedaban cinco o siete centímetros más fuera de su boca para llegar al pelambre.

- Eso es putita.. ¡Ooh.. Tienes una boquita deliciosa.- dijo el negro acariciándole el cabello.

Empezó a chupársela, el sabor que tenía esa tranca le desagradó completamente, quería vomitar, era muy desagradable y humillante, su rostro se desfiguraba al contacto de su lengua. Ese pedazo de carne no cabía en su boca así que no podía metérselo todo. Miró hacía arriba abriendo al máximo sus ojos azules, miró al maldito sujeto y al verlo lloró con más fuerza, Tito con una sonrisa grande y cara de total locura, le comenzó a decir:

- ¡Así mamasita.. ¡Ooohhh!! ¡ahgg! .. ¡Más rápido putita rica. ¡Ven, acércate Borre, ..mira que bien la chupa la Señora.

- ¡Ya vez, así es como debe ser como tu amiga..- el Borre le decía a Beatriz que seguía aturdida.- Ahora verás cómo tu amiguita va a dejar que mi amigo use su garganta para que él pueda meterla hasta el fondo ¿verdad nalgona?- dijo esto volteando a ver a Mamá, ahora acariciándole el cabello a Beatriz de manera paternal.

Mamá lo miró con sus ojos muy abiertos. No podía creer lo que aquel le estaba pidiendo. Podía sentir la presión del negro en su garganta. Las manos de él ahora acariciaban su cuello y detenían su cabeza por detrás. La presión era mucha y le provocaba pequeñas arcadas que llenaban más sus ojos de lágrimas y le hacían temer ahogarse. Beatriz lloraba de desesperación y de miedo, pero ya no gritaba por miedo a ser aprendida de nuevo.

Por varios segundos, Mamá sintió la presión de aquella oscura verga en su garganta, sin ceder, sin poder hacer nada para salir de esa angustiosa situación. De repente, un movimiento de ella abrió paso de la verga que la presionaba hacia su garganta. Mamá sintió horrorizada como aquella larga verga penetraba su garganta y se hundía en ella hasta que sus narices quedaron hundidas entre las risadas volutas de pendejos. Sin poder respirar sentía la presión de aquella cosa incrustada hasta el fondo y su palpitar en su garganta. A un costado de ella, Beatriz y el Borre miraban asombrados. 

- ¡Su perra madre se la a tragado entera.- dijo el Borre sorprendido.- ¡Viste tetona que si podéis.- le decía a Beatriz.- Ya me muero de ganas para que me hagas lo mismo.

Mamá abría los ojos con pánico y miraba hacia arriba mirando a su captor. El desgraciado gozaba viéndola deglutir entero su miembro. Cuando sacó su verga de dentro de ella, unos largos segundos después, un hilo de saliva y líquidos pre seminales unía la boca de Mamá con la amoratada punta. Ella tosía una y otra vez tratando de aliviar su garganta. El conserje le dio unos pocos segundos para recomponerse y tomar aire nuevamente, y otra vez apuntó su cosa dentro de ella. La tomada de los pelos por ambos lados de su cabeza, se preparaba a hundirse otra vez en ella.

Mamá lo miraba desde abajo suplicante, pero consiente de no tener alternativa. Sentía otra vez la verga pegada a su garganta, y tomando aire profundamente por la nariz cerró los ojos al sentir que se hundía otra sin miramientos.

- ¡Uuuhhggg...!! ¡Que sabrosa!!- gimió el negro.

Beatriz derramaba lágrimas en silencio mientras veía desaparecer aquella cosa oscura en la delicada boca de su amiga. Una frase entre ambos violadores le atemorizó más a Mamá. Le cedía el turno. De solo pensarlo, sus nervios se crispaban más aún. El negro retiró su verga de adentro dejándole la garganta palpitando y enrojecida mientras le daba un par de palmadas tiernas en las mejillas felicitándola por lo que había hecho.

En cuanto se puso frente a ella el Borre se sacudió la verga y le acarició la barbilla.

- Haber pendeja.. con su permiso ¡Jejeje..- decía el Borre en tono de burla.

- Por favor.. noooo.- rogaba Mamá llorando.

- Silencio putita.. y ahora quiero que hagas lo mismo que con mi amigo.- le dijo mientras le acariciaba los labios llenos de saliva y jugos pre seminales.

Mamá temerosa ante ese tipo tan violento lentamente fue abriendo la boca. Nunca había sentido tanto miedo, pero su boca ya estaba preparada a recibirlo. En cuanto él deslizó la verga en su boca ella pudo sentir el anchor de esta nueva verga abriendo más sus quijadas. Le provocó un poco de asco en un primer momento, pero luego se acostumbró.

- Muéstrame como te la comes entera...- le dijo acariciándole el bello rostro.

Los dedos del Tito empezaron a estimular su clítoris y abrir su vagina. La penetración de aquellos huesudos dedos le hizo sentir una sensación deliciosa que la obligó a gemir. En su garganta, la presión del Borre ya ganaba profundidad y se hundía en su garganta. De repente se vio penetrada por dos hombres en ambos extremos y su mente no pudo evitar excitarse en esta situación. Los poros de su nariz se abrían al máximo intentando respirar y su vagina era asaltada por la presión de aquellos dedos que se metía muy hondo dentro de ella. Ambos desgraciados se movían y palpitaban dentro de ella. Aun atragantada por la verga del obseso, Mamá gemía.

- ¡Uuuhhhgg.. Siii... que rica boca tienes pendeja..- decía el Borre tomándola de los pelos por ambos lados y moviéndole la cabeza hacia atrás y adelante.

Eso me torturaba aún más, ver a mi Madre de rodillas siendo abusada por dos asquerosos sujetos era demasiado para mí, eran escalofriantes sus viles comentarios. Tito acariciaba y estimulaba su vagina mientras el Borre dirigía los movimientos de su cabeza cada vez más rápidos, de vez en cuando la humillaba dándole cachetadas con la tranca manchándole la frente y las mejillas con su fluido brillante pre seminal.

Beatriz lloraba y trataba de gritar al ver a su mejor amiga que estaba siendo abusada de la manera más horrenda. Yo no podía pensar en nada más que en lo asqueroso de la situación, ver a Mamá chupándole el miembro a esos asquerosos tipos, dándoles mucho placer con su boca y su cuerpo era humillante.

Con el rostro colorado por la falta de aire Mamá aguantaba todo lo que podía la situación. El Borre se retiró por un instante para dejarla respirar y volvió a hundírsela dentro de la boca. Una y otra vez sacaba y metía su verga de su garganta. De repente, en una de las penetraciones, Mamá sintió como aquella ancha tranca temblaba dentro de su boca. Con los ojos abiertos de par en par no podía creer lo que le estaba por suceder.

- ¡Eso es puta.. trágatelo todo...!!- murmuraba el Borre a punto de correrse.

Mamá frunció su cara y sintió como un pegajoso fluido se escurría por su lengua sin poder tragarlo ni escupirlo. Detrás de ella, inclinado el negro seguía abusando de su sexo con sus dedos. Las sensaciones eran tan intensas que no pudo evitar estremecerse de un placer que se apoderó de su cuerpo rápidamente y esta vez le causó un escalofrío que le avecinaba otro nuevo orgasmo. Afortunadamente la dejaron antes de culminar. Un hilo de semen y babas colgaban de su barbilla y comenzaba a escurrir por su blanco cuello.

Rendida más que nunca, Mamá se dejó caer en el suelo y respiró entrecortada recuperando su aliento. El Borre ya caliente la levanta de las muñecas y la empieza abrazar. La agarró fuertemente del cuello y volvió amenazarla apretándola fuertemente hasta casi estrangularla.

La miró fijamente con sus ojos de demonio y dijo:

- ¡No me importa nada ricura entiendes.. estás bien buena y te voy a reventar. ¡Yo te voy hacer gozar, y vas a pedir más verga cómo todas las mujeres que he enculado.

Y rió vilmente.

Yo comencé a llorar, por mi culpa Mamá había caído en esa situación, ella ya casi sin sentido manoteaba tratándole de decir que la soltara, pero el sujeto estaba cómo poseído completamente. Después de decir eso, el gordo mugriento arremetió con su blusa y el brassier haciéndosela garras, dejándola con los pechos al aire, a lo que el desgraciado no perdió tiempo y metió su cabezota sobre ellos. Como un perro hambriento mordía y succionaba aquellos blancos globos cómo queriéndoselos acabar, mientras que sus manos masajeaban rítmicamente sus nalgas. Ella estaba quieta sin reaccionar ante esta nueva manoseada que le estaba dando ese regordete y asqueroso sujeto. No podía creer cómo podía estar pasando eso, en un sólo rato todo se me había ido de las manos.

De pronto el sujeto apartó su boca de sus pechos y le dijo a su compañero:

- ¡Esta vieja está bien sabrosa.. cojámosla pero ya.

El Tito cómo si solo estuviera empezando la orden, enseguida se lanzó a ella y le agarró de la cintura para empezar a conducirla a una pequeña mesita, dónde Papá firmaba sus papeles o cerraba tratos importantes. Con un cachetadón en el glúteo derecho la hizo sentarse con las piernas abiertas, Mamá en esa posición dejaba todo se sexo expuesto, a lo que el mendigo negro no desaprovechó y se agachó sobre su sexo para nuevamente saborear ese exquisito elixir que sólo ella producía.

Él trató de desplazar la prenda de su entrepierna para encontrar la femineidad de Mamá, pero ella algo aturdida por la situación sacó su mano violentamente, pero Tito no se iba dejarse vencer tan fácilmente, mordió súbitamente un pecho y le hizo intentar cubrirse arriba sacando las manos se entrepierna, a lo cual él pudo arrancarle las braguitas hacía un lado.

- ¡Estás buenísima de verdad.. ¡Tienes una chocha divina y un culo espectacular. ¡Te voy a perforar toda, mamasota.. ¡Tus tetas las voy a saborear cómo nunca te lo han hecho sí señor..

Agarró con ambas manos los pechos, los empezó a chupar y lengüetear sin pudor, Mamá lo observaba con mucha repulsión, jamás imaginó estar amamantando a un negro asqueroso cómo este. Yo miraba cómo Tito locamente no paraba de chuparle los pechos a mi Mamy, mientras ella estaba sobre esa mesa con las bragas hechas añicos y simplemente los tacones.

- ¡Hee.. mamacita.. si que eres una rubia natural, mira que pelitos tan dorados tienes. Además, ya pudimos observar lo que guardas en tus cajones desgraciada ¡Jajaja.. ¡Eres una putita muy cachonda.

Mamá se sonrojó ante sus viles comentarios, totalmente desmoralizada sintiéndose una cualquiera miraba cómo ese tipo rosaba con sus negras manos la pequeña tirita de pelos que adornaban su intimidad. Estaba en sus manos completamente, seguramente pensaba cómo ese negro asqueroso iba a poseerla y hacer lo que quisiera con ella, cómo lo hacía con las putas que seguro montaba, pero ahora no tenía a una puta, tenía a una mujer de clase, a una Señora de alto estatus y con un cuerpo de ensueño. Ahora iba a gozar un cuerpo hermoso que en su vida hubiese soñado poseer.

- ¡Por favor, déjenos ya.. ya tuvieron lo que quisieron, no nos hagan daño, por piedad.- sollozaba Mamá tratando inútilmente detenerlos.

Ella sólo cerró sus ojos y su respiración se agitaba. Yo estaba petrificado, sabía que Mamá no aguantaría con tantas emociones placenteras y que sólo era cuestión de tiempo para que se entregara toda, para que explotara y saliera aquella extraña mujer del interior de su cuerpo. Temí por eso, me dio un pánico terrible que eso pudiera llegar a suceder, pero muy en el fondo sabía que sólo era de tiempo para que eso sucediera.

- ¡No, no me haga nada ya señor.. por favor.- pedía con un tono de voz cómo de un susurro apenas oíble.

El desgraciado conserje estaba en la gloria, ni en sus años de juventud hubiese soñado tener un cuerpo cómo el de mi Madre, que emanaba un aroma a limpio, a Mujer aseada, no a cómo olían las putas que seguro frecuentaba. Tito estrujaba y mamaba cómo un poseído esas tremendas tetas que tantas veces las había soñado y que por fin las tenía en sus manos y boca. Mamá se retorcía al sentir aquellas sensaciones y las aborrecía, un desgraciado negro la estaba violando, la estaba ultrajando y no había nadie que pudiera detenerlo.

- ¡Por favor, no.. no por favor. ¡Déjeme.. déjenos.- decía con voz temblorosa cada vez más débil.

- .. ¡Ooh! que rica sabes.. y hueles bien rico mamasota. Estás mucho mejor de lo que me imaginé.- le decía el conserje para después besarla asquerosamente en la boca y apretarle el trasero.

Mamá miró hacia arriba con las lágrimas rodando por sus mejillas, suplicando:

- ¡Por favor déjeme.. ya deténgase.- Mamá sabía que lo que le hacían era algo prohibido, pero no podía detenerse primero porque el conserje la tenía amenazada y segundo porque su cuerpo se entregaba cada vez más a esas placenteras sensaciones prohibidas.

Mientras tanto el asqueroso conserje le decía cosas al oído cómo: “¡Oohh! Mamasota estas bien buena, que duras las tienes, te voy a comer toda” Mamá temblaba cómo un pollo mojado, pero no podía dejar de pensar que poco a poco las caricias la estaban doblegando. Tito no dejaba de mamarle los pechos golosamente, los pezones que eran de un rico color rosado, hinchados por la excitación lo que le provocaban a Mamá unos escalofríos tremendos por todo su cuerpo, mientras esas callosas manos acariciaban y estrujaban su trasero firme, redondo, carnoso.

- ¡Que divina que es, Señora.. tiernita y durita. Ni en el mejor congal de la ciudad encontraría una puta tan sabrosa cómo tú.

- ¡Basss.. taaa.. ¡porrr faaa...vooor..- suplicaba entre jadeos.

Muy a su pesar, el aliento a macho le enervaba a Mamá los sentidos, en un rico cosquilleo desquiciante que empezó a recorrer una y otra vez su rajita, sentía cómo una corriente eléctrica por todo su cuerpo. El conserje suspiraba de gusto, estaba dándose el agasajo de su vida, hilos de saliva bajaban por la erizada piel de mi Madre desde los pechos hasta su abdomen, el placer que sentía en ese momento hizo que su mente se le nublara, estaba perdiendo la batalla contra su mismo cuerpo, el placer superaba la razón; se mordía los labios para no gritar de placer y no demostrarle a su violador la victoria.

Entre tanto el Tito sobaba ese tremendo trasero, mientras mamaba los pechazos de esa Señora con esa boca llena de dientes podridos, manos y bocas le hacían falta al desgraciado al no darse abasto con tanta carne fresca. El conserje sabía que no tardaría ella en perder la razón y así fue, de pronto mi Madre dio un gemido.

- .. ¡Aaahh! ¡Ahhh!..- arqueó la cintura meneándose por instinto e inclinando la cabeza hacia atrás introduciendo sus manos en la tela del pasamontañas atrayéndolo más a sus fabulosos pechos.

Fue en ese momento que toda su resistencia, si tenía alguna, se desmoronó por completo, el conserje al darse cuenta hundió más su horrible rostro entre aquellos tremendos globos de carne dispuesto a seguir gozando a tan bella Señora. Ella cerró sus ojos y mordió su labio inferior. Mientras Tito lamía, apretaba, mamaba, ella se retorcía de placer completamente entregada ya, acariciaba con sus finos dedos suavemente la parte posterior de la cabeza del negro mientras este se amamantaba.

- ¿Te gusta mamasita?, ¿te encanta que un negro cómo yo, te las chupe toditas? .. ¡Mhmm!- mientras pasaba su lengua asquerosa por uno de sus pezones para enseguida volver a mamar.

- .. ¡Aahhhh! Ya por favor, ..ya obtuvieron lo que quisieron lárguense ¡yaahhh!! ..- contestó mi Madre entre jadeos y suspiros.

Mamá sentía intensos escalofríos que le recorrían su suave piel, porque el conserje le lengüeteaba y mordía los pezones con esa boca ansiosa que hacía que se retorciera de placer arqueando la cintura al máximo. Se aferraba a la cabeza del negro contra sus turgentes senos, estaba sumergida en un mar de caricias, lamidas, opresiones y mordidas. Mamá cerraba sus ojos dejándose llevar, la golosa y barbuda boca del negro que se amamantaba sin descanso, la hacían sentir morir de placer por esa lengua rasposa que hacia delicias con sus pezones.

Luego Tito se dio el levantón y le dijo en tono de burla y superioridad:

- ¡Ahora si mamita rica.. ¡Prepárate a gozar cómo nunca.. ¡Te la voy a clavar cómo nunca, ¡Jaja.. ¡Hasta vas a pedir más.

Yo sólo lo observaba con odio y resentimiento, observé cómo el desgraciado negro se enfilaba a violarla. Enseguida se apartó de ella para acomodar su tranca entre sus manos. Mamá miró hacia abajo y vio cómo se le acercaba amenazantemente aquella tremenda manguera negra doblada hacía su derecha en forma de curva. Vio con horror semejante monstruosidad carnal y de forma casi inmediata cayó en un desesperado estado enervante de incredulidad, aquella voluminosa manguera negra que estaba rodeada de un motudo bosque de pelos negros en su base que tenía ante su vista era demencialmente larga y brillosa que hasta caía en lo sobre natural, esta estaba surcada por llamativas y nudosas venas que sobresalían desde la carne de su oscuro tronco y que eran tan gruesas como los dedos de un niño.

Durante unos breves segundos de entre mis turbios pensamientos, volví a poner la mirada entre medio de los dos y descubrí con horror a Mamá meneándole suavemente la verga como si ya se hubiera resignado rápidamente a lo acontecía. El negro empezaba a dedicarle una sonrisa cómplice cuando la tomó por la cintura y la colocó más cerca, mientras permanecía entre sus piernas contemplando su apetecible hendidura.

Entonces Mamá entreabrió de nuevo un poco más las piernas y giró la cabeza para seguir observando su masturbación, y justo en el momento en que sus miradas se encontraban, el conserje volvió a meter su mano de dedos largos entre sus piernas y comenzó a frotarle con suavidad los labios vaginales.

Sin volver la cabeza, Mamá dejó escapar un leve gemido y no pudo evitar el cerrar un momento los ojos mientras aquel amoratado glande se habría paso libidinosamente entre sus labios vaginales. A causa del placer que sentía al tomar contacto con aquella tierna rajita el viejo conserje debió de considerar que su chocho estaba suficientemente mojado para clavarle su oscura herramienta, porque en seguida de una forma un tanto brusca la hizo sentarse sobre él haciendo que Mamá soltara un largo grito que crecía en intensidad a medida que su vagina se llenaba con la gruesa manguera de 20 centímetros.

- ¡Aaghh- exhaló Mamá al sentir como sus labios íntimos se abrían con una rosa.

Luego, sin darle apenas tiempo de que su cueva se amoldara a las medidas de la tranca que la penetraba, el negro la afianzó por las caderas y comenzó a moverla hacia arriba y hacia abajo en lo que tras unos segundos acabo convirtiéndose en una salvaje violación. Yo contemplaba como aquella verga oscura y totalmente tiesa, que por algún motivo perverso comencé a tener que hacer serios esfuerzos para no sentir placer viendo como mi Madre se movía intentado acomodarlo dentro de ella, y cada vez que esa cosa llegaba al fondo de su vagina, ella gritaba estridentemente como si una barra de hierro al rojo vivo chocara contra sus entrañas.

- ¡Aaaahhh... Dios.. Cabrooonnnnn... ¡Más despacio, hijo de Puta.. No me des tan fuerte. Que me estas destrozando por dentro.- le decía ella entre gemidos y gritos, pero en un tono nada autoritario y que más bien indicaba todo lo contrario.- ¡Joderrr... Me estas rompiendo.. ¡NOOO!!!..

