Translate

lunes, noviembre 19, 2012

Capitulo (36)



© MI MADRE Mónica.......... Capitulo (36)

‘‘Proyecto de Ciencias, ..Haciendo la Tarea en casa.’’


Cuando abrí los ojos creía que todo aquello había sido una horrible pesadilla, y no era para más, ver a tu Madre a cuatro patas comportandose cómo una Perra no era cualquier cosa. Abrí los ojos y observé mi reloj, ¡marcaban las 6.00 de la tarde!, me había quedado profundamente dormido cerca de dos horas. Estaba entumido, cansado y con una terrible conciencia que me estaba atormentando. Levanté mi laptop para observar si ya el viejo se había ido. Que equivocado estaba, caí en mi realidad. El desgraciado Cubano seguía hechadote sobre la gran cama de mis Padre. Mi Madre estaba ahora sobre el viejo cómo cuando un bebé duerme encima del pecho de su Padre, era increíble ver el hermoso y blanco cuerpo de mi Madre sobre la morena y madura corpulencia del Cubano, que dormía cómo un Oso resoplando fuertemente como un león.

Observé por unos minutos hasta que mi Madre poco a poco volvió en sí, abrió los ojos y se topó con su cruda realidad, se encontraba en su flamante cama matrimonial, arropada solamente con sus braguitas blancas que no recordaba poseer porque el viejo se las había despedazado con su navaja. Totalmente desmarejada, con el cabello revuelto y en su lindo rostro marcaba los rastros de la batalla. Se levantó para mirar el reloj, seguramente suponia que yo no tardaría a llegar. Abrió las piernas para revisarse pero con un fuerte escozor en su cuquita y culito inmediatamente le hicieron recordar lo sucedido. A su lado estaba el vibrador y ese viejo que resoplaba cómo un león placidamente. Enseguida se puso de pie y se metió a bañar, pensando que con eso quitaria todo resquicio de ese asqueroso viejo.

Cuando mi Madre salió de bañar el viejo ya la esperaba fumando un cigarrillo.

-‘‘Estamos locos, Don Mario, ..esto no puede ser y usted lo sabe ’’.

-‘‘No pasa na'a, Güerita, ..sólo no' estamo' diviltiendo un poco. Tu la hace' de mi Perrita y yo de tu Amo, ..cómo si fue'a un teatro ’’.

-‘‘Por favor, Don Mario, ..esto es una locura. Usted podría, ..este, podría ser mi Padre. Si mi hijo o algún vecino lo supiera, bueno, mejor no pensarlo ’’.

-‘‘Solo nos diveltimo, ..nadie tiene que entera'se. Ven, dame un beso ’’. Le dijo mientras apagaba el cigarrillo.

El viejo se incorporó para apoyar la espalda en el cabecero de la cama. Mamá se acercó a paso lento, se fijó en su verga flácida echada a un lado. Mi Madre entró en la cama caminando hacia él a cuatro patas, para besarlo, sus dos tetas rozaron los pectorales peludos del Portero. Se dieron un beso apasionado y un abrazo, después ella se sentó sobre sus talones, estaba pensativa, talvez analizando esa inimaginable relación.

-‘‘T, tengo miedo, Don Mario ’’. Le confesó Mamá pasando las yemas de sus dedos por los muslos robustos del viejo. 

-‘‘No te preocupe, chica ..ya te lo he dicho. Solo nos estamo diviltiendo ’’.

El Cubano se bajó de la cama y caminó hacia la cómoda. Mamá le siguió con la mirada, fijándose en su cuerpo moreno y robusto, en cómo los güevos se mecían y le botaban en cada paso. Vio que se detenía frente al espejo y tomaba el paquete de cigarrillos para encenderse otro. ( Cuanto había cambiado Mamá, antes sería imposible que alguien fumara cerca de ella, ahora hasta en su propia habitación lo permitía ) Mamá se acercó a él por detrás y lo abrazó deslizando sus palmas por aquellos pectorales duros y peludos. Mi Madre le soplaba el aliento en la nuca y sus tetas se aplastaban contra su espalda. También rosaba su vello vaginal sobre las mazisas nalgas del viejo.

-‘‘¡Por dios, Don Mario! ..qué ha hecho conmigo. Me vuelve loca ’’.

No lo podia creer, Mamá seguía muy cachonda. Sólo había que ver su entrega, su docilidad, hasta parecía que ya lo amaba. Sus manos delicadas que acariciaban sus pectorales fueron deslizándose por la barriga en dirección a las bolas. ¡No se había llenado con todo lo anterior, aún deseaba más! Con la palma de su mano comenzó a sobarle los güevos, los estrujaba con suavidad, y con la otra le sujetaba la verga para sacudirla violentamente. Mientras le masturbaba, lo besaba por los hombros y la nuca. El viejo trató de relajarse y le dio un toque a su cigarrillo, lo había logrado, tenía a la mujer más hermosa de la Colonia haciéndole una puñeta. Don Mario miró hacia el espejo y vio cómo esas suaves manos actuaban sobre sus enormes güevos colgantes y su apenas reactiva verga, se sentía el hombre más afortunado del mundo. En su cochina vida jamás imaginó tener una hembra así.

Ahí estaba mi Madre, su Perra, con la que nunca imaginó, haciéndole una paja. Encendida por el placer, quería comportarse bien, quería satisfacerlo, quería darle el máximo gozo cómo él antes lo hizo con ella.

-‘‘¡Ohhh! Ere increíble, ..me quie'e deja' sin lechita para que no le de ma' a mis otra Perras de esta Colonia ’’.

-‘‘Si Don Mario, ..usted es mío, no voy a dejar que otra cusca me lo quite. Ella no le hacen esto...’’

Mamá se fue arrodillando poco a poco sin parar de besarle por toda la espalda. Quedó hincada frente a su trasero maziso y peludo, luego sin que el viejo y yo jamás lo hubieramos imaginado, comenzó a besarle con suaves besos ambas nalgas. El Cubano entendió de inmediato las intenciones de mi Madre, y con una sonrisa complice se inclinó sobre la cómoda para que su Perra le lamiera mejor. Entonces, Mamá, ante mi mirada de asombro se lanzó a chuparle el culo. Hundió su bello rostro en aquella raja peluda y sacó la lengüa para lamerle el maloliente y sudoroso ano.

-‘‘¡Ohhh! ¡Ere increíble!, ¡OOOAAAAAHHHHH!! ’’ Exclamó el viejo al sentir aquella húmeda lengüa en su asqueroso trasero.

Los güevos del Cubano se mecían ante su barbilla, porque él había comenzado a sacudírsela. Mamá le lamía con la punta de la lengüa mientras procuraba abrirle las nalgas con ambas manos. Continuó así por un rato, lamiendo más abajo hasta meterse bajo sus piernas para chuparle los cojones. Don Mario se sacudía la verga y ella chupeteaba cómo una Perra mediante a fuertes lametones. Después apartó la cabeza para salir de entre las piernas, sus babas colgaban oscilando de los güevos y goteaban al suelo.

Mamá salió de entre sus piernas para situarse nuevamente detrás de él. De nuevo sus labios se deslizaron por ambas nalgas y fueron subiendo hacia la cintura. Volvió a abrazarle aplastando sus tetas contra la ancha espalda del viejo. Él se soltó la verga hinchada y entonces Mamá la agarró con las dos manos para agitarla aceleradamente. El Portero comenzó a jadear cómo un perro, Mamá sacudía con fuerza, esta vez con la mano izquierda sobando los güevos húmedos de su propia saliva. El viejo no aguantó más y su verga comenzó a escupir leche sobre la superficie del espejo, aunque en menor cantidad ya que Mamá se había encargado de secarle los güevos anteriormente. Algunas gotas salpicaron el retrato de bodas dónde Mamá aparecía junto a mi Padre. Tras escurrirla, mi Madre se apartó y él se volvió. Respiraba con dificultad fruto del placer. Le estampó un beso en la frente y le acarició la barbilla cómo una niña chiquita.

 -‘‘Me gustaría seguí montandote, pero son má de la 6 y tu chiquillo no taldara en llega'. Ademá, ya tengo una edad y no me he tomado la pastillita azule ¡Je je!.. Ya sabra' de mi ma' adelante, ...pol lo pronto descansa, ..lo necesitará ¡Je, je, je!..’’ Le comentó mientras acababa de vestirse y de recoger sus cosas. 

-‘‘¡Si mi amor!, te estaré esperando, ..me vuelves loca ’’.

Le acompañó hasta la puerta y el viejo la besó en las mejillas antes de salir. Cuando Mamá cerró la puerta, apoyó la espalda en la pared con los ojos cerrados, emitiendo un suspiro profundo. Qué pasada, qué morbo tan grande, pero qué riesgo estaba corriendo al jugar con el Portero, el tipo de rasgos duros y frios que cuidaba el fraccionamiento, quince años mayor que ella, en su propia casa. Seguro que ya pensaba que era una Puta impresionante, una guarra de las peores, dispuesta a prestarse a cualquier marranada. Se miró y se vio los muslos manchados de la entrepierna, frutó del derramamiento de flujos vaginales. Qué caliente la había puesto el muy cabrón. Tenía el sabor de los güevos metido en la lengua, así como el sabor del semen. Recogió la bandeja con el unico alimento que había alcanzado a ingerir, y en la cocina alineó los platos y las latas de cervesa que había bebido, todo para que yo no sospechara nada.

Subió a su dormitorio, se detuvo desnuda frente al espejo. Ella se fijó en el consolador y en sus pantaletas rotas tiradas por el suelo, en las gotitas dispersas por la superficie del espejo. Cayó sentada encima de la cama y se llevó las manos a la cabeza con nerviosismo. Qué había hecho, estaba cometiendo una locura, un error que de salir a la luz terminaría con su imagen intachable de mujer perfecta. Pensó en su Marido, en mi Padre, en su hijo, la morbosidad le había vencido.

Rápidamente salí por mi ventana para darle la vuelta a la casa y entrar por la puerta, pero antes me alejé un par de cuadras para darle un tiempo, por fortuna no me encontré al viejo, si no estaría mofandose de mí y de todas las guarradas que le había hecho a mi Madre. Me espere cerca de 15 minutos para regresar, el tiempo para que mi Madre se repusiera y yo no levantara sospechas. Cuando lo hicé Mamá bajaba nuevamente por las escaleras hacía la sala envuelta en su bata de seda gris, radiante, recién bañada y perfumada. Aunque no había forma de que sus pezones dejaran de estar en punta, los tenía como pitones y seguramente que le ardían de las lamidas y besos que le había dado el Portero, el simple roce con la seda de la bata hacía que se le notaran que siempre estaban duros y parados, la tarde caliente que había tenido la hacía ver muy femenina y muy hembra, el buen sexo así la ponía. Seguramente que pensaba que yo jamás me enteraría de las cosas que había hecho y le hicieron.

-‘‘¡Hola mi amor!, ¿como te fue? ’’.

-‘‘Bien Má, ..me divertí mucho ’’.

-‘‘¿Te divertiste?, ..¿que no fuiste hacer tareas? ’’.

-‘‘Di, digo que me divierte hacerla con mis amigos, ..proyectos de ciencias, ya sabes. ¿Y a ti como te fue? ’’.

-‘‘¿Yo?, ..s, salí a hacer unas compras para distraerme un poco, ..vengo toda cansada, llegando me di una ducha para recuperarme ’’. Me decía inventando cualquier cosa.

-‘‘¿Y que compraste?, ..esto ’’. Le dije señalando la pala de ping pong que estaba tirada debajo de la mesita de centro donde ella había permenecido a cuatro patas mientras el viejo la castigaba.

-‘‘¿Eh, eso?, ..no, no que va. Mejor cuentame que más hiciste el resto de la tarde ’’. Disimuladamente la levantó y se la llevó a la cocina, seguramente se moria de hambre ya que de inmediato preparó algo de comer para mi y para ella.

Comimos en silencio, a ella seguramente los remordimientos la acechaban, cómo era posible que un viejo desagradable cómo el Cubano la hubiera tratado cómo una mascota. La cena me calló de peso, lo que me hizo que de inmediato cayera en un profundo sueño, este día había visto el lado sumiso de mi Madre, su entrega total ante las perverciones de aquel viejo. Dormí cómo un bebé ese día, me había pasado casi todo el día en mi closet, mi cuerpo estaba adolorido, pero me dolian más las palabras últimas de mi Madre ‘‘¡Si mi amor!, te estaré esperando, ..me vuelves loca’’ ¿A caso mi Madre se estaba enamorando del viejo? No, eso jamás, ni dios lo mande. No lo permitiría, tenía que hacer algo para deshacerme de ese viejo.

.....

Al otro día fuí con el viejo, tenía que enfrentarlo para decirle que la dejara en paz, que se alejara de nuestras vidas para siempre. El viejo estaba sentado en su silla fuera de su caseta, estaba dormido y con una de sus cochinas revistas tapandose la cara, en cuanto me acerqué despertó, con una sonrisa burlona me dijo:

-‘‘¡Que hay chamaco! ..¿dime una cosa? ¿Te gustó lo que viste? ’’. Nuevamente sus lacerantes comentarios.

-‘‘¡Quiero que deje a mi Mami en paz!, ..¿cuanto quiere para dejarla? ’’.

-‘‘¡Je, je, je!.. Dime, ¿cuanto plata me puedes dal? ’’.

-‘‘T, tengo una cuenta especial para mi Universidad, ..si se la doy, ¿dejaría a mi Mami en paz? ’’.

-‘‘¡Je, je, je!.. Si eso me lo hubiera' propuesto ante' lo haría, ..¿pero sabe' qué?. Gualda tu plata. Tu Mami tiene mucho pontencial, ..me encanta que sea mi Perrita, jamá tuve una mascotica tan cariñosa, ..talve' hasta llege a sel tu Padrastro ¡Je, je, je!..’’

-‘‘¡Eso jamás!, ..nunca lo permitiría. Antes lo mato ’’. Lo enfrente furioso.

-‘‘¡Uyuyuiii!.. ¿Y que me va hace' un mocoso pajero cómo tú? ¿Dime, tu Mami sabe que te empalma cuando la montan? ¡Je, je, je!.. No te meta en mi asuntos mocoso, polque puedo hacele cositas muy desagradables a tu Mamita, ..cositas que a ti no te van a gusta'. Ten, mira tengo una cartica que quiero que le mande a tu Mamita, ..la deje' abielta para que la leas y te entere. Entregasela a tu Mamita o ella sabla de lo que hace su hijito cuando ella se divielte ¡Je, je, je!..’’

 -‘‘No se atreverá, ..le diré a todos que usted se acuesta con todas las mujeres de esta Colonia. Lo correrán y lo sacarán a patadas de aqui ’’. Le amenacé.

 -‘‘¡Je, je, je!.. Hazlo y todos sabran lo putica que es tu Mamita, ..que se la dá de tan refinadita y recatada ¡Je, je, je!.. No te atreverá, tu tiene ma' de pelde' que pensaria todos que el pequeño Pedrito tiene afisione' de ve' a su Mamita hechando pata ¡Je, je, je!..’’

Yo no aguanté y empezé a llorar, sentia una rabia por no poder hacer nada, por no poder alejar ese pervertido de mi Mami. Salí corriendo de ese lugar, ese malnacido me había vencido nuevamente, no tenía otra salida, con el llanto en los ojos llevaba empuñado con rabia la carta que el muy sinvergüenza me había obligado a llevarsela a mi Madre. No sabía si debía entregarsela o no, seguramente era otro de sus pervertidos juegos. Con los ojos llenos en lágrimas saqué la carta del sobre y empezé a leer. En el sobre había escrito en letras grandes ‘‘ParA MI MasCotiCA’’ y dentro le dejaba las siguientes instrucciones ( lo traduciré para ustedes ya que el mendigo viejo jamás había ido a la escuela ) :

‘‘ Como recordarás, querida Perrita, el día de ayer te lo pasaste muy bien. Ahora, te tengo un nuevo juego. Quiero que sigas mis instrucciones al pie de la letra y cumplas en todo momento con lo que se te ordena. Si te ves incapaz de llevar a cabo lo que se te ordena, cerraremos el asunto y eso no creo que te guste demasiado…

Bien. En primer lugar, quiero que te vistas demasiado sexy, es muy importante que te esmeres en ir provocativa, cómo si fueras a salir de noche, pero muy Putica. Tal vez una playerita cortita, una minifalda chiquita, la más pequeña que tengas, sorprendenme, quizás unas sandalias altas y unas medias de ricachona Putica, yo te estaré checando. 

- Si crees que se me olvida algo. No, no se me ha olvidado nada. No quiero que lleves pantaletas ni chicheros. 

Quiero que te dirijas a un centro comercial, el que quieras. Lo haras a medio día, a esa hora ya habrá bastante gente. Una vez allí tienes que cumplir estas pruebas:

1.-Deberás pasear por todo el centro comercial. Bajar y subir escaleras, entrar en tiendas, en definitiva mostrarte y sobre todo, mostrar tu chochita a todo el que quiera verla. Te dejo libertad absoluta para deambular y lucirte. Disimuladamente claro esta. Te sentarás en una cafetería e incitarás a quién tu elijas y sólo pasarás la prueba si consigues provocar que se le pare a quién o a quienes hayas decidido excitar.

2.-Una vez terminada esta prueba. Te dirigirás a la sección de lencería del centro comercial. Seleccionaras dos o tres conjuntos que tu creas suficientemente provocativos y escogerás dos tallas menos de las que usas normalmente. Con ellas, te dirigirás a los probadores y deberás escoger alguno que este cerca de dónde allá algún chico o el mismo vendedor de la tienda. Dejarás la cortina del probador unos centímetros abierta, lo suficiente cómo para que no parezca premeditado, y le permitirás ver cómo te cambias de ropa lo más explícitamente posible. El objetivo es, de nuevo, que un bulto aparezca en su pantalón.

3.-Una vez hayas conseguido la anterior prueba deberás salir del probador con la tanga o braguitas que más te hayan excitado. Las meteras a tu bolso y no las pagaras, así cuando pases por la salida la alarma sonará y deberás acompañar al vigilante o al vendedor a la oficina para que te revise. En todo momento negarás que has robado nada y deberás dejar que sea él el que te demuestre el delito. El objetivo es, de nuevo, provocar una gran erección en el vigilante, aunque es posible que te pida algo más. Si te ordena que hagas algo deberás hacerlo.

4.Como último deberas salir he incitar a un tipo, para que te siga, no se cómo le hagas, lo dejo a tu imaginación. Debera de seguirte al cine, procura que sea en una sala vacia, busca una película extranjera que no tenga mucha demanda. Te sentaras en la butaca de arriba hacia una de las orillas de la sala, deberas hacer que el tipo te siga en todo momento. Ya estando ahí, deberas sacarte el conjunto que te llevaste y meterlo en tu bolso, abusada, todo esto deberas hacerlo incitando al tipo que hayas elegido.

Como última condición te impongo las reglas que deberás cumplir en todo momento:

1.-No puedes decir que se trata de un juego.
2.-No protestaría mis decisiones.
3.-No puedes dejar que te cojan.

Yo iré esa tarde para saber cómo te fue.

Un beso y hasta entonces.

Tu Amo. ’’

En definita, era otro pervertido juego del viejo, ¿cómo creía que mi Madre podía hacer eso? ¡Acaso estaba demente!, ella jamás haría todas esas cosas. Mi Madre, la mujer más hermosa de esta ciudad prestandose para ese tipo de perverciones, jamás lo permitiría. Me dirigí a mi casa, no se la entregé, tomé toda la correspondencia del buzón y la mesclé con la carta del viejo, despúes la puse en la mesilla del salón y estuve pendiente para cuando mi Madre la encontrara.

Como a medio día, mi Madre anduvo recogiendo las cosas, lo que provocó que observara la correspondencia. Yo estaba muy pendiente en su reacción, estaba seguro que Mamá lo reprocharía, jamás iría Mamá a excibirse a un centro comercial, y mucho menos hacer todas aquellas cosas que al pervertido viejo se le habían ocurrido. Como me imaginé, Mamá quedó muy sorprendida al leerlo, primero revisó las facturas y algunas propagandas, pero al ver la carta del viejo enseguida cambio su semblante, volteó a verme enseguida, quizás para notar mi reacción, pero cómo yo ya iba un paso adelante de ella, me hice el despistado volteando hacía el otro lado, luego ella completamente segura de mi ignorancia me dió la espalda para ocultar de mi la dichosa carta.

Cuando terminó de leer el escrito su corazón se puso a mil, su piel se había erizado y empezaba a sentir humedad en ciertas partes de su cuerpo. Ese malnacido sabía cómo excitarla, y lo peor es que llevaba la razón, al menos acerca de que había disfrutado lo ocurrido la vez pasada. Lo de la Zorra sumisa seguía negándoselo a si misma, aunque cada vez le costaba más. Su semblante cambió enseguida, en sus ojos había un brillo especial. No parecía la misma mujer que había estado limpiando plácidamente ese mismo rato y, me preguntaba, si no estaría jugando con fuego mi Mami y si podría llegar a quemarse. Se puso colorada y no pudo evitar sonreir, enseguida me dio un miedo terrible, ¿Mamá se atrevería? Se animaría hacer todas aquellas cosas que el viejo le había escrito, con intriga más que nerviosísmo me fui a mi cuarto, las cosas cada vez se estaban poniendo peores, el viejo no sólo se conformaba tratandola cómo una Perra, si no que ahora quería lucirla frente a desconocidos, quería convertirla en una Zorra, en una hembra de la calle insitando a otros hombres.

Me fui a mi cuarto para llegar a pensar en una solución, en una estrategia. No podía perderme el show que Mamá le iba a hacer a desconocidos, tenía que seguirla, tenía que pensar en una manera de ir tras ella para observar lo que tenía que hacer. Pero para mi desgracia ya había perdido muchos días de no ir a la escuela. Tenía mucha tarea, por mi facinación de espiar a mi Madre había descuidado mis estudios, si no lograba ponerme al corriente seguramente reprobaría el año. No hallaba que hacer, por un lado me excitaba el sólo pensar en cómo mi Madre levantaría bultos en el centro comercial, pero por otra parte estaban mis estudios, no podía darme el lujo de perder más tiempo, resignado a no ver a mi Madre en su aventura me incliné por mis estudios, con todo el dolor de mi corazón esta vez no podía perder clases, así que resignado tomé mis cuadernos y volví hacer el niño estudioso de antes..

Pero al parecer el destino se abría para nosotros y en esa misma noche, Don Mario fue victima de un par de ladrones, que al ser descubiertos por el Cubano, estos lograron someterlo, apesar de su corpulencia y de su fuerza. Los ladrones lo apuñalaron, mandandolo al hospital con serias heridas en el abdomen, por fin la fortuna estaba de nuestro lado, el viejo había recibido su merecido y mi Madre estaría a salvo de sus perversiones. Yo estaba contentísimo, llevaba una sonrisa para todos lados, mi Madre ya era libre, al menos descansaría un tiempo de todos aquellos pervertidos.

.....

Fue una semana tensa para Mamá. Ella se comportaba de una manera distante y despectiva. Me contestaba con monosílabos, se iba pronto a la cama y apenas conversaba. Tampoco sacaba a relucir el tema. Sin embargo con sus Amigas que iban a casa no dejaba de comentar lo sucedido, hasta se notaba preocupada, cómo si el viejo realmente le importara. Estaba seguro de que Mamá ya sentía algo por él, la notaba triste, ausente, eso no hacía más que aumentar mi odio hacía él. Yo odiaba a muerte a ese viejo, le hacía culpable de todo lo nos pasaba, estaba seguro que desde que había aparecido en nuestras vidas lo único que había hecho era violarla y humillarla de todas las maneras posibles. Pero para mi Madre le era distinto, el viejo había logrado sacarle ese lado oscuro, sumiso, la había llevado a experimentar una excitación diferente, llevarla a limites de sensaciónes que nunca antes había experimentado, lo que hacía que ella confundiera eso con amor.

Pero no crean que para mí todo era infelicidad, pensandolo también, no pasé malos momentos recordándola bajo el poder del viejo. Aún retumbaban los jadeos de mi Madre en mi cabeza. Ella tampoco olvidaba la lujuria vivida con el viejo y en más de una ocasión tuvo la necesidad de masturbarse en el baño al recordar las mamadas, el sabor de su verga y de la leche caliente, las penetraciones y los tocamientos. Hacerle las pajas había sido fascinante para ella, y su manera de montarla única.

Durante esas semanas, los consoladores reemplazaron muy eficazmente la verga del viejo e igual que a él, estos los utilizaba dos veces por semana. Los guardaba bajo siete llaves de manera que nadie jamás los encontraría, pero nunca imaginó Mamá que yo la seguía con los lentes de mis camaras los siete días de la semana. Y así poco a poco lograba sacarse ese embrujo en lo que la había envuelto el Cubano. Casi inmediatamente de empezar a usarlos adoptó cómo su preferido un pequeño vibrador de color rosa, porque entraba igual que el consolador azul que le había dejado el viejo pero sus vibraciones que ajustaba al máximo cuando tocaba fondo, la dejaban con la lengua afuera, jadeando con los ojos blancos, los músculos temblorosos, en un estado de éxtasis que le impedía pensar en nada que no fuera el deseado máximo, olvidando por el momento aquel macho Cubano de sus más perversos juegos.

.....

Había pasado ya cerca de un mes desde aquel afortunado accidente con Don Mario ( bueno afortunado para mí, obviamente no para mi Madre ) nuestra vida volvía a ser la de antes, por cierto el empleo del Cubano lo tomó un viejito, Don Fermín, era un barrendero que mantenía nuestras calles limpias, lo había tomado momentaneamente hasta que se repuciera el Cubano. Bueno cómo les contaba, mi Madre había vuelto a sus rutinas, ya saben, las cremas, el ejercisio y sus dietas, poco a poco se iba olvidando de lo que sentía por el viejo. Desde ese momento creció su abstinencia, manifestándose en calenturas que sólo sosegaba con los orgasmos que le provocaban sus vibradores pero que no le alcanzaban para apagar todo su fuego interno, necesitaba más, y así fue que recordó el dilatador anal, que  de pronto supo cómo usarlo.

Cuando estaba sola y por lo tanto tranquila, se desnudaba recostándose sobre su cama con las piernas bien abiertas, metía el dilatador anal en su boca hasta lograr lubricarlo completamente, con sus dedos pasaba su flujo desde su vagina hasta su orificio anal, hasta que lograba dejarlo muy bien lubricado. Lo iba metiendo en su culito bien despacio. Le dolía, desde aquella última vez con el viejo su culito ya se había hecho muy estrecho, pero seguía empujando, dándose cuenta de que el dolor era un componente impresindible de su placer. Entre más le dolía, más lo disfrutaba, por la penetración física en sí y por la autoviolación a la que se estaba sometiendo, relegando en si ese acto de su autoestima y orgullo personal a la categoría de mujer deseosa y de hembra en brama, ya que en ese momento eso sólo valía, y sentía mucho más placer al empujarse con su propia mano que toda su persona.

Cuando sintió que había vencido la barrera de la máxima dilatación creeyó desfallecer, pero una vez dentro se adaptó tan bien que no quiso retirarlo, en cambio se metió el vibrador en la vagina activándolo a la máxima potencia al tiempo que soñaba que era aquel viejo el que la estaba penetrando simultáneamente haciéndole llegar a un orgasmo cómo los que antes con él había tenido y dejándose tan extasiada que casi se duerme, logrando llegar al punto más alto dónde aquel viejo la había llevado.

.....

Así pasó un par de semanas más, en los que creía que tenía todo controlado y que no necesitaba nada más para satisfacer sus necesidades. Sin embargo algo dentro de ella llamaba su atención y la perturbaba especialmente, cada vez que salía ya sea correr o al ir de compras, sentía las miradas de los hombres sobre su cuerpo con insistencia y hasta con descaro, llevandola a recordar de lo que hubiera sido al haber hecho aquello que Don Mario le había mandado. Se preguntaba si tenía el valor de hacerlo, si sería capaz de incitar a los hombre en la calle. Ella sabía que tenía una figura super llamativa y muy sensual, pero jamás intentó aprovecharse de ello para incitar a ningún hombre. Por el contrario siempre que estuvo acompañada por mi Padre se limitaba a dejar bien en claro que era su mujer y que sólo a él pertenecía. Lo que no podía evitar era imaginar qué podría suceder si un día saliera sola e hiciera todo aquello que le había mandado su ‘‘Amo’’, una vez que ese pensamiento se incorporó a su mente ya no lo pudo abandonar.

