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domingo, agosto 21, 2011

Capitulo (11)


© MI MADRE Mónica.......... Capitulo (11)

“La Visita inesperada.”


La pobre de Mamá y su amiga se quedaron pálidas al saber que otro tipo aparecía en escena, ellas ya tenían escocidas todas sus partes íntimas de tanto follar, los desgraciados estaban felices en el pasillo platicando como si fuera su casa al recibir una visita cuando la realidad era que tenían secuestradas a dos bellas Señoras y que las habían violado hasta el cansancio. Por mi parte yo ya estaba adolorido de tanto estar encerrado en el closet y no hallaba la hora de que estos desgraciados se marcharan.

- ¡Haber Señoras, este es mi hermano él.. Popeye ¡Jejeje.. Trátenmelo muy bien, mejor.. ya que acaba de llegar de altamar ¡Jejeje..- le presentó el viejo conserje.

El tal “Popeye” era un negro fornido entre los 35 y 40 años que se conservaba muy bien. Medía cómo 1.85 mts y era muy corpulento, con el torso marcado, las piernas y los brazos fuertes. Al parecer pertenecía a la Marina, por las descripciones que decía el Tito de su hermano y el tatuaje de un ancla en su antebrazo izquierdo, a eso el apodo que le acababa de titular.

El tipo se había colocado el pasamontañas del Borre, así que sólo pude observar sus dientes grandes y sus labios gruesos. El Marino lucía un pantalón ajustado mostrando sus firmes glúteos y un tremendo paquete que ya lo quisiera cualquier torero, se quedó viendo a las dos “anfitrionas” con una sonrisa de asombro e incredibilidad. No podía creer que estos desgraciados asquerosos cómo el Borre y el Tito tuvieran en sus manos unas preciosidades cómo Mamá y Beatriz, las cuáles viendo a un nuevo tipo en escena no evitaron la vergüenza y trataron de bajarse las faldas.

- ¿Qué te parece carnal?.. te dije que te tenía una sorpresita, ¡Jejeje..

- Pues deja y veo ..

Al tipo se le fueron los ojos al ver esas dos hembras, en su cochina vida había visto unas mujeres tan hermosas, tan refinadas y apetitosas cómo mi Mamá y su amiga la Sra Montes de Oca.. y es que a pesar de ser brutalmente montadas minutos antes, el cuerpo de mi Madre no perdía su sensualidad, con su piel blanca brillante en sudor y ojos azules, más las facciones de muñequita que a sus casi 37 años aún mantenía, la hacían una madura demasiado hermosa para evitar no poder apreciar.

Y por si esto fuera poco, poseía un par de pechos bien apetecibles y paraditos, con unos pezones rosaditos y deliciosos para ser chupados, sin mencionar la cinturita de avispa bien definida y ese hermoso par de nalgas duritas y bien paradas que resaltaban de toda su belleza.. La hacían ver una hembra bien rica y apetecible para cualquier ser masculino que tuviera la dicha de verla.

Y su amiga ni que decir, a sus 40 años de 1.60, delgada y de apariencia frágil, con piel blanca, pelo negro y ondulado hasta la cintura, caderas anchas a acorde a su cuerpo pequeño, cintura de avispa, con un traserito pequeño pero muy bien formado y unos senos que aunque no concuerdan con su anatomía resaltan a lo lejos, bien formados y firmes. Aparte, súmenle el buen vestir y el porte, hacen de estás dos Señoras ser el circulo de atención de todas las miradas de dónde quiera que se detuvieran, derrochando elegancia y sensualidad a cada paso que fueran.

- ¡Vaya.. ahora si te luciste carnal. ¡Están.. su puta madre, para matarlas todo el día a porongas. ¿Pero cómo le hicieron pendejos.. ustedes no pueden ni levantar a las pirujas?- decía el Marino totalmente incrédulo y anonadado viendo los cuerpos de aquellas sensuales hembras.

- Pues yo no estaré tan galán cómo tú, pero tengo mis encantos ¡Jajaja.. ¡Haber Mamitas..- dijo aplaudiendo.- Cada una preséntense con mi carnal, ¡Ja ja.. Como debe ser.

Las dos se miraron a los ojos como debatiendo cómo reaccionar o que hacer ante este nuevo visitante, la vergüenza se hizo de lado al tener que mostrarse como las putitas que ya se habían hecho creer con estos dos días de encierro.

- Ho-hola.. y-yo soy Mónica.- dijo Mamá con algo de pena.

- Beatriz, ¡Ji ji ji..- respondió la otra con una sonrisa de zorrona.

- ¡Hola, ricuras.. ya nos iremos conociendo mejor, Jea, jea, jea..

- Haber Señoras.. porque no le muestran a Popeye sus verdaderos encantos, ¡Jejeje..- dijo el Borre con una carcajada.

Todos nos quedamos intrigados, ellos voltearon a ver a las dos Señoras y cómo ellas se quedaron pensativas. Como una verdadera putita se levantó Beatriz del piso dónde había quedado, se paró de frente ante el mastodonte bajándose el escote y se empinó hacía delante mostrándole al Marino sus verdaderas razones que poseía.

- ¡Hola.. yo soy la Sra Beatriz de Montes de Oca y esta es mi carta de presentación, ¡Ji ji ji..

- ¡Jea, jea, jea.. Hola, Sra Beatriz.. ¡Pero menudos melones que te cargas mamacita..- le respondió el Marino sorprendido, mirando aquellos tremendos pechos que por el tamaño de Beatriz se mostraban enormes.

Yo me quedé estupefacto, cómo era posible que una Señora cómo Beatriz hiciera tal guarrada, yo conocía a Beatriz desde que era niño y nunca había imaginado verla así, comportándose cómo una ramera, ofreciéndose cómo una vil prostituta a su otro cliente. Pero para colmo, no sólo ella hizo esa guarrada. Entonces Mamá siguiendo el jueguito de su amiga no se dejó quedar atrás, se paró cómo pudo del sillón y haciendo lo mismo que su amiga le dio la espalda y al estar desnuda se abrió las nalgas para que el Marino pudiera observarla perfectamente.

- ¡Hola.. yo soy la Sra Mónica de Tapia y vivo aquí.. esto es para ti “guapo”..

Me quedé en shock, de piedra por el comportamiento de mi progenitora. Las dos jugaban un jueguito de quién iba a resultar más “Puta”, y al parecer ninguna se iba a dejar tan fácil.

- Gracias, Sra Mónica.. ¡Pero que culo tiene esta desgraciada, que bruta, ¡Jea, jea.. ¡Oigan pero no la chingen.. ya las tienen bien tronadas, ¡Miren cómo les han dejado el culo,- decía el Popeye viéndole los agujeros.

- ¡Estas zorritas son unas máquinas de coger.. nos han dejado secos. ¡Bbrruuuuaaa!! Y no se llenan, ¡Jejeje..- decía el Tito sobándose los güevos.

- Pues yo tengo 6 meses en el mar y sin ver estas ricuras.. ¿imaginen cómo traigo los güevos? ¡Jea, jea, jea..

- ¡Pues no se diga más.. haber Señoras, atiendan a mi hermano ¡Jajaja..- les ordenó el Tito cómo si ya fueran de su propiedad.

Mamá y Beatriz ya estaban agotadas, pero por miedo a que las castigaran de nuevo se dirigieron al negro con una sonrisa. Beatriz llevaba la batuta, empezó a sobarle los pectorales y el abdomen con pasión, Mamá la miraba desencajada, no podía creer que su amiga se hubiera descarado tanto.

- ¡Huy Papito.. estás bien rico.- le dijo la muy puta sobándole el paquete por encima del pantalón.

- Tú también Mamita.. estás para comerte enterita ¡Mhmm!!

El Marino con todo el descaro le metió la mano bajo la falda a Beatriz, acariciándole todo el trasero, luego le llegó Mamá por el otro lado haciéndole lo mismo, el desgraciado tenía a las dos bien agarradas de la cola, mientras ellas le sobaban el cuerpo con muchas ganas. Entonces las tomó de la cabeza bajándolas a las dos juntas hasta ponerlas de rodillas.

- Haber, Mamitas.. enséñenme lo que saben hacer, ¡Jea, jea, jea..

Beatriz fue la más ansiosa y rápidamente le bajó el cierre, cómo una niña ansiosa metió su mano dentro de su pantalón de lino color crema, y por lo que encontró ahí dentro parecía que había sentido un animal, ya que cómo asustada sacó la mano rápidamente.


- ¡Oh por dios.. ¡¿qué es esto?!

Dicho eso procedió sin más preámbulos a sacar eso que tanto la asustó del pantalón. El mendigo negro tenía una tranca enorme, dejando en risa a Lexsteele. Las pobre de Mamá y Beatriz pelaron los ojos ante esa maravilla de la naturaleza, era un tremendo garrote oscuro como el chocolate con dos bolas, que digo bolas, bolsas arrugadas colgando.

Su tremendo fierro, bastante duro desde hace rato, cosa que me sorprendía, salto hacia arriba tras el tirón que le pegaron de los calzoncillos, para luego acabar con una erección de algo más de unos noventa grados. Era muy larga, de unos veintiocho centímetros más o menos, no lo sé a ciencia cierta porque la miraba desde mi cámara, pero era tremendamente larga y oscura. El grosor también estaba bastante razonable y el glande lo tenía bastante amoratado e hinchado. El conjunto que formaba la herramienta con el escroto y sus dos aguacates colgando la hacía extremadamente terrorífica.

- ¡SANTO CIELO!!- dijeron las dos al unisonoro, sorprendidas.

Las dos se quedaron estupefactas sin poder reaccionar. De en medio del cuerpo del negro, salía un inmenso PALO o GARROTE que parecían tener vida propia. La tenía completamente negra (claro el tipo era de color) y detrás le colgaban dos inmensas bolas que se movían cuando este caminaba. El mendigo negro la tenía bien grande y gorda, parecía un garrote ancho y largo, con una cabezota morada que brillaba, y muuucho pelo rizado.

- Hasta ahora, no he conocido ninguna puta que se la trague toda ¡Jea, jea, jea.. A ver cómo se comportan ustedes, Mamitas ¡Jea, jea, jea..

Las dos elegantes Señoras se quedaron atónitas, no sabían por dónde empezar, esa tremenda tranca se miraba potentísima, tenía unas enormes venas que palpitaban cómo enredadera por ese mástil. Beatriz fue la primera en moverse, colocó su manita blanca para empezar acariciar tal garrote, su mano se miraba diminuta ante ese portentoso brazo, como si fuera bate de baseball dispuesta a salir a batear.

Ella lo sobó con su mano de la punta hasta el tronco, recorriendo toda la superficie de ese tolete con la palma de su mano. En sus ojos reflejaba asombro y miedo al mismo tiempo. Mamá se dedicó a sobarle las bolas tiernamente, pero con su mirada en ese palo reflejando mucho temor, ya que muy pronto estaría profanando sus más recónditos lugares de su cuerpo.

- La verdad que mi carnal siempre estuvo muy bien dotado, ¡Ja ja ja.. De chiquito le decíamos el tres patas, ¡Ja ja ja..- le decía el conserje a su hermano.

- N-no podemos dejarlo ahí solito, ¿Verdad Mónica? ..

- ¡N-no, claro que no.

Mamá ni siquiera se había parado a pensar. Había contestado sin siquiera darse cuenta de todo lo que había implicado en aquella respuesta. La insinuante voz de su amiga había bastado para convencerla. Lo cierto es que tampoco ella ante las circunstancias hubiera podido negarse. Ya estaban en ese plan, y éste sólo quería coger, sin importar cómo, ni dónde, ni con quién.

Las dos cruzaron miradas y se pusieron de acuerdo. Las dos deseaban lo mismo. Hacerlo gozar y ellas también, como perras. Y si el destino ponía ante ellas esa tranca tan maravillosa como la de ese marinero, pues ya que.

Ambas podría decir que estaban siendo forzadas por ellos y tener mil razones para matarlos. Pero no podían negar la evidencia. Y lo cierto es que este nuevo personaje podría ser la fantasía sexual para cualquier mujer. No sólo con una mujer, con dos; ahora me daba cuenta, y hasta para una mujer como mi Madre, era evidente que semejante ejemplar no debía despreciarse, ni desperdiciarse según pensaban.

A pesar de que aquel par de cerdos les habían dado con gusto y dejarlas satisfechas, más que satisfechas diría yo. Y por mucho que les pesara, preferían tener ese corpulento hombre de ébano entre sus piernas a los horribles cuerpos de esos asquerosos que las habían sometido.

Sin esperar a su amiga, Beatriz se acercó al sujeto. Olvidándose de todo prejuicio, se mostró nuevamente lasciva e insinuante. No era ya la altiva y glamurosa primera dama de nuestra ciudad, era la puta que aquellos habían despertado dentro de sí. Quería provocarle, despertar en él las más bajas pasiones, era un macho, su macho en turno y deseaba saciar en él su necesidad de verga.

Mamá le siguió imitándola. Se fueron acercando a él de rodillas, sin prisas, mostrándose abiertamente y sin quitarle ojo de encima. Querían asegurarse de que eran su centro de atención. De vez en cuando, y siempre sin perderle de vista, le daban besitos tiernos por todos lados para demostrarle lo calientes que estaban. Porque estaban realmente calientes. Se podía notar desde mis cámaras como les ardía el rostro cada vez que le besaban o se acercaban aquel temible falo.

El marino estaba observándolas sin perder detalle. Cada vez que una de ellas se acercaba al inminente falo, tanto mi Madre como su amiga se frotaban la vagina, sus manos aparecían empapadas. Entonces, lo que más me sorprendió si es que algo lo pudiese ser más de todo lo que había visto en estas más de 24 horas, fue observar a Beatriz con la mano embadurnada de sus propios fluidos, llevársela a la boca. ¡Uhmm.. saborear sus propios jugos.

Después mi Madre hizo lo propio con la suya. Aquello las volvió locas. Sus propias esencias se habían convertido el mejor afrodisíaco que se pudieran encontrar. Se excitaban, espoleándose a mostrar impúdicas toda su lascivia delante de aquel negro.

Este estaba en la gloria teniendo a dos hermosas mujeres frente a su grotesca extremidad, giraba su cadera hacía Beatriz y Mamá para que su garrote les golpeara en la cara, haciendo reír a todos los presentes.

- ¡Tome, tome, Señora mala.. y a usted también.- decía el Marino cacheteándolas con su manguera.

- ¡Je je je.. No quisiera estar encerrado en un barco contigo, Popeye.. con esa cosa que tienes, nadie quisiera dormir a tu lado ¡Jejeje..- decía el Borre alentando al nuevo visitante.

- Nunca la he metido hasta los güevos, ¡Jea, jea.. ¿Quién de ustedes tendrá el honor, mamacitas?, ¡Jea jea..

Las pobres se miraban la una a la otra aterradas, incrédulas, no podían creer que un ser humano tuviera una cosa así entre las piernas, muchos creemos que a las mujeres les encantan unos nabos así, pero lo cierto es que las aterran, y en vez de disfrutar sólo las incomoda.

Entonces el negro, tomándolas a ambas por la cabeza acercó sus boquitas a su tranca, las Señoras trataron de juntar la baba suficiente para poder bañar ese brazo. A Beatriz le tocó de frente chocando con ese hongo amoratado e hinchado, a mi Mami le tocó de costado, saboreando las venas y las protuberancias de todo el tronco.

- ¿Una copita, Popeye? ..- le ofreció el Borre sintiéndose dueño ya de nuestra casa y acabándose el licor que mi Padre había añejado.

- Si cómo no.. esto hay que celebrarse, ¡Jea, jea, jea..

Ellas sin olvidarse de su auténtico objetivo, se repegaron a él para continuar chupando arrodilladas. Sin embargo, por más que se esforzaran por mostrarse seductoras, por más que se le insinuaran; no conseguían por demás excitarle. Y eso que no paraban y se esforzaban todo cuanto podían. Y claro, ninguna de las dos se quería dejar. Querían agradar a su macho en turno y para ello debían esforzarse.

Pero el marino se hacía del rogar. Por más que se les ocurrieron nuevas formas de exhibirse, nuevas posturas con las que lucir sus encantos o nuevos modos de mostrar lo salidas que estaban o lo zorras que eran; nada parecía afectarle. Era desesperante para ambas, y sin embargo, ninguna de las dos pensaba en renunciar o darse por vencida, tal era su deseo.

Ambas se emplearon a fondo, usando todo cuanto tenían a su alcance. Manos, bocas, lenguas, tetas y besos por todos rumbos no se quedaron quietas. Se restregaban contra él, lo sopeteaban, lo lamían y le besaban por doquier. Desde los muslos hasta su cadera, no hubo centímetro de su piel oscura que no alcanzaran. Pero él ni se inmutaba simplemente se mantenía quieto con su terrible erección empotrada. Al final el Borre se cansó de aquella pasividad y falta de respuesta, y trató de sonsacarle para ver lo que pasaba.

- Bien ricuras, hicieron lo que pudieron con nuestro amigo, tenemos muy claro la sana intención de coger con él. ¿Verdad?.. No hace falta que lo confirmen, ¡Ja ja ja.. Bien. Pero he de decirles que ahora mismo tienen un pequeño problema.

A ver qué se le ha ocurrido ahora a este cabrón,- fue lo primero que se me vino a la mente. Ya estaba acostumbrado al modo de actuar de ese desgraciado, pero es que no paraba de tener ideas cada vez más denigrantes y degeneradas. El pesado Borre hijo de puta era un maestro de la degradación, y lo que era peor, el más retorcido sujeto que uno pudiera encontrarse en el mundo.

En cada una de sus retorcidas ideas había encontrado el modo de humillarlas al tiempo que les enseñaba nuevos modos de fornicar cada vez más obscenos. No se limitaba a violarla; las rebajaba y abochornaba hasta el límite, demostrando todo su dominio sobre la situación. No conforme con eso, las llevaba por los caminos más repugnantes, escabrosos y pervertidos del sexo obligándolas a practicar cosas cada vez más aberrantes que por alguna extraña razón acababan gustándoles más a estas altivas Señoras de lo que quisieran reconocer. Era un maestro pervirtiendo y ahora tenía a dos con las que experimentar.

Mamá miró de reojo a Beatriz para observar su reacción, estaba desconcertada. Ya conocían al Borre y por lo tanto se imaginaban lo perverso que podría llegar a ser.

- Mira Popeye, Jajaja.. estas dos.. señoras, tienen sus lindos y hambrientos conejitos dispuestos a saciar su hambre. Pero para poner esto más divertido.. no digo que no tengas para las dos, ¡Jeje.. pero deben organizarse bien para evitar enfados, roces o malentendidos.

- ¿Que propones pinche Borre?, ¡Jajaja..- dijo el conserje al imaginar las guarradas de su amigo.

- Por ejemplo. ¿Quién la va a recibir por el culo y quien por la chocha? Para que nadie se queje, y ser lo más justos posible, les propondré una serie de juegos. La ganadora será la que salve el culo. No se preocupen que ninguna se quedará sin su buena ración de camote, ¡Jajaja.. ¿De acuerdo?

- Me parece buena idea, ¡Jea, jea.. Así se esforzaran mucho más.

- Bueno, lo primero, como ya dijimos, si les parece bien, podrían demostrar a nuestro recién llegado amigo, sus dotes haciendo un buen striptease, ¡Jajaja..

- Yo estoy listo, cuando gusten, ¡Jea jea..

Bueno, al menos esta vez no se pudiera decir que fuera algo demasiado pervertido o escabroso, pero al menos era algo que les sería fácil realizar sin ningún problema por su parte. Es más, diría que a Beatriz la idea de bailar y desnudarse delante este nuevo hombre más que disgustarle la divertía.

Sin embargo, Mamá decidió ser la primera que comenzara para demostrarles que no se iba a amilanar ante nada. Así que se presentó siguiendo su nueva fórmula seductora y se disponía a bailar cuando el Borre le pidió a Beatriz que hiciera lo propio. Quería verlas bailar a las dos al mismo tiempo. No me sorprendió, seguro que prefería disfrutar de un espectáculo doble a uno simple repetido dos veces. Ahorraría tiempo y podría comparar sus encantos y habilidades a la vez.

Como había hecho la ves pasada, decidió encender el sonido musical, y comenzaron a bailar al son de una melodía alegre pero algo lenta. Lo cierto es que la música invitaba a bailar y seguir su ritmo les ayudó a desinhibirse ante el negro, vencer los nervios y comenzar con su lúbrico espectáculo.

- ¡Mucha ropa.. mucha ropa..- empezaron a corear.

Pensé que Beatriz pondría alguna queja o se pondría nerviosa con eso de comenzar a desnudarse delante de otro nuevo hombre; no podía estar más equivocado. La miré y me la encontré contoneándose como una puta enfrente de aquel nuevo invitado. La muy zorrona acaparaba toda la atención, pues se acomodaba delante de mi Madre. Pero a su vez Mamá tampoco podía consentirlo. Así que siguiendo el ritmo de la música se adelantó a su amiga y le pasó los pechos al negro por delante de sus narices.

Las muy descaradas comenzaron así una especie de lucha en forma de danza en la que cada una de las dos se esforzaba por acaparar la atención del marino con movimientos sensuales y giros cada vez más descarados y obscenos. Después pensé que al ver la terrible herramienta del negro cualquier mujer haría lo mismo al estar siendo amenazadas a la sodomización.

Beatriz era mucho más atrevida que Mamá, siempre había sido más decidida, pero la mía no podía quedarse atrás. Así que empezó a maquinar un modo de conseguir la atención del marino y conseguir mayor puntaje delante de su amiga. La verdad, es que me di cuenta de que a pesar de la excelente exhibición de la Sra Montes de Oca, el negro seguía los movimientos de mi Madre sin perderse detalle. Eso también lo notó ella, se sintió halagada ante tanta atención, que el sujeto la siguiera mirando a pesar de la distracción constante que suponía Beatriz, decía mucho de su interés hacia la rubia.

Beatriz no podía competir contra mi Madre claro está, pues cualquier mujer perdería, pero tenía otras cualidades, como destreza, sensualidad y belleza como en un frasco pequeño. A pesar de todo, iba ganándole terreno poco a poco. Como se los digo, en muchos aspectos ella era mejor que mi Madre. Así que se vio obligada a poner en práctica una de las locas ideas que se le vinieron a la cabeza en ese momento.

En vez de quitarse cada una la ropa, ella decidió que se la quitaría a mi Madre y está a ella. De este modo compartirían protagonismo. Esto le salió bien, a los tipos no les disgustó la idea y a Mamá la divirtió. Lo cierto es que el modo de comportarse de la Sra Montes de Oca me desconcertaba. Había demasiadas cuestiones que ya no me cuadraban de ella. ¿Qué demonios pensaba ahora Beatriz? sabía que lo estaba haciendo solo para que castigaran a mi Madre, ella no actuaba así, no era su modo de ser. ¿O quizás sí, y ya no lo sabía? ¿Por qué era tan complaciente? ¿Y qué la divertía tanto?

Aunque estaba intrigado por la actitud de la Mamá del fanfarrón, no tenía tiempo para pensar en ello. Lo dejé para más tarde sabiendo que más pronto que tarde lo averiguaría.

Comenzaron a despojarse de la poca o escasa ropa la una a la otra. Beatriz lucía una sonrisa esplendorosa y Mamá le correspondía como se merecía. Lo cierto era que la que perdiera tendría que pagar con su trasero aquella tranca de longitudes inimaginables, no me hacía mucha gracia que mi Madre se estuviera desnudando ante otro extraño para salvar su culito; pero al parecer la actitud de Beatriz la contagió.

Y lo cierto es que Mamá también comenzaba a disfrutar. La música le agradaba y al centrarse en el baile se abstrajo de todo lo demás y de que era una competencia entre ambas. Se olvidó de la terrible situación y sus imposiciones, del abuso de esos miserables y de los recelos de su amiga. Se concentró en lo que tenía que hacer; es decir, bailar y armonizar sus acciones para formar una coreografía sensual y excitante.

Y las cosas no estaban saliendo del todo mal, a pesar de los primeros resultados. El marino y los dos secuaces con su trago en mano se recostaron sobre el sofá, el negro lucía su enorme tolete resaltando de su entrepierna, los otros dos desguanzados solo veían e incitaban a las mujeres a moverse más. El marino comenzó a acariciarse despacio sobre la enorme protuberancia que tenía formada. ¡Y sólo habían comenzado.. O eran muy buenas o estaba más acostumbrado a ir a tugurios donde las mujeres bailan por dinero.

Pero conociéndolo a ese par como los conocía, diría que estaban más divertidos por las degeneradas ideas que bullían en sus retorcidas mentes. A saber en qué diabólicos juegos estaría pensando.

El todo caso es que a pesar de todo, observaba que ante aquella situación, y a pesar de que era una competencia entre ambas por salvar su trasero, literal.. a las dos les estaba afectando más de lo debido. Ya no estaban nerviosas, mucho menos aterradas, sin embargo cada vez que lo miraban y veían lo que aquel se estaba acariciando, se les aceleraba el pulso, se les subían los colores y se sentían más calientes.

Y a pesar de la rabia que sentía Mamá cada vez que su amiga conseguía su atención, de algún modo sabía que aquello era temporal, que en realidad el marinero la prefería a ella. La actitud de mi Madre era desquiciante y contradictoria, pero no lo podía evitar. Y en aquel momento, la poca sensatez que pudiera tener se le iba. Simplemente se dejaba llevar por su propia lujuria. Su impulso carnal de experimentar, de sentir y disfrutar lo que ese fornido macho de ébano pudiera ofrecerle, aunque sabía que si perdía en este reto su estrecho y maltrecho orificio anal lo pagaría, esos pensamientos se imponían a toda lógica o coherencia.

Necesitaba ganar, tenía que enardecer a ese hombre y nada ni nadie, ni siquiera su mejor amiga se lo impediría. Se dejó llevar por su libido desbordado, ya no importaba su sensatez o vergüenza, tenía que actuar siguiendo sus deseos.

Siguiendo los dictados de su intuición, se olvidó del modo de bailar de Beatriz, dejó de imitarla y comenzó a moverse como a ella le gusta. Su amiga era mucho más dinámica, más descarada y vivaracha.. en cambio Mamá le gusta moverse más despacio, y sugerir más que mostrar. Le gusta insinuarse antes de revelar sus verdaderos encantos.

Fue un verdadero acierto, miraba al marino y contemplaba con satisfacción que su mirada no se apartaba de ella. Así mucho más segura y con mayor confianza, comenzó a jugar con su lencería. El sostén, las medias, las zapatillas.. Beatriz la fue siguiendo ahora, aprovechando toda ocasión para lucirse frente a ella. No lo hacía nada mal, cada vez que se lo proponía conseguía que el negro fijara toda su atención en exclusiva.

- ¡Mira esas tetazas, menudas pajas que hace con esas ubres, verdad?.. ¡Mueve esas pinches tetazas, para que las tienes pues, ¡Je je..- la promocionaba el cerdo del Borre a Beatriz, vendiéndola.

Y animada por las palabras del gordo, Beatriz se acercó y le restregó las tetas en la cara a mi Mamá.. Bueno, no sé cómo no se había animado antes con lo descaradas que andaban. Mamá al principio se quedó en shock y.. Beatriz le dio un morreo que la dejó tiesa. Pero es fue solo instantes, ya que de pronto se encontró abrazándola y comiéndole la lengua.

- ¡Eso es así par de putas, así se hace ¡Je je je..- celebró el Borre al verlas totalmente sacadas.


Sin duda al negro tampoco le pareció nada mal la idea de que las dos “Señoras” se enrollaran como dos auténticas putas lesbianas. Así que rápidamente Mamá también captó la idea, metió sus manos bajo las copas del sujetador para también ella sacárselas por encima y así invitar a su amiga a comerle las tetas.

Tenía los pezones como piedras, y Beatriz se apresuró a morderlos, lamerlos y rechupetearlos con avidez y glotonería. Mamá  también se apresuró a hacer lo propio. En cuestión de segundos las dos Señoras más elegantes y mejor vistas de esta ciudad se encontraban en un auténtico cuerpo a cuerpo, aunque muy distinto al que yo me había imaginado al principio. Lo más sorprendente fue la reacción de mi Mamá. Las caricias, besos y lametones que se propiciaban la una a la otra, aumentaron su calentura exponencialmente.

Su primera experiencia lésbica hacía que pronto empaparan sus bragas, las tenía tan mojadas que parecía que se había meado en ellas. Pasaron del shock inicial al éxtasis en un abrir y cerrar de ojos, aunque mejor expresado hubiera sido un abrir y cerrar de bocas. Mamá y Beatriz habían sobrepasado el límite, no sabía cómo sería ahora en adelante su amistad, se encontraban en un muy particular combate sobre el tapete del suelo; cuando el conserje las detuvo.

- ¡Muy bien par de cerdas.. pero eso no es lo que acordamos ahora, ¡Je je..

No entendí el cambio de actitud ahora del conserje, la verdad. Primero las animaban a frotarse entre ellas y hasta se habían calentado viéndolas. Y ahora, este iba y les corta el rollo. ¿Qué esperaban de ellas? ¿Ahora le disgustaba que tomaran ellas la iniciativa? Cada vez que lo habían hecho, se habían mostrado más que complacidos. Es más, siempre las habían alentado a que lo hiciera. ¿Por qué no las dejaban ahora continuar con su juego? ¿Acaso no le había gustado el espectáculo que descaradamente le estaban ofreciendo? Seguro que sí, puesto que estaban disfrutando de lo lindo; lo que me puso a pensar, si ahora no las dejaban continuar, era porque tendría otra depravada idea con el que gozar de sus actitudes.

Y por lo que pude ver, creo que ni a ellas les hizo gracia que no las dejaran continuar. Estos malditos días de encierro estaban afectándolas más de lo que ellas mismas creían. Las picaronas miradas de complicidad que le lanzaba Beatriz, sus seductoras caricias, la propia sensualidad del baile, habían calentado mucho más de lo que hubiese gustado reconocer Mamá.

Justo cuando había a empezado a disfrutar del juego, empezaba a evadir sus prejuicios y remordimientos; justo entonces el negro conserje las detenía. Pero como bien saben, no tenían más remedio que complacerle. Tragándose la rabia ambas se dispusieron a seguir sus instrucciones.

- Así es par de putas descaradas.. el show es para nuestro amigo, no para que ustedes saquen su guarres y empiecen como perras embrama a lamerse entre ustedes..- agregó el gordo.

Y sí, eso era lo querían esos pervertidos, sé que desnudaran al ritmo de la música, pero con lo poco que les quedaba por quitarse, bien podrían haberlas dejado a sus aires aunque sólo fuera un poco. Si solo les quedaban sus bragas, querían verlas bailar para el negro fornido mientras se desnudaban, pues eso iban hacer a tener su baile y del bueno según ellas reaccionaron.

Para empezar Beatriz se abalanzó sobre él, quería estar muy cerca de aquel gigante de ébano para que pudiera verla bien, para que le sintiera sus enormes tetas. Y digo bien, porque aunque la tuviera al alcance de la mano, el sujeto no sé movía para tocarla. No de momento. Pero Beatriz empecinada le pasé sus pechos por delante de las narices, se puso entre sus piernas y le enseñó su pequeño culito, se puso de nuevo frente a él separando bien sus piernas y moviendo las caderas para que tuviera un atisbo de lo que se escondía entre ellas.

Y Mamá tampoco se quedó atrás, y cada vez que su amiga se separaba de él aunque fuera un poquito, ella aprovechaba el momento para acaparar la atención del negro. Se enzarzaron nuevamente en una especie de concurso por conseguir la atención del tipo.

En más de una ocasión el negro tuvo muestras de ser humano, y tuvo la tentación de sobajarlas una a la otra pues cada vez sus intentos eran más decididos, además, cada vez ellas estaban más convencidas de lo acertadas de sus decisiones. El bulto de su entrepierna era cada vez más acentuado y cada vez eran más frecuente que el sujeto moviera sus manos para rozarlas.