A todo esto, las manos del Tito no permanecían ociosas. Mientras una de ellas seguía acompañando las caderas de Mamá para las fuertes embestidas, la otra iba alternando entre su chocho y sus tetas, y en cada sitio se demoraba unos segundos palpando aquellos senos con rudeza, o bien frotándole frenéticamente el clítoris cuando le tocaba el turno a la entrepierna.

Así continuaron durante varios minutos en los que mi corazón latía fuertemente en mi pecho casi al ritmo con la que el negro se la sambutía. Hasta que en un momento dado, el conserje detuvo sus fuertes movimientos he hizo que mi Mamá dejara de cabalgarlo para luego hacerla levantar de la mesita tomándola por las piernas y llevándosela en vilo.

- Vamos mamasota.. que ahora vas a saber lo que es echar un buen palo con un negro.- le decía el tipo mientras la conducía a la sala acolchada de cuero.- Veras como el difunto de tu Marido le empiezan a asomar los cuernos en el pozo donde está.


Con la misma rudeza con la que había actuado hasta el momento, la tumbo sobre el sofá y agarrándola por las pantorrillas le separó sus piernas al máximo. Tito a pesar de ser un viejo su fuerza era descomunal, como así sus músculos pegados a sus huesos lo decían. Luego, sin pronunciar una sola palabra, se subió de rodillas al sofá y agarrándose la tranca con una mano, colocó la punta de esa cosa en la entrada del chocho de mi Madre, y con un violento golpe de las caderas se la volvió a hundir profundamente en su interior.

- ¡AARGHHH NOOO!!- gimió ella.

Enfrascados en esa nueva posición, desde mi posición en el armario apenas podía ver a mi Mamita debajo de ese horrible viejo, sin embargo, el alarido que emitió al ser penetrada de forma tan brusca hizo que fácilmente me imaginara la cara de dolor que debía de tener en esos momentos. Por el contrario, mis cámaras se limitaban a observar como el delgaducho culo del viejo se movía con extrema rapidez y la embestía con fuerza, de forma que sus huevos colgados chocaban contra el trasero de mi Madre y cada vez era más fuerte el ruido que hacia su piel al toparse contra esas, “¡PLAFF!! PLOFF!! PLAFF!!”

A la pobre no le quedaba de otra que aguantar las violentas acometidas con las piernas abiertas al máximo, casi tocando sus rodillas ambos lados del sofá y con sus negras zapatillas sacudiéndose. Sus brazos descansaban inertes por encima de los cojines y sus manos se crispaban soportando tal brutalidad.

Tito comenzó a magrearle nuevamente las tetas con una mano mientras cada vez se la jodía con más ahínco, pero poco a poco se fue recostando sobre ella hasta quedar completamente tumbado entre sus piernas. Apoyándose de rodillas y adoptando la típica postura de copula del misionero. Continuo con el frenético mete saca, y yo contemplaba claramente desde mi forzado encierro como la chueca verga del negro se habría paso con facilidad dentro del chocho de mi Madre, que ahora le acariciaba y arañaba su espalda presa de una excitación desbocada.

En un momento dado, la respiración de Mamá se tornó mucho más entrecortada, y daba la impresión de que quería gemir pero su garganta no se lo permitía, tan solo de momentos y cuando se lo permitía los embistes se le escuchaba con cierta claridad algún que otro.

- ¡Aah.. Sí.. ¡Ya no más..- hasta que de pronto un largo e inconfundible gemido me dio inequívocas muestras de que el viejo con su chueca verga le había provocado otro forzado orgasmo.

- ¡Ya se ha chorreado la muy puta.- dijo el Borre al notar que los jugos vaginales de la rubia casi salían a chorretones de su chocho.- ¡Ooff.. uff.. ¡Pues esto aún no se ha acabado.. esto apenas va empezando, y esta mamasota va a tener que ponerse pomada en la chocha por qué le voy a dar que no olvidaras en toda su vida.- decía el desgraciado negro sin detenerse ni un segundo.

Rápidamente, y sin que la normalidad de la respiración de mi Madre se hubiera calmado, el negro la sujetó de las pantorrillas haciendo que las piernas quedaran en sus hombros. Con las piernas en alto y las nalgas casi separadas del sofá, la situó dé forma que su trasero quedaba totalmente expuesto a la vista, pudiéndose observar aun como toda la zona alrededor de donde descansaba y la parte interior de sus muslos que permanecía mojada a causa de la escandalosa venida que acababa de experimentar. 

El Borre después de recrearse la vista durante unos segundo en el provocativo trasero de mi Madre y su abundante corrida, se dirigió a donde estaba Beatriz que también permanecía absorta de como violaban a su amiga. Con una expresión que la asustó le dijo:

- ¿Que tal tetona?- le preguntó mirándole con cara de satisfacción mientras bebía una botella.- Cuando acabemos con tu amiguita seguirás tú.. esa nalgona no sabe lo que le espera conmigo, no pierdas detalle, veras como disfruta la muy zorra.

Con la misma actitud arisca con la que se le había acercado, volvió a donde se encontraba su amigo y mi Madre y colocándose un poco a su derecha para que Beatriz pudiera ver lo que le hacía, con total descaro planto sus enormes manos sobre sus nalgas y se las empezó a golpear mientras su amigo le daba caña sin parar. Tras darle de nalgadas durante unos segundos y dirigirle una rápida mirada para comprobar que Beatriz no perdía detalle de lo que le hacían a su amiga, puso su gordo dedo anular sobre el tierno esfínter y lo empezó a frotar, quedando por unos momentos observando como de los mismos fluidos que emanaban de su vagina se empezaba a lubricar.

Mamá permanecía sumergida en un mundo de sensaciones que no se daba cuenta de la actuación del gordo. Que rápidamente se cansó de solo palpar ese tierno ojete y quiso pasar directamente a la acción. Sin un ápice de sensibilidad ni cuidado, puso tieso el dedo anular y sin pensárselo dos veces se lo metió en el culo hasta los nudillos. Esto hizo que Mamá soltara otro elocuente gemido y que hundiera su cabeza en el respaldo del sofá, al tiempo que en un movimiento reflejo se llevaba su mano izquierda e intentar alejarlo.

Sin prestar la menor atención a sus gemidos y de lo que hacía su amigo, Tito siguió jodiéndole el chocho con una velocidad de vértigo, donde toda su cosa se hundía con violencia hasta que casi sus oscuros güevos estallaran de los impactos contra las pompas de mi Madre.


Así se mantuvo durante unos minutos en los que Mamá volvía a gritar y gemir de forma que parecía que estuviera teniendo un orgasmo permanente, mientras que el negro sudaba y apretaba los dientes mientras seguía metiéndole con fuerza su estaca de modo que todo el cuerpo de ella quedaba separada del sofá, aunque ahora se sujetaba fuertemente con las dos manos en la parte alta del mismo. Pero al parecer, esto no era suficiente para los “torturadores” de mi Madre, y aunque yo ya me veía obligado a meter mi mano dentro de mi pantaloncillo para frotarme dentro de mi armario a causa de lo excitado que me había puesto la visión de ver a mi linda Madre y su cuerpo de porcelana siendo usada de aquel modo singular por ese horrible negro.

En solo unos instantes, Mamá ya berreaba de nuevo a causa del placer que le daba aquella estaca negra clavada dentro del chocho, y el gusto que le debía de producir aquel dedo que ya se hundía en su esfínter hasta el nudillo. Yo no podía más, tuve que separarme de mi portátil y detener un momento mi masturbación, de no ser así hubiera dejado escapar toda la leche que desde hacía días se acumulaba en mis guevitos y pugnaba por salir y manchar todo el estrecho lugar debido a la morbosa escena que estaba protagonizando mi Madre junto con ese negro estafador.

Creo que mi Madre experimentaba orgasmo tras orgasmo gracias al trabajo que hacía el negro sin parar en su chocho y el Borre en su culo simultáneamente, de otro modo no se entenderían sus incesantes gritos, jadeos y gemidos, ni la facilidad con la que aquel grueso dedo entraban en su estrecho agujerito rosado. Durante un buen rato el Borre continuo entretenido con ese juego, hasta que en un momento dado, liberó el tierno agujerito de Mamá que tanto placer le estaba dando, y dejando a su amigo para que acabara mientras se dirigía a la cocina por otra botella.

Con su chocho y su culo sobresaliendo unos centímetros por el extremo del mueble, el viejo conserje se detuvo, se situó con las piernas abiertas y dándole la vuelta la apoyo de tal manera que quedara recostada sobre todo el sofá a cuatro patas, y casi sin darle tiempo a que Mamá intuyera lo que se avecinaba, colocó la punta de su pene en la entrada de la vagina y con otro golpe seco volvió a penetrarla hasta el fondo. De nuevo empezó a embestirla con fuerza, y mi Mamá se agarraba a la parte del posa brazos del sofá con las dos manos para aguantar las fuertes sacudidas que recibía, pero aquello había resultado ser un falso ataque, porque cuando ella comenzaba de nuevo a gemir de placer, el negro se la sacó de golpe del chocho y apuntó con ella a la entrada de su culo.

- ¡Noo por favor..- suplico.- ¡Te hago todo lo que quieras, pero por ahí no me lo hagas. No estoy lista.

Mamá instintivamente se abrió las nalgas y se llevó su mano izquierda al culo con la intención de conseguir dilatarse por sí sola para que no la fuera a lastimar, así a base de penetraciones con su delgadito dedito mientras que el negro se incorporaba todo sudado y le situaba la verga entre los labios. Mi Madre no necesito más indicaciones por parte de su amante inesperado. Cachonda como estaba empezó a estimularse el culo con rapidez mientras que con su mano libre comenzaba a sóbrale los güevos al negro, que ya le hundía su herramienta en la boca sin contemplaciones.

- Muy bien, mamasita. Veo que vas aprendiendo, putita.- le decía el Tito viendo que ella hacia sumisamente todo lo que él esperaba.- No te la saques de la boca, que vas a probar la leche de chocolate ¡Jajaja..

Tras apenas una docena de incursiones de aquella chueca porra del negro en la boca, este comenzó a machacársela con fuerza sobre la cara de mi Madre, que sacaba su lengua e intentaba seguir con poco éxito aquel desbocado miembro que se agitaba ante sus narices. Unos segundos más tarde y seguido de otro estruendoso gruñido del negro, su verga comenzaba a escupir gruesos borbotones de semen sobre la cara y los labios de Mamá, que buscaba desesperadamente con su lengua la punta de aquel capullo mientras con su mano libre se intentaba dilatar el esfínter a sabiendas que pronto lo tendría que utilizar.

La buena puntería en lo que se refiere al sexo oral, ya que la mayoría de su semen fue a parar a la boca de mi Madre, que lo saboreaba complacida y satisfecha, he intentaba recoger con su lengua una parte de este que descendía por su mejilla al no haber tenido cabida entre sus labios. El rabo del negro comenzó a disminuir de tamaño mientras aún se lo restregaba a mi Madre por la cara, y esa escena estaba provocándome a mi otra erección. Pero de repente, cuando ella yacía aun relamiéndose los labios con la lengua y recuperaba la normalidad de su respiración, el negro se apartó de ella y sin dedicarle una sola palabra quedó fundido en el sofá satisfecho y sonriente mirando a su amigo que regresaba con dos botellas y desesperado por entrar en acción.

- ¡Que bestia Flaco, mira como le has dejado el chocho, casi lo tiene al rojo vivo ¡Jejeje..- le dijo mientras le daba en la mano una botella y colocaba la otra en la mesita de centro.- Ha sido una pasada de polvo. Y por lo que veo, ella tampoco se lo ha pasado mal.- concluyo viendo los restos de la corrida de mi Madre por todo el sofá.

- ¡La muy puta se menea como una desquiciada.- decía el Tito exhausto.- me ha mojado todos los güevos.

- Bien puta, debo decirte que culias exquisito.. se nota que eres buena en el negocio, ¡Jejeje.. Pero ahora de rodillas y vas chupando verga, que por tanto esperar ya se me ha puesto floja ¡Jejeje..- le decía mientras se la jalaba al frente de los ojos azules de mi Madre.

Pero nuevamente este no le dio tiempo de reacción ya que fue el mismo quien agachándose la tomó y jaló fuertemente de los cabellos para obligarla y zarandearla hasta ser el mismo quien la puso de rodillas en el suelo. Una vez que ya la tuvo como él quería le dio una serie de macanazos en el rostro, para decirle:

- Abre tu boquita pendeja.. ahora me mamaras la verga mejor de cómo lo hacías con tu difunto ¡Jejejeje..- esas palabras la tomaban por sorpresa y aun no atinaba cómo esos desgraciados sabían tanto de ella. Por lo que el Borre viendo que ella no seguía sus instrucciones como él quería volvió a bramar.- ¡Que abras la puta boca putaaaa!!! acaso estas sordaaaa!!?

Mamá teniendo la verga de ese obeso justo en sus narices la vio tal como era: gruesa, grande, quizás no tanto como la del negro unos 15 centímetros, la notaba blanda y tenía todas las venas remarcadas. Y así ya no haciéndolo esperar por las represarías y en un acto netamente de instinto subió una de sus manitas para agarrarla desde la misma base poblada de pelos negros, y cuando ya se aprontaba a pasarle su lengua como si esta fuera un rico helado, nuevamente escucho la voz del Borre:

- ¡Ajaaaa!!.. no te dije que la tomaras con la mano. ¡Solo dije que abrieras tu boca piruja..

Una vez que Mamá retiró su mano de donde la había puesto miró desde su posición al obseso y tal como si ella fuera una buena y obediente niña abrió su boca esperando a que el verdugo hiciera lo que tenía en mente.

- Así está mejor putita.. así está mejor. Vamos ahora saca tu lengüita lo que más puedas.- le decía sin dejar de masturbarse el mismo, su visión era casi celestial, desde su ubicación veía como esa dócil rubia se mantenía desnuda y de rodillas en el suelo, con sus muslos abiertos y ahora apoyada con sus dos palmas en el suelo, con su lengüita tan afuera como podía sacarla, tal como lo haría una perrita sumisa.

El Borre desquiciado como era su costumbre posó su grotesca cosa en la lengua de Mamá para luego proceder a tomarla con una de sus manos por la parte baja de su mandíbula, y con su otra mano enrollarse una buena parte de sus cabellos haciendo con esto que al ir metiéndole la verga en la boca afianzársela firmemente por la nuca. Y cuando ya se la tuvo metida hasta la mitad y sentía que ya no cabía más, de un solo empujón se la ensarto en forma completa. Mi Madre apenas podía respirar, agitaba su cabeza y su cuerpo en desesperados movimientos en busca de oxígeno. Pero el miserable no la soltaba, es más le puso dos o tres fuertes arremetidas para sujetarla y no permitirle que se sacara ni un centímetro de verga de la garganta.

Ahora el cerdo sudaba a mares.


Una vez que Mamá pudo por sus pequeñas fosas nasales recobrar un poco de oxígeno, aunque en forma dificultosa, sintió como el gordo comenzaba a jalar su cabeza hacia atrás, pero solo lo hiso hasta la mitad, para luego de eso volver a metérsela hasta traspasar la campanilla de sus amígdalas. La operación se repitió varias veces más.

Luego de unos asfixiantes minutos en que había sobrevivido a tan bestial tratamiento, pronto su garganta pareció acostumbrarse al asunto, aunque por la comisura de sus labios se filtraban y escurrían pequeños ríos de babas, otras hasta escapaban por ambas fosas nasales cuando tosía, que de vez en cuando estas eran absorbidas por las atragantadas que se daba mi Mamy para después volver a expulsaras hacia afuera, siempre por sus pequeños conductos nasales.

- ¡Bien perra.. eso es, así.. ¡Así, es como a me gusta que me mamen la verga. ¡Jejejeje..- le decía el visceral sujeto moviendo la cabeza de mi Madre de atrás hacia adelante en forma acelerada.- Bien, ahora te soltaré y quiero que tu solita me lo hagas.. pero solo con tu boquita ¿oíste?, y sin sacarla no más de la mitad, entendido.. ¡Y nada de manos pendeja.- en eso volteo a ver a su cómplice.- ¡Viste Flaco, la puta es buena aprendiz.. pero puede mejorar, quizás a futuro hasta podría ser una puta profesional. Así tu y yo dejarías de trabajar ¡Jejejeje..- y volteando abajo hacía ella.- ¿Qué esperas?..

Diciéndole esto último, el gordo le liberó de la cabeza dejando a que ella solita comenzara a chuparle la verga como quería. El rostro de la altiva y quizás más hermosa mujer de esta ciudad en esos momentos estaba de lo más deplorable, de sus ojos escurrían ríos de lágrimas negras por el rímel debido a los continuos atoramientos y a la falta de oxígeno, y si a eso sumamos los gruesos cordones de babas mezclados con fluidos que le salían disparadas de vez en cuando por su pequeña nariz respingona, estas caían y se juntaban con las que escurrían de la comisura de sus labios y que luego colgaban por su barbilla y se le deslizaban por su pecho hacia abajo.

La escena era tan perversa como morbosa, ya que de aquella gruesa verga que entraba en forma tan justa por aquellos sensuales labios debido al exagerado grosor de la circunferencia de aquel tolete, pero a pesar del incomodo dolor de sus mandíbulas y el sentir que en cualquier momento se podía asfixiar, ya se estaba acostumbrando aquellos sabores a verga salada y a orinas, intentaba tragarse lo que más podía de todos aquellos líquidos que salían de la tranca, lo mismo con las grandes cantidades de babas y mucosidades que se le formaba en su bello rostro, por lo cual en vez de intentar pasar todo lo que podía de esos asquerosos y fuertes líquidos se daba escupirlos y que simplemente le escurrieran por el cuello y la barbilla, moviendo frenéticamente su cabeza de atrás hacia adelante tal como si de verdad quisiera satisfacer a ese desgraciado que la trataba y usaba peor que la más baja de las putas.

Luego de unos minutos en que la entregada y vejada dueña de la casa se dio a satisfacerle, a chuparle y succionarle aquella cosa como una verdadera profesional y viendo que este se encontraba con sus ojos entre tornados y entregado a todas aquellas sensaciones que ella estaba siendo obligada a proporcionarle con sus labios, se atrevió a nuevamente tomarla desde la base con su manita blanca para sacársela de la boca y quedar mirándola con sus ojos azulados bien abiertos. De sus labios salía una espesa película de babas que se mantenían en forma de puente uniendo sus labios con el aceitoso glande del obeso. Y sintiendo que ya había hecho lo necesario para satisfacerle, por si sola comenzó a pasar su lengua por aquella herramienta tal cual como si esta fuese una suculenta paleta.

Le lamia y le comía con fruición por el tronco, incluso los testículos como si estos fueran unos apetecibles duraznos en almíbar, para luego volver a metérsela en forma golosa en la boca. Luego repetía la operación pero por el otro lado de aquel grueso instrumento, y así se la estuvo mamando hasta que el sujeto se dio por satisfecho y la paro.

- ¡Muy bien pendeja.. ya eres toda una experta mamadora de vergas, ¡Jejejeje.. Pero ahora te quiero en 4 patas como las perras.. la chocha aun la tienes tan apretadita y no podemos dejarla así. No sabes cómo me calentaste cuando te estaba cogiendo mi amigo y ya quiero lo mismo, ¡Jejejeje..

- ¡Tiene una chocha perfecta Borre.. Y se viene como una endemoniada ¡Jajajaja..- le alentaba el otro.

- Será un honor disfrutar de este manjar ¡Jejeje..- dijo el cerdo ese enfilándose hacía esas pomposas nalgas que apuntaban al mejor postor.

El Borre agarró su duro y embadurnado tolete y empezó a darle pequeños golpes en sus nalgas llenándoselas de babas. Luego dijo:

- ¡Mueve tu colita puta.. menéala para mí.