En mi caso, yo me dediqué al 100% a mi escuela, a ser aquel brillante niño pelirojo que sacaba las mejores calificaciones de su clase, mi vida estaba regresando a su cause normal, sin chantajes, ni humillaciones y sin aquellos diferentes hombres caminando por mi casa desnudos. Todo en mi vida volvía a ser de la misma manera, estaba a punto de pasar de año escolar, las tareas me estaban colmando, mi etapa en 6to grado ya estaba por concluir, para mi desgracia pasó algo que jamás imaginé que me volviera a suceder, algo que me aseguró que mi Mami ya no iba a cambiar, algo que me dejó muy claro que mi Mami ya núnca sería la misma.

En clase, el Maestro nos puso cómo requerimiento que teniamos que hacer un trabajo para cerrar el ciclo, un trabajo final de ciencias, el cuál teniamos que juntarnos entre varios compañeros para hacerlo. Como era normal, yo no tenía muchos amigos que digamos, de hecho nunca fuí de los niños amigables, siempre fuí muy serio y reprimido, y no era por ser antipatico ni mucho menos, si no que mis compañeros no tenían mis mismas aficiones ¡ja ja ja!.. Ya se imaginaran. Bueno el caso esque teniamos que juntarnos para hacer el trabajo, cómo yo era el que no aparentaba con ellos, pues se me hizo fácil invitarlos a mi casa, sería una buena oportunidad para convivir con mis Amiguitos, y para presumir mi colección de juegos electronicos. En fin, al final aceptaron y quedamos que sería un sábado, también que pidieran permiso, ya que era muy probable que no terminaramos en un día y se llegaran a quedar a dormir en casa. Ellos no tuvieron objección, es más, se alegraron de saber que yo tenía una alberca en casa, ya que les encantaria hecharse un chapusón.

Bueno estos chicos de quién les hablo eran ‘‘Daniel, Raúl y Roberto’’. Daniel era más o menos de mi edad, era muy inteligente y siempre estaba al tanto de todas las cosas, su único problema es su complexión, ya que es muy flaco y sus lentejuelos le impedian jugar cualquier tipo de deporte, excluyendose de los demás chicos. Raúl, era el tipico muchacho imperactivo, siempre armando broncas con la gente, porque tiene una habilidad especial para encontrarles defectos y fallos a las personas. Era delgado y tenía muchas espinillas. Y Roberto, este último era mucho mayor que él, bueno más bien que todos nosotros, era el tipico niño revelde ( ya había triplicado el curso ) de hecho no lo escogimos para nuestro equipo, pero él al amenazar a Daniel con darle una golpiza no tuvimos otra opción que invitarlo con nosotros. Le decían ‘‘El Mofo’’, no me pregunten porque, yo la verdad no tenía mucha comunicación con él. Como les decía ya había llevado varias veces el curso, pero no porque fuera torpe, sino porque no le importaba la escuela, además ayudaba a su Padre con su trabajo, lo que hacía que perdiera muchas clases que al final redundaban en sus resultados. Roberto nos sacaba casi una cabeza a todos nosotros. Era un chico corpulento, tirando a grueso y en la clase interrumpía continuamente las explicaciones y lideraba una pandilla de chiquillos de la escuela más jóvenes que él.

Cuando se lo comenté a mi Madre le pareció muy bien, hasta me había prometido unos bocadillos para todos. Viendo a Mamá de ese modo me dio mucha alegría, al parecer ya estaba pasando el embrujo del viejo. De don Mario aún no sabiamos nada, sólo que los vecinos pagaban sus servicios hospitalarios y estaba delicado, para mi estaba perfecto mientras el viejo estuviera lejos de la Colonia yo estaba feliz. Pues bien, para no hacerselas muy larga me situaré ese sábado por la mañana, ese día en el que mis Amigos y yo empezaríamos nuestro trabajo de Ciencias.

.....

Ese día me levanté muy temprano, tenía mucho tiempo que no me visitaban algunos de mis Amigos, preparé todo en mi cuarto, les mostraría mi amplia colección de juegos de video y mi gran arsenal de aparatos electronicos. Estaba muy emocionado no podía esperar a que llegaran. Bajé hacía la sala, quería desayunar rápido para ponerme a limpiar la piscina, sabía que eso era lo que más querían mis Amigos y yo los quería impresionar. Cuando iba hacía las escaleras para bajar no pude evitar pasar por la recamara de mi Madre, que al parecer aún no se había levantado, su puerta estaba ligeramente abierta por lo que inevitablemente volteé a mirar hacia el interior de su recamara para ver lo que estaba haciendo.

Tan sólo al asomarme un poco pude observar que me había equivocado, ya se encontraba levantada, estaba de pie cerca del gran espejo que la reflejaba de cuerpo completo, parada casi a mitad de su habitación sosteniendo una pequeñísima falda entre sus manos y cubierta, si puede llamarse así a eso que tenía puesto, ya que se encontraba tan sólo ataviada con unas pequeñísimas pantaletas color vino. La prenda era de esas con un brevísimo panel frontal y una delicada tira de encaje para cubrír la costura del resorte de la cintura. De ambos lados surgían un par de cintillas, también en color vino, que anudadas sobre unos moñitos llamativos aparecían sobre sus caderas y servían para mantenerlas en su sitio, uniendo la parte delantera con el virtualmente transparente pedacito de tela que cerraba la prenda por la parte de atrás, y que me fue posible observar a través del espejo.

Agitado al ver lo transparente que resultaba la prenda, me quedé un momento ahí, petrificado ante la imagen que me daba mi Mami, aún no podía entender cómo una mujer tan hermosa cómo ella sucumbiera a los caprichos de aquellos seres tan desagradables. Seguí observando ahí petrificado sus prendas tan provocativas, que estoy seguro de que las encargaba de algún tipo de catalogo. Eran muy sexys y transparentes, mientras que por la parte trasera, cómo si prácticamente estuviera desnuda aparecía totalmente visible la grandiosa e impactante separación de sus glúteos, y al frente poco o de nada servía el material por ocultar a la vista el pelirrojo matorral femenino de su intimidad. Que con la sola excepción de algún par de románticas florecitas bordadas de lencería que lucía cerca de las esquinas, la delgada tela no impedia que se le viera toda su feminidad.

Aparte de las transparecias y escases de tela, la diminuta prenda por el centro, dejaba ver buena parte de su exquicita rajita cubierta por encima de un diminuto triangulo de bellos rizos hacia mis ojos mientras la veía, justo antes de que forzándome a apartar la mirada de aquel punto, por fin reparé bien en lo obsequioso del portabustos que la acompañaba, y que a diferencia de los sujetadores que Mamá usaba habitualmente para cubrirlos, sus voluminosos pechos parecían estar próximos a querer desbordarse por encima de las copas del escote de éste.

De pronto, interrumpió mi contemplación la forma en que los delgados breteles de su sostén daban la impresión de hallarse al borde de sus capacidades elasticas, para no reventarse de un momento al siguiente. Y de los tan ajustados tirantés que el peso de sus pechos transmitía hacia sus hombros al soportarlos dentro del limitado confinamiento de aquel par de medias copas que ciñéndose al contorno de sus pechos, al frente se unían entre sí por un pequeño y discretamente adornado detalle floral.

Yo estaba impactado por la belleza de mi Madre, estaba orgulloso de que ella fuera tan linda y tan impactante, aunque de imediato recaí en que ese era el motivo principal de nuestro infierno. Asi que con mi pene más duro que el acero, me separé lentamente de la puerta y bajé a la cocina para despavilarme y olvidarme un poco de la belleza que tenía en casa, este día sería muy divertido y no quería estropearlo con mis severas perverciones.

Me preparé un cereal y enseguida vi bajar a mi Madre, aunque ya se había cambiado aún era impactante verla vestida cómo se encontraba, traía unas lycras hasta sus tobillos color azul marino con una linea vertical que empezaba desde las laterales de su cintura y terminaba hasta sus tobillos, la lycra le quedaba tan entallada que parecía cómo si fuera su piel, y no les estoy exagerando, ya que no mostaraba ninguna arruga sobre la superficie y mostraba perfectamente cada uno de sus más minimos musculos. Pasó detrás de mi para tomar su recipiente de agua con el cuál se va a correr y al hacerlo, no pude evitar perderme entre el vaiven de sus cachetes traseros, los cuáles se observaban a la perfección por lo metida que tenía la tela entre las nalgas, ¡se le podia ver perfectamente el movimiento de sus glúteos a cada sancada!. Si mi Madre salía así, seguramente ocacionaría un cohalición entre los vehiculos que la vieran pasar.

La verdad que no sabía cuál era la necesidad de vestirse así, si sabía ella perfectamente que ese era el motivo principal de nuestro tormento. Y no bastando con eso y para complementar el cuadro, sus lycras llegaban solamente hacía sus caderas, mostrando la mayor parte de su estomago bajo y los deliciosos huesitos de su cadera, aunque por la parte de atrás la perfecta visión de sus hoyitos en la parte baja de su cadera hacían un perfecto cuadro para incitar a todo hombre que se la topara en su camino. Aunque por arriba no podía ser mejor, ya que el pequeño top que la acompañaba dejaba a la vista su definido abdomen y sus bien formados hombros junto con sus brazos. Esto aunlado a su cinta en la frente y su coleta rubia hasta sus hombros seguramente causaría más empalmes que en una exposición de viagras. Mamá tomó su termo de agua y una manzana, que con una pequeña sonrisa cómo diciendome ahorita regreso, salió de la casa para dejarme más sorprendido.

Bueno, después de haber asimilado la perfecta figura de mi Progenitora, salí a llenar la piscina ya que eran cerca de las 9 de la mañana y mis Amiguitos llegaría a las 10.00 hrs. Como era de esperarse primero llegó Daniel, lo traían sus Padres, se bajó con una pequeña mochila de ropa y un par de cuadernos para la tarea. Después llegó Raúl el cuál lo traía su hermano mayor lanzandolo cómo si quiciera librarse de él por un largo tiempo. Mientras esperabamos a Roberto le dimos una pequeña vuelta a la casa para que la fueran conociendo, yo estaba muy contento ya que tenía mucho tiempo sin recibir a mis Amigos.

En eso estábamos, en planear cómo sería nuestro proyecto cuando de pronto escuchamos el sonido de una motocicleta fuera de la casa, sorprendidos por el sonido, corrimos hacía el frente de la casa para llegar a ver de que se trataba, al hacerlo nos pudimos dar cuenta de que se trataba de Roberto ‘‘El Mofo’’, el cuál estaba estacionando su poderosa maquina 250 honda frente a nosotros, quedé impactado con su llegada, nos saludo con su tipico saludo de chico revelde al ver nuestra cara de asombro:

-‘‘¡Que hay bobos!, ..¿ya terminaron la tarea?, porque no pienso quedarme mucho tiempo ’’.

-‘‘A, aún no la empezamos ’’. Contestó Daniel.

-‘‘¡Maldición!, ..bueno, ¿al menos ahí algo de comer?, ya que me estoy muriendo de hambre ¡je je je!..’’

-‘‘M, Mamá preparara unos bocadillos más adelante ’’. Le respondí aúnque de igualmanera me ignoro por completo.

-‘‘Que bonita casa tienes, cabeza de cerillo, ..se nota que tienes mucha plata. Dime, ¿a que se dedica tu Padre? ’’.

-‘‘Mi Padre ya murio ..’’ Le respondi muy serio, no me gustaba que me hablaran con apodos.

-‘‘Vaya, que pena ..pero te ha de haber dejado forrado de pasta, vaya que casita tienes ’’.

En eso estábamos cuando regresó ( desafortunadamente para mí ) mi Madre de correr, venía muy sudorosa y con la respiración acelerada. La cara de todos era de completo asombro, los tres inverbes chiquillos no podían evitar su asombro, estaban que se les caia la baba los infelices. Mamá con una sonrisa se prensentó ante ellos y con un beso cariñoso me babeabo la frente para decirnos que enseguida preparaba los bocadillos. Los ojos de Roberto y del Mofo no perdieron detalle del trasero de mi Madre que se contoneaba hacía el interior de la casa para preparanos algo.

Los chicos quedaron alucinados al verla. Seguramente nunca habían visto una hembra cómo lo era mi Mami, además de que ella con esas prendas dejaba infartado a cualquiera. Sus comentarios no se hicieron esperar:

-‘‘¡Puta con tu Madre!, si que esta bien buena ’’. Dijo el Mofo sin importarle que yo estuviera presente.

-‘‘Como me gustaría que fueras mi vecino para poder verla a diario. ¡ha, ha, ha!..’’ Dijo Raúl riendose por su comentario.

-‘‘Tranquilos, que va a decir Pedrito ..’’ Dijo Daniel calmando un poco la manada de perros.

-‘‘No te preocupes Dani, ya estoy acostumbrado ’’. Le contesté para que no les quedara duda de que no me importaba en lo más mínimo, aunque más adelante me daría cuenta de mi error.

-‘‘Bueno pues, ..¿le vieron la raja? Cómo quisiera chuparle esos ricos cachetes de su culo ¡je je je!..’’ Dijo Roberto ya desbocado. 

-‘‘Bueno, ¡ha, ha, ha!.. ¡Claro que la vi!, si lo tiene redondo y bien parado ’’. Expresó Raúl.

-‘‘Ya, ya, dejen a Pedrito en paz, ..mejor apuremonos a trabajar para darnos unos buenos clavados. ¡Estoy que me muero por meterme a nadar!’’.

Daniel para mi suerte era el que los calmaba un poco, así que de inmediato nos pusimos adelantar nuestra tarea para quedar más rápido desocupados. Como a eso de las 12.00 hrs. Mamá nos gritó desde la ventana de la cocina que ya estaba la comida. Enseguida todos se pusieron de pie cómo si no hubieran comido en un buen tiempo, aunque para serles sinceros yo también estaba que me moria de hambre. Ya en la comida los chicos se mostraban tímidos y muy serios, fue hasta que mi Madre rompió el silencio y empezó a dar conversación. Les estuvo preguntando cómo iban en los estudios, que qué les gustaba hacer, si tenían novias. Ninguno de mis amigos tenía novia, era claro, ya que estábamos muy chiquitos, pero Roberto  ( El Mofo ) nos soprendió.

-‘‘Yo no tengo novia, ..pero si muchas amantes ¡je je je!..’’ Le respondió Roberto muy seguro.

-‘‘¡Ji ji ji!.. Que graciosos eres muchachito, ..ya en serio, habrá una chica que les guste, ¿no? Vamos, no sean tímidos ’’. Le respondió Mamá creyendo que Roberto la estaba bromeando.

A lo que Roberto le contestó que a él le gustaban todas, con lo que todos rompimos en carcajadas. Raúl, al final le dijo que le gustaba una chica, pero que ella ni lo notaba. Daniel se puso muy nervioso, era claro que para él cómo para mí las chicas no nos hacían mucho caso, pero inmediatamente se calmó, pues se dio cuenta de que sus compañeros bromeaban y que no hablaban en serio.

-‘‘¿Ah si? ¿Te gusta una niña? ’’. Le preguntó Mamá a Raúl, tratando de evitar a Roberto ya que era claro que era este el más vivo.

-‘‘Sí Señora, cómo le digo, ..pero casi ni me nota ’’. Dijo él.

-‘‘¿Y que tiene esa niña, que te gusta tanto? ’’. Continuó mi Madre.

-‘‘Es muy linda, ¡además que está tan buena!, ..que sólo pienso en.. ¡Perdón! ’’. Sin querer Raúl se le había salido decir.

-‘‘No te preocupes, ..entiendo que los chicos jóvenes hablén así. Es normal, no me preocupa ’’.

-‘‘Sí ’’. Afirmó Raúl más tranquilo de la liberalidad que mostraba mi Madre.

-‘‘¿Y quién es esa niña tan afortunada? ..¿acaso va en su mismo grado? ’’. Le espetó mi Madre, dejándole fuera de lugar. 

-‘‘¡Está realmente buena! ..va unos grados más adelante ’’.

-‘‘No te preocupes Raúlito, ..seguro que con un poco de suerte y un poco más de decisión tuya logras una cita ’’.

-‘‘No se crea Señora Tapia, ..nunca he tenido mucha suerte con las mujeres, me ponen muy nervioso ’’.

-‘‘Bueno, no crees que te estás subestimando demasiado, ..sólo tienes que ser más detallista. Quizás darle algún regalito, no sé yo ’’.

-‘‘Perdone que le hable así Señora, ..pero yo no creo en los detalles, creo que lo que ellas necesitan es tener algo grande cómo el que yo tengo entre las piernas ¡je je je!..’’ Dijo Roberto metiendose en la plática e hizo un gesto señalándose a sus partes.

Mi Madre se quedó un poco cortada y ruborizada tras el comentario del Mofo, pero trató de salir adelante airosa dciendole:

-‘‘Bu, bueno si es tan especial eso que dices que tienes, te entiendo, ..pero las chicas jóvenes suelen tener mucho miedo al sexo ’’.

-‘‘¡Mamá! ’’. Le expresé yo al ver el rumbo que estaba teniendo esa conversación.

-‘‘No te preocupes mi amor, ..me agrada la idea de poderles ayudar en sus dudas hacerca del sexo ’’. Me respondió, dejandome cortado.

-‘‘¡Claro Pedrito, no interrumpas!, ..la verdad que si Señora. Sabe, con mi Jefa es imposible de hablar de estas cosas, ..ella siempre anda metida en sus cosas y nunca me escucha ’’.

-‘‘Pues en lo que les pueda yo ayudar, ..además, ¿cuantas experiencias pueden tener ustedes a su edad? ¡Ji ji ji!..’’ Dijo mi Madre eceptica.

-‘‘Pues no nos crea tan inocentes, Señora ..sabe, en una experiencia que tuve yo. Por ejemplo, me acosté con una amiga de Mamá y no hacía más que decirme que mi cosota era la mejor del mundo. Sin embargo, las chicas jóvenes tienen miedo cuando la ven ¡je je je!..’’

-‘‘Va, vaya, debe ser algo realmente especial lo que usas, ..pe, pero, ¿no crees que estas exagerando? ’’. Le respondió Mamá algo nerviosa.

-‘‘Pues no sé, ..yo sólo sé que la hice gozar cómo nunca en su vida, pero bueno. Ella me decía que la tenía mejor que su Esposo ’’.

-‘‘¿A, alguien gusta más?, ..iré a la cocina por el siguiente plato, si, sigan pláticando ’’. Dijo mi Madre excusandose un poco para no seguir la charla, ya que el Mofo se estaba poniendo un poco impertinente.

Mi Madre se quedó un tanto intrigada. Yo ya conocía la fama que tenía el Mofo, a pesar de su edad él ya tenía bastante experiencia en las mujeres, hasta en la escuela se había corrido un rumor de que se había enredado con una Maestra. Cuando Mamá se levantó a servir el segundo plato no pudo dejar de intentar echar un vistazo al paquete de mi compañero. La conocía perfectamente, sabía que no iba a perder la oportunidad de echarle un vistazo, creo que jamás se imaginó que unos de mis compañeros pudiera estar tan bien dotado.

Conforme comíamos mi Madre no dejaba de pensar en cómo sería ese chico tan confiado en la cama y volvió a sacar el tema de la amiga de su Madre, un tanto irreflexivamente.

-‘‘¿Y qué tal con la amiga de tu Mamá, Roberto? ..¿cómo te deshiciste de ella? ’’. Dijo mi Madre un tanto interesada.

-‘‘¡Mamá!, ..¿no crees que ya preguntaste demasiado? ’’. Traté de intervenir.

-‘‘Su Marido se la llevó lejos, ..creo que ya presentia que le estaba pintando el cuerno ¡je je je!..’’ Pero me ignoraron por completo.

-‘‘Creo que mejor terminamos de comer, ¿no? ..tenemos mucho que hacer ’’. Dije yo bastante molesto para tratar de cambiar el rumbo de la conversación.

-‘‘Si supiera mi Madre cómo me ha dotado la naturaleza jamás llevaría a sus amigas a la casa ¡je je je!..’’

Todos volvieron a reír, aunque la risa de mi Madre era un tanto nerviosa. Estaba empezando a obsesionarse con cómo sería el chico que tanto presumía su hombría. Quizás estaba jugando, o llevando la conversación para ver hasta donde el Mofo pudiera llegar.

-‘‘Creo que lo que deverías de buscar es una chica de tu edad, ..una chica con la que puedas convivir todos los días y no estar pensando en esas cosas. Para tu edad eso es muy malo ’’.

Yo miré a mi Madre más tranquilo, sabía que ella cómo toda una excelente Madre buscaría una orientanción para mi compañero, trataría de hacerle entender que para su corta edad el sexo no devería ser una obsesión. Pero para Roberto el sexo era algo que ya lo había sobrepasado y cómo todo chiquillo puberto era de lo único que él pensaba. Asi que no tardó en responder:

-‘‘Es que yo no tengo nada que hacer con ellas, ..yo con las chicas voy a la cama y pare usted de contar, ..eso de las relaciones son para mariquitas, para lo demás que no tienen lo que yo ¡je je je!..’’

De nuevo las risas no se hicieron esperar por parte de mis compañeros, mi Madre quedó indignada al darse cuenta que ese niño ya no tenía remedio.

-‘‘Así es normal que no consigas chicas ’’.

-‘‘Ya le he dicho que no me duran porque les da miedo mi palo ..¡perdón!, pero las que no son tontas se vuelven locas por mí, y soy yo el que las termina dejando ’’.

-‘‘Vaya, creo que deberías hacer una excepción con alguna de ellas y tratar de no ser un poco presumido, ..si de verdad quieres que una chica se enamore de ti, tendrías que cambiar tu técnica ’’.

-‘‘Sí, tal vez tenga razón, ..pero tampoco me puede negar que eso también buscan las mujeres ’’. Le increpó a mi Madre, dejandonos a todos espectantes a lo que fuera a responder.

-"B, bueno, no creas ..en ocasiones ocupamos de alguien que nos apapache, que nos llene de besos, ya que es ovbio que no andamos pensando en esas cosas ’’. Dijo mi Madre, que al parecer ya estaba perdiendo un poco el norte.

Yo la verdad que no entendía a dónde quería llegar Mamá con sus recomendaciones, si a legüas se miraba que el Mofo era un cabeza dura. Por un lado, era claro que mis Amigos estaban entusiasmadísimos con la plática, ya que no perdian detalle en Mamá y en cómo se le miraba el escote. Pero lo que realmente me tenía desconsentrado era la conducta de mi Madre que no tenía mucho sentido, así que le hize una seña para que me acompañara y fuera a la cocina a tomar los postres.

-‘‘¡Mamá!, ..¿qué estás diciéndole a Roberto? ’’. Le dije lo más bajo que pude.

-‘‘Nada mi amor, lo que pasa es que tu Amigo anda un poco desorientado ’’.

-‘‘Mamá, si ni a sus Padres ni a sus Maestros les hace caso, ..¿tu crees que contigo lo hará? ’’

-‘‘Ya lo sé mi amor, es un cabeza dura ..pero me estoy divirtiendo ¡Ji ji ji!.. Ahora me quiero entretener yo un rato ’’.

-‘‘Bueno Mamá, pero no te pases, ..que luego no ves los comentarios que te hacen y yo me tengo que aguantar ’’.

-‘‘Hay mi niño, ..gracias por defender a tu Mami. Eres un cielo ’’. Y me lleno de besos haciendome enojar.

-‘‘Ten cuidado con él, Mamá ..mira que es un bruto con las chicas y no miente ’’. Le avisé para que estuviera al tanto.

-‘‘¡Ya!, tontito!, ..si lo hago para reírme un rato ’’. Me tranquilizó mi Madre.

Volvimos al salón y allí estaban los chicos, totalmente silenciosos. Quizas nerviosos por nuestra ausencia.

-‘‘Señora, ¿entonces usted piensa que las chicas prefieren flores y regalos en vez de lo que presume Roberto? ’’. Preguntó Raúl, seguramente ya habían planeado algo los desgraciados en nuestra ausencía.

Mi Madre sonrió un poco y tras meditarlo repuso:

-‘‘Bueno, es lo creo yo, ..ninguna chica que presuma de serlo anda buscando lo que dice Roberto, ..a menos claro está de que sea una chica fácil por supuesto ’’.

-‘‘Una chica fácil, ¿eso qué es?, ..¡haa!!, se refiere a las mujeres que busca mi Padre para llevar a la casa ’’.

Todos nos hechamos a reir, era claro que Roberto no venía de una Familia con buenos principios. Mi Madre estaba abochornada. Qué juventud tan estrovertida la de hoy, seguramente pensaba.

-‘‘Ahora entiendo por que piensas así, ..creo que tu Padre devería de hablar contigo y ponerte un mejor ejemplo ’’. Le dijo mi Madre para cerrar el tema.

Roberto se quedó pensando y en eso quedó la conversación. Al final todos comimos y nos pusimos en marcha para terminar el trabajo, estábamos desesperados por meternos a la piscina y Mamá quedó muy contenta con la visita de mis Amigos. Sin embargo, mi Madre la noté algo nerviosa, quizás pensando si en realidad ese chico tendría lo que tanto presumia.

Pero bueno, la alegría estaba entre nosotros, todos estaban felices por querer meterse a la piscina, hacía un delicioso calor y el agua estaba muy refrescante. Tan sólo al concluir el trabajo salimos todos corriendo hacía el jardín, yo fuí el primero en hecharme un clavadazo, después lo hizo Raúl y Daniel, Roberto nos observaba desde afuera de la piscina muy tranquilo. Pasamos un buen rato nadando, jugando competencias de natación y todas esas cosas, la tarde acaba de comenzar y yo me estaba divirtiendo muchísimo. Raúl nos divertía mucho contándonos chistes, era tan ocurrente que de todo nos sacaba carcajadas y nos hacía pasar mejor el rato.

-‘‘¿Y tú?, ..¿porque no has decidido meterte? ’’.

No me había dado cuenta que Mamá había salido a vernos, venía con su gran sombrero para el sol y sus lentes oscuros, quizás pensaba quedarse a leer sus revistas de moda en una de las camas, mientras nosotros nos bañabamos. Al acercarse se detuvo a preguntarle a Roberto por su apatia, el cuál seguía sentado en una de las sillas.

-‘‘Lo que pasa Señora esque no he traido bañador, ..además de que no tengo ganas de andarme mojado ’’.

-‘‘Pues si lo deseas, Pedrito tiene varios, ..si me dejas, voy a ver si te consigo uno de tu medida, si no, los de mi Esposo, estoy seguro que uno te quedara a modo ’’. Se ofreció Mamá entusiasmada por querer ser una buena anfitriona.

-‘‘¿Sabe qué Mamita?, ..me ha convencido, creo que ya tengo mucho tiempo que no me hecho un buen chapuzón. ¡Viene pues!, busque haber si me queda uno ’’. De una manera inusualmente casual le preguntó el mal educado Roberto a mi Madre.

-‘‘Si, este ..iré a buscar uno a tu modo ’’. Como si aquel modo de dirigirse hacia ella no le pareciera para nada inadecuado de oírle, Mamá se metió a la casa para buscarle un bañador al mal educado.

Quizás debido al miedo que me producia Roberto no le dije nada del tonito con el que se estaba dirigiendo a mi Madre, así que no hice mayor queja y hasta bromeé con Raúl para hacerles sentir que no me importaba la confiancita que este se estaba tomando con mi Madre.

-‘‘Bueno, entonces enseguida regreso, ..¿a alguien se le ofrece un refresco o alguna otra cosa?... ¿Me esperan entonces tantito?...’’  Se ofreció mi Madre dirigiéndose a todos.

-‘‘...¡No, si ahora si ya se armó! Ahora van a ver lo que es nadar, pendejetes ’’. Celebró Roberto al tiempo en que Mamá se había ido, y cómo si fuera un gran atleta, empezó a calentar cómo si estuviera en los juegos olimpicos.

De esa manera, mi Madre fue en busca de un bañador y algunos refrescos para todos, en eso, si no mal recuerdo fue Raúl el que comentó en tono risueño que ya estando en confianza, porque no invitabamos a mi Madre a nadar con nosotros. Y no fue otro sino Roberto el que dijo que si, esto lo dijo con un brillo extraño en los ojos, ese brillo especial que se le hacía cuando hablaba de sexo.

-‘‘Yo se lo diré, si Pedrito no se anima ’’. Me dijo Roberto retandome.

Comentario ante el cuál, movido ya por el estupor de la situación, y queriéndome hacer fuerte una vez más ante él, le contesté que no era yo para nada el del problema, pero consideraba que de ninguna manera la anfitriona de la casa aceptaría tal sugerencia. Así, no obstante mis consideraciones respecto a lo que mi Madre diría, cuando ella salió de la casa portando la prenda y una charola con refrescos, yo me salí de la alberca y me ausenté por un par de minutos para ir hacia el baño y servirme un vaso de refresco. Al regresar los escuché platicando:

-‘‘Ándale Mamita, ¿qué puede perder?, ..Pedrito ya nos dijo que no tenía problema, ..además hace un calor horrible, estoy seguro que se divertira con nosotros ’’.