Le estaban dando más de lo que él quería, pero le estaba gustando. Su creciente afán por acariciarlas y tocarlas eran pruebas irrefutables de su enorme excitación. Pronto no podría contenerse más, las dos eran conscientes de ello. Pero el cansancio estaba haciendo mella en ellas. El esfuerzo del baile las estaba dejando sin resuello. Había llegado el momento de terminar con ese streep-tease y mostrarse abiertamente ante el nuestro invitado. Así que primero Beatriz y después mi Mamá se despojamos de la única prenda que les quedaba. Se dieron la vuelta y se bajaron las bragas, de este modo le ofrecían una magnífica vista de sus rajitas y de sus culos maltratados.

Después se incorporaron al tiempo que se giraban para quedar frente a él con las piernas ligeramente separadas. Podrían haber seguido un poco más, incluso haber continuado con su frustrada función lésbica; pero después de lo que les habían dicho, no estaban muy seguras de que le fuera a gustar. De modo que se quedaron quietas esperando órdenes. Si querían mandar, pues que las mandaran. Yo ya no iban a anticiparse a sus deseos.

Y la reacción no tardó en llegar. El sujeto tenía muy claro qué hacer con ellas, y después de mirarlas cuanto quiso, hablo, dándoles las gracias por su buen show y les ordenó que se tumbaran sobre el suelo.

- ¡Hagan caso perras, ábranse de patas y muestren todo lo que tienen y lo que nos hemos comido ya, ¡Ja ja ja..

Les ordenaron que se tiraran sobre el tapete, se echaran hacia atrás y levantaran bien las piernas para enseñarles todo. Y para ellas no había nada que objetar, se quedaron por lo tanto completamente abiertas ofreciéndole sus rajitas justo al frente de sus ojos o de sus manos, lo que más le gustara.

Mamá y Beatriz respiraban agitadamente, aún no se habían recuperado del todo del esfuerzo realizado. El sudor perlaba su piel y el calor se había vuelto más intenso ahora que se habían detenido. Lo cierto es que se encontraban bastante acaloradas. El tal Popeye se demoraba, estaba de pie observándolas sin hacer nada más y eso.. eso las frustraba. ¿Por qué no hacía nada? Las tenía disponibles y se limitaba a mirarlas como si no hubiera disfrutado ya de observar sus preciados cuerpos. ¿Qué más quería de ellas? ¿En qué se estaría fijando?

De pronto se colocó de rodillas frente a ellas, colocó su mano sobre el vientre de mi Madre. ¡Uhmm.. Beatriz ahogó un gemido, había hecho lo mismo con ella. Y es que el simple roce de su piel las estremeció. Se les erizaron los vellos, el delicado contacto de aquella enorme mano les puso la carne de gallina. Un agradable cosquilleo las recorrió entera al tiempo que se despertaban sus pezones y sus rajitas se ponían en estado de alerta.

¿Pero cómo podían estar tan calientes con el simple rose de aquella mano? El negro estaba jugando con ellas, ¿y así era como le correspondían, comportándose como perras en celo? Ahora simplemente eran un par de fulanas hambrientas de sexo. Sabían que sólo eran unas marionetas en sus manos y se dejaban llevar. Pero es que el negro se mostraba tan seguro, tan conocedor, sus tenues caricias de sus manos las estaban poniendo más cachonda que todos los dos días de encierro con esos cerdos.

Y eso fue sólo el principio, las ligeras caricias se fueron transformando en un suave masajeo del vientre, los pechos, los muslos y finalmente sus vulvas. Aquellas ásperas y enormes manos oscuras se movían con diabólica habilidad, sorprendiéndome, despertando en ellas esa sed allí donde menos lo esperaban, estimulándolas y aumentando sus deseos siempre.

Las dos con los ojos cerrados apretaban los puños y se mordían los labios. Mamá entreabrió los ojos y pudo comprobar que su amiga se hallaba en la misma situación. Gemimos al unísono cuando por fin se decidió a introducirles el dedo gordo en sus chochitos. No es que fuera mucho ahora, pues ya les habían hecho de todo, pero estaban tan necesitadas de tener algo dentro que tuvieron que exteriorizarlo.

- ¿Pero qué esperas, porque no te las jodes ya mi amigo?- preguntaba el Borre confundido.

- ¡Tshh.. así es mi carnal.. le encanta calentarlas al máximo para después destrozarlas, ¡Je je je..- respondía el hermano.

El Marino ni se inmutaba a sus palabras, continuaba con lo suyo. Con su parsimonioso ritmo continuó calentándolas. De pronto cambió de ritmo, les introdujo el dedo índice y comenzó a machacarles el clítoris con los pulgares. Fue un cambio brutal que las sorprendió y las sacó de sus casillas. Arrastradas por la pasión que despertaba en ellas, las caderas de ambas pronto se nos movían solas. Buscaban acoplarse a los dedos y al ritmo de las penetraciones. He de reconocer que sabía muy bien lo que hacía el muy cabrón, el desgraciado las estaba poniendo a mil y eso me aterraba por cómo había dicho el conserje.

El enorme negro sabía cómo calentar a una mujer. Ahora lo estaba haciendo con las dos y dejándolas enloquecidas. Beatriz se retorcía y chillaba como una perra, la muy zorra estaba disfrutando de lo lindo.. justo igual que mi Madre. Si seguía estimulándolas con semejante furia, no tardarían en venirse. De hecho Mamá ya estaba a punto de estallar cuando el sujeto se detuvo.

Al parecer, tenía ganas de seguir jugando con ellas. Las mataba de placer, pero también se aseguraba de torturarlas a conciencia. El caso es que, una vez más, se tuvieron que morder la mano y el labio para no chillar de rabia e impotencia.

- Bueno, perras.. parece que ya nos estamos calentando. Pero me parece insuficiente. Si quieren probar mi verga, tendrán que ganárselo. Pero no se preocupen, veo que tiene juguetitos, les voy a dar a cada quien el suyo para que no se aburran. La que aguante más sin llegar al orgasmo, pierde y tendrá que ser castigada. ¿Alguna pregunta? ¿Lo han entendido?- habló el Marino, que cada vez que lo hacía provocaba en ellas mucho pavor.

Nuevamente tendrían que competir entre ellas mismas para salvarse de otro perverso castigo. Lo primero que pensé fue este hijo de puta había captado el mismo jueguito que el otro par de desgraciados, divertirse castigándolas mientras disfrutaba.

Mamá volteo a ver a su amiga y descubrió en su mirada que ella estaba dispuesta a no perder por nada del mundo. A ninguna de las dos les convenía otro castigo y menos de este sujeto que provocaba más pavor que aquellos dos, aunque creo que en este caso había estaba más el simple orgullo de vencer a la otra. El enfado y la rabia que sentían en su cuerpo por no haber podido terminar, se transformó de golpe en firme determinación. Ninguna de las dos estaba dispuesta a perder y darle el gustazo a la otra ver como la humillaban.

A pesar de todo el temor que sentía hacia este nuevo individuo, él era el único que les había despertado tanto placer con el simple hecho de tocarlas. Él se había adueñado de la situación en un abrir y cerrar. Y había estado menos tiempo y les había provocado más que esos cerdos en aquellos agobiantes días. El sujeto iba a disfrutar de lo lindo, había descubierto el modo de manejarlas a las dos. Haciéndolas competir la una contra la otra se había garantizado aquella completa participación y de asegurarse un buen espectáculo.

A Mamá le tocó un consolador de látex, mientras que a Beatriz uno de pilas. Pero para hacer más justa la competencia le recomendó que no encendiera el vibrador. Ni que decir tiene que Beatriz aceptó encantada dicha sugerencia. Estaba claro que no le iba a facilitar las cosas. Para más difícil la contienda, les ordenó que se miraran a los ojos mientras se estimulaban con aquellos penes artificiales. Y los muy cerdos no desaprovechaban ninguna oportunidad para humillarlas.

El juego dio comienzo. Ninguna de las dos quería ser la primera, así que procuraron no ir demasiado rápido. Procuraron, porque lo cierto es que en cuanto tuvieron los artilugios cerca de sus chochitos sensibles no pudieron controlarlos. Ninguna de las dos, porque se vigilaban la una a la otra con el rabillo del ojo. Ambas trataban de dominar la situación, actuar con la cabeza fría y conseguir así la victoria.

Pero desgraciadamente las dos fueron víctimas de sus propias calenturas. Estaban tan cachondas que no pudieron controlarse tanto y al poco ya se estaban estimulando como si se les fuera la vida en ello. Ambas tenían bien claro lo que querían hacer, pero la fuerza de la calentura que las embargaba se había adueñado de sus mentes. Resultaba increíble, pero ninguna de las dos lograba dominarse y contener su lujuria.

Beatriz no tardó en exteriorizar lo bien que se lo estaba pasando. La muy cerda no se contenía, pronto sus gemidos y chillidos llenaban toda la sala. Jamás imaginé que la primera dama, la fina Sra Montes de Oca tuviera ese modo de actuar, tan sacada, tan caliente.. pero lo cierto es que tanta ostentación de gozo, a Mamá la estaba sobre excitando más aún si cabe. Estaba claro que se trataba de una de sus tretas de su amiga para hacerle perder.

Y al parecer Mamá lo entendió, pues para contrarrestar sus efectos cerró los ojos, intentaba de este modo evadirse de cuanto la rodeaba. Pensé que los tipos la obligaran a mirarse y le impidiera así concentrarse. Pero afortunadamente no fue el caso, el caso es que no hicieron comentario alguno, el espectáculo que le ofrecían ahora debía de merecer la pena.

Pero el Borre enfadado y para aumentar la emoción, se le ocurrieron nuevas diabluras. Cada 5 o diez minutos les pedían que se pusieran en una determinada postura: en cuclillas, a cuatro patas, bocabajo, con las piernas más o menos abiertas… El caso era no dejarlas tranquilas. Ambas volvían a ser unos títeres en sus manos. Hacíamos todo cuanto les pedía sin rechistar ni poner quejas.

Ambas estaban tan excitadas, tan centradas en aquel estúpido juego que no se planteaban nada. Sólo obedecían, era cuanto podían hacer. No podían hacer otra cosa, salvo estimularse y gozar. Pensar ahogando sus deseos, y en ese momento, pensar era lo último que querían hacer. Y no es que buscaran el gozo, es que lo necesitaban ya hasta este punto. El placer las dominaba, se había adueñado de sus voluntades y su consecución era su único objetivo.

Así que eran autómatas, obedecían al pie de la letra y sin rechistar. Seguían sus instrucciones seguras de que hacerlo era lo mejor. Y ninguna de las dos se arrepentía, obedeciendo el éxtasis estaba asegurado y cada vez más cerca.. Los desgraciados estuvieron divirtiéndose así con ellas un buen rato. Y entonces una vez más sin avisar, cambiaron las reglas.

Su repentino invitado era todo un experto, sabía cómo manejarlas ya. Y lo hacía tan bien, que sencillamente, ya no podían dejar de obedecerle. Estaban al borde del clímax, ninguna de las dos quería que la otra las derrotara y sucumbir a otro horrendo castigo, que no era otra cosa que torturarlas con más placer.

Y entonces todo cambió. Sin previo aviso el negro se acercó, se paró entre las dos con su enorme verga justo en medio. La tenía bien tiesa, como nunca se la había notado, hasta parecía más grande y bastante más oscura. Estaba claro lo que tenían que hacer, comerse esa suculenta verga que tenían ante ellas. Y sin darles órdenes ni perder el tiempo ambas se lanzaron al mismo tiempo sobre la oscura salchicha del Marino.

Beatriz se adelantó y tomó posesión del glande, pero Mamá no se quedó atrás y se puso en acción a comerse las bolas. Su determinación tuvo éxito, consiguieron por primera vez arrancarle un gemido al invitado. Sin embargo, la posición en la que se encontraban ambas no era la mejor, así que para poder maniobrar mejor Mamá se tuvo que hincar entre sus piernas. El cambio de postura les permitía mayor libertad y mejor acceso a los pesados aguacates.

Había conseguido una significativa ventaja, pero Beatriz no tardó en darse cuenta y corrigió su postura poniéndose a cuatro patas. A pesar de su impetuosa iniciativa, consiguieron coordinarse bastante bien. Después de todo, él era su verdadero rival, él era quién estaba jugando con ellas, en definitiva era él a quién debían complacer. Así que dominando su  impulso inicial, empezamos a comerle la verga de un modo sistemático y, sobre todo con voracidad.


Las dos flamantes estaban ahí, en medio de la sala devorando tremendo tolete, cada una por su lado se dedicaron a ensalivarla bien, claro sin olvidarnos de las bolas. Las dos estaban ya trasformadas en unas perras deseosas, cuando una se dedicaba a comerle los güevos, la otra se entretenía con el glande. A veces le daban piquitos suaves pero siempre preferían succionarle. Y por si esto fuera poco, sus lenguas no paraban de moverse de arriba abajo, ya fuera lamiéndole con toda la lengua o rozándole insistentemente con la puntita. En ocasiones ellas se encontraban y se enfrascaban de nuevo entre ellas a besarse, pero el reto era él y volvían a chuparle.

- ¿Cómo chupan he?

- Te lo dijimos, si estuvieran en un concurso de mamadas, la disputa seria entre ellas dos por el primer lugar, ¡Je je je..

El Borre le acercó una copa del licor más fino y añejado de mi Padre, los tipos iban a celebrar por sus reacciones y las que les faltan por ofrecerles a ese par de Damas. Por otra parte, Beatriz se atragantaba succionando esa barra de carne oscura, mientras mi Madre bañaba con su lengua toda la longitud de ese brazo, parecían dos becerritas peleándose por la teta de su madre. Sólo se escuchaba el sonido de ¡SOCKS!! ¡SHUCKSS!! ¡MMmm!! ¡SOCKS!! ... Mientras el negro victorioso levantaba la copa sintiéndose vencedor.

- ¡Pinches suertudotes.. ¿cómo lograron tener estás putas a su disposición?- les preguntaba el marino.

- Tú disfruta, carnal.. aprovéchalas, gózalas que sólo ya será por poco tiempo ¡Jaja..

Cada una tenía sus particularidades a la hora de comerse esa verga y estaban aprendiendo a potenciar sus puntos fuertes  al tiempo que sacaban nuevas ideas al verlas actuar la una a la otra. Le estaban dando una de las mejores mamadas de la historia al negro, se la estaban poniendo más dura que el acero y en vez de darles las gracias por ello, el muy cabrón se retiró de ellas como si no le importara.

- Pero si apenas acabo de empezar.. como es que ya me quieres quitar la diversión..

- Lo cierto es que ya llevamos mucho tiempo aquí.. el bastardo de la nalgona no tardará en llegar y el Marido de la tetona no es ni más que nuestro querido Gobernador, ¡Je je je..

- ¡No me jodas, como así.. menuda zorraza se carga el político.

En eso a Mamá se le prendió el foco acordándose de su pequeño hijito, habían sido tantas folladas que se había olvidado por completo de mí, sabían que yo tenía que regresar a casa este día.

- ¡Oh por dios, ¡Pedrito!.. ¡mi niño va a regresar hoy..- exclamó Mamá asustada.

- ¡Maldición, el mocoso..- decía el Tito recordando el trato.

- ¡Por favor.. por lo que más quieran, váyanse. Mi hijito no tardará en llegar, está con un amiguito haciendo su tarea.

- ¿Que pasó carnal?.. primero me invitas y ahora me dicen que me vaya. ¿Que ya no va a ver acción o qué?..

- No, eso no. Mi hermano va a recibir su regalo de bienvenida.. haber Señora. Háblele a su hijo e invéntele algo.. una mentira, cualquier cosa.. pero la fiesta continua, y mi hermano no se va de aquí hasta salir bien seco.

- ¡Pero es que.. necesito hablarle..

- Y lo hará siempre y cuando termine su reto, ¡Jajaja..

Les preguntaron que dónde andaban las juguetes que les habían dado. ¡Y la verdad era que por su calentura se habían olvidado de ellos. Por un momento temí lo peor, que eso le sirviera de excusa para algún castigo retorcido de los que ya acostumbraban, esas ideas retorcidas y degeneradas para torturarlas. La verdad que esos degenerados eran unos genios a la hora de inventarse nuevos modos de castigarlas.

Pero simplemente se limitaron a dejarlas continuar con su jueguito anterior con los consoladores. Sólo que para no perder la costumbre, introdujeron una nueva variante. A partir de ese momento, serían ellos los que manejarían aquellos artilugios de plástico. Lo que en un principio pudiera no suponer un gran cambio, en la práctica resultó ser un cambio bastante significativo.

Y como no podía ser de otro modo, lo primero que hicieron fue aprovechar sus calenturas para torturarlas a placer. El Borre con Mamá y el conserje con Beatriz. Ambos pasaron las puntitas de aquellos penes artificiales por sus entrepiernas, sin ejercer apenas fuerza. Cuando le estaban comiendo la verga al marino, ahora es que se daban cuenta de ello, al principio habían sido ellas mismas las que dirigían los dildos. Pero estaban tan calientes por mamársela, que no se habían dado cuenta de ello. Y con aquel repentino y fugaz momento de lucidez, a la par les llegó de golpe esa calentura que por unos minutos había tenido olvidada.

Y es que mientras le tragaban la verga al negro, habían logrado olvidarse de lo tremendamente excitadas que estaban. Había estado a puntito de alcanzar el orgasmo, pero la aparición de la verga había logrado que se olvidara por completo de su cuerpo. Ahora se les venía todo de golpe y con intereses.

Y usadas por esos degenerados, las nuevas caricias despertaron en ellas toda la lujuria temporalmente olvidada. Pronto Mamá y su amiga empezaron a gemir a la vez, presas una vez más de la intensa sensación que sus cuerpos despertaba en ellas. Pero como bien sabían, recordaron el propósito de aquel perverso juego, la que ganara, sería la salvada de una nueva tortura. Y como era de esperarse, ninguna estaba dispuesta a cederle ese privilegio a la otra.

Y para empeorar la situación, los desgraciados se habían situado en cada una de ellas dependiendo de su favorita, el Borre con mi Madre pues quería que ganase Beatriz la cual se notaba su preferida. Aun así ambas se prepararon para resistir. Sabían lo que se les avecinaba, una nueva sesión de caricias frustrantes. Tenues roces que les irían dando placer y excitando para permitirles alcanzar el orgasmo.

Los desgraciados les gustaba verlas derritiéndose en sus propios deseos. Ahora, sin prisas les iban sacando de sus casillas. Por un lado les encantaba, pero por otro.. no dejaban de fastidiarlas. La necesidad de venirse era cada vez más intensa, ya lo deseaban. Sí deseaba acabar con todo y alcanzar el orgasmo de una vez. Pero tampoco querían perder entre ellas mismas.

Vencer implicaba salvarse, disfrutar de ver como su amiga era castigada.. Debían dejar de pensar en ello si querían vencer. Si no, no sé qué pasaría. El único consuelo de ambas, era saber que la otra lo estaba pasando tan mal como ella. No era difícil saberlo. Se contorsionaban y gemían como unas zorras. Beatriz no paraba de mostrarse y ofrecerse como una perra en celo. Y sus jadeos y gemidos habían dejado de ser sugerentes, eran claras invitaciones a lo obsceno que se pudiera imaginar.

Querían humillarlas, doblegarlas a su voluntad y derrotarlas, querían demostrar cuál de sus putas preferidas tenía más aguante, en definitiva, querían que le suplicaran, que les rogasen por que el negro las jodiera. Fue Beatriz la que claudicó primero, y comenzó a suplicarle como si la vida le fuera en ello. Se la notaba completamente desesperada, sin embargo aquello no era suficiente, querían humillarlas a las dos.

- ¿Quieren que las jódamos con estas cosas, perras?

- ¡Sí.. sííí.. No puedo más.- dijo Beatriz a pleno pulmón, exasperada y sin más esperanza que la humillante súplica.

Pero claro, el Borre deseaba obtener de Mamá la misma respuesta. Con el ánimo henchido de orgullo tras haberse adelantado su protegida, empezó a estimularla más, frotándole el culo y escupiéndole para esparcir su saliva para estimularla. Sabía lo que quería y sabía también que si no se lo daba, no dejaría de atormentarla hasta conseguir salirse con la suya. De modo que para no perder más tiempo, Mamá le di lo que quería. Después de todo lo más que hubiera conseguido hubiera sido postergar un poco más su derrota.

- ¡Aah.. Sí, por favor. Las necesitamos dentro..- contestó lo más calmada que pudo mi Madre a pesar de la tremenda calentura que la dominaba.

El caso es que se dio por satisfecho y pasó a la siguiente fase. La penetración y el parsimonioso jadeo con las vergas artificiales. Por más que ambas quisieron controlarse, y aun sabiendo lo que se proponía, no tuvieron más remedio que aliviar la tensión que las embargaba, suspirando y gimiendo a pleno pulmón.

Contentas por conseguir que por fin las jodieran pero tremendamente frustradas al comprobar el modo en que lo hacían. No había peor tortura para ellas. Llevaban demasiado tiempo deseando alcanzar el orgasmo, demasiados minutos al borde del éxtasis, rozando el placer sin llegar a alcanzarlo.


Así que mientras ellas chupaban a cuatro patas con el culo en popa, se maldecían la una a la otra por el aguante y la perseverancia que mostraban. Mamá procuraba contenerse y no exteriorizar demasiado el ardor que la dominaba, Beatriz en cambio, mostraba su gozo abiertamente, buscaba de este modo aumentar el deseo de su rival.

Lo cierto es que el Borre empezó a aumentar el ritmo con el que la penetraba. Estaba claro que lo que buscaba era su derrota. Quería beneficiar a su protegida y todo aquello no era sino una burda pantomima para justificar y de paso humillarla ante ella.

El enojo que dio en cuanto se dio cuenta de sus sucias maniobras, pero a su caliente temperamento, contra toda lógica, cerró los ojos. Lo peor que pudo hacer Mamá, las sensaciones se intensificaron más. Cada una de sus caricias, por mínima que fueran, hacía que se le erizara todo el vello; el más insignificante roce la hacía incrementar su gozo arrancándole un sinfín de incontenibles gemidos. 

Oír los incesantes gemidos de Beatriz, tampoco la ayudaban ahora, precisamente. Suspiros y jadeos se sucedían sin interrupción inflamando el ánimo de los desgraciados que se divertían. Sus gemidos la arrastraban irremisiblemente por las escabrosas sendas del deseo y la lujuria. Pronto dejó de ser consciente de dónde estaba. Ya no estaba con su amiga, se imaginaba estar ante esa torre de ébano. Él detrás de ella jódiendole con ese tremendo tolete

- ¡OOHHH.. Dios..- se mordió la mano, pero fue inútil, su cuerpo se negaba a obedecer y seguir su mente.

La voluntad de Mamá fallaba, hasta empezó a restarle importancia a eso de perder. Al fin y al cabo, ese desgraciado terminaría jódiendolas. Desde el mismo instante en que se había presentado, ya sabían que terminarían entregándose a sus caprichos.

Mil y un razonamientos similares se agolparon en un instante. Ya nada justificaba su resistencia al orgasmo. Cada vez le parecía más absurdo e inútil seguir luchando contra lo inevitable. Y más cuando lo inevitable significaba disfrutar del placer más fuerte e intenso que ella pudiera imaginarse.

Y cuando ya no aguantaba más, cuando ya el perder le daba igual, cuando ya estaba a punto de ceder al orgasmo y gozar así misma de lo que tanto ansiaba.. ¡AAARRRGGG! Beatriz terminaba. Su cuerpo convulso, no paraba de moverse descoordinado. Las manos crispadas asían el tapete con violencia mientras su alma se le vaciaba en un poderosísimo y desgarrador chillido. 

Su amiga había perdido, pero todavía no era consciente de ello. Fue el conserje quien hizo que se dieran cuenta de lo que aquella victoria significaba.

- ¡Creo que esta zorra se meo, ¡Ja ja ja..- gritó el conserje al haber logrado su cometido.

- ¡Aaah.. He.. he perdido.

- Y ¿Quién es la feliz ganadora?

- ¡Yoo..- gritó Mamá sintiéndose frustrada, lo que más deseaba entonces era venirse también y una vez más se había quedado privada.

Pero al mismo tiempo, le embargaba la alegría del triunfo, el orgullo de ser la vencedora y sobre todo, la felicidad de saber que ahora no iba a ser taladrada por ese negro por la cola.

- Un momento..- dijo el Borre.- Han hecho trampa.. el juguete fue encendido.

Y era cierto, con el afán de que Beatriz perdiera, el conserje había hecho trampa encendiéndoselo. Mamá sintió pánico al instante. Se le aceleró el pulso, ¡Había perdido! ¡Y entonces ella iba a ser la sodomizada! ¡Se la iban a meter, le iban a ensanchar el recto! Tanto aguantar para.. ¿terminar perdiendo?

- Ni modo la rubia perdió.. ya no puedo esperar para separar esas nalgotas, ¡Jey jey ja..

Completamente decepcionada se dispuso a obedecerle, sabiendo que no le quedaba otra. La única ventaja de haber ganado sería recibir placer primero, pero que placer, anal.

- Muy bien, ya está decidido.. la Sra Gobernadora que le chupe el culo y se lo deje listo.. y tu mamasota, a chuparlo bien, a dejarlo ensalivadito porque ya sabes lo que te espera, ¡Joy joy jo..

Beatriz le comería el culo mientras ella le chupaba la verga, pues. ¡No lo podía creer, y para su propio asombro, comprobé que Mamá no rechizaba y que se estaba esmerando en ello. Y no era que no lo quisiera, si no que llevaba tanto tiempo retrayendo el orgasmo que lo único que deseaba era sacarlo. Enseguida recurrió a todos sus recursos y trucos que había ido aprendiendo con la práctica. Y no sólo eso, se aseguró de embadurnárselo todo. Aquella verga negra pronto brillaba en las babas de Mamá.

Después de la enorme decepción que se había llevado, estaba dispuesta hacer la mejor mamada de la que fuese capaz. Ya no importaba pensar, estaba resignada, y por extraño que parezca, en aquellos momentos se sentía bien, hasta feliz. Entonces vino lo peor.

- ¡Tú que esperas tetas.. a mamar, ¿que no escuchaste a mi hermano?..

El conserje sujetó la cabeza de Beatriz y la dirigió al trasero de su amiga, a cumplir las instrucciones del negro. No tuvo chance de negarse, su cabeza fue empujada hacía el trasero de Mamá.. el primer lametón llevó a Mamá a tocar las estrellas. Y los siguientes.. sencillamente explotaron. Después de tanto aguantar ya no pudo contenerse. Lo más que consiguió hacer fue mantener la boca abierta y no morderle aquella verga que mantenía en su boca.

Con la cabeza incrustada de su amiga en la raja lo más que puedo decir de aquellos instantes fue ahogar su gemido en aquella verga. De pronto, se le nubló la vista, las piernas le fallaron y su cuerpo comenzó a convulsionarse espasmódicamente. Sintió que se vaciaba y que el único modo que tenía de liberarse y expresar cuanto sentía era gritar. 

Sus ojos se cerraron, y se dejó llevar por el incontenible caudal de satisfacción que la arrastraba. Pero aquello no fue el final, ni mucho menos. Aún seguía bajo los efectos del intenso orgasmo que le acababan de proporcionar, cuando sintió de nuevo la llegada de un nuevo clímax. Beatriz ayudada por el negro se había aplicado a comerme el culo. Este nuevo e inesperado asalto, sencillamente la sacó de este mundo.

Perdió el sentido mientras experimentaba el placer más intenso de su vida. Jamás creyó posible experimentar tanto gozo por el morbo de su amiga. Su vagina debió de manar como una fuente después de ver cómo se quedaron sus muslos.

Tras el orgasmo, se quedó en una especie trance. Veía y escuchaba lo que pasaba, era consciente de lo querían y de cómo se burlaban, pero no asimilaba ni entendía lo que pasaba. No podía procesar tanta información, su mente necesitaba recuperarse de la sobrecarga experimentada. Los espasmos orgásmicos que la sacudían seguían estremeciéndola. La recorrían de arriba abajo. Parecían no terminar nunca. Y cuando ya parecían calmarse, la lengua de su amiga incrustada en su cola volvía a aparecer con repentina fuerza.

No podía darse cuenta de lo que sucedía a su alrededor, pero el placer que experimentaba no lo cambiaría por nada del mundo. Cuando empezó a darse cuenta de lo que sucedía a su alrededor, se dio cuenta de que a Beatriz tampoco la habían dejado en paz. El conserje se la estaba jodiendo con uno de los consoladores. Beatriz gemía y chillaba como en ella era habitual, se lo estaban pasando en grande.


Después de todo, para eso estaban allí.. en cuanto se dieron cuenta de que Mamá había recuperado la consciencia y les miraba, el Marino le puso sobre el rostro el teléfono.

- ¿Que no tenías que hablar con tu niño?..

Mamá aun adormecida tomó el teléfono marcándome a mi celular. Para mi fortuna lo tenía en vibración, a no ser por eso se hubieran enterado todos que el pequeño hijito de esa rubia mujer llevaba un día entero viendo todo sin perder detalle de lo que les hacían. Los tipos decidieron poner el altavoz del teléfono para escucharlo todo.. para evitar que mi Madre hablara con la policía.

- ¡Mamá..- respondí yo siguiendo el juego.

- ¡Pe-Pedrito.. hijito, escucha. Hoy tengo que salir de emergencia con Beatriz.. este..

- ¡Qué pasa, Mamá.. ¿por qué?

Mientras hablábamos, el negro desgraciado aprovechaba para pegarle en la cara con su garrote humillándola, quería que hablara con su hijito mientras chupaba ese terrible falo.

- ¡Mamá.. Mamá.. ¿estás ahí?.. bueno.. bueno..

- Te digo que voy a salir de, de emermmem.. mía.

- ¡Que.. ¿qué dices, Mamá?

Las sensaciones que sentí al escuchar a Mamá obligada a lo que hacían despertó en mí ese morbo inicial. El Marino desgraciado le había metido la verga en la boca mientras que ella trataba de darme explicaciones. La pobre no hallaba que hacer, me tenía en línea mientras el negro le metía 10 cm de carne y venas dentro de su boca.

- ¡Glogghh.. ¡glagghhh.. ¡Aaaahhh.. ¡Te dijo mi amor, ¡glup! .. que voy a salir con Beatriz de emergencia. Regresaré mañana.

- ¿Que estás comiendo, Mami?

Yo ya lo sabía, si lo estaba viendo por el monitor, pero el morbo que sentía me llevó a seguir con el morboso juego, sentía una excitación al poner a mi Madre en situaciones incomodas. Quería ver su rostro tratándole de explicar a su hijito que era lo que ocupaba su boca en esos momentos.

- N-nada mi amor.. sólo es.. es una barra de chocolate que me encontré aquí en la cocina ¡Mmmhh..- respondió haciendo que yo casi eyaculara.

- Escucho que te ha gustado mucho Mamá.. ¿porque no la sueltas?

- ¡Mmmhh.. Eshque eshtá delishioshaa. ¡Mhmm.. el Marino entusiasmado por la conversación que llevaba ella volvió hacer lo mismo, enterrándole su “chocolate” hasta las anginas.

- ¡Mamá.. tú siempre me has dicho que no hable con la boca llena.

Los tipos no aguantaba la risa por la situación incómoda de mi Madre, el mendigo Popeye se había calentado con la situación y le empezaba a joder la boquita. Por mi parte yo también estaba empalmado, estaba hablando al mismo tiempo que escuchaba las succiones de Mamá por el auricular. El negro la tenía bien agarrada por la nuca sin dejarla hablar, la quería coger mientras hablaba con su pequeño hijito.

- ¡Mamá.. ¡Mamá.. ya déjalo, te vas a atragantar. Mejor, dime.. ¿a dónde vas?