Con mucho miedo Mamá empezó a menear su trasero en círculos levemente, el rápidamente empezó a golpearlo más fuerte con su tranca, no podía creer que ese gordo asqueroso sin ser invitado se aprovechara también del hermoso cuerpo de mi Mamy. Ella al sentirlo empezó nuevamente a suplicar y es que el tipo le daba un pavor terrible, el desgraciado era capaz de violarla y asesinarla ahí mismo. Y antes de que el sujeto siguiera torturándola dijo: 

- No por favor ya basta váyanse.. déjenos en paz, se lo suplico. Nosotros podemos conseguirle mucho dinero.. llévense todo.

Pero el desgraciado hizo oídos sordos a sus suplicas y se burló contestando:

- No te preocupes primor, ..te va a encantar. ¡Tú sólo para bien el culo y disfrútala que te lo voy a rellenar ¡Jejeje.. Te vendrás como una loca.

Luego con sus manos abrió aquellos impresionantes glúteos dejándole el ano expuesto. El tipo se quedó quieto y diciendo:

- ¡Ah bueno.. pero mira nada más que culito más impresionante tienes pendeja. ¿Te digo un secreto?.. ¡Ya estaba harto de tronar a jotos en la cárcel.

Al escuchar eso Mamá se aterró mucho más, trató de salir huyendo, pero rápidamente fue sujetada por la cintura y lanzada contra el sofá bruscamente, el Borre estaba a punto de violarla. Ella estalló en lágrimas, al sentir que la punta de aquel grueso miembro se posicionaba entre sus piernas y presionaba su entrada vaginal. Yo me quedé estático viendo a detalle, esperando que le hicieran la violación y se marcharan.

- ¡Vaya, vaya, veo que amigo no mentía, estas muy apretada. Que lastima, me hubiera gustado agarrarte a cuatro patas como las yeguas, pero eso se puede arreglar.- Mamá temblaba de miedo y sufrimiento, atrás quedaron aquellos comentarios con sus amigas, cuando jugando decía que no importaba ni el tamaño ni la anchura que lo más importante era el amor, ahora cuando pensara en ello siempre recordaría que fueron estos hombres que ni mínimamente enamorada, le habían hecho experimentar las dos partes.- Así quédate pendeja, siempre la posición de misionero es la mejor para romper vaginas como la tuya ¡Jejejeje..

Mamá se dejó acomodar como el obeso quería, y cuando este le abrió las piernas no opuso resistencia, solo ladeo la cara, no quería ver el rostro enfermo del tipo que seguía, ella nunca se esperó esto, los odiaba con todas su fuerzas. Siempre se mantuvo en una caja de cristal, donde los rateros, violadores y secuestradores no estaban en su mundo. El Borre la tomó de la cara e hizo que lo viera. Y justo en el momento en que se vio obligada a verle sintió la irrupción completa de su verga hacia el interior de lo más recóndito de su íntima hendidura.

- ¡AAHH!!

Al principio aquella gruesa cosa no le entró nada fácil, pues a pesar de estar bastante lubricada con los líquidos pasados de la situación con el negro, la cabeza de esta era un poco grande para su orificio vaginal, así que el obseso estando claro de esta situación, se afianzó de las caderas y empujó con fuerza.

- ¡Arghhhtttt..- rugió el miserable al sentir su verga envainada en el cuerpo de mi Madre.- ¿Así que este es el sabor de tu chochete nalgona? ¡Exquisito para romper.- le bramó el desgraciado a la vez que le mandaba un asqueroso escupo en la cara también le pegaba otro feroz empujón encajándosela los más adentro que le permitieron sus fuerzas.

- ¡Mmgghhsssss..- gimió Mamá con su cara escupida una vez que sintió llena su vagina, a la vez que tenía que aguantarla.

- ¡Mírame cuando te cojo piruja.. para que no se te olvide que no debes andar calentando a hombres por la calle.- diciendo esto el obseso empujó hasta el fondo, su verga entró de golpe.

El quejido de dolor que emitió Mamá al sentirse penetrada tan bestialmente por semejante tronco daban cuenta a todos los presentes que la altanera dueña de la residencia estaba atravesada totalmente. Ella había sentido como ese grueso tronco se le había ido deslizando poco a poco hasta que topo por completo con su útero, para quedar ambos cuerpos pegados.

Mamá apretó las quijadas, sus manos crisparon las colchonetas del sofá y moviendo la cabeza de lado a lado para mitigar el dolor. El desgraciado ni siquiera la dejó gritar, ya que le tapaba la boca con su gruesa mano, esa misma mano que había fuertemente cacheteado a su amiga, y que ahora, se encontraba pasmada y quizás traumada por todo lo que le harían cuando llegase su turno.

Así se quedó por unos deliciosos momentos el eufórico obseso, sin moverse y disfrutando del calor que emanaba esa exquisita hendidura tan ajustada proveniente de esa mujer altanera que ni en sus sueños más enfermos soñó en poseer. Sentía las carnes interiores de esa hembra de ensueño como le apretaban exquisitamente la verga.

- ¡Oohh.. Delicioso este chochete.. es lo mejor que me chingado. ¡Gracias Tito gracias, por ponerme a esta perra en mi camino.- decía el desgraciado hincado en el sofá, con la verga totalmente metida en las entrañas de mi Madre, que lloraba amargamente por los hechos acontecidos.

El sujeto llegó a retacarla toda, haciéndole sentir un dolor terrible, y la dejó ahí hasta los güevos un rato esperando que ella se acoplara un poco al grosor su gruesa estaca. En ese momento Mamá miró hacía un lado y vio cómo su amiga hacía esfuerzos por querer ayudarla, se retorcía en esa silla para tratar de liberarse, ese maldito la tenía totalmente expuesta para sus caprichos.

Luego de ese momento tan placentero y que quizás en su inmunda vida jamás olvidaría, decidió que ya era el momento de empezar a moverse sobre aquel delineado cuerpo que él había estado esperando desde que su amigo se lo había contado. A los pocos segundos el cerdo ya la ensartaba salvajemente mientras que con su pecho levemente levantado la miraba con cara de enojado, como si se la estuviera culeando con rabia. Mamá solamente la recibía con los ojos cerrados y con lágrimas corriendo de estos al saberse que la estaban violando tan llanamente.

El miserable comenzó a moverse en duras arremetidas al cuerpecito que tenía abajo, no le importaba lastimarla, él debía ser el que disfrutara. Mamá solo miraba al techo sin esperanzas, sintiendo como le hundían una y otra vez la gruesa verga. Le quitó la mano de la boca y le soltó una cachetada para que se mantuviera viva.

- AAAARGGH!!.. ¡Nooooo, suéltame por favor, basta.

Los gritos de Mamá me sacaron de transe a mí también, el Borre siguió metiendo su miembro gordo dentro de mi Mamita mientras que decía burlándose:

- ¡Uff.. ¡Qué apretadita estás zorra.. me muero ya por probar todos tus agujeros ¡Jejeje.. ¡Ufff!.. Solo falta un poco más para que te la clave toda pendeja, ¡Ufff!! ..

Bien agarrada de las caderas empezó a moverse rápidamente casi violento, sacudiéndole la cabeza al ritmo de las estocadas. Yo miraba cómo Mamá rebotaba hacía arriba sintiéndose una muñequita, totalmente entregada por la violencia y el sometimiento de ese asqueroso sujeto. Ahí estaba aquel gordo y repugnante sujeto haciéndole, disfrutándola y gozándola a su antojo.

- ¡Ba.. basstaaaa.. basta. ¡E..está muy gorda.. ¡ARRGGHHH!!

- ¡Pero que tetas.. ¡Serán mías también.- y diciendo esto, se abalanzo a besarlas, morderlas, chuparlas, parecía que quería sacarles leche y amamantarse de ellas, parecía un niño con juguete nuevo.

- ¡Aaarrgg.. aaarrhhh.. ¡Nnnnggghhhh..- solo se escuchaban los sonidos que Mamá trataba de emitir, pero su garganta había perdido fuerza con estos últimos gritos, estaba devastada, incrédula miraba la cara de satisfacción de pervertido que estaba en la gloria. Rogaba que terminara todo para no sentir más dolor.

Beatriz sintiendo pena por su amiga estuvo a punto de gritar para rescatarla, pero recordando aquel que en esos momentos la abusaba era capaz de matarlas a golpes a ambas o usar esa navaja para lastimarlas, el cual le provocaba mucho miedo. Lloró en silencio, total ya a estas alturas su pobre y mejor amiga ya había sido violada anteriormente por ese asqueroso negro. El Borre se encimó más en ella, metiendo sus brazos en el sofá. Para Mamá el peso era sofocante no aguantaba y su vagina le ardía mucho.

Estaba hecho, Mamá ya había sido violada por esos dos cerdo, Tito el conserje, un asqueroso y viejo de color se había encargado de cumplir su sueño, de poseer y usar a su antojo aquella rubia imponente que había visto y saboreado en el escuela, la había hecho suya y hasta le había sacado placer encontrar de su voluntad, dejándola marcada para el resto de su existencia.

Su amigo disfrutaba del cálido cobijo que la dueña de la casa le otorgaba, el cerdo permaneció acoplado dentro del cuerpo de mi Madre en toda su longitud vergal, por espacio de unos dos minutos aproximadamente. El calor interior del cuerpo de aquella diosa y que envolvían a su verga era el mayor placer que jamás en su vida había experimentado, no quería salirse jamás de aquella apretada vagina que en estos momentos en forma forzosa le albergaba a su gruesa estaca. En el gran salón de nuestra residencia, solo se escuchaban los sonoros sollozos de mi Madre y las grotescas exhalaciones que hacía el obseso del esfuerzo que hacía para mover su cuerpo.

- ¡Ooh.. ¡Pero que rica tienes la panocha pendeja..- le decía el desgraciado babeando y con sus ojos cerrados.- No me saldría de tu cuerpo jamás, eres una verdadera hembra hecha para ser montada por un verdadero macho como yo. Pero ahora sabrás lo que es culiar de verdad ricura.. te haré sentir lo que jamás nadie te lograra provocar y te juro babosa que te va a gustar tanto que querrás repetir cuanto antes, ¡Jejejeje.. Te voy a culiar y te voy a preñar!! Serás la Madre de mis hijos que te voy dar!!,- le decía riéndose y burlándose de una adolorida Madre, que aún mantenía su boca abierta en un ahogado grito de dolor, con sus ojos bien abiertos y vidriosos producto del enajenante impacto emocional y de calvario que sufría.

Mamá por su parte, aplastada y dejándose violar, ni siquiera podía moverse por el intenso dolor que sentía por cada apuntalamiento que le daban ese animal, sentía que prácticamente la estaban empalando. El Borre cada vez se movía más fuerte intentando adentrarse el máximo posible hacia el interior de aquella tierna hendidura y ese prodigioso cuerpo, el sofá se movía y rechinaba rítmicamente antes los fieros bombeos que hacia el cerdo.

Metía y taladraba profundamente en los interiores del blanco cuerpo de mi Mamita, haciendo círculos con la intención de agrandarle la vagina. El cerdo sudaba como un animal, las lágrimas en los ojos de Mamá ya se habían secado, por ahora soportaba estoicamente las crueles arremetidas de verga que le metían a su cuerpo. Ella también sudaba, lo comprobaban algunos cabellos pegados en su rostro y ciertas gotitas perladas de transpiración que se le acumulaban en la frente y la nariz, no se dio cuenta cual fue el momento en que cerró sus ojos para dejar a su captor que tenía montado hiciera con ella lo que quisiera.

Afortunadamente para ella el dolor fue pasando en forma paulatina, ese calor que anteriormente había sentido, ahora empezaba a aflorar de su chochita enrojecida. Y ella sintiéndola con sus piernas bien abiertas y con sus ojos cerrados empezó a disfrutar.

Los gritos de dolor con los bramidos que había pegado Mamá gradualmente habían ido aminorando, ahora en aquel gran salón lo único que se escuchaba era el prolongado rechinar del sofá ante los bruscos movimientos que hacían sobre ella y los suspiros de cansancio y placer de ambos ante la desnaturalizado apareo que se estaban pegando.

Mamá nuevamente confundida no sabía qué hacer, el dolor en su vagina había ido aminorando, aun sentía dolor y escozor, pero era un extraño dolor que la hacía sentir caliente, notó que mientras más profunda era la clavada, el dolor parecía que más iba a desaparecer y como es lógico que ella quería que desapareciera, lentamente comenzó a empujar hacia adelante para encontrar aquella verga.

A los pocos segundos de esas extrañas sensaciones en su cuerpo, Mamá ya no se retorcía para que desapareciera el dolor ni nada parecido, ahora era ella la que movía las caderas hacía arriba, en un momento el Borre lo corroboró, en un lapso que él se detuvo para recuperar el aliento, con placentera emoción comprobó que la viuda seguía moviendo sus caderas de abajo hacia arriba para encontrarle, por lo que a modo de agradecimiento comenzó a moverse y a meter su cosa en una forma casi demencial, ahora sí que se iba a disfrutar el feliz cerdo.

- ¡Oohh.. Que rico te meneas pendeja.. ¡Te lo dije.. yo sabía que iba terminar gustándote, ¡Jejejeje..- le decía preso por la excitación.

Aun así Mamá se sentía avergonzada, se preguntaba cómo podía estar sintiendo tan rico mientras esos asquerosos hombres mancillaban su cuerpo de esa manera, más no podía dejar de mover su cintura y caderas, su mente le ordenaba que se aferrara más firmemente al obeso cuerpo del que ahora ya se había convertido en su hombre. Ella no lo quería admitir pero a estas alturas ya se la estaba pasando muy bien, poco a poco en su mente fueron desapareciendo aquellas terribles imágenes de cuando ese detestable animal había amenazado y golpeado a su amiga, pero su conciencia aún le recordaban que a pesar de todo lo antes descrito, a ella la estaban violando, sin contar las continuas imágenes de ver a su amiga amarrada y asustada observándolo todo.

- ¡Abrázame pendeja no seas frígida como la otra puta.. anda participa.- dijo el Borre, para su sorpresa ella lo abrazó.- ¡Ooh.. También abrázame con las piernas perra, así me gusta sentir a mis putitas más cerca de mi.- y Mamá también hizo, sus piernas quedaron a la altura de las nalgas del gordo, que quedó complacido.

Sus delicadas manos con esas uñas tan bien cuidadas que tanto le costaban en mantener, lentamente comenzaron a deslizarse por la ancha espalda del obseso, Mamá en un momento se sintió enamorada, de estar en tales circunstancias con un hombre tan fuerte, y que este le estuviera haciendo sentir esos gratificantes y arrebatadores escalofríos de placer a su cuerpo.

El Borre quien ya se sabía ganador de aquella caliente hembra, separó su cuerpo para admirar a la diosa que poseía ensartada en su garrote, la vio con sus divinos ojos celestes perdidos, semi cerrados, como también pudo ver que de sus rojos labios salían pequeños gemidos ya no de dolor, señal de demostración inequívoca que aquella hermosa hembra ya había sucumbido a los placeres de la carne. Notaba que por cada profunda clavada que le enterraba, la hembra emitía un audible:

- ¡Shhhh!!.. Aaahhh!!

El inmundo animal sin perder el tiempo y aprovechando la ocasión, buscó con desesperación aquellos preciados labios semi abiertos que le prometían el paraíso, Mamá ya no pudo evitarlo, lo recibió casi con agrado para luego fundirse ambos en un apasionado beso con lengua. Se besaba cada vez más lascivamente, la potente rubia guiada por nuevas sensaciones, fue subiendo sus manos hasta la nuca de su captor, para aplicarle un delicado masaje con la yema de sus dedos a los rizados cabellos mismos que me decían el porqué de su apelativo el Borre-borrego.

Mamá parecía ida, trastornada en un mundo surreal, le besaba y devoraba como una posesa la asquerosa lengua de ese cerdo que la había tratado mal, sus delicados dedos se perdían entre los pelos grasientos del sucio obeso, jugaba asquerosamente su lengua con la de él, revolviendo la gran cantidad de babas de ambos que se acumulaban dentro de su fresca boquita y que se encargaba de ir tragándose toda. Era una auténtica pesadilla para mí en lo que se había convertida la dueña de mi casa, los desgraciados aún no se la podían creer, por lo que le devolvía a modo de agradecimiento unas sólidas y profundas arremetidas, para hacerle ver que desde hoy ellos serían sus únicos machos.

El Borre apenas se pudo separar de los desesperados labios de mi Madre, y sabiéndose y el haber comprobado que él era ya su macho le dijo:

- ¡Te dije ramera que te iba a encantar.. Vamos dime a la otra pendeja cuanto te encanta mi verga.- exclamaba el cerdo sin dejar de arremeter con violencia.

Mamá no le contestaba nada, la inmensa y desquiciante calentura que se había apoderado de su persona, no se lo permitía. Sus quejidos y suspiros de placer, comenzaron a subir de volumen e intensidad, convirtiéndose en gritos y en alaridos de auténtico vicio. El cerdo mantenía su frenético ritmo de meter y sacar, y conforme aumentaban los gemidos de la rubia más se aceleraban y ganaba fuerzas en sus movimientos. Hasta que sus oídos escucharon lo que el ya anhelaba oír, los gritos y palabras que exclamó ella fueron concisos y claros.

- .. ¡Arrrrgggghhhh!! ¡Siii.. ¡Me vas, me estas destrozando desgraciado!! ¡Pero me gusta..

- ¡Claro que te gusta ramera.. todas son iguales. Primero no no, pero terminan berreando como las perras. ¡Y a mí como me calientas las perras, ¡Jejejeje.. ¡Esta es la mejor hembra que he visto en mi vida.. y como aprieta y se moja la muy cerda. ¡Mmm.. ¡A mi verga ya le urge por internarse en tu cola.. ponte a cuatro patas. Ahora verás lo que es bueno.

Al momento de separarse Mamá sintió un gran vacío entre las piernas. Pude ver por escasos 2 segundos como la vagina de mi Madre se encontraba coloradísima, además que abierta y los labios vaginales hinchados. Con el cuerpo sudoroso y de ese color rosado característico en una mujer tan blanca por el tremendo esfuerzo, con trabajo pudo colocarse, se colocó en horizontal al sofá y levanto sus rotundas nalgas. El Borre se quedó extasiado, si antes había sentido maravillas, el ver aquellas tremendas carnes rosadas apuntando a su ser lo desquiciaron.


El Borre ya estando en posición y arrodillado detrás de ella, se soltó un asqueroso escupitajo en su mano, lubricó con eso todo el contorno de su gruesa cosa, para luego hacer lo mismo en la enrojecida grieta de mi Madre. Luego apoyó su verga en la abertura y nuevamente se lo mando guardar sin ningún tipo de consideraciones. La sensación para Mamá fue la misma, al sentir cómo su vagina nuevamente se abría y se llenaba toda. En tal posición la sentía tan grande como si le hubiesen metido un gran palo. El Borre se afianzó en sus anchas caderas y nuevamente comenzó a accionar de atrás hacia adelante a la misma vez que se iba echando con todo el peso de su cuerpo sobre la espalda de mi Madre, quien se mantenía perturbada a cuatro patas, solo se daba a sentir como el sujeto le decía cosas sucias en la oreja y le lengüeteaba el cuello, sintiendo su pesada respiración en distintas parte de su nuca.

El Borre quien se sentía ya dueño de ese curvilíneo cuerpo de tan exquisita Señora se daba a preguntarle:

- ¿La sientes toda putaaa?.. ¿La sientesss!?

- ¡Arghh.. S.. siii.. m-me.. la.. estas.. metiendo tan.. p-pr... pro.. fun... dooooo por fa.. vorrr!!!,- Mamá le decía esto al gordo comenzando ella misma también a menearse hacia atrás, y cuando sentía que sus nalgas chocaban con la pesada pelvis del sujeto ella misma meneaba sus nalgotas hacia los lados si como con esto fuera acomodar dentro de ella de manera más placentera la gruesa estaca de su violador.