Era el Mofo el que la engatuzaba a aceptar mientras los otros dos con caras de brutos, no perdían detalle de lo que yo suponía que era nada más que una inadecuada aunque vana negociación. Aunque producida por la necesidad de la refrescante agua sobre su cuerpo y el sofocante calor que hacía este día, mi Madre poco a poco se iba doblegando.

-‘‘...Si, vamos Señora Tapia, ..nos hace falta uno para jugar un waterpolo...’’ Se asoció a la propuesta rapaz Raúl.

Cosa que se me hizo ilogico ya que eramos 4 y con mi Madre seríamos 5, cosa que no entendía.

-‘‘¡No!... ¡¿cómo creen!? ..además de Pedrito también sus Madres, ..imagínense que cosas dirían si se enteraran que yo estuve nadando con sus niños ’’.  Le escuché alegando a mi Madre.

Y preguntando enseguida:

-‘‘¿Y tú? ..vete a ponerte el bañador que te traje. Anda que el calor ya te esta haciendo daño ¡Ji ji ji!..’’ Le dijo Mamá al Mofo ya con un cierto grado de confianza.

Mientras que yo sorprendido de que aquella conversación estuviera realmente teniendo lugar entre mi Madre y mis impertinentes invitados, hize tiempo cerca del sitio en el que ellos se encontraban queriendo aberiguar que otra cosa más alegaban. Hasta que escuché contestar al aludido Mofo con toda sinceridad, que al ver la displicencía que mi bella Madre hacía ante ese absurdo dialogo que entre ellos tenían.

-‘‘Bueno esta bien, me lo colocaré, ..pero cuando regrese la quiero ver en bañador a usted también, Señora ’’. Dijo el Mofo al tiempo que se dirigia al baño para ponerselo.

-‘‘¡Vamos Señora!, que Pedrito también nos dijo que no tenía problema si usted aceptaba, ..pero que no creía que su Mamá se atreviera o aceptara nuestro reto en waterpolo ’’. Añadió Raúl a su propia versión.

-‘‘¡Mi amor!, ..¿ya oíste a tus Amiguitos?... Dicen que tú les dijiste que yo podía meterme a la piscina con ustedes a jugar ese water.. no se qué. ¡Ven y rescátame antes de que me obligen hacer otras cosas también! ¡Ji ji ji!..’’ Escuché a mi Madre llamándome en voz alta por lo que finalmente no me quedó otra salida más que aparecerme delante de ellos.

-‘‘¿Qué?... ¿siguen con eso? ¿Están locos o que cosa les pasa?, ..ustedes creen que Mamá se prestaria para eso. No les hagas caso Má, ..tú mejor hechame porras ’’. Apelé a buen juicio.

-‘‘No, si no fue Raúl el de la idea, Pedrito ..¿pero lo dijiste tú o no Pedrito? ’’. En tono más severo aclaró Daniel sumandose al juego de sus dos compañeros y dirigiendo la mirada hacia mí, pero manteniendo de alguna manera la vista alternándose entre mi persona y la de mi Madre.

-‘‘¡Dile que contestaste! ..’’ Me conminó finalmente a que me confesara el Mofo, que ya venia enfundado en ese ajustado bañador que era mio y claramente se veía que no era de su talla.

Por lo que un tanto intimidado por el tono y la presencia del agresivo Mofo, no me quedó ya más que asentir y decirle que era cierto lo que decían, mientras que mi Madre apartando la atención del Mofo que claramente se le veía lo que tanto había presumido en la comida, me lanzó una confusa mirada, llena del más silente aunque profundo reproche y promesa de escarmiento a la vez, al mismo tiempo en que después de quedárseme viendo por unos cuántos instantes más, terminó por sonreír hacia mí al decirles:

-‘‘¡OK!.... ¡va!... Si mi hijo dice que puedo jugar, juguemos. Pero sólo les aclaro que no se jugar eso que ustedes me estan obligando, ..así que tendran que enseñarme poco a poco, y si me hacen trampa me salgo y me voy a la casa ’’. Y se dirigió dentro de la casa para cambiarse, dejandome un tanto desconcertado.

-‘‘No tengas cuidado, cabeza de cerillo ..no la trataremos tan mal ¡je je je!..’’ Me dijo el desgraciado Mofo seguramente ya saboreandose el momento en el que mi Madre se metiera a la piscina a tratar de jugar con nosotros.

Y llegó el momento, todos estában contentos excepto yo que me encontraba un tanto nervioso, yo y mis Amigos ya estábamos en la piscina, ellos se miraban inquietos, seguramente saboreando el momento en que mi Madre saliera de la casa enfundad en su traje de baño, que para serles sincero, pensé en que Mamá no se atrevería y que sólo estaba jugando con mis compañeros, porque ella siempre fue algo recatada y pudorosa para bañarse con desconocidos. Pero me asombré y mis ojos se abrieron cuando vi salir de la puerta posterior a mi glamorosa Madre envuelta en un traje de baño negro de cuerpo entero muy sexy. Los ojos de mis compañeros estaban deslumbrados, por unos segundos no hubo ningún tipo de ruido, todos estaban enbobados en el voluptoso cuerpo de mi Progenitora. Y esque no era para más, se le dibujaban perfectamente sus curvas dentro de ese traje de baño tan ajustado. Tenía su pelo dorado recogido en una cola de caballo, el elegante bañador aunque no era descarado y propio para una Señora de su clase, mostraba sus curvas y piernas perfectas, con esos muslos que estaban para comérselos y esas pantorrilas tan bien formadas. Sin duda mi Mamita estaba muy provocativa, y frente a mis pubertos compañeritos y el caliente del Mofo, podían ocurrir problemas.

Por cierto, la cara del Mofo estaba desencajada, no podía creer ni dejar de ver a tan despampanante Señora. Sus ojos vivarachos, recorrian las interminables piernas de mi Madre, veían cómo ella se iba acercando y cómo a cada sancada los musculos de sus piernas se dibujaban perfectamente por las rutinas diarias de ejercisios. Mamá consigo traía una toalla, la cuál dejó en una de las camas poniendose en una posición un poco sugerente, lo que provechó que mis ‘‘Amigos’’ se regocijaran con su figura. Su trasero se le miraba fabuloso, aunque la prenda era conservadora no podía evitar que su trasero se la tragara en buena parte, pero eso no era problema ya que mi Madre siempre tenía ese defecto y ya estaba cansada de que eso siempre le sucediera. Como ya les he platicado en imnumerables ocaciones, ella es de cadera ancha un poco grande pero muy muy apetecible, con unas pompas abombachadas que se veían muy buenas con esa tela del bañador que le cubría sólo la mitad de sus cachetes en forma de bikini.

La cara de mis compañeros lo decía todo, no lo podían creer, jamás imaginaron que convencerian a mi Madre para meterse con ellos, seguramente si todos ellos estuvieran fuera del agua estoy seguro que no hallarían dónde esconder sus bultos, los cuáles con seguridad ya se dibujaban claramente bajo el agua.

-‘‘Bueno, ustedes me dicen cómo jugar, ya que yo nunca he jugado ese tipo de juegos ¡Ji ji ji!..’’ Dijo mi Madre para dirigirse hacía los escalones para meterse con nosotros.

La verdad que el waterpolo había sido solamente el motivo para convencer a mi Madre para meterse con nosotros, ya que en realidad ninguno de nosotros sabíamos jugarlo a la perfección. Pero el Mofo cómo todo un aprovechado se le acercó a mi Madre para hacerla de manager y tratarle de enseñar en un corto tiempo un par de jugadas. Pasamos al juego, aunque ellos no paraban de ver disimuladamente a mi Madre cuanto podían. Ella no se daba cuenta y jugaba con nosotros en el agua, sin imaginarse que lo único que querían mis pillos compañeros era pasar cerca de ella para rosarla. Mis calenturientos compañeritos estaba excitadísimos y comenzaban a nadar cómo caimanes cerca a mi Madre, en ocasiones le buscaban conversación para provocandole risa y sacar de ella la niña alegre que llevaba dentro.

Cuando el muy vivo del Mofo empezó a nombrar, ‘‘al azar’’, los jugadores de cada equipo, el muy hijo de la chingada colocó a Daniel y a mí ( los más debiles ) junto con mi Madre en el mismo team para que así Raúl y él fueran nuestros rivales. Y así el desgraciado tendría oportunidad de cubrirla siempre y cuando ella tuviera contacto con el balón ( muy vivo el hijo de la chingada ). Tuve que aguantarme el coraje y aceptar con una falsa sonrisa, notando que mi Madre lo hacía ingenuamente con una alegre sonrisa.

Le tocó jugar primero al equipo de ellos, por lo que quitarles el balón era casi imposible, los desgraciados eran mejores nadadores que nosotros, de modo que me dispuse a ver sus movimientos e intentar que el balón jamás llegara a mi Madre. El infeliz del Mofo por cualquier motivo siempre pasaban detrás o se sumergían cerca de ella siempre buscando rozarla de alguna forma ‘‘accidental’’, pero a ella parecía no importarle que estuvieran así, ya que mi Madre seguramente pensaba que eran sólo unos niños inquietos y que sólo querian divertirse. A mi, me daba rabia e impotencía ver cómo ese par de pillos se aprovechaban para rosarla, el desgraciado Mofo hacía como que perdía el balón cuando estaba cerca de ella para aprovecharse de la jugada defensiva, se le acercaba de manera descarada para sobarle o mirarle el escote y las puntas de sus pesones que ya se empezaban a dibujar bajo su traje.

En eso, desafortunadamente para nuestro team, mi compañero Daniel tuvo un calambre en una pierna por un encontronazo con Raúl, por lo que tuvo que salir de la piscina para calmarse, provocando que tuvieramos que organizar los equipos nuevamente. Enseguida el Mofo nada tonto me llamó para que estuviera a su lado, el hijo de la chingada quería seguir rosandola, por lo que me excuce diciendole que no estaría equilibrado, que sería mejor que él siendo el más grande jugara con mi Madre mientras que Raul y yo tomabamos la defensiva, cosa que despues me arrepentiría.

Y cómo suele suceder en este deporte, las multiples anotaciones comenzaron a celebrarse con manifestaciones de alegría. Los iniciales gritos y palmadas se fueron transformando, entre mi Madre y él, en abrazos cada vez más contundentes, a la par que subía la intensidad y emoción del juego. Y yo me empecé a arrepentir de nuevo ante tanto contacto, más o menos directo, pues me daba cuenta de que el cabrón del Mofo estaba aprovechando la ocasión para toquetearla, sin importarle lo más mínimo mi presencia y la ingenuidad que mostraba mi Madre.

Después de un rato de estar jugando, cuando sin querer mi Madre terminó culminando una anotación, mis compañeros ( incluyendo a Raúl que estaba en mi equipo ) pensaron en sacarle provecho a la situación rodeándola en un tumulto para estar cerca de su cuerpo, uno de ellos aprovechó en pasar por su lado y rozarle el trasero con la mano, yo estaba inmovil viendo la acción, me parecía increíble lo que estaba viviendo y más que mi Madre no hiciera algo por evitarlo. Para tratar de proteger a mi Madre un poco, me puse detrás de ella, pero el desgraciado Mofo más atrevido me ganó el sitio y aprovechando el tumulto me empujaba lejos de ella para que el otro aprovechado compañero se engolocinara.

El desgraciado aprovechando que Mamá no volteaba a verlo, me miró y riendose de mí, se colocó a su costado con su bañador abultado y le empezó a pasar la punta sobre su cachete izquierdo. Mi Madre estaba tan alegre festejando su anotación que no se daba cuenta de las sucias intenciones de aquel aprovechado. ¡Ese infeliz estaba usando sus sucias artimañas para agasajarse a mi Madre frente a mis narices! Era un atrevido, cómo les había dicho él tenía una fama de vivaracho y aprovechado en la escuela, ya que en ocaciones lo habían visto coquetear con algunas Maestras y estas parecían estar seducidas por él. Si bien era un poco más bajo que Mamá se notaba en su short's que tenía una verga larga, cómo el lo dijo en la comida, el desgraciado estaba bien dotado. No sé si Mamá no se daba cuenta o se hacia la tonta, pero ese chamaco al ver que la espectacular Señora Tapia no decía nada, se colocó detrás de ella y se la apoyó entre sus nalgas descaradamente. Mis amigos no salían de su asombro y soltaban algunas risitas nerviosas, él mirandome a los ojos se mordía los labios mientras se la pasaba punteandola sobre su traje de baño.

Yo por mi parte seguía disimulando no darme cuenta de lo que pasaba y notaba que Mamá estaba sintiendo cada ves más la verga de ese pendejete sobre sus nalgas, pero trataba de disimularlo seguro para no armar un escándalo delante de mí. Ver todo eso me calentó, nuevamente se vinieron a mi mente todas aquellas imagenes de mi Madre siendo abusada por aquellos seres repugnantes, sin poder evitarlo mi pene empezó a endurecerse bajo el agua al ver cómo mis calenturientos compañeros se agasajaban de lindo a mi guapísima Madre.

-‘‘¿Ya viste mi amor?, ..y tu que no me querías de tu lado ¡Ji ji ji!..’’ Decía mi ingenua Madre celebrando su anotación mientras que los rosones y toqueteos de ‘‘celebración’’ que el Mofo y el ya deshinibido Raúl hacían a su persona.

-‘‘¡Bien Señora Tapia!, ..ultimo punto gana. Demuestrele a Pedrito que usted es una gran anotadora ’’. Decía el malintencionado Mofo mientras se reía junto con Raúl de algo que seguramente habían planeado.

El desgraciado Mofo le lanzó el balón a mi Madre haciendo que esta se dirigiera lo más rápido que podía hasta el punto de anotación, voltie a ver a Raúl para que intentara algo pero este estaba siendo sujetado por el Mofo para impedirlo, así que el unico que podía evitar que mi Madre anotara era yo pero al tratar de impedirlo el desgraciado Mofo y el traicionero Raúl me tomaron de las piernas para que mi emosionada Madre anotara y con ello ganaran la contienda, por lo que acabó con un desborde de alborozo generalizado, en el que destacó el Mofo tomando a mi Madre por la parte posterior de los muslos y subiéndosela por delante a caballito. Mi Madre no tuvo más opción que agarrarse del cuello del Mofo sorprendida para no caerse, mientras que él la sujetaba por el trasero para segun él sostenerla.

Mi Madre se puso algo sería y para sujetarse colocó sus manos sobre los hombros del chiquillo notando sorprendida sus fuertes músculos, el Mofo había trabajado desde pequeño por lo que su anatomia era la de un chico de 18 años teniendo el solo 15. Bajó las manos por los pectorales, acariciándoselos. Aunque estaba acostumbrada ya al fibrado cuerpo del viejo, ahora le gustó palpar el del joven. Se recreó unos instantes en su amplia espalda para acabar bajandose de él pasando las piernas alrededor de sus hombros y pecho, mientras el desgraciado para tratar de ayudarla le recorrió con sus manos cuando ella iba hacía abajo.

Al soltarse nuestras miradas se cruzaron unos breves instantes hablando por si solas, en ella intentando justificarse por las libertades que mis aprovechados compañeros hacían con ella y en mí reflejando un notable enfado, mientras que el Mofo se felicitaba con el traicionero Raul y Daniel reía afuera festejando. 

Intenté disimular mi enojo y mostrar ingenuidad ante mi Madre, ella sabía que se había pasado y que no debía de hacerlo, pero fue incapaz de reaccionar cuando los dos empezaron a juguetear y bromear entre ellos aunque la cosa terminó en un todos contra Mamá la cual no podía zafarse de las acometidas de los chicos que la sumergían una y otra vez. Entre tanto juego notó más de una mano tocar zonas que no debían, pero prefirió pensar que era para felicitarla o lances fortuitos del juego.

-‘‘¡Bien chicos, basta!, basta ¡Ji ji ji!.. Creo que ya fue demasiado ’’.

Hasta el desgraciado Raul se estaba descontrolando. Aunque era de mi edad, el niño no era tonto y sabía lo que era una mujer de bandera. Sabía que estaba siendo un poco descarado, pero no podía evitar seguirle el rollo a su compañero, el Mofo aprovecho para tocarle el abultado pecho que escondía la tela negra cada vez que se ponía a tiro. Las caricias en la espalda, el vientre plano o incluso las piernas parecían más inocentes y por eso no se preocupaba por el tiempo que pasaba magreándola. Incluso una de las veces en las que voltearon a mi Madre, el Mofo aprovechó para pasar uno de sus dedos sobre la tela de la parte baja del bikini, notando el esponjoso bulto que escondía el chochito de mi Madre en la tela.

Cuando los chicos se cansaron de ‘‘felicitar’’ a mi Madre por el buen partido, ella se sintió aliviada. En parte por dejar de tragar agua y en parte para que pararan los evidentes magreos.

-‘‘¡Ji ji ji!.. Bueno chicos, chicos. Creo que ya he tenido suficiente por hoy ¡Ji ji ji!.. Me diverti mucho jugando con ustedes, pero ahora iré a la casa para preparar la cena. ¿Porque me imaginó que se quedaran a dormir ahora?, ¿No es así? ’’.

-‘‘Pues no lo tenía contemplado, Señora ..pero siendo que es usted tan amable y tan..... sería una grave falta de respeto negarme a su invitación ’’. Le dijo el Mofo tragandosela con la mirada cuando mi Madre iba saliendo de la piscina.

-‘‘Bueno chicos, después de que se cansen de nadar, suben a ducharse y yo los llamaré para la cena ’’.

-‘‘¡Muchas gracias, Señora Tapia! ’’. Dijeron todos en unisonoro.

Por un lado no quería correr a mis Amigos ( Raul y Daniel ) de la casa, era la primera vez que venían y no quería que pensaran que era mal Amigo, pero por otro lado ese cerdo que ya le había palpado el trasero a mi Madre ya se había apuntado con dormir tambien y creo que no se conformaría con intentar algo más durante la noche. Pero lo peor fue que empezó a fijarse en mi cabeza la imagen recién vista, de ella subida a él, y la obvia inocencia de esa estampa, derivada de un lance de juego, cambió en mi mente a una morbosa postura sexual en la que ambos se besaban mientras cogian, me estaba volviendo loco. Y peor fue aún la erección que empezó a asomar en mi pene, algo que me desconcertaba, pero me costaba evitar, del mismo modo que me costaba ocultarla a los ojos de los allí presentes. El resultado fue de excusarme por el otro lado de la piscina como pretexto de ir por unas toallas, la tarde estaba cayendo y el frio ya se empezaba a sentir.

La verdad que los chicos ya no se miraban tan entusiasmados ahora que se había ido mi Madre, los infelices se había deleitado bastante con mi Mami en la piscina, creo que nunca se imaginaron que al venir a hacer la tarea terminarían nadando con mi espectacular Madre a escasos centimetros de ellos. La tarde pasó y las ganas de nadar de ellos se fueron con la llegada de la tarde, la verdad que ya teniamos la piel arrugada de tanto estar en el agua. Cuando regresaba con las toallas para mis compañeros, sin querer les escuché hablar:

-‘‘...No hombre. ¡Que vieja!... ¿Eh?... que vieja... Y que nalgas tiene...’’ Escuché la animosa voz del Mofo comentarles a Raúl y a Daniel cuando llenos de agua e incomodidad de estar mojados salian de la piscina para secarse.

-‘‘Ya tú... compórtate... Te va a escuchar ella o Pedrito ’’. Le escuché hablar a Daniel tratando de calmarlos.

-‘‘Ay si tú... ¿qué tiene?, no inventes... ¿Qué a poco tú no le viste cómo se le veía su cosita debajo de ese bikinni?.... O su animalote cómo le dice este.. Si bien que te vi cómo también te la comías con la mirada cuando la teníamos allí en medio de todos celebrando ’’.

Y movido por una morbosa inquietud que me hizo detenerme para intentar saber que otras cosas decían, aprovechando que yo no estaba y que mi Madre se veía en el interior de la casa preparando la cena. Asi que decidí no delatar mi presencia ante ellos para ver que más escuchaba:

-‘‘Y yo que no pensaba venir ¡je je je!.. Del espectáculo que me hubiera perdido ’’. Alcancé a escuchar la voz del Mofo comentándoles.

-‘‘Que por cierto, ya me habían dicho que la Mamá de Pedrito estaba buena pero nunca me imaginé que tanto, ..¡esta rebuenota! ¡ha, ha, ha!..’’ Habló ahora de nuevo Raúl en tono sereno.

-‘‘¿Si, por que crees que te dije que vinieramos?, ..y tú que querías hacerla en mi casa ¡ja, ja, ja!..’’ Terminó riendo Daniel sorprendiendome por su actitud.

-‘‘¡No son tan bobos cómo creia, Pendejetes! ..estaba seguro que lo único que les gustaba era ver televisión y embobarse con juegos de video ¡je je je!..’’ Les dijo el Mofo a los otros dos riendose de ellos.

-‘‘¿Qué pasó Roberto? ..si tu no eres el único que se ve que nada más anda viendo a que vieja se coge ’’. Le dijo Raúl al Mofo demostrandole que no sólo él de mujeres pensaba.

-‘‘¿Pero ya? ..pinche Roberto, es la Madre de nuestro cuate Pedrito, y ya andas pensando en clavartela ¡ha ha ha!.. ¿Le vieron la cara cuando Roberto le dijo que tenía buen palo? ’’. A modo risueño les preguntó Daniel de quien creía que era el más seriecito.

-‘‘¡Si, no manches!, ..se vio que se le antojo a la muy Puta. Enseguida se puso colorada ’’.

-‘‘¡Pues si cómo no, ..si es viuda!, Imaginense desde hace cuanto que no mira un palo, ..seguramente se lo estaba imaginando cuando se lo platicaba ¡je je je!..’’ Les dijo Roberto tomandose su bulto sobre su bañador.

-‘‘¿Cómo crees tú?, ..ella no se calienta con niñitos, ella es un mujerón. Tú eres el que anda ahí de calenturiento... ¿O qué?, ¿soy yo el que anda con la riata que apenas le cabe dentro del bañador viendo a la Madre de nuestro amigo que nos enseñó casi todo y hasta cena nos va hacer? ¡he he he!..’’ Le dijo Daniel al Mofo para bajerle los humos.

Sin más no se hizo esperar la tremenda respuesta por parte del aludido.

-‘‘¡Ahora si te mató pinche poca luz! ’’. Le quiso agredir jugando el Mofo a Daniel haciéndole cebollita en el pelo.

-‘‘Ya, ya, calmate Roberto, ..yo creo que la cabeza le debe de estar doliendo, ¡ha, ha, ha!.. Mira cómo le has dejado el pelo ’’. Terminó de recriminarle Raúl al alebrestado Mofo, quién al no encontrar por que más discutir, escogió hacer oídos sordos de lo que le decían y mejor dirigió sus palabras hacía Raúl.

-‘‘¡Ay si mira tú, pinche Cabrón!... ¡Si te vi cómo casi se la clavas completita con todo y bikinni cuando se te paró y te le repegaste para celebrar la anotación ’’. La contumaz insistencia del Mofo a referirse de aquella manera hacia mi Madre, me ocasionaba las más encontradas ideas.

-‘‘¿Y quién no lo haría?, ..¿viste esas nalgotas mi pinche Daniel? Cómo se movían de acá para allá cuando se salió de la piscina, ..por poco y se cae de lo buena que está la cabrona ¡ha, ha, ha!..’’ Asaltaba ahora si mi conciencia la voz de Raúl que claramente me indicaba que todo aquello había sido deliberado.

-‘‘Si hombre, cómo no iba a ver ese culo. Me cae que si no hubiera estado jugando Pedrito, de lo que le hubieramos hecho. ¡De menos yo dos arrimones si le hubiera pegado para que me sintiera la verga cuando brincara para celebrar las anotaciones! ’’. Escupió hacia mi pasmosa cabeza aquella obscena visión el más serio de los tres.

-‘‘¿Te lo imaginas tú Raúl? ..allí empinadita delante de ti, sólo con ese traje de baño que traía la cabrona cubriéndole el hoyo? ’’. Insistió el lascivo muchacho.

-‘‘Mejor que eso, ¿a poco no les hubiera gustado haber visto esas nalgas subiendo y bajándo por su palo delante de Pedrito mientras ella daba gritos de gusto? ’’. Sin dejar contestar a mi Amigo atajó el grotesco Roberto. Añadiendo enseguida, jactancioso de si mismo:

-‘‘Si el pinche cabeza de cerillo no hubiera estado, les aseguro que ya la tendría aquí mismo atornillándola delante de los dos mientras la veían cómo le entraba a esa viudita mis diez pulgadas de reata ¡je je je!..’’

-‘‘No, ahí si ya no seas Cabrón, ..con eso la matas ¡ha ha ha!..’’ De repente volví a escuchar Raúl dirigirse a su Amigo y nuevo compinche para opinar.

-‘‘¿Qué va? ..si se ve que le cabe completa. No más es cosa de que se acostumbre ¡je je je!..’’ Fue todavía por más el amenazante Mofo.

-‘‘Ya, no sean gachos, ..¡están hablando de la Mamá de mi mejor amigo!... ¡Y no de una Puta cualquiera! ’’.  Terció con ellos aún más grotesco y desmedido comentario mi amigo Daniel.

-‘‘¡Ahh si mira tú!, ahora resulta que sólo nosotros hablamos de ella, pero te seguro que hasta a él le gustaría ver cómo yo me la parcho ¡je je je!.. Solo dejenmela un par de minutos a solas y verán cómo la pongo ¡je je je!..’’ Les decía agarrandose el bulto Roberto mientras seguía con su obscena conversación.

-‘‘Ya, ya chicos. Si, está muy buena pero ya mejor váyamos a buscar a Pedrito, que ya me esta entrando el frio. Que la verdad creo que se le olvidó darnos la toalla porque ya tardó muchísimo. De seguro han de estar allá arriba bien calientito mientras nosotros acá muriendonos de frio hablando tantas burradas de chamacos calientes que parece cómo si en vez de hablar de cojerse a la Señora de la casa a la que nos invitaron, estuvieran hablando de que se quisieran tirar a la Puta de la chiquis de la escuela ’’. Puedo decir al menos que algo de confort y respeto sentí ese momento por Daniel, cuando finalmente escuché que los callaba aunque fuera empleando aquellas expresiones tan ofensivas y burdas.

-‘‘¡Ay... si no, Cabrón!... Ustedes porqué pueden regresar otro día ¿pero yo qué?... Pedrito no es mi Amigo y ya no me va a invitar a regresar. ¿Y saben, desde que la vi se me antojaron esas nalgas y esas tetonas que tiene para cachetearme entre ellas con la muy Puta Mamá de ese Pendejo?...’’

-‘‘No hombre, no ..si todavía falta toda la noche para que la convenzas. Además claró vi cómo se te quedó viendo al bulto cuando salias. Estoy seguro que a la Señora se le mojó cuando te vio el paquete ¡ha, ha, ha!..’’

-‘‘¿Tú crees? ..’’

-‘‘Si hombre, ..si lueguito se ve que la Señora se calentó con lo que platicabas. Es una Zorra igual que todas, ..sólo que esta es la Madre de nuestro amigo ¡ha, ha, ha!..’’

-‘‘¡¿Pedrito?!... ¡¿Qué haces aquí parado?! ’’.

La inesperada presencia de mi Madre a mi lado, casi hace me dé un paro cardiaco allí en ese momento cuando la escuché hablarme entre la esquina de la casa y los maceteros. Y sobresaltado por haber sentido que había sido descubierto en inflagranti, no pude hacer otra cosa más que tartamudear al intentar defender ante ella de mi postura de espía que sin darme cuenta desde hacia cuanto tiempo había sido descubierto, no sabía que tanto tendría que explicar por sus actos, pero todo quedó en nada más que una llamada de atención y salir de mi penumbra que no me quedó de otra que enfretarme a mis compañeros que tanto habían hablado de ella.

-‘‘¿Eh? ...¡Ahh!, eh s...si... ¡eh!.. este, ehhh yo...’’

-‘‘Tranquilo mi amor, ..¿quieres que yo les dé las toallas mientras tú te metes a la ducha?... Si quieres yo les digo que se esperen mientras tú te duchas ’’. Mamá se ofreció a decirles a mis Amigos al verme ahí todo mojado.

-‘‘No, no Mami ..yo les avisaré no te apures ’’. Le respondí a mi Madre, al darme cuenta de la reacción que fueran a tener mis compañeros si vieran a mi Madre llegar sola con las toallas.

Tomé las toallas y me acerqué hacía ellos, que todavía aún seguian cuchichando aquellas palabras lascerantes contra mi Madre y hacía mi persona, de la cuál ella ni se imaginaba del adelantado pensamiento de mis compañeros, que ya no la miraban cómo la dulce anfitriona si no que cómo la sensual hembra que ellos en sus sueños quisieran gozar.

