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miércoles, agosto 03, 2011

Capitulo (10)



© MI MADRE Mónica.......... Capitulo (10)

“La Verdadera amistad.”


Los tipos reposaban con sus trancas fallecidas mientras mi Mamá se reponía de la brutal enculada. Se levantó dando pequeños pasitos temblorosos hacía la cocina, sus pasitos eran lentos y cortitos, el culo le pasaba factura de las dos terribles enculadas que había recibido. Con sumo cuidado se iba sosteniendo de las cosas para no caer, era increíble cómo las cosas en mi casa habían cambiado tanto en tan solo un día.

Yo aún no me reponía de lo acontecido, permanecía en silencio y apretujado en mi closet sin poder despegarme ni un solo minuto de mi portátil. El Tito elevó un poco la cabeza para observarla mientras se dirigía. La pobre de Beatriz seguía sometida en la silla con el tapón anal y esa sustancia en las tripas haciéndole efecto.

- ¿A dónde vas mamacita?.. no querrás escapar, ¿verdad?

- No, no.. sólo quería ir a la c-cocina.- dijo ella muy adolorida, la terrible sodomización le estaba pasando factura.

- Qué gusto más grande.. qué bien te has portado mamacita.

- Por favor, ya obtuvieron lo que quisieron.. váyanse, por favor.- les pidió dirigiéndose a los dos-, no los delataremos.

- Tranquila, mamita.. sólo hemos pasado un buen rato.- añadió Tito.- Podrás descansar, te lo has ganado a pulso mamasota ¡Ja ja ja..

- Nos iremos cuando queramos entendido.- le aclaró el Borre-. Nadie se va enterar, estate tranquila.

Mamá abrió la puerta de la nevera y sacó un par de hielos, con su mano temblorosa trató de frotarse el ojete con mucho cuidado, al parecer sentía un alivio, porque cerrada los ojitos sintiendo un enorme placer.

- ¡Mira Flaco.. la muy cerda se frota el culo con un hielo ¡Jejeje.. Pero si lo tiene al rojo vivo la desgraciada ¡Jejeje..

Mamá ya se había curado un poco el escozor de sus partes íntimas, y cuando ya estaba dispuesta a regresar se encontró frente a frente con la gruesa humanidad del tipejo desnudo, quien le bloqueaba el paso.

- Como estas putita.. veo que ya te los has curado muy bien, ¡Je je je.. Al parecer no es la primera vez que lo haces desgraciada, Jejeje..- Mamá quien ya no quería más problemas con aquel hombre, solo le dijo:

- ¡Por favor Señor déjeme pasar.. ya hice todo lo que han querido. Obtuvieron todo lo que quisieron, ya no quiero tener nada que ver con ustedes.- término diciéndole y en un tono que se marcaba la seguridad en que le estaba hablando.

El Borre no tomando en cuenta lo que la deleitosa dueña de la casa le estaba diciendo, y al verla con sus rubios cabellos tomándolos en una cola, con esa cara de Señora altiva y seria, solo se dio a tomarla bruscamente desde su cintura para afianzársela contra su pecho desnudo y sudoroso.

- Es increíble la forma en que me calientan tú y la chichona pendeja.. las deseo desde el primer momento en que las vi atravesar esa puerta, y parece que fuera mentira que ya te haya culiado hasta el cansancio, ¡Jejeje.. vamos dale un besito a tu machooo!,- le decía con desesperación mientras ansiosamente buscaba sus labios.

- Nooo..

Ella por su parte lo evadía moviendo su cabeza en todas las direcciones posibles. El cerdo ese la tenía bien agarrada…

- ¡Déjeme viejo asqueroso.. ya me violoo, ya no quieroooo!,- decía Mamá intentando separarse, e intentando alejarse de sus asqueroso labios.

El Borre la soltó de una, Mamá retrocedió tres pasos mirándolo con odio, a estas alturas ella estaba totalmente consiente de la transgresión cometida, ese viejo la había violado a ella y a su amiga la había golpeado y obligado a tragar aquella sustancia llena de medicamentos. Ella por nada del mundo iba a dar pie para que eso volviera a ocurrir.

- Así que ahora no quieres maldita zorra?,- le preguntó el delincuente, quien su cara ya se había enrojecido por la ira.- Después que te has venido y berreado como una cerda.

- ¡Ya se lo dije.. ya obtuvieron lo que quisieron, ya déjenos en paaaz.. Ustedes son de lo peor.. ojala les hagan otros lo mismo a sus Madres o sus asquerosas esposas desgraciados.. Ustedes saben muy bien que nunca mujeres como nosotras voltearíamos solo a verlos, son asquerosos y además..

El viejo ya no pudiendo contenerse más de escuchar las declaraciones que hablaba esa hermosa rubia, levanto su mano rápidamente e incluso frunciendo el entre cejo en señal de concentración y rabia, hasta que “¡Splashhh!” le asesto un fuerte golpe en el rostro que dejo tambaleando el cuerpo de ella quien fue acallada en el acto de sus alegatos.

Mamá quedó petrificada, con sus ojos azules parpadeando rápidamente producto del estupor, se llevó una mano al rostro pues le ardía, jamás en su vida lo había sentido producto del fuerte golpe recibido en su cara, solo atinó a decir:

- ¡Ustedd.. no puede hacerme esto.. usted no es nadie para pegarm..

“¡Splasshh.. Splashh!.. ¡Splash..” siguieron retumbando los fuertes manotazos que la dueña de la casa iba recibiendo en su hermoso rostro y parte del cuello, que en su sobresaltado recorrido a golpes no supo en que momento fue a dar al suelo, donde el embravecido animal la veía desde arriba convertido en furia para que aprendiera quien era el que mandaba ahora, y agarrándola en forma violenta desde sus cabellos la levantó fuertemente para atracarla contra el muro y decirle muy cerca del rostro:

- ¡Claro que puedo maldita piruja engreída.. ¡Y óyelo muy bien pendeja para que se te grabe en tu linda cabeza güera.. soy tu macho desde el momento en que te comiste mi verga por el culo.. ahora no me salgas con tus remilgos de vieja altanera y decente.. eso me hubieras dicho cuando te tenía bien ensartada berreando como una perra en celo lo que nunca pudiste con el ricachón impotente de tu difunto. ¡Yo soy tu dueño ahora y si se me hinchan los güevos puedo pegarte todo lo que quiera.. y me da lo mismo que la otra puta tetona también me aborrezca,- dijo esto volteando a ver a Beatriz.- ¡Me escuchas tú también babosa de mierda.. ahora abre esa puta boquita y dame un beso con lengua y convénceme de que me quieres porque si no lo haces, soy capaz de matarte a palos y delante de la otra piruja!!

El Borre resoplaba como toro embravecido, y terminando de decir lo último le mando un grotesco escupo en pleno rostro, con la única finalidad de enseñarle que él podía hacer lo que se le diera la gana con ella.


Mamá se quedó en total estado de pánico al verle al rostro, este inmundo viejo era capaz de matarlas por lo que le acaban de decir. No le quedó de otra que ahogarse su coraje y repudio hacía ese animal, solo fue subiendo su rostro escupido y resignado, hasta que posó sus labios en la pestilente boca de aquel energúmeno que le estaba enseñando quien era el que mandaba. El Borre al sentir el frescor de la lengua de la rubia comenzó un violento movimiento lingüístico, forzando a Mamá a que enredara su lengua con la de él, prácticamente se la estaba comiendo.

Se estuvieron besando salivosa y brutalmente por espacio de unos minutos, gruesas lagrimas mezcladas con aquel denigrante escupitajo corrían por las mejillas de mi Madre, hasta que el inmundo determinó que por ahora era suficiente, estaba seguro que con eso la dueña de la residencia ya sabría cómo comportase al menos por un buen lapso de tiempo.

- Ahora te callaras y actuaras como si en realidad nos quisieras, porque si no me convences de eso, te voy a matar delante de tu amiga que también violaré y después la ahorcaré y las iré a enterrar algún terreno baldío para que nadie sepa de ustedes. ¿Entendiste pendeja de mierda?..

Mamá lo veía con los ojos totalmente en pánico, se daba cuenta que el viejo estaba realmente enojado y que era capaz de hacerlo. Solo atinó a limpiarse las lágrimas y las salivas que aun corrían por su cara, y a asentir afirmativamente.

- ¡Je je je.. Así me gusta perra, que sepas quien es el que manda en esta casa desde ahora.. ahora límpiate la puta cara porque esto aún no ha acabado.

El inmundo delincuente rápidamente se agachó y encontró las bragas hechas añicos de mi Madre que se encontraban en el suelo. Con un mano empuñándolas se las metió en la boca dejándola callada y totalmente asustada.

- D-déjeme ir a bañarme, por favor..

- Claro, bonita..- respondió cambiando el semblante.- Y cuidadito con ir y ponerte calzones, porque si no? te tendrás que atener a las consecuencias, ¡Je je je.. desde hoy tienen prohibido usar calzones ni nada parecido sin que se los ordenemos, deberás pedirnos permiso para todo, aún tengo un tema pendiente con tu amiga, ¡Jejejeje.. ¡Ahora largo de aquí zorra buena para la verga.. perfúmate toda que quiero seguir oliéndote esa chocha..

Mamá con su temperamento totalmente quebrantado, se recogió el cabello y se sacó las bragas de la boca para limpiarse el rostro, se encaminó llorando en silencio en dirección hacia su baño. La traumática vivencia recién acontecida la habían dejado en total estado de conmoción.

- Ya déjala Borre.. la Señora se ha portado muy bien.- intercedió por ella el negro.

- Con eso aprenderán, ¡Je je.. ya puedes irte a duchar pendeja, y lávate bien ese culete que lo volveremos a usar ¡Je je je.. Pero aquí abajo, dónde te podamos ver.. y no cierres la puerta culona. Hazlo a prisa porque queremos comer.. nos has dejado sin leche y sin fuerzas, necesitas reponernos ¡Je je je..

Se dirigió rápidamente al baño de visitas en donde y como le había demandado el violento sujeto lo dejó con la puerta abierta. Lentamente se fue llevando sus dos manos a la cara, y apoyada contra el muro lloraba en silencio, pensaba en cómo habían llegado a esa situación?, como era eso que unos viejos asquerosos y ordinarios que hasta hace muy poco tiempo jamás en su vida hubiese imaginado que pudiesen ni siquiera pisar las ceras de las residencias de estos privados las estuviesen atemorizadas y desnudas para sus perversas obsesiones sexuales, que la hubiesen violado entre los dos y que para rematar le hubiera pegado, y se la hubiera enculado?, y con cooperación de ella misma!, se decía, quien creía era la culpable de todas sus desgracias.

El destino?, su hermoso cuerpo que con tantos esfuerzos hacía para mantener?, ella misma quizás?, o tal vez algún karma del pasado por siempre tratar a ese tipo de gente de manera altiva y arrogante?. Todo era un mar de confusiones para la rubia dueña de la residencia. Por un momento pensó en llamar a la policía, pero y para qué? se dijo al mismo tiempo, su estimada amiga seguía amordazada en una silla y como le había amenazado ese gordo horrible era capaz de matarlas.

Para colmo ella no tenía mucha relación con los vecinos, y su casa era tan grande que aunque pegara el más fuerte de sus gritos nadie vendría en su auxilio. De pronto pensó que quizás ese viejo negro que la había tratado menos peor podría encontrar en él una salida, hablaría con ese hombre para que esta sórdida situación se arreglara de alguna manera, sabía que también la había violado pero al parecer este había tenido momentos de afecto con ella, quizás podría convencerle de que se largaran y alejar a ese viejo gordo que tanto pavor le tenía.

Se lavó y secó la cara, espero por unos minutos para calmarse y preparó a la regadera para así borrarse algo de la horrible situación que le había acontecido. La pobre estaba irreconocible, su pelo todo alborotado, su maquillaje había desaparecido, en sus pechos y espalda tenía residuos de semen seco, en sus glúteos tenían las marcas de la batalla. Cuando Mamá estuvo a punto de usar el Wáter para sus necesidades el Borre interfirió.

- Yo le ayudo Señora ¡Je je je..- se ofreció el muy maldito.

Desplegó una sonrisa siniestra antes de dirigirse al baño. Irrumpió en el cuarto de baño donde Mamá se hallaba aun desnuda.

- ¿Quieres mear?..

Miró antes a su amiga desde el baño, asustada por aquella enigmática ayuda.

- S.. sí.

- Ven, deja que te ayude, quiero ver cómo meas…

El Borre se ocupó de levantar la tapa y la ayudó a colocarse sujetándola por la cintura. Mamá arqueó las piernas para mantenerse de pie con la taza debajo y se inclinó un poco hacia delante. El muy cabrón le pasó las manos por el culo y le abrió las nalgas bruscamente. Ella humillada por la situación y presionada por su vejiga no le quedó de otra que hacerlo. Pronto comenzó a caer el chorro de pis. Su violador le mantenía abierta la raja del culo observando cómo meaba. Beatriz observaba la escena desde la silla amordaza.

Cuando se cortó el chorro, la sujetó del brazo y la obligó a dar un paso lateral hacia el bidé. Abrió el grifo y puso el tapón.

- Siéntate.

Acató la orden de su captor con miedo y se sentó. El Borre se acuclilló para salpicarle la vagina con agua, después se lo refregó con la mano mediante varias pasadas. Mamá aguantaba con el ceño fruncido muerta de vergüenza, observando cómo ese hombre que tanto miedo le causaba le lavaba el chocho. Luego descolgó una toallita y se lo secó con suavidad. La puso de pie y le pasó la toalla por el fondo del culo y luego se ganó un cariñoso cachete.

- Lista mamacita, te lo has ganado.

- G-gracias.- dijo sin saber cómo reaccionar.

El Borre miró a Beatriz.

- Ya ves tetuda, pórtate bien como tu amiguita y te ganaras tus atenciones.

- Carai Borre, me sorprenden tus atenciones ¡Ja ja ja..- le celebraba el negro.

- Oye Flaco..- le dijo a su compinche.- ¿Porque no vas y le buscas algo de ropita a la mamacita? ..digo para que se vea más linda. Que este más presentable para nosotros, ahora que salga, ¡Je je je..

- ¡Tienes razón Borre, buena idea.. le buscaré algo muy bonito para nosotros y muy cómodo para ella ¡Jajaja..

El desgraciado Tito subió a la recamara de Mamá para buscarle un atuendo, podía escuchar los pasos del negro subir las escaleras. Yo me mantenía adentro de mi closet sin hacer ruido, a pesar de la horrible situación en la que había metido a mi Madre me gustaba este jueguito de hacerme el espía, podía ver toda la casa con sólo apretar un botón era maravilloso. Pude ver cómo el Flaco en la recamara de mi Madre había sacado toda la lencería y la había volcado sobre la cama, no hallaba cuál escoger.

Por otro lado estaba Beatriz, que se mantenía inmóvil sobre la silla con el tapón en su trasero. Pude notar que su abdomen lo tenía inflamado, sus tripas la mataban de tanto gas que provocaba. Ella al sentir su estómago extendido no le quedó de otra doblegarse con su captor:

- Oye gordo.. creo que quiero ir al baño.

- Con esa actitud no vas a ganar nada, tetona.

Beatriz se dio cuenta que con sus maneras no iba a ganar nada y enseguida bajó la voy y cambio su carácter.

- Dis-disculpeme Se-Señor.. podría de favor soltarme para ir al tocador.- dijo Beatriz soportando el coraje que le hacía tener que pedirle permiso a un ser tan asqueroso como lo era el Borre.

- Para ti soy tu Rey.. así quiero que me llames.- le soltó el muy cínico mientras se llevaba otro trago a la garganta.

La pobre sintió que casi se le reventaba la bilis, sabía que no estaba en posición de ponerse furiosa, respiró profundo y contestó:

- Por favor mí.. Reyyy..- dijo tragándose el coraje.- Seria..tan..amable de soltarme para ir al tocador.- volvió a repetir tragándose el orgullo.

- Así no tetona.. mira, te enseñare a hablar. Me lo tienes que pedir de esta forma. ¡Mi Rey serias tan amable de dejar a tu putita que vaya a cagar.- le dijo el muy cabrón.

Para Beatriz eso sería más que humillante, indignante decir esas cosas, más aparte decírselo al tipo que más odiaba en la vida. Pero su intestino casi lo pedía por ella, así que nuevamente tragándose su orgullo volvió a repetir:

- .. Mi.. Rey.. Sería tan amable de dejar a tu.. Pu.. tita ¡que vaya a ca.. garrrr..

- ¡Muy bien mi vaquita lechera,- le celebró aplaudiéndole.- Ya vez que te cuesta ser amable conmigo.. pero no.. no te lo mereces.

- ¡Queee!! ¡Pero si te lo pedí cómo dijiste desgraciado.. ¿qué más quieres?, ¿Cuánto quieres para llevarme a cagar desgraciado?

- ¡Je je je.. ¡Muy bien.. ya está aprendiendo a hablar como se debe la Señora. Solo por eso dejaré que cagues, ¡Je je je..

Beatriz no estaba acostumbrada a decir ese tipo de cosas, era la Esposa del Gobernador, del respetable Sr Montes de Oca. Pero en esta ocasión se sentía aliviada porque por fin vaciaría sus intestinos, sólo que el Borre no la soltó de sus ataduras, si no que fue por una silla del jardín y con una navaja le rompió el asiento, quedando una especie de letrina. Cuando el tipo metió una bandeja debajo de la silla Beatriz se imaginó lo que tramaba.

- ¡AH, NOO!!.. ¡No pensaras hijo de puta que lo voy hacer aquiii.- le reclamó.

- Pues cómo tú quieras tetona.. pero al baño no irás.- le dijo rotundamente mientras ingería otra cerveza.

El Borre solo la desató para pasarla a su nueva silla, entre gritos, sacudidas e insultos logró someterla y la dejó sentadita en su nuevo lugar.

- ¡Ahí estás tetona.. en tu nueva silla. Un verdadero trono para mi Reyna ¡Je je je..

Para la flamante Esposa del Sr Montes de Oca era la peor humillación, su trasero colgaba por el agujero de la silla, si no fuera porque el Borre la sujetó de la cintura incrementando el dolor, seguro que ahora si se iría la pobre Beatriz por el agujero. Sus pantorrillas estaban amarradas a cada pata, le era imposible moverse, para su desgracia sus braguitas con abertura en su trasero la humillaban aún más, ya que al estar metida por el agujero estás se le habrían al máximo, mostrando su agujero completamente tapado.

- Bueno chichona, a ver quién puede más.. tu orgullo, o tus tripitas ¡Je je je..- le dijo, sentándose en el sillón para seguir bebiendo, mientras la pobre se debatía en resistirse o evacuar.

- ¡E-eres un infeliz desgraciado.. ¡TE VOY A MATARRR!!!! ... ¡T-te juro que te voy hacer tantos pedazos que ni la puta de tu Madre te va a reconocerrr!!- le gritaba Beatriz revoloteándose en la silla pero sin lograrse soltar.

En cambio del otro lado, mi Madre era humillada a bañarse con la puerta abierta. Su boca con restos de semen pegados en sus labios, su delicioso trasero estaba enrojecido por los continuos nalgadazos y manoseos que había sufrido recientemente a manos de sus violadores, de sus muslos y piernas varios riachuelos de semen empezaban a secarse. Su sexo enrojecido y brillante cómo nunca lo había visto. Se dio media vuelta y abrió sus nalgas. Esperaba encontrar su ano abierto aún por las duras penetraciones, pero sólo lo veía enrojecido y con notorios hilos de semen que continuaban bajando de él.

- .. ¡Oh por dios.- se dijo a sí misma.

Abrió el agua y la reguló tibia cómo para calmar sus escozores y aliviar su piel. Antes de meterse bajo la ducha, el ruido del agua cayendo la inspiró y dejó que olvidara de momento la terrible situación en la que se encontraba atrapada. Con la caricia del agua y el jabón, su cuerpo se fue revitalizando y limpiando poco a poco de tantas impurezas. Tuvo especial cuidado en el contacto con su vagina y su ano. Estaba tan sensible que apenas si se tocaba sentía amplificada una sensación recorrerla, esos malditos le habían destrozado los agujeros. Con los ojos cerrados y disfrutando de la tibia sensación del agua sobre su cuerpo olvidó por un momento a esos dos malditos que la esperaban allá afuera para seguir con sus oscuras perversiones.

En ese mismo momento Tito bajó con ropa de mi Madre en sus manos, no sabía lo que era, pero por las intenciones de éstos desgraciados no era nada decentito. Se metió al baño dónde Mamá seguía duchándose. Al verla bajo la regadera, su piel rosada y limpia, casi le dieron ganas de sacarla a jalones y volverla a violar ahí mismo.

El Conserje sintió que la sangre se le subió al cerebro, como si fuera un rayo de su mente salieron miles de ideas, su verga se volvió a poner erecta de tan solo pensar que su musa estaba radiante y recuperada como al principio. Caminó hacia la regadera y quitando una toalla que Mamá había dejado colgada en el cristal para así tener algo mínimo de privacidad, pudo verla por completo. Ahí estaba su musa, toda enjabonada tratando de quitarse las manchas, esas manchas que ya se habían caído hace mucho, pero que ella las seguía viendo y tallaba, tallaba el trauma había sido demasiado.

El viejo conserje al ver su diosa así lavándose su cuerpo, dando un jalón a la puerta corrediza para verla enterita.

- Nos bañamos juntos mamacita, ¡Ja ja ja..- dijo, al entrar con una sonrisa de oreja a oreja.

Mamá puso cara de sorprendida.

- ¡No no no.. otra vez no. ¡Váyase ya obtuvo lo que quería, no me haga más daño.- Mamá, se quería refugiar en una esquina del baño, como queriéndose alejar lo más posible de ese viejo negro, que entraba paso a paso a la regadera.

- ¿Pero porque no, además quedamos en un trato no?.. tú te portas bien conmigo y yo no le suelto a nadie lo que se, ¿no te acuerdas?

- Yo, yo no quiero.. a-además ya le he pagado lo suficiente. No quiero nada con usted, por favor por lo que más quiera salgase señor.- Mamá ya no trataba de ofenderlo por temor a que este también la cacheteara como el otro.

- Comprende mamacita.. una vez que todo esto acabe yo mismo me encargaré de eliminar toda la evidencia que tengo de ti, es más ya ni Vaez podrá acercarte a tu cuerpecito hermoso, ¿no es lo que quieres?- le decía con los ojos brillosos de lujuria.- Pero antes debes de ser mía todita completa, una promesa es una promesa.- le decía el viejo, como si el desgraciado fuera el que tuviera que deshacerse de mi Director, si era yo el que después tendría que hacerlo todo ya que terminara esta horrible pesadilla.

Mamá agachó la mirada derrotada, este desgraciado volvía a recordarle el porqué de esta horrible situación. No sabía que quería decir después de escucharle, ni sabía cómo este viejo podría ayudarle a quitarse aquel otro desgraciado que también se había aprovechado de ella en la escuela de su hijo. Pero también recordó que quizás complaciéndolo un poco podría convencerlo de que se fuera de inmediato y así acabar con esta locura, quizás era su única salida, la oportunidad de que su amiga no sufriera lo mismo que le había pasado a ella.

- Yo.. yo.. no.. quiero. No.. sé que qui.. quiere de decir ¡YA DEJEME EN PAZ NO ME TOQUE!- grito Mamá, cuando el viejo estiró su mano para acariciarla.

El grito hizo alertar al otro haciendo ademan de ir también al baño para saber que ocurría.

- ¿Que ocurre flaco.. la Señora sigue con sus pendejadas?

- Nah, todo está bien Borre.. solo nos estamos poniendo de acuerdo de quien talla a quien, ¿verdad mamacita? ¡Ja ja ja..

Mamá agacho rápidamente la cabeza aceptando lo que decía, bajando pegada a la pared hasta quedar de rodillas frente al viejo, pero no para chupársela eso ni lo había pensado, solo fue para evitar que aquel gordo entrar.

- Eso, así me gusta,- le dijo para que solo ella escuchara.- Que tu solita bajes a buscar lo que te gusta. ¿Qué te parece si tomas mi verga con tus manitas y me la empiezas a enjuagar, mira como esta toda manchada por tu culpa, ¡Ja ja ja.. Ándale o prefieres bañarte con mi amigo.-

El Conserje desgraciado empezaba a usar a su amigo para amelentrarla, quería que Mamá lo tomara por sí sola, pero al ver que ella no se movía, la tomó de los cabellos jalándoselos muy fuerte.

- ¡Quita las manos de tu cara mamacita, que si no.. verás cómo viene él y entonces si tendrás que lavarnos a los dos.

Al bajar las manos, Mamá vio frente si esa cosa oscura y chueca que la desfloro, ¿cómo fue posible que le metiera todo eso en su pequeño orificio, era enorme, (pensaba ella) y como era que un viejo flaco y desnutrido tuviera tremendo órgano viril. Por más que se lo imaginaba, no creía que eso había entrado en ella, que la había hecho su mujer, pero también no comprendía porque sentía un hormigueo en el estómago, con tan solo ver esa oscura verga que la violo no hace algunas horas.

- Yo, yo.. No, no..- balbuceaba, mirando aquel tolete oscuro con cierta curvatura, venoso, con unas bolas peludas, a centímetros de su nariz, que todavía apestaba a ella.

De pronto sintió que el viejo se acercó, la verga golpeo la punta de su nariz, para después restregársela por toda la cara. Mamá solo cerró sus ojos azules al sentir los testículos posarse en ellos y descansando en su nariz, el viejo hecho su cara para atrás disfrutando de esa carita nórdica.

- Anda mamita, saca tu lengua y dale unos besitos, vamos. Me vas a decir que no lo disfrutaste hace un rato.- Mamá no supo por qué, pero le dieron ganas de hacerlo, sacando la lengua probo aquellas bolas peludas del viejo.- ¡Así mamacita, así dales un besito a cada uno, son tuyas, lamelas, pásales tu lengüita tan rica.

Mamá sentía esas ásperas y calientes bolas posadas en la nariz, pero al escuchar que si no hacía lo que este le decía era capaz de llamar al otro entonces si las cosas serían peores. Pronto le entraron ganas de acariciar esos testículos, que tenía recargados en su cara.

- Ahora, les darás un beso a cada uno, como si los fueras a encubar.- el viejo la guiaba, dándole órdenes precisas. Mamá las seguía temiendo que fuera entrar el otro.- Anda mamacita, abre tu boquita, y bésalos con cariño, así, ¡Ooohh..- suspiro el conserje, cuando ella frunció las labios y le estampo un besito a cada uno.

Y no solo eso, si no que después con su lengua le daba un ligero masaje a cada uno. Mamá nunca se lo imaginó, estarle mamando los güevos a un viejo tan horrible, pero lo hacía con resignación, temiendo que las cosas fueran mucho peores. Tito sentía escalofríos, porque ella se los raspaba a modo de cariño con sus dientes. De pronto el viejo tomándola de la nuca, le apuntó la verga a la boca y le metió la mitad de su cosa haciendo que ella tratara de sacársela, pero con la fuerza que imprimía el negro no pudo, se comenzó a ahogar, así la tuvo un par de minutos hasta que ya no hacia arcadas.

La soltó, Mamá no se la sacó al contrario, siguió mamando, metiendo y sacando esa verga de su boca.

- Eso es mamacita, pónmela dura.. mi princesa, mi muñeca, cométela toda, ¡Asii, mas, más te voy a dar!, ¡te voy a disfrutar tanto que nunca vas a querer dejarme.

El conserje disfrutó tanto de esa dulce boquita, que tiernamente lo volvía a poner listo para la batalla. El semen presiminal salía a goterones de la punta, lagrimas que Mamá succionaba con la boca. El sabor no era del todo bueno, pero tampoco le disgustaron, de hecho ya le estaba tomando gusto a esa cosa. No sé, quizás lo prefería más en la boca, que en su vagina. Mamá no supo cómo ni cuándo, pero ver ese pene la había seducido tan rápido, que terminó mamándosela de nuevo al tipo que la había violado, por consentimiento propio, aunque al principio se negó, terminó mamando por su cuenta.

El conserje cuando sintió que se venía la levantó, quizás pensando en que si volvía acabar ya no tendría fuerzas para el resto de la noche. Abrió la llave del agua y agarrando el jabón la comenzó a enjabonar, como si se tratara de una bebe. A ella le dio vergüenza que lo hiciera, pero que podía hacer él no se iba a salir hasta que terminar de bañarla.

Le pasaba el jabón por los senos, por los pezones, por el vientre. Le dio la espalda y le pasó la esponja por la espalda, por las nalgas, entre medio de la raja. Para mí era horrible ver que mi linda Mamita estuviera siendo duchada por ese viejo tan horrible. Ella estaba muy confundida, apenada. Le hizo que levantara el pie y lo apoyara en una esquina. Ella lo hizo, dejando más expuestas sus intimidades.

Él la seguía enjabonando ya que por estar la llave abierta, el jabón resbalaba por su cuerpo. Mamá sintiendo esas manos calludas por todo su cuerpo fue sintiendo ese constante hormigueo en el estómago, su rostro lo sentía caliente y sus mejillas rojas, era una sensación parecida a lo que sintió hace unas horas. De pronto el viejo se paró y le dijo:

- Ya estas lista mamacita, bien limpiecita, ahora te toca a ti bañarme, ¡Ja ja ja.. Enjabóname bien ricura, con cariño, ¡Ja ja ja..

El viejo se volteó para que ella le lavara la espalda. Mamá se quedó inmóvil por unos segundos, lo que pedía era una barbaridad, una locura, si ese viejo maldito la había violado. Pero no le quedaba de otra, así lo hizo. Tomando el jabón lo pasó por su espalda llena de huesos, granos y suciedad, como si el desgraciado nunca se tallara en esa zona. Y era verdad ya que el negro no era muy amante de la higiene que digamos, solo recordar el mugroso sitió de la escuela donde se la pasaba todo el día.

A Mamá le parecía que estuviera tallando a un anciano, aun lisiado, un desnutrido, los huesos de la columna sobresalían de la piel. Le pasaba el jabón con tibieza, como si lo pudiese lastimar. No se dio cuenta cuando el viejo se volteo, para que le lavara el pecho, logrando ver la sonrisa que tenía en su rostro.

- Eso, así me gusta, que mi hembra me trate con cariño, ¡Ja ja ja..- Mamá reaccionó diciendo:

- ¡Yo, yo.. no es.. estaba muy sucio.

- Acéptalo mamacita.. te gusto mamarme la verga, golosa. A mí me gusta mucho tu cuerpo, me gusta bañarte, pero más me gusta cogerte primor.- le decía el viejo.

- E-escúcheme Señor.. e-esto tiene que acabar.. alguien podría venir, háganlo ahora, nosotras no tomaremos represalias. Ya se divirtieron, hasta podríamos darles dinero.- volvía a balbucear buscando una salida.

- Y va acabar mamacita no te preocupes.. solo que mi amigo es un tanto desesperado, y no se va a querer ir sin antes tomar a tu amiga que lo ha obsesionado. Además para que nos hacemos nalgona, si a ti también te ha gustado, basta ver cómo me miras la verga cada vez que te la acerco, no te quieres separar de ella ¡Ja ja ja..- el viejo le hablaba bajito, que se le subieron los colores al rostro, al escuchar lo que este le decía, y al verse como decía bajo la cabeza avergonzada.- Que no te de pena mamacita, ya eres casi mi hembra.

El viejo buscó su rostro, se dieron un beso largo, juntaban sus bocas, jugaban con ellas. Una de las piernas de Mamá, estaba arriba y se apretaba alrededor de su cintura y sus brazos a la espalda, disfrutando el beso, con su rostro acalorado. El viejo la tenía bien sujeta por las nalgas, le obsesionaban, las apretó abriéndoselas para tocar su esfínter con uno de sus dedos. Al sentir esto ella reaccionó al beso separándose de él.

- ¡No, no, no puedo.. usted me violo, déjeme ya..- la soltó dejándola confundida y saliendo de la ducha dijo:

- Eso que acabas de hacer, es lo que le hace una hembra a su macho cuando lo acepta, ¡Ja ja ja.. Veras que estarás pidiéndome la verga tu solita, mamacita ¡Ja ja ja..

Tomó la toalla de Mamá y salió secándose, dejándola confusa, preguntándose por que había hecho esas cosas, con el hombre que hace unas horas la había tomado sin su permiso.

- Ponte eso que te traje preciosa.. la fiesta aún continua.- le indicó el Conserje antes de salir del baño.

Cuando mi Madre cerró la ducha y se envolvió en otra toalla se sintió un poco mejor, más revitalizada. Tomó una crema y se arregló el rostro lo mejor que pudo. No podía creer que lo estaba haciendo, ella sabía que sin proponérselo lo estaba haciendo para regocijo de esos 2 degenerados que la esperaban en su sala con sus degeneradas intenciones de hacer con ellas.. y quién sabía que más le tenían preparado ahora.

Con su rostro avergonzado, Mamá tomó la ropa que había elegido ese viejo para ella. No podía evitar sentir esas sensaciones que había despertado el negro mientras la bañaba, sus pezones se volvían más duros y crecían. Sabía que la iban a volver a violar, sabía que eso no pararía hasta que esos desgraciados saciaran todos sus deseos con ellas, pero lo hacía. Mientras tanto afuera el Borre seguía regocijándose con la vil imagen que daba la pobre Beatriz ahí sentada.

- ¿Cómo vez el nuevo trono que le conseguí a mi Reyna, Flaco? ¡Je je je..

- ¡Vaya!! ¡Ja ja ja.. Si serás cabrón Borre. ¡Se le ve todo el culo de fuera.. eso te pasa mamita por no ser buena con nosotros. Sé cómo tu amiga y te estarías bañando bien tranquila.- se burlaban.

- ¡Malditos desgraciados.. ¡me la van a pagar. ¡Se van arrepentir de todo lo que nos están haciendo miserables.- decía Beatriz furiosa.

Minutos después, Mamá no salía del baño tras la vergüenza. Se colocó ese atuendo en su cuerpo y se miró en el espejo por un largo tiempo, ella sintió que ya no era la misma mujer que hasta hace unas horas, se sonrojo al pensar que ya era la mujer de esos cerdos, la mujer del negro como se lo decía el viejo.

- ¿Pero qué estás pensando Mónica?- se preguntaba.- Esos malditos te violaron por la fuerza.- se decía, pero por alguna razón, se sentía bien, ya no le escocían sus partes íntimas.

Se tocó con sus dedos, pensó que los tendría irritados, pero por alguna razón ahora sentía cosquillitas al hacerlo, sin darse cuenta, ya hurgaba entre sus labios vaginales, con su otra mano tocaba su pezón izquierdo, así comenzó a pensar en el viejo, como la tocó, como la violo por toda la sala, poseyéndola haciéndola su hembra. Ahí estaba ella parada junto al espejo, se miró una vez más y vio su cara ruborizada, con una pequeña sonrisa de placer se asustó, por hacer eso pensando en ese horrible viejo. Quitando sus manos de su cuerpo para detener lo que parecía una masturbación, se volteó y se empezó a colocar el atuendo que querían para ella.- Al menos no andaría desnuda.- pensó.- Tal vez la felación que le había hecho al hombre la había dejado algo caliente, pero ella no lo comprendía, solo pensaba en que se debía calmar.

Logró calmarse un poco, tomó rápidamente su ropa, porque era su ropa solo que ese viejo se la había escogido. Observó que no le habían entregado bragas, inmediatamente recordó que lo que el otro viejo le había dicho, de que se olvidaran de llevar calzones.

Resignada salió del baño, vestida con el aquel jeans cortado con tijera que ella misma había mochado, además con una camiseta blanca de tirantes que pude reconocer cómo mía, esas las usaba cómo ropa interior. ¿Qué demonios hacía una de esas en los cajones de mi Madre? Y cómo ya saben, al ser de mi medida está le quedaba bastante pequeña, además de que bien ceñida a su cuerpo. Sus pechos se miraban perfectamente bajo la tela, sus pezones podrían distinguirse a kilómetros, pero la verdad se veía espectacular. Con su pelo húmedo, su piel rosada por la alta temperatura del agua y el choque con el frio del atardecer. Al verla así los tipos se empalmaron rápidamente.