- ¡Mhmm.. ¡Gloggghh!! ¡Shockksss!! ¡Aaaahhh.. Eshque eshta bien rica ¡Mmmhh! ¡glug!.. Bien, te decía que no voy a estar en casa este día, que será mejor que te vengas mañana. Espero y no molestes a los Padres de tu amiguito..

- No lo creo Mamá.. ellos dicen que está bien, que no hay problema. Pero por esto tendrás que compensarme, eh..

- ¡Mhmm.. eggquieggesss ¡Mhm..

- ¡Mamá.. deja de comer y ponme atención. Me tendrás que llevar a la playa por esto..

- ¡Eggta bieng.. shooo tegg sheevooggg. ¡Adioshhh!!

- Bye, Má.. y no comas tanto chocolate, porque luego te andas quejando que engordas, jaja.

TOC.. TI.. TI..TI... Colgué dejándola que “comiera” a gusto.

- Jea, jea.. Que simpático su hijito, Sra Mónica.. seguro que si le crecerá su pancita, pero de tanta leche que le voy a depositar. Y no sólo eso.. también le crecerán sus hoyitos ¡Jea, jea, jea..

- Y a usted, Sra Gobernadora.. ¿hay alguien al que le quiera hablar?- se dirigieron a Beatriz.

- ¡No, no.. estoy sola. Mi, mi Marido anda en campaña..- dijo estúpidamente la Sra Montes de Oca.

- ¡Perfecto.. a usted podemos darle caña toda la semana ¡Jea, jea, jea..

Las muy estúpidas hasta habían pedido permiso pasa ser montadas durante un día más, maldición así que si no ocurría nada extraño vería otro día más a éstos desgraciados encuerados por la casa sin ningún tipo de pudor, mientras que yo incomodo aquí dentro de mi closet tendría que aguantar. Tenía que pensar en algo, ya estaba harto de galletas y golosinas, además tenía necesidades, tenía que pensar cómo me iba a pasar otro día metido aquí dentro.

“¡Choms.. ¡Chups! ¡Mmmhh! ¡Aaahhhh!!”- solo esos sonidos se escuchaban de nuevo en la sala. Las dos Señoras estaban siendo atendidas una devorando ese “chocolate” cómo le había denominado mi Madre y la otra retorciéndose por el dildo. 

- ¿Quieres cobrar tu premio?- preguntó el Marino a mi Madre levantándole el rostro de la barbilla.

- ¿Qué?- fue lo primero que pensó en cuanto llegó a comprender el significado completo de lo que el negro le había susurrado.

Sólo había una respuesta a aquella pregunta.

- P-por favor.. despacio, no sé si podré soportarlo..- fue una respuesta espontánea, sincera y sobre todo, cargada de temor.

- Descuida rubia.. yo sé cómo abrir un culo refinado como el tuyo.. cuando lo tengas bien adentro vas a bramar para que no te lo saque, ¡Jea jea jea..

Mamá acababa de recuperarse de un fuerte orgasmo y de nuevo con esas palabras ¡estaba cachonda! No podía ser, no tan pronto. ¡Su chochito palpitaba de nuevo.. tenía el pulso acelerado y sus mejillas ardían. ¿Cómo podía ser? ¿Cómo podían estos cerdos despertar en ellas todos esos sentidos tan fuertes y en tan poco tiempo? No tenía explicación y aquel no era el momento adecuado para andar buscándola.


Tenía al enorme negro abrazándola, en aquellos momentos la estaba devorando a besos, el pecho, el cuello, la boca.. en cuanto se unieron sus labios, se fundieron en un prolongado y delicioso beso que la puso al borde de la excitación. Mamá se abrazó a él como si realmente lo amara. Quizás con el temor a que la lastimara, a que la dejara lisiada para siempre. Le levantó una pierna y pasó su enorme tolete por la raja de su vagina. se lo frotaba y salía a paso tortuga. Eso sí, cuando se la frotaba, la agarraba de las nalgas y se la clavaba bien dentro.

Intentó acoplarse al ritmo de sus embestidas, y entonces todo se descontroló. De pronto se aceleró y acomodando su enorme herramienta la penetró.. comenzó a embestirla como un salvaje. Me faltan adjetivos para describir el modo como la agarraba. Animal, salvaje, bruto.. se quedaban cortos. Empujaba tan fuerte que temí que la traspasara ahí mismo. 

Parecía una taladradora neumática de tan rápido como la percutía. Si no le rompió la vagina entonces, ya nadie se lo romperá más nunca. Mamá estaba como en trance, se sujetaba y mordía el hombro del Marino. Tenía la mirada perdida en el infinito. Un gemido ronco empezó a escaparse de su garganta. Un gemido que fue ganando en intensidad al tiempo en que se incrementaba la potencia de sus embates.

- ¡Joder como coge tu carnal,- decía el Borre sorprendido.- La va a derrengar todita, ¡Je je je..

- ¡Ja ja ja.. ¡No habido puta que le aguante una noche enterita, ¡Ja ja ja..- decía el otro.- ¡Y tu tetas, únete a la fiesta, ve y lámele los güevos..

Beatriz que también se encontraba al filo del orgasmo, se deslindó del consolador y fue gateando hasta meterse entre las piernas del Marino.. le succionaba un güevo y luego el otro, mientras Mamá hacía espacio entre sus piernas para acomodar tremenda cosa y la lengua de su amiga.

Las babas de Beatriz y los fluidos de mi Madre se mezclaban en una sola para bañar ese garrote y los güevos, produciéndole un infinito placer al Marino.. y es que parecía que les encantaba, porque producían mucho fluido, que se corría para juntársele en los güevos, para después ir a caer en la boca de la Madre de Randy.

El Tito y el Borre relajaban sus falos tomando alcohol y animándolas, viendo ese placentero espectáculo, era muy raro ver que en tan sólo poco tiempo la buena imagen que tenían de esas dos bellas Señoras hubiese desaparecido. Ahora se encontraban entregadas a éstos asquerosos sujetos, hasta parecía que en verdad querían ser violadas por ese enorme negro. 

Beatriz se unió a sus gemidos, llevada por la misma lujuria que a ellos los arrastraba. Los desgraciados habían logrado calentarlas en tiempo record. Mamá estaba a punto de venirse por tercera vez, las dos primeras habían sido consecutivas uno detrás del otro y la habían dejado para el arrastre.

Pero estaba ahí de nuevo, rozando la puerta de la gloria y apenas si habían pasado unos minutos. Intentaba contenerse y aguantar por lo menos hasta que él se viniera quizás así evitaría que la sodomizara. Pero su ardiente temperamento de repente la hizo estremecer, el cosquilleo de su entrepierna se transformó en un poderoso río de placer intenso. El negro que seguía a lo suyo sin perder comba. No sé cómo lo hacía, pero el sujeto aguantaba como una máquina. Mantenía un ritmo frenético, infernal sin despegarse de mi Madre.

Su clítoris echaba chispas. Tanto tiempo machacándolo y sin darle descanso la estaba sobrecalentando. Mamá chillaba como una loca, era lo único que podía hacer. El placer que le daba ese sujeto recorría todo su cuerpo sin descanso, de los pies a la cabeza para volver al punto de donde estaban unidos. No sé cómo aguantaba tanto la verdad sin llegar a perder el sentido. Estaba completamente sobrepasada, abrumada por el placer, no podía aguantar más, necesitaba descansar un poco, asimilar los orgasmos, terminar. El placer se convirtió en una exquisita agonía que parecía no terminar nunca. El Marino seguía sin alcanzar su clímax.

- Bueno, creo que como calentamiento estamos bien, ¡Jea jea.. Pero bueno, mamitas.. ¿a quién me voy a ejecutar primero? ¿Quién de las dos va a ser la afortunada que me descargue los güevos primero?- preguntó el viril negro, sin apenas dar resquicio de cansancio.

- ¡Cógete a las dos hermano.. nosotros estamos tremendamente agotados. Es más dales a las dos al mismo tiempo, ¡Jajaja..- le sugirió el Tito.

- No, quiero saborearlas de una en una.. ¿quién será primero, la culona o la chaparrita tetona? ¡Mhm..- se debatía el desgraciado escogiendo entre mi Madre y su amiga.

Las dos se miraban aterradas, ambas habían dado lo mejor de sí y este parecía súper humano, y es que la corpulencia y la tremenda verga del negro estaba para correrle, además por lo que se decía ese desgraciado llevaba tiempo en altamar, venía cómo semental con los güevos rellenos de leche.

- ¿Porque no van ustedes?.. a mi déjenme enderezar unos palos caídos que hay aquí, ¡Ji ji ji..- dijo Beatriz reusándole, volteando a ver a los otros dos.

- ¡Jea, jea.. Sí que eres toda una perra.. me parece buena idea, chaparrita ¡Jea, jea.. Ponme a esos dos listos para acción.. ¡SPLASSHH!!- le dijo el Marino dándole una nalgada para que se dirigiera hacía ellos.

- ¡Auuhhh..- gritó Beatriz por el tremendo nalgazo.

La desgraciada Beatriz era muy lista, se le adelantó a Mamá, no quería ser atravesada por esa tranca, y con un gran descaro se acercó a los dos tipos moviendo las caderas, cómo gata en celo les tomó las trancas y les dio un besito cariñoso en la punta del glande, cómo si en realidad estuviera deseosa de que se les levantara.

- ¡Muackkk.. ¡Muackkk.. Vayan ustedes dos.. a mi déjenme levantar a los caídos ¡Ji ji ji..- dijo mirando a Mamá con su sonrisa burlona.

- ¡No, no.. espera yo tambi..- trató de resistirse Mamá pero ya era demasiado tarde, el negro desgraciado se había chupado un dedo y se lo había retacado en el irritado ano.

Su amiga había sido más inteligente zafándose de le tortura que se le aproximaba.

- Nada de eso nalgona.. tú te vienes conmigo. No sabes cuántas ganas traigo de tronar un culote cómo el tuyo.. pero antes deseo que te des un buen baño.. ya sabes, no quiero seguir batiendo el yogurt que dejaron estos feos.. ¡Jea jea..- le dijo el desgraciado guiándola al baño de abajo, donde los dos se asearían.

- Si serás cabrón carnal, ¡Jajaja.. ande Señora, póngase guapa y limpiecita para mi hermano.. Y tu tetona, prepara algo de comer, para agarrar fuerza, tenemos que celebrar que ha llegado mi hermano, ¡Jajaja..


La siguió por el pasillo, hipnotizado por su trasero desnudo que oscilaba de un lado a otro obedeciendo a sus voluptuosas caderas, hasta introducirse el cuarto de baño, con una pequeña bañera en el extremo..

- Ya pues encuérate de una vez, ya me muero por trabarte otra vez con mi verga.. mira como la tengo por culpa tuya.- al mismo tiempo que le decía se levantó parte de su camisa mostrándole su tremendo y largo miembro que lo tenía bien parado, este hasta se encorvaba mostrando unas gruesas venas que lo surcaban.

Mamá se la veía incluso más gruesa de cómo se la había sentido hace unos minutos, lo que la hicieron temblar con solo vérsela, extrañamente sintió como su vagina comenzaba a contraerse sin que nadie se lo ordenara.

Allí estaba Mamá, desnuda y con negro Marinero con su verga a punto de estallar, erguida y desafiante apuntando hacia ella. Así que animada otra vez con la rehabilitante ducha que ya necesitaba, y sumándole también a que el enorme semental ya había anotado íntimamente con ella, se animó para ponerse de perfil hacia él para luego con sus dos manitas tomar una esponja para mojarla y pasársela por su cuerpo.

A pesar de que se trataba de un sujeto igual que los otros, este se notaba diferente. Sin mediar media palabra comenzó a dirigir la ducha hacia mi Madre, aplicándole agua tibia por todo su cuerpo, cosa que Mamá en silencio agradecía, eso sí.. acariciando al tiempo que la limpiaba concienzudamente.

El negro estaba que reventaba de la verga, si bien ya se la había guardado por debajo de la camisa, con sus ojos amarillentos, estaba siendo testigo de la exquisita ducha de aquella diosa retenida en su casa estando él sentado solo a un par de metros de donde se encontraba ese ejemplar de hembra que ya pensaba nuevamente en poseer, mirándole cada centímetro de sus curvas aun incrédulo que esos dos pudieran haber obtenido tales hembras.

Las redondeces de aquellas suculentas carnes rosadas de sus nalgotas, esas perfectas tetas redondas y duras como el mismo las había sentido y se las había chupeteado, y sobre todo aquella mística parte de baja de vientre en donde escasamente se le veían unos bellitos dorados y áureos como su pelo y que se perdían tímidamente hacia el interior de entrepierna.

Mamá por su parte ya había hecho mucha espuma en sus cabellos eliminando suciedades que esos cerdos pudieron dejar sobre su pelo, como también procedió a enjabonar su cuerpo, quedándose en esa aséptica condición con la única finalidad de volver a purificar su corrompido estado personal.

- Creo que yo también me daré una ducha.. además nunca he sido bañado por una preciosidad como tú..

- Claro, si es lo que desea.

El negro empezó a desnudarse para meterse a la ducha.. El sujeto igual de calmado también se empezó a desnudar. El Marino era alto, de pelo negro y ensortijado, piel bastante negra y rasgos faciales muy marcadamente masculinos, en el que destacaban sus ojos negros. No es que entienda mucho de hombres, pero me di cuenta rápidamente de que era de ese tipo de machos que físicamente gusta a las mujeres. Y también me percaté que, al igual que yo, Mamá se había concentrado en él mientras intentaba lavarse, en silencio, estuvo observando con atención de reojo, descubriendo y recreándose con los muchos atractivos que ese sujeto tenía.

En un momento dado sus miradas se cruzaron, dándose él cuenta de que la había cachado in fraganti, analizando su cuerpo. Eso no le perturbó y le sostuvo la mirada de un modo que me pareció desafiante, haciendo que Mamá por los nervios de ser pillada se le cayera la esponja con la que se tallaba.

Tomó una esponja de la tina y se metió junto a mi Madre dejando que el agua lo empapara, con la que procedió a lavar todos sus recovecos de su cuerpo, sin prisa, al tiempo que la miraba con lujuriosa.

- Puedes..- le dio la esponja, convidándola a que lo aseara.

Temblorosa la sostuvo, mientras que de soslayo miraba y caía en cuenta de que el sujeto este no estaba nada mal en comparación con los otros dos cerdos que la habían poseído, pero a pesar de que este también lo haría, no dejaba de mirar todo lo que de él colgaba entre sus piernas, y notando el notorio tolete que se mecía y escurría el jabón que le iba aplicando en el pecho, prefirió no seguir prestándole atención ya que rápidamente esa extraña sensación de nervios revoloteaba exquisitamente en su estómago, haciendo que su presión sanguínea se le acelerara casi instantáneo.


El negro quien disfrutaba de la desquiciante sensación de que esa exuberante rubia lo estuviera duchando, vio como ella después de haberle estado enjabonando el tórax por un buen rato, siempre puesta de perfil hacia él, comenzaba a enjuagarle las piernas, corriéndole lentamente el agua con espuma limpiándolo por completo, este ya no se pudo aguantar más, y quiso ir el mismo a animarla a esa parte que parecía que no querer enjabonar.

- Hazlo, no te va a morder mamita..

- He, sí, sí..

No sé si era que Mamá la había evitado, o quizás lo había dejado para el final, pero ante aquella orden tajante, no le quedó de otra que enjabonarse con bastante espuma sus manitas blancas, para después de manera temerosa aplicarse en enjabonarle todo el tronco a conciencia, así como sus testículos, a los cuales dedicó especial cariño y delicadeza, no parando solamente ahí, si no el mismo tratamiento a trasero, el cual se tuvo que hincar dentro de la tina, primero enjabonó con la esponja y luego masajeó con su dedo índice, incluso osando rosándole un poco, tanteando, temblorosa, y tras comprobar que él no protestaba, lo acarició un poco en esa zona, dándole un extraño gusto, ya que el dedo de Mamá era fino y delicado y el gel le permitía jugar con su raja sin dificultad.

Tras finalizar el enjabonado, volvió a aclarar con agua tibia, indicándole a continuación que se sentara en la orilla de la tina, procediendo ella a enjabonarse los pechos y decirle algo que a mí me dejo temblando.

- Espero que esto le guste..- al tiempo que tomando aquella verga entre sus deditos delicados y haciendo que sus tremendos pechos lo abrazaran haciéndola casi reventar.

- Pero que rica se ve mi verga entre tus senos.. ¡Oh, pero más bonita se ve a ver entre tus nalgas.. porque este día te va hacer tan feliz..

Dicho esto y con más temor, Mamá introdujo su cabeza entre los muslos del sujeto, dando comienzo a una serie de lametones con su lengua sobre la piel áspera de aquellos testículos duros, pasando luego a introducirse uno de ellos en la boca mientras con su manita masajeaba con lentitud la verga, en una exquisita masturbación que aumentaba el goce que proporcionaba su chupada de güevos.

El negro cabeceaba y sufría para no venirse, y más cuando Mamá jalaba el cuero que cubría sus grandes güevos, en ocasiones conseguía introducirse ambos testículos dentro de ella, torturándolo con su lengua, estirando sin misericordia la piel. Este estaba en el mismísimo cielo, y para terminar de redondear el disfrute, comenzó a lanzarle comentarios depravados que sólo tienen lugar para ese tipo de mujerzuelas con las que se apareaba.

- Eres todo una putita muy chupona.. ¡Oohh.. sigue así, comiéndome los güevos. ¡Oghh, los tengo llenos, me voy a venir en tu carita de princesa si sigues así cabrona.. ¡Mhmmm..

- ¿Le gusta así?

- Claro que me gusta así.. ver a una putilla rica como tú, arrodillada entre mis piernas.. con esas tetas que te cargas entre mi palo. Pero deja de hablar y vuelve a meterte mis güevos en la boca..

Pero en eso el Conserje entró al baño, encontrando a su hermano sentado en la tina como Madre hincada entre sus piernas mamándole los pesados güevos..

- ¡Ja ja ja.. Si serás cabrón, yo pensé que la dejarías bañarse. Veo que sigues siendo igual de caliente.. Anda apúrate que la otra piruja ya preparó la merienda.. Aunque por lo que veo, tú ya estas alimentando a la Señora, ¡Ja ja ja..

- ¡Hija de puta como me la mama.. me dan tantas ganas de llevármela al barco.. te imaginas, unos meses allá tú y yo solitos en pleno océano, ¡Jea jea jea..

- Anda apura ya, que necesitas bastante energía para poder satisfacer a estas hembras, ¡Ja ja ja..

- Ni que estuviera tan viejo como tú.. fácil podría darle caña a las dos por días, sin una gota de agua, ¡Jea jea jea..

- Presumido, pero si estas cabrón.. anda ya que la comida espera..

- Esta bien.. ni modo nalgona.. vamos a comer algo, no quiero que te me vayas a desmayar cuando te la esté metiendo, ¡Jea jea jea..

Era un cerdo, un animal como lo eran los otros por la forma en que le hablaba y como las trataba, ¿pero que se podía esperar si hermano del desgraciado conserje? La dejó que se secara, como también le pidió que hiciera lo mismo con él.. Mamá parecía sumisa, pero también temerosa, este sujeto enorme también la iba a ser suya y eso a ella la tenía muy nerviosa.

Cuando salieron ambos del baño, ya estaban ellos comiendo, el Borre devorando una pieza de pollo y el Tito embadurnado una pieza de pan. El Marino y Mamá tomaron asiento mientras preguntaban a donde se había ido Beatriz

- ¡Aquí la tienen, ¡Je je je..- exclamó el Borre apuntando bajo la mesa.- Mi vieja prefiere su plato especial, mis güevos cargados, ¡Je je je..

La muy zorrota se encontraba hincada debajo de la mesa entre sus piernas, chupándole con glotería los güevos mientras el cerdo disfrutaba de la merienda, ya era un descarada, ya no había cavidad para que se pusiera modosita.


El Marino aprovechando que ya no había vergüenza, le preguntó a Mamá algunos detalles de su encierro con esos cerdos.

- Dime nalgona, ¿Ya te la han metido estos por el culo?

Mamá se puso roja como el tomate, pero entendió que ya no había impedimento para ocultarlo.

- Si, varias veces. La primera fue con tu hermano un tanto forzado y después con él. Sin embargo con varios juguetes sexuales y a que se les ocurrió ponerse crema, esa vez entró más fácil y terminó acabando en mi recto, pero en realidad no me gusta mucho.. Esas fueron las veces que me penetraron "por la puerta de atrás".

- Y respecto a las mamadas.. ¿se la mamabas a tu Esposo y ha acababa en tu boca? Porque en verdad que lo haces muy bien.. Lo hacen, para no ofender a tu amiga..- dijo asomándose debajo de la mesa.- Hola Sra Gobernadora..

- Algunas veces llego a ponerla.. pero nunca acabó en mi boca. El sabor salado de algunas gotas salía cuando la lamía, pero nunca me llegó a la garganta.

- Bien me gusta que seas sincera.. porque así será más fácil que te tragues los míos, ¡Jea jea jea..

- ¡Pues qué bueno que ya no te de asco la leche nalgona..- dijo de repente el Borre..- Porque quiero venirme en la boca de tu amiga y que luego te bese.

- ¡Ja ja ja.. Si serás cabrón Borre, ni en la mesa las dejas tranquilas, ¡Ja ja ja..

- ¡Que verga, para eso las tenemos ¿qué no?

- Si, me gusta que las dos zorras se besen después de beberse su lechita, ¡Ja ja ja..

- ¡Venga, Tetas.. date prisa, y no me manches, ¿okay?

Beatriz animosa y acuclillaba ante tal mandato, echando la cabeza hacia atrás para mirarle sumisamente. El Borre se agarró la verga y la empuñó sacudiéndosela velozmente. Con la punta le rozaba los labios y la nariz a la Sra Montes de Oca. La muy descarada aguardaba con la boca abierta y la lengua un poco por fuera, con su mirada servil dirigida hacia él. 

Los güevos duros se le movían al jalársela tan fuerte. A veces cerraba la boca para tragar saliva, pero volvía a abrirla, a esperas de la eyaculación. El Borre se la pelaba nerviosamente, como si quisiera venirse en seguida, pero tanto trajín parecía ya no tener más leche en los güevos.

Beatriz ladeó la cabeza y le estampó dos besos en los güevos, pero de nuevo echó la cabeza hacia atrás con la boca abierta y la lengua sobre el labio inferior. El cerdo soltó un bufido, apoyó el glande en la lengua y dejó de meneársela. Comenzó a brotar leche espesa sobre la lengua de Beatriz, leche que resbalaba hacia las muelas inferiores y hacia la garganta. 

Derramó una buena cantidad. Al retirarle la verga, Beatriz notó el semen muy gelatinoso y hasta masticó alguna porción antes de tragarse todo. El gordo se hizo a un lado para dejarla salir, y ella se irguió limpiándose la boca con el dorso de la mano. Cuando salió de la mesa, Mamá nerviosa espera ese grotesco beso.

Aún sin maquillar, los labios de Mamá aparecen húmedos y casi rojos, temblorosos y anhelantes, esperando así su acto lésbico. Beatriz se acerca a ella de manera mimosa, la aprieta contra su cuerpo y su boca queda un tanto por abajo de la de mi Madre, ya que ella no pasaba del 1.60 y Mamá realmente era alta en comparación.


Todos se quedan expectantes al igual que yo desde mi escondite. Beatriz deslizó una de sus manos desde sus nalgas hasta su espalda, notando como su amiga se estremece, debido a la situación. Mamá se inclina, acercando su boca esos escasos centímetros que la separan de la de su mejor amiga, y con mucha delicadeza, ella mordisquea su labio inferior.

Su aliento huele a cloro y algunas otras cosas. Mamá es consciente de lo que se trataba. Pero aun así se deja llevar, cierra sus ojos y siente aquellos labios que pellizcan los suyos, con igual delicadeza, y toman la iniciativa, abriendo su boca como una flor ante el rocío.

La punta de su lengua toma contacto con el hinchado labio inferior de su pequeña amiga y acaba lamiendo lentamente toda la superficie sintiendo los grumos. Beatriz, impulsivamente, deposita varios besos sobre su húmedo apéndice, antes de sacar el suyo propio y unirlo al de mi Madre por segunda vez.

En ese momento las dos lenguas se enroscan, Beatriz se funde entre abrazos. Su boca busca hundirse a la de mi Madre, introduciendo su pequeña lengua todo lo profundamente que puede, pasándole los fluidos. Mamá los percibe, los paladea, se escucha gemir y aspirando ese aliento al no poder despegarse para respirar. Finalmente, succiona la lengua fuertemente, tomándola entre sus labios.

- ¡Mhmm..- jadea al echar su cabeza hacia atrás.

Mantiene los ojos cerrados, la lengua totalmente fuera de la boca, lo que le da una expresión de pura lujuria y una imagen grotesca de ambas al estar unidas por una delgada película de fluidos seminales.

- Eso está bueno.. pero yo me refería a un beso de lengua..- le dijo el Borre.

- ¡Muchooo..- replica la zorra de Beatriz con un quejido.

- .. noo,- dice Mamá apenada.

- ¿Quieres más besos Tetas?

- ¡Sííííí..- y se cuelga del cuello de mi Madre, introduciendo su pequeña lengua en su boca, totalmente desatada en su pasión.

- ¡Par de chanclas lujuriosas, ¡Je je je.. dense pues, que ya se nos está parando la verga con solo verlas.

Sin la necesidad de forzarlas ahora, sus labios se pegan cuanto pueden, sorbiendo saliva de una forma deliciosa, no por su experiencia sino por su deseo irreprimible. Las manos de Beatriz se tallan al cuerpo de mi Madre por completo, deslizándose de arriba abajo. Soba sus nalgas y muslos, su cintura y espalda, su vientre y senos. Mamá gime y se retuerce, sin soltar su cuello en ningún momento. Finalmente la aparta, su amiga jadea, recuperando el resuello, y clava sus ojos en ella con un brillo de lujuria.

- Bueno ya.. la fiesta es para mí, no para la zorra de tu amiga. Y como veo que ya tragaste, pues para que esperar más.. a tronar ese culazo tan lindo. Lo siento señores, esta guerota será para mi solito.. y tu Señora Gobernadora atiende a estos que después bajo por ti.. vamos a tu cama nalgona, ¡Jea jea jea..- dijo empujándola, agarrándola de las nalgas.

- ¡Perdona si encuentras las cobijas almidonadas, ¡Je je je..- le dice el Borre antes de que ellos se marchen, dándole entender que había estado cogiendo toda la noche.

En esta ocasión, Mamá no tuvo más remedio que caminar hacia dónde la dirigían esos dedos largos que tenía entre las nalgas. Subieron hacía las habitaciones dejando a los dos tipos recuperando sus penes en los labios de la traidora chaparra. La pobre de Mamá subía las escaleras con un dedo en su intestino dirigiéndola, debió sentirse cómo monito de bentrilogo siendo manejada por otro.


Cuando estuvieron en el pasillo el infeliz negro en lugar de tomar a la izquierda tomó al lado contrario dirigiéndose a mi habitación, lo que Mamá deprisa respingó:

- ¡No, espera.. para haya no. ¡Esa es la recamara de mi hijo..

- ¿Y qué.. nunca has cogido en la cama de tu querubín? Pues vamos a estrenarla.. además, me cayó bien el bastardo, no creo que se enoje porque encule a su Madre en ella. Además no pienso mancharme de tanto porquería dejaron en esas colchas ya lo escuchaste.. y ni se te ocurra besarme, traes el sabor de aquellos güevos, ¡Jea, jea, jea..

¡El desgraciado negro quería abusar de mi Mamy en mi cama, sin saber que yo estaba ahí. Esto debía ser una pesadilla, estaba a punto de presenciar la tremenda enculada de mi progenitora a “escasos metros de mí”. El terror se apoderó de mí, ¿y si me descubrían?, ¿si por algún motivo abrían el closet? Temblando de miedo apagué la laptop y me quedé en silencio, apenas respirando..

- ¡No por favor, aquí no.. mejor vayamos a mi recamara, cambio las sabanas si quieres..- decía mi Madre tratándose de librar de la mano que la arrastraba.

¡Por dios, ya estaban aquí dentro, podía escuchar la respiración acelerada del negro tremendamente excitado, para mi suerte los closets están hechos con pequeñas rendijas que muestran una clara visión hacía afuera y un perfecto escondite hacía dentro, desde ahí estaría en el mejor asiento para presenciar la interracial enculada de mi Madre.

El negro ese, sin perder más tiempo dejó caer sus pantalones y sus calzoncillos cómo desesperado, dejando libre su portentoso instrumento bien parado, la verdad no calculaba bien su longitud, tenerla a escasos metros de mí se miraba horrorizante.. y ya ni se diga para Mamá que la miraba a sólo centímetros con terror.

Y es que el tipo era muy alto, musculoso, un buen ejemplar macho para cualquier hembra si alguna quisiera enfrentársele. El desgraciado negro se quedó de pie en medio de mi habitación exhibiendo su tremendo miembro. Mi Madre tragó saliva al comprobar el tamaño de aquella tranca rodeada de un denso vello y unas incontables venas cómo enredaderas, algo fláccida por la usencia de caricias, pero aun así se mostraba gruesa y bastante larga, casi doblaba en tamaño y volumen de los otros desgraciados, con un glande enrojecido y carnoso. Jamás había visto algo parecido.

El negro impaciente la toma de los cabellos jaloneándolos circularmente, lastimando su cuello para que ella sepa que si sigue resistiéndose la pasara mal.

- ¡No, no, por favor no me lastime..- Mamá recuerda lo vivido al inicio de este secuestro, trata de alejar al hombresote con sus manos para alejarlo.

El enorme negro la toma del cuello casi ahogándola, mide su fuerza pero aun así ella siente que no puede respirar, el negro la empuja en mi pequeña cama, le toma las piernas juntándolas y se las levanta con su otra mano. Mamá ha quedado apoyada en sus hombros y el negro de frente mirando sus hinchados labios vaginales.

- ¡Ya te diste cuenta de que no puedes escapar mamasota, que piernas, que tetas y que nalgas.. te voy a comer enterita que hasta me vas a suplicar.. ahora disfruta, que no yo no tendrás muchos.. ¡Mhmm que rica fruta.. ¡Sgrup, sgrup..

El negro comienza a lamer, Mamá enseguida siente un toque de electricidad recorrer su blanco cuerpo, sus manos golpean mi colchón tratando de alcanzar sus cabellos para jalarlos pero no lo logra, mueve la cara de lado a lado mientras siente que su vagina es lengüeteada sin parar.

- ¡No, por favor.. aquí no..

- ¡Que delicia de conchita mi amor ¡Mhnm! ¡Sgrup..

El negro ese estaba a dos metros de mí comiéndose la vagina de mi Madre, lamía sin parar, escupía para después volver a lamer. Las sensaciones en su entrepierna suben hasta su cabeza, la veo cabecear, poner los ojos entortados, afloja un poco las piernas para después ponerlas duras, quiere bajarlas pero las manazas del negro lo impiden. Sus mejillas vuelven a  estar rojas, el sudor en su frente es evidente, su cuerpo está comenzando a reaccionar ante las caricias de esa lengua babosa.


- ¡Sr Popeye, ¡cof cof.. ya, ya paree… deten.. detengase ¡Mnnnggg..

Sus suplicas flaquean, lo que indican que pronto estará servida para poseerla como él quiere, succiona, chupa los labios del clítoris, su boca abarca toda la conchita de Mamá, que siente como si le succionaran al interior de su cuerpo.

- ¡Aahh, dioossss.. ¡Mnnngggg.. ¡Qué bien lo hace ¡Aahhh! ¡Mnnnggg..- el negro le levanta más las piernas, lame su ano, enseguida ella se retuerce levantando su cuerpo, atrapando mis cobijas con sus manos.

Sus piernas se tensan empujando hacia arriba, sus ojos se le voltean ahora están totalmente en blanco, se muerde los labios y caen la cabeza mi almohada.

