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martes, abril 02, 2013

Capitulo (39)



©MI MADRE Mónica.......... Capitulo (39)

‘‘Mi Madre Sucumbe a los Caprichos del Viejo.’’


¡Hola mis amigos y seguidores de esta tan larga historia!, ..antes de comenzar a escribir y de que ustedes se compenetren al mundo de los Tapia quiero pedirles una disculpa por haberme retrasado tanto, sé que no les interesa aquello que me hizo retardar, por lo cual no los cansaré, solos les ofrezco mis más sinceras disculpas. Espero que esta historia sea de su agrado y volver así a redimirme con algunos de ustedes por haber usado sexo un poco fuerte en el pasado relato, ( conste que nunca usé la palabra sangre ni mucho menos los golpes, ni mutilaciones, aunque no descarto escribir otro Capitulo duro más adelante ). Como les he dicho, en el blog tengo seguidores de todo tipo, quizás a unos no les agrade ese tipo de relatos pero a otro si, por favor les pido que no se me desesperen ni traten de escribir recados ofensivos, sé que no voy a tener contentos a todos y que no todos mis relatos les van a gustar, les pido que tengan paciencia, la historia seguirá por mucho tiempo más hasta que llegue el día que ya no tenga más ideas para plantear, en el futuro habrá de todo y les aseguro que llenaré todas sus respectivas expectativas.. Bueno, ya no los hago esperar más y que lo disfruten, espero sus comentarios al final.. Cualquier cosa, unos segundos que se tomen en escribir su crítica o comentario me motiva a seguirles contando. Que lo disfruten..

.....

Después de aquella tan amarga y peligrosa experiencia en aquel viejo aserradero, la situación en la casa había mejorado muchísimo para mí, mi Madre me tenía muy consentido, la verdad que no era para tanto, ya que sólo fui llevado por mis más oscuras perversiones sin siquiera darme cuenta del peligro que estaba pasando. Todos me creían un héroe, hasta una jugosa recompensa me dieron, al parecer algunos de los tipos que ahí se encontraban valían una cuantiosa recompensa en dinero. Aunque todos crean que había sido por valentía, todo fue por este maldito morbo que me carcome por dentro. De Iván ya no supe más, solo sé que se marcharon de su casa y se fueron a vivir con unos parientes a España, creo que entre mi compañero y yo habíamos llevado nuestro morbo al límite, habíamos aprendido la lección de la manera más dura, jamás volveríamos a exponer a nuestras Madres a unos seres tan desgraciados. Pero bueno, creo que con eso queda cerrada aquella horrible experiencia y las cosas que les relataré a continuación sucedió alrededor de un mes de aquello en el Aserradero.

Se acercaba el verano y era la época más calurosa del año. Yo estaba más feliz que nunca, Mamá estaba libre de chantajes y seres asquerosos como aquellos tipos, yo volvía a ser aquel niño inteligente y extrovertido de antes. El sol pegaba a plomo cosa que obligaba a mi Madre a usar prendas delgadas y cortas para sentirse más fresca, con ese objeto siempre usaba calzoncitos de estos que les llaman corales o cacheteros, que dejaban libres los glúteos para saborear las delicadas brisas que a veces circulaban bajo sus falditas o pantaloncillos cortos. Pero para mi Madre sus preocupaciones no eran por culpa del calor, sino de la falta de placer que sentía en su interior. Si mis cuentas no me fallaban, mi Madre ya tenía cerca de dos meses de nada de nada. Sólo al escuchar hablar a sus Amigas que venían a la casa y le contaban de sus encuentros amorosos la ponían muy colorada, ella ponía bastante atención a los relatos que describían, de cómo sus Novios o Esposos les hacían todo tipo de cosas; incluso en más de una ocasión la pude observar cómo metía sus manos entre sus piernas para poder experimentar un poco del placer que ya le hacía falta. Esta preocupación crecía cuando veía a un hombre de edad, o desagradable a la vista, seguramente recordaba sus experiencias con ese horrible Cubano.

Mi Madre cómo todos ya la conocen es una despampanante rubia de 38 años, aunque si recordaran ella en realidad es pelirroja pero jamás le gustó el tono de su pelo natural, por lo que siempre lo tiñe de rubio y se lo deja crecer casi hasta su cintura. De su aspecto solo puedo decirles que siempre he estado muy bien dotada de su delantera, quizás para compensar su precioso trasero que forma unas espléndidas curvas en la ropa que lleve, gracias también a su cinturita de avispa que es la envidia de todas sus Amigas y la fuente del deseo de mis compañeritos y profesores de mi escuela, bueno de todos, ya sean vecinos, policías, carteros, amigos de mi Padre bla, bla, bla, de cualquiera que tenga la suerte de cruzar por su camino; a la vez tiene unas piernas largas y sin exagerar muy bien formadas ya que hace mucho ejercicio diariamente. Mide alrededor de un metro setenta y cinco y más por los altos tacones que siempre calza; posee una carita muy fina, que acompañada de una respingona nariz y sensuales labios, hacen un juego precioso con sus senos firmes y glúteos exageradamente redondos.

Como les he contado en anteriores relatos, en la ciudad, ella y sus Amigas son las más populares entre el circulo que frecuentan, repitiendo, cómo ya les había escrito a mi Madre le encanta el modelaje, lo que la hace estar siempre invitada a pasarelas y todo tipo de reuniones de cocteles y presentaciones de modas. Aunque ella nunca se dedicó al modelaje gracias al poder adquisitivo de mi Padre, mi Madre siempre estuvo alrededor de ese ámbito, tenía una de sus mejores Amigas que se dedicaban a eso ‘‘Betty’’ pero ella es otra historia que les relataré más adelante.

Al pasar por la calle o en cualquier lugar que se pare, mi Madre acapara todas las miradas, ya que suele lucir siempre despampanante con falditas y escotes pronunciados, sin llegar a lo vulgar claro está, cómo les digo a ella le encanta la buena ropa y los accesorios caros, pero cómo les decía que por el tamaño de sus senos y su cinturita tan angosta, hacen destacar bastante su hermosa figura; por esto en ocasiones me siento algo incomodo al ir a su lado. Esto la mayoría de las veces me molesta, pero cómo ya todos sabrán cuando ella se siente observada por algún hombre feo o viejo, o de las dos características; algo extraño pasa en su interior. Con solo imaginarse lo deseosos que deben de estar por ella ese tipo de hombres, por cogerla, ya sea a la fuerza o para satisfacer sus más bajas fantasías se pone ruborizada y acelera el paso. Quizás es por eso que ella siempre fue muy arrogante y altanera con la gente de más bajo nivel económico que nosotros, aunque nunca les fue grosera siempre con una mirada de desprecio los dejaba con las ganas.

Como les contaba, en esos días ella andaba.. digamos algo calurosa. Yo cómo siempre estaba al pendiente de sus movimientos con mis cámaras, siempre que terminaba la tarea o mis deberes en la casa o en el jardín, subía a mi habitación y me encerraba para espiar a mi Madre, digamos que solo cuando ella duraba rato sin bajar de su recamara.

En una de esas tardes, cuando pensaba que yo estaba tomando una siesta, ella estaba sentada sobre su cama. Su vista resbaló por toda la habitación. Espejo, armario, su cama habitada por sus distintas almohadas... se fijó en la cama. Allí mismo, no hacía mucho se había revolcado con aquel asqueroso viejo que la había usado cómo mascota. Se ruborizó y se mordió el labio inferior en señal de nerviosismo sexual. Se encontró en el espejo con su reflejo devolviéndole el gesto y lo examinó. Le gustaba, estaba traviesa. Se sentía acalorada. La hacía parecer infantil, pero sabia y poderosa, casi perversa. Sorprendida por la tremenda temperatura que mostraba su cuerpo algo se le pasó por la cabeza.

-‘‘¿Porque no? ..’’ Susurró, ya fuera porque se le había ocurrido algo, o para cerciorarse de que realmente, la frase sonaba tan bien cómo ella se la imaginaba.

Botó hacia la cama y apartó de un manotazo todas las almohadas. Con una cara traviesa que jamás había visto en ella rebuscó debajo de su cama para sacar una caja de color rosa. La curiosidad me ganó a mí también por lo que decidí quedarme observando, y no me equivoqué. Ante mis ojos estaban todos los jueguitos sexuales que Fernando le había regalado de sus excursiones a Japón. Con la mirada de gatita traviesa se deleitaba escogiendo uno que pudiera experimentarle ese placer que se le había negado durante estos últimos meses, mordiéndose ligeramente el labio inferior, optó por un consolador negro de látex, que simulaba una tremenda tranca de algún africano, de más de 30 cms de largo. Un consolador ancho con protuberancias que simulaban las venas, de superficie suave y blanda. Lo acarició con suavidad mientras, nerviosamente, no podía parar de reírse, parecía como una niña observando su nuevo celular desesperada por recibir sus primeros mensajes del novio. Con lentitud, tal que si alguien la estuviera observando, se fue quitando los vaqueros, a los que hizo acompañar a la diminuta tanga que llevaba puesta la espectacular Señora Tapia, quedando desnuda de la cintura para abajo.

Tomó a su consolador africano y tras cerrar su cajita rosa de ‘‘sorpresas’’, con las piernas. Con su sexo y su trasero desnudo se levantó de la cama para tomar el control remoto de su enorme televisor LED'S de alta definición. Su excelente trasero se marcó lascivamente ante mi cámara cuando se agachó para sujetarlo, ya que este se le había soltado por el nerviosismo. Tomó el mando universal con firmeza pero no encendió el televisión. En lugar de eso, dejó el control remoto al lado del africano y se tumbó nuevamente sobre la cama. Sintió un leve escalofrío cuando sus piernas desnudas y su pomposo trasero tomaron contacto con las frías sábanas. Mi Mami se acarició leve pero lascivamente. Sus dedos se internaron entre los rosados labios de su sexo, pequeños y carnosos. Tras atravesar el pubis pulcramente depilado un escalofrío la recorrió cuando lo tocó con la yema de su dedo corazón, el pequeño clítoris que empezaba a dar las primeras señales de vida ya reclamaba también su atención. Se obligó a detenerse, había preparado algo mejor para esta tarde... algo excitantemente mejor para ella y otra sorpresa para mí.

Ella agarró a su consolador africano y se lo puso encima, dentro del exquisito canalillo que se le formaba entre los pechos, cubierto por la amplia y corta camiseta. La punta de ese falo de látex quedó a escasos centímetros de su boca.

-‘‘Hola, negrito ..hace mucho tiempo que no jugaba contigo. ¿Sabes?, ..voy a jugar contigo ahora. Tu y yo vamos a divertirnos juntos ¡Ji ji ji!..’’ Rió ella.

Mi Madre reía cómo la niña traviesa que se sentía. Aferró la cabeza del falo y la hizo descender por su cuerpo, por encima de la camiseta, hasta que llegó a la parte desnuda. Ella cerró los ojos cuando internó la punta de su ‘‘negrito’’ entre sus ya inflamados labios. La dureza del látex que hacía en la punta se encontró enseguida con otra pequeña dureza que nacía en el interior del sexo de mi Mami. Se le escapó un suspiro con los ojos cerrados. Envió una de sus manos a sustituir al negrito y notó su propia humedad. Se le escapó una risilla. La otra mano, la que aún agarraba al ‘‘negrito’’, lo soltó y a ciegas, palpó por toda la sábana hasta encontrar el mando del televisor.

Encendió el aparato e increíblemente me di cuenta hacía dónde se dirigía, pasando del canal 600 existen puros canales para adultos, de los cuales fueron bloqueados por mi Padre, ( aunque yo ya me había adueñado de la contraseña de 6 dígitos ), jamás imaginé que a mi Madre le llamara la atención el porno.

Mi Madre tragó saliva. No sabía que entre la variedad de canales de pornografía había unos Interraciales. Miró en la enorme pantalla que mostraba a un negro jodiendose a una pequeña rubia. El actor debía de tener una tremenda tranca similar con la que estaba jugando ella entre sus piernas. Se le aceleró el pulso. Con una escenografía del cuarto de una niña, la actriz estaba desnuda... Mamá la observó y vio en su cuerpo infantil la misma excitación que sentía de su propio cuerpo. Se fijó en su pequeño trasero y sus pechos apenas en desarrollo, la actriz debía de tener cómo 16 años pero en la película decía que cumplía 18. Estaba perpleja, no podía dar crédito a lo que estaba viendo, una pequeña niña iba a ser penetrada por una tranca monstruosa, ( seguramente se recordaba a si misma cuando estaba con el tal Popeye o quizás con aquel enorme Dominicano )

Por último, miró el chochito de la actriz, que se mostraba impúdicamente directo a cámara. El chocho de la joven actriz era idéntico al de ella. Cerradito, con los labios carnosos escondiendo a sus compañeros, y ése tenue brillo de humedad. Sus manos iniciaron casi inconscientemente una masturbación lenta y pausada. El actor negro acercaba a la rubia actriz a la cámara y la hacía chuparle la monstruosa tranca. Mi Madre se relamió los labios... ésa tranca que estaba viendo era muy similar a la de látex que tenía entre las piernas. Mientras en el televisor la actriz se atragantaba con ese chico garrote, mi Madre con sus piernas abiertas, se masturbaba.

Mamá, repitió los movimientos del negro en la vagina de la actriz en sí misma punto por punto. Los abultados pechos se le hinchaban más ante mi atónica mirada voyeur. Su respiración era muy agitada. De pronto recordó que su puerta no tenía el cerrojo y podría llegar a ser peligroso, lo que Mamá ni se imaginaba era que yo llevaba ya mucho tiempo observándola y no perdía detalle de sus jueguitos con su ‘‘negrito’’. Dejó de masturbarse y se dio un levantón hacía la puerta para cerrarla, su cuerpo estaba muy sudoroso, un brillo de humedad ya enmarcaba su rosado chocho. Se aseguró de colocar correctamente el cerrojo y se volvió a recostar.

Ella no perdía detalle de la escena. El negro actor se acababa de tumbar boca arriba sobre la cama y esperaba a que la adolecente actriz se empalara sobre su verga, gruesa y venosa que apuntaba al techo embravecida. Mamá colocó al ‘‘negrito’’ en el centro de la cama, y se montó en él al mismo tiempo que la actriz llevaba a cabo el Interracial. Sin más comenzó a deslizarse sobre el pedazo de látex. Arriba y abajo, simulando estar sobre aquel negro que se encontraba en el enorme televisor, las protuberancias de ese pene le cosquilleaba en el clítoris, la pobre actriz arrugaba las sábanas en sus puños, e igual lo hizo mi Madre, mientras veía subir y bajar ese culito adolecente sobre esa monstruosa estaca.

La superficie rugosa de las venas del ‘‘negrito’’ era un magnífico potro dónde mi Madre se masturbaba. Notó que sus flujos comenzaban a mojar el látex. Le daba igual. La altiva Sra. Tapia había llegado a ese punto dónde todo le daba igual. Incluso la película tan morbosa le daba igual. Ella trotaba sobre esa manguera negra por una pradera de ensueño. Se deslizaba arriba y abajo, convirtiendo sus suspiros en jadeos y estos en gemidos. Su camiseta cubría mi visión del ‘‘negrito’’, impidiéndome ver el brillo que ya mostraba el potro de mi Madre.

Mamá notaba su excitación crecer y crecer, pero nunca llegar a ese punto del no retorno, cómo si el ‘‘negrito’’ estuviera decidido en causarle el placer más inmenso del mundo, haciéndolo crecer poco a poco sin llegar nunca a llevarla al orgasmo. Por eso ella se bajó del consolador y echándose sobre su enorme cama, bajó su mano hasta aquellos carnosos labios que se abrían húmedos y calientes sobre la superficie húmeda del látex. Se masturbó con la mano mientras se hacía una cubana con el ‘‘negrito’’ sobre sus pechos. En la pantalla, la actriz a cuatro patas recibía las embestidas del negro. Mientras que mi Madre con los ojos cerrados, soñaba que no se estaba masturbando con un consolador. Soñaba que era ella quién estaba siendo grabada y que era el actor negro quién la estaba montando. Soñaba que el ‘‘negrito’’ era el actor y que ella era la juvenil actriz, y en su sueño ese actor color chocolate le apagaba el deseo que sentía y lo estaba deseado.

Sus gemidos comenzaron a hacerse más sonoros, más roncos, más desesperados mientras seguía frotándose a su queridísimo amigo el ‘‘negrito’’ y acariciando su clítoris con celeridad. Se estaba jodiendo a su negrito, mi bien portada y perfecta Madre se estaba masturbando con un enorme consolador negro entre sus pechos y viendo una película Interracial por la tele. Era una mujer ardiente, una mujer mala que hacía travesuras. Eso pensaba ella. Eso pensaba mi Madre y se elevaba a las puertas del orgasmo. Puertas que abrió en un último frotamiento desesperado con su nuevo amigo. Y al abrirlas, saltó y gritó. Cerró las piernas, obligada por el clímax en pleno salto, y entre ellas atrapó al ‘‘negrito’’, que sin siquiera haberse internado en la jugosa cueva de su dueña la había llevado hasta el mismísimo cielo. Una sonrisa satisfecha que mostraba mi ardiente Madre lo decía todo, aún contrayéndose de placer se sentía satisfecha.

.....

Mamá se quedó tumbada sobre la cama, exhausta, medio desnuda, satisfecha. Observó la tele. La película ya había acabado. Mamá quiso apagarla pero se encontraba demasiado cansada. Demasiado cansada para todo lo que no fuera quedarse allí, tumbada, y darle las gracias con la mirada a su querido ‘‘negrito’’ y con la mente a ese desconocido actor, a quién había soñado que la montaba. Cerró los ojos y se quedó dormida.

Pero sin pasar más de un par de minutos algo la despertó. Entonces, incorporó el tórax de la cama y se horrorizó de haberse quedado dormida con el canal porno en su enorme televisor. ¿Si alguien pudiera enterarse y la descubren así?... Se levantó y miró el reloj, afortunadamente no había dormido más que unos cinco minutos. Se dispuso a dejar las cosas en su sitio. Sacó la cajita de sus ‘‘juguetes’’ guardando a su nuevo amigo, la metió de nuevo debajo de su cama. Depositó las almohadas de nuevo en su sitio y, cuando estaba a punto de vestirse se sintió observada. Ese sexto sentido que tiene las mujeres le decía que alguien la había estado viendo. Tragó saliva y se le volvió a acelerar el pulso. Pero esta vez no era de excitación.

-‘‘Qué tontería ..’’ Se dijo, y trató de tranquilizarse.

De todas formas se asomó a su ventana y corrió las cortinas. Allí estuvo, completamente quieta y en silencio durante minutos hasta que le achacó el presentimiento anterior a su imaginación. Más tranquila, volvió a reír. Cerró las cortinas y volvió a su lecho matrimonial para rehacer lo que sus movimientos habían deshecho de las sábanas. Tras rehacer la cama, preparó la ducha, para borrar de ella todo ese sudor que la había empapado. Mi Madre abrió los ojos al máximo tras pasar por la ventana. Le pareció ver moverse algo tras las cortinas de los vecinos. Yo de inmediato también investigué, estaba al igual de intrigado de quién espiaba a mi Madre.

Mi Madre se quedó petrificada. Le pareció ver la figura de Don Paco observándola por su ventana. La casa de nuestros vecinos traseros es de dos niveles cómo la nuestra, lo que la hace que tenga una perfecta visión con la nuestra y con la recamara de mi Madre ya que esta tiene un enorme ventanal que le da una preciosa vista hacía nuestro jardín. Allí estaba ella, vestida única y exclusivamente con una camiseta que terminaba poco antes del final de su trasero. Tragó saliva. ¿Cómo podía estar nuestro vecino viéndola? La respiración se le aceleró, convirtiendo en un fuerte vaivén sus pechos, la piel se le puso de gallina y el temor la invadió por dentro.

Un segundo, en un segundo pasaron por la cabeza de mi Madre mil y una cosas. ¡Su vecino! Quizás no era él, sino su Esposa la que estaba en esa antigua habitación en ese momento. Quizá ni la habían observado... Ahogó un sollozo ‘‘No. Que no sea él’’. Que no la haya visto jugando con su querido amigo ‘‘negrito’’. El simple hecho de saber que su vecino se había enterado de lo que hacía encerrada dentro de su habitación la aterraba, cerrar las cortinas y con ella intentar dejar fuera los miedos, se convirtieron en su prioridad. A grandes zancadas de pies desnudos sobre la alfombra se dirigió al mando universal para apagar el televisor, mirando a ninguna parte con el rostro pensativo, corrió hacia la ventana. La cerró con las cortinas más gruesas. Con las dos manos, de un fuerte jalón, a la desesperada. Se apoyó luego de espaldas en la pared, cómo sintiéndose a salvo de las miradas intrusas. Sintió sus nalgas desnudas palpar el frío muro de la casa.

-‘‘Tranquila, Mónica ..a lo mejor solo ha sido tu cabeza ’’. Se dijo ella misma.

Sus propias palabras no le sirvieron de tranquilizante. Sabía que ella había visto moverse las cortinas de su vecino, sabía que alguien había estado ahí, observándola el suficiente tiempo cómo para enterarse de lo había estado haciendo en ese momento. Sintió algo de nervios pero sintiéndose ya a salvo en la privacidad de su habitación se dirigió a su tibia ducha.

Por mi parte yo también me quedé intrigado, desde aquel día que había visto a nuestro singular vecino observarla de aquella manera un tanto lasciva ya no estaba tan tranquilo. Don Paco era un hombre viejo pero se mantenía en buena forma por los cuidados que tuvo en su tiempo, alguna vez escuché que tenía el rango de Mayor en el ejercito, no estoy muy seguro pero creo por su edad o una discapasitación lo habían retirado, fue por eso que optó por la florería, aunque era su Esposa Clara la que siempre la atendía, él solo se encargaba de tener todo listo y hacer los encargos con los proveedores. El caso es que ya no quedé tranquilo con el viejo, así que al otro día me fui a surtirme de aparatos de vigilancia, la verdad que ya era todo un experto, es más, ya el tipo de la tienda de electrónicos me hablaba a mi teléfono para enseñarme sus nuevos accesorios, la verdad que ya era uno de sus mejores clientes, quizás era por ser el hijo del millonario Rodolfo Tapia que me atendía tan bien, quizás pensaba que en el futuro podría hacer negocios con la Empresa Tapia, el caso es que me atendía muy bien y siempre me andaba mostrando sus nuevos artículos.

La verdad que con la recompensa que me dieron no solo compré una cama exterior de última generación, si no que el vendedor también me mostró unos pequeños rastreadores de llamadas, seguramente con Mamá le hallaría buen uso. También opté por una mini-cámara espía, bastaba un pequeño botón de una camisa para poder ocultar dichos aparatos, algunos micrófonos y unas cositas más que ya seguiré contándoles. El caso fue que instalé mi cámara nueva apuntando hacia la casa de nuestro amateur voyeur, desde mi cuarto también vigilaría los movimientos de ese viejo por si algún día se presentaba algo raro.

.....

Los días pasaron y no veía nada raro, solo que Mamá ya tenía mayor cuidado a la hora de jugar con su ‘‘Negrito’’. Por un momento llegué a pensar en que había sido una compra inútil, hasta pensé en cambiarla por alguna otra cosa que me sirviera para espiar a mi Madre, nuestro vecino Don Paco no hacía nada que estuviera extraño. Así pasaron los días hasta que nuevamente apareció mi peor pesadilla y la suma de todos mis miedos...

Era un viernes por la mañana cuando yo estaba alistando mis cosas para ir a la escuela. Después de meter todos mis libros a mi mochila e ingerir mi desayuno acostumbrado, salí de la casa para disponerme a tomar el autobús escolar cómo era diariamente, el bus pasaba por nosotros a las 7:40 am a cómo nos tenía acostumbrados, ( en ocasiones cuando el tiempo me ganaba era Mamá la que me llevaba para no perder las clases ). Ese día estaba muy contento porque nos llevarían a ver una galería de arte muy esperada por todos nosotros. Como era habitual a las 7:30 am. Todos los alumnos de la Colonia que íbamos a esa escuela esperábamos el bus en una exclusiva parada. Al subirme y tratar de conseguir un asiento, algo que observé me heló la sangre. ¡La caseta de aquel viejo estaba abierta y parecía que alguien estaba ahí dentro!

La verdad que no la perdí de vista mientras el autobús iba en marcha, quería saber si el viejo aquel había regresado, pero cuando estaba a punto de ver de quién se trataba el bus dio la vuelta en la esquina quitándome toda visibilidad de esa pequeña caseta. Mis pequeñas piernas empezaron a temblar y mi corazón empezó a trabajar cómo una locomotora a toda su potencia, si ese desgraciado ya estaba de regreso seguramente iría a ver a mi Madre como su primer prioridad, y cómo había andado de acalorada los últimos días sería una presa muy fácil para los caprichos ahora del viejo. La verdad que la curiosidad me ganó y el morbo me cegó rotundamente, me empezaron a sudar las manos y me decidí en segundos, agarré mi mochila y me la colgué al hombro. Enseguida le dije al chofer que se detuviera, que me sentía un poco mal y que quería regresar a casa, la verdad que se negó un poco pero cuando lo amenacé con echarle la culpa si algo me pasaba frenó de inmediato al autobús.

Bajé cómo alma que carga el diablo y me dirigí de nuevo hacía mi casa, la verdad que no estaba muy seguro de lo que había visto y que si era Don Mario el que estaba ahí dentro, pero una cierta corazonada me decía que algo nuevamente iba a pasar. Habían pasado más de 2 meses desde que el viejo había recibido varias puñalada en el abdomen por aquellos delincuentes que merodeaba el fraccionamiento, pero también estaba seguro que regresaría ya que era un tipo fuerte y de voluntad inquebrantable, seguramente no tardaría en aparecer con su maldita sonrisa burlona que tanto coraje me sacaba. Me acerqué a la casa y pude ver que Mamá había abierto el garaje para reacomodar unas cosas, pensé que a esa hora saldría a correr cómo todos los días pero recordé que me había dicho que iba a buscar unas cajas que ya no ocupábamos para dárselas a Beatriz y las campañas caritativas de su Esposo.