- ¡Puta madre, que bárbaro Tito.. ¡eres mi ídolo! .. ¡Mírala cómo la has puesto.- dijo el Borre sin poder creer lo que estaba viendo.

- Mira cómo ella nos ha puesto ¡Ja ja ja..- dijo exponiendo su erección.- Y espera, falta lo mejor.. ¡Date una vuelta amorcito.


Tito tenía todo planeado, con unas tijeras en la mano fue y le recortó aún más las piernas a los shorts, haciendo que la prenda se hiciese más pequeña como una braga y se escondiera entre sus cachetes traseros. Ella sonrojada sentía cómo esa tela le violaba la entrepierna y culo, todavía el desgraciado la subió aún más haciendo que está quedara enterrada por completo.

- ¡PUTA!!.. ¡Qué bárbaro, mira ese culo.. ¡Si se lo traga todo.- decía el gordo anonadado.

- Ni parece que se lo acabamos de tronar ¡Ja ja ja..- decía el Tito mientras le agarraba un glúteo a Mamá y se lo apretaba con fuerza.

- ¡Mira cómo me ha puesto a mí también.. la voy a encular otra vez.- dijo el Borre ya enfilándose.

- Cálmate Borre.. necesitamos comer algo recuerdas. Haber mamacita.. somos la visita. Has algo de comer porque necesitamos energía, ¡Ja ja ja..

¡SPLASSHHH!! Con una cachetada fuerte en el culo, Mamá se fue hacía la cocina a prepararles algo a esos dos degenerados. Los tipos se quedaron babeado con el tremendo culo que parecía hacer buches con el jeans metido entre las nalgas al ir caminando. Las sugerentes nalgas de Mamá se tragaban toda la tela cómo si nada, los jeans habían quedado igual de cortos que las pantaletas cacheteras que ella en ocasiones usaba. Los desgraciados siguieron hablando y mofándose de la posición actual de Beatriz, que con el culo tapado y los terribles retorcijones que tenía no dejaba de insultarlos y decirles que los mataría.

.....

En eso cómo a las 21:00 hrs. mi Madre salió de la cocina portando unos platillos para la mesa, unos macarrones con bastante queso. Los tipos al parecer ya se morían de hambre, ya que sin pensarlo se levantaron del sillón y totalmente desnudos se dirigieron a la mesa como si nada. Era muy raro para mí ver a dos tipos en pelotas en el comedor dónde ingería mis alimentos diariamente, entre mis pensamientos estaba decirle a Mamá que cambiara todos los muebles de la casa.

- ¿No vas a comer, mamacita?.. ¿necesitarás energía? ¡Ja ja ja..

- No gracias, no tengo hambre.- contestaba Mamá al verlos comer con los dedos y totalmente desnudos.

- Lo que pasa es que la Señora ya tomó muchas vitaminas ¡Je je je..- dijo el Borre agarrándose los güevos.

En eso Beatriz rompe el silencio, su vientre estaba a punto de explotar.

-.. ¡AAgghh!! ¡Por favor!, llévenme al baño.. ¡Por lo que más quieran.- imploraba.

- ¡Cállese Señora.. que falta de educación. No ve que estamos comiendo.

- ¡Por favor, no aguanto masss.. ¡V-voy a reventarrr.- su rostro reflejaba un gran dolor.

Pero los tipos no se movían, por el contrario, seguían comiendo y torteando a mi Madre cada vez que se les cruzaba de lado. En ocasiones la hacían darse la espalda para picarles con el tenedor las nalgas, cómo queriéndoselas tronar cómo si estas fueran globos. El desgraciado Tito le dio una cachetada en la parte interior del muslo, que instantáneamente Mamá separó ligeramente las piernas.


Estaba de pie y el asqueroso conserje le acariciaba el chocho por encima del jeans destrozado que traía, el maldito le había cortado tanto a la deshilachada prenda que los labios vaginales salía por los costados, haciendo esa famosa camel toe. Su cara hacía pucheros por lo que estaba sufriendo, pero no se derrumbó, aguantaba estoicamente, sabiendo que tenía que soportarlo todo para lograr salir vivas. Y soportando esas desagradables caricias, aguantó reprimiendo el llanto.

De repente, de forma brusca, metió el dedo dentro de su orificio. Mamá dio un grito, pero permaneció firme, de la forma más digna que podía. Pero los gritos de Beatriz no paraban de atormentarlos.

- ¡Ya cállate desgraciada..- le gritaba el Borre.- Tú sabes cómo quitar ese castigo.

- ¡Por favor!! ..no aguanto más, me duele mucho ¡AAgghh..- suplicaba.

- ¡Ya sé, le propongo un trato.. si me chupas la verga sin cagarte te llevaré al baño y no te volveré a castigar. Pero si lo haces harás todo lo que te pidamos ¿trato?

La pobre Beatriz no tenía más opción, si no hacía lo que le pedían sus intestinos iban a estallarle. El Borre se levantó de la mesa y la jaló hacía la cocina, colocando su verga semiflacida se la plantó en la cara. Ella se le quedó viendo ese tolete, lo tenía asqueroso, con fluidos de todo tipo después de estar en el recto de Mamá. Ella podía oler ese aroma a queso rancio mezclado con otras cosas. Con todo el dolor de su corazón y descomponiendo su rostro del asco abrió la boca para tocar el capullo.

- Beatriz no ..- dijo Mamá viendo la humillación y la vejación a la que estaban siendo obligada su amiga.

- ¡Cállate Mónica.. que todo es por tu culpa.- le recriminó enojada.- ¡Tus malditos juguetes.. que si no fuera porque eres una puta caliente no tuviera uno ensartado en el culo.

- Pero ..yo no.- trataba de disculparse Mamá con lágrimas en los ojos.

- Ya, ya.. luego se sacan sus trapitos al sol. Ahora nuestro trato.. ¡Señora empiécela a chupar.

La pobre sintió que era lo más humillante de toda su vida. El sujeto tomó su miembro y lo puso en la entrada de su boca diciendo:

- Dale un besito y límpiale el miembro a tu macho que te va a encular hoy.- le decía el maldito rosándole el glande por los labios.

El sujeto la humillaba cada que podía, sintiéndose el todo poderoso, degradándola más y más. Beatriz se acercó a la verga del Borre, la cogió cómo pudo con la boca ya que sus dos manos las tenía atadas a su espalda. Se la metió en la boca todo lo que pudo, lamiendo esa masa de carne de su glande, chasqueando la lengua al chupársela.

- Y tú que mamacita.. ¿vas a dejar que tu amiga chupe sola? ¡Ja ja ja..- le dijo el negro, incitándole a que ella también se la mamara.- Acércate..

Mamá dio unos pasos hacia él aún con los shorts metidos entre las nalgas. El negro separó más las piernas soltando el pene, que cayó semi erecto sobre la silla, y se reclinó hacía atrás para que ella actuara. Mi Madre se arrodilló entre sus enclenques piernas. Apoyó la mano izquierda encima de su muslo izquierdo y con la derecha le agarró la verga por la base.

La tenía un poco dura pero aun así era tan larga que ni sujetándola con las dos manos abarcaba el tronco. Sin más acercó la cabeza y le saboreó el glande arponado, se lo lamió con la punta de la lengua rodeándolo por todos lados. El negro acezaba enardecido. Después empezó a mamarla moviendo la cabeza de manera constante, deslizando los labios hacia la mitad de la verga, hasta que el glande le rozaba el paladar. Mantenía la mano izquierda encima de su muslo para mantener la postura. La pequeña barriga del negro se movía con la respiración que parecía que tenía lombrices.

El Borre por su lado cabeceaba en el respaldo de su silla para contener el placer. La verga la tenía tan dura que parecía que Beatriz chupaba un palo. Ella mantenía el mismo ritmo y la misma forma de mamarla, cuando el glande chocaba contra el paladar, subía la cabeza hasta la punta.

- ¡Qué bien la chupas tetona.- jadeó el gordo.- Ves que no era difícil.

Para mí eso, era todo un espectáculo, Mamá se empezaba a ocupar del miembro del compañero. El desgraciado intentaba seguir comiendo mientras mi Madre le volvió a chupar el garrote.

Le chupaba la verga al Tito lo mejor que sabía, se metía todo lo que podía en su boca para luego sacársela por completo y lamerle el glande, bajaba por su tronco lentamente con la lengua y le lamia los güevos oscuros, incluso se paraba a besárselos. Ella era consciente que debía ser complaciente con aquellos hombres, para no llegar a ser torturada cómo su amiga. Beatriz por su parte actuaba del mismo modo, chupando la verga del gordo casi diría que con glotonería, su vientre estaba a punto de reventar, quería terminar rápido para ser llevaba al baño, ella misma buscaba la tranca para devorarla, movía el cuello lo más rápido que podía para terminar con esa tortura.

- Sí que sabes chupar tetona. ¡Ooohhh.. ¡Si hasta pareces una becerra, ¡Je je je.. ¡Ya la viste Flaco, como chupa la condenada.

- Ni que lo digas compadre, las dos lo hacen muy bien ¡Oooh..- decía por su lado el negro.- Pero así no tiene chiste Borre.. quítale el tapón del culo. Para que se esmere un poquito más ¡Ja ja ja..

- ¡Ha, pues si verdad.. pero que descuidado soy, lo había olvidado. Haber Señora.. déjeme le quitó esto.

Peor castigo para la pobre Beatriz, ya que al no tener nada tapando su cañería su esfuerzo para no cagar era mayor, tuvo que dobletear su esfuerzo para no evacuar al instante, apretó lo más que pudo el culo pero para su desgracia la posición que tenía con su trasero colgando hacía que su estómago trabajara más rápido, produciéndole aún más dolor, que tuvo que acelerar aún más su felación para detener la tortura.

- ¡Maldición Flaco.. cómo chupa la Señora. Me voy a correr fácilmente .. ¡Ooh!!

Tito seguía disfrutando de la mamada de mi Madre y felicitó a Beatriz al tiempo que le decía que siguiera comiéndose la verga, mientras le daba la leche a su amiga que tanto ansiaba. Yo estaba incrédulo, sorprendido por todo lo que sucedía en la cocina de mi casa, jamás me hubiese imaginado estar viendo a mi Mamá y a su amiga tragado nabos. En eso Beatriz por más trabajo que hacía en apretar su ano este ya no podía, su cuerpo necesitaba expulsar todo y soltando pequeñas flatulencias mientras chupaba, su humillación se acrecentaba.


- ¡Je je je.. Aguante Señora mía, ya falta poco, ¡Oh!, ..aguante.- le animaba el Borre cabeceando.

Beatriz necesitaba terminar con el Borre, si no terminaría por cagarse ahí mismo frente a todos. Su rostro de preocupación y esfuerzo la delataban, se encontraba sudando frío, pero el maliciosos del gordo todavía se la sacaba y le daba con ella por toda la cara, haciendo que la pobre Beatriz buscara su verga por todos lados a como diera lugar. Flatulencias con un poco de heces fecales caían sobre la bandeja que estaba bajo la silla, la pobre mamá de Randy estaba llegando al límite. Mamá con humillación chupaba la verga del asqueroso negro, mientras observaba a su querida amiga debatir entre su intestino y la verga de su agresor.

- ¡Gor guiegaghh!!, ..degemmeghh ..¡mir ya mnog aguaggohh!!- trataba de decir Beatriz con la tranca del Borre en la boca.

- ¿Que dice la Señora Flaco?, ..no le entiendo.

- ... ¡Arrgggghhh!! ¡Ya no aguanto! ¡Arrgggghhh!!

Pero fue demasiado tarde, la pobre Beatriz descargó sus intestinos frente a todos. Su cara de satisfacción y humillación a la vez lo decía todo, jamás creí ver a Beatriz de esa forma, ella siempre había sido tan refinada, tan limpia, tan delicada, que ahora verla de esa forma tan ruin me daba mucha tristeza. La pobre se quedó desvanecida al sentir sus intestinos vacíos, cerró sus ojos creyendo que todo había sido una pesadilla, pero rápidamente despertó al sentir cómo el Borre levantaba su rostro de las greñas.

- Lo siento tetona pero no lo lograste.. pero no te sientas mal ¡Je je je.. Lo has hecho bastante bien con la boquita.. tanto que ya quiero eyacular ¡Je je je..

El asqueroso tipo se pelo la verga sólo, se dio un par de tirones sobre el miembro y empezó a tirar chorros de leche sobre el pobre rostro de Beatriz. La pobre quedó devastada, su imagen había sido pisoteada. Su amiga sufría al verla de esa manera, ella no dijo ni hizo nada por evitarlo, su rostro quedó lleno en lefa, su trasero y piernas manchadas de sus propios desechos, la habían derrumbado, se sentía acabada, humillada, rebajada y cualquier palabra que pueda degradar a una persona.

Dejó que el semen se escurriera sobre su rostro y callera sobre su ropa manchándola, su rostro derrotado miraba el suelo, no tenía el valor para subirlo ni mirar a nadie de los que estaban en el sitio.

- .. ¡OOOhhhh!! ¡Un poco de cremita para Señora.. ¡Aaahh!!

Mientras que el Flaco no se hizo esperar y se corrió en la boca de Mamá pero a diferencia del Borre, este no sujetó la cabeza de mi Madre, se limitó a decirle:

- Como no te tragues toda mi lechita me enfadare mamasota. Sin mañoseos.. tu solita, ¡es hora de tomarte tu lechita.

Mamá ya parecía encontrarle sabor a esa verga, lo digo porque ya no protestaba, la encontraba rica a pesar de lo horrible de aquel cuerpo. Notó que mojaba las bragas, sintió la necesidad de tocarse, pero se abstuvo por vergüenza. Quería seguir aparentando ser obligada. El negro contrajo el culo y la punta de la verga se deslizó hasta la garganta provocándole una arcada, pero continuó chupándosela de la misma manera, hasta que en una de las bajadas por el tronco percibió el chorro de leche gelatinosa.

Sintió primero los espasmos de aquella verga que le invadía la boca y luego la descarga de semen. Semi ahogada no tuvo más opción que tragar y continuar succionando, pero inesperadamente el desgraciado retiró bruscamente el miembro de entre sus labios y sosteniéndolo a tan sólo unos centímetros de su rostro, terminó de eyacular sobre la cara de la mi Madre como había hecho su amigo en la cara del Beatriz. Ella se mantuvo fuerte sin resistirse tragándose todo el semen con una cara de asco que jamás le había visto. El semen del conserje era grumoso y espeso, de un color amarillento y por los gestos que hizo Mamá yo diría que apestoso.

Trató de tragarse todo lo que pudo a pesar de su sabor calentón y amargo, pero le llenó tanto la cara y la boca de crema que parte de ella fluyó por la comisura de sus labios. Con varias arcadas recibió dos descargas más de semen en la boca, las cuáles fueron a parar directamente a su estómago.

Finalmente retiró la boca de la verga para pasarse el dorso de la mano por los labios. Tenía toda la cara machada, pero trató de tragárselo todo. Tras una breve pausa Tito volvió acercar la tranca aún erecta a la boca de Mamá y le dijo:

- Límpiamelo bien que es lo que te va a alimentar todo esta noche.- le dijo rosándole el glande por los labios.

Mi Madre nuevamente cerró los labios en torno al miembro y, mientras sentía cómo el semen resbalaba por su rostro, se aplicó a succionar hasta la última gota de líquido del cada vez más fláccido pene. Finalmente el negro se retiró satisfecho y mientras se levantaba para ir por otra cerveza se dirigió a su compañero y le comentó:

- .. ¡OOhh, ¡Uff.. Como chupan estás Señoras.. nos han dejado secos Borre. Vamos dando chance de que se limpie la Señora.. porque la fiesta siguiente, ¿qué no?

- Tienes razón.. ¡Hey tú..- dijo dirigiéndose a mi Madre.- Lleva a la tetona al baño, porque aquí ya empieza a oler mal ¡Je je je.. Límpiala bien.. que quedé impecable porque empezara la fiesta.

Mamá soltó a su pobre amiga de la silla, ella no hacía nada por moverse, con trabajo la levantó y la dirigió al baño. Sus lindas piernas y su trasero lo tenían manchado, le preparó la ducha para revivirla, pero lo único que no quería Beatriz era ser revivida ya que ella era la siguiente víctima para los sucios juegos de estos dos desgraciados.

Como era costumbre, el Tito le buscó vestimenta para después de ducharse, lo que ella no sabía era que tipo de vestimenta había escogido esta vez. El infeliz conserje traía consigo los hilos de Mamá, esa lencería diminuta, bueno si se le puede llamar lencería ya que son puros hilos que simulan la forma de ropa interior. Dentro del baño se podía escuchar cómo Mamá trataba de animar a su amiga para que no se derrumbara:

- Beatriz, tienes que aguantar, más que nada ahora tenemos que ser fuertes para soportar y salir vivas de esta situación.

- ¡Cállate maldita.. tú y tus malditos juguetes ya tengo destrozado el culo. ¿No ve cómo nos tratan éstos malditos?.. nos van a matar cuando se enfaden de nosotras.

- Beatriz por favor tranquilízate.. sólo tenemos que soportar un poco más y se irán. ¡Por favor, necesito que te calmes.

- ¡Pero cómo quieres que me calme.. Sniff.. ¡Esos asquerosos me quieren violarrrr! ¡Me quiere romper el culo cómo te lo hicieron a ti.. ¡Yo no aguantaré, me van a matarrr..

Los gritos de Beatriz no hacían más que incrementar las risas de esos desgraciados, que desde el salón escuchaban los reclamos entre las dos amigas.

- ¡Hey Señora.. póngase esto, para que se sienta más cómoda ¡Ja ja ja..- le dijo el negro entregándole los hilos.

Beatriz vio con horror el tipo de prenda que le daban. Mamá quedó sorprendida, nunca imaginó que alguna vez sería expuesta ese tipo de ropa que usaba en su intimidad. La pobre Beatriz volteó a ver a mi Madre con cara de decepción.

- ¡ERES UNA ASQUEROSA PUTAAA!! ..¡Cómo te atreves a usar esto..

- ¡No.. es que, ..yo, ..nunca.

- ¡POR TU CULPA ESTOY SUFRIENDO LAS PEORES HUMILLACIONES DE MI VIDA!! ..¡MIRA NOMÁS LO ME HACES, USAR ESTO! .. ¡NO, YA TUVE SUFICIENTE!!

- ¿Por mi culpa?..- explotó a su vez Mamá.- ¡Tú cállate mejor, que no son muy decentito los calzones abiertos que traías.- le respondió algo furiosa.

Como una cómo la otra no tenían la culpa de estar en esta situación, solamente yo por dejarme llevar por la estúpida propuesta de ese miserable negro. Aunque tengo que reconocer que si hubiera sido por eso jamás había descubierto su lado extraño, lujurioso de las dos bellas Señoras. ¿Quién lo podía imaginar?, de las personas que las veían pasar por la calle, ¿cómo esas dos Señoras recatadas y finas?, las que siempre se les ve en las boutiques y restaurantes carísimos eran todas unas coquetas por dentro.

A mi Madre ya la conocía cómo era de ardiente pero a Beatriz nunca me lo hubiera imaginado. La Sra Tapia cómo la Sra Montes de Oca eran unas putitas en potencia, tan sólo había que ver las cosas que llevaban por dentro. En la superficie muy recatadas superiores ante el lado femenino, pero por dentro eran unas calientes de lo peor. Mi Madre ya había descubierto su lado oscuro, ese lado de lujuria que la invadía al ser humillada, ahora sólo había que esperar para ver el la Mamá del fanfarrón.

- ¡Haber Señoras.. vengan pa' acá, ¡Je je je..- les gritaba el Borre ya impaciente.

- ¡No Mónica.. yo no pienso salir.. Ese maldito gordo me va a violar.- le decía Beatriz muerta de miedo.

- Bea, escúchame bien.. si no hacemos lo que dicen no vas a ir peor. Mira cómo te han tratado.

- ¡Te violaron Mónica, y piensan hacer lo mismo conmigo. ¡No lo voy a permitir..

- Beatriz fue horrible, pero más que nada tenemos que soportar. Para salir vivas.. piensa en tu familia, yo en Pedrito. Solo quiero que esto acabe y que se larguen de una vez.

- ¡Que putas madres.. van a salir o voy y las saco de las greñas a punta de madrazos.- les gritaba el Borre.

- Beatriz, por favor.. ya pensaremos en algo, hay que vestirnos, de prisa.

- ¡Vestirnos con estooo?..- dijo al extender las prendas que ellos habían elegido para que se colocaran.- ¡Noo, ni una mierda.. no pienso satisfacer a esos pervertidos.

- Por favor Beatriz.. estos tipos nos pueden matar.- le decía Mamá aterrada.


No supe como la convenció, al final como dos jovencitas recién regañadas salieron de baño. No decían nada sólo miraban al suelo, Beatriz estaba muy ruborizada con su atuendo, ellas habían elegido no vestirse como los tipos querían, simplemente se colocaron una lencería nueva que seguramente habían comprado esta tarde antes de venir. ¡WWOOAAHH!! Nunca me imaginé ver el cuerpo semi desnudo de la Mamá de aquel desgraciado.

Era perfecto, pequeño pero perfectamente bien definido, sus caderas estaban perfectas acorde a su cuerpo, sus tetas eran blancas, algo grandes para su pequeña anatomía y adornadas por un pequeño pezón rosado. Su abdomen bien definido con unas piernas bien trabajas en el gimnasio, su culito muy paradito algo rojito aún por la porriza que había recibido pero yo diría que perfecta. Una mujer muy sensual en pocas palabras, muy elegante ya que su mata de pelos en forma triangular perfectamente delineada daba de ella una muy buena presentación.

Y de Mamá que puedo decir, llevaba unas braguitas muy ligeras que se seguramente había comprado expresamente para algún tipo de vestido. La parte delantera era un pequeño triángulo de gasa transparente en la parte baja de la vagina, de hecho parte del vello se le traslucía a través de la muselina, se distinguía a la perfección su chochito, los pelillos del vello apretujados contra la tela. Las tiras laterales eran tan finas como el hilo elástico que llevaba metido por la raja del culo. Verla de espaldas daba la impresión de que estaba desnuda. El sostén también inspiraba sensualidad. Se trataba de un brassier a juego de finos tirantes dejando a la vista casi todos sus pechos, unas tetas redondas y erguidas, incluso parte de la corona circular que rodeaba los pezones sobresalía por los lados de la copa.

- ¡WOAHH!!.. Pero que Señoras más putitas, velas.. ya no son las mismas que entraron por esa puerta ¡Ja ja ja..- decía el Tito sorprendido.- Pero eso no fue lo que les dije que se pusieran ¡Ja ja ja..

- No importa Tito.- dijo el Borre con los ojos bien abiertos.- ¡Pero si velas.. desde acá puedo percibir el aroma de sus chochos queriendo guerra ¡Je je je.. Vaya par de putitas que fuimos a encontrar ¡Je je je..- decía el Borre frotándose las manos.

- Bueno Borre.. creo que ahora le toca a la tuya ¡Ja ja ja.. ¿No es así?

- Me parece perfecto.. ya me estoy empalmado por querer montarla ¡Je je je..

- ¡E-están locos si creen que me tocaran, desgraciados.- respingó Beatriz enojada.

- ¡Mmhh.. creo que la chichona sigue resistiéndose, Borre.

- ¡Ya estoy harto de esta perra.. ahora verás. ¡Agárrala..
     
Por los ojos que puso el Borre, Mamá intuyó lo que iba a suceder y trató de calmarlo. Pero el tipo con su brazo la hace a un lado y se acercan a su amiga furioso. Tito se ubica detrás de Beatriz, la toma por los brazos y la inmoviliza, mientras que el Borre se acerca a ella y extiende una de sus manos, la posa sobre una de la mejillas, recorre el hermoso rostro de la atemorizada Señora acariciando su cara, la desplaza hasta el cuello y continua bajándola hasta posarla sobre su teta izquierda. La lencería que portaba no le ayudaba en nada a la pobre Beatriz, ya que sus senos al ser tan grandes colgaban de manera pesada tensando los cordones, ejerciendo presión con su mano el gordo le producía algo de dolor.

Tras breves instantes desliza la mano por el abdomen hasta llegar al borde de sus pantis. La introduce hasta que sus dedos hacen contacto con la mata de pelos de su entrepierna, la mano derecha del Borre ya se entretenía con el rizado pelo de su pubis, que estiraba y enrollaba sobre su dedo índice. Lentamente el tipo la recorre disfrutando de la zona pélvica de la pobre mujer, por su parte el Tito acerca su rostro por detrás y comienza a besarle el cuello, los segundos que duran estás caricias parecen eternos para la pobre Beatriz. El Borre retira su mano y se aparta unos pasos.

- ¡MALDITOS ASQUEROSOS!!.. ¡SE VAN A ARREPENTIR!!- Beatriz le grita y le lanza un escupitajo.

“¡SPLAASHH!!” Una tremenda bofetada fue dirigida hacía la mejilla de Beatriz por parte del Borre. Ella a causa del dolor de la bofetada se lleva las manos al rostro y solloza en silencio, comprende que si no coopera ellos satisfacer sus deseos de una forma u otra. Lentamente se incorpora y se coloca de pie mientras el borre tremendamente furioso le grita:

- ¡A MI NINGUNA PUTA FIFIRUFA ME VA A ESCUPIR EN LA CARA, DESGRACIADA!!

- ¡Por favor no la golpeen.. ¡Beatriz, hazlo que dicen por favor.- decía Mamá llorando.

- ¡A MI NINGÚN ASQUEROSO COMO ESTE ME TOMARÁ COMO HEMBRA, MÓNICA!!, .. ¡SI TÚ SE LOS PERMITISTE ES ASUNTO TUYO, YO NO VOY A DEJARME!! .. ¡Jamás me tendrán desgraciados, ¡JAMÁS!!- le gritó Beatriz poniéndosele de frente.

El Borre se acerca a ella y hace el ademán de golpearla con la mano, mientras le dice:

- ¡Escucha perra.. quieras o no, tú nos darás tu chochito y tu culito. Sólo que tú dirás de qué forma.

Mamá asustada por la proximidad del violador les dice:

- ¡Escuchen.. hagan de mi lo que quieran, ¡Pero por favor no la golpeen, se lo suplico.. yo haré lo que quieran, pero a ella déjenla en paz.- decía Mamá abogando por su amiga.

- ¡Tu Perra.. ¿que no te cansaste de caña?, ¿que no te acabamos de florear el culo y aún quieres más?.. ¡Es el turno de esta perra.. ¡Y ME MOCHO UN GUEVO A QUE HAGO QUE ME RUEGE A QUE LE META MI VERGA!!

La volvió a sujetar con la cinta sobre la silla de la tortura, le amarró los tobillos en cada pata de la silla y los brazos a su espalda, también la sujeto de la cintura al respaldo de la silla, quedando la pobre Señora sin poderse mover. Beatriz quedó nuevamente con su culo colgando sobre el agujero de la silla, el Borre con una sonrisa inquietante se agachó y se metió debajo de la silla, apenas podía meter la cadera el desgraciado, pero quedó justo con la punta de su verga directo a él pobre trasero de Beatriz.

Ella al ver sus intenciones empezó a gritar, sabía que no tenía escapatoria, su culo colgaba y no había nada que pudiera ella hacer, además por la tremenda dilatación de su ano, (gracias al juguetito de mi Madre) su culo estaba más que listo para ser perforado.

- ¡Ja ja ja.. ¡Que buena idea Borre, ¡Ja ja ja.. Jamás se me hubiera ocurrido.

- ¡NOO!!.. Por, por piedad.. no lo hagas. ¡P-por favor te lo imploro.. me he portado mal, lo sé, .. d-deja y te la chupo. ¡Me dejo, pero p-por ahí no, ¡POR FAVOR!! ...¡POR AHI NO!!- imploraba ahora la Sra Montes de Oca.

- ¿Ahora sí, deja y te la chupo no?.. eso hubieras pensado antes desgraciada, pero ya es muy tarde. ¡TE LA VOY A DEJAR IR SIN SALIVA SIQUIERA!!.. ¡Quise ser bueno contigo perra, pero mi paciencia llegó a su límite.- le dijo haciendo de lado la gasa de la braga atorándola en una de sus nalgas.

La pobre Beatriz ahora si no tenía escapatoria, al sentir como el asqueroso gordo pasaba la punta de su mástil sobre su dilatado trasero, la pobre volteó a ver a mi Madre para que hiciera algo, pero ella sólo cerró los ojos para no ver cómo sería empalada su mejor amiga.

- ¡MÁS TE VALE QUE TE RELAJES ZORRA!!.. será mejor para ti, porque si no vas a tener que llevar pañales toda la vida ¡Je je je.. de cómo te voy a dejar el culo ¡Je je je..- le advirtió el Borre a la vez que apoyaba la cabeza de su tranca en la entrada de Beatriz, y empujó.

- ¡OH POR DIOSSS!! ¡Arrrgggghhh!!.. ¡Uff!!, ¡ufff!! .. ¡Arrgggghhhh!!, ¡NOOO.. ¡Me muero, ¡sácala!, ..me vas a partir, ¡Arrrgggghhhh!, ¡Uhmmmmmm!!

La pobre Beatriz chilló cuando el glande del Borre la penetró. La pobre se puso tensa, cómo si le hubieran dado un corrientazo por su cuerpo, notaba cómo el culo se le abría, hasta el punto que parecía que iba a unírsele con el chocho.

- ¡AAAAHHGGGGHHH!!- gritaba cuando el gordo comenzó a empujar de nuevo para metérsela más adentro, el dolor se multiplicaba por momentos, y el infeliz continuaba embistiendo sin piedad.

- ¡Puta, que cerrada estás.. ¡Toma guarra, ¡Oohhhh!.. ¡Agárrala Flaco, que no se levanté.

El Borre cayendo en un casi demoniaco estado de calentura al momento de que su verga se atoro en la entrada anal de Beatriz, que al sentir como era prácticamente empalada por la cola se quedó mirando hacia el techo con los ojos abiertos como platos y haciendo presión con la cintura queriendo escapar, pero para su desgracia estaba bien sujeta fuertemente por su cintura y piernas, el desgraciado la tenía bien afianzada e inmovilizada, y viéndola como aun miraba al techo con sus boquita abierta haciendo gesticulaciones, le dio otra apuntalada hacía arriba que hacía que su cara se descongestionada por el dolor.

El inmundo sujeto fue accionando su verga hacia arriba como un pistón enterrándosela hasta la mitad, Beatriz con su rostro ahora con sus cejas fruncidas hacia arriba y con ríos de lágrimas cayendo por sus mejillas, cerró sus ojos en señal de soporte hasta que sintió un último empujón con el cual se la mando guardar toda.

-¡NOOOO, NO, .. ¡AAARRGHH!! ..¡POR FAVOR! ¡NOOOOO................ ¡HAYY!! .. PARA, PARAAAGGHH!!

Momentos antes cuando Beatriz sintió que con tanto punteo el glande le había abierto su agujero anal y que este se atoraba abriéndola sin ningún tipo de dilatación previa, fue tanto su dolor que subió su rostro en busca de aire, a la vez que en forma automática sintió caer de sus ojos lagrimas que se le formaron a causa de la laceración en su recto y que la sensación seguía instalada ahí negándose a desaparecer, como así mismo sintió que se le helaba la sangre debido al estupor del momento, y cuando buscaba llenar sus pulmones de oxígeno para pedirle a su violador que la liberara, sintió como este al contrario de lo que ella deseaba se retiraba hasta la mitad, para volver a empujarle su fierro duro y caliente lo más adentro que pudo.

Sin poder moverse ni articular palabra alguna experimentó un dolor indescriptible, se sentía agitada, con el aire aprisionado en su reseca garganta, quería salir arrancando disparada para su casa o para cualquier parte, su ano le avisaba a su mente el grosor de la verga que tenía incrustada en el intestino, pero su violador sin misericordia empujaba la pelvis hacía arriba hasta que de otro empujón se la clavó de nuevo hasta la raíz.

- ¡Arrghh!!...- por fin pudo sacar palabras de su garganta.- ¡Noooooo...!! Ouuuhhh…!!! ¡Saquelaaaaa..!!! ¡No, por favorrrrrrr!!!!,- grito por fin la ensartada Beatriz pidiendo compasión a sabiendas que eso no iba a suceder.

El Borre traspirando como cerdo sentía como el conducto anal de su víctima se comprimía y contraía en intención de expulsarlo de su interior debido a una natural resistencia, para su suerte y ayudado por su poderosa erección fue venciendo esa oposición hasta que sintió totalmente relajado aquel soberbio esfínter que acababa de invadir.

- ¡Noooo...!! P-por favor, ya noooo.. Sniff.. No se muevaaaa...!!! Me duelee.. ¡Sniffs..!!! Arghh.. Ahhhh...!!! Por favooor.. D-detengaseeee.. ¡Sniffsss... Ya nooooooo!!!,- gritaba Beatriz con el rostro cubierto de lágrimas y congestionada por el inmenso dolor que estaba sintiendo ensartada por esa gorda estaca.

- ¡MIRA PERRA.. te la voy a meter de una u otra manera. Así que tu verás, opta por hacerlo suave o duro.. tú dirás pendeja.

Cuando sintió como el viejo que ahora se mantenía bien agarrado de los contornos de la silla para hacer presión hacía arriba, comenzaba a mover la verga dentro de su orificio anal, movimientos que la hicieron sentir como dolorosamente le seguía abriendo el culo y como le metían esa gruesa tranca centímetro a centímetro. Sus  lágrimas ahora eran más copiosas que hace un rato, pero eso al desgraciado no le importaba en lo más mínimo.

- ¡Uffff... Que culo más apretado que te cargas tetonaaaa..!!!,- le gruñó el viejo arremetiendo con fuerzas para penetrarla más profundo de como lo había estado haciendo, venciendo por fin la resistencia  de la primera Dama, ya que el mismo sintió como los músculos de las caderas de ella se aflojaban y se relajaban para dejarse ensartar completamente.- ¡Me costó más trabajo que un culito virgen de la cárcel.. pero ya está, ¡Je je je..

- ¡Arrrgghhh.. ¡Snifsss.. Asiii noooo.. Por favorrrrr.. ¡Snifss.. Me duele muchoooooo.. ¡Snifss..

La tranca continuó entrando lentamente y la verdad es que era bastante gruesa. Ella gritaba y golpeaba con sus puños la silla. Mientras el Tito los miraba sentado en el sofá frotándose el nabo. A estas alturas el despiadado delincuente sin hacerle caso se afianzo más a la silla y su pelvis para empezar a culearla como desesperado. Sus arremetidas eran rápidas y profundas que hacían vibrar el cuerpo de Beatriz por cada empujón que le propinaba hacia arriba, ahora si abiertamente a la Madre del fanfarrón la levantaban de la silla a punta de verga y por el culo entre medio de sus quejidos y sollozos.

- ¡Cállate zorraaaa.. y acepta mi vergaaaa.. ¡Tomaaaaaa...- le gritaba el despiadado que por la forma en que le pulsaban las venas de las sienes se sabía el tremendo esfuerzo que hacía.

Beatriz quien continuaba sollozando con sus palmas fuertemente apoyadas en los posa brazos de la silla, con las piernas amarradas y con el culo colgando del agujero se dejaba encular por aquel bestial animal que tanto miedo le había tenido, y que ahora sí le confirmaba el porqué de sus temores, su trasero se lo confirmaba.

“¡Plaff.. ¡Plofff.. Plafff.. ¡Splappppp.. ¡Sploppp..” Era lo único que se escuchaba en el gran salón de mi casa, en donde ambos cuerpos sudados se acoplaban de la forma más animal imaginable, lo que evidenciaba que el soberbio trasero de la primera dama se había adaptado a la gruesa verga que le metían sin consideraciones, lo que hizo que el dolor poco a poco fuera dando paso a que el culo se durmiera, para luego ya comenzar a sentir ese eléctrico gustillo muy al interior de su ano.