- ¡Aaahhh.. ¡Ahhhh.. ¡No aayy dioosss Noo.. ¡Mmnngghh..- Mamá no sabe qué hacer, las lamidas a su concha y ano son divinas.

El Marino la está volviendo loca, en esa ocasión no tenía fuerzas para fingir, ahora todo lo que siente es verdadero. El negro le ha abierto las piernas totalmente, tomada de sus tobillos sigue sintiendo el chapoteo que su vagina hace con su boca.

- ¡Qui.. quitese, por dioss, me voy a venir.. ¿qué me está pasando, ay diosss..- Mamá siente que se orina, no puede resistir las ansias de sacar líquido por su intimidad.

Pero el sujeto no la suelta, él sabe que lo que quiere sacar.. succiona, lame con más fuerza, mete su lengua en su ano haciendo círculos y la vagina recorriéndola de arriba abajo.

- ¡AAAHHH!! ¡NOOO... ¡MMNNGGhhh..

Mamá se muerde los labios, un chorro sale sin parar mojando todo el rostro del negro marino, mira a la mujer burlonamente, ella como si se tratara de una fuente expulsa otros potentes chorros. Mamá se ha corrido sonrojada cansada por el orgasmo se desvanece cerrando los ojos.

- ¿No que no, sorra?.. abre los ojos, mira tus líquidos en mi cara, por toda la cama.. Que ricos saben dulzura ¡Mhmm.. deliciosos..

El Marino acerca su rostro, Mamá apenas puede mirarlo, percibe su cara cubierta en líquidos de su vagina. Se avergüenza pues ella sigue creyendo que está siendo violada ahora por este.

- ¡Ahora te toca mamasota.. te la voy a meter en la boca y cuidado con los dientes desgraciada.. Quiero una buena mamada como la que me diste en el baño.

El negro trepa por mi cama y queda encima de Mamá, ella esta tan cansada que no intenta nada, solo siente que el sujeto le acerca la verga cada vez más cerca de su boca.. a su mente llegan sus palabras “Quiero una buena mamada” recuerda donde está, y lo que acaba de hacer en esa cama, pero antes de hacer algo, el marino le pone una mano en la boca y hace que la abra. De una se la traga hasta donde su boca se lo permite.

- Pero que golosa es la Señora.. ¡Ooghhh..- el negro empuja poco a poco, una vez más Mamá se siente sofocada, en estos momentos solo ve oscuro, el abdomen del negro que le sostiene la cara bien tomada de la mandíbula.

- ¡Mas adentro puta.. mas adentro. ¡Eres mi puta y te cogeré esta boca tan hermosa.. ¡Traga verga Señora..

Mamá con sus manos en la panza trata de sacarse el falo pero el sujeto no se lo permite, un vaivén se comienza a producir con cada estocada, el negro introduce más y más su inmundo pedazo de carne ahogándola. Sus manos dejan de hacer fuerza el tipo la toma de su cabellera forzándola aún más.

Mamá recuerda al gordo del Borre, pues fue tratada igual de brusco que este negro, que prácticamente estaba cogiéndola por la boca. Los movimientos de cadera empujándole la obligan a hacer maniobras, pero el sujeto no saca su verga de su garganta. Babas combinadas con líquido pre seminal corren por toda su cara, el sujeto siente que dentro ella mueve su lengua y afloja la garganta.. esto lo llena de perversión, pensar que una mujer como ella, con su rostro de ángel se trague por completo su verga.


- ¡Aarrgghhh.. ¡Cof cof.. aaagghhhh..

El negro por fin la suelta, ella necesita jalar aire, se levanta un poco, toda mi cama está hecha bolas. Su boca la siente dislocada, sus mejillas están dormidas de alojar tremendo miembro, pero antes de poder pensar, la jala para volverla a acomodar.

- ¡No por favor.. así noo.. déjeme hacerlo a mí por favor.. déjame que te la mame yo sola..- suplica con lágrimas en los ojos.

- Bueno está bien.. lúcete, pero si no me gusta lo que haces o no te la tragas ya sabes lo que te espera. Anda..

Y para evitar que ese la fuera asfixiar, se arrodilló nuevamente frente a ese portentoso brazo para seguir con sus caricias labiales.. metiéndose ese terrible miembro a su boca, comenzado una larga y deliciosa mamada con su boquita. Obedeció sin rechistar, intentando meterse en la garganta aquel cipote inusitado que seguro llegaba a los 20 cm o más. Escuchar los chasquidos de mi Madre a tan sólo unos metros de mí se me empezó empalmar, no entendía cómo mi cuerpo y mi mente se excitaran en este momento tan peligroso.

Y es que ahora lo hacía cómo una profesional.. se metía todo lo que podía llenándose toda la boquita de carne, pegándole al mismo tiempo una fuerte chupada, “¡Shochss! ¡churckkss!, ¡shochkk!” Para luego sacárselo despacio lamiéndolo y chupándolo, mientras tanto con sus manitas le acariciaba los güevos y les daba uno que otro besito de vez en cuando.

- ¡Oh perra.. me encanta cómo lo mamas. Te llevaría en el barco pero no aceptan llevar putas.. que si no, que bien no lo pasaríamos ¡Ooohhh..- decía el desgraciado acariciando sus mejillas.

Al poco rato, Mamá ya le había agarrado cariño a esa cosa.. tomó ese mástil entre sus manos, lo acarició por todo lo largo, le dio unos besitos suaves y se lo fue metiendo lentamente en la boca, succionando con fuerza hasta que se atragantó con ese poderoso garrote en la garganta.

Lo recorría en toda su longitud mientras su lengua hacía maravillas con el glande. Era una verga magnífica, de más de 20 cm, gruesa, amoratada y surcada llena de venas, sobre unos güevos negros, peludos y llenos de leche. Yo desconocía a mi Mamy, era claro que ya había agarrado experiencia mamando vergas de todo este encierro.

El Popeye, la separó de su garrote dándole tiempo de recuperar la respiración, la tendió sobre la cama, pensé que ya iba a penetrarla, pero no fue así, el desgraciado negro quería alargar más el asunto, quería disfrutar a tan magnifico ejemplar.

- ¡Ábrete de patas.. quiero verte bien ese chocho de piruja que tienes..- le dijo haciendo que pronto cayera a su realidad, siendo usada cómo la peor de las putas.

Ahogando de nuevo su orgullo se abrió de piernas todo lo que pudo para mostrarle a ese macho el más íntimo de sus encantos. Cierto que no era la primera vez que ese degenerado disfrutaba de la vista de su parte intima, pero era la primera vez que ella se mostraba así para uno de sus captores. Ahora no era cuestión de dejarse hacer, de simplemente sufrir los manoseos y manipulaciones de su violador. Ahora debía llevar la iniciativa y rebajarse a satisfacer los deseos de un nuevo desconocido. Con el riesgo además, de que seguramente, después de esto, no acabaría, estaría siendo violada nuevamente por los otros extraños, a los que tendría que complacer nuevamente.

Tras contemplar unos instantes ese maravilloso cuerpo brilloso en sudor, y es que ver a tan elegante Señora, con algo de temor pero a la vez excitada por la situación, hacía incrementar las ganas del negro, que no hacía más que respirar atareado por la tremenda calentura que lo azotaba.

Y es que Mamá a pesar del temor que le producía ese negro y su tranca también estaba excitada, su cuerpo la traicionaba a pesar del temor de ser lastimada. Ella temiendo por esa tranca pero a la vez queriendo ser acariciada le ofrecía sin límites su sexo.. abriéndose completamente las piernas, sintiendo su aliento asqueroso por todos sus rincones. 

Mamá cerraba los ojos y respiraba aceleradamente, no quería estar sintiendo eso, quería reprimir sus sensaciones, pero ese macho era bueno, la estaba volviendo a calentar, ese negro musculoso que estaba a punto de violarla le estaba empezando a excitar de tal manera que empezó a morderse los labios, para apagar ese grito de placer que llevaba dentro. 

Después de disfrutar ver cada centímetro de su piel, subió hasta su boca para ahogarse en un beso de lujuria enredando sus lenguas, era raro ver a Mamá entregarse en un beso así, y es que el negro desgraciado le metía la lengua hasta las anginas, podía ver cómo habría al máximo su boca para tragarse casi el rostro de mi Madre que lo recibía entregada.

Estuvieron un buen rato así, disfrutando de sus labios, mientras el negro le sobaba las tetas, las apretaba tanto causándole un pequeño dolor que hacía que ella soltara pequeños quejiditos ahogados sobre los labios de su captor. Este bajó por su boca, por su cuello hasta llegar a su pecho.. empezó a chuparle las tetas con violencia, a lamerlas cómo desesperado, parecía querer sacarle leche porque succionaba el pezón con fuerza, al mismo tiempo con sus dedos trabajaban su conchita.

¡El negro era un semental.. acariciaba cada rincón de su cuerpo. Tremendamente excitada, Mamá se aferraba con sus uñas a sus fuertes brazos, y mirando al techo sintió cómo su sexo palpitaba en deseo. Los dedos del negro se movían a gran velocidad por su sexo. Su chochita se humedecía con el forcejeo de esos grandes dedos rascar sus labios y clítoris.

Mamá gimió y llevando una mano hacia su pecho, comenzó a acariciar los contornos de sus pezones para empezar a pellizcarlos y jalarlos. Sus gemidos se volvieron más notorios a medida que su agresor movía sus dedos expertamente, abriendo sus labios, deslizándolos suavemente por sus carnes internas, acariciándole en lo más íntimo, sintiendo oleadas de un placer intenso que prometía no ceder hasta devastarla.

El Marino tomó con sus dedos el capuchón de su clítoris. Con movimientos suaves y acompasados comenzó a estimularlo. La boca de Mamá se entreabrió y su espalda se arqueó al sentir los contactos. Cerró los ojos y se deleitó del gran placer que su agresor le estaba dando. Una oleada de salvaje placer volvió a nacer de su pubis y recorrió todo su cuerpo haciéndola temblar cómo una hoja. Mamá se retorcía del tremendo placer que le sacaba su agresor, hasta hacerla explotar en otro tremendo orgasmo, abundante en jugos, suspiros y gemidos ahogados. 

- ¡Te vas venido putas, y dos veces ya..  ¡Ahora me toca a mí. Te toca verga mamasota..

El negro la acomoda, levanta sus piernas colocándolas en sus hombros, Mamá reacciona, trata de levantarse de alejarse, pero el negro la toma de las caderas acercándola a su miembro que roza su hendidura, la cabeza se centra, está listo para una brutal estocada.


- ¡No es-espere nooo.. ¡Aayyy es-espereeeee..- el negro tomando su verga apunta a la entrada bien firme, no esperara por nada, la mira ella se retuerce tratando de huir. Comienza a acostarse encima de ella que queda doblada sin poder hacer nada, la penetrara sin piedad con su poderosa estaca.

- ¡Déjate de mamadas ya.. vamos a coger. Estas apretadita mamasota, puedo sentir tus pliegues abrirse ¡Mmhhh.. ¡Ahí te voy Oohh.. el negro mete el glande que poco a poco abre aquella hendidura rosada. Mamá histérica grita hasta quedarse afónica sintiendo la dura penetración.

- ¡Noo, por favor.. espera, espera. Me vas a lastimar, por favor..

- ¿Que chingados quieres, pues? A eso hemos venido, a coger..

El desgraciado negro enfadado por la negativa de mi Madre. La agarró del pelo con relativa brusquedad, volteándola para ponerla a cuatro patas, pero al sentir la violencia ella trató de calmarlo, este desgraciado era capaz de dejarla en silla de ruedas si la lastimaba.

- ¡Espera, espera.. Quiero volvértela a chupar.. me ha gustado tener tu cosa entre los labios..- dijo dándose la vuelta.

Me quedé con la boca abierta sin poder dar crédito a lo que decía mi Madre, no sé si lo decía para que el negro no la atravesara o porque en realidad si le había gustado chupar ese portento, pero ahora se lo pedía gustosa, con un brillo especial en sus ojos. El negro sonrió retorcidamente pelando su dentadura y rió cómo un idiota, colocándose sobre ella y sentándose sobre su abdomen de forma que su tremenda verga quedara metida entre aquel par de hermosas tetas firmes, adornadas por ese lindo lunar en su glándula mamaria izquierda.

- ¡Esta bien, pero rápido.. quiero que me hagas una buena cubana perra. Quiero que me aprietes la verga con tus tetas. ¡Te las quiero coger.. y cada vez que vaya hacia delante, quiero que abras bien tu boca de puta que tienes y me la mames cómo sabes..

- ¡Aah, ah.. ¡Sí, mi amor.. si mi macho..

Nuevamente se encontraba frente a mí a esa hembra, esa cerda que se escondía en el interior de mi Madre, esa puta que salía de no sé dónde de mi Mamy, la que se revolcaba con lujuria con cualquier macho, la actriz principal de este relato, la causante de mi perversión y la dueña de un sin fin de mis pajas.

- ¡Te voy a llenar de leche perra.. te la voy a sambutir tan adentro de esa boquita de mamona que tienes que te va a llegar hasta la garganta.

- ¡Sssiiii, mi machoooo.. dame tu cosota que me encanta.

Mamá perdía más y más el control cada vez, ese negro desgraciado había despertado a la ninfómana que la Señora Tapia llevaba dentro.

- ¡Sssiii.. Mi macho divino.. esta hembra es tuya para lo que se te antoje ¡Soy tu Puta, tu cerda, tu mujer.. ¡Lo que quieras mi vida..

Estaba de piedra viendo la transformación de mi Mamy, cómo era posible que cambiara tan rotundamente en tan poco tiempo.. hace unos minutos era ella la que reflejaba temor, pero ahora pareciera que lo deseaba, ¡quería ser empalada por ese negro ejemplar!, ese desgraciado Marino bien podía ser actor de películas porno.


Popeye empezó a mover su cadera frenéticamente, deslizaba su poderoso miembro entre los senos de mi Mamy, escupiendo sobre ellas a cada rato para lubricarlas. También le escupía en la cara y ella abría la boca para saborear el salivazo. Provocándome algo de asco, pero a ella no parecía disgustarle.

Cada vez que el pene llegaba hacía delante, ella ya lo esperaba con la boca abierta y la lengua de fuera, succionándolo fuerte. Él la agarraba de la cabeza, con los dedos enredados en sus abundantes cabellos rubios, forzándola a una pose incómoda pero excitante al mismo tiempo. A veces se la metía hasta el fondo cortándole la respiración y se la dejaba ahí hasta que los ojos de mi Mami se ponían llorosos y colorados, síntoma inequívoco que le advertían que se estaba ahogando.

Las lágrimas rodaban por sus mejillas y le corrían el maquillaje, pero ella aceptaba ese trato muy gustosa, estaba decidida a complacer a ese macho cómo ella le decía. Con una mano, él buscó su sexo y le metió dos dedos con brusquedad en la conchita, para empezar a joderla nuevamente con ellos, metiéndolos y sacándolos con fuerza e insultándola.

Le pellizcaba y estrujaba su clítoris con fuerza, a veces le sacaba los dedos y se los embarraba en la cara con sus propios jugos, también le daba golpes en el rostro con su miembro. Ella se aferraba a sus tetas, cómo no queriendo dejar escapar el tremendo chocolate que el negro le arrastraba, y lo chupaba con fuerza cada vez que lo tenía a su alcance. El ritmo que tenían los dos hacía que mi pobre camita tronara de los movimientos que encima de ella se producían.

- ¡Prepárate zorra.. voy a vaciar mis güevos en tu linda cara.

Ella sonrió con complicidad mientras él se acercaba más a ella, sentándose directamente sobre sus tetas, inmovilizando(innecesariamente, ella lo deseaba) su cabeza entre sus poderosas piernas, y masturbándose sobre su cara, colocando el capullo apuntando directamente a escasos centímetros de su boca.

Mamá, sonriente, abría está totalmente, invitando a cumplir tal promesa, sacando la legua lo más que podía. El primer chorro fue directamente a su garganta. pero fue seguido de otros que impactaron unos en su cara, y otros también en su boca. Fue una chorreada larga, un mar de leche que la dueña de la casa recibió golosamente.

Cuando eyaculaba en la boca de mi Madre, agarró fuerte su cabeza contra él durante largo rato, apretándola contra su palo, notando cómo esta llegaba muy dentro de su boca que gorgoteaba entre arcadas, tragando el semen que tenía en la boca y los leves chorros que salieron después, durante otros tres interminables minutos.

Los primeros chorros, ni siquiera pudieron ser tragados, llegaron directamente al estómago. Y de no ser por la descomunal cantidad de semen vertida, Mamá no hubiera ni paladeado la más mínima gota. Cuando el Marino la liberó la cabeza, Mamá retiró esta de entre sus labios, con los ojos arrasados en lágrimas, y relamió sus labios manchados de semen.

Más que un orgasmo, lo que aquel hombre sentía era una auténtica orgía orgásmica concentrada en un instante. Le parecía derretirse dentro de la Señora conforme su semilla salía y salía sin parar cómo si de una fuente láctea se tratara. Una de las pocas veces en las que se sintió verdaderamente ordeñado.

- ¡Mmggghh.. ¡Coff!!, ¡coff!! shabés delicioso, mi rey.. le apremió dulcemente tras recuperar algo de aliento.

- ¡Uff!, ¡uff! ¡Y tu boca parece una aspiradora, desgraciada.. ¡Te la tragaste toda, perra sucia y divina ¡Jea, jea, jea.. Ahora no quiero que te limpies.. déjate así cubierta de mi leche.

- ¿Y que más me vas a hacer.. mi macho?- le dijo con su voz en tono coqueto.

- ¡Te voy a coger cómo la perra que eres.. te voy a sambutir mi verga hasta las entrañas..

- ¡Uyyy.. pero me va a doler. ¡La tienes bien grandeee..- abrió los ojos mi Madre al sentir cómo esa tranca empezaba a rozar sus labios vaginales, sin ápice de haber perdido dureza.

- Abre bien tus piernas, putita.. eso es, déjate llevar y vas a ver que rico se siente. ¿Quieres saber que se siente cuando te llenan al límite? ..y créeme, te va encantar, ¡Jea jea jea..

Mi Madre ya no negarse ante lo inminente, sólo respiraba y se humedecía la chocha con su mano para no salir herida. Ella sabía que aunque su chochita estaba muy dilatada y ansiosa por ser taladrada, esta era monstruosa, sabía que por más jugos que produjera le sería imposible recibirla toda dentro de su cuerpo.

Poco a poco él se fue poniendo en posición y colocándose arriba de ella apoyó su caliente verga sobre los labios abiertos del sexo de mi Madre.

- ¡Ahora mírame a los ojos mientras te la meto. Así no te asustas tanto..- le dijo el desgraciado mientras se enfilaba con su dura estaca.

- ¡No por favor.. es muy grande.. No voy a poder..- suplicaba ella mirándolo a los ojos.

Pero el negro ya embravecido y cegado por el gozo no le hizo ningún caso ahora, colocó la punta sobre esa ardiente hendidura y sin ningún preámbulo se la empezó a enterrar. El primer empujón del negro casi la hace correr de lugar hacia arriba. La piel de los labios vaginales de mi Mami se estiraba más y más mientras el continuaba empujando. Con su mano derecha el Marino ayudaba acariciando y abriendo más el sexo de ella mientras la izquierda la sostenía de los hombros evitándole el escape.

Poco a poco Mamá fue sintiendo que su cuerpo se abría en dos mientras la penetraban cómo nunca había siquiera imaginado.

- ¡Uhhh.. despacio, por favor. ¡Nooo, no puedo.. sácala, sácala, ¡Es muy grande.. ¡Me vas a partir..- se quejaba ella asustada.

Otro fuerte empujón del negro la hizo gritar y abrir los ojos mientras lo tomaba de los hombros apretándolo. Mi Madre sentía cómo el caliente pedazo de carne se abría paso por su sexo. Ya estaba adentro de ella, y no sentía dolor, pero si sentía el tamaño de la verga y se preguntaba cuanto más iba a meter dentro de ella.

- ¡Noooooo por dios ya dio a topee.. aannnggggghhhh!- el negro seguía empujando con los ojos cerrados, ensartando su falo en las profundidades de mi Madre, que sentía un ardor intenso, el dolor es igual al que sintió cuando le rompieron el culo.

Abajo, Beatriz se soltaba a reír con una felicidad que no cabía en su cuerpo, estaba irreconocible, se paseaba por mi casa desnuda, atendiendo a esos machos con total descaro, sin la mínima preocupación del tormento que empezaba a sentir su mejor amiga. En ocasiones se escuchaba el grito de mi Madre por toda la casa, que salía de mi recamara y lograba inquietarlos a todos, pero terminaban en una total carcajada imaginándose como el sujeto la tenía ensartada..

- ¡Siii.. así puta. Relájate y vas a ver cómo entra toda..- decía el Marino gritando escuchándose por toda la casa.

- Es.. es ... es muy grande. ¡Despacito por favor..

- Oohh.. mamasota que cerrada estás.. ¡Orrggggg..- el negro no ha escuchaba lo que gritaba Mamá, estaba concentrado, esa vagina abrazaba su verga como ninguna otra, sentía que ya no podía entrar más pero se esforzaba para poderlo hacer completamente.

Para Mamá el dolor era muy grande, su espalda se arcaba a cada penetración, tomando las sabanas que las apretaba con sus puños. Movía la cabeza de lado a lado desesperada sintiendo un ardor infernal, sus piernas temblaban ante la intromisión del negro.

- ¡Que es esto puta.. ¿ya no te está gustando o que chingados? Soy el primero que te la ensarta toda ¡Oorrgggghhh! Que rico es abrirte toda mamasota..

Mamá abajo del enorme negro sentía aquel pene monstruoso entrar hasta lo más profundo de su ser. El Negro intenta retroceder pero no lo puede sacar, se ha quedado atorado en aquella vagina que se notaba al límite.

- ¡Aaaahhh aanngghhh! ¡due-dueleeee Nooo.. arghhh!

El Marino la toma de las caderas la mueve circularmente, Mamá abajo se mueve desesperada, toma su cabeza no lo soporta, su rostro delicado se transforma, se descompone por el dolor, de su boca salen gritos desesperados que son escuchados por una Beatriz llena de alegría.. lo que seguramente esperaba era que Mamá terminara por sucumbir a ese negro para que ella no fuera su próxima víctima.

- ¡Ooohh ¡Putaaa, me o aprietas bien sabrosoo..

El negro se encima en ella moviendo sus caderas en un mete-saca despacio, quiere sentir sus pliegues vaginales, que cuando entra son introducidos con todo y su verga.. y cuando esta sale se los trae con ella. De pronto se escucha un silencio momentáneo, Mamá se ha quedado en shock, aprieta los dientes pues el dolor es enorme. El marino se mueve recio firme sobre esa hembra que sigue quejándose sin parar.

Las manos del negro ya no estaban en los hombros de mi Madre.. ahora, tomándola de la cintura dio el tercer empujón y le hundió otros 5 cms más.


- ¡AARGGGHH!! ¡Por diossss!! ¡Aaaayyyggghhh!! es muy... Larrrggooo... ¡Que gruesoooo, me vas... ¡Me vas a matar desgraciadorghh!!

Mi Madre sentía su sexo ardiendo cómo nunca y expandido al máximo de su capacidad de elasticidad.. con tremenda tranca hirviendo dentro de ella no podía evitar gritar con cada arremetida. Sus ojos abiertos con asombro no podían escaparse de la serena mirada del Marino que disfrutaba de sus ojos.

- ¡Ooohh.. ¡Eres tan estrechita.. ¿nunca tuviste una verga tan grande dentro? ¿verdad mamasota?

Mi Madre negó con la cabeza mientras se mordía los labios y se tomaba de los brazos de él. Muy dentro de ella sentía que moriría. El siguiente empujón del negro no le fue inesperado y mientras lo sentía hundirse dentro de ella continuaba gritando. Casi inmediatamente el tal Popeye ese dio el último empujón y todos los 20 y tantos cms estaban dentro de ella.

- ¡Argghh, ¡Ah!, ¡Uh..- mi Madre no podía ni hablar, estaba completamente llena, arrebozada, tan sólo trataba de regular su respiración y trataba de acostumbrar su cuerpo para soportar tremendo intruso.

- ¡Uff.. Ya lo tienes todo adentro.. ¿viste cómo si podías?- dijo él acariciando su cabello.

- ¡Ah, ¡Uh.. ¡E-es muy grande..- respondió ella.

- Sí.. y eso te gusta ¿no?- sonrió él.

Mamá no respondió, pero su rostro lo hizo por ella cuando se sonrojó. Mi Madre empezaba a respirar porque el negro había comenzado a cogerla sacando y poniendo su carne dentro de ella. Las piernas de mi Progenitora temblaban y sus pechos se sacudían con cada arremetida.

- ¡Mhmm.. ¡Qué tetazas y tus panzoncitos ricos ¡Mhmm.. ¡Sabes delicioso mamasota..

El negro observa que la mujer no disfruta, que solo sentía dolor y ya lleva un buen rato así.. recuerda que estas mujeres no son iguales que las putas que seguramente frecuentaba en cada puerto, y a diferencia de aquellas estás no estaban acostumbradas a ese trajín, piensa.. mientras que sigue metiendo su verga en las profundidades de la hermosa rubia, lame sus senos, los chupa, los muerde despacio, abajo Mamá siente un ligero masaje a su clítoris, el sujeto juega con él mientras la penetra.

- Te prometo mamasota que así comenzaras a disfrutar.. como hace rato que te miaste en mi cara.

El cuerpo de Mamá era machacado, estaba sudada, ensalivada, mi colchón estaba todo mojado por su corrida.. pero gracias a su ardiente cuerpo, su vagina comienza a soltar líquidos y con ello deja que el miembro entre más rápido, con mucho menos dolor.. afloja la quijada, sus músculos se relajan, sus manos dejan de apretar las sabanas.

- ¡Aaaahh! ¡Mhmm.. ¡aaaahhhhh!- sus gemidos salen de su garganta despacio casi in audibles.

El negro satisfecho con esto, por fin esta lista para la batalla, ahora será más fácil cogerla según piensa, así que la toma metiendo sus manos por en medio del colchón y la espalda, se afianza para comenzar la penetración más rápida, más dura, más fuerte. Mamá reacciona, se agarra de su cuello metiendo la cara en su pecho del despiadado negro.

- ¡Aaaayyyyy.. ¡Aaaaahhhhh! ¡Aaaaahhhh!!! ¡diooosssss aaaahhhhh..

El negro ya hincado en el colchón la penetra de una forma rápida, parece una maquina neumática, mueve las caderas bien abrazado a mi Madre. Se detiene por momentos y después la vuelve a penetrar a la misma velocidad.

- ¿Te gusta, di que te gusta perra? ¡Ooorgghhhhh!.. Eres mi putita rica ¡Oohhh que rica estasss..- el negro disfruta del cuerpo de la mujer. Mamá no deja de gemir, su boca no para de hacer ruidos extraños.. este la abraza la jala por toda mi pequeña cama para llegar al filo de esta, en un movimiento se levanta con todo y mi Madre que sigue ensartada.. enseguida ella se abraza a sus anchos hombros recargando la cabeza a un costado, sintiendo que es tomada de las nalgas.

- ¿Quieres que te la saque pendeja?- le pregunta el negro parando en seco sus embates.

- ¡NOO!! ¡RÓMPEME YAAA!! ¡Truéname toda Cabrón! ¡Ábreme en dos!! ¡Destrózame en mil pedazos pero no la saquess.

- Vaya con estás Señoras.. sí que son un par de putas insaciables, ¡Jea, jea, jea..

Mamá resultó ser esa puta insaciable.. hambrienta de carne y vicio, y él un macho soberbio, un semental con mucho vigor, había que admitirlo. Si bien ella estaba húmeda y caliente, al principio le costó asimilar el calibre del negro ese. Sus ojos desorbitados se llenaban de lágrimas, pensé que la lastimaba, pero entonces ella misma se dejó caer hasta tenerlo todo en su interior, lanzando un grito largo y agónico, ya no le interesaba que su cuerpo se le abriera por dentro.

- ¡Aaaaahhhhh Aaayyyy Aaahhhh! ¡Mhmmm..

El negro la mueve, la sube y la baja metiéndole su verga lo más rápido y profundo que puede, Mamá estira los brazos sujetándose del cuello, arquea la espalda.. el dolor ha pasado ahora solo es placer, un placer desbordante, sus piernas totalmente flojas cuelgan por los lados del enorme cuerpo del viejo que la arremete sin parar.

Abajo Beatriz se restriega la panocha muy fuerte frente a ese gordo, quiere ser penetrada nuevamente.. que la use y la castigue pero que la salve de ese animal que estaba encerrado con su amiga.

- ¡Aaaahhhhh Mhmm! ¡Dios mioo noo.. ¡m-me.. Me.. voy a venirr ¡AAAHHH Me voy a venir de nuevooooo! ¡AAAAhh!

Mamá no se da cuenta lo fuerte que grita, ella así lo desea y así lo hace, el negro siente correr en sus anchas piernas el líquido vaginal de la rubia.. ahora como muñeca de trapo cuelga en los brazos de este que la baja saliéndose. Mamá no se repone esta desguanzada, sus piernas las siente flojas no puede pararse por ella misma.

“¡SPLASH ¡SPLASH..” Se escuchan dos manotazos uno en una nalga y otro en su rostro, esto hace que la Mamá reaccione. Pasando saliva mira al negro ahí los dos parados en la habitación de su hijo.. pensé que reaccionaría ahora pasando el orgasmo, pero se acerca a su rostro, se para de puntitas y lame los anchos labios que el negro tiene como característica. Mientras lo hace este camina rumbo a la pared cercana, la aplasta entre esta y su atlético cuerpo.. busca la entrada vaginal y de una se la vuelve a meter levantando a Mamá que se para de puntitas recargada.

- ¡Ufff cabrón.. como me haces gozar.. ¡Aah.. Me haces sentir una puta de verdad.. me gusta.. jódeme como quieras.. pero jódeme.. dame bien.. quiero ser la más ramera.. dame por favor..

- ¡Oohh, sí.. ¡Te cogeré mucho más.. eres todo una puta, ahora cuando cojas ya no sentirás nada.. me extrañaras, ese es tu destino ahora, recordaras la culeada que te daré. Eres una cualquiera deseosa de verga, deseosa de encamarte con cualquiera, pero ya no sentirás lo mismo a partir de hoy.

El Marino fuera de sí le consulta lo que será su vida ahora.. mientras la apuntala sintiendo que sus nalgas se abren. Mamá llena de placer escucha esas palabras que la calientan.. su vagina es una catarata de fluidos, el negro le da verga muy rico, le fascina, la forma en que la tiene apretada contra la pared metiéndole una y otra vez su miembro, que se desliza gracias a sus jugos.

- ¡Si.. sí.. Se-seré lo que us-usted quieraaaaaa! ¡AAAhhhhh! ¡La siento, le siento toda su vergaaa Mhmm.. ¡AAAhh!

El negro queda impactado con la respuesta que le da la ardiente rubia.. mete su mano por entre la pared y las piernas de Mamá y le rasca el clítoris, ella al sentir el magreo se retuerce, una vez más su vista está en blanco su cuerpo lo siente desguanzado, de su boca salen gemidos y babas.

- ¡Que ricooh, que rico me cogeee.. ¡Más, más, más, quiero más por favor.. más fuerte.. ¡Soy una mujerzuela

Mamá ya no sabe ni lo que dice, simplemente lo hace por lo caliente que estaba. Abajo, Beatriz se morrea con el gordo ya que el Tito se encuentra dormido, en ocasiones escucha a Mamá gritar, pero ya no son gritos de dolor, ahora son gritos de una mujer que quiere ser poseída por ese animal insaciable..