Era claro que no podía llegar a la casa porque entonces si mi Madre me reprendería por no haber ido a la escuela, así que me escabullí entre el jardín para no llegar a ser visto mientras pensaba que era lo que iba hacer ahora, aunque todavía tenía el tiempo para tomar un taxi y dirigirme al museo. Decidí esperar un poco más para ver que sucedía. La verdad que no estaba seguro de que pasara algo este día, aunque ver a mi Madre vestida cómo estaba ahora sí que era un espectáculo. Vestía una minifalda de deportes para practicar tenis, más bien era su traje completo, era de color rosado con las tres tiras de la ADIDAS sobre las caderas, por debajo un mini-short quizá demasiado audaz cómo para agacharse y sujetar las cajas. Sus piernas desnudas, realzadas por unos tenis de la misma marca y correas del color del traje, como era normal, atraían la atención del público mayoritariamente masculino, que era formado por los vecinos que ya andaban alistándose para dirigirse a sus respectivos trabajos. Su traje era fresco y vaporoso, y descubría sensualmente parte de sus hombros. Parecía que Mamá lo había hecho adrede cómo para asegurarse de dejar sin aliento a sus improvisados espectadores que pasaban por ahí con pretexto a saludarla.

El Sr. Santillana, que había salido ‘‘sin querer’’ a tomar su periódico ( bueno eso quiero pensar ), no había perdido el tiempo de echar, cuando podía y disimuladamente, un vistazo a los hermosos y bien proporcionados pechos de mi Mami. A su trasero, a sus piernas cuando ella ‘‘sin querer’’, se inclinaba para sujetar las cajas. Mamá se había dado cuenta desde el primer momento pero trataba de disimularlo, aunque yo que la conocía perfectamente sabía que estaba al tanto y se mostraba alegre y jovial al saber que estaba siendo admirada. Su gran feminidad no podía evitarlo. Saber que se sentía admirada sexualmente por el Esposo de su odiada vecina la excitaba y además le hacía acrecentar su ego en contra de su archienemiga de adjunto.

La verdad que Mamá se pasaba de la raya con su atuendo, no puedo negar que se veía cómo Sharapova pero era demasiado sexy para estar trabajando en el garage con los vecinos merodeando por las banquetas. Mamá terminó de acomodar las cosas y se dirigió hacia la parte trasera de la casa para llevar unas cortinas al cuarto de lavado, cómo recordaran este cuarto se encuentra en la esquina trasera del jardín, por lo que tuvo que cruzar toda la piscina y el jardín para llegar a él. Lo que aproveché para salir de mi escondite y dirigirme a la parada de un taxi para alcanzar a la tan esperada visita al museo. Pero cuando estuve a punto de salir, la imagen de ese viejo me dejó paralizado...

Ese desgraciado volvía de nuevo, mi peor pesadilla estaba de vuelta. El viejo Cubano siempre vestía casi igual, una camisa de diversos colores que no se sabía si era la misma o tenía varias iguales, abierta a la altura del pecho que le salían unos pelos canosos largos que daba asco nada más verlo, los pantalones le caían y cuando se agachaba asomaba sus calzoncillos que en su día habrían sido blancos. Usaba de esas sandalias de cuero de las de viejo de toda la vida y su cabello algo ondulado provisto de algunas que otras canas cano amarillentos. Un tipo guarro, descuidado, que ocupaba toda la banqueta para ser alarde de su estilo de caminar con su siempre sonrisa burlona y sintiéndose el dueño de la Colonia.

El desgraciado al ver a dónde se dirigía Mamá la siguió sin más, yo estaba algo nervioso de que algún vecino pudiera verlo entrar, ya que el tipejo se tomaba bastantes libertades sin ponerse a pensar que entraba a la casa de una mujer sola, poniendo en riesgo y en habladurías la imagen intachable de mi Madre.

Como si fuera un robot, automáticamente me dirigí tras él, el desgraciado iba tan ansioso que ni siquiera se dio cuenta de que venía siguiéndolo muy de cerca. Mamá había metido las cortinas en la lavadora y reflexionaba sobre sus cosas mientras se enjuagaba la cara en el estante de lavado, casi inclinada con el rostro muy cerca de la llave. Ella no lo había notado pero gracias a que había dejado la puerta abierta el viejo entró cómo gato. Así inclinada a espaldas de la puerta sólo sintió unas manos enormes y calientes posadas en su apetecible trasero. Ella se paralizó, todo su cuerpo lo saludó con un exquisito temblor a ese Portero cincuentón que se había convertido en su Amo y dueño.

-‘‘¡Mmh! Mi Perrita, ..¿te pone bonita para tu Amo? ¡Je je je!..’’ Le preguntó, mientras la jalaba por la cintura.

Mi Madre se dio la vuelta cómo primera reacción, pero no dijo nada, no podía reaccionar. Don Mario la sujetó de las nalgas, alzándola en vilo, rodeando su vientre con las piernas de mi Madre… ella parecía ausente, sin saber que decir ni cómo reaccionar, aquella verga gruesa y venosa que tanto había deseado estos últimos días se endurecía de nuevo y sólo para ella.

-‘‘Do, Don Mario, ..¿u, usted?, ..¿ya, ya salió del hospital? ..’’ Le preguntó, mirándolo a sus ojos, bajos sus cejas negras y espesas, aunque ya se notaban algunas porciones grisáceas en las mismas.

El hijo de Puta ya se había apoderado de la Colonia, se sentía el dueño, me daba un terrible coraje, estaba seguro que ese desgraciado jamás había tenido ni la mitad de una hembra como lo era mi Mami y más coraje me daba. Ese infeliz se había dado el mejor banquete de su vida, el desgraciado se sentía el Rey, el todo poderoso, y como no, se había estado follando a la hembra más buena de la Colonia, que digo de la Colonia de la ciudad misma, mi Madre con su imponente belleza le parecía casi imposible de resistir, pues todo en esa hermosa mujer amén de tener un hijo y no ser de su estatura ni estar a su nivel, era perfecta. Siendo su radiante belleza, encantadora y acorde con su elegante estatura y bien cuidado cuerpo propio tal vez no de una modelo de pasarela, pero si de una escultural y voluptuosa actriz de las películas eróticas como Divine Rai. Con las curvas precisas en los lugares exactos para llamar la atención de cualquier simple mortal, y aquel rostro casi angelical enmarcado por sus lindos cabellos de color rubio.

-‘‘¡Va!, un pal de puñaladas no es suficiente para detenelme, ..¡pero ya llegó tu macho, Mamacita! ’’. Le dijo, mordisqueándole y babeándole el cuello.

-‘‘¿Pe, pero ya se encuentra usted bien? ..’’

-‘‘Po' supuesto, Güerita ..la única medicina que necesita este viejo está debajo de esta faldita ¡Je, je, je!..’’ Le dijo con esa horrible sonrisa y levantando con dos dedos su atuendo de tenista para mostrar el mini-short's que portaba debajo.

Yo estaba pasmado, miraba a mi Madre dudar y reaccionar ante las inquietas manos del viejo. Me situé por afuera pegado a la ventada corrediza, desde ahí quedaba cómo primer espectador del sometimiento de mi Madre en las manos nuevamente del viejo. La mujer más impresionante de esta Ciudad estaba ahora mismo delante mío y completamente inmovilizada por un viejo horrible cincuentón de piel acanelada.

-‘‘¡Estas bien güena, Güerita!, ..jamá había visto a nadie tan buena cómo tú. En el hospitá lo único que recordaba eran estas pinches nalgotas y estas chichotas. ¡Son mías y de nadie má, repítelo, mi Perrita ’’. Le decía el viejo.

Mamá volteo a verlo con aquellos grandes y hermosos ojos azules, no articulo palabra alguna, era obvio que ella ya había pasado el embrujo en la que la tenía anteriormente, pero no se atrevía a decirle nada. El silencio reino entre los dos por unos cuantos segundos hasta que el viejo lo rompió:

-‘‘¡Que!, ¿que te pasa?, ..no me diga que ya te olvidaste de lo bien que nos la pasamos ¡Je, je!..’’ Dicho esto se abalanzó sobre ella, impulsándola hacia atrás hasta que chocó contra la lavadora.

Mi Madre intentó resistirme pero era inútil. No sólo estaba arrinconada entre la lavadora y sus potentes brazos, sino que además estaba aprisionada por 100 kilos de carne vieja y fofa. El viejo estaba fuera de sí. Le besaba sin parar toda su cara. Sus manos parecían moverse a cien por hora por todos los rincones de su cuerpo e iba frotando su bulto contra una de sus piernas, ya que debido a su gran excitación su tremendo falo lo tenía doblado dibujándose fácilmente en el interior de uno de sus muslos. Mi Madre empezó a suplicarle que la dejara, pero eso sólo parecía enardecerle más. No la soltaría ni por todo el oro del mundo.

-‘‘Ay, Perrita, ..no sabe cómo traigo los güevos, ..no voy a pará hasta que estén completamente secos ’’. Dijo respondiendo a sus débiles suplicas.

La verdad es que por más que se resistiera mi Madre, entre lo morboso de la situación, estar sometida e indefensa ante ese viejo, feo, gordo y sudoroso, sus tocamientos y sus palabras, poco a poco estaba poniéndola cachonda a más no poder, pero ella seguía resistiéndose, intentando conservar algo de dignidad y no entregarse definitivamente a tan horrible ser.

-‘‘Por favor, Don Mario ..no me haga esto. Esto es un error, ..usted no debería estar aquí ’’. Intentó apelar cómo último recurso.

-‘‘¿Erró, Perrita? ..erró es que tu no esté con la colita que te regalé y tu bonito collá para recibi a tu Amo. ¿Que no debería está aquí?, ..¡que esperaba, ¿eh Perrita!. Está fuera de tu casa, con estas ropitas, meneándole la colita a todo lo vecinos cómo Perra en celo, dejando que te vean, dejando que te digan to'o... y ahora te solprende que esté tan cachondo. No, no no Perrita, ..ahora aprenderá a vé lo que pasa cuando vas por ahí jugando con los demás, Puta guarra ’’. Le dijo ya totalmente fuera de sí.

Volvió a lanzarse contra ella, besándola, lamiéndole la cara y masturbándola por encima del shortcito bajo su faldita, lo que añadido al caso omiso que hacía mi Madre de sus débiles suplicas le hacían sentir abusada y tremendamente excitada; sin querer, empezó a emitir leves gemiditos, que no pasaron desapercibidos para su abusador.

-‘‘¡Mira cómo lo disfrutas, Zorra! ..¡dime que no te chorrea cuando te toco! ’’. Comentó despectivamente, mientras ella seguía intentando hacerse la digna.

Mi Madre con la cabeza recostada casi en el regazo de aquel viejo, con sus ojos entre-cerrados y los labios entreabiertos mientras era manoseada casi por todo el irrestricto de su cuerpo, permitiendo que le subiera la falda hasta por la cintura y dejará al descubierto su ajustado y diminuto short's de lycra color rosado que le dibujaba sus perfectas y anchas caderas además de su chochito dividido por la elástica tela que se le ajustaba, que de inmediato fue cubierto por sus morenas manos que acariciaban su intimidad sobre la tela de los mismos. Increíblemente observé unos instantes después como él separaba sus piernas para dejar aún más expuestas las partes privadas de mi Mami y poder así hurgar más adentro, jugando con sus robustos dedos a empujar la tela de la lycra sobre la rendija que se le dibujaba a mi Mami de la entrepierna de sus short's para pronto hacerla lucir empapada con sus jugos vaginales. Pero no bastándole con eso, después meter la mano dentro de la delicada frontera de tela que protegía su preciado tesoro y la defendía de aquellos dedos extraños de su palpitante feminidad, el desgraciado fue a introducirlos en su intimidad, para después extraerlos ya embarrados por ella; mientras que yo observaba atónito como entre esos dedos se encontraba esa sustancia espesa y brillosa que no era otra cosa que la excitación de mi Madre ante tales caricias, emitiendo un gemido apenas perceptible tras los cristales de donde yo me encontraba.

-‘‘¡Dime que esto no e' la prueba de que estás más caliente que una Perra en celo! ’’. Le dijo el viejo sopesándole los dedos manchados con la brillosa sustancia.

-‘‘¡No, no es verdad!, ..suélteme por favor, Don Mario ..no me toque ’’. Le respondió.

Pero el viejo, y para su disfrute, volvió a ignorar sus suplicas y aceleró el ritmo de la masturbación dentro sus short's, aumentando así el sonido de sus tibios gemidos.

-‘‘Sabía que no ere má que una Perra dispuesta a que cualquiera se la monte, ..¡traes el chocho empapaó! ¡Ere una sucia Perra!, ¿veldá que sí? ’’. Dijo al ver que mi Madre ya no podía disimular el placer que sentía.

Ella no aguantaba más. Estaba tan caliente que creo que en ese momento hubiera hasta pagado por qué ese cabrón la montara. Los gemidos de mi Madre junto al rubor de sus ardientes mejillas ya iban en aumento, aquel tibio gemido que llegaba a mis oídos, quien preso de impotencia y desesperación observaba como ese viejo hijo de Puta nuevamente iba doblegando a mi Madre que con su ruda manota toqueteaba sin dejar de masturbarla. Así mismo observé nuevamente como volvía a sacar los dedos embadurnados de la lubricidad de mi Progenitora y llevó uno de ellos a la boca de la portentosa Madre, quien ya muy caliente comenzó a chupar entre gemidos…

-‘‘¡Huy!, que rico los chupas mi Putica ¡Je, je, je!.. así también me chuparas esta verga que tanto te gusta ’’. Le dijo el vejete asqueroso a una excitada Sra. Tapia quien por dentro sentía vergüenza pero se había ya dejado vencer por los deseos y ansias de sexo de su exuberante cuerpo.

-‘‘¡Vamo, responde! .. ¡Dime que ere una Perrita que te mojas solo con vé a u Amo! ’’. Le gritó mientras la agarraba fuertemente de la mandíbula.

Pero mi Madre no respondía, estaba jadeando pero se mantenía fiel a sus principios y trataba de pelear contra su naturaleza, contra el tremendo calor que la invadía. El sonido de la boca de mi Madre chasqueando el regordete dedo del viejo era escuchado por mí, quien ya comenzaba a observar como ella poco a poco era doblegada por ese viejo hijo de Puta que tanto odiaba, que suerte tenía ese despreciable viejo, mira que joderse a la santurrona de la Sra. Santillana al mismo tiempo que a mi Madre, el bastardo las tenía dominadas con su terrible estaca. El viejo muy hábilmente volteo a mi Madre frente a él apoderándose de aquellos labios carnosos que tantas veces recibieron a mi Padre y me despidieron a mí antes de dirigirme a la escuela, pensé que mi Madre se negaría, pero desafortunadamente para mí sus labios estaban ya dóciles y sumisos a recibirlo. Su viscosa lengua se metió dentro de la fresca boca de mi Mami buscando su rosada lengua, ella pudo sentir el fuerte olor a tabaco y descuido bucal que el viejo tenia pero muy a mi pesar no oponía resistencia y más bien correspondía a tan asqueroso beso.

Yo veía la escena horrorizado, asqueado al ver como mi flamante y cariñosa Madre correspondía a tan horrible viejo, recordaba como la había transformado en sumisa, en una vil mascota para sus pervertidos juegos, lo que más me asustaba era que esta vez no tuvo que ser forzada y amenazada para que le correspondiera, y que en ningún momento observé tanta docilidad como en la que ahora era testigo. El Cubano estiró sus manos hacia las portentosas nalgas de mi Madre agarrándoselas con fuerza, bajándole sus ajustadas lycras dejándole las marcas de sus sucios dedos en las blancas pompas y hasta hacer a un lado sus diminutas bragas para así meterle uno de sus dedos en el ano para comenzar con una suave penetración…

-‘‘¡Mmh!, ¡Como extrañaba este agujerito tan rico!, ..te lo voy a rompe' de nuevo y a tu panocha también. Hoy sabrá lo que es tené nuevamente una verdadera verga de macho. Hoy va a sentil todo lo que te he extrañao ¡Je, je, je!..’’

Le decía el Portero mientras le babeaba el cuello a mi flamante Madre quien miraba con los ojos entrecerrados y excitados hacia el techo, que instintivamente se acomodó sobre el viejo sintiendo la dureza de su oculto miembro sobre su vulva y sintiendo el dedo del vejete estimularle el ano mientras la besaba. El placer era tanto y ansiaba más que muy lentamente comenzó a frotar su pelvis contra el terrible bulto del Cubano, comenzando a gemir cada vez más…

-‘‘No Don Mario por dios, ¡Ahh!, esto no está bien, ¡ahh!, tenemos que parar ’’.

El viejo sonreía ante los gemidos de excitación de mi Madre quien seguía con la cabeza levantada gimiendo excitada dejando sus redondas tetas al alcance del vejete, quien sin pensarlo mucho comenzó a morderlos, a chuparlos y lamerlos como un loco de uno en uno sobre su top provocando mas sensaciones de placer a la ya entregada Sra. Tapia. En uno de esos movimientos el desgraciado levantó la vista hacía la ventana encontrándose con mis ojos, rápidamente escabullí la cabeza pero estaba seguro que ya me había visto, por lo que el desgraciado empezó a humillarme y a lastimarme como siempre lo hacía atravéz de mi Madre.

-‘‘¡Anda contesta!, ..dime que ere una Perra que se moja con las caricias de este viejo. Dime que me deseas y que te monte como a una Puta y que te haga un hijo para lo crie junto a tu hijo.. ¡He regresa'o solo para hacele un hermanito a tu hijito! ’’.

-‘‘No Don Mario, .. ¡Ahh!, .. qué cosas dice por dios ’’.

Mi Madre se sentía contrariada al oírle, entre excitada y angustiada, maldecía a su cuerpo por traicionarla, pero a la vez agradecía que lo hiciera, encima la calentaba la idea de engendrar un bastardo de ese horrible viejo.

-‘‘¡Je, je, je!.. ¿Te gustaría sé mi Mujé mi Putica?, darle un hijo a este viejo ¡Je je!..’’

¡Hijo de Puta!, sabía que con esas palabras me lastimaba muchísimo, el simple hecho de imaginar a mi Madre gestando un bastardo de ese viejo inmundo me horrorizaba a tal grado que me daban ganas de llorar. Volví asomarme solo para ver como mi Madre se mordía los labios entre el miedo y la excitación de lo que el viejo le proponía; las manos le temblaban y ya casi no podía sostenerse de pie, Don Mario la había calentado con tan solo hablarle guarradas. Yo podía oír la respiración entrecortada y jadeante de mi doblegada Madre que ya no podía más por la calentura, su cuerpo pedía sexo que hasta se le había olvidado de donde estaba y que había dejado la puerta del cuarto abierta, por lo que quizás los vecinos podrían darse cuenta de lo que pasaba.

-‘‘Muy bien, Güerita, ..si así lo quiere, no diga má, lo comprendo, ..ya no de diré má ni la culeare como tanto lo deseaba ’’. Mi Madre seguía muda y algo excitada oyendo las promesas del viejo.

En ese momento mi Madre dejó de sentir los rosones en su entrepierna, las manos del viejo dejaron de sostenerse de sus grandes nalgas y el viejo se separó de ella. Mi Madre no dijo nada pero su bello rostro lo decía todo.

-‘‘¡Confiesa Putica!, ..quisieras que ahorita mismo te reviente el culo y que te rompa esa panocha caliente que tienes ¡CONTESTA!!..’’

Mi Madre quien se encontraba hundida en un enorme mar de excitación y lujuria hasta casi llegar al mareo, no respondió, estaba muy agitada, pero todo aquello no podía ya negar.

-‘‘Lo siento, Güerita, ..si no puede repetí unas simples palabras no creo que pueda aguantá esta enorme verga ’’. Dijo esto mientras movía su gran paquete de arriba hacia abajo, cómo dándosela a desear.

-‘‘¡Ahh!, ahh!, ah! ’’. Pero Mamá no respondía solo jadeaba.

-‘‘Tendré que buscá a alguien má que si quiera pasá un rato muy rico ..quizá Mati, ella si es una buena mascota ’’.

El viejo no era estúpido, aunque mi Madre no dijera nada, de igual forma él terminaría penetrándola con todas sus fuerzas, simplemente quería ver el grado de excitación que tenia Mamá, además de humillarme y humillarla un poco, ponerla en competencia con su odiada rival, su vecina. Mamá no pensaba con claridad si no estuviera tan excitada, sabía que el viejo no dejaría la oportunidad de cogérsela por nada del mundo y menos por unas simples palabras.

El viejo se quedo allí parado sin decir nada, cuando de pronto…

-‘‘¡Siiii!, siii Don Mario!, me gustaría ¡ahhh! ..estas chichotas y estas nalgotas son suyas para que las mónte. Métame su enorme cosa por dónde quiera ’’. El viejo reía por dentro, con una mano agitándose la tremenda erección que tenia, satisfecho al tener entre sus manos nuevamente a la sensual y espectacular Sra. Tapia.

Me quedé nuevamente pasmado, ante mis ojos nuevamente volvía a ver a mi Madre descarriada, nuevamente la mente se le nublaba y salía aquella oscura hembra que llevaba por dentro. Don Mario esbozó una gran y macabra sonrisa mientras pensaba que con suerte y después de este día se quedaría para siempre con la mejor hembra que se había topado en toda la vida.

-‘‘¡Vé!, vé que no era tan difícil, Perrita ..eh tu naturaleza. Solo por eso tendrá tu recompensa, ..prepárate, te voy a llená de tanta leche que hasta te voy a dejá preñada ¡Je je je!..’’

¡No podía creer lo que nuevamente estaba viendo!, observaba a mi Madre caliente y confusa; seguía sin entender porque claudicaba ante tal el vejete, porqué se sentía dominada ante esa tosca voz. Triste miraba como ese viejo desgraciado comenzó a tocar sus erguidos pezones por debajo de su atuendo, mientras que con una mano bajaba y acariciaba su vulva por debajo del short's llegando hasta el sensible clítoris. Recordaba aquellos momentos vividos dentro del closet, como ese viejo le dio por el culo salvajemente mientras ella recostada en aquella cama matrimonial recinto de los Tapia gemía como loca sintiendo a su vez las rasposas manos del vejete acariciando y estrujando sus mamables pechos, sin duda este viejo había despertado y se había apoderado de la mujer lujuriosa que yacía escondida en ella.

-‘‘¡Ay, sí, mi Amo! ¡Ahh! .. ¡Venga!, vamos para dentro de la casa para que me dé lo que me toca ’’.

Mi Madre se separó de él y se sacó las manos de la panocha para salir, y de la mano, lo condujo a la puerta con dirección hacia la casa, pero al parecer el viejo estaba tan caliente que no podía esperar. De un manotazo cerró la puerta de una patada y la sentó sobre la secadora con las piernas abiertas.

-‘‘Tiene el tamalito má rico que me he comido en toda mi vida ¡Je je je!..’’ Le aduló, pasándole la mano por su rostro y metiéndole su grueso pulgar en la boca.

Mi Madre ya desbocada se lo chupó sonriendo. Sus manos, creo que no es necesario ni escribirlo, ya luchaban contra el cierre del pantalón del viejo y los percudidos calzones de su macho para hacer aparecer lo que tanto estaba deseando. La paz y la dicha que la embargaron cuando ese gigantesco glande cayó presa de sus manos fue solamente comparable a la de un adicto cuando ha pasado mucho tiempo sin su droga… Mamá parecía estar alucinada al ver nuevamente y a escasos centímetros de su vulva esa tremenda estaca rodeada de grandes venas, y cómo niña chiquilla en una nevería se frotaba los labios y esperaba con ansia que se lo pusiera en los labios.

-‘‘¡Je, je, je!.. ¿Se te antoja mi, Perrita? ..se te nota. Anda acá, agáchate un poquito y salúdalo con gusto ¡Je, je!..’’

¡Y Mamá no perdió tiempo!, con las lycras casi en las rodillas y cómo desesperada se agachó para sujetarlo con una mano, ese pedazo de carne y venas reposaba nuevamente entre sus delicadas manos y su aroma le inundaba la nariz. Al estar de pie, se sitúo de cuclillas ante él. Su miembro la mira fijamente como si la reconociera. Ella le miró a los ojos. Sin perder más, sacó la lengua y cómo si fuera el helado más rico del mundo, profirió un acentuado ‘‘¡Mmmhh’’ Saboreando ese pedazo de carne cálida y tiesa. Abrió la boca y sin dar tiempo a que nadie se queje por el cambio de postura, se engulló media verga de un golpe, más de 12 cms de carne y venas dentro de su cabeza. Don Mario se aferró con ambas manos de sus dorados cabellos para bajarla, y ella se apoyó de sus gruesos muslos para no irse de boca, el desgraciado quería que se la tragara toda.

-‘‘¡Ooohh! Perrita ..qué gustooohh ¡Chúpate este melocotoon! ¡Qué boquita, qué Puta! ’’. Le decía, haciéndose gozar con las succiones.

Pronto miraba cómo la cabeza de mi Madre subía y bajaba por ese enorme pene, que lucía resplandeciente con su saliva envolviéndolo. Ella ya estaba tan impuesta a esa macana que ya podía tragársela un poco más de la mitad, el problema era pasar el tremendo glande por su garganta sin que le dieran arcadas. Cuando su nariz chocó con su bajo vientre, el desgraciado la sujetó con una mano y se la puso en la garganta. Al mover mi Madre su cabeza, él podía notar el bulto de su misil desplazándose en su cuello, yendo de delante a atrás. La sacó de nuevo para así dejar a mi Mami respirar todo el aire que podía por la boca. Una vez recuperada, Mamá acentuó las mamadas, por ratos se quedaba con la gruesa cabeza dentro de la boca, trabajándola sólo con la lengua, y a veces se la sacaba para lamerle el glande… Con tanto chantajista, Mamá ya había agarrado algunos trucos y los demostraba en este momento… cómo sea, tenía al Portero en la gloria.