De a poco a poco los movimientos de ambos se comenzaron a hacer más frenéticos y escandalosos como en la otra posición. Mamá movía el trasero como su vida dependiera de ello, mientras sentía como el asqueroso la ensartaba con más fuerzas. Este había pasado sus brazos por debajo de su tórax, para alcanza y amasar aquellas tremendas tetas que colgaban en forma alucinante.

- ¡Arrghh.. p-paraaaa.. por.. favor.. saque.. mela su co-cosaaaa!!!!

Los dorados cabellos le tapaban la cara por cada duró empujón que el gordo violador le daba por las nalgas, mientras que ella con estas mismas, se movía de adentro y afuera sin sacarse su cosa en ningún momento en forma completa, mientras traspirada.

- ¡Ohhh.. Siii.. ¡Ohhh.. ¡Muévete puta.. siii.. ¡Tienes unas nalgas deliciosas ¡Ohhh.. Me vas a romper los güevos..- bramaba el cerdo sintiéndola recular, por cada duro empellón con que la clavaba,- ¡Mhhmm.. ¡Gritaaa.. gime piruja, este gordo te está cogiendo.. Gritaaa desgraciadaaaa..- le decía sudoroso y jadeante cada vez que se la empujaba.

- ¡Ayyy.. ¡Nnoo.. no ta.. d.. duro.. ¡Menos r... re... reciooooo...!!! muy f... fu... fur... teeeee...!!!!

- ¡Mira Tito, cómo le gusta que la culien a esta zorra..- le decía al otro.- ¡Mira cómo se menea la muy puta.. ¡Ohhhhhh.. ¡Siiiiii..,- volvía a gritar preso por la calentura.

El Tito, escuchando como su amigo hacía berrear de calentura a aquella atractiva mujer de ojos azules, que el mismo había ideado todo para gozarla y que en esos momentos pedía de forma más desvergonzada que se la culiaran como quisiera, sintió en breve recelo por su amigo, el sentía que esa hembra era suya, solo para él, la otra no importaba, él quería ser dueño de esa imponente rubia y sabia entre más pasaba la noche le quedaba menos tiempo para él. En silencio observaba como su amigo bombeaba cada vez más fuerte con sus manotas clavadas en las anchas caderas de su musa. Por lo que como pudo fue y se acercó al obseso y golpeando la sudada espalda le dijo que seguía.

- ¡Aguanta pinche Tito.. esta perra ya es casi mía. No la ves cómo se retuerce la muy zorra. ¡Tenías razón, la estamos pasando de maravilla ¡Jejejeje..

El enardecido gordo, sin desconcentrarse en lo más mínimo, metió las manos por debajo del estómago para volver a afianzársela agarrada de las tetas, tensó todos los músculos de su cuerpo y la fue levantando siempre clavada en su gorda estaca hasta que la tuvo como quería. Mamá se vio en el aire y elevada por aquellos los fuertes brazos, que para no caerse ella buscó en forma desesperada con los suyos hacia atrás alguna forma de sujetarse, pero al estar tan separada del sofá y la anchura del sujeto nunca lo encontró, lo único que encontró por debajo de su axila fue ese horrible rostro todo traspirado y con cara de estar siempre enojado, con todas las venas de su frente que pulsaban como si quisiesen estallar.

Mamá no supo en qué momento quedo en el aire y de espaldas a él, pero sabía que el sujeto la tenía bien clavada, tan profundamente en su vagina que de momento se sintió como una brocheta de carne, notando así que ese cerdo tenía tantas fuerzas que la hacía subir y bajar con su gruesa verga clavada en ella. Ahora con sus dos manotas sosteniéndola de la baja espalda, el desesperado sujeto movía su apéndice en forma desenfrenada, y Mamá lo secundaba con su cara llena de cansancio ondulando y meneando su pelvis, a la misma vez que recogía y abría sus muslos por cada duro embate que le ponían hacia arriba.

De momento, el gordo se detuvo por un instante, sus cortas piernas aunque robustas, le temblequeaban por tal osadía, pero había sido un gusto se quiso dar, es más, era como una rivalidad que se había formado entre los dos desgraciados, para ver quien la hacía gozar más. Mamá no sabiendo bien que es lo que pasaba, ni tampoco como había ido a dar en tal posición tan demandante, se despejaba sus mojados cabellos de la cara, y cuando levantó el rostro para ver donde estaba su amiga fue que sintió nuevamente todo el ritmo del caliente abusador que otra vez empezaba la marcha y se lo mandaba a guardar sin darle previo aviso, a la vez que escuchaba como este nuevamente se daba a decirle palabrotas que ella ni entendía, mientras este no paraba de arremeter duro contra su cuerpo.

- ¡Te vendré a ver más seguido putaaaa.. ¡Ohhhh Que bien me aprietas la verga con tu conchaa..- Mamá lo escuchaba con el rostro desfigurado y con algo de tristeza, pues en ese momento tenía los ojos postrados en su amiga. Cerró los ojos para mitigar la vergüenza y la calentura al estar aguantando tremendas arremetidas.- ¡Eres deliciosa zorraaaaa.. Si no fuera porque te estoy violando y porque le gustas a mi amigo te juro que me casaría.. ¡Ufffff... ¡Tomaaaa..

Mamá sintió otra fuerte clavada de verga por parte del obeso, pero no se le había ocurrido ni tampoco había tenido el espacio para pensar en aquello último, el otro sujeto le había estado diciendo cosas sobre ella, que quizás ya lo conocía. Y al caer en cuenta que este lo había llamado Tito y por su anatomía flaca y negra ella misma comenzó hacer conjeturas. ¿Dónde y cuándo había tenido contacto con un tipo tan repugnante?, en eso estaba cuando nuevamente su nivel de excitación pareció aumentar, por lo que sus caderas y cintura comenzaron a moverse en forma desquiciante, Mamá quien se aferraba a lo que podía en el aire sintió como aquella verga la estaba llevando a la gloria, mientras más fuerte se la clavaban, ella más firme y rápido se movía secundándola, hasta que su sistema nervioso ya no respondió más, simplemente sintió que explotaba del placer al sentirse un solo objeto de deseo para viejos asquerosos y aprovechadores.

El Borre veía como la rubia comenzaba a gemir y a moverse en forma más agitada, sintiendo el mismo como los nervios de esa hembra se estiraban al máximo producto de la calentura y del orgasmo, y cuando le iba a plantar otra senda de insultos y vulgaridades la ajustada hendidura le hiso una mala jugada haciendo que sintiera el final de la exigente copula.

Sacó su miembro y lanzó a Mamá hacía un lado. Volteó a ver a Beatriz.

- ¡Después sigues tu desgraciada.. ¡OOOhh..

- .. ¡Oorh! oorhh..- trataba de gritar Beatriz al ver lo que había hecho con su amiga.

- ¡Uuff.. ¡Ahora te toca tomarte tu leche, pendeja.. pero no te la acabes toda. Deja algo para tu amiguita ¡Jejeje.. ¡Ahí te voy zorraaaaa.. creo que me vengo.. ¡Ohhhh Siiiiii..!!! Tomaaaaaaaa.. ¡Arghhhhhhhhhhhhh...- gruño fuertemente el obseso cuando sintió que le salió expulsado de su verga los primeros lecherazo de espera.

El Borre en sus últimos segundos de contención, se peló la verga como un desquiciado animal embravecido y estando ella despatarrada en el sofá le soltó una serie de fuertes y blancos cordones de semen que le regó por todo el pecho y piernas. Duró 10 segundos desde su salida de Madre hasta que se cortó para dar paso a los siguientes. En esos electrizantes segundos, los cañonazo de espeso y blanco esperma no menguaron ni en fuerzas ni en cantidad, su vigoroso simiente fue regado por todo el sofá y encima del sudoroso cuerpo de mi Madre, los cuales fueron secundados por otras cortas series de inyecciones y terminando ya con otros dos pero de menor intensidad, hasta que ya a sabiendas que no tenía nada más que entregarle a la dueña de la casa, que había convertido en una simple muñeca del placer, simplemente se desplomó a un lado de su cuerpo dejándola semi inconsciente y con sus portentosas piernas abiertas y temblorosas, con la vagina enrojecida y chorreando cantidades de sus mismos fluidos, ya que casi la mayor parte había quedado regados por todo su cuerpo.

- .. ¡Oohh!! ¡Aohhh! .. ¡Así perra, asiii!! No cabe duda que nos sacamos la lotería Flaco.. ¡Ooohhh!- dijo casi sin poder hablar del esfuerzo ejercido.- Ahora si Señora, ¡Ufff!! ..ha quedado usted bien cogida, .. ¡uffff!! .. Estoy seguro que los ricachones de sus Maridos nunca la habían montado cómo lo hicimos.. ¡Ufff!! .. No nos lo agradezcan, ..además, le he dado una bañada de semen cómo usted quería, es crema para las arrugas ¡Jejeje.. ¡Tú turno Flaco.. te la dejé un poco abierta, pero todavía aprieta la muy piruja.. ¡uffff!!

Mi Madre, con el cuerpo cubierto en esa espesa crema, cómo pudo lo miró con odio de muerte, él sólo sonrío y siguió burlándose diciendo: 

- ¡Se ve muy linda con su cuerpecito todo lleno de leche Señora.. ¡Uffff!! ..¡Que bruta casi no me has dejado nada.. descansaré un poco para seguir con tu amiga. ¡La veo ansiosa.. creo se muere por sentir lo mismo ¡Jejeje..

Luego el Borre se desparramó en el sillón recuperando el aliento, el esfuerzo que había hecho había sido demoledor. Tito levantó a Mamá y de manera piadosa la llevó al baño para que se aseara, dónde se limpió la cara y los restos de semen del cuerpo. Para Mamá había sido pura humillación, la habían violado frente a su amiga y ahora el otro desgraciado esperaba reponerse para violarla de nuevo, con tristeza se miraba ante el espejo cómo la habían dejado. Su maquillaje, su fino lápiz labia, todo se había borrado, los desgraciados había logrado convertirla de una hermosa dama a una puta de callejón.


Tito al verla así, le preguntó si se encontraba bien, y temiendo que fuera a caerse, le hecho la mano por la cintura, para atraerla hasta el lavabo.

- N-no es necesario.- le contestó.

- Tranquila mamasota,- dijo. Mamá el hecho de sentirse tan cerca de su violador, de olerlo, de sentir el contacto de la piel de su brazo, con el suyo propio, la llenaban de tristeza.- Vamos,- dijo negro,- te ayudare a refrescarte con un poco de agua. Te sentirás mejor.

Vaya, pensó Mamá, este desgraciado ahora quiere consagrarse conmigo, y no lo iba a permitir tan fácilmente.

- ¡No, no es necesario.. déjeme sola.- le contestó.

- Anda mamacita.- repitió el conserje.- Crees que ya ha acabado, ..es que no conoces a mi amigo. Anda, que un poco de agua te ayudara a mejorarte.

Mamá no supo negarse, estaba demasiado cansada, y casi sin saber cómo, se estaba dejando para que ese viejo que apenas unos minutos la había violado la ayudara a refrescarse. Muchos pensamientos le venían a la cabeza en ese momento, que pasaría si su hijo o algún conocido de Beatriz viniera a su casa en ese momento, ¿las salvarían o las cosas se pondrían aún más violentas?, aunque se tranquilizaba pensando que a esa hora nadie llegaría. Que estará pensando Beatriz en ese momento, asustada, amarrada, pensando en que lo que le ocurrió a ella muy pronto le pasaría a su amiga. Por suerte, su pequeño hijo se encontraba lejos y ajeno a este infierno en que se encontraban ellas.

- Vamos, acércate y apóyate en el lavabo.. para que pueda echarte un poco de agua en el cuello.

Cuando se acercó al espejo del lavabo, Mamá se asustó un poco al ver su imagen, tanto sus ojos brillantes, llenos de deseo, como no se había visto nunca, como sus mejillas encendidas, pero sobre todo, sus pezones, que estaban disparados hacia delante. Aunque ese susto le hacía comprender que a pesar de que había sido forzada por esos malditos lo había disfrutado como nunca. Apoyando los codos en el lavabo, se flexionó hacia abajo, mientras ese negro ya había abierto el grifo, y con la mano, empezó a echarle un poco de agua, mientras le preguntaba si se encontraba mejor.

- Si, si,- contesto.- Ya empiezo a sentirme bien, muchas gracias Tito..- era la primera vez que decía su nombre, e intentaba recordar donde le sonaba, Tito, Tito, se repitió en sus pensamientos.

- Te voy a frotar un poco la nuca,- le dijo el negro,- Seguro que te encontraras mejor,- le contestó, y al mismo tiempo, sin darle oportunidad de contestar, empezó a frotarle la nuca, a la vez que seguía echándole agua.

Como ella estaba inclinada, esto le permitía al negro, que desde su costado en un lado del lavabo, le estuviera haciendo un masaje en el cuello, que desde luego lo estaba sintiendo confortante. Mamá se veía a sí misma, como si se pudiera ver desde la esquina del cuarto de baño, reculada sobre el lavabo, completamente desnuda y siendo masajeada por su violador, que físicamente no era nada atractivo, y que estaba dándole un pequeño masaje, cosa que a ella en otras circunstancias le hubiera gustado tanto.

Para consolarse ella misma, ante lo que preveía que se le veía encima, pensaba en su querido hijo, y que de seguro estaría a salvo lejos de casa, incluso se preguntó a si misma si después de esto debía contárselo. Entonces, Tito, se movió hacia atrás de ella, y cuando Mamá se volvió para preguntarle que hacía, el negro le dijo:

- No te preocupes mamacita.. ya no dejaré que te toque. Voy a ponerme atrás, para poder darte mejor el masaje.

Era la primera vez que sintió una esperanza, este sujeto la trataba ahora con cuidado, y a Mamá le pareció que estaba escuchando música divina. Además, el negro se encajó en su parte posterior, y aunque en principio se mostró respetuoso, los nuevos movimientos de mano que le permitían esa postura en su masaje en el cuello, hacían sentir a Mamá nuevamente excitada.

A la vez que movía las manos para el masaje, ella empezó a notar un movimiento de cintura del negro, el cual se encontraba prácticamente encajado en su trasero en pompa y desbragado. En ese momento, un último sensación de resistencia apareció en la cabeza de mi Madre, que está haciendo este miserable, pensó, pero un deslizamiento de los pulgares del sujeto hacia su espalda, desarmo un poco sus defensas, y apenas imperceptiblemente, ella empezó también a mover la cintura, al ritmo del negro, cosa que este noto en seguida, y acercándose al oído, le pregunto:

- ¿Cómo te sientes ahora, mamacita?

Mamá se volvió, sin poder aguantar la vergüenza, y se encontró de frente, casi pegado a ella, a ese viejo horrible con el pasamontañas, que ahora, en vez de su violador, le parecía su salvación, una esperanza que se presentaba a su alcance, y cuando el Tito se acercó a su boca, ella, lejos de oponer resistencia, absorbió su lengua, se metió en su boca, como si aquello fuera un agradecimiento a futuro capaz de rescatarlas.


Cuando terminaron el besó, Mamá bajó la cabeza, no sabía lo que hacía, quizás encontraba un resquicio de luz en esta noche tan oscura. Pero de repente y viendo que el sujeto había bajado las manos, ella le dio un tirón al pasamontañas y pudo observar su rostro.

- ¡Lo sabía maldito.. usted.. usted..- intentaba decirle sin poder creer quien era.

- ¡Si, yo soy.. el conserje de la escuela de su hijo Señora, ¿cómo la ve?..- una vez descubierto, creyó llegado el momento de poner las cartas sobre la mesa.

- C-como se atrevió..- se quedó con la boca abierta, como si no terminara de comprender lo que ocurría.

- Le diré que la causa es usted y que la razón es que desde que la vi no he podido dejar de pensar en su cuerpo.- le dijo sonriendo el maldito.- Pero aunque la verdadera causa son esas dos razones que usted usa para sentarse, la verdadera razón y me obligo hacer esto es cuando descubrí que es una putona.

Mamá, algo nerviosa por la cercanía del viejo, intentando sobreponerse a la nerviosidad que le producía esa intimidad, le preguntó:

- ¡C-como se atreve desgraciado.. lo voy a refundir en la cárcel.

Sin apartarse de su lado, él la miró fijamente antes de responder.

- Para que nos hacemos Señora.. usted es una mujer insatisfecha y yo puedo satisfacerla. Eso lo sabe bien. Y eso de la cárcel piénselo muy bien.. podría salir a luz lo que usted hizo en la oficina de Vaez.

Entonces Mamá cayó en un pánico terrible, él lo sabía, aquel chantaje terminado en desliz seguía teniendo consecuencias. Con un gesto de mujer ofendida, levantó su mano para abofetearlo, pero él tomó su mano y la sostuvo en el aire, a medio camino, sin apartar sus ojos de los de ella. Se acercó y la besó, apasionadamente. Mamá se apartó con brusquedad, echando chispas por los ojos, intentando inútilmente zafarse.

- ¿Cómo se atreve, desg..?

Sin soltar su mano, la atrajo y la interrumpió.

- Seamos francos, mamasota. Yo la deseo y usted necesita que aquello no salga a luz. Y sabe que puedo hacerla feliz, ya lo ha comprobado hace unos minutos ¡Jajaja..

- ¿C-cómo puede decir tamaña barbaridad?

- Porque tengo las pruebas mamacitas.. Como un videíto, por ejemplo.

- ¿Q-qué dice..?

- Porque si cree que solo me limité a ver como cogía y como gozaba cuando Vaez la enculaba en su escritorio está muy equivocada. De una manera que usted no me conoce aún. Pobre de su niño esperando afuera reprendido mientras su bella mamasita berreaba como una puta para arreglar que no fuera expulsado.

La tomó de los hombros y la acercó a él. La besó nuevamente y ahora Mamá no lo rehuyó. Pero no le devolvió el beso. El la apartó, sin soltarla.

- Sea sincera, Señora.. usted desea que eso no salga a luz y yo la quiero gozar. ¿Es un trato justo, no?..

Mamá se dio vuelta, para ocultar su rostro. No quería que el la viera llorar, mostrándole la derrota de reconocer que tenía razón. A qué negarlo, pensó mientras las lágrimas caían por su mejilla. El la tomó desde atrás, pasando sus brazos por su cintura.

- Tranquila, conmigo sabrá lo que es gozar, se lo aseguro. Y cuando nos vayamos si es que se porta bien conmigo, pues destruyo el videíto y se acabó. Yo habré disfrutado y usted sigue manteniendo esa imagen de mujer rica y que no rompe un plato.

Una de sus manos subió hasta el pecho de mi Madre y la otra bajo por su pierna, para rehacer el camino, por sus muslos arriba, en busca de sus glúteos. Ella nada dijo, nada hizo. Estaba como estática, sin reaccionar.

- Le prometo que conmigo va a tener más orgasmos que con aquel desgraciado. Y es más, si después de esto usted quiere seguir siendo cariñosa conmigo allá afuera, quizás hasta le ayude a quitarse a Vaez de su vida.. que sé que la acosa.

Su mano subió por uno de los muslos y la palma apretó uno de sus glúteos, esa suave carne tan tersa y abundante. Las piernas de mi Madre flaquearon por la sensación que le transmitió la mano de ese viejo horrible y de las cosas que le decía. Empezó a acariciar la carne de sus glúteos. Apartó las nalgas con dos dedos y con el de en medio para alcanzar su preciado esfínter, que acarició delicadamente.

Después de varias horas de preguntarse el porqué de lo que le pasaba, esta era la vez primera que se sintió culpable. Cerró los ojos y sintió como aquel huesudo dedo le provocaba un suave calor que se apoderaba nuevamente de su cuerpo, desde lo más interior de su estómago hacia fuera. Deambulando entre un mar de dudas y de culpabilidad las barreras de mi Madre habían sido vencidas, hubiese preferido ser violada y usada que darse cuenta que todo esto estaba siendo por su culpa.