-‘‘¡Pedrito!, creíamos que ya te habías olvidado de nosotros, ..ya nos estábamos muriendo de frio ’’.

-‘‘No, no para nada ..vayamos a mi cuarto para que se sequen y para después bañarse, antes de que Mamá prepare la cena ’’.

Después de bañarnos y de jugar un poco con mis videojuegos, Mamá mencionó que iría un rato a pláticar con una Amiga, que regresaría antes de las 10 de la noche, lo que me hizo tranquilizarme un poco ya que mis compañeros seguían algo inquietos. 

-‘‘¡Pedrito!, les dejé la cena en el horno, ..regreso antes de las 10 mi amor. No salgan de la casa ni hagan alguna travesura ’’. Me repitió.

-‘‘Ok, Má ..jugaremos con mi consola un buen rato ’’.

-‘‘Bien mi amor, ..¡luego nos vemos chicos! ’’. Dijo mi Madre dirigiendose a mis compañeros.

-‘‘¡Esta bien Señora Tapia! ’’. Contestaron al unisono mis compañeros.

La verdad que noté algo desilucionado a Roberto al enterarse que Mamá se iba. ¿Pero que pensaba el muy infeliz?,¿a caso si pensaba cortejar a mi Madre? Cenamos de inmediato, mis Amigos bromeando decían que se comerían todo lo que les hiciera mi Madre, yo finjiendo una sonrisa trataba de llevar las bromas de buen humor, además sabía perfectamente que sólo eran fantasías de unos chiquillos calienturientos, despues de todo era solo eso, ¿o no?. Después de cenar volvimos a los juegos de video, la verdad que mis videojuegos tenían muy complacidos a Daniel y a Raúl, pero no al Mofo, el decia que esos juegos eran para bobos, que a él el único juego que lo motivaba era las cartas, lo que de inmediato motivo a Raúl que enseguida le agradó la indea.

La verdad que a Daniel y a mí nos hubiera encantado seguir jugando videojuegos toda la noche, pero para ser buen anfitrion y con una buena democracia nos tuvimos que doblegar ante la votación mayoritaria. Saqué un manojo de cartas viejas que guardaba en mi cajón desde hace mucho, recuerdo que en ocasiones jugaba con mi Padre. Asi que motivado por los recuerdos nos dirigimos a la sala para demostrarles a mis compañeros mis buenas experiencias cómo taúr. Empezams jugando un poker, la verdad que ya les estaba bajando hasta las cánicas, el Mofo estaba indignado por mi capacidad en las cartas, aunque alegaba de su racha de mala suerte, sinceramente el tipo se veía que no le gustaba que un chiquillo bobo cómo él me decía, le estuviera poniendo una bailada en el juego que tanto él presumía.

-‘‘Que te parece bobo, si mejor jugamos algo más interesante, ..quizás un 21, pero con castigos de verdad ’’.

-‘‘¿...21? ’’.

-‘‘¡Ya volví chicos!, ..ya estoy aquí. ¿Que es lo que juegan? ’’.

Al voltear a ver a mi Madre noté que venía algo deshinibida, quizás con algunas copas de más. Venía muy sonriente y claramente se le notaba que había bebido, seguramente había tomado algunas copas con su Amiga, venía sonriente pero no ebria. 

-‘‘Estamos empezando a jugar un 21, Mamita ..sientese junto a nosotros para que nos vea ’’. Le dijo el Mofo haciendo un lugar en el sillón cerca de él.

-‘‘Esta bien, ..pero dejenme prepararles unas botanas, para estar más agusto. Enseguida regreso chicos ’’.

Los ojos del Mofo se fueron siguiendo esos dos globos de carne mazisa que apretados bajo esa ajustada tela del vestido que traía colocada, dejaba ver con claridad la calidad de glúteos que tenía mi Progenitora. La descarada mirada de mi compañero no cedió hasta que mi Mami se perdió en la cocina, dejando un poco de silencio entre mis 3 atrevidos invitados. De esa manera, luego de aquella situación finalmente mi Madre se nos unió y en seguida Roberto se ofreció para ayudarle con las botanas y las bebidas que Mamá traia para todos. Lo raro para mi era que Mamá se había servido una copa de vino y se disponia a tomarsela con nosotros mientras veía el juego sentada en el sillón.

Pasamos un buen rato bebiendo ( refresco ), contándonos chistes y hasta luego de lo que sin duda habría sido mi cuarto o quinto juego seguido ganando, dejándoles claro de mi superioridad de juego ante ellos, fue el Mofo el que sugirió que jugáramos algo más atrevido para aumentar el fervor del juego. De esa manera, si no mal recuerdo fue Raúl el que comentó que ya entendiéndole al juego, este bien podría también jugarse con apuestas. Y no fue otro sino al aprovechado Mofo el que dijo que si, que si bien no por dinero, este se podría llevar con retos o de prendas dijo esto último diriendo la mirada hacía mi Madre.

Así, reunidos alrededor de la pequeña mesa redonda de la sala ( que muchos recuerdos tenía ), comenzamos a jugar, algunos acercándose a la mesa para recibir sus cartas, y otros cómo Daniel y yo, esperando acomodados sobre el tapete persa floreado a que nos tocara por fin probar suerte. Sin mayor contratiempo llegé a completar las cinco primeras fases del juego, hasta que de pronto fue mi turno en perder mi primer juego, que a diferencia del Mofo que escogió quitarse la playera para quedar en una musculosa, yo me zafé los zapatos. Para la siguiente ronda perdió Daniel, que prefiriendo mejor un castigo que despojarse de una prenda, fue sometido a tomarse un litro de agua y sin mayor ceremonia la tragó con el requerimiento de no poder ir al baño por lo menos en media hora.

-‘‘Bien, .. muy bien Dani. Te lo agradecemos tanto que no sabes, ..y por cierto que..’’

Hizo una pausa para voltear a ver a mi Madre para decir:

-‘‘¿Porque no invitamos a la dueña de la casa a jugar con nosotros?, ..digo si a Pedrito no le importa. De todas maneras, parece que la Señora ya viene un poco entonada ¡je je je!..’’

Terminó de decirle el Mofo justo cuando mi Madre se inclinaba ante la mesa de centro para recoger de nuevo su copa que ya casi había terminado de consumirla. Ocasionando que al oírlo vacilara entre girar la cabeza para mirarlo y tomar su copa, antes de poder concentrarse de nuevo y tras examinar brevemente con su mirada la mía y la del Mofo en busca de nuestra reacción, titubear todavía un poco al volver a fijarse en lo que hacía antes de enderezarse sin decir ni media palabra.

Aunque resulta por demás obvio decir que tanto el Mofo cómo Raúl de inmediato estuvieron de acuerdo, supongo yo que debido a que aún sin comprenderlo del todo de manera definitiva para ese momento, algo comenzaba a surgir dentro de mi inconsciente, que dadas las circunstancias, de pronto un perverso deseo por verla cometer de nueva cuenta tal clase de impúdicos actos exhibicionistas con los que seguramente aparte de la mía, mis compañeros estaban rogando para que la flamante anfritiona aceptara y no obstante que ellos sabían que lo que estaba yo por decir, bien podría dar un giro a las cosas o quizás un pequeño empujoncito para mi Madre aceptara, simplemente me uní sus demandas encogiéndome de hombros y decirles:

-‘‘Pues cómo quieran, ..al fin que Mamá sabe lo que hace, además tampoco creo que sea la primera vez que mi Mami juega este tipo de juegos, al menos conmigo... Y pues si ella esta de acuerdo, pues que más da ’’. Sugerí frente a todos logrando un gran silencio.

-‘‘No Roberto, creo que mejor no, ..yo creo que Pedrito está un poco enojado conmigo por estarme metiendo en sus juegos. Yo mejor los veo de lejitos, ..además me estoy diviertiendo mucho con sus castigos ’’.

Pero que pretendia mi Madre con esa respuestas, ¿a caso en algún momento había pensando en jugar con nosotros a las cartas con castigos? Pensé para mis adentro mientras la veía cómo me lanzaba aquella mirada desafiante a los ojos. Me resultaba increíble que mi Madre ahora pretendiera adoptar esa actitud ingenua y hacerme caritas de molestia, a sabiendas que lo único que pretendian mis compañeros era que jugara ese juego de prendas con el cuál poder despojarla de sus atractivas ropas, y en vez de hallarse molesta con ellos por sus intenciones,  por alguna extraña razón escogía mostrarse enojada conmigo mientras interponía apenas ese leve pretexto para no tener que jugar cómo seguramente ya sabía que le pedirían.

-‘‘No para nada Señora, ..estoy seguro que Pedrito estara muy contento de que su Mami juege con él. Bueno, al menos yo estaría contento que alguna vez mi Madre lo hiciera conmigo ’’. Dijo el desgraciado Roberto en su papel de martil cómo si nosotros tuvieramos la culpa de su desquebrajada familia. 

-‘‘Si, pero es que no sé ..’’ Insistió ella apartando la vista de mí.

-‘‘¿Qué no sabes Mamita? ’’. La cuestionó el Mofo notando que ella había abandonado la idea de ir a la cocina a servirse de nuevo otra copa de su cosecha de vino favorito.

Entonces el Mofo se incorporó de su asiento del lado de mi Madre y se acercó a ella para tomar de sus manos la copa vacía y dirigirse a la cocina no sin antes decirle:

-‘‘A ver Mami, ..deme esta copa y yo voy a servirle otra, mientras piensa que nos dice ’’. El Mofo se las retiró antes de hacer un gesto curioso con mi amigo Raúl y dirigirse hacia la cocina con la copa vacía de mi Madre.

A lo que mi Madre, sintiéndose ya atrapada terminó por interponer:

-‘‘Bueno, es que aparte de todo, creo no vengo bien vestida para jugar algo así ’’. Dijo ella volteando a verse el vestido color humo ajustado que esa noche había decidido portar.

Y esque esta noche mi Madre venía vestida, ( perdón por no haberselas descrito ) venía realmente muy sexy, con una blusa blanca de tela sumamente vaporosa pero que con unos moños al frente que evitaban que se alcanzara a ver el encaje del brassiere que soportaba sus cántaros de leche, además una falda obscura color humo algo ajustada, anudada por un amplio cinturón de argollas en la parte frontal y que se abrochaba en la parte trasera con otras argollas para que con este comprimiera su abdomen dejandole una preciosa cintura de abispa. También unos zapatos de tacón alto descubiertos del talón y medias obscuras ( bueno al menos eso era lo que se alcanzaba a ver hasta ese momento ). Y Raúl siguiendo el juego de su improvisado compañero luego de intercambiar especulativas miradas con Daniel, y siendo quizás un poco más caballeroso de lo que esperaba ya de él para esos momentos, le ofreció:

-‘‘¡Pero si se ve fabulosa con ese vestido, Señora Tapia!, ..¿por qué no?, si quiere jugamos un poco y acordamos desde el principio si usted quiere, que puede dejar de jugar y terminar sin que la presionemos a nada. Así en cuanto se sienta incomoda ya damos por terminado el juego. O si lo quiere para que no te sienta presionada, ..escribimos algunos pequeños castigos y si pierde y hay algo que no se quiera quitar, escoge un castigo ’’.

-‘‘¿Pero quién pondría los castigos o cómo sería? ’’. Al oírla preguntar, sabía yo de una vez y por todas que finalmente mi Madre había accedido y haciéndola ceder, mis compañeros habían conseguido salirse con la suya.

Lleno de nervios por lo que se avecinaba en los próximos instantes, no pude permanecer sentado más en mi sitio, por lo que intentando disipar un poco la tensión del cuerpo, me levanté del tapete para ir a buscar al Mofo a la cocina que al parecer se había perdido en ella porque ya tenía bastante sin regresar. Me dirigí dejando sola a mi Madre con mis dos compañeros, pero ellos no me preocupaban, el que lo hacía estaba no se que haciendo cosas en la cocina.

Cuando lo hize vi de espaldas al Mofo que intentaba mezclar refresco con un fuerte licor de Papá, cuando me vió se dirigó a mi con el rostro serio y me dijo:

-‘‘Escuchame bien coloradito, ..queremos jugar con tu Mami. No quiero que lo vayas a estropear o que digas alguna cosa que la vaya a incomodar. Te vas a quedar bien calladito y vas a dejar que nosotros nos divirtamos un rato ¿has entendido? ’’.

-‘‘¿Q, que le quieren hacer? ’’.

-‘‘Nada, sólo jugaremos un ratito con ella, ..así que si tu Mami pierde algunas prendas ..tú calladito, ¿entendido? ’’.

-‘‘¿Que estás haciendo? ’’.

-‘‘Nada bobo, sólo le estoy cargando un poco la bebida a tu Madre, ..digo para se sientas más comoda. Y una para mi por supuesto ¡je je je!..’’

En cuanto obtuvo la bebida bien cargada, el desgraciado se dirigó hacía la sala, mientras que yo también apuré un buen trago hacia mi garganta para quitar un poco el nerviosísmo y el temor que me había inculcado el Mofo con su fria mirada, los desgraciados habían planeado algo y yo ante la amenaza no iba hacer nada para evitarlo. Volví hacia la habitación principal y tras contemplar una vez más a mi Madre parada allí enfrente de ellos con su vestido ajustado y sus zapatos de tacón alto, mientras que entre ellos escribían apresuradamente en unos pequeños pedacitos de papel, por mi parte y en silencio experimentaba una impotencia de no poderle decir a mi Madre de lo que tramaban mis caleturientos compañeros.

Entre risitas y murmullos de lo que escuchaba de aquel par de mañosos, al parecer le explicaban a mi Madre acerca de lo que jugarían y de las nuevas reglas del juego que tenían planeado hacer con ella, la convencían que para no querer abusar de la situación mediante los castigos o prendas, entre ellos pondrían separados los papelitos con las tareas para ella, los que se cumplirían en cambio de alguna prenda, y las penas que se impondrían en el caso de que alguno de los participantes ya no tuviera nada puesto y quisiera recuperar alguna prenda o continuar simplemente jugando.

Entre mis múltiples y confusos pensamientos, empezaba a notar cómo aquel par escuincles calenturientos pensaban en tener o de conseguir una oportunidad con esa flamante mujer cómo si mi Madre fuera una de esas chiquillas que por fin les hubiera hecho caso o pensaran vagamente en tener una oportunidad.

-‘‘Si, pero esque.. ¿qué caso tienen las últimas?... Yo ya acepté jugar un par de juegos con ustedes, ..pero de eso a que yo pierda algunas prendas no me crean tan tonta. Les aseguro que no tienen ningún caso esas últimas, ..si acaso llegara a perder la ropa, de ninguna manera seguiría jugando y menos con los Amiguitos de mi hijo ’’. Alegaba mi Madre con ellos cómo si se tratara de un juego de honor o de prestigio para ella, sin tomar en cuenta que estaba llevando ese peligroso jueguito con unos adolencentes calenturientos.

-‘‘Bueno esta bien, pero ya olvídese de reclamos, ..ya habíamos quedado desde que aceptó y ya no hay marcha atrás ’’. Refutó el Mofo.

-‘‘Además, ya lo escribimos y son sólo cositas que nos gustaría verla que hiciera, más que nos pague con prendas. Como por ejemplo bailar o contarnos alguna confesión que nunca haya hecho, no hay nada porque temer, linda Señora ’’ Le animó Raúl.

Cada vez me parecía más descarada la actitud de mis pubertos compañeros al dirigirse hacía ella, pero lo que me tenía con mayor pendiente era la actitud pasiva de mi Madre, que al parecer por el licor ingerido parecía no darse cuenta del cambio con que mis queridos compañeros se dirigían hacía ella. Mientras los escuchaba convencerla, en mis adentros meditaba en tanto que sin dejar de verlos veía cómo mi Madre sin darse cuenta del cambio de alcohol en su copa, cada vez se veía más desinibida y con una tonta sonrisa que ya no quitaba de su rostro. Entre mis adentros me debatia entre enfrentar a mi Madre para decirle que si que era lo que estaba haciendo y afrontar la golpiza que seguramente el Mofo me daría en la escuela o dejar que mis compañeros llevaran acabo sus planes y ver a mi Madre despojandose de sus ropas.

Pero mi conciencia entre ver a mis compañeros entusiasmados y ver a mi Madre con sus mejillas cada vez más sonrojadas me decía: ¿Qué estás haciendo Pedrito? Es claro que esos castigos de los que ellos no le dicen, son cosas que ellos quieren verla haciendo, seguramente comprometedoras e indecentes. ¿De verdad vas a dejar que lo hagan? Cuando de pronto haciéndome salir de mi expectante anonimato, Mamá girando sobre sus tacones volteó a dirigirse hacia mí para acercárseme y decirme con esa sonrisa embriagaba si estaba de acuerdo o tenía algo que decir acerca del asunto y el modo en que le planteaban las cosas.

Sorprendido pensé para mí, sabía perfectamente que todo aquel asunto de las cartas había sido una equivocación de mi parte, por querer hacerme el taúr entre mis compañeros de clase y querer humillar al Mofo en su propio juego, tanto cómo el chantaje en el que me había dejado envolver y aprovechado por el Mofo para ofrecer a mi Madre cómo carne de cañón para complacer a esos chiquillos, cómo si mi Madre fuera una bulgar cabaretera o una dama de compañía estuviera ofreciendola para que ellos se divirtieran. Mi Madre con esos hermosos ojos y su tonta sonrisa embriagada esperaba de mi una respuesta o algún tipo de estimulo para seguir adelante, pero que muy en mis adentros le renegaba de tal manera cómo diciendole, antes de contestar: ‘‘Bien..  tú bien sabías en lo que te metías con todo esto.. ¿No es cierto? ..¿Ahora por que te haces estupida Madre?... Si ese es el papel que te gusta tener pues a ver ahora cómo sales de esta ’’.

Sin duda me hallaba algo enojado y también ofendido, cuando después de mirarla parada allí delante de mí, le contesté:

-‘‘No sé Mamá, tú sabes ..estos dos te han estado encuerando con la mirada desde que te vieron. Y de verdad que ni que decirles Má, ..pero si tu quieres jugar adelante, yo no podré salvarte ’’. Le Solté con el tono más sereno posible, antes de sacarme la espina.

-‘‘¿Ya Mamita?..¡Pedrito!, ¿vas a dejarla jugar o no pues? ’’. Se escuchó la voz del Mofo apresurándonos.

Mi Madre, con una perturbada mirada que no apartó de mi rostro, se quedó por unos instantes escudriñando mis ojos y cara, antes de que sin apartarme la vista abriera sus labios para responderle al mañoso Mofo que allá iba. Y volviendo a girarse delante de mí, volvió a andar sobre sus pasos cómo si se tratara de una chiquilla acortejada más no ser la flamante Señora Tapia que representaba ante la Sociedad.

-‘‘¡Bien!, ..¿ya estás lista Mamita?. ¿Y Pedrito no juega? ’’. Escuché que le preguntaban.

-‘‘Si, allá voy. Empiecen, empiecen ..yo nada más me sirvo un refresco. ¿Alguien más quiere?... ’’ Evadí la mirada del Mofo para volver a la cocina y no tener que salir en ese momento para enfrentarme a ellos.

-‘‘Ahora usted Señora, ..anote lo que usted quiera que sean nuestros castigos ’’. Alcancé a escuchar a Raúl que le decía a mi Madre sin poder evitar disfrazar un tono de excitada emoción al ver que ella ya estaba entusiasmada por comenzar el juego.

Con todo y eso, cuando después de ir a la cocina y servirme otro vaso de refresco, y escudado mi rostro detrás de mi momentanea partida para no delatar mi enojo y frustración, volví a reunirme con ellos y procurando evitar sus miradas me acomodé en un sillón de la sala que aún se encontraba vacío, y sin poder evitarlo voltié a ver a Mamá que sentada del otro lado del salón se encontraba de cierto modo empeñandose por escribir sobre unos pequeños pedazos de papel que inmediatamente después de terminar doblarlos para que nadie los viera, percibí en ella un aire de complicidad y de niñez que aparentaba al tener esa actitud divertina.

Mis compañeros les explicaron las reglas del juego que propusieron mientras ella seguía anotando en los pequeños cuadritos de papel sus demandas. Estas eran más que simples, para cada jugador se repartian una carta por ronda, ningún jugador podría quedarse por debajo de los 16 puntos ni pasarse de los 21, él que tuviera el juego de barajas más bajo perdería la mano y tendría que pagar con un castigo o despojarse de una prenda ( que ese era el verdadero fin al que quería llegar mis compañeros ). En caso de haber empate hacia los puntos bajos, uno de los perdedores tomaría la condena mientras que por fuerza el otro se removería algo de ropa. Y en el otro caso de que alguno se sobrepasara de los 21, todos los demás que no hubieran excedido la cuenta, serían considerados cómo ganadores y podrían imponer el tipo de sanción que se les antojara hacer que el perdedor que se sobre pasó cumpliera, ya fuera de prenda o castigo.

-‘‘¡Miren!, ..yo de una vez les aclaro, no juego ’’. De improviso se los aclaré.

-‘‘Vamos Pedrito, sólo un rato, ..ya veras cómo nos divertimos ’’. Me empezaba a querer convencer Raúl al ver mi negativa.

-‘‘¿Divertirnos? ..si lo único que quieren ustedes es hacer que pierda mi Mami. Asi que para ver que no le hagan trampas, yo seré la banca ’’. Y acercándome hacia la mesa del centro, me hice de las cartas con las que planeaban jugar.

-‘‘Oigan, oigan, escuchenme, ..les aclaro que tengo chance de decidir no jugar más si no quiero. ¿Verdad mi amor? ’’. Volteó a verme Mamá buscando en mí, ayuda. Antes de comentarles que no se hicieran muchas esperanzas de que ella fuera atreverse a llegar más lejos de lo que ellos pensaban o cumplir esos castigos que se les habría ocurrido escribir.

-‘‘Esta bien Mamita, ..pero de una vez le decimos que los zapatos, collares, anillos y su relojillo no valen ¡heee! ’’. Le aclaró de primera el abusivo Mofo.

-‘‘¿Asi? ..entonces ustedes también, los zapatos, sus gorras y calcetines. A ver quién pierde más ’’. Le respondió mi Madre ocasionando que tanto el Mofo cómo Raúl le celebraran la gracia con carcajadas. 

-‘‘Bueno, ok Mamá y chicos, pongan atención, ..en los papelitos de este cenicero dice la prenda que se tiene que ir quitando cada uno, en ese otro están los castigos y en ese los tuyos Mami ’’. Les aclaré las reglas ahora, envolviendome con mi nuevo papel de banca.

De inmediato entendí que el Mofo y Raúl sabian muy bien lo que hacían, ya que habían conseguido a su vez reducir a mi Madre, dejándole bien claro que serían ellos y no ella quién impondría las condiciones. De pasada con el hecho de poder anticipar de una u otra manera con el juego en tales condiciones, a menos que mi Madre jugara puras manos ganadoras, tendría que o que cumplir una penalidad o despojarse de alguna de sus ropas. Sin perder detalle de lo que hacía, Mamá observó cada movimiento de mis manos cuando bajándome para acercarme a la mesa del centro, comencé a repartir las cartas entre los cuatro. Simplemente había ya decidido que no daría excusa para qué no jugara, y tendría que ser ella la decidiera ponerle algún alto a las cosas si quería que la partida terminara antes de que algo escandaloso sucediera de nuevo.

Pasadas las cuatro primeras manos, que fueron perdidas por Raúl en una y Daniel en más de dos ocasiones que sin que nadie se lo refutara escogieron un par de castigos que mi Madre había escogido para ellos. No eran más que pequeños he insignificantes retos cómo el beber agua, el bailar solos frente a todos y el de servirnos de meseros por una ocasión para el deleite de todos, hasta que en la quinta ronda fue el turno de mi Madre de quedar con las cartas más bajas al repartirles yo el primer par de naipes, que la llevo a preguntar si a fuerza tenía que pasar del conteo de diesciseis.

-‘‘¿Problemas Señora? ¡ha, ha, ha!..’’ Con todas las ancias de ver que mi Madre perdiera, Raúl le preguntó a mi Madre disfrutando lo que de seguro se vendría más adelante.

-‘‘Le aclaro Mamita, ..que lo que sea que cualquiera se quite se lo tiene que quitar aquí delante de todos ’’. Le aclaró el Mofo con su malcreada sonrisa cómo si supiera el resultado de la mano que en esos momentos estaba dando.

Después se dirigió a mi, metiendome en un dilema en cuál no me había imaginado y poniendome en tela de duda mi respuesta hacia lo que esperaba de mi al pedir mi opinión.

-‘‘Digo, aquí esas son las reglas de la casa, ..a menos que Pedrito le parezca indebido. Él lleva la banca y pone las reglas ’’. Me dijo viendome a los ojos con esa mirada amenazante la cuál me había dejado con un gran temor en la cocina apenas hace unos minutos.

-‘‘¿Y que te hace pensar que yo voy a perder o tener que quitarme algo, jovencito? También puedo tomar un castigo de esos ’’. Le cuestionó mi Madre sonriente, aclarando enseguida.

Pero al final de la mano, resultó que fue Raúl el que terminó perdiendo por sobrepasar el conteo de los 21, mientras que mi Mami con la suma de un 17 con tres cartas, quedó en la cuenta mínima, y lo celebró entusiasmada.

-‘‘¿Ya vieron jovencitos?, ..nada de castigos ni ropas. ¿Y tú Raúlito que vas a quitarte o perder? ’’. Le preguntó mi Madre ya bastante estusiasmada y emocionada por su suerte momentanea en el juego.

-‘‘A ver, ..déjeme ver, que castigos fue los que puso ’’. Raúl se abalanzó sobre el recipiente grande y abriendo uno de los que sabía que mi Madre había escrito lo leyó, dibujándose una sonrisa inmediatamente en su rostro.

-‘‘Haber hombre, leelo rápido, ..no, nos tengas así ’’. Le presionó Mamá anciosa por saber su castigo.

-‘‘¡ha, ha, ha!.. ¡ok!...  Así mejor si pierdo ’’.

-‘‘¿Qué?, ..¿qué dice?, ¿qué cosa puso? ’’. Movido por un estallido de anciedad que me traicionó, quise saber.

-‘‘Leelo tú Pedrito, ..ya que eres la banca, si no, estos no me van a creer ¡ha, ha, ha!..’’

-‘‘Bueno, aquí dice que la próxima vez que pierda algo de ropa, alguien tiene que ayudarlo a quitársela y le toca a él decidir quién quiere que se la quite ’’. Les expliqué a todos tendiéndo el papelito para que lo leyeran.

Quedaba claro que los castigos que mi Madre había pretendido imponer bien podían haber sido pasados por demasiado inocentes, y quizás por lo tanto algunos de ellos podrían usarse en su contra, pero seguramente por cómo se encontraba algo bebida y muy anciosa, quizás no logró pensar muy bien sus mandatos o quizás confiando un poco en la inocencia de mis compañeros jamás se le ocurrió que estos los usaran en su contra.

La partida continuó con la siguiente ronda que por fin perdió Mamá al sobrepasar los veinte y un puntos. Para los que ella decidida a no dejarse quitar ningún de los artículos de su indumentaria, luego de pensarlo por unos momentos escogió pagar con una penalidad de las que tenían escritas alguno de ellos. Quedaba claro que no podía usar sus aretes, zapatos, reloj y colguijes, ya que no contaban cómo prenda, si no es que acaso según lo que había comentado el Mofo al inicio, ni siquiera le fueran aceptados en forma de pago. Y en caso de que incluso tuviera las ganas de quitarse las medias o cualquier otra cosa que llevara puesta bajo el vestido, al tener que removérsela delante de todos, ocasionaría que esos chiquillos pubertos vieran más de lo que se suponía querer que llegaran a ver de la manera en que iba vestida mi Madre en estos momentos.

Asi que decidida y para demostrales su gran competibilidad en el juego, tomó un papel y lo leyó para si misma al tiempo en que aparentemente sorprendida de sus labios que parecían repasar en silencio cada palabra de lo que leía, de pronto surgió algo parecido a un respiro apagado.

-‘‘¿Qué pasa Mamá?, ¿qué dice? ’’. Alarmado por lo que esos sinvergüenzas se les hubiera ocurrido escribir me apresuré a preguntarle sin recordarle que fuera lo que fuera tendría que leerlo en voz alta.

Volteó a mirarme primero antes de preguntar quién había escrito aquella condena y tras escudriñar con la vista a todos mis compañeros, comenzar a decir en tono bastante apenado y voz baja:

-‘‘Dice que cómo perdí, debo de contestar esta pregunta, ..pe, pero eso se vale. Eso no estaba en el trato yo...’’