-‘‘¡Ooohh! mi Perrita, ..ni en la isla la maman también cómo tú ’’. Alucinaba el desgraciado viejo.

Se la sacó y se la restregó en la cara, finalizando con darle golpecitos sobre los labios… al principio no le gustaba mucho, pero a estas alturas del juego, tal acto la volvía loca.

-‘‘¡Ahh! Sii Papi ¡Acaríciame la cara con tu verga, mi Macho! ’’.

Eso le encantaba al viejo, humillarme, restregarme en la cara que mi Madre era suya. El hijo de Puta a sabiendas de que yo lo observaba sonreía al observar como mi hermosa Madre cerraba los ojos mientras le pasaba su gruesa y morena verga por la frente, por las mejillas y por los rosados labios. El hijo de Perra sonrisa mientras la dejaba reposando sobre la cara de mi Mami, cubriéndosela casi toda con su enorme extremidad. Y a ella se volvía loca al sentir su calor, su peso. Se metía uno a uno sus güevos en la boca. Lamía todo el tronco, acariciándolo con la lengua. La mayor parte del tiempo, sin usar las manos. Sólo con su lengua, con su boca. Mi Madre, mientras tanto se acariciaba las tetas, se frotaba el chocho por debajo de las bragas y se estremecía de placer.

Su cabellera caía sobre su rostro mientras que mi Madre se comía por completo su miembro, tomándolo de la base le decía que era suya, como si esa verga tuviera vida propia, como si esa barra de carne maciza pudiera responderle, ¡y tal parecía que si!, la verga se engarrotaba tomando un color rojizo y de su orificio brotaban gotas de lubricación. El sonido de un manotazo acompañó un quejido, la mano del viejo volvió a estrellarse con fuerza contra su desnudo trasero, ‘‘¡SPLASSH!!!’’ haciendo que su pelvis se echara hacia el frente del terrible dolor, uno…dos.. tres azotes más fueron estrellados contra las pomposas nalgas de mi Madre, las cuales fueron tomando un fuerte color rojizo, y el sonido de sus succiones se mezclaba con sus gemidos. La agarró de los cabellos, mientras embestía con furia su boca, tan solo unos cuantos choques mas y anuncian una buena corrida, ya presentía yo ver esa lava caliente y espesa, pero se apartó de ella unos segundos apretando su base como si quisiera cortar su erupción.

-‘‘¡Anda acá!, ..no quiero terminá aún ’’.

La levantó para besarla, era horrible ver tal escena, una flamante rubia besándose con un viejo prieto y corpulento. El desgraciado la besaba con glotería como queriéndose tragar toda su lengua, Mamá respondía a él luchando con la suya, fueron varios minutos en los que observé impactado como se besaban. ¡El Maldito sabía que lo observaba y eso lo exaltaba mucho más! Fue bajando por su cuello, Mamá solo cerraba los ojos, exasperada por las lamidas a su sensible cuello por esa lengua rasposa y esa barba que la hacía sentir un delicioso cosquilleo en su cuello que la hacía calentarse mucho más. Mamá con sus dos manos en los hombros del viejo empujándolo muy suavemente y con la cabeza echada hacia atrás le decía:

-‘‘Don Mario pa paa paare ya por favor, lo necesito ¡Aah! ’’.

El viejo desgraciado a sabiendas y conociéndola como la conocía sabía que si su lengua y su boca con esa barba de días llegaban a sus exuberantes senos y a sus hipersensibles pezones, sus pocas fuerzas para oponerse y su poca lucidez quedarían derrotadas y entonces si se entregaría a esas placenteras sensaciones y haría con ella lo que le placiera.

-‘‘Don Mario .. ¡Aah! .. ya por favor ¡Aah! ’’.

Mi Madre sentía los vellos de su barba sobre su pecho, sus brazos erizándose por los escalofríos que la recorrían una y otra vez, mientras las sudorosas y temblorosas manos del viejo luchaban por destrabar el broche del sostén, cosa que no era fácil debido a su ansiedad, a sus manos temblorosas y sudadas y a los movimientos de mi ya doblegada Madre que no paraba de contonearse en un vano intento de evitar lo inevitable. Mamá permanecía con la cabeza echada hacia atrás aguantando la desquiciante boca a su sensible cuello que no le daba tregua haciendo que minara su voluntad, cuando de pronto oyó un sonido de ‘‘clic’’ los soberbios melones de mi Mami acababan de ser liberados de su prisión saltando libres y sacando el brasier por debajo de su top cayó al piso.

El viejo se separó de ella momentáneamente para poder admirar ese formidable espectáculo que eran los senos de mi Mami al desnudo, eran un par de pechos de película, redondos, erguidos, no hacía falta que usara sujetador, ese par de maravilloso melones se mantenían firmes desafiando la fuerza de gravedad a pesar de su tamaño, y con unos pezones hinchados por la excitación que destacaban en las aureolas, era una visión maravillosa.

Mi Madre al verse desnuda con las tetas por debajo de su top se puso roja como un tomate, pero no se movía, ahí se quedó estática aguardando lo que viniera, lo cual acabo de calentar al cochino Portero. La mirada del lujurioso viejo irradiaba una morbosidad alucinante al ver ese monumento de hembra; ahí, semi desnuda se recreaba con la increíble visión de ese espectacular cuerpo. Mamá estaba muy ansiosa a sabiendas de lo que venía, con una rara mezcla de nerviosísimo, deseo y excitación, estando consciente de que nuevamente el viejo había llegado a su vida, ahora todo eso trasladado a sus pechos y a sus sensibles pezones eran sensaciones multiplicada por diez, no lo podía creer, su voluntad estaba siendo totalmente avasallada por el deseo, la lujuria y el placer de su cuerpo. Mi Mami respiraba agitada, sus espectaculares senos subían y bajaban deliciosamente al compás de su respiración, sentía que el corazón se le salía del pecho a sabiendas de que ese viejo caliente no tendría compasión de ella. Él observando la casi total entrega de su Perrita se le dibujo una mueca de una diabólica sonrisa de satisfacción y le dijo:

-‘‘¡Pero qué tetas te cargas desgracia'a!, ..¡qué melones tienes!, las mejores tetas que he visto en mi vida si señó. ¡No he visto nunca unas tetas tan increíbles! ’’. Decía el Portero extasiado con tan maravillosa visión.

Mamá continuaba con la cabeza echada hacia atrás con los ojos cerrados y con la respiración muy agitada a sabiendas de lo que venía. El viejo se pegó de nuevo al curvilíneo cuerpo de mi Mami y tomando las dos manos de ella se las puso en su hombro mientras el deslizaba las suyas sobre ese redondo y carnoso trasero, le acariciaba las deliciosas nalgonas por debajo de la reducida minifalda que por lo corta que era se le subía casi a la cintura y dejaba ver sus nalgonas al natural que devoraban el diminuto bikini blanco que portaba. Ella con las manos en el hombro del viejo trataba de apartarlo muy suavemente en una reacción automática de defensa pero ante las fuertes acometidas del caliente Portero no servía de nada. El Cubano continuo con su caliente labor de masajear ese redondo trasero, para después acercando su boca le decía al oído:

-‘‘¡Oohh!, Siempre he desea'o que me haga una cubana ’’. Le dijo, entonces.

-‘‘¿Si mi Rey?, ..¿y por qué nunca me lo habías pedido? ’’. Le respondió desbocada.

Y ni corta ni perezosa, se sacó los hombros y los brazos de los tirantes del top, dejando todo su torso desnudo, y su pechera enrollada a forma de cintura, dónde se destacaba su fascinante raja formada por sus enormes pechos blancos en galardonados por su sensual lunar sobre una de ellas. ‘‘¡Oh! que maravillosas tetas’’ se le escapo al viejo decir; Mamá solo esbozó una sonrisa orgullosa. A ella le excitaba escuchar al viejo, no solo por el comentario soez respecto de sus pechos, sino por el descontrol que este mostraba ante la evidente excitación que le provocaba tener así a la Señora más espectacular de la Colonia. Enseguida le acercó las tetas, las cuáles Don Mario quiso tomar…

-‘‘¡Vaya tetas que tienes mi Güerita!, casi no me caben en la mano, duras, redondas, como a mí me gustan... ¡Mmhh! ’’.

-‘‘¡Son suyas mi Amo! ’’. Y le chupó el glande.

El viejo al ver las hermosas glándulas de mi Madre se abalanzó sobre ellas cómo un hambriento. Sus manos se apoderaron de sus senos, que vibraron de júbilo al sentirse acariciados y apretados por ese hombre, que se agachó a ella para besarle y luego hundir su cara en medio de ellas.

-‘‘¡Oh!, qué feliz tienes a tu Perra, mi Rey ’’. Le musitó, abrazándolo, mientras él le comía las tetas y le pellizcaba los pezones.

Yo no podía creer que mi vida se estaba convirtiendo en un desfile de cogidas… un Portero, un Contador, un Chulo, un Vice Presidente de mi Padre, un narcotraficante, un.. un.. si las cosas seguían así, para antes de dos años seguramente mi Madre habría hecho el amor con un extraterrestre.

El viejo se puso de pie, flexionando un poco las rodillas y apoyándose de la secadora. Mamá se acordó de su mandato y acomodó esa tranca entre sus pechos, abrazándose a su cadera. Empezó a masajearla, moviéndose con suavidad de arriba abajo, dándole besitos cerca del ombligo, aún cubierto por su camisa colorida.

-‘‘¡Ooohhh!, así, Perrita, ..para eso tiene estos globotes, para repartirle cubanas a todos ’’. Le decía.

-‘‘¡Pues estos globotes son tuyos, mi vida!, ..para que te den cubanas cuando quieras ’’. Le dijo, sonriendo, incrédula al constatar el grado de sumisión a que este viejo la tenía sujeta.

Me hubiera dado un infarto si un año antes alguien me hubiera dicho que iba a ver a mi Madre hacerle cubanas al Portero de la cuadra en el cuarto de lavado a escasos 3 metros de mí. Mi Madre le lamía el glande cada vez que se le acercaba, cada vez más enrojecido y húmedo, brillante de líquidos seminales. Finalmente, el viejo le sujetó de la cabeza, forzándola a regresar a la mamada.

-‘‘¡Espera!, ¿creo que alguien anda husmeando allá afuera? ..’’ Dijo el viejo sonriendo.

Yo me quedé de piedra, si ellos salían seguramente no me daría el tiempo suficiente para ocultarme, quedaría descubierto, mi Mamá se enteraría de que no estaba en la escuela y estaba viendo todo lo que le hacía ese viejo. Pero por suerte el viejo solo estaba jugando conmigo y mi Madre estaba tan caliente que le valía cualquier cosa que estuviera a su alrededor. 

-‘‘Bah!, que escuchen todos cómo disfrutamos, mi amor ..¡quiero mi cogida, ahora! ’’. Le contestó, ya casi fuera de sí.

El viejo la tenía en sus brazos, su asquerosa bocota cubriendo la de ella, y mi Madre chupándole la lengua cómo posesa. Las manos del viejo volaban dentro de la faldita sport de mi Madre, el desgraciado la tomaba de ambas nalgas y las abría como si se tratara de un libro, una vez abiertas se deleitaba con su esfínter rosándoselo con el dedo.

-‘‘¡Trepate a la lavadora, Perrita!, ..ahora sabrá lo que es bueno. Va a tené tu buen taco con carne y salsita de la que te gusta ¡Je, je!..’’ Le anunció.

-‘‘¡Si Papi!, si mi Amo, ..¡si mi Rey! ’’. Exclamó, y se levantó, subiéndose la falda y sacándose el short's que le estorbaba, casi temblando de emoción.

-‘‘¡Estás buenísima Mamaita!, ..vas a disfrutá esto de veldad, ya lo verás zorrona ’’. Le decía el suertudo viejo.

El asqueroso viejo, tal y cómo lo esperaba, le arrancó el calzón blanco que portaba Mamá y se lo guardó en el bolsillo de su pantalón. Con la falda arremangada en la cintura y completamente despatorrada sobre la lavadora, mi Madre esperaba su ejecución. Y no esperó mucho, ya que el viejo volvió a colocar su verga a pocos milímetros de aquella pequeña cueva que estaba seguro prevería de gran placer a la verga que tuviera la fortuna de entrar en ella.

-‘‘¡Aaah!, .. así mi vida, .. ¡Aah! .. no me hagas esperar más ’’. Decía ella mientras observaba la verga del viejo pasearse sobre su rendija.

-‘‘¡Ah Puta, que sabrosa estás!, ..hasta que se me hizo otra vé gozalte Cabrona ’’. Decía el vejete quien hambriento de carne acercó nuevamente su ansiosa boca directo al pezón derecho de mi Mami y comenzó a chuparle, a succionarle el grueso, carnoso y durísimo pezón.

-‘‘¡Aaah!, por favor Don Mario .. no me haga esperar más ¡Aah! ’’.

Mi Madre sentía un tremendo y electrizante cosquilleo en su vagina al sentir esa gruesa verga pasearse sobre su rosada rendija mientras que el viejo con su lengua golosa y esa barba de días en su sensible pezón estremeciéndola toda, tanto que ella arqueaba instintivamente la cintura al máximo, sus manos se apoderaron de la nuca del viejo atrayéndolo más hacia sus pechos, quien con la boca le mamaba alternadamente ambos pechos, lamiéndoselos y succionándole los pezones de esos dos increíbles globos de carne.

-‘‘¡Oh por dios!, ..oh por dios ’’.

El maldito viejo con una mano estrujaba su pecho y con la otra mano libre ya dedeaba con sus gordos dedos la húmeda vagina, haciendo que mi Mami se le fueran los ojos en blanco por tanto placer que recibía. La flamante Sra. Tapia al sentir las maravillosas cosquillas que recorrían su cuerpo de arriba a abajo cada vez que esa lengua hacía contacto con sus senos y sus hinchados pezones, su rajita despertaba más ante la situación a la que estaba siendo sometida, humedeciéndose cada vez más haciéndola suspirar.

-‘‘¡Aahhh! .. ¡ahh! Dooon Doon Mario por dios ¡Mmhhh! ’’. Gemía mi Madre desfalleciendo.

El viejo totalmente desatado le mamaba golosamente las tetas, ella se retorcía como culebra y gemía, sus delicados dedos se introducían en los canosos cabellos de él atrayéndolo a sus globos de carne, instintivamente arqueaba la espalda y meneaba sus caderas totalmente fuera de control.

-‘‘¡Oohhhh! qué rica estás, Puta ’’.

Le decía el desatado Portero quien parecía pulpo agarrando tanta carne que tenía a su disposición, desfogaba todo ese deseo guardado de estos últimos meses sin ella, toda esa calentura que hasta ahora podía ser saciada, y con quien más. con la mas buenota y deseada de la Colonia. Le devoraba los pechos con ansia y desesperación ‘‘¡Sluurp!, ¡sluurrp!, ¡Mmhh!’’ Se escuchaba de la boca del viejo al mamar las tetas de mi Mami, ella introducía sus finos dedos en los cabellos de él y le acariciaba la cabeza al mismo tiempo que lo atraía mas a sus pechos. Esa boca y esa lengua la hacían sentir que moría de placer. La lengua del Cubano parecía una culebra, le rodeaba toda la aureola humedeciéndola para enseguida atacar sin pausa el hipersensible pezón de la ya entregada Sra. Tapia, y lo que más le calentaba era oírla gemir obscenamente sin voluntad  propia ya y sin recato alguno.

-‘‘¡Aaahhh! ¡Aaaahhh! Don Mario, ¡Paapiiiiiii!, Amo .. ¡huyyyy!! ’’.

La voluntad de Mamá había sido completamente arrasada por la gran excitación de su escultural cuerpo, su mente se negó a seguir resistiendo a todas esas sensaciones que la hacían estremecer, era como estar en un caudaloso rió y tratar de nadar contra la corriente que tarde o temprano la fuerza del rió ganaría y la arrastraría.

-‘‘¡YA!, ya mi amor, ..dame lo que es mío .. por favor ’’.

-‘‘¡Je je je!.. ¡Espera!, primero déjame probá que tan estrechito tiené el culito, mi Perrita ¡Je je!..’’ Entonces lentamente el viejo asqueroso comenzó a puntear uno de sus gordos dedos en el ano de mi Madre.

Ella se sobresalto al sentir aquella mano invasora que jugueteaba presionando su esfínter. Pero al contrario de tratar de negarse la muy descarada se sujetaba las piernas para mantenerlas abiertas y el viejo no tuviera un obstáculo en su obsesionado afán de comprobar su estreches.

-‘‘¡Mmhh! Veo que se te ha cerrado bastante en mi ausencia ¡Je je!.. No dudaré en abrilo ¡Je, je!..’’ Dijo saboreándose los labios.

Sin dejar de besarse, mi Madre terminó recostada sobre la lavadora con los muslos separados, buscando nuevamente sus ojos mientras el viejo inclinado, insertaba su lengua en su ano, llevándole al infinito. El desgraciado lamia, jugueteaba en su ano y del ano a la vagina trabajando sus labios recorría su clítoris, se deslizaba por su pubis y volvía a bajar; con su índice y su pulgar separaba la entrada, y su rugosa lengua luchaba por penetrarla profundo. Dándole una nalgada la hizo dar vuelta, quedando con las rodillas sobre el filo del mueble, y el torso recostado hacía delante.

-‘‘¡Ábrete el culo!, ..te quiero llegar bien adentro ’’.

No podía creer lo que estaba viendo, mi Madre a cuatro patas sobre nuestra lavadora apuntaba el culo hacía ese asqueroso Portero, y la muy cerda se inclinó más sujetándose ambas nalgas con las manos abriéndolas como si se tratara de un libro, sus pomposos glúteos se abrían al máximo mostrándonos ambos orificios embadurnados en saliva que el viejo había depositado con las múltiples lamidas que la habían llevado el cielo. El hijo de Puta volteo a la ventana para sonreírme, y ubicándose entre sus muslos abiertos, volvió a penetrarla con su lengua, con aquella lengua asquerosa que quería llenarse de los más íntimos sabores de mi Mami.

-‘‘¡Aaah! ... ¡Mmhh!! ...¡Uyyy! ’’.

El desgraciado la devoraba con glotería, lo observaba hurgoneando en el culo, estimulándole completamente el anillo que poco a poco empezaba a dilatar, permitiéndole que cada vez se sumergiera en aquella divina profundidad. El Portero lamia cada espacio y succionaba cada pliegue al punto que mi Mami se estremecía y deseaba sentir mucho más que su lengua. Dejando caer un hilo de saliva en su orificio rosado, le atacó con su índice, la penetró suave, sintonizando con su esfínter, lo movía internamente abriéndose paso hasta lograr introducirlo por completo. Entraba y salía, lo oscilaba agrandando la entrada y mi Madre casi sin notarlo el dedo medio también resbaló y entró en ella.

-‘‘Despacito Papi, ¡Umhh! ..¡Aah! ’’.

Para mi Mami era delicioso sentir como esos dos dedos se abrían en su interior reclamando más espacio, y ansiaba enormemente sentir mucho más… Sin que mi Mami se lo esperaba, el viejo se incorporó un poco y con la otra mano se la hundió en el chocho, cuatro de sus gordos dedos fueron a parar en el fondo de su rajita dándole unas cuantas arremetidas, el impacto del primer choque le dolió un poco, el infeliz la estaba follando con toda la mano, la verdad que me asustaba la idea de un desgarre a medida que sus gordos dedos la penetraban por ambos lados, pero afortunadamente para ella estaba tan cachonda que se abría dándoles paso. Después retrocedió y volvió a meter otro dedo por su agujero. ¡Cuatro dedos en el chocho y tres en el ano!, el hijo de puta la estaba dilatando al máximo, una.. dos.. tres veces más volvía arremeter…

-‘‘Ahhhh… ahhhh… así Papi, ¡Oh por dios ¡Mmh! ’’.

-‘‘Parece que ya va abriendo ¡Je je!.. ¿Duele mucho mi Perrita? ’’.

-‘‘¡Ahhh!.. ¡Umhh! po, poquito, ¡Aahh! ’’. Respondió mi Mami tratando de ser complaciente, aunque era claro que le ardía pero era soportable con tal de seguir sintiendo ese placer.

La gorda mano del Portero estaba abusando de mi Madre, afortunadamente para ella sus líquidos eran abundantes, además disponían de la saliva del viejo con la que se embadurnó los dedos para seguir intentando. Volvió a ingresar los tres dedos pero ahora se encontró un poco más dilatada, el desgraciado los metió un par de veces profundizando demasiado, hasta la coyuntura.

-‘‘¡Ahhh! ..¡Aah! ..por piedad Don Mario ¡Aaah! ’’.

-‘‘¿Quiere piedad Güerita o que te la sambuta to'a? ’’.

-‘‘¡Aaah! Siii ... siga por favor…siga… aguanto un poco mas…’’ Respondía Mamá con los ojos en blanco.

Ante su pedido el desgraciado la sambutía al tope, haciéndolo girar dentro, deteniéndose cuando notaba que su cuerpo se resistía; llenándole de besos la relajaba, y los metía cada vez más profundo… Afortunadamente para ella procuraba ser considerado ante cualquier gesto de incomodidad.

-‘‘¿Duele mi Perrita?…si quieres lo dejamos para otro día.. ¡Je je je!..’’

-‘‘¡NO! .. Siga…ahhh…siga…des.. pacito ¡Ouch!..’’

El inmundo Portero se desnudó de los pantalones para mostrarme sus nalgas bofas y prietas atravez del cristal, pintadas de algunos granos negros y estrías. ¡Parecía un oso!, un instante antes de que la penetrara allí mismo sobre las lavadoras de nuestra casa, mi Madre clavó sus ojos en el cuerpo por el que tanto se disputaban ella y su vecina. El viejo como todos lo saben es moreno, corpulento, con facciones fuertes y un humor fuerte que penetraba dónde quiera que estuviera. Sus miradas se encontraron, la de él era horrible, la de un sádico quien sonreía triunfante, y la de mi Mami era de excitante confusión pues a pesar de la excitación que llevaba se daba cuenta quien era ese viejo, un simple Portero mugroso que no estaba a su nivel, un tipejo de costumbres toscas y de pocos principios, un tipo que jamás había soñado con esto, que se había apoderado de ella pero por culpa de su cuerpo excitado y traicionero, no podía negarse a sus caprichos de lujuria. El vejete ya tenía la verga a punto, estaba rígida, dura como una piedra y con múltiples venas llenas de sangre que bombeaban a tope y la mantenían vigorosa. Mi Mami se dejó caer hacia delante e inhaló una buena bocana de aire cómo si ya estuviera completa nuevamente en su vida, sintiendo en su vulva el calor de aquella verga que aun no entraba en ella le emanaba.

-‘‘A lo lalgo de estos mese ha demostrado que ere una autentica Perrita ..¡y ahora mismo vá a recibí lo que te merece! ’’. Dijo sonriendo agarrándole un cachete de su trasero para abrírselo.

-‘‘¡Si mi Rey! ..ya era hora. Tantos días y sin poder meterme nada en mi cosita. Se me hace agua. Necesito que me cojan o me voy a volver loca. ¡Métemela de una vez y cállese ya! ’’.

-‘‘¡Je je je!.. Ahora si cachorrita, ..ahora si sabrá lo que es que te desfloren ¡Je je je!..’’

El inmundo Portero tomó su mástil de carne colocando la roja y lubricada cabeza en la entrada de la aun núbil vagina de mi Mami quien comenzó a temblar de excitación solo al sentir como sus labios se abrían tratando de dar paso a tan grueso visitante. El viejo le abrió bien las nalgas y colocó dentro en la entrada de su brillante chochito el glande. Mamá en seguida notó el calor que emanaba desde dentro. Estaba tan caliente que el flujo le chorreaba entre los muslos. El viejo apuntó su verga entre los carnosos labios de mi Madre y empujó, ella sintió un dolor agudo cuando la cabeza del miembro se abría paso gimiendo con dolor, al ver que no sería fácil aquella incursión, pero ya una vez acomodada el vejete pensó en clavársela con todo, con fuerza como para que nunca se olvide de él y lo recuerde siempre. La tomó de la cintura tomando fuerzas para enterrársela hasta el fondo, pero en eso el viejo volteó a la ventana a verme, tenía los ojos de un pervertido, mis pequeños ojos azules se encontraron con esa cara de diablo y sonrió, el hijo de Puta estaba por lisiar a mi Madre con su garrote y me veía! Afortunadamente para mi Mami se arrepintió en el último instante, podía desgarrarla y para qué, ya no la podría usar otra vez. El viejo se arrepintió y la sambutió lentamente.

Desvié mi mirada de su cara y me centré en lo que sucedía más abajo, entre su panza bofa y las prominentes nalgotas de mi Mami. La tranca entraba suave, sin esfuerzo, pero viéndome y sonriendo se la encajó de golpe hasta el fondo, ¡Entera! ‘‘¡Ummhh!’’ Gritó de placer Mi Mami al sentirse llena y creo que yo también, pero de la impresión. Aquella tranca no era la más grande que la hubiera penetrado, pero sí parecía llenarla más, no sabía por qué. Mientras el viejo la penetraba, una y otra vez, convirtiendo el cuarto de lavado en el campo de los gemidos de la rubia Señora Tapia, ella estaba en la gloria. Por un momento pensó en recapacitar, pero, cuando el placer la curvaba el viejo desgraciado la tomó de las greñas levantándole la cara, supo que, aunque pusiera todo de su parte, su cuerpo no le respondería y seguiría allí, jodiendo con alguien que no era su Esposo, cogiendo con alguien que la penetraba una y otra vez sin amor, sólo por simple placer.