- ¿Y usted mamita, que hace ahí viendo?..- le dijo el negro a mi Madre que no podía quitar la vista de lo que estaba sufriendo su amiga.- Venga a chuparme los güevos para que se me pare.. Necesito que lo ponga bien duro para darle a su amiga también.

Mamá viendo la brutalidad con que su estimada amiga era sometida no quiso oponerse, así que se puso delante del conserje y se colocó de rodillas. Cómo él estaba masturbándose le dio espacio para que ella pudiera chuparle los güevos, mientras veía de reojo a Beatriz empalada sobre la silla.

- Ahora mamacita.. antes de que empieces a besarlos, quiero que sientas el verdadero aroma de tu macho.. ¡Vamos huélemela..

Mamá acatando tímidamente a los salidos requerimientos que le estaba haciendo ese horrible negro con algo de asco fue acercando su pequeña nariz a la verga del viejo y comenzó a olerla con mucho cuidado, tal como él se lo estaba demandando. Este por su parte estaba animado por la lujuria del momento al ver que su compadre estaba floreando a la altiva Señora. Mamá al estársela oliéndose instintivamente hacia movimientos de retroceso con su cabeza al inhalar los fuertes olores que humeaban desde su tranca por lo que este la agarró de los rubios cabellos en donde con su mano le hiso un moño y se la atrajo con fuerzas hacia él, hundiéndola entre medio de sus hediondas bolas. Afortunadamente con anticipación había decidido bañarse.


- Te gusta mamasota, te gustaaa…?,- le consultaba totalmente salido mientras se refregaba la cara de mi Madre en su verga y en sus peludas bolas.

- ¡Mmmmfsss… ¡Mmmmmfssss..- era todo lo que podía emitir Mamá, ya que en esos precisos momentos su nariz y boca las tenía pegadas en los testículos.

- ¡Pásale la lengua mamacita.. ¡Ooh Asiii.. ¡Pásale la lengüita… quiero que me lengüetees todas las bolas, ¡Ja ja ja..

Mamá que ya estaba entregada a las órdenes del degenerado viejo debido al acuerdo que ya todos sabemos, obedeció sin poner ningún tipo de objeciones, así que automáticamente sacó su lengua para comenzar a pasarla por los testículos de semejante tipejo. El Conserje solamente se daba a sentir las sensaciones que le causaban a sus horribles bajos las suaves y cosquilleantes lamidas que le daba la dueña de la casa en cada uno de sus testículos.

Este con la única intención de humillarla mientras ella le lamia los güevos burlescamente le puso su oscura verga en la cara para comenzar a masturbase con sedosos mechones dorados de su cabello, comenzando a humedecerlos con los líquidos que salían desde su tranca, mientras seguía observando a su amigo empalando a la renuente Señora.

Mi Madre en ocasiones levantaba la mirada y miraba esas dos oscuras pelotas peludas, por lo que deducía que ya debían de estar bien cargadas de leche nuevamente; y con todo el asco que eso significaba seguía lamiéndole las bolas y viéndolo a los ojos mientras esté se cascaba una buena puñeta frente a sus ojos. Mientras tanto a su espalda su mejor amiga suplicaba sin parar porque no la florearan:

- ¡P-por favor.. para ¡NOOO.. ¡NO ENTRA MÁSSS DESGRACIADO, NO ENTRAAAA!!- pero las penetraciones continuaban.

- ¡CLARO QUE ENTRA!!.. hasta ahora ningún culo me ha domado ¡Je je je..

- ¡ME DUELE!!! ..¡¡ME DUELE!! ¡AYY!!, ¡AY!! ..¡BASTA YA.. ¡AAHH!! POR FAVOR!!

La pobre se agarraba de la madera de silla con sus manos hasta que la estaca nuevamente desaparecía en su interior. Solo se le veían los güevos gordos estrellándose en las nalgas de Beatriz. Despacio volvía a retirarla y ella notaba un alivio momentáneo. Cuando estaba casi fuera bombeaba de nuevo, pero esta vez de golpe y con fuerza. El alarido de Beatriz fue tremendo casi se desmaya. Así lo repitió varias veces hasta que la verga del gordo empezó a entrar y salir con cierta facilidad. A juzgar por las expresiones de su rostro debía de dolerle muchísimo ya que a cada arremetida desfiguraba el rostro.

El desgraciado para aumentar las penetraciones, cogiéndola con las dos manos por la cadera la atraía hacía abajo mientras empujaba con fuerza su cadera hacía arriba una y otra vez. Los angustiosos gritos fueron convirtiéndose en expresiones casi apagadas, menos las de su cara y cuerpo que a cada bombeo parecía estremecerse. Aquello se alargó un rato más. Parecía no terminar.

Beatriz con las lágrimas ya secas en su cara sentía como la gruesa tranca de su violador se le resbalaba perfectamente por todo el conducto de su ano ya adormecido, provocándole ahora solo una sensación caliente como si le metieran un fierro candente más ya no tanto dolor. Le estaban dando firme, y ya sentía como esa cosa empezaba a otorgarle placeres desconocidos. Pronto dejo de gritar y de patalear, quizás pensando que la habían roto, afortunadamente para ella el embonador previo había cumplido con su trabajo.

Hasta que de pronto dejó salir de sus labios un gemido, que ya no eran de dolor sino de las nuevas sensaciones que estaba experimentando.

- ¡Ahhh... ¡Mhmm..- gimió con cada ensartada de verga que sin su permiso le plantaban por el recto, mientras también ella cansada y doblegada dejaba que su cuerpo simplemente las soportara que le parecían cada vez más profundas y que le hacían vibrar las nalgas en forma alucinante.

Aquella gruesa masa entraba y salía con desmesurada fuerza una y otra vez hasta que le llegó el momento del orgasmo. El Borre empujó con todas sus fuerzas introduciéndosela hasta lo más hondo. Su verga se clavó entera y se corrió dentro de ella. Los golpetones de lechen le venían uno tras otro y cada vez que sucedía parecía querer introducirla más y más adentro.

Beatriz, que sudaba sólo acertó a expresar un grito angustiado y prolongado:

- ¡Aaaarrrgggghhhhh!!

- ¡Oooohhhhh..!! ¡Que rico a estado mi amor.. ¡Ufff!! ¡Lo tenías apretadísimo.. pero ya está, ya quedó ¡Je je je.. Ya no sufrirás para encularte ¡Je je je.. Te lo he dejado más grande que la boca ¡Je je je..

Y era cierto, el desgraciado panzón le sacó la verga del intestino. Incluso eso pareció dolerle a ella. El agujero que le había producido era enorme y estaba totalmente rojo y a punto de estallar. El tipo salió de abajo de la silla dejándola acabada y colgada del agujero. De pronto la leche empezó a salir cayendo hacía el piso. Ella intentó agotada dejar caer su cuerpo creyendo que todo había acabado, pero el Tito dijo:

- ¡Espera chichona.. aún no has acabado. ¡Me toca a mí.. y tengo mucha leche que dar, ¡Ja ja ja..

La pobre levantó el rostro y observó cómo el negro le quitaba los testículos de la boca a Mamá para enfilarse a ella. Se quedó inmóvil. Y con sus ojos pidiendo clemencia, pero sabía que no la iba a obtener. El tipo empezó a quitarle las cintas para soltarla, la desató y se la echó al hombro cómo un costal, para lanzarla sobre el sofá.

- ¡Por piedad.. ¡YA NOOOO!.. ¡Me duele mucho, noooo..

- Tú tuviste la culpa tetona.. si hubieras hecho caso. ¡Maldición.. que tetazas, firmes y duras. ¿No son tuyas verdad, cabrona? Parecen increíbles.

El desgraciado negro no tardó en dejar de admirarlas para abalanzarse y empezar a succionar aquellas dos grandes tetas que no eran cubiertas por nada. El desgraciado se subió encima de ella mientras hundía su cabeza entre sus senos. Beatriz llorando por la imposibilidad de hacer algo sólo dejó caer su cabeza sobre el reposacabezas del sofá y dirigiendo su mirada a mi Madre pudo ver cómo ella la miraba con el rostro de angustia.

Las dos estaban sufriendo por sentirse abusadas. La pobre volvió a bajar la mirada humillada para observar cómo ese desagradable negro le succionaba uno a uno los pezones con glotonería e instinto animal. El asqueroso conserje faltante de dientes ocupado de sus ya erguidos pezones, los chupaba, los succionaba y los mordisqueaba al tiempo que le decía:

- ¡Puta que pezones.. que cosas más grandes. ¡Sólo les falta echar leche.. son dos auténticas ubres, si Señor ¡Uhmmm..

El desgraciado negro parecía un muerto de hambre. Succionaba fuerte y alternaba uno al otro de los pechos. Beatriz notaba esa lengua en el extremo de cada uno de ellos, preparándolos para acto seguido mordisquearlos sin piedad. De pronto paró y volvió a asir esos pechos con sus torcas manos, juntándolos para contemplarlos de nuevo, como si quisiera grabarlos en su mente para siempre. Repetía esto una y otra vez.

- ¡Tienes unas tetas preciosas.. firmes, redondas y totalmente empitonadas, cómo a mí me gustan. ¡Menudas ubres.. tus hijos no pasaron hambre, ¿eh?- en eso me recordó al maldito Randy, el desgraciado estaba pagando lo que yo había sufrido.

La pobre Beatriz era incapaz de hacer nada, la múltiples sensaciones que estaba sintiendo por algún momento la embriagó y se retorció al compás de aquellas manos. Ese cabrón sí que sabía mamar unas tetas. De pronto noté cómo el Tito con su mano ascendía para la cara interior de los muslos mientras su lengua recorría la totalidad del cuello de Beatriz. Ella dudó si cerrar sus piernas en ese momento pero para cuando quiso reaccionar una de aquellas manos ya había echado a un lado sus braguitas y uno dedo comenzaba a explorar su sexo.

En ese momento Beatriz no lo pudo evitar y creo que dejó escapar un gemido. Tito debió de notarlo porque lo aprovechó para hundir su asquerosa lengua en su boca por completo buscando unirse con la de su víctima. Su lengua recorría la de Beatriz por completo al tiempo que exploraba la totalidad de su boca. La pobre sólo abría los ojos al máximo y apretaba los nudillos sobre los cojines del sofá soportando esa desagradable sensación. De pronto notó cómo asaltaban su sexo con un segundo dedo. Gimió de nuevo y susurrándole al oído le dijo:

- ¡Sthhhh.. Tranquila chichona, que te va a gustar.

Según dijo esto vi cómo comenzaba a pasar situándose frente a ella y vi cómo se agachaba entre sus piernas mientras sonreía.

- Déjame ver ricura.. a ver que tienes aquí.- dijo el conserje mientras bajaba a su entrepierna y le abría las dos piernas.

Le vi olerle el chocho mientras la miraba intensamente desde abajo. Después con su estúpida sonrisa hundía su cabeza entre esas dos piernas. Que aunque le doliera a Beatriz, no tardó en notar la humedad de su lengua en su sexo. Ahí ya no pudo más e inevitablemente cerró los ojos y separó más sus piernas sintiéndose miserable y ultrajada.

Aunque para serles sinceros, el desgraciado negro sabía lo que hacía. Con su lengua subía lentamente desde la parte superior del ano hasta la entrada de la vagina, para a continuación detenerse sobre su clítoris, al que dedicaba un tiempo mayor. Repetía esta operación una y otra vez hasta que de pronto metió su lengua para introducirse en la vagina.

Beatriz nunca se pudo sentir peor, notaba cómo un horrible negro le penetraba su sexo con esa asquerosa lengua, cómo le acariciaban las paredes de su vagina con ella, haciéndola segregar abundantes flujos que no dudaba el asqueroso en tragar.

Inconscientemente Beatriz abrió las piernas casi por completo hasta que sus tobillos llegaron a apoyarse sobre los dos cojines de los costados del sofá. Tito al notarlo, paró. Acariciando con sus manos los muslos, la miró y sonriendo le dijo:

- Eso es tetona.. ponte cómoda mientras te preparo la chocha. Yo no voy a ser rudo cómo mi compañero.. tienes un conejito delicioso y lo voy a disfrutar.

Cuando volvió a hundirse en su vagina, las manos de Beatriz inconscientemente se dirigieron hasta su cabeza para guiarla en su cometido. Sus dedos acariciaban los rizados cabellos mientras él seguía y seguía. De pronto, Beatriz se dejó llevar con él entre sus muslos, comenzó a sentir el preámbulo del éxtasis. Tito debió notarlo porque incrementó el ritmo para lograr su cometido. A mí me parecía increíble que una Señora del status de Beatriz se encontrara allí, en semejante situación, con las piernas bien abiertas, simplemente en lencería, con la vista perdida al techo, mientras un asqueroso negro le devoraba ávidamente el sexo.

Por más que quiso evitarlo, la llegada de un intenso orgasmo la sacó de aquel trance. Con los ojos como platos y mirando directamente a mi Madre, su mejor amiga, comenzó a gemir intensa y descontroladamente. Se sentía mal viendo a su amiga mientras ese negro se ocupaba con devoción de su sexo. Aquello la incomodó bastante por lo que bajó la mirada hasta colocarla dónde el cochino conserje movía su lengua frotándole el clítoris. Entre gemido y gemido alcanzaba a ver cómo el desgraciado con sus pocos dietes tomaba su clítoris para estirarlo provocándole extrañas sensaciones de dolor y gozo.

En ese momento notó cómo alcanzaba su más intenso orgasmo. Ella podía notar su sexo completamente húmedo, desbordando fluidos sin parar que su violador impaciente succionaba. Al tiempo que, le oía decirle:

- ¡Si Puta.. córrete. ¡Que chochito más delicioso tienes. ¡Mira Borre.. la muy puta se corrió en mi cara.- celebraba el conserje su repentino logro.

- Sí.. este. Voy por una cerveza.- dijo el Borre con cierta envidia en su rostro.

El Tito succionando nuevamente le siguió diciendo:

- ¡Mmhh.. ¡Shurps.. Delicioso, lo que voy a gozar al abrirlo. Te lo voy a reventar por completo tetotas.. verás cómo te gusta.

Separándose un poco y poniéndose casi de pie, Tito con su verga bien empalmada y sus huevos brillosos de las babas aun de mi Madre se enfiló para retacársela en la vagina. Se la pasó varias veces sobre la pelvis y sus labios vaginales, la miró a los ojos con una amenazante sonrisa y se la fue retacando.

Beatriz al sentir esa manguera negra arqueo su espalda al máximo, este desgraciado le estaba abriendo la vagina al límite. Le empezó a sobar las tetas con las dos manos, le apretaba los pezones y se los empezaba a chupar, en veces los mordía y los jalaba con los pocos dientes produciéndole un pequeño dolor. Al parecer el tipo le produjo un extraño placer a la Sra Beatriz, ya que no se quejaba ni decía nada, para ella era mejor ser jodida así que ser empalada cómo se lo había hecho el gordo asqueroso.

Yo sólo podía ver cómo el Tito apretaba sus negros glúteos para sambutir su chueca manguera sobre el pequeño cuerpo de Beatriz, que sólo se levantaba para impedir que se la chocara contra el útero.

- ¡Esto está muy calentito..- dijo el negro mientras comenzaba a meter y sacar lentamente, sacando su tranca mojada de los fluidos secretados por Beatriz.

Para la pequeña Beatriz sentirse así, penetrada por esa tranca de un tamaño fuera de lo normal la hacía sentirla perfectamente, sentía cómo se acoplaba su pequeña hendidura alrededor de ese mazo de carne oscura. Aún que le dara pena admitirlo, sentirse montada de esa manera satisfacía todos sus sentidos.

El movimiento cada vez era más fuerte del conserje, estaba llevando a su víctima al límite del orgasmo, por lo que tuvo que taparse la cara con un cojín para que no la escuchara nadie, porque cuando gritó y gritó, no se sabía si era de dolor o de gozo. A la vez su excitación se hacía cada vez mayor. La agarró de la cintura para darle con más fuerza atrayéndola contra él.

En ese momento, ni el cojín podía ya tapar sus gemidos, ya que era el Tito quién aumentó su respiración a un ritmo de vértigo conforme iba aumentando la velocidad de su penetración, soltando alguno que otro comentario perceptible desde dónde yo los estaba observando. Por momentos Beatriz le miraba la cara sin que se diera cuenta, tapándose con el cojín, ya que se moría de morbo al ver los gestos que hacía su violador y cómo la miraba, sobre todo el vaivén de sus pechos ante las embestidas, y cómo se le marcaban los abdominales con sus movimientos. Si en algún momento pensé en que Beatriz disfrutada por la violación, esta era la comprobación.

Mientras estaban en lo suyo, el Borre quién regresaba de la cocina con una lata de cerveza vio cómo su amigo se montaba furiosamente a la Señora a la que él no había podido domar, por lo que sólo se limitó a gritarle a su compañero que le diera con coraje porque después él la haría gritar también.

Beatriz no quiso ni mirar, además que le era imposible porque tenía el cojín tapándole la cara, lo que si miró era cómo el Tito le guiñaba el ojo a su compañero que estaba detrás de ellos. Después sorpresivamente, el Tito disminuyó su penetración a lo que Beatriz pudo sentir a la perfección cómo ese trozo de carne oscura se adentraba en ella y salía de nuevo para volver a entrar pero ahora con pasividad.

Ella se inclinó para verle quitándose el cojín del rostro. Tito estaba totalmente empapado de sudor y mirándosela, es decir, mirando cómo se la jodía.

- Que pasa Flaco.. ¡Je je je.. ¿Ya te has cansado?- le preguntó el Borre que los miraba cómo espectador sentado en el sillón del frente.

- No no, espera. Es que estoy demasiado excitado.. esta tetona lo tiene muy cerrado.- dijo secándose el sudor de la frente.

- Ábrela bien porque cuando yo se la meta la voy a ser aullar, Je je je..

- Venga tetas.. ponte así.- la cogió de las piernas y le dio la vuelta, colocándola a cuatro patas sobre el sofá.

Él se puso de pie justo detrás de ella y le advirtió:

- Esto te va a gustar, ubres ¡Ja ja ja..- le llamaba de todas las formas posibles para humillarla.

Colocándola de nuevo, puso la punta de su ariete en el chocho y sin más se la dejó ir con fuerza, haciendo que la cara de Beatriz se deformara por momentos. Y así empezó a penetrarla a buen ritmo. En esa postura que para muchas mujeres la ven cómo humillante, pero que con el tiempo se dan cuenta de que así pueden sentir entrar el pene en su vagina brindándoles mejor placer (perdón por salirme del tema).

Por alguna razón, Beatriz echó su cuerpo para abajo, dejando su traserito lo máximo en pompa que podía. El conserje la agarraba de la cadera para profundizar más y poco a poco agilizaba el ritmo entre algún que otro cachetazo “¡SPLASSSHHH!!” que le pegaba para hacerla sentir más degradada si aún quedaba duda.

Sus negras manazas amasaban sus pequeñas caderas, y cuando podía escupía sobre su pene facilitando la entrada de su falo. Aunque dudo que hiciera falta realmente, ya que Beatriz estaba empapadísima, así que pensaba que lo hacía por puro morbo. Ella en esa situación estaba más que extasiada. Estaba seguro que no quería que parara en ningún momento a pesar de que el desgraciado la estaba violando. En cierto momento note cómo bajaba nuevamente el ritmo.

- ¡Ja ja ja ja.. ¡Mira Borre, como se corre esta desgraciadaaaa.. ¡Ja ja ja ja..

Era lo que gritaba el conserje embravecido a sus espectadores al notar como la altiva Señora de clase se iba cortada mientras él le destrozaba la chocha, y no conforme con ello tomó a la mujer que en aquellos momentos estaba orgasmeándose en el séptimo cielo, girándola hacia ellos y metiendo sus fuertes brazos por debajo de sus piernas la exhibió en toda magnificencia totalmente abierta de patas y ensartada por la vagina, mientras que de su rendijita salían expulsados secreciones de líquidos íntimos que certificaban categóricamente el lamentable estado en que se encontraba dicha mujer.

- ¡Mira nada más como se corre la muy cerda.. ¡Ja ja ja ja.. Sí que te hacía falta tetona y te hacías la estrecha, ¡Ja ja ja.. demuéstrale a tu amiga que tú también eres tan puta como ella, ¡Ja ja ja ja.. Quiero que me beses también.- le dijo sacándosela momentáneamente bañada de sus propios fluidos.

Beatriz que su mirada no podía ocultar las lujuriosas condiciones en que estaba gozando, se sintió asaltada por una extraña excitación, y al escuchar las palabrotas de ese hombre que la estaba violando y que se masturbaba echado hacia adelante y con su cosa chueca muy cerca de su intimidad, recordó la solicitud que le había hecho su amiga mientras lloraba amargamente en el baño: “Tenemos que soportar. ¡Para salir vivas.. piensa en tu familia.”, pero al ver a semejante vejestorio con quien a ella le iba a tocar besarse intentaba darse fuerzas para no caer en lo que ya estaba sumida su amiga, su mente le decía que no, pero su cuerpo extrañamente ya lo deseaba con locura.


Fue en eso que se vio tomada fuertemente del brazo para ponerse de pie y comenzar a ser sobajearla con brutalidad, a la vez que el conserje atracándola contra su huesamenta empezó a besarla en el cuello, en el rostro, los labios, metió la lengua dentro de su boca y empezó a moverla con avidez. Beatriz ya no se resistía, se dejaba besar y lamer el cuello, mientras se sentía asaltada con semejante tratamiento, sentía humedecerse entera, pero se decía que debía resistirse a tanta degradación, ya que el viejo era asquerosamente feo.

Beatriz casi ni se movía, no quería responder a sus besos, hasta que el negro ya al borde de la calentura que lo tenía aquella hermosa Señora de cabellos negros ondulados  que jamás imagino tener por el precio de una, se dio de nuevo a chupar aquellas enormes tetas que estaban que lo tenían a punto del delirio. Se las chupaba con brutalidad, mordía y lamia sus pezones con desesperación, mientras ella quien ya estaba casi por entregarse solo se daba a sentir y disfrutar de los momentos previos en que se la iban volver a violar.

Cuando el negro terminó de chuparle las tetas a Beatriz, ella ya estaba por sucumbir a esas extrañas sensaciones. Todo era candente en el gran salón de mi casa, el conserje metió su mano entre sus piernas para sentir el mismo que esa Señora que antes se resistía fieramente esa estaba toda mojada, llevo su mano con los jugos vaginales a la boca de Beatriz y la hizo probar su propio sabor, para luego besarla, y así ambos catar aquellos exquisitos fluidos que les estaba regalando la Madre del Jr.

El negro repitió la operación varias veces, hasta que la caliente primera Dama de esta ciudad aun no muy segura de todo aquello terminó chupándole los dedos y besándolo. No sé qué fue lo que le pasó, ya no era Beatriz la que conocía, al parecer el sabor de su propia intimidad en su boca la había cambiado. El Borre a unos escasos metros, de vez en vez levantaba su mirada para ver cómo iba reaccionando la mujer que tanto se le había resistido, los observaba con recelo, como su amigo si había logrado domarla.

El conserje abandonó su boca para ponerse detrás de ella, y así ambos pegados se fueron caminando de nuevo al sofá. El desgraciado Tito lo había logrado, había logrado envilecer a la altiva Beatriz con sus toqueteos.

- Que me dices tetona, ¡Ja ja ja ja.. ¿Vas a comportarte igual de putita que tu amiguita?

El viejo quedó alucinando cuando Beatriz ya sin el afán de resistirse simplemente movió la cabeza afirmando, a la vez que este la iba apuntalando con su verga en la espalda, en donde ella se la sentía con los ojos cerrados imaginándosela en su mente e intentando adivinar la cantidad de centímetros que esta debía medir, para luego abrirlos y ver como su amiga la miraba incrédula y expectante ahora que se dirigía al sofá y se ponía en 4 patas, en donde el negro nuevamente se la ponía por el culo con ella recibiéndola con cara de degenerada.

Mamá confundida, pensaba como es que su amiga podía actuar ahora de esa forma tan infame, como es que esos viejos tan horribles lograban que ellas mismas no dijeran nada ante las vergonzosas condiciones en que las tenían y que las animaban a hacer tales cosas.

- Después me la prestas cabrón, ..yo también quiero darle ahora que la hemos domado, ¡Je je je..- Le decía el Borre a su compinche, ya que no soportaba que su amigo recibiera tales tratos de la mujer que lo había aborrecido.

El negro quien mientras se enfilaba ya arremeter a una doblegada Beatriz, como pudo volteo su cabeza para decirle a su compadre:

- Pues ahí tienes a mi mamasota pendejo, ocúpate de ella que yo le voy a enseñar a esta tetona de lo que se estaba perdiendo, ¡Ja ja ja ja.. Luego que este bien domada te la presto un rato para que la ocupes, ¡Ja ja ja ja..- reía el caliente viejo con toda su cara traspirada.

- ¡Je je je.. sale cabrón..- le respondió el gordo que seguía celoso y frustrado por no ser él quien recibiera los primeros cariños de esa mujer.- ¡Y tu nalgona,- dijo luego pero ahora refiriéndose a Mamá que seguía pasmada al ver el cambio en su amiga,- A chuparme la verga, quiero que me la pongas bien dura que se la quiero dejar ir toda a tu amiga, ¡Je je je..

Mamá asustada al estar viendo cómo se estaban violando a su amiga se aplicó en el acto para no hacer enojar al gordo, ya que había notado la frustración del viejo de no ser él quien hiciera gozar a Beatriz. Así que estando con la verga del gordo muy cerca de su boca no le costó mucho para tomarla con sus manos e introducírsela en la boca, comenzando a mamársela como si de verdad se la quisiera poner a tope con tal de que la dejaran descansar un poco.

Con la verga ya en su boca, Mamá miraba con sus ojos celestes hacia arriba, observando al viejo con cara de enojo, como también a su vez miraba de reojo hacia un lado para ver cómo se estaban violando a su amiga. Ella intentaba aplicarse de la mejor forma posible quizás pensando en que si lo hacía terminar, a su amiga no le fuese a pasar algo malo en las manos de este viejo que pensaba violarla ya que terminara su amigo.

- La mamas bien rico culona, pero no termina de páraseme la verga la tengo toda molida. ¿Qué te parece si me mamas el culo? ¡Je je je..

- ¿Q-quiere que le chupe ahí?- respondió ella sorprendida.

- Así es cabrona ¿Le has mamado el culo alguien?..

- No.. yo, nunca.. yo..

- Jodida guarra, chúpamelo…

El gordo dio media vuelta y se inclinó ligeramente. Arrodillada así, Mamá tuvo ante sí el culo encogido y peludo de ese cerdo.

- ¿Te gusta mi culo, pendeja?- le preguntó el viejo.

- N-no..

- Bésamelo.


El cerdo se agarró la verga para masturbarse. Mamá se encontraba pasmada por lo que le estaba obligando hacer, veía ese encogido y blanquecino culo que le provoca nauseas con solo imaginarlo.

- No me obligues a golpearte pendeja.

Le dijo, volteándola a ver con cara de enojo. Mamá acercó los labios para empezar a estamparle besitos por las nalgas, primero por una y luego por otra a modo de cariño, mirando de reojo hacia su amiga. Mientras le besaba por el culo, con ambas manos le acariciaba los muslos de las piernas. Sólo le estampaba pequeños besitos por las nalgas. Podía oír el “muá” al hacerlo.

- ¡Por dentro puta.. por dentro.. chúpame el culo.- le dijo a la vez que de los cabellos la obligaba a pegarse hacía su culo.

No le quedó de otra que hacerlo, le plantó las manos en las nalgas y acercó la boca para lamerle por toda la raja, recorriendo con la punta todo el fondo. Yo me quedé en shock al verlo. No lo podía creer, ese olor pestilente y el mal sabor que tuvo que soportar Mamá al recorrer con su lengua la raja desde los güevos hasta la rabadilla.

El viejo se puso a gemir de manera descontrolada, dándose fuertes tirones. Mamá apartó la cabeza, para escupir varios pelos que se le impregnaban en la lengua, pero volvía hacerlo, le abrió la raja con los pulgares y trató de llegar al ano con la lengua, moviendo la cabeza para clavarle la punta, aunque al no poder hacerlo, la hacía vibrar a modo de caricia.

- ¡Ohhh… ohhh… Cabrona, que rico lo haces..

Metía los labios en el fondo de la raja para tratar de mordisquearle el ano, estampándole besos o pegando la lengua en el orificio. La hediondez le invadía la nariz y la lengua se le resecaba por el mal sabor, pero no paraba de chuparle el culo, como si en realidad le hubiese gustado mamarle el culo. El Borre emitía jadeos secos ante el baboseo, sacudiéndose la verga, concentrado en el cosquilleo de su culo y de cómo su compadre se jodía a Beatriz. No quería correrse sin follársela y se soltó la verga, aunque notó cómo le mordisqueaba los güevos entre las piernas, con la frente a ellos. Parecía hambrienta de eso.

Increíblemente cuando ella le besaba el culo de esa manera, vi que bajaba una mano para tocarse el chocho. ¡No lo podía creer.. ya se lo tenía muy mojado.

El viejo se ladeó sacudiéndosela, la agarró de los pelos y le acercó su verga, dejándole la cara toda manchada, la misma baba que ella le había impregnado. Mamá aguardaba mientras se la pelaba con la cara pegada a los güevos, frotándose el chocho con una mano. Este se la sacudía vertiginosamente para ponérsela más dura. Ella aguantó esos malos tratos sin mover la cabeza, hasta que el viejo suspiró y le soltó la melena, para que ella se lo chupara.

A los pocos minutos de todo aquello, Mamá le practicaba la mamada de su vida al Borre que este solo se afirmaba de su cabeza mirando a su compadre que empezaba hacer gemir a Beatriz con los ojos en blanco, con sus movimientos de mete y saca sobre el vejado cuerpo de la primera Dama, a veces lentamente y después aumentando el ritmo. Por su parte ella ya no se quejaba, al contrario, a estas alturas ya se estaba dejando hacer, con sus ojos fuertemente cerrados y respirando solo por su boca le daba a entender a cualquiera que estaba disfrutándolo al máximo así como también ya lo demostraba con suspiros de placer.

El conserje al caer en cuenta del verdadero estado de la mujer se encargaba de magrearle los pechos mientras se la violaba, como también comenzó a darle grotescos besos en la boca. Mamá desde su posición y sin dejar de mamarle al cerdo aquel instrumento grueso que por su forma de palpitar entre sus labios parecía que iba a estallar en cualquier momento, veía como su amiga con el negro cruzaban sus lenguas y juntaban sus bocas en forma apasionada. Las manos de Beatriz ya lo abrazaban por la espalda, le daba la impresión de que su amiga estaba gozando con todo lo que le hacían, ya que a cada momento parecía abrirse más de piernas para ese negro que la estaba ultrajando.

El Borre también empezaba a dar síntomas de terminar, ya que notaba que su verga no cabía toda en esa dulce boquita con labios de fresa, pues la hermosa dueña de la residencia estaba haciendo hasta lo imposible por meterse aquella gorda herramienta entera en la boca, succionándola, agarrándola con ambas manos para masturbarlo, acariciándola con sus labios, besándole el amoratado glande e intentando meter la punta de su lengua por el pequeño orificio de su verga.

Hasta que el caliente Borre al escuchar como gemía la mujer que hasta ahora lo había aborrecido, no se aguantó más y retirándole la verga de la boca de un solo destape, la sostuvo de la barbilla para decirle:

- ¿Quieres ver de lo que es capaz de hacer tu amiga ahora que está caliente?, ¡Je je je je..

Mamá estaba en el suelo pasándose la palma de la mano por la cara y con una mueca de asco en el rostro de haber tenido la cara dentro su culo. Ante el silencio de ella ya que su vista estaba puesta fijamente en las furiosas arremetidas que estaba recibiendo su amiga por el negro mientras la tenía hundida en el sofá, el osado del Borre se movió rápidamente para ir acercándose al mismo sofá en donde se llevaba a cabo el ultraje de Beatriz, el corazón de mi Madre latió a mil por hora de la ansiedad de saber qué cosa se le había ocurrido a ese perverso hombre, ya que lo veía aproximarse peligrosamente al lugar donde se estaban jodiendo a su amiga, hasta que lo escuchó decir lo que se le había ocurrido.

- ¡Voltéala compadre.. se lo haremos entre los dos, ¡Je je je je..

Mientras Beatriz se mantenía sintiendo como aquella larga y negra vergota se le incrustaba deliciosamente una y otra vez en su interior, entre una nebulosa escuchó la gruesa voz de gordo como le decía a su amigo de que la volteara, y no siendo aún consciente de lo que ahora le iba a suceder, sintió los fuertes brazos del conserje que los pasaba por debajo de los suyos para hacerla girar y quedar encima de este con su trasero en popa expuesto al otro, para luego con espanto ver como el violento gordo se ubicaba justo detrás de su cuerpo con la verga que casi se le reventaba de lo tan erecta que la tenía.

Por su parte y al escuchar la semejante idea que se le había ocurrido al gordo, una temblorosa mano de mi Madre comenzó a deslizarse de sus caderas hacia uno de sus pechos para ser ella misma quien comenzara a sobar producto de una extraña excitación que le producía estar viendo lo que solo a un metro de sus ojos le iba a suceder a su amiga. Ella hincada en el piso y con una mano en su pecho y la otra haciendo círculos en su bajo vientre, rozando sus dorados bellos púbicos, ni siquiera ella misma era consciente de que estaba a punto de comenzar a masturbarse viendo como su amiga iba a debutar por primera vez en una doble penetración.

Cuando Beatriz fue consciente de lo que le iba acontecer, cayó en cuenta de lo abominable que era toda aquella situación, si bien había estado disfrutando como una cerda mientras el negro ese la violaba, ahora recién sentía lo impúdico que era todo aquello, mientras de reojo observó cómo su amiga estaba tendida desnuda en el suelo y mirando todo lo que ella había estado haciendo y de lo que ahora le iban a hacer.

- ¡Nooo.. por favor, eso nooooo..!,- dijo mientras en su mente retumbaban las palabras del Borre: “¡Voltéala compadre.. se lo haremos entre los dos”,- Beatriz mientras suplicaba esto último ahora sentía como el negro movía lentamente la verga adentro de su vientre, en tanto el gordo seguía dando instrucciones de que la levantara para hacerle espacio.

- ¡Cállate zorra!!! y demuéstrale a tu amiga que te puedes comer dos vergas al mismo tiempo, ¡Je je je je.. Vamos, separa un poco más las piernas para que dejes libre la entrada a mi verga, así podremos culear rico entre los tres, ¡Je je je..- le exclamaba el cerdo siendo el mismo quien con las manos se daba a separar sus nalgas dejando expuesto su culito.

- ¡Nooo.. suéltameee. ¡Espera animal, que haceeeees…!!!??? Suéltenmee,- les gritaba Beatriz que al estar inmovilizada y empalada por negro solo veía como aquel demonio de hombre la preparaba para ser el mismo quien se la metiera por la cola.

La podre Sra Montes de Oca quien ya estaba un poco más lucida sentía una vergüenza tremenda por lo que le iban a hacer delante de su amiga, intentaba con todas sus fuerzas zafarse de los viejos que la tenía apuntalada por ambos lados, pero era casi imposible ya que ella no tenía las fuerzas necesarias para liberarse, y sabía que si el gordo se le acomodaba entre las nalgas ya todo estaría perdido.

Y así fue, el Borre ya estaba tomando ubicación para poder penetrarla por el recto.

- ¡Estas tan cerrada tetona, ¡Je je je.. ni parece que te acabo de culiar- fue lo primero que le dijo el Borre mientras luego de haberla estudiado de cómo estaba bien empotrada a su amigo y de cómo su ano a pesar del tremendo culiadón que le había plantado este lo tenía bien cerrado. El delincuente ya acomodaba su verga en su entrada rectal.