Enseguida el Tito la tomó del brazo y la llevó de nuevo al salón dónde estaban el Borre y su amiga. Con desesperación y mesura le dijo:

- Bueno Señora.. ya sabe lo que tiene que hacer. Pórtese bien con nosotros y su secretito estará a salvo conmigo.- y acercándose a su oído.- Porque su amiguita no creo que le perdone que todo esto ha sido por andar de puta.- le dijo con ojos libidinosos.

- ¿Que ha pasado, te has quitado la gorra?..- le preguntó el Borre.

- La muy cabrona se me ha puesto rejega. Pero no te preocupes la he puesto en su lugar.. ahora será más buena con nosotros. ¿Verdad Señora?..

Mamá no dijo nada, agachó simplemente la mirada.

- Y si hacen algo regresamos..- contestó el otro con violencia.- Les secuestramos a sus hijos y los torturamos, en fin lo que sea con tal de disfrutarnos estos culos.

- Tranquilo Borre, la Seño se portara bien.. no le conviene.

- ¡Déjate de cursilerías Flaco y móntala de nuevo ya.. si se le nota a leguas que le gusta a la condenada. Si nomás siente verga y se empieza a menear solita ¡Jejeje..- decía el Borre desde el sillón dónde permanecía encuerado y reponiéndose de la pasada montada.

Beatriz, miraba aterrada cómo Mamá no hacía nada por querer huir, es más, la notaba ahora más decaída y derrumbada, seguro que en su cabeza no entendía cómo ellas, unas mujeres de tan alta sociedad, tan lindas, con cuerpos envidiables habían caído en manos de esos dos seres tan repugnantes. Además, miraba con más miedo al gordo, que parecía que le tenía más ganas, sabía que en cuanto se recuperara el cerdo seguro que le tocaría el turno, y no podría hacer nada para evitarlo.

Tito se llevó a Mamá por la cintura, la aferró a su delgaducho cuerpo mientras le decía:

- Ay mamacita, ¿sabes qué?.. de tanto hablar y manosearte ya se me está enderezando. La noche es virgen todavía y no voy a desaprovechar ningún minuto para gozarte ¡Jajaja..

Sus palabras victoriosas y en el tono de burla cómo se las decía producían más odio en Mamá, quería matar a éstos desgraciados sujetos, pero no podía hacer nada y menos ahora que este conocía su secreto, pensaba en Beatriz que estaba sufriendo por su culpa. Sólo se quedaba quieta esperando que terminaran y se marcharan para que así todo acabara. Pero el maldito conserje tomó su mano y la puso sobre su tripa negra, diciéndole:

- ¡Siente como se me pone solo al tocarme.. ¡Esta verga negra te va a ser gozar hasta reventar mamacita ¡Jaja..

Ella sólo lloraba en silencio, maldecía su vida y quizás hasta su cuerpo, mientras que el viejo comenzaba acariciarle nuevamente los pechos para luego empezar a morderlos como había hecho antes. Los estrujaba desaforadamente, estaba encantado con esos pechos tan duros que desafiaban las leyes de la gravedad. Él miró sus pechos diciendo:

- ¡Que preciosa estás mamacita.. si eres una muñequita. ¡Podría estar mamándotelos por años.. ¡Mmmhh! ¡Chommp! ..¡choomps!

El viejo conserje se sentía en el mejor de los sueños del cual no quería despertar jamás, era la misma rubia quien le había visto de manera imponente y despreciativa cuando la vio entrar a la escuela, pero al tenerla ahora totalmente entregada y exhibiéndose en total y descarada magnificencia no podía evitar estar todo el tiempo tocándola.

Por su parte, la atormentada dueña de la residencia se encontraba con su mente totalmente perdida y nublada, y a pesar de todas sus contradicciones en donde se declaraba la mera culpable de todo esto que les ocurría, eso sumado igual aquel el desagradable conserje en cada oportunidad que tenía le remarcaba su actitud tan desvergonzada que había tenido en la Dirección de la escuela de su hijo, amenazándola con contarles a todos, en el fondo eso la aterraba más que las humillaciones y vejaciones que estos pudieran hacer con ella. Pero muy dentro de su mente reconocía que por lo menos también había disfrutado hirviendo de calentura, lo cual quedaba evidenciado en su bello rostro de finas facciones completamente mojado de transpiración, así lo demostraban también sus mejillas, además que sus sensuales labios rosados ahora habían adquirido un exquisito color rojo y los mantenía semi abiertos mientras respiraba agitadamente por ellos.

Así que tanto por el miedo como por la excitación y entendiendo ya su situación, y sabedora de que todas formas la tenía perdida, sin aguantarse más era ella quien desboronandose el alma le demandaba al viejo conserje a que de una buena vez por todas la castigara y la usara como quisiera, quizás de ese modo pagaría algo de lo que por su culpa estaban sufriendo.

- Señor Tito.. p-por favor úseme como quiera.- le dijo al oído.- Haga conmigo lo que quiera.. pagaré el precio de su silencio.- con solo decir ella misma semejante barbaridad la sonrisa del negro se volvió amplia.

Dicho y hecho, el conserje de color después de haber escuchado semejante confesión de la hermosa rubia ni se la pensó para lanzarla sobre el sofá nuevamente y enterrar su gruesa nariz en la dorada pelvis de mi Madre para luego de aspirar aquel adictivo aroma femenino hasta embriagarse en él, al instante comenzó a lengüetearla y devorársela en forma casi animal y hambrienta, respirando y absorbiendo por sus gruesos hoyos nasales todo ese fuerte aroma a hembra que seguía expeliendo de su parte más íntima como a su misma vez se iba bebiendo todos los ácidos y dulces jugos femeninos que ella le iba soltando.

- ¡Aaahh.. Señor Tito.. métame su lengua más adentroooo.- le solicitó de pronto Mamá con sus ojos celestes semi cerrados puestos fijamente en el techo de la casa, con excitada convicción.

Beatriz y el Borre no se lo podían creer, la rubia estaba sucumbiendo a las caricias de ese viejo, y mientras el caliente negro disfrutaba comiéndose aquella atrayente vagina, sorbiendo todo lo que salía de ella como a su misma vez se pelaba su verga poniéndosela de nuevo en guerra, las electrizantes sensaciones de culpabilidad y placer la llevaron a comenzar a moverse al mismo ritmo en que sentía las lamidas. Las contradicciones y la culpabilidad inconscientemente la habían entregado a soltar toda su calentura, así lo demostraban sus ojos tornados y sus manos crispadas en los sillones que se daba a morderlos y arañarlos intentando con esto redimir sus pecados.

- ¡Ohh.. Señor Titooo.. Diosss.. Esto.. esto es muy ri… ricoooooo.. ¡Mhmmm.. ¡Ahhhhh..

El enardecido conserje viendo en actitud a la caliente mujer que tenía a piernas abiertas y entregándose a gritó limpio, comenzó a chupar y a lamer su esfínter cada vez más fuerte y más profundo introduciendo su lengua lo más adentro que podía, al mismo ritmo en que se lo solicitaban.

- ¡Mmffffsss.. Q-que hace.. eso noo.. ¡Diossss.. ¡Me está llegando hasta lo más adentrooo.. ¡Me está metiendo la lengua ahí.. ¡Ohhhh.. Aahhhh..- le gritaba y repetía Mamá una y otra vez al mismo tiempo que sufría un escalofrió, por lo que el conserje entusiasmado se concentró en profundizar con su lengua y hasta lo más recóndito que podía al interior del tierno esfínter que estaba absorbiendo y que no cesaba de soltarle escalofríos, mientras que Mamá como una posesa tensaba todo su cuerpo a la misma vez que se abría de muslos todo lo que podía.

Así que aprovechando el estado en que la tenía se dio a proponerle:

- ¿Quieres que te culeé mi amor?..

Mamá que se encontraba nublada y perdida en las nebulosas del próximo orgasmo, aun así cayó en cuenta que semejante tranca por muy culpable que se sintiera debido a su largo tamaño nunca le cabría por el tierno conducto que le proponía, incluso recordó aquella vez en la escuela en que el déspota de Vaez le había encajado su verga por el recto y le había causado muchísimo daño, por lo que imaginaba que si a este negro se le ocurría la insana intención de hacerle lo mismo, lo más probable que ocurriría seria que la reventaría el intestino.

Y justo cuando le iba a decir que se la había pensado mejor y que la mejor opción era que todo por delante sintió el dedo largo y huesudo que nuevamente le incursionaba el recto, avisándole que por su parte no había mucho que conversar y que se la iba a encular si o si, o al menos eso era lo que entendía Mamá. Y qué decir cuándo se subió sobre ella dejándole caer su enorme cosa chueca de carne dentro de su vientre, en donde ella con solo comprobar su poderío pensaba que al momento de que se la metiera por detrás sencillamente la iban rajar por la cola.

- Ya estás bien caliente y dilatada blanquita.. ahora sí que vas a disfrutar mucho de una verdadera verga negra, y cuando te la tenga encajada en tu rosado culito de putita vas a llorar de placer. Te voy a dar por todos tus agujeros, ¡Jajaja.. te los dejaré tan abiertos y punzantes para que siempre me recuerdes cada vez que te sientes o lo muevas por la calle, ¡Jajajaj..

Mamá quien ya había vuelto a medias a la realidad ya no estaba tan convencida como hace un rato de querer pagarlo.

- ¡P-por favor Tito.. no me lo vaya a hacer por ahí. ¡No me va a caber.. su cosa.. e-es.. demasiado grandeeee..

Mamá quien en minutos antes de manera contradictoria se había planteado pagar por sus errores, ahora solo pensando en forma agónica pretendía no cumplir con su parte del trato, y esto por el auténtico terror que le causaba el solo imaginar esa oscura herramienta abriéndola la cola, pensaba que sus carnes no resistirían y que simplemente se lo partiría.

- Pero si recién me lo pediste mamacita.. es más, te di la oportunidad de preparártelo, ¿o es que ya no te acuerdas?,- le decía el conserje quien estaba decidido a metérsela por la retaguardia bajo cualquier costo.

- ¡Si pero lo he pensado mejor.. por favor no me la vaya a meter por ahí. Me mataría con eso que usted tiene.. m-me va rajar.. y me va a hacer gritar. ¡Nos podrían oír los vecinos.. m-mejor hágalo como hace rato, si?- le solicitaba y rogaba estúpidamente mi asustada Madre, intentando con esto hacer entender al ya más que enardecido negro.

- No mamacita.. tenemos un trato.- y volteando a ver a Beatriz.- ¿O es que ya no te acuerdas lo que platicamos en el baño?..

Mamá viéndole la cara de desquiciado con la que le hablaba el negro supo que este no iba a cambiar de parecer y que la iba a sodomizar por las buenas o por las malas, y ella por su parte lo que menos quería era que Beatriz la culpara por esto que estaba ocurriendo, su mundo se derrumbaría. Así que pensando en alguna otra salida, solo se dio a solicitarle:

- T-tengo otra idea.. ¿siempre le han gustado mis pechos verdad? Póngamela en ellos..- le solicitó.

- ¿Quiere que mi verga disfrute de sus melones?..- repitió alucinado.

- P-póngala entre medio.

Pero el Tito a su modo, la tomó de los hombros y le hizo hincarse en el suelo poniéndola de rodillas entre sus piernas, luego agarró su horrible pene como si fuese una porra y empezó a golpear sus pechos. Esto era otra humillación para Mamá, pero no podía hacer nada. De pronto le dijo:

- Ahora Señora, quiero que me haga una paja con sus lindas mamas.. ¡Quiero ver mi verga desaparecer entre estos dos melones, y quiero que me vea con esos ojazos azules que se carga mientras mi verga le pega en la boca. ¡Jajaja..


El asqueroso conserje tomando ambos pechos los separó un poco para introducir su oscuro y largo tolete entre las redondas tetas, en esas dos bolsas de carne que me alimentaron cuando era bebé, y tomándola de los hombros comenzó a moverla de arriba abajo rítmicamente. El sujeto la miraba sonriendo y le decía:

- ¡Dios mamasita, tienes las mejores tetas de todo este pinche mundo.- decía lleno de placer mientras frotaba su miembro contra el canalillo.

- ¡Unng, ah!- decía mi Madre.- Gra..nnngg.. cias.

El muy cabrón apretujaba las tetas estrujando sus blandos pechos haciéndola sentir algo de dolor tirándole de los hombros. Los salvajes metesaca del negro y sus fuertes aplastamientos de los pechos con sus manos consiguieron endurecer los rosados pezones que se movían acordes con los movimientos.

- ¡Ohh.. ¡Que tetas!- grito el conserje jadeando.- ¡Ahh.. gra..gracias por dejarme usar tus preciosas tetas mamasita.

- ¡Ahh! ¡Au! ¡No sé.. preocupes, ..u-úsalas todo el tiempo que necesite.- decía mi Madre entre susurros de vergüenza.- Tan solo un poquito más suave, argh, me hace daño.. 

Tito no hizo caso del dolor de mi Madre pues estaba tan concentrado en sus tetas y siguió embistiéndola. La imagen de mi Madre hincada en el suelo con un viejo horrible y negro, desnudo sentado en nuestro sofá haciéndole una cubana comenzó a excitarme muy a mi pesar. Cuando el conserje se detuvo un momento para retomar fuerzas mi Madre separó sus pechos y de una manera que me pareció grotesca y un poco sacada de lo que era su imagen escupió en la verga del negro. Volviendo a juntar sus pechos empezó a aplicar la saliva por el nabo del conserje mientras que levantaba la cabeza lo que podía para lamer el capullo con la lengua.

- ¿Qué haces mamasita?- pregunto Tito sorprendido.

- Estoy lubricando su cosa, para que pueda continuar con el masaje.- dijo servicial.

- ¡Ya escuchaste Borre..- le celebraba a su amigo.- Pensé que las grandes Señoras como tú, no sabían hacer estas cosas.- dijo maliciosamente.

- No.. pero ya me acostumbre y no me molesta en absoluto. Siento mucho si lo ofendí con mi actitud.- se disculpó ella mientras le seguía lamiendo la punta.

- ¡Muy bien, así me gusta mamasita.- le agradeció cerrándole un ojo, como asiendo un pacto entre ambos.

El conserje excitado por la servicialidad de mi Madre la agarró nuevamente de los hombros y empezó a joderle las tetas bruscamente. Ante la repentina follada que le estaba dando el negro a sus tetas, mi Madre empezó a gemir al notar esa cosa larga y lubricada que se frotaba una y otra vez contra sus pechos.

- ¡Oh dios.. Mamasita, ¡qué increíble!- aullaba el negro.

- ¡Annnng.. ¡Cómo se desliza su cosa.- decía Mama moviendo el tórax de arriba abajo.- ¡Ahhhh.. me queman lo pechos. ¡Ohhh!

Las palabras de Mamá lograban excitar aún más al negro que con toda la fuerza que pudo comenzó a joderle sus tetas. Los movimientos eran tan salvajes que el cuerpo de mi Madre botaba. Ella para ayudarle apretaba más sus pechos y con la ayudada de lo que unía sus dedos no dejaba que aquella cosa se saliera, acoplando sus movimientos de ir y venir.

- ¡Que bárbaro Flaco.. no sé porque no se me ocurrió a mí eso ¡Jejeje.. ¿Y sabes qué?.. ya me volví a empalmar. ¡Es hora de domar a esta princesita ¡Jejeje..

Esas palabras cayeron cómo un balde de agua fría sobre Beatriz, ella sabía que no había escapatoria, no había marcha atrás, era su turno y no se podía escapar. Con terror miraba la sonrisa del Borre que se acercaba a dónde estaba con su tranca ya semierecta, dispuesto a violarla aunque ella se reusara.

- .. ¡Mmnno.. ¡Mmmnnnoo..- gritaba Beatriz tras la mordaza.

- No gastes energías pendeja.. ¡Que ahora las vas a necesitar, ¡Jeje.. ¿Viste cómo dejé a tu amiguita? Pues a ti te voy a reventar ¡Jejeje..

Cuando el Borre se acercó para quitarle la mordaza, ella de inmediato se reusó gritándole:

- ¡NI SE TE OCURRA HACERME LO MISMO DESGRACIADO!!, ..¡JAMÁS HARÉ ESO!, ¡ME DAS ASCOOO!!- gritó Beatriz escupiéndole la cara.

- ¡Ya estoy harto de tus insultos hija de la chingada.. ¡Qué no te das cuenta que no tienes escapatoria. Eres cómo una yegua salvaje.. ¡Pero yo te voy a domar.

El Borre levantó a Beatriz de las greñas para sentarse él en la silla dónde estaba ella, y colocándola en sus rodillas la acomodó para darle una lección.

- ¡Ahorita vas aprender quién manda aquí desgraciada..

- ¡SUELTAME ASQUEROSO!!, ..¿Q-que me vas a hacer?

El Borre la colocó con el culo a la mano para cachetearla, como si de una niña rebelde se tratara. En un rápido movimiento subió su falda hasta la cintura dejando al descubierto sus braguitas, pero al verlas me quedé impactado. ¡Beatriz traía unas braguitas con abertura en la cola de encajes rosas.. al empinarla el Borre, su abertura se extendió mostrándole a su captor todo sus encantos.


- ¡Jejeje.. ¡Pero mira que par de cerdas son estás viejas.. ¡Ya viste Flaco, las bragas de esta perra.. muy modositas por fuera y al final terminan siendo unas putas.

El rostro de Beatriz era un poema, estaba totalmente ruborizada, volteó a ver a Mamá que la miraba con cara de asombro, estoy seguro que esas cosas no se platicaban entre ellas. El Borre sin ninguna obstrucción de la prenda, metió su mano por la abertura tactando todo el esfínter.

- ¡Suéltame desgraciado.. ¡Suéltame.. ¡Te juro que te voy a matarrr..- gritaba Beatriz al sentir el tacto de esos dedos.

- Ya no le queda hacerse la recata Señora.. mira que salir a la calle con estás cosas ¡Jejeje.. La verdad que me sorprenden estás viejas ricachonas ¡Jejeje..

- ¡Mi Marido se va a encargar de matarte desgraciado.. ¡Y tu carne se la daré a los perros. ¡Suéltame..

- ¡Ya estoy harto de sus insultos.. además, cuando la encuentre su Marido no lograra distinguir entre el boquete de su boca y el boquete de su culo, Señora ¡Jejeje..

En un movimiento de Beatriz con la cabeza, logra darle un golpe al Borre haciendo que este estallara en violencia.

- ¡Ya está.. ¡Ya fue suficiente de ser amable contigo perra.. la quieres a las malas, bueno.. tú lo pediste. ¡Ninguna puta vieja ricachona golpea al Borre y se queda tan tranquila.

¡SPLASSHHH!! ¡SPLASHHH!! El Borre arremetía contra cada glúteo de Beatriz. Sin remordimientos dejaba caer esa mano pesada sobre la delicada piel de su trasero. En una de esas arremetió tan fuertemente que Beatriz respondió con un fuerte grito de dolor arqueando todo su cuerpo. Las dos empezaron a llorar mientras el tipejo golpeaba una y otra vez el trasero de la pobre Sra del Gobernador. Las nalgas de la amiga de Mamá estaban tomando cada vez un color más y más rojo, mientras sucedía cada azote.

- ¡Esto era lo que querías, puta.. ¿te gusta a las malas, heee?.. te gusta que te pegue.. ¡Qué te viole, heee.. ¡Puta..

Beatriz seguía retorciéndose fuertemente con gritos de dolor a cada golpe que recibía. Hasta el cabo de 15 o 20 nalgadazos, su resistencia y sus gritos se convertían en gemidos de dolor, y no tuvo más que pedir clemencia.

- ¡Basta, basta por favor ya.. m-me portaré bien. Me portare bien, pero ya..

Inmediatamente paró de azotarle las nalgas, me fijé por el monitor dándole un zoom a la imagen y vi que tenía el culo totalmente rojo y tan caliente que parecía en carne viva. El desgraciado le había dado con todas sus ganas, sus dedos se mostraban claramente dibujados en los glúteos de Beatriz.