Mamá ya había vivido algo parecido no hacía mucho, ¡Joder, si había sido hace un rato.. Aquello no podía ser normal. Ella no era así.. tan Puta, vamos. Cierto que había disfrutado del sexo con sus diferentes amantes pero jamás había estado tan salida. Y sin embargo.. bueno no podía negar la realidad. Desde que cayera en manos de esos degenerados había disfrutado de los mayores orgasmos de su vida y seguía teniendo ganas de más. Cuanto más disfrutaba del sexo, mayores eran sus deseos y sus ansias por repetir. Ahora mismo se estaba haciendo un dedo en el ano frotándoselo descaradamente mientras la tremenda reata la atravesaba sin remordimientos contra la pared.


En su mente ya no había espacio para otros pensamientos. Sólo había sitio para el sexo, para el infinito placer que innegablemente se había adueñado de ella. No quería reconocerlo pero aquella situación la provocaba de tal manera que la hacía perder el sentido. Efectivamente, no tenía sentido, no tenía lógica pero así era; a mi Mami le gustaba ser un títere en manos de aquellos hombres que la usaban para el simple placer. Le encantaba ser la puta de un desconocido y el recordarlo, el tener que reconocerlo, le iba a proporcionar irremediablemente un nuevo orgasmo.

La habían secuestrado, la habían usado y disfrutado cómo a una muñeca de plástico, la estaban emputeciendo sí.. pero estaba gozando cómo nunca, cómo una verdadera perra.

- ¡Sííí.. ¡Oh qué gustooo!! ¡Dios ya.. ya.. oooh.. aahh.. ¡Qué grande.. ¡HAUU!!.. ¡Eres grande mi macho..

La terrible y salvaje cogida no se hizo esperar, le dio duro, rápido y tupido, la hizo acabar de nuevo otra vez, pero él aún se contenía, tenía mucha fuerza, mucho vigor, era un gran semental con 6 meses de abstinencia y Mamá fue la sacrificada, fue la suertudota de saciar las ganas de este animal.

El tipo se salió de Mamá dejándola con un gran vacío en su vagina y es que al sacársela venía escurriendo con todos los fluidos.. el mendigo negro se tiró sobre mi cama con su tremenda reata apuntado al techo. Mamá con su cara desencajada intuyó lo que él pretendía, acercándose aun con las piernas de temblorosas y colocándose saliva en la chocha se subió arriba de mi cama.

La Sra Tapia consiguió situarse correctamente encima del vertical mástil. Despacio, tal y cómo parecía gustarle a su dueño, se fue sentando sobre ese apetitoso miembro. De vez en cuando, se detenía y agitaba sus caderas, describía un amplio círculo con ellas se elevaba ligeramente y continuaba con el descenso.

Su semental no la interrumpía así que debía de gustarle. Ella misma notaba cómo su respiración se agitaba y cada vez era más consciente de los pequeños gemidos que emitía según se iba sintiendo más llena. Cuando finalmente consiguió enfundarse el grueso sable hasta el tope de su vagina, no pudo sino reflejar su satisfacción con un jadeo animal y salvaje. El negro la dejó cobrar el aliento un instante y luego, con una cariñosa palmadita en la cola la invito a moverse.

- ¡OOhh.. ooohhhh.. ¡Trae acá tu cara de prostituta de mierda,- el negro la toma del cuello y lentamente la baja, Mamá sin que le diga abre la boca metiéndose la lengua del negro mientras se mantiene empotrada.

Así fue cómo Mamá dio comienzo a una de las más salvajes folladas de su vida. Al principio, no obstante, comenzó moviéndose despacio, balanceando sus caderas hacía atrás y hacía delante cómo si calentara motores. Conforme iba acelerando su ritmo, fue iniciando tímidos movimientos de ascenso y descenso que fueron ganando rápidamente. El Popeye la sujetaba de las caderas ayudándola a mantener el ritmo que poco a poco se iba volviendo más intenso.

Aquella tranca la estaba volviendo loca y la estaba disfrutando cada vez más. Ya no pensaba en nada salvo en guardar el equilibrio y poder mantener el frenético ritmo que tan deliciosamente la estaba situando en las cimas del placer. Parecía como si Mamá no hubiese recibido en muchísimo tiempo una verga, porque estaba desatada, nunca la había visto retorcerse así cómo lo estaba viviendo, ya no era dueña de sí misma, todo su ser se concentraba en un único punto.

Solo existía su coño, no tenía ni brazos, ni piernas ni nada más. Sólo su chocho, si estaba viva, si se sentía parte del universo era porque su vagina no cesaba de llenarla de placer. Cuando subía, su vulva no dejaba de deleitarla con una extraña sensación de vacío, de inquieto descanso que la dejaba con hambre de más. Al bajar, su concha la embriagaba sintiéndose plena pero no satisfecha. Realmente no podía dar crédito a lo que estaba viviendo, cómo era posible que Mamá se adaptara tan pronto a tremendo aparato, el tipo parecía empalarla, ella se dejaba caer sobre la tranca hasta el límite de su útero, dejando cómo 5 cm de carne todavía afuera cómo esperando lugar.

Con cada roce, con cada caricia se sentía morir y revivir al mismo tiempo; impidiéndole detenerse. La fricción que hacía esa tranca con la jugosa vagina de mi Mami no hacía sino enervarla cada vez más; pero no podía parar, sólo acelerar, su chocha la estaba llenando de gusto pero seguía dejándola con ganas de más, esa enorme tranca parecía no apagar el tremendo fuego de su interior, pero si mi Madre quería verga el negro quién era para negarse.

El mendigo semental también parecía no tener fin, le retacaba la tranca hasta el tope sofocando con un “Uhmm.” la boca de mi Madre.

- ¿Le gusta mi verga, Señora?.. ¿le gusta estar llena de carne?

- ¡Ufff!! ¡Oh por dios, no pares!! ¡NO PARES CABRÓN!! ¡LLENAME!! ¡sigue así!! ¡SIGUE ASIII!!

- Pues todavía tengo para rato.. date la vuelta anda. Todavía no me has satisfecho.

- ¡Oh por dios, que hombre.. ¡Eres un semental.. ¡Dios mío que cosota ¡Me encanta!! ¡ME GUSTA TU PALO ..TU GARROTE!!

Un cachetadón le indicó que debía obedecer rápidamente, y así lo hizo. Estaba tan a gusto con la verga del negro en su vagina que cuando se la sacó no pudo reprimir un jadeo de sus labios “Ouuchhh” ¡No entendía a Mamá, ¿cómo era posible que gozara tanto con este cerdo que la estaba humillando tanto?, hasta el grado de convertirla en una perra. ¿Cómo era posible que diera rienda suelta a su cuerpo con unos tipos que las estaban violando y humillando?

Tal vez si lo pensó, porque se vio en mi espejo, pero cuando volvió a ensartarse de nuevo el garrote un nuevo escalofrío la recorrió entera. ¿Tendría yo razón? ¿Estaba en su naturaleza ser tan puta y gozar tanto con una verga dentro que lo demás no le importara en absoluto? No… no podía ser... no podía ser mi Madre, no podía ser esa, ella la que tenía en una foto en el buró abrazada con mi Padre, y sin embargo.. la voz de su macho, nuevamente la sacó de sus pensamientos.

- ¿Y qué esperas para menearte, putita?.. ¡Anda muévete..

Mi Madre no quiso impacientar al Marino, por lo que comenzó a mover suavemente sus caderas para no desagradarlo, sus movimientos fueron ganando velocidad e iban siendo distintos. Me parecía increíble que sus piernas pudieran sostenerla tanto tiempo pero lo estaban haciendo.. en cuclillas mostrándole todo el trasero empezó el descenso sobre esa estaca, el negro no perdía detalle de cómo su herramienta se perdía entre ese par de carnes.

Pero lo más increíble que me parecía era que después de tantos orgasmos tan intensos sus cuerpos pudieran excitarse de nuevo. Y así era, de la entrepierna de mi Mami surgían de nuevo los inconfundibles cosquilleos que tanto le agradaban. Sin saber cómo o porque comenzó a suspirar levemente.

- ¡Ouuchh!! ¡AYYY!! ¡Dioosss!! ¡Qué grande eres mi amor.. ¡Ouchhh!!

Lo que estaba viviendo era increíble, mi propia Madre estaba en cuclillas sentándose sobre un mástil negro en mi propia cama y era ella la que sola se iniciaba el descenso hasta llegar a su tope. El Popeye la invitó a separar las piernas todo lo que pudiera para así tener pleno acceso a su puchita.. comenzó a masajearle el clítoris con sus enormes manos negras. En un momento dado, mientras se concentraba trabajando la concha de mi Madre, él alzó la vista para encontrarse casi con sorpresa su propio reflejo.

La visión que obtuvo el mendigo negro frente al espejo era realmente arrebatadora. Mamá tenía la cabeza completamente echada hacía atrás mientras exhibía abiertamente sus más íntimos encantos. Verse así mismo atravesando a tan bella mujer lo puso más cachondo, si todavía se puede decir más y también le dio una nueva idea…

- ¡Mírate en el espejo, perra.. dime lo que ves..

Cuando Mamá abrió lo ojos y recuperó un poco su cordura se vio reflejada en el espejo de mi buro, una oleada indistinta de vergüenza y erotismo la recorrió entera. Se encontró con la figura de una mujer muy blanca siendo encajada en un tremendo garrote, no sé si le habrá pasado por la cabeza que lo estaba haciendo en mi cuarto, en mi cama, dónde su pequeño bebé dormía.

Se miraba detenidamente viendo cómo sus pechos se movían al ritmo de su vaivén desenfrenado, al parecer la imagen fue tan excitante que se empezó apretar los senos y a morderse ligeramente los labios. Lo que pasó es que realmente se sorprendió de verse tan refinadamente sexy, tan obscenamente voluptuosa, tan lujuriosamente provocadora que apenas se reconocía a sí misma.

De su hermoso cuerpo expuesto brotaba una sensualidad arrebatadora, estaba echada hacía atrás sosteniéndose del pecho de su macho, para impulsarse a subir por el garrote hasta llegar a la punta, para después dejarse caer hasta sentir el tope de su vagina.

Sus brazos ocultos en su espalda hacían resaltar la esbeltez de su cuello y la suave redondez de sus hombros. Sus enormes pechos se movían tras los movimientos del sube y baja de su vaivén, en ellos se encontraba un color rojizo que reflejaba la temperatura de mi Madre.

Verla así trepada sobre ese negro contorsionando su hermoso cuerpo me tenía a mil, veía cómo su cuerpo hacía gala de todos los ejercicios que hacía diariamente, resaltaba la firmeza de su vientre plano, los músculos de sus piernas, provocadores y altivos que invitaban a cualquiera a acariciarlos y besarlos sin fin. Más abajo, el espectáculo ofrecido no era menos portentoso. Las torneadas piernas totalmente separadas descubrían sin tapujos todos sus encantos. Completamente abierta, su concha se veía hinchada, carnosa, brillante y extremadamente llena.


Me resultaba imposible apartar la mirada de ellos dos.. Mamá se veía ensartada, atravesada, poseída por la enorme tranca del Marino. Y así se sentía, poseída, entregada, dominada por aquel macho al que estaba unida y del que no quería separarse. Estaba tan fuera de sí admirándose por completo, que olvido lo que le había dicho su captor, “¡SPLASSHH!!” Una tremenda nalgada la hizo volver a tierra, la hizo descender de dónde estaba, la hizo aterrizar a mi cuarto, sobre mi cama, encima de mis cobertores.

- ¡Dime perra.. cuéntame lo que estás viendo.

Y ahora debía de decírselo, debía de contarle cómo se veía frente al espejo. Confesarle al negro desgraciado que la empalaba, decirle cómo se sentía caliente y excitada, cuando la humillaba y la usaba a su antojo. Declararle abiertamente la ingrata realidad que ella misma se negaba a reconocer. Debía de admitir delante de aquel Marino que se veía cómo una perra, que se sentía cómo una Puta, que en realidad, ella era una Puta.

Una mujer a la que no le importaba coger con un desconocido siempre y cuando la hiciera gozar cómo lo estaba haciendo ahora. Una mujer dispuesta a soportar y buscar las mayores bajezas, las mayores humillaciones con tal gozar. Y tener que expresarlo abiertamente, sin tapujos, la excitaba y abochornaba a partes iguales. Sabía lo que su violador quería y estaba dispuesta a dárselo a pesar de todo..

- ¡Anda dime.. ¿dime qué ves, puta?..

Mi Madre se tragó todo su poco orgullo que le quedaba y contestó:

- ¡V-veo a una puta entregada a su macho.. ¡una zorra caliente dispuesta a todo. ¡Una Puta hambrienta de pene.. una guarra en celo ensartada cómo la perra que es..- le expresó mi Madre llenada por el gozo.

- ¡Jea, jea, jea.. ¡Así me gusta.. Y dime, ¿te gusta lo que ves, putita?

- ¡Oh.. Sí mi amor.. mucho ¡Me encanta coger.. me encanta tu cosota. ¡La quiero toda, cómo ahora bien dentro.. ¡Uhmm! Que me llenes y me poseas.. qué.. me..

- Dime perra, ¿qué eres?..- le obligaba a hablar de sí misma.

- ¡Soy tu hembra.. ¡Tú puta, ¡tú fulana complaciente dispuesta a todo.. ¡Soy una perra. ¡Oh dios cómo me encanta.. una guarra, una fulana que se acuesta con cualquiera.- le increpo mi Madre sin ningún recato.

- ¿Y qué quiere mi putita?

- Qui-quiero que me cojas cómo a una.. cómo a una.. ¡PUTA!! ¡A UNA PERRA!! ¡A UNA..

El negro no se hizo de rogar, tenía a su puta caliente encima de él, dándose ella sola, sentía la urgencia de terminar ya, pero quería seguir disfrutando de aquella Señora, esa mujer tan bella y fogosa que ni en sus mejores sueños había imaginado.

Con increíble ímpetu empujaba a Mamá haciéndola saltar con terrible rapidez. Ella saltaba, botaba y rebotaba una y otra vez sostenida tan sólo por el pecho de ese macho, de ese semental que la sujetaba de las caderas para que no se cayera. Parecía una muñeca encima de un toro salvaje. Incapaz de hacer nada. Mamá se limitaba a jadear y gritar sin control mientras sentía cómo aquella tremenda reata se le clavaba una y otra vez llevándola de nuevo a la gloria.

Fueron minutos enteros los que seguían desbocados haciendo tronar mi pobre camita, mi recinto de sueños y mi lugar de descanso. Mi almohada serbia cómo cojín para las nalgas del negro que apretaba hacía arriba para levantar aún más su mástil. Minutos que yo ya no sabía si mi Madre subía o bajaba, para su gozo sólo existía ella, sólo sentía una tremenda quemazón que naciendo en su chocha se extendía por todo su cuerpo transformándose en un torrente liberador. Estaba teniendo otro orgasmo maravilloso y comenzaba a perder la cuenta de cuántos había tenido ya con ese hombre en sus entrañas. Por enésima vez, el mundo se ocultó tras una cortina de placer.

- ¡Ohh por dios.. ¡Uhmm.. ¡Qué rico.. ¡Aaahhhhhhh!! ¡Aaahhhh!! ¡Aaahh..

- ¡Te ha gustado, perra..

- ¡Oh dios.. ¡Siii! ¡Aaahh.. Me encanta.. eres un hombre. U-un Dios.. ¡Un semental... ¡AHHH QUE RICOOOH!!

- Pero yo aún no he acabado.. ahora me toca a mí disfrutar, desgraciada.- se detuvo en seco y se la sacó, dejando a Mamá exhausta sobre mi cama.

- ¡No te pares ahora, mi amor..- le recriminó mi Madre al tiempo en que se sobaba la chocha que le había quedado muy abierta.

- ¡Calla, voy a mirar una cosita..

El tipo se separó de mi Madre dejándola desparramada y vacía sobre mi cama, empezó a hurgar entre mis cosa y cajones. Yo estaba intrigado por lo que buscaba, ¿que buscaba ese desgraciado negro entre mis cajones?, con mucha intriga observaba cómo un negro desnudo y excitado hurgaba entre mis cosas.

- ¡Esto servirá..

El infeliz Marino tomó mi pomada para mis labios partidos, no sabía para que la quisiera. Pero lo averigüé cuando agarró a Mamá de las dos piernas y le subió los muslos hasta que tocaron sus pechos. Ella los sostuvo con sus manos, y él se dedicó a besarle el sexo y el culo, metió su lengua en este último orificio para dilatárselo. Y luego tomó un poco de pomada y le untó en el esfínter haciendo presión e introduciéndole los dedos adentro.

¡No lo podía creer! No le había bastado con habérsela cogido cómo un puto animal, ahora también la iba a sodomizar, ¡El desgraciado le iba a meter ese enorme garrote por la cola usando mi pomada para mis labios! Si hubiera sabido que mi Madre iba a ser tronada con ella, jamás la hubiera comprado, además menos podía creer que ella hubiese aceptado, creo que ella estaba satisfecha y quería agradecerle al desgraciado negro que le hubiese brindado ese enorme placer, pero al parecer aún no se daba cuenta que en muy poco tiempo de eso se iba a arrepentir.

Sin preguntar, le escupió sobre el culo, en pleno culito, y comenzó a introducirle levemente un dedo dentro. Luego volvió a repetir con otro dedo. El infeliz Marino en mi propia habitación se untaba buen sope de mi pomada en el dedo para incrustársela en el ano a mi Madre.. luego le daba vueltas para asegurarse que la circunferencia del culo quedara embarrada por completo. Le sacó el dedo y se puso en posición, colocó buen sope de crema en su gruesa cabezota y la colocó en la entrada del orificio.

Cuando mi Madre sintió la terrible presión de ese palo en su arito rosado rápidamente se contrajo..

- ¡No mi rey.. por ahí no. Que nunca me ha entrado algo tan grande..

- ¿Qué dices?.. no me vengas con eso ahora puta. Si se nota que mi hermano y su compadre ya te lo han dejado bien abierto. Tú relájate, ya verás cómo también entra.

- Si mi rey pero la tuya es enorme.. no creo poder soportarlo.- le dijo pero sin moverse de esa postura, y dejando que él siguiera jugando con sus dedos en su culo.

- Relájate, puta.. lo mismo decías de tu chocha y bien que te la tragaste toda..

Mi Madre cerró los ojos y se dedicó a esperar el momento, aunque estaba segura que con lo que él tenía no iba a entrar.. ya no dijo nada, recargó su cabeza en una almohada de mi cama y esperó su martirio.

- Tranquila.. tan sólo te lo estoy dilatando un poco.

- Oh por dios, es muy grande..- dijo ella no muy confiada.

Al momento de estar con sus dedos mojando y jugando con su culito, se dispuso a penetrarla. Colocó su glande que aún estaba duro sobre su entradita trasera y empezó a empujar. Mi Madre pudo sentir de inmediato lo muy excitado que estaba, cerró los ojos y trató de relajarse, pero de inmediato el rosado arito anal de mi Madre lo empezó a rechazar. Parecía que el glande se había hecho hueco dentro de ella, comenzó a hacerle daño, por lo que de inmediato y cómo reacción intuitiva se echó hacía atrás de golpe.

- ¡Nooo.. Ya estaba entrado, maldición.- dijo el negro demasiado excitado.

- ¡Nooo.. no puedo mi rey.. es muy grande. Mejor lo hacemos por enfrente mi amor.. lo estaba disfrutando muchísimo.

- Lo tienes muy estrechito.. pero eso se dilata, se moja y entra.

Parecía que la situación se iba a enfriar, el culito de mi Madre parecía no estar lo suficientemente dilatado cómo para recibirlo, pero mi Madre decidió actuar de la mejor de las maneras en aquel momento. Se acercó a él, que permanecía de pié junto a mi cama y se puso de rodillas sin dejar de mirarlo para que no dijera nada al respecto de lo que acababa de pasar.


- Está perdiendo fuerza, mi rey.. lo voy a reanimar un poco..- le dijo mientras se la agarraba y comenzaba a masturbarlo.

- ¡Ufff...- exclamó cerrando los ojos y mirando la colección de aeroplanos que tengo colgados en el techo.

- ¿Ves, mi rey? Así ya se pone de nuevo a tono..- le dijo sorpresivamente mi Madre mientras seguía acariciando ese terrible tolete de color con la mano.

Mi Madre era otra, se había descarado cómo una cualquiera, se había olvidado rotundamente de que ella era su víctima, con una grotesca imagen se pasó la lengua por la palma de su mano derecha, humedeciéndola y siguió con más fuerza en su pene, que ya iba adquiriendo el monstruoso tamaño de hacía un ratito.

- ¡Chúpala.. chúpala puta..- le dijo directamente.

Mi Madre volteó a los ojos y le sonrió, lentamente acercó su boca a su glande y comenzó a besarlo y a pasarle la lengüita suavemente. Quería darle el máximo placer. Continuó unos instantes hasta que introdujo el capullo en su boca y lo ensalivó entero, aprovechando su propio líquido para con la mano esparcirlo a lo largo del palo, que a decir verdad, ya estaba bien grande a la vista desde mi improvisada vista. Su excitación ya era superior a la de antes y se le apreciaban esas poderosas venas en todo el tronco. Sin duda necesitaba tener eso bien provisto de energía.

La intención de mi Madre no era otra que la de hacer que se corriera, por lo que se introdujo lo máximo que podía en su boca, algo más de la mitad, mientras que el resto era pajeado por su manita derecha. Le pasaba la lengua por los lados, la mojaba para seguir con la masturbación, sin parar en ningún momento de darle con la boca o introducírsela para succionarla un rato.

- ¡Qué bien la chupas mamasota.. ¿qué diría tu hijo si supiera lo que hace su Mamy en su cuarto cuando él no está?, ¡Jea, jea..- dijo con las mandíbulas apretadas y agarrándola suavemente de la cabeza para guiarla en la mamada.

Ella no decía ni una sola palabra, sólo volteaba a verlo y le brindaba una forzada sonrisa comiéndose su tranca. En mi habitación tan sólo se escuchaba el ruido que provocaba su boca, su saliva en esa tranca.

- ¡Abre la boca.. ahora saca la lengua..- le dijo mientras ella se echaba hacía atrás del cuello, lo que obedeció sin problema.

Comenzó a darle vergazos (literal) en la lengua y a pajearse bastante más bruscamente de lo que ella se lo hacía. Le dio varios golpecitos y la soltó de nuevo para que ella continuara. Así que mi Madre sonriendo cómo una perra se la agarró de nuevo, y siguió masturbándolo de la forma en la que él se lo hacía, pero dándole al glande con la lengua cada vez que hacía el movimiento de adelante atrás. Seguido de una mamada en la que derramó saliva al suelo de mi habitación.

- ¡OOOOHHH!! ..¡Ya ya Puta.. Vas hacer que me derrame. Ponte a cuatro patas sobre la cama de tu hijo.. ahora si te las vas a tragar enterita.

Mi Madre sin quitar el horror en su rostro lo hizo, se levantó del piso dónde se hallaba hincada y limpiándose la boca de las babas que había producido se subió nuevamente a mi camita colocándose a cuatro patas. Por un momento la vi voltear a ver mi foto que tenía cuando logré ganar mi primer diploma en mi proyecto de Ciencias, ella sabía lo que estaba haciendo en el cuarto de su retoño, sabía que estaba sobre las cobijas de su pequeño hijito a punto de ser empalada por el culo por un negro corpulento.

El desgraciado con una de sus enormes y rudas manos le abrió uno de sus cachetes traseros para lograr divisar su objetivo. El ano de mi Madre ya estaba muy dilatado y lo tenía brilloso en mi lubricante labial, el desgraciado le dio un tremendo cachetazo en uno de sus glúteos para prevenirla ¡SPLASSHHH!! Y sin más lo colocó en la entrada trasera de mi Madre para empezar a empujar.

Bastó un pequeño empujón para que su gordo falo se abriera paso a través de aquel estrecho orificio.. mientras ella pegaba un grito desgarrador.

- ¡AAAARGGG!! ¡OHH POR DIOS!! ¡UHMMM!! ¡Oh por dios!! ¡Quieta.. quieta. ¡Espera.. espera.- le decía mi Madre llevando una mano hacía atrás para impedir que se la dejara ir a fondo.

El negro la vio y le sonrió lleno de satisfacción, entonces sin quitarle la mirada de encima le dejó ir otro pedazo.

- ¡Arrrgggggghhhhh!! ¡Dioosss!! ¡Qué grande es.. ¡Noo!! ¡Espera.. espera.. pasito. por favor ..pasito ..despa... citooooo..

El desgraciado sacaba unos 3 centímetros el garrote para meterle unos 6.. Mamá tenía su cuerpo tensado, pelaba los ojos sintiendo cada centímetro de tranca que le encajaban. El Marino con fuerza desmedida iba enterrando esa extremidad haciendo que se perdiera entre las rosadas carnes. La pobre de Mamá ahora si supo lo que era duro y tupido, la reata parecía no tener fin, parecía un tren bala atravesando un túnel.

El Popeye seguía embarrándose pomada alrededor del tronco para meterlo más, estaba encaprichado en querer meterla toda.

- ¡Nooo por dios.. ¡Para.. para ya no cabe ¡Ohhh dios que grande es.. no puedo ..Ya.. ya..

No bastaron las suplicas de Mamá, su violador la quería sambutir hasta los güevos.. la agarraba de la cadera para empujar de ella, pero parecía que el intestino de mi Madre había llegado a su límite, quedando unos 4 cm de verga fuera.. el negro quedó complacido, se quedó así un buen rato esperando que su orto se acostumbrara.


Mamá se quedó inmóvil, con su boca y ojos bien abiertos, no quería ni hacer ningún movimiento, se sentía completamente llena, en su vida imaginó tener un garrote así entre las nalgas. Si bien tenía su consolador negro, jamás intentó meterlo tan profundo.. la pobre sintió cómo el negro retrocedía centímetros de carne para volver a incrustárselos.

- ¡Aaaagghhh!! ¡Ohhh Dios mío, piedad por favor.. ¡Me vas a dejar sin caminarrrr!! ¡AYYYY!! ¡PIEDARRGGHH!!

Pero el sujeto parecía excitarse con las suplicas de mi Madre, porque empezó a moverla con mayor velocidad.

- ¡Espera.. espera.. ¡No tan duuuurroooo. ¡Oh dioooosssss!! ¡Pacito.. despacito..

Ella berreaba desesperada, entre un enloquecedor placer y un estremecedor dolor, pidiéndole clemencia a ese hijo de Puta.

- ¡Oooogggghhhhh!!, ¡Aaaaggghhhh!!! ¡Espera.. espera.. ¡NOOOOGGGHHHHH!!

La besó casi con furia y la tiró sobre la cama, procediendo arrancarle la ropa, dejándola prácticamente desparramaba en mi cama. Tomó los tobillos de mi Madre y separó sus piernas, apuntó su tieso garrote y atacó de inmediato, sin compasión ni nada.

- ¡OH DIOSSS!! NO, NO ¡AARGGHH!!- le pegaba a mi camita desesperada, sintiendo cómo ese tolete le abría nuevamente las nalgas.

El marino la agarraba cómo si fuese una muñeca de trapo, metiéndole y sacándole su tranca de forma furiosa y sin compasión. Cada embate de sus caderas sonaban cómo si fuesen aplausos, ¡PLOFFF!! ¡PLAFFF!! ¡PLOFFF!! Y sus jadeos comenzaban a ser más fuertes, lo mismo cómo los de ella. Y yo también perdía la poca cordura que me quedaba, iniciando un rico de frote sobre mis partes que me arrancaba gemidos que apenas alcanzaba a callar.

En segundos me encontré sobándome el pene, escondido en mi closet con mi palito de fuera, digo palito porque con el monstro que tenía enfrente no tenía nada que hacer. Entonces sin poderlo evitar mi Madre nuevamente empezó a disfrutar, logró calmar el terrible dolor en su orto y empezó a sentir cosquillitas de nuevo en la concha.

Con su mano empezó a restregarse la vulva con furia, casi con saña, desquitando esa enfermiza calentura, esa anormal sed de sexo y de carne. Sus senos se estremecían y se tallaban sobre mi cama, se mecían violentamente en medio de los brutales espasmos que aquel tremendo orgasmo le causaban, revelándose a sí misma cómo una perra viciosa de sexo, una mujerzuela ardiente, voluptuosa, sensual… insaciable.

Mi Madre estaba sintiendo la mejor explosión en su vida, tenía llena la cola a punto de reventar, mientras se rascaba con furia la chocha hasta casi sangrar, sólo el color rojizo de su piel blanca salía a resaltar, contractando con la oscura piel de su agresor.

- ¡Aaaarrrhhhggg!! ¡Qué cogidaaaaa!! ¡Ohhh!! ¡Qué culo tienes perraaaa!! ¡Aprietas deliciosoooo!! ¡Te voy a llenar!! te voy a empachar de tanta leche que te voy a retacar ¡AAAARRHHGGG!!- gritaba el negro desbocado, arremetiendo más fuertemente en el agujero maltrecho de mi Madre.

- ¡AAAAhhhh DIOOOSSS!!- chillaba Mamá entregada a la lujuria

Con sus reacciones le demostraba la necesidad que tenía de ser usada, pellizcando ella misma sus pezones mientras le rogaba que siguiera. Realmente comprendí a que extremo llegaba su calentura cuando sin que tuviera que hacer nada más, mordiendo mi almohada, pegando un berrido y colapsando sobre mis sábanas, se corrió sonoramente.

El placer que estaba asolando el cuerpo de Mamá ese desgraciado lo tomó como un banderazo de salida. Sin esperar a que cesara su orgasmo y mientras toda ella temblaba de gozo, se afianzó de sus cabellos y jalándola hacía atrás con brusquedad animal, le dijo:

- ¿Todavía quieres resistirte?- le susurró en su oído mientras la mantenía jalándola de los cabellos.

La respuesta de Mamá no tardó en llegar y dejando caer su cuerpo hacia atrás, se fue empalando lentamente mientras no paraba de chillar satisfecha. Con el dolor reflejado en su rostro, mi Madre siguió presionando sobre aquella verga hasta que la sintió rellenando su conducto anal. Notando que había conseguido embutir toda aquella extensión en su interior, con voz quebrada, dijo:

- ¡Me duele mucho, pero no pares. ¡Nooo..

Aunque en ese instante todas las células de su cerebro le decían que la podían lastimar, comprendió que ya nada podía hacer si no dejarse llevar por ese maremoto de emociones, para que tras gozar, en el futuro ya no pusiera ningún reparo en volverlo a entregar.

Por ello, el negro esperó que fuera ella quien decidiera cuando estaba lista. Mientras tanto para que no se enfriara, acarició con sus yemas el clítoris una y otra vez hasta que se relajara. El doble estímulo sobre cada uno de sus agujeros permitió que Mamá se relajara en menos de un minuto y levantando su cara de la almohada, le rogó que comenzara diciendo:

- ¡ROMPEME EL CULO DE UNA PUTA VES ANIMAAAALL!!

Aquel exabrupto así como la expresión de deseo que leyó en su rostro lo terminaron de convencer, y adoptando un ritmo fue sacando su miembro hasta la punta para enfilarse de manera animal.

- ¡CULEAMEE, ¡Por favor..- chilló tras esperar y aullando de pasión.

Usó sus caderas para volvérselo a embutir hasta el fondo.

- ¡Si eso quieres puta.. eso tendrás..- gritó cogiendo su rubia melena e iniciando una brutal carrera en la cual él era el jinete y mi dulce Mamy, su montura.

Pasó poco tiempo para que el compás con el que la penetraba se volviera frenético y mientras ella no dejaba de gritar que la tomara, el negro tuvo que usar sus tetas como ancla para no descabalgar.

- ¡Sigueeeh! ¡Me estás volviendo loca animal!- aulló entregada.

Sus gritos eran tan fuertes que sin duda Beatriz los estaba escuchando, pero no supo cual consciente eran aquellos de lo que estaba sucediendo en esa habitación hasta que en un momento dado, al levantar su mirada, los descubrió a ambos, al Borre y a Beatriz espiándolos desde la puerta.

- ¡Joder se la ha metido toda por la culo.- dijo el Borre sorprendido.