Beatriz sentía con lágrimas en los ojos las manotas del gordo que abrían sus nalgas, mientras no paraba de mover su verga por detrás de ella, como a su vez sentía la otra verga larga y chueca bien incrustada por delante. La pobre apenas pudo ubicar sus manitas en los gruesos muslos del Borre, y a sabiendas de lo que iba a suceder se dio a implorar para que aquello no sucediera:

- ¡Por favor.. ya no. Por ahí, ya noooooo...!!,- les pedía con voz quebradiza y mirando hacia el lugar en donde su amiga ya había comenzado a masturbarse a la espera de que a ella le harían por delante y por atrás.

- ¡Je je je je.. Claro que si tetas. Ya verás que te va a encantar y luego te volverás adicta a andarte revolcando con dos y hasta tres tipos a la vez, ¡Je je je je..

- ¡Ja ja ja ja.. Vaya par de melones los que se gasta esta puta, estas sí que son ubres, ¡Ja ja ja ja..- reía el negro bajo ella, mientras no para de succionárselas al mismo tiempo que le movía su tranca sacándosela y metiéndosela lo más profundo que podía.

Beatriz quien ya estaba casi al borde de su primera DP miró hacia el techo intentando buscar alguna explicación del porque le pasaba todo aquello a ella, pero sus pensamientos rápidamente fueron interrumpidos cuando nuevamente sintió como la boca del conserje se posaba sobre la suya introduciéndole la lengua hasta la campanilla con sabores a tabaco y alcohol.

Al sentir aquella pestilente y larga lengua que intentaba llegar hasta su garganta, en un acto reflejo se atrevió a morder con fuerzas aquel invasivo musculo húmedo. El negro quien la soltó en el acto debido al fuerte dolor que sintió en la lengua se pasó su mano por la boca como no creyendo lo que acababa de ocurrir, y al escupir verificó lo ensangrentada que le había quedado. Sin preámbulos ni nada tomó fuerzas con su mano derecha y le asesto una fuerte cachetada el pleno rostro. “SPLASHH..!!!”

- ¡Que te pasa desgraciada estúpida.. me mordiste,- le gritó el conserje tras el doloroso y fuerte cachetazo que le asestó con todas sus fuerzas al caer en cuenta de lo altanera que se había puesto la mujer.

- ¡Je je je je.. ¿Te mordió la zorra esta?, ¡Je je je.. Eso te pasa pendejo por ser tan confiado.. levántala bien para que yo pueda ensartarla como es debido, ya me estoy aburriendo de esta puta remilgosa, mientras tú te das a besuqueos y mamadas por el estilo, ¡Je je je..- reía el gordo al ver a su compadre con toda su boca con sangre.

- ¡Bien zorra.. si así lo quieres, eso tendrás, esta putada que me acabas de hacer no se va a quedar así. Ya no te servirán de nada tus lamentos y lloriqueos estúpidos, así que adelante compadre, hay que domar a esta perraaaaa..

- ¡Nos vas a complacer hasta hartarnos zorra.

Beatriz contemplo casi inmóvil como el asqueroso del Borre mientras le decían lo último sin ningún preámbulo, metió de golpe su gruesa verga dentro de su recto pero esta solo logro ingresar hasta la mitad del apretado conducto.

- ¡Arggghh.. que gustazo pendejaaa.!!!- bramó el enardecido gordo cuando sin aviso alguno se la dejo ir en forma casi impecable por el conducto anal,- ¡Culeaaaa... tetas.. culeaaa.. ¡Je je je je..- continuo bramando justo detrás de su oreja sin dejar de mover su miembro que la pobre ahora si sentía que la llenaban por completo.


Mientras el despiadado Borre golpeaba con su pene en forma inmisericordias por su retaguardia, la dueña de la casa con sus ojos celestes bien abiertos continuaba tocándose no perdiendo ningún detalle de aquella forzada doble penetración en que mantenían a su amiga dos viejos degenerados que parecían nunca cansarse.

Mientras tanto en el sofá, ambos desgraciados mantenían sus inagotables vergas bien embutidas por los distintos orificios de la primera Dama, disfrutándola y empalándola con firmeza, sus fieros movimientos eran duros y rítmicos que casi levantaban en vilo a la pobre Beatriz, ambos miembro entraban y salían casi sincronizándose. Beatriz así los sentía y solo sollozaba mientras su cuerpo era zarandeado y apretado por los traspirados cuerpos de sus violadores en aquel grotesco sándwich que estaban haciendo con ella.

- ¡Uhumm.. ¡Que apretada estas por dentro tetona.. ¡Je je je..- le decía el gordo a la martirizada Beatriz, mientras le tenía sus dedos gordos clavados en las caderas.

Su enorme miembro se abría camino entre las estrechas paredes del interior de la pequeña Sra Montes de Oca, que gimió notando como la verga del obeso la iba abriendo cada vez más profundo, mientras este por cada empujón que le propinaba la agarraba con más fuerzas en de las caderas, mientras por el frente el  negro también hacia lo suyo.

Los minutos pasaban y Mamá perdida en una lujuria extraña y oscura no paraba de observar a su amiga que era la que estaba llevándose la parte más dura de aquella improvisada orgía a la cual nunca se imaginó ser espectadora. Mientras en su sofá el conserje y el delincuente sujetaban con más fuerza a Beatriz que a causa de aquellas fricciones que estaba sintiendo adentro de sus orificios la llevaron a tensar todo su cuerpo cuando en un momento tuvo las dos trancas bien metidas dentro de su pequeña anatomía.

Fue el negro quien aprovechando aquel momento en que Beatriz solo se mantenía rígida para soportar aquel gordo falo que le incrustaban en la cola comenzó a bombear, primero con movimientos vigorosos pero lentos que hacían que su largo tolete disfrutara del exquisito roce de las carnes interiores de su vagina, pero pronto y de un momento a otro sus embestidas fueron ganando más intensidad, sus oscuros güevos chocaban de vez en cuando con las pesadas bolas de su compadre por cada vez que se ingresaban ambas trancas.

El cuerpo de Beatriz se movía dócil entre los dos hombres, hasta que sus dos manos de manera inesperada comenzaron a subir por la cara del negro, hasta que en un momento dado y debido que aquella caliente fricción interna que la enardecieron sin darse cuenta, simplemente acarició el rostro del conserje que tenía delante de ella, aquellas trancas nuevamente la tenían en celo.

- ¡Ja ja ja.. ¡Mira mamasota.- volteó a ver a mi Madre.- Tu amiguita ya se calentó, ¡Ja ja ja..- le gritaba el conserje a Mamá mientras Beatriz no dejaba de menearse intentando sincronizar sus movimientos con los de ambos violadores.

Beatriz no quería ver el rostro de mi Madre, pues sentía vergüenza al demostrar con su cara lo que estaba sintiendo. La estuvieron empalando por varios minutos más, y como ahí la voz del Borre era la campante, este fue quien le dijo a su compinche la brillante idea que se la acababa de ocurrir ya que aún no tenía ganas de correrse.

- ¡Esta tetona está muy caliente y la nalgona de su amiga tal parece que también, ¡Je je je.. qué tal si nos las llevamos a su cuarto, allá en la cama las disfrutaremos más, ¡Je je je..

- ¡Ja ja ja.. Buena idea compadre.. desde que vi su habitación tuve hartas ganas de cogérmelas ahí mismo, ¡Ja ja ja..

- Desclávala compadre.. vamos pues, ¡Je je je..- dictamino finalmente el gordo.

El Borre le sacó la verga del culo a Beatriz lo cual se sintió como si descorcharan una botella, para luego el negro simplemente desclavársela por delante y tomarla de sus cabellos para encaminarla a las escaleras rumbo a la recamara de mi Madre donde seguiría la fiesta. Tanto Mamá como Beatriz por fin se vieron a los ojos, ya no eran las mismas amigas que entraron esta tarde cuando venían de compras, casi sin darse cuenta estaban ambas con el cuerpo sudoroso y una extraña mirada brillosa, mientras los dos viejos totalmente desnudos juntan las botellas para seguir la fiesta en la recamara principal.

- ¡Escúchenme bien par de zorras.. ¡Je je je.. Aun no son ni las dos de la madrugada, y de aquí no nos vamos hasta el amanecer, ¡Je je je.. y para eso aún falta mucho, así que como aún tenemos tiempo para culearlas todo lo que a nosotros se nos dé la gana. Ahora se comportaran como las putas más ricas, si obedecen la pasaran muy rico, pero si empiezan con sus mamadas de lloriqueos y remilgos les vamos a pegar, las culiaremos y luego nos largamos con si nada hubiese pasado, ¿entendido?

Mamá y Beatriz solo asintieron con la mirada al piso.

- ¡Y esto lo digo sobre todo por ti tetas.. que después de que culeas y hasta te meas como una cerda luego empiezas a dar problemas con tus pendejadas de perjuicios estúpidos. ¡Ahora andando..

Les dijo el gordo refiriéndose con esto último a Beatriz que ya nuevamente estuvo a punto de ponerse a llorar, pero viendo el desencajado rostro del Borre prefirió reacomodarse el cabello y simplemente agachar la mirada para encaminarse a las escaleras.

Mamá a quien la calentura se le había pasado en el acto al entender lo que ahora querían aquellos horribles viejos de ellas, y viendo como estos dos no daban síntomas de cansancio y que su amiga que a pesar de la crueldad en que la habían tratado caminaba delante sin oponer resistencia y completamente consiente de lo que estaba por ocurrir, igual no dejaba de aceptar, muy caliente pero sin dar su brazo a torcer al fin y al cabo pensaba mi Madre intentando aclarar sus cavilaciones.

Pero sus pensamientos fueron cortados de tajo cuando con fuertes cachetazos sobre su maltratado trasero, la pobre Beatriz fue dirigida rumbo arriba en compañía del negro. Mientras que ella les siguió doblegada y subió sin decir nada con la mano del Borre que la alcanzaba agarrándole de una nalga. El desgraciado se regocijaba con los tremendos glúteos de mi Madre, que caminaba cómo autónoma sintiendo en la curva de sus nalgas cómo esa mano gorda y callosa le apretaba sus carnes y le frotaba la entrada del culo con la yema de los dedos.

Los tipos eran unos sementales, todavía querían guerra a pesar de todo lo que les habían hecho, escuchaba cómo mientras subían las escaleras las nalgueaban y les pellizcaban sus traseros para que se apuraran. Rápidamente cambié de pantalla, para tener en primer plano la amplia recamara matrimonial de Mamá. ¡No podía creer, que fueran violadas en la propia cama de mis padres..

Como ya les he contado la habitación de mis padres era muy lujosa, bastante limpia. Había una enorme cama matrimonial al centro, en el fondo había un gran baño de cristal y un ventanal totalmente abierto que daba a la terraza, que le daba un toque más amplio a toda la habitación. Pero la visión que me vuelve a la mente una y otra vez era encontrarme a Mamá y Beatriz, totalmente desnudas de la mano de esos seres tan repugnantes, todas sudorosas y con el cabello alborotado, con sus traseros maltrechos y colorados de tantas nalgas.

- Aquí estamos.. en nuestro nidito de amor mamacitas ¡Ja ja ja..- dijo el Tito.

Ante esta situación, os juro que dudé seriamente en cortar con todo y llamar a la policía, pero me quedé a la espera de lo que sucedería ahora. El negro se acercó a Beatriz poco a poco, admirando su sexo completamente empapado, empezó a pasarle los dedos desde la rodilla subiendo por la cara interna de sus muslos, subiendo hasta rozar su sexo levemente. Ella arqueó la espalda al darse cuenta que seguiría con ese negro tan horrible.

- Que ganas tenía de tenerlas así, toda para nosotros, en esta buena cama.- le dijo mientras continuaba acariciándola por todos lados, subiendo para pellizcar levemente sus pezones.

Sus manos volvieron a bajar hacia su culito, y mientras con una mano empezaba a penetrarla con dos dedos, con la otra empezó a pegarle palmaditas en el culo, diciéndole:

- Vas a portarte bien, y a obedecerme en todo, verdad tetona?

El gran espejo de Mamá sería testigo de lo que iba a suceder en las próximas horas, ya que por su posición reflejaba toda la zona de la cama, el costado del perfil de Beatriz y el cuerpo esquelético del negro. Mientras que él tomaba su miembro chueco he intentaba enderezarlo para usarlo cómo arpón, la pobre Beatriz estaba quieta sin reaccionar. Entonces la tomó por la cintura y la alzo para que se sentara en sus piernas, dejando su verga entre los muslos de sus piernas.

Quedando así, la pobre miró hacía el espejo y se sonrojó aún más al ver la grotesca imagen, de ese asqueroso negro mugriento abusando de su pequeño cuerpo cómo y cuántas veces quisiera. El conserje sabía muy bien eso y tenía la cara de gozo absoluto. Luego en un movimiento rápido, la tomó por la cintura la alzo un poquito y tomando su miembro se lo puso en la entrada de la vagina. Poco a poco la fue bajando, hasta que entró toda por completo. Beatriz miró nuevamente hacía el espejo y estalló en llanto al verse así, totalmente ensartada de nuevo por ese maldito negro.

- Para que lloras mamacita.. si hace unos momentos hasta estabas pujando, ¡Ja ja ja..


El conserje tomándola de la cintura empezó a subirla y a bajarla, una y otra vez, la cargaba sin el mayor esfuerzo, el pequeño cuerpo de Beatriz era movido cómo una muñequita. Él soltó un ronco gruñido de placer, al mismo tiempo en que colocando sus manos bajo las nalgas la elevó para dejarla caer sobre su chueca erección y comenzar a repetir la misma operación de forma cada vez más frenética. Mientras que Beatriz ya no teniendo que encargarse de sostener todo el peso de su cuerpo en aquella extenuante posición que la obligaba a tener, comenzó a menear de un lado a otro sus caderas, girándolas también mientras que la deslizaba de arriba abajo sobre su estupenda tranca curvada de chocolate.

- ¡Ooohh!! Así, tetas.. así se bate el chocolate, ¡Ja ja ja..- exclamó ahogadamente entre gemidos que parecían más bien lamento de algún animal herido.

- ¡Eso es Tito.. así se jode a una vieja ricachona, Je je je.. ¿Y tú qué nalgona, ¿qué esperas para ponérmela dura? A trabajar que te quiero dar caña otra vez.- le decía el Borre a Mamá que se encontraba estática viéndolo todo.

El Tito seguía dirigiéndola sobre su palo fuertemente, mientras que se movía, sus manos estrujaban sus pechos con ansias, a lo cual no perdió tiempo el maldito para meter su cabeza debajo del brazo de Beatriz para llevarlos a su boca y comenzar a chuparlos y morderlos desde atrás, mientras que gritaba de felicidad.

- ¡Mierda, que tetas.. ¡Son grandes y ricas mamasota.

Y seguía masajeando salvajemente los pechos de la pobre Beatriz, que se mantenía con los ojos cerrados. La pobre creía que cerrando los ojos escaparía de sus captores, pero las inquietantes caricias del negro la volvían a la realidad. El infeliz le chupada los senos, los apretaba. Los movía en círculos, los juntaba y los separaba, se estaba dando un festín el desgraciado. Después de unos minutos de incansable movimiento, el sujeto paró y se puso de pie haciendo que la pobre tuviera que llevar las nanos al suelo para no caerse, así en esa posición tan demandante le empezó a dar caña tan duro que parecía que rompía.

- ¡Oohhhh.. ¡Que rica estás, pendeja.. apuesto que el político de tu Marido nunca te había cogido cómo yo, ¡Ja ja ja..

- ¡Que va.. si mientras su Marido inventa leyes, esta zorra chorrea los jugos sin recibir leño. Si sólo hay que ver los calzones de puta que usan, ¡Je je je..- decía el Borre humillando más a la pobre Beatriz.

El viejo conserje concentrado y mirando su oscura cabellera toda alborotada y desparramada en las finas facciones de su cara, empujó fuerte y firmemente hacia el interior de la vagina de Beatriz, la cual lo recibió en toda su longitud y curvatura, arrancando de su garganta un alarido de auténtico dolor.

- ¡Arghh!.. Noooo! … Ohhhhhhhhh!!,- soltó de su garganta Beatriz cuando se sintió bien atravesada.

- ¡Arggggghhhhh!! ..- gruño el negro al sentir la placentera estrechez con que ella le albergaba su cosa dentro de su cuerpo.- ¡Chichona, a pesar de haberte emparedado hace algunos minutos sigues estando bien cerrada pendeja.. ¡Ohhh, que rico se sienteee!… me lo aprietas bien ricooooo!! ..

- ¡Noo.. arghh.. No se mueva.. no sea tan rudooo!…

- ¡Pues muévete tu pendeja.. no me dejes todo el trabajo a mí ¡Ja ja ja.. para que veas te voy a dejar que me jodas ¡Ja ja ja..- le decía el negro.- ¡Ohhh.. que rico me la aprietassss.. zorraaaaaaaa!!

Y era cierto, Beatriz a pesar de su humillación estaba perdida en la calentura en que la había transmitido ese detestable negro, y estando totalmente empinada hacía adelante abierta de patas y aferrada con los brazos al su captor, se empezó a menear de atrás hacía el frente a su ritmo, comiendo la verga con su vagina. Contraía sus caderas intentando acomodar aún más la larga tranca que le habían metido.

Quien pudiese observar la escena diría que Beatriz no estaba siendo abusada, sus caderas y pelvis se movían poco a poco comiéndose más porción de carne y la comprimirla para luego de unos segundos repetir el procedimiento una y otra vez.

El negro quien gozaba a plenitud con las compresiones vaginales de cómo le abrazaban su herramienta, se fue sentado en los cantos de la cama para disfrutar de ese lento meter y sacar, observando como la mujer arrogante que tanto los había insultado empezaba a gemir de placer cosa que la situación no hacían más que seguir calentándolo aún más de lo que ya estaba.

- Eres una puerca, ¡Ja ja ja.. Y mira que te resistías.

Ella lo miraba atraves del espejo, como este disfrutaba con una amplia sonrisa amarillenta por lo que le estaba haciendo, le analizaba sus viejas facciones que se marcaban por su horrible cara, de su frente escurrían ríos de sudor que expelía una fuerte hediondez de mal higiene mezclada con tabaco y alcohol.

No sé qué le pasó, pero esa visión de estar siendo abusada por un viejo negro delgaducho la enardecieron hasta el alma, por lo que empezó a moverse más rápidamente como si lo estuviera haciendo con un amante. Los bufidos del viejo recorrían por todos los rincones de la habitación de mis Padres y hasta el pasillo, y los gemidos de placer que hacia ella ahora no empezaban a quedarse atrás.

Beatriz ya casi había olvidado lo sucedido en la sala, como así mismo ni le interesaba que ese mismo viejo que se estaba follando ya hasta le había pegado, tampoco le importaba estarse revolcando frente a su amiga y que de manera desesperada hasta había llegado a insinuarle que todo esto era por su culpa.

- ¡Como lo estás pasando compadre?.. ¡Je je je..- la pesada voz del Borre sacaron a Beatriz de sus morbosos y sentidos pensamientos.

- ¡Oohhh.. ¡De puta madre, Borre.. Ohhhh… es.. esta pendeja como se mueve.. y aprietaaa!!,- le soltaba el conserje con voz entre cortada.- ¿Te gusta tetas?

Beatriz se mordía fuertemente los labios debido a la inmensa calentura que sentía al verse tratada tan vulgarmente por aquellos horrendos hombres.- ¡Contesta mierdaaaaa!! Cuando tu macho te pregunta tu deber es contestarrrr!! ¡Tomaaaa!!,- le dijo el negro mandándole una clavada que ella sintió que le llegaba hasta la altura del ombligo.

- ¡ARGGHH.. Me encantaa… Ohhhhh… Diossssssss!!

Luego la miró, estaba totalmente fuera de sus cabales. Volvió a reír y comenzó a sacar su miembro de su interior. El sujeto sudaba muchísimo y su respiración era agitada, ella ya no hacía nada. El negro se recostó en la cama y se quedó quieto unos minutos. Mientras a su vez y a solo metros Mamá le chupaba la verga al gordo. El tipo alcanzó el control remoto de la enorme pantalla y se puso a ver televisión, parecía no inmutarse a las caricias labiales de mi Mamy. Con una mano subía y bajaba la cabeza de tan elegante Señora, mientras con la otra buscaba un canal apropiado en el televisor.

- Busca algún canal porno Borre.

Con los ojos abiertos de par en par observó a Beatriz riéndose.

- ¡Uhhhh!! ¡Nooo.. no .. otra ... vez...- balbuceaba ella.

- ¡Ja ja ja ja.. no te preocupes tetas.. no se te va a gastar...- rio el negro.

- La noche recién comienza tetona.. y cuando terminemos con ustedes, van a haber saboreado muchas veces nuestras vergas.- le amenazó el gordo.

- ¡Degenerados!! ¡Ya déjenos en paz.- gritó ella.

- Mejor que no grites, tetona..- le advirtió el negro.- O tendremos que usar varios juguetitos que tiene tu amiga y que aún no hemos usado, vas a tener orgasmos como creo que nunca te habían dado.- agregó.

Beatriz solo podía maldecir por lo bajo mientras observaba a Mamá como el miembro del gordo que la seguía violando. Su cabeza se movía con cada embiste y su boca se abría cada tanto en que lo empujaba dentro. Delante de ella, el conserje se había sujetado su cosa y se acercaba con su erección muy peligrosamente a su cara.

- ¡Abre la boca tetas.- le ordenó.

Beatriz negó con su cabeza. Ahora ya un poco más consciente de lo que le estaba pasando, no iba a seguir dominándose con tanta facilidad. Sin embargo el negro estaba preparado para eso, y con una seña al gordo, este hizo ademán de levantarse. Ella se quejaba callada y no le quedó de otra que agachar la cabeza. La mano del Tito la tomaba del pelo y le tiraba mientras le continuaba ordenando chapársela. Beatriz no cedía, sus lágrimas nuevamente rodaban por sus mejillas.

- La quieres por lo difícil ¿no?- dijo el negro aceptando el desafío.

- Borre.. fíjate abajo si encuentras algo para escarmentar a esta chichona.- le indicó.

Beatriz temblaba. Observó como el obeso le quitaba la verga de la boca a Mamá y se encaminaba por el encargo de su amigo. Cuando observó que iba enserio, su estómago se hizo nudos. Negaba con la cabeza.

- ¡Nooo... por favoooor.- rogaba.

- ¿Vas a aprender a obedecer?..- le dijo el negro.

Enseguida recordó los castigos y los múltiples accesorios que habían encontrado de mi Madre, comenzó a contenerse. Sus lágrimas rodaban ya continuamente por sus mejillas.

- ¡Ya bastaaa.. te la voy a chupaaar- lloró.

- No vamos a estar jugando contigo tetas.. una más y vas a tener castigo.- indicó Tito.

- Noooo..- se lamentó Beatriz.

Con sus ojos enrojecidos de tanto llorar, Beatriz mirando a los ojos a mi Madre levantó la vista lentamente. Su boca estaba aún cerrada, sus ojos suplicantes de que no la obligaran a hacer eso de lo que tanto se avergonzaba. Pero la verga del negro, a solo unos centímetros de su boca no parecía querer irse. De hecho, se acercaba cada vez más a sus labios.

Con una sonrisa perversa el negro corrió la piel de su verga y dejó a la vista el amoratado e inflamado glande. Tomándola de los cabellos con una mano, con la otra tomó su verga y la arrastró por sus rosados labios. Una mirada profunda y violenta le indicó que no tenía otra alternativa. La Sra Montes de Oca, temerosa entreabrió su boca sintiendo como el glande nuevamente se hundía en ella a medida que le dejaba paso. Con los ojos puestos en él fue sintiendo como el tronco largo y duro se deslizaba dentro de su boca hasta que ya no cupo más. Con el glande tocando su garganta Beatriz miró delante de ella y vio que aún quedaban cinco o diez centímetros más fuera de su boca.

- Eso es putita.. tienes una boca deliciosa.- le dijo acariciándole el cabello.- Ahora serás buena como tu amiga.. y relajarás tu garganta para que yo pueda meterla hasta el fondo ¿verdad?- dijo el sin perder su calma.

Beatriz lo miró con sus ojos muy abiertos. No podía creer lo que le estaba pidiendo. Podía sentir la presión del negro en su garganta. Las manos de este acariciaban su cuello y detenían su cabeza por detrás. La presión era mucha y le provocaba pequeñas arcadas que llenaban sus ojos de lágrimas y le hacían temer ahogarse. La pobre lloraba de desesperación e intentaba relajarse. Por varios segundos sintió la presión de la verga del negro en su garganta, sin ceder, sin poder hacer nada para salir de esa angustiosa situación.


De repente, un movimiento de ella abrió paso de la verga de conserje hacia su garganta. Beatriz sintió horrorizada como la verga del negro penetraba su garganta y se hundía en ella hasta que sus narices quedaron hundidas entre los pendejos de él. Sin poder respirar sentía la presión de él clavándosela hasta el fondo y su palpitar en su garganta.

- ¡Eso es perra.. si puedes.. viste que si puedes.- le decía.

A un costado de ella, Mamá con los ojos bien abiertos inmortalizaba ese momento en su cabeza. Beatriz abría los ojos con pánico y lo miraba desde abajo pidiéndole clemencia. El gordo gozaba viéndola deglutir entero el miembro de su amigo. Cuando el negro sacó su verga de dentro de ella, un segundo después, un hilo de saliva y líquidos pre seminales unía la boca de ella con la amoratada punta de su verga. Beatriz tosía una y otra vez tratando de aliviar su garganta. Tito le dio unos pocos segundos para recomponerse y tomar aire nuevamente, y otra vez apuntó su chueca cosa dentro de ella.

Tomada de los cabellos por ambos lados de su cabeza se preparaba para hundirse otra vez. Beatriz le miraba suplicante, pero consciente de no tener alternativa. Sentía otra vez la verga pegada a su garganta, y tomando aire profundamente por la nariz cerró los ojos al sentir que se hundía otra vez en ella.

- ¡Uuuhhhgggg.. ¡Que sabrosa!!- gimió.

Beatriz derramaba lágrimas en silencio mientras sentía crecer y hacerse más duro y caliente el pene dentro de ella. Unas palabras entre ambos violadores le atemorizaron  aún más. Iban a intercambiar lugares entre ambos. De solo pensarlo, sus nervios se crispaban más aún. El negro retiró su verga de adentro de ella dejándole la garganta palpitando y enrojecida mientras le daba un par de palmadas en la cara.

- En un rato vuelvo a tu boquita tetas..- le prometió mientras se quitaba.

- ¡Por favooor.. con él nooo..- rogaba ella llorando.

- Silencio mamacita.. en qué quedamos ya. Ahora sigue trabajando con esta verga.- le dijo Borre ocupando de inmediato el lugar de su amigo.

Mientras el Borre le acariciaba los labios llenos de saliva y jugos pre seminales, Beatriz lentamente fue abriendo la boca. Nunca sabría por qué obedecía tan ciegamente a esos hombres, pero su boca ya estaba preparada a recibirlo. En cuanto él deslizó la verga en su boca Beatriz pudo sentir el inconfundible sabor de las babas de su amiga. Le provocó un poco de asco en un primer momento, pero luego se acostumbró.

- Ahora si tetona.. muéstrame como te la comes entera.- le dijo acariciándole el rostro.

La penetración nuevamente la hizo sentir nauseas que la obligó a retroceder, pero la presión del gordo ya ganaba profundidad y se hundía en su garganta. De repente se vio penetrada por ese horrible gordo y su mente no pudo evitar excitarse en esa situación. Sus narices clavadas en el vello del gordo que se metía entre sus poros le impedían respirar.

- ¡Uuuhhhgg.. Siii.. que rica boca tienes ubres.- decía el gordo tomándola de los cabellos por ambos lados y moviéndole la cabeza hacia atrás y adelante.

Ella lloraba y seguía inmóvil, la enculada y la montada anterior le habían agotado las fuerzas. El Borre le taponeo la nariz para que abriera la boca y aprovechó para sambutirla entre sus labios. La pobre no tuvo ni tiempo de quejarse, fue callada con esa tranca hasta la garganta.

Así, ambas Señoras elegantes dignas del titular de una página de modas eran asilenciadas por dos vergas en sus bocas, Mamá se mantenía ágatas chupándosela ahora al negro, que como su amigo no encontraba el canal adecuado para ver. En eso encontró un canal de pago, que de inmediato se puso a contratar y cómo era de pensarse, el mendigo pervertido contrató una porno, la tremenda pantalla ofrecía a una pobre adolecente tremendamente follada por tres tipos, eso les ayudaría a mantener sus vergas bien firmes, para martirio de las pobres Señoras.

Con el rostro colorado por la falta de aire Beatriz aguantaba todo lo que podía la situación. El gordo se retiró un rato para dejarla respirar y volvió a hundirse en ella. Una y otra vez sacaba y metía su verga de la garganta de ella. De repente, en la última penetración, Beatriz sintió como su estómago no soportaba más y un vomito caliente se derramaba en la verga de su captor. Con los ojos abiertos de par en par no podía creer lo que le estaba sucediendo.

De inmediato el Borre retiró su verga de la garganta de ella. Beatriz pudo sentir como su propio vomito se derramaba sobre su pechos.

- ¡Cerda asquerosa me has vomitado!!- gritó el gordo enojado.- ¿No me la quieres chupar?, ya me canse. ¡Yo sé cómo hacerte rogar por una verga desgraciada! ¡Ahorita vas a ver, de mí no te vas a burlar! ..

Esas palabras no pronosticaban nada bueno para la pobre Beatriz, así que el asqueroso gordo se dio el levantón y bajó hacía la sala, cuando regresó venía con un juguete de Mamá, era el que le había regalado Fernando aquel día del restaurant, un tipo ovalo redondito de unas 2 pulgadas con control remoto, el que había usado Yojimoto para torturar a Mamá frente de todos.

Beatriz cómo Señora de alcurnia no sabía para que era, así que el gordo la tomó de las piernas y le metió el consolador en la vagina, ella se quejó un poco ya que era pequeño pero el desgraciado tenía otras intenciones, con la cinta le tapó la vagina para que este no se le saliera y agarrando una silla la colocó frente al televisor. La volvió a sujetar de las piernas, cintura y cuello, para ahora si no tener ni a cómo moverse. Beatriz de momento se sintió aliviada, creyó que eso era todo, que sólo era una pequeña bolita en su chocho, que era mejor que mamársela al asqueroso ese, pero cuando el tipo encendió el control dándole una pequeña descarga en su interior se le vino el horror.

- ¡Que .. ¡q-que es esto.. ¡Nooo!! ¡Sa-sacamelo ..

- No, puta.. ahí te vas a quedar hasta que me ruegues que te la meta. Mientras tanto disfruta la función, ¡Je je je...

La pobre Beatriz sentía contracciones en su vagina, ese pequeño aparato se movía en su interior a diferentes revoluciones produciéndoles sensaciones diferentes. Ella trataba de moverse pero le era imposible, con horror sentía cómo el desgraciado le cambiaba de velocidades al control, como si fuera un juego de video.

- ¡Je je je.. Mira la tele, pendeja.. disfruta que esto no ahí todos los días ¡Je je je je..

- Si serás desgraciado, Borre.. mira cómo se retuerce la muy puerca ¡Ja ja ja.. Pero, así aprenderá a tratar a sus invitados ¡Ja ja ja..

El sujeto cada vez aceleraba los movimientos del aparato y poco a poco su cuerpo empezaba a reaccionar, aunque ella intentaba pensar en otra cosa, empezaba a hacer inevitable. Mientras tanto mi Madre era puesta de pie para los abusos.

- Ven aquí nalgona.. ¿a ti si te gusta, verdad? Ven, siéntate en tu trono ¡Ja ja ja..

Al ver a Mamá me quedé muy pensativo, tenía sus mejillas sonrojadas y estaba totalmente sumisa, ¿acaso se estaba excitando con éstos tipos?, porque ella no decía nada ni se oponía. Se levantó y se quiso acomodar arriba del negro.

- Espérate, chula.. así no, quiero que te voltees para que tú también veas el televisor mientras yo te veo el culo chocar contra mis güevitos ¡Ja ja ja..

El negro observaba la humillante escena en el espejo, y Mamá parecía sentir una sensación extraña al verse arriba de ese inmundo viejo negro, que en su vida debía haber tenido una mujer cómo ella. Ella parecía una muñequita cómo la manejaba de arriba abajo, los quejidos de la pornstar más el sonido del choque de sus nalgas con sus muslos debía ser demasiado excitante para cualquiera. El Borre seguía cómo si nada y seguía disfrutando de las reacciones de la pobre de Beatriz. En eso, la pobre no pudo contenerse más, y poco a poco se le fueron escapando pequeños gemiditos de placer, era inevitable el orgasmo.

- ¡Aaahh!.. ¡aah.. ¡ohhh!!.. ¡ohh!!

El gordo al escuchar los gemidos empezó a reírse y dijo con euforia:

- ¡Lo ves!??... ¡Ves como si te gusta?.. ¡Si eres una perra que quiere que la destrocen.. ¡Eso voy a hacer, te voy a destrozar tu bonito conejito a vergazos, voy a hacer contigo lo que quiera.

Mamá también era follada brutalmente, los brincos que pegaba sobre la pelvis del negro eran impactantes, los tremendos sonidos de los güevos se mezclaban con las cachetadas sobre su culo. “¡SHOCKS!!, ¡SPLASHHH!!, ¡SHOCKS!!, ¡SHOCKS!!, ¡SPLASSHH!!” Mamá parecía una puta barata brincando con un cliente, la humillación era demasiado para ella y para su amiga, pero su orgasmo que resistía por sacarlo también era muy grande.

El tipo la estaba jodiendo de lo lindo, por más que quería aguantarse y contradecir su cuerpo le era inevitable, no podía controlarlo. De pronto el sujeto se quedó quieto, ella sentía esa necesidad de terminar el orgasmo, pero no podía hacer nada, sólo se quedó quieta también esperando que el calor interior se le pasara. Pero el vil sujeto tenía otros planes, la empujó de la espalda hacía el piso haciendo que Mamá reaccionara y rápidamente colocara sus brazos para no golpearse la cara. El tipo la tenía sujeta de las rodillas con su tranca enterrada, entonces se puso de pie con mi Madre a modo de carretilla.

- ¡Ahora mamacita, quiero camines con los brazos.. quiero que te claves tu solita, pendeja. Quiero ver cómo te mueves con una tranca bien enterrada hasta el fondo.. así que a caminar ¡Ja ja ja..

- ¡Je je je.. ¡Qué bruto eres, Titos.. ya te sientes en la chamba con tu carretilla ¡Je je je..

- Con una carreta así, yo si trabajo toda las semanas ¡Ja ja ja ja.. ¡Camínale, desgraciada, ..mueve esas putas nalgas que la naturaleza te dio ¡Ja ja ja..


Yo con ganas de matarlo ante tal humillación que le propinaban a Mamá, la hizo andar por toda la habitación en esa posición que era muy desgastante para ella, ya que hubo un momento que los brazos de Mamá le temblaban, ya no resistía su propio peso, para su fortuna toda la habitación tenía alfombra, así que al ya no poder más dobló sus brazos y quedó con sus tetas y codos sosteniéndola, pero el tipo no la soltó es más aprovechando su posición se afianzó de las caderas, así con esa postura extraña le estaba dando caña a mi Madre. Al mismo tiempo Beatriz se retorcía de su orgasmo que se le venía involuntariamente volviendo aparecer sus gemidos más fuertes.

- ¡Ahhhhhh!! ..¡ahhhhh!! ..¡Aaaaahhhhhhhhhhhhhhhh!!!!

El aparato le hacía trizas la vagina de continuas sensaciones, ella trataba de mover las piernas, de levantarse pero le era inútil, sólo miraba la pantalla dónde una pobre jovencita era brutalmente analizada por un actor.