-‘‘¡Aaah! ¡Oh! POR DIOS PAPI DAME MÁSSSS!!! ’’.

-‘‘¡Tiene el chocho de una Puta Zorra!, ..te entran las trancas cómo si na'a. Seguro que tambié jodes con pepinos y calabazas, ¡Auténtica Puta!, ¡Zorra más que Zorra! ’’. Le gritaba el viejo dándole poderosos caderazos.

-‘‘¡Síiiiiii!, Soy una Puta y una Zorra ¡Aaahhhhhh!!, por eso jodo contigo ¡Mmmhhh!, ..y por eso me como las vergas de cualquiera que quiera usarme cómo su Puta… ¡HAAIIII!!! ¡Cógeme mi Rey!, no puedo más, ..necesito que me jodas de una vez o no sé lo que voy a hacer.
Oh!, Ah!, Aah! ’’. Sus gemidos empezaban a salir del pequeño cuarto junto con el rechinar del movimiento de empuje de la lavadora.

La tremenda tranca de Cubano desparecía entre las dos masas rosadas de mi Mami, la vagina se le había dilatado y observaba claramente como sus paredes ahorcaban ese pene. Estaba dilatada al máximo, con todo adentro y él embravecido porque lo observaba aceleró los estocazos, zangoloteando la pobre cabeza de mi Mami por el pelo, arruinándole por completo su peinado. El horrible viejo jadeaba como Perro siguiendo el ritmo, con fuertes acometidas que se estrellaban contra las pomposas nalgas de mi Mami, ‘‘¡PLAFFF!!, ¡PLOFFF!!, ¡PLAFF!! ¡PLOFFF!!’’ el dolor disminuía notablemente y esa sensación de tensión en su vagina empezaba a volverla loca.

-‘‘Así…siga…¡Mmmh! Deme un poco mas…¡Ouchh!! ’’.

-‘‘Si amol te doy lo que quiera, ..hasta un bebecito si tu quiere ¡Je je je!.. Pero avísame si te duele o si quiere que pare, Perrita ’’.

-‘‘No, no, no pare ¡ahhhh!…¡ahhhh!! ’’.

Su abultado vientre chocaba contra las nalgas de mi Mami y su pene desaparecía entre ellas, nada quedaba por meter, el desgraciado se la sambutía toda, entraba y salía más deprisa con una ligereza que no era normal para ese viejo de cincuenta y tantos años. Era sorprendente ver como la vagina de mi Madre con un poco de relajación, aquel enorme ariete terminaba profundizado en su totalidad hasta los güevos, sus movimientos se aceleraban, y los gritos de placer de mi Mami también. El Cubano entraba y salía, y ella totalmente encendida, se hacía para atrás para recibir con más fuerza los embates. No paraba de cogerla, estocándola con enorme furia, y de tan duro que le daba su chochito se encharcaba aun más. El viejo le daba sin miedo, sin contemplaciones, como se le debe dar a una mujer que sabe gozar del sexo. El cuerpo blanco y perlado en sudor de mi Mamita se acoplaba perfecto a la cogida del viejo, y lejos de sentir dolor gozaba como una loca. Las paredes estrechas de su chochito ajustaban bien a la tranca del viejo produciéndole una sensación de hormigueo, de llenura, de querer morir siendo penetrada.

-‘‘¡Mmmh! ¡Uff! .. Que rico.. que ajustadito que lo tiene mi Perrita…¡Uff! .. ni parece que lo tenga tan usado ¡Je je je!..’’

-‘‘¡NO! ¡AAHHH!! YAAA!!, YAAAAA!!! ’’. Bramó descontrolada, estaba sintiendo el máximo de placer.

-‘‘¡Uff!.. No grite mi Perrita ¡Uff! ..tu hijito nos puede vé ¡Je je je!..’’

-‘‘¡NO! ¡AAHHH!! No está ... está en la ¡AAAHH!! En la escu .. en la escu... ¡AAAAAHHHH!!! DIOSSSS!!!!’’

Mi Madre no resistió tanto, unos fuertes latidos en su vulva la hicieron correr, y uno de los dedos del viejo incrustados en su cola alargaron intensamente el orgasmo. ¡El viejo continuó!, la verdad que no sabía cómo podía resistir tanta presión sin venirse, el desgraciado tenía mucho vigor pese a su edad. La verga del viejo entraba y salía con facilidad y se aferraba a sus tetas mientras a cada embestida mi Mami no dejaba de berrear. En eso, Mamá escuchó un lejano zumbido, un zumbido que creyó en su cabeza, fruto del placer, del momento, de la culpa, de algo… pero no, el zumbido venía de la secadora, del pequeño celular que parecía temblar abandonado. El viejo, sonriendo, sacó su verga del chocho de mi Madre, que de inmediato se quejó amargamente al sentirse abandonada, por lo que el Portero se vio obligado a mantener a sus dedos sustituyendo a su falo que se alejaba de ella dejándola frustrada. Con la mano libre, estirándose, logró alcanzarlo ya que se encontraba a un par de metros de su aforido acto, miró la pantalla y una sonrisa perversa que casaba perfectamente con su cara de pervertido, volvió a embutir su tranca en el húmedo chocho de mi Madre, que se retorcía del placer.

El viejo, extendiéndole el móvil mientras seguía penetrándola, sonrió y le dijo:

-‘‘Contesta. Es una tal Beatriz ’’. Dijo.

El corazón le dio un vuelco a mi Madre. ¿Contestar? No, no podía, no podía siquiera hablar. El viejo, a vergazos, se llevaba su voz entre gemidos.

-‘‘¡Contesta! ’’. Repitió el viejo, con voz firme, sin detener un ápice el movimiento y mostrándole nuevamente el móvil.

-‘‘¡NOOHH! ’’. El grito y un gemido de placer fueron todo uno. Sin embargo, mi Madre sujetó el móvil y temblando, pulsó el botón verde.

-‘‘................. ........................ ................’’ Pero Mamá se mantenía escuchando solamente.

-‘‘Contesta o contesto yo, ..y ponle a que yo escuché ’’. Volvió a amenazarla.

-‘‘¿Móni? ...’’ Se escuchaba la voz de Beatriz ya que ella había pulsado el botón del alta voz.

-‘‘Ho, hola ..Bea ’’. Mi Madre hacía un esfuerzo supremo para no delatarse en los gemidos.

-‘‘¿Dónde estás?, ..estoy fuera de tu casa y no sales. Vine por las cajas, ..¿estás en tu casa? ’’.

-‘‘No… sí. Sí, est...’’ Mi Madre se vio obligada alejar el móvil de su boca y apagar al gemido en su garganta.

El viejo se deleitaba con el morboso momento, seguía penetrándola, lentamente, con movimientos circulares, retrayéndose antes de que su cadera chocara con el cuerpo de mi Madre, y evitando así la sonora palmada entre las pieles.

-‘‘Sí, estoy en la calle… pero no me encuentro… no me encuentro bien. Fui a dejar a Pedrito a la escuela… ¡AAh! ’’. Mamá no pudo evitar un gemido de placer.

-‘‘¿Moni? ..¿estás bien? ¿quieres que te espera aquí? ’’.

¿Qué estaba haciendo mi Madre? Beatriz estaba allí fuera, y ella no podía hacer otra cosa que acompasar sus caderas al movimiento que un viejo imprimía sobre ella. Cogía con un viejo asqueroso imposible de imaginar.

-‘‘¡No!. No hace falta ’’. Los ojos de mi Madre amenazaban con quedarse en blanco.

El viejo había encontrado la velocidad perfecta. La velocidad justa para mantener el nivel de la excitación sin que ella decayera, pero sin posibilidad de correrse. La estaba castigando. El viejo la estaba castigando por ser una Perrita mala, y por eso la obligaba a hablar con su mejor Amiga mientras la montaba. Para que disfrutara haciendo algo tan morboso cómo joder con un simple Portero. Y ella no podía hacer nada. Se odió, pero le encantaba la situación, su corazón revolucionado amenazaba un infarto. Infarto antes de los 40. Infarto jodiendo en el cuarto de lavado de su propia casa mientras su Amiga estaba estacionado frente a su casa. ¿Por qué se excitaba tanto con el peligro que sentía?.

-‘‘Bueno, yo me voy a acompañar unas cosas, ..llámame cuando llegues a tu casa, Ok ’’.

Su Amiga encendió su camioneta para marcharse, sin imaginarse que su queridísima y bien portada Amiga no estaba dejando a su pequeño hijo en la escuela cómo le había mentido, sino que estaba bien ahí, bien ensartada en su cuarto de lavado, con las nalgas bien abiertas, con el cochino Portero entre ellas. La cabeza le daba vueltas, los brazos sosteniendo su cuerpo le temblaban…

-‘‘¡DIOOOSSS!! ’’. Cuando creyó que el clímax la azotaría con fuerza, simplemente se quedó a las puertas, mientras el viejo no dejaba de mirarla a los ojos, fijándose en cada gesto de su cara. Él se la jodía y ella intentaba despedirse de su amiga. Don Mario sonreía.

-‘‘¿Mónica?, ..¿de verdad que estás bien? ’’.

-‘‘... sí ’’. Mi Madre no podía aguantar más. Colgó el teléfono y lo lanzó a un rincón del cuarto, bien lejos, para que chocara contra la pared y con suerte se rompiera para que la dejaran de molestar.

¿Como había cambiado ya mi Madre?, ¿que no le importaba ya su reputación?. ¿Que no le importaban las habladurías?, ¿que ya no le importaba nada a mi Madre?. Lo único que le importaba es estar con las piernas abiertas y recibiendo esa tranca hasta las entrañas.

-‘‘¡Je je je!.. Ven acá ’’. Sin desencajarse de mi Madre, el viejo se inclinó sobre ella y coló sus brazos bajo su pecho. ¡Con fuerza la levantó en vilo!, haciendo que Mamá buscara como apoyarse, ya que el único punto de apoyo que tenía era la tranca del viejo, que seguía incrustada en el chocho hasta los güevos.

Sonriendo y yendo hacia atrás, el Viejo la fue llevando hasta una pequeña silla que estaba ahí para que Mamá leyera sus revistas mientras esperaba el ciclo de lavado. Mamá se sujetaba de donde podía para no irse de bruces, el desgraciado la sujetaba con una mano del pecho y la otra de una pierna donde doble la rodilla. Quitando las revistas de la silla, se sentó sobre ella.

-‘‘¡Cabalga mi Perrita!, ..brinca sobre tu Macho ¡Je je je!..’’ Ordenó el viejo, y Mamá, con las mejillas arreboladas de cachondez, obedeció.

Una vez sentada y ya con las piernas sobre el suelo como punto de apoyo se empezó a mover, a cabalgarlo. Arriba y abajo comenzó a moverse mi Mami. Arriba y abajo sobre una tranca que no era la de mi Padre. Arriba y abajo sobre una macana que cabalgaba con placer, con un placer extremo. Aceleró, notaba nuevamente el goce gestarse en su vientre y esta vez no quería quedarse a las puertas cómo antes. Aceleró los movimientos, el choque de las pieles se hizo más notable. ‘‘¡PLOFF!!, ¡PLAFF!!, PLOFFF!!!’’ Resonaba en aquel pequeño cuarto dónde solía jugar cuando era más pequeño mientras Mamá lavaba, junto con los gemidos y gruñiditos de mi Madre que, desnuda, con sus enormes pechos botándose desnudos con cada movimiento, brincaba sin parar hasta querer alcanzar el cielo infinito.

-‘‘¡Dame fuerte, mi Rey! ¡Aaahhhh! ..¡ASÍ!, así, ¡fuerte! ¡Arghh!! ¡Jodeme cómo nunca CABRÓN!!, ¡AYYY!!! ¡Lléname mi cosita con tu cosota hasta que me salga por el culo! ¡Ohhh! Qué bien, ¡Mmmhh!! no pares, ..cógeme hasta el fondo, ..cógete a esta Puta si no quieres que salga por ahí a buscar vergas de otros ’’.

Yo me quedé anonadado, jamás había visto a mi Madre hablar de esa manera, pero la fricción de sus paredes vaginales, ardiendo, y el lenguaje que estaba usando no tardaron en surtir efecto. Unido a los dos meses que llevaba acumulados de calentón hicieron que se retorciera de placer sin poder evitarlo. En eso nuevamente se comenzó a escuchar una musiquita. A mi Madre le pareció alucinar a causa del placer, ahora muchísimo mayor que cuando escuchó aquel zumbido. Volteó a ver su móvil que vibraba y sonaba, sonaba y vibraba. Pero Mamá ya no podía detenerse. Quien fuera, tendría que esperar. Ella estaba a punto de correrse, un salto más. Otro, otro… botaba con celeridad, en el cuarto de lavado de nuestra propia casa, sobre el cuerpo del viejo que en este momento debería de estar reguardando la entrada de nuestro fraccionamiento.

-‘‘¡Contesta! ’’. Repitió el viejo, parándola en sus movimientos.

Mi Madre sacudió la cabeza. El móvil cantaba y vibraba, y Don Mario, con su perversa sonrisa en su cara de pervertido, dejó nuevamente a mi Madre despatorrada con el chocho punzante para ir a recogerlo. El rostro de mi Madre era de frustración total, pero conociendo a ese viejo que le encantaba tenerla al filo de orgasmo era normal. El viejo levantó el móvil desde dónde mi Madre para evitar este tipo de interrupciones lo había lanzado, riéndose le apretó nuevamente el botón verde y lo introdujo entre los dos cuerpos, entre su barriga y las nalgas de mi Madre que botaban con cada arremetida. Mi Madre trató de sujetarlo pero el viejo metiéndole el rabo de golpe se pegó a ella y empezó a joderla con furia animal. Mamá no dejaba de moverse, y cuando sintió el móvil adherirse a su sexo, justo en el culo, unos centímetros más arriba de dónde su chochito estaba siendo penetrado con brutalidad, simplemente… chilló. Gritó y apretó los dientes para que no se enterara el micrófono del móvil de que le estaban poniendo la cogida de su vida.

Mi Madre gritó y comenzó a temblar. Clavó sus uñas en las piernas del viejo, como si quisiera hacerle daño, cómo si él tuviera la culpa de lo que ella estaba permitiéndole hacer… Mientras se corría, pensó en Beatriz, justamente ahora que estaba disfrutando tenía que entregarle las cosas que le había prometido. Sin pensarlo, abrió la boca y mordió. Se tuvo que morder la mano hasta dejar bien marcada su perfecta dentadura en la planta de su mano. En ése mismo instante, gritando de placer y dolor, el viejo se corrió en su interior.

-‘‘¡No!… dentro noooo…’’ Intentó suplicar mi Madre, sin dejar de temblar sobre a su amante y sin hacer un solo movimiento para evitarlo.

Así los dos, temblando, se derrumbaron, el viejo debajo mi Madre soportando todo su peso y a la vez la pobre silla soportando el de ambos, pero eso sí, sonriendo de satisfacción. De reojo vi que el viejo se remojaba los dedos y su verga con su misma leche que salía del chocho de mi Madre. Cuando puso uno sobre su ojete supe lo que me esperaba por ver.

-‘‘¡Ah!, Ah!, Ah!, ..Don, Don Mario ¡Ah!, Ah!, ¿que me quiere hacer? ..’’

-‘‘¡Tshhh! Tú ya lo sabe, bonita ..ahora probará carne por el rabo ¡Je je je!..’’ Dijo el viejo dejándome más sorprendido.

Mi Madre se levantó un poco y se giró frente a él, pasando sus blancos y torneados muslos alrededor del sudoroso viejo, ahora estaba frente a frente con el Portero, resoplándose el aliento uno con otro. Simplemente no podía creer lo que estaba yo observando, para mi contrastar aquella imagen de mi Mami quejándose de los viejos léperos que le gritaba en la calle, era tanto como notar la casi estridente contraposición del blanco y tierno cutis de su piel contra la oscuridad marrona de la carne de aquel viejo que sin más tomaba posesión de algo que por derecho no podía él jamás haber soñado con poseer. Habiendo escuchado yo tantas veces, tanto a mi Mami como de sus Amigas respecto a la gente morena, dirigirse a ellos como simplemente horribles y apestosos, vagos, gente buena para nada. Llamándolos a todos por igual gentuza. Ahora simplemente todas aquellas palabras lejos de carecer ya de ningún significado, todas se volvían en contra de ella, de como una linda mujer blanca, de buena familia, que había recibido los mejores principios y Madre de un niño, sin más se entregaba por completo al placer que otro hombre mucho más viejo que mi difunto Padre le estaba prodigando. Llenándole por completo el conducto anal con la lefa que emanaba de su feminidad con los dedos, mientras que en su propia agitación entre beso y beso que le daba a la asquerosa boca de aquel viejo, le musitaba no querer que parara nunca de fornicarla, al tiempo que dentro de su aturdimiento sin ya darse cuenta de ello o importarle siquiera, cada vez que él le retacaba el dedo para engrasárselo de lefa, ella hacía descender su cuerpo para encontrar junto con él, el momento preciso en que con una nueva arremetida pudiera penetrarla hasta el último centímetro de su ser.

Mi Madre no dejaba de besarlo y las penetraciones a su ano se hicieron más rápidas y vigorosas, se apoyó en el vientre del Cubano mirándolo a los ojos y notó como esa verga untada de líquido viscoso le punteaba el ano mientras la sonrisa del viejo se acentuaba.

-‘‘¡Aah! Por dios Don Mario usted nunca se cansa ¡Aah! ... es increíble ’’.

Y mi Madre tenía razón, a pesar de su edad el viejo se mantenía erguido, quizás por el par de meses que duró en el hospital sin nada de nada, el chiste era que ahora la tenía más dura y le quería dar por el culo. El viejo estuvo metiéndole con el dedo la leche que le escurría del chocho al ano cómo si lo estuviera engrasando, Mamá estaba empezando a acelerar su respiración, había recibido una gran cogida y ahora la preparaban para encularla. Don Mario al sentir bien engrasado el canal, se levantó y con su tranca sin perder ni un centímetro de erección se la colocó en el ano. Con una mano le abría las nalgas y con la otra se sujetaba de la base su rabo. El desgraciado se apretaba con fuerza la tranca para hincharla aún más, colocó la punta sobre la superficie rugosa y empujó, despacio; Mamá abrió la boca y cerró sus ojos, sintiéndose invadida de esa carne descomunal, entrando lentamente, arrancándole estremecimientos de placer y punzadas de dolor.

Y en este instante ella perdió de vista todo lo que la rodeaba, el jardín, su teléfono, la hora, ¡los vecinos!, y sus ojos empezaron a ver estrellitas luminosas, sabía que no estaba soñando pero sus ojos aunque continuaban abiertos estaban en blanco, solo percibían el placer y el dolor sobre su circunferencia anal, así eran las cosas con Don Mario.

-‘‘¡Ya está!, ya entró ..¿te gusta, Cabrona? ’’.

Mi Madre tardó varios minutos en volver al mundo real, la mano de Don Mario ya no estaba en su trasero abriendo las nalgas, le estaba acariciando la frente con cariño, esperando pacientemente a que se recuperara.

-‘‘ ... ¡Mmhh! Oh!, me fascina, me encanta… mi culo es tuyo, Papi, es tuyo.. ¡Arghh!..’’ Y se mordió los labios, después de todo, estaba en su cuarto de lavado y no podía permitirse demasiado escándalo ahora que su improvisado vecino andaba por ahí rondando.

-‘‘Así me gusta, ..bien apretadito ¡Mmhh! ’’. Y se la metió toda, pude ver los güevos del viejo por debajo de mi Madre chocando contra sus nalgas.

-‘‘¡Mmrrggjjjhh!!!… qué delicia, mi Amo, ¡Ah!, sí, siga, siga, siga…! ¡Oh! ¡MÉTAMELA MÁS!!! ’’.

El viejo le bombeaba el culo con ímpetu, incrementando su vaivén paulatinamente, estrellando sus enormes güevos prietos contra la tersa y rosada piel de las nalgas de mi Mami. Se la sacó entonces, apenas dejándole medio glande en el culo. Mamá mantenía los ojos cerrados y abría la boca. Y se la sambutió de golpe…

-‘‘¡Aarrggghhh!, mi amor ..¡me mataste! ’’. Y dejó caer la cabeza hacia atrás, que si no fuera por el viejo la sostenía de la cadera mi Madre se hubiera desnucado.

En un movimiento falso la verga del viejo salió del rosado aro de mi Madre, ¡Por dios lo tenía bien colorado!, ese hijo de Puta casi la revienta con su polla. Pero a pesar de eso, ella se incorporó, sujetó por el puño la verga de su Amo y mirándolo complacida, se puso en cuclillas por encima de él y fue bajando sus nalgas hasta notar el glande de su Amo apoyado en la parte inferior de sus labios vaginales que todavía chorreaban fluidos y lubricando el ariete que estaba a punto de penetrarla, mi Madre con esa cara de mujer ninfómana y desconocida subió un poco más y el ariete ardiente que sujetaba con la mano se lo introdujo unos centímetros en su ano. Don Mario hecho la cabeza hacia atrás y lanzó un bufido, agarró con ambas manos las tetas de mi Madre y dijo:‘‘Toda’’, aquello era la señal, en aquel mismo instante mi Madre se dejó caer sobre aquel pedazo de verga que ansiaba traspasarla hasta la última barrera de su intestino. La sensación tan solo duraba una fracción de segundo, pero era inolvidable. Ella lo vivía en su imaginación en cámara lenta: los primeros centímetros de la introducción, el glande atravesando su esfínter, el rosado aro de mi Madre se abría dando paso al poderoso invasor, los asteriscos dibujados alrededor del pene iban acomodándose al grosor de la verga que la poseía y por fin, nuevamente el suave choque de los güevos de su macho al apoyarse en la zona baja de su trasero era el final de trayecto.

-‘‘¡Uffff!!!, ’’ Exclamó mi Mami al sentirse traspasada y totalmente llena. Estaban perfectamente acoplados, las medidas de sus órganos genitales coincidían a la perfección, eran como una mano y su respectivo guante.

-‘‘¡Wuaho!!, mi Perrita, ..siempre es un placé cogé con usted ¡Je je je!..’’

-‘‘¡Uff!! ... ¡Ouuhh! .. El placer es mío, Don Mario, ¡Ouchh! ... no lo dude ... ¡Ufff! .. ni un momento ¡AYY!! ’’.

-‘‘¡Je, je, je, je!.. está bien, nos lo repartimo, ..el placé es gratis, ¡Je je je!.. Solo hay que sabé como alcanzarlo ¡Oh! ’’.

-‘‘Si ¡Aah! .. y usted domina este arte ¡AYY!! .. a la perfección, ¡Ouchh! .. usted si sabe cómo hacer que una mujer goce y sabe gozar usted con ella ¡Mmmhh! ’’.

Ella sudaba copiosamente. El viejo la obligó a enderezarse para seguirle dando, con una mano acariciaba sus tetas y con la otra le estimulaba allá abajito, teniéndola sumida en un semi-trance.

-‘‘¿Cómo se siente, mi Perrita? ’’.

-‘‘¡Aaaaggg!!… me siento… tan… docil ’’. Le respondió Mamá con el entrecejo fruncido.

-‘‘¿Dócil?, ..eso me suena a cómo si fuera algún tipo de mascota ¡Je, je, je!..’’

-‘‘Ah!, siiii!!.. Así me siento con usted, Don Mario ..cómo si fuera su mascota. ¡Su Perra! ’’.

El viejo no había soltado todavía las tetas de mi Mamy, y con una suave presión de sus toscos dedos en los rosados y erizados pezones, hizo ademán de levantarla de la incómoda postura de la que disfrutaban en aquellos momentos. Mi Madre ya sabía lo que aquello significaba, su ‘‘Amo’’ deseaba sentir sobre la piel de su barriga el roce de su ardiente vagina y ella lo deseaba tanto o más que él, por lo tanto empezó un lento movimiento rotativo mientras bajaba y subía, sin dejar que la verga acabara de salir de su trasero. El tremendo instrumento del viejo era lo suficientemente largo y grueso para dar y recibir placer sin necesidad de abandonar por completo la húmeda cueva en la cual estaba ubicado. Esta vez el Cubano empezó a gemir, aunque Mamá sabía perfectamente que le faltaba mucho camino para llegar a la eyaculación, gemía porque gozaba con ella y esto la satisfacía y elevaba su moral a grandes alturas ya que a pesar de estar cogiendo con un viejo que podía ser su Padre y su poco agraciado cuerpo, estaba consiguiendo que el macho de sus sueños sintiera un gran placer poseyéndola, pero rápidamente dejó estos pensamientos y se dedicó a saborear el cuerpo de Don Mario y los placeres de la enculada.

El viejo dirigió una mano a su chochita, así mientras ella botaba y rotaba sobre esa estaca, el viejo empezaba un ritmo con sus dedos en la vagina mientras la penetra, y yo la escucha gemir más y más fuerte.

-‘‘¡Uff! .. Así que una mascota, ¿he? ..¿te gustaría se' mi mascota otra vé? ¡Uff! ’’.

-‘‘¡Ahh! No puedo contenerme de pensar, ..Ah!, ah! que soy su mascota ¡Uhm! ’’.

-‘‘Eso está muy bien, Perrita ..muy bien, buena mascotica. Pero la mascotas no piensan, ¡Uff! ..solo obedecen, pensá les causa malestá, obedecé les causa placé ’’.

-‘‘Oh! Siii!! Necesito obedecer, ..¡Aarrgghh!… no pensar más, no pensar…. Solo obedecer ¡Aah! ’’. Mi Madre hablaba monosílabos entrecortados con los ojos en blanco.