- Ya vez que te cuesta ser así, tetona.. no hay porque hacerme enojar. Ahora tú solita, ponte a gatas y chúpame la verga cómo tu amiguita.

- ¡Nooo.. ¡Eso no. ¡Por favor, eso no..

- Ay estás mujeres.. uno quiere ser bueno con ustedes pero lo obligan a uno.

El Borre con un simple masaje de su mano sobre la zona colorada hacía que Beatriz no dejase de gimotear del dolor, a pesar de que sólo era una simple caricia. Ella se retorcía pero no se prestaría a las condiciones que le proponía ese maldito. De pronto vi cómo el Borre se chupó el dedo más largo de su mano, y sin avisarle se lo fue metiendo por el culo. Los ojos de Beatriz se abrieron al máximo, no sé si por la sorpresa o porque le había desvirgando el recto.

- ..¡ARRRGGGGGHHHH!!!.. ¿Q-que haces desgraciado?..

- Tu qué crees princesa.. ¡Te estoy preparando el agujero. ¡Jejeje..

- ¡NOO!!.. ¡Eso sí que no.. ¡No me lo vas a hacer desgraciado..

- ¿Y quién me lo va a impedir?, Señora.. ¡Jejeje..

El tipo introdujo su dedo hasta las primeras falanges, moviéndolo circularmente hacía adentro de su precioso culo pero no entraba mucho. Lo volvió a sacar para chuparlo nuevamente, y con más violencia se lo volvió a retacar, pero esta vez fue con más profundidad. Beatriz gemía y apretaba las nalgas, volteaba a ver al Borre con su carita llena de lágrimas, mientras le suplicaba que ya no lo hiciera:

- Por favor no.. no me hagas eso. Yo nunca.. ¡Nooo..- y al sentir el sufrimiento y la humillación no le quedó de otra que negociar.- ¡T-te daré lo que quieras, te pagaré m-mucho dinero. M-mi Marido te dará lo que quieras.. p-pero no me hagas daño, por favor.

- ¡No hay dinero que valga este culito, Señora, ¡Jejeje..

Eso era más humillante para Beatriz todavía, su ironía y que el sujeto se sintiera su dueño era lo más bajo para ella. Beatriz lloraba y no podía creer que esto le pasara. Y en medio de la humillación que le estaban dando, le dijo:

- Ahora voy a disfrutarte pendeja.. ¡vas a tener toda esta verga bien adentro. Pero primero quiero disfrutar todo tu cuerpo.. haber, déjame ver que más sorpresitas guardas bajo tus ropitas.

La levantó cómo una muñequita de dónde estaba, y es que Beatriz es una mujer algo pequeña, con una estatura de 1,60 aunque con tacones hacen que tenga la estatura perfecta, su edad sería de unos 45 años, pero cómo al igual que Mamá sus años de cuidados le habían ayudado para mantener un estupendo cuerpo, ya que lo mantiene bien proporcionado. Con unos pechos grandes, yo diría que eran operados, ya que no eran acordes con su pequeña figura, con una cintura muy estrecha que me encantaba y su parte posterior bien salidita para afuera y bien redondita y paradita, no tanto como las de Mamá pero si muy llamativa por las proporciones pequeñas de su cuerpo, a buen conocedor yo diría que sus medidas son 110-65-90, es una mujer muy guapa y elegante, con sus ojos color miel y su pelo ondulado color negro hasta la parte baja de sus hombros.

- Es una perrita bastante bonita, Señora.. me encanta. ¡Haber, muéstreme sus encantos..

- ¡No, jamás.. ¡déjame desgraciado, no me toques.- se rehusaba.

Como Beatriz tenía sus manos amarradas con una cinta a su espalda, fue muy fácil para el Borre arrancarle la blusa sin ningún problema, mostrando un sostén rosa a juego con sus pantaletitas, pero sin nada de sorpresa cómo nos había acostumbrado. El terror se reflejó en su rostro al ver cómo ese tipo con violencia le desprendía la ropa. Ella intentó correr, pero el Borre la alcanzó a tomar de las greñas haciendo que casi la desnucara.

- ¿A dónde vas chula?.. si apenas vamos a empezar.

- ¡Suéltame maldito.. nunca haré lo que dices.

- ¡Escúchame perra.. ahorita mismo te meterás este nabo en el hocico y me la empezaras a mamar. ¡Y más te vale que obedezcas.

El Borre de las greñas la hizo hincar frente a su nabo y agarrándose la verga trató de metérsela en la boca.

- ¡Abre el hocico, pinche perra..

Beatriz con todas sus fuerzas trataba de no abrir la boca moviéndose para todos lados, evitando las estocadas de Borre, que ya bastante enojado lo único que lograba era pasárselo por toda la cara.

- ¡Jajaja.. Parece que te salió respondona la yegua Borre, ¡Jajaja..- reía de manera burla el conserje mientras la pobre Beatriz era violentada.

- ¡Maldita perra..- maldecía el Borre con su inútil esfuerzo.

- Trátala con cariño Borre, mira así.. haber amorcito para eso estamos aquí, ¿no? ¿Verdad que esta boquita sólo la utilizarás para una cosa?- y agarrando a Mamá de la barbilla.- Quiero sentir esos dulces labios de fresa envolverse en mi verga, sabes?, Nunca en mi vida una mujer quiso hacer eso conmigo, ya sabes por mi color y porque soy extremadamente feo, lo reconozco, ¡Jajaja.. tú eres la primera que se anima a hacerlo por las buenas con este pobre viejo negro y miserable.. eres la primera hembra en mi vida que realmente va a chupármela.

En eso el ya más envalentonado conserje la tomó en forma prepotente de sus rubios cabellos para que se pusiera en 4 patas con su cara frente a su alargado y oscuro palo a la vez que mientras la jalaba le decía:

- Ponte como las perritas y métetela en la boca.. anda, para que aprenda mi amigo.. Chúpala mamasita..

Increíblemente para todos nosotros, pero sobre todo para el ansioso y enardecido conserje, fue que Mamá después de ponerse como le decía, ella solita hizo el resto del trabajo ya que al sentirse aliviada por extender el momento de la enculada, y extrañamente sintiéndose también excitada, con ansia y desesperación se aferró a esa larga verga de color que superaba con creces a la del gordo, rápidamente y como una verdadera desesperada se puso a inspeccionarla y a olerla, aquella oscura tranca que parecía de chocolate aparte de estar embadurnada con su misma saliva expulsaba de la punta gotitas de trasparente fluido pegajoso que hacían relucir más el tolete.


Así la dueña de la casa, puesta en 4 patas se enfrentó a la punta del miembro negro manteniéndola agarrada con una de sus blancas manitas desde el nacimiento, mientras la observaba con sus ojos azules casi con devoción tragando saliva. Como determinada se animó para con su otra mano ir estirando el forro de la caliente verga e ir descubriéndola en toda plenitud en donde vio que ya el encorvado glande se encontraba totalmente limpio y ya no rodeado por aquella nata amarillenta de fuerte olor a pescado que al principio tanto asco le había dado. Ahora lejos de espantarla más la atraían y más la calentaban.

Con una de sus manos se arregló parte de sus cabellos rubios por detrás de su oreja y lentamente fue sacando la lengua para proceder a ser ella quien le regalara su primera mamada no obligada a ese asqueroso viejo que rayaba en lo repugnante. La bella Mónica Tapia posó sus labios rojos en el amoratado glande para luego, y con mucho cuidado, ir recorriéndola hacia el tronco retirando con su boca todas esas gotas trasparentes y brillosas que rodeaban al aceitoso glande. Para volver por el otro lado de la verga procediendo a limpiar aquella lactosa inmundicia de la misma forma en que lo había hecho recientemente.

Así lo hizo una y otra vez, encargándose de retirar toda la aceitosa sustancia que ella ya sentía con el deber de atender. La repasó una y otra vez con sus labios y lengua por todos lados poniendo especial cuidado que esta quedara libre de cualquier tipo de fluidos. En aquellos momentos a Mamá ya no le importaba que esos malditos las estuvieran forzando, parecía haber entendido su posición, sin que nadie la molestara y sin que se lo hayan pedido, se aisló del mundo y de lo que ocurría con su amiga, simplemente se la trago, sintiendo su sabor tan repulsivo como nutritivo, según paladeaba aquel tronco rodeado de venas.

El negro y viejo Tito quien desnudo y dichoso espectador de la forma tan exquisita en que literalmente le habían limpiado la verga y después de haberla visto paladear toda esa inmundicia, mas gozoso se quedó cuando vio que ella fue abriendo lo que pudo sus rojos labios para simplemente atravesársela oralmente logrando ensartarse solamente ¼ de esta, para después comprobar cómo por su propia cuenta y sin decirle nada empezaba a chupársela con mucho cuidado y en forma concentrada.

- ¡Ugh.. ¡Glogh.. srpssssss,- era lo único que podía emitir la dueña de la casa quien solo se aplicaba a chuparle el pico a su captor.

La mamada era dificultosa para Mamá ya que por más que intentaba ensartarse en la boca más porción de carne negra no lo podía lograr, sentía como si de verdad en cualquier momento se le rajarían la campanilla, o que simplemente se le dislocarían las mandíbulas, determinando que aquel hinchado y duro miembro era demasiado grande para ella ya que ni siquiera conseguía zamparse en último caso la mitad de eso. Por lo que se tuvo que conformar solamente con succionar el negro y brilloso glande y un poco más, alternando a veces con deliciosas lamidas en el tronco y en los brillosos testículos del afortunado conserje.

- ¡Maldita seas..- ¡Splasshhhhh!! Una tremenda cachetada fue dirigida hacía Beatriz que fue a parar al suelo, el Borre estaba furioso por no poder llevar a cabo su acometido y verse en la misma posición solemne como su amigo.

- ¿Porque no la cachondeas un rato Borre?..- le dijo el Tito.- Digo para que vaya aflojando poco a poco.. ¡Ya sé, ..porque no usas uno de los juguetitos de su amiga, ¿eh?, ..seguro que le van a encantar ¡Jajaja..

- ¡Pero qué buena idea, Flaco.. si la Señora está bien preparada. ¡Deja voy por ellos..

Mamá rápidamente comprendió de qué hablaban y moviendo la cabeza en forma de negación le decía al Tito que no lo hicieran, pero él agarrándole de la nuca le volvió a meter el rabo en la boca.

- Usted calladita mamasita.. Así.. tienes trabajo que hacer, por abajo también.. eso es, toda tuya mámamela así.. ¡Aahhh.. que ricoooo.. ¿Te gusta chuparla verdad? 

- ¡Nogh.. ¡ugh!.. ¡Glogh..- fueron callados los vanos intentos de mi Madre por impedirlo, la verga del conserje le taponeo la garganta.

Por lo que no le quedó de otra a Mamá que seguir solo en la tarea de chuparle, lamerle, succionarle toda la extensión de su tranca, sin mencionar las grandes cantidades que se tragaba de aquel néctar trasparente y bien salado que se le formaban en la punta. En tanto el asqueroso negro solo se daba al mejor de los festines oculares al estar mirando como aquella diosa blanca puesta en 4 patas le mamaba la verga tan exquisitamente, a la misma vez que con su mano negra puesta en los rubios cabellos de su nuca se daba a sentir los movimientos de avance y retroceso que ella hacía con la cabeza, mientras que con la otra se encargaba de tocar como un desesperado la parte de su espalda, sus caderas, pasaba también por cada una de sus suaves y pomposas nalgotas poniéndole a estas unos palmetazos, luego por su cintura y también por sus dos colgantes y turgentes senos que se mecían despaciosamente al ritmo de la mamada.

Cuando el Borre bajó, traía con él todos los aparatos que Fernando le había dado a Mamá del extranjero, en ellos venían las bolitas chinas, el embonador trasparente, el consolador con vibrador y el inconfundible consolador negro larguísimo de mi Mamy. Beatriz al verlos se arrastró en el suelo cómo queriendo correr, pero por el golpe que había recibido todavía andaba mareada. Se miraba algo graciosa cómo se refugiaba debajo de una mesa tomándola cómo guarida, pero el Borre ya con poca paciencia la sacó de las greñas.

- ¿A dónde vas pendeja?.. seguro que tú también tienes un par de juguetitos cómo tu amiga, ¿no es así? ¡Son igual de perras.. si nomas hay que ver los calzones que cargas, con el culo todo abierto, desgraciada.

El Borre se volvió a sentar en la silla para colocar a Beatriz nuevamente en sus rodillas cómo la tenía anteriormente con el culo en popa, y tomando el embonador trasparente de Mamá le dijo:

- Este juguete es especial para abrirte el culo, pendeja.. aquí lo tienes, chúpalo.

- ¡Déjame desgraciado.. ni se te ocurra hacerme daño.- trataba de resistirse.

- ¡HAA.. ¿no lo quieres chupar?.. bueno, tú así lo decidiste desgraciada.

El maldito Borre se lo dirigió al culo sin lubricación, abriéndole las nalgas, haciendo que Beatriz se arrepintiera de no haberlo lubricado. El ano de Beatriz era virgen, ya que era imposible meterle cualquier cosa en ese agujerito tan estrecho, pero el tipo con mucha fuerza y dándole giros logró meterlo a la mitad.

- ... ¡AAARRGGGHH!! ¡NOOO!.. ¡Dueleee, ¡No sigas por favor.. ¡Por ahí nooo.. ¡M-me haces dañooo..

Las terribles fuerzas que aplicaba el Borre al aparato hacían que las nalgas de Beatriz trataran de meterse con él, los esfuerzos del ano por no ceder hacían que ella se revoloteara de dolor. El tipo cedió en su esfuerzo pero sólo para escupir el culo y nuevamente le pidió que lo chupara.

- ¡Ultima ves.. ¿lo vas a lubricar..- le volvió a preguntar.

- Pero.. yo.. yo nunca..- lloriqueó Beatriz.

- No te preocupes, se abre fácil. Solo te va doler un poco al principio.

- ¡No. Por favor Nooo..- imploró ella.

- ¡Más vale que lo chupes pendeja, o será más doloroso.

Beatriz con lágrimas en los ojos miró con terror ese aparato trasparente en forma de hongo que entraría de manera forzada en su trasero, pensó en chuparlo para lubricarlo un poco pero el juguete ya mostraba residuos de su trasero.

- ¡Maldita cerda.. pero si ya te cagaste en él y todavía no te entra.. Tendremos que hacer algo con esa mierda.. porque no quiero que me embarres el palo cuando te la meta.

Beatriz fue girada de nuevo sin consideración a sus ruegos y mientras que el Borre la sujetaba con su rodilla y el brazo para mantenerle levantando el trasero, con las manos abría sus nalgas dejándole caer una larga y espeso chorretón de saliva que pronto se deslizó por su entrepierna hasta sus rodillas. La pobre Mamá de Randy no podía parar de llorar, su cuerpo prácticamente en el aire esperando la pérdida de su virginidad anal en manos de un total desconocido. Si bien Beatriz estaba casada y por lo que se resistía seguro que jamás había pensado en entregarle esa parte del cuerpo a nadie, pero ahora su destino estaba marcado.

- ¡No.. por favor.. por ahí no..- suplicaba.

La punta del embonador presionó nuevamente el cerrado anillo de su ano e instintivamente ella cerró fuertemente su esfínter como queriendo evitarlo. Pero la presión creció y Beatriz sintió como poco a poco su carne lastimada se hundía hacia dentro. El Borre literalmente tiraban de sus nalgas tratando de ayudar a la penetración.

- ¡Aaayyyy.. ¡Duele !!!

- Grita pendeja, que esto no para hasta que pegue mis bolas a tu culo.

- ¡Pare.. noooo.. duele mucho..- gritaba Beatriz.

El dolor era terrible. Ella sentía como su carne se abría al paso de la anchura del hongo que la invadía y se hundía en ella. La parte gruesa entró y con una fuerte presión el aparató quedó incrustado dentro de ella. ..¡AAARRRGGGHHHH!! El culo de Beatriz cedió, con su cuerpo arqueado de dolor ella sentía cómo su culo ardía al estar tremendamente abierto y ocupado por ese instrumento de grueso aceptable. Su cuerpo rápidamente trató de expulsarlo pero con el pulgar, el Borre aplicándole fuerza le era imposible.

- ¡Sácalo desgraciadooo.. ¡Me vas a rajarr.. ¡ARRGGHH!! ¡Duele, me duele.. ¡AAARRGGHH!!..

- ¡Ya entró.. ¡y así te quedaras hasta que aprendas buenos modales, babosa ¡Jejeje..

Ella trató de no moverse para no incrementar el dolor, pero el tipo la puso de pie bruscamente provocándole un gran daño. Con su dedo sin soltar el tapón buscó la cinta industrial para hacerle una cruz en las nalgas, para con eso impedir que lo fuera a expulsar. Curiosa se veía Beatriz con una “X” en su trasero y en el centro un tapón anal trasparente dilatándoselo. El Borre con una sonrisa al verla en esa situación le comentó:

- ¡Mhmm.. me encanta desvirgar culitos. Tan estrecha la muy puta.. estas apretadita.

Beatriz solo lloraba y comenzaba a sentir como el dilatador ensanchaba su recto provocándole una gran presión por dentro. Sus paredes anales estaban ardidas y lastimadas, pero afortunadamente poco a poco se fue relajando de la primera impresión. Su ano le ardía, pero ya no sentía el punzante dolor que la había abierto en dos al principio. Con los ojos llorosos que apenas le dejaban ver levantó la vista y miró hacia atrás como el maldito le había colocado la cinta industrial para impedir sacárselo.

- ¡Jejeje.. ¡Mírala Flaco.. hasta que se quedó quietecita la Señora, ¡Jejeje..

- ¡Jajaja.. Pero si te dije que le taparas la boca, no que le taparas él.. culo ¡Jajaja..- decía el negro en tono de burla.

- Muy bien Señora.. aquí se me queda, sentadita hasta que haya aprendido modales, ¿ok?

- ¡Nooo, no, no sentada, ¡nooo.. ¡No me hagas eso desgraciado.. ¡me duele muchísimo.

De los hombros la sujetó el Borre para dejarla caer en la silla, provocándole un grito a Beatriz de espanto:

- ..¡ARRRRGHHHHHH!! ¡Nooo! ..p-parame, por favor no. ¡Me duele! ..¡AAARGGGHH!!

- Ahí te vas a quedar un buen rato pendeja.. hasta que tú solita me pidas que te la meta.

- ¡Nooo, no.. espera, espera.. ¡No te vayas.. e-en mi bolso hay dinero, ¡Tómalo, ahí tarjetas t-te puedo dar el número.

- No, no putita.. ya sabes lo que quiero, tu preciado agujero ¡Jejeje.. Hasta rima me salió ¡Jejeje..

- ¡Déjenla malditos.. ¿No era dinero lo que querían!?- gritó mi Madre sorprendiéndonos a todos.

- ¡Tú cállate perra y sigue mamando la verga que te toca.. Ahora dime, ¿dónde guardas tus medicinas?

- ¿M-mis, qué?..- respondió Mamá algo intrigada.

- Si, tus medicamentos.. tu botiquín de auxilios desgraciada.

- E-en la cocina, en un cajón de arriba.

Todos nos quedamos intrigados, ¿para qué quería medicamento el Borre? En eso el Flaco (Tito) cansado de la felación, la levantó poniéndola de pie ante él, le acaricio el rostro cómo si estuviera enamorado. Mi Madre por reacción caminó hacia atrás pero el tipo la agarró de la cintura y la atrajo hacía el con violencia. Ella sentía un terrible asco al tenerlo a centímetros de su cara, la apeste que provenía de su boca era repugnante, que hacía que ella volteara la cara para el otro lado haciendo un gesto repulsivo. Pero el tipo cansado de esa reacción que causaba con las mujeres, la tomó de la quijada y le plantó un tremendo beso metiéndole la lengua. Mamá con sus brazos en los costados sólo matoneo y apretó sus manos para soportar esa tortura.