- ¡Yaaa!!.. ¡por favor!! ¡Suéltame!! ..¡ya no aguanto!! ¡Arrgghhh!!

- ¡Te voy a soltar cuando me supliques que te la meta desgraciada!! ..

- ¡Nooo!! ¡AYY!! ¡Esto es demasi... ¡Ahhhhh!! ¡ahhh!! ¡ahhhhhhhhh!!

Mientras el Borre bajaba nuevamente por otra botella, la pobre Beatriz pedía clemencia por su chochito. Mientras tanto Mamá era embestida en esa posición extraña, parecía contorsionista, su espalda estaba arqueada al máximo, así hasta que el tipo la dejó que cayera rendida sobre la alfombra. La pobre se quedó quieta descansando el cuerpo por unos minutos, mientras el negro se colocaba sobre ella para seguir penetrándola. El mendigo conserje subió todo su peso sobre el cansado cuerpo de mi Madre para empezar a mover sus caderas montándola.

Pero lo que me dejó más impresionado fue que Mamá empezó a mover sus caderas involuntariamente dando círculos para sentir mejor ese miembro. No había dudas, Mamá estaba disfrutando la violación, la muy cerda se había calentado y estaba complaciendo al asqueroso negro.

El desgraciado al ver que Mamá cooperaba sonreía y gritaba:

- ¡Así Mami así.. muévete rico, puta. ¡Comételo todooo ohhh, ohh!!

Después de un rato, así con esos movimientos el sujeto inundo su interior gritando:

- ¡Ahhhhhhhhh!! ¡Me vengo, ufff, voy a llenarte de lechitaa todaaaa!! ¡zorraaaa!!

Mi Madre sintió cómo esos chorros de semen caliente invadían su interior, el desgraciado con su tranca tocándole el útero todavía aún, daba pequeños giros con su cadera para asegurarse de que su lechada quedara bien depositada. Cuando se aseguró que su semen quedaba bien estancado se puso de pie con su verga ya flácida cubierta de fluidos de Mamá, ella también había acabado.

La pobre quedó tirada con su cuerpo sobre la alfombra sin poderse mover, estaba rendida boca abajo, exhausta y toda sudada, no cabe duda que el tipo la había montado tan bien que ella le agradeció con su orgasmo.

Tirada sobre la alfombra, sólo tratando de recuperarse de la cadena de orgasmos, ni se dio cuenta de cuando el sujeto se levantó, al rato, volvió a ser consciente de su cuerpo, su chocho escurría semen hacía sus muslos, ahora volvía a sus dimensiones normales, su chochita estaba al rojo vivo, punzante, ligeramente abierta, sintiéndose vacía y triste después de notarla tan dentro ella.

Alzó la vista para ver a su amiga, la pobre seguía bien sujeta a la silla recibiendo enormes vibraciones en el chocho. Se preocupó por ella, Mamá sabía qué tipo de tormento era tener ese aparato dentro, ella ya lo había experimentado y sabía perfectamente lo que se sentía. El Tito miró a su amigo diciéndole que era su turno, no lo podía creer, su miembro estaba totalmente erecto con su cabezota completamente roja y palpitando, ¡estos tipos eran unos sementales!, tenían mucho vigor. Yo tenía mi pene al 100% con tanta follada, ya me había hecho 3 pajas y estos tipos seguían violándolas sin descanso. Que diría Mamá y su amiga si me vieran paseándome mientras ellas eran abusadas sin compasión.

Las pobres no sabían cuando éstos sujetos se irían y las dejarían en paz. Entonces Mamá tuvo la estúpida idea de decirle:

- ¡¿Cuándo se va a ir malditos?!.. ¡ya déjenos en paz, ya nos humillaron bastante!!

El sujeto sonrió y dijo:

- ¡Tenemos mucha verga para ustedes, Señoras.. no sé preocupen, no se las van acabar. ¡Je je je..

Entonces colocó su mano sobre sus nalgas y sus dedos comenzaron a pasear por su agujero ya lastimado, para luego preguntarle:

- Creo que te daré de nuevo por el culito, nalgona.. ¡Estas nalgas me fascinan..

Entre lágrimas Mamá susurró:

- Esta bien.. ¡Pero ya vallase!!

Esa fue la contestación más estúpida que Mamá pudiera dar, eso excitó aún más al sujeto, que de pronto rio fuerte y gritó eufórico:

- Bueno, ya que me das permiso.. ahora va a ser mío. ¡Te voy a reventar este rico culo, PERRA!!

Ella viendo su estúpida equivocación trató de arrepentiste y con un grito fuerte dijo:

- ¡Nooo!! ¡Por favor.. cualquier cosa menos por ahí. ¡Me duele mucho!!

Pero sus palabras servían solo para excitarlo más y más, estaba con los ojos sacados, casi babeando mientras que seguía estrujando sus grandes glúteos. De pronto en un movimiento rápido, la levanto de las caderas y la hizo poner cómo perrita. Mamá se agarró de las barbas de la alfombra, sabía que se le acercaba un calvario, cómo último recurso intento zafarse, pero las dos manos la tomaron por las caderas y la mantuvieron quieta por más que peleara, era imposible el soltarse de esas manos tan fuertes.

Volteó su rostro y vio su cara cómo poseída, mirándole fijamente el culo. La pobre sólo en pensar lo que le iba a volver a suceder lloraba más todavía y volvía a suplicarle:

- ¡Por favor nooo!! ..por lo que más quiera, ¡nooooo!!

El gordo hacía oídos sordos a sus suplicas. Entonces cuando la iba a ensartar, los gritos de Beatriz lo interrumpieron:

- ¡Yaaaahhh!! Por favor, ya no aguanto ¡Cójanme, hagan conmigo lo que quieran. ¡Aaarrrgghhh!!

- Escucha a la perra esa.. te está pidiendo verga, Tito. ¡Je je je..

- Te la dejo compadre.. porque esa culona me han dejado seco. Esa Señora sí que sabe exprimir güevos ¡BLUUAA!!- dirigiéndose a mi Madre.

- ¡Pues yo si le voy a dar.. le tengo muchas ganas a esa tetona. Ni modo nalgona.. tu culito lo dejamos para después. ¡Ahorita le toca a tu amiga, Je je je..

Ese fue un suspiro para mi Madre, ya que todavía se encontraba con su trasero maltrecho. El gordo separó su cuerpo de Mamá y se dirigió a dónde estaba Beatriz, la pobre ya había perdido la cuenta de tantos orgasmos que llevaba. El Borre la soltó de la silla y la lanzó sobre la cama para violarla, ella en ese momento lo único que quería era cualquier palo para matar esa sensación que la quemaba por dentro.

Sólo al quitarle la cinta de la chocha, con la sensación del pegamento Beatriz se vino de una forma espectacular haciendo que se botara el aparato de su interior, y con ella varios chorros que parecían orines pero no, eran más que sus propios jugos viniéndose en un espectacular orgasmo que parecía no tener fin, ya que se retorcía cómo si le estuvieran pasando corrientes eléctricas.

- ¡Aaahhhh!!, ¡Ahhhhh!! mete, metemelaaahh ya, ya ¡porfavorgghh!!

- ¿Que dice, Señora?.. no, no le entiendo, ¡Je je je..

- ¡Méteme tu verga, animal.. ¡Aahhhh!! ¡No aguanto más, necesito tú.. tú..

- ¿Mi que, Señora?.. ¿que ocupa de mí? ¡Je je je je..

- ¡Tu verga!! ¡Tú tranca gorda y dura. ¡Métemela ya cabrónnn..!!

- ¡Je je je.. ¡Vaya con la chichona.. ya ve, que le cuesta sacar a la puta que lleva dentro ¡Je je je je..

Con su mano agarró su gran miembro y la fue dirigiendo a su vagina, en una fuerte estocada se la sambutió hasta dentro, ayudado por los propios fluidos. No paró hasta que sus testículos chocaron contra los labios vaginales. Luego de ese momento comenzó a estocarla fuertemente, en seco largos y fuertes sacudones contra el pobre cuerpecito de Beatriz, que lo único que hacía era balbucear puros quejiditos de satisfacción.

La pobre era arremetida cómo una muñeca sin contemplaciones. El gordo se cansó de esa postura y la volteó fácilmente poniéndola de perrito al igual que tenían a Mamá. Las pequeñas caderas de Beatriz eran sujetadas por las callosas manos del negro que la movían fuertemente para chocarlas contra su pelvis, fueron más de 15 minutos que la pobre fue arremetidas a cuatro patas sin contemplaciones.

Poco a poco se iba cansando de los brazos ya no aguantaba estar sosteniendo su cuerpo, entonces en una de las fuertes acometidas del sujeto, sus manos se vencieron y quedó con su cara sobre la cama, lo que para su desgracia dejó su trasero enteramente expuesto a su violador, él cuál sin perder tiempo introdujo alguno de sus dedos dentro de su ano.

De inmediato la pobre sintió un insoportable dolor que la hizo despertar del trance en el que estaba, la pobre parecía despertar de un sueño porque abrió los ojos y empezó a voltear para todos lados, al ver que estaba a cuatro patas y con el gordo metiéndole un par de dedos en su ano empezó a gritar:

- ¡AAAHH!! ¡NOO! ..espera, espera. ¡Nooo, otra vez no, espera ..¡AYYY!!


Su llanto era continúo, su ano no estaba recuperado de la enculada anterior, entonces de pronto el gordo sacó sus dedos del culo, al tiempo que su miembro lo afianzaba. Ella se quedó paralizada, aterrada ya que se imaginaba lo que le vendría en unos segundos. Sintió un terror indescriptible en ese momento, poco a poco comenzó a sentir cómo las carnes de su trasero se distendían por esa verga. Tal y cómo lo pensó, fue bien doloroso, pero un dolor insoportablemente, algo jamás sentido en su vida, sintió cómo ese miembro llego a hundirse hasta la mitad de su ser.

Ella no podía gritar de dolor, sólo abría la boca pero sin poder sacar un ruido y de pronto, de pronto sintió cómo el gordo dejaba caer todo el peso de su cuerpo y terminó de enterrar de una sola vez su miembro en su trasero. Ella con lágrimas a más no poder emitió un fuerte grito de dolor:

- ¡AAHHHHUUUUUUUU!!

El dolor la inundó, era insoportable, le pedía piedad y cosas por el estilo, pero sus gritos parecían sólo incentivar sus embistes, que rápidamente fueron frenéticas puñaladas contra su cola, eso la hacía seguir gritando:

- ¡DUELEEEEEE!... ¡AAAAAHHHH!! ¡Para, para ..¡Para CABRÓN!! ¡Me Duele! ..¡AAARGGHHH!!

Sus estocadas eran salvajes y el gritaba de placer también diciendo:

- ¡Ufff!!, ¡ufff..!! ¡Que culito más rico, pendeja.. ¡Eso, así, comételo todo, ¡Ufff!!, ¡uff!!.. ¡Toma puta.. ¡siente cómo te rompo toda..

La pobre sentía que la partían, tanto que ya se encontraba ronca de tanto gritar. ¡No podía creer que ese gordo asqueroso estaba rompiéndole la cola salvajemente a la Mamá de Randy!. Algo de satisfacción se me figuró en el rostro, la Madre de ese desgraciado fanfarrón estaba siendo sodomizada por mi culpa.

El sujeto la mantenía bien agarrada por las caderas con fuerza e imponía su fuerza y poder. El sujeto la estaba gozando sabiendo que la tenía absolutamente impotente entre sus manos, y la estaba gozando a voluntad. La pobre casi perdía el conocimiento del dolor, sentía que estaba a punto de morir de dolor. Cuando de pronto el sujeto saca su miembro de un tirón haciéndola gritar de dolor y alivio. Rápidamente en un movimiento fugaz, le da vuelta y se pone sobre ella, a la altura de su rostro, masturbándose y empieza a acabar en su cara, su asqueroso semen salía a presión, cayendo sobre su frente, boca y pelo, era terriblemente humillante.

Luego comenzó a pasar su miembro por sus pechos mojándolos con lo poco que le quedaba, mientras que gemía de gozo y decía:

- ¡Ohhhhhhhhhhhhh!! Qué bonita se ve así.. toda llenita de mí, ¡Je je je.. Parece mentira que te acabo de culiar, me dejaste seco pendeja ¡Je je..

Ella sólo lloraba completamente humillada, sabiendo que él tenía razón, parecía mentira cómo una mujer cómo ella había caído en las manos de un tipo tan depravado, asqueroso y sucio que sólo quería violarla por todos lados y lo peor es que lo había logrado.

La habitación era un verdadero campo de batalla, cuerpos desnudos y sudorosos por todos lados, el aroma que había ni me lo quería imaginar, era extraño ver cómo dos hermosos cuerpos cómo los de mi Madre y su amiga se encontraban revueltos con esos asquerosos sujetos. Uno con su huesamenta negra y el otro con su barriga prominente que se movía de arriba hacia abajo síntoma del gran cansancio, pero es que se me hacía imposible ver el aguante de éstos tipos, y cada vez que eyaculaban soltaban grandes chorros de leche, sus testículos parecían máquinas de hacer leche, pero por ahora todo estaba en calma.

Mamá terminó hecha bolita sobre la alfombra, la pobre Beatriz quedó debajo del Borre totalmente embarrada de lefa, el negro se quedó con una pierna de Beatriz sobre su pecho, parecía una bacanal entre tanta carne.

Yo por mi parte ya me había desecho el pene a pajas, quedé al igual que ellos completamente agotado, para mi suerte yo ya había acomodado todo en el closet para dormir si en caso de que ellos lo hicieran, así que sólo apagué mi laptop y me quedé completamente dormido.


No sé cuánto tiempo habría pasado desde que me quedé dormido, tal vez una hora o tal vez tres, eran cómo las 4 de la mañana cuando escuché un fuerte grito de Beatriz, más fuerte que ninguno. Rápidamente me levanté para ver que sucedía, cuando encendí el monitor vi a la pobre boca abajo con las piernas juntas y al Borre dándole por el culo con una velocidad tremenda. Era terrible cómo le daba y en cada enterrada ella gritaba “¡AAARRGGGHHHH!!” Pero él disfrutaba cada vez más y tomaba más envión para clavarla de nuevo, la cama parecía que se quebraría haciendo un ruido espantoso, el gordo estaba transpirado totalmente colorado y le gritaba:

- ¡Ufff!!, ¡ufff!! ¡Vamos, para bien el culo carajo.. que te quiero romper toda, puta.

Ella lejos de quejarse por la forma en que él la trataba, levantaba más la cola, no sé si por el miedo a ser castigada o porque en verdad ya le estaba gustando, pero ahora ya no rezongaba. La tuvo mucho tiempo embistiéndola fuertemente contra su culo, hasta que acabó de nuevo y la sacó, gimiendo fuertemente. La pobre gemía aliviada, ¿no sé cómo resistía?

El Borre se levantó y cayó fatigado a su lado, yo supuse que ya era todo y dormirían, pero cuando él se estaba recuperando, el Tito se levantó, y le dijo:

- ¡Ya.. ¿eso es todo? No compadre, para eso me despertó.. ya está usted viejo, ¡Ja ja ja..

El Borre sonrió maliciosamente, pero enfadado al haberle tocado su orgullo, y dándose vuelta rápidamente, tomó a Beatriz de la cadera para darle vuelta, para luego sujetarla de los pelos y dejarla en cuatro patas. Sin nada de preámbulos, metió todo su miembro en su interior y empezó a moverse salvajemente, haciendo crujir increíblemente la cama. La pobre intentaba mantenerse y trataba de escapar, su cola estaba muy adolorida, mientras que gritaba desaforadamente y buscaba aire, sus manos comenzaron a intentar manotear al gordo, cómo intentándoselo sacar de arriba mientras que le decía:

- ¡Pará.. ¡Pará, ya por favor.. ¡Basta CABRÓN! ¡AYYY!! ¡Más despacio, me estas... me estás partiendo ¡ARRGGHHH!!

Pero el gordo estaba enceguecido con su trasero y parecía que se lo taladraba. Ella temblaba y su cara de dolor era apreciable, gemía y lloraba del dolor que era sometida.

- ¡Arrgggghhhhhhh!! ¡AAYYY!! ¡Me vas a partir.. ¡Para, para Cabrón me rompes, ¡AAAYYY!!

El Borre seguía transpirando y acelerando cada vez más su ritmo, lo que hacía que el cuerpo de la pobre Beatriz fuera y viniera a un compás salvaje, sus pechos se sacudían fuertemente, el gordo se subió un poco más arriba de ella para alcanzarlos con sus manos a la vez que seguía montándola, mientras que le gritaba casi al odio:

- ¡Ufff!!, ¡uff.. ¡Esto es lo que quería compadre? ..¡Uff!!, ¡ufff!! Me quería ver enojado ¿no?!!.. ¡Te voy a destrozar la cola, puta de mierda.. ¡Eres mi puta ahora..

Y aumentaba el ritmo de su bombeo. La pobre Beatriz no paraba de gritar y entre sus gritos decía casi llorando:

- ¡Noo.. ¡Para yaaa.. ¡Me matas, me matas. ¿Porque a mi nomás? ¡AYYY!! ¡Denle a Mónica también, ¡AYYY!! ¡AYY!!

Yo me quedé helado al escuchar eso de Beatriz, quedé una sensación de intriga, la muy desgraciada quería que lastimaran a Mamá. Ella la miró con cara de desprecio, creo que con todo esto que ha sucedido ya no serían las mismas amigas de ahora en adelante.

Seguí observando, y la desgraciada gritaba ante cada embiste brutal del gordo. Él la agarraba de los pelos y la hacía atrás, los gritos y gemidos de la pobre debían oírse en toda la cuadra casi, sudaba mucho también y se aferraba a las sabanas con fuerza, resistiendo la brutalidad de la penetración que sufría, porque el Borre casi saltaba arriba de ella, haciendo que la cama hiciera unos ruidos infernales.

Entraba y salía su miembro de ese pequeño trasero y ella lo apretaba más, para no recibir más, no sé cuánto tiempo estuvieron así, hasta que al Borre le estaba llegando el momento del clímax. Ella ya no lloraba, sus ojos los mantenía cerrados, la cabeza a un lado, las manos hacía sus costados, totalmente fatigada, su cuerpo se había desplazado casi al otro lado de la cama. Entonces, tal como se la había metido, le sacó la gran verga, se sentó sobre sus pechos y sosteniéndosela con una mano se corrió nuevamente sobre su rostro.

La corrida era enorme, gran cantidad de leche mancharon sus ojos, sus labios, su pelo y parte del cuello. Pude observar cómo el culo de ella, ya sin el nabo, sufría contracciones y movimientos involuntarios, reflejos producto de la intensidad de la penetración y las increíbles sensaciones que debería estar experimentado. Antes de que hubiera acabado de correrse intentó penetrarla en la boca, cosa que le costó trabajo porque aunque ella, sumisa y entregada, no hacía nada especial por evitarlo, las dimensiones del pene lo dificultaban. No obstante, dentro le echó los últimos golpetones de leche que ella atragantadamente ingirió. Después se echó a un lado y acariciándose la verga quedó a un lado de la cama nuevamente fatigado.

- ¡Eso Borre.. así coge mi compadre. Todo un semental con las viejas, ¡Ja ja ja..- lo celebraba el negro.

Estos asquerosos sujetos no me dejaban ni dormir y ni se diga a las pobres Señoras, para mi suerte y la de ellas los tipos quedaron nuevamente dormidos, pensé que ya sería todo, que por la mañana se irían, así que acomode mis piernas entre las cosas del armario y me quedé bien dormido nuevamente, pensando que ya muy pronto todo esto acabaría, ¿o no?..


Como a eso de las 9 de la mañana me despertó el sonido de la ducha, creí que los desgraciados se bañarían para irse, y para constatarlo volví a encender mi laptop y coloqué la pantalla hacía el baño de mi Madre, cuál fue mi primera impresión al ver al gordo monigote del Borre bañando a la pobre Beatriz. El infeliz la enjabonaba por todo el cuerpo recorriéndola con sus gordas manos.

La pobre estaba humilladísima, nunca imagino ser duchada por un sucio gordo cómo ese. El sujeto le abría las piernas para pasar el jabón por su intimidad, luego le dio la vuelta y la empino hacía adelante, la pobre tuvo que sostenerse de una de las mezcladoras para no caerse. El Borre le abrió las nalguitas para comprobar la dilatación del ano y es que con la tremenda enculada de la madrugada el tipo dudó en haberla lastimado, pero ahora había amanecido más cariñoso, además Beatriz había dejado de ser a aquella tipa grosera y altanera, creo que no había duda, el desgraciado panzón la había domado.

- Haber, Mamitas.. pónganse muy monas con las ropitas que compraron. Las queremos ver bien guapas y elegantes, ¡Je je je..

Y era cierto, Mamá y Beatriz acababan de llegar de compras cuando fueron sorprendidas, ahora estos desgraciados querían que estrenaran sus ropitas con ellos. Para la mala suerte de las pobres Señoras varias de las prendas eran puros calzoncitos y bikinis, habían comprado casi pura lencería y prendas para tomar el sol, los tipos escogieron que calzones usarían y a ellas las dejarían escoger los vestidos.

Para Mamá le escogieron unas braguitas negras trasparentes igual que el sostén, con un vestido de tela elástica muy corto que marcaban todas sus curvas, querían que anduvieran con las nalgas bien marcadas, una minifalda de noche con un bonito escote de cintura ceñida que muy pocas veces le había visto que se lo pusiera, que le quedaba de infarto con su pelo rubio y ondulado.

Para Beatriz, le escogieron un conjunto de lencería en color rojo con liguero de holanes a los costados, con bragas amplias que tapaban su trasero, de momento se sintió aliviada porque a cómo traía el culo no creo que soportara una tanga de hilo rosándole el trasero, lo malo fue que entre todas sus compras no había comprado vestido y los de Mamá no eran de su talla, tuvo que soportar andar solo en lencería. El desgraciado del Borre con unas tijeras le cortaron una línea en el trasero de sus bragas haciendo que si se agachara está se le abriera y mostrara sus encantos.

A pesar de lo que significaba estarse vistiendo para esos desgraciados, las dos se miraban hermosísimas, se les denotaba la clase y la elegancia. Bajaron nuevamente a la cocina, necesitaban recuperar energías, la verdad ver las cosas así resultaba muy extraño, unas elegantes Señoras de clase alta eran acompañadas por dos cerdos encuerados, uno con pansa prominente y el otro un costal de huesos. Los tipos se sentaron alrededor de la mesa cómo invitados, mientras Mamá les preparaba algo rápido, yo por mi parte me moría de hambre, ya llevaba varias horas metido en el closet, sólo había guardado galletas de energía y jugos, cómo pensaba que sólo duraría esto un día, mis provisiones eran un poco escasas, rogaba porque ya todo acabara.

Las dos Señoras estaban alimentando a esos cerdos cómo si fueran sus maridos. Cuando en eso el Borre llama a Beatriz:

- Hey, tetona.. ven para acá.

Ella creyó que la llamaban porque ocupaban alguna bebida o algo, pero al llegar lo que escuchó la dejó perpleja:

- Haber, Mamacita.. quiero que vuelvas a colocarte el dispositivo vibrador en tu cosita. Te quiero al 100 porque te quiero coger hasta reventar.

- ¡Queeé.. P-pero.. ¿pero porque a mí? ..otra vez, nooo. Le toca a Mónica, ..a mí ya me dieron ayer toda la noche.

- ¡Beatriz.. ¡eres una desgraciada.- decía Mamá furiosa.

- Ya sé, ¡Je je je.. les propongo algo.. así no se pelearan. Mientras nosotros comemos las dos nos chuparan nuestros nabos, la primera que nos ordeñe el nabo ganara y se salvara de ese aparato. La que pierda se meterá este tapón en el culo y el dispositivo electrónico en la chocha ¿qué les parece? Je je je..

- ¡Ja ja ja.. ¡Eres único, compadre.. ¿qué esperan, Mamitas?, ¿se quieren salvar o no? ¡Ja ja ja..

Mamá y Beatriz se voltearon a ver, y cómo desesperadas se metieron bajo la mesa. Las dos Señoras de clase se tropezaban y se empujaban para llegar primero a su nabo. Cuando estaba colocadas cada una con su respectivo ariete, se vieron con enojó, parecían unas chiquillas jugando a vencerse una a la otra. Cuando cada una lo tenía en la mano y con su boca abierta para empezarlo a mamar las detuvieron:

- ¿Y la comida, Señoras?.. ándenle, primero atiendan a sus machos y luego se deleitan ustedes, ¡Je je je..

Las pobres salieron de la mesa sonrojadas, no tenían cara para verse una a otra, pero no había de otra, había que rebajarse para no sufrir tremendo castigo. Mamá les sirvió dos platos de lasaña, mientras Beatriz acomodaba los cubiertos y las bebidas.

- Bueno, ahora si Mamitas.. a desayunar ¡Ja ja ja..- dijo el Flaco rascándose los güevos.

Como desesperadas se pusieron gatas en busca de su nabo, para mi suerte la mesa del comedor es de vidrio así que podía ver claramente cómo se acomodaron las dos Señoras ahí abajo.

Mamá escogió la del Tito larga y chueca, mientras Beatriz la del gordo ancha y cabezona, ambas mujeres acercaron sus labios sopesando esas macizas estacas de carne. Las dos venosas tuberías de carne palpitaban en sus manos sacudiéndose y contrayéndose obscenamente. Mi Mamá se esmeraba lo mejor que podía, subía con sus labios por la larga tubería y le besaba la punta, para volver a bajar y chuparle los oscuros güevos, toda esa tranca era abrazada por las babas de mi Madre. Se escuchó un tremendo “¡SOCKS!!” cuando se sacó la verga de la boca y giró para ver a Beatriz que estaba a su izquierda atragantándose con la verga del gordo.

Beatriz la chupó, ...la chupo de verdad, acogiendo esa gruesa tranca en su garganta, presionando hacía delante forzando la tremenda cabeza a través de las estrecheces de su garganta, ...tragándola, deslizando sus labios a lo largo del mango, sintiendo cómo se deslizaba a través de sus labios hasta que estos presionaron contra el vello púbico, dejando que su lengua chasqueara para acariciar sus pelotas antes de retroceder.. lentamente ..seductoramente.

- ¡Uh que bruta, cómo chupa..- dijo el Borre mirando a su compadre.

Los dos tipos estaban cómo reyes desayunando esa deliciosa comida, chocaban sus copas celebrando su Azaña, mientras miraban atravez del cristal cómo ellas se lucían para satisfacerlos.

- Está vieja sí que sabe cómo chupar una verga, ¡Ja ja ja..- dijo Tito dirigiéndose a Mamá.

- ¡Glogghh! ..¡glaasshhiiiass..- respondía Mamá atragantándose de nabo.

- ¡Uhmmmm!!..- gorgoteó Beatriz mientras retiraba la dura tranca de su boca.

Un hilo de saliva unía sus labios con la parte superior de la verga del Borre. Sin una palabra, Beatriz se volvió y tragó vorazmente la tranca del gordo, meneando su cabeza, sus labios producían ruidos obscenos de húmeda y succión. “¡SHUCKKSS!!, CHOCKSS!!, ¡CHOMPSS!!”

- Oye Flaco.. no creo aguantar mucho. ¡Mira esta perra.. Se está tragando mi nabo cómo una jodida becerra.

Al escuchar eso, Mamá aceleró su cabeza para terminar más rápido su tarea, no podía permitir que su amiga le ganara. Debajo de la mesa era una sinfonía de babas y succiones, “¡SHUCKKSS!!, ¡GLOGGHH!!, ¡CHOMPSS!!” Mientas que por arriba sólo se escuchaban el chocar de sus copas y las carcajadas.


En eso veo cómo Mamá toma la tranca desde el origen, abre su boca y ayudándose sólo con el cuello se empieza a devorar la tranca, esa manguera negra desaparecía en su  garganta, le faltarían unos escasos centímetros para chocar contra la pelvis, sus gestos de asfixia y repulsión salieron a notar, le costaba un trabajal mantenerse así, pero con un movimiento rápido retrocediendo unos centímetros hacía atrás para tomar impulso y mover su cabeza hacia delante la enorme tranca se deslizó por completo.

Mamá quedó varios segundos con toda esa tranca en su garganta, todavía tuvo el descaro de subir su miraba para ver a su agresor atravez del vidrio, mientras lo hacía unas lágrimas corrieron por su mejilla, esto hizo que el Tito no pudiera más y empezara a derramarse en toda su garganta. Mamá no aguanto más y sacó la tranca de su boca recibiendo en su cara tremendos chorros que se le impactaron en la frente y ojos, al mismo tiempo se escuchaba los bramidos del Borre viniéndose sobre la boca de Beatriz.

- ¡Ooohhhh!! Cómo chupa está desgraciada, ¡OOhhh!!- gritaba el Borre satisfecho.

- ¡Aaarrrggghh!! Ni las mejores putas chupan cómo ustedes, Mamacitas.. y se hacían las recatadas, ¡Ja ja ja..- decía el gordo.

Las dos Señoras salieron de ahí abajo y cómo dos esclavas se quedaron paradas para recibir instrucciones. Sus rostros eran diferentes, las dos estaban chapeteadas con sus mejillas llenas de babas, a Mamá le colgaba un coagulo de lefa sobre la frente, la muy cerda ni se había limpiado.

- Bueno, Borre.. creo que ganó la mía, ¡Ja ja ja..- había ganado mi Madre, la cual no pudo evitar una ligera sonrisa.

- Yo creo que fue empate, compadre.. las dos lo hicieron muy bien, ¡Je je je..- dijo el Borre no conforme.

- Pero yo me vine primero.- dijo el negro.

- ¡Ni hablar.. haber tetona, en lo que quedamos. Metete los juguetitos en tus agujeritos.

- ¡Nooo.. p-pero fue.. fue empate. N-nadie perdió. Además, yo me lo tragué y ella no, ¡Mírenla..

Mamá se quedó muda, en su cara aún traía vestigios de la corrida, su amiga la quería mandar al matadero. Una mirada de rabia e impotencia se apoderó de ella, su querida amiga de todos los años la estaba traicionando, creo que empezaba a crecer entre ellas algo de envidias y celos.

- Tiene razón, compadre.. mírela, no tuvo ni el descaro de limpiarse.

- Ni hablar, ustedes ganan.. haber Señora, ya sabe lo que tiene que hacer.

Mi Madre se sintió traicionada, su mejor amiga le había clavado un puñal por la espalda, la pobre tuvo la humillación ante las risas y burlas de por sí sola agarrar esos juguetes para llevárselos a sus agujeros. Primero tomó el terrible dispositivo electrónico lo humedeció con sus labios y lo metió en su preciada hendidura, no era muy grande pero ella sabía de las terribles sensaciones que producía.

El otro le costó mucho más trabajo ya que no tenía dilatado el trasero, frente a ellos pese a la terrible vergüenza que le era estarse metiéndose ese juguete en la cola, miró a su amiga de frente y empezó a empujar con las dos manos ese tapón transparente. La pobre hacía un gran esfuerzo pero su culo se resistía.

- Tome Señora.. no queremos que se rompa el culo. ¡Eso déjenos a nosotros, ¡Ja ja ja..


El Tito le dio a Mamá una barra de mantequilla que les habían dado para que comieran con pan, Mamá tuvo que tragar su orgullo y ante todos la vejación de tomar un trozo de mantequilla para frotarse el ojete. Luego nuevamente levantándose el vestido y hacía ellos tomar el embonador para encajárselo en su bien apreciada retaguardia. La pobre sintió nuevamente cómo ese juguete se amoldaba su orto a ese tamaño, ella ya estaba acostumbrada a él pero en estos momentos no estaba preparada ni excitada cómo para llevarlo.

- Muy bien, vayamos a la sala para estar más cómodos, ¡Je je je..- dijo el Borre con su barriga completamente saciada.

- Usted Señora, tráiganos unas cervezas.

La muy sinvergüenza de Beatriz pasó dónde estaba Mamá y con una sonrisita le dijo que se moviera para poder pasar, Mamá tremendamente furiosa le gritó:

- ¡Eres una desgraciada, Beatriz.. disfrutas esto, ¿verdad?

- ¡Que pasa ahí dentro.. ¿y la cervezas?- gritó el Borre desde el sillón de la sala.

- Lo que pasa, mi amor.. es que no me deja pasar.- le respondió Beatriz al gordo, cómo si este fuera ya su Marido.

- No te preocupes mi amor.. ahorita lo arreglo, ¡Je je je..

El vejete diciendo esto lo último se dirigió a Mamá, para luego de despejarle la cara tomarla firmemente de sus rubios cabellos haciendo con esto que los mirara a ambos para luego solicitarle a Beatriz:

- Ahora mi amor, tírale un escupitajo en la cara para que aprenda, ¡Je je je je..

Beatriz por muy contenta que estuviera igual se la pensó para cumplir con las órdenes del gordo, pero al verse a ella misma en tal situación con el gordo momentáneamente a su lado defendiéndola, con su amiga en las condiciones en que al principio la habían tratado a ella, con el embonador en la cola y el instrumento de tortura por el frente, todo esto fue un verdadero detonante de lujuria para la ardiente Sra Montes de Oca, y abandonándose a todas esas perversidades y sin estar ella acostumbrada a andar escupiendo frunció su nariz y boquita y “Stupsss…!” le mandó un vulgar escupitajo que impactó en plena cara de una quebrantada Mónica Tapia, que aún no daba crédito a lo que acababa de ocurrir.

- ¡Je je je.. así se hace mi amor..- le celebraba su osadía el gordo a su nueva mujer, para luego continuar con los actos de vejación,- Hoy te vengaras de las puterías que sufriste por los juguetes de esta furcia. Mira como lo hago yo..

El gordo a modo de ejemplo junto sus labios hasta hacer temblar sus fosas nasales para darse impulso y le mando un tremendo y asqueroso escupitajo entre amarillento y verdoso que triplicó en cantidad al pequeño escupitajo que le había tirado Beatriz a Mamá, este último dio en plena frente a mi Madre y comenzó a escurrir por entre medio de sus ojos, bajándole por la nariz, bañándole toda la cara y comenzar a gotear por su barbilla.

Beatriz al sentirse ahora del lado ganador y envalentonada por estar haciendo esos demenciales actos degradantes respaldada por su hombre, fue ella quien tomó con sus dos manos el rostro de Mamá para ahora tirarle otro escupitajo que no fue tan abundante como el del viejo pero si más superior del que ella le había lanzado anteriormente.

- ¡Je je je.. ¡Así me gusta mi vieja, que cada vez te pongas más guarra de lo que ya eras, ¡Ja ja ja.. Ahora deja que esta furcia siga recibiendo su castigo y traite esas cervezas a la sala, te daré una tremenda revolcada que capaz y me busques algún día para casarnos, de tanta calentura que te haré sentir, ¡Je je je..

El infeliz gordo antes de regresar a la sala encendió el dispositivo dándole una terrible descarga a Mamá dejándola de rodillas en la cocina, la pobre sentía cómo esas tremendas vibraciones hacían estragos en su interior. Con un descaro la miserable de Beatriz pasó por su lado sintiéndose triunfadora y ya con las cervezas en mano le dijo:

- Con tu permiso, ¡Amiga..

La pobre de Mamá no le quedó de otra que tragarse su coraje y el orgullo, ya que se encontraba en el suelo conteniendo esas terribles sensaciones, creo que estaba viviendo la iniciación de una nueva Beatriz, creo que a ella le gustaba este nuevo jueguito que estaba experimentando, no sé qué era lo que le gustaba más, humillar a su amiga o simplemente era para no ser castigada, pero por lo pronto lo estaba consiguiendo, aunque en su rostro mostraba otro semblante. Se miraba algo contenta, ya no se resistía a nada ni ponía ningún pero, ella totalmente sumisa fue y les entregó la cerveza para luego sentarse entre medio de los dos y ser agasajada, mientras los tipos miraban futbol en el televisor del salón.