-‘‘Ahora gózalo, Perrita, ..tu Amo está de vuelta ¡Je je je!..’’ Decía sonriendo el viejo, mientras sus ojos de pervertido se clavaban en los míos de asombro.

-‘‘Sí, deme más, mi Amo ..MÁSSSS!!! ARRGGHH!!! ’’.

Mi Madre no dejaba de moverse, no dejaba de retorcerse, no dejaba de frotarse con el cuerpo de ese viejo, deseaba ansiosamente otro orgasmo, deseaba solo estar allí, alejada de todo, concentrada simplemente en su sexo, en el rose de sus cuerpos, en el olor afrodisiaco que causaba la mezcla de su fino perfume y aroma de mujer con el fuerte olor a sudor que emanaba de ese viejo. Y no tardó en llegar, esta vez fue más intenso, más profundo, más brutal que el anterior, mi Mamy arañó, mordió y pellizco el sudoroso cuerpo que la hacía gozar sin que este soltara sola queja que reirse. Mi Madre empezó a temblar tempestivamente, sus ojos se pusieron en blanco, sus uñas se enterraron en esa morena piel que la excitaba tanto, y tras largos e intensos temblores, su cuerpo se desplomó hasta recuperar por completo la respiración.

Después, dejó que su ‘‘hembra’’ retozara a su antojo, mi Madre estaba redumbada encima de él, con sus rosadas mejillas en los pechos bofos y sudorosos del viejo, era una imagen grotesca que jamás se me borraría de la cabeza en mi vida. En eso, observé algo más asqueroso aún, mi Madre como su boca empezó a succionar en una de sus tetillas, era algo de lo más desagradable que hubiera visto, se lo chupaba con tal pasión y ahincó que hasta la tetilla empezó a dolerle. Don Mario la apartó suavemente y como la vez anterior acarició su frente y su pelo hasta que se recuperara totalmente de la brutal sacudida en que se había convertido su segundo orgasmo.

-‘‘Güerita, Güerita, ..¿se encuentra bien? ’’. La voz del Cubano la despejó totalmente.

-‘‘¡Aahhh!, si, ..estoy muy bien Don Mario. ¡Aah! ... ¡Creí estar en la gloria!, ..mejor dicho este placer debe ser la gloria ’’. Y dibujó una dulce sonrisa.

-‘‘No sea exagerada mi Perrita, ..esto solo e' un simple polvo nada má. Si tu quisiera yo podría ser tu hombre ’’.

-‘‘¡Aah! Don Mario que cosas dice, ..ya sé que para usted solo es un simple revolcón, pero para mí es otra cosa muy especial ’’.

-‘‘Pero yo no he termina'o todavía ¡Je je je!..’’ Y en ese momento me dí cuenta de que el miembro del vegete seguía todavía encajado en su trasero.

-‘‘Por dios Don Mario, es usted de acero, ..jamás he visto nada igual ’’.

-‘‘Y yo jamá he visto que me mojaran tanto los güevos ¡Je je je!..’’

Y era cierto, cuando mi Madre se levantó un poco yo bajé la mirada y pude admirar el grosor de la verga de Don Mario encajado en el recto, una pasta blanca parecida al requesón rodeaban la base de la verga y los guevos estaban bañados en un liquido brillante y trasparente, que no era otra cosa que la evidente corrida de mi Madre, dando fe de una de las mejores corridas que había experimentado su sexo y todo su cuerpo, pero lo más asombroso era que no había ni rastro de semen masculino en el cuerpo que tenía debajo, bien decía mi Madre ese viejo era de acero.

-‘‘Lista mi Perrita, ..¿ya está preparada para el tercero? ’’.

-‘‘¡Uff!! .. ¡Por dios Don Mario! .. ¡Si!, totalmente ’’.

-‘‘Bien Güerita, ..entonces vayamos pol el tercero si le parece bien. Y como se que le gusta mucho voy a seguí dándole por el culo y se lo voy a llenar de leche ¡Je je je!..’’

-‘‘Por dios ya ni lo siento, ..creo que ni los hielos me van a ayudar ¡Ji ji ji!..’’ Y bromeaba la descarada mientras el viejo se acomodaba para seguir dándole.

-‘‘Allá tú lo que te pongas mi Perrita, pero ese no es el caso, ..así que vayamos a lo que nos interesa ¿quiere ponerse a cuatro patas? ’’.

-‘‘¡Lo que usted diga mi Amo!, ..al fin soy su mascota. Cójame como una Perra ¡Ji ji ji!..’’ Mi Madre ya se había descarado.

El viejo desenchufó a mi Madre mientras se levantaba, la verdad que el culo le había quedado tremendamente dilatado, la muy cerda mientras se reacomodaban se echó un sorbetón de saliva en la mano para llevársela al culo, era claro que ni los hielos ahora le servirían. El viejo colocó la silla en medio del cuarto e hizo que ella pusiera las rodillas en el asiento mientras se agarraba del respaldo, y él se colocó detrás. Yo ya conocía a la perfección los gustos del viejo, había colocado la silla de lado de donde yo me encontraba, así mi Madre no podría verme y yo tendría una perfecta visión de todo.

-‘‘Así me gusta mi querida Perrita, ..que te sienta como tal. Ahora es turno de tronar este culete ¡Je je je!..’’ Decía mientras volteaba a la ventana, donde yo anonadado no dejaba de mirar.

Mi Madre notó nuevamente como las manos de él separaban sus prominentes nalgas, dejando al descubierto su colorado ojete, ¡Ese hijo de Puta se lo había dejado como holán! Que no tardó ni cinco segundos en colocar su lengua para calmarle el escozor, deslizar a todo lo largo del canal desde la vulva hasta el agujero de su ano, entreteniéndose una y otra vez en acariciar y lamer cada una de las zonas más sensibles que poseía su cuerpo. El hijo de Puta tenía el cuidado de que yo observara todo, empinaba a mi Madre hacía donde yo estaba para que yo no perdiera detalle de lo que le hacía. No tardé mucho en observar como los músculos del esfínter de mi Mamy empezaban a contraerse y dilatarse a medida que la lengua del vejete se entretenía más y más en su ano. Su lengua había adquirido una forma puntiaguda e intentaba penetrar una y otra vez en aquella colorada cavidad como si como desinflamante o analgésico pudiera calmarla, pero cuando empecé a escuchar la respiración acelerada de mi Mamita me decía que esto apenas acababa a comenzar.

-‘‘¡Ahhhh!, ¡Ooh! ¡Por dios Don Mario! ..¿que le hace usted a mi trasero? .. ¡Uhm! ’’.

-‘‘Pues nada que va sé mi Güerita, ..calmárselo un poquito. Mi lengüita es mejó que los hielitos, ¡Je je!.. ¿O desea usted que pare y terminé de curárselo? ’’.

-‘‘¡NOOO!!!, por favor no pare usted Don Mario, ¡Uhm! .. ¡Siga!, siga, ..estoy notando como su lengüita me cura todita ¡Mhmm! ’’. Decía la descarda lamiéndose los labios.

El viejo rió tras lo que dijo mi Madre y observándome fijamente a los ojos volvió insistir en sus caricias lenguales ( je je, no sé si exista esa palabra). Una y otra vez la lengua en forma de serpiente bajaba hasta la raja de mi Madre, subía lentamente por su dilatado perineo e intentaba penetrar el rojizo objeto de su deseo. Poco a poco mi Madre dejaba de tener ese molesto escozor y empezaba a producirse un delicioso placer que la hacía estremecer, su esfínter empezaba a relajarse, de hecho casi deseaban ya que aquel viejo la atravesara nuevamente con su descomunal verga. Su ano no tardó en dejarse vencer por el ímpetu de esa lengua, una pequeña cavidad empezó a dibujarse en el centro del colorado ojete dejando entrever el rosado túnel que se ofrecía a esa lengua exploradora.

El desgraciado ya tenía el paso libre nuevamente, lubricado, la lengua se metía una y otra vez en el incipiente agujero que a medida que la metía el esfínter de mi Madre aumentaba de grosor. La lengua del viejo ensalivó una y otra vez el ya profanado desfiladero que se abría para recibirlo y cuando Don Mario considero que ya había llegado el momento de introducir en aquel culito que se le ofrecía sin ninguna resistencia, apartó su cara del las nalgas de mi Madre y agarró una barra de jabón humediendolo abundantemente en toda su mano.

-‘‘¡Aaah! .. Don Mario, ¡Uhm! ..por lo que más quiera, siga lamiéndome, por favor, se siente delicioso ¡Mhm! ’’.

-‘‘Tranquila Güerita, ..tenga paciencia, tiene el culo ya muy colora'o. Necesito lubricarlo má, ..quiero seguí usándolo mañana ¡Je je!..’’ Decía el viejo mientras volteaba a la ventana donde yo estaba, el hijo de puta me estaba anunciando que vendría mañana a volverlo hacer.

-‘‘¡Aah! Sii!! venga mañana y toda la semana ¡Aah! .. por favor, haga conmigo lo que quiera pero no deje de meterme algo en las entrañas ’’. Mi Madre estaba apoyada sobre el respaldo de la silla solo con una mano y con la otra se frotaba la vulva desesperadamente.

El viejo empezó por meterle un dedo bien embadurnado de jabón, lo retorcía y volteaba hacía la ventana a verme, mi Madre ya empezaba a gritar pero no de dolor sino de placer extremo. Una vez que el enjabonado dedo se incrustaba hasta la coyuntura, después llegó el segundo, y así el tercero, el agujero de mi Mamy ya había adquirido una dilatación considerable, Don Mario hacía girar la mano dentro de las entrañas de mi Madre que en aquellos momentos ya gritaba desaforadamente. No tardó en meter el cuarto con el pulgar doblado en el interior de la palma de la mano, que con otro empujoncito más y ese desgraciado era capaz de meterle la mano hasta la muñeca.

-‘‘¡Arghh!!!, Don Mario por dios, me está matando, ¡Aaah! .. pero me gusta ¡Mhm! quiero que me mate mas, más, quiero sentirme llena de usted, ¡Uhm! .. por favor no se demore más, atraviéseme con su enorme cosa, rómpame el culo por la mitad, ¡Aaah! sin importar que no me vuelva a sentar ¡Aaahh!!! ’’.

La verdad es que si hubiera sido la primera vez que observaba a mi Madre siendo penetrada por la puerta falsa posiblemente me hubiera asustado, al ver las tremendas contorsiones y gritos que ella emitía al sentirse profanada. Pero como todos ya sabemos no era ni la décima vez, (el trasero de mi Mamy era la fantasía de todos) y sabía que todas aquellas expresiones y palabras altisonantes y aberrantes para mis propios oídos eran causadas por el enorme placer que aquella verga le producía al ser sodomizada. Mi Madre nunca había conocido a ningún hombre que le hiciera sentir tanto placer cuando la penetraran por el culo. En fin, así era la manera con la que el vegete ese tenía tan encantadas a las mujeres de esta Colonia.

Después de hurgar y revolotear unos minutos casi con la mano en las interioridades de mi Mamy, se agarró el miembro al que también untó con el jabón perfumado ese con el que mi Madre le daba aroma a todas nuestras sábanas, ahora cada vez que durmiera recordaría con ese aroma la terrible enculada que ese viejo le estaba dando en nuestro cuarto de lavado. De un solo empujón metió en aquel rosado orificio toda la verga, hasta que sus güevos chocaron ruidosamente contra las nalgas de mi Mamy, provocando que un tremendo alarido brotara de su garganta y sus ojos azules quedaran como platos. El desgraciado se agarró de las voluptuosas tetas, una en cada mano y se apoyó sobre su espalda mientras empezaba a bombear el ardiente culo de la Señora de la casa.

En ese mismo instante escuché la puerta trasera de nuestro vecino Don Paco, que salía a tirar la basura como era habitual, enseguida se me vino un descalofrio, mi Madre seguía gimiendo como una Perra mientras la sodomizaban, afortunadamente para ella el viejo también logró escucharlo.

-‘‘Güerita, Güerita, ..su vecino está parado en jardín, ¿qué quiere que haga, sigo enculandola o paro al instante? ’’.

-‘‘¡Argh! ¡Ouh! .. No pare, por Diooss, .. ahora no ¡Ah!, no pare ¡Auch! .. Siga metiéndomela hasta la raíz, ¡Ouch! ..ahorita se va a ir ¡Auuh! ahora se va, ahora se va ’’. Repetía.

-‘‘Pero Güerita, puede sé peligroso, ..que va de decí el Señó Don Paco ’’.

-‘‘SThhhh!! Cállese y sólo termine de cogerme que ya casi llegó ¡Uhmm!, ¡Que rico!, que rico, se siente delicioso ¡Uhm! ’’. Dijo ella con los ojos en blanco y lamiéndose los labios.

-‘‘Pero Güerita, puede sé peligroso, ..que van a decí de su reputación ’’. Hablaba el asqueroso como si le importara tanto la reputación de mi Madre.

-‘‘¡Aah! Eso no me importa ahora ¡Ouch! .. Ohhhhhh, ¡Que bueno es usted follando Don Mario. ¡Uhmm! ’’.

-‘‘Por favó Güerita, ..reprímase usted un poco ¡Je je je!..’’ Decía el viejo riéndose y volteando a verme mientras aumentaba el ritmo de su estocazos.

-‘‘¡Aah! No puedo, ¡Aah! no puedo y no quiero, ¡Arghh! ’’. Hablaba entre gemido y gemido.

El Portero se olvidó por completo de nuestro vecino y siguió a lo suyo, es decir penetrar una y otra vez el dilatado orificio posterior de mi Mamy, que al sentir el roce de la siempre deseada verga de su ‘‘Amo’’, resbalando una y otra vez a lo largo y ancho de las paredes de su intestino, gritaba desesperadamente en busca del placer supremo. Don Mario sonreía comprensivamente hacía mí, moviendo con pesar la cabeza en una suave negativa al observarla como la tenía.

-‘‘Siii, siii, siiii... ’’. Le gritaba ella mientras que su macho aceleraba su paso.

-‘‘Sólo dígame Güerita, ..¿por qué le gusta tanto mi verga? ’’.

-‘‘U usted, sa, sabeee! ¡Uhm! ’’. Intentaba contestar mi Madre.

Para luego durante un respiro volver a decir:

-‘‘Es que la suya me hace sentir tan llena ¡Ouch! ... y se mueve tan delishiosho que no quisiera que nunca me la sacarasaaaaaaahhhhh!!... ’’ No alcanzó a terminar ella cuando nuevamente unos repentinos temblores le invadieron el cuerpo.

-‘‘¡Ohhh!, pues aquuuiiiii te vannnn!!!!, Perritaaa!!! ..te voy a llená de tanta leche que vas a cagá tan blanco toda semana ¡OOHH!!! ’’. Le alcancé a escuchar al tiempo en que jadeando explotaba dentro de la ya colorada cavidad de mi Mami.

La agarró de las caderas montándola con fuerza, le dio tremendo empellón que casi explota sus güevos contras las coloradas nalgas de mi Mamita. Y así, abatido se quedó enganchado en ella, como dos perros unidos, mientras verdaderos chorros de nata alimentaban el culito de mi Mamy. Definitivamente el sexo anal era la especialidad del viejo, aunque me doliera con todo el alma tenía que admitir que ese casi sesentón cogía increíble. El desgraciado viejo había roto toda implicación psicológica con las prohibiciones del sexo de mi Mamy, pese a su moral, le hacía conocer su cuerpo y gozar de los placeres que algunas otras por temor se reprimen, la satisfacción de sentirse mujer a plenitud.

-‘‘Siiii, Ahhhh!, ... Siiii Paaapi, dámelos todos ¡Uhm! ¡Aah! .. ¡Riégame con ellos y márcame por dentro como a tu Puta!, ¡Aah! quiero que me hagas tuya para siempre, AAAHHH!!!,, SSSIII!!! , ASSSIII!!! AAAHHH!!! QUE DELICIOSOOHHH!!!! ’’. Escuche aquel revelador aunque quizás ya no tan inesperado comentario que mi Madre hacia al tiempo en que se convulsionaba en medio de un orgasmo.

Con horror vi sus cuerpos temblar y estremecerse, mientras que el viejo levantaba la cabeza de mi Madre para darle un beso y retacarle su asquerosa lengua mientras se la empujaba hasta el fondo, para depositar dentro de ella de una buena vez toda su leche. Y ella apretaba los párpados al mismo tiempo que en señal inequívoca del placer que aquel viejo le estaba causando, abrió de par en par los labios para recibirlo. Y ya cuando finalmente pude ver que sus cuerpos dejaban de tensarse tras las convulsiones finales de sus explosiones, vi como instantes después el viejo retiraba de su dilatada cavidad su adormecido falo que apareció totalmente cubierto y embadurnado por una mezcla de jugos que no era otra cosa que jabón, líquidos seminales y un poco de eses fecales de mi Madre; y que poco a poco conforme él iba extrayendo de su interior su tremendo órgano sexual, el ano de mi Madre convertido en un volcán sin la capacidad elástica de contraerse, expulsaba aquella blanca y espesa substancia de macho que él había depositado dentro de ella.

Verlos así me lastimaba muchísimo, mi Madre blanca como la nieve debajo de un viejo sudoroso de color marrón oscuro, la verdad que ella ya no era la misma, siempre le había tenido gran respeto pero sobretodo me orgullecía muchísimo. Como habían cambiado las cosas estos últimos años, recuerdo que cuando aún estaba mi Padre era ella quien gobernaba en casa con mano de hierro, la que infringía castigos ejemplares y no dudaba en recrimirle a alguien que le faltara el respeto. De hecho, aun guardaba con especial orgullo y acoro una de sus represalias que le dio hace ya un par de años a un viejo que en la calle se atrevió a chiflarle, lo enfrentó con gran coraje que casi hace que se orine en sus pantalones y que la gente que estaba alrededor lo linchen, creo que hasta a la cárcel fue a dar el pobre, mi Madre imponía respeto. Ahora lo que estaba viendo se contraponía a todo lo que con tanta dureza y severidad me había inculcado: fidelidad, rectitud, respeto, y un largo etcétera de normas. Ella se las estaba saltando todas de un trancazo. Sentía odio en lo más hondo de mis entrañas.

...

Después de aquellos placenteros orgasmos, el viejo la abrazó con fuerza, quedó sobre mi Madre todo sudoroso con su cipote engrasado descansando encima de sus nalgas, y ella, aun de rodillas debajo de él, besándose, sintiéndose tan feliz al ser manoseada por su Amo, que no le importa comportarse cómo su Perra por todos los rincones de la casa. Los dos se quedaron unos instantes quietos, casi sin respirar, sudorosos, mirándose. El cuerpo de Mamá profanado por aquella verga marrona, expulsando el semen que se empezaba a deslizar entre sus muslos y ella lo miraba sonriente, casi angelical…

-‘‘¡Ah!, ah! Al fin lo ha conseguido, ..me ha convertido en lo que quería Don Mario. En una Puta barata que no tiene ningún problema en hacerlo a la hora que se presente ’’.

-‘‘No sé si las Putas disfrutan tanto cómo tú ¡Je, je, je!.. Pero creo que no te arrepiente de na'a de lo que hemo hecho durante estos ultimo meses ¿no es así? ..’’

-‘‘¡Ji, ji, ji, ji!.. Es un cabrón Don Mario pero me siento tan satisfecha, ..creo que he aprendido unas cuantas cosas que no sabía acerca del sexo y he disfrutado cómo nunca de mi cuerpo ’’.

-‘‘Me alegro ..esa era la intenciong, Güerita. Espero que esto solo sea un nuevo comienzo para nosotro, ..ahora que lo recueldo. Yo te dejé una cartica por ahí, ..¿aún la tiene? ’’.

-‘‘Por supuesto, ¡Ah! ..estaba deseando que regresara, .. ¿quiere que lo hagamos? ’’. Respondió como entusiasmada.

-‘‘¡Pol supuesto mi Güerita!, ..mañana mismo. Pero quiero que estemo comunicados, ..quiero que me cuente lo que está sintiendo ’’.

-‘‘Ay, Don Mario, ..las cosas que me hace hacer ’’.

Yo no podía creer lo que estaba escuchando nuevamente, mi Mami, esa mujer casi perfecta entrando en los jueguitos pervertidos de ese viejo asqueroso, ella que con la simple mirada hacía que todo el mundo se moviera a su antojo estaba rindiéndose a las perversiones de un maldito Cubano, el cuál hacía lo que se le antojara en esta Colonia. No entendía cómo de todos yo era el único que conocía la verdadera cara de ese desgraciado, era cómo si todos los vecinos vieran a otra persona y yo fuera el único que sabía de la verdadera personalidad del viejo. El desgraciado se había ganado a toda la Colonia, y se había enculado a la mayoría de las Señoras, ¡A mi amor platónico!, era un maldito y yo le tenía tanto miedo y tanto coraje.

Me alejé de la casa triste, derrumbado, ya no fui a la escuela, me situé en un parque y me senté en una banca, a pensar, a analizar mi situación, ¿cómo era posible que ese viejo me estuviera arruinando la vida?. El desgraciado si se lo proponía era capaz de intentar casarse con ella, el maldito la tenía tan domada que era capaz. Yo estaba que me moría, me estaba arrancando mis rojizos pelos, tenía que pensar en cómo deshacerme de él. Pensé en decírselo a Fernando, que me ayudara, pero sacar un clavo para meter otro no era la mejor opción. También pensé en Memo, él tenía muchas influencias, podría desaparecerlo, pero era casi imposible no sabía a dónde se había marchado. Mi única solución era que yo mismo saliera de esto, yo mismo tenía que rescatar a mi Madre del embrujo del viejo.

Estaba tan encerrado en mis cavilaciones que no me dí cuenta de la hora, pasaban de las 3:30 y tenía que regresar a casa. Me armé de valor y me dirigí hacía ella, estaba tan furioso con Mamá que no tenía ni deseos de verla, me enfurecía que ella siendo cómo es, se hubiera revolcado con ese cerdo. Entre a la casa y me fui directo a mi habitación, no tenía ganas de topármela de frente, me sentía traicionado, frustrado y ya ni mi maldita perversión me excitaba, con ese viejo no, lo odiaba demasiado.

Cuando estaba doblando mi uniforme una vez que me lo había quitado, me llegó ese conocidísimo perfume a jabón que enseguida me revolvió el estomago, ese maldito perfume estaba por toda la casa, por todo mi cuarto, mis sabanas y cobijas estaba envueltas en él. Cuando estaba a punto de destender mi cama para lanzar todos mis cobertores a la ropa sucia apareció mi Madre, venía en bata recién salida de la ducha:

-‘‘¿¡Ya llegaste mi amor!? ..¿cómo te fue en el museo? ’’. Me preguntó Mamá sobre el marco de la puerta de mi habitación. Ni siquiera se había fijado en la hora de mi llegada.

-‘‘Bien Má, ..pero no me gustó lo que vi. Es más, me pareció grotesco ’’. Le respondí con coraje.

-‘‘¿Pero porque mi amor?, ..si ayer estabas muy entusiasmado en querer ir ’’.

-‘‘Si Mamá, pero uno no sabe cómo las personas pueden cambiar de la noche a la mañana, ..es extraño darse cuenta cómo crees conocer a alguien y darte cuenta de que es una persona totalmente diferente, ¿no crees? ’’. Era claro que le estaba lanzando indirectas, pero Mamá estaba cómo en las nubes este día.

-‘‘No sé de qué me hablas pero te apoyo mi amor, ..ahora me cambio y te prepararé algo riquísimo para comer ¡Ji ji ji!..’’

Y se dirigió por el pasillo tarareando su canción preferida. Era claro que Mamá ya no era la misma de estos últimos 2 meses, ahora estaba muy alegre y con muchas energías, se despidió de mi lanzándome un beso y se fue por el pasillo contoneando su tronado trasero y como les dije tarareando una de sus canciones favoritas. Eso me dio más coraje, no solo porque había permitido que ese viejo la tocara una vez más, sino porque iba a permitirle al maldito a usarla cómo un juguete más en sus pervertidos juegos.

Observándola detenidamente en sus andares por la casa me di cuenta de aun le dolía el trasero, traía el pelo húmedo todavía, estaba chapeteada y no quitaba esa cínica sonrisa de su rostro, junto con esa melodiosa canción. Entonces me fije que en su andar había algo raro… caminaba con las piernas ligeramente más abiertas de lo normal y pisando con cuidado… Hoy vestía un elegante vestido color negro corto que revelaba sus exquisitas y tonificadas piernas, las cuales en las últimas semanas habían tomado muchísima mejor forma, pues Mamá había empezado a alimentarse mejor y al igual que sus sesiones de masturbación diaria en casa, también inició sesiones de ejercicios físicos para mantener su figura. Me fijé entonces en la carterita de hielos que había sobre la mesa, estaba vacía, mi Madre y sus recuperaciones inflamatorias.. Sus mejillas estaban chapeteadas, su sonrisa era imborrable, cuando observaba sus piernas no podía borrar aquella imagen del viejo en medio de ellas, cosa que sin poder evitarlo me excitó de sobremanera, tuve una erección que tuve que tapar rápidamente, por suerte ella no se percató de mi presencia aún así que me quedé mirando a lo descarado otro rato mas y me fijé que aún tenía zonas coloradas por su cuerpo, la terrible follada había sido terrible, si ahorita mismo estuviera desnuda seguramente que vería la raja del chocho completamente enrojecida. Entonces levantó la vista y me vio allí de pie, me sonrió y vino hacia mí andando de esa manera tan rara para caminar, claro gesto de escozor supongo que por las terribles arremetidas recibidas.

-‘‘Enseguida está mi amor, ..ve a lavarte las manos y espérame en la mesa. Hoy comeremos en el comedor ’’.