- ¡Ay Moni.. nunca pensé que tú.. ¡Ji ji ji..- dijo la cínica de Beatriz.

Pero lejos de cortar a los dos de lo que hacían, al negro le excitó y por eso mirando a los ojos de los espectadores, soltó un azote sobre una de las nalgas de mi Madre mientras le exigía que se moviera. Mamá al sentir su mandoble rugió de placer  y siendo observada por su amiga, confesó mediante un chillido que le gustaba ese duro trato y en plan zorrón, le rogó que le diera más. Como imaginaran, no tuvo que repetírmelo dos veces, y mientras a pocos metros Beatriz veía cómo domaban a su mejor amiga, el negro iba alternando de un cachete al otro sin dejarla de culear.

- ¡ME ENCANTA ASIII, ME ENCANTA ASI ANIMAAAALL!!- aulló como loca al notar por fin esos golpes tanto tiempo añorados y ya con su culo por entero rojo, se dejó caer sobre la cama diciendo.- MI rey, ¡No deje de encularme..

Desde el umbral de mi habitación, la zorrona de Beatriz no pudo más con esa morbosidad de ver en ese estado a su amiga, y sin importarle lo que pudiera pensar, alargó su mano sujetando el desguanzado miembro del Borre y se lo empezó a masturbar.. mirándonos mientras a escasos dos metros, las neuronas de su amiga de toda la vida era asolada por la sobredosis de dolor y placer que estaba recibiendo.

El morbo de verlos ahí parados de espectadores, fue el acicate que necesitaba para terminar de calentarse y disfrutando del deseo que manaba de sus ojos, se dedicó a usar ese estrecho culo como frontón.

- ¡Me vengoo Nooo..- agitando sus caderas Mamá le informó.

Habiendo conseguido su objetivo, decidió que ya era su hora y forzando ese ojete cruelmente, lo fue rebanando usando su pene como cuchillo jamonero. La violencia que usó con mi progenitora, asustó a Beatriz y acercándose al Borre, le empezó a besar. Yo no daba crédito a tal escena, estábamos los cinco observando aquel trajín, por un lado mi Madre siendo brutalmente sodomizada mientras Beatriz se morreaba a dos metros con el gordo.. y para más humillación la muy desgraciada mientras tomaba la clavija de mi puerta la cerraba dejando a Mamá sola y atravesada con una nueva nalgada.

Pero antes de salir, y con una sonrisa burlona le exigió que no parara. Esas palabras calaron hondo en mi Madre más que el tolete que le incrustaban, y sin dejar de empalarse con aquel miembro, su sexo se calcinó de tanto placer.

El negro seguía taladrándole el culo, golpeando sus pesadas pelotas en los pliegues de su vagina, mientras sus dedos estaban fuertemente encajados en cada una de sus caderas.. Mamá se sentía totalmente poseída por ese animal.. y lo más increíble es que estaba disfrutando como una loca, por tantas cosas, por aquella verga formidable en su recto.. por aquellas manos rudas afianzadas.. Realmente estaba en el séptimo cielo.. y quería que lo supieran todos.

- ¡OOOHH, Puta voy acabarr..- decía el negro apretando los dientes..

- Aaah siii.. ¿Dónde quieres dármelos?

- ¡Donde tú lo quieras, te los has ganado.. y son todos para ti donde los quieras. ¡OOH

- ¡Los quiero en mi boca y en la cara.. quiero que me eches toda tu leche en la cara, porque noto tus güevos muy cargados.. quiero que toda esa leche me caiga en el rostro para que me marques todaahh.

- ¡Mhmm.. muy bien, pero no te dejaré limpiarte si me vengo en tu cara, o te la tragas o te la dejas en la cara.. OOh, pero qué te mueves, puta, sigue, sigue..

El negro le dio otra feroz estocada para sacarla rápidamente. Mamá mareada por la emoción se puso de rodillas frente a esa estaca embadurnada de muchas cosas. Su eyaculación no podía contenerse más, por lo que se lo anunció:

- ¡Uuunnngg aaagggjjjjjhhhh aaaahhhh!- se escucha cuando el negro suelta gran cantidad de semen dentro de la boca de mi Madre, que van a dar a su estómago.. se traga la mayor parte, mientras que otro poco sale por la comisura de sus labios, haciendo un camino que recorre su cuerpo hasta llegar al canal sus pechos.

- Me vengo, putaaa, ¡Oohh ten cuidado, que no se caiga nada de mi leche.. Tómala toda OOOOhhhhhh, qué gustooooooo..


Varios chorros de esperma denso y caliente, que Mamá magistralmente dirigió hacia su cara, sin cerrar los ojos, consiguiendo que ese torrente le cruzara la cara y la regara abundantemente.

- Uuuffffff que cogida! ¡uuuffff me dejaste seco piruja, ¡BLUUUAAAHH.

El negro cae en mi cama y Mamá se queda en el suelo sintiendo esa candente lechada.. Mi Mamá que regresa poco a poco a su estado de tranquilidad, en su frente y labios se pueden ver los restos de semen los cuales limpia con su mano..

La calma vuelve a mi habitación, esto hace que Mamá se habrá de piernas pues su vagina queda irritada y el vientecito que logra colársele lo siente rico.. cierra los ojos sin poderse mover suspira tranquila.

Hacía tiempo que el negro no recordaba una descarga tan intensa y prolongada, los sucesivos espasmos parecían extenderse hasta el infinito, sin ánimo de ya seguir. Sudorosos, cansados y exhaustos ambos se dejaron llenar por una apacible somnolencia.

Los cuerpos desnudos yacían en mi habitación, ella con su ropa desgarrada y con el ano al rojo vivo; él con su tronco semi-muerto yacía a su costado rendido tras la brutal batalla. En mi cuatro volvía la calma, su respiración agitada tratándose de regular era lo que sofocaba mi habitación, cómo ellos yo también descansaba, sobre mi mano estaba la prueba del final de mi orgasmo, una tremenda paja había logrado hacer gracias a éstos dos seres llevados por el deseo.

La culpa se apoderó de mí, cómo era posible que yo me excitara viendo cómo violaban a mi progenitora, es más, todo esto se había originado por mi culpa, por mi maldita prevención de ver a mi Mamy siendo enculada, me sentía mal, porque yo era el culpable de que ella hubiera sido atravesada salvajemente por éstos cerdos desgraciados sin escrúpulos.

En silencio le pedí perdón a mi Madre, viéndola así, toda desgarrada, violada, humillada y bien follada con sus partes bien rosadas. Perdón Mamá por haberte lanzado en los brazos de éstos malditos pervertidos.. perdón Mamy por gustarme verte terriblemente follada y perdón Mamá por sentir excitación tras tus vejaciones y humillaciones.

- ¿Y tú pendeja que haces ahí tirada?.. ¡Oh, que puta eres, me dejas así ahora todo embarrado.. y sin limpiarme..

Mamá agotada y aun en el suelo, hace lo posible para acercarse, sin fuerza para subirse a mi cama, logra alcanzar el desguanzado tolete que yacía doblado entre los muslos del negro. Lo introducirlo en su boca y comenzó a chupársela con cariño, como si no quisiera lastimarla. Eran besitos lentos, sin permitir que ni una gota de semen quedara en el exterior de aquel miembro viril.

Mamá permitía que algunas gotas de semen resbalaran por el tallo de la verga, para recogerlas con su lengua e introducirlas golosa en su boca, degustando lo que había quedado de esa poderosa corrida como si fuera un manjar.

Mamá estuvo unos minutos lamiendo toda esa zona, para después subir a mi cama con la poca fuerza que le quedaba para que echando su pecho contra el negro, restregando con dulzura sus tetas contra el negro aún jadeante, al tiempo que con un dedo recogía el semen de su cara y lo introducía en su boca como si estuviera degustando un plato de deliciosas natillas.

Tras dejar su cara casi sin restos de aquella salvaje corrida, comenzó a besar su cuello y a susurrarle dulzuras al oído, acariciado su pecho como enamorada hasta que quedó adormilada..

Sin querer, yo también me quedé dormido al igual que ellos, mi cuerpo también estaba cansado ya había perdido la cuenta de las pajas de éstos últimos días, mi adicción no podía seguir así, necesitaba ayuda, no podía ser que un niño de la edad de 12 años se masturbara tanto, o se la pasara pensando en tanto sexo.. ocupaba distraerme, necesitaba dejar de pensar en esas cosas, dejar de ver las nalgas y tetas de mi Madre.

Pensé en optar por la sugerencia de Fernando, de irme del país, tal vez así lograría deshacerme de tan terrible hábito, pero miraba a Mamá, ella tan linda, tan buena conmigo, no merecía un hijo cómo yo, ella que daba la vida y el culo por mí, no merecía un engendro aunque se oiga feo yo no la merecía.

Pero por otra parte si la dejaba sola, no sé qué tantas cosas harían éstos desgraciados con ella, seguro que ahora si la volverían una puta, cobrando en una esquina, ¿qué podía hacer?, no me quedaba más que dejar que pasara el tiempo y alcanzar la mayoría de edad para reclamar la herencia de mi Padre he irnos a vivir lejos de éstos desgraciados, tal vez irnos a vivir muy lejos dónde Mamá se encontrara un hombre nuevo, para que rehiciera su vida, pero para eso faltaba mucho.. mientras teníamos que seguir tras los chantajes de éstos malditos desgraciados.


Cuando el negro reacción, no pudo evitar observar al ángel que dormía a su lado.. y es que a pesar de que Mamá había sido brutalmente violada en reiteradas ocasiones, su cuerpo no perdía nada de todas las bondades de una mujer atractiva, su cuerpo bien delineado, con los gramos justos en cada rincón: unas piernas rellenas, carnosas, que al tener una flexionada y la otra estirada hacía despertar el delirio.

Sus muslos blancos, que dan paso y se ensanchan haciendo que sus nalgas inviten a tocarlas, a masajearlos, presentan unas carnes turgentes, duras y blancas. Ni qué decir de sus senos, esos grandes globos que parecen desafiar las leyes de la gravedad y que son un canto a la exuberancia. Si, toda ella era un monumento al deseo, al deseo de volver a serla suya.

El negro intentó que Mamá despertara, pero estaba tremendamente agotada. Aún se podía notar el sudor por todo su cuerpo y su peculiar color rosado cuando hace un gran esfuerzo. Batalló hasta que logró hacerlo; desde luego, lo que no podía hacer ella era cerrar sus piernas, parecía un potrillo recién nacido.

El negro decidió dejarla dormir, una mínima forma de caballerosidad de tanto placer regalado. Cosa que ella agradeció en susurro, hubiera sido demasiado humillante caer de rodillas presa del cansancio experimentado.

- Duerme un poco.. descansa, te lo has ganado. Ve y date un buen baño que lo necesitas ¡Jea, jea, jea.. No sé si mis amigos quieran darte caña otra vez, pero por mi parte me has dejado satisfecho. Yo iré con tu amiga a ver si ella si se la traga toda. Tú lo lograste. ¡Chao, Señora.. tendré que darme otra vueltecita en otra ocasión ¡Jea, jea, jea..

Mamá no se ha podido levantar, su rostro mostraba una sonrisa de satisfacción en parte por el placer recibido y en parte por dejarla por fin descansar.

El negro cerró la puerta dejando a mi Madre rendida en mi cama, sin perder tiempo se empezó a palpar, al inclinarse un poco pude apreciar la terrible dilatación en que se había convertido su trasero, el infeliz se lo había floreado de tan fea manera, creo que ni con sus hielos lograría desinflamárselo. Ella trató de ponerse de pie agarrándose de la puerta. El infeliz Marino la había destrozado por dentro. Con muchos esfuerzos logró tomar el equilibrio, no quiso saber más, se dirigió en silencio a su habitación y dejó al destino a su pobre amiga que le tocaría el calvario.

Viendo a Mamá en ese estado no podía perderme lo que le harían a Beatriz allá abajo, así que ya con mi habitación desocupada me apresuré a encender mi computador y comprobarlo. ..

- ¡Ooohhhh!! Que buen polvazo me acabo de echar.. ¡Carnal, te sacaste un diez. ¡La rubia aquella estaba fenomenal.. ¡Jea, jea, jea.. Le acabo de dejar el culo como bebedero de patos.. ¡Jea, jea, jea.. La pobre no logrará sentarse en un mes y se me hace poco ¡Jea, jea, jea..

- Cabrón si hasta acá se escuchaban los alaridos.. pero ya sabes hermano, ¿no te lo dije?.. No te dije que te tendría un buen culo para cuando regresaras. Lo prometido es deuda, carnal, ¡Ja ja ja..- decía el Tito tomándose una cerveza.

- Bueno, no perdamos tiempo.. la que sigue, ¡Jea je.. ¡Aquí tengo leche todavía para esas tetas, ¡Jea jea jea..

Beatriz todavía se encontraba trabajándole el nabo al Borre, el mendigo gordo la tenía bien sujeta de la cadera mientras platicaban como conocidos amantes.

- ¡Esta desgraciada chupa cómo becerro.. se había hecho la apretada al principio, pero con mi técnica logré domarla y mírala ahora.. encantada de la vida amasándome el garrote ¡Jejeje.. ¿Verdad, tetas?.. haber cuéntales a todos cómo te gusta mi verga.

- ¡Siii.. mg encgntg tu garrote..- trataba  de decir Beatriz mientras el Borre la sujetaba de los cabellos para besuquearla.

- ¡Hey que paso con lo que te he enseñado, tetas.. antes de ir a culear con él, primero me tienes que satisfacer a mí.. a chupar cariño..

- ¡Gloggghhh!, ¡Aaaahhh!! ¡Siiii!! ¡Me encanta.. ¡me encanta tu verga, gordito..- soltaba la muy cínica.

- ¡Jejeje.. Eso era todo, pechitos.. sigue chupando asii como ya sabes que me gusta, ¡ooh.- le dijo agarrándola de la nuca para dirigirla nuevamente a su nabo.

- ¡Glassshiashhh!! ¡Uhmm..- y sin ningún pudor seguía su trabajo.

Estos desgraciados habían pisoteado la vanidad y la dignidad de las dos Señoras, Beatriz ya no era aquella mujer soberbia y altiva mujer que antes, ahora parecía gozar sin tapujos el sexo no consentido que le ofrecían sus agresores. Ella misma, aquella imponente mujer, la que se sentía por arriba de las demás, la Primera Dama de esta Ciudad.. ahora estaba ágatas chupándole la verga a un ex-recluso.

Popeye bajaba de las escaleras cómo triunfador, cómo un rey que acababa de conquistar un imperio.. nunca imagino que al regresar a puerto se toparía con este edén de hembras de clase y tan suculentas, y con una sonrisa que le llenaba el rostro bajó totalmente desnudo, con su manguera a medio morir, sin una pisca de vergüenza se presentaba frente a ellos totalmente encuerado, con su ropa en las manos.

- Espera Popeye.. ya te la voy a dejar, ¡Ooh, ya casi termino ¡Jejeje..- decía el Borre moviendo más la cabellera de su captora.

- Hombre, tomate tu tiempo ¡Jea, jea, jea.. Nomás no me la vayas a manchar mucho, ¡Jea, jea, jea..

- ¡Ya oíste, tetas.. te vas a tragar toda mi lechita. No quiero que vayas a manchas a nuestro invitado, ¿ehhh?

La muy guarra todavía le dedicaba una sonrisa con la tranca adentro de su boca, aceptando la petición de su captor. Beatriz todavía no sabía el calvario que se le avecinaba, el mendigo negro todavía tenía vigor, con las fuerzas suficientes como para dejarla deshecha y tras la tremenda follada con mi Madre, seguro que en esta ocasión tardaría un poco más en llegar a su éxtasis.

Parecía una película porno en el salón de mi casa, mientras el Tito y su hermano platicaban de tantas cosas que hicieron cada uno por su lado, en la sala el Borre era acariciado por la boca de Beatriz. Los desgraciados ya veían aquello cómo una cosa normal, estaban los tres asquerosos tipos encuerados en mi casa tomándose todo el licor de la casa, con la mayor naturalidad del mundo. Que para nuestra maldita suerte, Mamá y yo no teníamos ninguna relación con algún vecino que pudiera dar auxilio a esta vejación.. así que la casa no era interrumpida por nadie, cosa que hacía que los desgraciados se dieran el lujo de andar por doquier con sus trancas al aire.

Yo ya no hallaba la hora de salir de este maldito calvario en el que me encontraba preso, ya no sentía las piernas, decidí salir un poco a estirar mis extremidades, eh ir a orinar un poco tratando de no hacer ruido, porque si llegara a ser descubierto, no sabía cómo reaccionaría Mamá al darse cuenta que su pequeño, había visto cómo ese negro asqueroso le había destrozado todos sus orificios.

En eso los gruñidos del Borre anunciaron su final en la boquita de Beatriz, la pobre tuvo que tragar con todo el gusto del mundo esa asquerosa nata agria que se le pegaba a su paladar por lo espeso. El desgraciado gordo no sacó la verga hasta que la pobre lo hubo tragado todo, y con una sonrisa de putita sensual, sacó su lengua para que su agresor pudiera supervisar que efectivamente todo había llegado a su estómago.

- ¡Jejeje.. ¡Qué putita resultaste tetas.. me has dejado los güevos disecados cabrona. Ande, vaya con el otro señor..

¡SPLASSHHH!! Con un tremendo nalgadón, el Borre la dirigió a su calvario. La muy guarra se puso de pie acomodándose el vestido y los calzones rotos, cómo si le pudieran tapar algo. Se acomodó un poco la cabellera ya que el Borre se la había alborotado toda de los terrible jalones y con un sensual caminado se dirigió a dónde se encontraban el par de negros.

- ¡Ya he terminado.. y me dijo su amigo si se les ofrecía algo.- dijo Beatriz en un tono cómo de una niña.

- ¡Jea, jea, jea.. Primero límpiate, pendeja..- le dijo el negro apuntándole a la boca.

La muy cerda todavía traía un grumo de lefa entre sus labios de su anterior mamada, pero con movimiento sensual de su mano se quitó el sope de esperma para después llevárselo a la boca y disfrutarlo como si de un bocadillo se tratara.

- ¡Mmmhh.. perdón, que distraída soy ¡Ji ji ji.. ¿En que estábamos?

- ¡Voy a extrañar este par putas, ¡Jajaja.. Quedamos en que ibas a atender a mi hermano Señora.. así que no nos interrumpa y agáchese que haya abajo esta su trabajo..- le ordenó el Tito apuntándole a la tranca de su hermano.

- ¡Nooo, espera.. mejor porque no me haces un bailecito mientras me recupero. Tu Amiga me dejó algo seco.. pon algo de música, gordo. Ande Sra Gobernadora.. venga, súbase a la mesa y regálenos un bailecito.


Beatriz subió a la mesita del centro para demostrar sus dotes de bailarina, lo que ella siempre presumía, ya que decía que de chica era bailarina clásica, pero esto no sería cómo ella pensaba.. esos desgraciados tenían para ella otro tipo de baile.

- ¡Hey, hey que haces estúpida.. ¿eso qué es?

- Baile, Papito.. ¿no me pediste que bailara para ti?..

- Esas son estupideces.. lo que quiero es que bailes cómo una puta. Quitándote la ropa.. quiero que me pares la verga con un baile cachondo, ¡No tus babosadas de niña rica..

La amenaza surge el efecto esperado y ella reanuda el baile, esta vez con mayor sensualidad.. la verdad era que ella no estaba acostumbrada a bailar de forma sensual, pero por el miedo de que ese negro fortachón le hiciera algo, trató de hacerlo de la mejor manera.

Con algo de timidez mueve su cabeza de una lado al otro, mientras cierra sus ojos, trata de pensar que está en una fiesta bailando con su amigas, pasa las manos por su cuerpo, contonea sus caderas y su pelvis en movimientos lentos insinuantes, mientras continua bajando los tirantes de su vestido de una manera coqueta, los desliza por sus hombros y los vuelve a subir. Una vez que ha terminado, los baja dejando ver su par de pechos prominentes aprisionados con un bello sostén de encaje azul cielo.

- ¡Espera, ahí.. ¡Vaya que par de ubres, ¿Son operadas, putita?

- ¡Esté.. sí.

- ¡Jea, jea.. Pero que puta eres.. ¿te gusta calentar a los hombres con esas ubres, verdad?

- No.. fue un regalo para mi Marido..

- ¡Jea, jea, jea.. Pues espero y no se enoje nuestro querido Gobernador, ..de que te las dejemos un poco mallugadas, ¿verdad? ¡Jea, jea, jea..

El mendigo negro le soltó un terrible golpe en la teta derecha con su mano abierta, haciendo que ella se estremeciera de dolor y empezara a llorar.

- ¡Hayy.. ¿por, porque me golpeas?, si me he portado bien..

- ¡Porque siempre me dio coraje ver a los riquillos cómo tu Marido tener viejas cómo tú.. tan recatadas, siendo que por dentro son unas perritas insaciables. ¡Ahora no pierdas el tiempo y empiézate a encuerar que ya me paraste la verga..

La pobre Beatriz resignada, obedecía, no quería ser castigada por ese enorme negro, y mientras por sus mejillas rodaban un par de lágrimas, toma con sus manos los bordes de su falda y lentamente la levanta por sobre sus torneados muslos, hasta que aparece el triángulo de sus braguitas azules. El tipo le indica que separe las piernas y se incliné hacía delante para mostrarle todo sus encantos.

- ¡Y ahora tú.. ¿porque traes los calzones rotos?

El Tito se acercó a su hermano y le dijo cosas al oído, soltando unas carcajadas los dos tipos.

- ¡Si serás marrana.. ¿no me digas? ¡Jea, jea, jea.. ¿así que te gusta traer el culo al aire desgraciada?

- Así es la lencería, muy coqueta...

- Boberías de vieja rica.. ni madres dejo que mi vieja anduviera así por la calle, ¡Jea jea..

Mientras ella continúa con su baile, el cuál había logrado poner cachondos a sus secuestradores, quienes ya medio borrachos alaban la sensualidad de su cuerpo y comentan vulgaridades sobre ella y su Esposo. Beatriz suelta su falda, lleva sus manos hacía el cierre de la parte trasera de su vestido y la baja, la falda beige cae a sus pies. Se escuchan gritos de euforia de los sillones, el contraste de la piel blanca de Beatriz resalta rodeada de esos tipos de color oscuro y el panzón del Borre.

La pobre esposa del Gobernador lleva sus manos al frente y suelta el corchete ubicado entre las copas del hermosos sujetador, el cuál aprisiona ese par de tetas que todavía se dibuja entre una de ellas el par de dedos del tremendo golpe que recibió del asqueroso Marino.

Éstos se bamboleaban a causa del movimiento, cuando ella separa las copas y lo arroja hacía un costado, de sus pechos sueltos emana un agradable aroma a perfume de mujer. Su tamaño es magnífico, no presentan estrías, se aprecia con claridad los puntiagudos pezones de color más oscuro y las pequeñas areolas que lo abrigan. Beatriz mueve su cuerpo semidesnudo al compás de la música, la cual esta pronta a terminar. Introduce sus pulgares por los costados de la minúscula prenda que aún cubre poco el más anhelado tesoro de su cuerpo.

- ¡Espera.. esto déjamelo a mí pendeja, ¡Jea, jea, jea..

El tipo cierra sobre la prenda sus puños, y con un movimiento violento le arranca el calzón y lo arroja al gordo del Borre que está sentado a la izquierda de ella.

- ¡Argh Noo,

Los últimos compases de la canción resuenan en la habitación. Beatriz se queda inmóvil con sus brazos al costado de su cuerpo, mientras por sus mejillas caen lágrimas de impotencia y vergüenza por lo que estará obligada hacer.

El desgraciado Marino recorre con la mirada el cuerpo desnudo de su cuerpo. Es magnifica dice, sus pechos son generosos y apetecibles, el abdomen es liso y un bien delineado triangulito de vello corona su monte de venus. Le ordenan que gire su cuerpo para ver la belleza de su trasero, el cual muestra la anterior batalla con sus captores, su ano está ligeramente irritado e hinchado producto de las tantas arremetidas de ese par de miserables.


El Marino con su gruesa tranca colgando, camina en círculos alrededor de la pobre Beatriz con una botella de licor en su mano. Se ubica detrás ella y acaricia su pelo castaño por unos instantes, mientras bebe un sorbo de licor desliza su mano hasta tocar su hombro desnudo.

Beatriz no puede evitar un ligero temblor de su cuerpo cuando la mano callosa hace contacto con ella. Él negro abre la palma de su mano y la dirige hacía uno de los pechos, lo palma repetidas veces, hasta aprisionar entre sus dedos el pezón, el cuál acaricia hasta que éste se transforma en una punta. Ella trata en su mente de evitar el placer que le producen las caricias a que es sometido el pezón, el infeliz juega con él, lo aprisiona entre sus dedos, lo estira, pero de forma delicada, sin llegar a la brusquedad en las caricias que realiza.

Tras varios minutos se detiene, camina hasta colocarse frente a Beatriz y le extiende la fina botella que era de mi Padre, pero que ahora ya serbia para alentar a esos desgraciados.

El negro pide al gordo que acerque una de las sillas del comedor al centro del salón, y ordena a Beatriz que tome asiento. La pobre obedece e instintivamente cruza sus piernas y coloca sus manos en su regazo para proteger su coño de las miradas de todos, (cómo si no se lo hubieran visto con anterioridad). Beatriz le había tomado cierto miedo al negro ese, desde que descargó su furia en uno de sus pechos, se muestra obediente y sumisa, de vez en cuando voltea con el Borre buscando su protección pero este parece divertido con lo que el Marino hace.

Este se pone de pie frente a ella y lentamente le empieza acariciar su rostro, ella fija su mirada en la prominente tripa que cuelga entre sus piernas, la mira con pavor, con miedo y eso que el tipo la tenía semi-erecta, tendría que esperar a verla resplandeciente.

Tito viendo la pausa cómo su hermano se deleita con la mujer se excita rápidamente, camina hacía Beatriz y le ordena que abra las piernas, ella obedece y las separa, dejando al descubierto una espléndida visión de su intimidad. Nunca en su vida había pensado estar en esa situación, abierta de piernas frente a 3 sujetos asquerosos, jamás había sufrido semejante humillación.. verse así expuesta, mostrando toda su intimidad a la vista de un grupo de hombres que las únicas intenciones que tenían era de saciar sus ansias con su cuerpo.

Se siente como si fuera un objeto, una cosa, una cualquiera a la espera de quien desee hacer uso de ella. El Marino se acerca y vierte una cantidad de licor sobre el pecho de la asustada Beatriz, quién se estremece mientras el frió liquido moja su conejito y hace contacto con su íntima piel.

- Que buenas ubres te ha pagado tu Marido..  las sabes usar?, te ha puesto la verga entre ellas?- le preguntó.

- No, a él ni siquiera le importa..

- Pinche desperdicio.. seguro que tiene una amante, una puta.. qué pena.. tienes las mejores tetas que yo haya visto..-dijo lleno de placer mientras frotaba su miembro contra el canalillo de ella.

- ¡Unng, si,- decía Beatriz,- Siempre.. nnngg.. lo he pensado.

El Marino apretujaba las tetas de Beatriz contra su verga, estrujando sus blandos pechos, haciéndola quejarse tirando de sus cabellos. Los salvajes metesaca del negro y sus fuertes aplastamientos de las tetas con sus manos consiguieron endurecer los pezones que se movían acordes con los pechos.

- ¡Ohh.. ¡Qué tetas.. con razón no querías soltarla pinche gordo, ¡Jey jey..- decía el negro jadeando.- ¡Ahh.. gracias por dejarme usar tus preciosas tetas de zorra.

- ¡Ahh.. ¡Auh Úsalas todo el tiempo que necesite, pero no me lastime..-decía Beatriz entre quejidos.- ¡Tan solo un poquito más suave, ¡Argh, me hace daño.. ¡Uy, que cosa tan gruesa..

- Ven acá, deja me acomodo para verte mover esas ubres.. pero no dejes de amasarme la verga perra.. tu amiga la aguantó, veremos si tú lo haces mejor, ¡Jey jey..

La imagen de la Madre de Randy hincada en el suelo con un negro sentado haciéndole una cubana comenzó a excitarme muy a mi pesar de estar ya cansado. Cuando Beatriz se detuvo un momento para retomar fuerzas separó sus tetas y escupió en la verga del Marino. Volviendo a juntar sus melones empezó a aplicar la saliva por el tronco usando sus pechos, mientras que levantaba la cabeza lo que podía para lamer el capullo con la lengua.

- Oh, joder, Que bien lo haces puta, a pesar de que tu Marido no te usa..- dijo sorprendido.

- Sus amigos me enseñaron,- dijo servicial.

- Pensé que no te gustaba perra, pero al parecer ya le tomas cariño. Eso habla bien de una puta como tú..- dijo maliciosamente.

- Gracias guapo.. ya me acostumbre y no me molesta en absoluto. Siento muchísimo si te ofendí con reclamos, pero no es necesario lastimarme..- se disculpó ella mientras le seguía lamiendo la punta.

- No me gustan las putas remilgonas.. así que esmérate bastante bien, o ya sabes..


El negro excitado por la servicialidad de Beatriz la agarró de los hombros y empezó a joderle las tetas. Ante la repentina follada que le estaba dando a sus tetas ella empezó a gemir al notar esa cosa gigante que se frotaba una y otra vez contra sus pechos.

- ¡Oh por dios, puta, ¡Que increíble se frotan tus tetas..- aullaba el negro.

- ¡Anng.. ¡Cómo se desliza tu verga guapo..- decía Beatriz moviendo la cabeza de un lado para otro.- ¡Ahhhh.. siento que su cosota me quema los pechos.. ¡Ahh..

Los gemidos de Beatriz lograron excitar aún más al Marino que con toda la fuerza que pudo comenzó a joderse sus tetas. Los movimientos eran tan salvajes que el pequeño cuerpo de la Sra Montes de Oca botaba hincada cuando chocaba contra el negro. Ella para ayudarle le agarraba de los muslos acompañando sus movimientos de ir y venir.

- ¡Ohhhh.. ¡Eres todo un macho.. que ímpetu y que fuerza. ¡Y eso que acabas de joderte a mi amiga.. ¡No puedo imaginar como de macho serás cuando estas en plena forma..- decía Beatriz animándolo.- Dios.. ¡tus testículos y tu cosota me están quemando las tetaaaasss..

- ¿Te gusta que te joda las ubres puta?- preguntó mientras seguía en lo suyo.

- ¡Ahh.. estoy ardiendooo..- la voz de Beatriz se apagó en un vano intento de gritar pues los golpes le estaban oprimiendo el pecho.

- ¡Sigue así puta, ¡Oh, más duro.. me encanta como te atravieso los melones..

- ¡Oh por dios. ¡Qué duro está.. ¡No pares mi amor.. ¡Te lo ruego..- suplicaba ella desesperada.

- ¿Piensas soportar todo mi garrote, perra?

- ¡Ahhh macho, ahora no pienses en eso, disfruta mis pechos,- dijo entre gemidos.- Deja que esta puta te haga disfrutar de lo lindo.. ¡Ahhhh siiiiii.. ¡Dale más amor, mas.. siiiiii, ya siento como palpita..

- ¡Argggghh.. ¡Maldita perra.. detente, no quiero venirme en tus tetas..

Con un último esfuerzo la embistió varias veces y agarrándola del pelo levantó su cara.

- ¡Ya me pusiste a punto con tus tetazas.. Ahora te voy a dar como nunca por haberme calentado.. ¿La quieres?- dijo el negro con la cara embravecida y apunto de venirse.

La sujeta de los brazos y la lanza al sofá, se arrodilla entre sus piernas abiertas e inclinando su cabeza, comienza a lamer la cara interna de los muslos, los que aún están mojados por el licor.. saborea con avidez la suave piel, y lentamente dirige su boca hacía su abertura, separa sus mojados labios mayores e introduce su lengua en el interior de su intimidad haciendo que ella se estremezca.