-‘‘Ni modo Mamita, asi son las cosas, tú perdiste ..¿o a caso no te estabas riendo cuando ellos eran castigados? ¡Pedrito tomalo!, ..leelo, tú eres la banca ’’.

El desgraciado Mofo no sólo quería ruborizarla a ella si no que me usaba a mi cómo verdugo, aunque para serles sinceros estaba que me moria por leer el castigo que mis querubines compañeros en manera de picardía y ventaja había escrito para ella. Todos estaban al pendiente de mis labios, mientras que mi Madre se debatia en que si debía de hacerlo o no. 

-‘‘Bueno aqui dice qué, ..¡oigan eso no se vale!, esto esta muy pasado ’’. Les dije a todos tratando de que le perdonaran el castigo.

-‘‘Tú leelo nada más Pedrito, ..tu Mamá sabrá si desea contestalo o no. Esa es su decición o ..¿desea ya perder el juego? ’’. Pero el Mofo me dio a entender que era en vano mi defensa y en tono sería me contestó.

-‘‘B, bueno aqui dice que, ..que si para cubrir tanto tiempo de ausencia masculina. Mi Mami se, ..se masturba ’’.

Se hizo un silenció total en la sala, Mamá se puso más colorada que un tomate, miraba nerviosa para los lados, yo creo que reusando su mirada de mi rostro. Todos percibimos la tensión en el ambiente, así que para cortar con la situación, me levanté de un salto y dirigiendome a la cocina les dije: 

-‘‘¡Ya está bien de tonterías!, ..voy a la cocina, alguien quiere un refresco u otra cosa ’’. Traté de desviar la tensión de la sala un poco, pero todos mis compañeros seguían muy al pendiente de la reacción que fuera a tomar Mamá.

Me levanté y me dirigí a la cocina, lo hice para quitarle un poco de presión a mi Madre, aunque la verdad era ella la que se lo había buscado, por querer jugar ese tipo de juegos con chiquillos calenturientos cómo lo eran ellos. Me metí en la cocina y me serví un trago del vino de mi Madre, creo que ocupaba algo más fuerte por lo que estaba viviendo en el salón de mi casa. Cuando salí ya Mamá estaba más relajada, la verdad que no supe que fue lo que les contestó Mamá, pero por su rostro colorado y los ojos libidinosos de mis compañeros creo que si lo dijo. Me acerqué nuevamente a las cartas y con la mirada algo ya enojada le volví a preguntar a Mamá si quería seguir jugando.

-‘‘Dame cartas mi amor, ..esto no se va a quedar así nomás. Ahorita nos emparejamos ’’. La verdad que no entendía a Mamá, cuál era su fin con seguir jugando, pero ante su mandato volví a repartir el juego aunque en esta ocación por su terquedad no me movería de ahí para que aprendiera su lección.

-‘‘A ver... ahí les van sus cartas ’’. Comenté en cuanto para aliviar la enorme tensión que había quedado en el aire, comencé a repartir las barajas empezando por mi Madre, que, en cuanto las vio suspiró aliviada.

-‘‘¿Por qué no me salió esto en la pasada? ¡Ji ji ji!.. Al menos ya salí del castigo ’’. Comentó mi Madre volteando a ver al Mofo, antes que a mí.

Después de aquella ronda, el Mofo y Daniel perdieron las siguientes manos sucesivamente hasta que el susodicho Mocho percatándose de que no llegarían a ninguna parte jugando de la misma manera, pactó con Raúl y Daniel para que en vez de que tomaran castigos cómo forma de pago, que mejor contribuyeran quitándose prendas, al menos con eso harían que mi Madre se pusiera más nerviosa. De tal forma que para cuando por fin volvió a perder el Mofo, el desgraciado se levantó y delante de mi Madre se abrió su pantaloncillo para deslizarlo por sus muslos y quedar así en calsoncillos y con su camiseta puesta.

De inmediato mientras Mamá disimulaba su mirada hacía el bulto promiente de mi compañero bajo su calsoncillo, ella bastante nerviosa me pidió que le consiguiera un poco más de vino, a lo que accedí parándome de la mesita para ir a servirle mientras ella trataba de desviar su mirada a dónde fuera lejos de mi compañero. La tensión era mucha y tal cómo había sido de esperarse no disminuyó en lo más mínimo, aún con el trago que le dio a su copa enseguida de que se la di, y en cambio si aumento para ella cuando tras haber recibido las otras cartas su suerte la empezaba a dejar para tener frente así la posibilidad de perder nuevamente.

-‘‘Ni modo Señora, ..perdió de nuevo, ¿Quizás ya es hora de pagar con alguna prenda, no? ’’. La presionó un poco el Mofo con esa indirecta.

-‘‘Nada perdido andas muchachito, ..pero no me convences con nada ¡Ji ji ji!..’’ Se lo dijo juguetonamente mirando a mi compañero.

-‘‘Si lo desea puede quitarse entonces el saco o el cinturón, Señora ..’’ Salió al ataque Raúl en auxilo de su compañero, los desgraciados afuerzas querian encuerar a mi Madre.

Aunque al no haber sido requerida mi opinión, tampoco intervine ni dije una sola palabra, mi Madre volteando a mirarme por un breve momento para después bajar la mirada y buscando con sus finos dedos el broche que lo sujetaba, se decidió a removerse el delicado cinturón de argollas doradas que rodeaba la cintura de su faldita. Supongo yo que para todos, incluidos el Mofo y yo, al ver que lo hacía tuvimos la misma sensación de que sin objetarle más, al no rechazar ella las indicaciones de mi determinado compañero, estaba sentando un precedente y entrando por completo al juego. Y aunque no comenté nada al respecto, y supongo que no lo notó nadie, al verla a ella sometiéndose a la voluntad de aquel ventajoso chamaco, mi corazón empezó a latir más rapidamente al ver cómo mi Madre perdía una prenda. Pero lo que más me asustaba era que mi Madre ya había empezado un antecedente y tenía miedo de que con su embriagues que llevaba ahora cometiera una locura.

De esa manera, después de que mi Mami cumpliera con el pago acordado y continuamos jugando, pronto me di cuenta de que para ninguno de mis compañeros era importante pensar en perder o avanzar a las siguientes rondas con las cartas, si no esperar a ver que sucedía en el turno de mi Madre. Y siendo que ya para estas alturas de nuestras vidas y por todo lo que nos había ocurrido puedo dejar de ser un poco hipócrita con ustedes acerca de mis propias emociones. Asi que tomando un nuevo sorbo a mi refresco con un piquito de licor para calmarme los nervios, algo muy dentro de mí ser, ansiaba ver que podría ocurrir a continuación, y que ella perdiera.

-‘‘Vamos Señora, ..una prenda más y la dejamos tranquila ¡je je je!..’’ El tono del Mofo no me gustaba para nada, estaba empeñado en desnudar a mi Madre.

-‘‘¡Mamá! ..’’ Le hable en tono alto para que reaccionara y parara de seguir jugando, aunque cuando le noté el semblante me di cuenta de que el licor ya empezaba llegarle a la cabeza.

-‘‘Está bien mi cielo, no importa de veras, ..las que siguen me voy a reponer y no puedo perder ¡Ji ji!..’’ Entre más risitas y sonrisas de mis compañeros intentó calmarme los ánimos mi inocente Madre.

Pero esto no fue así y las cosas al menos supongo yo que no salieron cómo ella esperaba pues cuando por segunda y penúltima vez en el turno cayeron más cartas bajas sin conseguir la tirada que le ayudaría a alcanzar un numero mayor a mis compañeros, a lo que para no perder pidió una carta más haciendo que se pasara se los 21. Todos se rieron regocijados de su mala fortuna.

-‘‘¡Ora si Mamita!... ¡Ya no hay más! ..a quitarse las medias ’’. Soltó el inapropiado comentario el socarrón del Mofo, celebrando por otro lado la buena suerte de ellos, en cuanto la vio enderezarse de sobre la mesa para levantarse de su sillón y agacharse de nuevo para tomar de su vaso y darse valor antes de lanzar sus cartas a la mesa enseñando sus cartas numerando una cifra mayor de los 21 puntos.

Pero para ser honestos, cuando luego de darle un trago a su copa y las cartas mostraron los puntos sobre la mesa yo ya intuía que difícilmente lo conseguiría, pero también quería ver cómo conseguiría ella ahora salir del atolladero en el que por si sola había conseguido meterse. De modo que al momento en que los chicos celebraban con los ojos brillosos y libidinosos, yo también aunque para serles sinceros movido una vez más por esa inquietante y oscuro deseo, calladamente dentro de mí también celebré de su predicamento. Y la observé cómo al ver el triste resultado de su jugada, casi sin inmutarse y tomando consigo de nuevo su vaso volvió a enderezarse y se apresuró a tomar el resto de licor que aún le quedaba y se lo terminó de un sólo trago.

-‘‘¿A dónde va, Señora? ..’’ Le preguntó el Mofo a su vez al ver que ella se giraba para dirigirse hacia el cuarto de baño de visitantes. 

-‘‘P, pues a salvar mi deuda, ..sólo voy a quitarme las medias ’’.

-‘‘Na, na, na, Señora, ..el trató es hacerlo aqui. ¿Acaso nosotros fuimos al baño para quitarnos los pantaloncillos? ’’.

-‘‘¡A no! ..entonces tomaré un castigo. No pensaran que me desnudaré frente a ustedes ..¡picaros! ¡Ji ji ji!..’’

De cualquier forma, ella optó por decir que no teniendo en mente quitarse prenda ninguna, tomaría una condena para pagar la mano perdida y fue a tomar uno de los pequeños trocitos de papel. El resto de la habitación parecía haber quedado en silencio mientras que por diversas razones y expectativas nuestros ojos acompañaban a mi Madre cuando luego de agacharse a elegir un papelito del recipiente que teniamos preparado tenían reservado para sus propios castigos, y colocando la vista en lo que este sea que tuviese escrito comenzó a leerlo moviendo sus labios de forma casi imperceptible para los demás que tan sólo de notar el cambio de expresión en el rostro de mi Madre, dejaron de verla de manera tan intensa para intercambiar notorias miradas de complicidad acompañadas por fingidas sonrisas que denotaban anticipación de lo que indudablemente suponían que ella podría haber leído.

Lo que tanto yo, cómo seguramente tampoco mi Madre sabíamos en ese momento y tan sólo me enteré hasta más tarde, era que lo que aquella tercia de pillos habían hecho era repetir dos o tres de los castigos varias veces en los papelitos de tal manera que únicamente sería cuestión de esperar a que ella perdiera para que las simples probabilidades se inclinaran hacia dónde ellos pretendían que cayeran. Y el silencio de ella luego de leer la sentencia indicaba que aquel plan a mansalva debía de haber funcionado.

El silencio de Mamá delataba que había tomado el castigo deseado por ellos y fuera lo que este implicara, la había dejado en estado de semi conmoción y pensando profundamente mientras repasaba una vez más lo leído.

-‘‘¿Qué dice, Mamá? ..’’ De verla allí sin decidirse, me impacienté y quise saber que era eso tan terrible que la tenía tan indecisa sobre lo que hacer o decir.

-‘‘Di, dice que cómo perdí, debo aceptar bailar al menos una canción pegadita con el que hayan ganado la ronda y permitirles que mientras bailemos yo no me separe de mi bailarín hasta que se acabe la melodía ’’.

-‘‘¡Bien! ..’’ Se escuchó la exclamación proviniendo de la garganta del Mofo, que con la máxima puntuacion de 20 había ganado la mano.

-‘‘¡No, no, espéren, chicos! ..¡no puede ser! ’’. Intentó alegarles, pero no había de otra, ella había perdido y a no ser que en ese momento declarara que no pagaría y terminara el juego, muy a pesar mío tendría que cumplirle al ganador.

Buscó ayuda en mí, aunque yo me limité a decirle que efectivamente había perdido y sólo dependía de ella la opción de cumplirles o no. Por lo que ella de manera aparentemente aún no muy convencida de que aquello fuera lo inapropiado para una Señora de su estatus accedió a bailar con él, pero aclarándoles que antes de hacerlo quería que estuvieran conscientes de que ella si cumplía con su palabra pero siendo clara y con ciertos puntos para llevar acabo su mandato, les dijo que únicamente sus brazos, manos, cuello reunían la condición para cumplir con el pago, no podrían intentar ir más lejos.

-‘‘¡Si, claro Señora! ..usted no se apure ’’. Aun con mayor entusiasmo escuché al Mofo prometiéndole al tiempo en que yendo a buscar en el centro de sonido del salón, dentro de los cajones sacó un disco compacto y se encaminó hacia el aparato de sonido.

Después de que habiendo terminado de seleccionar una canción, el Mofo con una fingida cortesía ofreció el primer baile a Mamá, al tiempo de que comenzaban a oírse los primeros acordes de una canción que de inmediato ella reconoció y volteando a verme de manera nerviosa se paró para bailar. En cuanto mi Madre se acercó al pervertido Mofo, este buscó colocar sus brazos alrededor de ella que en vez de permitírselo, lo apartó levemente en tanto que con una enigmática sonrisa dibujada en los labios y volteando a mirarme, le decía:

-‘‘No muchachito, no ..así me tocas por todos lados ’’.

Y tomándole por una de las manos a mi calenturiento compañero que aún ni con el cuello y la cabeza levantados, no alcanzaba la estatura de mi Madre, ya que ella lo sobrepasaba por mucho y con los altos tacones la disminuida figura del Mofo se encontraba a nivel de sus pechos. Mamá le llevó hacia sus brazos desnudos y le aclaró que únicamente aquella zona era la que estaba incluida dentro del trato. A lo que el Mofo con una sonrisa irónica accedió sin dejar de mecerse con la cadenciosa melodía. Pero entonces y para sorpresa mía, el desgraciado moviéndose al compás de la melodía dió un paso más hacía el frente y llegó a situarse a escasos milímetros de mi Madre, quizás sintiendo el rose de los pechos en sus mejillas, que al momento ella casi da un saltito hacía atrás al momento en que sin esperárselo sintió los dedos de éste recorriendo su estrecha cintura. Ocasionándole que ante la sorpresiva acción perdiera ella el paso y se quedara prácticamente parada allí frente a él y sin saber que cosa decir, hacer o alegar.

-‘‘Perdoneme Mamita, ..pero no soy buen bailarín ’’. Le dijo mientras bailaba cerca de ella.

-‘‘Si que lo eres, ..pero para este tipo baile necesitas estar más suelto ’’. Le dijo mi Madre para que la soltara un poco, ya que mi calenturiento compañero ya la tenía bien agarrada de la cintura.

-‘‘¿Usted cree?, ..me gustaría intentarlo ’’. Dijo el Mofo situándose frente a ella. La agarró algo por encima de la cintura tratando de llevarla a lo que él pensaba que era la música.

-‘‘No, creo que no has entendido ’’. Le dijo Mamá al tiempo que cogía su mano derecha y la situaba en su cintura, dándole entender que solamente la sujetara de esa parte.

-‘‘Yo creo que si, ya verá…’’ Le dijo el Mofo al tiempo que esta vez, le guiaba bailando. 

Al sentir lo que el muchacho hacía, de inmediato mi Madre volteó a verme con un gesto de apuro en el rostro, pero al igual que yo mismo supuse, dándose cuenta que no tenía cómo objetarle, tan sólo intentó apartar un poco su cabeza hacia un lado, aunque dicho esfuerzo quedó reducido a nada cuando el Mofo motivado por el impulso, se inclinó un poco más hacia ella y colocando su cabeza sobre el pecho de mi Madre la recostó hasta descansarla sobre sus pechos. Enseguida mi Madre no supo que hacer, el mocoso se le pegaba cómo lapa por el cuerpo, pero creo que muy en el fondo de ella empezaba a agradarle el hecho de tener a un jovencito calenturiento posando sus manos sobre su cuerpo y dejándose llevar por la musica.

No obstante que mi Madre trataba de comportarse cómo una Señora respetable y la intachable mujer que aparentaba querer ser, el bailecito con ese chamaco libidinoso y las multiples copas que había tomado esta noche empezaban a relajarla, cosa que no pasó desadvertido por mí, de que tal vez con pleno conocimiento dado por las experiencias vividas tantas veces con mi Madre, creo que mi Madre empezaba a sentir hervir su entrepierna ante tales caricias de ese niñato adolecente. Aunque para serle sinceros, todo ese sentimiento de enojo que pudiera albergar para el Mofo al aprovecharse de mi Madre, aún dentro de mí comenzó a menguar de forma definitiva ante la cautivadora visión que inundaba mis ojos e innegablemente había comenzado a causar trastornos dentro de mis pantaloncillos mientras observaba la escena que entre aquel chamaco puberto y una hermosa Dama ingenua personificada por mi Madre delante de mí. Al verla siendo abrazada por aquellas manos juveniles una notable erección comenzó a luchar por surgir y formarse bajo la tela de los pantalones que yo usaba.

-‘‘Mucho mejor Robertito, ..ahora al revés ’’. Le dijo mi Madre dándose la vuelta, mientras él la cogía con las dos manos la cintura, sin perder detalle de los movimientos de ese trasero que tenía delante de él. 

Yo me quedé paralizado ante tal acción, mi Madre que había empezado la pieza muy timida y retraida, ahora se movia sensualmente frente a ese chiquillo que buscaba cualquier pretexto para tocarla. En ningún momento para mi suerte el Mofo se le pegó tanto cómo para que ella se sintiera incómoda, es más, él seguía empeñado en seguir el ritmo que iba marcándole. Así que de nuevo tras haberle contoneado de lo lindo se dió la vuelta hacía él.

-‘‘¿Lo has aprendido? ..’’ Le preguntó con una sonrisa y el tipo rubor en sus mejillas.

-‘‘¡Si!, desde luego que si, ..¡vaya clase magistral! Cómo no iba a ser menos con esta profesora ’’. Dijo él volteandonos a ver, con la misma cara libidinosa que mostraban también Raúl y Daniel.

-‘‘Y que lo digas Robertito, pero.. las cosas para que salgan bien hay que prácticarlas ’’. Le volvió a decir mi Madre con esa sonrisa picara.

-‘‘¡Pues venga Maestra!, ..a ver qué he aprendido ’’. Le propuso el insolente mocoso pegándose más a ella.

En ese momento la agarró por la cintura muy decidido y empezó a bailarla más o menos acorde con el ritmo de la música para volver a soltarla y tomarla de una mano mientras hacía que ella se moviera, incluso animándose a darle un par de vueltas. Apezar de ser un tronco, él se esforzaba por hacerlo bien y de nuevo la llevó hacia su cuerpo. Al tomarla de la cintura de nuevo, que casi le sobraban manos para ello. Mamá para llevar su ritmo decidió agarrarse a su cuello con sus brazos, pero sin llegar a pegarse totalmente.

El muy vivo, lentamente la condujo hacia abajo colocando su pierna derecha entre los muslos de mi Madre, cómo suele pasar en estos casos, y a ritmo de música la bajó lentamente mientras la miraba. Algo que tampoco hizo con mucha destreza pero que sinceramente no me importaba, lo que me estaba calando esque poco a poco mi Madre se veía más deshinibida y creo que ya le estaba gustando aquello. El aprovechado Mofo empezó a mover su pierna, por lo que mi Madre no tuvo otra que seguir el ritmo abriéndose lentamente. Agachó la cabeza para asegurarse de que su corta falda no se subiera ni dejara entrever más de lo deseado, algo que evidentemente no pasó desparcibido entre mis otros dos compañeros, que seguian muy al pendiente de las largas piernas de mi Madre. 

Volvieron a subir bailando hasta quedar frente a frente uno del otro moviéndose, pero en vez de hacerlo de manera seria, el Mofo empezó a hacerse un poco el tonto, por lo que Mamá reaccionó con una sonrisa.

-‘‘¡Ji ji ji!.. ¡Que payaso estás hecho, Robertito! ’’. Le dijo al oído, a lo que él continuaba haciendo tonterías.

-‘‘Tan sólo disimulo mi vergüenza, ..¿de verdad? ’’. Le dijo al oído. Mamá ya no sabía si era ironía o estaba haciéndola reír para camelarla.

-‘‘No te creas lo haces muy bien, ..a puesto de que conquistaras a muchas chicas con tu baile ya lo verás. No lo haces tan mal ¡Ji ji ji!..’’

-‘‘No se crea Mamita, ..la disimulo bailando, haciendo el tonto y esas cosillas, ya sabes …por cierto, ¿no se enoja que la llame Mamita, Señora? Esque usted es cómo la Madre que nunca tuve ’’. Dijo mientras le daba la vuelta y se pegaba a su trasero.

-‘‘¡Hay!, Robertito, ..pero así no debes de bailar con tu Mamá ’’. Le dijo Mamá girando levemente la cabeza mientras mi compañero se situaba detrás de ella.

-‘‘¡No claro que no!, ..por eso aprovecho ¡je je je!..’’ 

Y se pegó más a ella, la agarró nuevamente de la cintura bajando un poco más sus manos mientras comenzaba a bailarla. Entre las multiples copas, el bailecito, la música, la tenue oscuridad del salón, el chamaco inverbe este al que le estaba dando pié a jugar y sus tiritos y manitas, Mamá se estaba sintiendo en una situación más que agradable, en la que poco a poco pensaba en nada que pudiera ser importante. Le daba igual su edad o quién fuese… Mamá estaba allí, y estaba más que bien dejando que sus sentidos la dejaran llevar.

Resultando para mí una incomoda pero tan deliciosa sensación de la tela de mi pantalón oprimiendo a mi miembro que al percatarme de ello, cuando movido por un extraño deseo y con la mayor discreción, ideé la forma de comparar el estado de exaltación en la que yo mismo me hallaba con el de mis compañeros.  Y que de seguro Raúl y Daniel también mostraban si no estuvieran sentados observándolos mientras nuestro compañero el Mofo bailaba con mi Madre tan cerca de ella. Pero a la hora de voltear a ver a la pareja de baile que sin tapujos ya se mostraba frente a nosotros, enseguida pude caer en cuenta ahora cuando pude percibir en el Mofo, el tremendo bulto que mostraba en la delantera de su pantalón y se restregaba en la retaguardia de mi Progenitora, me resultó más morboso esa estampa de mi bien portada Madre entre mi calenturiento compañero que enseguida se reflejó en la entrepierna de mi pantalón.

-‘‘Entonces limítate a hacer lo que debas hacer…’’ Le dijo mi Madre en la misma posición en la que estaba. Tras moverse lentamente a sus espaldas se pegó a él, completamente, por lo que estoy seguro que pudo sentir sobre su trasero el bultito, ya duro, de su paquete. 

Al bailar ellos y moverse cada vez más pegados, era ya tan notorio el bulto de mi calenturiento compañero provocado por la cercanía hacía ella y el roce que habría sido cuestión de insensatos e idiotas no suponer que al moverse a esa distancia, no hubiera sido la intención desde el principio de mis lujuriosos invitados llegar hasta esta situación. Enseguida pude notar cómo mi Madre entre cerraba momentaneamente sus ojos, seguramente se le vino a la mente el momento en el que lo vio con el bañador en la piscina y cómo llevaba su pene doblado a un lado. Ella simplemente hacía cómo la que bailaba, con los brazos pegaditos a su cuerpo y antebrazos elevados moviendo sus hombros al ritmo de sus caderas, mientras el Mofo nuevamente comenzaba a bajar, tomándose la licencia de colocar sus manos en su cadera sobre la falda. Mi Madre estaba cómo niña buena, empezó a bajar al ritmo que la marcaba él, hasta que llegó un punto en el que no quedaba más remedio que volver a subir, eso sí, el repaso se lo llevó (o más bien se lo llevó ella)… en cuanto a que estaba más que segura que mi calenturiento compañero había disfrutado de aquel buen roce.

Mi Madre parecía una chiquilla danzando en el baile de graduación, tenía las mejillas ruborizadas, entrecerraba los ojos disfrutando de los roses y el cadencioso baile, de pronto sus ojos se centraron a los mios, enseguida mi Madre reaccionó y enderezó su postura, pareciera cómo si hubiera regresado de esa nube dónde estuviera parada. Mamá recuperó la postura y comenzó a intentar detenerlo, pero al encontrarse impedida de apartarse definitivamente por las manos del Mofo, al intentar alejar su cuerpo, este daba un paso más adelante lo que ganaba al no poder evitar que su paquete rozara contra la curvatura de las nalgas de mi Madre.

Mamá por fin se dio cuenta y con un tirón rompió el encanto del momento que aquel chiquillo imverbe experimentaban con ella allí en medio de nuestra sala.  El castigo por fin había sido cumplido y ella estaba cada vez ruborizada.

-‘‘Ya, ya ..se acabó la canción muchachito ’’. En cuanto estuvo suelta, con la respiración algo agitada y la voz ligeramente quebrada le dijo.

No obstante, aunque en ese momento probablemente habrá pasado desapercibido para ella, al tiempo en que con sus manos acomodaba el cabello que le habían dejado bastante revuelto, al darse la vuelta para dirigirse hacia el sillón en dónde estaba sentada, y quedarse mi compañero parado allí, en medio del salón, pude apreciar su prominente bulto de excitación que se marcaban en su pantalón.

-‘‘¡Genial! ’’. Le dijo ella para felicitarlo mientras se giraba. 

El Mofo sonreía, pero su cara había cambiado… sin duda había tenido un buen efecto para él las ‘‘lecciones’’ de baile y lo que conyevaron.

-‘‘¿Le gustó? ..’’ Le preguntó al tiempo que regresaba a la mesa y se acomodaba su bulto para no resultar evidente.

-‘‘No está mal, ..pero ahora me voy a servir otro trago. El bailecito me dio mucho calor ¡Ji ji ji!.. ’’ Le salió decirle en ese momento, aunque enseguida se notaba que le había encantado.

-‘‘¿Le apetece? ..’’ Le dijo el Mofo observando la copa vacía de mi Madre.

-‘‘Claro ’’ Le dijo sonriendo y aún con la sensación de sus manos sobre su cuerpo a medida que se refrescaba hechandose aire con una de sus manos.

-‘‘Siéntese aquí y ahora mismo vengo, ¿ok? ’’. Le dijo señalando el sofá que teníamos al lado, y dirigiendose a la cocina para llenarle la copa.

Aunque sus intenciones para mi eran claras, el desgraciado del Mofo quería llenarle la copa a mi Madre para darsela más cargada, el malicioso chiquillo se estaba dando cuenta de la cada vez más deshanibida reacción de mi Progenitora. El desgraciado Mofo cada vez estaba ganando más terreno sobre sus planes.

-‘‘Aqui tiene Mamita, ..si desea otra, digame de inmediato ’’.

-‘‘Bueno ..¿podemos continuar?, yo también quiero un bailecito ¡ja ja ja!.. ’’ Dijo Raúl con los mismos ojos libidinosos que su otro compañero.

Continuamos con la otra partida, los sinvergúenzas de mis compañeritos estaban haciendo realidad su sueño, estaban embriagando a mi Madre poco a poco para aprovecharse de ella, yo lo sabía todo pero permanecía sin decir nada, tenía un ligero cosquilleo que me recorría el cuerpo y me pedía morbosamente que siguiera observando para ver hasta dónde podría llegar todo esto. Y para la suerte de estos libidinosos, cómo era de suponerse Mamá había caido en una racha negativa, sus cartas eran bajas y apenas lograba superar la puntuación minima, lo que le valía para elegir otro castigo.

-‘‘¡Ahora si Señora!, ..si le toca bailecito, ahora le tocara conmigo ’’. Le dice Raúl frotanse las manos.

-‘‘No tendrás tanta suerte chiquitín ¡Ji ji ji!.. ¡Elijo castigo! ’’. Dijo ella dirigiendo su manso al recipiente que había escrito Daniel.

-‘‘Haber, haber ..¿que dice? ’’. Le pregunté un tanto intrigado, sabía que los desgraciados había planeado bien sus castigos y eran un morbo para mi enterarme de ellos.

-‘‘¡No! esto es demasiado, Robertito ..ya no juego. Ustedes me dijeron que podía retirarme cuando quisiera ’’.

La verdad todavía no sabía cuál era el castigo de mi Madre, afortunadamente para mi, escuché a Mamá rehusarse por primera vez de manera decidida, pero de inmediato el Mofo mirándola con frialdad le aclaró que aunque no pensara seguir en el juego, tendría que pagar la condena que ya había recibido. Mientras yo lo veía se plantó enseguida delante de ella y tras mirarla con aire contrariado volteando a mirarme al comentar que entendería si decidía abandonar el juego, aunque no consideraba justo que mientras ellos habían cumplido su parte cada vez que perdían, Mamá era la que menos había puesto en juego y perdido el menor número de veces, tal vez sólo temía por lo que yo pudiera decirle más tarde y para continuar querría que fuera yo quién tomara la decisión.