- ¿Sabías que la puta de tu amiga tenía tantos juguetitos guardados?, ¡Je je je..- le preguntó a modo de consulta a la ya más degenerada Beatriz mientras le recorría sus redondeces de los pechos, sintiendo y tocándola toda.

Beatriz no paraba de refregarse el cuerpo contra ese gordo con sus ojos entrecerrados y siempre mirando a mi Madre como se retorcía en el suelo con ambos dispositivos en su interior. Pero que desgraciada era Beatriz, ahora entendía porque la arrogancia y la sangre pesada de su hijo, ni se la había pensado mucho para escupirle en la cara a su amiga, a pesar de todo lo que había abogado mi Madre por ella. Pero su cuerpo ya estaba comenzando a responder a todas esas sensaciones que provocaban esos artilugios dentro de ella.

La dueña de la casa quien se mantenía con sus dos rodillas posadas en el piso, con sus carnosos muslos levemente separados y con los ojos cerrados disfrutando de aquellas múltiples vibraciones y la presión que hacía el embonador en su trasero, solo se daba a sentir. Su rostro de diosa griega ahora sutilmente inclinada hacia arriba demostraba que ella ya estaba más que caliente, así lo manifestaban sus cejas fruncidas hacia su frente, y con sus blancos dientes superiores mordiéndose su labio inferior por uno de sus lados. Esto al gordo lo enardecía, por lo que decidió seguir diciéndole guarradas para que Beatriz siguiera sacando ese lado rencoroso y quizás de envidia que siempre le había tendido a mi Madre, pues era más hermosa y siempre llamaba más la atención que ella, quizás siempre había buscado vengarse, pero nunca le había llegado la oportunidad para hacerlo.

- La muy guarra los tenía bien guardaditos en su cajón, ..no dudo que esto es lo que ya andaría buscando desde hace mucho, unas buenas vergotas para ponerse a culear, ¡Je je je..

- ¡Ohhh.. Sii.. q-que ho-rror. Nunca me lo h… hu… biese i… ima… i… ma… ginadooo..- fue lo único que pudo responder entre cortadamente Beatriz cuando la mano del Borre bajó para palparle el chocho, y mirar de reojo el soberbio cuerpo de su amiga en el suelo que no menguaba en sus ondulaciones al estar sintiendo todas aquellas sensaciones.

- Yo tampoco mi puta predilecta.. pero ya le enseñaste a esta furcia para que no deba de andar comprando ese tipo de cosas, si quiere coger que nos hable de aquí en adelante, ¡Je je je.. Ahora que si tú también me hablas, vengo y me las cojo a las dos, ¡Je je je.. ¡Ohhh.. Que babosita tienes la panocha tetona, ¡Mhmm.. Que se me hace te  calienta estar castigando a tu amiga, ¡Je je je..

- ¡Ooh.. hágameloo.. con tal de que no me ponga esos cochinos aparatos, me dan ganas también de hacerlooo…- y lo que decía Beatriz se reflejaba en el sonido que hacían los líquidos entre los dedos del gordo que ya chapoteaban en su vagina.

- ¿A quién te refieres tetona?- al Borre le encantaba hacer hablar a Beatriz ahora que se encontraba en aquellas condiciones de calentura.- ¿Tú no tienes juguetitos en tu cajón?

- Quizás ¡Ji ji ji.. Pero no tantos como esa guarra.. ¡Ohhhh.. Don Borreee.. si no me la mete luego, creo que me sentiré como esa furcia que se está revolcando en el suelo, ¡Aah..- por cada leperada que mencionaba la muy excitada Sra Montes de Oca más se calentaba.

- Dime mi Rey cariño, ¡Je je je..

Mamá en tanto, mientras escuchaba las soeces palabras de su amiga en contra de ella, solo se daba a la tarea de soportar, de estremecerse, de abrir y cerrar las piernas aguantando aquellas sensaciones. En un principio Beatriz lo hacía solo para que el gordo dejara de aplicarle castigos, pero luego de haber superado los traumas que le atacaron por verse violada en múltiples ocasiones por esos desgraciados, ahora parecía ser otra, es más parecía ansiosa porque ese gordo que se denominaba como su rey la tomara como lo había hecho esta madrugada y el día anterior.

Mamá escuchaba todas las humillaciones que estaban hablando de ella, e inconscientemente la iban entusiasmando en la tarea, su rosada hendidura ya no le punzaba sino que ahora eran delirantes aguijoneos que sentía en su interior, anhelaba que se la abrieran y que le metieran algo duro dentro, sumándose a que ahora también veía de lejos sentados en su sofá a su amiga como se repegaba al seboso cuerpo de ese maldito, fijando a veces su mirada principalmente en la vagina escasamente de finos pelitos negros que se llegaban a notarse tan brillocitos que se le veían al estar abierta de piernas, mientras las crudas palabrotas continuaban:

- ¡Si mi Rey, ¡Ji ji ji..

- ¡Ah, ahora entiendo, ¡Je je je.. o sea que ya te están dando ganas de abrirte de patas tu sola?,- el gordo a veces no se la creía de estar en aquellas condiciones con dos mujeres de tan alto status, una retorciéndose por los artilugios en el suelo y la otra más caliente a su lado repagándosele al cuerpo, dejándose manosear por él.

- ¡Siiiii.. pero yo me abro de piernas.. solo para Us.. Usted…!!! ¡Ahhh.. Ohhh…!!!,- gemía una descarada Beatriz al sentir un amenazante dedo del gordo en su orificio anal.

- Para mí, ¡Je je.. ya no vas a estar de remilgosa.. te queda claro pendeja!?, recuerda que solo eres una putilla y que solo sirves para culear al igual que esa otra furcia. ¡Je je je.. Dilooo..!!!!

- ¡Siiiiii.. Mi Rey, soy una putillaaaa.. ¡Shhhhhss.. que solo sirvo para que me cojan..- y mirando hacia donde estaba mi Madre con cara de desprecio.- ¡Al igual que esa otra zorra..!!!, ¡Ohhhhh.. ¡Diossss..!! Hagamelooo, por favor..!!!

- Aun no tetona caliente, ¡Je je je.. me acabas de deslechar en el desayuno.. pero si me mamas la verga mientras dura el partido, en cuanto acabe te lo hago y te dejo bien servida, ¡Je je je.. ¡Vamos en 4 patas putilla.. y quiero que mientras me la succionas no dejes de ver a esa furcia, para que vea que ya eres otra y de lo que se pierde, ¡Je je je..


Beatriz como si hubiese nacido para complacer al aborrecible gordo se lanzó hacia sus bajos como una desesperada, adoptando la posición de 4 patas con la única diferencia es que por ahora ella tenía el privilegio de estar siendo protegida por ese cerdo, y no con el estigma de estar siendo violada como un mero instrumento de carne como si lo estaba siendo Mamá, claro que este detalle no pasó desapercibido en mi Madre, incluso ya hasta la miraba también con repudio, además que la miraba como descaradamente se repegaba a ese horrible viejo solo para ponerse en su contra.

Mamá observó como la descara de su amiga se podía en la posición requerida para ponerse a lamerle las peludas bolas del gordo, agarrar el ancho armatoste y apuntarlo a sus labios, quien ahora lo recibía gustosamente, mientras ella se daba en el suelo a soportar tan desquiciante castigo.

El Borre se sentía en la gloria, miraba como esa mujer que antes lo había aborrecido y menos preciado ahora se daba a la tarea de entusiasmadamente darle unas grotescas succiones a su verga, haciendo sonoros sonidos de fruición al momento que al ir saliendo a la altura del glande volver a tragársela casi por completo. Yo también me encontraba sorprendido, me llamaba la atención de cómo la Sra Montes de Oca estaba ahora tan compenetrada en su tarea, igual se daba a mirarlo de vez en cuando con sus ojos enmelados, para luego cerrarlos, fruncir el ceño y seguir con las grotescas chupadas como si estuviese disfrutando un manjar haciéndolo, mientras mi Madre con sus piernas entre abiertas y con su trasero tallándolo en el suelo por la posición en que estaba, se daba a observar el rotundo cambio en su amiga.

El enardecido gordo solo las miraba sonriendo y con cara de sicópata.

- ¡Así tetas grandes, .. chúpamelaaa.. demuéstrenme que quieres seguir recibiendo la verga de tu Rey por todo el día. Mientras más fuerte me la chupas más me vas a querer.. ¡Je je je..

“SPLASHH!! SPLASHH!,” sonaron las fuertes nalgadas que recibió en cada uno de sus pequeños glúteos en un momento en que el gordo se estiró para soltárselas, pero fue Beatriz que en lugar de quejarse, gimió por las fuertes palmadas, que a pesar de ya estar nuevamente tomando sus tonalidades naturales de la porriza sufrida el día anterior, esta vez pareció agradarle, sumándose a esto que con las ultimas palabrotas emitidas por el aprovechador violador, más fuerte comenzó a succionársela con sus labios bien apretados para demostrarle que lo quería.

Podía ver cómo Beatriz miraba de reojo a mi Madre de una forma extraña, mientras ella se retorcía en el suelo de los tremendos espasmos que estaba sufriendo, al parecer le gustaba verla así, sufriendo, creo que en el fondo la envidiaba, porque en ciertas cosas la miraba con despecho, tal vez porque Mamá era mucho más guapa y llamaba mucho más la atención que ella. Siempre que las dos salían, mi Mamá era la que se miraba más despampanante, lo que notaba era que cuando el Esposo de Beatriz chuleaba a Mamá, ella en cierto modo se encelaba, siempre trató de tener todo lo que Mamá tenía, cambio su manera de vestir para hacerlo cómo Mamá, en una ocasión hasta logró teñirse el cabello de rojo, al verlas juntas decían que parecían hermanas, eso lograba orgullecer a Beatriz, pero ahora en esta ocasión creo que trataba de vengarse, trataba de humillarla porque siempre Mamá fue superior a ella.

- ¡Ya por favor.. apague esto. ¡Ya no aguanto.. me voy a venir, ¡ARRGGHHH!!

Mamá se revoloteaba en el suelo, mientras el tipo veía futbol y disfrutaba de la mamada de su amiga. La muy sinvergüenza de Beatriz ahora si habría las piernas y permitía que el gordo le palpara la vagina, el Borre tomó su mano y se la colocó en el nabo de su amigo.

- Ahí, tetona.. no se la sueltes hasta que despierte. Quiero que se despierte a tope, porque cuando lo haga irá a tronarse a tu amiguita, ¡Je je je..

- ¿Y a mí?, no te olvides mí, amor ¡Ji ji ji..- le soltó la descarada.

La muy cerda estaba en medio de los dos tipos agarrada de las dos vergas, hasta parecía que iba remando, porque hasta ritmo tenía la muy cínica. ¿Pero cómo había cambiado Beatriz de la noche a la mañana?, el día anterior se había defendido con uñas y dientes para no ser violada y ahora hasta parecía darse gusto sobando esas trancas.

Los tipos estaban fascinados viendo el futbol mientras la Primera Dama de sociedad les pelaba la verga cómo vulgarmente se usa. Esos desgraciados nunca se imaginaron que la violación sería así de fácil y placentera, pero ahora hasta con consentimientos propios de las Señoras.

En eso, en el partido se marca una pena máxima en contra del equipo del Borre, el tipo nervioso por la aproximación del gol en contra de su equipo se para frente al televisor quitando la boca de Beatriz, lo que provocó que el Tito despertara y se encontrara a Beatriz agarrándole la verga, el desgraciado aun somnoliento se dio cuenta que su cosa estaba dura y con ganas de acción nuevamente. La agarró de la cabeza para colocarla en medio de sus dos piernas para que se la chupara.

- Haber pendeja ..vémela chupando. Hay que celebrar el gol que vamos anotar, ¡Ja ja ja.. Ni modo, Compadre ..ahí le va el primero ¡Ja ja ja..- dijo al despertarse y ver que su equipo estaba a punto de anotar.

- ¡Pero que chingados.. pinche arbitro pendejo. ¡Eso no era falta.- decía el Borre furioso frente al televisor.

La descarada de Beatriz ni sabía de futbol pero ella iba a celebrar, sin poder decir nada el Tito le dirigió la cabeza hacía su negra manguera para que la Señora se la degustara. Colocada de rodillas sobre la alfombra frente a esa verga larga y doblada el Tito la tomó del tronco apuntándose a la cara. De un bocado se la tragó sin rechazar, la muy cerda ahora engullía esa tranca que un día atrás le tenía un asco.

Ahora no, ahora le estaba sacando gusto, no sé qué paso cuando me quedé dormido pero Beatriz era otra, ahora la devoraba con ansiedad. Comenzó a mamársela cómo sólo ella sabía. Se la iba tragando de a poco, bocado a bocado, cada vez engullendo un poco más hasta juguetear con la lengua los testículos. El Tito pendiente del juego y la chupada, bajó la vista encontrándose con la pobre Señora atorada de verga, con los ojos y la cara enrojecida, el esfuerzo que hacía era considerable, pero lo estaba gozando.

Finalmente se la sacó y tosió un poco, pero sin perder su lúbrica sonrisa.

- ¿Así te gusta, papito?.. cómo está perra te la come.

Yo me quedé de piedra.. ¡no podía creer lo que decía Beatriz!, realmente la brutalidad anal que había recibido en la mañana la había cambiado por completo. Con una sonrisa de Puta se sacaba el miembro de la boca y se golpeaba ella sola la cara, la muy cerda jugaba con ese tronco negro pasándoselo por todo el rostro llenándose de sus mismas babas, y todavía lo volteaba a ver con una sonrisa de puta que no le cabía en el rostro.

- ¡Ja ja ja.. ¡Mira Borre.. creo que descubrimos una verdadera zorrita glotona ¡Ja ja ja..

!!!GGOOOLLLLLL...¡¡¡ Gritaban en el televisor.

- ¡Que pendejo el portero.. se tiró para el otro lado.- decía el Borre sin inmutarse de lo que sucedía con su amigo.

- Eso no decía ayer, Señora.. ¿qué fue lo que la cambio?- hablaba Tito con Beatriz.

- ¡Mmmuuaacckk.. ¡Sus cosotas, ..son ¡delichhiioochasss!! ¡MMmmm!!

La muy cerda se había desinhibido y les hablaba cómo una puta, la verdad no sé qué tramaba esa mujer, pero su cambio repentino me daba mala espina. Mi Madre estaba casi desfallecida en el suelo, ya llevaba buen rato convulsionándose. Con el juego los tipos se había olvidado de apagarle el juguete a Mamá, la cuál que ya llevaba varios orgasmos adelantados. La pobre ya ni hablaba, sólo balbuceada palabras cómo “ahí otro, ya no más, por favor, me vengo” y otros que no lograba entender.

- ¡Muy bien mi reina.. pónmelo al tope porque ya quiero encular a tu amiga. ¡Mira cómo se retuerce la desgraciada, ¡Ja ja ja..

- ¡Lo que tú digas papacito.. te la voy a dejar reluciente.

- Y a todo esto, Mamita. ¿Cómo se llama?

- ¡Meammtrimm.. ¡Muuackk!! ¡Aaahh!! Beatriz, cariño ¡Ji ji ji..- logró decir ella cuando se sacó la manguera.

- Mucho gusto, Beatriz.. yo soy el gran Flaco.

- Pues de aquí abajo no estás tan flaco, ¡Ji ji ji..- la desgraciada cínica ya hasta reía con ellos.

- Ay mi reina, chupas delicioso.. pero está leche no es para ti. Creo que tu amiguita la necesita mucho más, ¡Ja ja ja..

- No te la acabes, Papi.. deja algo para mí, ¡Ji ji ji..

- ¡Eres fenomenal.. si así te hubieras comportado ayer, ¡Ufff!!.. Que bien no la hubiéramos pasado, ¡Ja ja ja.. ¡Oiga, Compadre, ¿que escoge panocha o culo?

- ¡Esté.. ¿a cuál vieja le toca?

- ¡A la grandota, Compadre.

- Pido culo, Compadre.. ¡Esa vieja lo tiene enorrrrrme..

Los desgraciados hasta se daban el lujo de escoger el agujero que tronar, esto era demasiado. Mamá ya ni sabía dónde estaba, se encontraba perdida bajo un mundo de orgasmos infinitos, estoy seguro que si le pasaba un batallón por encima ni los sentiría lo aseguro.

- Haber, nalgona, ..tu amiguita ya me puso al 100. ¡Te voy a reventarrr todita ¡Ja ja ja..

Mamá ni lo escuchaba, estaba ausente, perdida en un trance, en otro mundo, perdida sin razón, sus dos agujeros estaban provocándole unos espasmos fuera de este mundo. Tito tomó el aparato para detenerlo, de prisa las convulsiones de Mamá desaparecieron, quedando rendida en el suelo de tanto placer, exhausta sollozaba completamente sudorosa. El negro le quitó la cinta adhesiva de la vagina, provocándole más sensaciones a su irritada vulva.

- Haber, Mamita levántate.

Ya estando de pie el viejo la abrazó por la cintura para comenzar a besarla y a toquetearla con sus huesudas manos alternadamente, se abrazaba al semi desnudo cuerpo de mi Mamy para besuquearla asquerosamente en su boca y con su mano perdida en el chocho, haciendo morbosos sonidos con sus lenguas y salivas, para luego soltarla y hablarle a Beatriz para que se acercara.

Así abrazarla de la misma forma que a Mamá, en donde se besaban de la misma forma acalorada que la anterior. No lo podía creer, ese viejo horrible tenía a las dos a su merced. Por cada cambio de pareja que hacia el conserje la mujer desocupada debía esperar sumisamente su turno mientras observaba como este entrelazaba su lengua con su amiga. Si no supiera que ellas se encontraban secuestradas en mi propia casa diría que se lo estaban pasando de lo lindo, cuando esperaban que les tocara y a la misma vez que ahora eran ellas las que en la ansiada espera se comenzaban a masturbar solitas.

El Tito cuando estaba en un grotesco sobajeo y besuqueo con Beatriz estiró su brazo para atraer a ellos a Mamá. La tomó por su cintura e hiso que ella quedara muy apegada al cuerpo de su amiga, en donde por primera vez ambas sintieron como se adosaban las suavidades de su sudorosa piel, como así mismo sus pechos se empezaron a comprimir entre ellas. Por primera vez ellas no les importaba nada, estaban entregadas y dispuestas a todo, aunque la más nerviosa era Mamá quien se imaginaba y estaba claro para donde pretendía llevar el asunto el asqueroso negro.

- Escuchen bien mamasotas, en vista de lo bien que lo hemos pasado, y en cómo hemos disfrutado nosotros de cada una de ustedes, no es justo que ustedes una vez que nos vayamos dejen de ser amigas, desde ahorita nos van a demostrar lo mucho que se quieren ¡Ja ja ja..

Lo que decía el negro era totalmente absurdo, así lo pensaron ambas Señoras, ¿Cómo era eso de que iban a demostrar cuanto se querían?..

- Don Tito creo que Ud se ha equivocado.. nosotras no..- Mamá quería explicarle que ellas no se atraían de esa forma.

- ¡Nos lo van a demostrar y se acabó..- gruño el viejo, a la misma vez que se las comenzó nuevamente a devorar alternando sus besuqueos una con la otra.

A las Señoras no les quedó más opción que acatar. El triángulo amoroso era de por si grotesco, el negro sacaba su asquerosa lengua para que ambas mujeres así lo hicieran y el resultado fue más que sorpresivo, llevaban varios minutos en que las tres lenguas se batían ferozmente entre ellas, mientras que Beatriz transformada en otra con su mano masajeaban la verga y los testículos del feliz conserje. Este disimuladamente se fue retirando hacia atrás quitando el mismo aquella mano de su verga, hasta que una vez ya separado de ellas. ..

Mamá y su querida amiga quedaron solas y aun con sus lenguas haciendo círculos entre sí, hasta que lentamente y llevadas por esa lujuria que las abrazaba ambas envalentonadas por lo erótico de la situación fueron acercando sus bocas, para que por fin sus labios hicieran contacto entre ellos.. ¡Y lo hicieron.


Mamá y Beatriz se estaban besando efusivamente con sus labios bien pegados y con sus leguas enfrascadas en una lucha que ninguna de los dos se imaginaba. El negro viendo lo concentradas que estaban las mujeres en el lujurioso acto lesbianico, se retiró de ellas y se dejó caer en unos almohadones del sofá y encendió un cigarrillo para disfrutar del espectáculo.

Los dos viejos desnudos observaron con deleite cuando en primera instancia las temblorosas manos de Beatriz fueron las que tímidamente y con delicadeza comenzaron a tocar el suave y curvilíneo cuerpo de su amiga, palpando y sintiendo cada pronunciada curva que ella poseía. Mamá por su parte aunque confundida sabía que esto les debía encantar a esos machos, por lo que no lo dudo para comenzar a hacer lo mismo. Los dos desgraciados chocaban sus tragos viendo como esas dos hermosas mujeres se estaban comenzando a tocar de a poco.

Creo que ni Mamá ni Beatriz lo deseaban, ni nada parecido, era la misma situación la que las arrastraba a lo que estaban a punto de realizar, ambas se querían casi como hermanas, pero lo que ellas sentían en esos momentos era solamente autentica calentura, una excitación sin precedentes por hacer lo que los viejos les ordenara o lo que ellos quisieran de ellas.

Los efectos de las estimulaciones habían hecho muy bien su trabajo en los acalorados temperamentos de Mamá. Una vez que se separaron del ardiente besuqueo en el cual se habían encontrado enfrascadas, fue Beatriz la descarada quien les hablo primero a los viejos:

- ¿Les gustó lo que le hicimos, Papis?..

Ambos viejos estaban bien emocionados, miraron la sensualidad con que Beatriz les consultaba, como a su vez veían a Mamá mirándolo al suelo toda sonrojada con carita de niña buena y con su lengua limpiándose su labio inferior de lo que había dejado su amiga.

- ¡Sii pendeja.. como me calientan este par de putas. ¡Continúen!!…- les vocifero el gordo emocionado por lo que había visto.

Ambas mujeres se miraron nuevamente, hasta que Mamá al sentir sus tetas aplastadas con la de su amiga, y al tener posada su mano en las caderas de Beatriz, instintivamente su cara se le transformo por el deseo haciendo que exquisitamente se mordiera su labio inferior. Beatriz con solo ver aquella mirada y la sexy expresión de su amiga, casi actuó por reflejo. Sus manos que se mantenían en la cintura de su amiga bajaron hasta llegar a sus firmes caderas para continuar un poco más hacia abajo hasta alcanzar al nacimiento de las duras y prominentes nalgas, hasta que se sintió asaltada por los frescos labios de Mamá que no se aguantó de volver a probar su boca con la cual se encontraban manoseándose en forma mutua.

Las cosas ya se habían transformado en algo sin precedentes en la sala de mi propia casa, las grandes damas de alto estatus se besaban en forma sensual y exquisita, las manos de ambas solo se mantenían a la altura de sus caderas, ninguna de las dos se atrevía a ir más lejos, los viejos con cara de degenerados ya empezaban a masturbarse con sumo descaro, hasta que uno decidió que tenía que presionar más para que ellas hicieran cosas que no se atrevían. El gordo como pudo se dio el levantón con una mano en su verga para acercarse a ellas y darles instrucciones:

- Es muy rico ver como se besuquean pendejas, pero ahora quiero que se toquen ahí!..- pero ellas continuaban con su enardecido beso, parecían no escucharlo, el gordo caliente les volvió a gritar,- ¡Vamos quiero que se toquen par de zorras!

El mandato fue tanto que rápidamente la fina mano de Beatriz se despegó de la curva prominente de las nalgas de Mamá para comenzar a bajar en forma temblorosa por las suavidades de su vientre, como a su vez la piel de todo el cuerpo de Mamá se estremeció por completo al sentir aquella suave mano de su amiga que iba bajando por su estómago en franca decisión de tomar posesión de su intimidad, sin separarse de sus labios. Ella cerró sus ojos para esperar a que esto sucediera.

Beatriz consciente de lo que estaba a punto de cometer, fue bajando su mano, a la vez que experimentaba una sensación nunca antes sentida de lo que era tocar a una mujer en esa parte de su cuerpo, hasta que sintió en su propia mano nerviosa que tocaba la curvatura pélvica y los sedosos pelitos casi escasos. Los toco y los frotó por unos segundos hasta que ya sin pensarlo más comenzó a tantear y a explorar aquella jugosa vagina que le pareció estar esperándola.

Mamá al sentir la mano de su amiga que ya la masturbaba tímidamente se separó de los labios y con una viciosa sonrisa ya como de degenerada miró al techo de la casa sintiendo por primera vez y gozando de lo que le estaba haciendo su mejor amiga. Los viejos casi babeaba de lujuria, aun así ellos quería más:

- ¡Vamos nalgona tú también, tócale la chocha a tu amiga..

Mi Madre viendo que ya no había nada más que hacer, y aceptando en darle en el gusto al furioso delincuente llevo su nerviosa mano a la vagina de Beatriz en donde experimento las mismas sensaciones de tocar los pelitos negros de su amiga, comenzando a acariciarla y a masturbarla tal como a ella también se lo estaban haciendo. La escena era enloquecedoramente obscena y morbosa, las dos mujeres que yo siempre consideré como casi perfectas, se besaban y poco a poco se iban soltando en sus prohibidas caricias intimas, ambas se introducían tímidamente el dedo medio sintiendo y explorándose sus vaginas.

Luego de unos cuantos segundos de prohibida masturbación ya se sobajeaban sus intimidades sin ningún tipo de recato, ambas estaban coloradas, con notorios fluidos entre sus dedos que escurrían por los muslos de cada una. En esos momentos cada una de ellas profanaba en forma cada vez más fuerte los pliegues íntimos de la otra, hasta que sin que el gordo les dijera nada lentamente se fueron recostando en medio de la sala para así poder jugar más cómodas, o sea.. las dos hermosas Madres prácticamente se iban a revolcar.

Era Mamá la que en esos momentos estaba más efusiva que Beatriz, siendo que había sido ella la que primero se había atrevido a ir más lejos, pero eso a estas alturas daba lo mismo, el caso es que las dos se encontraban siendo atacadas por un severo ataque de calentura, que las estaba haciendo hacer cosas que jamás se habrían atrevido quizás a pensar.

La Sra Montes de Oca quedó recostada de lado en el portentoso cuerpo de Mamá quien se encontraba puesta de espaldas, Beatriz le lamia el cuello como si realmente fuera lo que deseaba desde hace mucho, ese rico olor perfumado de su piel que tantas veces le había preguntado a ella donde lo compraba ahora le atraían tanto como los dos horribles viejos que la habían transformado.

Fue bajando y lamiendo hasta que nerviosamente se encontró con uno de los pechos de Mamá, puso especial atención en el rosado y pequeño pezón similar al de una adolecente, señal inequívoca que daban a demostrar la verdadera y real firmeza de su cuerpo que tanto le envidiaba.

- ¡Vamos pendeja, ¡Je je je.. Chúpale las tetas a tu amiga..- le ordenaba el gordo ahora parado al lado de ellas y con un mano agarrándose su cosa, la verga le pulsaba rápidamente de arriba para abajo, esto jamás se lo hubieran imaginado.

Las dos damas lo escuchaban, pero estaban como si estuviera en otra dimensión, ambas eran calientes y quizás degeneradas, cuando un macho como estos sabían transportarlas a ese estado en el cual se encontraban, como así también ya veían a esos cerdos como verdaderos machos y únicos dueño de ellas.

Beatriz comenzó a dar pequeños besitos tiernos alrededor del pezón, hasta que no aguantando más abrió su boca y lo succionó entero, empezando a chuparle los senos con ahínco. Se los lamia y los succionaba como una verdadera lesbiana, tal como lo había visto en algunas de las películas. Su lujurioso estado de calentura la invitaban a que siguiera lamiendo en dirección hacia abajo y así lo hiso. Cuando Mamá se percató de eso abrió sus ojos y vio el pequeño cuerpo de su amiga puesto en 4 patas y que ya iba haciendo con su lengua caminito a la altura de su ombligo, una viciosa y nerviosa sonrisa se apodero de su rostro, su cuerpo temblaba de deleitosa calentura.

Mamá sin saber qué hacer, miró hacia arriba para encontrarse con la horrible cara del gordo, como para consultarle instrucciones, y cuando se cruzó con su burlona sonrisa este solamente le asintió como dando su autorización para que ella abriera sus torneados muslos. Ella lentamente se fue abriendo de piernas y recogiéndolas hasta quedar totalmente ofrecida. Beatriz ya estaba a punto de llegar a su ranura íntima.

Beatriz sentía en su lengua la deliciosa suavidad de la piel de su amiga, pasó por el ombligo y siguió cuesta abajo, hasta que por fin supo que estaba solo a milímetros de encontrase con esos dorados pelitos que tantas veces había visto cuando se medían las ropas. Una vez que llegó a ellos se sintió invadida por una extraña sensación de eroticidad, los vio doradamente brillosos y no dudo para olerlos, para frotar su cara en ellos combinándolo con tímidos repasos de lengua que poco a poco se fueron acentuando. El aromático olor a hembra que expelía de esa rosada entrada vaginal la invitaron a acomodarse entre los abiertos muslo de su amiga.

Se ordenó el pelo negro hacia un lado de su cara y siempre puesta en 4 patas, bajó su cabeza lentamente como a su vez fue abriendo la boca buscando el ángulo casi perfecto para que de un puro bocado atrapar en su totalidad aquella enloquecedora abertura intima jaspeada con escasos bellitos dorados, para quedarse pegada a ella y solo moviendo su legua en círculos por espacio de unos segundos.

Mamá cuando sintió los labios y lengua de su amiga pasearse por su intimidad, instintivamente llevó la cabeza hacia atrás empuño el gran tapete que adornaba nuestra sala, como a su vez inclinó más sus caderas hacia arriba, para hacer la unión de boca y vagina aún más completa de lo que ya era. Su cuerpo vibró ante las oleadas de intensos escalofríos que la invadieron, sus piernas se abrieron aún más de lo que ya las tenía, entregándole a Beatriz su zona abierta con una buena cantidad de líquidos que se encontraban en su vagina. Sus delicadas manos se desentendieron del tapete y buscaron la cabeza para comenzar a apretarla con fuerzas contra su palpitante chochito y toda ella estalló en un orgasmo intenso y desencajado.

- ¡Ahh!!.. ahhh!.. Me vengoo.. me voy aaa! ¡Uuuhhh!! ¡Ohhh! Siii.. noo.. no, Bea.. no sigas chu.. pandooooo!,- exclamaba respirando agitada y convulsionadamente,- Que estasss haciendooooo!!, ¡Mmmhh! ¡Me vengo maldición.. me vengo en tu bo.. caaaaaa…!!- gritaba sin dejar de hacer círculos con sus caderas, y con su amiga que aún no despegaba su boca de la vagina fue bebiéndose todo lo que le salía de ella como si fuera el más rico almíbar.

Mamá se sentía culpable ante lo ocurrido y no sabía qué hacer, pero de lo que si estaba clara era que aún seguía sintiendo la lengua de su amiga en un placer desquiciante. El Borre por su parte se daba cuenta que Beatriz a pesar de las contradicciones que provocaba en su amiga no se había despegado ni siquiera un segundo, estaba iniciando otra chupada más profunda que la anterior. Mamá continuaba gimiendo:

- ¡Ohh.. Ahh!! ¡Bea Nooo!!!… uhhh!.. Mmmhh!!

Su cuerpo se estremecía antes las desquiciantes succiones de su amiga, quien de manera extraña y de lo que eso significaba se bebía todos esos líquidos vaginales que salían. Beatriz con los ojos cerrados y respirando agitadamente, con un rostro de verdadera fascinación sexual, con su lengua relamiéndose los labios expresaba lo bien que lo estaba disfrutando. Esta sin dejar de lamerle no le dio tiempo de reacción, apoyó dos dedos en la entrada de su vagina y de un solo empujón se los enterró en el cuerpo de Mamá hasta chocar con el puño. Los ojos de Mamá se abrieron como platos al sentir la violenta irrupción, sus labios temblorosos dibujaron una O de sorpresa, y mirando en dirección hacia sus muslos abiertos de su garganta exhaló un largo y angustioso gemido:

- ¡AAAAAHHH!! ¿Quee.. haces nooooo!!!… nooo..

Los viejos estaban emocionados de tanta perversión, apoyaban las acciones de Beatriz aportando sus impresiones:

- ¡Si tetona.. pero tus deditos no son tan grandes para satisfacer a esa zorra, ¡Je je je.. prueba con este juguetito. ¡Le va a gustar un montón..- dijo el Borre entregándole el temible consolador negro que Mamá siempre guardaba con recelo en su cajón.

Beatriz sin esperar nada más lo tomó con una mano y sacando sus dedos enmelados le mando el juguete de empujón hacia adentro, enterrándoselo casi a la mitad de su longitud. El poderoso y estremecido cuerpo de Mamá ensartada lo aguanto, al mismo vaivén en que Beatriz movía el juguete, ella comenzó a bailar con su cintura y caderas al mismo ritmo cadencioso en que se lo metían y sacaban, ya no pudo hacer nada más que solo gozar!!… estremecerse y gozar.

La dueña de la casa, abierta de piernas al máximo se dejaba arrastrar por los duros empellones que su amiga le daba con su grueso instrumento, se sabía empapada y ansiosa de que siguieran haciéndole cosas, a la vez que se sentía desbordarse de tantos deseos, mientras seguía moviendo su cintura casi como una culebra.

- ¡Ohhhh.. ¡Por dioss.. otra vez, noooooo!!,- exclamó cuando empezó a sentir las contracciones involuntarias de su vagina, las mismas que le anunciaban la llegada de otro potente y desbordante orgasmo.

Gimiendo de placer ella misma se apretaba con fuerza los pechos, estaba tan mojada que ahora su juguete preferido que le metían rápidamente se le deslizaba tan profundamente en su interior con una facilidad increíble. Veía como los dos desgraciados fascinados por lo que sucedía entre esas hermosas Damas se masturbaba con una cara de auténticos degenerados.

Por su parte Beatriz quien disfrutaba como una autentica degenerada con lo que estaba haciendo, se deleitaba ver como su mejor amiga se contraía de placer y que con cada contracción brotaba de su humedad intimidad líquidos que tanto había probado. Mamá tenía el rostro enrojecido, su respiración era espasmódica y sus hermosos ojos azulados habían adquirido un extraño brillo, a causa de tanta morbosidad y excitación sufrida por tanta estimulación.

En un momento dado en que Beatriz  le dejó ensartado el monstruoso instrumento negro en la intimidad de su amiga para descansar un poco, Mamá rápidamente se enderezó arrodillándose, La Sra Montes de Oca quedó sorprendida cuando la vio meter su mano por su vagina y retirárselo empapado de cantidades de fluido, y más consternada quedo cuando ella en forma ansiosa le pidió:

- ¡Tírate de espaldas y abre las piernas..

Beatriz miró el brillo de viciocidad que tenía su amiga en los ojos, en esos momentos se sorprendió, observándola con una mezcla de calentura y fascinación a sus ojos.

- ¡Te he dicho que me abras tus piernas zorra,- le repitió usando un tono de voz más exasperado, producto de lo desesperada y caliente que estaba.

Beatriz obedeció, lentamente fue levantando los muslos y abriéndolos, hasta quedar completamente a disposición de una lujuriosa y exaltada Mónica. Beatriz estaba más excitada, por lo que se quedó quieta y mirándola con las piernas abiertas y expuesta. Los viejos las rodeaban de un lado a otro buscando el mejor ángulo para poder observarlo todo. Sentían unas tremendas ganas de volver a cogérselas, pero aquella ardiente función que le estaban brindando esas dos Señoras desnudas era para no perdérselo. Los desgraciados no estaban dispuestos a perderse ningún detalle de lo que estaba ocurriendo.

- ¡Qué esperas nalgona.. sambúteselo, mira como está esa zorra, ¡Je je je..