-‘‘¿En el comedor?, Te noto rara Mamá, ¿porque? ’’. Casi nunca comíamos en el comedor, era tan grande para Mama y yo, solo lo usábamos cuando había invitados o cuando teníamos algo que celebrar. O al menos que quisiera celebrar la gran abertura en la que se había convertido su ano yo no hallaba otra cosa.

-‘‘¿Rara mi Amor?, ¿como qué? ..’’

-‘‘Mmm .. No sé, estás muy sonriente y chapeteada ’’.

-‘‘¡Ay mi amor!, ..lo, lo que pasa es que .. es que me pasé toda la mañana sacando y metiendo cajas ... de la cochera para ayudar a Beatriz con el programa de caridad de la que se encarga ¡Uff! me cansé muchísimo ’’.

Eso de meter y sacar cajas no me gustó en lo más mínimo, ¿a caso mi Madre se estaba burlando en mi propia cara de las guarradas que había estado haciendo?. Me enojé mucho más y ya ni le quise hablar, era claro que aún se encontraba en el embrujo del viejo.

-‘‘¿Sabias mi amor que Don Mario ya regresó? ’’. Me dijo entusiasmada.

-‘‘Ah, sí ’’. Le dije sin prestarle importancia a la conversación ’’.

-‘‘Si, ya se repuso del accidente y volvió a la caseta de vigilancia ’’.

-‘‘Ay Mamá, ..hablas como si te importara el mugroso ese ’’.

-‘‘¡Pedrito Tapia!, cuantas veces te he dicho que no te expreses de las personas así, ..Don Mario en un señor muy amable, que cuida de todo el vecindario y siempre está a la orden de lo que le pidamos ’’.

-‘‘¡Pero no deja de ser un viejo asqueroso! ’’. Levanté la voz con rabia, con unas ganas de escupirle a Mamá todo.

-‘‘¡Pedro Tapia!, ..vete a tu habitación y no salgas hasta que te llame a comer. Te estás convirtiendo en un muchachito muy grosero y eso no me está gustando. Si tu Padre te viera ’’.

Ya ni le quise responder nada, las tenía toda las de perder, ahora entienden porque odiaba tanto al repugnante viejo, ese hijo de Puta estaba poniendo a mi Madre en contra, era como si ella estuviera agarrándole un verdadero cariño a ese asqueroso viejo. Más enojado que cuando volvía a la casa me dirigí a mi habitación, la verdad que ya hasta el hambre se me había quitado, además de que mi Madre aún conservaba ese horrible olor a jabón que me estaba revolviendo el estomago. Así que aprovechando que ella estaba encerrada en la cocina, me percaté de su celular junto a su bolso sobre la mesa de recepción. Sin que ella se diera cuenta tomé su móvil y me lo llevé a mi habitación para prepáralo. Como ya les había contado, mi amigo Oscar ( el vendedor de la tienda de Electrónicos ), me había recomendado un eficaz difusor de señal, para interferir llamadas a celulares, costaba de un micro procesador pegado a un cable de señal a corto alcance, con un trasmisor que junto con un emisor de corto alcance lograría escuchar todo lo que mi Madre hablara por él. Sabía de la cartita del viejo y sabía que la tendría en comunicación mientras realizaba sus pervertidos caprichos.

Como mi Amigo Oscar me había enseñado, desarmé el móvil y conecté el emisor a la antena receptiva del celular de mi Madre, después sin que se pudiera dar cuenta lo volví a armar de tal manera que nadie se imaginaría que yo pudiera rastrearlo. Pero cómo todo tiene un pero este transmisor solo podía ser rastreado máximo 50 mts del aparato receptivo, por lo que tenía que estar cerca de ella para lograr escuchar sus llamadas. Ya hecha mi misión volví a colocar el móvil en su lugar y esperé a que ella tuviera una llamada, no tardó mucho, ya que ella suele tener bastante comunicación con todas sus Amigas. Conecté el auricular a mi aparato receptivo y ¡cabum! Podía escuchar los comentarios de mi Madre con sus Amigas, ahora solo faltaba que llamara aquel viejo.

Como a eso de las 10 de la noche, yo me andaba preparando poniéndome la pijama para irme a dormir, Mamá andaba allá abajo doblando unas sábana limpias para acomodarlas en los cajones cuando nuevamente suena el celular, un descalofrio extraño me recorrió el cuerpo que me dejó paralizado, ella pensó que sería una de sus Amigas, pero muy raro ya que ella no suele hablar con ellas a altas horas de la noche. Enseguida me levanté como rayo y me coloqué el receptor en la oreja, salí por el pasillo sin hacer ruido y traté de localizar a mi Madre que andaba allá abajo. Mamá muy molesta lo toma pensando que si es una de ellas le increparía por haberle llamado a tan altas horas pero al contestar oyó la rasposa e inconfundible acento caribeño de la voz del viejo:

-‘‘¿¡Como está la Perrita má sabrosa que me he comido hoy!?, ..extrañando a su Amo ¡Je je je!..’’ Mi Madre se puso nerviosa al oírle, enseguida volteó hacía mi habitación como si yo fuera a recriminarle algo. Lo que mi Mamy no sabía es que yo la estaba observando desde una de las esquinas del barandal.

-‘‘¡Don Mario!.. e, es usted ’’.

-‘‘Aquí pue trabajando, ..esperando otro momento para dalme una escapadita e irte a culear como te merece ¡Je je je!..’’ Dijo el desgraciado, como si mi Madre fuera ya una de sus Putas para venir a montarla cuando quisiera.

Enseguida comencé a observar a mi Mamy un tanto extraña, era como si la simple voz del viejo encendiera algo en su cerebro, yo no entendía lo que le sucedía, era como si ese viejo la hubiera embrujado, como si la hubiera hipnotizado, que con su simple voz mi Madre empezara a calentarse. Con el teléfono en una mano, y con la otra empezaba a frotarse el canal de entre sus sensuales pechos mientras lo escuchaba, yo la verdad sentía un sentimiento de odio hacia aquel sujeto mezclado con temor, ese hijo de Puta si se lo propusiera sería capaz de casarse con ella, tenía a mi Mamy engatusada con sus brutales cogidas, los pezones se le habían endurecido con solo escucharle y se marcaba ya descaradamente atravez del vestido. Estoy seguro que en este momento ella sentía un estremecimiento en su esfínter, el hijo de Puta se lo había inflamado tanto esta mañana que ya dudaba que pudiera cerrarlo. Con todo el coraje y la impotencia de no poder hacer nada seguí escuchando:

-‘‘No sabe las ganas que tengo de tenelte otra vé en mis manos, ..allá en el hospitá, todos los días me pajeaba pensando en cómo te cogía por todos lados ’’.

-‘‘Don Mario por dios que cosa dice ’’. Decía apenada por la bola de vulgaridades que le decía atravez del teléfono.

-‘‘Es enserio, ..no podía dejá de pensá en tus pinches nalgotas y tus chichotas restregándomelas por toda la cara ¡Je je je!.. ¡Mi Perrita tiene el mejó culo que yo haya visto jamá!, ..y fíjate mi Reyna que allá en mi habana sí que hay buenos culos ’’.

-‘‘¡Ji ji!.. No diga esas cosas que me da pena ’’.

-‘‘Todo es enserio Güerita, ..me la pasé recoldandote con ese collá que te regale y tu linda colita. ¿Polque no te pone tu collá y tu colita y te viene para acá? ’’.

-‘‘Ya es tarde Don Mario, ..además no puedo dejar a mi hijo solo ’’.

-‘‘Tu hijo ya está grandecito, que se quede solo ..ademá no se lo van a robá, sirve que se hace hombrecito. ¿O apoco no te la pasaste bien esta mañana ’’.

Mi Madre se puso a recordar como apenas hace unas cuantas horas en el cuarto de lavado de nuestra propia casa terminó nuevamente subyugada bajo el poder de ese vejete dominante, entregándose y gozando como nunca lo había hecho con nadie, aun se preguntaba si es que hubiera aparecido el vecino y se viera enterado de sus berridos de gata en celo, que hubiera pasado, tal vez su integridad ya estuviera en la boca de todos, la flamante viuda Mónica de Tapia revolcándose en su propia casa con el mugroso Portero de la Colonia, ¿donde habían quedado sus principios?, parece que ya estaba escuchando a su vecina la Sra. Mati platicando con los demás vecinos, entre las dos había la peor rivalidad de todo el vecindario, ( aunque ya todos sabemos de qué pie cojeaba también ella ) Ese viejo hijo de Perra las tenía dominadas con su terrible estaca, era como si aquel miembro sin duda hubiera sido lo mejor que hasta ahora habían visto y probado en todas sus dimensiones, aunque viendo lo que observé esta mañana, la satisfacción que reflejó en su rostro durante todo el día y de haberla visto retorcerse por tercera vez ya tenía mis dudas.

-‘‘¡Que pasa Perrita!, ..te la metí tanto que ya no puede ni hablá ¡Je je je!..’’ Le dijo vulgarmente.

-‘‘¡NO!, no Don Mario, ..mejor dígame para que me llama ’’.

-‘‘¡¿Como que para qué?!, ..para hablá con mi mujé ..con mi Putita ¡Je je je je!..’’

-‘‘Ay Don Mario que cosas dice ’’. Dijo ella con las mejillas como tomates y llevándose la mano libre para meterla dentro del escote.

-‘‘¿O ACASO ME EQUIVOCO!!! ’’. Le recriminó el vejete de manera violenta asustando a mi Mamy.

-‘‘¡Eh!!! Nooo, no Don Mario, no se equivoca ’’. Se doblegó Mamá para tranquilizarlo, era capaz de venir a buscarla y a encularla sin importarle que yo estuviera en casa, cosa que ni le importaba.

-‘‘¡Je je je!.. Así me gustá, ..entonces dime que ere ’’. Volvió a preguntar, llevando a mi Madre a decir lo que quería escuchar. Mi Madre apretándose un pecho y llena de excitación, cayó en el juego del vejete.

-‘‘So,soy su Puta Don Mario ’’. Mientras era obligada a decirlo, mi Mamy no dejaba de estimularse los pechos, estaba seguro que ya estaba jugando con su pezón.

-‘‘¡Je je je!.. así me gusta Perrita, ..que obedezcas a tu Macho ¡Je je je je!..’’

Mientras mi Mamy se estimulaba los pechos seguía tan solo oyendo lo que el Portero le decía:

-‘‘Dime una cosa, ..¿no te lástime mucho? ’’.

-‘‘No, no ya estoy bien, ..ya tomé desinflamantes ¡Ji!..’’ Rió nerviosa.

-‘‘Ya te puede sentá ¡Je je je!..’’

-‘‘Ay Don Mario, que cosas ..me molesta un poco pero ya estoy bien ’’.

-‘‘Muy bien Perrita, ..para vé que tan obediente eré, quiero que te desnudes ahora mismo ’’.

-‘‘Perdón!!! ...’’

-‘‘Lo que oíste, desnúdate rápido!! ’’.

-‘‘¡Don Mario por dios!, ..mi hijo anda por ahí, aun está despierto ’’. Y volteaba hacía arriba viendo a mi habitación.

-‘‘¡Je je je!.. Solo quiero vé como te quedó el boquete, eso es todo ’’.

-‘‘Le digo que ya estoy bien, ..usé hielos y tomé desinflamantes ’’. Trataba de explicarle.

-‘‘¡Je je!.. No te creo, así que tomate una foto y envíamela a mi número y rápido ’’.

-‘‘¿Una foto, ..co,como para qué ’’. Preguntó asustada.

-‘‘Para velte como te quedó el agujero, ..anda Putita bájate los calzoncitos y envíamela ’’.

-‘‘Pe, pero no le miento ’’. Trató de explicar.

-‘‘¡Mándamela rápido!! ’’. Y colgó sin más.

Mi Madre se quedó contrariada, como sin saber qué hacer, por un lado cuando escuchaba la airada voz del vejete ordenándole algo terminaba por aceptar, pero lo que le pedía ahora por teléfono era una barbaridad, mi Mamy no se atrevería a algo semejante, quien sabe que haría ese viejo desgraciado con esa imagen, seguro que no tardaría en enseñársela a sus pervertidos amigos que eran igual que él, o quizás algún vecino, era una tontería. Pero cuando observé que apretaba sus piernas y una mano presionaba sobre su pelvis ese extraño descalofrio me volvió a recorrer el cuerpo, era como si mi Mamy no quisiera pensar nada mas, ese viejo hijo de Puta despertaba en ella aquella mujer desconocida que afloraba de adentro de su ser, era como si siguiera estando caliente, cachonda, excitada, y que nomás al escuchar la voz del viejo estar dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de apagar su deseo.

Mi Mamy apagó la luz del salón y se metió al pasillo, pensando que si al caso yo bajaba ella lograría reponerse, lo que mi Madre no sabía era que se había colocado en la misma dirección de donde yo me encontraba, ( en una de las esquinas del barandal ), por lo que a la hora de apagar la luz del salón lo único que estaba haciendo era que yo quedara en la total penumbra y con más posibilidades de observarla y no ser encontrado.

Una vez se encontró ‘‘segura’’ en el pasillo, constató con una mirada que efectivamente la puerta de mi recamara estaba cerrada ( cosa que yo había hecho con anterioridad para no levantar sospechas ), se percató que según yo ya estaba dormido, encendió solo la luz del pasillo para así lograr su cometido, ( tener la perfecta imagen para su Amo ). Cuando ajustó su móvil para la cámara se miró al espejo, un espejo enorme, redondo, con flores taladras en roble que colgaba en el pasillo. Casi no se reconoció a sí misma, tenía la cara encendida por la calentura, los ojos brillantes por el deseo y sus labios temblaban de la excitación. Jamás se había atrevido a ser algo por el estilo, lo máximo a que se había atrevido era a mandarle mensajes algo candentes a mi Padre cuando se sentía calurosa, pero de eso a fotografiarse el culo para mandárselo a su hombre jamás.

Pero en este momento no era la Madre perfecta de aquellos años, era esa hembra ardiente buscado apagar toda esa tremenda excitación que sentía, era esa mujer sumisa atrapada en las garras de aquel viejo, incapaz de darle un no como respuesta. Tremendamente colorada y viéndose al espejo se tomó el vestido por el largo de la vastilla y empezó a subirlo por sus blancos muslos. Se sintió un poco Puta, no mejor dicho se sintió muy Puta, pero ya le daba igual, el poco pudor que le quedaba lo dejo de lado, y en el estrecho del pasillo, ocultándose de la vista de su pequeño hijo se levantó el vestido. Sus prominentes nalgas blancas y abombadas quedaron a la vista, aun mantenía las marcas de los pellizcos y azotes que le había propinado el viejo esta mañana, el desgraciado se había dado vuelo con las nalgas de mi Madre, pero lo que me dejó más sorprendido y tremendamente anonadado era que no llevaba bragas, la muy cochina había andado todo el día por la casa sin ellas, con todo el respeto seguramente le escocía tanto el culo que aún el simple rose de sus delicadas pantaletas le molestaba.

Ya con sus pompas al aire no lo pensó mucho, enfocó la cámara de su iphone y se la llevó a su trasero para hacerse una buena toma. La verdad que le costó trabajo, sus prominentes nalgas impedía ver su objetivo, tuvo que reclinarse hacia adelante y mientras una mano sujetaba su celular con la otra trataba de abrirse los cachetes para lograr la mejor toma. Pero lo que le costó un poco mas de trabajo fue que nunca pensó que tuviera que verse a sí misma fotografiándose su culo, para enviársela a un viejo pervertido que sabrá dios que iba a ser con ella. Cuando se agachó para abrir su ano, y facilitar la iluminación a hacia esa zona, se vio en el espejo, no le quedó ninguna duda, iba a hacer cualquier cosa que le pidiera su viejo amante con tal de conseguir su satisfacción. Una vez terminado su proceso de digitalizar su ano, de emputecerse para aquel desgraciado, observó la toma, no lo podía creer, tanto que se llevó la mano a la boca en señal de asombro. Yo no lo podía ver por mi ubicación en la segunda planta pero me lo imaginaba, tremendamente colorado y con severas señales de dilatación.

Mi Madre más roja como un tomate se animó a hacer el peor descaro que yo pudiera verle jamás, buscó el número del viejo y le apretó el botón de enviar. Estaba seguro que cuando el viejo viera tremenda estampa casi eyacularía, pero desgraciadamente no lo podía ver todo y tan solo me quedé observando a que la llamara de nuevo. No tardó ni dos minutos cuando su celular volvió a sonar, rápidamente me reacomodé mi recetor y escuché las leperadas que el viejo tenía que decirle:

-‘‘¡Muy bien Perrita!, ..así me gusta, veo que sigue inflamada, me dan ganas de ilte a buscá para darte esas lamidas con mi lengua que tanto te gustan ¡Je je je!..’’ A pesar de lo bochornoso y humillante del momento en el rostro de mi Madre nació una leve sonrisa ante el halago del vejete.

-‘‘Estoy muy apenada Don Mario, ..no sé cómo me atreví a eso ’’. Trataba de justificarse.

-‘‘¡Me lleva la chingada Güerita!, mejo no me hubieras manda'o la foto, ..ahora te deseo má, quiero ilte a mordé esas nalgotas que tiene e ilte a curá ese lingo agujerito que tiene tan abierto ’’.

Mi Madre no tenía reacción, seguía contrariada escuchándolo, era como si se le vinieran en flashazos los recuerdos vividos ahora en la mañana, se le calentaba la vagina recordando como el Portero la sodomizo de esa manera tan brutal en su propia casa. Era como si ella estuviera conectada a sus recuerdos, como si aun pudiera sentir la fricción de aquel grueso miembro dentro de su ano, sin darse cuenta mi Mamy se llevó una mano entre sus muslos mientras lo escuchaba, se frotaba la entrepierna como si estuviera masturbarse, desafortunadamente para ella el viejo tenía otros planes, además ya había logrado su objetivo, calentarla, tenerla lista para cuando él quisiera y se le antojara.

-‘‘¿Todavía tiene la cartica que te mandé? ..’’

-‘‘... si, si Don Mario, ..la tengo en mi cajón ’’.

-‘‘Quiero que la leas y que lo hagamó mañana, ¿te parece? ..’’

-‘‘No sé Don Mario, ..mañana es sábado y mi hijo estará en casa todo el día ’’.

-‘‘Va, ese escuincle, ..si fuera mi hijo ya le hubiera dado una buena tunda para que se hiciera hombrecito. Invéntale algo, no sé pero quiero que lo haga ’’.

-‘‘Déjeme pensarlo Don Mario yo...’’ Y cuando trataba de dar su explicación el viejo la interrumpió.

-‘‘Muy bien Perrita me despido, ..está llegando el vecino. Ponte linda mañana y espera mi llamaó, ..y sigue curando ese hoyito tan lindo que tiene ¡Je je je!..’’

Fue lo último que dijo el viejo antes de colgar el teléfono, dejando algo inquieta a nuestra querida Mónica, que en ese momento sentía como que algo le faltaba, esa sensación de asfixia por el placer carnal que no había tenido jamás, mi Madre se había puesto tan cachonda como ahora en la mañana, maldecía al viejo por no haber seguido lanzándole esas vulgaridades y despertar en ella ese cosquilleo que la hacía perder la cabeza. Sin darse cuenta se repegó en la pared y se fue deslizando por ella hasta quedar en cuchillas en el suelo, tenía sus torneadas piernas juntas tratando de apretarse su intimidad a la vez que una de sus manos se perdía entre ellas. Se mordía los labios presa del deseo y las ansias de sexo que su cuerpo le pedía pensando como desfogar o satisfacerse, estaba tan caliente que era capaz de ir a buscar al viejo a la caseta, entendía muy bien que tan solo tocándose no sería suficiente para apagar ese sofocamiento, todo era culpa de Don Mario por calentarla y ni siquiera se había preocupado por como la dejaba.. rápidamente cayó en cuenta de donde estaba y con vergüenza pensaba como era posible que tuviera esos pensamientos, pero el calor que sentía su cuerpo en estos momentos era incontrolable.

Mi Madre trataba de componerse, de preguntarse porque le pasaba esto, en un principio era por los chantajes, por ser forzada a hacer lo que no quería, si al principio sí había sido ese el motivo, pero luego... ahora no, ahora había obedecido porque le había excitado obedecer aquel viejo, le había excitado que la tratara de la forma en que lo había hecho. La flamante Señora de Tapia estaba perdiendo la cabeza por el Portero, sin darse cuenta se observó los muslos, los pechos, y abriéndose un poco el vestido miró las marcas que le habían dejado, tenía una serie de chupetones alrededor de sus pezones. Ella no lo podía creer, en que se estaba convirtiendo, Mamá jamás hubiera permitido que le hicieran eso, ahora que recuerdo ella siempre hablaba de ello con sus Amigas, decía que los chupetones eran por demás vulgares, que la mujer que llegara a permitirlo ni era ni más que una mujer libertina, una Puta que le gustaba ir siempre marcada por su macho, ahora era ella la que estaba marcada, ¡y marcada por el Portero de la Colonia!

Pensé que se arrepentiría e iría a borrárselos con sus carísimas cremas pero no fue así, tal parece que enardecieron más su cuerpo, como si encendieran la hoguera que la quemaba, era como si se dijera a si misma ¿Esto eso lo que soy? ¿Soy su Puta, Don Mario?. Sintió cómo su vagina se le humedecía, así que pasó la mano por debajo la falda y dejó que sus dedos acariciaran levemente su clítoris. Suspiró, recorrió su rajita aún sensible con la yema de sus dedos, estaba muy mojada, ese viejo había logrado su acometido, ponerla de la misma manera que esta mañana. Sintió como una necesidad imperiosa de masturbarse, sabía que no sería lo mismo pero al menos lograría calmarse, pensar.

-‘‘¡No!, no Mónica, no está bien, ..debo intentar controlarme ’’. Se dijo e intento incorporarse, pero en vez de eso, deslizó una de sus manos bajo el sujetador y comenzó a masajearse las tetas, estirando sus erectos pezones.

-‘‘¡Aaaah! ’’. Suspiró.

Se sentó de nuevo en el piso, ahora colocando sus nalgas en el frío mármol de la loseta y desprendiéndose de las sandalias abrió las piernas y las dobló hasta apoyar las plantas de sus pies también el suelo. La falda se le subió hasta la cintura, dejando su chochita totalmente expuesta ante mis ojos. Sus labios vaginales estaban hinchados y cubiertos de abundante flujo brilloso. Tenía la mano derecha sobre su depilado pubis, manoseándose la rosada raja con todos los dedos, mientras el pulgar jugueteaba sobre su clítoris que sobre salía de entre ellos.

-‘‘¡Ouhmm! ¡Aah! ¡Uhmm! ’’. Gemía.

Su cuerpo se retorcía repegada a la pared y sobre el helado piso del pasillo.

-‘‘Tengo que parar, ¡Aah! .. tengo que parar ¡Uhmm! ’’. Trataba de razonar, pero sus dedos se movían cada vez más rápido y su respiración era agitada y la sofocaba.

Sorprendido observé como arqueó el dedo más largo y lo introdujo sin más dentro de su vagina. ¡Todo, hasta la última falange!, mi Madre parecía una caldera a punto de explotar. A los pocos segundos ya se estaba penetrando vigorosamente con él. Me dí cuenta de que ya estaba perdida, por más que sus principios y sus buenas costumbres trataran de negarse ya no iba detenerse, se dio cuenta de que iba a correrse como una Perra cachonda en pleno pasillo de nuestra propia casa. Su mente dejó de luchar, de resistirse. Las imágenes del viejo vejándola, humillándola, sobándole sus tetas, obligándola a usar esos artículos caninos, a enseñarle el ojete por teléfono, todo eso pasaba por su cabeza como flachazos.

-‘‘¡Aah! ¡Aah! ¡Aah! Me vengo, síiiiii, me ¡Aaah! ’’. Lo sentía llegar, era tan fuerte, tan potente que se iba a vaciar en pleno pasillo.

Ese viejo hijo de Puta despertaba en ella tremenda excitación, en ese momento empecé a sentir miedo, ¿que pasaría si mi Mamy empezara a sentir algo por él?, se enamorara, ¡NO!, que ni lo mande dios, eso sería inaudito, algo impensable, la peor de mis calamidades. El corazón me empezó a latir tan rápido que parecía salírseme del pecho. Observaba a mi hermosa Madre sentada en el piso con una mano rascándose el chocho mientras con la otra se apretaba fuerte las tetas. Estaba a punto de llegar al orgasmo, un orgasmo que se había originado con una simple llamada del viejo, ya no necesitaba manosearla ni besarla, bastaba con una simple llamada y palabrotas léperas para encenderla, y el orgasmo no tardó en llegar. La primera oleada de placer hizo que un chorro de flujo abandonara su palpitante vagina y se derramara sobre la palma de su mano.

Mi Mamy se estremecía como si le estuvieran pasando una descarga eléctrica, usaba su mismo fluido como lubricante para introducirse dos dedos más en su vagina.

-‘‘¡Aaaah! ¡Diossss mío! ¡Por diosss, qué gusto! ’’.

Mi Madre estaba acostumbrada a masturbarse pero algo como esto jamás. A pesar de sus ideas conservadoras, la necesidad le había sobrepaso. No necesito ni de su Negrito para hacerla explotar. Ese viejo asqueroso le producía orgasmos más intensos que los que se proporcionaba con sus juguetitos. La verdad que nunca había visto a Mamá en este estado, y miren que si la he visto, pero en raras ocasiones la había visto tan cachonda y llegar al clímax tan así. Sin embargo, tenía que admitir que ese viejo desgraciado y el placer que le estaba proporcionando hoy estaba a otro nivel que le era desconocido hasta el momento. Todo su cuerpo vibraba por la excitación, y su vagina parecía un escurridor eyaculando grandes cantidades de flujo que resbalaban por sus blancos muslos y mojaban el lujoso mármol de nuestro piso. Aunque para Mamá aquello le tenía sin cuidado en esos momentos. Lo único que deseaba es que aquel placer no acabara jamás. Con los ojos cerrados, se estimulaba con pasión sin dejar de pensar en el vejete ese. Era como si se estuviera masturbando para él. Y por alguna razón, aquello la encendía mucho más. Segundos después, su cuerpo se retorcía más y su vagina volvía a eyacular líquidos, mientras ella se penetraba vigorosamente con tres dedos, masajeaba su clítoris con el pulgar y se tiraba con fuerza de los pezones.