-‘‘Ellos tienen razón, Mami ’’. Le expuse ante la sonrisa que se le dibujó a mi desafiante compañero.

Pensando entonces que aparte de la morbosa confusión que me producía toda la situación y curiosidad por saber hasta dónde sería capaz de llegar mi Madre, decidí forzarla un poco más a ella ante su intención de no seguir prestandose aquel juego delante de mí, con la intención de que mi Madre pensara bien las cosas y se retirara a su cuarto o si realmente empujarla hacer ese misterioso decreto el cuál empuñaba con su mano sin revelarlo. Por lo que intentando evadir la responsabilidad supuse que si ponía las cosas de forma tal en que retirara de ella tal decisión, movido en ese momento tanto por el morbo cómo el incomprensible deseo de verla hacer eso que mis compañeritos de salón habían ingeniado de manera perversa, me limité a decir que aunque no me correspondía a mi decidir si era o no correcto lo que jugaban, bajo las reglas que habían aceptado tenían razón de exigirle que al menos jugara la siguiente ronda.

-‘‘¿Lo ves Mamita?, ..hasta tu niño sabe y está de acuerdo que para jugar es importante cumplir con lo que se promete. ¿No es cierto compañeros? ’’. Volvió a presionarla el Mofo al ver a mi Madre dudar.

De cualquier forma, aunque mi Mami aceptó haber perdido la ronda anterior, argumentando en todo momento desconocer la clase de castigo que habían escrito esos escuincles calenturientos para que cumpliera, por lo que insistió en pedirle al Mofo que no fuera válida ese tan mañoso reto que acababa de leer. Ante lo que este, sin ocultar la tremenda sonrisa que tenía dibujada en el rostro sólo le pidió que la leyera una vez más. Con todo y eso dicho, Mamá aún intentó vagamente oponerse pero entonces todo comenzó a precipitarse cuando la actitud de mi compañero cambio por completo hacia ella al levantarse de su asiento para quitar de la mesa las cartas, prendas y vasos, y volteando a mirar a mi Madre le dijo:

-‘‘Mira Mamita, usted perdió, tiene que pagar ahorita o más adelante ..pero ya estuvo bueno de andarnos con juegos. Quiero quitarte ese vestidito que traes puesto, ..así es que ¿por qué no mejor se sube a la mesita para que nosotros disfrutemos de su castigo? Creo que es lo justo ¿ o no compañeros? A ver tú Raúl, ..ayúdame a subirla para que no se nos caiga o tenga que quitarse esos bonitos tacones ’’. Dijo el Mofo haciéndose cargo de la situación.

Con eso los dos desgraciados intercambiaron miradas y sonrisas malévolas antes de que Raúl obedeciendo a su amigo fue a colocarse al otro lado de mi Madre para ofrecerle su mano y ayudarla a subir mientras que yo apartándome hacia el sillón la observaba desde abajo y cómo un mudo espectador asombrado, miré cómo de manera casi automática o por simple reflejo Mamá tomó tanto la del Mofo cómo la del otro muchacho para ayudarse a subir a la mesa cómo le había sido pedido. Aunque por estar viendo a Mamá no volteé a verlos directamente, ya en el fondo de mi cabeza sabía cómo se encontraban ellos ya en el juego que, tanto el Mofo que prácticamente desvestido de todas sus prendas, cómo de su compañero complice Raúl, que se mantenía sólo con su playera y sus calzoncillos por debajo, cómo ambos descalzos luego de haber perdido varias manos del juego, mientras que por su parte Daniel que se hallaba del otro lado de la mesa, escasamente había tenido que despojarse de su playera y sus zapatos, por lo que ahora, sin más, la situación no era otra que mi Mami se hallaba rodeada por una tercia de chiquillos semi-desnudos que se disponían a por lo menos dejar en las mismas condiciones a ella.

El aprovechado del Mofo que de repente había tomado la batuta para capitanear las acciones de sus cmpañeros se encontraba ahora situado a un lado de la mesa, mientras los dirigía con un aire por demás dominante que por algún extraño motivo también pareció afectarme tanto a mi cómo a mi Madre que sin decirle ya nada le obedeció tomando la mano de Raúl y la de él para que la ayudaran a subir sobre el mueble del centro y quedar parada allí delante de todos, viendo hacia dónde yo me encontraba aunque sin realmente mirarme, si no más bien intentando apartar la vista de mí o cualquiera de los que nos encontrábamos en la sala observándola mientras que ella temerosa de perder el equilibrio sujetaba las manos de ambos pidiéndoles que no la soltaran.

Probablemente mis compañeros ya se saboreaban de la excitante visión que probablemente sucedería a continuación, mientras que yo por mi parte sin decir ni media palabra observaba aquella morbosa escena que daba a ver a mi Madre parada sobre la mesa con mis compañeritos a su alrededor con los ojos brillosos, lujuriosos, que quedaban justo a la altura de la entrepierna de ella. Se hizo un silencio en la sala, para mí que me encontraba atento a todo lo que sucedía con las ropas de mi Madre, me fue fácil distinguir el momento en que mientras ella jugaban con sus dedos alrededor de la costura de su falda, el tejido de su vestido primero pareció tensarse por un par de segundos antes de que volviendo a soltarse de pronto se alcanzara a escuchar el delicado sonido del cierre de la tela siendo abierta y empezar a deslizarse sobre los costados de sus muslos de mi Madre para dirigir su camino hacia abajo y quedar por fin materialmente abierto el oscuro vestido.

Salvo por el sonido de la respiración de mi Madre, el silenció que imperaba en la sala de mi casa era casi total con la excepción de la tela de su falda soltándose sobre su cuerpo, y todos nosotros permanecimos callados cómo si contuviéramos el aire para no destruir el encanto del momento. De esa forma y volteandome a ver por unos segundos, para después dirigirlos a mis compañeros, mi Madre dirigió sus expertas manos para que hábilmente y con un leve tirón a la prenda empezarla hacerla caer delante de mí y de mis lujuriosos compañeros de clase.

Aunque no estoy ya del todo seguro de esto, creo haber escuchado dentro de mí el ruido de mi propio suspiro, creo que al momento en 
que la fina tela del vestido de mi Madre cayó hacia la mesa, todos exhalamos al unísono. Mi Madre permaneció inmóvil y sin ver a la cara a ninguno de nosotros, con la mirada sumisamente dirigida hacia abajo a la mesa y el montón de tela que le quedaba a la vista sobre sus zapatos. Ahora si mis compañeros estaban felices, aquel chiquillo de infancia robada y de caracter fuerte a quién apenas en este día había intercambiado más de 3 comentarios, ese chamaco de escasos 16 años y de cuerpo robusto y fuerte se había salido con la suya, había logrado despojarle el vestido a mi Madre delante de mi y mis otros Amigos. Allí se encontraba ella sobre la mesa, semidesnuda parada ante ellos, cubierta únicamente de la parte de abajo con sus prendas más íntimas y aquel ancho cinturón portaligas negro del cuál se abrochaban sus medias obscuras, dejando a la vista una buena porción de la blanca piel y suave carne de sus muslos, que aparecía entre la banda elástica color negro de las mismas y el inmaculado tejido y moños que anudaban sus translucidas pantaletas negras.

Al verla, el Mofo murmuró algo semejante a:

-‘‘¡OHHH!!, ¡Que bárbara! ..¡esta bárbara Mamita! Que digo bárbara, ..¡que cacho de hembra esta hecha, Señora! ’’.

Dijo el inverme chamaco cuando casi le ocasionaba un infarto mortal al descubrir aquella majestuosa visión del trasero prácticamente expuesto de mi Madre ante sus ojos, enfundado tan sólo dentro de la diminuta y transparente tejido que yo bien sabía que estaba observando desde allá atrás, pero aún así y para agravar mi estado de mortificación, el desgraciado no contento con haber visto aquel par de encantadoras delicias, todavía tenía la desfachatez de cerciorarse de que la vista frontal del cuerpo de mi Madre fuera tan espectacular cómo lo que acababa de ver allá atrás. El Mofo abandonó su lugar detrás de mi Mami para rodear la mesa y situándose delante de mí, al pie de la mesa entre mi Madre y el lugar en que yo me encontraba sentado, mirarla mientras que ella permanecía inmovil y sumisa con la mirada hacía su falda que tapaba sus zapatillas.

-‘‘¡OHHH!!, ¡Pero si por acá no esta tan mal! ’’.

Aseguró en cuanto alcanzó a divisar a través de la transparente tela y finisimo encaje de las panties de mi Madre el perfecto triangulito de arbusto de vellos que señalaba la proximidad de sus áreas más íntimas, al tiempo en que ella sin saber que contestar o decirle, y por su temor a perder el equilibrio sobre de la mesa se soltaba de las manos de Raúl que la asistían para estabilizarse. Asi terminó por ruborizarse al no poder apartar o cubrir de la vista de mis lujuriosos compañeros aquella región de su cuerpo tan escasamente cubierta y que no le quedó más que permanecer parada en aquel mueble ante la persistente mirada de la que no pudo escapar ni cuando él terminando de pararse delante de mí, emitió un silbido al contemplar la divina visión que se presentaba frente a sus ojos para ser admirada con aquel triangulito rojizo del pubis de mi Madre anunciándose bajo la prenda. 

-‘‘¡Raúl!, ¡je je je!.. Deberías de echarle una buena mirada a esta Mamita, ..mira que linda se ve en estas pantaletitas tan chiquitas y tan transparentes. Dan ganas de.... ’’

Y ya el Mofo, totalmente dueño de la situación se dirigió a su compañero complice al mismo tiempo en que tomaba una de las manos de Mamá para sujetarla ahora él y que Raúl junto con el tremendo bulto que su pene había formado dentro de sus pantaloncillos pudieran dar la vuelta a la mesa y mirarla. Pero cuando este a su vez después de admirar el trasero prácticamente expuesto de mi Madre intentó tomar la mano de ella, mi Madre ya pareció recuperar algo de su voluntad y pudor que aparentemente habían quedado dormidos y alegando que aquello no había sido parte del castigo demandó que la bajaran al piso.

-‘‘Ya, ya muchachitos, ..creo que ya me he pasado de la raya con esto. Una cosa era que me quitaran el vestido y otra que me tengan aquí arriba y todos me miren cómo si fuera alguna encueratriz de aquellos lugares ’’.  Reclamó mientras se acercaba a la orilla del mueble para bajar.

Y peor aún, cuando ella estuvo en el suelo con los pies sobre la alfombra del salón, se soltó de sus manos con la intención de girar y agacharse hacia la mesa para recoger su vestido y volver a ponérselo, pero el Mofo que apresurándose a ganárselo lo levantó antes de que ella pudiera tomarlo, para después indicarle que no podía ya usarlo de nuevo diciéndole:

-‘‘No, no, no Mamita, ..esto ya no es suyo. Este vestidito ya no se usa y se queda en la mesa ’’. Le dijo el desgraciado negándose a devolvérselo para que se lo pusiera, empleando un tono de voz por demás fuerte al dirigirse hacia ella y sin darle lugar a que le debatiera de ninguna manera.

-‘‘E, eso no es justo, ..¿cómo creen que seguiré jugando así? ’’. Le respondió mi Madre dandome a entender que apesar de cómo estaba todavía estaba dispuesta a seguir jugando.

-‘‘De acuerdo con las reglas que mencionamos, lo que se pierde ya no se recupera ..y de que perdiste la prenda ya la perdiste, Mamita ’’

Situación ante la cuál mi Madre entendiendo que cualquier alegato ya era en vano, tras quedar parada delante de todos con la mano extendida en el aire y de espaldas a mí con el trasero prácticamente descubierto a la vista aún dentro de la inicua transparencia de sus diminutas pantaletas, optó por rápidamente moverse de enfrente de mí para ir a buscar asiento en otro sillón y refugiarse así su apetecible cuerpo detrás del acolchonado cobijo de uno de los cojines del sillón. En cuanto pudo se acomodó lo más profundo posible dentro de este para poner punto final al tremendo espectáculo que les había regalado a mis compañeritos de clase durante los pasados instantes.

La verdad que la situación estaba ya saliendose de control cada vez más, y mientras los minutos pasaban veía a mi Madre más y más deshenibida por las copas y el morbo, la verdad que no sabía hasta dónde pensaba llegar, dado que ella bien pudo alegarle al Mofo o pedirle que le devolviera el vestido, simplemente decidió sentarse y así en vez de enfrentarsele a mi aprovechado Amigo para expresarle que terminaría con este juego que ya había llegado demasiado lejos, a su ves sólo se quedó calladita mientras intentaba cubrirse lo mejor que podía con el cojín que había tomado de escudo, y para colmo con la voz de una jovencita pedirle que le sirviera otra copa, sin objetarle más nada a nuestro aprovechado invitado.

Ahora si que esto jamás pude imaginarlo, mi Madre cubierta con un cojin en su vientre tratando de cubrir sus pequeñas pantaletas mientras un trio de jovencitos calenturientos la habían visto en tan sólo sus prendas más intimas. Raúl y Daniel, anticipando lo que vendría más adelante una vez que el Mofo regresara con la copa adulterada para mi Madre se apresuraron a sentarse de nuevo en sus respectivos lugares mientras que yo movido por un indescriptible morbo lleno de complicación y remordimientos, me acerqué para quitar de la mesa la falda de mi Madre, y girando enseguida hacia el Mofo que venía ya muy sonriente con el vino para mi Progenitora, apenas me fue posible mirarle a los ojos, aunque cuando lo hice, fácilmente pude notar algo en su mirada que sin lugar a dudas me decía que aún no había terminado. Le había gustado lo que había visto y ahora quería ver más de lo que ella tuviera que enseñarle.

Como quiera que todo esto fuera, en esos momentos en los que me encontraba yo dentro de mis pensamientos y mis tibulaciones, sin prestarles demasiada atención hasta que de repente volviendo de nuevo a mi lugar, me di cuenta que el Mofo muy vivo se había colocado de costado a ella para poder apreciar mientras jugabamos del lindo panorama de los muslos de mi Madre cubiertos por las medias sujetadas de los cordones de su liguero, para así iniciar otro debate entre mi linda Madre y este, quién terminó cuando el Mofo le indicó:

-‘‘Ok, Mamita, ..tomando en cuenta que su liguero, zapatos y medias, sólo cuentan cómo una sola prenda yo le recomiendo que se valla siendo a la idea de que también perdera su linda camisa, o a menos que suceda algo extraño. Pero cómo usted quiera, ..de todas maneras esta noche no se nos va viva, Señora ¡je je je!.. ¿O tú qué opinas Pedrito? ’’.

Se dirigió ahora hacia mi con esa sonrisa misteriosa que no había borrado toda la noche desde que mi Madre había llegado y se había postrado a jugar con nosotros. Antes de pedirme que tomara las cartas para repartirlas de nuevo mientras mi Madre se debatía en lo que le había dicho. Y yo casi sin creérmelo sólo vatía las cartas sin saber cómo era posible que todo aquello estuviera ocurriendo y que ella fuera capaz de permitir que jugaran de nuevo en esas condiciones.

En cuanto repartí las cartas, todos los chiquillos se apresuraron a levantarlas para ver que juegos tenían, y sólo mi Madre dejó las suyas sobre la mesa por unos instantes que utilizó para lanzarme una pensativa mirada que duró un suspiro antes de que apartándola de mi persona, la paseara por el salón hasta detenerla aparentemente sobre las cartas que permanecían a la vista en la mesa y enseguida llevarla hacía los naipes de mis tres compañeritos que cada uno sostenía en sus manos, cómo si quisiera traspasar el material del que estaban hechas para poder ver sus posibilidades en vez de adivinar lo que le podría deparar el azar si lograba pedir otra mano.

Daniel, con un As a la vista sobre la mesa fue el primero en decirme que voltearía su carta con un rey para terminar con la mano rápidamente antes de que sus compañeros empezaran a jugar, tras lo cuál se plantó con una cuenta de 16 a la vista. Enseguida Rául mostrándome un rey solicitó otra carta más, a la que le sonrió cuando la recibió con gesto confiado al revelar que una de las otras tenía un siete, por lo que al menos sumaba 17 puntos. Y después ser el turno del Mofo, quién haciendo una fingida mueca de desaprobación se limitó a volver a poner en la mesa volteado hacia abajo el otro As que sostenía en la mano desde el principio y dejando atrás la pantomima, empezar a exclamar muy jubiloso:

-‘‘¡je je je!.. ¡Ahora si me los atoré!, ..así que, ahora si Mamita, ¡prepare sus calzoncitos!. ¡Si!, esos calzoncitos transparentes, chiquitos y apretaditos ya casi son míos ¡je je je!..’’

-‘‘¡Espéra, espéra!, ..todavía no sabes ni que saca ella o que carta tiene ’’. Se puso a la defenciva Daniel al ver que su compañero ya se estaba pasando.

Con el estomago encogido y el corazón latiendo salvajemente dentro de mi pecho luego de escuchar su anticipada exaltación, intenté contener la situación, al menos hasta que fuera oficial, si es que acaso tenía el juego de naipes que pretendía hacernos creer que tenía.

-‘‘¡Ándale Má!, ..enséñale que tienes o diles si quieres otra carta para que Roberto se calle la boca y le quites lo exaltado. ¿Dime, qué tienes además de ese cinco?... ¿Un carta grande o el otro As? ’’. Le pregunté con la minima esperanza de que mi Madre tuviera una gran mano con que enfrentarlos.

Pero mi Madre tenía otras ideas, y no habiendo abierto ni siquiera para ver la carta que tenía volteada hacia abajo, nos hizo esperar mientras trataba de taparse con el cojín que tenía sujeto enfrente de ella, lo pegó aún más a su cuerpo al tiempo en que juntando valor para acercarse a la mesa se inclinó hacia adelante para levantar la carta que le faltaba por ver y tras observarla por un par de segundos, volteó a mirarme con un aire que no supe entender, pero enseguida cambiando su semblante por el de una pequeña sonrisa que me hizo entender que le había salido una buena mano, declarando ante todos que así se quería quedar.

Era claro ahora ya que salvo que mi Madre tenía algo bueno los demás tenían la desición de tomar una más, así que ella decidida a no perder volteó sus cartas para mostrar ante el asombro de todos que había alcanzado el valor de los 19 puntos y que seguramente no había perdido la mano. Pero volteando el Mofo sus cartas, mostró un 21 natural de rey y un as, Raúl aunque también con 21 puntos lo había hecho por tres cartas, y el sonriente Daniel había sumado 20 unidades. Mamá simplemente había sumado una reyna de 10 puntos y el nueve.

Como dije, era claro. El Mofo había ganado y Mamá había perdido de todas, todas. Asi que celebrando de nuevo su victoria y la peor racha ganadora de mi Madre, se levantó de dónde se encontraba sentado para reclamar su premio, el cuál eran las braguitas de mi Madre:

-‘‘¡Ándale Mamita, ahora si!, ..quiero ver esa pequeñas pantaletitas suyas sobre la mesa ¡je je je!..’’

-‘‘¡Espera, espera jovencito!, ..todavía tengo la opción de escoger un castigo. No todo es perder las prendas, mu-cha-chi-to ’’. Le dijo mi Madre viendolo a los ojos con actitud retadora para dirigirse a los papelitos que había escrito precisamente el Mofo.

-‘‘¿Creo que ya no deberías de jugar Mami? ... ’’ Le sugerí al ver lo que se le avecinada si escogía algo de lo que había escrito ese chiquillo.

Mi Madre con su actitud desafiante metió su mano sobre el montón de aquellos papelitos para revolverlos, cómo si eso fuera suficiente para recibir un relajante castigo que pudiera sacarla de esa situación sin tener que hacer algo que la incomodara. Pero al sacar del recipiente un pedazo de papel empuñado en su mano derecha, al estenderla con sus dos manos sus ojos reflejaron lo que me temía y que no era presisamente aquello que ella se imaginaba, y volteandolos a ver a todos expresó lo que ya me imaginaba que pudiera ocurrir.

-‘‘¡No!, ..¿quién fue el chistoso? ¿Fuiste tú verdad, Robertito?... ’’ Se dirigió entonces a él, antes de declarar que aquello era una trampa.

-‘‘Por favor Má, ..dime que dice  ’’. Aunque presintiendo que de nada bueno podría estarse tratando, movido por una punzante curiosidad insistí en saber cuanto antes.

-‘‘Dice que.. ’’ Mas que leer, casi en un susurro comenzó a decirme con voz un tanto nerviosa antes de voltear a mirarme para continuar.

-‘‘Vamos Mamita, ..lo que sea que tengas que hacer ya estamos muy anciosos ¡je je je!..’’

-‘‘¿Se supone que tengo que ponerme la prenda que traía antes que esta?, ..y no puedo dejar de jugar al menos una ronda más. Pero lo que no logro entender cuál prenda si lo único que me coloqué hoy fue mi ropa para el ejercisio y...’’

Tanto el Mofo cómo Raúl y Daniel tenían sonrisas de oreja a oreja dibujadas en sus rostros mientras la veían y gozaban del predicamento en que la habían logrado volver a poner a Mamá con aquella artimaña, y yo sin haberlo siquiera supuesto posible minutos atrás, de pronto me puse a razonar dentro de mí aque se referían ellos con su castigo, con eso de volverse a colocar la prenda anterior que ella había portado, a lo que enseguida sentí un fuerte escalofrio recorrer todo mi cuerpo al saber las sucias intenciones que había maquiavelicado mis calenturientos compañeros, al recordar que la anterior prenda que Mamá había portado era su traje de baño color negro que se había colocado para jugar con nosotros en la alberca.

-‘‘No se referiran, ¡ha! ...’’ Dijo mi Madre sin terminar de creer lo que a ellos se les había ocurrido con su mente calenturienta.

-‘‘Si Mamita, así que vaya a ponerselo, ..aqui la esperamos para la siguiente mano ¡je je je!..’’ Le dijo Roberto recostandose sobre el sofa en espera de ese nuevo espectaculo.

-‘‘¡Si serán chamacos!, ..eso no se vale. Y ya se pasaron ’’.

-‘‘Anda, anda Mamita, ..o al menos que quieras colocar tus pantaletitas sobre la mesa si no aceptas ’’.

Por lo que mi Madre para dirigirse a su recamara a cumplir su nuevo castigo tuvo que colocarse un cojín por enfrente y otro por detrás para no mostrase nuevamente ante ellos cómo lo había hecho anteriormente. Asi que dando pasitos laterales y dirigiendose hacía las escaleras para llegar a su recamara, mis compañeros no perdian detalle de sus deliciosos muslos al verla caminar con los dos cojines sobre sus partes intimas.

-‘‘¡je je je!.. Creo que volveré a reunirme con ustedes bobos para las poximas tareas ¡je je je!..’’ Dijo el Mofo acomodandose disimuladamente el terrible bulto que estaba a punto de estallar dentro de sus pantaloncillos.

-‘‘No creo que Pedrito vuelva a invitarnos, ..¿o si Pedrito? ’’. Me preguntó Daniel poniendome en predicamentos delante de todos.

-‘‘Re, recuerden que ya son las ultimas del curso, ...no creo que estemos juntos para el próximo año ’’.

-‘‘Pero puedes invitarnos cuando quieras, cabeza de cerillo ..yo estoy dispuesto a volver siempre y cuando tu Mami quiera jugar otra vez con nosotros ¡je je je!..’’

-‘‘Je ..’’ Le respondí con una fingida sonrisa al tiempo que volteaba hacía las escaleras para ver a mi Madre que ya venía bajando.

A todos mis compañeritos se les iluminó la cara cómo si se hubiesen sacado la lotería. Mi Madre venía bajando las escaleras cómo si fuera una pasarela, venía caminando con ese glamur que la caracterizaba, en toda su gloria. La cara que puso el Mofo fue para enmarcar. No sabía si la iba a violar o le iba a dar un paro cardiaco. La miraba de arriba a abajo sin parar. Ni siquiera parpadeaba y encima se iba relamiendo cómo si estuviera ante el más suculento de los manjares. Falta decir que su reacción no hizo más que aumentar lo ruborizada de sus mejillas.

-‘‘Bueno, creo que esto ya fue lo úlimo muchachos, ..ya se han salido mucho con la suya ¿Que les parece?, ..esta un poco húmedo ’’. Les preguntó.

La respuesta era obvia, pero quería ver las miradas y esos gestos transformados en palabras. Vió que dudaban así que decidió darles un empujoncito.

-‘‘Venga, no sean tímidos. Ya me obligaron a colocarmelo, ..díganme lo que piensan, pero han de ser sinceros. Si no les gusta puede decírmelo. Les prometo que no me ofenderé, ..diga lo que diga ’’. Les dijo poniendo especial énfasis en esas últimas palabras. Quería que supieran que tenían vía libre para decirle de todo.

-‘‘¡Buf!, Señora Tapia, ..es que no hay por dónde empezar ’’. Dijo Raúl mientras resoplaba.

-‘‘¡Está usted buenísima!, ..es la mejor hembra que he visto en mi vida. Es la mujer perfecta ’’. Se veía que el Mofo se iba emocionando a medida que hablaba, e incluso empezó acariciarse suavemente su cada vez más prominente bulto.

-‘‘¡Hay que exagerados!, ..no es para tanto ’’. Les contestó ella de forma coqueta y con falsa modestia.

-‘‘¡Que vamos a exagerar! No sólo es usted preciosa, tiene un... ¡Cajum! muy respingón, unas piernas de supermodelo…una piel de seda y unasssss.... muy espectaculares. Debería darme el teléfono de su cirujano para felicitarlo ¡je je je!.. ’’ Respondió el Mofo, casi gritando, mientras se acercaba a ella.

-‘‘¿Qué cirujano!? ..’’ Exclamó ella fingiendo estar molesta. 

-‘‘¡Waohhh!! No sé si creérmelo, es usted perfecta ’’. Insistió. 

Como ya se imaginaran era el mismo traje de baño que había usado esta tarde, era un traje completo color negro que no había llegado a estrenar, lo supongo porque nunca se lo había visto, de hecho mi Madre compra tanta ropa que en ocasiones no logra usar, pero ya saben, el vicio de compras de las mujeres. Cuando estaba frente a nosotros se puso colorada. Sentía mucha vergüenza de que pudieran verla los muchachos así, y sobre todo, que su pequeño hijo estuviera presente. Por si fuera poco el traje aún se encontraba humedo, lo que se le semi transparentaba casi todo. Se le veían perfectamente los pechos, sus pezones, y por la parte baja se le transparentaba el pelo de su pubis, que aunque no era mucho, subía unos 4 centímetros cuadrados sobre sus labios vaginales.

Ella desfiló un poco de manera picara delante de los ojos desorbitados de mis compañeritos, escuchana silvidos y comenzaron a susurrar algo parecido a oscenidades. Estaba claro que a los chicos les gustaba mucho. La noche iba a traernos serios problemas.

-‘‘Ya, ya, ..ya obtuvieron lo que quisieron, ahora denme chanse de redimirme ’’. Dijo ella sentandose en el sillón para así quitarse esas miradas de jubilo por parte de mis compañeros.

Mi corazón palpitaba cómo si se fuera a salir de mi pecho al oír su postura que seguía tomando mi Madre y lo que pretendía. Sé que debí de hacer o decir algo pero entre en un transe o una morbosa excitación que no sabía cómo describirlo, ya que me tenía bastante confundido e idiotizado. Había ocasionado que dentro de mi afectada cabeza, tanta vergüenza y ese extraño morbo sufrido entre todo aquel cumulo de emociones tan encontradas, de pronto sintiera cómo si de alguna manera me encontrara teniendo una experiencia extraña, en la que aturdido por la situación que estaba viviendo mi Madre, no me causara algo más que un lúbrico y morboso deseo.

-‘‘Si no ganó esta me voy a dormir, ..¡esta es la última chicos! ’’.

-‘‘Esta bien Señora ya hemos ganado lo que queríamos ¡je je je!..’’ Contestó el Mofo bastante emocionado.

Y la verdad que si he, los desgraciados inverbes ya habían logrado encuerar a mi Madre y a ponerla a desfilar delante de ellos, no se cómo habíamos llegado a este punto pero lo habían logrado, debo de aceptar que yo no lo estaba pasando tan mal, mi pene ya me dolía bajo mis pantalones y ya sentía la húmedad en la punta de mi palito. Y es que con ver cómo mi Madre se exponía su escultural cuerpo frente a esos chiquillos calenturientos me tenía muy excitado, tanto que ya empezaba a imaginar que sería si uno de estos chiquillos tuviera un encuentro con mi flamante Madre.

-‘‘Le aclaro Mamita, ..que esta vez lo que sea que cualquiera se quite se lo tiene que quitar aquí delante de todos. Y nada de andar colocandose los cojines ni nada ’’. Le aclaró de pronto el Mofo con ese predicamento que con su indiscreción parecía estar anunciando la derrota de mi Madre. 