El olor a aquellos cuerpos de diosas y a sexo, sumados al alcohol y al sudor de esos cerdos estaban impregnados en aquel lujoso salón de la casa de los Tapia, y parecía que ninguno sentía cansancio ni ganas de acabarlo, todo esto se había salido de control. Mamá observaba a su amiga con los muslos bien abiertos y alzados, sus brillosos pelitos negros de su intimidad la invitaban a devorárselos. Mamá quien ahora mantenía el chorreante dildo negro en una de sus manos, se acomodó de rodillas en medio del cuerpo de la Sra Montes de Oca, temblorosamente lo apunto al medio de la rajita y cerrando los ojos simplemente se lo metió.

- ¡AAAGgggh!.. ¡Mmmhh!!,- gimió Beatriz al sentir el ensanchamiento de su vagina por el grueso dildo.

Los viejos observaron entrarlo hasta más de la mitad, para luego lentamente mi Madre ir sacándolo a centímetros de sus ojos. Se asombró mucho al verlo salir más mojado y brilloso debido a los jugos de su amiga, miró como los labios de vagina apretaban aquella monstruosidad de goma como si no quisiera que se lo sacaran, y se calentó aún más al ver a Beatriz como se mordía el labio inferior, y al tenerla con sus ojos entre cerrados y sus mejillas encendidas. Aun así se lo retiró por completo.

Por mi parte quedé impactado al ver el chocho de la Mamá de Randy totalmente abierto, y con gran cantidad de líquidos que escurrían desde su interior. Mi Madre al distinguir aquel exquisito olor a vagina en su máximo grado de calentura, hizo que instintivamente se lanzara con sus labios y lengua a lamerle la vagina a su propia amiga. No paró de chuparle el chocho hasta que sintió una cantidad de jugos vaginales con que le regalaba su amiga por tan exquisita sensación. Mamá al igual que Beatriz se los bebió todos y hasta la última gota, para luego volverle a meter el consolador en la palpitante ranura, haciendo que la acalorada primera Dama comenzara a gemir más fuerte:

- Aaahh! ¡Uuhhhhhh!! ¡Ashhhh!,- gemía y se convulsionaba la Sra Montes de Oca arqueando su espalda y con las facciones de su rostro contraídos por la excitación.

Beatriz sentía como su chochita se abría al máximo y se volvía a vaciar, su amiga, su mejor amiga se lo metía cada vez más y más adentro, hasta que lo sintió llegar al fondo de su vagina, hasta la misma entrada del útero.

- ¡Ohhhh.. Monyy, siiiiiii!!

Mamá quedó impactada por algunos segundos, era la primera vez en esta maratónica mañana que caía en cuenta de las perversidades que estaban haciendo ella y su amiga, pero debido a la inmensa calentura que la invadía solo se atrevió a decirle:

- ¡Beatriz.. nunca se te ocurra contar.. nada de estooo..- le dijo con voz temblorosa a la vez que miraba a los viejos,- ¡Estos malditos, que nos están haciendoo..- a la vez que comenzaba a meterle y sacarle el dildo en forma más acelerada.

Beatriz notaba como se lo metían hasta topar, para en otras ocasiones girarlo para que se retorciera, su pequeño cuerpo se movía febrilmente, lo sentía entrar una y otra vez. Mamá por su parte se dio cuenta de lo que estaba haciendo, estaba revolcándose con su mejor amiga con su enorme dildo negro, y el solo hecho de saber que ella había hecho lo mismo con su cuerpo le hicieron calentarse aún más, por lo que se dio a enterrárselo ahora más rápidamente. La oía gemir, la veía retorcerse de placer, hasta que ya fuera de sus propios cabales decirle una harta de palabrerías que jamás imaginó decirle:

- ¡Te gusta que te lo metaa.. zorra pervertidaaaaa!!?,- le soltó sin dejar de meter y sacar.

- ¡AAARGGHHH.. ¡Siiiiii.. ¡Massss… más rápido putaaa!!… muévelo más rápidoooo!

Lo que escuchaba por parte de ellas dos jamás lo escucharía en la vida, ¿en que se habían convertido mi Mamy y su amiga?, las blasfemias de ambas Señoras no tenían explicación:

- ¡Asiiii?.. así te gusta descaradaaa!?,- le preguntaba Mamá jodiéndola con más rapidez que antes.

- ¡Siiiiiiii!! Cógeme así putaaa!! Métemelo hondo, como a ti te gusta zoraaa!

El cuerpo de Beatriz se tensó, su espalda se arqueó sobre el suelo y sus ojos se cerraron con fuerza, a la vez que estiraba y encogía los muslos como si verdaderamente estuviera apareándose con un hombre. Mamá miraba extasiada como su amiga se venía en un fuerte orgasmo justo al frente de ella, le veía la vagina toda empapada producto de las secreciones de fluidos que ella soltaba y que a la misma vez le salpicaban la cara.

Su excitación era a tal grado que ni se dio cuenta que ella misma se estaba meando producto de la intensa calentura jamás vivida, sentía en sus muslos como corría aquel amarillo liquido el cual formo un inmenso charco en el tapete, el cual Mamá siempre cuidaba pero a esta vez no le importaba, sus fosas nasales se le habían tapado y debía respirar por la boca para no ahogarse, mientras una desconocida Beatriz seguía contorsionándose debido a las sensaciones eléctricas y convulsiones que habían atacado todo su sistema neurálgico, fue un orgasmo espectacular.

Cuando Beatriz por fin dejó de venirse quedó con todo su cuerpo tembloroso y tirado sobre el piso, sus muslos aún continuaban abiertos. Mamá tan temblorosa como su amiga le fue sacando lentamente el dildo desde el fondo, se lo retiró despacio, y lo vio salir brillante y reluciente a causa de lo mojada que estaba su amiga. Lo que más me dejó helado fue cuando comenzó a lamerlo como si la porra fuese un rico helado.

Beatriz con los ojos cerrados siguió permaneciendo con sus piernas abiertas, y con una viciosa sonrisa de placer recién saciada en los labios. Las dos soberbias Señoras se miraron a los ojos fijamente, estaban con sus cuerpos sudados y mojados de sus propios líquidos vaginales y de otras cosas, que ya se habían entremezclado y que morbosamente bañaban y aceitaban sus tremendos cuerpos que aún se mantenían deseosos de seguir probando.

- ¡Hijas de la chingada.. que buen revolcón se acaban de dar, nos han puesto como burros.- dijo el Tito exaltado.

Este agarró a Mamá de los hombros y ayudándola a ponerse de pie, la besó con fuerza, sujetándola de sus protuberantes par de nalgas y apretándole las tetas, más que pasión parecía brusquedad. La colocó con las manos sobre el respaldo del sofá y, despacio y por detrás, se la sambutió sin contemplaciones sacándole gemidos a mi Madre.

- ¡Aaahhhh!! ..¡Siiihhhh!!- exclamó ella al sentir esa gran barra atravesándola despacio pero sin detenerse, sintiendo cómo la abría desde adentro y hasta el fondo.

- ¿Así te gusta verdad, Mamasota?- ella seguía jadeando, ya había comenzado empujar hacia atrás también.

- ¡Ssiiihhh!! Me.. Fascina ¡Aaaahhhh!! Así te siento entrar hasta el fondo, Cabrón, ¡Me vuelves loca..- decía Mamá totalmente desbocada.

¡Pero que chingados les daban éstos tipos a Mamá y a Beatriz para haberlas cambiado de esa manera, ayer las violaban a pesar de sus forcejeos y gritos, pero ahora ellas mismas pedían ser ensartadas.

- ¡Dios mío, qué rico, qué sensación.. ¡Aaaahhhhhh!!- gritaba mi Madre estremeciéndose.

- ¡Ufff!!, ¡uff!.. ¡Me aprieta delicioso con tu chocha, Señora, ¡uff!!, ¡uff!!.

En eso se escuchó en la sala un sonido que provenía de uno de los pantalones de los agresores. “¡RIIINNGG!! ..¡RIIINNGG!! ¡RIINNGG!!”

- Creo que es tu teléfono, Compadre.- el Borre se lo dio al negro que tenía a Mamá de estocada en estocada.

- ¡Ufff!!, ¡uff!! Esté ..sí, bueno.- el hijo de puta estaba gozando partiendo a Mamá mientras recibía una llamada telefónica.

- ............... .............. ................

- Este, ¿qué paso carnal? ..- respondió entre jadeos.

- ......... ..... ..............

- ¿D-dónde? ..- al parecer era un pariente de ese desgraciado.

- .................... .............. ................

- Sí, yo aquí.. disfrutando de lo lindo, ¡Ja ja ja.. ¿porque?- el maldito presumía su hazaña y aceleraba sus estocadas.

- ........... .............. ..............

- Uuyyy.. carnal, si supieras cómo lo estoy gozando, ¡Ja ja ja..

- .......... .............. ................

- ¡Que! ¿dónde? ..

- ....... ...... ................

- ¡Ja ja.. ¿Te acuerdas de la casa enorme dónde te dije que vivía una preciosidad?.. ¡Pues aquí estoy, como la vez, ¡Ja ja.. y no sabes a quién tengo debajo, ¡Ja ja..- el desgraciado ya había venido a la casa para vigilar a mi Madre. No cabe duda que me había engañado.

- .................................... ...... ................

- Pues cómo quieras.. ¡Va..

El tipo volvió a lanzar el celular al sillón y volvió a la carga sobre mi Mamy, la tomó de la cintura con sus dos manos y le gritó con furia:

- ¡Te voy a partir en 2, Mamasota..

Y empezó a embestirla con fuerza, clavándosela con dureza todo lo que le entraba. Mamá mordía el respaldo del sofá y pegaba berridos con fuertes jadeos, estaba extasiada, al mismo tiempo ella continuaba empujando hacia atrás para recibirlo todo. La tomó del pelo y le jaló la cabeza hacia atrás. Ella lo besaba y sacaba la lengua para que él se la chupara, parecían dos anímales copulando con fiereza.


Esta vez duraron más tiempo en esa pose, el negro logró controlar el inmenso placer que la perra de mi Madre le brindaba y el deseo de eyacular, ella gozaba intensamente sin parar. La vi voltear a verlo, con la cara congestionada de placer y una expresión nueva que no le conocía. También volteó a ver a Beatriz que se quedó inerte viendo la acción, y con una sonrisa siniestra le dio entender que podía gozar más que ella.

- ¡Aaahhh!! ¡Aaaahhhh!! ¡Ooooohhhh!!- chillaba de placer Mamá, totalmente enloquecida y bañada en sudor.

- ¡Tómala mamasota.. ¡Ufff!!, ¡ufff!! ¿Así es cómo te gusta? ¡ufff!!, ¡ufff!! Además, espero y no les incomode.. invite mi hermano a nuestra fiesta, ¡Ja ja ja..

- ¡Másss.. ¡Maaaásssggghh!! ¡Cógeme más fuerte CABRÓN!! ..que me muero de ganas. ¡Si invitaloooo ¡Arrggghhh!

Y finalmente acabó por enésima vez este día.

- ¡Aaahhhh!! ¡Aaaaaauuuggghhh!! Invítalo si tiene la verga cómo tú.. que vengaaaa ¡Arrrgghhh!!

Mi Madre alcanzó un fuerte e intenso clímax que casi la hace perder el equilibrio y caer al suelo, si no fuera porque el Tito la tenía bien sujeta de las caderas y no hizo que se moviera. La colocó de costado en el sofá, dándole la espalda con su redondo y perfecto culo totalmente expuesto, mientras ella recuperaba la respiración, este desgraciado tenía un aguante impresionante, tenía su verga al tope. En voz baja le preguntó si se sentía bien, que si quería descansar un poco y luego seguir, pero ella nos sorprendió a todos con su respuesta:

- ¡A la mierda con descansarrr.. ¡Dame duro sin pararrrr.. ¡Nooo, mejor ábreme el culo.. ¡Prepáramelo porque quiero que me lo rompasss..

Mamá estaba convertida en una reverenda puta, se mostró cómo todo lo contrario a una dama y no tuvo la menor intención de detenerse. Con su cuerpo sudoroso y agotado miraba a su amiga que estaba estupefacta tras su actitud. Las dos amigas descaradas tenían un jueguito morboso de quién se apareaba mejor con su captor. La puta de Beatriz volteó a ver al gordo y le dijo enfurecida:

- ¡Y tú qué esperas para joderme cabrón.. ¡Deja ya ese estúpido juego de pelota y lléname los huecos...

Debía de estar realmente molesta la descarada Sra Montes de Oca para atreverse a decir algo semejante. Tenía que estar realmente muy fuera de sí para atreverse a decir semejante cosa. El gordo ni reparó en ello, lo digo más que nada porque le faltó tiempo para aceptar la invitación de Beatriz. No hace falta ser muy listo para adivinar lo que el Borre tenía en mente en ese momento. Esto era lo que realmente querían desde que habían llegado, tenerlas así, calientes y probar todos sus agujeros. Al parecer, ahora las dos tenían una extraña competencia. Sentían celos una por otra.

El cuanto el Borre se le acercó, Beatriz se lanzó de inmediato sobre su verga. Los ojos le brillaban enfebrecidos, y una amplia y picarona sonrisa le iluminó el rostro sonrojado. Desde luego el gordo no estaba para perder tiempo y no lo perdió, se alejó y entendiendo de que se trataba se sentó sobre el sofá frente a mi Madre y el negro para competir.

Con agilidad felina, Beatriz se colocó a horcajadas encima del gordo y se la enchufó entera de un golpe. Fue demasiado rápido, la Mamá de Randy ya estaba cabalgando sobre la verga de su captor. Ambos gimieron con lujuria, estaban muy calientes. Lo normal en el caso de Beatriz, llevaba un buen rato viéndolos coger sin que nadie la atendiera como era debido.

Se puso a saltar sobre el gordo como una posesa. Se olvidó de todo, del rapto, de cómo la habían castigado y humillado, se dedicó a buscar su propio disfrute sin importar quien fuera. La descarada chillaba a pleno pulmón y movía las caderas con afán desenfrenado. El orgasmo no tardó en llegarle. El último jadeo se transformó en un agudo alarido incomprensible de satisfacción sexual. Se aferró a la espalda ancha de su captor como si temiera que pudiera escapársele de debajo de ella. Sus caderas se convulsionaban presas de infinitos espasmos.

- ¡Oh por diosss.. Me estoy viniendo de nuevoohhh!

- ¡Je je je.. ¡Claro que si pendeja, ..mójame los pelos de la verga con tu zorra, ¡Je je je..


Las dos Señoras que yo tenía en un pedestal por finas y elegantes no eran más que dos zorronas con ropas caras, las muy guarras estaban jugando a ver quién era más guarra, quién podía mejor satisfacer a su hombre, aunque no les importara ya que esos mismos tipos fueran sus captores y fueran asquerosos.

Luego de lanzar una carcajada, el Tito se inclinó sobre el voluminoso y perfecto culo de Mamá, le separó las nalgas para llegar con más facilidad a su objetivo y comenzó a pasarle la lengua por encima del ano, una caricia que a ella le encantaba, la volvía loca. Automáticamente mirando a su amiga se sujetó los senos y empezó a restregárselos y apretarse los pezones, gozando de la lengua que recorría esa íntima parte de su ser, en ese delicioso beso negro.

Beatriz, desesperada porque su amiga le llevaba camino recorrido, fue ella la que se le bajó del gordo poniéndose de rodillas frente a su tranca.

- ¡Dame tu verga cabrón, la necesito..- casi le imploraba Beatriz.

Para ese momento ya me quedaba claro lo muy putas que eran estás dos. Beatriz empezó una mamada muy esmerada, chupándole apasionadamente el glande cómo si fuese una paleta, succionando con ganas de hacerlo enloquecer mientras la acariciaba con la lengua. Sostenía esa verga gruesa sujetándola fuertemente del tronco con una mano mientras que con la otra le acariciaba y amasaba delicadamente los güevos, redondos, pesados y peludos, tan portentosos cómo la verga que llevaban por arriba.

Al Borre se le cerraban los ojos, embriagado del inmenso placer que ella le hacía sentir, se esforzaba en mantenerlos abiertos y contemplar en primer plano esa experta boquita regodearse con su gruesa estaca. Lo vi dar respingos varias veces, luego caí en cuenta que ella le estaba acariciando el culo con la mano de los testículos, seguro que nadie le había hecho esa caricia antes. Realmente Beatriz se estaba dedicando y lo estaba disfrutando, pues aunque tenía la boca llena, podía distinguir claramente la gran sonrisa que dibujaban sus labios al saberse capaz de enloquecer de placer a su hombre. Incluso la vi darle una mamada profunda varias veces, de esas que sólo las putas pueden dar, tragándose ese gran mástil de carne hasta la base y metiéndosela hasta la garganta.

En una de esas grandes mamadas se sacó la verga de adentro enrojecida y lagrimeando.

- ¡Cógeme ya cabrón.. cómo tú sólo sabes.. ¡Déjame inválida, no me importa pero móntame ya con tu palo.

El Bore a su modo la tomó de los pelos casi haciéndole daño y obligándola a levantarse si no quería perder la cabellera.

- ¡Ven aquí tetas, que te voy a dar lo que tanto ayoras ¡Je je je..

La puso tras el sofá individual y la tumbó hacia delante quedando su terso y precioso culo ante sus ojos y la mitad del cuerpo tumbada sobre el sofá. Le comenzó a dar palmadas en las nalgas, fuertes y a masajearlas separándolas, viendo como sus fluidos de la pasada corrida caía entre sus muslos. Las separaba con fuerza y agarraba con firmeza. Beatriz creía que le iba a separar las nalgas del culo y podía notar como con tanta fuerza su chocho se abría.

Este le pidió a su compinche que observara y le estuvo enseñando el chocho totalmente abierto.

- ¡Mira compa.. Este es el chocho de una puta, ¡Je je je.. ¿Ves eso? Está tan mojado porque le gusta.

- ¿Y qué esperas compadre?, ¡Estas hembras están chorreando, ¡Ja ja ja..

- ¡Jejeje.. Espera, está perra tiene que aprender todavía, ahora verás.

El gordo se acercó al otro lado del sofá y le levantó el rostro sujetándola por la barbilla.

- Te voy a joder como nunca antes perra, ..y vas a gemir mucho, mucho, ¡Je je je je..

Beatriz al ver sus ojos cargados de una extraña personalidad, negaba con la cabeza y trataba de decirle que se arrepentía, pero ya era demasiado tarde. El gordo le dijo que no temiera y le empezó a pasar el dedo gordo por los labios, sacándole la lengua y haciéndole giros con el dedo alrededor de la lengua. Beatriz movió la cabeza pues sintió unas horcajadas, el viejo le metía el dedo hasta la garganta.

- Eres mía, ¡Je je je je..

- ¡Agh.. ¿Q-que me piensas hacer?.. ¡No me golpees por favor..

El gordo le soltó un guantazo solo para que reaccionara.

- Eres mi puta.. ¡Mi ramera!

- Haré lo que tú quieras, pero no me hagas daño.. p-por favor.

La voluntad de Beatriz se veía de nuevamente superada, y sumisa, tuvo que engullir de nuevo aquella tranca y hacer un esfuerzo para acomodarla en su boca, de lo contrario el gordo amenazaba con quererle pegar. La postura era muy inapropiada para realizar la felación, pero el Borre le subía la barbilla provocándole un dolor en el cuello que iba a más poco a poco. Beatriz le pidió ponerse de rodillas pero este le dijo que tenía que aprender como estuviera. Beatriz solo podía hacer presión con sus labios y mejillas y mover la lengua, pero la cabeza permanecía quieta completamente.


Beatriz la sintió crecer en el interior de su boca y comenzó a sentir el sabor de aquellos asquerosos fluidos que salían del glande de ese cerdo. El Borre se sujetaba la verga junto a los güevos y la sacaba para introducirla una y otra vez. Le jodío la boca por un par de minutos entre jadeos y piropos sobre que era una buena mamadora y que era para lo que había nacido.

La sacó totalmente empapada. Estaba repleta de babas y la situó pegada al rostro de la Primera Dama.

- ¡Mira Flaco, la muy puta ahora se la come hasta los güevos.

Humillaba más si cabe a Beatriz, que se vio obligada a soportar las vejaciones de ese cerdo y a lamerle las pelotas con la lengua mientras la saliva alrededor de la verga dura de su macho resbalada por su cara juntándose en su boca con la saliva que caía sobre el tronco y que también caía sobre el sofá. Durante un rato Beatriz solo veía la verga y vello púbico de aquel denominado su Rey, pero cuando de nuevo le metió la tranca en la boca y le dijo que mirara a su amiga mientras se la chupaba. Como pudo la miró, vio como Mamá hacía muecas de un intenso placer que le prodigaba el negro, que se la jodía lentamente.

- ¡Oooh.. ooh, ¡Puta madre.. Hora de darme lo que es ya mío.

El Borre se situó detrás no sin antes decirle que ya era su hembra que jamás la dejaría y darle un beso en la boca con lengua que la ella tuvo que acompañar. Se agachó y separó de nuevo las nalgas para escupir. Se puso de lado y comenzó a lamerle el ano para intentar que dilatase.

- Hay que preparar este hoyo para joder. A las putas les encanta por el culo y a ustedes también les gustara, ¡Je je je.. Sus agujeros ya son nuestros, ¡Je je je..

Beatriz notó un dedo abriéndose paso. Frunció el ceño y eso que solo había entrado la mitad. El gordo lo movía tratando de ensanchar aquel orificio que pese a ya no ser virgen no se lo iba a poner fácil. La Madre de Randy estaba tensa y se quejaba en voz baja mientras aquel cerdo le pidió que le dijera a su amiga, que seguía en un maremoto de placer interracial, como le gustaba y lo puta que estaba convertida.

- Argh.. ¡Me gusta que me cojan. ¡Me gustan los dedos de este hombree.

Lo dijo con mucha credibilidad y además un par de lágrimas cayeron por sus mejillas. Una desconocida Sra Montes de Oca quería hacer disfrutar más a ese cabrón. Quería ser más que Mamá que la observaba disfrutar al máximo, ser la más zorrona. Le hubiese gustado que ese gordo fuera más varonil, con otra actitud, pero comprendía que estos hombres solo querían su propia satisfacción, para ser violada igualmente. Aunque muy por dentro comprendía que estos animales no tenían misericordia, temía que le pudiera penetrar el culo de golpe, provocándole un desgarro brutal en su pequeño culito.

- ¡Dile tetas como quieres que te joda.

- ¡Jódeme animal.. quiero sentirme usada por un hombre.. un macho de verdad.

- ¡Jejeje.. Sus deseos son órdenes, Señora ¡Jejeje..

- ¡Mhmm.. Enséñame de lo que me pierdo.

Justo cuando la punta de la verga del gordo comenzaba a abrirse paso en su recto, Beatriz cerró los ojos y soportó la intrusión máxima de esa cosa. Sentía que el dolor daba paso a placer aunque trataba de ocultarlo. Su culo, una vez dilataba le provocaba placer y la verga de su captor entraba ya casi en su totalidad. Ahora entendía por qué sus amigas le decían que el sexo anal no estaba de todo mal. Comprobó que si no lo penetraban con violencia y el culo se adaptaba, provocaba un inmenso placer.

De hecho quiso imaginarse que era su Esposo el que la estaba penetrando, creyendo que aquel cuerpo que se apoyaba en ella era el de su Marido y que la sumisión absoluta era hacia él aunque no lo consiguió ni por un momento. El Borre empujó con más fuerzas provocándole dolor. Ella no tenía opción de echarse hacia delante y escapar.

- ¡AAAAAHH, ¡¡ME DUELE!!

- ¡Cállate cerda, ¿que no es lo que querías?.- le decía el gordo como si fuese tan fácil.

El cerdo se apartó y separó las nalgas de Beatriz viendo su obra. Un agujero ancho que trababa de cerrarse. Escupió dentro y volvió a penetrarla esta vez con más fuerza. Se la metió entera y tiró de su pelo hacia atrás dificultándole la respiración.

Le dio varias embestidas profundas golpeando con sus güevos en los labios de su chocho. El placer era muy fuerte para ese desgraciado y además estaba entusiasmado por la sumisión de la Señora, por lo que decidió intensificar la sodomizada, disfrutando de los gestos y la visión de aquellos grandes pechos tambaleantes, de su amigo que se también se divertía a lo grande.

Beatriz comenzó a gritar. El culo le ardía mucho, pero el placer era también fuerte. El Borre le tiraba del pelo con una mano y con la otra le apretaba un pecho. Por suerte, se encontraban ya muy dilatadas y su culo sujetaba aquella tranca invasora como guante, provocando fuertes temblores de placer en ella que la hacían sentir vergüenza de nuevo por ello.

- ¡AAAAAHHH.. AAAAAAH! ¡¡TOMA PUTA!!- gritó el gordo seguido de unos sonidos más propios de gruñidos animales que de un ser humano.

- ¡Ooohh!! ¡Arrghh.. ¡Siiii!! Assiii Papito.. trátame cómo anoche ¡Ay, papito rico, dale, reviéntame que me vuelves loca..

El Borre miraba cómo esa flamante mujer lo alentaba a seguir a pesar de los gestos que hacía, lo que lo hizo que empezara hacerlo cada vez con más ganas e intensidad, no pasó mucho tiempo antes que sintiera como Beatriz se venía a chorros, como se contorsionaba y su pequeño cuerpo sufría espasmos, mientras continuaba serruchándole la cola y arrancándole largos gemidos gozosos.

Mientras tanto en ese momento mi Madre, su cansado cuerpo solo seguía sus instintos naturales mientras su castigado trasero se abría dócil una vez más a la penetración. Ella no podía creerlo, con sus sentidos ya embotados aun podía sentir las rugosas paredes de la verga que la invadía. Mamá solo era un cuerpo inmóvil bajo las violentas arremetidas de aquel sucio negro. Con sus piernas nuevamente a la altura de su rostro el viejo la sostenía con una mano mientras con la otra jugueteaba con sus endurecidos pezones.

Muy a su pesar, otra sensación devastadora de estimulación sexual crecía dentro de ella. Las arremetidas cada vez más violentas y profundas la llevaron nuevamente a la cima del placer. Un par de lágrimas corrían por las mejillas de Mamá que, ya sin ninguna fuerza, dejaba que un nuevo orgasmo la invadiera y sacudiera su cansado cuerpo.

Era una sinfonía de gemidos y estocadas por toda la casa, mi Madre era enculada en el sofá por el negro, mientras su amiga estaba siendo enculada por el cerdo a solo unos metros. Las dos mujeres se miraban con odio, era una competencia de quién era la más puerca. Sin dejar de verse movían sus caderas en círculos para producirles mayor placer a sus captores.

Una nueva sonrisa iluminó el rostro del Borre cuando su pareja sexual se dejaba llevar y explotaba en un nuevo y más intenso orgasmo. Creí que ella se desmallaría como anoche, pero no fue así, fue Beatriz la que se puso a cuatro patas sobre la alfombra y todavía la descarada se inclinó más colocando su rostro sobre el tapete, para parar más el culo, se abrió las nalgas con sus dos manos para que su verdugo no tuviera problemas de fallar. Volteó a ver a Mamá que también estaba siendo enculada y le dijo a su violador:

- ¡Empótrame por la cola Cabrón.. hazme gozar más que esa perra que está enfrente.

- ¡Voy a sacarte lumbre del agujero cerda.. ¡Te voy a meter la verga hasta los güevos desgraciada que cuando te coja tu Marido ya no vas a sentir nada, ¡Jejeje..

El Borre se ensalivó bien el glande y lo colocó sobre nuevamente sobre el adolorido ano, lo restregó varias veces antes de empujarlo con fuerza. Fui testigo de cómo esas macanas invadía los esfínteres de mi progenitora y su amiga al mismo tiempo en la sala de mi casa.

Las dos Señoras más elegantes y finas de esta ciudad lo recibían todo, con una estoica mueca de esfuerzo mezclado con un claro síntoma de placer, les dolía y les gustaba al mismo tiempo. El Borre empujaba y luego la sacaba, empujaba y metía un poco más y volvía a sacarla, repitió ese proceso una y otra vez hasta que logró empalar por completo a la caliente y perdida de Beatriz.

- ¡Ya entré hasta el fondo, Señora.. ¡Jejeje.. Ya no batallará para cagar..

- ¡ARRGGGHH!! ¡Siiii!! La siento, ¡AYYY!! ¡La sientooo todaaa.. ¡Dale Papi.. dale, reviéntame el orto desgraciadooo.. ¡Revientaaaammeeee..

- ¡Las dos son unas perras calientes compadre.. ¡Y nosotros las vamos a partirrr..

Una a cuatro patas, mientras la otra con sus piernas abiertas cómo compás eran sodomizadas con brutalidad, creí que con esa enculada las pobres ya no lograrían sentarse nunca más, pero sus culos ya estaban bien dilatados y eran completamente elásticos cómo para no ser tronados.

El Tito colocó la pierna derecha de mi Madre sobre sus hombros y firmemente la sujetó para conseguir que la penetración fuera más completa. Su largo y chueco palo entraba hasta el fondo dentro del hambriento ano de Mamá. ¡Dios mío, juro que casi podía verlo salir por su obligo!, la penetración era tan profunda, salvajemente brutal, llevándola a niveles de placer infinitos.


Mientras el Borre arremetía salvajemente sobre el pequeño cuerpecito de Beatriz, se puso de pie sin sacársela para que así casi subiéndose arriba de ella penetrarla salvajemente. Así parado cómo estaba abría con sus dos manos las maltrechas nalgas de la primera dama, sacaba su tranca para ver el tremendo hoyo que había taladrado con su poderoso glande, escupía un gran sope de babas que rápidamente se desaparecía en ese infinito agujero. La tomó fuerte del pelo para seguir con la culiada incrementando mayor dolor mezclado con placer hacía la pobre Señora, que por su parte el placer aumentó, junto con sus gritos y gemidos:

- ¡Aaahhhh.. ¡Ooohhh ¡Aahh! ¡Máss papiii.. ¡Másss!! ¡Dame más duro.. ¡Aaaahhhh!! ¡Eres un sementaaaggghhh..

El Borre continuó embistiéndola sin piedad, encajándole completa toda su tranca, hasta el fondo. El sudor cubría sus cuerpos y los empapaba, el éxtasis voluptuoso los hacía delirar, el gordo estaba cada vez más cerca del orgasmo, lo mismo que el negro, que arremetía contra mi Madre con la misma intensidad.

Yo también estaba hirviendo, con mi mano no paraba de pelarme la verga de lo excitado, miraba a las dos Señoras con sus ropas elegantes, porque hasta eso se les había olvidado quitárselas, siendo brutalmente sodomizadas, eso era algo extremo para cualquier voyeur, no pude aguantar al ver ese increíble espectáculo, terminando en un infinito orgasmo, lanzando chorros de semen dentro del closet, que ya por llevar muchas horas ahí ya olía mal.

- ¡Aaahh.. Papii.. ¡Aaahhh, Aaaahhh.. ¡Ya no siento el culooo.. ¡Ya no voy a poder cagarr!! ¡AYYY..

- ¡Uff!!, ¡uff.. Al contrario, cerda ¡Ufff.. ¡Ya no vas a poder detener la cagada, Jejeje..

El placer del Borre fue tremendo, pues al mismo tiempo que derramaba a chorros el semen dentro de ella, Beatriz lo ordeñaba por medio de los intensos espasmos de su ano, producidos por todo el goce que estaba ella experimentando. Poco le importó ya sentir el espeso y violento estallido de la eyaculación en su recto. Tampoco se sobresaltó cuando se sintió llena del cálido líquido escurriéndose más allá del intestino. Solo sentía las espasmódicas contracciones de su recto apretando y escurriendo aún más el duro miembro en su interior, y las centellantes ondas de placer que estallaban en su columna y la hacían vibrar.

- ¡Uuuhhhh.. ¡Mmmmgggfffhhhh!! Esto.. fue, dema.. siadooohh

Una hirviente esperma inundó el culo de la primera dama. El cerdo le dio dos embestidas profundas dejando su tranca en lo más hondo para dejarla escurrir hasta la última gota. Al desacoplar su verga de aquel culo como si de maquinaria se tratara, la levantó tirando de su pelo y la situó de rodillas para que le limpiase la tranca.

Después tomó parte del semen del suelo caído de su culo con el pie descalzó, y le hizo lamer sus sucios dedos para tragar aquel esperma. Beatriz no pudo evitar esta vez las muescas de asco. El Borre la levantó y le dio un beso, esta vez en la mejilla. Se sentó en el sofá, encendió la tele sin tan siquiera mirar a su hembra, le dijo a su compinche que terminara ya con esa puta porque él ya había acabado.

Por mi parte acabé en el mayor silencio posible, derramando mi semen en mis manos, ya había perdido la cuenta de cuántas pajas me había aventado este último día, mi monitor seguía encendido, escuchando los gemidos de placer que Mamá todavía seguía exclamando, ya que el Tito seguía enchufado en el insaciable trasero, empujando con furia su manguera negra.

Mamá estaba experimentando un orgasmo tras otro, con una mano se rascaba la panocha con violencia, tenía sus ojos cerrados y su boca abierta sacando gritos ahogados, que sólo ella podía escuchar. ¿Cuánto más estaría el negro enculando ese trasero?, estoy seguro que si tuviera la verga de madera esta ya se hubiera encendido de tanta fricción producida, y es que ya llevaban bastante tiempo enculándola, pero cómo nada es eterno y todo se acaba, bramando cómo cerdo, el gran semental del Tito salió del agujero de mi Mamy y exclamó:

- ¡OOOOOhhhh!! ¡Oohhh!! ¡Abre la boca puta, te voy a dar de tragar..

Mamá sintió un vacío en el orto, yo creo que hasta un aire se le coló a las tripas, ya que lo tenía tremendamente abierto y colorado, despertó del trance dónde estaba y abriendo los ojos lo primero que encontró fue esa verga chueca que le había regalado tanto placer, cómo desesperada empezó a tragar ese néctar que sólo su semental producía.

Con glotonería bebía chorros y chorros de espesa leche que se le chorreaba por la coyuntura de sus labios, para terminar con un “¡Mhmm” cómo si fuera lo más delicioso que hubiera comido.

- ¡OOOOhhhhh!! ¡Putaaaa.. ¡Cuánta leche me has sacado.. si tuvieras la matriz en el estómago ya tuvieras un orfanato ¡OOOhh!!

 Luego de eso, solo fue un silencio y un dulce sueño que los relajó totalmente. Las dos pobres mujeres estaban cómo muñecas de trapo desfallecidas por la sala, con un tremendo ardor en sus colas, pero algo raro había cambiado en ellas, una ligera sonrisa de satisfacción se dibujaba en sus rostros, las pobres habían sido enculadas hasta reventar, habían sacado lo cerdas que llevaban muy dentro.

Tanto como una cómo la otra se reflejaron a sí mismas siendo empaladas por verdaderas trancas, habían gozado al máximo explotando en un infinito orgasmo que estoy seguro que Beatriz nunca había experimentado, por mi Madre, pues ella ya lo había explotado muchas veces, por todo lo que les he contado, pero las dos estaban satisfechas habían dado rienda suelta a sus más bajas perversiones, tal vez hasta alguna de sus fantasías más oscuras habían realizado.

......

El silencio reinó en la casa durante una hora, Mamá fue la primera en despertar, se sentó en el borde del sofá viendo la grotesca escena, su amiga de años descansaba toda desgarrada de sus vestiduras y embadurnada de distintos fluidos por todo su cuerpo, se habían pasado pensaba mientras les miraba. A su lado el viejo negro agotado descansaba tirado sobre el sofá con una pierna colgando, su oscuro tolete que tanto le había provocado tenía sus propios fluidos ya resecos por todo el tronco.