Segundos que para Mamá se le hicieron eternos quedaron entrelazando sus bocas. El conserje agarraba todas sus piernas sobándoselas, luego sus manos fueron subiendo hasta tomar ese apetecible trasero prominente, la estrujó fuertemente y luego la giró violentamente poniéndola de espalda. La agarró por detrás apoyando todo su asqueroso miembro en medio de sus dos cachetes. Mi Madre podía sentir completamente la rigidez de aquel miembro entre sus glúteos. El sujeto estaba excitadísimo y sus manos recorrían sus piernas y sus glúteos mientras que seguía apoyando su asqueroso miembro diciéndole al oído:

- ¡Tienes el culo más perfecto que jamás allá visto mamasita.. quiero que lo pares de nuevo.

La sujetó fuertemente del pelo tirando hacía atrás, ella lo hizo sin dudar por el dolor que le producía, mientras él seguía con su tarea de seguir disfrutando el trasero paradito de mi Mamy completamente sobre su miembro. El negro le refregaba su miembro por toda la raja, mientras le decía vilmente algo que la dejó helada y muerta de miedo:

- ¡Señora, desde que la vi pasar con este hermoso culo que se carga me volví loco.. cuando usa esos pantalones pegaditos y pasa calentando a todos moviéndolo de lado a lado, no hice más que pensar en él. Todos los días pensando en mi verga toda adentro de este tremendo culo, y ahora por fin lo tengo.

Mi Madre estalló en lágrimas, no podía creer que iba a ser violada analmente también. Le suplico que no, que por favor no lo hiciera, pero el desgraciado conserje estaba poseído por esa parte que tanto le gustaba y le decía que se lo haría con cuidado. Luego con respiración agitada comenzó a besarle el cuello, los hombros, las orejas. Siguiendo con su miembro apoyado en su trasero. Mamá sentía el calor que despedía ese aparato, ella volteó a mirar el espejo de pieza que se encuentra en una esquina de la sala, viendo a ese negro teniéndola completamente entre sus asquerosas manos, era indignante para una Señora de su estatus.

De repente tomándola por la cintura la tiró violentamente sobre el sofá, cayendo boca abajo, rápidamente intentó levantarse pero el sujeto ya estaba arrodillado casi encima de ella con una de sus manos sobre la espalda. Yo miraba cómo ese asqueroso viejo estaba excitadísimo, ¡No podía creer que Mamá fuera a ser nuevamente violada en la sala de mi casa por ese ser tan despreciable y desagradable!, además de que su fea reata tenía una extraña curva cómo boomerang, con su cabezota completamente amoratada.

Tito comenzó a acariciar sus glúteos agresivamente apretándolos, abriéndolos y sobándolos a más no poder mientras le decía:

- ¡Que buen culo tiene Señora.. grande, duro y bien paradito. ¡Me fascina no puedo esperar para romperlo..

Luego le dio un par de palmadas en los glúteos, los abría y los cerraba disfrutando al ver el rosado aro de Mamá frente a sus cochinas narices. El sujeto se puso de rodillas detrás de ella y empezó con su miembro duro a golpearle cada glúteo, el desgraciado se divertía con ella mientras le decía:

- ¡Pon tus mejillas en el sillón y ábrete las nalgas para mi mamasita..

A Mamá no le quedó de otra que aceptarlo, había logrado evitar mamertamente la sodomización pero sabía que su tiempo había llegado. Resignada se colocó cómo le había ordenado, haciendo que su trasero se abriera totalmente para él y todavía con sus manos abrió los cachetes dándole la mejor vista a ese inmundo de su interior.

Con mucho miedo se mantenía en esa posición mientras que el metía su miembro entre medio de sus carnes. Mamá sentía su miembro chueco cómo se deslizaba por su raja rosándole el ano y la vagina mientras le invadía un escalofrió terrible y muchísimo pánico. Sabiendo que no tenía escapatoria volteó a ver cómo se encontraba su amiga paralizada, sentada sufriendo horrores por el embonador en su trasero, mientras se mantenía amarrada de pies y cintura sobre la silla para no poderse levantar. Con resignación volteó a ver a ese maldito sujeto a través del espejo, veía a ese asqueroso negro teniendo su cola bien parada para él.

- ¡Que bárbara, que bonito culo.. Quiero meterlo, ¡te lo voy abrir todo, mamasita.

La amenazó oprimiendo su amoratado glande contra su esfínter. Mamá sabía que la sodomización se aproximaba cuando empezó a meterle un dedo por la cola. Ella ya había tenido mucha experiencia anal pero ahora era diferente, los dedos huesudos de Tito rasgaban su pared anal provocándole mucho dolor, ella se le movía para todos lados intentado huir, pero Tito se enojó y le gritó:

- ¡Quédate quieta pendeja.. no te preocupes que te lo voy hacer delicioso.. ¡Vas aullar de placer cuando lo tengas bien adentro.

Las palabras lacerantes del desgraciado negro no hacían más que acrecentar el temor en mi Mamy, que con horror sentía cómo los dedos de su violador hurgaban en su recto. Sin poder evitarlo Mamá sintió cómo sus glúteos eran separados pese a todo el esfuerzo que ella hacía por evitarlo. Las pesadas y gruesas manos del conserje eran mucho más fuertes de lo que en su vida hubiera imaginado. Mi Madre veía en el espejo todo lo que pasaba detrás, el desgraciado conserje con sus manos separando sus glúteos fue poniendo la cabeza amoratada de su miembro en la puerta de su esfínter, luego presionó contra él haciendo entrar su glande en el divino cuerpo de mi Mamy.

Enseguida sintió que el infierno subía hasta ella cuando la dura cabeza del tolete entró de lleno en su ano. Con sus toscos dedos apoyados a ambos lados de sus glúteos, el conserje abrió su culo. Mamá pudo sentir cómo lentamente la cabeza del pene se deslizaba dentro de ella. La reacción de Mamá fue en forma refleja en el momento que sintió la irrupción de la verga, ya que de un momento a otro desaparecieron todas las ricas sensaciones y cosquillas que había estado sintiendo, y debido a que el dolor de la distención fue tan lacerante para ella que con horror imaginó lo que iba a sentir al momento en que el negro se la embutiera toda.

Sus pensamientos fueron tardíos porque justo en ese momento él empujó hacia adelante con fuerza hasta clavar 1/4 de su verga adentro de su apretado anillo, quien solo atinó a cerrar fuertemente sus ojos cuando sintió que su recto ahora si se abría brutalmente formándosele un gran embolo de carne con el que abrazaba y recibía apretadamente esa descomunal cosa negra. Quedándose totalmente estática y ahogando ella misma el fuerte grito de dolor que en un principio en forma involuntaria quiso pegar. Por su parte el asqueroso conserje sentía como su cosa acostumbrada siempre a pajearsela con las cochinas revistas ahora estaba comenzando a nadar por las apretadas carnes del conducto tierno que poseía la flamante rubia al interior de sus glúteos.

En aquellos momentos ambos cuerpos temblaban, el de Mamá por el inmenso dolor que sentía en las carnes de su trasero, y el negro temblaba debido a las fuerzas que hacía para adentrase aún más en ella. Hasta que Mamá una vez que se pudo calmar a medias tomó un poco de aire para solicitarle:

- ¡Nooooo… por favor Señor Tito.. Saquelaaa.. no me la meta más. ¡Por favooor… No la podré aguantar todaaaa..

- ¡Siiii Mamacita.. te la voy a meteeer todaaaaa.. Si ya te entró casi a la mitad, significa que te la puedes comer completa. Solo que debo hacer un poco de espacio para que te la puedas tragar como yo quiero. Así que quietecita porque aún falta más ¡Jajajaja..- le decía el enajenado negro al estar sintiendo en el tronco las ricas tibiezas y placeres que le prometía el interior de aquel recto.

- ¡Nooo… noooo… por favooor… ¡No podre aguantarla todaaa…- Mamá forzadamente tuvo que llevar su mano y colocarla en la base del tronco del negro, para detener un poco la intrusión, ya que este ahora se había acomodado montándose sobre su cuerpo, y por más que ella se movía y pataleaba para que la verga se saliera un poco, está más parecía atorarse dentro.

- Tranquilita mamasita solo tienes que aguantar.. ya verás que una vez que la tengas toda adentro y te acostumbres te harás adicta a las vergotas negras como la mía, ¡Jajajaja..- le dijo a la misma vez que le mandaba otro empujón y con su lengua trataba de llegar a la de ella desde atrás.

- ¡Noooo.. jamás, no la podré aguantar. P-por favor no empuje que me va a reventarrrr…!!!- le imploraba una y otra vez casi al borde del llanto.

Mamá a quien ahora poco le importaba que el negro asqueroso le estuviera lamiendo las mejillas y los labios solo se daba a sentir como este le comenzaba a dar pequeños empujones estando ella a cuatro patas. Le acababan de meter más de 10 centímetros de verga, y ella la aguantaba lo mejor que podía, pero aún le faltaban por recibir por lo menos otros 10 y quizás un poco mas según por lo caliente que lo tenía.

Mi Madre sentía un profundo dolor en su interior, la estrechez de su esfínter había frenado la total entrada de esa tranca animal. Pero el conserje no se iba a dar por vencido tan fácil, y al saberse encajado a la mitad y aun ejerciendo presión de adentramiento, tras detenerse y escupir hacía su verga arremetió con otro solido empujón con el cual pudo exitosamente encajarle hacia adentro otros 5 centímetros de verga, lográndole arrancar en el silencio de la sala un fuerte bramido de hembra ensartada que retumbó subiendo las escaleras, recorriendo el pasillo hasta llegar a la puerta de mi cuarto y en el pequeño espacio de mi closet hasta adentrarse en mi alma por mis oídos.

- ¡AAAAAHHHHH..!!!- fue el agudo bramido que emito mi Madre tal cual como ya había descrito anteriormente.

- ¡Cállate mamasita.. y acepta mi negra verga en el interior de tu culito ¡Jajaja..- sudaba el negro conserje con sus ojos salidos de sus orbitas al saberse sumido en tan fantástico orificio soñado.

Por su parte la recién ensartada y dolorida Señora de la casa, seguía reclamando con cara de espanto:

- ¡Arghh.. Nooo, me mataaaa.. ¡Por favor ya no empujeeee másss.. ¡Aaargh.. que me está matandoooo... ¡Arght.. ¡Saquélaaa… Animal!

Pero el conserje ni se inmutaba de sus alaridos de dolor, solamente se concentraba en las ricas sensaciones que le otorgaba aquella ajustada funda de carne que se contraía una y otra vez apretándole la verga. Hasta que cuando calculó que ya Mamá se estaba como acostumbrando al dolor, decidió volver otra vez a la carga, pero ahora aparte de empujar hacia adelante también se movía frenéticamente formando círculos adentro de ella. Claramente el muy desgraciado la quería anchar pero a la misma vez buscando hacer lugar para dejársela ir toda, tal como le había amenazado anteriormente que lo haría.


La adolorida Mónica Tapia que por su rostro altivo y de facciones nórdicas corrían sin cesar hilillos de lágrimas, sentía como el miserable violador golpeaba su ancha cadera con su dura y huesuda pelvis. Mamá aún se mantenía inmóvil y aguantándola toda, mientras el negro poco a poco comenzaba a ganar terreno, ya que el tierno esfínter extrañamente comenzaba a aceptar a su bestial invasor.

Tito gradualmente y haciendo esfuerzos iba metiendo milímetro por milímetro su oscura virilidad, aunque para la quejumbrosa viuda parecía que esa descomunal cosa masculina no iba a acabar de entrar nunca en interior de su trasero, ya que por cada milímetro que la penetraba le causaban un inmenso dolor que le daban la sensación que en cualquier momento su ano reventaría al ser este incapaz de albergar en su interior semejante longitud de carne oscura.

- ¡Qué rica y apretada estás cabrona,- le dijo de pronto el negro con voz aguardentosa.- Ni Vaez fue capaz de aflojarte.- le terminó de a completar.

- ¡Por favor.. ya no siga. Me duele muchoooo.. ¡Ya no cabe massss..- le suplicaba desde su posición.

- Tranquilita Señora.. y aguanta que ahora sí que te voy a enseñar lo que es bueno, ¡Jajaja.. Vas a ver lo bien que te la vas a pasar cogiendo con este negro,- le decía mientras le mostraba su gran dentadura, a la misma vez que comenzaba meterle y a sacarle los 15 centímetros de verga que hasta el momento había logrado ensartarle.

Yo la verdad comenzaba a preguntarme si el cuerpo de mi Mamy podría estirarse tanto como para recibir todo lo que ese negro pretendía meter dentro de ella, pero más allá de eso sentía con odio una sensación de estar viendo a ese desgraciado tener a mi Madre completamente llena de sus tripas. Tito entonces comenzó a meter y sacar el enorme pistón dentro de ella haciéndola sentir todas y cada una de sus venas y rugosidades en su contorno.

- .. ¡Despa.. cito por favor. ¡E-es demasiado grandeee..- pedía Mamá misericordia.

- No llores mamacita.. sólo una cuestión de relajarlo. Que rico.. ¡Aaarrhhh!.. tienes un culito muy apretado.. no me deja entrar, pero ya verás.- el despiadado negro sostenía su verga, que poco a poco entraba, aunque con mucho esfuerzo, sudaba como corredor de maratón, gotas de sudor caían de su frente a la suave espalda de mi Mamy, que se retorcía buscando alivio el cual no llegaba.

- ¡Agrh.. Nooo.. ¡Me duele.. ¡Argh.. d-despacio.. pacito por favorrr..- lloraba mi Madre.

Mamá no se movía, se mantenía totalmente abierta de patas y con todos sus músculos totalmente tensos por la verga que tenía moviéndose dentro de ella, notando con mucho dolor los movimientos de penetración y de enculamiento en que se esforzaba el negro miserable metiéndole por su recto. El caliente conserje ahora aserruchaba con más fuerzas, le clavaba hasta un poco más de la mitad de su verga ensartándola sin piedad. Los gemidos del dolor que emitía Mamá rápidamente se transformaron en quejidos de aguante, abría su boca en gritos ahogados por cada embestida que recibía.

-.. ¡Oohhh mamasita.. ¡Que rico me lo estás apretando, ¡Ufff!!.. ¡Ooohhhh!! ¡Me vas a exprimir los güevos, ¡Oohhhh..

El desgraciado Tito poco a poco siguió metiendo su enorme miembro dentro del ya maltratado esfínter de mi Mamy, que sentía un dolor increíble. Ella miró hacia atrás y ya estaba casi toda dentro, gritó suplicándole al maldito que la dejara, que se la sacara porque la estaba lastimando.

- .. ¡AAYYY!! ..¡Suéltame por favor. ¡M-me estás desgarrando.. ¡AARRGGHHH!!.. ¡Suéltame animal por lo que más quieras..- de hecho cada vez sentía más dolor, mas ardor, la verga ganaba centímetros, iba avanzando lento pero seguro, ya tenía la verga dentro casi en el inicio del tronco. Cuando sintió que el desesperado viejo empujó con todo, para alojarle de una buena vez toda la verga hasta que los güevos chocaron con su vagina, haciendo que ella gritara, como loca retorciéndose debajo del viejo.

- ¡Aarrrhhh!.. Nooghhhh! Mmmggghhhh!..

- Ya, ya está adentro mamasota cálmate.. mira que me costó encularte, hasta a mí me dolió.- le decía el viejo bien acoplado atrás de ella, por fin la había enculado, por fin seria su hembra, según así pensaba su enferma cabeza.


El viejo no se movió por unos segundos, Mamá quedó muda de dolor, solo se veían lágrimas de auténtico dolor saliendo de sus azulados ojos, las punzadas en su trasero eran horribles. Y para a completar, al viejo se le ocurrió que para calmarla debía darle de nalgadas, así el dolor se acumularía en otra parte. Y así lo hizo, levantó su brazo lo más que pudo y haciendo fuerza ¡SPLASSHH!! se escuchó el primer azote de nalgas, para después venir una serie nalgadas que retumbaban en toda la sala.

Las nalgas de Mamá al ser grandes y carnosas sonaba duro y adquirieron un color rojizo, que mezclado con la piel blanca le dieron un toque muchísimo más sexy incrementando la ansiedad del viejo, e incitaron a darle más. Fueron un total de 10 o 15 nalgadas, que cumplieron su cometido, mi Madre ya sentía el ardor de sus nalgas más fuerte que la enculada, así que el viejo se comenzó a mover lento, para después tomar fuerza poco a poco. Ella seguía llorando y lagrimeando, las fuertes arremetidas, hacían que no diera más, casi se desmaya, podía sentir al viejo moviéndose detrás de ella, tomado de su blanco trasero, diciéndole leperadas que ella por el dolor no entendía.

- ¡Aaayy.. Ayy.. ay.. ¡Viejo asqueroso siento horrible.. ¡No se mueva por piedad, sáquelo.. ¡Sáquelo por favor.

Pero aquel miembro ya estaba alojado dentro de ella, esa terrible manguera negra y chueca ya se perdía entre sus voluminosas nalgas. La pobre se revoloteaba para todos lados.

- Así está bien, espera un momento y tu sola te vas a mover con mi verga dentro.

El conserje seguía, suda como animal, su tolete ya se movía dentro un poco mejor. El miró un poco a Mamá atraves del espejo, percatándose que ya no lloraba, solo estaba tratando de no moverse, recibiendo su verga. Entonces se le ocurrió otra idea para que ella alcanzara el disfrute total, y metiendo su mano por un lado de su cuerpo, buscó su rajita acariciándola, con el fin de calentarla y sintiera placer. La mano entonces llego a su destino, se incrustó en la cavidad delantera de mi Mamy, que al sentir los dedos moverse, al instante sintió una corriente eléctrica en todo el cuerpo. Los dedos en su vagina y la verga moviéndose dentro de su culo, habían hecho que casi al instante perdiera la razón.

Tito la tomó de las greñas con la mano libre del rostro hacía el espejo, para que ella pudiera ver cómo la tenía. Mamá con sus ojos azules llenos en lágrimas observó lo más terrible de la humillación que podían ver sus ojos, ¡No se lo podía creer, veía su hermosa cola separada y clavada por una larga verga negra de un asqueroso viejo flaco y sucio que sonreía con aire de victoria.

- ¡Aaahhh.. qu..qué.. que rico… ¡Oohhh…- gemía el desgraciado sosteniéndole la cabeza en alto, mientras le daba verga, entraba y salía ya de su ano sin ningún esfuerzo, su mano que estaba en la raja, ya estaba completamente empapada de fluidos, entraban y salían mientras el dedo gordo, le daba un masaje extra a su hinchado clítoris.

- .. ¡AYY!!.. ¡HOUU!!.. ¡HOAY!!.. ¡AAAHH!! ¡Ufff!!, ¡uffff!!... ¡Aah!, ¡Ah!, ¡Aah!..- intentaba Mamá respirar rápidamente soportando la profunda intrusión.

- ¡Que rico culo tienes mamasita.. y es mío ahora. Quieres más, pues páralo bien putita, páralo para tu macho Señora puta.-esas palabras le llegaron al alma, recordó que así mismo le había denominado el miserable de Vaez, “Sra Puta.”

El miserable entraba y salía con fuerza, Mamá ya solamente pensaba sin control, lo que le estaba haciendo ese horrible viejo que tenía detrás, y ella por su parte también sudando, recibiendo esa barra de carne entre sus nalgas.

Pero las duras fricciones que hacía aquella negra cosa en su intestino más las caricias en su rajita por cada vez que se las abrían para meterle los dedos estaban causando estragos en el sistema neuronal de mi Madre, ya que ahora ella notaba claramente las diferencias virilidades de sus anteriores violadores y sabía que esta las superaba a todas, por lo que su acalorada mente le aclaraba que ella como mujer perfectamente se la podía con vergotas de cualquier tamaño, pensamientos que poco a poco comenzaron a elevarle la temperatura, situación que la llevaron a envalentonarse y ponerse a gemir, a bufar para hacerle saber a su negro captor que ella ya había comenzado a disfrutar, o sea, Mamá otra vez ya estaba caliente.