-‘‘Y quién les dice que yo voy a perder, ..¿que les hace pensar eso? ’’. Les cuestionó ella sonriente, aclarando enseguida. 

-‘‘¡Venga Pedrito!, da las cartas, ..que ya estoy ancioso para ver ahora que se quita tu Mami ¡je je je!..’’ Me increpó el Mofo.

Sin hacer caso a las palabras de ese aprovechado, repartí las primeras 2 cartas a cada uno de los participantes hechandole una mirada breve a mi Madre cómo para decirle que esta vez tuviera cuidado, pero ella tan sólo sonrió levemente para dirigir su mirada hacía esas dos cartas e invocar a los dioses por una buena mano. Raúl con un rey y un siete alardeaba su buena racha y Daniel con una reyna y un As aseguraba su victoria impecable. En cambio el Mofo tenía con un par de cuatros la posiblidad de la venganza de mi Madre y que ella mostrando un rey y un seis llegaba a la puntación minima.

-‘‘Creo que el que va a perder sus ropitas, ..es otro Robertito ’’. Le dijo mi Madre mofandose de la mala fortuna del Mofo.

-‘‘Todavía no ría Mamita, ..y mejor diga si pide otra carta, porque usted también no tiene muy buena mano, Mamita ’’.

Raúl quedandose en 17 puntos le dejó la pasada a Daniel, el cuál alardenado de su buena suerte volvió a sonreir por su perfecta puntación, para después voltear y ver al Mofo que se veía algo nervioso por verse en dificultades para alcanzar una buena puntuación. A lo que levantandose para obtener una carta que me había pedido, con bastante nervio sólo se tomó de los cabellos para rogar por una buena mano.

-‘‘¡Vamos Pedrito!, ..sólo una, para dejar a tu Mamita en predicamentos al tener que entregar frente a nosotros su lindo trajecito de baño ¡je je je!..’’ Exclamó el mofo jalandose los pelos.

-‘‘Sueñas muchachito, ..dale una mi amor, para que vea que ahora si va mi venganza ¡Ji ji ji!..’’ Le respindió mi Madre muy segura de tenerlo ahora si en sus manos.

Suspiré por unos segundos rogando a todos los dioses para que no lo escucharan e imploré por una buena carta de Mamá para terminar el juego, todos estaba a la perpectiva de las últimas cartas para poder entregar. Asi que tomando el mazo de la parte de arriba logré sujetar la carta que sería destinada al Mofo, que con los ojos sobresaltados veía con nerviosísmo su próxima puntuación. La suerte estaba hechada, así que entregandole una al chiquillo y otra a mi Madre esperé muy ancioso para que las voltearan.

-‘‘¿Quien voltea primero Mamita?, ¿usted o yo? ’’. Le preguntó el Mofo haciéndola más interesante.

-‘‘Por favor ...’’ Le respondió mi Mami dandole el honor.

El Mofo estaba super nervioso, el sabía que tenía la puntuación más baja y era el propenso a perder el juego. Ante las miradas atónicas de todos volteó su carta para mostrarnos un simple 9 logrando la puntuación de 17 lograndole ganar a mi Madre por tan sólo un punto. Mi Madre sonrió nerviosa, sabía perfectamente que tendría que pedir otra lo que la limitaba a tener que lograr una carta menor a los 6 puntos para no sobrepasarse de los 21. La tensión estaba ahora en la carta que tenía oculta mi Madre, el Mofo era ahora en que sonreía a boca abierta. Mi Madre hechandome una mirada nerviosa le dió vuelta a su carta mostrando ante todos un doloroso 7 haciendo que todos lo chiquillos brincaran de júbilo.

Mi Madre había perdido nuevamente, ahora estaba en problemas, sabía perfectamente que no podía quitarse ninguna otra prenda por que tan sólo la cubria su traje de baño negro. Asi que la única solución que le quedaba era pedir un doloroso castigo, aúnque para serles sinceros estos calenturientos había colocados castigos muy bien preparados para mi pobre Mamita y sus calenturientas cabecitas. 

-‘‘¡je je je!.. ¡Ahora si Mamita!, ..se acabó, no hay más. Subete, ve despojandote de tu trajecito ’’.

-‘‘¡Estas soñando jovencito!, ..ahora pasenme el recipiente de Danielito. Escogere un castigo de él ’’.

Por un momento sentí un poco de alivio, ya que Daniel era el más calmado de todos, sabía que no colocaría retos bastante pasados para mi Mamita. Mi corazón palpitaba cómo si se fuera a salir de mi pecho, sé que debí de hacer o decir algo pero entre el morbo y las ancias de excitación ya me tenía bastante confundido e idiotizado, volteaba a ver el rostro de lividinoso de mis compañeros que no se tenía que ser un mago o un vidente para saber cuáles eran sus deseos, así que pasmado cómo me encontraba sólo la abandoné a su suerte para que lidiara con ellos y sus cástigos.

-‘‘Bueno, a ver déjame ver, ¿a ver que has escrito Danielito? Si me conviene o mejor te la cambio ’’. Sugirió ella moviendose sobre el sillón para buscar el recipiente dónde habían escrito los castigos que Daniel había escrito.

-‘‘¡Oye!, pero eso no se vale, ..es el mismo castigo de hace rato ’’. Objetó mi Madre al darse cuenta que le tocaría bailar otra pieza con alguno de ellos.

Ante lo que de inmediato el Mofo volvió a agacharse para tomar de la alfombra el papel que anteriormente había escogido ella cómo castigo, antes de rodear la mesa para ir a plantarse con todo y su masculino paquete delante de ella al tiempo que le decía:

-‘‘¡Mira mamita!, ..son dos distintos. La letra es diferente, así que ya no te hagas la ingenua y párate para que bailemos o se quite su trajecito aquí delante de todos ’’.

Terminó de decirle mostrándole el par de castigos para que los leyera mi Mami. Y habiendo acercado su cuerpo al de Mamá, usó la cercanía hacía ella para tomar por sorpresa a mi desprevenida Progenitora para arrebatarle el cojín que modestamente había estado cubriendo aquella porción de su anatomía y lanzarlo hacía el sillón dónde los otros dos la veían.

-‘‘¡No Roberto!, no ’’. Regateó ella intentando cubrirse de sus miradas.

-‘‘Mamita, ya no se queje, ..sólo es un baile, Señora ’’.

Enseguida Raúl se levantó de su asiento a mi lado para pasar por enfrente de Daniel al dirigirse hacia el mueble dónde teniamos los discos compactos y disponerse a encontrar el que había decidido que pondría para que mi Madre cumpliera su pena.

-‘‘Miré Mamita, usted perdió, ..se pasó, así que las reglas son claras. ¡El bailecito es con los tres!, ..y si no quiere ese, aquí está este otro que dice que con el que gane tiene que dejar que la besen y acaricien todo lo que quieran mientras bailas una canción pegadita. Usted elige, ..así que si no quiere perder su bonito trajecito levantese ¿o no es así Pedrito? ’’.

-‘‘... ¡Este! ...yo, así es ’’. Dentro de mi imaginario manto de dudas y morbo, respondí sin darme cuenta a lo que estaba orillando a mi Mami hacer.

Parecía cuestionarme de pronto mi Madre con la mirada volteando hacia dónde yo la observaba queriendo preguntarme si estaba seguro de lo que yo estaba diciendo,  mientras que yo, sin atreverme a decirle ya nada intentaba evadir mi propia responsabilidad. Era claro que las supuestas reglas del juego ya habían sido rebasadas por mucho.

-‘‘¡Éste estará bueno! ’’.

Me sacó de aquella incomoda situación la voz de Raúl que distrajo la atención de mi expuesta Madre para voltear a verlo cuando por las bocinas comenzó a escucharse la melodia que había escogido para cobrar el dichoso castigo. Y el Mofo, no queriendo perder ni un sólo instante de la melodía, sin reparos extendió la mano hacia mi Madre para que se levantara a bailar.

-‘‘¡Venga Mamita!, ..a bailar. Esta vez si voy a disfrutar este bailecito ¡je je je!.. ’’ Le dijo de manera inusualmente gentil.

Comentó cuando mi Madre comprendiendo que sobrepasado por las circunstancias, aunque físicamente me encontraba en el mismo salón dónde ella se hallaba, no teniendo caso intentar negociar con ninguno de ellos tampoco haría nada por impedir que el Mofo cobrara el supuesto castigo y tomándolo de la mano accedió a levantarse para bailar con él delante de todos mientras Raúl que habiendo notado el momento; se paró de su asiento para, ayudado por Daniel, alejar la mesa de centro y haciendo espacio en medio del salón moverla hacia el mueble dónde teniamos el aparato de sonido.

Cuestión que el Mofo aprovechó en cuanto vio lo que sus dos complices habían hecho, para a su vez mover a mi Madre con él hasta quedar parados delante de mí por unos instantes. Él desnudo de sus piernas mostrando ante nosotros su ya más que evidente y bien desarrollado bulto en su entrepierna y mi Madre ataviada únicamente con su sensual traje de baño de una sola pieza color negro, que contrarrestaba con la blancuara de su piel.

Y sin querer o atreverme a levantar la mirada hacía ella o decir ni media palabra al menos por unos instantes, hasta que volviendo a sentir cómo mi Madre pegaba su cuerpo al de él para comenzar a bailar por fin alzó la vista para decirles:

-‘‘Esta bien, ..pero que conste que sólo lo hago para que sepan que Mónica Tapia siempre cumple. ¡Pero ya que nadie me ayuda!, ( lo dijo volteandome a ver ) acepto pagar, aunque todos sabemos que el único con el que tenía que bailar era con Danielito, que fue el que sacó el 21, pero en fin, ..yo siempre pago mis deudas ’’.

Bajando la vista de nuevo hacia el suelo en cuanto sintió el cuerpo del Mofo acercarse a su ser dentro de su vulnerada dignidad volvió a asumir su actitud de resignada derrota. Lo que seguramente nunca se imaginó, o por su mente no logró recordar en esos momentos, era el hecho de que aquella conocida melodía que mi Padre escuchaba con regularidad cuando necesitaba un momento de relajación era la misma que Raúl con cierta maña había elegido para la ocación, y que duraba algo más que los diez o quince minutos... O si acaso lo recordaba ni tiempo tuvo para protestar o decir nada pues en cuanto el Mofo pegándose todavía más a su cuerpo empezó a moverse con ella, ayudándose con las manos para que ella no pudiera apartarse de él, cerró todo espacio que quedara posible entre los dos, mientras que nosotros incrédulos ante el arrojo del muchacho observabamos estupefactos a la improvisada pareja de baile que se nos exibia.

Y así estuvieron por algunos instantes, nada más mirando cómo poco a poco, luego de sentir que mi Madre ya no se apartaba de su cuerpo, al tiempo en que continuaba las manos del Mofo bajaron para rodear sus caderas y acomodándolas encima de la elástica tela negra del glamuroso traje de baño, aprestarse a acariciarle con estas la mazisa carne de su expuesta cadera, hasta que impulsados por una señal, el Mofo les mandó utilizando únicamente sus ojos para señalarles que podían atacar a la presa. Mi Madre, si alguna vez la tuvo, perdió toda oportunidad de poder controlar nada de lo que sucediera con ella entre los 3 chiquillos, que aunque con sutileza, no desaprovecharon la invitación que aquel muchacho inverbe y calenturiento les hacía para unirse y apresar a aquel delicioso cuerpo y festín que él se encontraba ya saboreando sobre el cuerpo de mi Madre.

En cambio yo, temiendo que alguno de ellos, pudiera voltear hacía mi, que me encontraba en el mismo lugar en el que procurando guardar el más absoluto silencio me hallaba sentado, me sentía cómo una estatua, cómo si por una especie de magia me hubiera dejando petrificado, fui queriendo desaparecer del lugar cuando por la posición en que se hallaban en esos momentos meciendo sus cuerpos delante de mí, me di cuenta del momento en que mi Madre perdiendo el paso de la melodia quedó cómo petrificada al sentir la cercanía del par de chiquillos que ahora se acercaban a ella para tocarla y permaneciendo estática, parada sobre sus altos tacones, su cuerpo pareció temblar y agitarse ante el repentino contacto de las otras manos de ellos.

El mañoso e imperactivo Raúl había optado por dirigir su atención hacia la oreja de ella, y situándose parcialmente a espaldas de mi Madre, se repegó hacia su oreja para comenzar a olfatearla y cuchichearle algo al oído, mientras que Daniel, que era el único que aún permanecía en ropas, se había quedado sin lugar para recorrer con sus manos la superficie de ese cuerpo tan exquicito, al tiempo en que quedandose parado por un instante optó por repegarse a su cadera tocando lo que le quedaba más cerca, aplicó sus manos sobre el área de una de sus piernas que remataban con la ajustada tela que se apretaba a sus muslos, muslos que se miraban exquicitos y soculentos al constrastar su blanca piel con el oscuro color negro del traje de baño.

Después de aquella reacción inicial de desconcierto por parte de mi Mami, y aunque inicialmente ella se limitó a permanecer con los brazos pegados al cuerpo evitando tocar a cualquiera de los tres chiquillos que ahora la tocaban por todas partes, al no intentar mi Madre apartar todas aquellas manos, pronto quedó claro para ellos que tampoco interpondría mayor resistencia si accidental o deliberadamente traspasaran alguna de las zonas no expuestas de su cuerpo.

Aunque para ser sincero, algo dentro de mi una extraña sensación indescriptible que no recordara haber experimentado jamás hasta ese momento y aquella inquietante vergüenza que me turbaba al ver cómo aquellos chiquillos inverbes manoseaban a mi Madre casi sin concesiones, ni clemencia o reparos hacia ella o hacía mi, les puedo decir que aunque, cómo ya he dicho anteriormente, las posibilidades de mantener el decoro de mi Madre con aquel juego morboso habían sido ya rebasadas por mucho, esta vez los chiquillos parecían estar aprovechandose del momento y de la pasividad de mi Mami al no decirles nada de no tocar más allá de las zonas expuestas de ella y no cubiertas por ese sensual traje de baño húmedo, con la parte baja transparentandose y sus pechos bien marcados por sus pesones puntiagudos que le desorbitaban los ojos al Mofo que no hallaba con cuál de los dos dirigir su mirada mientras danzaba al ritmo de la melodía. Pero quedando tantas zonas ante sus ojos sujetas de poder ser exploradas, acariciadas y rosadas por ellos sin traspasar ninguna frontera, todo lo que podían hacer con ella era mucho.

Su cara, su pelo y orejas; sus hombros y la porción superior de sus pechos que desbordaba el escote de su traje de baño, no había centímetro que no rosaran las manos de estos, todo su vientre, cintura y espalda hasta llegar a la parte alta de sus caderas y poco más debajo de las transparentes partes bajas de su traje de baño, sus piernas y mórbidos muslos podían ser saboreados, masajeados y venerados por ellos.

Y así estuvieron hasta que en un momento dado, cuando habiendo girado en base al rol de la reconocida melodía para nosotros, sus cuerpos en aquel frenesí de roses y de manoseos, el Mofo habiendo quedado justo detrás de la espalda de mi Madre y de perfil hacia mí,  no hizo el menor esfuerzo por disimular que ya se encontraba totalmente excitado y en calzoncillos, y que había ya comenzado a empujar su tremendo bulto de carne contra la pantaleta que, al menos en intención, trataban de cubrír los glúteos de mi Madre. Para después así, apartándose un poco de ella y flexionar mañosamente sus rodillas, procurando no meter las manos ni usarlas para guiar a su tremendo bulto hacía ese punto, consiguió acomodarlo entre medio de las dos nalgas de mi Progenitora antes de comenzar a levantarse de nuevo haciéndolo resbalar en su camino hacia arriba por toda la endidura de esos dos globos de carne mazisa. Logrando así que la tela del traje de baño entrara por los cachetes de mi Madre incrustandosela en la raja. Hasta que impedido de subir más por aquella angosta ranura fue buscando anidarse entre esas carnes tibias que lo hacían estar soñando en aquella parte de la anatomía de Mamá, y habiendo llegado al tope que físicamente en aquella postura le permitía al Mofo, el trasero de mi Madre quedar encajado allí en medio.

Aun cuando estando yo presente y siendo testigo de tan morboso espectaculo, la sola idea de lo que estaba sucediendo allí mismo delante de mis propias narices era abrumador y casi asfixiante para mí. Nada más de saber que separándolos únicamente del contacto entre mis calenturientos compañeros y mi espectacular Madre había tan sólo un inicuo pedazo de tela que, sin refuerzo en la entrepierna de la pantaleta de mi Madre era lo único que se interponía sus partes intimas y el tremendo bulto de ese desgraciado. Eso casi me hacía desmallar y las mejillas arder de pensar en el prácticamente inútil resguardo que aquella prenda podía ofrecer en ese momento a mi Madre. Pero cuando ella, confundida quizás entre todo aquel mar de emociones y sensaciones no protestó ante el nuevo acercamiento de ese tremendo bulto en aquella parte de su anatomía, sintiendo que palpitaba mi corazón a 1000 por hora me quedé paralizado sin poder decir nada. Como tampoco lo hice cuando con terror vi sin que ella se diera cuenta de ello, el Mofo comenzó a moverse hacia atrás y adelante entre medio de sus glúteos.

Habrían pasado ya cerca de unos 10 minutos y no más de la conocida melodía y que mañosamente ellos había colocado para la situación, cuando sin que mi Madre ocupada entre los roses y caricias que los otros dos probaban sobre su cuerpo hiciera nada por detener el invasor contacto que entre sus glúteos disfrutaba el más vivo de ellos, y mientras Raúl disfrutaba del rose de los pesones sobre su rostro, Daniel que habiéndose dado cuenta de lo que ocurría allá abajo, sin molestarse ya tampoco en aparentar el tremendo bulto que la escena le había provocado dentro de sus pantalones, se había replegado para observar lo que sucedía entre sus dos amigos semidesnudos y mi Madre.

-‘‘¡No Robertito!, ¿qué haces?... No ’’. Por fin mi Madre volviendo a la tierra parecía tomar conciencia de lo que aquel muchacho hacía clavado allí en medio de sus glúteos, enseguida intentó hacer algo pero ya era muy tarde y para el momento en que habiendo quedado de frente hacia mí ligeramente de lado el cuerpo de mi Madre, había sido Raúl el que percatándose antes que ella empezaba a resistirse, con el rostro convertido en gozo dijo:

-‘‘¡Shhhhh!, ¡shh!!... Tranquila Señora. No pasa nada... Ya casi acaba ’’.

Y haciéndose cargo de la situación en vez de permitirle alejarse cuando a ella aún le resultaba posible impedir que el desvergonzado del Mofo siguiera corrompiéndole aún más de lo que seguramente ella podría haberles dejado ya, al permitirle que el inverbe chiquillo calenturiento aproximara su henchido bulto embutido entre los glúteos de ella, le ayudó sujetándola firmemente para inmovilizarla en aquel sitio antes de que buscando culminar el grotesco acto, aprovechar lo que más se pudiera antes de que nuestra melodia terminara.

El rostro de mi Madre estaba desencajado, no hallaba ni sabía ya cómo detenerlos, parecía una jauría de hienas alrededor de su presa sin querer dejandarla escapar, las manos de mis calenturientos compañeritos se movian para todos lados haciéndole imposible a mi Madre tratar de cubrirse o de decir algo, simplemente volteó a verme por un segundo con una mirada de nerviosísmo que para mi me pareció de auxilo más que otra cosa, pero yo permanecía inmóvil, paralizado de pies y manos mientras mis compañeros de clase se aprovechaban de la situación.

El Mofo que parecía ser el que llevaba el mando de los movimientos, ya había convencido a Raúl para que la inmovilizara para agasajarsela ahí frente a todos. Mamá que aún traía colocado su brilloso traje de baño de cuerpo entero, parecía no cubrirle nada ya, alcancé a ver cómo el desgraciado aprovechandose de la situación, le colocó el bulto frente a la concha y así viéndola de frente y a los ojos, enterró su protuberante bulto en la concha de mi Madre. Ella al sentir que se la chupaba con fuerza empezó a respirar agitadamente cerrando sus ojos, enseguida sentí un terror recorrer mi cuerpo, un pánico, tenía miedo de que Mamá perdiera la cabeza y sacara aquella mujer desconocida que llevaba dentro.

Asi estuvieron unos segundos. Luego Mofo le dió vuelta a mi Madre para seguir deleitándose de sus maravillosos glúteos, se puso detrás de ella y le empezaba a pasar sus huesudas manos por todo su cuerpo. La tomaba de la cintura y se la punteaba a gusto hundiéndole la tela del bañador cómo si quisiera penetrarla ahí mismo. Ella trataba de sacarse la tela de la cola pero el desgraciado volvía a undirsela con su inestable bulto. Claramente vi cómo mi Mami al igual que las ocaciones anteriores en la piscina volvía a excitarse, pero ahora con aquel chamaco que le rosaba el culo con su falo y le plantaba a cada rato sonoros besos en los hombros y espalda. Luego de forma más descarada, tomó a Mamá de la cintura y puso nuevamente su bulto en toda la raya de su culo, sujetado de las caderas de la Señora comenzó a frotar su verga en medio de sus nalgas haciéndose una morbosa y deliciosa ( para él ) paja con ellas.

Yo empezaba a ver cómo a Mamá le estaba gustando eso, porque juntaba más sus hermosas piernas, apretando sus muslos y el Mofo con su ardiente bulto siguió frotándosela. La fricción contra la suave tela del traje de baño y la tersa piel de sus cachetes lo excitaba aún más, hasta que Mamá exhaló un repentino ‘‘¡hayy!!’’ cuando Mofo se hayaba más excitado, logrando liberarse de ellos y con el rostro desencajado antes de salir corriendo hacía su habitación exclamara:

-‘‘¡Lo, lo siento niños!, ..cre, creo que es suficiente ’’. Dijo ella dirigiendose rápidamente a su habitación muy sonrojada.

Mis tres compañeros quedaron con sus bultos más que evidentes al no lograr cómo ocultarlos de sus propias miradas, habían logrado sobrepasarse con mi Madre, se habían aprovechado del juego para lograr que mi Madre se prestara a este tipo de juegos, mis tres compañeros se veían así mismos con una sonrisa inborrable en sus rostros, en el Mofo era más que evidente la mancha de humedad que atravezaba sus calzoncillos, ( era obvio era el que más se había aprovechado ) Con la mirada burlona y más que satisfecho se empezo a vestir, no sin antes voltear a verme y decirme en manera de burla lo que pensaba de su improvisada visita:

-‘‘¡Jamás creí que me fuera a divertir tanto en tu casa, cabeza de cerillo!, ..espero en un futuro volver a regresar ¡je je je!..’’

Se vistieron y les sugerí irnos a dormir, ya pasaba de las 11 y media. Ya habíamos terminado el trabajo y ya no había nada más que hacer, para el día de mañana ellos regresarían a sus casas y todo esto sólo quedaría en sus calenturientas cabezas. Antes de irme a la cama y ellos a sus respectivos tendidos en la alfombra de mi habitación, todos ellos por turnos se metían al baño ( ya sabrán que era lo que hacía, ya que tardaban un buen rato ) Después ya más relajados se acomodaron en la alfombra y se dispusieron a dormir, este día había sido muuuuy largo, yo en mi cama recordaba cada momento de este día y pensaba cómo habían llegado las cosas tan lejos, mi Madre se había comportado de esa manera extraña y juguetona con mis compañeros, no sabía si lo había hecho adréde o talvez llevada por el alcohol, pero lo que había pasado en el salón de nuestra casa jamás se me olvidaría.

Estaba empezando a quedarme dormido cuando en eso, unos sonidos extraños debajo de mi cama me sacaron de mi somnolencia, era un sonido extraño, cómo si tallaran algo debajo de las cobijas, al asomarme me encontré con la cobija que cubria al Mofo moviendose extrañamente, al percatarse de que me había enderezado de mi cama paró de moverse, enseguida entendí que el desgraciado se la estaba machacando debajo de sus cobijas.

-‘‘Ro, Roberto, ..¿estas despierto? ’’. Le hable timidamente para no despertar a mis otros compañeros.

-‘‘Lo siento Pedrito pero estoy muy caliente, ..tu Madre me tiene loco. Verla todo el día en su traje de baño ¡ufff!! No se me puede bajar, la tengo muy dura. ¿No te enojas que te lo diga verdad? ..’’

-‘‘¡No que va! ¡ja ja!.. Ya estoy acostumbrado ’’.

-‘‘¡Ufff!! ..¡esque tu Madre esta bruta! ¿Nunca te has masturbado espiando a tu Madre? ’’.

-‘‘¡No! ’’. Sonrié timidamente, si supiera pensé.

-‘‘¡Uff!, ¡qué buena está! ’’. No paraba de acariciarse la verga con la palma, hinchándola poco a poco con los manoseos. 

-‘‘¿Porque no vas al baño?, ..¡digo para que lo hagas más agusto! ’’. Le sugerí, era obvio me incomodaba que estuviera pajeando frente nosotros.

-‘‘¡Cómo me gustaría cogerme a tu Madre!, ..no sabes cómo me pone. ¡Tiene un culo, ¡maldición!, y qué tetas. ..¿por qué no me traes unas bragas suyas?, ..¡anda!, necesito hacerme una paja ’’.

-‘‘¿Ahora? ..’’

-‘‘Si hombre, venga, ¡uff!! ..cada vez que la veo me pongo a cien ’’.

-‘‘Bueno, espera un momento ’’.

Con tal de que el desgraciado no estuviera pajenadose frente a nosotros, salí de mi habitación y me aseguré de que mi Madre ya estuviera dormida. Desde lejos comprobé que la habitación de mis Padres se encontraba a oscuras y en silencio. Luego entré sin hacer ruido y fuí al cesto de la ropa sucia, rebusqué en el fondo de las ropas y extrajé unas bragas blancas de mi Madre, unas bragas de encaje de finas tiras laterales. Y así con la misma pasividad y silencio, regresé a mi habitación, para entregarselas a mi calenturiento compañero.

Se sentó en el borde de mi cama, a la altura de sus rodillas, y le entregé las bragas de mi Madre. Enseguida las olió con ambas manos, cerrando los ojos, imaginando mil fantasías. Luego las bajó para rozarse la verga con ellas.

-‘‘¡Ummhh!!, Maldición, qué ganas de cogerme a tu Madre, ..¡yo le rompería el culo! ¿No te gustaría montarla? ’’.

-‘‘¿A mi Madre? ¡Uff!, ¿cómo crees?, ¡es mi Madre! ..’’

-‘‘¡Ufff!! Maldición, tú no sabes lo cachondo que me puso cuando le tenía el palo metido en las nalgas ’’. Se rodeó la verga con las bragas y se la sacudió despacio con ellas. 

-‘‘¡Este!, ..¿porque no lo haces en el baño? Raúl y Daniel podrían despertar, ..¿por qué no vas allá? ’’.

-‘‘¡Tienes razón!, ..voy al baño. ¿No te enojas si chorreo todas las bragas de tu Madre verdad? ¡je je je!..’’

El Mofo se dirigio al baño a masturbarse, aún no estaba convencido de haberle entregado las pantaletas de mi Madre, pero con tal de que me dajara dormir era lo mejor. Me recosté por un momento para volver a retomar el sueño, pero enseguida un sonido conocido me erizó la piel de momento. Me levanté de inmediato al escuchar la puerta de la recamara de mi Madre abrir, ¡se había levantado y era capaz de encontrar al Mofo masturbandose con sus bragas! Caminado con el silencio de un gato logré abrir un poco mi puerta para lograr ver que era lo que sucedía en el pasillo, entre la penumbra del pasillo lograba ver la puerta del baño abierta, el desgraciado Mofo no la había cerrado del todo, enseguida se me puso la piel de gallina al ver la silueta de mi Madre acercarse hacía la puerta del baño y asomarse entre la rendija de la puerta. Iba descalza y a medida que se acercaba al baño escuchaba unos chasquidos muy continuos y una respiración acelerada. Se detuvo y dio unos pasos asomándose con cuidado. Y quedó marcada para siempre, hechizada por la escena que se desarrollaba ante sus ojos. Los chasquidos se debían a los tirones de verga del Amigo de su hijo, masturbándose con las bragas que ella reconocio como suyas. 

No lo podía creer, mi Madre lo estaba pillando en el cuarto de baño haciéndose una paja con sus bragas en la boca, unas bragas usadas que yo mismo le había ido a tomar del cesto de la ropa sucia. Se quedó atónita con lo que estaba viendo, más bien con lo que miró, aquella verga larga y muy ancha, una anchura de unos seis centímetros y una longitud de 18, con gruesas venas señaladas por todo el tronco, de un tono dorado que destacaba con el vello y la blancura de su piel, con un glande en la punta voluminoso y enrojecido, unos güevos gordos y muy redondos, ásperos, tupidos de vello y de un tono rosado.