- ¡Uhm.. tienes la chocha muy estrecha, voy a disfrutar mucho cuando te la abra.. ¡shucks..

El voraz marino sostiene sus piernas abiertas mientras su lengua acaricia el clítoris y se hunde en la raja.. Beatriz siente cómo su propia humedad se mezcla con el licor a su vez con las babas de su agresor. El negro centra su caricias en el clítoris, lo mordisquea, lo besa y pasa repetidamente su áspera lengua sobre él, disfrutando del sabor de los jugos de ella mezclados con el fino licor que le había chorreado, quién a esa altura y muy a su pesar, trata de suprimir en su mente el efecto provocado por las caricias a que es sometida.. nunca en su vida había sentido algo igual, este negro la trataba diferente a cómo los otros dos la habían usado.

Este es paciente, se deleitaba con su cuerpo y centra sus caricias linguales en la zona más sensible.. saboreándolo, disfrutando de cada centímetro de su piel de cada estremecimiento de su presa. Poco a poco ella va cayendo en una exquisita sensación, se siente a gusto, tranquila, ese terrible negro que le había causado tanto miedo ahora estaba empezándola a excitar, empezaba a prender su cuerpo de una manera placentera, su cuerpo estaba reaccionando por las carisias de ese Marino.

Beatriz siente cómo sus pezones se erizan y se ponen puntiagudos, trata de evitar el placer que le proporciona ese desconocido que tiene el control sobre ella. Gotas de sudor comienzan a perlar su frente. Beatriz apoya los codos sobre el sillón mientras el negro coloca sus manos en sus caderas y la atrae más hacía él. Ella se da cuenta que se está ofreciendo de más, pero no puede evitarlo, su cuerpo la traiciona y abre aún más sus piernas, siente cómo una ola de placer inunda su vagina y recorre su cuerpo hasta que de sus labios escapan sus primeros gemidos.

- ¡Ouuuhh.. ¡Diosss, Noo ¡Aaahhh.. aahhh..

El orgasmo ha sido exquisito, Beatriz se desploma en el sofá al tiempo que el Marino se levanta con una sonrisa de satisfacción y los labios empapados. Su enorme reata erecta secreta liquido pre seminal dando aviso que está listo para la acción. Beatriz estaba disfrutado tanto de las carisias de ese negro, gotas de sudor cubren su cuerpo, su respiración agitada poco a poco recobra el ritmo normal, sus brazos cuelgan completamente vencidos, tiene las piernas abiertas y la cara interna de sus torneados muslos están mojados con una mezcla de licor, sudor, saliva y jugo vaginal.

Trata lentamente de recobrar la compostura de su cuerpo, junta sus piernas mientras alza la cabeza y su vista recorre la casa, creyó que había estado en un sueño. El Popeye la había hecho volar en el infinito del placer.

A una señal del negro musculoso, los dos hombres se acercan a Beatriz y le ordenan que se ponga de pie, ella se incorpora mientras el Borre se ubica por detrás y pasa sus brazos bajo las axilas de la Esposa del Gobernador, cubriendo con sus manos los voluptuosos pechos, aprisionándolos con fuerza al tiempo que su erecto pene ejerce presión sobre el maltratado culo de la Señora Montes de Oca.

- ¡Que, que es lo que van hacer?..

- Tranquila puta, ya has disfrutado, ahora nos tocara a nosotros, ¡Jey jey..

El conserje arrodillado frente a ella acerca su rostro hacía su vientre y al igual que su hermano comienza al lamerlo, junta sus dientes dando pequeños mordiscos sobre la piel de la Primera Dama. Con sus manos le intenta separar las piernas, pero ella se resiste, necesita un descanso, pero el Borre no tiene paciencia y desde su espalda le da un fuerte apretón en los pezones cómo señal de que toda resistencia es inútil.

Pese a su negatividad la colocan boca abajo sobre la mesa de cristal dejando el blanco culito en pompa y listo para ser ejecutado. La pobre intenta moverse pero el Marino le da un fuerte golpe en las nalgas que le arranca un grito de dolor.

- ¡No te muevas, perrita.. seguro que lo vas a disfrutar.

- ¡Por favor, no me lastimes.. ¡Por atrás nooo.. Ya lo tengo muy irritado.. ¡Mejor cógeme por mi cuquita.. ¡Si, por ahí, por favor..

- ¡Jea, jea, jea.. La señora la llama su cuquita ¡Jea, jea.. ¡Yo le digo panocha.. y no te preocupes, también te la voy a voltear ¡Jea, jea..

Son vanas las suplicas de Beatriz por evitar ser sodomizada, el negro musculoso sujeta su cuerpo sobre la mesa, le ordena a su hermano que se apoye sobre los codos, de esta forma podrá magrearle los pechos que cuelgan libres, mientras él se arrodilla frente al objeto de su deseo, acerca su rostro hacía las nalgas separadas y con su lengua comienza a lamer la raja de la Señora en toda su extensión.

Ahora es que se daba cuenta de su error, tal vez hubiera sido mejor para ella haber subido con el negro a una habitación, pero ahora no sólo la violaría el Marino, si no que el Tito y el Borre también, con lo que vieron hacer al hermano, para su triste calvario sus penes volvieron a la vida.

Lo bueno para ella era que ahora se habían tomado el tiempo para prepararla, cómo un efecto mágico, Beatriz contribuye a la penetración dilatando sus músculos y separando aún más sus piernas, a pesar de la incómoda posición en que se encuentra. El Negro musculoso introduce su dedo en el conducto anal, mientras ella mueve su pelvis al compás de la penetración. Tras varios minutos de trabajo, el orto es trabajado libremente permitiendo el acceso de ese largo dedo que es acompañado con los movimientos pélvicos de ella.

- ¿Parece que te esta gustado, guarrilla? ..ya no dices nada.


Sonriendo complacido el negro se levanta sacando su dedo del culo dejando vacía a la pobre Señora Montes de Oca, palmea sobre la mesa, invitándola a sentarme sobre ella. El frío del vidrio se cuela hasta lo más hondo de su sexo, ahí estaba la primera Dama de la Ciudad, completamente desnuda con sus piernas abiertas sobre la mesita de vidrio que tenemos en la sala. El desgraciado Marino se agacha y pone su cabeza bajo la mesa, al salir brinda una amplia sonrisa.

- ¡Jea, jea.. Levántate..- le pide con una pasividad.

Sobre la mesa una mancha mojada con rastros de condensación a su alrededor.

- Así es cómo una verdadera zorra ha de dejar una mesa de vidrio ¡Jea, jea.. ¡Muy bien.. serás una verdadera puta cuando consigas esto con tus calzones puestos ¡Jea, jea..

Luego la toma de un brazo y la acuesta nuevamente boca abajo sobre la mesa de centro, quedaban colgando sus caderas y cabeza. El morbo era gigantesco, mi pene nuevamente se puso de pie para la acción, ya lo tenía todo adolorido, pero por las imágenes que estaba viviendo no me dejaban pensar con claridad, tan sólo pensaba en pajas, me estaba volviendo loco, lo único bueno era que no iba a ser Mamá la sometida, si no la Madre de aquel desgraciado que me caía en los güevos, la cual estaba siendo sometida no con uno, si no por tres tipos sujetos sin escrúpulos.

El negro vuelve  a la carga, pero esta vez a través de la concha, que aunque ya la habían dilatado acabó arrancándole un largo grito y luego roncos gemidos. La pobre se ha de ver sentido rellena por dentro, se quedó muda y con sus ojos tremendamente abiertos, jamás imagino tragar tanta verga por su cuquita como ella le decía.

La pobre se sujetaba de los bordes de la mesa y cerraba con fuerzas los ojos, apretando la mandíbula, parecía que era virgen de esa parte, por las dimensiones de esa tranca. Cada vez que la sacaba parecía venirse con la matriz hacía afuera. El negro estaba sintiendo un gran placer con lo ajustado de esa funda, a pesar de los tremendos gritos de la atormentada Señora.

El Marino parecía no inmutarse, esta vez no la quería dejar viva. Su pelvis se estrellaba fuertemente contra las nalgas, sus guevotes rebotaban por todos lados, los senos de la pobre se zarandeaban violentamente y ella se esforzaba mucho por no desfallecer.

- ¡AAARRGGHH! ¡Aaarrgghh!! ¡Ohhh.. ¡Oh, por dios noooo.. ¡Sacamelaaaaa.. ¡Arrrggghhhh!!

- ¡Aguanta perra.. yo sé que te va a gustar, ¡Uff!! ¡Off!!..

- ¡AAARRGHH!! ¡NOOO! ¡Arrgghhhh!! ¡Aaaahhh!! Sacalaaaa por.. fa.. vorrrrr..

- ¡Dímelo perra.. ¡Dime que te gusta..- le decía el negro encaprichado contra la pobre vagina.

- ¡Nooooooo.. ¡AAARRGGh!! ¡Me vass... parrttiirrr en doooossss..

- ¿Lo quieres más duro, perra?

- ¡NOOO!! ¡Aaaarrrgggghhhh!! ¡Sacalaaaaa piedaddd, ¡Piedaddd por favooor..

Y vaya que si lo estaba haciendo.. los golpes de su pelvis eran extremadamente violentos. Podía ver el sudor del Marino caer sobre la espalda de Beatriz, y su rígido palo entrar y salir de su interior rasgando sus entrañas, casi arrancándole la vulva.

Le dio cómo un animal hasta que se cansó y se la sacó, la pobre calló bajo de la mesa del comedor desfallecida, extasiada con su chocho abierto e hinchado. Pero el negro acababa de iniciar, los dos tipos estaba parados aún lado viendo la acción, no se podían mover al ver lo sucedido, y es que la violación había sido tremenda. Algo de culpa y misericordia entró en sus mentes, y es que en lo que ellos estaban de acuerdo era que ellas habían sido complacientes, les entró algo de angustia al ver cómo trataba el Marino a la pobre Beatriz.

- Tranquilo hermano.. déjala que se recupere un poco.

- ¡Ahorita va a saber lo que es una buena reata esta desgraciada, ¡Jea, jea, jea..

Agarró a Beatriz de los pelos y comenzó a cogérsela con violencia por la boca, la pobre ni siquiera trataba de oponer resistencia, en sus ojos se leía que le faltaba el aire, que le dolía.. y algo más.

- ¡La vas a ahogar animal..- le gritó su hermano.

- ¡Cállate estúpido..- le gritó y le pegó un manotazo que casi lo tira al suelo.

- Tranquilo Popeye.. tu hermano sólo quiere que no la vayas asfixiar.

- ¡No quiero que hagan nada estúpido, sino que tomen parte en esto. De todas maneras ya saben cómo funciona todo esto, ¿o no, puta? Si tratan de hacer algo, me las vas a pagar cómo no tienen una idea..- el Marino se había puesto cómo diablo, tanto que ninguno de sus compinches se atrevía hacer algo para pararlo.

Ante tales amenazas no tuvieron opción, parecía que el Borre y el Tito le tenían un pavor al Marino, porque ya no quisieron decir nada. El marino parecía un diablo, sus ojos dibujaban un tremendo coraje. Entonces la agarró de la cabeza y le comenzó a dar más duro, la pobre Beatriz ya no sentía lo largo si no lo tupido. Yo la oía gemir adolorida, cómo pidiendo compasión sin palabras, pensé que ni se le ocurra a Mamá bajar en estos momentos, ahora que el negro estaba en ese estado, era capaz de matarlas, hasta su hermano mismo se sorprendió de la actitud cambiante del negro.

Minutos después (que a todos nosotros se nos hicieron eternos) El Marino alcanzó el clímax y eyaculó dentro de su garganta, Beatriz abrió la boca de dolor al notar que la tiraban del pelo y antes de que pudiera contestar el Marino se vació. El primer chorro le salpicó toda la cara cayendo la mayor parte sobre su boca. Al notar el sabor del semen, en lugar de cerrar la boca la abrió más para que los dos siguientes chorros cayeran enteramente en su lengua.

Cerró los ojos con la boca llena de semen, pero enseguida empezó a toser y a escupir semen por la comisura de sus labios. Luego que él se retiraba, ella seguía tosiendo, expulsando de su interior todo el semen que le dejó en la garganta.. no hubiera hecho eso, ese desquiciado se llenó de cólera.

- ¡Cómo te atreves a dejar caer mi semen, PERRA!!

La comenzó a azotar con la mano en sus adoloridos pechos, ella se apresuró a recogerlo con la boca, pero de todas maneras le dejó feas marcas con rojas manchas en su cuerpo.

- ¡Así está mejor PERRA ¡Enséñale a tu macho cómo te gusta el sabor de su leche.

La pobre lo miró a los ojos, llorando y sin palabras, ya no había nada que hacer, se puso a jugar el semen con la lengua frente a él. La pobre con la mirada en el suelo estaba llorando.

- ¡Ahora trágatelo.. y vuelve a limpiar mi garrote.

- ¡P-perdón..- fueron las únicas palabras de Beatriz, no tenía de otra, tenía que obedecer o sufrir los golpes.

Con el gran pavor a su captor trató de hacerlo lo mejor posible, lo besaba apasionadamente, chupaba todo el tronco quitando todo el semen embarrado por todo lo largo de esa extremidad, en breves momentos después el mástil estaba nuevecito brillando de lo limpio. Y cuando desunido los labios, de esa gruesa carne una línea de baba quedaba adherida.


Con una expresión de placer del negro al haber visto cómo se tragaba toda su leche de una sola vez. Exhausto, la dejó hincada y se dispuso a tomarse un trago. Tras descansar unos minutos se incorporó y comenzó a acariciar sus pechos de nuevo. Limpio los restos de semen de las tetas con un dedo y se lo introdujo en la boca para que ella lo degustara. Tras saborearle el dedo le dirigió una sonrisa

- ¡Jea, jea.. No te hagas ya la mosca muerta con nosotros, si eres una perra muy sucia, una asquerosa puta, ¡Jea, jea.. Ahora, viene el final.- dijo el Negro con su garrote todavía queriendo lucha.

El desgraciado marino todavía mostraba que no había perdido ni un centímetro de su erección, se dispuso a seguir con el tormento. ¡Esté infeliz debería de ser actor porno, tenía un vigor sorprendente!

- ¿Preparada para engullírtela toda puta?- preguntó el Marino frente a ella.

- ¡Oh por dios, vas a matarme..- respondió asustada.

- Eso es un sí, ¡Jea jea.. Pero no te asustes, lo mismo dijo tu amiga y vieras como disfruto la muy puta..

-  Bien, carnalito.. ¡Jodetela.. ¡Ja ja ja..

Dicho y hecho. Al instante, el negro se colocaba sobre Beatriz, apuntando su verga a la anegada vagina irritada, que por más que intentó negarse, sabía que si no lo hacía este podría lastimarla. La verga, pese a su gran longitud, se deslizó casi por completo en el sexo de la Sra Montes de Oca. Unos centímetros faltaban para ser completamente engullida por su chochito irritado. Ella tras recordar cómo había visto a mi Madre ser copulada por ese animal, pensaba en alguna otra salida para liberarse del tormento que le esperaba, cualquier verga humana jamás la había visto tan crecida y menos soportarla más allá de sus posibilidades.

La verga comenzó el vaivén a un ritmo rápido, mientras los otros desgraciados lo observaba todo.

- ¡Oh, por dios.. ah, Nooo.. e-es muy.. grandee..

-  ¡Tú calla y aguanta zorra, que si te la vas a tragar..

- ¡Joder.. para.. dile a tu hermano que se detenga, la va desrrenguear..- decía el Borre un tanto sorprendido, mientras el movimiento del negro se hacía cada vez más profundo.

-  ¿No me digas que no quieres ver como abren a esa puta altanera?- le preguntó el conserje, observando anonadado el vaivén que poco a poco hacía que se desapareciera la verga de su hermano.

-  ¡N.. no..- respondía el gordo, en un último alarde de orgullo masculino.

- No te creo.. ¡Ja ja ja..

- ¿Te está gustando zorra mal parida?- preguntó el negro, volviendo a acelerar sus empellones.

- Noo. Cabron.. no puedo más.. ya me han reventado a polvos..- respondió Beatriz adolorida.

-  No digas eso.. todavía no me has sentido por completo, ¡Jea jea..

-  Por favor.. ya no.. estoy agotada.. se la chupo de nuevo, le hago lo que quiera, pero ya no lo soporto, es de.. masiado.. grandee..

Cada centímetro que le entra hace que su vagina se estire a los lados y se funda en un mar de fluidos. Y eso que no ha entrado toda. Las manos del negro se juntan tras la cintura, entrelazando los dedos y agarrándola con fuerza. Con ayuda de sus piernas se deja caer con todo su peso enterrándosela a fondo.

- ¡AAARGGHH NOOGGH!!!

Un largo y agudo grito de dolor sale de la garganta de Beatriz que va aumentando a medida que cada centímetro entra en ella. Cuando, por fin, su culo contacta con los muslos del negro, el grito ya es inhumano. Si le hubieran clavado un cuchillo en pleno vientre estoy seguro que gritaría menos. Lentamente su garganta se va apagando mientras en su vagina nota contacto en partes que ni sabía que tenía.

Creo que ni en sus partos había sentido que se abría tanto como ahora, pues en su rostro se veía que jamás había tenido la sensación que ahora viva. Seguro que por su cabeza le pasaba que ya nada será nunca igual en temas de sexo, ni mucho menos sentir algo de esa magnitud, pensaba que su vagina quedaría deformada de por vida. Nunca sentiría una verga normal, a hacerle sentir más nada.

Entre sus lamentos internos, sus piernas llegan al límite de estiramiento. Qué pena me daba ahora la Sra Montes de Oca, estaba siendo empalada como una brocheta. Al poco sus piernas temblaban, con las uñas intentaba escapar aullando a cada embestida del negro.

Empieza a notar aquellos güevos rebotando cerca de su culo, lo que significaba que casi 25cm de carne están dentro de su cuerpo. Y así empalada y con la verga enterrada en lo más profundo de sus entrañas se levantan, agarró a Beatriz como una muñequita de tela, y la empujó violentamente contra la columna de la pared, la agarró de los muslos y la levantó en el aire con sus dos manos, la pobre parecía que iba a trepar la columna.

Cuando nuevamente sintió por debajo que la enorme tranca se acercaba a su cuevita cerró los ojos y apretó los dientes, sabía lo que con angustia se le venía.. el infeliz Negro sin darle chance de tomar aire le retacó la tranca clavándola por completo. La pobre sintió cómo de un sólido empujón toda su voluminosa manguera se perdía otra vez en sus entrañas. Ella pegó un grito que trató de ahogar mordiéndose los labios, aunque estaba lubricada, le había dolido horrores, su chocha la tenía al rojo vivo.

- ¡Espera Popeye.. dale un respiro.. deja que recupere el aliento..- protestó el gordo de nuevo.

- ¡Ella siempre está lista.. ¿verdad, perra? ¿Verdad que eres una puta viciosa? ..que se le puede penetrar en seco, que en apenas unos minutos se te moja la panocha hasta empaparte.

Le comenzó a dar bien duro, su carita de ángel estaba deformada en una fea mueca de dolor, todo su cuerpo se había tensado, mordiéndose los labios y la lengua, tratando de evitar gritar o gemir, seguramente un último destello de dignidad.

Veía cómo sus hermosos senos se estremecían a cada embate, cómo todo su cuerpo temblaba, mientras que yo no podía hacer otra cosa que ver la manera tan salvaje de cómo la violaba. No esperaba eso, no esperaba nada de lo que estaba ocurriendo este día, lo cierto era que la pobre Beatriz estaba pagando su traición hacía Mamá. Pero al verla brutalmente violentada de esa manera me dio una gran nostalgia y lastima, la pobre era lanzada hacía el pilar sin contemplaciones, haciendo que sus pechos se rasparan en la rugosa superficie del muro.

Miré hacía un lado y allí estaban el desgraciado de conserje, sobándose su prominente paquete, mientras veían con atención a su hermano violando en el aire a la pobre primera dama que los había tratado tan bien al final. Pero aunque estaba visiblemente excitado no participaba, me pregunté si participarían en el festín luego, pero al parecer no querían ni interrumpir al mal humorado Marino.

Mientras tanto, frente a mí monitor veía cómo Beatriz era tomada cómo una piñata, los golpes de la pelvis del tipo sobre su sexo parecían puñetazos en una bolsa de arena y su cuerpo pequeñito se sacudía de una forma terrible. Ese pene larguísimo le entraba una y otra vez sin compasión, lacerando salvajemente su delicada vagina. No pudo más y perdió la compostura.

- ¡Aarrggghhhh!! ¡Ohhh! ¡Por dios yaaaaa..- berreó Beatriz desesperada.

- ¡Siiiii PERRA.. ¡Gritaaaa, ¡Gritaaaa.. ¡Porque no tendré compasión de ti..

- ¡AAAYY! ¡YAAH!! ¡AAARRGGUHH! ¡Me estás haciendo pedazooosss..

- ¡CALLATE ZORRA.. ¿Así te gusta verdad Perra? ¡Dilo Perra.. di cómo te gusta que te jodan.

- ¡NOOO!! ¡AARRGHH!! ¡ERES UNA ANIMAARGHH!!

- ¡Siiii.. ¡Soy un animal y me gusta partir a las putas.. ¡Toma, ¡Toma desgraciada.. ¡Hasta el fondo..

- ¡Un animal NOOO!!! ¡AYYY!! ¡Pieeaagghh!! ¡Perdonameee.. ¡AAYY!! ¡YAAHH!! ¡Por favor, YAAHH!! ¡Me partes por la mitaaaaaddddd!!

Aquello era demasiado para mí, me tapé la cara con las manos para no ver más, no lo podía creer, cómo era posible que el pequeñito cuerpo de Beatriz resistiera tanta tortura. El desgraciado negro era una máquina para follar, le estaba dando bien duro, estrellando sus caderas con gran violencia y potencia contra las pobres nalgas de Beatriz, estremeciéndola completamente y haciéndola gritar y bramar, al tiempo que la agarraba de las nalgas y la penetraba más duro y rápido.


Lentamente se detuvo, creí que ya había acabado pero no fue así, la levanto de las nalgas y cargándola en el aire, la siguió cogiendo de manera que las penetraciones fueran más fuertes y profundas, era todo su peso con el que ella sola se ensartaba ese tremendo palo. La pobre gritaba y gemía cómo una loca:

- ¡Te gusta así, Marrana.. ¿Te gusta así? ..jugar al palo encebado ¡Jea, jea, jea..

- ¡AYYY!! ¡YAAHH!! ¡No tan duroooooo.. ¡AAYYY!! ¡PAAARAAA YAAA HIJO DE PUTAARGGHH!!! ¡AARGGHH!!

El negro la soltó haciendo que se desplomara en el suelo, la pobre sentía latir su panocha de lo irritada que la tenía, con esta terrible follada no lograría cerrar sus piernas en varios meses. La pobre quedó tirada cómo muñeca de trapo, para su suerte quedó boca abajo enseñando su culito a su agresor que sin pensarlo se enfilo rápidamente.

- ¡Carnal.. agárrala que ahora si va a gritar..

- ¡NOO.. ¿Qué vas hacer? ¡NOOOH! ¡Espera nooo.. ¡Eso no.. ¡me vas a desgarrar..- dijo Beatriz dándose cuenta de sus intenciones.

- ¡Silencio, vieja puta.. que lo estás deseando. Mira cómo tienes de abierto el culo.

Y tenía razón, pues apenas si le metió un dedo en el culo este se lo tragó sin resistir, ya lo tenía más abierto que un sifón. Beatriz giro un poco su cabeza y ve ese largo dedo incrustado entre sus nalgas.. vuelve a recostar su cara sobre el sillón soportando cada arremetida a su maltrecho orificio. Al mirar hacia el frente observa al gordo que la mira con cara de asombro, casi con lastima.

Aquel dedo en su culo intensifica el ritmo entrando y saliendo cada vez con más brío. Su verga otra vez como un cañón. Su lengua dilatándole más el ano. Una sonrisa en la cara del negro. Ella empiezo a decir que no con su cabeza. Intentó salir reptando como una serpiente asustada. Pero demasiado tarde, el negro la agarra de las caderas impidiendo su huida.

- ¡No, no por favor..- implora llorando.

El negro agarra su misil y lo dirige hacia dónde estaba su lengua.

- ¡No, por ahí no.. me vas a destruir, noo,- vuelve a implorar.

Cada ruego la aleja más de una posible escapatoria. El Marino se le hace la boca agua oyéndole pedir una amnistía. Sus nalgas ya se aprietan intentado lo inevitable. Siente la terrible presión y se asusta. Se pone más blanca de lo que por si era. Creo que empieza hasta marearse. Su culito se descose. Grita y aúlla de dolor y pavor. Tiene una sensación desagradable, como si se estuviera cagando, con aquella cabeza en su recto.

El ano de Beatriz, haciendo su trabajo, tiende a contraerse para expulsar ese cuerpo extraño, pero este empuja en dirección contraria con fuerza y decisión. El antinatural camino prosigue los primeros 10 cms. Entre quejidos, tanto de ellas como de presión de su captor en turno:

- ¡Joder que estrecha está esta zorra.. pensé que ya la habían abierto, que clase de hombres son ustedes..- les decía sin dejar de empujar.

El culo de Beatriz ya se ha rendido a la evidencia del desproporcionado diámetro pero su recto no da el brazo a torcer ante su longitud.

- Cualquiera diría que eres virgen del culo. Pero entiendo que solo lo has hecho con estos picha cortas, ¡Jea jea..- se burla de sus propios secuaces el enculador.

- Quizás por aquí haya algo que les ayude, carnal,- dice el conserje caminando hasta la cocina.

Mientras busca entre un montón de víveres, latas y productos alimenticios, en la sala el culo de Beatriz recibe una tregua. El escozor se concentra en la superficie de su deformado orificio. Intentó cerrarlo pero siente como, pese a los esfuerzos, es incapaz de volver a su posición original. Es una sensación de impotencia para ella terrible: no poder ni cerrar su propio culo, su dignidad esta desgastada, sus suplicas son en vanas.

El conserje grita jubilosamente.

- ¡Aquí está..- mientras agita un pequeño bote. Rápidamente se acerca a ellos sacando el tapón, se lo da al su hermano que rápidamente va vertiendo parte de su contenido en sus manos, luego se aposenta ante el deforme orificio.

Sin perder el tiempo envuelve su tolete negro con el aceitoso líquido, que no era otra cosa que algún aceite corporal que mi Madre usa para su piel. Beatriz más aterrada que el principio voltea y observa la terrible porra saliendo y entrando aquellos dedos completamente lubricados.

El Marino abandona su verga, volviendo a llenar sus palmas con el transparente gel. Concentrado en su tarea, se coloca encima de la pequeña Beatriz, sin tan siquiera mirarla. Poniendo su mano plana, empieza a untarle el fondo del culo. El primer contacto es frío y la hace sentir un escalofrío que le cruza todo el espinazo. Sin dejar de circular su mano, el frío inicial se va tornando en un calor intenso. Su mano empieza a resbalar cada vez más hasta que es casi imposible sentirlas. Sólo de acercar una mano, ésta ya sale despedida.

Gracias a la ayuda de la aceitosa sustancia, Beatriz nota como su culo se me va abriendo solo. El negro empieza a meter un par de dedos. O eso creo, porque no logro ver nada, hasta que ya le ha introducido tres la mitad. 

- Para que veas que no somos tan despiadados te voy a lubricar por dentro también, sino no servirá de nada.. ábrete bien las nalgas,- le dice con dulzura muy cerca de mi oído.

Súbitamente, el hermano aparece a su costado diciendo:

- De eso, me ocupo yo, ¡Ja ja ja..- le dice a su hermano abriéndole las nalgas.

- ¡Por favor, me van a romper.. por piedad, Borre mi amor.. diles que ya paren..- le suplicaba al gordo que solo observaba anonadado.

Al girarse hacía ellos ve como, con el bote en sus manos el negro se unta la punta de sus 25 cms. Se llena el capullo con abundante gel, que gotea sobre el sillón. Esa cosa oscura parece una cría de alien de las películas de horror, goteando sobre el sofá yo donde veía mis criaturas por la tarde.

El enorme negro que casi destruye a mi Madre toma posición de nuevo. Al agarrarla de las caderas para colocarse bien, casi se cae al salirle una de sus manos disparadas por el gel. Se aferra bien las nalgas de nuevo, Beatriz vuelve a notar el torpedo taponeándole su orifico maltrecho.

El enorme mástil empieza a resbalar entre las nalgas de la primera dama. Al topar con el anillo, el miembro empieza avanzar sin encontrar oposición. Observo el sope de crema en la punta diluyéndose en las paredes del recto, cada vez más y más adentro. La cosa continua sin problemas hasta media verga. A partir de ahí el aceite corporal parece perder su efecto y el dolor reaparece intensificado. Ella vuelve a gritar como una perra a cada cm incrustado.

- ¡Aguanta guarrilla, aguanta ya casi te lo sambuto todaahh..

- Muerde esto y para de gritar ya, ¡Ja ja ja..- el conserje sonriendo le mete sus propias bragas rotas enrolladas en la boca.

Vuelta a silenciar, el negro vuelve a atacar ya sin miramientos. Potentes culetazos le van deformando hasta que algo cede en su interior. El dolor se hace más intenso. La verga entra, y sale a la mitad. Si las medidas no me fallaban, eso debería llegarle hasta el ombligo, perdido en el laberinto del intestino, pero la anaconda prosigue a la penetración hasta que sus huevos increíblemente chocan con el chocho una y otra vez.

- ¡Oh, joder. ¡Ja ja ja.. ¡Mira Borre, se la a tragado toda, ¡Ja ja ja..- celebra el conserje sin soltar de abrirle las nalgas.

El culo le arde, pero ya poco a poco se va calmando. Escupe sus bragas y grita..

- Arrgh nooo.. por piedad noggh..

Inició una lenta pero inexorable presión, empujando al fondo y ella por lo asustada, cerró el esfínter. Pero dio igual empezó a sentir cómo esta tranca abría su intestino al máximo, de nada le sirvió que lo tuviera abiertísimo, de igual manera sintió cómo si un fierro hirviendo la atravesara por dentro.

La metió de nuevo a fondo haciendo que gritara del dolor, y sabiendo que era ya imposible salvar su ano y que sus palabras de súplica no servirían de nada, decidió hacer todo lo posible por relajarlo y facilitarle las cosas. ¡Se la clavó hasta los güevos de golpe.

- ¡AAAAAAHHHHHHH… NOOOOOOOOUUUUUGGGHHHHH!!!! - gritó desaforida.

- ¡Ahorita gritas perra.. pero luego me la vas a estar pidiendo a gritos, ¡Jea, jea, jea..- le respondió él.


Por lo menos tuvo algo de piedad para dejársela quieta dentro unos instantes, para que su esfínter se acostumbrara al cuerpo extraño que tenía clavado en lo más hondo. Pero que se iba a acostumbrar, esa terrible tranca ponía aprueba la elasticidad de las ligas anales de la pobre Esposa del Gobernador. Y así no importándole los escalofriantes gritos se la fue metiendo lentamente, cuando la tranca chocó con el tope de sus entrañas dio inicio a los movimientos de péndulo, adelante y atrás, introduciéndosela entera cada vez.

El Marino iba aumentando la regularidad y potencia mientras le tiraba del pelo y le azotaba el culo a punta de manotazos. El Negro sólo se reía y le seguía sambutiendo ese brazo, cogiéndola por completo, coordinándose a la perfección con los quejidos de la Primera Dama. 

- ¡Ohhh! ¡DIOSSS NOOO!! ¡ARRGHHH!!

- ¡Este culito vale oro.. ¡BRRUUAAAAHH!! Porque no empecé por este canal, ¡Jea, jea..