-‘‘¡Oh, dios! ya viene otro ¡Uhhmm!, Sí! Me vengo otra vez, ¡UHMMMMM!!! ’’. Gimió mi Mamy encadenando un nuevo orgasmo.

El orgasmo fue inmediato, potente e intenso y tuvo que morderse el labio para no gritar. Durante varios segundos su cuerpo se retorció y se estremeció sobre el frio piso de nuestra casa, luego, poco a poco se fue relajando hasta quedar exhausto. Estaba satisfecha, pero poco a poco un sentimiento de culpabilidad se comenzó a apoderar de ella. Mamá abrió los ojos y la realidad le golpeó con crudeza. No lo dudó ni un segundo. Se bajó la falda, se reclinó en la pared y apartando la mano que tenía sus pechos se puso a meditar. Se había corrido pensando en el viejo. ¿Cómo había podido caer tan bajo? Era obvio que aquel viejo y lo que acaba de hacer le había sobrepasado, pero debía contenerse, ¿que hubiera pasado si su pequeño hijo hubiera bajado?, se alarmó. Tener esos sentimientos era peligroso, debía controlarlos. Sabía que tenía una gran responsabilidad como Madre y como dueña de la casa, pero algo dentro de ella, algo que no conseguía controlar le hacía someterse a aquel vejete casi sesentón que podría ser su Padre. Sólo esperaba que el vegete ese no le hiciera elegir entre sus responsabilidades y ella porque sinceramente, en esos momentos no sabría qué podía hacer mi Mamy. ¿O sí lo sabía y se negaba a aceptarlo? Sintió cómo un escalofrío recorría su cuerpo.

Se levantó un tanto contrariada, entonces vio la enorme mancha húmeda en el mármol ¡Dios Santo! Exclamó, y fue por un trozo de pañuelo de papel e intentó absorberlo, pero sin conseguirlo, el mármol como las buenas alfombras necesita de alguien experto para borrar la mancha. Tomó otro y se limpió los muslos, que aún estaban húmedos, la vagina y la raja de su trasero. Entonces se levantó y se vio en el espejo, casi ni se reconocía, estaba tremendamente colorada y su pelo revoltoso por los tremendos tallones que se había dado contra la pared. Se arregló un poco y se dirigió a la cocina por un vaso de agua muy fría, aún se sentía sofocada.

Por mi parte yo también necesitaba calmarme, en silencio abrí la puerta de mi habitación y me escabullí en ella antes de que Mamá regresara, había visto demasiado hoy y necesitaba desahogarme. Esperé a que Mamá se encerrara en su habitación para dirigirme al baño, ya sabrán lo que fui hacer al baño, la imagen de mi flamante Madre fotografiándose el culo para enviárselo al viejo me había dejado muy perturbado. No sabía qué era lo que pasaría el día de mañana pero desde luego que no podía perdérmelo, ahora que recuerdo el viejo había mencionado algo de la carta ¡TOMALA!! ¿Mi Madre sería capaz de hacer tal cosa?, bueno después de lo que acababa de hacer hoy estaba seguro que si, aceleré mi mano y mientras me desahogaba me puse a pensar en lo que decía esa cartita, y para que ustedes no anden saltando de relato en relato se las vuelvo a colocar para que lean las barbaridades que había escrito ese analfabeta.

Según la carta que le había mandado el viejo a mi Madre y si no lo recuerdan decía más o menos así ( lo traduje un poco, ya que la ortografía del viejo es horrible ):

                                                                              ‘‘ParA MI MasCotiCA’’

‘‘Como recordará querida Perrita, el día de ayé te lo pasaste muy bien... Ahora, te tengo un juego balbaro vá. Quiero que siga mis instrucciones al pie de la letra y cumpla en todo momento con lo que se te oldena. Si te vé incapá de llevá a cabo lo que se te oldena, cerraremo el asunto y eso no creo que te guste demasiao..

Bien... En prime lugá, quiero que te vista demasiado sexy, bien buenota, que se te vean esas piernotas cómo decimo en mi Cuba. Es muy impoltante que te esmeres en i provocativa, cómo si fuera a salir de noche, pero muy Putica. Tal ve una playerita cortita, una minifalda chiquita pa podel velte el culon que te cargas, la má pequeña que tengas, solprendenme preciosa, quizás unas sandalias altas y unas medias de ricachona Putica, yo te estaré checando.

- Si cree que se me olvida algo. No, no se me ha olvidado naa. No quiero que lleve pantaletas ni chicheros, solplendeme.

Quiero que te dirijas a un centro comecial, el que tu quiera. Lo hará a medio día, a esa hora ya habrá bastante gente. Una ve allí, tiene que cumplir estas pruebas:

1.- Deberá paseal por todo el centro comercial. Bajá y subí escaleras, entral en tiendas, en definitiva mostralte y sobre todo, mostrá tu chochita a todo el que quiera vela. Te dejo libeltad absoluta para deambula y lucilte. Disimuladamente claro está. Te sentará en una cafetería e incitará a quién tu elijas y solo pasará la prueba si consigues provocá que se le pare a quién o a quienes haya decidido excitá.

2.- Una vé telminada esta prueba. Te dirigirá a la sección de lencería del centro comercia. Seleccioná dos o tres conjuntos que tu creas suficientemente provocativos para mí y escogerá dos tallas menos de las que normalmente usas. Con ellas, te dirigirá a los probadores y deberá escogel alguno que este cerca de dónde allá algún chico o el mismo vendedor de la tienda. Dejarás la cortina del probador unos centímetros abielta, lo suficiente cómo para que no parezca premeditado, y le permitirá ve cómo te cambias de ropa lo más explícitamente posible. El objetivo es de nuevo, que su bulto aparezca en su pantalong.

3.- Una vez que haya conseguido la anterior prueba deberá salí del probadó con la tanga o braguitas que más te hayan excitado. Las meteras a tu bolso y no las pagaras, así cuando pases por la salida la alarma sonará y deberá acompañal al vigilante o al vendedó a la oficina para que te revise. En todo momento negará que las haya robado, y deberás dejá que sea él el que te demuestre el delito. El objetivo es de nuevo, provocá una gran erección en el vigilante, aunque es posible que te pida algo más. Si te ordena que hagas algo deberá hacerlo.

4.- Como último deberas salir he incitar a un tipo, para que te siga, no se cómo le hagas, lo dejo a tu imaginació. Debera de seguilte al cine, procura que sea en una sala vacía, busca una película extranjera que no tenga mucha demanda. Te sentaras en la butaca de arriba hacia una de las orillas de la sala, deberá hacel que el tipo te siga en todo momento. Ya estando ahí, deberas sacalte el conjunto que te llevaste y metelo en tu bolso, abusaa, todo esto deberas hacerlo incitando al tipo que hayas elegido.

Como última condicióng te pongo las reglas que deberá cumplí en todo momento:

1.- No puedes decil que se trata de un juego.
2.- No protestal mis decisiones.
3.- No puedes dejar que te cojan.

Yo te veré más talde en mi caseta, para sabel cómo te fue.

Un beso y hasta entonces.

Tu Amo. ’’
   
Esa noche la pasé en insomnio, pensaba en si acaso mi Madre se atrevería a tal cosa, una cosa era mandarle una foto de su culito al viejo y otra era que se anduviera mostrando como una Prostituta en un centro comercial, lugar donde mi Madre yacía frecuentar por largas horas con sus Amigas entre las tiendas de Moda. Traté de dormir para descansar, mañana sería sábado y tenía mucho que planear, ¿cómo seguiría a mi Madre?, sabía que lo haría mañana y que buscaría una forma de salir de la casa. Tendría que estar muy al tanto de todo sus movimientos si quería saber que era lo que ocurriría.

.....

7:30 am.

Desperté tan de mañana porque escuchaba unos pequeños susurros en la recamara de mi Madre, sin perder tiempo y quitándome las lagañas de los ojos encendí la cámara de su recamara para ver con quien hablaba. Me di cuenta de que estaba hablando por su móvil, no estaba tan seguro que fuera el vejete pero inmediatamente preparé el receptor al auricular tipo agente secreto que le había comprado a mi amigo Oscar, la recepción era perfecta ya que de la habitación de mi Madre y la mía hay máximo 20 mtrs. Cuando lo encendí me quedé de piedra, efectivamente era la voz rasposa y con acento caribeño del viejo el que hablaba con ella, y al parecer alegaban no sé qué cosa, solo alcancé a escuchar esto:

-‘‘¡Tú lo hará!, ..te vestirá de Putica para mí y va a se todo lo que te puse en la cartica ’’. Se escuchaba muy molesto.

-‘‘Pero Don Mario, ..esas cosas que me puso son demasiadas.. demasiadas...’’ Era claro que mi Mamy ya no estaba bajo su embrujo y trataba de zafarse de aquella cosa.

-‘‘¡No me impolta!, ..debes de entendel que tu para mi ere una simple mascota. ¿O ya no quiere se mi Perrita? ’’. Le presionó, sabía que haciéndolo terminaría por doblegarla. Mamá seguía en su cama con un precioso baby doll color fuicha de tirantes que le hacía relucir sus senos.

-‘‘No, no es eso Don Mario es solo que... estas cosas que me puso son demasiado yo...’’

-‘‘Anda, anda mi Perrita, ..hazle caso a tu Amo, verá cómo te va a gustá ’’. Le dijo más sereno, bajando su tono de voz.

-‘‘No lo sé, Don Mario, es muy peligroso, además... mi hijo, ¿que le voy a decir si me ve vestida así? ’’.

-‘‘¡No me impolta tu escuicle cagón!, ..inventale algo no sé yo. Dile que te va de Puta no sé ¡Je je je!..’’

-‘‘Ay Don Mario como cree que le voy a decir eso, ..déjeme pensarlo, si quiera un par de horas ’’.

-‘‘¡TE QUIERO VESTIDA DE PUTA Y PUNTO!!, ..y no acepto un no cómo respuesta’’. Dijo el maldito y colgó, era claro que ya se sentía con tal dominio sobre mi Mamy

Cuando ella se levantó se dirigió a su cajón y sacó lo que me parecía ser esa tan famosa cartita del viejo. La volvió a leer y lo comprendió todo. Se dio cuenta de que la estaba poniendo a prueba. Por algún momento lo dudó, no iba a rebajarse de esa manera, el aluvión de sensaciones la abruma de repente. Por un lado se sentía excitada y deseosa de satisfacer al viejo. Le gustaba el juego y ansiaba hacer lo que él le mandara. Mucho más volverlo a tener pegado a su cuerpo penetrándola y dominándola. Por otra parte, su sentido del deber la angustiaba. No quería arriesgar su modo de vida, su reputación, su hijo que es lo que más importante que tiene ( eso quiero pensar ). Hasta le molestaría las habladurías que pudieran hacer su odiada vecina si se enteraba de ello. ¿Cuántas veces ella había criticado a las mujeres así? Incluso a Beatriz, una de sus mejores Amigas.

Se levantó y abrió su closet, ante su mar de dudas le dedicó unos minutos a observar toda su ropa. El viejo desgraciado le había mandado usar las prendas más cortitas y sugerentes de su amplio repertorio. Mamá se quedó unos segundos pensativa, descolgó algunas blusas y algunas minifaldas que jamás tenía pensado en usar. De hecho nunca las había usado, ( mi Mamy tiene ropa de sobra, algunas que jamás ha usado ), no había tenido el valor para hacerlo, pero las tenía guardadas para cuando se encerraba con mi Padre por horas.

Enseguida trató de ver cómo sería. Tomó un top blanco que marcaba sus pechos exageradamente e incluso, al no ponerse sujetador se transparentaba levemente, dejando adivinar la marca rosada de sus aureolas. Cuando se colocó una mini vaquera se sintió totalmente desnuda. Cuando le vi el vestidito casi me caigo muerto. La faldita era mínima, insignificante, que asustaba con solo verla colocada incluso en algún maniquí. Era impensable vestir algo así. Pero a Mamá parecía que eso no la asustó, incluso se echó a reír, seguramente pensado en alguna ocurrencia. ( Estaba loco el viejo si creía que mi Madre iba a salir a la calle con algo semejante ). Probó a sentarse y apenas cubría la parte superior de sus muslos. ¡Parecía un cinturón grande!, y con cualquier movimiento dejaba al descubierto el pachoncito de su vagina o sus glúteos. Comencé a sudar frío, Mamá se estaba convenciendo en hacerlo, la gran Señora Tapia estaba a punto de ser nuevamente el juguete sexual de un maldito viejo pervertido. Ahora entienden por qué mi coraje y desesperación, ¡Maldito viejo hijo de Puta!, maldito sea el momento que decidió salir de su isla.

Con el alma en un hilo seguí observando. Mamá no estaba decidida y se desnudó de nuevo, se decidió por otro conjunto. La verdad que no estaba segura de que en su ‘‘acuerdo’’ no comprendía esos extremos y si así fuera sencillamente no lo haría. Lo primero que hizo fue sacarse el top, mostrando los pechos por completo. Mientras se observaba en el enorme espejo de su cuarto, se dio cuenta que ahora esta falda era mucho más larga que la anterior, se la arremangó por la cintura dejándola muy corta, pero no le quedaba nada bien, ya que a la altura de la cintura se notaba el bulto que formaba la tela. No se decidía, volteó a ver la foto de mi Padre y se arrepintió, debía de estar loca, se dijo. Se colocó su bata celeste y salió de su habitación, seguramente a preparar el desayuno o a dirigirse a sus cotidianos ejercicios.

Yo bajé cómo a las 9:00 hrs, era sábado y viendo que mi Madre no se había decidido ya me encontraba más tranquilo, por un momento me sentí contento de que ella no se prestara para esos absurdos juegos, aunque por si la dudas me llevé mi receptor de llamadas en uno de mis bolsillos, si la notaba un tanto extraña o recibía una llamada estaría allí listo para escuchar lo que sucedería. Mamá había preparado unos deliciosos waffles que me dispuse a devorar. Pero al verla la noté un poco distraída, como ausente.

-‘‘¿Que tienes Má?, ..te noto algo pensativa ’’. Le pregunté al verla muy sería.

-‘‘¿Que? ..’’ Salió de su trance y me sonrió.

-‘‘Que si qué te pasa, ..te noto muy pensativa ’’. Le volví a repetir.

-‘‘Nada mi amor, ..sólo que ando un poco distraída con tantas cosas. ¿Te sirvo más? ’’.

-‘‘No Mamá, ya estoy satisfecho. Vas a salir hoy ’’. Le traté de indagar.

-‘‘¿Salir?, no no, no creo mi amor, ..¿ocupabas algo? ’’.

-‘‘No Madre, ..voy a ver televisión ’’.

-‘‘Junta tu plato mi vida ’’. Me dijo para después yo abandonar la cocina y dejarla sola.

Era claro que Mamá seguía pensando en aquello, seguía teniendo esa curiosidad de pensar en que se sentiría que la observaran de aquella manera, pero que a la vez conseguía asustarla de una forma deliciosa. No era el típico miedo que se siente tras ser asustado o al estar en peligro, tampoco el que se llega a sentir por temor a que le ocurra algo a un familiar, y mucho menos es igual al miedo que se siente tras una pesadilla. Este miedo le gustaba, era un miedo que activaba sus sentidos y que despertaba aquellos instintos que nunca se atrevía a sacar. Y en la seguridad de sus pensamientos, metida en ese mar de dudas, camuflada por su imagen de la mujer ideal y la Madre perfecta, descubría muchas cosas de ella misma y de su naturaleza sumisa.

Entre sus pensamientos volteaba a ver en repetidas ocasiones a su móvil, poco a poco se iba doblegando a su oscuro ser, a esa sensación sumisa que estaba comenzando a crecer dentro de ella. Me fui a la sala y encendí el televisor, sabía que Mamá no aguantaría más y trataría de llamar al viejo, esa sensación extraña la estaba consumiendo por dentro. Con el receptor en uno de mis oídos escuché cuando mi Mamá se adentró en una de las esquinas de la cocina para marcarle. Con la voz apenas audible le comentó:

-‘‘Do, Don Mario ..lo haré ’’. ¡TOMALA!! Mi Madre volvía a ‘‘sucumbir a los caprichos del viejo’’

-‘‘¡Je, je, je!.. Lo sabía, ere una Perrita muy Putica, ..no puede negá a tus instintos ¡Je, je!..’’

-‘‘¿Qué, qué quiere que haga? ..’’

-‘‘Bien Perrita, así me gusta, que le haga caso a tus instintos. Quiero que vaya a tu habitaciong y que te ponga las má chiquitas ropitas que tenga. Bien corticas para que enseñe tu cositas que dios te dio ¡Je je je!.. Quiero que te ponga las braguitas más pequeñita que tenga, sin sujetadó claro está. Cuando esté cambiada, maquíllate mucho, demasiao, quiero que parezca la Puta en la que te va a convelti. Cuando esté lista coge tu coche y te marchas al centro comerciá que quiera, tú eliges. Cuando esté en el coche, antes de empezá a conducí, quiero que te quite las braguitas. Súbete el vestido, quiero que note el asiento de tu coche directamente sobre tu culito. Cada vez que pueda, quiero que te toques los pezones levemente por encima de tu blusa, que abras las piernitas y que notes cómo se va mojando tu chochita en cada semáforo ¡Je je je!..’’

-‘‘¡Uff! estoy sudando .. Ok, le aviso en cuando salga ’’. Dijo decidida Mamá y salió de prisa hacía su habitación.

Desgraciado viejo cómo se le ocurría pedirle eso a mi Madre, ahora entienden porque lo odiaba tanto, se creía ya dueño de ella, y el cinismo de Mamá en responderle que le avisaba en cuanto saliera la muy descarada, no cabe duda de que esto me molestaba demasiado, mendigo viejo asqueroso lo odiaba ya más que a Fernando.

Mi Madre colgó y subió a su habitación sin decir nada, era claro, lo iba hacer aún en contra de sus principios, la espectacular Mónica de Tapia sería nuevamente el jueguito de un viejo pervertido. Yo también subí corriendo a mi habitación, aunque molesto por su comportamiento tenía curiosidad de ver que era lo que se pondría. Encendí mi ordenador nuevamente y me dispuse a observar cómo se preparaba mi Madre. Cuando lo hice aun se encontraba encerrada en el servicio, terminando de arreglarse. Lo que sucedió a continuación se me hizo muy sospechoso. Creo que se colocó un tinte en el cabello, ya que la observé con un plástico en la cabeza. Se dio rápidamente un baño, cuando salió y se secó, sacó una cajita muy sospechosa de abajo de su cómoda. En ella había un juego de pantaletas y sostén, pero este último lo descartó por mandato del viejo. Las pantaletas eran negras y tan delgadas que cuando se las colocó se podía ver el inicio de sus dorados vellos por encima de su chocho y también los labios del mismo, como comprobé cuando se sentó a ponerse las medias.

Enseguida observó el reloj de su cómoda y se apresuró a vestirse, tomó un par de prendas que ya había elegido con anterioridad y se volvió a meter a su baño. Pero una vez que salió de la sala de baño, la imagen de ella hubiera dejado boquiabierto a cualquier simple mortal que hubiera presenciado la imagen de tan encantadora hembra. Cómo lo imaginé, el resultado era espectacular, traía una cortísima falda con abertura aun costado que a duras penas lograba cubrirle las nalgas, y con esas pantis, que parecía que ya ni le quedaban ya que le quedaban bastante ceñidas a sus piernas y a su entrepierna. De hecho, con la falda y esas minúsculas pantaletas tenía una pinta de fulana increíble, y arriba ni que decir, se había colocado un tipo corsé negro con los pechos casi desbordados, el escote era tan tremendo que mostraba todas sus tetas casi con aureolas incluidas, con el trasero muy marcado y la costura de las pantaletas totalmente clavada en la raja del chocho, que cuál quiera que la viera pudiera jurar que no llevaba bragas debajo de la cortísima prenda. Por un momento pensé que, ...¡esperen!, esperen, ahora que la veo ¡Mamá traía unas mini-bragas de la CEO de Yojimoto Group!. No lo podía entender, ella sabía perfectamente que esas bragas tenían un aditivo hormonal que hacía despertar increíblemente su deseo sexual. ¿No se atrevería a salir con esas bragas?, ¿o sí?, no sería capaz, la última vez que había usado una prenda cómo esa había terminado sin conocimiento en la sala de juntas de la Empresa. ¿Hasta dónde llegaría el límite de sus calenturas?, no cabe duda que ese viejo desgraciado me la estaba perdiendo para siempre.

Tras un rato recreándose con lo que veía reflejado en el espejo, buscó por ultimo para acompañar su sugerente atuendo que más parecía un disfraz de vampira sexy que un atuendo. Encontró unos extravagantes tacones de aguja de 3 pulgadas anudados a sus tobillos por una cinta. Unas medias de red sostenidas con ligero se perdían bajo la minúscula minifalda que junto con ese exuberante corsé que para serles sincero favorecía los increíbles pechos de mi Mamy de la mejor manera. Mientras la observaba por el monitor, noté que tenía durísima la verga, pero no era por estar viéndola vestir, si no el morbo de verla mostrándose con esas prendas delante de todos. No podía entender porque me excitaba verla vestida como fulana mientras se preparaba para probablemente ir a mostrarse ante todo el mundo.

Como les había mencionado Mamá se había preocupado de darle tinte a su cabello, pero extrañamente no de rubio, si no de su color natural, mi Mamy se había colocado un tono rojizo oscuro que junto a la vestimenta le daba una imagen de mujer fatal que ya quisieran varias actricitas de Hollywood. Se maquilló como si fuera a salir de noche, aunque ni lo ocupara ya que como les había mencionado en alguna ocasión mi Mamy era de ese tipo de hembras que no se encuentran en cualquier lado, ni lo necesita. Antes de tomar su bolso y bajar se detuvo frente al espejo para ver su obra, la faldita era tan delgada y tan ceñía que se ajustaba a la perfección en su delineado cuerpo, resaltando en demasía las marcadas curvas que se pronunciaban desde su esbelta cintura hacia la amplitud de sus caderas, que aunado a la tremenda abertura a su costado, dejaba a la vista todo su torneado y tonificado muslo. Se reacomodó el corsé girándolo un poco hacía arriba, haciendo con esto que sus desbordadas tetas quedaran más expuestas todavía.

Antes de que ella saliera, me adelanté, apagué todo y volví a la sala cómo niño bueno, quería ver su reacción al verla vestida de esa forma. Ahí estaba yo, el pequeño Pedrito en el salón de la casa viendo televisión, cuando en eso escuché acercarse el taconeo de mi Madre que venía bajando los escalones. Ya sabía cómo venía vestida pero me tenía que hacer el sorprendido para no levantar sospechas. Al verla bajar tuve la intención de escandalizarse, pero me contuve, en realidad debía reconocer que mi Mamy era perfecta, por lo que fue a su encuentro y me quedé esperándola al final de la escalera.

Pero cuando la vi frente a frente, mi impresión fue mayor, Mamá venía espectacularmente sexy y maquillada cómo si saliera para ocasión especial. La miré de abajo a arriba, zapatos con tacón casi imposible, medias negras de malla, esa mini pero mini-falda negra, que por la tremenda abertura dejaba entrever dónde acababan las medias, sujetas por el liguero claro está. Viéndola de frente no podía ni mirarla a los ojos, con ese tremendo corsé tan bajo que casi podía ver cómo sobresalía un poco la aureola de los pezones, que a su vez seguramente por la sensación de estar tan sexy seguro que ya los tendría muy bien marcados en otro tipo de tela. Complementado ese vestuario con maquillaje de acorde con la vestimenta, aretes, collar en forma de corazón, pulseras y anillos de tipo. Para acabar se adjuntaba a todo eso una tipo capa negra ligera del mismo material que la falda, supongo que para tapar un poco el escote al ir por la calle y un bolsito de esos diminutos que siempre llevan las mujeres, de esos que valen una fortuna y que simplemente puedes llevar un par de cosas ( seguramente su móvil y cartera o quizás su lápiz labial o algún otro cosmético ).

-‘‘¡MAMÁ!!! ’’. Dije realmente sorprendido.

-‘‘Ni me digas nada mi amor, ..es idea de Betty. Quiere que haga algunas fotos un tanto sexys para un catalogo de modas. No te digo más porque no lo entenderías ’’. Y se dirigió a la puerta caminando como en pasarela.

Qué bien la tenía planeada mi Mamá, seguramente ya había estado pensando en este momento mientras se cambiaba. Cuando me dio la espalda mi sorpresa fue mayor, sus prominentes nalgas se dibujaban claramente sobre la tela de su finísima falda, que al llevar las mini bragas esas, sus pompotas se tragan también la tela.

-‘‘¿Te pintaste el pelo? ’’. Le pregunté sorprendido, ya que ella no solía usar su color natural.

-‘‘¿Te gusta?, ..hoy pienso darle un pequeño giro a mi vida ¡Ji ji ji!..’’ Y se giró agitando su nueva cabellera, aunque al momento del giró su pequeña falda tomó aire y por poco le muestra en primer plano a su hijito sus diminutas pantaletas.

-‘‘¡Pero Mamá!, ..tu falda es demasiado corta. Se te ve mucho ’’. Le dije para que reflexionara un poco y que se la cambiara.