Mi Madre aún no creía lo que estaba viendo, no tuvo capacidad de reacción, sus músculos se paralizaron y su mirada iba desde sus pantaletas en la boca de mi Amigo a la tremenda tranca del Mofo, larga, gruesa y con glande afilado, con huevos redondos y de un tono rosado, con vello negro y largo. Se la meneaba con nerviosidad a la vez que olfateaba y lamia la gasita de la tela. Ella seguramente se alertó por el ruido que hizo ese desgraciado y por el resplandor de luz procedente de la puerta. La casa estaba en penumbras y permanecía en silencio. Seguramente consultó la hora y se levantó extrañada, echándose una bata por encima. Fue y se asomó hacía el pasillo y vio que una de las puertas estaban abiertas, pero no se escuchaba que alguien estuviera ahí. Iba a tomarse un vaso de agua antes de acostarse de nuevo cuando unos susurros la alertaron otra vez. Se asomó al pasillo y vio luz en el baño del fondo del pasillo. Al acercarse, descubrió la dantesca escena, una escena que la tenía paralizada, con el corazón a mil por hora y los nervios palpitando bajo su piel. El compañero de su hijo, desnudo, con la verga en la mano y con sus propias bragas metidas en la boca, con su ceño fruncido y sus ojos entreabiertos. Vio a ese chiquillo parado en medio del baño, sudando cómo un cerdo, contrayendo su trasero para disfrutar de la paja.

De momento se quedó pasmada, sintió algo de nervios que no sabía si salir de ahí o tocar la puerta para cortar ese morboso momento antes de regresar a su recamara, pero de momento la ví que dudó, me parecío que empezaba a sentir deseos por aquella enorme verga. El desgraciado Mofo la mantenía rodeada por las bragas de mi Madre y se la sacudía jadeando. La morbosa e inesperada situación le produjo una sensación libidinosa que la obligó a agarrarse el chocho y manchar las bragas, una sensación eléctrica incontrolable a pesar de intentar escandalizarse con lo que estaba viendo. Qué tremenda tranca tenía ese chiquillo, ahora entendía que no mentía cuando lo había comentado sin tapujos a la hora de la comida, era la primera vez en su vida que le veía una a un chiquillo ( o quizas la segunda ‘‘la del cachas’’, aunque este ya estaba más grande). Con el chocho muy mojado, se lo movió, envuelta en aquella sensación de gozo. Tampoco pasaba nada, nadie tenía por qué enterarse. Sabía que su hijito ( osea yo ) estaba ya dormido y que nadie se enteraría, pero sería una tontería, como ella una mujer de su clase y de su status calentadose viendo a un chiquillo compañerito de clases de su hijito, una estupidez. La reacción lógica hubiera sido la indignación, pero los impulsos que se habían adueñado de su cuerpo resultaban indomables y no podía hacer nada por evitarlo. Ver a ese chiquillo masturbandose con sus bragas y devorandola en sus más pervertidos pensamientos la estaba poniendo muy cachonda y mucho más aquella tranca que pese a ser de un muchachito de 14 o 15 años, esta parecía competir con cualquier de sus pasados chantajistas. Se miró el chocho, estaba mojado, no dejaban de manar flujos empapando sus bragas. Vio que el chiquillo flexionaba las piernas y se la sacudía con más fuerza, de repente mi Madre hizo algo que no me imaginaba que pudiera hacer, abrió la puerta cómo si no hubiera nadie, y allí estaba él, de pie, tocándose la verga con las bragas enrrolladas entre sus güevos y su palo. Al verla se quedó mudo...

-‘‘¡Hayy!! ¡Pe, perdóname, no sabía que estabas aquí! ’’. Le dijo, sin intentar irse.

El Mofo la miró avergonzado, enseguida trató de tapar las bragas, lo que a mi Madre la apenó un poco. Enseguida cómo si fuera una psicologa o una especie de consejera adolecente le explicó que eso era normal a su edad, que todos lo hacían. Enseguida se metió al baño y cómo si lo hubiera teníado planeado, pasó para tomar una toalla, mientras el Mofo la miraba en silencio. Enseguida cuando Mamá estaba a punto de salir cómo si nada hubiera pasado, le sonrió de manera coqueta, lo que lo sorprendió aún más, y fue en ese momento cuando depositó la palma de su mano en su trasero.

-‘‘¡Epa!.. ¿qué estás haciendo, Robertito? ’’. Dijo sorprendida.

-‘‘Me muero por tocarla ..’’ Le respondió con la misma cara de oscio que había mostrado todo el día frente a nosotros.

-‘‘¡P, pero estás loco!...’’

-‘‘Sólo una vez, ..por favor ’’.

-‘‘¡Como crees!, ..una cosa esque deje que te masturbes con mis bragas que no sé cómo las obtuviste y otra que me manoses ’’.

-‘‘Por favor, Mamita, ..mireme cómo estoy. No se me baja y ya me estoy asustando ’’.

-‘‘Termina con lo que estas haciendo y vete a dormir, ..te sentiras mejor ’’. Le dijo más serena.

-‘‘¡Por favor Señora!, sólo un poquito, ..nadie se enterara sólo será un ratito. Mirela cómo esta, perece que nunca se va a bajar ’’.

Mi Madre titubeó unos segundos, y miró. ¡Lo que me temía, mi Madre volvió a doblegarse!

-‘‘Bueno, lo harás una vez, ..pero nadie se enterará, ¿si?...’’

El Mofo siguió manoseando su trasero, metió una mano por debajo de la bata de mi Madre y pudo palpar su suavidad. Hizo aún lado la bata de mi Madre y aparecían unas braguitas negras de una prestigiosa marca de lencería que yo ya había visto antes en una de sus tantas montadas. El desgraciado y aprovechado chiquillo empezó a lamer la parte interior de los muslos con sumo cuidado haciendo que mi Madre se mordiera los labios en lo que yo creía que era un gesto de reacción de asco ante la invasión de su intimidad que estaba sufriendo. Tras un buen rato lamiendo las piernas de mi Madre, posó sus manos sobre su culo y acercó la nariz a la fina tela negra que separaba su cara y la chocha que estaba reservada sólo para mi Padre. Cuando la lengua del Mofos tomó contacto con la ropa interior de mi Madre ésta lanzó un gritito ahogado que al cabo de unos segundos fue seguido por un suspiro cuyo significado me puso a temblar.

-‘‘¡Oh dios! ..¡Ummghh!, ¿Q, que haces? ’’. Pero las protestas de mi Madre ya no podía detener al alebrestado chiquillo.

No podía creer que mi Madre se estuviera rindiendo a la estrategia de manoseo de ese mañoso chiquillo, al que acabábamos de conocer esta mañana y que ni siquiera teníamos la idea de que viniera a la casa. Afortunadamente todo aquello acabaría en cuanto el Mofo se regocijara un poco. Aunque el desgraciado se tomaba su tiempo en palpar cada centimetro de piel de mi Madre, jugaba con la tirita de las bragas, cómo queriendolas bajar, se deleitaba con el tacto y su visión. Mientras tanto ella no paraba de pedir que parara, pero sus súplicas habían pasado a ser más que unos leves gemidos de significado dudoso que una petición para terminar con aquella situación. Al cabo de un rato el Mofo separó su cara de las braguitas de mi Madre y se levantó sonriente:

-‘‘¡Esta usted rebuena, Mamita!, ..¡ahora quiero que haga algo por mi! ’’.

Y sin decir más, la agachó a sus piernas, mientras él levanta sus caderas para facilitarle el trabajo. Tomó su poderoza estaca con su mano derecha y se lo llevó a la boca de mi Madre. Mi Madre estaba sorprendida, no creía que ese chiquillo estuviera tan despierto, trató de ponerse de pie pero el Mofo no la dejó, la mantenía sujeta de sus hombros imposibilitada de poderse poner de pie.

-‘‘¡Vamos Mamita!, ..no se haga más de rogar. Le acabo de ver el chocho y lo tiene bastante mojado, ..así que abra su boquita y empiezemelo a trabajar. Antes de que su chiquillo note mi ausencia y me empieze a buscar ’’.

Enseguida y ante mi total asombro, mi Madre cómo automata comenzó a darle lamidas al glande para después irse metiendo poco a poco su pene. El Mofo se recargó sobre el lavamanos y cerró los ojos, mientras su mano derecha acaricia su espalda. La cabeza de Madre se movía lentamente, disfrutando y saboreando el sabor de ese pene. Enseguida con su delicada mano lo empezó a masturbar mientras dentro de su boca su lengua se encarga de darle el placer que quería. Luego de varias lamidas se lo metió por completo, succionándolo todo. Ahí empezó a mover su cabeza más rápido, haciendo gemir al Mofo, quién ahora con la mano izquierda la tomaba de su cabello y lo agarra, haciéndole una coleta. 

Mi Madre movía más su cabeza para chuparlo y succionarle más la verga, que se endúrecía más con esa húmeda boca. Algunos dedos de la mano de ella acarician sus testículos, provocando que el Mofo suspirara al sentir eso. Los respiros de mi Madre eran un poco más agitados, y los gemidos de el Mofo iban en aumento. No se cuanto tiempo estaría ella chupándole la verga, hasta perdí la noción del tiempo. Mi Madre seguía hincada haciéndole sexo oral a mi compañero de clase cuando él mira hacía la puerta, entre gemidos creo que alcanzó a verme, pero mi rápidez me hizo esconderme por un momento. Cuando logró asomarme nuevamente veo que la verga del Mofo estaba fuera de la boca de mi Madre, haciendo un hilo de saliva desde los labios de ella hasta la cabeza de su pene. Enseguida se movió sentandose sobre la taza del baño y le dijo que se hincara frente a él, cambiando de posición. 

El desgraciado se acomodó sobre el WC, para poder abrir las piernas, ahora mi Madre me hinco frente a él y de nuevo tomó su verga con su mano derecha, mirándolo a los ojos, quién el Mofo la miraba con una gran sonrisa le animó:

-‘‘¡OK Mamita! ..¡disfrútelo! ’’. Le digo cerrándole un ojo.

De nuevo mi Madre cómo si tuviera muchísima hambre, se metió la verga en la boca, esta vez todo desde el principio, soltándolo de su mano para tener toda esa vara sin ningún estorbo. Ahora sólo la sostenía con su boca y de nuevo así, sólo con su cabeza empezó a pajearlo, para sacar la mitad de su pene y tragárselo todo de nuevo, varias veces. Con su mano derecha acaricia su vientre por debajo de su playera mientras que con la otra jugaba cos sus testículos, que ya estaban muy hinchados. El Mofo se encontraba recostado sobre el respaldo del retrete, pero ahora con sus manos en la nuca de mi Madre, gimiendo y suspirando por las chupadas. Mi Madre levantó la vista y lo miró, en su rostro había mucho gesto de placer, de excitación. Enseguida sigió succionando esa tranca mientras su mano izquierda seguía masajeandole los güevos y su mano derecha subía a su torso, pellizcándole sus tetillas, las cuáles las tenía duras. 

Mi Madre volvió a sacar esa poderoza tranca y le dió varias lamidas, desde la base hasta la punta, la cuál chupó con fuerza, viendo al chiquillo estremecerse. El desgraciado Mofo aguantaba muchísimo, estaba aguantando las terribles succiones que le hacía esa flamante Señora arrodillada en el piso, con el gozo máximo logró sollozar:

-‘‘¡Ah dios!!! ... ¡que excelente chupa! ¡ahhh!!… ¡Ah!!… que rico…’’

Luego de darle varias chupadas a la verga, mi Madre lo tomó con su mano izquierda y ahora cambio: con esa mano lo masturbaba mientras bajaba más su cabeza, lamiéndole la verga hasta llegar a sus güevos, los cuáles lamió y mordió suavemente. El Mofo se estaba estremeciendo y gemía ya sin importarle que yo pudiera escucharlo, sacando sus manos de la nuca de mi Madre y poniéndolos sobre la la base del lavamanos, apretando la orilla con fuerza. Mi Madre con su lengua se entretenía unos segundos en sus güevos mientras su mano lo masturba rápidamente y el dedo pulgar acaricia la cabeza de su fabulosa tranca.

El Mofo logra articular que esta a punto de venirse. Mi Madre lo mira mientras continua lamiendole los güevos, y sonriendo, vuelve a subir su lengua por su pene, para darle lamiditas a la punta, haciendo que se estremezca. Luego se pone de pie y lo mira exhausto, agitado, con un gesto de gran excitación. El Mofo la mira y le sonríe:

-‘‘¡Aun no acabo Mamita! ’’. Le dice poco agitado.

-‘‘Lo sé ¡ji ji ji!.. Pero ahora levántate tu, no seas flojo ’’. Le digo limpiándose los labios con la mano.

El Mofo se ríe y se pone de pie. Enseguida mi Madre lo tomá de la cintura y le dá un beso en la mejilla. Ahora lo girá, sentándose ella en el retrete. El Mofo parado frente a ella, con su verga muy excitada apuntando hacia arriba, cubierto de la saliva de mi Progenitora espera que ella se mueva. Mi Madre rápidamente acerca su boca nuevamente, y recargándose de sus muslos con sus manos, lo toma con su boca y de nuevo comienzo a chupársela. Primero lentamente, para después fue acelerando los movimientos de su cabeza. Veo al Mofo cerrar sus ojos y deja caer un poco su cabeza hacia atrás, gimiendo de nuevo. Con sus manos acaricia de nuevo la rubia melena de mi Madre mientras ella sigue metiendose toda su verga hasta la garganta, comiéndoselo todo.

La punta de su pene entra a su garganta, haciéndola atragantarse un poco, pero aún así no lo suelta, repite esto varias veces, mientras sus manos se sujetan fuertemente de sus muslos. Siento la punta de mi pene húmeda al ver a mi compañero de clase tan excitado cogiendole la boca a mi Madre, y sin darme cuenta yo tambien he estado tocandome, cuando me doy cuenta bajo mi mano y me siento confundido, enojado conmigo por hacerlo. Vuelvo asomarme por la ranura, ella esta tranformada en aquella Puta, en aquella hembra desconocida que afloraba de su lado más oscuro. Por lo que se come su verga con más deseo, tragándoselo todo hasta desaparecerlo. Unos segundos después, eso creo yo, toma la cabeza de mi Madre con sus manos, diciéndole que ya no haga nada, que lo deje terminar. Mi Madre rie un poco con la verga dentro de su boca, hace un ruido con su garganta de afirmación:

-‘‘¡Aggha! ’’.

Ahora es el Mofo quién hace los movimientos, pues comienza a mover sus caderas, penetrándole la boca mientras mi Madre lo sujeta de sus rodillas, sin mover ella ya la cabeza. Sus penetraciones son fuertes y rápidas, veo los güevos del Mofo chocar en su barbilla. La respiración de mi Madre es agitada, pues con sus penetraciones no logra respirar mucho y comienza a atragantarse más. Enseguida el Mofo disminuye el ritmo, hace movimientos más lentos, pero mi Madre voltea desde abajo y lo mira a los ojos, haciéndole saber que siga con la velocidad que estaba. Él sonríe y de nuevo la penetra fuerte y rápido, volviendola atragantarla nuevamente.

-‘‘¡Oh!… ¡siii!… así así…¡Oohhh!!…’’ Decía gimiendo fuerte.

Pasaron unos segundos más hasta que el Mofo le dice que ya esta por eyacular. Suelta la cabeza de mi Madre y ella se saca la verga de la boca. Veo su tranca totalmente cubierta de la saliva de mi Madre, la cuál escurre. Ella lo toma con su mano derecha y lo masturba con gran rápidez, haciéndolo gemir más fuerte al Mofo, hasta que unos segundos después se viene, enseguida mi Madre sin perder tiempo abre su boca. La mayor parte de su leche cae dentro de su boca, y otra parte en sus labios y mejillas, hasta que termina de eyacular. Mi Madre le toma la verga y le limpia la punta con su lengua y sus labios, luego de tragarse el semen que tenía en mi boca. El Mofo gime por lo sensible que esta su tranca y la mira sonriendo.

-‘‘¡Oooh por diosss!! ..es usted la mejor mamona que me lo ha hecho ¡Ufff!! ¡Que manera de chupar!, casi me succiona los güevos ’’.

-‘‘¡Ah! Espero que esto no salga de aqui, ¡mucha.. chito!, ..sólo te he hecho un favor y espero que guardes el secreto ¡Ah!, ah ’’. Le dijo mi Madre después de limpiarse la cara y dispuesta a salir de ahí dentro.

-‘‘¡Señora!, ..¡me gustó mucho el olor de tu chochita! ’’.

-‘‘¡Ummh! ...pues sabe mejor ¡ji ji!..’’ Le miró a los ojos y lo dijo. Le brillaban. 

-‘‘¿Alguna vez le han comido esa preciosura? ’’. Le preguntó mirando su sexo.

Su rostro volvió a ponerse colorado y sin saber que responderle. Cada vez me quedaba más sorprendido de la actitud que había tomado mi Madre, se regresó de la puerta y le sonrió.

-‘‘De todas formas no interesa, ..nadie se lo habrá hecho como estoy por hacerlo yo ahora ’’. Agregó el atrevido chiquillo sonriendo.

El Mofo le pidió que se sentara nuevamente en el retrete. Ella hizo, abriendo las piernas cómo compáz. Quedó bien abierta de piernas, el Mofo sin poder creerlo aún se sentó en el suelo. Sus pequeñas bragas, negras, tenían una gran mancha de humedad. Lo vi descender entre las piernas de mi Madre y sentí que casi me venía ahi parado, el morbo me tenía bastante excitado. Vi sus dedos jugar entre los pequeños vellos rubios de su entrepierna. No había aun tocado su sexo y las piernas de mi Madre se estremecían. En cuanto sentió el cálido aliento de su boca entre sus piernas una exhalación prolongada salido de los labios de mi Madre.

-‘‘¡Esta muy mojada! ’’.

-‘‘¡Aah! ¡Huéleme el chocho, chiquillo! ’’.

A lo que el Mofo sin perder más tiempo acercó su nariz y espiró hondo. En su vida estaba seguro que había olido algo tan excitante. Inspiró varias veces, llenando sus pulmones de aquel rico aroma. Le dio un beso en pleno chocho, sobre las bragas. Los labios del Mofo notaron su humedad. Mi Madre sólo gimió. Desde mi habitación los miraba, la piel de los muslos de mi Madre era blanca, pálida. El inverbe chiquillo la acariciaba con la yema de sus dedos. La ví estremecerse.

-‘‘¡Enséñeme su chocho, Señora! ’’.

Mi Madre con la mirada en otro mundo, sin perder más tiempo para sentir la lengua de mi compañero, apartó sus bragas húmedas, ofreciéndole la primera visión de su chocho al calenturiento chamaco. Para el Mofo era la cosa más bonita del mundo. Su vello era color fuego. Sus labios de un rosa fuerte. Estaban abiertos debido a su gran excitación. Con sus dedos los separó, dejando a la vista la rajita, coronada por su clítoris. Acercó su boca y le dió un lengüetazo, desde la entrada de su vagina hasta acabar en su pepita. Le pasó la lengua alrededor, haciendo círculos con ella.

-‘‘¡Ummhh!!, que rico, Robertito, ..¡sabes cómo comertelo! ¡Mmmhh!! ’’.

La braga le molestaba, así que el Mofo tiró de las uniones de la tela con los lazos y las rompió, las tiró a un lado, junto con las otras que yo estupidamente le había entregado. A Mamá le encantó. Cogió su cabeza y se la aplastó contra su chocho, se lo restregó por la cara. Entonces ahora si el Mofo se lo empezó a comer en serio. Le chupaba el clítoris, le metía la lengua en la vagina.

-‘‘Asi, asi, ..mete tu lenguita en mi chochita ¡Aah! ’’. Gruñía mi semidesnuda rubia, boca arriba, empujando al Mofo hacia su sexo. Y el otro la obedecía, cumplía cada una de sus directrices y mi Madre lo disfrutaba. Jadeaba cada vez más, el aire se le escapaba de los pulmones, su turgente pecho se hinchaba más y deshinchaba al ritmo de la respiración agitada.

El Mofo paraba lo justo para respirar y tragar la fusión de saliva y flujo que se mezclaba en su boca. Cuando la boca del Mofo se alejó de ella, mi Madre se frotaba fuertemente el chocho para no cortar el orgasmo.

-‘‘¡Ah!, ah, sigue, sigue con lo que estabas haciendo, me encanta ’’. Ordenó ella, mientras se separaba las rotundas nalgas, mostrando tanto su ano como su sexo, cuyos carnosos labios asomaban entre sus piernas.

El Mofo asintió y volvió a acercarse al cuerpo de mi Madre. El aroma a sudor, a flujo, a hembra en celo asaltó hasta mi nariz, en el baño era un hervidero de distintos aromas entrelazados. Mamá gemía de placer, su sexo destilaba grandes cantidades de rico flujo que el chiquillo se bebía. Parte caía por la raja y llegaba a caer al retrete, haciendo que sonaran cómo gotitas que se estrellaban en el deposito de agua. El nada tonto del Mofo, la agarró, ahora sí, las nalgas y las separó para dar rápidos lengüetazos de su sexo hasta su ano y viceversa.

-‘‘Ngggg…’’ Mi Madre gemía de gusto.

La lengua del Mofo penetró en su sexo y no pudo evitar un estremecimiento.

-‘‘Baja ’’. Ordenó mi Madre, haciéndole un gesto con las caderas para que la lengua del Mofo abandonara su chochita y empezara a hundirse en su más oscuro agujero.

La respiración de mi Madre ya no podía acelerarse más, el corazón le latía en cada vena, cada roce de la lengua del Mofo la elevaba al séptimo cielo. Pero, eso sólo era el inicio, pues Mofo jalando a mi Madre de las caderas la colocó de modo que pudiera alcanzar con facilidad su ano, así le empezó a lamer el agujero del culo metiéndole la lengua y de vez en cuando un dedo adentro.

-‘‘Jodeme.. ¡Ah! con los dedos…¡Ah! mientras me lames…’’ Musitó, mientras abría un poco más las piernas, facilitándole el trabajo al chiquillo.

El Mofo obedeció, siguió comiéndole el culo mientras su mano izquierda trepaba hasta el agujerito de su chocho. Uno, dos dedos entraron sin dificultad, las paredes de aquél sabroso chochito se contraían espasmódicamente a cada tanto apretando los dedos del joven. 

-‘‘Si.. sigue.. ’’ La voz se le quebró a mi Madre, no podía soportarlo más. El Mofo estaba a sus órdenes. Completamente. Le jodía el culo con la lengua y el chocho con los dedos.

Mamá estaba cómo poseída con los ojos cerrados, mordiéndose los labios y se movía sacando más el culo hacía afuera. Enseguida el Mofo tuvo una idea. Atrapó su pepita entre sus labios y chupó fuerte, a la vez que movia el pulgar de su mano izquierda dentro de su culito. Se lo metía todo, causándole un fortísimo orgasmo a mi Madre, que bañó toda su cara.

-‘‘¡Ah! Sig.. ¡Ughh! ..........’’ No pudo más.

Saltó hacia delante, cerrando las piernas, apretandole la cabeza al Mofo mientras ahogaba un orgasmo fuerte y rabioso, uno que le nació tanto del chocho como del ano. Sus músculos se contrajeron durante unos segundos mientras estaba en el aire, apoyada sólo por las puntas de sus dedos y los codos en el deposito del retrete, hasta que finalmente, cayó sentada, completamente exhausta.

-‘‘¡Ah! Dios… mío… ’’ Suspiró, tratando de controlar la respiración. El Mofo seguía de rodillas en el suelo, relamiéndose casi con picardía.

-‘‘¡je je je!.. ¿Le ha gustado Mamita? ’’.

-‘‘¡Ah!, ¡Ah! Fue delicioso, ..¡Ah! ahora sólo espero que no lo divulges ¡Ah!, ¡Será una pena no volverlo a repetir! ’’.

¡TOMALA! ¡No lo podía creer!, mi Madre le estaba proponiendo otro encuentro, no sé si lo hacía para que el chiquillo no empezara abrir la boca, pero de lo que no me equivocaba era que lo había gozado al máximo. La cerda de mi Madre se había dejado llevar por sus instintos más bajos para sacar toda su lujuria arraigada en su pecho para explotar en la cara de mi compañero. Con las mejillas cómo brazas ahora si salió de ese lugar para dirigirse a su cuarto. Yo inmediatamente corrí hacía mi cama para hacerme el dormido mientras escuchaba cómo mi Madre habria la puerta de mi habitación para comprobar que estábamos dormidos. Después se dirigió a su recamara cómo si nada hubiera pasado. Como a los 15 minutos escuché llegar al Mofo, venía feliz, estaba soñado. Se dejó caer sobre su tendido en el suelo resoplando, sintiendose el hombre más afortunado del mundo. ¡Y cómo no! si el desgraciado había recibido las intimas caricias de la mujer más hermosa de tierra.

Para mi, esa noche fue larguísima, no podía conciliar el sueño, en todo momento me llegaban esas crudas imagenes de mi Madre hincada frente al mocoso más odioso de la escuela chupándole la verga. Para mi suerte, el ciclo en esa escuela estaba a punto de acabar y cuando lo hiciera ya no lo vería nunca más. Enseguida empezé a escuchar los fuertes resoplidos del Mofo, el desgraciado dormía cómo un león, mientras que yo ahogado en mis propios pensamientos daba vueltas en mi cama incredulo todavía de lo que acaba de vivir.

.....

Al otro día me levanté todo desvelado, si no hubiera sido porque mis compañeros se levantaron temprano yo me hubiera quedado dormido toda la mañana, desperté y tanto cómo Raúl y cómo Daniel, estaban jugando videojuegos, enseguida se me vinieron los recuerdos del día de ayer y me alerté ya que no encontré al Mofo por ningún lado. Enseguida pensé lo peor, ya me lo imaginaba en la recamara de mi Madre montandola cómo un loco. Rápidamente buscando un pretexto salí de mi habitación para buscar a mi Madre, mi corazón me latía a 1000 por hora, no me lo van a creer pero empezé a sudar, hasta la somnolencia se me había quitado.

Salí hacía el pasillo y estaba todo tranquilo, las piernas me empezaron a temblar, no encontraba ni al Mofo ni a mi Madre, así que temblando me dirigí hacía la recamara de mi Madre que permanecía cerrada, no les miento pero podía escuchar los latidos de mi corazón a la vez que me acercaba. Mi mente me creaba sonidos y gemidos que creía a la vez escuchar, en base me acercaba esa exraña sensación de miedo pero a la vez excitación me recorria por todo el cuerpo, al llegar a la puerta y al acercar mi oído a la puerta me di cuenta de que estaba abierta y no había nadie ahí dentro, de momento sentí que la sangre me volvió a circular, ¿pero dónde estaba mi Madre?, ¿dónde estaba el Mofo?, para mi tranquilidad escuché a mis espaldas que el baño se abria y aparecia la imagen del Mofo que salía de ella.

-‘‘¿Que hay cabeza de cerillo?, ..oie, escucha. ¿Me puedo llevar las bragas de tu Madre? ¡je je je!.. Digamos que de recuerdo ’’.

-‘‘No sé Roberto, la verdad no sé si mi Madre, ..podría darse cuenta ’’.

-‘‘No te preocupes, ¡je je je!.. Apuesto que tiene muchas, ..no se dará cuenta. ¡Oie!, le quise dar las gracias a tu Mamá por ser tan amable pero al parecer salió muy temprano, ..es una lástima de no desperdime de ella. Por favor dile de mi parte que muchas gracias, se portó espectacular con nosotros ¡je je je!.. Yo me retiró cerillo, mi jefe me debe de andar buscando, ..ahí me despides de los otros bobos ¡je je!..’’

El desgraciado del Mofo se despidió de mí y salió de la casa, de reojo vi cómo en uno de sus bolsillos llevaba hechas bolas las pantaletas que yo, estupidamente le había dado la noche anterior y cómo tal había sido el causante de su encuentro con mi bella Madre. Me daba un coraje que ese desgraciado hubiera obtenido las caricias de mi Mami, me daba una rabia, pero en fin para mi suerte ya se había ido y ahora si podía estar más tranquilo. Regresé con mis compañeros y los ví jugar, mientras trataba de olvidar todo lo que había sucedido...


Continuara brevemente.............ATTE Pedrito Tapia

‘‘Alteración Familiar.’’

PD.... No se olviden de valorar el relato y escribir su recado para motivarme a contarles más... les mando un cordial saludo.... 
pedritapia08@hotmail.com