Los siguientes cinco minutos duran años mientras el culo de Beatriz va y viene con un ritmo endiablado. La verga avanza por el despejado y lubrico camino una y otra vez haciéndome temblar con cada embestida. Con sus manos en ahora en sus dos nalgas, empuja de ellas, como queriendo hondar más y las separa. De esta manera ella siente la penetración yendo a más, si eso si era posible.

Empujando sin parar el negro fue abriendo por la fuerza y enterrando sin misericordia su verga en el culo de la pobre Beatriz, las exclamaciones del conserje por habérsela metido hasta las entrañas eran de las más variadas, mezcladas con comentarios obscenos sobre cuanto disfrutaba abrir a esas zorras con sus vergas.

El Marino se quedó quieto unos segundos, empalando a la pobre Beatriz con toda su verga clavada en lo más profundo de su ser, hasta hacerla sentir sus güevos aplastados en la entrepierna, para luego acomodarse sobre sus caderas y, agarrándose de su cintura, empezar a joderla con penetraciones profundas. Con su tremendo garrote dentro de ella y ya cediendo a sus acometidas.

La pobre apoyó todo su cuerpo y las tetas sobre el sofá y se destinó al martirio, abría de piernas separándose las nalgas con las manos, indicándole que ya estaba lista para que la usara. No podía creer la actitud de Beatriz que parecía empezar a gozar con aquello, el Marino se la hincó aún más; bien hasta presionarle el mismísimo fondo del culo, y tras sentirse satisfecho empezó a bombear a ritmo sostenido.

Se la saco del culo y se acostó boca arriba con su tranca a punto de explotar y las bolas a amoratadas por los empellones, la levantó por la cintura de espaldas sobre él, agarrando su cipote y guiándolo hacia el abierto y coloradísimo agujero que era ahora el culo de la Sra Montes de Oca.

La sentó sobre su verga hasta que esta quedo enterrada dentro de su culo y ella quedó sentada sobre los güevos del malhumorado Marino. En esa posición estaba cuando de repente vio que el hermano, desnudo y con su verga en la mano, sonreía de manera maliciosa ante la brutalidad de la empalada.

- ¡Joder carnalito, de verdad que estas putas ricachonas sí que lo aguantan todo.. mira cómo se está meando la cabrona con la verga hasta fondo..

Beatriz se estremeció, con su culo empalado por la verga del negro empezó a venirse en un brutal orgasmo que casi hace que se desmaye. Este le agarró las tetas haciéndola algo de daño y dijo:

- ¡Así son todas estas guarras.. al principio se niegan todo, pero cuando la tienen hasta los güevos es cuando empiezan a sacar lo que realmente son.. ¡Ven, vamos a darle entre los dos, de todas formas daría igual, una verga más o una verga menos, ¡Jey jey.. además ya que más le da, tiene el culo abierto como un sifón, seguro que con tu pichita ni te siente ya, ¡Jey jey..

- ¿Tú crees que nos aguante a los dos?, es muy pequeña y capaz que la rengueamos toda, ¡Ja ja ja..

- ¡ARRGGHHH.. ¡Qué esperas cabrón.. qué más da que me jodan ya.. si ya me han jodido por todos lados. Vamos negro maldito, que sea rápido y terminemos cuanto antes...- dijo sorpresivamente Beatriz con el rostro enojado.

- ¡Ja ja ja.. ¡Has oído a esta zorra.. Joder Borre que bien que las entrenado, ¡Ja aj ja..- dijo el conserje enfilándose también.

Yo no podía creer lo que había dicho Beatriz, pero ya había visto tanto que ya nada me sorprendía en lo más mínimo. Cuando ya la tuvieron bien ensartada por el culo, ella se recostó hacia atrás y mirando a la cara al conserje se abría groseramente de piernas, ofreciéndole el espectáculo obsceno de su culo deshecho y de su chocho mal herido. 


Ahora era el Conserje quien se ubicaba en el lugar y la enculaba. El Marino le sostenía las piernas mientras su hermano empujaba gritando frenéticamente mientras su verga dura se clavaba en Beatriz una y otra vez. Yo ya no reconocía a la Mamá de Randy en ese preciso momento, esos dos negros gozaban asquerosamente de su cuerpo, no estuvieron mucho tiempo así; sólo un momento hasta que el Marino ocupando ahora el agujero y dando un fuerte envión hacia arriba, agarró a Beatriz con sus fuertes manos de la cintura tirando de ella hacia abajo justo cuando ella bajaba. Dejándola con la boca y los ojos abiertos por semejante estocada.

- ¿Aquí nunca has probado dos vergas negras a la ves putona?

Beatriz se negó asustada, al parecer para estos desgraciados no bastaba con haberle deshecho el culo entre los dos.

- Anda date la vuelta y ponme esas ubres en la cara.. que quiero cogerte y mamarte esas tetas a la vez por una última vez.

Con ganas de que esto terminara cuanto antes, Beatriz se dio la vuelta, se le subía encima y volvió a penetrarse con su miembro como antes, pero esta vez de frente a él, dejándole caer las tetas casi en la cara del Marino. Cuando empezó a moverse, este respondió agarrándole las caderas y le dio una fuerte y sonora palmada en cada nalga, que ella correspondía con un grito.

Ahora la cogían sin pausa y a buen ritmo, pero de repente la agarró de las tetas, y llevándole hacia él, la hizo parar. No entendía por qué hacía eso, pero cuando estuvo sobre su pecho la rodeó con los brazos, sujetándola fuertemente la nuca y la espalda para dejarla inmóvil. En ese momento vi cómo el conserje escupía en el ano penetrado de Beatriz y esparcía su saliva alrededor de su verga.

Estaba claro que el conserje no se iba a quedar mirando, y que también quería probar a la vez con su hermano. Segundos después Beatriz lo sentía acomodarse encima de ella e incluso tembló por lo que le iban a hacer. Aun estando penetrada sintió que apoyaban la cabeza de otra tranca para metérsela también.. cuando ella le hacía señas con la mano y le pedía que no lo hiciera, pero ya era tarde.. el conserje empezó a empujar para meterla en el orificio de su ano y la verga de su hermano, forzándolo para abrirlo hasta el dolor.

Beatriz empezó a sentir las punzadas provocadas por el estiramiento y ante la negativa de parar trató de zafarse pero no pudo, el enorme Marino la agarraba con fuerza con los brazos. Ella miró hacía el Borre como pidiéndole ayuda, pero el cerdo no se levantaba de donde estaba.

La pobre Sra Montes de Oca no pudo hacer nada más que agarrarse al negro que tenía debajo y gritar del dolor, mientras sentía entrar la segunda cabeza en su culo, y detrás de ella el resto de otro duro cipote. Los gritos de dolor y sus súplicas no sirvieron de nada, más que para excitarlos y que siguieran adelante, abusando de la elasticidad de su ano y de su vagina a la vez en esa doble penetración de la que fue objeto.

El desgraciado conserje, terminó de clavársela hasta donde su extensión de tranca le dio y empezó a bombear suavemente, disfrutando de esa tirantez que podía terminar en una rotura del ano en cualquier momento. Pero, Beatriz paulatinamente fue cambiando los gritos de dolor por exclamaciones de placer, y al escucharlas, el Marino la soltó para poder disfrutar de sus vergas juntas como hermanos.

Uno le mantenía el culo abierto mientras el otro la cogía despacio pero profundo, y se turnaban para dársela de esa manera mientras ella no hacía otra cosa que gemir cada vez más. Pronto la Sra Montes de Oca jadeaba como una perra mientras los negros seguían sin parar y bombeaba cada vez más duro.

En ocasiones el conserje se quedaba quieto pero con toda la verga adentro, para después sacarla lentamente y abrirle el culo, que de manera sorprendente quedaba abierto formando una O. Así fueron cambiando un poco cada uno hasta que ella no pudo más y empezó a gritar de gusto como loca, con eso estaba claro que aquello no había desagradado a la Mamá de Randy como pareció en un comienzo.

Aquella sensación de extremo placer la inundaba desde el culo hasta la cabeza, poniéndole los pezones parados y duros como piedras que aprovechaba el marino para morderlas. Calientes al máximo empezaron a cogerla los dos con fuerza, aumentando su placer hasta reventarle el culo y la chocha en otro orgasmo que grito como una perra mal herida.

- ¡SIIIIIIIIIII, AARRGHH.. ¡¡ASIII, ROMPERME EL CULO CABRONES!!! JODERME SIN PIEDAD!!

Esa era la nueva Beatriz, la que gozaba como loca a sentirse brutalmente ensartada. En pleno gozo el Marino le apretaba las tetas y entre los dos continuaban destrozándole el culo y la vagina hasta romperlos. Acabo con las dos vergas adentro y bien duras, que todavía se movían frenéticamente dentro de su pequeño cuerpo, entrando y saliendo, hasta que el conserje no pudo aguantar y acabó dentro de su culo.

Sin darle a Beatriz tiempo a nada sentía aquel semen salir caliente de la verga dura, escupiendo espesas gotas que quedaban adentro y que ya no salían por el continuo meter y sacar del Marino que tenía abajo, que también estaba por terminar. Por suerte su ano le produjo mucha fricción al pene del conserje, e hizo que no tardara demasiado, al hombre no le dio ni tiempo de sacar su macana del interior de la Señora, se empezó a tensar todo su enclenque cuerpo inundándole el interior de los intestinos mientras bramaba y maldecía en voz alta.

Le conté cómo 8 disparos profundos que Beatriz pudo contar al sentirlos en el fondo de su recto, el desgraciado negro disparaba cómo si fuera una manguera llenándole el recto rebosante de leche. Le quedó encima, sostenido con las caderas de ella.

- ¡OOOOHHH!! Señora.. tengo que admitir que nunca me imaginé encular a una Dama cómo usted, ¡Una que fuera tan Puta!, ¡tan perra, vas a ser una magnífica Primera Puta ¡Ja, ja, ja..- le dijo mientras ella se encontraba aun ensartada por su hermano.

Apurado, también para terminar, agarrándole de los pechos con fuerza bombeó rápido y profundo entre los gritos de ambos, hasta que se la hincó bien hasta el fondo y le llenó también la chocha de leche. Chorros densos y calientes salían otra vez, mezclándose afuera con el esperma de su hermano. El Marino gritó y acabó en la vagina de Beatriz a su entera satisfacción, dejándosela adentro unos segundos antes de salir de abajo de sus caderas.

Al fin, ella se desplomó en el sofá, muerta de cansancio y con el ano y el chocho destrozados, pero enormemente feliz. Al desalojarla, siente el pegajoso fluido manchando la cara interna de sus muslos. Se mantengo muerta y tirada sin fuerza para levantarse y que todas sus entrañas se desparramen por el sofá. Se mantiene en posición fetal y sujetando sus intimidades con las manos, que se van mojando sin parar.

Se aterra el momento de mirarse esas manos, que no haya sangre. Pero afortunadamente solo semen escurría de sus entrañas escocidas. El culo le dolía menos de lo esperado y el contenido de sus manos sólo era de color blanco cristalino.

La pobre ya no sabía dónde estaba, todos sus pensamientos se centraban en el escozor de su culo y de su vagina, en cómo se los habían dejado.. con el rostro semi-inconsciente sólo levantó la mirada para suplicarle descanso con los ojos. Pero no tuvo mucho tiempo para analizarlo. Luego de haber sido masacrada, el Marino aun esperaba su limpieza final en el rabo. Una primera sensación de asco hizo que abriera sus ojos de par en par frente. Inmediatamente y sin poder reaccionar sintió cómo el miembro se le aproximaba y se le metía en la boca, retrocedía dejando su cabeza sobre su pulposa lengua y una vez más de dejaba aquellos rastros de esa espesa y gelatinosa sustancia en su paladar.


Su boca estaba inundada del blanco y espeso fluido. Con la mano sosteniéndole su barbilla el Marino se apartó para déjala a la vista de todos con la boca de residuos. Con una grotesca imagen, Beatriz mostraba en su rostro y su boca abierta su nevada lengua mientras el negro la obligaba a cerrar su boca y tragar su regalo.

- Trágalo, puta.. es un regalo para que nunca olvides y recuerdes cada vez que saludes a nuestro Gobernador, ¡Jea, jea, jea..- ordenó el Marino de manera burlona.

Sin otra salida, Beatriz saboreo nuevamente el semen y con tremenda dificultad fue tragando lo que pudo. Finalmente abrió la boca y la mostró nuevamente a su violador. Gran parte se había ido, pero persistentes hilos unían sus labios superior e inferior con restos del recuerdo. El gusto persistía en su boca y le recordaba su condición de víctima.

- Bueno Señores.. pues creo que ya fue todo. Despidámonos chicos.. sean agradecidos con nuestras bellas anfitrionas,- dijo el Tito poniéndose la ropa.

- ¡Espera, hermano.. todavía falta algo.- exclamó el Marino.

- ¿Qué más quiere?.. ya por favor, ya nos violaron. ¿Que no tuvieron bastante?- reclamó Beatriz ya sin poder llorar.

- ¿La violé? ¡Jea, jea, jea.. ¡Si cómo no.. tanto que sufrió ella. ¡Dinos perra.. diles cuánto sufriste.

Beatriz no pudo sostener la mirada, sólo se volteó hacía el suelo, se tapó el rostro y se puso a llorar.. sólo se puso a llorar..

- ¡Ya, Popeye.. vámonos. Ya tuvimos bastante. Bueno Señoras fue un placeeeerrrr.. estar con ustedes. Esperamos volvernos a ver algún día, digo ya que se les curen sus hoyitos ¡Jajaja..- se despidió el conserje desgraciado.

- La verdad fue magnifico, Señora.. tiene usted el mejor culito de la Ciudad. Y no se preocupe, votaré por su Marido en las próximas elecciones. ¡Ha.. y otra cosa, no se olvide llevarse su trono ¡Je, je, je..- se despidió así mismo el Borre.

- Realmente nunca las olvidare a ustedes grandes Damas.. lograron tragarse mi nabo. Las Putas deberán tenerles envidia ..me llevaré unas fotos para pajearme cuando este en el mar ¡Jea, jea, jea.. Ha, y me despide de su amiga.. la del culo grande. Le dice que fue un honor dejárselo igual de abierto.. cuando quieran otro, búsquenme en el muelle 8, preguntan por el Garrudo ¡Jea, jea, jea.. ¡Chao Bellas Damas..- se despido el Marino entre carcajadas.

Los miré vestirse y se despidieron ella, el Borre dijo que volvería en otra ocasión y que esperaba que ya no fueran tan estrechas. Beatriz solo se lamentaba tocándose en reiteradas ocasiones el ojete. No podía verlo pero si sentirlo, y notaba que se le mantenía abierto quizás unos 2cm de diámetro. Como había aguantado la Sra Beatriz. Cada vez que se la encastaban le hacían ver las estrellas. Nunca le habían metido algo tan grande y, aun menos, por el culo y el chocho a la vez. Al encularla pensaba que la matarían, que la partirían en dos. Había sido toda una extrema experiencia. Si había podido con todo eso, ahora ya seguro que podría con todo en un futuro.

¡Por fin a cabo esta pesadilla.. Por fin lograría salir del armario, dos días casi enteros viendo cogida tras cogida, nunca olvidare esta pesadilla. Por fin lograría descansar mi mente y mi cuerpo.. la verdad creía que no acabaría, revisé la casa con las cámaras y lo único que podía ver eran los cuerpos desfallecidos de Mamá y su amiga, la casa estaba horrible, había latas de cerveza por todos lados, ropa hecha pedazos, fluidos por doquier, y el olor a sudor y a sexo fuerte en el ambiente.

Por mi parte estaba feliz, había grabado todo desde mi monitor, tenía toda la evidencia posible para entambar a éstos 3 desgraciados, pero también me daba tristeza de cómo habían dejado a mi Madre, la pobre estaba desfallecida sobre su cama con su culo en popa, mientras que Beatriz se había quedado a gatas en el piso. La verdad con estas terribles folladas no creo que pudiesen recuperarse rápido, estaban devastadas, mínimo tardarían varios días en poderse sentar o cerrar las piernas.

Como sonámbulo me fui a mi cama y cuando acostado rememoraba lo ocurrido una extraña mancha sobre la sábana atrajo mi atención; era color café oscuro y al acercar mi nariz el tufo penetrante a excremento hizo renacer a mi mente lo vivido con mi Madre y ese negro.. sentí repulsión por aquello, lancé todo lo que había en mi cama al suelo y me eche a dormir.

Por mi parte no me quedaba que esperar a que amaneciera y fuera otro día normal para volver a empezar.. tenía que hacer cómo que llegaba a mi casa, tenía que hacerme el despistado y presentarme al siguiente día, la verdad no sé cómo encontraría a Mamá el día de mañana.


Desperté al siguiente día y lo primero que hice fue salir de mi cuarto por la ventana trasera, cuidando que nadie me viera, me alejé unas cuadras de la casa, encontré un amiguito en la calle y me quedé jugando con él un tiempo, esperando a que Mamá se recuperara y que Beatriz reviviera.. así me la pase hasta el mediodía. La verdad el hambre me estaba matando, oigan pues ya llevaba más de dos días comiendo puras galletas.

En eso veo que pasa la camioneta de Beatriz por la calle, por la postura que llevaba creo que no iba conduciendo tan a gusto, iba inclinada hacía su derecha, manejando de lado, el mendigo Marino le había hecho trizas la cola, por su cara parecía que no había dormido en una semana, se miraba demacrada y hacía muecas cada vez que su vehículo daba un brinco o avanzaba, su trasero le estaba pasando factura de los dos días anteriores.

Bueno sólo faltaba ver cómo encontraría a Mamá.. corrí hacía la casa y abrí la puerta, la verdad no esperaba encontrármela limpia, recorrí la sala cuidando de no pisar los fluidos ya resecos en el piso y tapetes. Encontré entre los sillones la braguita de Beatriz rota, la guardé en mi bolsillo ( cómo recuerdo jaja.. no todos los días tenía la oportunidad de ver a Beatriz ) y salí disparado a la habitación de Mamá.

- ¡Mamá, ¡Mamá.. ya llegué, te extrañe mucho.

Ahí estaba Mamá acostada en su cama de ladito, la verdad no le quise preguntar de su postura, para no incomodarla. Traté de no ser intrigoso y sólo me acerque a ella, a su lado tenía un bote de pomada para la hinchazón y su ya conocida cartera de hielos. Sus piernas estaban tapadas con una cobija, así que sólo podía ver su torso.

- ¡Pedrito ¡Ayy ¡Ouchh!!.. ven acá mi amor. Déjame darte un abrazo..

- ¿P-pero que tienes, Má?- no pude evitar preguntarle.

- N-nada mi amor.. que ayer tuvimos una fiesta y hoy no amanecí muy bien.

- Con razón hay un desastre en la casa, Má.. pero no te preocupes Mami, yo lo limpiaré por ti.

- Ay qué lindo eres Pedrito.. sabes que hijito, pase lo que pase siempre estaré a tu lado y jamás me separaré de ti cariño.- me dijo tiernamente, con esa mirada que me derretía dulcemente.

- Yo también te quiero mucho Mamy..- dije con nostalgia, me sentía parte de eso que les había sucedido.

Le da un fuerte abrazo a mi Madre, teniendo cuidado de no moverla mucho, cerré la puerta dejándola descansar, que mucho lo ocupaba y salí directo al refrigerador, el hambre me mataba, luego pensaría que iba a ser con ese desgraciado Conserje.

Y si me preguntan cómo Mamá logró recuperarse un poco de todo lo ocurrido con su cuerpo, pues caminando a tras picones llegaba a su baño para darse una relajada ducha por un largo rato.. en el que dejaba caer sobre su desnudo cuerpo el agua templada, rememorando torpemente los momentos fatídicos de los días trascurridos. Para después salir un poco más rehabilitada y acercarse a mirar a su espejo.

Sentimientos de confusión la invadieron de nuevo. Había quedado poco de aquella mujer con tantas energías, ya poco le importaba haber sido parte de aquellas listas de mujeres agredidas, a violentadas en su propio hogar. Tras secarse con mucho cuidado para no lastimarse, se sentó sobre una silla y se exploró abierta sobre esta.

Al mirarse, además de comprobar cómo tenía los labios inferiores y la entrada de su vagina de colorados y de sensibles, apreció como el tamaño de su entrada trasera había aumentado. No recordaba haberlo visto jamás tan dilatado, incluso se asustó un poco al principio. Podía meter perfectamente algo más que dos dedos dentro sin necesidad de rozar con ellos la circunferencia de su esfínter. 

Aunque evidentemente eso volvería poco a poco a su estado normal, no pudo evitar recordar el tripón del negro abriendo su delicado arito, mientras le acariciaba sus labios superiores con suavidad rememorándolo. Aun creo que lo sentía, le parecía aun sentirlo dentro.. sentir su aliento y su sudor impregnando su cuerpo, lamiendo sus pezones nuevamente, torturándoselos con malicia como lo hizo antes.. en como la había levantado en brazos como una simple muñeca y la había lanzado en la cama, la pequeña cama de su hijo.

Quería olvidar lo vivido y ser nuevamente aquella mujer protectora, disfrutar plenamente de su vida con su hijo sin mirar atrás, ahora apreciaría más su vida, pues ya no sabía en qué momento aparecía otro par de degenerados para violentar su pacifica vida.

Salió de sus pensamientos y se puso una pijamita de seda, sin nada debajo pues para evitar roses, su pijama compuesta de short color pastel, y se asomé a mi cuarto para decirme que se iba a acostar de nuevo, que estaba muy cansada y que necesitaba descansar. Mientras, yo también agotado permanecían en mi cuarto haciendo un breve resumen en video de las acciones, para dormir igualmente que mi hermosa Madre..


Continuara brevemente.............ATTE Pedrito Tapia

“Visitando Puerto Escondido.”

PD.... No se olviden de valorar el relato y escribir su recado para motivarme a contarles más... les mando un cordial saludo.... 
pedritapia08@hotmail.com
Cree









12 comentarios:

  1. Siiii!!! exxxcelente episodio Pedro! no esperaba tu regreso tan pronto, GRACIAASSSS!!! gran saludo a ti tambien! qué bueno saber que todavía hay mucha Mónica para rato (aplausos) yo tomo nota de tu petición final y así lo haré, hasta pronto Pedro! eres el mejooor!!!

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  2. Es un misterio el capitulo 12 ¿volverá la trama del conserje en "Visitando Puerto Escondido" o habrá nuevas escenas de suspenso y morbo con otros personajes? por supuesto que esperaremos muy ansiosos de leerlo, vale la perna esperarte porque relatos como los tuyos requieren paciencia y tiempo.. muchas graxias amico!!!

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Te escribí a tu mail Pedrito, ojalá puedas responder.

    Si me preguntas como me la imagino a mónica con su rico culazo, pues es como las hermozas maduras de estos videos de youtube:

    Seamless Panty Shaper
    http://www.youtube.com/watch?v=mfVfWYw3htI

    Desfile Moda Íntima
    http://www.youtube.com/watch?v=0FpOc1K7gsE (0:40 y 2:36)

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  5. Exceleeeeeeeeeeeeeeeeeente!!!
    Este morbo me va a matar, PERO CON GUSTOOOOOOOOOOOO!!!
    Te felicito!!!

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  6. Esta saga es lo mejor que he leido, pero este capitlo es el mejor, junto con el del japones mirando al hijo y la madre debajo de la mesa mamandolo.

    ¡¡¡PEDRO TE AMOOOOOOOOOOOOOOOOO!!! (pero sin mariconadas, como diria Torrente)

    Gracias x tanto morbo!!!

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  7. SEGUNDO.-
    Noooooooooooooooooo!
    ¿Porque?
    Le roban vergas a la señora Mónica Tapia.
    ¡A BEATRIZ, solo la queríamos de testigo!
    (Mi Esposa) dice que soy un dramático, que entienda que es importante la creación de nuevos personajes, para que la historia crezca.
    Y esta señora (Mi Esposa) ¿por qué opina? sobre mi pasatiempo, ella solo sirve para quitarme mi dinero $.
    Mónica es la súper “ESTRELLA de la LITERATURA” ¡que México, estaba esperando!
    ¿Por qué nos privas de ella autor?
    Buuuuu, sufro y lloro mucho, por sus nalguitas.
    Haaayyyy! y lloro mucho y sufro más! después de los golpes que recibí (de Mi Esposa) por dejarme llevar y opinar a la ligera.

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  8. TERCERO.-
    Sufro una rebelión en mi propia casa!
    Y existen puntos de vista contradictorios sobre si deben existir, ¿Mas mujeres? en la serie.
    (Yo).- Como me duele que le roben protagónico al trasero de Mónica.
    (Mi Esposa).- Se ríe y dice que; por eso me quiere “!porque soy FIEL!” pero que a ella le gusta más la variedad!” (Creo que ese comentario me lo dice por venganza y porque esta celosa de Mónica) ¿!Espero!?

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  9. CUARTO.-
    Mejor diremos en lo que SI estamos de acuerdo, las brillantes ideas - Hulillaciones (circunstancias) que salen de tu cerebro.
    1.- Que bien le pasaron por encima a la mama del Randy. (¡Viva la venganza!)
    2.- Que tuviera que PEDIR PERMISO, a sus captores eso es otra de tus genialidades, las humillas al máximo, gracias.
    - discúlpeme Se, señor. Podría de favor soltarme para ir al tocador Para ti soy tu Rey.
    3.- Y el TRONO que le dieron:
    -‘‘¡A, no!! ¡no pensaras que voy a cagar aquí!
    4.- que la fuerzen a exibirse es simplemente delicioso:
    - bañarse con la puerta abierta
    5.- Y más frente a gente que la conozca, la escena de los calzones es increible:
    - Beatriz volteó a ver a mi Madre con cara de decepción ‘‘¡Eres una asquerosa puta! ¡Cómo te atreves a usar esto!’’. -‘‘¡No!... esque... yo… nunca’’
    6.- Uuufff! Y que nos cuentes la escena de la película porno:
    - pantalla ofrecia a una pobre adolecente tremendamente follada por tres tipos
    Ambos (Mi Esposa y yo) por un momento deseamos, que nos contaras la historia de esa “tierna” porno star.
    7.-Las posiciones dominantes y de SUMISIÓN, es un gusto que “HEMOS APRENDIDO” gracias a usted autor:
    - como carretilla, para no golpearse la cara -‘‘¡Ahora Putita, quiero camines con tus brazos!
    8.- el sometimiento es otro de tus fuertes.
    - nunca imagino ser duchada por un sucio gordo como este, El sujeto le abría las piernas para pasar el jabón por su chochito, luego le dio la vuelta y la empino.
    9.- Y la idea de la competencia entre las 2 mujeres, fue “MUY ORIGINAL” estuvimos divertidos por días, y mi esposa me molesto diciendo:
    “!ya le robaron el título de PUTA principal a Mónica!”
    - -‘‘!Nooo!! pe, pero fue, fue empate, nadie perdió Además, yo me lo tragué y ella no.
    Pero al final mi querida Mónica, se impuso ella es como HULK, dentro de ella vive una BESTIA, que cuando sale la trasforma en la máxima puta del mundo.
    ¡Viva Mónica!

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  10. QUINTO.-
    Y de inicio a fin este capítulo, fue; Sexo ¡DURO! Del que nos gusta.
    10.- Y la presentación que hacen ante el Popeye nos arrancó aplausos:
    - -Hola yo soy la Sra. Mónica de Tapia y esta es mi MEJOR cara y es para ti ‘‘guapo’’ verla así comportándose como una perra ofreciéndose como una vil prostituta a su otro cliente se abrió las nalgas para que pudiera observarla perfectamente no la chingen ya las tienen bien tronadas ¡miren como les han dejado el culo’’
    11.- Como describes Las escenas de susto:
    - ellas le bajó el cierre como una niña ansiosa metió su mano dentro lo que encontró ahi dentro parecía que había sentido un animal ya que como asustada sacó la mano rápidamente por dios ¿que es esto? saca eso que tanto la asustó las pobres pelaron los ojos era tremendo ‘‘¡SANTO CIELO!’’ Dijeron las dos sorprendidas estupefactas.
    12.- Y que acentúes las diferencias, (Psicológicamente) entre cogidas por lo menos para mí, es muy importante:
    - pero era la primera vez que ella se mostraba así, Era la primera vez que Ahora debía llevar “LA INICIATIVA” y rebajarse a satisfacer no era cuestión de dejarse hacer.
    13.- Las escenas de auto observancia, (espejo) le encantan a mi señora:
    - ‘‘Mírate en el espejo Puta dime lo que ves una oleada de vergüenza la recorrió entera Se encontró con la figura de una mujer muy blanca siendo encajada en un tremendo garrote se sorprendió de verse tan refinadamente tan obscenamente expuesta la imagen era realmente arrebatadora, Mamá tenía la cabeza completamente echada hacía atrás, mientras exhibía sus más íntimos encantos, Verse así misma atravesada cuando volvió a ensartarse un nuevo escalofrío la recorrió entera.
    14.- Pero que le arrancaran la confesión a base de cogidas, simplemente nos enamoró: (Aplausos por 3 horas)
    - Declararle abiertamente la ingrata realidad, que ella misma se negaba a reconocer, Debía de admitir delante de aquel Negro que se veía como una perra, que se sentía como una Puta, que en realidad ella era una Puta, Una mujer a la que no le importaba coger con un desconocido siempre y cuando la hiciera gozar, Una mujer dispuesta a soportar y buscar las mayores bajezas las mayores humillaciones, Tener que expresarlo abiertamente sin tapujos la abochornaba, Sabía lo que su violador quería y estaba dispuesta a dárselo, Mi Madre se tragó todo su poco orgullo que le quedaba y contestó:
    -Veo a una Puta entregada a su macho una zorra dispuesta a todo, Una Puta hambrienta de pene una guarra ensartada como la perra que es, Le expresó mi Madre llenada por el gozo, Y dime ¿te gusta lo que ves? Oh Sí mi amor mucho, Me encanta coger me encanta tu nabo, La quiero toda bien dentro, Que me llenes y me poseas Dime ¿qué eres? Le obligaba a hablar de sí misma Soy tu Puta complaciente dispuesta a todo, Soy una Zorra, Oh dios como me encanta una fulana que se acuesta con cualquiera, Le increpo mi Madre sin ningún recato ¿Y qué quiere mi Putita? ‘‘Quiero que me cojas como a una PUTA! tenía a un Negro caliente encima suyo dándole empujándola haciéndola saltar
    - Y más por el tema interracial, (el cual es nuestro favorito) donde resalta las diferencias y hacen más notorios los contrastes.
    15.- La mescla de los diferentes puntos de vista de los estatus social, que tu autor haces resaltar, nos encanta y tu eres un experto para hacerlos notar:
    - mejor me hace un bailecito, demostrar sus dotes de bailarina lo que ella siempre presumía era bailarina clásica, pero esto no sería como ella pensaba, querían otro tipo de baile estúpida Esas son estupideces lo que quiero es que bailes como una Puta, Quitándote la ropa quiero que me pares la verga ¡No tus babosadas de niña rica! ¿por porque me golpeas? si me he portado bien no pierdas el tiempo y empiézate a encuerar, si no quería ser castigada.

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  11. SEXTO.-
    Por ultimo decir que estos capítulos nos agradaron mucho y fueron contundentes, y creemos que la manera de describir, tu manera de escribir seria ¿definiéndola?
    Tu escritura NO es escritura; Es POESÍA!”
    Leer párrafos como;
    - en sus glúteos tenía las marcas de la batalla.
    - ¿Porque a mi nomás? ¡HAYYY!! ¡Denle a Mónica también.
    - Le toca a Mónica. A mi ya me dieron ayer toda la noche.
    - La pobre de Mamá subía las escaleras con un dedo en su intestino, dirigiéndola debió sentirse como “MONITO DE VENTRÍLOCUO” siendo manejada por otro.
    Eso creemos nosotros; es “!POESÍA!” pues alegra el espíritu.
    Gracias Autor.

    P.D.- La foto de inicio es brutal, sexo anal a “Una RUBIA Angelical” (Así nos imaginamos a Mónica) por ¡un Negro!

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