-‘‘Ya lo sé, mi amor, ..pero cómo te digo, son para unas fotos. Mira, te dejo dinero para que encargues una pizza o lo que quieras, ..yo voy a regresar en cuanto acabe la sesión. Pórtate bien y no salgas de la casa, ¿ok mi amor?, ..tú Mami regresará pronto ’’.

-‘‘Mami, pero....’’ No me dejó ni terminar.

-‘‘Me voy, mi amor ..voy retrasadísima. Te quiero mucho, vale ..¡Muacckkkk!!! No salgas de la casa ’’.

Era claro que Mamá estaba totalmente decidida y quería acabar con este momento lo más rápido posible, le costaba mucho trabajo estar vestida así frente a su pequeño hijo de 12 años así que sin más se dirigió a la puerta y se encaminó su destino, un viaje lleno de morbo y ‘‘nuevas sensaciones’’. Pero antes, se detiene unos segundos en la puerta de la casa antes de salir, sabía perfectamente que al salir por esa puerta no habría retorno, se miró en el espejo de la entrada y se preparó para esta nueva aventura, hacer el encargo del maldito viejo.

Estaba nerviosa. Excitada. Nunca había salido de la casa con ese tipo de escote, a pesar de que su pecho aún es firme, de catalogo diría yo. Se reacomodó un poco la tipo capa que usó para cubrirse un poco, así disimulaba un poco más su pecho, pero el detalle de las medias no se podía disimular. Su aspecto era por demás provocador. Trató de cerrar su tipo gabardina fina por encima para disimular sus pechos y salió de casa. Afortunadamente el día era primaveral, salió lo más rápido posible para no encontrarse ante la mirada de algún vecino o lo peor su peor enemiga la Sra. Mati, imaginen las habladurías si la vieran vestida de esa forma.

Desafortunadamente para ella no tuvo suerte, y cuando se dirigía hacia el garage para subirse a su camioneta sin querer coincide con Don Paco, nuestro vecino, el viejo jubilado de nuestro patio trasero, el que días antes había estado husmeando por la ventana y el día de ayer casi la encuentra revolcándose con el Portero. Se la comió literalmente con los ojos. Se quedó mirando sus tetas cómo hipnotizado y ella para romper el silencio le dijo algo sobre el calor que hacía. Que el viejo ni le respondió, se le caía la baba. Muy ruborizada y sintiendo un millar de miradas logró subir a su camioneta. Una vez en ella se retocó los labios con un rojo pasión y los ojos como si fuera a salir de fiesta por la noche. Tomó su celular y marcó, yo estaba al tanto de todos sus movimientos por la ventana.

-‘‘Don Mario, ..ya, ya voy para allá ’’. Se escuchaba bastante nerviosa.

-‘‘¡Je, je, je!.. ¿Ya te quitaste las bragas cómo te dije? ’’.

-‘‘Las coloqué sobre el asiento, ..¡Ah! Don Mario por dios, ..esto es un error ¡Ah! ’’. Dijo rápidamente.

¡Maldición!, porque no coloqué una cámara en la camioneta de mi Madre, creo que esa será mi próxima misión. Yo miraba solo el torso de mi Madre hablando por teléfono, pero no podía ver qué era lo que hacía dentro de su camioneta, con mi auricular bien colocado seguí escuchando:

-‘‘Mira Güerita, ..lo que tu extraña es vestilte sexy, que los hombres volteen a velte, que te admiren que te digan cosas por la calle, que te exhibas, que vean que no traes ropa interior, que puedan vé tu chochita rasuraa, que te cojan en lugares donde la adrenalina te sube al 100, te puedo apostá que con esta platica ahora mismo está mojada y excitada ’’.

Mi Madre no respondió. Se puso colorada.

-‘‘Cuando llegue al centro comercia, justo antes de baja del coche, me haces otra llamadita. Te daré las próxima instruccione para que no te olvide, ¡Je je je!.. Chao Perrita, no olvide de estalte rascando la panochita en cada semáforo ¡Je, je, je!..’’

Mamá colgó y dio reversa a la camioneta para salir de la casa, de inmediato salí tras ella, sabía que no iría al centro comercial que más frecuentaba, era lógico podría encontrase con alguien que la reconociera, así que seguramente iría al centro comercial del este, el más alejado de nuestra casa. Tomé un capuchón que nunca usaba y una gorra para que Mamá no me reconociera. Ya listo mi atuendo y con mi receptor y auricular colocado en mi oído fui en busca de mi exhibicionista Mamy. Salí corriendo hacía una de las paradas de taxis de la zona y tomé uno, solo esperaba que mi Madre hubiera pensado lo mismo que yo.

.....

30 minutos más tarde ya estaba situado en la zona, estaba muy muy nervioso, ya que si mi Madre me encontraba antes que yo esto se acababa y tendría que darle una muy complicada explicación de mi presencia aquí en el centro, así que crucé mis deditos y me adentré entré los locales tratando de localizarla primero. Sólo al entrar me coloqué más o menos en la zona que creía dónde pudiera andar mi Madre, de todas formas tenía mi auricular listo por si ella recibía o hacía una llamada. Al cabo de 15 minutos detecté su señal, era su móvil, que suerte tenía, había pensado al igual que mi Mamy. Los podía escuchar pero no la podía ver, no sabía dónde andaba mi Madre.

-‘‘¿Ya ha llegado mi Perrita? ’’. Escuché que decía.

-‘‘... Si, si Don Mario ya estoy aquí ’’. Se escuchaba bastante nerviosa.

-‘‘Cuéntame, ..¿está excitada?, ..¿te ha mojado?, ..¿tiene los pezoncitos duros? ’’. Le hacía una serie de preguntas para excitarla.

-‘‘No lo sé Don Mario, ..realmente ciento una sensación extraña. Estoy muy mojada, pero también tengo miedo ’’.

-‘‘Naa de Don Mario, ..ahora soy tu Amo mi cachorrita. Tu sabe que no te puedo obligar a naa, ..ere dueña de tus acto, esto sólo eh un juego muy excitante. Se trata de que tú solita sepa lo caliente que está, ..nadie tiene polque enterarse ’’.

-‘‘Bien, ..dígame que tengo que hacer ahora ’’.

-‘‘Camina un poco, ..nota cómo todos los hombre te mira. Camina con sensualidá, ..siente tus braguita cómo se empapan en tus propios jugos ’’. Le decía el maldito morboso.

Mientras los escuchaba trataba de buscarla por todos los sitios, estaba muy nervioso pero me excitaba el morbo de pensar en cómo andaría mi Madre luciendo su cuerpazo para todos. Mientras caminaba escuche murmurar unos tipos:

-‘‘¡Viste esa vieja! ’’. Le preguntaba al otro.

-‘‘¡Como no la voy a ver, si esta rebuenota! ..tiene unas piernotas la muy Puta. ¿Le viste la tetas? ..¡casi se le botaban los pezones! ’’. Le respondía al otro más emocionado.

-‘‘Dejate de las pinches tetas, ¡el culón que se carga!, ..apenas logra taparlo con esa faldita ’’.

-‘‘¿Será una Puta? ..’’ Dejando la pregunta en el aire.

-‘‘¡Desde luego!, ..no creo que su Marido la deje salir así a la calle ¡Ja ja ja ja!..’’

-‘‘¿Sería bueno preguntarle la tarifa, no? ’’.

-‘‘¡Con una vieja de esas no salgo de mi cuatro en semanas! ’’.

-‘‘¡Je, je, je, je!..’’ Terminaron en una unisonora carcajada.

Con lo sorprendidos que los había observado y con lo que habían hablado esos tipos me decía que sin lugar a dudas mi Mamy andaba cerca, ¿pero donde?, tenía que tener mucho cuidado para que ella no me encontrara primero. Subí las escaleras eléctricas y me situé en la segunda planta, desde ahí traté de divisarla. No me fue muy difícil ya que una hembra cómo ella no era complicado dar con su posición. Nada más al voltear hacía abajo, me di cuenta de que Mamá atraía más la atención que los llamativos escaparates. Me era fácil advertir la mirada de admiración de los hombres y cómo de envidia de la concurrencia femenina, aunque también advertí algunas miradas felinas de algunas chicas que clavaban los ojos en su cuerpo al cruzar con ella por los pasillos.

Mamá se había colocado sus gafas de sol para poder esconder un poco su vergüenza. Los hombres se giraban descaradamente cuando ella pasaba a su lado que en algunas ocasiones su acompañante se vio obligada a reprenderlo con un severo codazo. Subió por las escaleras mecánicas y un chico que iba detrás de ella se llevó una buena panorámica de sus muslos y de su bien formado trasero apenas cubierto, el tipo casi se le desorbitan los ojos al voltear hacía arriba y divisar tremendo panorama. Era obvio que Mamá se daba cuenta de ello, pero lo disimulaba y se ruborizaba de las mejillas. Todos la miraban y ella no podía evitar calentarse, se sentía sumamente atractiva, deseada por todos. Poco a poco fue perdiendo el miedo, incluso juntó disimuladamente sus piernas para sentir algún efecto de presión sobre su sexo. Luego bajó por unas escaleras que están al aire y que, a los que están debajo les permite ver todo lo que hay bajo las faldas. Solo había un chiquillo como de mi edad, que miró hacia arriba y aunque no ocupabas ser muy observador seguro que el chamaco ese no olvidara esa visión por resto de su vida.

Pues si les digo que no estaba excitado les estoy mintiendo, no pude evitar sentir palpitar mi pene entre mis pantalones, el jueguito morboso ese que estaban haciendo mi Mamá y el viejo me hacía sentirme raro, era muy excitante ver a Mamá mostrándose ante tantas personas con esa faldita y ese tremendo corsé que dejaba casi libres sus tetas. Ella se sentía el centro de todas las miradas y por momentos me parecía ver a una fulana buscando clientes, enseñando el material para aquel que quisiera comprarlo. El hecho de exhibirse ante desconocidos le estaba dando un gustito que comenzaba a reflejarse en forma de cosquilleo en su vagina, que sumado a las genéricas pantaletas de la corporación Yojimoto, era cómo si toda su piel se hubiera convertido en una zona erógena.

Una sensación nueva se apoderó de sus piernas y pezones, en realidad de toda su piel, Mamá que se caracterizaba por su porte y su belleza, ahora se exponía cómo una Puta en todo el centro comercial, sin ya resquicio de pudor, tal parecía que ya le había agarrado gustito a esto. Por momentos me llegan las dudas y las preguntas, ¿que a caso esta sería mi nueva Madre de aquí en adelante?, ¿enseñándole el culo todo el mundo?. La vi volver a tomar su móvil, era claro que el viejo la seguía llamando, seguramente se excitaba con los relatos que le contaba mi Madre:

-‘‘¿Como vá mi Perrita?, ..dígame cómo se siente ’’.

-‘‘Dios mío, ¡Ah! ..siento cómo me tiemblan las piernas ’’.

-‘‘Vé cómo te miran todos, ..te desean, quieren llevalte a la cama. Desean arrancalte la ropa y penetlarte hasta dejalte muelta, ..¿los miras? ’’.

-‘‘¡Ah! sii, ..todos me desean mi Amo ’’.

En eso un viejo discapacitado se acercó a ella para pedirle dinero, cosa que a Don Mario no le pasó desapercibido.

-‘‘Que pasa? ..’’

-‘‘Es, es solo un malviviente, que quería una limosna, ..pero ya lo mandé al carajo ’’.

-‘‘Muy mal mi Perrita, ..¿llevas contigo la caltera? ’’.

-‘‘... si, ..po,porqué lo pregunta ’’.

-‘‘Suelta tu calterita, suéltala ahora, ¡hazlo ya! ’’.

Mamá abrió su bolso y sacó su cartera, obedeció.

-‘‘Recógela y que te vea ’’.

Ella sabía que si lo hacía su tremenda faldita se le subiría hasta media nalga, pero en estos momentos ya no importaba nada, ni su pudor ni sus principios morales, solo obedecer al viejo. Miró a su alrededor, para ver que nadie mirara solo el limosnero y fingió un pequeño calambre a la hora de agacharse, dio un pequeño gritito para que el mendigo ese se diera la vuelta, y una vez que captó su atención pudo dejarle a la vista su chochito apretujado y apenas cubierto por sus minipantelas, además de sus cachetes divididos por una diminuta tira que se perdía entre ellos. El pordiosero se quedó en shock, jamás en su vida había visto tal panorama, las infinitas piernas de mi Madre y su espectacular trasero en popa en todo su esplendor. El tipo todo tonto por tremendo panorama se acercó enseguida a ayudarle, nervioso le ayudó a ponerse de pie y le bajó la falda por el muslo.. ( yo esperaba que aprovechara la situación y le metiera mano o algo o que la tocara, pero nada. Mientras mi Madre se hacía que se limpiaba pudo apreciar en primera plana, su paquetón abultado. Le dio las gracias por ayudarla y después de darle un billete siguió su camino.

-‘‘¡Je je je!.. Muy bien mi Perrita, ..¿te miró? ’’.

-‘‘¡Uff!, ..todito, ¡Ah!, hasta me temblaron todas las piernas, ..esta faldita se me subió casi toda ’’.

-‘‘¡Je je je!.. Déjatela así, eh mejo así, la gente puede apreciá mejor tu culo de Perra. Sigue caminando ’’.

La verdad que el viejo me tenía intrigado, hasta llegue a pensar que también estaba aquí y le ordenaba a distancia. Yo volteé para todos lados para ver si lograba localizarlo, pero solo me di cuenta de que estaba improvisando, era cómo si él pudiera pronosticar lo que estaba sucediendo. Mi Madre se encontraba roja y transpiraba, trataba de caminar normalmente pero no podía, con las ajustadas medias y con esos tremendos tacones a duras penas podía dar los pasos. Se sentía tan caliente que no veía ni escuchaba a las personas a su alrededor, ni que le decían de porquerías, sólo tenía oídos para él. De pronto fue cómo si una sensación se apoderó de su trasero, exactamente en el centro de su trasero, Mamá empezó a mover el culo de manera tan sensual, de una manera que nunca antes le había visto, debía de sentir una sensación indescriptible, que la conectaba con su clítoris, era como si estuviera a punto de tener un orgasmo, ¡en pleno Centro comercial!.

-‘‘Continua mi Perrita, ..muestlate, siente cómo todos te miran el culo y las tetonas. ¿Que siente al andá vestida de Putita en la vía pública a plena lú del día? ’’.

-‘‘E,estoy muy excitada mi Amo ¡Ah! ’’.

-‘‘Si, claro que si, ..¿te encanta que te vean el culo?, ¿te encanta que todo el mundo se entere de lo Puta que ere?, ¿te encanta mojá el calzón en la calle?, sentí cómo te chorrea la chocha, que se te mojen la pielnas desde la concha y lo muslos hasta los tobillos, ..que te resbale y que se te salga por la chocha por la palte de adentro de tu muslos hasta la rodillas y que de allí se te recorra por tu pantorrilla hasta tus tobillos, sí, cómo te gusta, si ’’. Le decía el pervertido, aumentando la excitación de mi Madre.

-‘‘... si, ¡Ah! me gusta. Es una sensación nueva ’’. Le decía mi Madre ya con la voz entre cortada.

-‘‘Ere una zorra reprimida, ..¡muestrate! que te vea bien las tetas, abre la pielnas, saca todo el culo, que todo el mundo te vea vestida de zorra y chorreando la pantaletas ’’.

-‘‘¡Ah!, mi Amo no siga por favor ¡Ah! ’’.

-‘‘Está prácticamente con el culo al aire y abielta de pata en la calle, ..¿siente la brisa que te acaricia el culo, la concha y lo muslos? ’’.

-‘‘¡Ah! sii, si la siento ’’. Los músculos se le pusieron tensos, se le agarrotaron, los muslos parecían querer flaquear, tanta era la tensión que se llevó la mano libre al abdomen. ¡Oh por dios, mi Madre estaba a punto de tener un orgasmo en pleno centro comercial!.

-‘‘¡Siéntate zorra!, ..ahora busca una cafetería ¡Je je je!.. Eh hora del siguiente paso ’’.

Yo me quedé de piedra, ¿sería capaz mi Madre de hacer todo lo que le decía?.

-‘‘¡Señora, Señorita!, ..¿se siente usted bien? ’’. Le dijo un viejito que pasaba a su lado.

-‘‘¡Está teniendo un orgasmo cochina Puta! ’’. Le dijo la voz en el teléfono.

Mi Madre estaba respirando aceleradamente, se reclinó un poco y se apoyó en una de las bancas de descanso. Cualquiera que le viera diría que estaba enferma, se encontraba muy sonrojada.

-‘‘¿Señora?, ..¿se encuentra bien? ’’. Insistió el viejito.

-‘‘Ehh, sí, lo siento, solo es que, ..sólo déjeme tranquila ’’. Le respondió y se derrumbé en el asiento, todavía mantenía el teléfono en su oreja.

-‘‘Eso eh Puta, ..aprieta la pielnas, tócate. Siente lo Puta que ta ha vuelto ’’.

Mi Madre sabía que cualquier simple rose que tuviera en su entrepierna en estos momentos sería catastrófico, sería imposible para ella disimular su orgasmo, trató de calmarse y respirar hondo. Después de un par de minutos para reponerse, se levanta. Yo la observaba desde una posición bastante alejada, ( detrás de una gran maseta situada enfrente de una cafetería ). Una vez la vi llegar, rápidamente me fui acercando para poderla observar mejor. Solo había dos mesas ocupadas. En una de ellas, un par de chicos tomaban un batido de chocolate mientras jugaban con sus móviles. En la otra había un matrimonio con niños. Ella se colocó cerca de la mesa de los tipos. Se situó frente a ellos con las gafas de sol puestas. La falda apenas le cubría, ya que además, al sentarse se le había subido una barbaridad que sumado a la terrible abertura, mi Madre ya no hallaba como taparse las piernas, estaba seguro que podía notar el frío de la silla de metal sobre sus prominentes nalgas y evidentemente, quizás hasta sentir con toda claridad el rose del viento en la hilera de pelitos en línea recta que sobresalía de sus diminutas bragas que había elegido para esta ocasión, el resto lo tenía depilado y no dejaba lugar a la imaginación.

No tuvo que llamar su atención, ya que desde que había subido a la segunda planta no le habían quitado el ojo y se reían entre ellos dándose pequeños codazos el uno al otro. En seguida los tuvo pendientes de todos sus movimientos, y al parecer ella no pensaba defraudarlos. Cruzó las piernas de una manera por demás sexy y luego las descruzaba lentamente, dejando que, durante esos segundos vieran claramente cómo relucían sus mini bragas negras bien enterraditas en su chocho, que a esas alturas ya las tenía bastante humedecidas diría yo.

Mientras pedía su orden, Mamá se hacía la despistada, tras las gafas los veía cómo se quedaban boquiabiertos ante lo que estaba viendo. Hasta habían dejado de reír y ahora se miraban el uno al otro algo nerviosos. Era claro que no estaban acostumbrados a ver a una despampanante pelirroja enseñándoles el chocho tan claramente cómo ella se lo había estado enseñado. Desde mi posición podía ver como el pecho casi se le desbordaba del corsé, estaba sofocada de la excitación, hasta parecía que sus pechos pugnaban por romper la tela. Nuevamente escuchó su celular, era el viejo y contestó:

-‘‘¿Como la está pasando mi Perrita?, ..¿sigue caliente? Dígame dónde se encuentra ’’.

-‘‘Estoy en una cafetería Amo, ..hay unos chicos delante de mí y no dejan de mirarme ’’.

-‘‘¡Je je je!.. Muy bien, Perrita ..abre un poco la pielnas, que te vean ’’.

Una vez que su café llegó, Mama tomó un sorbo de la taza y mientras leía el periódico se propuso hacer lo que le pedía el viejo. Se sentía dominada por su propia excitación y era su Amo el que se lo ordenaba. Moviendo sus caderas ligeramente hacía abajo, se situó con las piernas entreabiertas, dejando que el aire penetrara en el hueco de la minifalda y enfriara los jugos que en ese momento comenzaban a caldear toda la zona de los labios vaginales. Mi Madre mantuvo aquella posición durante casi un minuto, expuesta a aquellos dos tipos que permanecían quietos mirándola descaradamente. Pensó que ya era suficiente. La silla de metal estaba ligeramente mojada a causa del flujo provocado por su excitación, ella lo sentía y más se excitaba.

-‘‘¡Ah! .. Me están mirando la entrepierna Amo, ..¡Ah!, no dejan de mirarme ’’. Decía Mamá mientras respondía el celular y los observaba detrás de sus gafas negras.

-‘‘Déjalos, ..que se lleven grabada tu chochita pá que se mastulben en casa ¡Je je je!.. Ahora quítate la gabaldina, ..que te vean con libeltad las tetas ’’.

Ella, tras dejar el móvil sobre la mesa, se reincorporó y se abrió la gabardina tipo capa que portaba. Estaba casi sola la terraza, tan solo pasaban algunas personas de vez en cuando por delante, en el interior de la cafetería tan sólo había una chica, bastante atareada con las primeras horas de la jornada. Cuando se encontró segura, se levantó ligeramente y con movimientos suaves y precisos deslizó su gabardina por su espalda mostrando sus bien delineados hombros y por su puesto su espectacular par de senos apretujados dentro del corsé, los tipos casi se les salen los ojos, mi Mamy sin ningún pudor y como si nada volvió a tomar su móvil.

-‘‘Muy bien Perrita, casi puedo ve cómo los has dejado impresionado ¡Je je je!..’’ Ella, sonrió, movió la cabeza en señal de asentimiento.

-‘‘Te siente excitada?, ..nota cómo se va mojando má tu chochito de Perrita Puta? ¿Nota cómo se van poniendo má duro tu pezoncitos, he, lo nota? ’’.

Ella solo volvió a asentir con la cabeza, cómo si el viejo estuviera ahí con ella. Justo en ese momento, la chica de la cafetería salió a ver si quería tomar alguna cosa más, cuando la vio la chica casi se quedó paralizada, debió de pensar que se trataba de una Prostituta o una mujer de la calle, pero a Mamá pareció no importarle, volvió a pedir otro café con su mejor sonrisa.

-‘‘Bien, ahora resbálate de tu asiento pá que la tanga se te retaque en tu jugosa chochita, ..quiero que empiece a contraé y relajá tu chochito y tu culito. Contráelo durante tré segundos seguidos, y descansa otros tré, si pasa algún chico, lo mira y le sonríe. Te marcaré en un momento ’’.

Los tipos ya no hallaban como calmar su inquietud, se movían y se movían de su silla mientras le admiraban sus lindas piernas envueltas en las medias de red y la generosa porción de sus tetas apretujadas en el corsé, primero lo hicieron disimuladamente y después más descaradamente al notar que ella no hacía nada por cubrirse. Mamá ya se notaba bastante excitada, respiró hondo, miró hacia ambos lados de la terraza y empezó a deslizarse de la silla hacía abajo, de tal manera que sus mini bragas al tensionarse con su peso quedaran bien encajas en su chocho, ¡tipo cameltoe!. Y para más descaro abrió un poco sus hermosos muslos haciendo que los tipos notaran de inmediato como se le habían enterrado las bragas, apuesto que hasta alcanzaron a ver su húmeda vagina casi con toda claridad. Esto hizo que a los dos se les parara la verga, la cual se comenzaron acariciar sobre los pantalones tratando de disimularlo.

Enseguida empezó a contraer sus orificios y a relajarlos tal y cómo le había dicho el viejo. En ese momento salió la camarera con su bandeja y le sirvió el café, creo que sin percatarse de nada, aunque sí que notó algo raro en las mejillas de mi Madre.

-‘‘Como me gusta que sea mi Perrita obediente ¡Je je je!..’’ Se reía el viejo a distancia.

Mamá ahora sí que estaba caliente cómo una Perra, mojada, muy mojada, sus piernas temblorosas no podían parar de moverse, instintivamente llevó una de sus manos hacia sus pechos que estaban a punto de romper su escote. Notaba su tanga enterrada entre sus labios vaginales al mismo tiempo que la gente no paraba de deambular frente a ella, era una experiencia que nunca había vivido, podía ser descubierta en cualquier momento, y no sabía lo que podría ocurrir. ...


Bueno Amigos, aquí le paramos porque esto ya se hizo demasiado largo, no suelo recortar los relatos así pero ahora sí que se me fue la mano, además sirve que no los aburro demasiado. Espero que lo hayan disfrutado tanto como a mí escribirlo, espero sus comentarios y deseo ahora terminarlo a tiempo, se que uno de mis lemas es Continuara brevemente, pero como pueden darse cuenta mis relatos son demasiado largos, si por mí fuera yo publicaría cada semana, pero de qué sirve colocar relatos de 10 minutos como otros lo hacen, mis relatos son muy largos pero también muy placenteros y siempre trato de meter una historia bien explicita en cada Capítulo, espero estarlo logrando. Muchas gracias a todos lo que me mandaron su apoyo, la verdad no pongo fecha de publicación porque nunca la cumplo ¡Ja ja!.. Sé que muchos se enojaran y dirán que soy un desconsiderado, pero es que en ocasiones se me hace casi imposible sentarme a escribir, los que han escrito me enteran, con dos días que dejes de escribir se te va la secuencia y las palabras no fluyen al mismo ritmo, recuerden que no soy escrito, soy simplemente un chiquillo que goza al igual que ustedes de los relatos. Por cierto a todos aquellos que tengan blogs similar al mío mándenme su dirección, las pondré al final de los relatos para así mis seguidores tengas más relatos que leer. Gracias...

Continuara brevemente.............ATTE Pedrito Tapia.

©MI MADRE Mónica.......... Capitulo (40)
‘‘Nuevas sensaciones.’’

PD.... No se olviden de valorar el relato y escribir su recado para motivarme a contarles más... les mando un cordial saludo....
pedritapia08@hotmail.com.