Se despertó contrariada, sin saber el horario del día, los rayos del sol del mediodía los cuales se filtraban por distintos lados de los grandes ventanales de la sala en que había sucedido tremenda orgía. Puso atención que aún estaba completamente desnuda sobre entre los muslos del desagradable conserje notando en el acto que su cuerpo tenia vistosas manchas de mugre que se le habían pegado con los sudores de ambos, estos se desparramaban por sus muslos blancos, su vientre y sus pechos, y por otras partes también que ahora tenía muy sensibles; además que su pelo rubio estaba todo greñoso debido a los jalones bruscos y al sudor que por la ardua batallase había bañado, ni mencionar el semen seco que también sentía en su entrepierna.

En estas lamentables condiciones de higiene la mancillada y contaminada Sra Tapia recordaba todas aquellas escenas que ambas mujeres habían protagonizado con esos seres. O sea que se habían apareado sin pudor con unos asquerosos viejos que las tenían retenidas,- se decía en su conciencia además de estar analizando lo rara que era toda esta situación, por nada del mundo quería mirar al seboso cuerpo que yacía a un lado de su querida amiga, ahora le tenía mucha vergüenza debido a que entre ellas habían protagonizado un acto de lesbianismo sin estar obligadas.

En otra oportunidad todo lo que habían hecho entre ambas según lo pensaba en esos momentos las habría escandalizado hasta quizás volverlas locas, pero ahora extrañamente se daba cuenta que no se sentía mal para nada, claro que cuando recordaba con más detenimiento la escena sumado a ciertos detalles del acto lesbianico volvía a sentir nauseas, y a pesar de lo insólito que era todo aquello y de ser también de lo más reprobable para una mujer como ella por alguna inexplicable razón no se sentía mal por ello, además que si no hubiese sido por la culpa de una irreconocible Beatriz quizás ella jamás se hubiese atrevido ni imaginarlo, ni mencionar que también por culpa de ella la habían castigado con sus propios juguetes.

Sin embargo también había una razón aún mucho más poderosa que todas aquellas zorrerías que habían protagonizado, ella lo sabía, era simplemente que no quería reconocerlo, pero lo que realmente la tenían en tal estado y haciéndose la tonta era el hecho de que el saberse haber sido empalada con una larga y gruesa verga negra, tan grotesca como fea y hedionda, pero sí muy robusta y masculina, y que su cuerpo la había aguantado entera sin causarle daño alguno, todo esto la hacían sentirse más hembra que nunca, no importándole como o quien fuera su dueño, además que no cualquier mujer se podría tragar una monstruosidad como si lo había hecho ella, se decía con orgullo, a la misma vez que su femenino ego estaba enervado por su extraordinaria hazaña cometida.

Todo lo anterior revoloteaba en la mente de la Sra de la casa, claro que ella lo solapaba con la idea de estaban secuestradas, pero la única verdad era que ambas habían quedado prendidas a aquellas trancas que les habían sambutido por todos sus agujeros, sin mencionar lo mucho que les gustaban las obscenas palabrotas de estos cuando las nombraban, y aunque ella siguiera negándose en alguna parte de su subconsciente ya estaba deseando volver a revolcarse con esos machos.

Tras haber repasado con la vista el grotesco panorama en que se había convertido su gran salón, en donde ella y su amiga estaban desnudas, se atrevió a mirar nuevamente al macho que había aflorado su lado más zorrial si excite esa palabra, y ahí estaba el negro feliz de la vida con una mano puesta en su cabeza y con la otra sobre el vientre, también puso atención que su cosa ya flácida había perdido ese tamaño y groso que tanto la había excitado.

Sin hacer movimientos bruscos para no despertarlos, rebuscó por todos lados su ropa o algo que tapara su cuerpo pecaminoso, sus braguitas no las hallaba y su brasiere maltrecho colgaba roto por uno de sus hombros. Se colocó solo el pequeño vestido que le habían elegido, con la base apenas por abajo las nalgas y caminó brincando cuerpos para dirigirse al baño.


Estaba intentando quitarse con agua los restos de fluidos de sus pechos cuando Beatriz entró en el bañó totalmente desnuda y en las mismas fachas con su pelo todo enredado. Se acercó hasta ella.

- Mónica.- Mamá la miró seria.- ¿Te encuentras bien?..

- No, Beatriz, no estoy bien. ¿Te parece normal lo que está pasando? ¿Te parece normal lo que hicimos?..

- Yo creo que no es para tanto, Móni, mira..

- ¡Beatriz, por favor…

- Está bien. Solo piensa que hicimos lo necesario para salir de esta pesadilla.

Se dio la espalda y se metió a la ducha como si nada hubiera pasado. Tras un nuevo rato de reflexión y remordimiento por permitirse perder la cabeza de tal forma, observaba a su amiga campante limpiándose el cuerpo, escogiendo un atuendo informal para presentarse ante ellos de nuevo. Tendió las prendas sobre el lavabo. Mamá quería preguntarle que qué era lo que hacía y cómo es que permanecía tan tranquila y campante.

Lo primero que se puso Beatriz fue un tanguita de color lila, de finas tiras laterales y trasera, con una delantera estrecha de satén, un tanguita ideal para algún vestido vaporoso, mismas prendas que la vez anterior no se había atrevido a usar. Después se colocó unos zapatos negros de tacón y cuando estaba colocándose el sostén, el cerdo del Borre entró sin avisar.

Mamá temerosa, se volvió hacia él y desplegó una sonrisa temblorosa, continuando seguir limpiándose en un intento de aparentar naturalidad, como si nada estuviese pasando. El cambio radical de su amiga le causaba pavor y temía oponerse para no ser nuevamente castigada.

- Hola Papi, estábamos arreglando un poco para cuando despertaran.- le dijo la muy sacada.

Para colmo, Mamá lucía aquel vestido tan sugerente, que al inclinarse se le subía hasta el inicio de las nalgas, un complemento perfecto del erotismo para ese cerdo. Llevaba el albornoz de mi Padre por encima, pero lo llevaba desabrochado, sin nada debajo, así es que pude apreciar su ancha verga, flácida, colgándole hacia abajo y agitándose hacia los lados con cada paso.

Mamá trataba de no mirarles y mantuvo la cabeza en alto mirándose al espejo.

- ¡Así me gusta que se mantengan limpias para sus machos, ¿no?.. ¡Jejeje..

Se detuvo junto a Beatriz, revisándola con descaro de arriba a abajo. Alzó el brazo izquierdo y le acarició las tetas jalándole un pezón.

- Qué guapa y hermosa eres, Tetas.- de su respiración y la manera de acariciarle irradiaba la lujuria.- Perdona por golpearte ayer, pero es que te comportabas como ricachona presumida.

- No pasa nada mi amor.. de todas formas ya entendimos que les tenemos que hacer caso. Son nuestros hombres, ¿no? Tú y tu amigo son muy cachondos y así son los machos, ¿no? como ustedes, ¡Jijiji..

- Pasamos un buen rato, ¿O no pasaste un buen rato?..

- Sí Papito, pero…

- Y encima tu Marido tan lejos, siempre fuera, y tú tan puta, tan guapa. Una zorrita como tú tiene muchas necesidades, ¿no?.- Alza la mano derecha y le abrió hacia los lados el sostén, le dejó a la vista sus dos tetas grandes.

Se las sobó muy despacio con la palma.

- Seguro que con Marido no es tan divertido como conmigo.- Le dijo presionándolas levemente.

- Es un cabrón, ni me toca.- añadió ella con la voz melosa.

La mano soltó las tetas, dejándoselas por fuera del bra, y la deslizó por su abdomen hasta metérsela por debajo de la braga. Beatriz cerró los ojos cuando le metió la mano por dentro del tanga, palpándole el chocho antes de comenzar a manoseárselo. Le frotaba con la yema toda la rajita hasta que poco a poco le fue clavando el dedo largo hasta el nudillo. Beatriz emitió un bufido con los ojos cerrados.

- No tienes llenadera piruja, ¡Je je je..

La muy cerda movió su brazo derecho y le agarró la verga aún floja como si agarra un salchichón, aunque sin masturbarle.

- ¿Se la chupas al cornudo?- le preguntó haciendo vibrar su dedo dentro del chocho para estremecerla.

- ¡Ohhh…- se quejó Beatriz con el ceño fruncido.- Sii, cuando no desea joderme.

- ¿Le importan más los negocios?, los ricos son así. Nunca atienden a sus pirujas que tienes de Esposas.

Beatriz apoyó la sien en el hombro del Borre para resistir las incesantes acometidas del grueso dedo. Aún le mantenía agarrada la verga, que iba endureciéndose con el paso de los segundos.

- ¡Ah… Aah.. No, nunca.. ahhh…

Le sacó la mano de la braga y la elevó hacia su boca ofreciéndole el dedo corazón, un dedo impregnado de la babilla vaginal.

- Pruébalo, cerdilla.- Beatriz acercó la boca y le chupó el dedo degustando el jugo viscoso.- ¿Te gusta? ¿Está rico?..

- Sii..- contestó sin vergüenza.

- Prepárenos algo de comer, tanta cogedera da hambre. ¿Vas a comer con tu macho, no? Me gustaría mucho que lo hicieras.- Ella le miró sin contestarle.- Vamos, seguro que sabes hacer algo rico.

Le dio una nalgada para que apurar el paso salieron ambos del baño, dejando a Mamá para limpiarse en un mar de dudas. Su amiga se había descarado, parecía enamorada de ese animal. Se dirigía a prepararles la comida, con las braguitas lilas y los tacones, y este con el albornoz de su Esposo.

La zorra de Beatriz se comportaba como una chiquilla, caminaba de un lado a otro en la cocina exhibiendo su cuerpo ante ese cerdo, que le soltaba palmas en las nalgas cada vez que se le acercaba. Por las cámaras les seguía, veía el bambolear de sus enormes senos cuando daba saltitos al sentir las nalgadas. Beatriz sonreía de manera descarada, ¿dónde había quedado la Sra Montes de Oca que se resistía a muerte el día anterior?

Miraba al asqueroso ser sentado en el pequeño comedor de la cocina. Los güevos los mantenían en reposo entre las piernas descansándolos sobre albornoz de mi Padre, que coraje me invadía. Mientras ella le preparaba al alimento volteada hacía la cocina, con todos los dedos de las manos, como si fuera a abrir una puerta de correderas, el Borre le separó las nalgas abriéndole la raja. Vi su ano en el centro, todo enrojecido y dilatado de las pasadas enculadas.

Pero fue acercando la cara en medio de las nalgas. Sacó la lengua y la deslizó por encima del ano, muy despacio, apartando de nuevo la cabeza para comprobar el rastro de la saliva. Sacudió la cabeza para escupirle, ella envuelta en deliciosas sensaciones. Le mantenía la raja abierta.

- Te aquedado abierto, ¡Je je je..

Beatriz echó el brazo hacia atrás y le empujó la cabeza hacia su culo, encajándole la nariz y la boca en su raja. El cerdo se divertía con su hembra totalmente sacada, lengüeteaba sobre el orificio, incrementando su gozo. Le mamaba el culo mientras ella preparaba el alimento, mediante a suaves caricias con la punta de la lengua o con alguna pasada por encima.

Le estuvo lamiendo el culo un buen rato, hasta que ella con el plato en mano le sirvió como si fuera su Marido, el Borre la agarró de la mano y tiró de ella hacia la otra silla para que le acompañara.

- No me lo sueltes nunca.

El cerdo se acomodó sentado en la silla, erguido, con las piernas separadas y Beatriz sosteniéndole su verga en estado flácido. La muy cerda le veía comer, mientras le sujetaba el cipote, con sus tetas por fuera del brassiel ya sin ningún tipo de pudores, con la delantera de la braga ligeramente ladeada hacia un lado por la lamida, con parte de la rajita del chocho visible.

Enseguida apareció el Tito totalmente desnudo y somnoliento, había despertado unos segundos antes y hambriento. Mamá aún se mantenía aseándose en el baño. Irrumpió en la cocina con la verga flácida campaneándole. Buscó un trozo de pan para embarrarle crema y miró a su compadre.

- Qué duro ha estado, estoy seco, ¿dónde está la nalgona?..

- Está en el baño limpiándose.- respondió Beatriz sonriéndole.

- La desgraciada coge como una diosa.

Pero enseguida comenzaron a oírse los chasquidos de la verga del Borre, chasquidos que le hicieron asomarse debajo de la mesa. Tito, extrañado, miró a su amigo con una sonrisa de incredibilidad.

- Carai compadre, usted no tiene llenadera, ¡Ja ja.. a mi esta cosa me arde, ¡Ja jaja..

Mamá se había quedado parada en la mitad del pasillo sin saber cómo presentarse de nuevo ante esos cerdos. Se arregló un poco el cabello e irrumpió la cocina, se encontró con la escena, se encontró a su amiga bien pegada a ese animal masturbándole debajo de la mesa. Nerviosa ante la repentina escena, dio unos pasos hacía el refrigerador buscando su jugo, sin saber que decir ahora que ya se encontraba más serena, y enfrentarse a ellos.

- ¿Qué te pasa?- se extrañó el negro al ver que ella solo pasaba sin decirles nada.

No le dijo nada, torció y buscó un vaso para servirse. Entonces el conserje avanzó a paso lento hasta lograr acercarse. Pude ver cómo le pasaba la lengua por el cuello de manera incesante mientras este le hablaba.

- Uhmm, qué buena estas,- le dijo frotándose desnudo y presionándole la verga en el vestido.- Pero tengo mucha hambre mi amor.

- Creo que hay un poco de tocino en el refrigerador si es que te interesa,- dijo Mamá al momento que empujó al negro fuera de su camino. Ella lucía mucho más calmada de lo que estaba unos minutos antes. Abrió el refrigerador y sacó un paquetito de tocino.

El negro sin importarle que Mamá se encontrara indispuesta solo sonreía sin despegarse de su lado.

- Sé que quieres ayudar, pero dos cocineros hacen que la cocina esté repleta, cuatro incluso peor.- y volteo a Beatriz que estaba sonriente atendiendo a su macho.- Solo siéntate a la mesa y te haré algo de comer.

El negro le sonrió al tiempo que sacaba una silla de la mesa y se sentaba. Parecía que el Tito estaba calmando. Mientras Mamá abría el paquete de tocino, detrás de ella escuchaba a Beatriz hablar incoherencias y desfachateces con el gordo. Encendió el quemador y puso algunas tiras de tocino en la sartén. Sacó un poco de mantequilla del refrigerador y puso una pequeña cantidad en la sartén para que los panqués no se pegaran. Encendiendo el quemador, oprimió la porción de mantequilla con una espátula hasta que se derritió. Cuando finalmente se derritió, la revolvió con la mezcla. En eso se escuchó una ruidosa explosión seguida de un lamentoso ¡ouchh!.. que salió de boca de mi Madre.

Había sido salpicada con la grasa del tocino y al estar prácticamente desnuda sus pechos habían sido alcanzados por una pisca de grasa. Al ver su cómica expresión, todos empezaron a reír, y luego Beatriz también comenzó a reír. Mamá les echó una de esas miradas, y entonces comenzó a reír también. Con una sonrisa amplia, miré a su amiga y a los improvisados visitantes, les preguntó:

- ¿Están disfrutando esto?

- ¡Je je je.. Nunca antes habíamos tenido una comida hecha por dos mujeres hermosas,- respondió con una sonrisa en el rostro.

Volteando a verle con un gesto de sorpresa, Beatriz dijo:

- ¿Nos ha llamado hermosas?

- Creo que si.- sonrió el gordo.

Y así mientras Mamá recibía los aplausos con una inclinación, sacó algunas tiras de tocino de la sartén de freír y las puso en un plato cubierto con toallas de papel para absorber la grasa. Lanzó el panqué de la sartén al plato, y como cuando me daba el alimento a mí, llevó el desayuno al negro.

- Delicioso,- dijo Tito con un gesto de agradecimiento.- Todo esto se ve muy bien, como su cocinera- agregó, sonando más como un Casanova que como un violador.

- Que tiernos, ¿oíste Mónica?, creo que ya los hemos enamorado.- se escuchó la risa ahogada del gordo, pensando que los que las habían domado eran justo ese par de desgraciados.- Pero me encanta más como me trataban antes. ¿Van a seguir usándonos de putas?

- Claro, puta de mierda, solo estamos recuperando el aliento. Pero tranquila, no nos iremos hasta que nos descarguen los güevos por completo.

- Sí, vaca, aún te queda mucha leche por tragar, ¡Jajaja..- agregó el negro.

- Vaya suerte hemos tenido al encontrar a estas guarras.

Mientras ellos se recuperaban Mamá iba de uno a otro, sirviéndoles los platos y observando a Beatriz en su infame cambio, que seguía muy acaramelada al cerdo sin soltarle la verga flácida por debajo de la mesa. Esta vez, sin que ya se lo pidieran, ella era la que marcaba el ritmo, y con mucha delicadeza y amor, lamía sus arrugadas y los peludos pectorales de agradecimiento, de ves y cuando ese animal no estaba ingiriendo, metiéndole con mucho cuidado la lengua en su boca, pasándose bocado y se morreaban con las lenguas de fuera.

A pesar de no ser gran cosa, y pertenecer a unos cuerpos asquerosos tenía que reconocer que ya ellas adoraban aquellas vergas, y querían darles el mejor hospedaje que se merecían. Incluso Beatriz tenía el descaro de hablarle aquella verga que tanto dolor y placer le había recibido, le decía cosas como:

- Muy bien, precioso, me has dado mucho placer. Déjame que te cuide y te mime, ya que tu dueño se recupere luego probaras mis agujeritos.

- ¡Beatriz..- le decía Mamá sorprendida por las cosas que decía.

- ¡Tú no te metas, ahí tienes el tuyo de chocolate, ¡Jijiji..


Conversaban entre ellos sobre todas las barbaridades que habían hecho, insultándolas como si solo fueran un trozo de carne a sus servicios. De vez en cuando, también el negro le daba una nalgada a Mamá, un pellizco en una de las tetas o le retorcían un pezón. Así era exactamente como se querían sentir. Sus mejillas se ruborizaban solo de oírlos.

El Borre mando a Beatriz que le trajera una botella de champán del frigorífico. Cuando se la entrego, la agitó y mientras la abría apunto hacia ella.

- Vamos a brindar, y tu guarra quédate ahí quieta. Voy a ver si te acierto en una teta con el corcho.

- Compadre, con ese blanco tan grande no puedes fallar, ¡Jajaja..

El corcho le dio en la teta derecha a la descarada Beatriz que se sostenía ambas para agradarle, y le hizo bastante daño, seguro que al otro día le saldría un buen maratón. Pero sonrió contenta de que su macho hubiera acertado en el blanco. Y así mientras ellos comentaban su buena puntería, se sirvieron la champán, el Borre le hizo recoger el tapón y que se lo entregara. Lo mojó en su copa y sujetándolo con dos dedos, se lo metió en el chocho sin ningún miramiento, afortunadamente estaba tan mojada por estarse morreando y agarrándole la verga que le entro muy fácilmente, (podría meterle la mano entera de como se lo habían dejado). Luego sacándolo del  chocho dijo:

- Toma para que lo pruebes,- se lo metió en la boca.

La muy zorra le dio un par de chupetones y lo sacó de la boca.

- Oye Borre, la tetona se está portando muy bien, ¡Jajaja.. pero esta mamacita también quiere beber el suyo.- dijo el Tito llenándole un vaso de champán a Mamá.- Simplemente hay que darle su sabor favorito,- el asqueroso se descapullo el prepucio debajo de la mesa y bajó el vaso. Se mojó su verga en el líquido espumoso.

Llevado por el grotesco atrevimiento el Borre también quiso contribuir a dar sabor a la bebida, y el vaso fue pasando por los dos para que lavaran sus cosas en el vaso. Mamá mientras observaba tremenda asquerosidad, seguía con la mirada el vaso.

- ¿Qué opinas mi Tetas? ¿te parece bien que le demos sabor a la bebida de tu amiga?

- Me encanta, que se preocupen por nosotras de esa manera. Y con mucho gusto yo también tomare cualquier cosa que venga de ustedes.

- Pues para ti también abra, ..ahora nalgona toma.

Luego le paso el vaso a Mamá. Varios residuos flotaban en el líquido. Mamá observando el asqueroso líquido y los ojos de esos cerdos a la espera de que lo hiciera, de un solo trago, pero muy despacio, se tomó la bebida. El último trago y el cargo de aquellos residuos lo retuvo unos segundos en la boca, le daban ganas de vomitar, al sentir su textura y fuerte sabor. Finalmente con poco de esfuerzo para que pasara por su garganta lo trago. Los muy cerdos ya habían empezado a excitarse con la exhibición de Mamá. El Borre se dirigió a Beatriz y dijo:

- Tetas, ve por mis cigarrillos que han de ver quedado tirados por ahí, vamos..

- Enseguida, mi Rey.. ¡Jijiji..- dijo al levantarse y sentir una nalgada por parte de su macho.

En cuanto Beatriz despareció al salón, el Borre quedó sonriendo volteando a ver a su amigo. El negro pensó con rapidez. Había tantas cosas morbosas que tenían en mente.. ¿Qué iban hacer? Miró como Mamá, cortaba un pedazo de panqué y se la llevaba a la boca. Al cerdo se le encendió una lucecita en la cabeza.

- ¿Que vas hacer pinche compadre?..

- ¿No crees que la comida de esta guarra está un poco seca? Seguro que con un poco de.. crema estaría más sabrosa, ¡Je je je..

Tanto Mamá como el negro entendieron a la primera las intenciones del gordo. El Borre se levantó agarrándose la verga y se acercó a la mesa. La verga quedó justo encima del plato de Beatriz.

- ¿Quieres que le ponga crema en el plato de tu amiga, guarra? - preguntó a Mamá.

- ... - esperó unos segundos sin saber que decir.- Sí, por favor.- dijo sonriendo de manera maliciosa.

El cerdo empezó a hacerle una buena paja, moviendo la mano a lo largo de su gorda verga mancillosa. La otra mano la llevó hasta los güevos y los agarró. Apuntaba la verga hacia el panqué. El negro y Mamá, de frente, miraban como el Borre se masturbaba sabiamente.

- Quítate el chichero, guarra. Quiero verte las tetas.

Mamá miró al negro. Éste asintió. Ella soltó un momento el cubierto para quitarse el sujetador. Sus tetas saltaron, libres.

- Gracias,- contestó el, agarrando su verga y reanudando la paja.

- ¡Uhmm, Mamacita.. eres maravillosa.

El negro llevó una de sus manos a las preciosas tetas de mi Madre. Notó los pezones duros. Eran cálidas, suaves. Perfectas. La paja empezaba a dar sus frutos. De la punta de la verga empezó a salir líquido pre seminal que caía lentamente sobre el plato de Beatriz. El cerdo sacó un primer plano del hilillo transparente.

- Acelera, compadre. La tetona casi viene, ¡Jajaja..

- Uff, ya lo creo,- dijo el Borre.- Pero estas guarras nos han dejado casi secos que me cuesta trabajo.

Mamá levantó la vista y le sonrió.

- Gracias por el cumplido. Y ahora, venga, dale su cremita a mi amiga.

Aceleró el ritmo, haciéndolo endiablado. El Borre sudaba por el esfuerzo, cada vez más fuerte, hasta que se empezó a poner tenso.

- Me vengo.. su puta madre.. me vengo. ¡Aggh..

Salió el primer latigazo de semen. Salió disparado de la punta de la verga, con tal fuerza, que la mayoría dio en la mesa, dejando atrás el plato. Mamá sujetó el plato, apuntando a donde caían los chorretones, y los siguientes disparos cayeron todos sobre el panqué, que en vez de mantequilla parecía de nata. Tanto Mamá como el negro no dejaban de maravillarse de las copiosas cantidades de aquella verga. Un hilillo de semen quedó colgando entre la verga y el plato.

- ¡Joder compadre, es usted un semental, a mí no me queda ni gota.

- Uff.. esta guarra me ha calentado.

El platillo de Beatriz estaba completamente cubierto de semen, gelatinoso y con un olor muy penetrante. Era imposible que Beatriz no se diera cuenta de lo que había en su plato. Ella entró con una sonrisa a la cocina, mientras el Borre se limpiaba el sudor del esfuerzo.

- Me costó encontrarlos, ¡Jijiji.. Tuve que mover todos los cojines y por fin los he hallado.- dijo Beatriz, mientras se sentaba en su silla.

- ¿De veras? Muchas gracias tetas.. eres un encanto.

- Aquí tienes mi macho, ¿te lo enciendo?.. pero bueno tápate las tetas cerda,- dijo al ver a Mamá.- Estos caballeros van a pensar que eres una guarra, ¡Jijiji..

- Bueno en realidad, no lo pienso. Estoy seguro, ¡Jejeje...- dijo el Borre.

Los tres se rieron a carcajadas con la broma mientras Mamá se cubría.

- ¡Waho.. Este panqué tiene un aspecto delicioso.- dijo Beatriz.

Y cortándolo con el cuchillo y tenedor comenzó a comerse el panqué bañado en lefa.

- ¿Te gusta?- dijo el Borre.- Es mi receta especial. Es bastante complicado y hace falta bastante esfuerzo para prepararlo. La he puesto especialmente para ti.

- Ay gracias mi amor, esta buenísima. Luego tengo que darte las gracias, en privado, ¡Jijiji..- contesto.

Beatriz se comió todo el panqué como si fuera el mejor de los manjares, no podía creerme lo guarra que se había convertido la Sra Montes de Oca. Incluso rebaño el plato con un trozo de pan, diciendo que crema estaba divina. Que era de lo mejor que había probado. Cada vez que se limpiaba con la servilleta, dejaba rastros de semen en sus labios, que posteriormente lamía pasando la lengua por ellos.

Durante la comida, el Borre invitó al negro a ver un partido en la televisión para descansar. Este le dijo que encantado, se dirigieron los dos desnudos de nuevo a la sala mientras Beatriz y Mamá se quedaron platicando. Al estar las dos solas, no pudo contenerse y tuvo que preguntarle.

- Beatriz, ¿de verdad te ha gustado la comida?

- ¿Qué te pasa? No lo he dejado claro ¿Te crees que soy estúpida como tú? Soy perfectamente consciente de que me he comido el semen de mi gordo, y ¿sabes qué? Que me ha gustado. Ese hombre es muy divertido, es un tipo de puta madre y me cae genial. Y si me pone lefa para comer, pues me la como y procuró divertirme. Tú tampoco es que seas una santita, así que deja de dar la murga y diviértete. ¿O vas a seguir de remilgosa el resto de la tarde?

- No, lo siento, no pretendía regañarte. Me parece bien que te lo tomes así, y quieras seguirle el juego, yo también intento hacerlo. Simplemente es que me ha sorprendido que de repente te portes así.

- Sabes qué.. me he dado cuenta de que me gustan los hombres que saben lo que quieren y controlan las situaciones. El Borre aparte de ser un semental, encaja perfectamente y me gusta cómo me trata. Además me da morbo que sea tan feo, no sé si aún le queden fuerzas, pero me gustaría que volviéramos hacerlo.

- Ya veo..- le dijo Mamá, sorprendida por su comportamiento.

- No solo eso, voy abrir las piernas todo lo que pueda, y si me abren mis agujeros otra vez mucho mejor.

Ante esa declaración de intenciones, Beatriz se había desinhibido por completo, y estuvieron hablando un buen rato sobre lo que a ambas sentían por esa situación. En realidad era muy parecidas, sexualmente hablando. Las dos tenían una vena sumisa, y les gustaba rebajarse ante los hombres, sentirse sus objetos de placer. Eran unas guarras convencidas, y tenían muy claro que su papel era obedecer y agradar a sus machos.

Cuando se puso de pie, Mamá no pude evitar fijarse en su cuerpo, tenía un moretón en la mejilla, las tetas, el culo y el cuello lleno de chupetones. Ella se dio cuenta de su cara de sorpresa.

- Esto me lo ha hecho mi macho. Menudo cabrón está hecho. Ha estado jodiéndome toda la noche a base de bien. Aunque es un hijo de puta indeseable, y feo como él solo, hay que reconocer que sabe joder de puta madre, he gozado como una perra.

- ... me alegro mucho de que te haya gustado, es magnífico. Pero ¿por qué decimos esto? ellos nos están violando Bea..- dijo Mamá analizando la situación.

- No es violación, si ya te gusta cómo te follan.. es por cómo nos tratan Moni. Ayer, pensaba en matarlos, pero cuando nos fuimos a la habitación, y sin decirme una palabra se lanzó sobre mí, me jodío tantas veces, y lo hizo tan bien, bastante bestia pero me gustó mucho. Luego por atrás, y con bastante brusquedad me puso a comerle su cosa toda sucia.- le contaba Beatriz.- Algo dentro de mi cambio.

- Estamos mal, Bea.. necesitamos tratamiento.

- Mientras se la chupaba en la madrugada, estuvo un buen rato hablando. Al principio parecía un animal, sin embargo a medida que conversaba se fue ablandando. Me había gustado como me había follado y quería que se calmase y se relajara para que me volviera a joder a gusto, y luego me enculara.

- ¿Y qué te contó?..

- Estaba hablando de su vida, de su matrimonio. Resulta que quería comprobar si su mujer le había puesto los cuernos, a su modo la golpeo. Me dejo de piedra que dijera esto, como si fuera lo más normal del mundo que alguien le pegara a su mujer.

- Beatriz, estos hombres son muy peligroso.

- Le había pegado, esa fue la parte donde se puso contento. Cuando me contó cómo había llorado, suplicándole que no les pegara más. Le hizo hecho mucha gracia que hubiera usado su cinturón para golpear los pechos de su mujer. Me explicó que así le quedarían unas heridas que tardarían varios días en curar.

- Es un animal.- decía mi Madre sorprendida.

- Me contó que era muy divertido porque acababa de parir y estaba lactante, así que cuando diera de mamar le dolería horrores durante varios días. Y me dijo que se aseguraría la próxima vez de darle en los pezones con una vara.

- Oh, por dios.. no me puedo imaginar el dolor que sentiría esa mujer cuando diera el pecho a su hija.

- Pero ella se lo tenía merecido, ella misma se lo había buscado.- increíblemente Beatriz lo defendía.- No es ningún cabrón Mónica, en absoluto, créeme, él puede ser un poco bestia, y su cultura es algo machista, pero eso no es culpa suya, lo han educado así. No tiene estudios, pero es una persona sensible.. Que sepas que él siempre ha cuidado y atendido a su mujer y a sus hijas, aun estando en prisión, siempre les ha dado lo que necesitaban, sacrificándose él.

- Pero eso no lo escusa de haber golpeado a su mujer de aquella manera.

- Me dijo que cuando era joven, ayudaba a todos en su casa y en su colonia a ganarse la vida, muchos aún le dan las gracias cuando lo ven. Tiene una intuición prodigiosa, sabe valorar las situaciones, y portarse como un hombre en todo momento. Conmigo se ha portado a su modo, me ha tratado con rudeza, a valorar su cariño.. y también te puede enseñar a ti. Simplemente tienes que abrirte a ellos, aceptarlos como son y veras el buen fondo que tienen dentro.- le aseguró Beatriz trastornada.- Yo le estoy muy agradecida por todo lo que ha hecho de mí.

- Beatriz, creo que te estas precipitado en tus conclusiones. Esos hombres son unos animales. Nos han follado como han querido, toda esta mañana y el resto de la noche.

- Pero te corriste..

- ....

- Admítelo Mónica, nos ha gustado.

- ... maldito negro, me lo hizo tan bien que me corrí cuatro veces sin poder evitarlo. Ahora me avergüenzo, pero yo no hice nada especial para que me dejaran.- dijo Mamá, se notaba que estaba arrepentida.

- Bueno, no te preocupes. Simplemente trátalos como a una persona normal, de hecho trátalo como a alguien muy especial para mí, intenta complacerlos, ser obediente y mostrarle que estas atenta a sus oscuros deseos.- intentó tranquilizarla.- Aprovecha porque no sabemos cuánto tiempo estarán aquí. Hagamos que se relajen, que disfruten y estén a gusto y ya verás cómo te sientes mejor. Aunque tienes el listón alto, ya que yo me he esforzado mucho por complacerlo.- dijo presumida.

- Ya veremos. De todas formas, tienes razón, ahora me doy cuenta de lo que ellos también han sufrido, sus carencias, las situaciones peligrosas y el mundo en el que han crecido.. son víctimas de este sistema tan cruel y no he sabido ver más allá, en el interior que es lo que realmente importa. Haré lo que dices.. Vaya Beatriz.- dijo con una sonrisa,- se nota que les están tomando aprecio. Pero no vayas a cometer la estupidez de enamorarte.

- Gracias Mónica, pero para ser sincera, creo que me estoy enamorando de él.

- ¡Beatriz, como puedes decir eso.. te van los feos maduros, ¡Ji ji..- dijo Mamá, con una sonrisa.

- Si son como este definitivamente sí. Mucho mejor que el mundo de mi Marido.

Pero en estos momentos de calma, con todos tremendamente extasiados, sudorosos y débiles, sus cuerpos cansados reposaban en la sala, sólo se escuchaba el sonido de sus pechos tratando de tranquilizar su respiración. Beatriz se dirigía nuevamente a los brazos del cerdo, que la había reventado, que le había petado el culo por primera vez, mientras su gran amiga Mamá, se había quedado en la cocina limpiando la mesa.

La batalla había acabado, no creería que los tipos todavía tuvieran leche en sus güevos, después de tantas cogidas que habían realizado, pensé que ya todo había acabado, que había salvado a Mamá de otros de sus chantajistas, que además no había sido tan malo, ya que ellas habían gozado cómo locas, pero cuando estaba a punto de tomar el sueño, el sonido del “DING.. DAN..  DING.. DAN” del timbre de la puerta me despertó.

El Borre se incorporó cómo pudo para asomarse por el visor de la puerta, con una fuerte carcajada y alegría abrió la puerta sin importarle que estuviera desnudo.

- ¡Pasa hombre.. ¡Ey Flaco.. aliviánate compadre que ha llegado tu hermano..

Mamá y Beatriz se miraron asustadas, esto todavía no acababa, un nuevo agresor aparecía en escena, yo lo miré pensante, creí que ya saldría de ese escondite muy pronto que ya me tenía adolorido, no era posible eso que estaba sucediendo, los muy desgraciados habían pedido un relevo mientras reponían sus trancas, ¿hasta dónde llegara esto?, ¿cuántas vejaciones más podrán soportar Mamá y Beatriz?, ¿se volverán más putas que hace unos instantes?, no lo sé, pero estaré aquí escondido para averiguarlo. ..


Continuara brevemente.............ATTE Pedrito Tapia

© MI MADRE Mónica.......... Capitulo (11)               Capitulo XI .-“La visita inesperada.”

PD.... No se olviden de valorar el relato y escribir su recado para motivarme a contarles más... les mando un cordial saludo....
pedritapia08@hotmail.com



7 comentarios:

  1. Espero no haberme delatado mucho jeje.. Para el siguiente lo tratare de siubir mas rapido.. disfrutenlo y espero les sea de su agrado

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  2. Hola Pedrito, cuanto tiempo estábamos echándote de menos, muchas gracias por responder, por supuesto que ví tus capítulos 9 y 10, el negro flaco y las cogidas que le da a la sra. Tapia son deliciosas, primero ella resistiéndose y luego entregándole el culo con toda su rica lencería.

    Las tramas del borre cuando emputece a beatriz me recuerdan algunas escenas de bangbross jeje

    Gracias por tu mail, ya te respondí xD

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  3. Felicitaciones!!!
    Relato magnifico.

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  4. Uyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy, que relato más cachondo, es imposible al leerlo notocarse.
    Te felicito y espero la continuación.

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  5. ojala brevemente sea pronto y no dentro de otros 4 meses pero el relato esta para chuparse los dedos, eres el mejor, gracias por hacernos disfrutar

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  6. yo te comparo con Maradona, "el genio del relato mundial" gracias Dios por esta serie por Pedrito por estas corridas! ¡regresa pronto Pedro! te estaremos aguardando

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  7. PRIMERO.-
    Los comentarios de este capítulo los publicamos en el siguiente, pues NO opinaremos hasta haber leído completa esta pequeña mini serie, dentro de esta gran historia de Mónica.

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