- ¡Ahhhhhh… Ohhhhh… Señor Tito.. Su v-vergaaaa…- le dijo con sus ojos entrecerrados y ya prácticamente abandonada a la lujuria.

- ¿Te gusta?.. ¿te gusta que mi negra verga mamasita?- le preguntó el miserable quien seguía haciendo movimientos ondulatorios y de adentramiento intentando de una buena vez hondar.

- ¡Aargh.. es.. t-tan grandeeee…! ¡T-tan grandeeeeee…- le decía al mismo tiempo que comenzaba a débilmente a menear sus caderas al mismo vaivén en que se lo estaban haciendo.

- ¡Eso putita...! Así...!! así...!! te dije que te iba a gustar...!! Oohhh...!!! ¡Tomaa...!!! tomaaa…!!!- el negro estaba en la gloria al haber notado que aquella tremenda mujer de rasgos casi germánicos ya estaba caliente y aceptaba el acto del enculamiento junto a él.

En eso el Borre apareció, cargando unos botes de medicamentos.

- ¡Qué bárbaro Tito, te envidio.. mira que reventar esa cereza ¡Jejeje.. ¡Dale fuerte a esa perra.. que no se pueda sentar en un mes ¡Jejeje..- le celebraba el otro.

- Esta.. ¡Ooh, deliciosa la Doña.. me va.. ¡Oh!, ¡Me va a sacar toda.. la leche. ¡Ufff!!, ¡ufff!!...

El Borre había regresado de la cocina y con él traía unas botellas de medicamento, vertió dos botellas en un vaso y las mezcló, por el color verde me pareció que eran laxantes pero no estaba muy seguro. El tipo los mezcló y le cerró la nariz a Beatriz haciendo que la pobre tuviera que abrir la boca para poder respirar. Todo el vaso fue vertido en la boca de la Madre de Randy haciendo que ella tuviera que tragarlo para no asfixiarse.

Inútilmente intentaba de mover su cabeza para zafarse pero le era imposible, las manos del Borre la tenían bien sujeta del cuello. El desgraciado todavía con su dedo metía el líquido que había escurrido por las coyunturas de la boca, haciendo que Beatriz no desperdiciara nada.

- .. ¡Arrrgggghhhh!! ¡AAHH!!... ¡Coff!, ¡coff! .. ¿¡Q-que me diste desgraciado!?..

- Nada pendeja.. sólo te preparé un licuadito. No te asustes, es sólo para limpiar tu pancita.. ¿no querrás manchar mi verga cuando te la clave toda?, ¿verdad? ¡Jejeje..

- ¡Maldito.. ¡me enfermaste, desgraciado..

Lo que me supuse, era un tipo de laxante para limpiar el intestino de Beatriz. Ella no sabía lo que se le venía, el tipo pretendía dejarla sentada con su culo totalmente tapado mientras sus intestinos trabajaría al máximo, eso le provocaría unas sensaciones nunca antes vividas para la pobre Beatriz. El Borre se fue a la barra para relajarse un poco mientras esperaba que su víctima diera los primeros síntomas.

Con una copa del carísimo licor de mi Padre veía a su presa incomoda por el aparato que le había sambutido en el culo, mientras por el otro lado veía a su compañero arremetiendo contra esas enormes carnes.

- ¡AYY!!.. ¡Para, para ya.. ¡Me vas a partir, desgraciado.. ¡AAARRGGHHH!!

¡PLOOFF!!, ¡PLAFF!!, ¡PLOOFF!! Ese ruido era el que producía Mamá con sus glúteos, mientras sentía cómo ese chueco miembro se acomodaba en sus entrañas enchuecándole los intestinos. Tito comenzó a moverse mucho más fuerte contra ella, mientras gritaba de gozo y decía:

- .. ¡Ooohhh!! ..¡Tómala mamasita ¡Aaahh!!. ¡Que rico se ve tu culito ensartado.. ¡OOhhhh!! ..siempre había soñado este momento ¡Asiiiii!! ¡Oohhhh!!

Ambas Señoras se veían así mismas mientras lloraban y gritaban de dolor y humillación, mientras los sujetos gozaban a más no poder teniendo sus cuerpos a su disposición y aprovechándolos completamente. El Tito comenzó un movimiento desenfrenado, puso sus manos negras y huesudas sobre su espalda y se montó sobre ella aplastándola, su pelvis se movía violentamente contra Mamá, mientras que gritaba fuertemente:

- ¡Que culooo.. ¡Que culoooo!! ..¡Que nalgas tan infernales tiene Señora, por Diosss.. ¡Uff!!, ¡ufff!! ..

Por toda la sala se escuchaba ese asqueroso “¡Plop!, ¡Plap!, ¡Plop!” Por las estocadas salvajes que recibía mi Madre por mi culpa. Los cachetes de su trasero vibraban con cada penetración. Tito estaba todo transpirado y medio cansado, pero seguía gozando y gritándole de cosas:

- ¡Se ve más linda así Señora.. ¡con un verdadero macho clavándola todaaa.. ¡Ooohhh, ¡Que rico me lo aprietas, ¡este culo es mío!! ¡Es mioooo!!

El desgraciado conserje ahora la culeaba como desesperado, ya que nunca en su miserable vida habría imaginado tener a su merced a una mujer como ella y cogiéndosela tal como él lo estaba haciendo y menos que ella misma fuese quien lo aceptara tal como lo empezaba hacer Mamá moviendo las caderas, con su cuerpo moviéndolo exquisitamente abajo del macho en forma instintivamente copulatoria.


El asqueroso negro aullaba de placer, estaba cómo loco taladrándole el recto a mi Madre, con sus huesudas manos abría los cachetes al máximo para metérsela más adentro. Se detuvo un momento y sacando su manguera negra le enseñó el agujero abierto al Borre que seguía tomando en la barra.

- ¡Mira Borre.. cómo le he dejado el culo a esta hermosura de Doña ¡Jajaja.. Ya no batallara para cagar ¡Jajaja..

- ¡Qué bárbaro, Flaco.. le podía entrar hasta un camión por la cola ¡Jejeje..

El trasero de Mamá estaba coloradísimo y se mantenía abierto cómo unas 2 pulgadas, ella trataba de cerrarlo pero el culo ya no le respondía, las ligas anales se le habían vencido. El Borre viendo la escena se empalmó nuevamente y se dirigió a Mamá para que lo chupara.

- ¿Sabes que Tito?.. los gritos y las nalgas de esta vieja ya me volvieron a empalmar. ¿Me prestas su boquita?

- ¡Pues para esos somos compadres Borre.. para compartir. ¡Éntrele Compadre, ¡Jajaja..

No le pidieron opinión a Mamá, el tipo se colocó frente a ella y le pasó la verga por los labios, el ver que ella no los abría la tomó de las greñas y la hizo voltear a verlo:

- ¡Chúpala.. y no te quejes porque te pongo cómo tú amiga.

Mamá volteó a ver a Beatriz que con lágrimas en los ojos le decía que no lo hiciera, pero ella sabía que estos malnacidos la lastimarían y de todas formas la obligarían, así que ya con su orgullo doblegado abrió la boca permitiendo que esa gorda carne entrara por su garganta. Los desgraciados se sincronizaban para joderla, mientras el Tito le sambutía la verga hasta las entrañas, el Borre sacaba su verga hasta la cabeza, y mientras este se la metía hasta la garganta, el Flaco la sacaba hasta la punta. 

Así estuvieron por lo menos 15 minutos, aplastándola y penetrándola violentamente por ambos extremos, cuando de repente gritó el negro:

- ¡Prepárate mamasita.. ¡te voy a llenar las tripitas de leche..- y gritó.- ¡Ooohhhhhhh!!..

Mamá sintió cómo un chorro de semen caliente invadía su interior y le llenaba los intestinos, el desgraciado negro se estaba viniendo entre sus tripas a gritos, cómo si el alma se le estuviera yendo del cuerpo. Después sacó su miembro dirigiendo las siguientes descargas hacía sus nalgas, se las baño de semen, y cómo si no fuera suficiente humillación la empezó a esparcir y a golpearlas con su verga en todo el contorno de su trasero.

Luego cayó rendido agitado a su costado, mientras que ella no podía hacer nada, estaba muerta de dolor, sentía su trasero arder, pero no se podía quejar ya que el Borre seguía arremetiendo contra su boquita.

- ¿Me la presta compadre?.. ¡Yo también le quiero dar..

- ¡Es toda suya compadre.. nomás no se vaya a embarrar ¡Jajaja..

- ¡Pues seremos compadres de leche también.. ¡Jejeje..

El tipo sin importarle la leche de su compinche se dirigió al maltrecho culo de Mamá para también sodomizarla, ella ya no tenía fuerza para resistirse, estaba agotada con su cara sobre el sillón. El desgraciado Borre la agarró cómo muñequita de las caderas acercándolas para ser penetrada. Enfiló su gorda cosa escupiéndosela en la punta y sin miramientos se la dejo ir de una.

- ¡Mmmrrgg..- un ahogado grito quedó muerto en el sillón. Mi Madre había sido nuevamente empalada por su trasero, la verga del Borre era mucho más ancha, la cara de Mamá se deformó por las dimensiones de su agresor.

El tipo la levantó de las greñas para que volteara a ver a su amiga.

- ¡Haber perrita.. porque no le cuentas a tu amiguita cómo te estoy abriendo la cola ¡Jejeje..

El Borre quería seguir humillando a las dos pobres mujeres, ahora quería acabar con la poca dignidad que les quedaba. Con una tremenda cachetada en un glúteo hizo que Mamá respondiera:

- .. ¡Arrggghhh!! ¡M-me esta.. me esta partiendoo, ..el culoooo ¡Arrgghhhhh!!- gritaba mi Madre por el dolor de su orto.

- ¡Dileee.. ¡cuéntale a tu amiguita cuanto te gusta, ¡Anda..

Mamá no respondía a eso, cómo quería que le dijera que le gustaba si la estaba matando por dentro. El Borre no satisfecho por el silencio la levantó entre sus brazos dejando a Mamá ensartada en el aire con sus patas abiertas. Con su verga hasta los güevos caminó hacia dónde estaba Beatriz, la colocó frente a ella y la empezó a subir y a bajar sobre su mástil. Mamá para no caerse tuvo que estirar un brazo para cruzarlo sobre el cuello de su agresor, Beatriz tenía una perfecta visión de su amiga siendo empalada por ese sujeto.

- .. ¡AAYY!!.. ¡AAAHH!!.. ¡NOO.. ¡Bájame.. me partes, ¡NOGH!!

- ¡Anda babosa.. dile a tu amiguita de lo que se está perdiendo.

Mamá sabía que si no lo hacía seguiría sufriendo, así que abriendo los ojos y entre lágrimas le grito a su amiga:

- .. ¡AAAHH!.. ¡SSiiiii!!.. te estas per.. te estás perdiendo.. de una .. de una gran ver... ¡de una verga grande! Dile que te, que te la meta tambiénnn.. ¡AYY!!.. que te.. que te parta con su nabo también  ¡AAAAHH!!.. no puedo maaaaa... ¡AAYYY!!.. ¡Ya por favor, yaaahhh!!

Ya complacido la bajó de sus brazos y la colocó de rodillas frente a Beatriz, Mamá se agarraba de su amiga mientras el tipo le escupía el ojete. Nuevamente le volvió a empujar el nabo hasta los güevos.

-.. ¡Ummm!! ¡AAAHHH!!.. ¡NOO!!.. ¡Ya déjame, me ardeee.. ¡Esto.. es.. demasiado dolorrr!!.. ¡Arrrgghhh!!

- ¡Tomaaa… to…maaaa…- le gritaba el obeso como un verdadero poseído en el momento en que se dejaba caer sobre ella entrecortando sus palabras con cada feroz apuntalamiento que le propinaba.

- ¡Ahhh… Ahhhhh… Ya noo no.. nooooo…

La brutal enculada estaba siendo interminable y Mamá no paraba de gritar a la misma vez que jadeaba como una loca debajo del cuerpo del concentrado Borre que no paraba de ensartarla con furiosos enviones haciendo creer a Mamá que en cualquier momento le sacaría su verga por la boca. El caliente gordo estrujaba con ansias el portentoso cuerpo de mi Madre que de a ratos ella no llegaba a tener contacto con su amiga ya que al estar siendo sujetada desde las nalgas por él quedaba suspendida con todas sus curvas en el aire y apoyada al suelo solamente con sus rodillas manteniéndose ensartada y moviéndola frenéticamente con su cosa de carne bien metida en lo más profundo de su ser.

El Borre pretendía humillarlas. Retiraba su estaca hasta casi sacarla del todo y se la metía hasta el fondo, haciendo presión como si quisiera ir más allá de lo que físicamente era posible al grito de "tómala puta". Mamá gritaba de dolor. El despiadado gordo le metía su rabo hasta lo más profundo y se quedaba inerte por segundos, después daba paso a una enculada intensa ante la atenta mirada de Beatriz.

El Borre le ponía la cara frente a frente a escasos centímetros. Lo único que indicaba rabia en el rostro de mi Madre eran sus cejas, pues la boca abierta al máximo ocupaba gran parte de su rostro.

- ¿Te gusta pendeja? ¿Te gusta cómo te enculo?.. ¿Qué? No entiendo. ¡Jejeje..

El desgraciado animal no perdía el tiempo para humillarlas además de violarlas. Era su seña de identidad y se excitaba más con ello. El esfínter de Mamá ya hacía unos minutos que se había acostumbrado aquellas vergas. Reconocía sus longitudes, anchuras y durezas, y recibía esta como su huésped sin oposición, ensanchando su camino en la medida de lo posible y envolviendo aquel glande que emanaba líquidos que se unían a sus flujos. Mamá no pudo evitar empezar a gemir. Con la boca abierta le costaba más aguantarse y, desde luego, aquel cerdo era más que experimentado y sabía lo que se hacía. Movía la verga en círculos al final del recorrido de la enculada, la sacaba del todo y metía varios picotazos golpeando su sensible y dolorido esfínter.


Aquello además de dolor provocaba que los flujos fueran más abundantes. Los cambios de ritmo tenían Mamá poco a poco excitándose y contra su voluntad, no pudo evitar un orgasmo que el inmundo gordo disfrutó en su glande por las presiones que su recto provocaba en sus contracciones.

- ¡Jejeje.. ¡Mira Tito, mira cómo se retuerce.. su cara dice no, pero su cuerpo dice síii. ¡Jejejeje..

Mamá avergonzada y con su rostro enrojecido alejaba su mirada a la de su amiga. Se había corrido de nuevo siendo violada por aquel cerdo y esta vez ante los ojos de su querida amiga, y que estaba a solo centímetros de su cuerpo. ¿Cómo puedo ser tan puta?- quizás pensaba.- ¡Me he vuelto a venir noo! ¡Si me están violando!!- pensaba angustiada la pobre dueña de la casa.

Hasta que el fiero obeso sintió que de un momento a otro procedería a llenar con su caliente simiente aquel rosado orificio que se estaba cogiendo con su gorda y bien parada verga.

- ¡Ohhh.. putitaaa.. falta pocooo. ¡Te llenare de leche la panza.. tu blanco culo remilgado quedará bien rebosado de nuestros mocos.. ¡Argghhhh.. Los quieresss pendeja…!!??

A Mamá no le quedó de otra que alentarlo a ya terminar.

- ¡Siiiiii.. ¡Aaahhh… ¡Quiero.. todos esos mocos muy adentro de mi blanco trasero remilgado.. ¡Ahhhhh.. que brutoooo.. ¡Ahhhhhh… Que salvajeeee.. Ooohhhh…!!!

- ¡Ohhhhh.. ¡Putaaaa… que buena eres para culiarrr… me voy a venir pendeja.. te los voy a echar adentro putita... ¡Aaaahhhh.. te voy a llenar toda con mis mocos que vas a durar días cagando lecheee.. ¿los quieresssss…!!!?

- ¡Siiiiiiiiiiii…- gritaba Mamá viendo a su amiga casi con odio.- ¡Ohhhh.. Llenameee.. que yo quiero cagar lecheee.. échame adentro de mi cuerpo todosss.. ¡Ohhhh Diossss… Diossssss…- bufaba Mamá llena de rabia e impotencia, quizás dolida mentalmente por haberse excitado.

En ese mismo momento el gordo Borre enterándose por la misma rubia de que ella estaba dispuesta a defecar todos sus mocos según se lo había gritado lujuriosamente, empuñó sus manos en los dorados cabellos de Mamá aferrándose a ellos en un acto netamente demencial, mientras que ella quien seguía sin separar la vista de su amiga experimentaba que los duros empellones que ahora le mandaban eran cada vez más firmes y más profundos, hasta que con sus nórdicas facciones con señas claras de un ardiente regocijo, sintió otra torrencial inyección de fluidos calientes dentro de su recto, cayendo en cuenta de lo obvio, el Borre como al igual que su amigo estaba eyaculando al interior de su intestino.

Beatriz quien miraba de cerca e impactada de cómo su mejor amiga desfiguraba su rostro a cada estocada, el tipo dio 5 o 6 estocadas más y cuando eyaculaba la sacó de golpe para pajearse. El cerdo lanzó unos tremendos chorretones blancos que cruzaron toda la espalda de Mamá y cayeron en el rostro de Beatriz. La flamante Esposa del Gobernador había sido testigo y marcada de la violenta enculada de su amiga. Mi Mamá deshecha cayó sobre los pies de su amiga ambas sujetándose la mano y se encogió en posición fetal. Estos tipos la habían violado y sodomizado de una manera brutal.

El desgraciado Borre y a pesar que no hace un par de horas había eyaculado, parecía que llevaba sin hacerlo desde años porque prácticamente las había roseado a las dos y parte salía del ano de mi Madre cayendo al suelo y mojando donde ella se mantenía desfallecida. El cerdo se separó de ambas y viendo que le había quedado algo de semen en la verga, se la limpió con la mano y se la embarraba Beatriz en las piernas, que recibía aquella asquerosa crema inmóvil y asustada después de la enculada terrible con la que había hecho añicos a su amiga.

El cerdo, ya con la verga flácida se fue a los sillones junto a su amigo, dejando a mi Madre deshecha y a Beatriz embarrada. Mamá quedó en el suelo como una muñeca vieja, sin fuerza y goteando semen por la cola que caía sobre el suelo del salón y a los pies de su amiga. El Borre ya sin fuerza se quedó en sillón para descansar con su amigo el negro, los dos fatigados yacían tirados sobre el sofá con sus trancas en sus costados muertas, mientras Beatriz observaba con sus ojos cubiertos de lágrimas a su mejor amiga que se encogía en sus pies. El esfínter de Mamá trataba de cerrarse pero le era imposible, el culo lo tenía acabado, sus músculos anales ya no le respondían, tenía el aro tremendamente colorado.

Beatriz sabía que en cuanto los desgraciados descansaran sería su turno, con horror miraba a esos seres tan asquerosos que en cuanto se repusieran le darían caña hasta por debajo de la lengua. En eso, empezó a sentir algo en sus entrañas, sus tripas empezaba a crujir, un terrible dolor de estómago la invadió, le empezaron a dar ganas de ir al baño, de defecar, pero no quería hacer ruido, no quería llamar la atención de esos desgraciados.

La brutalidad con la que Mamá había sido enculada me había dejado impactado, pero algo.. algo muy en el fondo de mí esperaba con ansia que esos desgraciados despertaran, para ver lo que le tendrían planeado con la pobre Beatriz, la Mamá del fanfarrón de Randy..  



Continuara brevemente.............ATTE Pedrito Tapia

© MI MADRE Mónica.......... Capitulo (10)

PD.... No se olviden de valorar el relato y escribir su recado para motivarme a contarles más... les mando un cordial saludo.... 
pedritapia08@hotmail.com